RESUMEN DE ARTÍCULO

“Panorama Energético Mundial 2017: un mundo en transformación”

https://www.iea.org/weo2017/

Catherine Montiel: cathe2691@gmail.com

El panorama energético del 2017 estuvo marcado por 4 grandes cambios:

• El rápido despliegue y la baja en los costos sostenidos en las tecnologías de energía

renovable variable durante el 2016, originaron que la los desarrollos en energía fotovoltaica
crecieran más que cualquier otra tecnología de generación; desde el año 2010 los costos de
las tecnologías fotovoltaica han bajado un 70%, las tecnologías eólicas un 25% y los
desarrollos con baterías en un 40%.
• El uso creciente de la energía eléctrica produjo durante el año 2016 que el gasto en energía
eléctrica de los consumidores alcanzara la paridad con los gastos en petróleo. Es decir, se
presentó una equiparación del gasto en energía eléctrica con el gasto en combustible
líquidos.
• El cambio en la economía China tendiente a una mezcla entre servicios y energía limpias.
• La consolidación de los Estados Unidos como el mayor productor mundial combinado de
petróleo y “Shale Gas”, a precios competitivos y bajos

A partir de esto la International Energy Agency (Agencia Internacional de Energía) realiza

simulaciones y proyecciones en diferentes escenarios. A continuación, se comentan los resultados
más importantes.

Demanda creciente de energía

En un escenario donde se promuevan nuevas políticas, la demanda de energía crece más lento que
en el pasado, sin embargo, se expandirá un 30% entre la actualidad y el 2040 el equivalente a añadir
una China y una India a la demanda global de hoy.

La mayor contribución al crecimiento de la demanda global es India, cuyo uso de la energía eléctrica
aumentará hasta un 11% para el 2040.

Aumento de renovables

Comparado a los 25 años anteriores, la manera en la que el mundo alcanza su creciente necesidad
de energía cambia dramáticamente en un escenario de nuevas políticas. El liderazgo energético es
tomado por el GNL, fuentes renovables y eficiencia energética. El uso eficiente de la energía toma
un rol cada vez más importante, sin esto la demanda seria de más del doble de la actual.

Las energías renovables abarcan dos tercios de la inversión mundial en plantas de generación, dado
que en muchos países son la fuente de nueva generación de menor costo que la existente que
normalmente utiliza derivados líquidos del petróleo. El rápido despliegue de energía fotovoltaica en
China e India hace que esta tecnología se proyecte como la de emisiones de carbono para el 2040.

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En Europa, las renovables llegarán a un 80% de la nueva capacidad y la energía eólica se vuelve la
tecnología de mayor aporte poco después del año 2030.

Figura 1. Promedio mundial anual de adiciones de capacidad por tipo.

En la figura 1 se muestran los incrementos de capacidad promedio anual por tecnología, es evidente
que el carbón cada vez se utiliza menos y las renovables muestran un fuerte incremento.

El crecimiento no se da solo en el sector eléctrico, sino también en transporte y en aplicaciones

térmicas.

El futuro y el uso de la energía eléctrica.

La electricidad se va a posicionar como el principal energético final a nivel mundial para el año 2040,
con un incremento del 40%; el mismo crecimiento que experimentó el petróleo en los últimos 25
años. La movilidad eléctrica representa un tercio de ese aumento, ante un escenario de nuevas
políticas.

Además, el mundo adquiere, en promedio, 45 millones de nuevos consumidores de electricidad al

año, debido al aumento de la electrificación de más y más territorios.

La escala de las futuras necesidades de electricidad y el desafío de descarbonizar el suministro de

energía ayudan a explicar por qué la inversión global en electricidad superó a la del petróleo y el gas
por primera vez en 2016 y por qué la seguridad eléctrica se está moviendo firmemente en la agenda
política. La baja en los costos de las energías renovables no son suficientes por sí solos para lograr
una descarbonización de la matriz eléctrica mundial. El desafío de la política es garantizar una
inversión suficiente en infraestructura eléctrica y en una combinación de tecnologías de generación
que se adapten mejor a las necesidades del sistema de energía de cada país y región aprovechando
las posibles complementariedades, proporcionando la flexibilidad que es cada vez más vital a
medida que aumenta la contribución de la energía eólica y solar fotovoltaica.

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Cuando cambie China, todo cambia

China está entrando en una nueva fase de su desarrollo, marcada por el énfasis en nuevas políticas
energéticas, ahora firmes en electricidad, gas natural, energías más limpias, y tecnologías de alta
eficiencias y digitales. La demanda de este país creció en promedio un 8% por año desde el 2000 al
2012, después de este año bajó a un 2% y si se implementan las nuevas políticas bajará a un 1% por
año hasta el 2040. Sin políticas de eficiencia energética el consumo aumentará un 40% al 2040.

Las decisiones que tome China determinarán las tendencias globales, y podrían marcar una senda
hacia una transición a fuentes limpias más rápida. La escala de la implementación de energía limpia,
exportaciones de tecnología e inversiones extranjera determinan la fuerza detrás de la
descarbonización.

La revolución de los yacimientos de “Shale” y el fracking en Estados Unidos

La producción de petróleo proveniente de reservorios no convencionales a través de la técnica del

fracking en Estados Unidos ha venido en aumento desde el 2010. Desde este año y hasta el 2025 se
estima que se presentará un fuerte crecimiento para los Estados Unidos en la historia de los
mercados de petróleo. Este país es ya el mayor exportador de gas natural licuado o GNL y en unos
años tomará el liderazgo en exportación de petróleo (la capacidad de refinería del Medio Este limita
la producción del crudo).

La movilidad eléctrica avanza rápido, pero no lo suficiente para ponerle fin al petróleo

Para el 2025 se espera que Estados Unidos se vuelva el principal exportador de petróleo, con esto
se presionan los precios a la baja por lo que los consumidores aún no están listos para ponerle un
fin a su consumo de combustibles fósiles. Esto aunado a la dependencia de transportes aéreos y
marítimos en el petróleo, no hace lo suficientemente atractiva la descarbonización de la movilidad.

En la figura 2 se muestra la proyección de vehículos eléctricos en el 2040.

Figura 2. Proyección de cantidad de vehículos eléctricos para el 2040.

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Contaminación del aire y gases de efecto invernadero: el mundo se queda corto

El acceso universal a la energía aún se queda corto para el año 2040. Las políticas sobre la calidad
del aire están tomando fuerza, sin embargo, los efectos en la salud aún son severos para gran
parte de la población mundial.

A pesar de su reciente aplanamiento, las emisiones mundiales de 𝐶𝑂2 relacionadas con la energía
aumentan ligeramente hasta 2040. Este resultado está lejos de ser suficiente para evitar los graves
impactos del cambio climático.

Las emisiones mundiales del sector de la energía eléctrica se limitan a un aumento del 5% entre el
día de hoy y el año 2040, a pesar de que la demanda de electricidad crece en un 60% y el PIB mundial
en un 125%. Sin embargo, la velocidad del cambio en el sector de energía eléctrica no coincide en
ninguna parte: las emisiones de 𝐶𝑂2 del uso del petróleo en el transporte casi alcanzan a las de las
centrales eléctricas de carbón (que son planas, es decir no van a aumentar ni disminuir) para 2040,
y también hay un aumento del 20% en las emisiones de la industria.

Un enfoque integrado puede cerrar la brecha con los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Este informe también exploró un escenario de Desarrollo Sostenible. En este escenario las
tecnologías de bajas emisiones de carbono duplican su participación en la matriz energética al 40%
en el año 2040, se persiguen todas las vías para mejorar la eficiencia, la demanda de carbón entra
en un declive inmediato y el consumo de petróleo alcanza su punto máximo poco después. La
generación de energía eléctrica está casi descarbonizada, apoyándose al año 2040 en generación a
partir de energías renovables (más del 60%), en la energía nuclear (15%) y una contribución de
captura y almacenamiento de carbono (6%), una tecnología que desempeña un papel igualmente
importante en recortar las emisiones del sector industrial. Los automóviles eléctricos entran
rápidamente en la corriente principal, pero la descarbonización del sector del transporte también
requiere medidas de eficiencia mucho más estrictas en general, especialmente para el transporte
de mercancías por carretera. Finalmente, los objetivos al 2030 para las energías renovables y la
eficiencia que se definieron en la agenda de Desarrollo Sostenible se cumplen o superan en este
escenario; las energías renovables y la eficiencia son los mecanismos clave para impulsar la
transición de bajas emisiones de carbono y reducir las emisiones contaminantes. Finalmente, se
vuelve fundamental el considerar las interconexiones eléctricas entre ellos y alinear las políticas y
los marcos de mercado, especialmente en el sector residencial, es esencial para garantizar
resultados rentables.

La inversión, guiada por la política, puede escribir una historia diferente sobre el futuro

Los cambios a gran escala en la energía global que caracterizan las proyecciones WEO-2017 también
modifican las perspectivas de la inversión en energía. La electricidad representa casi la mitad de la
inversión total en el suministro de energía en el Escenario de Nuevas Políticas y casi dos tercios en
el Escenario de Desarrollo Sostenible, frente a un promedio del 40% en los últimos años. Las
tecnologías de energía limpia y la eficiencia energética también representan una parte cada vez
mayor de los $ 60 billones en inversión acumulada en suministros y usos finales en el Escenario de
Nuevas Políticas, y la mayor parte de los $ 69 billones en el Escenario de Desarrollo Sostenible. No

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obstante, la inversión en petróleo y gas aguas arriba sigue siendo un componente importante de un
sistema de energía seguro, incluso en el mundo del Escenario de Desarrollo Sostenible restringido
por las emisiones de carbono. Conseguir que las señales de precios y los marcos de políticas sean
correctos incluiría la eliminación gradual de los subsidios que promueven el consumo derrochador
de combustibles fósiles. Junto con una proliferación de iniciativas comunitarias, municipales y del
sector privado, una política bien diseñada sigue siendo esencial para lograr un futuro energético
más prometedor.

Perspectiva CECACIER de los resultados del estudio

Este panorama al 2040 permite la reflexión y adaptación a la realidad centroamericana de ejes

sumamente trascendentales. Los precios de las diferentes tecnologías renovables se encuentran en
un declive importante, mientras que la carrera entre el petróleo y el gas natural también fuerza la
baja de los precios; por otro lado, el carbón sigue siendo un recurso autóctono y además la materia
premia es sumamente barata. Esto provoca que en los mercados de precios exista sobreoferta a
precios muy bajos y además de diferentes fuentes. La reactivación de la inversión en gas natural y
carbón por parte de países europeos, como Alemania, indica que su mercado eléctrico está
cambiando. La incorporación de energías renovables a gran escala (que fue su política energética en
años anteriores) ha dejado al gobierno con deficiencias importantes en cuanto a garantizar su
seguridad energética debido a que los generadores se dedicaban al negocio de la venta de energía,
no garantizando el respaldo necesario. Las centrales de gas y carbón, a diferencia de estas permiten
darle mayor soporte y apoyo a la red.

Ante la presión de los consumidores de energía, se busca la baja definitiva en los precios de la
electricidad, sin embargo, sin la correcta planificación económico-energética, los países
Centroamericanos también se pueden ver en posiciones donde sus mercados dejen de ser atractivos
a la inversión por la sobreoferta a precios menores a los necesarios para rentabilizar las inversiones
y sin fortalecimiento de la operación de la red. Definitivamente la planificación centralizada en un
ente ajeno a los generadores, distribuidores, transmisores y operadores, pero parte del gobierno de
cada país, es coyuntural y debe asociar conceptos económicos, financieros, de operación, seguridad
energética y potencia eléctrica.

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