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#SomosMuchas

Somos Muchas
Historias de acoso callejero
y otras malas yerbas
Texto: © Varios autores
Portada: © Mauricio Zamudio

© 2018

Este libro es gratis: se puede copiar, imprimir y descargar todas las veces que se quiera. Queda prohibido su uso comercial.
Somos Muchas
Historias de acoso callejero
y otras malas yerbas
“Yo no me visto para provocarte: mi vida no
gira entorno a tu pene. ¡Supéralo!”
“Yo me visto para mí, no para ti”.
(Frases vistas en marchas contra el acoso)
Índice
Introducción 9

Hilo original de @TefitaTuets 13

Historias de Acoso Callejero 17

Abuso de Poder 43

Médicos 49

Familia 51

Fiesta 55

Comentarios Masculinos 59

Somos muchos los indiferentes 61


Introducción
El día 11 de enero de 2018 en la red social Twitter se estaba discutiendo
en distintos términos (algo muy común en esta red) el valor del
"piropo" y por qué hay mujeres en Chile (y algunos hombres) que
están abogando porque este deje de existir en la calle y en todas las
relaciones no cercanas. Esto se vio violentamente exacerbado por un
mensaje machista publicado por un exfutbolista:
"Da miedo tirarle un piropo ahora a una mujer. Te puede caer una
denuncia. Mientras tanto, ellas muestran y muestran. Y uno no es de
plasticina"
En medio de una lluvia de comentarios de distinta índole, la twittera @
TefitaTuets (Stephanie) publicó un hilo de 16 comentarios contando
distintas experiencias de acoso callejero que le tocó vivir desde los 10
años en adelante. A partir de la intensidad de sus historias, muchas
mujeres comenzaron a contarle cosas que les habían ocurrido y de ahí
surgió la idea de este libro: #SomosMuchas
La invitación, extendida por la misma @TefitaTuets, era a participar
con las historias personales vividas por las tuiteras asociadas al acoso
callejero. Muy rápidamente aparecieron historias de todos los tonos,
motivo por el cual el título de este libro tiene la frase "y otras malas
yerbas", para poder incluir parte de dichas historias.
Educadas desde siempre a no debíamos confiar, no acercarse a los
hombres, no vestirse de ciertas maneras ni usar maquillaje porque
estaban provocando; llega el abusador/acosador, hace algo (cualquier
cosa) y la mujer se siente culpable porque probablemente es su "culpa".
Lo ocultan y se avergüenzan por temor a que les reafirmen lo que
temen… y de pronto un día, al hablar, y las respuestas oscilan entre:
"¿por qué no hablaste antes?", "es tu culpa por haberte callado", "estás
exagerando", "es mentira", "¿qué prueba tienes?", "tú le diste espacio",
"tú no debiste hacer… (rellene con cualquier idea que se le ocurra que
permita asumir que la culpa es de ella)", mientras que el abusador/
acosador sigue no solo impune sino que además casi sin recibir censura
social.
La realidad del acoso callejero es algo que parece suave o "no tan
terrible" para muchos, pero las historias que fueron reveladas con
motivo de dicho hashtag muestran que hay mucho que no se tiene a
la vista cuando hablamos de "acoso callejero": el rango etario de las
personas receptoras de dicho acoso (llama mucho la atención que no
se le llame pedofilia, en el libro mismo se puede ver que es indudable
que hay muchos pedófilos sueltos en la calle), la selección de palabras,
la culpa de las víctimas, el miedo, además de la rabia por los constantes
ataques que recibieron muchas de estas personas con motivo de dichas
historias y por si fuera poco la rabia por la minimización del presente,
entre las cosas más fáciles de observar. Nunca lo conté hasta hoy, es la
primera vez que lo cuento, frases muy comunes que demuestran que la
presión detrás de estos acosos es mucho más grande que los eventos
mismos.
Más de 600 tweets fueron publicados usando el hashtag #SomosMuchas
y en este libro se recogen solo algunos para efectos de intentar retratar
un sentir social acerca del acoso. Más de 1.000.000 de vistas sumaron
en total los tweets, pero para que estas historias no desaparezcan de la
retina y no queden en la memoria como "otro evento más en Twitter",
las dejamos en este libro.
Este libro es para observar. La edición se hizo para efectos ortográficos
y de estilo considerando ajustar la forma a un libro en lugar de los
micro mensajes que permite Twitter. Las historias están disponibles
desde Twitter, por lo cual este libro es gratis, ya que los textos están
disponibles para todos desde esta red social.
Es imposible clasificar en blanco y negro la diversidad de historias
contadas, pero para efectos de ordenar el contenido de este libro, está
dividido en: Acoso Callejero (Este es el foco principal del libro. Refiere
a interacciones ocurridas principalmente en la calle, al amparo de ese
espacio público donde tantos defienden a la mal entendida "libertad de
expresión". Si alguna historia refería a situaciones ocurridas en locales
comerciales o espacios geográficos abiertos rurales, también fueron
colocadas acá, porque también tienen el valor de "espacio público");
Abuso de Poder (cualquier circunstancia en que las jerarquías hayan
sido la herramienta de violencia para facilitar el acoso o abuso); Médicos
(historias ocurridas dentro de la consulta con diversos especialistas);
Familia y Fiesta.

#SomosMuchas
10
Los nombres fueron neutralizados para permitir que los hablantes
tengan libertad de reconocerse como deseen ante este libro. La
repetición de algunos nombres no necesariamente significa que son
historias de la misma persona.
Si alguna de las mujeres que contó su historia en Twitter se siente
"pasada a llevar" por este libro, le pedimos disculpas, y esperamos que
haber cambiado su nombre pueda paliar en algo dicho malestar.
Gracias a todos los que ayudaron a hacer este libro. Pero más
importante es agradecer a cada una de las personas que valientemente
contaron sus historias, porque ellas son la razón de ser de este libro.

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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#SomosMuchas
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HILO ORIGINAL DE @TefitaTuets

Stephanie @TefitaTuets - 11 ene. 2018


A los 12, caminando en la calle, un viejo se me acercó y me empezó
a contar que le encantaría volver a tener 15 “pa’ poder pololear
conmigo”. Estuve mucho rato pensando que quizás era culpa mía por
verme mayor, siendo que ni siquiera me habían salido pechugas y era
súper flacuchenta.

A los 15, caminando con uniforme escolar, me acaloré y paré a


sacarme el chaleco. Pasó un viejo en bicicleta y me dijo “uffff, qué
rico el calor”, mientras se agarraba el paquete.

En unas vacaciones familiares en que fuimos en patota a la playa,


un tío me dijo que debería empezar a usar sostenes porque podía
distraer a alguien. Todavía no me llegaba la regla. Luego de eso usé
poleras holgadas por años.

En un concierto de Muse me agarraron el poto varias veces, pero


nunca caché quién fue. En una fonda en Algarrobo, nuevamente me
agarraron el poto, pero le agarré la mano al loco y le pegué. El ex de
una amiga me tuvo que sostener pa’ que parara. Son años de rabia
acumulada.

En la universidad un profesor pasó toda la clase mirándome el escote


y me pidió que me quedara después de clases para conversar algo.
Estando los dos solos me sentí incomodísima, así que lo ofendí a
propósito para que me dejara ir.

Al salir de la media me inscribí para sacar licencia de conducir. El día


del examen iba el examinador de copiloto, otra niña que también
daba el examen manejando y yo atrás. El examinador se daba vuelta
y me acariciaba las piernas. Era verano e iba con shorts. Cuando me
tocó a mí manejar, iba tan nerviosa que me equivoqué un montón.
El examinador me aprobó apenas y me dijo: “bien, pero necesitas
ponerte menos nerviosa”. Me dio rabia pero no dije nada.

En la media, esperando a mi mamá a la salida del metro, en uniforme,


se me acercó un tipo y me pidió indicaciones para llegar una
dirección. Se las di y luego me preguntó si había considerado ser
modelo.

Tengo más experiencias, por lo que tengan por seguro que aún
queda mucha rabia en este corazón.

Supongo que comparto esto porque me frustra mucho que nos


digan exageradas. También quiero recalcar que el acoso no es un
problema de clase o de contexto, pasa en oficinas en Vitacura con
aire acondicionado y en conciertos con entradas caras, no solo si hay
maestros de la construcción.

#SomosMuchas
14
Acoso Callejero
Carolina
Andrea dice: "Yo quiero salir y caminar por la calle tranquila.
No me agrada que me digan cosas, me intimida, me molesta,
me avergüenza". ¿Eso es lo que tanto les cuesta entender?
#SomosMuchas las que pensamos lo mismo. Bien @AndreaAristegui
Historias de Acoso Callejero

Lorena
Venía del gimnasio, cerca de mi casa, vestía un polerón ancho. Me
crucé con un tipo que me agarró la pechuga y apretó fuerte. Me
dolió, me asusté y avergoncé, no atiné a nada. Llegué llorando a mi
casa #SomosMuchas

Paola
Tenía 16 años. Venía en la micro del colegio y me quedé dormida.
Desperté cuando un asqueroso de mierda me tocó las piernas. Es una
de muchas situaciones que he pasado toda mi vida. #Somosmuchas

Candela
Una de las veces más potentes fue hace un par de años. Eran las
12 del día y fui al banco cercano a mi periférica casa en bicicleta.
Cuando iba de vuelta me topé frente a frente con dos ejecutivos de
unos 30 años que me dijeron varias cosas, pero recuerdo una de ellas
muy claramente: "que ganas de hacerte de todo". Me di vuelta y lo
encaré con la voz tiritona y, con esa rabia llena de pena, le grité un
discurso estudiado que solía aplicar en estas situaciones. Su reacción
fue enojarse y gritarme "¿Qué esperai si salís vestida así a la calle?", y
siguieron caminando como si nada. Yo me quedé ahí un momento y
luego me puse a pedalear muy rápido pensando en lo horrible de ser
mujer, lo horrible de que no existan espacios públicos seguros y lo
horrible de pensar que hombres de mi edad son incapaces de ver las
opresiones que tienen impuestas. #somosmuchas

Mabel
Muchas veces, cuando salíamos con mis amigas del colegio,
había tipos que se bajaban los pantalones para mostrarnos
todo. A veces se masturbaban cerca nuestro. ¡Qué pesadilla era
ser adolescente, no podíamos estar ni en un plaza tranquilas!
#somosmuchas
Serafina
Hoy iba caminando al metro, cuando un viejo bajó el vidrio del
auto para decirme: "mi amor, qué amaneció rica". El acoso callejero
existe y lo vivimos a diario. El "ingenio" varía desde frases como
la que escuché hoy hasta hueás como "te chuparía las tetas".
#SomosMuchas

Serafina
#SomosMuchas. Estaba obligada a irme o regresar de la pega con
choferes de la empresa. Tuve que aguantar invitaciones y preguntas
inadecuadas, invasión de mi espacio, comentarios del tipo: "¿Qué
diría su papá si supiera que se anda paseando con un viejo a las 2 de
la mañana?"

Eliana
Inventario rápido: uno tocándose al lado mío en la micro, a mis 16
años; 2 agarradas de poto, 16 años; 1 agarrada de pechuga, 15 años;
1 acosador, 30 años.
#SomosMuchas

Ana
De chica no entendía la obsesión de los hombres por opinar de
mis tetas. Primero me avergoncé, empecé a usar ropas anchas, a
doblarme y esconderme, que no me notaran. Luego a enfrentarlos,
responderles y a defenderme. Esto es tan común #somosmuchas
Dirán que me salvé de peores. Nada saben.

Marcia
#SomosMuchas Una vez pasando por fuera de "Il Successo" en
la Alameda, un viejo salió del negocio para decirme: "Washita, le
chuparía todo de atrás pa' delante". Eran las 9 de la noche y ni
siquiera había oscurecido.

María
Estaba sola en una playa de Brasil, tomando sol y pasando la mañana
cuando empiezo a escuchar como si me llamaran. Me doy vuelta y en

#SomosMuchas
18
los matorrales, un tipo se masturbaba esperando que mujeres solas y
asustadas lo miraran. #SomosMuchas

Claudia
Universitaria en un local en Valparaíso, subo la escalera y me agarran
el poto a dos manos #SomosMuchas

Carolina
Caminando por pleno centro de Concepción, con uniforme, 4 de la
tarde, vi un tipo escondido en la puerta de un edificio masturbándose
mientras me miraba. ¿Lo peor? Una se siente hasta culpable y se
cuestiona incluso si haber tomado esa calle fue la mejor decisión
#SomosMuchas

Claudia
A los 15 años vamos caminando con mis tres amigas, pasa un viejo
en bicicleta y le agarra la pechuga a una. #SomosMuchas

Serafina
2016. Pega nueva. Llevaba poco tiempo cuando abrí la puerta de la
oficina y encontré al hombre que cuidaba masturbándose en nuestros
puestos de trabajo. Hablé con mis jefes y el dueño: me dijeron
que las cámaras no grababan por lo que no se podía hacer nada.
#SomosMuchas

Daniela
Cerca del puente Pío Nono, un día de verano, un tipo agarró a mi
mamá del brazo y le dijo "camina", y se la empezó a llevar pa'l río.
Ella le preguntó el nombre. Él dijo: "Gonzalo, ¿y tú?". "Rodrigo",
dijo ella. "Sale, maricón culiao", dijo y la dejó. Llegó temblando.
#SomosMuchas

Amelia
El 2003, aproximadamente, llegó el primer sex shop a Concepción,
en el Boulevard. Yo andaba buscando regalo de cumpleaños para mi

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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yunta que era media cartuchoncita cuando se me acercó un hueón
a preguntarme si me gustaban esas cosas. No lo pesqué y le dije
que no era asunto suyo, pero siguió preguntando hueás y tirándome
piropos como "estai rica" y que quería probar esas cosas conmigo. Lo
mandé a la chucha y me metí a la tienda, él se quedó en la puerta. La
vendedora me preguntó qué quería y le conté lo que había pasado.
Me dijo que no era a la primera a la que le pasaba, pero no sabía si
era el mismo tipo siempre. Llamó a un guardia que me ayudó a salir
de la galería. #SomosMuchas

Carolina
7 de la mañana, caminando al paradero para irme al colegio, tenía 12
o 13 años, de repente siento como un hueón casi me levanta con la
agarrada de poto que me mandó. ¿Cómo chucha no pueden entender
que la ropa con la que una ande no es justificación?, estos hueones
no perdonan nada #SomosMuchas

María José
#SomosMuchas El piropo más curioso que me han tirado fue el otro
día saliendo del metro Bellas Artes. Un hueón rancio hizo el clásico
sorbeteo asqueroso y me dijo “uhhhh, blanquita como la coca”.

Lucía
Desde el hueas desconocido que me plantó un beso en una plaza,
el conchesumadre que me agarró el poto cuando pasó en bicicleta,
hasta el hijo de puta que intentó aprovecharse porque yo había
bebido demás. #SomosMuchas

Marla
Hoy ya vieja esos comentarios acosadores aún te agreden. Hace un
par de meses a las 6pm. en General Salvo con Providencia, un cerdo
me dice "¿¿y esa zorrita me está esperando a mí??". El miedo y el asco
me invadieron. Hice como que no oí porque usaba audífonos, pero
fue horrible la sensación #SomosMuchas

#SomosMuchas
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Myriam
Personalmente viví 3 experiencias horribles: una en el colegio, una
ocho años después en un trabajo (y esa duró harto tiempo) y otra en
la calle. En esta última el tipo quedó en el hospital: bien pateado en
las bolas y yo detenida... Sí: la gente que vio me denunció.
#SomosMuchas

Carolina
A los 18 me bajé de la micro en la Gran Avenida. A una cuadra de
mi pega, un tipo que venía en la misma micro se bajó conmigo,
me siguió unos pasos y me agarró el trasero, y arrancó. Lo seguí,
le pegué un rodillazo en su entrepierna y corrí. Asustada, llorando.
Cambié de ruta. #SomosMuchas

Francesca
El otro día andaba con un vestido corto que uso con shorts por
obvias razones. El viejo que vende paltas en la esquina me dijo que
yo era muy linda pero mi problema era que mostraba muy poco. Yo
iba con mi hija de 3 años. #SomosMuchas

Paula
#somosmuchas Una vez iba de noche de vuelta a la casa en la
micro y me senté en la ventana. Un hueón se sentó al lado mío y
cuando quise bajarme me dijo: “no te voy a dejar bajar porque eres
demasiado linda”. Al final pude bajarme como cuatro cuadras más
allá. Fue como a las 10:30 pm. Le conté al pololo que tenía en esa
época y ni se inmutó. Desde ese momento prefiero irme parada,
porque si te vas en la ventana puede que te hagan la encerrona y si
vas en el pasillo no falta el viejo culiao que te pasa el paquete por
el brazo. ¡Ah!, y también un hueón me sacó fotos en el metro: ni
disimuló. No supe qué hacer, fue súper como el hoyo. También le
conté a mi pololo de esa época y nuevamente ni se inmutó.

Myriam
En la micro, a los 15 años, un viejo asqueroso se sentó a mi lado y
deslizó sus dedos por mi pierna. Con mucho miedo me paré, pero no le
dije nada. Él se hizo el dormido. Aún recuerdo esos dedos asquerosos.

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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Constanza
Mis peores experiencias de acoso.
Un hueón que me gimió mientras caminaba a plena luz del día por
Kennedy.
En la misma calle, un viejo trató de meterme en su auto.
En el metro un hueón se empezó a frotar en mí, me levantó la falda y
me agarró el poto. Suma y sigue. #SomosMuchas

Ximena
A los 7 años un tipo en la micro me manoseó, primero me tocó
las piernas y luego el pecho. Como yo iba del lado de la ventana
tuve que pedirle que se moviera para pararme y llegar donde
estaban mis papás. Por mi cara se dieron cuenta de que algo
pasaba. Les conté y mi papá casi lo mata, pero yo sentí que había
sido mi culpa.
A los 12, mi profesor de violín trató de besarme en la boca.
Hasta ese momento yo lo veía como mi abuelo y no me había
dado cuenta de las innumerables veces que me había manoseado
aduciendo que tenía pelos de gato en mi jumper. Cuando les
conté a mis padres supe que ellos ya habían sido advertidos
pues el profesor era famoso por manosear a sus alumnas. A él lo
sacaron del colegio y yo me cambié a contrabajo, pero nada se
supo públicamente.
A los 37, mi jefe, un Seremi, me llevó a un terreno de 2 días en donde
intentó propasarse pidiéndome que le hiciera masajes y buscando
una intimidad que no había. Si bien lo rechacé, a la vuelta supe que
en la oficina se decía que yo era la "5º mujer que se metía con él", al
parece no fui la primera y para el resto fuimos nosotras las zorras.
Podría seguir, pero me parece que es una clara muestra de cómo nos
violentan no solo desde niñas.

Isi
Cuando yo tenía solo 8 años, fui a la casa de una compañera de curso
y jugábamos en el ante jardín con nuestros juguetes. Jugábamos a la
pinta, la escondida y surgió la idea de saludar a la gente que pasaba
por fuera de la casa (barrio totalmente residencial, sector oriente de
Santiago) y al saludar a un viejo, de unos 50 años alrededor, se paró
en una esquina, sacó su pene y se comenzó a masturbar en frente de
nosotras. Con mi inocencia yo pensaba que era un globo inflable que
sacó, y nos escondimos con miedo y risa.

#SomosMuchas
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Mónica
A los 20, en una micro llena, yo iba sentada con varias bolsas y
mi mochila. Se subió un cobarde de corbata y, tapándose con su
chaqueta, se sacó el pene para frotárselo en mi hombro. Me levanté y
lo bajé a combos, y nadie hizo nada. #SomosMuchas

Valentina
Yo tenía 16 años e iba cruzando las boleterías de un metro, cuando
vienen en mi dirección dos niños de no más de 11 años. Uno de ellos
se pone en mi camino y me agarra la entrepierna y siguen su camino.
Me quedé helada, no supe cómo reaccionar.

Carmen (chilena viviendo en Suecia)


A los 13 años iba camino al funeral del abuelo de una amiga en
Seminario con Providencia, con una amiga, y un viejo se acercó a
nosotras y dijo "cositas más ricas, les chuparía el chorito con limón",
mientras se ponía muy cerca de nosotras. Solo atinamos a correr muy
rápido.
A los 8, en una fiesta familiar estaba vestida con unas calzas que
me encantaban, escuché decir a uno de mis tíos que se me "veía la
empanada". Desde ahí que nunca más usé calzas sin shorts arriba o
para hacer deporte.
Hace una semanas fui a una fiesta con varios trabajadores de bares y
restaurantes. Pensé que en Suecia estaba segura, hasta que un tipo
vino y me agarró el poto en el medio del salón (ni si quiera había
gente bailando o algo así). Alcancé a agarrarlo y putearlo, pero me
sentí muy impotente porque mi zona de seguridad fue vulnerada. Lo
bueno fue que recibí el apoyo de mis compañeros de trabajo.

María
A los 18 años, mientras estacionaba el auto a las 2 am. se para una
moto en el portón. Cierro asustada. Me grita de lejos: ¿me puedes
ayudar? (con el casco puesto). Me acerco por si necesitaba ayuda. El
tipo se baja los pantalones preguntando si el porte de su pene estaba
bien #SomosMuchas

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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Luz
Tenía 17 años, iba caminando al colegio, de frente venía un niño más
alto que yo pero se veía menor y me miraba raro. Cuando pasó por el
lado mío me levantó la falda, me empujó contra una muralla y trató
de bajarme la ropa interior. De no ser por un señor que salió de su
casa a ayudar, me habría violado #SomosMuchas

Claudia
A los 12 años, en una micro repleta camino a mi colegio, me
metieron la mano bajo el jumper con mucha fuerza. Yo quedé
paralizada. Miré para atrás con mucho miedo y no supe cuál de
todos los hombres de corbata había sido el cobarde. Nadie vio nada.
#SomosMuchas

Isi
Cuando tenía 7 años, en el Santa Isabel de Limache, me agaché a
recoger un dulce y un hombre me agarró la cadera y me punteó. Yo
no dije nada porque no sabía qué me había hecho, con el pasar de
los años me di cuenta.

Andrea
A mí un señor me mostró la tula en la calle cuando yo tenía 10
años; un huaso me manoseó en el sur MAL cuando tenía 11 años,
que creo que si no me escapo la cosa pasa a mayores; y un profesor
mío amor platónico se "enamoró" de mí cuando él tenía 30 y yo 13.
#SomosMuchas

Trinidad
Creo que la primera vez que me acosaron tenía 11 años. Iba con una
compañera de colegio hacia su casa. Un auto para frente a nosotras
y un hueón adentro se estaba masturbando. Quedamos heladas.
#SomosMuchas

Sonia
Me recuerdo en la terraza con una amiga cuando teníamos 13 años.
Al frente, desde la ventana, un hombre desnudo se masturbaba

#SomosMuchas
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observándonos. No contaba con que se encontraba en casa el papá
de mi amiga. #SomosMuchas

Lorna
#SomosMuchas Recuerdo que a los 10 años andaba en micro y fue la
primera vez que un viejo me tocó la vagina. A los 13, un tipo me dijo
que estaba "buena para hacer el amor" ¡y yo ni tetas tenía! A los 16,
un tipo me agarró y besó en la calle. Era chica, flaca, nada sensual,
nada.

Mónica
A los 15 años, a una cuadra de mi casa, un cobarde me siguió en su
auto blanco, abrió las puertas y riéndose me gritaba que me violaría.
Yo grité tanto que apareció un vecino y se fue volando. Pasé meses
caminando con miedo por la calle. #SomosMuchas

Isabel
#SomosMuchas
Historia de acoso: una vez, a los 10 años, iba por una calle cerca de
mi casa y un viejo me agarró el poto. Pasaron años en que no podía
volver a caminar por esa maldita calle.

Paula
#SomosMuchas me recuerda cuando fui abusada por un compañero
de teatro y la directora de la carrera me dijo: "le pasa por ser tan
linda". No sabe cuánto me destruyó ese simple acto.

Karen
Recuerdo cuando mi hermana mayor estaba embarazada de 6 meses
aprox. (yo tenía 14 años) y salimos a comprar. Un grupo de punkis se
nos puso por alrededor y le decían que saliera con ellos, que les diera
su número, etc.: No nos dejaban pasar. Desde ese día los detesto
#SomosMuchas

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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Myriam
Tenía 12 años. Camino al colegio me detuve a subir mis calcetas.
Un asqueroso sobre una pandereta, con voz erótica, me dice "venga
pa' subírselas con la lengüita". Asustada, apuré el paso y por miedo
nunca conté. Él a diario estaba ahí mirando. Ese día supe que era un
hueón enfermo #SomosMuchas

Ķatty
A los 12 años me encantaba ir al colegio, hasta con lluvia, pero debía
pasar por un puente. Un tipo con impermeable y paraguas aceleraba
el paso y empecé a correr. Él hizo lo mismo. Me gritaba que parara.
No lo hice. Salí del puente y él se esfumó... #SomosMuchas

Leslie
16 años, camino a mi liceo tranquilamente como cada mañana. Un
hombre me comienza a perseguir. Acelero el paso lo más que puedo,
pero continúa persiguiéndome. Logra alcanzarme, me agarra del
brazo con fuerza, se baja los pantalones y empieza a masturbarse.
Corro. #SomosMuchas

Verónica
Tenía 10 u 11 años y el encargado del arriendo de caballos del
camping donde estaba, mientras arreglaba la montura de mi caballo,
me manoseó como quiso. No dije nada porque me sentí culpable
#SomosMuchas

Pitu
A los 11 años iba caminando a tomar la micro para ir al colegio y
me aborda un hombre con un abrigo, lo abre y está sin pantalones,
mostrando sus genitales. Desde esa ocasión que salgo preparada
para "defenderme" y lo he tenido que hacer muchas, muchas veces
#SomosMuchas

María Jesús
Iba en la micro cuando tenía 13 años. Ni siquiera me había
desarrollado. Un viejo se sienta al lado mío y se me acerca mucho

#SomosMuchas
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diciéndome que estoy rica, que me haría cagar y que era mi culpa,
que no podía hacer nada contra eso. Intenta meter la mano en mi
falda y yo grito ayuda #SomosMuchas

Mariana
Tenía 14 años. Iba caminando por la calle cuando un hombre me mira
fijamente, le sonrío con indiferencia y me contesta 'qué linda eres'. Le
digo gracias y sigo mi camino. 4 cuadras después me encuentro con
que me está siguiendo en auto. Me siguió 7 cuadras. Le hice un gesto
para preguntarle si pasaba algo. No me respondió. Me asusté. Me
siguió hasta mi casa. Me hice la que buscaba algo en la mochila con
la esperanza de que se fuera y escuché cómo ponía el freno de mano.
Cuando levanté la vista vi que se estaba masturbando. Me asusté
mucho, corrí. Me tocó la bocina. Por suerte no lo vi de nuevo.

Alejandra
Cuando tenía 9 o 10 años se dio mi primera situación de acoso. Un
tipo que mi mamá conocía, de aproximadamente 30 años me acosó
constantemente cada vez que me veía. Al salir de la escuela, siempre
me topaba con él y siempre ocurría la misma situación en que me
tocaba más de la cuenta. Me seguía a donde fuera. Un día decidí ir
a comprar y me lo topé otra vez. Esta vez fue más allá y me dio un
agarrón en el trasero. El tipo tiene una enfermedad mental, así que
nunca se lo conté a nadie, siempre me sentí culpable y que no podía
hacer nada, porque claramente él estaba ya en mala condición como
para que una niña de diez años lo acusara de algo. Nunca se lo he
contado a nadie, pero esta situación caló hondo en mí. Cada vez
empecé a tener más miedo de encontrármelo, de que me pasara de
nuevo con otra persona, hasta que empecé a dejar de salir.
Tiempo después esto se desató en una fobia social de la que no he
podido recuperarme. Hace unos meses iba saliendo de la estación
de metro que queda cerca de mi casa, cuando un tipo me abordó
diciendo cosas del tipo "eres muy linda", "¿qué haces sola?", mil
piropos que yo no pesqué hasta que decidió agarrarme las pechugas.
Me forcejeó para que no me fuera. La gente venía saliendo del tren,
muchos lo vieron y nadie hizo nada. No quiero imaginar qué habría
pasado si hubiese salido de la estación sola hacia mi casa, así que no
me quedó otra que esconderme entre la gente y devolverme en otro
tren, llamar a mi pololo, esperar que fuera a buscarme y finalmente
poder volver a mi casa con un poco más de calma. Ese día lloré.

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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Cada vez tengo más miedo de salir de mi casa. Estoy de vacaciones
y llevo más o menos dos semanas encerrada, sin ir a ningún lado,
sin ir a hacer ni siquiera un trámite básico porque mi fobia social y la
ansiedad están cada vez peor. No quiero volver a salir y ver sus caras.
Tengo miedo de que me pase algo todos los días.

Katy
9 Años. Era la primera vez que viajaba sola en bus a mi casa. Un tipo
se sentó al lado y comenzó a masturbarse. No atiné a hacer nada,
solo a ponerme en la esquina. Una señora se dio cuenta y le dijo al
auxiliar. Después se quedó conmigo todo el viaje. #SomosMuchas

Francisca
La primera experiencia que recuerdo debe haber sido a los 10 años.
Me mandaron a conseguir una caja al negocio de enfrente. Cuando
acompañé al tipo a la bodega me dijo "si ud. es tan bonita" y me
agarró a besos. Todavía me lo encuentro en la calle. #SomosMuchas

Tamara
A los 14 años el padrino de mi hermano chico tocó mi vagina. Tomó
mis manos y comenzó a tirar mis brazos para que lo acompañara a
su pieza, afortunadamente en ese momento mi mamá me llamaba
desde otro lugar de la casa. Nunca lo conté porque pensé que mis
papás no me creerían, hasta que un día fue el cerdo a mi casa a
decirme que me acompañaría en la noche en la camita porque mis
papás irían a un matrimonio. Jamás llegó, menos mal, pero les conté
a mis padres y nunca lo enfrentaron. Hasta hoy que ya tengo 32 años
no sé nada del viejo culiao cerdo.

Carola
A los 11 años regresaba a casa del colegio y un tipo en auto buscaba
una calle que justo quedaba cerca de mi casa. Me ofreció llevarme y me
subí porque se veía confiable. Me manoseó las piernas, le supliqué que
me dejara bajar. Paró el auto y pude bajar. Se abrió el cierre, me mostró
el pene y me dijo: "Aquí tiene que hacerle cariño a su papá". Y se fue.
No les conté a mis papás por miedo a que me retaran, porque no debía
subirme a autos ni hablar con extraños. Estuve una semana temblando.
Fui víctima de un pedófilo por unos eternos veinte minutos.

#SomosMuchas
28
Teresa
A los 15 años aproximadamente, mi vecino me vio que venía del
colegio, me agarró de los brazos y me puso contra la pared. Quería
saber si tenía novio (le dije que sí, pero era mentira). Quería que nos
fuéramos a drogar al cerro (esa era su idea de cita) y no me dejaba
escapar de él, hasta que me puse a llorar y no recuerdo si lo golpeé o
empujé y llegué a casa corriendo y llorando.
A los 22 años aproximadamente, iba de regreso a casa en la micro
de la universidad. De repente capto que no había nadie en la micro,
solo yo, y que el micrero se estaba desviando del camino. No me
dejaba salir por la puerta hasta que lo golpeé con mi mochila y entré
a una botillería a llamar por teléfono a mi madre para que me fuera a
buscar. Yo no sabía dónde estaba.
Y así un sin fin de historias: desde gritos en la calle hasta palmadas
en el trasero en la disco ¡Indignante! #somosmuchas

Lila
Cuando tenía 13 hice la cimarra y fui al cine. Un señor se sentó a
mi lado y de a poco comenzó a meter su mano debajo de mi falda.
Me quedé paralizada porque no sabía lo que estaba pasando. Él
me metió los dedos en la vagina y no recuerdo nada más. Me sentí
sucia y avergonzada. No le dije nada a nadie porque pensé que no le
creerían a la niñita rebelde q faltó a clases; y también porque creí que
la culpa era mía por ir a un lugar que no correspondía y por dejar que
eso pasara y no gritar. Tampoco le conté a mis padres porque pensé
que me retarían y no quería que sufrieran.
Así es que archivé ese episodio en el fondo de mis recuerdos y lo
bloqueé. Desde ese día cambié para siempre, pasé de ser la niña vivaz
y entretenida, a convertirme en una tímida y retraída versión de mí.
Así es que archivé ese episodio en el fondo de mis recuerdos y
lo bloqueé. Comencé a vestirme con buzos y polerones talla XL.
También empecé a encorvarme, supongo que para esconderme de las
miradas masculinas.
Pero lo peor que me hice fue dejar de comer. Llegué a pesar 42 kg
y solo reaccioné cuando debieron operar mis ojos por una infección
ocular y porque también se me estaban soltando los dientes.
He tardado años en recuperarme. Aún lo estoy haciendo. Mi
autoestima casi no existe y soy demasiado crítica conmigo misma.
Aún tengo problemas con mi apariencia, me cuesta confiar y
entregarme a un hombre, y cuando finalmente me decido, terminan
defraudándome.

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


29
Cuento mi historia porque quiero explicar que no soy ni feminazi ni
tonta grave por luchar por la dignidad de todas las mujeres. Yo solo
era una niña y no me gusta que le siga pasando a otras niñas y a
otras mujeres. Solo quiero que entiendan que #SomosMuchas

Karen
Tenía 20 años e iba de viaje en bus de noche y un tipo de 50 años
aproximadamente me mete la mano en la blusa mientras yo dormía.
Desperté y empecé a gritarle y a pedir ayuda. Me gritó: “llevo rato
tocándote y ahora te espantai”. Nadie me ayudó e incluso algunos
hicieron "shhh": me cambié de asiento. #somosmuchas

Francisca
Hace 3 semana paseaba por la Vega con un grupo turístico (soy guía)
y un viejo me empezó a decir piropos. No le puse atención y cuando
pasé por su lado me insultó y me escupió por "no ser agradecida con
sus halagos" #somosmuchas

Camila
Nunca lo he contado. Me pasó a los 7 u 8 años más o menos.
Caminaba por el barrio a la casa de una amiga (a 1 cuadra de mi
casa) y un tipo sacó su miembro y me lo mostró. Corrí muerta de
miedo. A los 15 un tipo metió su mano bajo mi falda de colegio. Le
tiré una piedra.

Graciela
#SomosMuchas He recibido varios agarrones. El más doloroso fue
con 12 años, mientras pagaba una revista en kiosco fuera de mi casa
y el vendedor metió su mano bajo mi uniforme. Lloré tanto.
Además, hoy está el abuso virtual con ese envío de fotos de genitales
a quien no quiere verlas.

Laura
Hace 3 meses, en Mendoza, un tipo me ve caminando de frente a él,
se baja el pantalón y comienza a masturbarse. Cuando nos cruzamos,
me agarra el poto. Cuando mi amiga le gritó, él solo se rió.

#SomosMuchas
30
Francisca
27 años, cenando en un restaurant familiar en Ñuñoa. Voy al baño
y cuando me voy a bajar el pantalón, veo una mano con un celular
grabando desde el baño de hombres. El tipo trabajaba ahí [en tuits
posteriores, la tuitera confirmó que el tipo fue despedido]

Bianca
#SomosMuchas Tenía 12 años cuando camino al colegio, temprano,
en una micro se sentó a mi lado un hombre de terno con un maletín
que puso sobre sus piernas. Al rato me empezó a dar codazos para
que mirara cómo se tocaba, muy asustada me bajé y él me siguió no
sé por cuánto rato.

Daniela
A los 14 caminaba hacia el colegio y una pareja, que venía de la
mano, se me cruza en dirección contraria. Al pasar a mi lado el tipo
me agarra las pechugas y se ríe de mi. Fue tan humillante.
Nunca he dejado de pensar en lo que esa mujer viviría con ese
degenerado. #somosmuchas

Magdalena
Cuando me preguntan por mi primer beso se me viene a la mente
esta situación que me da vergüenza. Muchas veces lo escondo o
hablo del segundo, porque el primero fue forzado. En una tienda, me
llevó hasta atrás. Hubo toqueteo. Un tipo 10 años mayor que abusó
de mí sin mi consentimiento #SomosMuchas

Francisca
Cuando tenía 9 años fui a ver unos cachorros recién nacidos en la
esquina del edificio y apareció un viejo que insistía en que fuese con
él a su departamento. No sé cómo me agarré de una reja tan fuerte
que se cansó de tironearme a los 10 minutos cuando empecé a gritar

Francisca
Chofer de Uber, me pregunta dónde voy, le comento que estoy
enferma que me van a pinchar. Me dice con tono acosador “¿y

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


31
no querís que te pinche yo?”. No le hablé en todo el camino, fue
realmente asquerosa la experiencia. #SomosMuchas

Francisca
Tenía 16 años. Iba caminando a casa por la calle, 8pm y un tipo
estaciona su auto al lado mío, me llama así como para preguntar una
dirección, me acerco y tenía su pene fuera (estaba masturbándose),
corrí lejos y me puse a llorar (en shock). #somosmuchas

Tania
La primera experiencia que recuerdo de acoso fue un día que andaba
con mi mamá comprando en la vega. En uno de los pasillos un par de
hombres nos acorralaron para decirle a mi mamá ordinarieces y a mí
que era un cheque a fecha y que estaba rica. Tenía 10 años.

Rocío
Tenía 19 años. Un viejo (de cincuenta y algo) se bajó en la misma
estación de metro que yo y me siguió –mientras se me insinuaba– por
todo el supermercado al que entré, insistiéndome que le diera mi
número de teléfono. No compré nada: me perdí entre los pasillos y
salí corriendo. #somosmuchas

Mirella
¡Con cuál empiezo! ¿Cuando tenía 8 y alguien me tocó o cuando tenía
11 y alguien me dijo "rica" en la calle? ¡Pero qué tonta fui! Ahora
alguien dice que eso subía la autoestima.
#somosmuchas

Natalia
Tenía 8 años cuando un tipejo me siguió por cuatro cuadras diciendo
todas las barbaridades que se le ocurrieron ¡8 años! Iba de jumper y
con un bolso más grande y pesado que yo. Váyanse a la cresta con su
defensa del "piropeo galante". #SomosMuchas

#SomosMuchas
32
Joaquina
"Me falta el puro limón pa' chuparle ese chorito". Yo tenía 16 años,
jumper, a las 7:30 de la mañana, sola, camino al colegio. Eso pa' mi
fue acoso, a propósito del viejo culiao patético del Pollo Véliz que no
puede piropear tranquilo el pobre.

Pía
A mí entre los 15 y los 18 me habrán agarrado el trasero unas
10 veces, me pusieron el miembro encima en la micro la misma
cantidad, hasta que una amiga feminista me enseñó a parar el carro
con voz fuerte y clara. Le agradezco eternamente.

Francisca
Estaba en Fantasilandia, en un juego de agua, había una fila enorme.
Yo tenía 14 años, y un tipo de atrás empezó a sobar su pene en mi
espalda. No sabía qué cresta estaba pasando hasta que sentí algo
duro. Me puse a llorar. No me subí a ningún juego más ese día.

Karen
11 años. Luz de día. En bus un viaje de media hora. Un tipo de 50
haciéndose el dormido me toma la mano y me la pone en su pene
sobre el pantalón. Me aprieta. Me asusto. No entiendo. Me bajo
apenas puedo. No dije nada en casa. #somosmuchas

Rachel
Cuando tenía 15 años iba en el asiento de la ventana de una micro
y se sentó un tipo al lado. Empezó a preguntarme cosas y yo le di
información falsa. Cuando le pedí permiso para bajarme se paró y
al pasar me agarro de la cintura y me punteó. Me bajé tiritando y
rogando que no se hubiese bajado. #SomosMuchas

Dominga
Una vez un tipo en moto me agarró el culo a dos manos mientras yo
andaba en bicicleta de noche. Sentí un miedo e impotencia horrible.
Justo el semáforo más cercano dio rojo y mi miedo se transformó en
rabia, así que me apuré pa' alcanzarlo y encararlo. Le pregunté, con

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


33
la voz tiritona, que si me había agarrado el culo, que qué hueá le
pasaba. El tipo se puso agresivo, me empezó a insultar tratándome
de loca. Su reacción me dio miedo, así que terminé yéndome,
asustada, enojada y llorando. #somosmuchas.
Cada vez que me acuerdo siento impotencia por no haber anotado
su patente pa' denunciarlo, pero ni cagando podía pensar claramente
después del shock.

Antonia
Un sábado por la tarde iba caminando por la calle y un tipo me
agarró el poto, grité y nadie me ayudó. Llamé a mi pololo de esa
época para contarle y me dijo que para qué andaba con short corto,
que me expuse a la situación #SomosMuchas

Karen
Una vez me manosearon en la calle, otra vez me dijeron “vamo a
echar cashita” y en otra oportunidad me silbaron cuando saqué
a pasear en coche a mi bebé. 2 veces me han seguido en la calle
(Temuco y Santiago) #SomosMuchas , lamentablemente.

Graciela
Me chocan las fotos de perfil con penes erectos. Sin ser cartucha, lo
considero una falta de respeto.
Puede mandar en forma privada esas fotos íntimas a quien "quiera y
acepte" verlas y jugar con ud. Pero ¿usted va por la calle mostrando
su pene? Esto es lo mismo.
#somosmuchas

Claudia
No hace tanto, en el vagón del metro, tres hueones frente a mí,
tomando cerveza y diciéndome "piropos" sin parar. Yo estaba con
audífonos y fingí no escuchar. Me bajé en otra estación porque no me
atreví a decirles nada, nadie lo hizo tampoco. #SomosMuchas

#SomosMuchas
34
Paz
#SomosMuchas A los 12 años, de la mano de mi mamá en el centro
de Concepción, un hombre me pellizcó el trasero.
Mi madre lo dobló de un carterazo.

Josefina
A los 15 años mi mamá me venía a buscar a unas clases. Quise
adelantar camino y un señor que manejaba un camión me dijo
que me llevaba. Cuando le dije “no, gracias”, me insistió: “súbete”
con tono amenazante. Basta de hacernos sentir vulnerables.
#SomosMuchas

Marta
Lo peor, y creo que por eso no se denuncia a viva voz en el momento
mismo, es que estos desgraciados al ser increpados se ponen
agresivos y te gritan "loca de mierda" o "fea, seguro eres muy rica".
#SomosMuchas

Claudia
Mis pechugas alcanzaron su tamaño actual, copa D, a los 11 años,
cuando en la calle solo quería jugar y andar en bicicleta. En vez de
eso, tenía que aguantar que me dijeran que tenía ricas tetas, por eso
odio esa palabra. #SomosMuchas

Francisca
"Piropos" oídos desde la bici: "¿por qué no te sentai acá mejor?",
"Quien fuera bici pa' estar entre esas piernas", "¡qué no me haría con
esas piernas, oiga!" "Pedalee con cuidado, hermosa", "uy, dios mío,
¡¡cómo las hacen hoy!!", etc., etc. #SomosMuchas

Marcia
#SomosMuchas Después de bajarme del colectivo, en pleno enero,
un viejo me detiene y espera que me quite un audífono para decirme:
"Dios le cuide sus pechuguitas". Lo único que le respondí fue: "Viejo
culiao" y seguí caminando.

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


35
Francisca
28 años, 7 meses de embarazo, 9pm, metro Grecia. Señor random:
"uuuuhhh, mamacita, ojalá la guagüita salga tan rica como usted".
#SomosMuchas

Alexandra
Estaba en la media e iba en el último asiento de la micro cuando un
viejo a mi lado comenzó a masturbarse bajo su maletín. En primera
instancia no atiné a nada hasta que reaccioné, pedí ayuda y lo
bajaron de la micro #SomosMuchas

Marcia
#SomosMuchas Con mi mejor pinta de indigente, entrando a mi casa,
tras ir a comprar el pan, un auto se detiene y me dice: "¡Washita rica!"
y partió. Antes de que llegar a la esquina le grité: "conchetumadre".

Carolina
Año 2015. 9.30 AM. Saliendo del gym, comiendo un plátano y un
viejo como de 50 años viene caminando de frente. Se toca el pene
por encima y me dice: "Aquí tengo un plátano más rico para que me
lo chupe". Quedé helada. #SomosMuchas

Malú
#SomosMuchas las que sufrimos el asqueroso punteo en el @
metrodesantiago en horas de alto tráfico. Cuando me toca eso, aplico
codazo fuerte hacia atrás. Si sigue, enfrento y lo echo a patadas
del metro. Espero que metro haga campaña en contra del ABUSO
CALLEJERO.

Daniela
Como a los 20 años empecé a andar con un gancho alfiler muy
grande a modo de protección. No vacilé en enterrárselo al hueón
que me iba tocando la pierna en el bus a Valpo. Ahogó un grito y se
cambió de asiento. #SomosMuchas

#SomosMuchas
36
Marcia
#SomosMuchas Una vez en el supermercado a las 11 de la mañana,
un hueón me siguió por varios pasillos que por la hora y el día
estaban casi vacíos. Ni siquiera miraba las estanterías, hasta que me
di vuelta y le dije con mi peor cara: "¿Nunca hai' visto una mujer con
shorts, hueón?".

Elisa
Yo recuerdo que cuando salí del colegio en dirección a mi casa pasó
un viejo en bici detrás mío y me dijo "Estai rica". Yo quedé "¿Qué
chucha?". Cuando llegué a mi casa le conté a mi mamá y me dijo
"Tómatelo con humor, no es grave". Odio la forma en que piensa mi
vieja #SomosMuchas

Javiera
#SomosMuchas
Iba sentada en la ventana escuchando música. El viejo que se sentó al
lado se acercó mucho a mí, pensé que porque la micro iba muy llena.
No me di ni cuenta y el culiao tenía su mano sobre mi muslo.
Resultó que la culpa era mía por estar pendiente de la música.

Maira
#SomosMuchas
Cuando tenía 14 años iba con mis hermanas de camino a casa. De
repente un tipo en bicicleta venía caminando en sentido contrario. Yo
estaba a la derecha de las tres, y el tipo se hizo a un lado de donde
estaba y me dio un agarrón. No dije nada hasta hoy.

Pepa
Tenía 11 o 12 años, venía andando en bici con una amiga en la
esquina de mi casa, cuando un viejo (que aún vive al frente mío)
me empezó a seguir diciéndome cosas como “mijita rica”. Fue tanto
el impacto que me caí de la bici, la agarré y partí rajá pa' la casa.
#somosmuchas

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


37
Carolina
Mil historias que contar. Opté por dos formas de reaccionar: una
“evitando” o “minimizando” situaciones, no pasando por sectores
con grupos de hombres, no ponerme tal falda o tal escote; luego
ya envalentonándome y enfrentándolos con garabatos, llevaba un
saquito con piedras o palos, etc.

Marcia
#SomosMuchas En el metro, hora punta y me quedo en la puerta. Un
hueón detrás de mí pone su mano deliberadamente curvada hacia
afuera para tocar mi trasero con el movimiento del tren. Antes de
bajarme, le enterré el taco en el pie, recargando todo mi peso en él.

Rachel
Hace unos meses volvía de la universidad a las 3 pm. Quería pasar
a un súper pa' hacer almuerzo así que esperé para cruzar en la
esquina. Pasó doblando un auto por ahí y un saco'e huea sacó la
mitad del cuerpo y me agarró una pechuga: me fui directo a mi casa
llorando. #SomosMuchas

Mabel
#SomosMuchas Cuando tenía 15 cometí el gran pecado de hacer la
cimarra. Iba caminando a las 11 de la mañana por una calle solitaria
afanada en mis doritos, solo venía un hombre en la cuadra, me dijo:
"Mire, mijita, piquito". Tenía su pene casi encima mío. Por suerte pasó
un ciclista.

Paz
15 años. Me sigue un auto por varias cuadras, con un hombre mayor
diciéndome groserías... y pidiéndome que me subiera a su auto.

Mirella
Cuando tenía 21 años caminaba con mi mamá cuando pasó un tipo
en bicicleta en sentido contrario, me agarró tan fuerte una pechuga
que me botó. Eran las 2 p.m.

#SomosMuchas
38
Danae
#somosmuchas
Hace 3 años, en una micro tipo "peñaflor", un tipo se sentó a mi lado.
Se hizo el dormido y con un dedo comenzó a levantarme la polera.
Me quedé helá'. Al tercer intento me paré y le di un carterazo en la
cabeza. Me arrepiento de no haber gritado antes.

Marcela
El acosador y asqueroso de la micro del bus Chillán-Santiago, el
pasado pa'la punta en el carrete, el que no entiende que NO es NO,
nos faltan caracteres para escribir tanta inmundicia #SomosMuchas

Mabel
#somosmuchas he recibido comentarios respecto de mi poto, mis
tetas y lo que harían con ellas, nunca los he pedido, nunca me han
gustado, tengo mil respuesta para esos cobardes, pero las pocas
veces que he respondido me ha llegado un rosario de ordinarieces
peores de vuelta.

Katy
#SomosMuchas A los 12 salía de entrenamiento de vóley con una
polera deportiva que mostraba los hombros. Me encantaba. Iba tan
feliz y un viejo de 50 aprox. me habla y dice poco menos que me
haría de todo y que le encantaban mis tetas. ¡Tenía 12 años!, quedé
infinitamente traumada. Siempre tuve mucho busto para mi edad y
por episodios así siempre usé cosas cerradas y hasta el día de hoy no
me verán con escotes pronunciados. Son cosas que quedan.

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


39
#SomosMuchas
40
Otras malas
yerbas
Nicolás
En mi trabajo como psiquiatra veo a cada rato mujeres abusadas
por jefes, maridos, padrastros... y luego re-abusadas por familias
completas que les dicen que es mejor quedarse callada para que no
tengan problemas. El #SomosMuchas es real.
Abuso de Poder

Camila
23 años, clases prácticas de cirugía en el hospital. En pabellón un
cirujano me pregunta: ¿cuánto semen cree que eyacula su pololo?.
Ese mismo hueón me acosó durante un mes, me dejaba regalos,
les decía a todos que estaba enamorado de mí, me invitaba a la
playa...y acosando a otras compañeras. Sí, #SomosMuchas y no
escandalizamos, no somos histéricas, no exageramos y no nos
victimizamos como afirman muchos hombres e incluso algunas
mujeres. No pararemos hasta que se acabe el abuso hacia las
mujeres. #MeToo #TimesUp

Luz
A los 22 estaba haciendo la práctica y me mandaron a conocer otra
de la centrales de la empresa (hidroeléctrica) iba con un ingeniero.
Todo el camino se me insinuó me trató de agarrar las piernas, me
ofreció plata para ser su amante y yo en medio del cerro sin señal
#SomosMuchas

Maya
Cuando tenía 19, trabajando como secretaria, el dueño de la empresa
me llamó a su oficina, me ofrece departamento y un auto a cambio
de que tuviéramos sexo. Lo peor es que no había nadie más y me
empezó a describir lo que sentía cada vez que me veía. Solo atiné a
renunciar #SomosMuchas

Elena
No tenía más de 12 años, pero recuerdo muy claramente cómo un
profesor de historia se agachó bajo mi asiento con el único propósito
de ver mis calzones. Hueón, ¿qué gracia tiene la ropa de una niña?
(Primera vez que lo digo) #SomosMuchas
Ignacia
Tengo mil historias. Odio recordarlas. Desde chica los hombres me han
acosado mucho. Parece que a todas es lo mismo, pero yo sentí siempre
que era mucho. De mi edad, niños grandes y viejos. Siempre sentí a
los hombres como depredadores. Mis experiencias más complicadas
(personalmente): a lo que me expuso mi viejo, por su inconsciencia
respecto a mí, o qué sé yo. Era un saco de huéas. Me llevaba a la
casa de un amigo suyo, para hacerle de pantalla, mientras se comía
o se culeaba a la señora. Nunca supe. Pero siempre íbamos cuando
él casualmente no estaba. Mientras ellos desaparecían, los hijos de la
mujer me acosaban. Yo tenía como 8 o 9 años. El de 14 me trataba de
dar besos y me dejaba jugar en el compu solo si le daba la mano. O
me la daba él, solo porque le gustaba. Eso me respondía cuando yo le
pedía que no lo hiciera. El hermano chico era más niño y actuaba más...
violento, podría decirse. Trataba de besarme sin mi consentimiento no
más y entre los dos me sostenían y me hacían callar.
Más grande, a eso de los 12 o 13, mi viejo me llevaba a la
casa de unos amigos suyos. Estaba lleno de niños. Todos re
hipersexualizados. Yo era todo lo contrario, muy pudorosa. A veces
los niños hacían cosas que me incomodaban y mi viejo los celebraba.
Uno quería pololear conmigo y nos hicieron compartir un caballo en
un viaje que tuvimos juntos (como para hacernos gancho, pero yo ya
había dicho que no me gustaba). Se sentó detrás mío y me agarró las
tetas. Da lo mismo si tenía o no, el rollo era que todos sabíamos que
ahí iba a tener tetas. Mi viejo se rió y celebró la "picardía" del niño.
Después vinieron desconocidos. Unos pacos en la playa que me
trataron de convencer de entrar a la comisaría porque tenían dulces
y juegos en los computadores (mi debilidad). Casi entro. Mi mamá
cachó (estábamos veraneando en una casa frente a la comisaría)
y me retó por hablarle a esos viejos cerdos. Sentí que me metí en
un problema gigante. Ya no podía salir más de la casa, no quería
hablar con ellos. Tenía terror de encontrármelos en la playa. No
tenía explicación para darles de por qué ya no iba a verlos, más que
mi mamá no me dejaba ir porque los encontraba pedófilos. Lo pasé
como el hoyo paqueada un tiempo.
Ya de grande, 24-23 años, estaba agarrando con una chiquilla media
escondidas en unas sombras de la noche. A lo que llega una cuca
de pacos, se bajan y nos damos cuenta de que están ahí cuando nos
alumbran con sus linternas y nos dicen: "ya poh, chiquillas, sigan,
sigan". Como me enojé, nos hicieron control de identidad y pasar un
mal rato. Ahora tiro piedras a todos los que puedo. Pero no siempre
hay alrededor.

#SomosMuchas
44
Isabel
Trabajaba en faenas mineras en el norte de Chile, y mi jefe "me
invitó" en reiteradas ocasiones a su habitación (estábamos en
campamentos en la mina). En otra ocasión me preguntaba si lo
encontraba muy viejo. Siempre me hacían comentarios con respecto
a mi cuerpo, porque no era solo mi jefe, mis compañeros de trabajo
también, TODOS. Creo que fue la época en que acumulé más odio
y ahora siempre que me miran insistentemente en la calle o en la
micro, quiero ir a darle un combo en el hocico al hueón que lo hace.

Liliana
Tenía 7 años y me mandaron a dejar una medicina a la vecina. Ella
andaba de compras. Su esposo me dijo q pasara. Entré al living y
ahí el viejo de mierda me dijo que le mostrara los calzones. Salí
corriendo. Me dio mucha verguenza por lo que no le conté a nadie
hasta muchos años después. #SomosMuchas

Dalia
Hace un par de años atrás, fui a dejarle bien claro a un imbécil en un
trabajo part time de mi hija (17) que sus palabras y actitudes eran
acoso. Detesto que haya mujeres de mi edad (46) que lo normalicen y
no apoyen la causa por el respeto que todas merecemos.
#SomosMuchas

Constanza
#SomosMuchas a los 9 años fui abusada por un eléctrico que estaba
haciendo arreglos en nuestra casa. No me atreví a decir nada. Creí
que era mi culpa y lo borré de mi memoria. 30 años después, en
terapia lo recordé. Es primera vez que lo cuento.

Dania
Estaba entusiasmada con un proyecto con profe viejo de la U. Me
encerró en su oficina y me dijo que sabía técnicas especiales. Me
levantó la polera. Logré escaparme. #SomosMuchas

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


45
Carmen
Cuando tenía 20 años, estaba embarazada de 6 meses y era ayudante
de un ramo de mi carrera. Un profe de 50 y tantos me sugiere que
tenga sexo oral con él para no dejar pendiente el ramo cuando me
"mejorara". Se fue de PLR de la universidad #SomosMuchas

Marina
A los 9 años un guardia del condominio me dijo que le encantaría
tener mi edad o que yo fuera más grande para casarnos y tener
hijos, porque seguramente mis hijos serían bonitos. Por suerte en mi
casa se hablaban estos temas. Pare mis antenitas y lo acusé con mi
hermano.
Desde entonces he sido desconfiada pero tampoco me libré de los
agarrones en la micro. Para evitarlos me empecé a ir a pata al colegio
hasta que un tipo me siguió y pasé el susto de mi vida. En el colegio,
el "típico profe caliente que te incomoda y le haces el quite"...
Me acuerdo de haber caminado un tiempo con piedras en la mochila,
y que cuando estaba cerca de mi casa empuñaba la llave por si tenía
que defenderme. Tonterías que una hace para sentirse un poco más
segura y combatir el miedo. Recordar que no es tu culpa, pero que no
puedes “pavear”.

Francesca
A los 16, el profesor de matemáticas (ramo en el que me iba como
el pico) me ofreció enseñarme "de formas más interesantes". Otras
compañeras y yo lo denunciamos y él lloraba haciéndose la víctima y
el sacado de contexto #somosmuchas

Valentina
El actual gerente de mi pega me mira el escote cada vez que puede y
no tengo ni pechugas. Es tanto el acoso que no puedo decirle nada,
solo atino a sentarme y sentirme culpable. #somosmuchas

Karina
Me acordé leyendo #SomosMuchas de un profe de cálculo que tenía
en la U. No había caso: me rajaba estudiando y solo tenía como nota

#SomosMuchas
46
un 2,7. Me sentía horrible. Él siempre me decía: "para consultas,
diríjase a mi oficina". Me daba miedo cómo me miraba.
Era bien fregado ese viejo. Al final al revisar mis pruebas me hablaba
y hablaba cosas nada relacionadas con su asignatura. Al final me
contó que la gran mayoría de las mujeres estábamos frustradas
sexualmente. Y siguió así. Me hice la loca y como pude me zafé de
esa situación y salí corriendo de su oficina. Le conté a mi madre y me
dijo que ella no creía que pasaran esas cosas y que cuando pasaban
era a las mujeres que se ofrecían.
Tenía mucho miedo y le conté a mi pareja, y él, en códigos de
hombres, habló con el viejo de mierda y se aburrió. Igual cuando me
veía me decía indirectas bien directas. La cosa es que, al revisar mis
pruebas, de un 2,7 pase a un mágico 5,2 en cálculo. Siempre lamento
y lamenté el hecho de que el "no" de una mujer no baste y que
tengamos que escudarnos en un hombre. Ufff.
Esta historia solo la conocía esa pareja y mi madre que siempre
piensa que las mujeres somos las que "tentamos" a los hombres,
aunque andemos vestidas casi como una homeless...
#SomosMuchas es fuerte contar este tipo de cosas, no es lo único
que me ha pasado pero lo que más me duele son las mujeres que
piensan que la culpa es de la mujer. Mi madre piensa eso hasta el día
de hoy.

Lorena
Tenía 7 años, me mandaron a dejar un remedio a la vecina. Ella
andaba de compras, su esposo me dijo que pasara. Entré al living
y ahí el viejo de mierda me dijo que le mostrara los calzones. Salí
corriendo. Me dio mucha vergüenza, no le conté a nadie hasta
muchos años después. #SomosMuchas

Gabriela
Hace un tiempo descubrimos junto a unas colegas a un funcionario
de la empresa tomando fotos al trasero de una compañera de
trabajo. Se lo dijimos a nuestra jefa, pero no hay pruebas. Él sigue
ahí, nuestra palabra no vale nada. #SomosMuchas

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


47
#SomosMuchas
48
Médicos

Camila
16 años, voy al oftalmólogo. Cuando me está realizando el examen
de los lentes deja caer uno. Cuando lo toma del suelo comienza a
subir lentamente mientras con sus labios va rozando mis piernas.
Quedé en shock, salí llorando y nunca le conté a mi familia.
#SomosMuchas

Pepa
Me identifico plenamente. Me han agarrado el poto en la calle, en la
micro, en discos, una teta después de la primera ida al ginecólogo
¿¡Que chucha los hombres!?

Paula
Era la segunda vez que iba al ginecólogo en Santiago. Vivía hace poco
en la capital entonces me era difícil encontrar un buen ginecólogo y
me recomendaron a este "profesional". Me hace pasar y me hace las
típicas preguntas. Termina de preguntar y me dice "Sácate el vestido",
a lo cual accedo y me hace la revisión en los pechos y me dice "Ya,
acuéstate en la camilla" de muy mala manera. Me acuesto y me revisa
de manera muy brusca, me abre las piernas. Yo era "chica" y estaba
nerviosa. Me hizo tacto vaginal sin guantes y me abrió las piernas
de manera muy brusca, yo entre nerviosa y asustada las cerraba, y
entre forcejeos me cierra las piernas de manera violenta y me dice
"no te puedo revisar, te acaba de llegar la regla", y me muestra los
dedos ensangrentados. Ahí recién caí en cuenta de que él estaba sin
guantes. Me vestí en un baño mientras me aguantaba el llanto, estaba
desnuda. Me dio unas pastillas anticonceptivas de muestra y me fui
en shock. Llegué a una plaza donde me puse a llorar desconsolada
y llamé a mi pololo para contarle lo que había pasado, pero me dijo
"que le puse color". Desde esa vez, han pasado ya 5 años, que no he
vuelto a ir a ningún tipo de ginecólogos ni médicos de ninguna índole
porque me da miedo.
Fran
A los 19 años fui al gastroenterólogo por estar con un cuadro de
gastritis nerviosa y el tipo, un viejo de unos 70, me dice que me suba
la polera. Me llamó la atención, pero era el médico. Después caché
que solo me estaba manoseando. Cuando lo confronté, me echó sin
ayudarme #SomosMuchas

Carolina
17 años, bronquitis, consulta con un médico, me hizo pasar a la
camilla y sacarme chaqueta y polerón. Me recostó y comenzó a
auscultarme, me dijo que mi asma era nerviosa, que tenía que
relajarme. Me hizo cerrar los ojos y empezó a dar masajes en los
hombros, bajó a mis bubis y se me puso encima. Lo saqué de un
empujón, tomé mi ropa y traté de salir de la consulta que estaba
con llave, le grité y se puso a reír, abrí la puerta y salí corriendo.
Fui a la PDI a denunciarlo y el policía me dijo “a lo mejor estabas
coqueteándole cuando te sacaste la ropa”.
#SomosMuchas

#SomosMuchas
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Familia

Serafina
No recuerdo cuántos años tenía cuando un hombre cercano a la
familia quiso ayudarme con mi dolor de estómago. Quizá tenía
8. Confundió mi estómago con mi vagina. No supe qué hacer,
hasta como los 18, cuando fui capaz de contarle a mi mamá.
#SomosMuchas

Felicia
A los 12 pasé el verano en la casa de unos familiares y uno de mis
primos de mi misma edad entró muchas noches mientras yo dormía
para poder agarrarme las tetas. Bloqueé por años la situación hasta
hace poco y nunca le conté a mi familia #SomosMuchas

Javiera
Yo también quiero contar una de las tantas veces que me han
acosado porque es una de las traumáticas.
Cuando tenía como 12 años fui a la casa de una prima a jugar, de
repente llega su hermano (primo mío también) y empezó a "jugar"
solo conmigo. Me hacía sentarme en sus piernas y de repente me
toma por detrás y empieza a meter su mano debajo de mi polera
y comienza a tocar mis pocas pechugas que recién comenzaban
a aparecer, caminando detrás mío refregando sus genitales en mi
trasero me lleva a su pieza y me tira sobre la cama y comienza a
meter su mano debajo de mi calzón. Yo tenía mucho miedo. Solo
atiné a salir de esa casa llorando, no entendía nada en ese momento
ni siquiera había dado mi primer beso, nada de nada, y él se creyó
con el derecho de tocarme.
Hasta el día de hoy tengo que compartir con él y actúa como si nada
nunca hubiera pasado, mientras que en mi mente esa situación
no desaparece. Hoy a mis 21 años es primera vez que me atrevo a
contarlo y mientras escribía fue inevitable llorar. He los testimonios
de muchas. Ya no me siento culpable por ser mujer, siento pena por
lo desagradables que son los hombres. En fin, esa es mi historia.
Francela
Un primo de mi papá me sobajeó entera y tenía 4 años, ¡¡¡4 poh,
hueón!!!! Pude escapar. A los 12, un vecino me sentó en sus
genitales... de ahí pa' delante mil historias. No las conté hasta como
los 25 porque me daba entre miedo y vergüenza #SomosMuchas

Fabiola
#SomosMuchas El marido de mi tía abusó de mí durante casi 10 años.
Él había prometido a mi madre, en su lecho de muerte, cuidarme para
siempre.

Serafina
Cuando era chica íbamos siempre a la casa de unos tíos de mi mamá.
El hermano de la tía era un viejo rancio. Una vez estábamos cenando
y se sentó a mi lado, yo tenía como 10 años, cuando puso su mano
en mi muslo. Enterré mis uñas lo más fuerte que pude en esa mano.
#SomosMuchas

Susana
Tenía 9 o 10 años. Cada vez que visitábamos a una amiga de mi
mamá, el papá de ella me sentaba en sus piernas y tocaba mi muslo,
rozando mi vagina. Perdí la cuenta de las veces que fueron. No lo
conté hasta como los 20 años. #SomosMuchas

Nadia
Tenía como 12 años y un tío nos llevó a su taller a jugar computador,
sentó a mi prima en sus piernas y comenzó a tocárselas, no
reaccioné, solo supe que no debía confiar más en él y se ganó mi
odio hasta hoy #SomosMuchas

Francesca
Cuando tenía 15 años me quedé a dormir donde mi tía. Mi primo
se levantó en la noche para tocarme y yo lo sorprendí. Cuando le
conté a mi tía al día siguiente, me dijo "tienes que entenderlo, tiene
13 años y las hormonas revueltas". Nunca más me quedé con ellos
#somosmuchas

#SomosMuchas
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Catalina
Yo tenía 5 años. Un conocido de la familia, durante un paseo familiar,
me lleva dentro del río con mis padres cerca, me mete la mano
dentro del traje de baño groseramente y me hace doler. No entiendo,
no me gusta. Fingí frío y zafé luego de un rato. No dije nada hasta
años mas tarde. #somosmuchas

Marjorie
#SomosMuchas Siempre he sido voluptuosa y desde niña he tenido
un cuerpo muy curvilíneo. A los 11 había salido con mi mamá y me
hermana mayor cuando un tipo se sienta al lado mío. Aprovechando
un minuto que mi mamá no estaba pendiente de mí comenzó a tocar
mis piernas y decirme q quería besarme. Cuando mi hermana se dio
cuenta le pego con una bolsa que tenía y el tipo arrancó. Me retaron
por no estar atenta.
Cuando tenía 13 el vecino frente a mi casa siempre me decía que si
yo tuviera 18 me enseñaría lo bueno de la vida. Yo le tenía mucho
miedo: él era un hombre muy grande. Un día yo venía del colegio y
paró en su camioneta y me dijo q me llevaba, le dije que no, pero
insistía y anduvo una cuadra a mi lado hasta q me subí, pero no
me llevó a mi casa, me llevó a un sitio eriazo y se bajó según él a
orinar, y me decía que me bajara para verlo. Nunca tuve tanto miedo
en mi vida. Pensé que me iba a violar. Comencé a buscar algo para
defenderme en la camioneta y encontré un clavo. Él me vio por
la ventana y se subió a la camioneta y me llevó a mi casa. Yo iba
llorando en silencio durante todo el trayecto, se reía de mí y me decía
que él jamás me haría nada que yo no quisiera y que agradeciera no
tener 18 porque a esa edad no me hubiese preguntado. Por suerte
nos fuimos de ese lugar unos meses después.
Ya en la enseñanza media yo iba a la iglesia evangélica y un
"hermano" me contrató de niñera porque su esposa estaba
hospitalizada. Siempre se me insinuaba y me decía qué lindo sería
tener una esposa tan jovencita. Me preguntaba cuántas veces había
tenido sexo y yo no sabía qué responder. Un día me agarró el poto y
trató de besarme. No fui más a su casa a hacer de niñera, entonces
él empezó a ir a mi colegio para acosarme y decirme que tenía que
quedarme calladita porque él era diácono y nadie me iba a creer
nada. También dejé de ir a la iglesia hasta el día de hoy.
En la calle muchas veces, tantas que no las puedo individualizar, sufrí
manoseos, agarrones, palabras sucias al oído describiendo lo que me
harían si pudieran, fue tanto que comencé a sentir vergüenza de mi

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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cuerpo y mi ropa. A los 19 empecé a fajarme los senos para no atraer
la atención, cambié mi talla M por talla XL para que no se notaran
mis curvas. Fui virgen hasta los 23 años porque tenía tantos traumas
que cada vez que alguien me tocaba despertaban todos mis miedos y
prefería no tener a nadie de pareja.

#SomosMuchas
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Fiesta

Elena
Hice una fiesta en mi casa por mi cumpleaños número 11. Subí a mi
pieza por un segundo y un compañero me siguió: no había nadie más
ahí. Me puso contra la pared y me empezó a tocar la espalda baja
diciéndome que estaba rica. Me puse muy nerviosa y bajé rápido.
#somosmuchas

Rachel
En un carrete, cuando aún era menor de edad, nos fuimos a dormir
todos cura'os y un hueón de 22 se fue a acostar conmigo. Me punteó,
manoseó e intentó masturbar. No hice nada por miedo a que se
pusiera violento, solo fingí moverme durmiendo y me acerqué a una
amiga #SomosMuchas

Cristina
#SomosMuchas
El año pasado una amiga me invitó a un carrete de los amigos de
su pololo. Uno de ellos, raja cura'o, me encerró en el baño. Quedé
helada. Me agarró contra la pared, me tocó, me besuqueó y me
tironeó hasta que me bajó las calzas.

Paulina
Hace 5 años, más o menos, en una tocata del Bar Óxido, un
conchetumadre se puso a buscar el clítoris donde nadie lo autorizó.
Pero me di el valor (no sé cómo) de darme vuelta y destrozarle
las bolas a puras patadas, el hueón lo negaba muerto de dolor,
victimizándose. #SomosMuchas

Serafina
24 años. Cumpleaños de un amigo de la universidad, tomamos vino.
Dormimos varios en el living. El compañero que durmió a mi lado
comenzó a tocarme y yo le afirmé las manos. No quería levantarme
y "hacer show" frente a todos. Pero fue tan insistente que tuve que
hacerlo. #SomosMuchas
Andrea
Salí a bailar con mis amigas a Valparaiso. Todo estaba bien hasta
que de la nada sentí cómo me metieron la mano entre las piernas
por detrás y me tocaron la vulva, me di vuelta en shock pero había
tantas personas y el hueón corrió. Aún me persigue la situación.
#SomosMuchas

Mabel
#somosmuchas hace años el pololo de una amiga llegó a mi casa con
la excusa de que buscaba a su novia 3am, él pensaba que yo estaba
sola, pero estaba con una amiga y su pololo. Me sentí amedrentada.
Me hizo jurar que no diría nada. Nunca más he abierto la puerta con
tranquilidad.

Tamara
A los 15 fui a la casa de un loco que me gustaba, con otro amigo. Fui
con la intención de huevear un rato, pasarlo bien, pero me dieron un
copete y me noqueó. Tengo un espacio negro, con algunos flashes
que se han ido haciendo más borrosos, pero recuerdo perfecto
despertar en pelota, llorando y diciendo que me habían violado. No
recuerdo más y es un tema que solo le he dicho a una amiga, nadie
más sabe. Es de vergüenza que uno no habla, desde ahí he sido tan
desconfiada, cuidadosa y apática y agresiva en la calle. No le creo a
nadie.

Rocío
La primera vez que me pasó algo así fue una vez que por una
emergencia de espacio tuve que dormir entre dos amigos (estábamos
cada uno en su respectivo saco de dormir). Hacía calor así que me
bajé el saco hasta la mitad del cuerpo y me dormí, de repente me
desperté en medio de la noche y un amigo me estaba abrazando tipo
cucharita mientras me tocaba las pechugas. Me quedé helada. No
me podía mover. De hecho me daba miedo que se diera cuenta de
que estaba despierta porque me estaba latiendo mucho el corazón.
De ahí me di vuelta y paró, al otro día todo siguió como si nada,
sinceramente no me atreví a encararlo.
Poco tiempo después tuve otra experiencia desagradable, esta vez
no fue acoso sino que violencia desde mi ex pareja. Mi ex pareja,
que me había engañado con una amiga y se había puesto a pololear

#SomosMuchas
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con ella, me pidió volver. Obviamente le dije que no y le conté a su
polola. No contento con haberlo negado y haberme dejado como
loca, me esperó en el paradero de mi casa (quién sabe cuánto rato)
y me dijo que quería hablar conmigo. No lo quise hacer pasar a mi
casa, así que nos metimos a un callejón. Eran las 8pm aprox., pero
como era invierno estaba oscuro. Alguien se preguntará ¿cómo se te
ocurre meterte a un callejón con un hombre a esa hora? Y la verdad
es que no lo dudé porque era mi ex-pololo, alguien a quien creía
conocer, no un asesino serial. Empezamos a hablar y en resumidas
cuentas quería que llamara a su polola y le dijera que yo lo había
inventado todo. Como me negué, se puso violento y me intentó
quitar mi celular. Me resistí al punto de que me empujó contra una
pared y me forcejeó por harto rato. Aunque me tapó la boca alcancé
a gritar un poco (habían casas que sé que están habitadas) aun así
nadie apareció. Ya angustiada, accedí a su petición y cuando me
soltó salí corriendo a mi casa. Le conté a mi familia y hablaron con
sus papás. Sin embargo, me dijeron que no denunciara porque eran
lesiones leves (moretones en los brazos y un tajito en la cabeza) y
no me iban a pescar. Así fue como tuve que aceptar que todos me
trataran de ex loca y mentirosa, además de cargar por siempre con el
dolor no físico, si no psicológico de que una de las personas en que
más confié en mi vida fue capaz de hacerme eso.

Consuelo
Cuando entre a la U me mechonearon y me rajaron la polera para que
se me vieran el sostén y las tetas. Además un hueón me agarró el
poto en el proceso #SomosMuchas

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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#SomosMuchas
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Comentarios Masculinos
En medio de comentarios atacando a las víctimas, cuestionando la vera-
cidad de sus historias, considerándolas exageradas y otras agresiones,
hubo algunos hombres que manifestaron su empatía y su respeto con las
valientes que compartieron sus experiencias.
Dejamos acá esos comentarios como un recordatorio de las cosas que
están bien en el mundo pese a tanta violencia que se observa hacia quie-
nes han sufrido distintas formas de acoso y abuso sexual en estos días.
Las víctimas habitualmente lo saben, pero detrás de esa empatía se lee
un sano “yo no soy así”.

Juan
Leyendo #SomosMuchas me doy cuenta de que estamos mal como
sociedad. Lamento que no se haga nada con la violencia contra de la
mujer. Me cuestiono como hombre el por qué hay conchesumadres
que creen que acosando o dañando son más hombres, para mí esos
son verdaderos MARICONES #felizviernes

Román
Me di una vuelta a leer el #SomosMuchas y me siento horrible...

Jorge
Yo no entiendo la discusión del piropo. Creo que los que lo avalan, se
hacen los tontos y solo buscan justificar su animalismo. Hay que ser
muy hueón para no saber dónde está el límite de lo que puedes hacer
y decir a una mujer, la conozcas o no. #SomosMuchas

Sergio
Creo necesario leer el #somosmuchas Hay que tomar consciencia y
ayudarnos entre todos para que no pase. ¡Qué rabia esas situaciones
causadas por hueones enfermos!

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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Bastián en respuesta a Jose y a @...
Exactamente. Un atropello que los "hombrecitos" defienden
como libertad de expresión o cortejo, pero basta con leer los
testimonios de #SomosMuchas y #MeToo para entender el daño y
las repercusiones que generan los piropos no solicitados y el acoso
callejero.

Jose En respuesta a @...


Ni siquiera sabes lo que es el machismo ni cómo extrapolarlo al
"piropo". Es machista porque te pone en un papel "superior" º
abordar a una mujer de la forma que te plazca, sin miedo ni
interés de la reacción de ella. En otras palabras, es un atropello.

Rodrigo
Me duele que exista gente que aún no entienda el daño que hemos
hecho y seguimos haciendo. Dense una vuelta por #somosmuchas y
empápense de vergüenza. No ser feminista es inhumano, y ya no nos
queda margen de humanidad.

Jimmy
Leo las historias de #SomosMuchas y no me equivoco al decir que,
como hombre, quisiera pedir perdón. Hay momentos en los que
siento vergüenza (y vergüenza es poco) por mi género.

Gabriel
Leo #somosmuchas y sinceramente no entiendo cómo hay sujetos
que molestan y acosan de esa manera. Cuando se es un hombre sano
y con autoestima, uno no anda en esa. Además qué patético y tristón
andar por la vida y creerse "machito" generando terror. ¡Fuerza,
muchachas, y denuncien!

David
Cuando se leen testimonios del #somosmuchas da pena, vergüenza
ajena, incomodidad ser del genero masculino, ¡hueón!
Ojalá puedan seguir adelante en sus vidas sin ser perseguidas por
recuerdos tan infames de enfermos de mierda. Ojalá la cosa cambie...
no somos todos así #animo

#SomosMuchas
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Somos muchos los indiferentes
Hace unas semanas estaba en redes sociales retuiteando videos de
perros y me encontré con #SomosMuchas.
Leer todas esas historias me golpeó, me hizo mirar atrás y cuestionarme
cómo veía el mundo.
Yo soy transgénero, hoy vivo y veo el mundo como mujer pero viví
34 años adaptada en el mundo masculino donde me mimeticé para
sobrevivir y fui uno más del grupo todo ese tiempo. Así que retomaré
un momento el rol masculino para contar con mucha vergüenza y un
pesar enorme en mi corazón que somos muchos los indiferentes.
Debería estar de más aclarar que el abuso siempre me pareció negativo,
éticamente reprobable, nunca lo hice ni nunca lo haría, pero lo cierto es
que nunca asumí el impacto que tenía en quienes lo sufrían, me sonaba
a algo anecdótico y cuando veo esas historias me doy cuenta que eran
parte de la cotidianidad de las fiestas, del lenguaje, de la calle y yo todo
ese tiempo me mantuve indiferente.
Recuerdo por allá por mis quince años estaba con un grupo de unos
diez amigos en bicicleta y uno propuso ir a probar suerte por la calle
a ver si encontraban chicas que pudieran tocar y escapar. Algunos
tratamos de convencerlos de que no lo hagan —esas podrían ser
nuestras hermanas—, pero fracasamos. Al final unos cuatro decidimos
no ir, quedando mal en el grupo por no querer participar, tontos por
perdernos la diversión y obligados a guardar silencio por fraternidad,
esa parte de la cultura masculina que resguarda a los miembros de su
tribu como primera regla condenando al aislamiento a quien incumpla.
Cuando regresaron nos dijeron que tuvieron éxito, que encontraron
a un grupo de chicas y les tocaron lo que pudieron y yo, a pesar de
sentir rechazo por lo que hacían, no me logré poner en el lugar de
las víctimas. Nunca imaginé el nivel de impotencia que debe haber
generado, la sensación de inseguridad de saber que ni en grupo
estaban tranquilas, que no eran solo delincuentes de quienes debían
preocuparse sino de hombres de su edad y clase social que no lograban
distinguir personas en ellas, no eran capaces de sentir la humillación y
el sufrimiento que causaban, y yo tampoco.
Ojalá que la valentía de #SomosMuchas se difunda y logren sensibilizar
a quienes todavía no se sienten parte de esas historias, porque esto no
se soluciona entre víctimas y victimarios sino tomando conciencia de
que somos muchos los indiferentes y esto no puede seguir así. Tanto
nuestras acciones como nuestro silencio moldean la sociedad en que
vivimos y en la que van a vivir nuestros hijos. Tomemos conciencia y
actuemos.
Alessia Injoque

#SomosMuchas
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Samanta
La mayoría coincide en que no supo cómo reaccionar en ese
momento. Tan niñas, sabíamos que estaba mal, pero ese respeto
tan cuadrado al adulto, nos dejaba con el pecho apretado, e
incluso algunas lo advirtieron y tuvieron que quedarse en silencio
#SomosMuchas

Historias de acoso callejero y otras malas yerbas


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