Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Licenciatura en Psicología
Año: 2022
Consigna número 1
Esto nos lleva hacia otra vertiente en la cual los dos autores hacen hincapié: el
adulto como aquel que nombra a la infancia, la define, la recorta. Sklair señala que
es por esta vía por la cual se intenta cooptar al niño del tiempo Aion, aquel que
envuelve la intensidad. El adulto considera a Cronos el más valorable de los
tiempos, la institución educativa, profundamente moderna, parece llevar escrito esto
en función de axioma. Los tiempos de la institución son aquellos que dicta Cronos.
La normalización, efecto de lo universal inscribiendo sobre lo singular -notablemente
necesario por un lado- conlleva la inscripción de tiempos cronológicos. A modo de
ejercicio, podríamos retomar el clásico “dictado” de la escuela primaria, en el cual se
pone en primer plano la dimensión del tiempo. Es sustancial tener cierta velocidad al
escribir, instrumentar aquello, dejando de lado las intensidades y tiempos de cada
estudiante.
A modo de cierre, resta decir que Sklair propone “arrancar a la infancia de la lógica
secuencial de la vida” (2010). Enunciado que baliza sobre la infancia, las
instituciones y la concepción de un saber sobre un sujeto que no hay que dar por
sentado y que, mucho menos, hay que dar por saldado. Cuando propone aquello,
queda pendiente la idea de pensar a la infancia desde opacidad que dificulta una
representación clara de aquella y que, por otro lado, potencia la diversidad de
sentidos. Apuntando y apelando a la importancia y potencia del sujeto niño.
Consigna número 2
El primer indicador a destacar, que creo imperante en pos de las relaciones que este
suscita, es aquella imagen en donde se ve a las monjas -estimo que esa es la figura-
recorriendo el pabellón de las camas. Aquí la primera categoría que se pone en
juego, por lo menos en mi consideración, es la que remarca Frigerio (2008) como
“discurso oficial”. La autora repara en dicho concepto para dar cuenta de la variedad
de discursos que versan sobre la infancia y, más específicamente, el menor. Dicha
retorica oficial rebalsa la cuestión de la Ley y el Estado como único agente de
aquella. En palabras de la autora:
que se remonta a los siglos XVII y XVIII, articulada desde la Iglesia católica y
En otro punto del video, vemos como los niños uniformados realizan actividades en
común. Este indicador condensa varias cadenas asociativas interesantes. Por un
lado, se pone en rigor la categoría de institución total propuesta por Goffman. Allí el
autor la define como: “...un lugar de residencia y trabajo, donde un gran número de
individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de
tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria administrada formalmente.”
(1972, 13 pp.). Lo que vemos en las imágenes parecería ser aquella rutina señalada
por Goffman. Este tipo de rutinas, actividades, resuenan en Frigerio como la praxis
que resguarda al menor: “Bajo el discurso de la filantropía, la caridad o el futuro del
pueblo, que aludía al cuidado de los niños adjetivados, se ejercían y ofrecían
prácticas relaciones afines al principio reeducador (en muchos casos, no exentas de
crueldad o sadismo) (2008, 44-45-46 pp.). Dichos procedimientos, propios de las
instituciones totales, son los responsables de la desubjetivación a la que se veían
enfrentados los menores, como así lo marca Frigerio (2008). Este tipo de usos y
costumbres -para contrastar con el derecho positivo- son sostenidas por actores
dentro de las instituciones, logrando hacer meya y marcar algo de la ley. Dando
cuenta de un pasaje entre la practica y la letra.
Frigerio, G. (2008). La división de las infancias. Ed. Del estante. Buenos Aires.