Está en la página 1de 2

Puertas del Paraíso de Ghiberti (Primer panel: Creación del mundo y expulsión)

Escultura en relieve de carácter religioso correspondiente al Renacimiento, en


concreto al Quattrocento. Se trata de las puertas de la fachada este del Baptisterio del
Duomo de Florencia. Fueron realizadas por Ghiberti en la primera mitad del siglo XV, en
bronce sobredorado mediante la técnica de la fundición. Su función era decorativa y
didáctica, por plasmar el inicio del pecado, pero también el camino de la salvación. Son
una muestra paradigmática de la plena asimilación de los planteamientos clásicos.

Ghiberti fue un orfebre que ganó un concurso para realizar las segundas puertas del
Baptisterio, superando a un competidor de la talla de Brunelleschi. Tenía que cobijar las
escenas en un marco tetralobulado y representar El sacrificio de Isaac. La impecable
factura, el virtuosismo técnico, la ondulación de los pliegues, la delicadeza de los detalles,
así como el melodioso ritmo gótico le hicieron merecedor del premio.

Tras el éxito alcanzado, le encargaron las últimas puertas del Baptisterio, orientadas
hacia el este, en las que realizó cambios que afectan al diseño, al tratamiento técnico del
relieve y a las fuentes de inspiración, pues representa escenas correspondientes al Antiguo
Testamento, que van desde la creación hasta el encuentro del rey Salomón con la reina de
Saba. Prescinde de las pequeñas casillas lobuladas y opta por diez espacios cuadrados. En
cada uno se desarrollan dos o más episodios, relacionados pero pertenecientes a momentos
distintos.

El panel propuesto contiene la creación de Adán, la de Eva mientras él duerme, la


comida del fruto prohibido y la expulsión del Paraíso, contemplados desde el cielo por un
coro de ángeles presididos por la figura de Dios Padre. Sitúa la escena dentro de un marco,
en concreto un paisaje que representa el Paraíso con algunos árboles y animales. Dicho
paisaje no es un mero accesorio, sino que adquiere protagonismo por sí mismo. Las figuras
son muy vivas, se desenvuelven cómodamente en un espacio definido y real, y manifiestan
sentimientos, como la sorpresa de Adán tras su creación y el enfado del ángel de la
expulsión.

En un enmarque cuadrado, el desarrollo compositivo recibe el mismo tratamiento


que una pintura de su tiempo. Adopta la perspectiva lineal de Paolo Uccello y los
complejos efectos de profundidad que Donatello había transmitido al bajorrelieve mediante
la técnica del schiacciato o aplastado. Aplica el llamado relieve pictórico, utilizando
diferentes niveles de volumen, desde figuras casi exentas hasta grabados superficiales
como los de una medalla, para definir planos de profundidad. Varía los esquemas, con
líneas verticales en Dios Padre, diagonales en Eva naciendo, escorzos en los ángeles e
incluso forma serpentinata en el cuerpo de Adán. Con todo ello consigue una mayor
sensación de realidad y de espacio.

La luz crea efectos de brillo por el dorado y de claroscuro por las diferentes alturas
del relieve, que generan entrantes y salientes, no sólo en el paisaje, sino también en los
personajes y en sus ropajes.

En los marcos, con reproducciones de esculturas griegas y festones de flores, frutas


y animales, muestra el respeto con que el nuevo arte observaba la Antigüedad y la
naturaleza.
Inspirada en los relieves de los paneles interiores del Arco de Tito de Roma, fue la
gran obra de Ghiberti, a la que Miguel Ángel consideró, por su perfección y belleza,
merecedora de ser la Puerta del Paraíso, como popularmente se la conoce. Rodin se
inspiró en ella para realizar sus famosas Puertas del Infierno. Otros escultores del
Quattrocento italiano son Donatello, Jacopo della Quercia, Luca della Robbia y
Verrocchio. En el Cinquecento destaca Miguel Ángel.

También podría gustarte