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Reseña para compartir -Dora Coledesky

Fundamento esta historia en mi propia memoria y en publicaciones, revistas,


volantes y artículos realizados por las integrantes de la Comisión. También en
algunas anécdotas que me parecieron interesantes. No me fue posible incluir
en ella la totalidad de nuestras intervenciones, charlas y entrevistas por
televisión, radio, periódicos, etc.

Para comenzar, reproduzco algunas palabras de nuestra revista “Nuevos


Aportes” de 1998, al cumplir nuestra agrupación sus diez años de
existencia: “No queremos hacer una historia de la Comisión, ni enfatizar la
importancia de su creación. Solamente queremos resaltar la decisión de un grupo de
mujeres que se animaron a levantar la voz para tocar un tema tabú, que aunque
rodeado de la más grande hipocresía, forma parte intrínseca de la vida de las
mujeres”.
Lo cierto es que ya han transcurrido casi veinte años desde los orígenes de
nuestra agrupación y aún no hemos triunfado: no hemos obtenido el derecho al
aborto. Pero, como decíamos en aquélla Editorial, ¿puede medirse el tiempo en
forma rectilínea?. Es que los cambios se preparan en un largo proceso y
requieren de condiciones subjetivas y objetivas para desencadenarse. Así,
considerando la conciencia alcanzada por sectores importantes de la sociedad
con respecto a nuestro derecho a decidir, podemos decir que hemos avanzado.
Podemos afirmar que, aunque ello aún no se refleje en leyes concretas y frente
a enemigos muy poderosos, ya no estamos solas, sino junto a muchas otras
mujeres.
I.- Cómo surgió la Comisión: En noviembre de 1987 se realizó la reunión anual
de ATEM. Se trataba de una mesa redonda en la que participaron Suana
Sommer (biologa), Laura Klein, Safina Newbery, Laura Bonaparte, Erica
Dummontel (abogada italiana) y yo. Después de nuestras exposiciones, alguien
del público -creo que Marta Fontenla- preguntó qué debíamos hacer. Surgió
entonces la idea de crear una agrupación para la lucha por el Derecho al Aborto.
Ésta se concretó en marzo de 1988, sumándose entonces a la propuesta
Safina Newbery, Laura Bonaparte, Alicia Schejter, María José Rouco Perez (de
Atem).
Rosa Farías, enfermera del Hospital Muñiz, le había acercado a Alicia Schejter
una estadística (confeccionada por médicos y enfermeras) de los abortos allí
realizados. Resolvimos entonces publicarla en un pequeño folleto y distribuirlo
en Mendoza. Al enterarse de esta decisión, Rosa manifestó su temor de que la
despidieran. Sin embargo, no sólo tal cosa no sucedió, sino que su propia jefa
llamó a una reunión en el Hospital -a la cual fui invitada para explicar las
disposiciones legales- y dijo en ella que había que hacer un Proyecto de Ley.
II.- Algunas precisiones teóricas: Para empezar deseo expresar que la consigna
“Anticonceptivos para no Abortar, Aborto Legal para no Morir” surgió de
nuestra Comisión. La abogada italiana, Erica, participante en las primeras
reuniones, había manifestado que provenía de las feministas de su país. Creo
que la consigna era “aborto legal para no morir, anticonceptivos para no
abortar” y nosotras la invertimos, lo que tenía un sentido más lógico. Lo cierto
es que se difundió como reguero de pólvora desde el primer momento,
marcando el comienzo de  una gran etapa de luchas.
Y hemos sido pioneras en la discusión y difusión de ciertos hechos, conceptos
y criterios muy relevantes:

1- De la idea de que anticoncepción y aborto no se contraponen. Pues hemos


sostenido que, aún logrando una anticoncepción adecuada (e, incluso, una
adecuada educación sexual), siempre habrá situaciones que justifiquen la
opción del aborto.
2- De la distinción entre despenalización y legalización, considerando que aún
siendo aquélla un progreso, no asegura que toda mujer pueda realizar un
aborto en un hospital público en las mejores condiciones.
3- Del concepto de “salud” de la OMS, no identificado exclusivamente con la
idea de “ausencia de enfermedad”, sino referido al “bienestar psicofísico
integral”, el cual permite considerar que las condiciones sociales y psicológicas
deben atenderse cuando de optar por un aborto se trata. Después sería
importante este concepto en la excepción de aborto terapéutico, ya que
abarcaba también a la violación.

4- De la figura de “excepciones legales”, difundida por nosotras tanto en


nuestra prensa como en el periódico “Página 12” (en el artículo llamado  “Las
trampas de la Ley”). Y donde sosteníamos que el art. 86, inc. 2º) se refería a todo
caso de violación.
5- Del criterio de que el aborto no es un “derecho reproductivo” puesto que es
un procedimiento que impide la reproducción. Siempre hemos aclarado este
concepto.

6- De la difusión de la existencia del RHU 486. Aunque ilegal en nuestro país,


era importante hacer conocer su existencia como método no quirúrgico para
practicarse el aborto.

7- Del combate contra la tan difundida idea -aún entre quienes lo apoyan como opción-
de que el aborto supone un “trauma” con severas consecuencias psicológicas. Nosotras
insistíamos que la cultura heredada de siglos para que la maternidad fuera nuestro único
destino obraba como un peso psicológico sobre las mujeres que se practicaban el aborto,
pero que la mayoría cuando estaba decidida, sobre todo en los sectores más pobres  se
sentían al contrario liberadas del embarazo no deseado.
8- Del derecho a la Ligadura de Trompas. El cual no sólo difundimos en
nuestra Revista, sino que apoyamos legalmente mediante Recursos de Amparo para que
las mujeres tuvieran acceso a él. Mujeres pobres que concurrían a la sala de un barrio de
San Martín donde atendía la médica Alicia Cacopardo. Al respecto, hemos logrado
cuatro sentencias favorables. Algunos párrafos de estos fallos están expuestos en
nuestras Revistas 10, 11 y 12. Luciana Peker en “Luna” dio difusión a estos recursos e
incluso entrevistó a las mujeres que habían hecho la ligadura de trompas. Lo mismo
Mariana Carbajal en “Página 12”.

Transcribo palabras de Alicia de la revista nº 12.: “A partir de estas resoluciones


judiciales, el hospital Eva Perón (ex Castex) partido de San Martín, hospital de
referencia para la realización de ligaduras, comienza a interesarse en el tema. Prestemos
atención, hasta ahora era tema vedado. A las desesperadas mujeres que la solicitaba, los
médicos se limitaban a contestar “está prohibido, se necesita autorización judicial”.
Ningún apoyo, ninguna indicación de cómo recurrir a la Justicia. Entonces, luego de
estas cuatro presentaciones  favorables, decidieron averiguar quien era esa médica
“única en todo el partido” (palabras textuales  del Coordinador del Comité de Bioética
de dicho hospital) que firma certificados avalando solicitudes de  ligadura tubaria.
Desde entonces comenzaron a hacer la ligadura de trompas en ese hospital sin necesidad
de autorización judicial.
III.-Nuestras publicaciones: Nuestra primera revista “Nuevos Aportes sobre aborto”
sale en 1989. En 1990 el 2 y el 3 (éste contiene también el 1 y el 2) salen en edición
casera fotocopiados. En el 3er. trimestre de   1990, el nº 4 ya en hoja imprenta hasta el
nº 8 en mayo de 1993. A partir de allí en forma de Revista., que en forma irregular,
conforme nuestros recursos publicamos, siendo la última la nº 16 de marzo de 1997.
Los Prensarios: Una relación de arts. periodísticos sobre aborto que publicamos en
1990, 1991, 1992, 1993, 1994 y 1997 y que se vendían especialmente en los Encuentros
y en la esquina de Callao y Rivadavia.
También publicamos un texto que llamamos “Nosotras acusamos”, cuya particularidad
es un análisis de la Constitución y de las leyes civiles y penales en las cuales podíamos
apoyarnos para defender el derecho al Aborto.
Un 8 de marzo de 1999 publicamos un folletito con arts. de las valencianas. El mismo 
se llamaba “Los mismos objetivos, los mismos enemigos”, en el cual reprodujimos los
proyectos de ley presentados en España que nos fueron muy útiles, un art. de las
Católicas para decidir de ese país, de otra feminista, Empar Pineda y un homenaje a
Simone de Beauvoir.
 

IV- El Encuentro feminista latinoamericano de San Bernardo: Quiero recordar


como un acontecimiento especial de trascendencia, nuestro taller en el Encuentro
Feminista latinoamericano que se realizó en San Bernardo en 1990, Concurrieron
mujeres latinoamericanas de Brasil, Uruguay, Chile, dominicanas, nicaraguenses,
colombianas, bolivianas y  las católicas por el derecho a decidir propusieron ser junto a
nosotras las convocantes. También estuvo presente la diputada Florentina Gomez
Miranda Se resolvió en dicha reunión a propuesta de las brasileras que se designara el
28 de setiembre  como día latinoamericano por la legalización del aborto, Fueron
elegidas para informar de nuestro taller Zulema Palma y una compañera brasilera, entre
las dos leyeron el comunicado y se resolvió en la Asamblea plenaria que el 28 de
setiembre sería el día de la legalización o del derecho al aborto. Esto tendría una
especial trascendencia y repercusión en el futuro de América Latina, ya que ese día
comenzó a ser un día de manifestaciones y conmemoraciones por las mujeres de
América Latina
V.- Nuestro proyecto de ley: En 1992 presentamos nuestro proyecto de ley redactado
entre varias compañeras. Ese día, el de la presentación,  hicimos un acto frente a la
confitería El Molino y vinieron el diputado Alfredo Bravo, María José Libertino y la
legisladora o diputada  radical Gonzalez Gass. Era la primera vez que se presentaba un
proyecto de Anticoncepción y Aborto. Su difusión  y hacer conocer que el aborto era
legal en otros países fue uno de los aciertos más importantes de aquella época. Nadie
entonces conocía estos aspectos.
Intervinimos luego en la redacción de tres proyectos: los de los diputados  Alfredo
Bravo,  Martha Mercader y Luis Zamora. Todos ellos nos convocaron a reuniones.
El proyecto de Luis Zamora transcribía un folleto -elaborado por las integrantes
de la Comisión–  con entrevistas a mujeres. En el caso del de Bravo, aunque era
muy completo, algunas “feministas” se opusieron, en una reunión conjunta que
tuvimos. Las razones no la comprendimos. Quizá porque eran integrantes de ONG
y temían perder el apoyo económico que venía del extranjero, o por su relación con
funcionarios.
VI.- Los encuentros de mujeres: Siempre hemos sostenido que
tales Encuentros han sido el espacio de difusión y reafirmación de nuestra lucha
por el derecho al aborto.
En el de Mendoza, se hizo un taller autoconvocado, en el cual colaboraron Mabel
Gabarra y Carmen Gonzalez -abogada radical que nos apoyó desde el primer
momento-. Concurrieron al mismo alrededor de cincuenta compañeras. Pero el
tema del aborto se planteó también en los talleres sobre “salud”.

En el de Las Termas hicimos una encuesta y proyectamos el video “Calladita la


Boca”, documental-ficción en el que Adriana Yurcovich -su autora- entrevistó a
integrantes de la Comisión.  El mismo recibió, en el Concurso Nacional de
Cortometrajes y Videos de abril de 1990, una mención por su coraje, valor
testimonial e intención ética. En la ocasión, Menem había mandado un discurso y
fue abucheado. Lo mismo había sucedido antes en Mendoza, donde Bordon,
Gobernador en ese momento, quiso hacer la apertura y fue cuestionado. Estimo
que desde entonces, ya no se atrevieron los políticos a utilizar los Encuentros.

En el de Rosario (el IV), hicimos los talleres y mesas que quisimos. Fue el más
democrático. Mabel Gabarra, al abrirlo, dijo que nunca más los Encuentros serían
utilizados por los funcionarios del momento, que serían el espacio de las mujeres.
Nosotras ya habíamos iniciado nuestra ronda una vez por semana en Callao y
Rivadavia, levantando firmas y anunciando nuestra propuesta mediante un
megáfono.

En de Jujuy ya no fuimos “autoconvocadas” pues, ante nuestros reclamos, un


sector de las integrantes de la Comisión Organizadora, modificó el programa y nos
incluyó en él. Como consecuencia de ello, se abrieron cuatro talleres sobre aborto.

En cada uno de estos Encuentros repartimos volantes y hablamos sobre el tema.


Hasta el de San Juan, las designadas por los mandatarios de la Iglesia Católica no
habían intervenido mucho, pero a partir del mismo comenzaron sus agravios y
actitudes provocadoras.
VI.- Otros eventos: El 30 de setiembre de 1991, la Comisión organizó un
simulacro del llamado “Juicio Oral y Público al Aborto Clandestino”. En el mismo
intervino un fiscal –representado por un artista- que defendía el Código Penal,
se expusieron una acusación -también representada- contra el aborto y
diversos testimonios. El tribunal estaba constituido por algunas personalidades
que pudimos contactar, entre ellas el pastor De Luca y la militante radical
Florentina Gomez Miranda, partidaria del Derecho al Aborto.
Nuestra primera solicitada fue publicada en “Página 12” el 27 de setiembre de 1992
y refería al 28 de setiembre como “Día de lucha por la despenalización del aborto en
Latinoamérica”. Era la primera que sobre aborto se publicaba en el país

La segunda fue publicada el 8 de marzo de 1994, víspera de la Convención


Constituyente. Denunciábamos allí lo que la Iglesia Católica proponía incorporar
en la nueva Constitución: la defensa de la vida desde la concepción. Fue firmada
por muchas agrupaciones y artistas.
Fue entonces que se constituyó la agrupación “Autoconvocadas para Decidir en
Libertad”. Con la misma partimos hacia Santa Fé, donde se reunía la
Constituyente. Allí logramos que no prosperara lo que se proponía el ministro
Barra. Fue un momento importante porque logró reunir a muchas mujeres de
distintas organizaciones. Pero en verdad esta agrupación de Autoconvocadas no
duró mucho. La Comisión se retiró (junto con otras compañeras, como Mabel
Bellucci) pues sólo se quería sostener el derecho a la anticoncepción y no al aborto.
En 1999, la Comisión organizó un homenaje a Simone de Beauvoir al cumplirse 50
años del “Segundo sexo”, en la biblioteca anarquista “José Ingenieros”.
El 3 de diciembre de 2000, la Comisión organizó una mesa de debate de hombres
en el Sto. De UTPBA bajo el título: ¿El aborto es sólo una cuestión de mujeres”
donde intervinieron Flavio Rapisardi, Norberto Inda, Ricardo Zambrano y
Alejandro Geoffroy Lavalle, lo que provocó intensos debates entre las feministas.

VII.- El Congreso de la CTA: Uno de los acontecimientos más importantes de nuestra


trayectoria, fue en mayo de 1999, en el Congreso de la CTA .en Mar del Plata donde se
concentraron 8.000 delegados y donde se resolvió casi por unanimidad el apoyo a la
legalización del aborto. Se reunieron varias circunstancias que dieron origen a ello. En
ese momento funcionaba en la Federación de Salud en la CTA Ricardo Zambrano y
otros amigos y teníamos el apoyo de la secretaría de la mujer y de Carrica de la
federación. Las relaciones de fuerza nos eran favorables, aunque De Genaro siempre se
había manifestado como católico no pudo impedir que se votara a nuestro favor.
Nosotras Liliana Pelliza, Alicia Cacopardo, Mabel Bellucci y yo estuvimos presentes,
teníamos credencial de delegadas aunque no de titulares, no votábamos.  Se hicieron
varios talleres y fuimos uno por uno para lograr el apoyo. Pero previamente habíamos
distribuído en la platea donde estaba la mayoría un volante que se titulaba “LA VIDA
DIGNA DE SER VIVIDA”. Creo que este volante influyó también en la resolución
tomada. Aunque la CTA  no le dio difusión ni lo agitó, pero con los años y en la medida
que el derecho al aborto tomaba envergadura, pudimos usar nosotras esta resolución y
como nos decía Estela Diaz, ella también en su recorrido por el país hablándoles a las
mujeres. Como decíamos, nada se pierde y todo se transforma.
VIII.- La Coordinadora por el Derecho al aborto. Habiéndose incorporado mujeres
de varios grupos estudiantiles, de organizaciones políticas, feministas y lesbianas, nos
decidimos a llamarnos coordinadora por el derecho al aborto.
El aborto clandestino: un pacto de silencio es el título de una importante solicitada
organizada por la Coordinadora por el Derecho al Aborto, que, a su vez, convoca a una
manifestación callejera para esa fecha.[1][13] .
Para el recordatorio del 8 de marzo del 2000, la Coordinadora por el Derecho al Aborto
organiza un encuentro con la diputada Marcela Bordenave, y los diputados Alfredo
Bravo y Hector Polino, que se realiza en el anfiteatro del parlamento con la
concurrencia de un público de mujeres.
A estos se les entrega una extensa carta llamada “Las mujeres reclamamos nuestro
derecho a decidir y nuestros derechos laborales”, que se lee en ese momento.
Aprovechando el clima de disconformidad frente a la reforma laboral presentada por el
gobierno, el contenido de dicho documento apunta a cruzar las violaciones del derecho
del trabajo con las del derecho a interrumpir voluntariamente un embarazo.
IX.-El debate en los Colegios de Abogados y en la Facultad de
Derecho. Intervinimos en debates de tres “Colegios de Abogados”.
El  primero fue en Morón. El segundo en la Capital y en la mesa estuvimos Alicia
Cacopardo, Luis Zamora y yo. El tercero, en agosto de 1995, fue en San Martín. Se
había hecho mucha propaganda y había  bastante gente, quizá más de trescientas
personas. Hablamos allí  Marta Pesenti, Adriana Litwin, Alicia Cacopardo, el
ginecólogo Arturo Alfonsín y un abogado, cuyo nombre no recuerdo, que estaba contra
el aborto y yo. El  público votó y  perdimos por pocos votos, pero hubo mujeres que se
acercaron a felicitarnos.
También intervinimos dos veces en el curso que daba María José Libertino en
la Facultad de Derecho junto al abogado Enrique Vera Villalobos (quien defendió muy
bien el derecho al aborto ante los alumnos) y en la Universidad de Morón.
X.- Las excepciones legales del art. 86 del Código Penal: Redactamos un proyecto
que firmaron compañeras de la Coordinadora. Hicimos una reunión en
la  Legislatura con diputadas y varias mujeres (entre ellas Martha Rosenberg, Diana
Mafia, Vilma Ripol, Olga Cristiano). Lo hicimos llegar a diputadas/dos, entre ellas a
Juliana Marino.
Se trataba de una ley de reglamentación para asegurar que se aplicaran las excepciones
legales establecidas en el art. 86, incluyendo nuestra interpretación que incluía la
violación. Fue un antecedente de la actual reglamentación de algunas provincias,
aunque éstas se limiten a los casos de “mujer discapacitada”.
XI.- Las Asambleas populares del 2001/2002: Como Coordinadora, Olga Cristiano
y yo participamos en la que se reunía al lado del Parque Centenario. Luego, en
la Facultad de Ciencias Sociales donde se reunieron varias Asambleas. Allí
planteamos el tema del derecho al aborto e invitamos al 28 de setiembre que se
acercaba.
XII: La Asamblea por el Derecho al Aborto: Comenzamos a funcionar en el local de
una  Asamblea de San Juan y Entre Ríos. Al comienzo sólo participaba un grupo de
compañeras, pero al acercarse el  Encuentro de Rosario y tomarse conocimiento de que
iba a haber una ofensiva de la Iglesia, comenzaron a intervenir otros grupos y mujeres
independientes. Entre todas reuníamos algo de dinero para pagar el local, incluso para el
transporte de las mujeres que venían de lejos.
Como existían diferencias con quienes sostenían el derecho al aborto libre y
gratuito pero no su legalización, elaboramos un volante en el cual se reflejaban esos
distintos puntos de vista respecto de la temática despenalización-legalización. Y donde
ya planteamos la Asamblea  a realizarse en Rosario, después de los talleres, el que se
repartió en el Encuentro
Allí se nos facilitó el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas, en la que
funcionaban la mayoría de los talleres y concurrieron unas 300 mujeres.
Fue muy importante porque fue un gran impulso al Encuentro y  a la lucha contra la
Iglesia que como siempre había mandado su gente.
Dimos entonces gran difusión a la anticoncepción de emergencia y al uso de pastillas
(exaprost), mediante una cartilla firmada por la Asamblea  por el Derecho al Aborto.
Al regresar, el 28 de setiembre hicimos una solicitada  (publicada por “Página 12”
durante dos días gratuitamente) firmada por la Asamblea y por gran cantidad de
adherentes.
Pero esta experiencia, como otras, duró hasta que se profundizaron las diferencias.
Vinieron luego las reuniones de Estrategias y la campaña por el aborto legal, seguro y
gratuito, que Uds. conocen.
Dora Coledesky, 03/10/07

Con la colaboración de Mabel Darnet y rescatando algunos párrafos de una


historia redactada por Mabel Bellucci, ambas fueron integrantes durante un
período de la Comisión por el Derecho al Aborto

Redactamos un proyecto que firmaron compañeras de la . Hicimos una reunión en


la con diputadas y varias mujeres (entre ellas Martha Rosenberg, Diana Mafia,
Vilma Ripol, Olga Cristiano). Lo hicimos llegar a diputadas/dos, entre ellas a
Juliana Marino. Se trataba de una ley de reglamentación para asegurar que se
aplicaran las excepciones legales establecidas en el art. 86, incluyendo nuestra
interpretación que incluía la violación. Fue un antecedente de la actual
reglamentación de algunas provincias, aunque éstas se limiten a los casos de
“mujer discapacitada”.
Intervinimos luego en la redacción de tres proyectos: los de los diputados  Alfredo
Bravo,  Martha Mercader y Luis Zamora. Todos ellos nos convocaron a reuniones.

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