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El acoso callejero

Cada vez que regreso a casa pienso en las versiones de mí que ya no volvieron,
procuro caminar lo más rápido posible por las calles, así mismo busco las avenidas
más transitadas y con mayor iluminación, aunque esto implique mayor tiempo para
llegar a mi destino; dónde quedó la niña que solía irse por el parque y por el camino
las corto, la que se pone los auriculares, porque le encanta caminar al ritmo de
diversas melodías y no tiene ningún miedo de perderse sonidos, que ahora los
considero una alerta, la que no echa a correr cuando alguien ebrio la "piropea",
pienso en aquella niña, la que no soporta que le dijeran "halagos" que no deberían
ser ya más normalizados, pienso mucho en la que solía usar su blusa favorita, la
cual favorecía su figura y la hacía sentirse bien consigo misma y su cuerpo, la que
confiaba en que sus amigos no serían capaces de incomodarla de una manera tan
vulgar, la que sin temor expreso lo que le había sucedió y a cambio de apoyo le
hicieron creer que era normal. Ahora solo veo a alguien que lleva las llaves entres
los dedos como si fueran pequeñas navajas, la que usa ropa holgada expresando
eh logrado tener éxito, hasta ahora regreso a casa, pero siempre me preguntó ¿Cuál
de todas las precauciones que tome me trajeron de vuelta? O muchas veces pienso
que por lo menos no pasó de una echada de mano, así mismo cuántas a lo mejor
no llegaron a salvó a sus hogares.

¿Por qué solemos definir cómo piropo a lo que es acoso sexual? El acoso sexual
callejero son prácticas de connotación sexual ejercidas por una o varias personas
desconocidas en espacios públicos como lo es en el transporte, la calle, centros
comerciales, universidades, entre otros. Estás acciones no son consentidas por la
víctima y quién realiza estos actos de incomodidad no tiene ningún interés de
entablar comunicación con la persona.
Lo que es silbidos, miradas lascivas, piropos, gestos obscenos, comentarios
sexuales, fotografías y grabaciones del cuerpo, echadas de mano, persecución,
arrinconamiento, masturbación, exhibicionismos; son unas de las tantas acciones
que se denominan como acoso sexual callejero.

A pesar que este tipo de violencia se da mayormente en mujeres no hay porque


dejar a un lado que los hombres también pueden llegar a ser víctima de alguna de
estas acciones.

Hay muchas formas de no ser cómplice del acoso callejero el cual aplican para
hombre y mujeres, como lo es informarte ya que es la mejor forma en la que tú
podrás identificarlo, cuestionar todas las prácticas que has aprendido desde la
infancia y que ante la sociedad muchas veces suelen ser normales y aceptables,
habla con tus amistades y familia para poder concientizar sobre el tema, utiliza el
lenguaje apropiado a la hora de hacer un cumplido hacia una persona, no toques
ni sigas a ninguna persona sin su consentimiento, tampoco acoses con la mirada,
no insistas, si ves que alguien más práctica el acoso callejero detenlo, aunque en
Guatemala no es una práctica penalizada puedes acudir a asociaciones como lo es
la OCACGT la cual te pueden ayudar a llevar a cabo la denuncia.

Eso de incomodarse en lugares públicos por prácticas nefastas día con día suelen
normalizarse más, al punto de que no nos dejan ver otra opción más que vivir con
ello, no tenemos por qué seguir viendo estas acciones, en lugares que suelen ser
lugares para distraernos, relajarnos etc. Decidimos salir por diversas razones, pero
muchas veces solo procuramos llegar a salvó a nuestros hogares, sin a ver pasado
un mal rato, sin haber llegado a sentir alguna incomodidad, sin haber tenido que
pasar un momento que se guardara en mi memoria como mal rato, y haber sido solo
una víctima que no suelen escuchar. El inculcar a la población valores
fundamentales en la vida es una necesidad más que obvia, que no suele tomarse
con importancia pero que nos puede llevar a vivir en armonía y sin miedos dejando
en claro que el respeto nos une.

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