Está en la página 1de 16

“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANIA NACIONAL”

DIRECCIÓN EFPP/EESTP
EJECUTIVA DE HN. CAP. PNP
EDUCACIÓN PNP APV-PP

Trabajo APLICATIVO individual

ASIGNATURA : PSICOLOGIA DEL DELINCUENTE

TEMA : EL CEREBRO DE LA GENTE VIOLENTA EN EL PERÚ

DOCENTE :

ALUMNO :
N° GRADO, APELLIDOS Y NOMBRES
ORDEN
ALO1 PNP CRUZ SANCHEZ YERDY ANTONY

SECCIÓN : 13
SEMESTRE : I SEMESTRE ACADEMICO.
PROMOCIÓN : “PROTECTORES DE LA DEMOCRACIA”

PUENTE PIEDRA – PERÚ


2022
RUBRICA DE EVALUACIÓN DEL TRABAJO APLICATIVO INDIVIDUAL (TAI) DE LOS ESTUDIANTES DE LA PROMOCIÓN “PROTECTORES DE LA
DEMOCRACIA” DE LA EESTP PNP “HN.CAP.PNP.APV.” PUENTE PIEDRA
UNIDAD DIDACTICA : PSICOLOGIA DEL DELINCUENTE

ESPECIALIDAD :-

PERIODO ACADÉMICO : I PERIODO

AULA : 13

TEMA : EL CEREBRO DE LA GENTE VIOLENTA EN EL PERÚ

GRADO, APELLIDOS Y NOMBRES : ALO1 PNP CRUZ SANCHEZ YERDY ANTONY

I. EVALUACIÓN DEL TRABAJO APLICATIVO INDIVIDUAL (ELEGIR UNA SOLA CALIFICACIÓN POR FILA)
CRITERIOS DE
EXCELENE (20) BUENO (16) REGULAR (14) DEFICIENTE (00)
PRESENTACIÓN
5 4 3.5 0
ENTREGA DEL El trabajo se entrega en el plazo El trabajo se entrega fuera del plazo, pero La entrega se realiza fuera del plazo, No entrega el trabajo.
TRABAJO establecido. con justificación sustentada. sin justificación.
La estructura del trabajo se presenta La estructura del trabajo se presenta La estructura del trabajo es poco La estructura del trabajo no presenta un orden
ESTRUCTURA ordenada conforme a lo estipulado en ordenada, pero le falta uno de los ordenada, en vista que le falta dos o evidenciando solo uno de los elementos estipulados
clase. elementos estipulados en clase. más elementos estipulados en clase. en clase o no presenta estructura.
La información se presenta con claridad La información se presenta con claridad y La información se presenta con poca La información no tiene nada que ver con el tema
y objetividad. objetividad, pero falla uno de los claridad y objetividad, en vista que le principal evidenciando solo uno de los elementos
CONTENIDO
elementos estipulados en clase. falta dos o más elementos estipulados en clase o no presenta contenido.
estipulados en clase.
No hay errores de gramática, ortografía Mínimos errores en gramática ortografía o Pocos errores de gramática, Muchos errores de gramática, ortografía o puntuación
REDACCIÓN
o puntuación puntuación. ortografía o puntuación. o no presenta redacción.
SUBTOTAL
PUNTAJE
TOTAL _____________ ______________________________________________
PRESENTACIÓN EN NÚMEROS EN LETRAS

II. OTROS DATOS _____________________________________________________________________________________________________________________________

Puente Piedra, …… de Octubre del 2022

___________________________
Post. Firma:
DNI N° :
DOCENTE
Índice:

Introducción: ............................................................................................................... 4

Marco Teórico: ............................................................................................................ 5

Anatomía de la agresividad.....................................................................................................5
El papel clave de la serotonina ..............................................................................................6
La noradrenalina también ejerce su papel ..........................................................................8
Y las hormonas, ¿también intervienen? ..............................................................................9
Conclusiones: ........................................................................................................... 10

Recomendaciones: ................................................................................................... 11

Fuentes Bibliográficas:............................................................................................ 12

Anexos ....................................................................................................................... 13
Introducción:

Un estudio determinó que los sujetos violentos tienen más materia gris en las regiones

del cerebro donde se libera más dopamina, sustancia relacionada con los

comportamientos antisociales.

Las personas con un largo historial de comportamiento violento tienen más materia

gris en ciertas áreas del cerebro, sostiene un nuevo estudio de "neuroimagen"

publicado en la revista especializada Archives of General Psychiatry.

Los investigadores lograron identificar en varios sujetos varones, con edades entre 23

y 54 años cuál era la morfología cerebral relacionada con el abuso de ciertas

sustancias como las drogas o el alcohol, que son asociadas a los comportamientos

violentos. Independientemente de las sustancias que las personas consumían, el

análisis determinó que los sujetos violentos tienen más materia gris en ciertas partes

del cerebro, principalmente en las áreas mesolímbicas, donde se libera dopamina,

sustancia relacionada con el deseo, la recompensa y comportamientos antisociales.


Marco Teórico:

Las conductas agresivas y violentas en el Perú constituyen un problema de gran

envergadura en la sociedad actual. Se estima que su prevalencia en la población

general es del 25 % y se ha constatado que el sujeto agresivo suele estar incapacitado

para mantener unas adecuadas relaciones sociales, laborales y familiares.

A pesar de su trascendencia, la naturaleza íntima de las conductas agresivas es

bastante desconocida. Su génesis es múltiple: participan factores ambientales, de

predisposición hereditaria y neurobiológicos. Durante las tres últimas décadas se han

multiplicado las investigaciones neuroanatómicas y neuroquímicas que han tratado de

dar luz al conocimiento de las bases biológicas de la agresividad.

Anatomía de la agresividad

Desde el punto de vista neuroanatómico, hace más de 40 años se demostró que las

conductas agresivas en el humano se relacionaban con alteraciones en el área límbica

y en los lóbulos frontales y temporales. Más recientemente, gracias al desarrollo de

las técnicas de neuroimagen, se ha obtenido información adicional sobre la relación

entre la anatomía cerebral y la conducta agresiva.

Así, se ha encontrado una relación entre la agresividad y las alteraciones del

hemisferio dominante y del lóbulo temporal izquierdo. Además, otras zonas del

cerebro, como el hipotálamo, la amígdala, el lóbulo frontal y la corteza cingulada,

ejercerían un papel modulador de estas conductas. Estas técnicas de neuroimagen

también han confirmado una disminución del volumen de la sustancia gris en la

corteza orbitofrontal en un grupo de delincuentes violentos y criminales psicópatas.


Pero, ¿qué sucede a nivel químico en el cerebro de sujetos violentos? Las hipótesis

más consolidadas actualmente postulan una reducción del funcionalismo

serotoninérgico, junto a una hiperactividad del sistema central de neurotransmisión

noradrenérgico. Además, otros sistemas de neurotransmisores, como la dopamina, el

GABA, los péptidos opioides, el glutamato y la acetilcolina podrían estar implicados

en este tipo de conductas. Al menos, en modelos animales.

El papel clave de la serotonina

En modelos animales de aislamiento con roedores se ha observado una estrecha

relación entre el desarrollo de conductas agresivas y muricidas y una disminución del

recambio serotoninérgico.

En humanos, en la década de los 60, se observó que, en enfermos depresivos que se

habían suicidado, las concentraciones de serotonina a nivel del tronco encefálico eran

significativamente menores que las de un grupo de individuos que habían fallecido por

causas no violentas. Más tarde se observó que una disminución de los niveles

cerebrales de serotonina en el sistema límbico hipotalámico se asociaba con

conductas suicidas o agresivas de tipo impulsivo.

Otros estudios han mostrado que cuando más bajos son los niveles de 5-ácido 5-

hidroxi-indolacético (5-HIAA), un metabolito de la serotonina, en el líquido

cefalorraquídeo, los niveles de agresividad de los actos suicidas son mayores.

También que los individuos con niveles bajos de este metabolito presentan una

historia personal de más detenciones policiales, conflictos laborales y conductas

autoagresivas.
Los clásicos estudios de la Universidad de Helsinki sobre una muestra de 36 asesinos

varones también aportan luz sobre este punto: se constataron unos niveles de 5-HIAA

más bajos en los sujetos de tipo impulsivo y más aún en aquellos que habían cometido

más de un crimen. En otro de estos estudios, que comparaba varones con

antecedentes de piromanía de carácter impulsivo, pacientes violentos con historial de

marcada agresividad y pacientes control, se vio que los niveles de 5-HIAA en el líquido

cefalorraquídeo eran más bajos en el grupo de pirómanos, mientras que los niveles

de ácido homovanílico (HVA), un metabolito de la dopamina, fueron mayores en este

grupo.

Otro estudio describió el caso de una familia holandesa en la que 14 miembros fueron

detenidos por actos violentos continuados, entre los que se incluían intentos de

asesinato, violación y piromanía. En esta familia de detectó una mutación genética

ligada al cromosoma X que ocasionaba una alteración en la funcionalidad de la enzima

MAO-A que, a su vez, originaba una disminución en la concentración de 5-HIAA en el

líquido cefalorraquídeo.

Los estudios de receptores en cerebros post mortem de suicidas también ilustran la

relación agresividad-serotonina, pues se ha observado un incremento en el número

de algunos subtipos de receptores de la serotonina en la corteza prefrontal de estos

sujetos.

Estos hechos también se corroboran desde la perspectiva farmacológica. La

administración de fluoxetina, un antidepresivo de la familia de los inhibidores

selectivos de la recaptación de serotonina, que aumenta la concentración de este


neurotransmisor en el espacio sináptico, ocasiona una reducción en la puntuación de

las escalas de agresividad.

En el sentido opuesto, se ha constatado que la administración de p-clorofenilalanina,

un inhibidor de la síntesis de serotonina, induce la aparición de conductas agresivas,

al igual que la administración de neurotóxicos serotoninérgicos.

La noradrenalina también ejerce su papel

El sistema de neurotransmisión central noradrenérgico también se relaciona con las

conductas agresivas. En modelos animales, la respuesta agresiva hacia los animales

intrusos se incrementa al potenciar la función adrenérgica con antagonistas alfa2.

En humanos, se han observado niveles elevados de 3-hidroxi-4-metoxifenilglicol

(MHPG), un metabolito de la noradrenalina, en la orina de suicidas, así como en el

líquido cefalorraquídeo de personal militar con acentuadas conductas agresivas. En

casos de suicidio, se ha detectado un aumento de la densidad de receptores

adrenérgicos en la corteza prefrontal y en el hipotálamo.

También se ha establecido una relación entre el desarrollo de conductas agresivas y

la catecol-O-metil-transferasa (COMT), enzima responsable de algunas vías

metabólicas de la noradrenalina: pacientes esquizofrénicos que expresan

fenotípicamente una variante de la COMT de baja actividad muestran mayor riesgo de

presentar agresividad.

En resumen, la hipofunción serotoninérgica se asociaría más a conductas agresivas

de tipo impulsivo, mientras que la actividad noradrenérgica marcaría la dirección de la

agresividad, de forma que cuando este sistema está hiperfuncionante, la agresividad

se dirigiría hacia el ambiente externo, y cuando está hipofuncionante, la violencia se


dirigiría hacia el propio individuo, como sucede en los pacientes agresivos con riesgo

de suicidio.

Y las hormonas, ¿también intervienen?

La participación del sistema endocrino en el origen de las conductas agresivas, sobre

todo las hormonas sexuales, también parece evidente, fundamentalmente la

testosterona. Esto se ha comprobado en varios estudios, que compararon los niveles

de esta hormona en un grupo de estudiantes frente a un grupo de delincuentes,

observándose unos niveles de testosterona más elevados en el segundo grupo.

Del mismo modo, altas dosis de esteroides anabolizantes, especialmente entre los

deportistas, se han relacionado con algunos casos de episodios psicóticos, junto con

un aumento de la irritabilidad y la agresividad, y también se ha observado en algunos

pacientes con síndrome de feminización tratados con andrógenos.

Los corticoides también se han relacionado con actos agresivos. Sus niveles

plasmáticos son elevados en animales subordinados en la escala jerárquica grupal.

Del mismo modo, se ha descrito un aumento de la agresividad al microinyectar CRF

(factor liberador de corticotropina) en distintas áreas cerebrales del animal de

investigación. Además, se ha podido constatar un incremento de CRF en el líquido

cefalorraquídeo de individuos suicidas.


Conclusiones:

❖ Hablar de comportamiento agresivo o violento es referirse a la comisión de un

acto intencional con el fin de ocasionar daño físico a otro individuo. Existe una

estrecha relación entre los comportamientos agresivos y la exposición al estrés

durante las etapas críticas de desarrollo neurológico, los cambios físicos y las

enfermedades mentales, lo cual se basa principalmente en los procesos

biológicos y sociales que influyen en el desarrollo psíquico de una persona.

❖ Las causas de la conducta antisocial pueden explicarse desde diferentes

enfoques; en este sentido, son de gran interés la biología y la genética

molecular, donde dichas causas se exponen en relación con factores

hereditarios, mutaciones genéticas, toxicidad por drogas, alteraciones en la

producción de neurotransmisores y traumatismos que afectan al sistema

nervioso.

❖ Se considera que la conducta agresiva es resultado de la interacción de

diversos factores entre sí. Entre ellos destacan la relación entre impulsos

agresivos y reactividad emocional a estímulos ambientales, agregando una

deficiencia de los mecanismos inhibitorios de control, que como consecuencia

manifiestan conductas violentas. En este sentido, ciertas estructuras límbicas

como las áreas ventromediales del hipotálamo, la corteza órbito-frontal y los

lóbulos frontales y temporales se consideran como reguladoras de la conducta

agresiva. Estas áreas también interactúan activamente con neurotransmisores

tales como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, las cuales

desempeñan un papel muy importante en el desarrollo de la conducta violenta.


Recomendaciones:

❖ Se debe hacer promover la obtención de mejores y más confiables datos sobre

seguridad a nivel oficial. La estadística sobre criminalidad presenta vacíos e

inconsistencias que dificultan el análisis profundo a partir de ella.

❖ Se deben reforzar y potenciar las buenas prácticas y programas iniciados en el

país en materia de justicia juvenil. En el Perú han iniciado programas de Justicia

Juvenil Restaurativa que ofrecen alternativas distintas a llevar los casos de los

adolescentes infractores a instancias judiciales y a dictar medidas de

internamiento. Este tipo de prácticas son concordantes con la legislación

internacional y la vocación general de promover la rehabilitación de los

jóvenes, antes que el endurecimiento del castigo.

❖ Las políticas sobre justicia juvenil deben diferenciarse por tipo de actor: no es

lo mismo trabajar con jóvenes pandilleros que con otros que han iniciado una

carrera delictiva. Los jóvenes recluidos por delitos menores pueden ser

atendidos por programas que prevengan el internamiento, mientras que los que

cometen delitos graves deberían encontrar condiciones adecuadas a su

rehabilitación en los centros juveniles, evitándose que estas poblaciones se

encuentren en contacto. El estudio pretende haber mostrado la heterogeneidad

de los jóvenes en los diversos ámbitos en que se encuentran. No todos los

infractores se encuentran en las mismas trayectorias de vida.


Fuentes Bibliográficas:

❖ Aboitiz, F., Shröte, C. (2006). Genética y Conducta en el Síndrome de Déficit

Atencional e Hiperactividad. Revista Chilena de Neuropsicología, 15-20.

❖ Ayuso, J. L. (1999). Biología de la conducta agresiva y su tratamiento.

Universidad Complutense Alcalá. Madrid, España. Salud Mental. Número

especial.

❖ Bogeart, G. H. (2007). Neuroanatomía del psiquismo y origen de la

esquizofrenia (II). Ciencia y Sociedad. Enero/marzo, vol. 32. núm. 001.

❖ Castro, E., Chico Ponce de León, F., Gordillo Domínguez, L. F., Portugal

Rivera, A. (2007). Neurotransmisores del sistema límbico. Hipocampo, GABA

y Memoria. Primera parte. Salud Mental. Julio-agosto, 7-15.

❖ Gutiérrez García, A. G., Contreras, C. M. (2008). El suicidio y algunos de sus

correlatos neurobiológicos. Primera parte. Salud Mental. Julio-agosto, 321-

330.

❖ Huerta C, D., Polo, S., Martínez, R., Oré, R. L., Miranda, C. (2007).

Polimorfismo Val108/158Met en el gen dopaminérgico catecolo-metil

transferasa (COMT) en una población mixta peruana y su importancia para

los estudios neuropsiquiátricos. Anales de la Facultad de Medicina. 321-327.

❖ Jara, M. y Ferre, S. (2005). Genética de la violencia. Rev. Chil. Neuro-

Psiquiatr. [online]. (43)3: 188-200, citado el 13 de junio de 2012.

❖ Marín, J. L., Fernández Guerrero, M. J. (2007). Tratamiento farmacológico de

los trastornos de personalidad. Clínica y Salud. Sin mes, 259-328.


Anexos

También podría gustarte