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HISTORIA DEL DERECHO DOMINICANO

CAPÍTULO I

Antecedentes
Cuando Colón descubrió América, lo que hoy llamamos España estaba
dividida en varios reinos, en los que ocurrían grandes transformaciones en
todos los órdenes, incluso en su derecho.

La península ibérica primitiva había estado poblada por los celtas y los iberos
os, siendo luego conquistada por los romanos, quienes impusieron sus
instituciones jurídicas, su lengua y su organización política. Pero al
resquebrajarse el dieron Romano, ocurrieron las invasiones del su blog va r va
ros y uno de ellos, el visigótico, dominó la península, y a su vez, trajo sus
costumbres y usos jurídicos.

Su derecho era de la os gem Ana y se mezcló cm el romano, para producir lo


que hoy llamamos de ·echo 1·om ano-visigótico, el que dominó la península
por varios siglos, aunque no hubo unidad política pues la antigua provincia
l01nana d Hispania se dividió en varios péquelos reina, de los cuales los
principales fueron Castilla Aragón León y Navarra.

En el Siglo VIII la pena nula fue invadida por las motos, que lograron
establecerse en el sur donde crearon califatos e impusieron su debe ha.
Luego de una lucha de varios siglos, los reinos del norte fueron
reconquista1ulo el sur, hasta que en 1492 se rindió el último red acto moro, G
·amad a, y desaparece ido el derecho mu sum en del pen ínsula la ibérica.

Cuando el Rey de Aragón Berna do, se casó con Isabel, Reina de Ca ti la, no
se produjo la unión de esos dos reinos, sino que cada uno conservó sus
instituciones.

La unificación sólo se produjo en 1516 cuando el nieto a an1bos mona ricas,


Carlos) asumió ambas coronas.

Pero como los viajes de Colón fueron patrocina a dos so1ame ate ir Isabel de
Castilla, el derecho y las instituciones que llegaron al nuevo continente fueron
los castellanos. Por eso, el derecho que se implantó en las islas y tierra firme
que se descubrió no fue exclusivamente el que regía en el Reino de Castilla.

El derecho castellano tenía sus peculiaridades muy marcada s, producto de


una evolución histórica propia. Isabel quien subió a] trono de Castilla bajo gran
oposición de · arte de la nobleza feudal de su par sí se empentó en solidificar
el dominio de la corona contra el poder tradicional de los señores feudales y de
los fueros de las ciudades, y para ello se atrajo no sólo el poderío 1CI reciente
de la bu gruesa u urbana, que entonces empezaba a surgir en su reino (como
en el resto de Europa), sino que tal bien consoló a los grandes señores feuda
les dándoles misiones milita res y luego extensiones de tierras a gobernar
entre las recién conquistad as a los 1nusu hna11es.

Las tierras del poder real en Castilla du1ante el reinado de Isabel la Católica
produjo la unificación polín" ca de todo, el reino que repercutió visiblemente en
el derecho castellano y que, co1no se verá establece1á también la
organización en política y jurad rica de los nuevos pueblos os conquistad os en
el N nuevo mundo.

Los antiguos fueros locales y las diversas ju reducciones privilegiadas fueron o


abolidos o grande menú y restringidos en beneficio del ''Fuero Real" y único de
la Corona.

Así Castilla logró mucho antes que la mayoría de los antiguos estados feudales
de Europa convertirse en un verdadero Estado-Nación. Isabel logró unificar
también la legislación religiosa del Rei110 de Castilla y la puso fuera al alcance
del poderío papal a través del ' Real Patronato; que otorgó derecho a los
monarcas castellanos (y luego españoles) a desiguar las autoridades
eclesiásticas, y a restringir los enormes pri vilegios que de antaño gozaba la
Iglesia Católica en Castilla y que por muchos aüos siguió disfrutando en otros
países de Europa.

La Corona recibió también para sí los ingresi0s eclesiásticos. Este absolutismo


y esta centralización obra de varias sucesiones de monarcas castellanos, pero
chinados bajo Isabel, crearon la unidad política de Castilla el-
minando los organismos autodinos tanto municipales como enterizos
(Los Adelantados).

Las distintas regiones municipios y villas empezaron a ser gobernadas por


funcionarios nombrados directa1nente por la Reino 1 bajo el nombre de
alcaldes Mayores y Corregidores, en vez de por los distintos organismos
locales medievales que antaño habían existido.

Otro paso unificador importante de Isabel fue la consolidación de las finanzas


del país, con la supresión de los impuestos, fueros y privilegios locales,
creándose una administración fiscal de carácter general y vas- tante unificada.

Otro logro de Isabel fue la consolidación del sistema ju acial que ven í a kJ
perfil ándese desde e atrás; ero que se plasmó en la creación, en 1494, de dos
Reales Cl cancillerías ' (Valladolid y Ciudad Real que fueron las cortes de
apelación a donde recurrían los casos y litigios de las distintas audiencias
locales. Esto es muy importante para nuestra o estudio, pues este nuevo
sistema fue trasplantado casi intacto a América durante los primeros decenios
del Siglo XVI y permaneció con poca alteración durante todo el periodo
colonial.
La unidad juró dicha tan1bié11 debilitó o abolió mucha jura adicciones
especiales, tales como las de los nobles, eclesiásticos, gremios, órdenes
militares, etc.

Así, pues al mamen ti del descubrimiento Castilla. primer Estado Nación de la


Europa m dorna, contaba con una a 1 ministración política, fiscal, ju acial y
religiosa lo suficientemente unificada para permitir a su monarca implantar en
los nuevos territorios que se fueron agrega, _ do a la Corona de Castilla, las
ventajas de dicha unidad.

Por supuesto, co1no veremos más adelante, las distancias, los intereses
creados los excesivos privilegios que saber otor gol a Colón y demás
descubridores,, las poderosas fuerzas económica as que se desataron como
resultado del descubrin1iento, las luchas decolases otros factores7 malograron
en gran parte el vasto p]en unificador que Isabel ideó para sus nuevos reinos y
explica en gran medida el fracaso de sus sucesores -los n1onarcas españoles-
en sacar al descubrimiento y colonización de América a todas las ventajas y
todo el poderío que le aseguraba la unificación de Castilla y su 1nonopolío en
la colonización de tan vastos territorios.

La historia del primer derecho de la Isla Española es la historia de una c-


0nsta11te pugna entre la buena intención y el marcado páter malísimo de os
reyes de España para con sus nuevas tierras y súbditos, frente a la ambición,
la autonomía y las ideas feudales que quisieron implantar -por no decir reviví r-
los colonizadores. El feudalismo, en vías de desintegración en España co1no
erg 'n1en jurídico y económico intentó resurgir en la tierra as vírgenes de
Quisqueya y sobre los hoy Bros de su inocente raza aborigen.

La tierra de la Península Ibérica bajo los Reyes Católicos estuvo precio Ed ida,
desde el punto de vista d su ley, por las compila cines de los antecesores de
Isabel en el trono de Casi la. El antiguo de1, echo feudal, el de los Fueros
Municipal es, fue sed i Endo desde el Siglo XII en adelante al ñu esas
instituciones y preceptos provee mientes en su m ayer parte del derecho roma
no justo niña o. De manera principal podemos decir que el Código de las S1ete
Impidas, imponente obra de Alfan so X El Sabio, ¡pros hurgados al- rededor de
1260! estable crió la preen in encaja en Casa la del derecho rom ano general y
por ende nacional-sobre los usos, costumbres y fueros de la Edad Media.

E: ste hecho facilita bastante el estudio del derecho etílico y privado castellano
vigente en la época del descubrimiento de América ya que fue el derecho
supletorio ido aplicado en los nuevos territorios cuando no se establecieron
regímenes o leyes particulares para Las Indias. Es decir, que como derecho
base al cual recurrir cuando no se dieron norma as especiales para las nuevas
situaciones nos vemos apelando al 5 derecho rom ano Justin ·.an o que fue
fuente principalísima del derecho castellano y que a partir del Siglo XII aparece
plasmado en Las Siete Partid as. Posteriormente y en 1480 el derecho o
castellano se unificó más a través del gr por de leyes denominado 07'denanzas
Reales de Castilla.

Para un, estudio del derecho dominicano estas circunstancias son doblemente
interesan es; pero, porque nuestro actual de echo va Sico (el de los códigos
franceses) provo ene tan bien en gran parte del derecho ·o mano, lo que
facilitará Grand y mente el estudio del derecho castellano al encontrarnos con.
regímenes, normas y máxima as cine ya nos son familiares por el este dio del
dar echo francés; y segundo, po1·que n os} Permitirá ver có1uo el derecho
romano justo ni ano fue uno d Hincad ose en cada uno del sistema as jur' disco
que 1os il1teresa n, el derecho ca tella no y el francés.

Será curioso observa r cómo partiendo de una fuente común -el derecho
romano-llegamos a nuestro actual derecho por caninos que inicialmente se
sepa ·aron durante la época de oscurantis1no jurídico que conocemos como
Feudo alismo, donde lo que imperó fue el derecho local costa marista y brama
o de los peque nos estados -del medioevo de extracción básican1ente gem ni
ca. Ese derecho rom en o, reviví do al tensionar la época feudal, tenía
caracteres distintos en ‘España y, en Francia, d vida a la existencia de la costa
tres locales, pero fue básicamente el mismo derecho que rigió a toda la Europa
Romana anterior al derrumbe de su Imperio

No hay duda, pues que la fuente común que la costa el derecho español y el
francés, permitirá comprende1· en cuanto a este último, su fácil aceptación por
los juristas dominica nos del Siglo XIX. Es que ya se tenía una base jurídica
ro1nana a través del derecho castellano que. rigió en la época colonial en
todos los aspectos del derecho civil y penal donde las circunstancias
especiales del ambiente o los intereses económicos prevalecientes no habían
introducido norn1as} J articulares.

Los príncipes píos básicos del de ·el o ron ano, en especial los con
corriente al derecho 10 privad o 11 garrón a n muestra Isla prin1ero en las
páginas del Código de Las Siete Partid es y luego os recibimos en ova dos y
indelicados, tres siglos después, encuadernados dentro de los· Códigos
apolen cos.

CAPITUL, II

El Derecho a Fines del Siglo XV


Derecho Público

Castilla se engrandeció y unificó en un proceso de n1ás de dos siglos con el


fortalecimiento del poder real a expensas de los antiguos privilegios o Hueros"
de. La noble.za y ciudades de la época.

Poco a poco (\. los Monarcas de Castilla (y en menor grado los de Aragón)
logra1.'on supla notar los viejos ·sistemas mes ilegales de gobierno no por un
sistema centralizado y absolutista t que caracterizara luego tanto a España
como a la ensayaría de los países de Europa durante la
Edad Moderna.

En una h raga lucha entre reyes y burgueses por un Ado, y a no-· Blesa feudal
y la milita r, por el otro, lograron por fin los monarcas de Castilla unificar el
derecho de ese reino, a través de las codificaciones, tales como El
Ordenamiento de Alcalá (1263), el Código de las Siete Partidas (1260) y las
Ordenanzas Reales de Castilla (1480). A raíz de] desci1brimiento (1505) se
promulgaron más Leyes de Toro, importan te recopila acial de legislación
castean. Estos cuerpos de leyes suplantaron en gran parte los fueros de la
noble sí; del clero., de las ciudades. de los gremios y de las órdenes milita res.
Se centralizó el poder en manos d un rey con pretensiones de designado de
Dios en un momento en que en España por lo menos, el fanatiza 110 eligio.so,
real y nacional, eran una misma cosa.

Debido a su lucha exitosa contra los moros durante varios siglos, Castilla se
consideraba la elegida de Dios para barrer de la Península la los últimos
vestigios de la ocupación árabe. ¿La ti erra contra los n1oros fue en España
tanto una guerra santa o cruzada en no1nbre del catolicismo, como una lucha
de independ1? ncia y reconquista de los territorios perdidos en el siglo VIL Las
medidas de orden econó1nico y jurídico dictadas contra el musulmán mes y
también contra los judíos; tuviera no una n1isma finalidad: la unidad regios y
política del reino castellano. Abanderada en la lucha contra los ' 'fieles'' Casi la
ogro al mismo tiempo el pr1edominio sobre los demás reinos de la península y
la he ,manía manía 1 aünque exigió del Papa, como contrap.a ·tida, el derecho
de su. R eye.s a tener mayo r ingerenda en los asuntos re ligiosos del pa ís. n
ated alizad en la a , ono111ía en la desigi ación de los ob" spos y supel'iores
t'eligiosos t así como en la recoleC" ción pa1·a sí de los diezmos y otros pri
Hegios feudales pcr t n ecícntes a la Iglesia Católica (El Real Patronato).

Con esta idea de uni dad se dictaron leyes restrictivas contra las acti idades
econó1nícasy , 1igiosas de los judíos y los moros. Todo el que no era d · estir
Je pttra '1 o "cristiano vi jo '·, como los 'marran osn (judíos conversos) o
·moriscos" (mor os conversos) fue objeto de persecuciones y restricciones en
toda su v 'tla social. En 1405, 11or ejemplo, las Cortes de Valladolid dictai on
regula c iones contra los n oriscos y dispusieron para éstos vesthnen as
especiales para d is inguirlos de los cristianos.
Otras disposiciones! del año 1412 obligaron al arrinconruniento de los no
cristianos en sectores o arrios especia les de las ciudades. Finalmente,
continuos hostiga 1niientos y expulsiones tanto de judíos como de moros,
fueron política constante de los Reyes de Castilla en beneficio de la pureza
reÍigíosa de rég" me11 pero produjeron inales económicos de con sideración,
aden1ás del despojo d.e tierras y otros bienes que f'ueron a parar a manos el e
los nobles y burgueses.

En otro sentido1pero conlamis1na finalidad centralizadora los n1onar cas de


Castilla in1pusieron restricciones a los continuos conflictos yguerras entre los
nobles, que había sido el estilo de vida característico de todo el Medioevo
europeo.La unidad nacional no podía lograrse silos reyes no ejer cían
hegemonía plena sobre todas las regiones ypersonas del i'eino. Había que
abolir o desmembrar los fueros. Para ganar estas batallas, los i·eyes se aliaron
a la nueva burguesía que c1ecía al desarrollarse un capitalismo incipiente en
las ciudades..

Las continuas luchas de los nobles entre sí y de éstos frente al Rey impedían
un desarrollo económico de tipo capitalista que ya en1pezaba a florecer en los
centros u 1banos. Los reyes tuvieron que crear sus propios ejércitos opolicías
especiales de carácter voluntario (las Hermandades) para imponer la paz en
las ciudades} los caminos y los cam pos en constante intl·anquilidad a causa
de las depredaciones de nobles alzados de bandidos y de militares
desocupados como.consecuencia de la terminación de la guerra contra los
moros.

Todo lo anterior. esto es! la unidad religiosa y racial y la alian za del Rey con la
burguesia, forjó la Castilla unificada que se nos presenta a fines del Siglo XV
cuando es descubierta América. Esta unid ad significó una sola legislación
para tod o el reino, que es ]acaracterística princí pal en el aspecto jurídico es
lo que nos llama más la atención, pu es en este aspecto CastllJ a se adelantó
en va1·ias décadas a los dem ás países de Et ropa, si uclo l a precursora de
las grandes mon arquías nacionales y absol utistas, her cl itarias y religio sas
de los Siglos XVI y XVII.

La sei1a lada nidad .iurf d ica implicó leyes iguales p ara tod os los
homb ·es 'limpios)' del reino, con el control administrativo,Iel ·gioso, económico
y social en manos de unos monarcas con afanes d expan sión territorial y
dinástica, imbuidos d,e un "cesarismo'' proveniente del estudio y la aplicación
del derecho Romano-.Justinia no. Esta teoría política y juddica ftie la base del
ordenamiento institucional sobre que se crearon las colonias americanas de
España, tan distintas en derecho y en regímenes econó1nicos y sociales a las
col01 ias de las otras potencias europeas en el Nuevo M mdo.

Ue1·echo Pliv.ado en Castilla a Fines del Siglo XV


Los principios básicos del derecho Romano-J u stini ano habían ya arraigado
en Castilla, luego 'de la extinción paulatina del antiguo derech o gennáni co vis
igótico que rigió durante gran parte de la Edad Media en Ja Península.

Estos principios, ún vigentes hoy día e 1 la n1ay0Tí a de las leg1s Iaciones de


occid ente e onde no han sido suplantados por pl'incipios más n1odernos, se
basan p1·imordialmente en los de igualdad entI e los ciudadanos (que no lo
eran todos los hombr es), libertad de contr atación y de disposición t a1nplio
dom inio del derecho de propied ad individualy reducida inge:rencia del Estado
en los asuntos de índole privada entre los ciudadanos. Este legado r on ano
llegó a Casii Ua por vía di ecta e indirecta.

Por vía directa, a través de la legisla ióu clerical que regía para todo lo relatívo
al e..stado civil de las personas; por vía indirecta, media11te la incorporación a
Ja legislación vigente de atenuantes a los principios clasistas del Medioevo,
evidentemente inaplicables en una sociedad que cn1peza ba un desa n ollo
económico de tipo capitalista.

Para dest uh el predonüni o de la nobleza te r ateniente1 la nueva


burguesía necesitaba igu aldad de posibilidades en el co1nercio y en la
posesión de bienes, y para rom per el n1onopoli o de los grenuos artesanales
urbanos, esa n isma burguesía necesitaba de los principios de igualdad de con
ratación, de fijación de precios ·egidos por la oferta y la demanda y otro
·sistemas que le permitieran quebrar el yugo que le imponía la cerrada
economía de la Edad Media. Los nuevos avances
capitalistas se evidenciaron ea Castilla por un gran aun1ento en la industria
lanar para suplir a los telares d1e Europa, pl"incipalmente de los Países Bajos
y que i·evolu cionaron el sistema de vida de la altiplanicie castellana en los
Siglos XIV y XV.La lucha entre burguesía y nobleza y entre burguesía y
gremios, para dar el triunfo a la prilnera, necesitaba nuevos principios y nuevas
leyes. Veamos. s,01nera1nente en los siguientes párrafos cómo funcionaron
las diferentes figuras jurídicas en Castilla.

La Pro1>iedad

La ocupació n; lá prescri pción, la venta, la permuta y las sucesiones fueron los


medíos clásicos pru a adquirir propiedad de bienes muebles e ·nmu ebles. El
clel"echo ele propiedad estuvo durante la alta Edad JYledia restringido a la
nobl eza y al clero, pero poco a poco fue abrién dose a la burguesía. Ya en Las
Siete Partid as fue pe1mitido a todos los
hombres ' lib ·es1

Otl os nodos especiales de adquisición ele derecho

de.propiedad inmobiliar en Castilla Medieval fueron las ';m ercedes"


y los "revartimi e1 tos"' .
La s u . nerc edes' fueron don ac·ones de ionarca de terrenos de s propio
p·atriinonio y del de la Coron a casi siemp ¡·e :-1 1nien1bros de
la alta nobleza o del clero en pago de a gún setvicio.

Otro n1edio 1nuy particularmente caste1la1 de adqujsieión de la propied ad


inmob ilia1 fue el de los "repn r im ien tm;",. que surgieron como consecuencia
e la reocup.ación de vastas regiones de Castina y de Andalucía a medida que
avanzaba la reconquista . os terrenos cap turados de los 11101 os fueron repa
·t ·dos por Ios reyes entre los nobles que les a<!o upañaban en las campañas
y guerras, como pre_mio y pago por .sus servicios.

Las órd·enes nülita res (especialmente las del Tem ple, Calatrava y Santiago),
por las inis1nas razones, recibieron grandes extensiones de tierras
recapturadas, ju1to con los campesi.nos moros que las habitaban y que no
habían huido al avance de la reconquista. Las nuevas 1nunicipa Hdad 1es de
las ciudades recapturadas reeibieron asimismo terrenos circunvecinos y,
ünalmente , la propia Corona se reservó para sí bu enas porciones de las
tierras así obtenidas .

Estos repartim ientos dieron particular característica al Med ioevo hispano y


establecieron por 1nuchos siglos el latifund io en .ast'lla La Nueva, Valencia y
Andalucí.a. Los repartimientos tienen además interés para los estudiosos de la
historia del derecho de propiedad en América y en particular para Santo
Domingo, pues ése fue 1primer sistema es tablecido por España en Jas tierras
recién descubiertas a tn.edida que eran arrancada s a los aborígenes y
entregadas a los conquistadores y colonizadores a principios del Siglo XVI.

En la época medieval la propiedarl inrn obili ar puede clasifica rse en los


siguientes grupos: a) la señorial, perteneciente a los nobles, generalmente
grandes latifund ios, ex.entos de impt estos, dedicados pl'imordialmente a pas
os y a cotos de caza de los señores; b) la aba denga , propiedad de las
abadias y ,órdenes religiosas, tan1bién vastas y -privilegiadas; e) la propiedad
realenga, cuyo dueño era el Rey, pero no como monarca &ino como un señor
feudal m.ás; y d) las tierras de behetrías, cuyos dueños eran los pequeños
agricultores y pastores, ge,. nera hnente sometidos a algún señor feudal a
quien entregaban parte de su cosecha y rendían tributo a cambio de protec
ción.1

El arrendamieD:to fue también un sistema muy utilizado, especial n1ente para


inmttebles. En los grandes latifundios de la Penínsu la exis tió en la baja Edad
Media la aparcería ganadera. Razones climáticas y de muchas otras índoles
obliga1·on a los pastores a llevar sus gan dos pastando a través deterrenos
todo el año1 denorte.a sur y viceversa. Esos ganaderos ªtrashumantes" tenían
derecho de paso y de pastoreo en las vastas extensiones de la meseta
castellana .
La "Mesta ' (organización medieval eastellana de grand·es ganaderos) obtuvo
d.arechos perpetuos de los monarcas para llevar su ganado vacuno y
principalmente lanar a través de la cañadas y dehesas de la región ron gran
detrimento de la agric tltura , ya que para penniti r el paso del gana do q ied.ó
proh ib ' do cercar las tierras, lo que provocó una constante escasez de
alimentos durante var ios siglos en Castilla y de lo cual sólo se beneficiaron
los grandes ganaderos que vendían su lana a los telares urbanos que, a su
vez, vendían la tela a otros pa ises de Europa .

La economía castellana de los Siglos XIII y XIV se vio seriamente afectada por
este sistema jurídico ilnplantado pa a los nobles, maestros de las órdenes
milita res; dignatarios eclesiásticos y ot os ''grandes 1 que acapara , on la
mayor parte de los terrenos aptos para agricultura y los convirtieron en pasto
para ganado lanar.

Existieron otras figuras jtu ·ídicas en tomo al derecho dep opiedad


en e1 derecho bajomedieva] castellano. tates romo la servidumbre! el usufruc
to, el uso, la habitación y la hipoteca con caTacterísti as s1m1 lares a las actua
les.

Las Personas
Al cierre del Siglo XV1 los países de la Península Ibérica, co1no mu chos otros
de parecida evolución tenían un concepto sobre la capacidad.jurídic a las pe
'Sonas qu e era mezcl a de leee,cho roma n o, d rerho canónico y re1nahentes
clel d erecho vi . j gótico. rimaba , no obstante,. el derecho cru1ónico que m
nopolizaba las relaciones familiares.

Por ejen1plo Las Siete Pa,rt-id u.s deJinen a la persona humana con10
aquella que había nac ·, do viabl r e¡ e hubiese sido bautiza da., O sea, que el
no católico n o era un ser con JJ l enitud de derechos.Asimismo, las mujeres
sufrían u 1a serie de discriminaciones, pues les estaba vedado ocupa r dertos
cargus otorgar testa1nentos, recibir sucesión, manejar su propio pa trimonio y
otros in pedimentos que las hacían vivir en continua tu tel a.
·
La esclavitud existía y fue objeto de acomodac ión para no torcer dem asiado
los pr ·nci pios evangélicos. En la época final del Medioevoen CastiUa la
esclav··ti1d se sufr'a por de echo de onquista en «ju sta guerra » , como fue el
caso de los miles de 1nusu1manes que quedaron habitando las regiones
conquistadas. Otros medíos de caer en la escla vitud eran la captura de piratas
y corsa ·i os. Sin embargo, la esclavitud fue atenuada por la posibilidad de la
n1anumisión, casi sie1npre co1no consecuencia de la conversión de los
esclavos al catolicis1no. Los ,ex esclavos se denominaban < affora dos> .

Los hon1bres«libres» gozaban deplenitud de derechos por lom.enos


teórican1epte ya que en realidad existían enormes diferencias de clases que
evidenciaban gran injusticia y divisiones sociales.. Los hombres <( li bres > se
di idi,eron en nobles y plebeyos. Los nobl es, a ·temás de los gran
des privilegios que ya hemos mencionado disfrutaban de exenciones de in1p
uestos, sus bienes eran inelnbarga blesy ten an derechos personales sobre los
siervos que dependían de ,ellos por estar asentados con10 <pe che os» en sus
tierras.

Existió también d ·scriminac ·ón entre -naturales)> y «extrct njeros ,> ,


sufriendo estos ú ltimos de fuertes itnpedimentos para desen peñar cargos o
ejercer cie1tas ocupaciones.

En cuanto alos siervos {o •< menes, rales }, como se denonünaron en


Castilla)1 carecían de la m ayona de J os derechos de que disfrutaba n los
ho111br,es libres. Eran generalmente campesinos sonietidos al señor feudal o
artesan os irremisiblem ente atados a greinios y cofradías. Es ta inmensa
n1asa de hombres y mL1jeres (un 95CJo de la población del Siglo XIV), sin
derechos ni recursos fue el (..pueblo bajo }) .'nforme y paupérri m o que sirvió
para enriquecer a la nobleza atifun d ista, a la burguesía urbana, a la Corona,
al alto elero y a las órdenes nlilitares durante todo el lVIedioevo .

Con el advenimiento de la Edad Moderna su suerte mejoró uu poc o y pasaron


a Ainérica, como clase social in· ferior, donde .se mezclaron con los indios y
negros, para formar la gran niasa d_e proletariado criollo, aún hoy irredento en
la mayoría de los actuales paises del nuevo continente, en donde las leyes
fueron y si guen siendo instr um ento casi exclusivamente al se1vicio de una
alta clase donünante.

La Fan1ilia

Bajo fuerte influencia del derecho canónico, el Código de la Siete Partid as


daba al matrimonio un carácter emi nentemente religioso. Así, los impedimen
tos para casarse, las diferencias de :religión o pol' afinidad se basaban en las
reglas de la Iglesia Católica .

En cuanto a la fiJiación 1 los hijos eran o legítimos o ilegítimos. Estos últimos


se dividían a su vez, en hijos naturales y espurios. Los primeros eran los hijos
de los solteros y los segundos aquellos donde hubo biganlia o adulterio. Existía
la legitimación y la adopci 'n. Entre la nobleza exis tía ade1nás la sucesió.n por
p.rimogenitura en lo que se refiere a títulos y honores, así como e.f «1nayo
azgo» mediante el cual los hijos mayores heredaban l grueso del patr ün0nio
del padre 1 siendo esos bienes in alienables, quedando además exentos de
1nuchos impuestos y censos, pasando intactos de generación en generación al
hijo mayor.

Como v·ere1nos, estos'privilegios pasaron casi. inalterados al nuevo


continente creando la fisonomía clasista de vida y derecho que apuntaló
·el régimen. colonial español durante casi tod a su existencia.
Las Sucesiones

En Castilla durante el Siglo XV sólo hereda ban los hombres «li bres» . Habí a
sucesión testamentaria y la «ab-intestato» como en nues tro aetual derecho.
Para los hi,i os legitimas existía una. proporción reservada: <d a legítima »,
pero estaba reglamentada la deshe1edación.

Recqrdemos, sin embargo, que la mayoría de los derechos familiares y


patrimoniales que ltemos mencionado aquí, sólo cou espondian a los hombres
«libres>>-, cristianos y de raza pura. Los extranje ·os, Las inujeres, los i nfi
les,. l os siervos y los esclavos qued aban prácticamente excluidos de lo que
ahora consid ramos «derechos humanos» .

Las Obligaciones

En Las Siete Partid as se codificó todo el derecho eastellano de las


obligaciones de pura esencia roma na j rntinia na.

Las figuras ju rídicas clásicas sobre los contratos, las causas y efec tos de las
obligacion s las garantías, los delitos y cuasi-delitos civ·les que hoy conocemos
en el Código Civil Dominicano, son casi idénticos en esencia a. los que aparee
n en las feyes de Castilla medieval y moderna. Asimismo, el incipiente
desa1Tollo comercial del Siglo XV dio auge a las comanditas, al seguro
marltin10 y a las lonj as de prod uctos y de d'nero(generaln1ente en manos de
genoveses y de otros extranjeros) que flore cieron en las grandes urbes
castellanas (Sevilla especia11nente) y de las otras regiones de fa Península
Ibérica. Con l a apertura al comerc·o de las vastas zonas del nuevo continenter
el derecho comercial castellano (y luego español) tuvo gran desarrollo y, al
mismo tiempo,. fue objeto de gran interé · por parte de la Corm a, quien se
aprovechó de ello para son1eterlo a extensas regla mentaciones y a múltiples
ilnpuestos.

El Derecho Procesal

No existía la separación de poderes en Castilla, y los monarcas y sus


dele.gados ejercían tanto funci ones ej cutiva s corno legislativas y judiciales.
Para la administración de la justicia existían las audiencias euyos ju ces eran
designados por el 1\llonarca.

De los fallos d-e estas audiencias se apelaba a las «Reales Chanci Herías» .
Con10 órgano supremo jurisdiccional estaba el Supremo Con sejo de Castilla .
Existieron, por supuesto, jurisdicciones, procedimien tos y fueros especiales
para l a nobl za el clero y los asuntos comer ciales (con su1ados l el mar), pero
fueron perdiendo fuerza con el tie1rrpo y ya en la época de los Reyes Católicos
existía una sola Ju1isdicción Civil y Crinlin a l para to lo el reino.
El Derecho Penal

Este derech o evoluci onó del de la. venganza y la com.poskión al penal -de
cará cter público quedando asin1is1uo elimina do el j uicio <( de Dios)> por
«Or dalias,, y o ras rél}lo ·as del der·echo germ ánico y visigót iuo.

Los delitos y la, penas fuei·on reglamentados en Las Siete Partidas


minuciosamente y e. te Código fu e que se apl icó en las nue va ·olon·as de
A1nér ' ea, cuand o no se establecie ·on 1 yes especiales. El derecho penal
de la época de la colonizac1ón (Siglos XVI y XVII) es un der·echo
evolucionado libre casi por completo de las ataduras del sistema judicial
n1edieval,. con carácter más de orden público que vengativo y donde el Estado
asumía la obliga ció11 de ca tigar los delitos tanto los de interés público como
los de o den privado .

Resuinen

Lo anterior es un corto resurnen del d·erecho, tanto público como privado, que
regía en Castilla durante el Siglo XV. Como se dijo ya , ésefue el derecho
supletorio aplicable en América cuando no se dictaban leyes especiales .
Básicamente, las instituciones de derecho privado sufrieron po cas mod i
ficaciones al ser trasplantadas al Nuevo lVIundo, por lo que puede decirse que
el derecho civil,, penal y procesal dl Código de las Siete Partidas fue el
aplicado en los tres siglos coloniales de la Améric a Hispana.

En Santo Domingo, pues durante toda la colonia fuimos regidos por las
antiguas leyes castellanas recopil adas en Las Si' te Parti daB aunque, co1no
se verá, las nuevas situaciones obligaron a la prom ulga ción de leyes que
n1odificaron la legislación original castellana> las que han sido puestas baje;>
el títn1o de DEllECHO INDIANO. En materia·

.admil ·strativa fue donde más se apartaron los Reyes de las antiguas leyes
castellanas. Las nuevas situaciones, las grandes distanc i.as, la enor1ne
diferencia entre los pueblos y costumbres y muchos otros fac tores, obligaron a
crear un sisten1a administrativo sui-genel'is cuyos rasgos n1ás característicos
iremos viendo en los capítulos siguientes.

a existencia de grandes masas de nuevos hombres, indios y ne gros; sin una


situación. jurídica p1·eviamente establ,ecida pero obliga dos a la servidumbre,,
motiva ron grandes a gumentos jurídic-0s y mo rales entre los tratadistas y
legislad ores, pero a la larga primó el interés económico de las clases
gobernantes y aqueUos fueron som.etidos a un
sistm11a ju rí dico de tuteh je e inferiori dad.
El derecho comercial el de minas, el fiscal y otro.s, fueron ramas del derecho
donde hubo necesidad e interés de innova r. Iremos viendo en el capitulo
dedicad o al dere cho indiano, cómo fueron creándose las j:urisdieeiones) los
sistemas políticos y administrativos y el and an1iaje jud icial que demandaba n
las nuevas circunstancias e intereses de los grupos que dominaron la vida
social en Santo Domingo.

CAPÍTULO I
El Dereeho en la Sociedad Taína en La Española

Aunque del sistema jurídico que pudieron tener los indígena s de Quisqueya
poco dijeron los cronistas y nada quedó del mismo, podeinos colegir algo de
sus leyes a través del sistema sociam y económico bajo el cual vivían y- sobre
el que si se posee más información.

Las Casas, Pané, Oviedo y otros cronistas, al describir la organi zación politica
existente en nuestra Isla a1momento del descubrimiento, nos sugieren.un
sisten1a ju 1·ídico bajo el cual se debieron regir los indios quisqueyanos. Pero
es difícil llegar a conclusi ones sobre este siste1na, ya que los propios
cronistas s.e contradicen frecuentemente- entre sí y, ade1n.ás,. retratan una
visión hispánica necesa1·iament.e distorsionada.

Lo poco que podemos sacar en claro es que, cuando llegaron los españoles,
los taínos de nuestra Isla pasaba n por un período de tran sición, de una
sociedad de cazadores y recolectores a una de agricul tores sedentarios.. La
división del trabajo apenas surgía en esta ·etapa . de nuestra raza aborigen. Si
habí a división de clasest ésta era sin1ple habiendo una de jefes y otra de
trabajadores. Roberto Cassá en su obra Los Taínos de La Espafwla, señala
que al no haber diferencia en la posesión o propiedad de los med ios de
producción y de la tierra, no puede hablarse de clases sociales propiamente
dichas. Sin embargo,parece que el grupo gobernante, el de Los Caciques y
Nitainos, tenía el poder por herencia, sea por vía materna o via paterna (pues
éste es precisamente uno de los casos de contradicción entre los cronistas), lo
que parece indicar la existencia de u.na elase o familia gobernante o de sangre
real. Había quizás una nobleza de raza encabezada por el grupode los
Caciques y sus familias y compuesta asimismo por otros nobles e
que eran los «Nitaínos}L Estos últimos serían sub-jefes que gobernaban
regiones dentro del cacicazgo, o formaban el tren administrativo del Cacique,
al que asistían en las labores gubernativas .

La s funciones de los Caciques parecen haber sido tanto políticas co1no


religiosas, económicas y militares. Los cronistas nos pintan una sociedad
donde la m ayoría de los bienes y medios de producción eran - de la comun
idad y en ella aparece el Cacique como encargado de dirigir la distribución del
trabajo agrícola1 de caz pesca y artesanía; la distri bución de aumentos;
tomar la iniciativa en casos de conflictos y guerl'a; administrar la escasa jus
ticia que parece existía; pero principalmente ser el jefe religioso de la tribu,
tomand o las decisiones importantes tras consultar con los dioses a través del
rito de la cohoba.2

Disfrutaban los Caciques de no pocos privilegios: tenían mejores y mayores


bohíos! ricas vestimentas y adornos muchas esposas o con cubinas y prestigio
indiscutido entre sus gobernados.

1".a mbíén dentro de la clase dirigente podemos incluir a los sacer dotes o
«behiques», que al propio tiempo fungían de curanderos . En ocasiones parece
que servían de grupo consultivo al Cacique en la toma de decisiones
importantes.

En cuanto a losdemás indios constituían la gran masa trabajado ra, agrupados


en una sola clase, sin sub-órdenes aparentes. No está claro el papel de los
«naborías» dentro de esta clase trabajado1•a. Pudieron ser esclavos
exclusivos de los Caciques, o trabajadores a.signados al servicio personal del
Cacique y de su casa por períodos determinados.

Dijimos ya que la tierra era común y su uso ad.ministrado por el Cacique o su


delegado. Es posible que los únicos bienes fue1an los ob jetos de menaje y de
uso personal, pero no serian propios del individuo, sino de la farnílía que
habitaba bajo un inisino techo.

No creen1os con base las tesis que quieren ptesentarnos una or ganización
juridica entre los aborigenes como la que sustenta. Mejía
Ricart en su Historia del Derecho Doniinicano.3 Creemos que se ha querido · ··
asimilar la cultura quisqueyana a otras más avanzadas del continente, por
argumento de analogía. Las pocas pr uebas que hay de la existencia de un
derecho penal (el castigo al robo y al incesto) no pueden servir de única base
para suponer la existencia de tribunales, d·e jueces, leyes y códigos. Es lógico
que debieron existir regl as sociales obligatorias permanentes cuya violación
conllevaría el consiguiente castigo, pero no nos atrevemos a presuponer por
eHo la existencia de todo un anda n1iaje jurídico como lo tuvieron los mayas,
aztecas y otras razas n1ás avanza das del continente.

18Nos encontramos, pues, frente a un cambio de una sociedad pl"i i


mítíva patriarcal (o matriarcal) hacia una donde se empjezan a esbozar ¡¡
ya claramente las clases sociales, gobernantes y gobernados: La _primera1
·'ompuesta por Ios caciques, nitainos yhehíques que sojuzga a la segunp
dk(aunque aparentemente sin mucha coacción), la de lostrabajadores;
Eámpuesta de agricultores, cazadores guerreros, artesanosetc.

._,.:-:. No parec e haber estado organizado el comercio, lú que hace


:'rfensar que cada aldea era prácticamente autosufi.ciente y prod ucía lo
fi'ásico para el sustento de sus componentes y gozaría en consecuencia
·d'.e bastante autonomía.
Al no haber bienes propios, la herencia debió haber sido desco'ti.ocida. Dentro
de la realeza se heredaba el poder cacical, generalmen'.t por vía matrilineal,
pero se nos habla (Oviedo citado por Cassá) deeasos de sucesión por vía
paterna al cargo suprem.o. La verdad es que
Jos descubrídores, colonizadores y cronistas de Indias se ocuparon
il'oco cte recoger la historia y las reglas de organización de los indíge
>uas quisqueyanos. En su afán de utilizados al máximo en las explota
iones mineras y agrícolas1 exterminaron por completo una raza cuyo
-iste1na polítíco y jurídico despreciaron.

La arqueología moderna y lasinvestigaciones de las nuevas generaciones de


científicos donlinicanos3iospodrán d·ecir pronto m.ás sobre este teina
interesante, a medida que'./saquen a la In nuevas informaciones . Pero lo que
sí es innegable, es': que al destruir totalmente la sociedad taina} el español
barrió con todasu cultura, su religión y organización social.

Del derecho taíno no nos queda hoy nada, ni siquiera el recuerdo.

CAPÍTULO IV
El D1eI•eeho ,al Descubrimieu.to

El primer documen to j urídico con cern iente a La s Indias es un contrato de


puro corte rnedievaL Se trata de Las Capitulaciones acordadas entre los Reyes
Católicos y Colón, firn1adas e· 1 < Santa Fe de la Vega de Granada», en
fechas 17 y 30 de abril de 1492.. Mediante estos inter.esantes documentos,
génesis del derecho indiano, Colón y los Reyes acordaron entre ellos un
negocio monopolístico para el descubrimiento, población y reparto de benefici
os en las empresas ultra mar '·nas qtt.e se iban a emprender.'1

Existen antecedentes históricos de capitulaciones de este tipo que se utilizaron


en empresas parecidas durante la Guerra de la Re conquista y durante eI
proceso de fundac ión de «factorías » que se fueron estableciendo en la costa
del África del Norte así como en la conquista de las Islas Canarias (Siglo XV).
Mediante las Capitulaciones de Santa Fe, los mona1·cas de Castilla y Aragón
acordaron con Colón los poderes que éste tendría en las «is- las y tierras
fumes» que descubriera, así como los títulos y privilegios que disfrutarían el
Descubridor y sus herederos ;

Finalmente se señaló c·ómo se repartirían los beneficios de los Reyes y los de


Coli6n de lo que había de ser encontrado y comercializado en los nuevos
territorios. La cuantía de poderes, privilegios y beneficios acordados a. Colón
en estas Capitulaciones indican la poca fe que tenían los monarcas 1en el
éxito de la primera empr·esa descubridora. Esto se patentiza más cuando
vemos que pocos años despué.s, al percatarse ellos del emporio de riquezas
que resultaban ser Las Indias, empezaron a reducirle a Colón esos privilegios
exorbitantes, no sin grand es protestas por parte. de éste y luego por parte de
sus sucesores.

21

Veamos el contenido de las Capitula ciones: Primeramente se dio mandato a


Colón para que fuera a descubrir y «g.anar>1 para los Reyes ciertas «islas y
tierra-firme en la 1nar océana». Luego, {{queriendo hacer merced ),. a Colón
por el esfuerzo y el peligro que eso le representa a, le nombraron Ahnirante,
Virrey y Gobernador de todas las tierras que descubriera y coloniza re, títulos
que disfrutarí a Colón a perpetuidad y que luego pasaría n a sus herederos.
Más adelante le dieron facultad de ímpartir j usticía «así en la 1nar con10 en
las islas y tierras» que tanto él como sus lugartenientes descubrieren. Luego
dispusieron que todas las personas designa das en cargos en Las Indias
presentaran jura 111ento ,,,de fidelidad a J a Corona a. través del propio
Colon.

La segunda Capítulación se extendió en otorgar a Colón y a sus


lugartenientes, el derecho de presentar ternas a los monarcas para todos los
cargos u oficios que se fueran a crear para adnünistrar las tierras por
descubrir.

Por otro lado, en el aspecto económíco, Colón y los monarcas se re partieron


todos losbeneficios queprodujeran las empresas descubridoras, adjudicándose
los Reyes las nueve décimas partes de todas las 'merca derías, perlas; piedras
preciosas, oro) plata, especierías y todas las otras cosas» que s«trocaren,
comprareni fallaren, ganaren o hubieren>> dentro , de los límites de los
territorios donde Colón eje1ciera sus pren·ogativas, quedando para éste la otra
décima parte;

Finahnente, Colón tenía opción para pruticipar en la octava parte de la


inversión necesaria para ar1nar nuevas expediciones descubridoras y a
participar en igual proporció11 en los beneficios que de ellas se de1·ivaren.
Como se ve, nadie más, ni los otros capitanes de las carabelas, ni 1narinos, ni
conquistadores, ni pobladores, recibieron de1echo a beneficio aL:aiuno
proveniente de Las Indias. Fue exclu sivamente una sociedad comercial entre
los Reyes y Colón.

Analizando estas Capitulaciones, loprin1ero quenos llama la atención


,es la arrogancia con que Fernando e Isabel se.otorgaron derechos exclusivos
sobre tie1·ras e islas aún no descubiertas y que ni siquiera sabían dónde
estaban1 ni1nucho menos sitenían ya duet1os y gobiernos. En ninguna parte
de las Capitulaciones presentaron' los Reyes argumentos legales ni morales
para justificar su derecho a ocupar tierras allende los mares.

De haber estado totalmente despobladas Las Indias el titulo a ellas podría


haberles venido por derecho de «prilnera ocupación > , pero el caso de tierras
con habitantes,con organización política y gobernantes, nopareció preocupar a
los redactoresdelas Capitulacicm..es. En uno de los primeros párrafos deesos
docu:mentos los Reyes se autotitularon «Señores de la mar océana». ¿Bajo
qué principio jurídico o moral alegaban este derecho Fernando e Isabel?'
¿Podían tener los mares dueños en aquella época? Para buscar respuesta a
estas interrogantes debemos remontarnos a las empresas comerciales y
bélicas emprendidas por los españoles en los Siglos XIII, XIV y XV contra las
costas del África mediterránea yatlántica, entonces bajo poder musulmán,
cmno complemento de su guerra de reconquista en la Península Ibérica.

En estas expediciones marinast los españoles buscaban capturar barcos,


esclavos ymercancías a los moros y fueron siempre tenidas por loKmonarcas
dela época como cosa natural yl1asta provechosa ya queformaban parte dela
gran cruzada santa contra. loS:infieles,ycontaba hasta con labendición papal,
aparte, por supuesto,delos beneficios económicosqueeUo les.reportaba. Esta
extremada soberbia tan característica del sistema miedievaI no corresponde a
ningún principio jurídico romano ni canónico, ni mucho menos alas bases del
cristianismo evangélico.

Sequiso dar el ropcüe de Guerra Santa a lo que no era más que conquista,
rapiña y despojo que1 diciéndolo con justicia, fue empresa común "detodas las
razas, reinos y doctrinas del medioevo cristiano y no sólo de Espaüa.
Si eran dueños de los n1ares,, con mayor ·azón podían los Reyes nombrarles
gobernadoresi alrofr.antes y vil'reyes a lasislas y tierras que estuvieren tras eI
horizonte.

En las Capitulaciones se infiere que no había duda de que los reyes


y señores de las islas y tien1as firmes a descubrir se sometería11 sin pro
ble.tnas, tanto a la jurisdicción de los mandantes de Colón como a la fe
cristiana.
Inclusive, se sabe que Isabel mandó con Colón una misiva al Gran Can, una
especie de «cartas credenciales».
Esta creencia la tiene Colón, según Juan Pérez de Tudela y Morrison5 por el
hecho de que en el pasad o se sabía de solicitudes hechas a los papas por los
utonarcas d,el lejano oriente de que se les envias,en «doctores de la fe» ,
Documentalmen te aparece¡pues, como objetívo de los viajes del
descubrimiento, la conversión de los paganos y Iu_ego el comercio con eUos a
través de la ruta más corta por el oeste.

Pero hilvanada d.e.ntro de esos motivos se evidencia la clara intención de los


Reyes Cat.ólicos no sólo de una conquista, sino de una colonización
permanente; pues dieron a Colón poder para gobernar islas y pueblos designar
funcio narios y delegados y otras medidas ya citad as que evidencian más que
una misión comercial, diplomática y nlisionera ru1plan de ocupación
permanente, de despojo y de explotación econó1nica.
Recordemos que el n101nento histórico en que vivía. Españ.a requería desus
monarcas cuantiosas suinas para sus guerras dinásticas en el Medi terráneo, y
que, ter1ninada la Reconquista eón la caída de Gxanada (en el mismo año
1492) era necesario dirigir la atención detodos los aventureros
23

y guerreros a otras empresas lejanas que dejal'an a los Reyes tranquiloá ··


en la organización y solidifi·cación de su nuevo Estado Naciona l.
A partir de ·n1ayo de 1493, ya descubiertas las Antillas, los Reyes · Católicos
pudieron tener documentos haciéndoles dueños de la «mar·: océana» y de las
islas y tierras firn1es que había descubierto Colón. En efecto, el Papa Aleja
ndro VI (Rodrigo Borgia í español de nacimiento) n1ediante su famosa Bula
Inter-Cetera hízo formal y definitiva donación a los Reyes Fernando e Isabel
de los mares, islas y tierras ubicadas.' más allá de una linea imaginaria que
trazó a cien leguas al oeste de · . :, las Islas Azores} siempre que sobre esas
islas y tierras no hubiera ya ··.\:;' dominio de otra potencia cristiana. ·

¿Qué derecho podía invocar el Papa para dar tan desmesurada '
donación de la mitad del globo terráqueo a estos reyes? En el mismo · texto de
la Bu la quedó 1mplicitamente contesta da la pregunta: Al ser . el Papa el
Vicario de Cristo en la Tierra, podía disponer de ella a su :.· antojo. Este
derecho que así se arrogaba el Pontífice no era universal- '.· mente aceptado
por todos los reyes cristia nos, mucho menos por los de :_·, otras religiones.

Si gran trabajo costó a los papas del Medioevo imponer : .· su autoridad moral
sobre los reyes cristianos, mucho más difícil les fue :'. dictarles.órdenes de
carácter ten1poral, de tipo político y territorial, ya ) que en esto los de1nás
monarcas lo veían como un príncipe inás, espe \.
cialtnente al irse terminando el Medioevo .

Sin embargo, se citan ante- ·:: ..


cedentes de donaciones territoriales hechas poi los papas medievales ·,'
a prínc ipes cristianos, tales como la hecha por Adriano VI a Enrique .
. .¡de Inglaterra para que conquistara a Ir1anda1 la de Clemente VI en .\ 1342
al Rey de Castilla para las Islas Canarias y de Martín V en 1420 . ·· dando a
Portugal las tierras de Africa e India Oriental.6

Pero el hecho es que la Bula fue acatada por los dos países afectados; CastiU
a y Portugal ya que ambos estabanregidos por monarcas obedientes · al poder
espiritual del Papa y porque convenía a los intereses económicos
y expansionistas de ambos. Además) al mon1ento de dictarse dicha Bula, .
las den1ás naciones de Europa no tenían aún cabal conocimiento ni mayor
interés sobre divisiones territoriales de mares e islas nebulosas, pobladas por
indígenas desnudos y pobres. Sin embargo se dice que Francisco I de Ftancia
se preguntó dolido de ser excluido del reparto: {<quisiera ver en .,, el
testamento .de Adán dónde aparece esta donación>>; pero la oposición
efectiva al derecho de posesión de España y Portugal sobre América llegó
Wclrios decenios después, cuando Francia1 Inglaterra y otras potencias se
perataron de la importancia económica del Nuevo 1\IIundo.

Para fortalecer más aún sus derechos sobre las islas y las tierras descubi ertas
por Colón y las c1ue se suponía serían descubiertas se guidamente, sabel de
Castilla concertó un tratado con su vecino, e) Rey Manuel de Portugal firmado
en Tordesili as el 7 de julio de 1494,. en el cual la línea de la Bula Papal fue
alejada considerablemente hacia el oeste.

La nueva demarcación quedaba a 370 leguas al oest.e de la Islas de Cabo


Verde. Lo que se descubriera al este de esa línea pertenecería a Portugal y lo
que se encontra re al oeste sería de Castilla. Con esto quedó además zanjado
un viejo litigio ent1ecastellanos y portugueses sobre derechos de navegación,
exploración, colonización y comercio en el Atlántico Sur..

En resun1eni por disposicíón del «Vicario de Cristo» y pot acuer


do entre estados vecinos, Castilla se vio con carta de autori dad para apropi
arse de los vastos territox ios indianos. Fue sólo afi.os después, que las otras
potencias y en la misma España teólogos y filósofos osaron disputar el
derecho moral de ocupación de esas tierras por Castill a y el soju zgam iento
de sus habitantes bajo la excusa de cristianizarlos.

Mientras tanto, digamos que a los dos años del descubrünie nto> o sea, al
inieio del segundo viaje de Colón, Castilla contaba ya con ins trumentos
jurídicos de carácter internacional que le hicie1·on sentirse con autoridad para
descubrir conquistar y colonizar a las llamad as
«Indias}> , por lo que el derecho de pacta1·sobre esas enipresas eon Colón
y demás descubridores tenía, por lo menos a los ojos de los juristas de la
Corte, confirmación legal irreprochable.

25
CAPÍT-ULO V
El Pri01e1·Derecho en la Isla Española

Como seha señalado Colón llegó a América provisto de documentos jurídicos


para la colonización delas tierras que descubriría, consistentes en unos
contratos 111ercantiles entre él y los Reyes Fernando e Isabel, en los cuales
todo se repartía entre eUos:riquezas, gobierno y habitantes.Los compañeros
de Colón en sus hazañas, así como los otros españoles que llega.rían
después, no- podían ser otra cosa que empleados de la Corona o pobladores
·or cuenta de ésta.

Así, en esta primera etapa de1 derecho de nuestra Isla (que va desde el 1493
hasta el 1499), las Cap iívutaciones de .Santa -F-.e y las d·e1nás instrucciones
y prívilegios dados por los Reyes a Colón¡ que ya llemos
someramente señalado, fueron las disposiciones legales sobre las cua les se
basó la nueva colonia. No ha.y otro derecho que el del convenio
roonopoUsUco ·entre los Reyes y Colón. Apoyado en él, el Descubridor
gobernó a su antojo, dictó disposiciones , ordenó viajes y poblamientos juzgó y
castigó delincuentes, repartió tierras e indios, retuvo y expulsó españoles y
actuó con plena libertad, como. verdadero Señor de la Isla. La única ingerencia
de la Corona consistió en poner al lado de Colón a tres funciona rios que
supervisaron la recolección de la parte de los Re:yes del oro, el algodón el palo
bra zil y las demás mercaderías que se expor taban a la metrópoli, las
contabilizaron y vigilaron su remesa a España. Estos funcionarios fueron
enviados a partir del segundo viaje de Colón (1494) y eran el Tesorero Real
que se ocupaba de recibir y custodiar la. parte que tocaba a los Reyes de los
ya señalados p,roductos; el T1eniente Contador, quien tenía por misión
contabilizar todos esos artículos; y el Veedor, quien custodiaba las armas de la
expedición. Otros funcionarios

(Alcalde Mayor de Ia Isabela

Factor1. Re'.ceptori etc.) fueron nombrados por la Corona a recomendación de


Colón, ,envirtud del poder de éste para sugerir non1bres para esos cargos
previsto en Las Capitu'laciones.

Pero Colón también hizo designaciones directas, ampal'ado en el poder tan


enorn1e que se le había dado y vista la dificultad de obtener el consen timiento
regio para esas designaciones debido a la larga espe1a entre la ida y la vuelta
de las carabelas con las solicitudes y las designaciones.

Desde el princ ipio Colón utilizó a plenitud su poder de Virrey con todas sus
prerrogativas y son1etido solamente a los Reyes por su condición de socio
minoritario en la e1npresa descubridora y coloni zadora de Las lndias.
Esta situación devirtual autonomía sería precisamente el punto álgi
do de los pro blemas políticos que bien pronio enfrentaría la colonización de la
Isla Españ.ola. Los i)rimeros pobladores , que no vinieron con idea de ser
empleados a sueldo de un advenedizo extranjero, y autoritario por demás, a
poco se rebelaron a esta situación de servidumbre y sm·gieron las prhneras
quejas y conflictos, que fueron llevados a La Corte por el Padre Boil y
Pedro :Margarite, produciéndose luego la defección de Roldán y fi nalmente,
cornoveremos, el envío por los Reyes detm "Juez Pesquisiclorn,
Francisco de Bobadilla, con el encargo de reducir el poder omnímodo de '
CoJón y de poner fin a sus abusos.

Aunque no entra en ·el campo de este estudio, es menester siquie ra


someran1ente explicar la situación económica durante los primeros aüos de la
colonizació1 de la Isla Española. Colón deseaba enviar a los Reyes todo el oro
que podía, para probarles que había descubierto el legendario Cathay y p.ara
n1antenerlos con entusiasmo para continu ar asociado a eÚos en nuevas
emp1·esas descubridoi·as.

Los primeros pobladores llegaron también con sed de oro, pero para ellos, no
para serles quitado de las manos tan pronto lo sacaban de los ríos y minas.

Se produjeron la tensión y las quejas. Colón que no logró obligar a los indios a
proveer por las buenas todo el oro que deseaba intentó (verano de 1494)
arrancárselo por la fuerza y al efecto envió a Ojeda con una expedición al
interior de la Isla quien encontró tenaz resistencia de los indios por lo que este
último eaphtró a más de 1600 de ellos y los llevó a La Isabela como
prisioneros, desde donde fueron enviados más de 500 a España como
esclavos.

Fracasudo este primer intento de hacerse de oro en cantidades considerables,


se recurrió Ca fines de 1495) a imponer un tributo trimestral a cada indio varón
n1ayor de 14 años1 consisten te en un cascabel lleno de polvo o grano de oro
y una arroba de algodón.

Estos dos hechos, la expedición punitiva y el impuesto} no encuentran


j,ustificací ón legal en las Capi tulaciones de Santa Fet ni en los demás
poderes de Colón siendo puros actos de arbitrariedad señ.orial del Almira nte
quien así desenn1ascaró pronta111ente la verdadera naturaleza de la
colonización, que no fue ni la cristianización de los indf genas ni el comercio
con ellos sino- su sojuzgamiento y explotación .
\
.La inveterada costumbre medieval de esclavizar al enemigo capturado en "j
a guerraª 'ue exculpación su:ficíente a los ojos de Col,ón pa ra obbga- , a
entiega del oro por 1a fuerza y la utilización de la mano de obra indígena para
las f.a..enas de siembra, recolección y constTucción, que no estaban los
españoles dispuestos a realiza r por sus propi as man os, habiendlo tanta otra
fuerza humana disponible.

Más aún como los españoles, debilitados po.r las enfermedades y poco
acostumbrados al trabajo manual, se negaban a laborar y exigían no obstante
el pago de sus sueldos, Colón tuvo que buscar otra fórmula de pagarles que no
fuera oro o moneda ambas escas·as. Asi, ante las primeras amenazas de
revuelta , se inclinó a pagar esos salarios en especie, pero en especie
humana, y en 1496 hgo entrega.a cada español e indios '!ra su servicio
personal. Cuando Rold n se rebeló y alzó hiz.o lo n1ismo en ene,1 cto · e sus
compañ1ero5;)- en ras negociacion es de reconciliac ión Coi,ón le reconoció el
derecho a esa servidumbre h1unaa.

Esta situación,. puro i·esabio feudalJ introdujo e;nuest.ra Isla la Edad l\!I.edia,
cuando la rnisma empezaba a declinar en la Península Ibérica, y detei minó
claramente el tipo y curso de la historia de La Espafiola en el Siglo XVI, con
profundas consecuencias no sólo para la raza aborigen que desapareció como
r,esuitado de eno sino también para laraza africana qué la sustituiría y para
todo el siste1na económico social y jurídico de Santo Domingo durante su
época colonial.

Elgobierno omnímodo de Colón duró poco. "La sociedad mercantil entre la


Corona y l Almirante, constituida por las Capitulado , Santa Fe'' fue
teniendo cada vez mayru:es dificulta . es,. pues el socio mayoritario (la Corona)
veía ampliarse el horizonte d,eJ negocio y aumen tarse enor1nen1ente sus
posibilidades económicas y más aún) se llegó a tem,er que Coión se
independizara demasiado y crease en Indias su
propio feudo. Los Reyes se· percata ron de que la la1·gueza cnn tjUép
m"iaronaCoión habia sido una exageración y habma que destruir tantos
privilegios; a ellos les había costado demasiado trabajo someter a la nobleza
española, para permitir que ahora, en Indias, se estableciera el feudalisnio y
que la riqueza del suelo y de bienes sirviera para crear dinastías vn•reinales
autónomas.

Lo prin1ero que había que hacer era poner freno al ,gobierno absoluto de
Colón. Con este propósito fue e1tviado en mayo de 1499 Francisco dti Bobad
Hla, con el Utulo de ciJue.z Pesg uisi do con el encargo formal de r,educir
drásticamente los poderes del Almirante y de pacificar 1a Isla que se hallaba
en medio de una revuelta de los propios espanoles (La Re.belión de Roldán),
causada precisamente por los exeiesos de Colón y de su herma no rtolom a
quien éste había dejado como ''Adeláñtado,, mientras realizaba su expedición
a Cuba. Con tres Reales Cédulas que llevó BobadiUa, se· cercenó
enorine1nente
29
el poderío de Colón, se destruyó práctica1nente la razón social creada por las
Capitulaciones, se eliminó toda posibilidad del establecimiento de feudos en
las nuevastierras descubiertas, afianzándose la autoridad reaL En síntesis, se
pasó de una elnpresa de tipo mercantil-descubridora a una colonización
gubernan1ental.

El corto gobierno de Bobadilla (1499-1502) constituyó una etapa de transición


entre el período del negocio comercial basado en las Capitulaciones y demás
franquicias dadas a Colón y el establecimiento de una verdad era colonia
castellana en nuestra Isla. Durante su ma11dato Boba dilla, para calm ar los án
in1os y atraerse la bue na voluntad de los rebe ldes de Rold án, confirmó a
éstos todas las ventajas que habían- obtenido durante el alzamiento y las
posteriores negociacion e con Colón.

Los trescientos sesenta pobla dores que se estima había en la Isla. fueron
confirm ados en las encomiendas y repartinlientos de indios para su servicio y
se les redujo de un tercio a un décimo la parte que debían dar a la Corona del
oro hallado por ellos. Esto produjo un régilnen de colonización popu lar, pues
esos pobl adores) que eran de la clase "tnenestra P1 o segundones de la
bajanobleza castellana se enriqu ecieron prontamente en tierra, oro y "criadosn
indios, como jamás pudieron haberlo hecho en su país.

El estable-ciiniento de esta clase social autónoma y sin correlación con los


estratos sociales existentes en Castilla, fue causa principal de la pronta
destitución del Pesqu isidor.

La administración de Bobadilla dejó con bastante libertad a los pobladotes, a


quienes sólo se les obligó al pago del citado "décimo'' real y a '''avecindarse';
en parejas (probablen1ente para que no se in dependizasen demasiado
creando latifundios dispersos), pero en lo den1ás el verdadero régin1en
político y jurídico de la Colonia quedó por establecerse con la llegada de la
armada de Ovando, constituida por 27 barcos, con 2,500 hombres entre
nobles, funcionarios criados soldados y algunos labradores y artesanos arribad
os al Puerto ele Santo Doiningo en el mes de abril de 1502.
.
Sin embargo, el sistem a de repartimiento de tierras y de indios, el
de Ja esclavitud de los indíos tornados prisioneros, el de pago de tributo en oro
y otros.artículos, la servidumbre personal y oti·os elementos de vasallaje que
caracterizarí an elperíodo siguiente, estaban ya estable cidos en La Española,
si no totalmente en derecho, por lo 1nenos en hecho a la llegada de Ovando.

CAPÍTULO VI

Lo,s P1•imeros Expe1• mentos elur,ídicos

Cerrado el primer capítulo de la colqnización con la llegada a La Española del


Gobernador Nicolás de Ovando (1501) y su nu111erosa co mitiva, empezó la
etapa de institucionalización juridica de la Colonia.

Antes denada, señalemos que esa ins.titucionaHzación no seprodujo de un


solo plumazo legislativo, sino que fue-el resultado de variadísimas
disposiciones, tanteos y vacilaciones; cambios bl'llScos y contradicciones
desconcertantes; todo produddo por un total desconocimiento por los
gobernantes de los vastos territorios descubiertos, del modo de vivir y de
regirse sushabitantes, así eomo el resulta do también de pugnas y luchas entre
los diversos grupos sociales hispanos que participaron, directa o indirecta
mente, en la conquista y coionizaci,ón del nuevo continente.

Los Reyes mostraron desde un principio el deseo de reglamentar


detalladamente las materias concernientes al gobierno, la economía, la
religión, el comercio y la vida pública y privada tanto de los aborígenes como
de los colonizadores. Todo fue regimentado por Reales Cédulas, Leyesi
Instrucciones, Ordenanzas Pragmáticas, Cartas Reales, Capitu laciones y
Declaraciones con las firmas de los Reyes mismos, o de sus delegados, ]os
Regentes, Consejeros de Indias, Virreyes, Adelantados, Audiencias y
Gobernadores.
Dice Gareía Gallo que upartiendo de la bas·e de que el derecho de Castilla
sería el que regiría en Indias, la legislación dictada para éstas cuidó sólo de
adaptarlo a Ias situaciones que en cada momento y lugar
se planteaban; de lo que vino a resulta1·el carácter predomínante1nente
casuístico de ella".7 Jamás hubo un "código' · ni un conjunto de leyes ar
mónicas para América tli para ninguna delas divisione·s administrativas

CAPÍTULO VII
EL DERECHO INDIANO DOMINICANO

DERECHO PÚBLICO

EL GOBIERNO
La parte este de la Isla Española, hoy República Dominicana, estuvo bajo la
dominación y las leyes de España durante un periodo continuo que abarca
desde 1493 hasta 1801; es decir, 307 años. Durante esta larga etapa nuestras
leyes vinieron de España, nuestro sistema jurídico fue el de las Leyes de Indias
y el mecanismo gubernativo fue el que se nos imponía desde la metrópoli.

La historia del derecho imperante en nuestro país durante ese período es de


suma importancia para los dominicanos. Aunque en la actualidad de nuestro
derecho no está basado en el Derecho Indiano, nos atreven los a asegurar que
mucha de la idiosincrasia del pueblo dominicano tiene sus raíces en aquel
período y que sólo conociendo bien el derecho de esa época estaremos en
condiciones de apreciar claran1ente los problemas y las luchas presentes.

Si ciertamente fuimos "Cuna de América ", como se nos ha llamado


románticamente, también nuestro suelo fue laboratorio donde se ensayaron
por primera vez en el Nuevo Mundo las grandes instituciones políticas y
jurídicas que luego rigie1·on a todas las Indias Hispanas durante tres siglos.
Pero después de establecidas, 1nuchas de esas instituciones emigraron a
otras regiones más importantes para España, o languidecieron en nuestro
suelo desprovistas del calor de la metrópoli.
España fue creando para Las Indias un intrincado sistema gubernativo, sin
reglas generales fijas y con mucha inestabilidad institucional. Lo único que tuvo
carácter de regla inalterable fue la preeminencia del Rey como fuente máxima
de poder, de justicia y de mercedes. El absolutismo de los Reyes Católicos se
acrecentó, tanto para España como para las Indias, con la llegada al trono de
sus sucesores de la Casa Imperial de los Austrias y luego con los Barbones en
el Siglo XVIII.

Parece haber sido intención expresa de los Reyes mantener un control estricto
y minucioso sobre el acontecer político y jurídico en sus colonias, por lo que
crearon un mecanis1no de equilibrio de poderes en las distintas
de1narcaciones en que se dividieron las tierras del nuevo continente. Esto
parece que lo hizo la corona con el fin de evitar la creación de feudos o de
funcionarios demasiado poderosos e independientes del Poder Real. Según
Os Chapequé, "mientras la polémica entre las dos potestades (el Gobernador y
la Rea Audiencia) pudiera surgir, eran 1nás difíciles las extralimitaciones”

Teóricamente el Virrey de Nueva España, con sede en México (desde que fue
creado ese Virreinato en 1535) tuvo autoridad sobre el Gobernador de la Isla
Española, pero en la practica la práctica éste dependió siempre directamente
de España. A su vez nuestro Gobernador tuvo sus frenos, a través de la Real
Audiencia, y fue sujeto frecuentemente a investigaciones, delaciones y control
espontaneo de los Visitadores, Pesquisidores y Jueces enviad os para
residenciarlo y reprimir sus excesos.

Para el estudioso del derecho moderno, acostumbrado a la claridad de las


constituciones, códigos y leyes de carácter general, resalta ('sumamente difícil
establecer un organigrama o siquiera reglas generales que expliquen el
sistema gubernan1ental que España implantó (en América y en especial en su
colonia de Santo Domingo. Las disposiciones generales sirven para poco bajo
un sistema casuístico y en constante cambio. Pero lo que es peor, una cosa
fueron las leyes y otra muy diferente fue su aplicación.

Desde el inicio de su vida jurídica el pueblo dominicano ha estado bajo la égida


teórica de hermosas y justas leyes e instituciones que han sido aplicadas al
antojo del mandatario de turno. Gobernadores, alcaldes, Reales Audiencias,
presidentes, Pacificadores, Benefactores, todos nos han dado preciosas
normas que han sido los primeros en violar.

Veremos frecuentemente en esta obra cómo fueron realmente aplicadas las


leyes e instrucciones venidas de España y que aparecen en los cedularios y
colecciones. El derecho, como superestructura impuesta por la clase que
detenta el"',}). poder, sirve sólo a los intereses de esa clase, 'POT más
democrática y humanitaria que parezca la legislación.

Cuando la Ley caliente tiene a asegura · esos intereses, su letra es obedecida


por los encargados de aplicarla, pero cuando ella perjudica el dominio de esa
clase, sus jueces y gobernantes se encargan de tergiversarla o tornarla en
letra muerta. Esto es tan cierto en La Española del Siglo XVI como en la
República Dominicana del Siglo XX. El solo ejemplo de las Leyes de Burgos
nos basta para confirmar lo dicho. No hay un código de defensa de una raza
más hermoso que esas leyes. Pero qué diferente su aplicación. La total
subyugación y eventual exterminio del indio quisqueyano fue el real resultado
del sistema impuesto aquí por los conquistadores y colonizadores.

Sirva el anterior preámbulo para explicar por qué esa gran diferencia entre las
distintas disposiciones que rigieron a Santo Domingo durante su período
colonial y la verdad de su aplicación, como surge al estudiar la jurisprudencia
colonial y otras muestras de cómo se vivía en la Isla durante esa época.
El Gobernador
El Gobernador de la Isla Espafio1a fue siempre designado por los monarcas
como la máxima autoridad política de Santo Domingo. En principio debía ser
escogido de una terna sometida al Rey por el Consejo de·Indias.22 Duraba en
sus funciones a discreción del Monarca, aunque en algunos casos se le fija va
un término (8 años en el caso del Gobernador Batirán de Viamonte, nombrado
en 1636).

Las principales funciones del Gobernador eran administrativas y militares, pero


se le atribuyó también poder para dictar disposiciones con carácter de leyes de
aplicación local, llamadas ordenanzas o bandos. En la generalidad de los
casos el Gobernador era también presidente de la Real Audiencia, pero sólo
fungía de juez de dicho tribunal si era abogado.

La variedad de1as funciones de "Mi Gobernador y Capitán Gene real de la Isla


Española y presidente de la mi Real Audiencia de la'' (que es como se le
llamaba oficialmente) se hace difícil enumerarlas. No hubo una ley que
determinara todas sus funciones. Ellas provén han de usos, costumbres y
leyes castellanas; reales provisiones donde se le otorgaban poderes encargos
específicos; instrucciones para resolver determinados casos; respuestas a
preguntas que él hacía al Rey o al Consejo de Indias; aprobaciones o
modificaciones s a decisiones ya to1nadas por él y para las cuales había
solicitado confirmación.

Todo esto no es extraño dadas las enormes distancias entre la Isla y la)
metrópoli y lo poco frecuente que era la comunicación en esa época.
Por otro lado, el centralismo creciente hizo que con el corre·

de los años al Gobernador le fueran también correspondiendo, por (disposición


expresa o por pura tolerancia, funciones de carácter ju ricial. Así, al final del
período colonial español, el Gobernador tuvo de hecho la casi totalidad de los
poderes, contraviniendo a veces\. disposiciones de carácter general contenidas
en las Leyes de Indias.
De todas maneras, podemos decir que las funciones principales del
Gobernador de la Isla Española fueron: a) El mantenimiento del orden público
en la Colonia, velando porque a la misma no entrase personas o ideas
contrarias al régimen político o religioso imperante en España (Real Cédula del
3 de octubre de 1539); b) disponer todo lo, relativo al sofoca mi ente de
insurrecciones y alzamientos de indios,, esclavos negros y de los propios
españoles rebeldes (Real Cédula del 3· de julio de 1587);
c) ordenar la expulsión de herejes y extranjeros que estuvieran en la Isla sin
autorización (Real Cédula del 13 de julio de: 1599);
d) ejecutar las disposiciones reales sobre la fundación, ca1nbio y destrucción
de ciudades y villas (Real Cédula del 13 de n1ayo de 1577) así como la
distribución de solares y tierras en las poblaciones y era los campos (Real
Cédula del 15 de octubre de 1558);
e) supervisar la recaudación de los impuestos y otros ingresos de la Corona
percibidos y manejados por los Oficiales Reales y revisar anualmente (junto
con los Oidores de la Real Audiencia) los libros de ingresos y egreso fiscales
(Real Cédula del año 1530):.
f) imponer tributos ("sisas") con la previa autorización del Rey (Real Cédula del
5 de julio de 1589);
g) velar por el cumplimiento de las leyes y otras disposiciones real· sobre el
repartimiento y trato de los indios (mientras hubo nativo en nuestra Isla, o sea,
hasta mitad del Siglo XVD, así como disponer todo lo relativo a la venta,
distribución y trato de los negros esclavos llegados a la Isla (Real Cédula del 3
de 1nayo de 1509);
h) llenar entera ' neamente los cargos vacantes en la burocracia a colonial,
hasta tanto fe Rey designara el sustituto o confirmara al provisional (ver carta
de{; Gobernador Figueroa al Rey, del 6 de junio de 1520);
i) como Capitán; General de la Colonia, tocaba al Gobernador dotar y
mantener la fortalezas y puestos de vigilancia en los lugares estratégicos de
Isla, misión importante durante los largos periodos conflictivos con · los
corsarios y las naciones europeas en guerra contra España (Real Cédula al
Gobernador Osorio del 18 de julio de 1607), siendo a la ve Co1nandante de la
pequeña n1ilicia local y teniendo como subalterno al Sargento Mayor, al Cabo
y a los Alcaides de las Fortalezas;
j) en este aspecto milita, el Gobernador fue Juez de Prin1era Instancia en los
asuntos que envolvían disciplina y asuntos militares, existiendo una apelación
ante la "Junta de Guerra", que formaba parte del Real Con seno de Indias con
sede en Sevilla (Real Cédula del 16 de diciembre de ., . 1639);
k) controlar la entrada y salida de españoles a la Isla, encargo de suma
importancia para evitar la total despoblación de ella durante los años en que
las recién halladas riquezas de México y Perú incitaron a una emigración
masiva de los españoles radicados en Las Antillas (Real Cédula del 13 de
noviez ver de 1564).

Como los Reyes de España tuvieron control casi absoluto sobre la Iglesia
Católica tanto en la metrópoli como en las colonias de América en virtud del
llamado "Real Patronato", tocó al Gobernador recibir y ejecutar las
disposiciones que se dictaban sobre la Iglesia en la Isla, tales como la
designación de piel a dos, la fundación de iglesias y monasterios, la
recaudación de los diezmos otros tributos eclesiásticos (Real "Cédula del 13 de
febrero de 1541).

La ad1ninistración de las muchas propiedades, cargos e ingresos de la Iglesia


quedó también sometida al Gobernador, como delegado del Rey. Asimismo, se
dispuso que, si algún bul papal llegada a Indias pareciere menoscabar los
derechos del Rey bajo el Real Patronato, el Gobernador, en consulta con la
Real Audiencia, debía suspender su ejecución hasta tanto decidiera el Rey.

Durante el período inicial de nuestra vida colonial, si el cargo de Gobernador


quedaba vacante, lo sustituía el Oidor más antiguo de la Real Audiencia (Real
Cédula del 4 de agosto de 1530). Pero a partir de 1737, una Real Cédula
dispuso que el sustituto temporal del Gobernador fuese el "Cabo Subalterno",
quien era su segundo en mando en el aspecto milita r, cuando Santo Domingo
se convirtió en "presidio", es decir recinto militar, debido a la constante guerra
contra los franceses que avanzaban su ocupación de la parte oeste de la Isla.

Bajo el Gobernador, y formando la burocracia a colonial, se en centraban los


Oficiales Reales, los jefes Militares y otros funciona ríos menores, en cuyas
manos pusieron los Reyes la administración pública de la española. Provenían
generalmente de las capas altas de la sociedad española o miembros de las
familias "principales" de la Isla.

Tuvieron al propio tiempo el control económico de la Colonia, ya Las diversas


atribuciones del Gobernador han sido tomadas de las citadas Reales Cédulas,
copiadas en el Cedulario de Encinas, las obras citadas de Donetsk y de noche
Uztegui que eran los dueños de los más importantes ingenios de azúcar, hato ·
ganaderos, minas, esclavos y otras fuentes de riqueza, pese a prohibí cines
legales en contrario.26

La Justicia
El sistema judicial l creado por España para sus colonias en La Indias fue un
reflejo basta ante fiel del que existía en la metrópoli partir del reinado de los
Reyes Católicos y que fue ya someramente. descrito en. Un capítulo anterior.
·
La Prim era "J justicia" en la Isla Español a estuvo a carg0 del Almirante
Cristóbal Colón, como Juez único, en virtud de las Capitulaciones de Santa Fe,
pero estos poderes pronto le fueron quitado$ y la j jurisdicción en p1·imer
grado, tanto civil como penal, pasó a manos de los alcaldes Mayores de las
ciudades, con recurso de apela ion a · Gobernador, sistema que se 1nantuvo
en vigor hasta 1511. .·.
Por Real Cédula dada en B1ll'gos el 15 de octubre de 1511se ere la "Real
Audiencia de Santo Do1ningo", primer tribunal colegiado d América y modelo
sobre el cual se calcarían los demás que se iría estableciendo en las otras
regiones del nuevo continente.

A este tri banal se le dio facultad plena para conocer, como corte de apelación.
de los recursos de alzada contra las decisiones dictadas en primera instancia
por el Gobernador y por los alcaldes de las ciudades, tanto .... de la Isla
Española como de todos los territorios sometidos a las juras dicción de la Real
Audiencia, los que al principio fueron todos los de. continente americano hasta
entonces conquistados por los españoles, Luego la Real Audiencia perdió
territorios con la creación de otras Reales Audiencias (México 1527, Panamá
1536, Lima 1542, Guatemala.

1543, etc.). Pero, aun con esos desmembramientos, la Real Audiencia. · de


Santo Domingo tuvo sometida a su jura adicción, y durante muchos años, a
vastos territorios del área del Caribe, incluyendo Cuba, Puerta Rico y las
demás Puerta, y los territorios que hoy con1pon.en. Venezuela, Colombia y
Las Guayanas.

Como se indicó ya, las leyes bajo las cuales estuvieron sometidos'. los
territorios espaf10les en América fueron las de Castilla, púrica: parmente el
Código de las Siete Partidas y otras leyes y costumbres castellanas, luego
recopiladas y ampliadas en las Leyes de Toto de 1505.

A partir del descubrimiento se dictaron las numerosas leyes que compón,


darían las Leyes de Indias, que se fueron aplicando, en Santo Domingo y
demás colonias, modifica no las antiguas leyes castellanas Wii los casos
donde las nuevas situaciones exigieron nuevas disposiciones.

Los alcaldes de las ciudades (que siempre fueron dos, como se verá al tratar
de los Municipios) fueron los jueces de menor categoría en el orden judicial
colonial. Sus sentencias eran recurribles al Cabildo Local si eran de asuntos de
menor cuantía. Pero para asuntos más graves o de mayor importa necia
económica la apelación iba entonces a la Real Audiencia. El Gobernador de la
Isla tuvo en ocasiones facultades para dictar justicia en primer grado.

Desde el principio la Real Audiencia estuvo compuesta de tres jueces u


"Oidores" designados por el Rey. Se dispuso que el Gobernador de la Isla
tuviera también el cargo de "Presiden te" de la Real Audiencia. Si sucedía que
dicho Gobernador presidente era "letrado" (es decir Abogado), sólo había
entonces dos Oidores. Si el presidente no era letrado, la Audiencia tenía
entonces tres Oidores además del presidente.
Todo esto en razón de que era necesario que ese Tribunal tuviera siempre tres
jueces, aunque se dispuso que, en caso de ausencia de un juez, la Audiencia
podía sesionar con dos, pero no podía dictar sentencia en materia grave sin la
presencia de los tres jueces, y de no ser posible conseguir al tercero (por
ausencia o muerte) se designaba un abogado local como juez interino para
completar el quórum.

Hab a un caso en que la Real Audiencia conocía de un litigio en primera


instancia a y era cuando el asunto involucraba a la Corona como litigante.
Estos eran los llamados "Casos de Corte". Ahí el pro ceñimiento empezaba en
la Real Audiencia y las apelaciones iban al Real Consejo de Indias en Sevilla.

Para la Real Audiencia de La Española28 se dictaron dos Cédulas de


Procedimiento tos. Una fue la de 1511, cuando se creó dicho tribunal; y la otra,
que sustituyó a la primera, del 4 de junio de 1528.29 En ausencia de
disposiciones en estas leyes, se ordenó aplicar los procedimientos s ya
establecidos para las Reales Aid ciencias de Valladolid y de Grana da.
Haga1nos un resumen del procedimiento ante la Real Audiencia.

Ante una querella o den1anda, el Escribano de la Real Audiencia enrolaba el


caso para una próxima audiencia y citaba a las partes y los testigos. Toda
parte tenía derecho a ser auxiliada por un abogado, y si no ten ya con qué
pagar uno, el tribunal le ofrecía los servicios gratuitos del "Procurador de
Pobres". Las audiencias eran públicas oyéndose primero la acusación, luego la
declaración de los testigos y de las partes, h asiéndose interrogatorios y
debatiéndose las pruebas.

Si los testimonios tenían que tomarse a personas fuera de la jurisdicción del té


igual, se comisión aba al Escribano de su domicilio para hacerlo y enviar la
declaración jurada. El proceso era oral, pero las conclusiones de las partes
debían someterse por escrito. Escrita era también la sentencia, la cual
contenía una descripción resumida del proceso entero y era firmada por los
Oidores, aun los disidentes, y por el Escribano, quien entregaba "traslados"
(copias certificadas) a las partes. En materia penal el procedimiento preveía la
prisión preventiva, la libertad bajo palabra y baja o fianza, el embargo de los
bienes del condenado y el indulto real. Las leyes dispusieron que el acusador
fuera premiado con parte del dinero de la multa o de la venta pública de los
bienes del condenado.

En todos los asuntos que afectasen a la Corona, debía estar pre. ' senté para
defenderla, el Procurador Fiscal.
Los recursos en materia penal a las sentencias de la Real Audiencia, se
elevaban ante ese mismo tribunal y se llamaban "Revistas", siendo las
sentencias de las Revistas, últimas y definitivas.

En materia civil, las sentencias de la Real Audiencia eran recurribles o no,


según el monto envuelto, el cual varié durante los tres siglos del período
colonial. Cuando la cuantía del caso lo permitía, el litigante tenía opción de
recurrir la sentencia que le hubiera sido adversa ante la propia Real Audiencia,
o llevarlo a España donde era objeto de un último recurso ante el Real Consejo
de Indias, pero en este último caso debía recurrir dentro del año de la
sentencia, paga r las costas y presta r fianza.

Las leyes establecieron condiciones para el ejercicio de la profesión de letrado


y se reglamentó el cobro de sus honorarios. Si un litigante sospechaba de la
parcialidad de un Oidor, se podía pedir la declinación del proceso ante otro
tribunal. Se pusieron restricciones a las relaciones entre los Oidores y las
partes o testigos.

Bajo el régimen político imperante en España, tan ligado a la religión católica,


el derecho no sólo tuvo por finalidad castigar los delitos cometidos contra el
Estado y los particulares, como ocurre ahora, sino que, además, se usó para
preservar la pureza de la religión y la moral cristianas.

Por eso vemos que no sólo se castigaron el robo, el homicidio, el rapto, la


rebelión, la lesa majestad, etc., sino que también fueron sancionados el
concubinato, el perjurio, la tenencia de libros prohibidos, la enseñanza de otras
religiones y la inobservancia de los dogmas y preceptos del catolicismo.
Hechos que no constituían delitos' si los cometían los blancos, los españoles o
los católicos, lo podían ser si sus autores eran negros, herejes o extranjeros.

Asimismo, en materia. de prueba testimonial, para asegurarse que los testigos


no perjuraran, se les an1enazaba con castigos divinos a través de las
"Censuras eclesiásticas", que consistían en que los testimonios se presentaba
n primero ante un sacerdote, quien pronunciaba públicas maldiciones y
exco1nunión contra los falsos testimonios o contra los que se negasen a
testificar en un litigio.

Las penas y los castigos fueron también variables según que los reos fueran
personas de calidad, blancos pobres, negros libertos o esclavos. Para las
personas de "calidad" las penas fueron la multa, la confiscación de sus bienes,
la deportación, la cárcel o el presidio.

A los españoles peninsulares o criollos que no fueran de calidad, o sea a la


gente común llamada entonces "habitante", se aplicaron, ade1nás de las
penas acabadas de citar, el cepo, la corroa y la condena de remar en las
galeras del Rey.

Para ambos existió la pena de muerte, que se aplicó por ahorcamiento. Los
esclavos y los libertos tuvieron por castigos los azotes, la marca con hierro
candente, la mutilación de un miembro y el descuartizamiento del cadáver.32
Algunas penas nos parecen hoy cándidas: al casado adúltero se le obligaba a
mandar a buscar a su mujer a España.

A una mujer alborotadora se le condenó "a que viva en recogimiento sin dar
nota de escándalo ni tenga riñas con ninguna persona usando de mucha
modestia en sus palabras"; a otra acusad a de prostitución se le ordenaba
mudarse del barrio.

Los tribunales tuvieron funciones no judiciales, y la división de poderes que hoy


conocen1os, y que tan natural nos parece, no existió en la Edad Media. Fue
uno de los avances logrados tras los gran des 1novim.ientos políticos de fines
del Siglo XVIII.

En la época que estarnos estudiando, la regla era que todos los poderes se
centralizaban en el Rey, quien era a la vez legislador, juez y ejecutivo n1áximo.
Esa concentración de poderes se filtraba también a los organismos y
funcionarios inferiores tanto en la n1etrópoli como en las colonias. Así ve1nos
que los alcaldes Municipales fueron siempre los jueces de primer grado al
tien1po que eran funcionarios de los Cabildos. La Rea l Audiencia, siendo
primordialmente un tribunal de apelación, en erció también importantes
funciones no judiciales.

Con esa dualidad defunciones se lograba, además, evitar que ciertos


funcionarios u organismos tuvieran demasiado poder, pues, al ser frecuentes
los conflictos de jurisdicción, resultaba necesario recurrir al Rey o al Real
Consejo de Indias para resolverlos, lo que beneficiaba la centralización en la
Corte, que siempre fue política del monarca s españoles.

Vemos así que las ordenanzas o bandos dictados por los Cabildos requerían,
para su validez, la confirmación de la Real Audiencia (función que luego fue
atribuid a a los Gobernadores). Cuando surgía un conflicto entre los Cabildos y
la Real Audiencia sobre el alcance de sus jurisdicciones respectivas, esta
últin1a generalmente determinaba que el asunto era un "caso de Corte" y, por
ende, le tocaba a ella y no al Cabildo conocerlo en primera instancia.

Cuando se pasaban Juicios de Residencia a Jos Gobernadores y a otros


funcionarios, quedaba permitido que los residenciados pudieran recurrir contra
las sentencias de los Jueces de Residencia ante la Real Audiencia, excepto
que, si la apelación la interponía el Procurador Fiscal, ella iría al Real Consejo
de Indias (Reales Cédulas del 10 de junio, 1524 y del 17 de noviembre, 1526).

Todo litigio sobre derechos de la Corona tocante al Real Patronato Indiano, era
conocido por la Real Audiencia en primera instancia y en apelación iba al Real
Consejo de Indias. También con relación al Real Patronato toda bula papal que
llegara a la Isla y que la Real Audiencia consideraba que atentaba contra los
derechos de la Corona, era retenida y su ejecución suspendida.

Aunque la mayor parte de los funcionarios reales en las colonias eran


designados por el Rey, cuando ocurría una vacante la Real Audiencia era
quien nombraba al sustituto hasta que desde España llegara el nombramiento
del nuevo titular o se confirmaba el que la /Audiencia hubiera escogido.

Se hizo una práctica muy frecuente que el Gobernador y Capitán General de la


Isla fuese también designado presidente de la Real Audiencia. En ese caso,
como ya se indicó, sólo fungía como juez si era letrado y entonces se
fusionaba en su persona la máxin1a autoridad administrativa de la Isla junto
con la más alta posición judicial de ella. Cuando ocurría que ocupaba ambas
posiciones, al morir o ser sustituido, su sucesor interino era el Oidor más
antiguo de la Real Audiencia.
Tal fue el caso del Oidor Cabezas de: Meneses, quien ocupó la Gobernación
interina junto con la Presidencia de la Real Audiencia al fallecer el Gobernador
Dr. Cuenca en 1582.38

Debe aclararse que cuando el Gobernador era también presidente de la Real


Audiencia, sus funciones administrativas se limitaban a la Isla de Santo
Domingo y no al territorio más amplio que correspondía a la Real Audiencia
como tribunal de apelación, que como se sabe se extendía más allá de la Isla
La Real Audiencia tuvo también funciones legislativas para asuntos de índole
local.

Mediante los llamados "Autos Acordados"' dictados por la Audiencia y luego


refrendados por el Rey, se promulga ron importantes leyes para el gobierno de
Santo Domingo, tales como las Ordenanzas "Para el Sosiego y Seguridad de
los Esclavos Negros" del año 1528.

Otras disposiciones diversas fueron dictadas durante el período colonial que


encargaba n a la Real Audiencia de diversos asuntos no judiciales. Debía
inspeccionar anualmente las cuentas de ingresos y gastos de la Real
Hacienda, según una Cédu1a de 1544.40 Al principio se le encargó vigilar que
las leyes de protección a los indios fueran debidan1ente aplica das, y se puso
en sus manos los repartimientos de tierras a los nuevos pobladores llegados
de la metrópoli.

Otra función muy especial de la Real Audiencia como delegada del Rey en los
territorios bajo su jurisdicción fue la de otorgar las "Capitulaciones" para
conquistar y poblar territorios en tierra firme, ti · co1no se desprende de unas
otorgadas el 20 de diciembre de 1631 pai: la Real Audiencia de Santo
Domingo en favor de Juan Orlin relativas. a la región de los Cumanagotas, en
Venezuela.42 En estos casos también · se necesitaba la posterior confirmación
por el Rey.

No es de extrañar que tantas funciones de índole puramente administrativa


delegadas a la Real Audiencia, colocaran a ésta en conflicto, con el
Gobernador de la Isla, quien co1no delegado directo del Rey debía tener
mayor jerarquía y poderes. Los pleitos sobre jurisdicción fueron frecuentes
durante el período colonial español. Esos conflictos tenían a veces razones
justificables, cuando uno de los dos órganos se: extralimitaba claramente en
sus funciones, pero en muchas ocasione no era más que el producto de
rivalidades locales, asuntos de precedentes protocolares o por razones
económicas.

La solución de esos · conflictos dependía del propio Rey, quien recibía el


expediente con la previa opinión del Real Consejo de Indias, lo que neceas
reamente implicaba un proceso largo y compi cado. Muchos de estos conflictos
salieron a relucir al estudiarse los copiosos expedientes levantado por los
jueces encargados del Juicio de Residencia de un Gobernador: u Oidor
saliente, o por los informes remitidos por los Jueces Pesquisidores que la
Corona enviaba para indagar sobre determinado conflicto, · así como por
múltiples acusaciones y delaciones hechas a la Corona por funciona ríos
diversos y hasta por particulares.

Régin1en Municipal Colonial


La autonomía de que gozaban los municipios castellanos durante la Edad
Media venía menguando desde el Siglo XV en beneficio del poder real, como
se ha visto, y cuando se fundan las primeras ciudades de América, la
institución se encuentra en franca decadencia.

Desde que fue creado el primer municipio en Santo Domingo en el afio 1496
(no se está seguro si La Isabela tuvo cabildo durante s ' corta existencia), su
dependencia del Rey y del Gobernador fue patente. Las Capitulaciones de
Santa Fe dieron a Colón facultad para designar los alcaldes de las ciudades y
otros funcionarios municipales y luego: entre los poderes otorgados a los
Gobernadores Bobadilla y Ovando se encontraban los de designar a todos los
funcionarios de las ciudades que se iban fundando. En 1501ya había alcalde l\
labor en Santo Domingo, y en 1504 se nombró un Alcaide: Mayo r para
Concepción de La Vega, ambos designad os por el Rey.

A medida que la Corona fue autorizando la fundación de pueblos, ella


designaba los funcionarios municipales que los regirían, todos los cuales
debían depender del Gobernador de la Isla. Inicialmente los pueblos se
fundaron mediante Capitulaciones dadas por la Corona.

¿¡algún colonizador, autorizándole a llevar tal cantidad de familias castellanas,


exonerándolas de ciertos impuestos por un determinado tiempo como
incentivo, y dando título de por vida o por cierto tiempo al fundador de la ciudad
con10 Gobernador o alcalde Mayor de ella.

Para nuestra Isla tenemos el ejemplo documental de las Capitulaciones dadas


en 1545 a Francisco de Mesa para fundar a Montecristi con unas 200 personas
y en las cuales quedó el fundador con el título de Gobernador de la ciudad de
por vida, con facultad para repartir tierras y solares a los pobladores y de
permitir a cada uno de ellos llevar hasta 6 esclavos negros sin pagar derecho
alguno. Las otras •. ciudades fueron fundadas y pobladas en forma parecida.

!
Se ha dicho que el régimen municipal que España implantó en In días fue la
única institución donde las masas populares tuvieron alguna representación
política, y se ha dicho tan1bién que los cabildos colonia él les tuvo rasgos
de democracia representativa .44 Lo anterior no nos parece exacto, al menos
para la Isla Española.

Si bien es cierto que los Regidores municipales fueron al principio elegidos por
votación, no es menos cierto que en esas elecciones sólo participaban los
'vecinos" de las ciudades y esta calidad excluía a Los obreros, mercaderes,
mujeres, y, por supuesto, a los esclavos, libertos y extranjeros. Vecino era el
español "de calidad", casado, con domicilio real dentro del término municipal,
con propiedad inmueble en el mismo (ver Real Cédula del 9 de julio de 1560).

Así, pues, el sufragio lo ejercía solamente una clase social, numéricamente


pequeña.

Este privilegio limitado duró poco y pronto las elecciones quedaron en manos
de un grupo aún más restringido, la pequeña aristocracia colonial de cada
pueblo o ciudad, cuyos pocos miembros se repartían los cargos. En la ciudad
de Santo Domingo los apellidos de abolengo, tales con10 los Tapia,
Pasamente, Caballero, Tostado, etc., se repitieron constantemente entre los
cargos municipales de los Siglos XVI y XVII. En Santo Domingo también el
cargo de Alguacil Mayor estuvo hereditarian1ente en manos de uno de los
descendientes del Almirante Cristóbal Colón, por Mayorazgo, por lo menos
hasta mediados del Siglo XVI.
En oportunidades los alcaldes llegaron a ser designados por el Gobernador,
perdiéndose así el último vestigio de participación popular.

Pero el municipio sí fue el único lugar dentro de la administración pública


colonial donde los "criollos" pudieron ocupar cargos d · relevancia. Mientras los
nombramientos de Gobernador, Oidores d la Real Audiencia, Tesoreros,
arzobispos, etc., recaían sien1pre e · funcionarios venidos de España, los
cargos municipales (alcaldes Regidores, Alguacil, etc.) estuvieron
generalmente en manos de los naturales de la colonia.

En oportunidades ciertamente muy raras, la totalidad de los "vecinos" de una


ciudad eran convocados por las autoridades a un "cabildo · abierto", reunión
donde se les sometía algún proyecto importante para tener sus pareceres.

Generalmente este tipo de asamblea se hacía par/ establecer in1puestos en


circunstancias graves (Cabildo Abierto e Santo Domingo de julio de
1691durante las guerras con Francia, par · crear un impuesto para reedifica r
las murallas y plazas de la ciudad),y otro caso en 1640, en que los vecinos de
esa misma ciudad fueron consultados para imponer un tributo destinado a la
construcción de un matadero municipal.
Composición de los Cabildos. La elección de los funcionarios municipales
ocurría invariablemente a finales del año, tomando sus componentes posesión
de sus cargos el día primero de enero siguiente. Los regidores elegidos, tras
prestar juramento de fidelidad al Rey procedían a designar a dos alcaldes, un
Alguacil Mayor, al Escribano al Alférez Real, al Fiel Ejecutor y a uno o más
alcaldes de la Hermandad.

En las ciudades más grandes se designaban otro funcionario menor (Portero,


Pregonero, Mayordomo, Receptor de la Alcabalá etc.). Frecuentemente esos
cargos eran conferidos a los propios Regidores. Del Siglo XVII en adelante la
monarquía, en constante crisis económica, implantó el sistema de vender
ciertos cargos municipales · . mejor postor. Un docu1nento de 1677 indica que
Don Gonzalo de Ovied pagó 202 ducados por el cargo de Regidor Perpetuo
del Cabildo de l. ciudad de Santo Domingo .50 El Gobernador de la Isla debía
confirma las elecciones de los Cabildos.

Como "Ayuntamiento'', es decir, como asamblea municipal deliberante, el


Cabildo dictaba disposiciones de carácter local bajo el nombre, ayer como hoy,
de "Ordenanzas Municipales", las cuales podían gravar con ciertos impuestos
o "arbitrios" el comercio local o crear ''sisas" y peajes o fijar precios máximos a
los alimentos y bebidas expendidos dentro del ámbito municipal.

Una función importante del Cabildo en pleno fue la de conocer de las


apelaciones contra las decisiones judicial es tomadas por los Alcaldes en
asuntos de menor cuantía que no eran recurribles ante la Real Audiencia.
Asimismo, el Cabildo conocía de las impugnaciones contra las decisiones
multas impuestas por los Fieles Ejecutores en materia de policía de los
mercados y de precios.
Los Regidores. Eran elegidos anualmente por votación entre los vecinos. Su
número dependía de la in1portanciadel municipio. En 1568 Santo Domingo
parece haber tenido 10 Regidores según lo señala el Gobernador Echagoyen
en una extensa relación que hizo al Rey sobre la situación de la Isla.51

Pero generalmente el número de Regidores en las ciudades de la Isla


Española varió entre 3y 6. Recordemos que este cargo podía ser adquirido a
perpetuidad por compra. Además de los Regidores elegidos, el Rey solía
designar como "Regidores Natos" (es decir exoficio) a ciertos funcionarios
reales. Así, para la ciudad de Santo Domingo, el Gobernador, el Tesorero
Real, el Factor, el Veedor y el Contador, fueron frecuentemente designados
Regidores Natos del Cabildo (Reales Cédulas del 16 de abril de 1538 y del 12
de enero de 1576), con derecho a inmiscuirse en los asuntos relacionados con
las finanzas municipales.

Como se mencionó ya, fue frecuente que los Regidores fuesen encomendados
con cargos municipales aparte del suyo propio, como Alguacil Mayor,
acaparando así dos o más posiciones, especialmente en las pequeñas
ciudades de la Isla, donde no había suficiente gente "principal" para llenar
todos los puestos.
Los Alcaldes: Cada municipio tuvo siempre dos Alcaldes, elegidos
anualmente por los Regidores. En ocasiones la arbitrariedad les quitó esa
facultad de elección y ven1os que el Gobernador Batirán de Via1non te
designó un alcalde para la ciudad de Santiago por encima del voto de los
Regidores de esa ciudad, abuso del cual fue acusado al ser residenciado en
164554 y en 1700 el Gobernador Manzaneda forzó a los Regidores a nombrar
alcalde de Santo Domingo al candidato de su preferencia.

La función principal de los alcaldes municipales fue la de ser los jueces de


primera instancia, con plena jurisdicción civil y criminal dentro del ámbito de
sus municipios. Estas funciones judiciales la tuvieron ambos Alcaldes
conjuntamente, así que en cada ciudad había· dos jueces de primera instancia.
Fue, pues, en el Municipio donde la justicia colonial tuvo su primer escalón
jurisdiccional. Contra sus decisiones se podía recurrir, sea al Cabildo en pleno,
sea a la Real Audiencia, según la trascendencia del asunto o el valor
económico envuelto en el litigio.

Como miembros del Cabildo, los Alcaldes tenían voz y voto en las sesiones y
fueron además sus representantes legales, tanto frente a · otros órganos del
Estado como frente a particular. Dirigían y presidíán las reuniones, excepto en
la ciudad capital donde el Gobernador de la Isla asumía la presidencia del
Cabildo. Ninguna persona podía ser elegida alcalde si tenía deuda pendiente
con el Fisco (Real Cédula ·' del 15 de junio de 1620).

Existió para nuestra Isla desde fines del Siglo XVII un funcionario con el
non1bre de "alcalde: Mayor de Tierra Adentro", especie de Subgobernador
para todo el Cibao y Región Norte de la Isla. Este no1nbrami ente obedeció al
hecho de que las luchas contra la intrusión francesa en la "banda norte" puso a
toda esa zona bajo régimen cuasimilitar por muchos años y se precisó un j efe
regional sobre los. varios municipios del área.

Alguacil Mayor. Era también funcionario designado anua mente por el


Cabildo. Su misión consistió en ejecutar las decisiones y sentencias de los
alcaldes, perseguir la delincuencia, hacer cumplir las· ordenanzas municipales
e impedir los juegos de azar y las violaciones a la n1oralidad pública. Bajo sus
órdenes actuaban dos o más tenientes.

Fiel Ejecutor. Era también nombrado anualmente por el Cabildo ·· y tenía por
misión vigilar que no se adulteraran las pesas y medidas en. los mercados, así
como el cuidar de que se cu1npliesen las disposiciones sobre precios máximos
a alimentos y bebidas vendidos dentro del ámbito municipal.

Tesorero municipal. Sólo las ciudades grandes, con ingresos es., tables,
tuvieron este funcionario, cuya misión fue la de recaudar los arbitrios y o ti as
rentas municipales, custodiar los fondos y autorizar los egresos.
·
Escribano. Fue a la vez secretario del. Municipio y Notario. Decir'. nado
anualmente por el Cabildo, debía levantar y certificar las actas de reuniones,
llevando el Libro de Acuerdos en el cual también debía 'escribir las Reales
Cédulas y otras disposiciones emanadas de la Orona o del Gobernador.
También redactaba los procesos sentencias Estos ante los alcaldes. Como
Notario escrituraba las actas auténticas Tte. particulares, como ventas,
hipotecas, testamentos, etc.

Alférez Real. Fue un cargo de prestigio y, por lo tanto, muy sol todo. Fue
frecuentemente vendido al mejor postor. Tenía voz y voto en las reuniones del
Cabildo. Su función fue la de portar el Pendón el (bandera que tenía en un lado
el escudo del Rey y en el otro el de ''a ciudad) en las procesiones y otros actos
públicos. Como el Pendón ; e presentaba a la persona misma del Rey, llevarlo
era un codiciado honor en aquellas épocas de pompas y protocolos.

Alcaldes de la Hermandad. Su no1nbre proviene de las "Herman aves" de la


baja Edad Media castellana, asociaciones que protegía n Alos caninos y áreas
rurales contra los bandidos y merodeadores. En ¡a colonia su misión fue
asimismo llevar vigilancia policial a los campos y despoblados, manteniendo
los caminos libres de malhechores.

Bienes de los Cabildos Coloniales. Los Cabildos de La Española ·odian ser


Propietarios de bienes inmuebles e inmuebles. Los inmuebles eran de dos
tipos: lo Propios y los Ejidos.

Los Bienes Propios fueron aquellos que habían sido concedidos a la ciudad
por el Rey al momento de ser fundada. Podían ser objeto de arrendamiento y
de enajenación en provecho de los particulares. El arrendamiento de solares
municipales fue una de las principales fuentes de ingresos de nuestras
ciudades en la época colonial, y se mantuvo también hasta bien entrado el
período republicano.
Los Ejidos fueron tierras alrededor de las ciudades, separadas para uso
con1ún, generalmente para el pasto libre del ganado de los habitaditas de la
comarca. Dado su carácter comunitario, eran inalienables.
Asimismo, los nobles podían disponer por venta o por aren, da miento de
ciertos proventos municipales, tales como los mataderos la que eran
re1natados cada cierto tiempo. El derecho a recolectar impuestos pudo ser en
ocasiones arrendado a particulares.

. Los Impuestos Municipales. Como se dijo, los Cabildos pudieron \ imponer


"arbitrios" sobre un sinnúmero de operaciones comerciales.
El principal fue la "sisa", impuesto que podía gravar los alimentos que se
introducían en la ciudad. Las sisas no eran generalmente de carácter
permanente, sino que se recaudaban para solventar gastos extraordinarios o
para la contribución de un Cabildo en casos de crisis graves, Como el caso de
la contribución de 11,600 pesos que la ciudad de Santo Domingo dio para
ayudar a los gastos milita res en las expedíacciones contra el Cacique
Enriquillo en 1523, ocasión en que se. · impuso una "sisa" temporal sobre la
carne, la sal, la harina y el vino · vendidos en la ciudad.57 Los Cabildos
imponían también peajes sobre. · · caminos, puentes y barcas dentro del
municipio.

Ya para el Siglo XVIII la importa necia de los municipios había disminuido


mucho. Mermad os sus poderes por el centralismo de la Corona y siendo una
institución pobre dentro de la pobreza genera ' de la Colonia, el n1unicipio en
la Isla Española terminó su existencia incurriendo casi de inanición. Los datos
que se tienen de las actividades municipales al finalizar el período colonial, nos
muestran n al mu" insípidos relegados en importa necia, meros represen tantes
sumisos del, poder central y sombras de un a autonomía efímera.

La Residencia y la Visita
Las enormes distancias entre la n1etrópoli y las colonias en Amé rica, ju no
con el largo tiempo que tardaban en llegar las comunicaciones e instrucciones,
hacía que los órganos de gobierno radicado· en Indias actuaran de hecho con
bastante libertad, pese a las n1ucha$ reglan1entaciones que emanaban del
Rey y del Consejo de Indias.·.

Esto ocasiono frecuentemente que los Virreyes, Gobernadores y otros funciona


ríos locales se excediera n en sus actuaciones, cometiendo abusos de poder,
desfalcos y otras transgresiones a su mando Atos. La fórmula que encontró el
Gobierno Central para reprimir estos excesos,
fue la de revisa r la actuación y someter a juicio a los principales fines. coona
ríos coloniales. Esto se hizo a través de los Juicios de Residencia, y de las
Visitas.
La Residencia. Había sido ya costumbré en el derecho castellano· que a los
Adelantados y otros funcionarios se les hiciera un juicio. al término de su
actuación, de modo que no quedaran impunes las · transgresiones cometidas
por ellos. Este sistema se llevó tambo en a. Las Indias y fue utilizado durante
todo el período colonial español.
El primer juicio de residencia hecho en América fue en la Isla Española en
1509 cuando Ovando fue destituido y su sucesor, Don Diego Colón, lo
residenció. De ahí en adelante, las Visita s y los Jua ' cíos de Residencia se
sucedieron nominalmente con cada sucesión. de Gobernadores, y fueron
rutina no sólo para la Isla, sino para toda América, llegándose a dictar
disposiciones de carácter general que: regla1nenta ron estos procesos (la Real
Cédula del 12 de julio de 1530). · La historia Colonial de Santo Domingo está
llena de estos procesos, no sólo contra los Gobernadores, sino también contra
los Oidores de la Real Audiencia y otros funcionarios. Los expediten tes de
estos ju i cíos son sumamente interesantes, no sólo en su aspecto ju radico,
sino también porque retrataban al desnudo la vida política de la colonia, con
sus arbitrariedades, intrigas y escándalos.

Los Juicios de Residencia pueden definirse como las revisiones hechas a los
altos funcionarios coloniales al término de sus manda tos, sobre la conducta
que observaron en el desempeño de su cargo. Frece ente mente la Corona
designaba con10 Juez de Residencia al funcionario que venía a sustituir al que
se iba a ju zar, y ju no con la cédula a de su nombre raimiento el designado
traía la que le daba pode res para enjuiciar así antecesor.

Así, tenemos la célebre residencia a hecha en 1608 al Gobernador saliente


Osorio, por su sustituto Gómez de Sandoval, en la cual se j juzgaron las
actuaciones de aquél en las despoblaciones y destrucciones de las ciudades
de Bayajá, Yaguana, Montecristi y Puerto Plata en 1606 y 1607, y la
Residencia hecha en 1645 por el n nuevo Gobernador Velasco Altamirano al
saliente Juan Batirán de Viamonte, cuyo gobierno de 10 años tiranizó la Isla.09
En otros casos el Juez no era el nuevo Gobernador, sino un funcionario
encargado por el Rey para residenciar a un Gobernador u Oidor saliente, como
los casos de Residencia del Gobernador Maldonado y los Oidores de la Real
Audiencia que fueron juzgados por el Lic. Cepeda en 1557, a quien no se J e
designó Gobernador, sino sólo Oidor; y en 1564, en que el Oidor Echegoyen
fue residenciado por otro Oidor, el Lic. Ortegón.

Los poderes otorgados al Juez de Residencia eran muy amplios. generalmente


te abarcaban la faca litad de suspender en sus funciones no sólo al
residenciado, sino también a otros funcionarios subalternos suyos.

El Fiscal de la Real Audiencia (u otro designado exprofeso) hacia la


presentación de los testigos, tanto de cargo como de absolución, y todo os los
que tenían quejas contra las actuaciones del funcionario residencia do podían
exponerlas libremente.

El Fiscal tenía también obligación de hacer pesquisas no sólo en la Isla, sino


en otras partes de América y ante cualquier ju redacción y persona que pudiere
aportar algún dato que aclarase los hechos. Se formulaban cargos específicos
con los consiguientes preu vas, las cuales versaba n sobre cuatro áreas
generales de conducta: gobierno, justicia, guerra y hacienda.

El acusado tenía derecho a defenderse y ser asistido por sus abogados.


También podía a ser aprehendido y mantenido en prisión o bajo arresto
Domicio diario durante todo el proceso. Se revisaban cuidadosamente las
arcas públicas y libros de cuentas, interrogándose a los Oficiales Reales.
Quedó prohibido al acusado salir de la Isla durante todo el proceso sin expresa
autorización del Rey y, en este último caso, debía prestar fianza y dejar una
persona encargada de su defensa (como en la Reís decía del Gobernador
Batirán de Vian1onte en 1645). Generalmente te se establecía el período
dentro del sur al debía concluirse la Residencia, que por lo común no podía
durar unas de 90 días.

Al término de la instrucción, el Juez dictaba sentencia sobre '· cada uno de los
cargos. Si el acusado resultaba culpable, la pena era de multa y confiscación y,
en el caso de malversación de fondos, se le condenaba, además, a devolver lo
tomado61 siendo poco frecuentes los casos de prisión. Si un cargo no era
probado, se le declaraba "libre" del mismo. Con frecuencia a y en asuntos
engorrosos que el Juez temía investigar a fondo, o cuando había envueltas
razón es de Estado, éste solía remitir el punto al propio Rey o al Consejo de
Indias. Los cómo: plicas del funcionario condenado, generalmente sus sus
alternos, eran., también castigados si evidenciaban culpabilidad.

El funcionario condenado tenía siempre como recurso apelar ante la Real


Audiencia, salvo si él era Preside ente u Oidor de ella, pues en ese caso su
apelación iba al Real Consejo de indias, como en el caso ya citado de Batirán y
co1no lo dispuso una Real Cédula de 1542.62 Si como resultado de su
apelación el residenciado era acsu alto, se ordenaba', que sus bienes fueran
desembra grados y devueltos.

La Visita. Además de los Juicios de Residencia al final de sus mandatos, los


funcionarios coloniaales fueron a veces sorprendidos con Visitas realizadas por
investigadores especial es enviados desde España para averiguar cómo se
iban manejando los asuntos, o para esclarecer alguna actuación o acusación.

Las Visitas se diferenciaban de la Residencia en que no se hacían cuando el


funcionario cesaba en su cargo, sino en cualquier momento, y en que no era
un juicio, sino una investigación cuyos resultados el investigador remitía al Rey
o al Consejo de Indias en un informe. El Visitador tenía amplios poderes para
indagar y por ya hasta suspender de sus funciones al funciona rio investigado,
como ocurrió cuando el Gobernador Vega Portocarrero fue visitado por el Lic.
Villagrán en 1594.

Con ambos procedimientos, la Residencia y la Visita, trataron los gobernantes


españoles de frenar y castigar los excesos de sus función varios coloniales. No
siempre se tuvo éxito y muchos de los abusos, desfalcos y crímenes quedaron
impunes o ridícula mente castigados, debido a veces a la confabulación entre
el residenciado y su Juez, o por no haberse podido proba r cabalmente los
delitos por falta de como operación de testigos y agraviados.

La Real Hacienda
Una de las principales funciones del sistema colonial español en Indias si no
principal fue que sirviera de fuente de ingresos para la Corona. De ahí la gran
importancia dada a la recaudación fiscal y a la extracción en de minerales
preciosos.

Desde el principio, como se ha visto, el Rey fue el más interesado en sacarle


oro a la Isla Espabila y las primeras disposiciones legales tuvieron siempre
marcado interés recaudador. Es sabida la importancia inicial del oro en la Isla y
su posterior disminución. A partir de 1519 la porción del Rey en el oro extraído
se hizo significa ante y desde entonces la Colonia perdió ante los ojos del
Monarca el gran interés que antes tenía.

Pero queda ron los impuestos, y de ellos siempre se ocupó la Corona mediante
frecuentes disposiciones real es. Los funcionarios encargados de la
recolección de los diversos tributos fueron siempre de los más importantes en
la jera quía colonial y uno de ellos, él Te sobrero, rivalizó con el Gobernador en
relevancia política.

Los Oficiales Reales. Bajo este nombre se conocieron, desde los primeros
años de la colonia, el Tesorero, el Contador, el Veedor y el Factor.

Los primeros de ellos vinieron ya en el segundo viaje de Colón en 1494 y


desde entonces siempre los hubo en la Isla. Sus funciones se explicaron
someramente en el Capítulo VI. Fueron siempre Regidores exoficio del Cabildo
de la ciudad de Santo Domingo. A mediados del Siglo XVI, cuando cesó la
explotación del oro, el cargo de Veedor quedó eliminado y los Oficiales Reales
quedaron reducidos a tres.

Por excepción a una regla general, estos cargos no eran de los que podía ser
vendidos al mejor postor (Real Cédula del 1de diciembre de 1573). La forma
de recolección de los impuestos, su custodia, manera de gastarlo y envío a
España, fueron minuciosamente reglamentadas.67

El Tesorero Real de La Española tenía J a custodia a 'del "Área de las


Tres Llaves", dentro de Ja cual se depositaban todos los ingresos fiscales
percibidos en la colonia, lo cual debía hacerse en presencia de los tres
Oficiales Reales (ver Rea l Cédula para Santo Domingo, del 15 de enero de
1528).68 Dentro del Arca se guardaban también los origina les de los libros de
contabilidad (Cada Oficial Real llevaba también el suyo) donde se asentaban
inmediatamente los ingresos y egresos, firmando los oficiales cada asiento.

Anualmente te, en enero y febrero, los Oficiales Reales debían realizar un


arqueo de la Caja de las Tres Llaves y presentar a la Real Audiencia un Estado
de Situación del año anterior, con copia al Real Consejo de Indias. Durante el
período del arqueo, los Oficiales Reales no percibían sueldo, para obligarlos a
terminar pronto. Los emolumentos de todos los Oficiales Reales, Civiles,
Militares y Eclesiásticos eran pagados por el Tesorero de los fondos
recaudados. Entraba asimismo a la Caja todo lo proveniente de multas de
tribuna les y el pro ácido de en1bargos y expropiación es hechos por el Fisco
(ver Instrucciones a los Oficiales Reales de 1528). expropiación El Gobernador
de la Isla Española, junto con los Oficiales Reales, constituyeron inicialmente
una tribuna al de cuentas para conocer en primera instancia todos los
conflictos tocantes a la Real Hacienda y al d espacio d naves y marineros,
siendo sus sentencias apelables ante la Real Audiencia; pero a partir de 1605
se creó para las Antillas un Tribunal de Cuentas con sede en La Habana, a
cuyo cargo quedaron desde entonces esas apelaciones.

Los Ingresos Fiscales. Castilla trasplantó a Indias el régimen de impuestos y


otros ingresos fiscales vigentes a fines del Siglo XML ocho de los cuales
tuvieron su origen en la época feudal, pero que a partir del reinado de Isabel la
Católica fueron recaudados exclusivamente por la Corona. Cuando esos
impuestos fueron establecidos en América sufrieron las naturales n1odificacion
es resultantes de su traspala ante a tierras y situaciones tan distintas a las de
España. Pero en su esencia, y en sus nombres, fueron los mismos del
Medioevo Español.

Desde el principio y para ofrecer incentivos a los prime ros pobladores de la


Isla Española, los Reyes dispusieron que se les exonerara de ciertos
impuestos (ver Real Cédula del 15 de enero de 1529).71 Asimismo, los nuevos
descubridores y fundadores de pueblos llevaron en sus Capitulaciones
exoneraciones de in1puestos para sí y sus acompañantes (Ver Capitulaciones
para Francisco de Mesa fundar a Montecristi, 12 de septiembre de 1545).72

Pero, además, la Corona se vio precisada a conceder a La Espátula unas


exoneraciones, entrado ya el largo período de decadencia económica (desde
mediados del Siglo XVI en adelante) y a partir de ahí fueron frecuentes las
disposiciones '. que exoneraron a los habitantes de la Isla de los impuestos de
almejarifazgo y alcabala, entre otros, cuando no los redujeron a porcentajes
menores a ribazo otras colonias.

Finalmente, la pobreza y falta de recursos de los habitantes de La Española


llegaron a tal extremo, que en 1698 fue necesario exonerarlos de todos los
impuestos (salvo el del Papel Sellado).
Los principales ingresos fiscales en las Indias y, en partícula ar en la Isla
Española fueron los siguientes:

El Almojarifazgo: Fue el arancel de aduanas, tanto para los pro ductos


importados de España y otras colonias como para los exportados. Este
impuesto fue establecido inicialmente en 1543 y fijaba el 12o/o avaloren de
todas las mercancías llegadas y salidas por todos los puertos de las colonias
de Las Indias, pero para Santo Domingo se bajó en 1561 al 71/2% y 4 años
después se redujo al 21/2% Este mi puesto se cobraba en las aduanas.
Locales, y las mercancías no podían ser retiradas de allí sin pagarlo o sin la
prestación de una fianza. Su percepción quedó a cargo del Tesorero Real. Los
clérigos venidos a la Isla fueron exonerados de pagar Almojarifazgo sobre su
equipaje, según una Real Cédula de 1531.74

La Alcabala: Consistió en un gravamen impuesto a las operaciones de venta o


remate de un gran número de bienes. Al principio del período colonial, la
Alcabala no fue aplicada para incentivar a los nuevos pobladores, y cuando se
implantó en 1588 se estableció en el 2% del valor envuelto en la operación. En
varias ocasiones los Reyes redujeron o eliminaron este impuesto a los
habitantes de Santo Do mingo. En 1788 se redujo a un lo/o. La Alcabala se
aplicó a ventas de inmuebles, esclavos, ganado, cueros, embarcaciones,
maderas, frutos y granos, tabaco, aguardiente, etc. Para la percepción de este
impuesto existió el cargo de Receptor de la Alcabala. Un impuesto especial, la
Alcabala del Viento, gravaba las ventas hechas por buhoneros y otros
vendedores ambulantes y forasteros.

El Quinto: Fue un impuesto importante mientras se extrajo oro de la Isla.


Consistió en una contribución en para el Rey de la quinta parte de todo este
metal que se extrajera de las m unas o se sacara de los ríos. Se estableció
para Santo Domingo en 1501y fue extendí ido a todo el · resto del nuevo
continente en 1503.

La Mesada y la Media Anata: Fu eran contribuciones que tuvieron que pagar


todas las personas designadas en cargos civiles y eclesiástica cos en las
colonias. La mesada fue el pago de un mes del sueldo anual que debían donar
al Rey los que obtenían de éste algunos beneficios a cargo eclesiástico y se
pagaba del primer sueldo. La Media Anata fue un impuesto similar, pero que
afectaba la mitad del prin1er sueldo" en u al del funcionario civil que llegaba a
la Isla a ocupar algún cargo. Los nulitares y los jueces estuvieron exonerados
de estos impuestos.

Impuesto del Papel Sellado: Las hojas de papel en las cuales se redacta ban
documentos in1porta antes, t (les como ventas, hipotecas, testamentos, etc.,
eran vendidas por el Fisco y tenían el precio impreso en cada pliego. Varió de
6 Reales a un Cuartillo.77 Y como vimos, fue el único in1puesto que no fue
objeto de exoneración en La Española.
Un funcionario llamado Juez del Papel Sellado era el encargado de administrar
este tributo.

Las Ventas de Cargos: Ingresaban también al Fisco los dineros pagados por
los que adquirían algún cargo mediante compra en pública subasta. El precio
podía ser pagado a plazos. Entre los cargos vendibles estaban muchos de los
de recaudar impuestos (Receptor de
la Alcabala, Juez del papel Sellado, etc.)

Impuestos Eclesiásticos: En virtud del Real Patronato concedido a los Reyes


Hispanos por los papas y que fue extendido a Las Indias en 1501, la Corona
tuvo facultad para recolecta r y retener para si los diezmos de las cosechas,
siempre que las mismas pasara n de 6 fanegas por contribuyente. Este
diezmo, que teóricamente era la designa parte de lo cosechado, en realidad
fue de media fanega de cada cosecha y ·· se pagaba en especie o en efectivo
(ver Real Cédula del 5 de octubre de 1501).78 Del producto del diezmo la
Corona se reservaba 2/9 y el remanente lo destinaba al mantenimiento de
iglesias y otras instituí cines religiosas.79 Otro impuesto eclesiástico que
cobraba la Corona provenía de J a venta de id urgencias, cuyos fondos se
habían destinado
. antiguamente para financiar los gastos de las cruzadas contra los in I'

\fieles, en virtud de la "Bu la de la Santa Cruzada". Como los monarcas


españoles proclamaron que todas sus guerras eran santas, esos fondos
engrosaron las partidas de gastos militares para con que estar y someter los
territorios de América.

La Sisa: En ciertas ocasiones se autorizó tanto al Gobernador corno a los


Cabildos el disponer impuesto temporal es gravando o la introducción de
alimentos a las ciudades desde los campos. Esta ese cie de arancel interno
llamado "sisa" se estableció en Santo Domingo sobre la carne, la sal y otros
pros actos y lo recaudado se destinaba a la , construcción de caminos,
mataderos, murallas y otras obras públicas cuando los ingresos ordinarios no
alcanzaban (ver Real Cédula del 5 de julio de 1589).81Los ingresos de la sisa
se usaron en ocasiones para financiar gastos de expediciones mil atares
locales (Ver Real Cédula del 5 de m mayo de 1627).

Los Préstamos: Finalmente, debe consignarse la nefasta costa. ver de los


Reyes Españoles de solicitar a sus subid tos préstamos para sufragar ciertas
guerras y campañas m militares. Estos presta nos eran hechos a ver: Es por
individuos, pero ver fueron pedidos a las ciudades. La facultad de solicita arlos
y recaudarlos fue delegada. por el Rey al Gobernador de La Española, quien a
menudo la ejerció, gestionando de los vecinos fondos para los gastos de
defensa de la Isla contra los corsarios y aventureros franceses, ingleses
holandeses (ver Real Cédula del 29 de diciembre de 1593).83Esos préstamos
no podían ser requeridos sin el previo consentimiento de la Real Audiencia.
Los préstamos percibían intereses, variables en cada acaso. Como parece que
los criollos no se sintieron muy entusiasmados con estas contribuí cines, o tal
vez porque la cantidad recaudada no resaltaba suficiente, los Reyes en
ocasiones confiscaron, también en calidad de préstamo, los embarques de
mercancías que los particulares mandaban a España, las cuales eran entonces
vendidas por la Corona y su monto acreditado como préstamo que se devolvía
en sumas anuales llamadas "juros'', con su correspondiente interés. Huelga
decir que muchas veces estas deudas quedaron impagadas.

El Situado: La miseria de la Isla Española fue tal, a partir de Siglo XVII, que
los ingresos locales del Fisco resultaron insuficientes para cubrir los gastos de
la administración y se hizo necesario, a pal ti de 1608, traer un subsidio de las
colonias más ricas de la América· Hispana. Esta ayuda, llamada "el situado",
provenía ver México y Perú, y venía anualmente en galeones que eran
ansiosamente esperados en Santo Domingo. En ocasiones dos o más años se
acunaban sin que llegara el situado, acrecentando la pobreza, la falta d
moneda y el endeudamiento general. Cuando el situado se atrasa' mucho, se
ofrecía alguna comisión a ofrecía ar para que aviara u: ría nave y lo fuera a
traer.

La anterior descripción del sistema impositivo que España está blocó en la Isla
Española revela prin1ero un centralismo exagerad: en la percepción de input
estos y, además, muestra más que n Ada, (. pobreza acarreada por el sistema
político y económico que se impla · tú. Además, surge del estudio de los
Juicios de Residencia, que aun l poco percibido fue objeto de desfalco y
111alversación por parte de los Gobernadores y otros funcionarios.

El Derecho Privado
Recorde1nos que, en España, al ocurrir el descubrimiento d ' América, regía el
derecho tú no plasmado en el Cód. gol de las Siete Partidas y en legislaciones
posteriores. Este derecho continuó vigente durante todo el período colonial
español, tanto en España como en Indias, como legislación básica en materia
de derecho civil, y en esta esfera fue donde menos se innovó, quedando
bastante' inalterado el derecho surgido de las antiguas leyes roma nos, encepe
, en aquellos tópicos donde las nuevas condiciones socioeconómicas exigieron
cambios para mantener eficazn1ente el control del Estado · de las clases
gobernantes sobre los miembros de estratos inferiores'; así como sobre los
otros grupos sociales marginados, como lo fueron: los esclavos, los libertos,
los no católicos y los extranjeros.

En el presente capítulo esbozaremos los principios generale. vigentes en


España durante los Siglos XVI al XVIII en materia de·
capacidad, filiación, sucesiones, obligaciones, propiedad y el derecho
comercial explicando como fueron aplicadas concretamente en la Isla
Española.
Hay que resaltar que las disposiciones en las materias indicada · no
permanecieron sin alteración durante los tres siglos de nuestra vida como
colonia española, puesto que circunstancias de todo gene ro impulsaron a que
se introdujeran modificaciones en la legislación indiana. Digamos, asimismo,
que la copiosa legislación sobre derechos y deberes de los indígenas, tan
importante histórica mente para otras regiones del nuevo continente, tuvo
vigencia en Santo Domingo sólo hasta mediados del Siglo XVI. De ahí en
adelante fue, lógican1ente, inoperante al desaparecer la sociedad aborigen.

La Capacidad
Plena y total capacidad jurídica la disfrutaron pocas personas en la época
colonial española. El cerrado sistema de clases sociales imperante en la
España 1nedieval fue trasplantado casi intacto a sus colonias allende los
mares.

En la cúspide de la pirámide de clases de las colonias hispanas del Nuevo


Mundo, se encontraba el grupo de funcionarios reales, provenientes
directamente te de Esa ha, los cuales constituían una burocracia colonial,
compuesta de nobles, segundones, clérigos y militares, quienes disfrutaban de
enormes privilegios y tenían fueros propios dentro de las leyes castellanas.
Entre los miembros de estas ciases se repartieron todos los cargos públicos y
eclesiásticos del gobierno insular. Entre ellos y los pocos criollos ricos
poseedores c:ie tierras, animales y ganados, se constituyó una clase con
características juró dichas propias: Los Vecinos. Este grupo estaba compuesto
por aquellos blancos, españoles península res o descendientes suyos, es
decir, personas de "calidad “como lo menciona n la ley. (Real Cédula
del 9 de julio de 1560),85 con domicilio en la colonia y poseedores de
propiedad inmovilizar.

Debajo de este grupo se encontraban los criollos llamados "blancos de la


tierra", denomina acción no jurídica, pero quienes de hecho estaban colocados
en un estrato intermedio de la pirámide, y que fueron descendientes de los
colonizadores, algunos con sangre india o negra, dedicadosn1ayormente a
trabajos manuales en las ciudades (albañiles, carpinteros, pintores, maestros,
sastres, herreros, etc.) o poseedores de pequeñas parcelas rurales,
despreciados por la clase superior y con escasa posibilidad de participa r en la
mayoría de las actividades políticas o sociales.

Finalmente, en los estratos más bajos de la pirámide estaban los negros


libertos los esclavos, con casi ningún derecho y carentes en absoluto de
relevancia política o social, aunque fueron el sostén de la economía esclavista
que enriquecía a los estratos superiores.
Para dar una idea de la cuantificación numérica de esta pirámide '
n1encionaremos algunos datos que han llegado a esta época:

En 1812, cuando se fueron a realizar las elecciones para escoger a los


delegados de la Isla en las nuevas Cortes españolas surgida' de la
Constitución liberal de ese año, se censaron en Santo Domingo 60,012
personas (no incluía a los esclavos), de las cuales se catalogaron con10
vecinos a 11,984, siendo estos último os los únicos con capacidad para ton1ar
parte en la elección, o sea que única mente el 20% de Irá' "almas" (pues
parece que los esclavos no las tenían) gozaron del sin lugar privilegio de
escoger por primera vez los voceros de la Isla ante el Parlamento Español

Las incapacidades por razón de posición social provenían algo, nos veces de
disposiciones legales expresas, tal como la que dispón que sólo los vecinos
podían votar y ser elegidos en las elecciones anticípales para regidores (Real
Cédula del 15 de abril de 1540)87 y variadas disposiciones sobre entrega de
mercedes de tierras a persona · "de calidad" o a los descendientes de los
primeros conquistadore y colonizadores (Instrucciones a Colón de 1497 y Real
Cédula del l. de octubre de 1588)86, pero en la mayoría de los casos
provenían esa incapacidad aves de pura discriminación social o racial,
resultante de sistema español de rígidas clases sociales.

Otras incapacidades surgían por razones más comprensibles constan todas en


leyes castellanas antiguas o en disposiciones español exprofeso para Las
Indias. Nos referimos a las que afectaron a los menores, a las indujeres, a los
extranjeros, a los esclavos y al liberto '. De cada una de estas incapaces dades
daremos a seguidas alguna' consideraciones, señalando que muchas de ellas
fueron de carácter general para todas las colonias de España en América, pero
otra especialmente las relativas a los esclavos n ogros, fueron dictadas paf
reglamentar el caso particular en la Isla Española.

Los Menores
Bajo el derecho español, como herencia del romano, la capacidad, se adquiría
no sólo a partir del nacimiento, sino desde el mo1nento d la concepción, al
tenor de la vieja máxima "infant conceptus pro nato abetur..." que tanbién nos
rige hoy, y con las mismas condiciones de '· ¿al nacer el niño debía ser vivo y
viable.

Pero no todo ser humano, 'n nacido viable, era en España sujeto automático de
derechos, pues "'que le era menester, además, haber sido bautizado en la
religión etílica. Por consecuencia, los herejes, infieles y demás no católicos,
exultaban ser criaturas incompletas, inferiores jurídicamente. Estos Sincicios
aparecen en el Código de las Siete Partidas (Partida No. 4, {oyes 4 y 5) y en la
Ley No.13 de las de Toro de 1505, que rigieron tanto en : España co1110 en
sus colonias indianas durante todo el período colonial.

La mayoría de edad se alcanzaba a los 25 años. Para contraer mi '"fonio y


poder hacer testamento, esa mayoría era de 14 años para los rones y de 12
años para las hembras. Se era responsable penalmente ' partir de los 10 años
y medio, en ambos sexos.
Hasta los 25 años, o hasta que se casaran, si lo hacían antes de un pulir esa
edad, los menores estaban sometidos a la tutela paterna o 'e sus abuelos si
faltaba el padre. La tutela, al igual que ahora, podía ser legal, dativa o
testamentaria. Todo tutor estuvo obligado a presta fianza al recibir la tutela y
rendir cuenta anual de administración por ' he la Real Audiencia de Santo
Domingo (según una Real Cédula de 1525).89 Las nn1jeres no podían ser
tutoras, ni siquiera de sus propios hijos, salvo la ejercían conjuntamente con un
cotutor varón, pero éste no podía ser su esposo en segundas nupcias con
respecto a los hijos de su primer matrimonio, puesto que estaba prohibida la
tutela de los padrastros.

Las Mujeres
En cuanto a las mujeres, fue notoria su escasa posibilidad de ejercer derechos
bajo la legislación hispano indiana. Ellas se encentraban casi siempre bajo
alguna tutela, puesto que se mantenían bajo la potestad de sus padres neutras
perna mecieran solteras, pero caían en la de sus maridos al casarse.
Únicamente las viudas podían., considerarse libres de ambas potestades.

Fueron pocos los actos de la vida ju radica que las mujeres podían ejercer
solas. Por ejemplo, les quedó prohibido contratar sin la autorización de sus
esposos; no podían aceptar ni repudiar sucesiones sin que el marido
concurriese autorizándolas; no podían comparecer a juicio sin estar
acompañadas del marido; también les estuvo prohibido ejercer cargos
públicos.

Las nuevas situaciones surgidas en América al traslada ese ellas grandes


núcleos de españoles, llevaron a la Corona a dicta r di posiciones especiales
tocantes a las mujeres. Así, desde temprano se prohibió a toda mujer pasa r a
Las Indias sin la previa licencia del Rey <Real Cedula de 1539).90 A partir de
1546 otra Real Cédula les prohibí" tener encono tiendas de indios, aunque en
Santo Domingo hubo mujeres, enco1nenderas antes de dictarse esta
dísposición.

El reducido número de mujeres blancas que se trasladó a India durante las


primeras décadas de la Colonia, indujo a la Corona a paf' vivir que los
españoles casados emigrasen acá sin estar acompañado de sus esposas
(Real Cédula del 19 de octubre de 1544),92 prohibición que parece haber sido
difícil de hacer cumplir, puesto que hubo que reiterarla varias veces en los
años subsiguientes.

Los Extranjeros
Se evidencia a desde el inicio de la colonización y hasta sus finales que fue
política constante de los monarcas españoles mantener a su. colonias
a1nericanas libres de extranjeros. Inicialmente el término "extranjero" abarcó
hasta a los españoles que no fuesen de Castilla Así, en las primeras décadas
del Siglo XVI se prohibió a los aragoneses catalanes y otros peninsulares
pasar a Las Indias y traficar en ellas impedimento que sólo empezó a ser
levantado en el reinado de Carlo V como todo a persona que pasaba para
Indias tenía que registrarse e, la Casa de Contratación, y los únicos puertos
habilitados para la llegad · y salida de naves a Indias eran Sevilla y Cádiz, se
pudo mantener este control, habiendo lógican1ente sus escapes y existiendo,
por supuesto casos de permisos individuales otorgados por el Rey, como fue el
d ¿: muchos aragoneses.

Las prohibiciones a extranjeros para emigrar a Las Indias sin licencia real
arrancaron de las instrucciones dadas por los Reye •. Católicos al Gobernador
de La Española, Nicolás de Ovando, el 17 d. septiembre de 1501, las cuales
fueron ratificadas por unas instrucciones a la Casa de Contratación en 1510 y
más tarde e en 1560. La prohibición o mes para comerciar constan en una
Real Cédula de 1540 para la Isla Española y el castigo si lo hacían era la
confiscación de la nave y las mercancías.

Aun los extranjeros llegados a la Isla con permiso del Rey tuve ron sus trabas y
raras veces que aron en igualdad de condiciones con Jos españoles.94
Cuando en 1513 la Corona dio incentivos y exenciones para que La Española
fuese poblada, se dispuso que no se pudieran dar encomiendas de indios a los
extranjeros; y también se prohibió que las naves que hicieran la ruta de
España a Indias tuvieran a extranjeros entre sus tripulantes .

Para evitar la penetración a la Isla de las ideas y los credos reló gibosos
católicos que cundían por Europa, se dictaron disposiciones in1pidiendo que
pasaran a la Espacial a sin expreso permiso real, los moros, herejes, luteranos,
gitanos, cristianos reconciliados, así como los hijos y nietos de aquellos que
hubieran sido quemad os en la ahogue da por la Inquisición (Instrucción en a
Ovando de 1501, y Reales Cédulas del 6 de octubre de 1511, del 3 de octubre
de 1539 y del 13 de julio de 1559)97• Desde 1511se prohibió que losinos
nietos de "quemados “que habita ban en la española (se supone que con
permiso real) ocuparan cargos en la administración o en los municipios.

Las leyes españolas preveían la naturalización en a los extranjeros que


hubiesen vivido cierto tiempo en Las Indias, estuvieran casados con mujeres
espabilaos poseyeran bienes inmuebles (Real Cédula del 21de febrero de
1562). Las cartas de naturalización las otorgaba él Real Consejo de Indias
para los extranjeros residentes en Indias que la solicitaban. También se
dispuso que todo extranjero que estuviese en Indias ilegalmente podía
regularizar su posición pagando un impuesto a la Corona (Real Cédula del 2
de diciembre de 1598).

Los Esclavos
En un capítulo anterior, al tratar sobre ciertos, (' jurídicos en la Espabila
durante el inicio de la colonización, esbozan el conde acción de los id iOS y de
los negros. En cuanto a los primeros, por haber desaparecido totalmente te a
mediados del Siglo XVI, no ha · legislación adicional para la Isla durante el
resto del período colonial pero la población de los esclavos negros aumentó
continuamente y totalmente en la economía de la. Colonia contribuyó a crear
toda uro" estructura jurídica a la cual quedaron sometidos.

Aparte de la abundante legislación en las Leyes de Indias, d carácter general


para todo el continente, las autoridades locales en la Isla Española dictaron
frecuentes y detalladas ordenanzas sobre e · tratamiento de los negros
esclavos, que aparte de su interés jurídico son importantes para el
conocimiento de la vida cotidiana y el rey:' raciones sociales en el Santo
Do1ningo colonial (Ordenanzas de 1528 1535l 1542, 1544, 1545 y 1768).

La esclavitud del negro estaba basada en dos principios: a) se consideraron


como "cosas" pertenecen tes a su dueño, quien podio usar libremente de ellos
en todo lo que fuese lícito (Real Cédula del 16 de marzo de 1754)1º2 y b) Los
esclavos no podían poseer viene propios (Ordenanzas del 27 de abril de 1768,
artículo 37; en El Código Negro Carolíno.

A veces se representa a la esclavitud en la Colonia Española de. Santo


Domingo como unas benigna que la que padecieron los negros era otras
colonias de América (Haití, Cuba y en Estados Unidos), llegándose ·· a retratar
su vida como idílica y una actitud paternalista de parte de los amos. A nuestro
juicio, esto es incierto y las Leyes Coloniales, así como las Ordenanzas ya
citadas junto con otras pruebas, evidencian.

que se tuvo que actuar con mano dura para mantener a los esclavos
sometidos y evitar sus alzamientos.

Lo que sí nos parece cierto es que, en los períodos de mayor miseria de la


Colonia, la extrema pobreza disminuiría de hecho las. diferencias econó1nicas,
aunque no las sociales, entre los hombres'. libres y sus esclavos. El Santo
Domingo Español tuvo su economía basada principalmente en los hatos
ganaderos, los cuales utilizaron ... poca cantidad de esclavos y principalmente
en tras bajos de pastoreo; pero en los ingenios azucareros debió
habe1·existido el mismo sistema cruel de explotación que en los de Haití y
Cuba.

No puede deducirse, en consecuencia, que la suerte del esclavo dominicano


fue benigna, y las frecuentes disposiciones sobre captura y castigo de los
cimarrones nos indican lo corriente que fueron los alzamientos de los esclavos
en busca de libertad.

Señalaren1os las principales disposiciones en las Leyes de Indias aplicadas a


los negros esclavos:
a) No podían casarse con personas de otra raza y sus hijos fueron siempre
esclavos, aunque los hubieran tenido con persona libre (Real Cédula del 11de
m mayo de 1526);
b) Les estuvo proxi vida porta r armas excepto las de su oficio (Art. 8 de la
Ordenanzas de 1528);
c) No podían salir de noche ni comprar víveres, bebidas ni telas sin permiso de
sus amos (igual Ordenanza, Arts.26 y 27);
d) No podían juntarse para hacer fiestas, excepto las religiosas y sólo en los
días señalados (Ordenanza sin fecha);
e) No podían tener terrenos en arrendamiento (Art. 5 Ordenanzas de
1768);105 f) No podían
usar oro, sedas, mantos ni perlas (Real Cédula de 1574).1º6
Los amos podían imponer castigos a sus esclavos, tales como aso
tes, marcas con hierro candente y prisión, pero las penas de mutilación y
muerte les imponían los jueces.

Los pocos derechos que la legislación acordó al negro esclavo fueron: a) Su


amo no por prohibir que se casaran los negros entre sí (Real Cédula de 1526,
citada); b) El a1no que castigara muy severamente a su esclavo podía ser
obligado a venderlo (Real Cédula del 19 de abril de 1710);107 c) Los esclavos
casados no n ven darse por separado (Real Cédula de 1526, citada); d) El amo
no podía ponerlo a trabajar en beneficio de terceros, bajo jornal u oficio, sin
autorizació11del Cabildo Carta. 12 de la Ordenanza de 1528).

El derecho principal de todo esclavo era que si lograba reunir suficiente dinero
para reembolsare a su amo lo que había pagado por él cuando lo compró, éste
estaba obligado a darle su libertad, y si se trataba de uno nacido esclavo podía
obtenerla si compensa va a su dueño con 200 pesos fuertes (Real Cédula del
28 de junio de 1768).108 Dadas las condiciones de la esclavitud, no sería muy
común que un esclavo lograra ahorrar dinero para poder liberarse, ya que no
gana · jornal de su amo, y si éste lo alquilaba a otro, el precio del alquiler
pasaba íntegramente al mismo. Sin embargo, fueron frecuentes al final del
período colonial, casos de a1nos que dieron libertad a su esclavo: por
testamento o ''cartas de libertad". Los Archivos Reales que aún {conservan de
La Española Colonial109 dan cuenta de casos de mamut sin testamentaria o
por acto de liberación. En vida, hechos por un am. en favor de algún esclavo
doméstico. Cuando las guerras entre España · y otras potencias en el Siglo
XVIII, se indujo a los esclavos católico de las colonias inglesas y holandesas a
escapar a las españolas, atar; yéndolos con el incentivo de que al pisar
territorio hispano ganar {
automática mente su Libertad; de este modo se trató de desarticular la
economía esclavista de las colonias enemigas y traer brazos para las
españolas (Real Cédula del 24 de septiembre de 1750); y en nuestra Isla
cuando surgieron los problemas fronterizos entre las dos colonias · francesa ·y
española, el Rey de España dictó una disposición, de fecha 21 de octubre de
1764 (ratificada para Santo Domingo por Real Cadú del 17 de julio de 1771),
dando libertad y derecho a fundar pueblos a los negros esclavos que huían
hacia acá.

Los Libertos
Era legalmente posible que un esclavo lograra su libertad, fuer < porque su
amo se la acordara graciosamente (por "carta de libertad")1 o por testamento.
Atinaban resultó posible, como se indicó, que un excl., va pagara a su amo
determinada suma con la que compraba su libertad Ambos casos de
tnanu1nisión, inicialmente raro en La Española, fuero · más frecuentes en los
Siglos XVII y XVIII. Con su liberación el neg1; q liberto (llamado también
"horro") mejoraba algo su situación jurídica; pero continuaba bajo fuerte
discriminación y permanecía aún situado en los estratos más bajos de la
sociedad colonial. Al convertirse en hombre libre, el antiguo esclavo quedaba
inmediatamente sometido al requisito de pagar los impuestos como todos los
demás (Real Cédula · del 27 de abril de 1574).112 Pero continuaba impedido
de portar armas, así como de usar ropas finas y alhajas (Real Cédula de
1574). i14, Sin embargo, les estuvo permitido adquirir bienes, alquilar sus
servicios y recibir jornal, contratar, testar y disponer libremente de
· su patrimonio.

Los hijos de libertos eran hombres libres, a menos que los ha vieran tenido con
una esclava, pues como se vio, en ese caso corrían la suerte de su madre.
A nuestro juicio, la mayor ventaja de la libertad es que ella era irreversible. No
existió razón legal para que un liberto pudiera caer de nuevo en la
esclavitud.115

La Filiación

Siguiendo los patrones de derecho romano, la legislación hispana catalogó la


filiación segú11 que la misma tuviera o no su origen en el matrimonio. Los hijos
eran, pues, legítimos o ilegítimos. Los primeros eran los habidos dentro del
matrimonio (entiéndase canónico, ya que no había matrimonio civil). Los
nacidos fuera del matrimonio se con si duraban como naturales (o sea, hijos de
personas solteras) y espurios, siendo estos altillos los nacidos entre personas
cuya condición general (o específica entre sí) no les permitía contraer
matrimonio, por ejemplo, entre padres e hijas, entre hérnianos, de religioso o
n1onja, etc.

La di gerencia entre los naturales y los espurios era importante, porque los
primeros tenían vocación sucesora! (a falta de hijos legítimos), mientras
que los segundos nunca heredaban, al menos del lado paterno, aunque estuvo
prevista la sucesión de los hijos espurios sobre los bienes de su madre
únicamente y sólo cuando ella no tuviera descendencia legítima. Estuvo
permitido legitimar a los hijos naturales, fuera por sub siguiente matrimonio de
su par res, fuera por testamento o por dos posición del Rey. Los hijos
legitimados por subsiguiente matrimonio heredaban, mientras que los otros no.
Existió la adopción, pero los
hijos jamás heredaban a sus padres adoptivos.

112) Donetsk. Colección... p. 482.


113) Malagón Barceló: Código Negro. p. 144.
114) Cedulario de Encinas, t. IV, p. 387. .
115) El autor no ha encontrado disposición legal o prueba documental de
retorno a la esclavitud. En el Código Negro Carolino de 1784, que se promulgó
pero que nunca
se aplicó en la Isla Española, la Ley 2 del Capítulo 20 prevé el rey:
esclavización1
del liberto que "faltare gravemente a la gratitud" de su antiguo amo (Cód.,
Negro Carolino, Malagón Barceló, p. 205). St. Giler en su obra Desc1'ipción de
la Parte Española de Santo Domingo. 42, dice que la libertad se podía perder
si el liberto ayudaba a un esclavo a escapar, pero no cita el texto de esa
disposición.

79

Para la legitimidad estuvo consagrado el viejo principio, aún. vigente en


nuestra legislación, de "páter este que que”, · salvo ausencia prolongada del
padre durante el período de la concepción.

Aparte de las ya apuntadas diferencias jurídicas, los hijos nacidos fuera del
matrimonio no podían ser consagrados como eclesiásticos y sus posaba lida
des de avanzar dentro del cerrado sistema social España eran escasas.

El Matrimonio
Como sacramento que era de La Iglesia Católica, el matrimonio se rigió por la
disposición iones canónicas insertas en el Cód. digo de las ·· Siete Partidas en
cuanto a validez y efectos.

Previo al matrimonio, existieron los esponsales, que podían celé brearse desde
que se tenía 7 años de edad y tenían por efecto pros uci · impedí omento para
otro matrimonio. Pero los esponsales no eran re: · quesito indispensable paila
la celebración del matrimonio.

Para casarse, aun los menores de edad, se requería el libre con sentimiento de
los contrayentes, pero además se necesitó la aceptación paterna para los que
tuvieran menos de 25 años. Existieron como nula dades absolutas
almatrin1onio, la falta de consentimiento, la de1nencia; · el error en cuanto a la
persona de uno de los contrayentes, la falta de edad, y el haber hecho voto de
castidad. Impedimento tos relativos fueron el parentesco, la diversidad ad de
religiones y la imposibilidad de procrea r. Los impedimentos por razón de
parentesco se extendían. indefinidamente en línea recta y hasta el cuarto
grado inclusive e. línea colateral, e incluía el parentesco bautismal (matrimonio
entre par irnos y ahijados).
El matrimonio era sólo disuelto por la muerte. Se permitió la anulación de un
1natrimonio no consumado cuando uno de los cónyuges deseaba ingresar a
alguna orden religiosa. La separación legal entre cónyuges, que no disolvía el
matrimonio, fue reglamentad a por sevicias graves de un cónyuge a otro, por
adulterio y por enfermedad contagiosa.

En cuanto al régimen el matrimonio dentro del matrimonio, se


siguieron los lineamientos del derecho ro1nano, aún hoy vigentes en
nuestra legislación. Hubo tres regímenes: el de comunidad, el dotal y e.
de separación de bienes. El régimen de comunidad (o de gananciales) fue el
de derecho común, como ahora, que se establecía sin necesidad de acuerdo
alguno. Para los otros regímenes era neceas rio la firma de "capitulaciones".

Pero bajo cualquier régimen que se estableciera, (el marido siempre era el
administrador, tanto de los bienes comunes contó de los propios de la
mujer.
Disposiciones especiales fueron establecidas para los m atrio momios en las
colonias.

Así, quedó permitido casarse los españoles con las indias (Rea l Cédula del 19
de octubre de 1514); pero se proxi vio entre blancos y negros (Real Cédula del
28 de junio de 1527).116 Se dispuso en 1575 que los Virreyes, Gobernadores,
Oidores, alcaldes y otros funcionarios coloniales no podían contraer
matrimonio sin la previa licencia del Rey mientras desempeñaran sus cargos,
so pena de la perdí ida de los mismos.

Las Sucesiones
Bajo el sistema jurídico Castell ano, la transmisión heridita ir a ser hacía por vía
de sucesión legal o por vía testamentaria, dentro del contexto general del
derecho romano que rige aún en la República Dominicana.

Existían los herederos reservatorios, que eran los hijos y sus des pendientes y,
faltando ambos, los ascendientes. La parte reservatoria (llamada "la legítima")
era de las 4/5 partes para los hijos. Si no había hijos o descendientes de ellos,
la legitima de los ascendientes se re decía a las 2/3 partes. Estuvo permitido
mejora r un hijo con respecto a los demás, legándole hasta 1/3 de la sucesión.

Existió la colación de las liberalidades hechas en vida en favor de un heredero


reservatorio, el cual debía devolver dicho bien a la masa sucesora. Los
herederos tenían opción para recibir una sucesión en forma pura y simple o a
beneficio de inventario.

Se dispuso para los casos de muerte de personas cuyos herederos estaban en


España, que sus bienes fueran administrados por un función Mario local,
llamado "Juez de Bienes de Difuntos", quien era designado por la Real
Audiencia de entre sus propios Oidores (Real Cédula del 16 de abril de
1550).118 Dicho Juez debía liquidar la sucesión y enviar a los herederos en
España (a través de la Casa de Contrataca en) el pro ducto de la liquidación,
fuera en dinero o en especie (azúcar y cueros), según una Real Cédula del 17
de junio de 1653.119

Las leyes castellanas permitieron los legados testamentarios, siempre que no


afectaran la legítima. Los testamentos eran abiertos o cerrados,
estableciéndose téstame toses especiales para los milita res en campaña, que
no estaban sujetos a los requisitos de forma de los otros dos. Las leyes
también permitieron la institución del mayorazgo, te siempre que se tuviera
previa licencia del Rey. Esto consistió en la perpetua ion en favor del hijo
mayor (legítimo o no) o a falta de hijos a cualquier familiar, de ciertos bienes
muebles e inmuebles. Los bienes sometidos a mayorazgo eran inalienables y
no gravable es con hipotecas, constituyendo una unidad indivisible que pasaba
de padre a hijo mayor indefinidamente. Con estos mayorazgos se inmovilizó
por.
siglos la gran propiedad territorial colonial, como había ocurrido en: la España
medieval, en Perú ocio de la libre transa misión heredó etaria. ·.·

Los Contratos
Los principios generales sobre las obligaciones y los contratos. vigentes en
España casi no sufrieron cambios al ser aplicados a Las_ Indias. Excepto en
materia comercial, la libertad de contratación no sufrió grandes modificaciones.
Se dispuso, sin embargo, que el con1ercio entre particulares quedará prohibido
para ciertos productos, tales como el oro, la sale las armas, los naipes y el
tabaco, los cuales estuvieron sometidos a monopolio estatal, el cual podía, sin
embargo, ser dado en conceso en a particulares. Lo mismo ocurrió con el
tráfico de esclavos.

Existieron impedimentos a que los funcionarios coloniales eje cierran el


comercio y tuvieran tiendas dentro de sus ju reducciones; (Real Cédula de
1549): 12º Estas disposiciones fueron repetidas en años posteriores, lo que
demuestra que no fueron acatadas plenamente. Es bien sabido, y de ello hay
numerosa constancia para Santo Domingo, que los funcionarios de La
Española estuvieron, de 'hecho, siempre involucrados en comercio, en la
posesión de propiedades inmuebles, en contrabandos y en otras formas de
enriquecimiento ilícito.

Parecidos impedimentos se dictaron contra los clérigos en 1563,1577 y


1588,121 aunque la Iglesia como tal no tuvo tales restricciones y, por el
contrario, gozó deño pocos privilegios y exoneraciones, logrando sus
monasterios y conventos acumular tierras, esclavos y otros bienes,'

Pero la más grave restricción impuesta al comercio colonial· provino del


monopolio establecí do desde 1503, mediante el cual todo el tráfico de
personas y de mercancías entre España y sus colonias tenía que hacerse
exclusivamente a través del puerto de Sevilla.122 La restricción abarcó la
prohibición de que barcos y mercancías extranjeras llegaran a las colonias y
que éstas traficaran con otros países. Se llegó hasta impedir que las colonias
traficaran entre s ((Real Cédula del 18 de junio de 1540, que consolidó varias
disposiciones anteriores sobre estas materias).

La Casa de Contratación fue el organismo establecido para regular este


monopolio y estas restricciones. Esta casa fue la única con facultad para
otorgar permisos para la entrada y salida de buques. Sólo ella recibía y
disponía de toda la mercancía llegada de las colonias, teniendo en sus manos,
además, el monopolio estatal del oro. Asimismo, todos los artículos que iban a
las colonias debían pasar por sus almacenes. La Casa cobraba el impuesto de
"avería'', que gravaba todas las importaciones y exportaciones (generalmente a
la tasa del 1%), con el cual se sufragaban los gastos de las flotas.

Ella servía también de correo con Las Indias y, en fin, fue el tribunal en materia
comercial que juzgaba todos los asuntos relaciona dos con la navegación y
con el tráfico marítimo entre España y sus colonias americanas y los delitos
cometidos en el curso de los viajes.

Toda esta legislación favoreció enormemente los intereses de un pequeño


grupo de poderosos con1erciantes sevillanos, entre los cuales algunos eran de
procedencia y capital extranjeros, quienes se enriquecieron con estos
monopolios y quienes fueron, además, los prestamistas principales de la
Corona, que estaba en constante crisis presupuestaria.

La concentración de poderío en una sola entidad fue fuente permanente de


crisis institucional y económica en las colonias hispanas. El monopolio estatal,
a través de la Casa de Contratación, se plasmó en una enorme cantidad de
restricciones, prohibiciones, impuestos y trámites, que no sólo dificultaron el
comercio entre la metrópoli y sus colonias americanas, sino que además
encarecieron el precio de los productos españoles en Las Indias e hicieron
surgir, necesariamente, el contrabando, al cual se dedicaron los criollos casi
por obligación de subsistencia, mientras las autoridades se hacían la vista
gorda.

El seguro marítimo fue uno de los contratos que sufrió transformaciones en el


derecho indiano. Dados los enormes riesgos del tránsito oceánico debido a
tempestades, encalladuras y capturas por naves enemigas o piratas, fue
necesario dar mayor alcance a este contrato que existió ya desde el principio
de la Edad Media. El Consulado · de Mercaderes de Sevilla fue el organismo
encargado de reglamentar y supervigilar los seguros marítimos para las n aves
que hacían el trayecto entre España y sus colonias en Indias, dictándose
numerosos reglamentos que) entre otras cosas, dispusieron que el casco y la
mercancía no podían asegurarse bajo una misma póliza; que el casco sólo
podía asegurarse por 2/3 partes de su valor (reducido a l/3 parte en 1587),
mientras que la merca nací podía asegurarse por su valor total, no pudiendo
incluirse ni la artillería ni el velamen ni los pasajeros en . las pólizas, pero si los
esclavos, ya que eran considerados mercancías.

Las primas tenían que pagarse dentro de los tres meses de firmado el contrato,
el cual era sólo válido por dos años y cualquier reclamación por pérdida total o
parcial tenía que presentarse dentro de ese mismo plazo. El seguro empezaba
a surtir efecto no desde la fecha de su firma, sino desde que las mercancías
eran colocadas en los lanchones que las llevaban a las naves que
permanecían en el río Guadalquivir en Sevilla y hasta que fueran descargadas
en tierra en el puerto de arribada en Las Indias y viceversa.

Las restricciones al comercio marítimo impuestas por los reyes. españoles


desde el inicio mismo de la colonización, fueron finalmente levantadas en 1764
y de inmediato se produjo una mejoría económica en la Isla de Santo Domingo,
pues quedaron los puertos dominicanos abiertos al comercio, por lo menos con
las naves de aquellos países con los cuales España no estuviera en guerra.

PROPIEDAD DE LA TIERRA RÉGIMEN LEGAL


El derecho de la propiedad inmobiliaria en la Amor rica Hispan varió en su
esencia según cambió el interés económico del gobierno español durante los
tres siglos del período colonial. Al principio (fi. mes del Siglo XV hasta
mediados del Siglo XVD el interés principal en este aspecto fue el de poblar y
de facilitar a los colonizadores la Los contrabandistas no eran mal vistos.

Se les llamaba "metedores" y a ese, negocio se dedicaron todas las clases


sociales en América, en combinación con las'' autoridades, los capitanes de las
naves y las naves la Casa de Contratación de Sevilla, pese a las muchas
tentativas de la Corona para suprimir este mal que afectaba enormemente sus
ingresos.

ocupación de las vastas áreas de las islas antillanas y del contén ente. Para tal
fin, la Corona abrió con largueza sus manos y dio facilidades de todo género a
los nuevos pobladores y entre esos incentivos estuvo la entrega gratuita de
tierras para que fueran puestas a cultivar.

A Colón se le autorizó repartir tierras a los que le acompañaron en sus viajes; a


Ovando se le dio en 1501 el derecho a entregar tierras a los nuevos colonos,
facilidad es que luego se repitieron mediante una Real Cédula de 1529, dardo
"gracias y mercedes" a los que hiciesen nuevas poblaciones en la Isla
Española, y las Ordenanzas sobre Poblaciones de 156Q.IZ7

Durante ese primer período, que podría llamarse de "política colonizadora", la


propi edad se adquirí a por donación gratuita diré ti de la Corona o
indirectamente a través del Gobernador y la Real Audiencia. Estas donaciones
se hicieron generalmente a los nuevos pobladores que fuesen de "condición y
calidad"
El título o "merced “no se les libraba inmediatamente, sino cumplidos cuatro
años de haberse iniciado el fomento agrícola de las tierras y a partir de esos
cuatro años se les daba título definitivo que confería a los dueños derecho de
usar y disponer de la tierra, fuera por enajenación entre vivos o por vía
testamentaria.

Cuando un español obtenía del Rey una "capitulación" para fundar un pueblo,
recibía también el derecho a repartir solares y parcelas entre los pobladores
que trajera, con facultad de darles a cada uno una "provisión" como título
provisional, lo que debía ser ratificado por la Corona mediante una "merced",
luego de haberse comprobado que la tierra había ya sido puesta a producir por
el dueño dentro del plazo que se le hubiera dado para ello en la provisión.

Luego en 1558 por Real Cédula de Felipe ll128 se autorizó a la Real Audiencia
de la Isla Española a dar mercedes de hasta mil fanegas de tierras baldías a
quienes quisiesen venir a la Isla a realizar labranzas, a condición de que las
pusieran en producción dentro de 6 años, so pena de perderlas. Hasta una
cuarta parte de cada predio podía ser destinada a ganadería.

De las disposiciones citadas se deduce que el derecho a toda tierra provenía


de un documento emanado del Rey o de su representante local, denominado
"Merced Real". Debe hacerse notar que la Corona se consideró siempre con
derecho a dar tierras y que la "primera ocupación" por parte de particulares no
jugó ningún papel en la adquisición del derecho de propiedad territorial. Esto
se debe a que en todo mon1ento primó el principio de que el Rey era el debió
originario de todas las tierras, nanas, aguas y den1ás derechos reales.

Esto se quiso basar no sólo en que el continente había sido descubierto a


non1bre del Rey, sino aden1ás porque el Papa lo otorgó a perpetuidad a los
Reyes Fernando e Isabel y sus sucesores por la Bula Interceptara de 1493.
Amparados en ambos hechos, los monarcas españoles se consideraron
con facultad plena para disponer de los terrenos recién descubiertos. No
existió en la América Hispana el derecho de una partícula r de poder
adueñarse de un terreno hasta entonces desocupado. Si bien la prescripción
adquisitiva existió, como se indicará unas adelante, no se permitió en cambio
el derecho de primera ocupación. Siempre se consideró que los terrenos sin
dueños eran del Estado, al cual babia que acudir para obtener títulos sobre
ellos.
Como se dijo, el interés inicial del gobierno español fue que se poblaran y
pacificaran rápidamente los nuevos territorios, y con tal fin la Corona fue
pródiga en dar "mercedes" a los nuevos pobladores.

Pero a partir de la segunda mitad del Siglo XVI, pasado ya el primer ente sismo
colo11izador y pacificada la Isla Española y los otros territorios, con1enzaron
en España las guerras dinásticas con los consiguientes gastos del Tesoro y,
con10 consecuencia, una gran de1nanda de fondos provenientes de las
colonias. Puede decirse que a partir de esos no menos se inició un segundo
período, que llamaremos de política fiscal territorial en la española.

Al mismo tiempo se hizo y vid ente que inicios de los pobladores habían
ton1ado más terreno del que originalmente se les había así nado en sus
títulos. An1bos problemas indujeron a la Corona a buscar por primera vez
beneficios fiscales en las operaciones inmobiliarias que se realizaban en sus
colonias americanas. Consecuencia de esto fue la Real Cédula del 1de noviez
ver de 1591, llamada por los dominicanos Ley de An1paros Reales, aunque su
título en los cedúlanos es de "Real Cédula sobre la Restitución de las Tierras
que se poseen sin Justos y Verdaderos Títulos".

Mediante esta importante disposición el gobierno español reconoció que


muchos terratenientes ocupaban más tierras de lo que legalmente les
correspondía, o que habían bote nido propiedades mediante títulos fingidos,
inválidos o emanados de funciona ríos incompetentes para darlos. Para
remediar tales males, el Rey ordenó que "toda la tierra que se posee sin justos
y verdaderos títulos, seme restituya según y como me ríos los que mostraran
títulos, se me restituya según y como me pertenece”.

A los que mostraran títulos válidos les serían confirmados sus derechos, pero
la tierra ti nada en demasía debía ser tornada al patrimonio real para que el
Rey pudiera "hacer merced y disponer de ella a m i voluntad". Se estableció un
procedimiento mediante el cual el Gobernador (asesorado de una persona "de
letras y conciencia") fijaba un término para revisar los títulos y dar confirmación
escrita a los que tuviesen títulos buenos, o justificasen "justa prescripción"
sobre los terrenos que ocupaban ningún terrateniente podía pretender
indemnización por la parte del terreno que se le quitaba, según termina
expresando dicha ley.

Así fueron confirmados para toda América los títulos correctos y las
prescripciones legales, pero al mismo tiempo la Corona se restituyó enormes
cantidades de terrenos buenos, que pudo vender a nuevos pobladores.

A la Ley de Amparos Reales de 1591siguió otra en 1631,132 mediante la cual


el Gobierno, yendo n1ás lejos para resolver sus problemas económicos,
dispuso que cuando algún terrateniente hubiera ocupado tonás terreno del que
por n1erced u otro título le correspondía, parte del exceso le podía ser
reconocido si paga va al Fisco "moderada composición ", es decir, alguna
suma, y el resto debía ser captado por el Gobierno.

Mediante el procedimiento de esta ley (llamada ahora Ley de Con1posición de


Tierras) los dueños de terrenos pudieron legitimar en parte las usurpaciones de
hecho que tenía en exceso de los terrenos que poseían por títulos, y al propio
tiempo el Estado recaudaba fondos para su exhausto erario y recupera va para
sí, gratuitamente, parte de esos terrenos, los cuales se dispuso que serían
vendidos a particulares mediante el procedimiento de la pública subasta.
Parece ser que las citadas leyes no dieron todo el resultado esperado en
cuanto a aclarar el desorden existente en materia de títulos de tierras en las
colonias, puesto que en 1754 otra Real Cédula133 señaló que la Corona
estaba en disposición de dar por buenos todos los títulos y hasta las
ocupaciones de tierras anteriores al año 1700, siempre que las tierras
ocupadas sin título estuvieran en producción.

Para los terrenos adquiridos con títulos posteriores a 1700, se dispuso que
debían ser confirmados dichos títulos, y en cuanto a las ocupaciones, se
ordenó a la Real Audiencia estudiar cada caso y si juzgaba que lo citadas
leyes, podía dar a los reclamantes títulos que amparasen tales ocupaciones,
siempre que pagasen el impuesto que se estableció a tal fin. Si la Real
Audiencia consideraba que no procedía regularizar La prescripción adquisitiva
bajo el derecho castellano era de 1.0 años entre personas presentes y de 20
años cuando había ausentes.

tales ocupaciones, debía despojar al ocupante del terreno, vendiendo. ·. una


parte al que hubiese denunciado J a irregularidad y reservados la Corona el
ren1anente.

Ya al final del período colonial en la Isla Española, se dictó en 1780 una


disposición mediante la cual el Gobierno Español aceptó reconocer la validez
de todos los títulos, composiciones y hasta ocupaciones existentes hasta esa
fecha, pero señalando que para que las ocupaciones futuras pudiesen ser
confirmadas, debían ser cultivadas por sus ocupantes. Esta ley dispuso,
finalmente, que a nadie debía permitírsele ocupar más tierras ele las que por í
a atender, o sea, que se condenó la subutilización de terrenos.

El procedimiento general para obtener un Amparo Real se esté blocó por una
Real Cédula de 1563, donde se indicaba que toda petición en tal sentido debía
ser dirigida primeramente al Cabildo Municipal, el cual opinaba y mandaba su
parecer al presidente de la Real Audiencia, ·: quien tenía la última palabra. Si
se accedía a la petición, el título d · propiedad era otorgado por el Escriba no
Municipal.

De toda esta legislación dictada en el lapso de tres siglos y que fue general
para todas 1as colonias americanas de España, se desprenden, estas
conch1siones que copiamos de Os Chapequé:

"El interés económico de fomenta r la población y de aumentar· 1nedian te el


cultivo el valor de la tierra, junto al interés fiscal de con. seguir el incremento de
sujetos con capacidad tributaria para sostener con sus prestaciones el
armazón gravoso del Estado, fueron, sin duda, los móviles que guiaron a los
legisladores españoles para reglamentar en Las Indias el dominio privado de
las tierras según normas que se apartaban de las viejas concepciones romano
justinianas, aceptadas por otra parte, por las propias fuentes del Derecho
Castellano vigente' aún cuanto con carácter supletorio en estos territorios".
Digamos, además, que del estudio de esta legislación inmobiliaria se evidencia
una pugna constante entre la Corona y los terratenientes Mientras estos
últimos trataron de ocupar más tierras de las que le correspondían y de no
pagar impuesto o precio alguno por ellas, la. Corona se empeñaba en
reivindicar para sí los terrenos ocupados en exceso, y mediante su venta a
otros, aumentar sus ingresos.

No fue política de la monarquía española que la Corona tuviera terrenos propi


os para explotarlos directamente; y no aparece, en la época de los
repartimientos, cuando figura entre los principales encomenderos.

El interés principal del Gobierno Español en este as pecto fue que las tierras
americanas sirvieran no sólo para el sustento de sus habitantes, sino que
además fueran las recompensas para los conquistadores y colonizadores por
sus esfuerzos, y, además, para que participaran como fuente generadora de
ingresos fiscales.
Nótese, finalmente, dos principios que aparecen claramente delineados en el
ámbito de la propiedad inmovilizar en la América Hispana.

El primero señala que los terrenos dados por el Gobierno en virtud de una
merced o de una Confirmación, eran para ser cultivados y debían ponerse a
producir. dentro de determinado tiempo generalmente tres meses después de
adquiridos, so pena de que el Gobierno se los quitara al dueño para dárselos a
otro que sí los pusiera a producir (Real Cédula del 20 de novia embree de
1536 y Ordenanza de 1564, citadas). Segundo: que el Rey era el árbitro final
en cuanto a la validez de los títulos y ocupaciones de tierras y no los
tribunales.

En cuanto a la forma de realizar las operaciones inmobiliarias debe señalarse


que, si se trataba de una Merced Real o de una Confirmación bajo las Cédulas
de 1591y 1754, constaban en documentos emanados del Rey d España
mismo, o más frecuentemente del Gobernador de Santo Do1ningo en su
nombre, y a veces por acto de la Real Audiencia, también a nombre del Rey.

Si se trataba de una venta, donación en o legado entre particulares, el acto lo


instrumentaba el Escribano l\'Municipal en papel sellado ante las partes y
testigos. Luego se llevaba a cabo un segundo acto, la entrega física del
terreno, que también se realizaba ante Escriba no los dueños de terrenos
vecinos, a veces en la presencia del Cura Párroco y de un alcalde de la
Hermandad.

Las Minas: Sobre los bienes del subsuelo, inicialmente se permitió que los
particulares los explotasen en su propio beneficio, con el solo requisito de
pagar al Rey su "Quinto".

Pero pronto se estableció un principio general que se mantuvo inalterable


durante todo el resto del período colonial, y es aquel que dispuso que la
propiedad del subsuelo pertenecía siempre al Estado, el cual podía dar su
explotación a particulares mediante concesiones. Después de agotado el oro
en los ríos y vetas superficiales a mediados del Siglo XVI, la minería dejó de
tener importancia en la Isla Española y la legislación minera que se estableció '
para Las Indias tuvo poca aplicación en la española.

Las Regalías: La Corona española se reservó para sí el derecho de propiedad


de ciertos terrenos y bienes, negándose a transferir su dominio a particulares.
Pero aceptó que el producto de tales bienes pudiera ser aprovechado por
particulares, mediante concesiones que les otorgaba, que se llamaron
Regalí.as.

Estos bienes fueron las minas, las perlas y piedras preciosas, la sal gema y la
sal marina, los tesoros, encontrados, los bienes de los antiguos cacicazgos, los
bienes mostrencos,1311 las sucesiones vacantes y los esclavos cimarrones
capturados y cuyos dueños no los hubiesen reclamado dentro de cierto tiempo.

Los Ejidos: Basándose en las concepciones del antiguo derecho castellano,


quedó establecido en Las Indias el régimen de las tierras comunes 14º de los
municipios. Desde las primeras capitulaciones para, fundar ciudades, quedaron
reservados para el uso común y gratuito de los vecinos ciertos terrenos
aledaños a las mismas.

Este principio recibió consagración legal para la Isla Española, mediante la


Real Cédula del i5 de abril de 1541,141 que dispuso claramente: "que los
pastos, montes, aguas y términos sean con1unes" en las ciudades y villas
"para que todos los vecinos de las, así los que ágora hay como los que de aquí
en adelante hubiere, puedan gozar de los libremente.... ·

Dicha ley estableció así mismo, para la ciudad de Santo Domingo en particular,
un área de terreno común de 10 leguas de circunferencia. En otras ciudades el
área común fue de una legua en circunferencia. Dentro de esos terrenos
comunes, llamados Ejidos, nadie podía alegar derecho de propiedad y, en
cambio, los vecinos de las ciudades los podían utilizar para el pasto de sus
animales.

Los Ejidos quedaron en manos de los Ayuntamientos para su cuido y


administración, los cuales no podían ni enajenarlos, ni arrendarlos a
particulares. Los Ejidos municipales tuvieron poca importancia económica en el
Santo Domingo colonial, ya que fue muy reducido el grupo social de labradores
pobres que podía beneficiarse de esas tierras comunes, pues en este ámbito la
población estuvo compuesta principalmente de dos clases sociales: la de los
hateros, dueños de vastas extensiones de tierras que no necesita ban de los
Ejidos; y las de los esclavos, imposibilitados por ley para poseer o utiliza r
cualquier tipo de tierras.

No deben confundirse los Ejidos con los bienes "propios" de los municipios
coloniales, que sí podía n ser objeto de enajenación, ya que constituían las
tierras del dominio privado de las ciudades, tales con10 los solares y edificios
municipales. Deben también quedar en categoría aparte los bienes de dominio
público estatal o municipal, tales como los caminos, los ríos, los puertos, las
calles, los puentes, las fortalezas, etc., inalienables entonces como lo son aún
bajo nuestra actual legislación.

LOS TERRENOS COMUNEROS


Un sistema jurídico de propiedad inmobiliaria rural característico de la
República Dominicana, es el de los terrenos comuneros, los cuales surgieron
de la época colonial, extendiéndose al período republicano, y persistiendo aún
hoy, aunque con campo de aplicación muy reducido ya. De este sistema hay
también ejemplos en otras regiones de la América Hispana, especialmente en
Cuba, pero en ninguna otra parte fueron los terrenos comuneros tan
extendidos ni de tanta importancia como en Santo Domingo.

Los terrenos o sitios comuneros empezaron a ser mencionados a principios del


Siglo XVII. De ahí en adelante se extendieron por toda la Isla, pudiendo decirse
que ya para los Siglos XVIII y XIX la mayoría de los terrenos llanos del país
formaban parte de algún Sitio Connumero. Cuando en 1911se empezaron a
dividir y mensurar los terrenos comuneros del país, un censo de ellos arrojó la
cantidad de 5,862 Sitios Comuneros.

Los autores que han estudiado los terrenos comuneros en Santo Domingo
(Bono, Ruiz Tejada, Bonilla Útiles, Alburquerque, Clase, etc.) especulan sobre
el origen de este particular sistema de propiedad territorial, presentando
diversas hipótesis, ninguna de las cuales parece concluyente. Lo que sí es
evidente es que los terrenos comuneros surgen del régimen hatero establecido
en las tierras llanas de la Isla a fines del Siglo XVI. Es posible que esas vastas
extensiones fuesen adquiridas generalmente por Real Merced o Amparo, luego
reforzada por Real Confirmación bajo las leyes de 1631y 1754 ya citadas, y tu
_ vieran sus linderos muy vagos, extendiéndose cada vez más sin queja oficia
l, deteniéndose sus dueños sólo cuando llegaban al lindero de otro hato o ante
algún accidente natural. Las dificultades para mensurar las propiedades rurales
causarían problemas a la hora de ventas.

y sucesiones y entonces se empezó a usar el valor dado originalmente al


terreno entero al ser adquirido (por n1erced, subasta, composición venta, etc.)
para calcular el valor de la parte que se desmembraba. Así, por ejemplo, si un
terreno era adquirido originalmente por 800 pesos"' español es (lla1nados
"Pesos de a Ocho Reales"), al ser posteriormente · vendida la mitad, en ese
acto de venta se consignaba que se vendían "400 pesos de tierra dentro del
sitio tal". Luego, si el duel1o de estos 400 pesos de tierra vendía a su vez una
parte de lo suyo (una cuarta parte, por ejemplo), se indicaba que se vendían
100 pesos de tierra,
y así sucesivan1ente.
Ocurrió a veces que un terreno se adquiría sin designación de valor (en las
Mercedes y Amparos Reales esto fue muy · frecuente, pues sólo se citaban los
Linderos), entonces a los muchos años y tras ventas y sucesiones, los
condueños deseando hacer una partición, buscaban peritos que dieran a la
propiedad el valor que· debió haber tenido originalmente, y entonces con esa
suma como base, calculaban la parte proporcional que cada dueño tenía en el
momento, de la partición.144

De la costumbre constante de operaciones de este tipo a través de los años,


llegó el momento en que al menciona r una extensión de terrenos se decía
"tantos pesos de terrenos" o "tantos pesos de títulos"., Se usó también decir
"tantas acciones de pesos".

Por otro lado, como en el titulo original de adquisición se mencionaba


generalmente el nombre geográfico del lugar, el hato tornaba entonces el
nombre de ese lugar o sitio, surgiendo entonces la deno1ninación de "Sitio
Cortinero". Al producirse un acto de desmembramiento, se mencionaba
entonces, por ejemplo: que "se vendía n 300 pesos c: le títulos dentro del Sitio
Comunero de Novillero, Puerto Plata".

Como se habrá notado, un peso de título en un sitio comunero no guardaba


relación alguna con su área, sino más bien represen taba una · parte alícuota
del área total original del sitio.

Los terrenos comuneros nunca fueron comunes. Es decir, no había


copropiedad indivisa entre todos los dueños, como sería el caso de una
sucesión, puesto que cada dueño dentro de un sitio podía no sólo usar
libremente de su terreno, sino venderlo y dejarlo en sucesión sin necesidad de
obtener la autorización de los demás dueños entro del Sitio. Los hatos
comuneros se solían dividir en sabanas y en monterías.

Las sábanas servían de pastos para los animales mansos y para conucos,
mientras que en las monterías se cazaban las reses cimarronas y se cortaba la
madera. Generalmente los condueños de un Sitio Comunero convenían usar
en común las monterías, mientras que, por el contrario, las sábanas siempre
fueron consideradas propias de cada dueño, quien usualmente les ponía
linderos claros para marcar la extensión de su Predio.

Los arrendamientos, censos y capellanías inmobiliarios Bajo las Leyes de


Castilla estuvieron permitidos el arrendamiento rústico, el cual se practicó en
Indias, aunque no con mucha frecuencia. Los archivos que se conservan en
Santo Domingo sobre actos notariales relativos a inmuebles tienen casos de
arrendamientos de terrenos, con características parecidas a las aparcerías
actuales.
Otras figuras jurídicas del derecho castellano fueron los censos y las
capellanías. En el censo, el dueño de un terreno entregaba a otro el dominio
útil del mismo a cambio de percibir de éste un pago anual fijo y por un período
generalmente largo o a perpetuidad. El usuario podía usar y aprovecharse de
los frutos del predio y ese derecho suyo era transferible entre vivos o por
testa1nento. El censo lo utilizó mucho la Iglesia Católica colonial, la cual había
recibido grandes cantidades de terreno por testamentos y donaciones, pero los
cuales por ley no podía explotar ella misma y entonces los daba en censo a
campesinos criollos, mediante la obligación por parte de éstos de pagarle una
su1na anual.

Las capellanías fueron especie de fundaciones, mediante las cuales el


constituyente, generalmente por testamento, especializaba parte de su
patrimonio (dinero o el fruto de sus fincas) para el pago de nasas o para el
sostenimiento de capillas, conventos u otras instituciones religiosas.
Generalmente los herederos debían garantizar el pago de esas capellanías
dando en hipoteca parte o la totalidad de los bienes heredados del
constituyente.

CAPÍTULO VIII
El Derecho en los Últimos Años de la Colonia Española
, Du1·ante los largos años del período colonial español, la política y la
economía, lejos d·e ser elementos estables, evidenciaron profundos cambios.
Las posesiones hispanas en América fueron peones en el jueg o político
llevado a cabo por los reyes españoles en sus guerras, pactos, alianzas y
e1npresas imperialistas. España estuvo en casi constan.te guerra e.oij.
Holanda, Inglaterra y Francia y los períodos de paz fueron mucho menos
frecuentes que los de guerra; repercutiendo esta situación en las colonias del
Nuevo Mundo. Santo Domingo, por su situación tan estratégica, fue de las
colonias más afectadas,
No entra evidentemente dentro del propósito de esta obra, explicar las
vicisitudes políticas de la colonia española. en Santo Domingo 1 pe1·0
-·· como el derecho es cons,ecuencia de la interacción de las fuerzas políticas
y éstas, a su vez, son condicionadas por hechos económicos, es necesario
tomar en cuenta esos factores, para poder explicar las transformaciones que
sufrió el derecho en las postrilnerías del período colonial españot ya que fueron
precisamente. las fue ·za políticas y económicas las que sumíeron a Santo
Domingo en una profunda crisis institucional y las que,
' a la postre, la arrancaron del dominio español.
Recordemos qu.e durante los Siglos XVII y XVIII, la soberanía española sobre
la totalidad de la Isla Española, fue mermando, al ir los franceses ocupando
poco a poco la porción occidental de ella, primero con10 bucaneros y
filibusteros sin control de su gobierno y luego como colonos inás o menos
autónomos de las autoridades francesas. Ya a filiales del Siglo XVII, la pal'te
occidental de la Isla estuvo firmemente en manos de Francia la cual nombi·ó
Gobernadores allí1 creando una organización administrativa y aplicando entre
los habitantes el derecho francés; todo esto sin poder Francia basar su
ocupación en instrumento jurídico alguno .

95
Los hechos se impusieron al derecho- y pot·n1ás que los españole protestaron
y trataron de evitarle;, los franceses mantuvieron firmes s· ;' o.cupaciones
sobre la parte de la Isla que hoy conocemos con10 Haití;
La colonia francesa (que ellos Ua1naron Saint Domingue) fue diferente a la
española, especi.almente en lo que respecta a su sistem económico. Mientras
en Santo Dotningo prevalecía el hato ganadet como unidad econónüca en
Saint Domingue prevaleció la plantació ;: agrícola. Mientras a la colonia
española apenas llegaban negros par·;. fortalecer la economía esclavista, a la
francesa llegaron muchos mil "' ·
' '
de ellos.146 Mientras en la parte oriental de la Isla no había más deveinf i·
ingenios azucareros como únicos exponentes de actividad industri".
capitalista,]47 en la parte occidental existieron (1754) inás d.e 500t apa ' de las
grand es plantaciones de café tabaco y cacao. La diferenc ,_ no pod ía ser
1nayor, y se dio la paradoja de que en una mís1na isf tropic al, tuvo Francia su
más próspera colonia y España Ja más pobf y abandonad a de las suyas. '···
La constante penetración de los franceses y el con1ercio ilícito·d.. reses y
cueros que se estableció de la colonia española a la frances · para el sustento
de la nu1nerosa pobl ación de esta última, mantuvier9:' alas autoridades de
Santo Domingo continuamente ocupadas afectandb notablemente la economía
de la colonia lo que influyó, con10 veremoi: en el derecho local. ,, ,

El Gobierno

La situación de guerra y ocupaciones de tie1·ra obligó a las'.


autoridades de Santo Domingo a crear un a m ilicia perm anente?
poniendo a cargo de las arcas fiscales locales su mantenimiento > desde
temprano se instruyó a la Real Audiencia a no inmiscuirse eii los asuntos
militares los cuales quedaron exclusivamente a cat·g'ó;
del Gobernador, en su calidad de Capitán General (ver Real Cédul de
1538 y la de 1591),148 convirtiéndose la ciudad de Santo DomingO, en
"presidio", es decir, ciudad amurallada con dotación permanente:: Las
funciones del Goberna dor se fortalecieron en el transcurso de los

96

' años, recibie-ndo amplias facultades en el campo político en desmedro


·· de los otros órganos adm inistrativos co1no la Real Audiencia y los Cabildos,
entidades que protestaron vehem entemente al Rey por tales intromisiones en
sus prerrogativas. En 1706 se llegó a tal pun to de crisis, que sólo se evitó una
rebelión de las autoridades inferiores contra el Gobernador cuando entre todos
llegaron a un acuerdo, el ''Papel de Concordia'?49 en el cual cada órgano
reconoció el límite de
.· sus atribuciones . Nó obstante y desde ese mis1no año, por exigencia
'· de la guarnición locat el Rey en lo adelante designó siemtJre como
Gobernador a un mi.litar de. carrera.
Aden1ás de los cueri:ms aunados espafi.oles que custodiaban las
.· principales ciudades de la colonia., se tuvieron que crear milicias
,, con1puestas por criollos reclutados a la fuerza, llamadas
HCincuentenas" ,
destinadas a la vigilancia de la "línea de tolerancia;;, que era como se
-· llamaba la indefinida frontera que separaba las dos colonias, cuerpos que se
enviaban con frecuencia a destruir las plantaciones que los franceses iban
adentrando en el territorio de la parte española. Asimismo> se armaron naves
para destruit los establecimientos de los extranjeros ·en la costa norte y para
dispersar los barcos que contrabandeaban con los habitantes de esa región.
La región fronteriza fue dividida en 1790 en dos secciones una con sede en
Dajabón y la otra en San Rafael 1 ambas con dotaciones permanentes. 100
Fue tan escasa la población blanca de esa época, que víolando leyes sobre el
particular 161 se reclutaron mulatos libres para completar las 1niHcias criollas
que ayud aban al Batallón Fijo de Santo Domingo en su tarea de custodiar a la
colonia.
'fodos estos controles y reclutan1ientos sometieron a la colonia a una dictadura
militar del Gobernador

La Justicia

El cambio más importante realizado en este campo fue la creación del cargo
de Regente de la Real Audiencia, dispuesto por Cédula del 20 de junio de
1776.152 Este funcionario fue puesto en posición inferior a la del Gobernad or.,
pero por encima de los Oidores y su misión paree haber sido precisamente
servir para amortiguar las constantes

97

diferencias enti·e ellos. El Regente fue el encargado de agilizar hr}' procesos,


así como velar porque los recursos contra las decisiones Gobernador fueran
vistos prontamente y con imparcialidad por la Rea,-.
Audiencia. Con esto se logró independizar algo las funciones judiciale de las
ejecutivas, dejando libre al Gobernador para ocuparse de ió
cada vez mayores ptoblemas fronterizos. ''· Se dispuso que uno de los
Oidores de la Real Audiencia fungies·,,:
con10 "Juez de Rescate", para reprimir el contraband o, al cual s'
dedicaba casi la totalidad de los habitantes de la colonia. Este Jué' .. hacía
giras per iódicas por las áreas más afectadas por el contraband.6:,: tratando
de agarrar a los delincuentes in frangantí.153·

Cambio en España

El despotismo ilustrado llevado a España pox losreyes de la Casa el/ Borbón,


introdujo cambios tanto en la administración central co1no en la d., la colonia.
En 1717 se creó un Ministerio para. asuntos coloníales llamad>
HSecretaría del Despacho Universal de Indias'1
al cual se le encargaro;.,;
muchas de las funciones qne venía ejerciendo el Real Consejo de Ind{ s;
Luego, en U-787) ese Ministerio se dividió en dos, uno de Gracia y Justic'i
y el otro para asuntos de Guerra, Hacienda, Comercio y Navegación.
La Casa de Contratación de Sevilla fue desmantelada en 1790, y ·· que srazón
de ser, el monopolio estatal en el con1ercio colonial, habí ' sido abolido.

El Comercio

El Siglo XVIII vio el 'fin del régimen de comercio monopolístic··\ de España con
sus colonias en América. Primero, por el Tratado d'. Utrecht en 1713 España
se vio obligada a conceder a barcos inglesel
el derecho de un tráfi co limitado de mercancías y a permitir que lo§.,
ingleses introdujeran a las colonias hispanas hasta 144,000 negr'Q.:
esclavos en un período de 30 años.154 ,:·' '
En 1756 la Corona Española se asoció a un grupo de comerciante. de
Barcelona para formar una sociedad comercial llamada Rea"., Compañía de
CataluüaJ a la cual se le autorizó realizar co1nercf$

98

'.:. _entre Barcelona y I.os puertos de Santo Domingo1 Puerto Rico y la Isla
/ Margarita, en desmedro del monopolio sevillan-0.100
Un paso importante que ben efició mucho a las colonias fue
' :. una disposición del 16 de octubre de 1756, que abrió al comercio
:?internacional los puertos de Cuba, Santo Do1ningo Trinidad y la Isla
;;-'. :Margarita, habilitándose al mismo tiemp.o siete puertos españoles para
/.'''tal tráfico, y estableciéndose un a1·ancel fijo del 3% para los productos
> españoles importados a las colonias citadas y del 7% si se trataba
:?: de pl'oductos extranjeros . Asimismo 1 esa ley pertniti6 a las colonias '.
comerciar libre1nente entre sí. Esta disposición y otras posteriores para
\, las demás colonias, destruyeron al fin el 1nonopolio comercial sevillano.
- El corso> que había estado permitido, pero enforma esporádica según
' : las guerras en que España se involucraba, fue autorizado y reglamentado
\: permanentemente en febrero de 1772, mediante unas ordenanzas que
··_:- permitieron a los que armaran naves para estos finest retener para sí el
:.:: producto de la venta en pública subasta de las mercancías que hubiesen
·· tomado de barcos enemigos; con el solo requisito de entregar la nave y la
tripulación a las autoridades en calidad de presas.

·. La Situación Frouteriza
·:.... i&i

Desde que fue evidente que los español es no iban a poder desalojar a los
franceses de la parte occidental de la Isla, resultó necesario acomodarse a los
hechos y tratar de que por lo menos no se extendiera más la ocupación.
Surgieron entonces una serie de acuerdos entre los Gobernadores
de ambas colonias o de sus comisionados
dando asi viso jurídico a las
ocupaci ones de hecho lo que implicó un reconocimiento del dominio francés
sobre la parte ocupada por sus súbditos. Ya desde el 1680 existía un acuerdo
que íijó el Río Rebuc CGuayu bín) como el limite máximo de las ocupaciones
francesas en e] occidente de la Isla. Sob e la parte central y sur nada se había
estipuladot al parecer por no haber entonces muchos franceses en esas
regiones.
Con n1otivo del fin de otra de las muchas guerras entre Francia y
- España , se firmó en 1680 el Tratado de Ryswick, donde España tuvo que
aceptar las ocupaciones francesas realizadas hasta esa fecha ei1todos los
territorios españoles. Aunque el acuerdo no especificó en nada a Santo
Domingo, los franceses lo interpretaron en el sentido de que España había
dado su reconochniento a las ocupaciones francesas en la parte de la Isla que
hasta ese n1omento venían controlando.

155) Arcila Faria.s. Reformas econ6rnicGs... p. 38.

99

En 1715 los Gobe1·nadores Constanzo y Sorel rati ficaron el Rí Rebu eco1no


frontera entre ambas colonias y el francés se comprometió:: impedir que sus
ciudadanos traspasaran ese límite. En 1727 se réconocf ; el derecho de los
españoles a tener guardias fronterizos en el Rf:·
:Masacre, o sea que se retiró de hech o la frontera a unos 30 Kms..inás·a
oeste del Rio Rebu c, con lo cual España recuperó el donlinio sobre Üf
regiones de Monteeristi, Dajabón y Sabaneta. Cuatro afi.os más taf(( i' en 1?
31, los Gobernadores de ambas colonias, ratific ando el acuer(f!. de 1727
reconocieron el Río Masacre como límite norte de la frontt=fr:a En 1771 los
comisionados fronterizos de las dos colonias acordar'S';;
que cuando h ubiera disputa sobre limites, los comandantes de lá' dota.ciones
nülitares· fronterizas se juntarí an para dar una solució. " pacífica al caso. · -:-·
En 1773 los Comisionados fronterizos dieron al fin un límite stf
a la frontera ubicá ndol o en la desembocad ura del Río Pedernale'g Asít en
ese añoi quedan fijados los dos límites extremos entre amb; colonias; por el
norte, la desembocad ura del Río Masacre y por el su la del Rí o Pedernales.
Se trata de los n1is1nos extremos actuales1 p.eí; en el centro no ha seguido
igu al, pues la frontera hací a un arco hacf occidente y quedaban dentro de la
parte espafi.ola regiones que aho : son haitia nas, incluyendo las villas de
Hincha 1 San Miguel de la Atalayª: Las Caobas y San Rafa el .
Tantos acuerdos sobre límites ilnprecisos obligaron a los Gohe : nad ores
de ambas colonias a ordenar un estudi o sobre el terre.r(''ú: de las regiones
fionterizas, para trazar un a raya definitiva de 111ar:..·· 1nar. De este estudio
surgió el llamado Tratado de San Miguel de (:_ Atalaya, firmado por el
Gobernador Espa1iol, Brigadier José Solano/§
por el Francés, l\IIarqués De Ennery
el 29 de febr,ero de 1776. En esté
acuerdo se detalló el límite fronteri zo
se diseñó un mapa y se realiz .
una descripción de los lugares y accidentes geográficos por don4· pasab a la
raya fronteriza . Se hizo fijar 221 pirátnides o hitos a todo.·e largo de la línea de
demarcación, con las inscripciones "España';.·:': "Francia" en sus respectivas
cal'a s. Terminados los trabajos, el tratad.d fue enviado a España y Francia
para su ratificación, lo cual tuvo lugaÍ el 3 de junio de 1777, med iante el
llamado Tratado de Aranjuez, dond-'_ se consagraron definitivamente las
ocupaciones francesas en la Isr
Española, la cual quedó desde entonces, oficialmente, dividida en d.9
colonias.. Junto al Tratado de Aranjuez se firmó tan1bién un acuen:f
que dispuso la devolución de los esclavos de cualquier colonia qt{
hubiesen huido a la otra.i56 · ..,

156) Saint Mery. Descripción ..... p. 41.7.

100
1!

El Comercio Fronterizo

Al resultar imposibl e detener el contrabando de reses españolas hacia la.


coionia francesa España tuvo la necesidad de permitirlo y
.:' regla1nentarlo, lo cual se hizo mediante Real Cédula del 3 de octubre de
1761. Basados en esa autorización, los Gobernadores de arnb:as
colonias firmaron sendos acuerdos en 1762 y 1764, median te los cuales se
permitió la exportación libre hacia la colonia francesa de hasta 800 cabezas
dereses macho, a razón de 35 pesos el par, y estableciendo como únicas
aduanas las localidades fronterizas de Dajabón, San Rafael y Las Caobas.
En 1772 esta libertad fue suspendida por las autoridadesespañolas para
favorecer a la Real Compañía de Cataluña,157 a la cual perjudicaba dicho
comercio pero tal prohibición tuvo que rescindirse a los pocos meses de
dictada, por el gran desconten to que ello causó entre los hateros y
comerciantes de la Colonia Española, y volvió a permitirse l a venta de ganad o
hacia la parte francesa, aunque con algunas lin1itaciones. Finalmente, en
1777, en un acuerdo que fue otro apéndice
del Tratado de Aranjuez, se permitió definitivamente el comercio libre ·
de reses y otras mercancías entl'e ambas colonias.J 5a

157) Ver en este mismo eapítulo el acá.pite dedicado al ''Comercio". 158)


Saint M.ery. Descripci6n ... p. 386.
101
- CAPÍTULO IX
:·' La Ocupaein Francesa
,_

El 22 de julio del 1795 los plenipotenciarios de Francia y Espafta firmaron en


Basilea, Suiza, un tratado que puso fin a la guerra entre esas naciones, la cual
había surgido como consecuencia de la Revo lución Francesa iniciada en
1789; En esta guerra las armas españolas llevaron las de perder y el tratado
de paz que fue su culminación fue adverso a España. Mediante el artículo 9 del
tratado! ,el Rey de España cédió .a la República Francesa ''La parte española
de la ísla de Santo Domingo en las Antillas 11 Hi9
Pero la situación caótica que prevalecí a en la Parte Oeste, o sea en la colonia
francesa de Saint Donüngue, no permitió a los franceses tomar posesión de la
parte española dentro del año previsto e el
tratado. En efecto, la revolución de los esclavos en Saint Do1ningue la
intervención inglesa en la lucha y las guerras de Francia en Europa impidieron
a las autoridades francesas venir a ocupar la parte espa ñola hasta enero de
1801. Así, pues, durante seis años (de 1795 a 1801) aunque en derecho Santo
Domingo era ya colonia francesa, de hecho

159) .ARTICULO IX
"En cambio de la restitución de que se trata en el artkulo IV, el Rey de España
1 por si y por sus antecesores1 cede y abandona en toda propiedad a la Repú
blica Francesa toda. la parte española de la isla de Santo Domingo en las
Antillas. Un mes después de saberse en aquella isla la ra.tifi.cación del
presente tratado, las tropas españolas estarán prontas a evacuar las plazas,
puertos y establecimientos que allí oc.upan, pa ra entregal'los a las tropas
francesas cuando se p.i·esenten a tomar posesión dé ella. Las plazas, puertos
y establecimientos referidos se darán a 1a República Francesa con los
cañones, municiones deguerra y efectos necesarios a su defensa; que existen
en ellos; cuando tengan noticia del presente Tratado en Santo Domingo. Los
habHantes de la parte española de Santo Domingo, que µorsus intereses u
otros motivos prefieran transferirse con susbienes las posesiones de
S.M. Católica, podrán hacerlo en el espacio de un ano contado desde la fecha.
de este tratado".(Copiado de Ramón Lugo Lovatón. "El Tratado de Basilea,,,
Bol.etín. dei Archivo General de la Nación, (68) eneru-marzoJ 1951).

103

continuaron gobernando en ella las autoridade coloniales española ;' como


antes y el derecho español indiano siguió todavía en vigor. ..
Pero en enero de 1801, el ex-escla vo negro General Toussaitf Louverture,
actuando en nombre del gobierno francés, entró a la part español a donde las
autoridades le entregaron el pod er. Terminó así ti
periodo de 308 años de continuo dominio esp,año1. en Santo Domingo'
durante el cual se aplicó el derecho que ha sido expuesto en los capi·'''.
tulos anteriores. ',
¿Qué noved ades ju rídicas trajo este cambio de soberaní a? ,
Digamos de inicio que Toussaint Louverture sólo pudo ocupa· la parte
espaiiola por 14 n1eses, pues tuvo que abandon arla precip' tadamente en
inarzo de 1802 para ir a la part.e francesa a enfrentariie con la poderosa
expedición c01nand da por Leclerc con la cual Ná.J poleón intentó despojar a
Toussaint de la casi total autono1nía qu: éste tenía como gobernante de ta
Isla en nombre de Francia. La pugri venía de que al inicio de la Revolución
Francesa, a los esclavos de I᧠colonias se les había dado la libertad, y la
economía esclavista de l"':
colonia se vino abajo, en grave detrimento de los propietarios y de 16 ricos
burgueses de la metrópoli, que sehabían beneficiado antes deT"'
revolución con el con1ercío de esta rica colon ia. Con Napoleón, estó''J
grupos financieros e industriales impusie 1on de nuevo su hegemont y
planearon el retorno al antiguo régimen esclavista en la colonia, a Í que no se
avenían lógieamente 1 los antiguos esclavos. ;··
El gobierno de Toussaint como prin1er Gobernador Francés de i.
antigua parte española fue.efímero y sus medidas institucionales, si bié _-"'·:
revolucionarias, tuvieron corta vigencia. Pero deben ser consignadas: ya que el
impacto ideológico y emocional que produjeron fue profund§
Co1no se dijot un a de las principales conquistas de Ja Revoluci()p. Francesa
fue log1ar la abolició n de la esclavitud en las colonias, de ·, cretada para
Saint Do1ningue en 1793. Tan pronto Toussaint ocupó el{'· nom bre de Franci
a la parte española, los efectos de esta abolición s <"\ extendieron a los
esclavos de ella y unos 10,000 negros se vieron d .· repente igualados
jurídicamente a sus antiguos amos españoles.100 ·
En febrero de 1801Toussaint ordenó Ja celebración de una Asani "blea
Constituyente, a fin de dotar a la. Isla unificada de su carta magn. Se dispuso
que los cabildos municipales eligieran representantes y qu éstos, a sn vez,
escogieran los diputados a la Asamblea que se reuni en Po.rt Republican (hoy
Puerto Príncipe) y que promulgó la lla1nad· -

160) Para diferenciarlos de los libertos bajo e] régimen espaíiol; los


emancipados po ' Toussaint en 1801y 1802 recibieron el nombre de ulibertos
de la palma'}, por há , berse proclamaclo su liberación bajo la 'palma de la
libertad") que se sembró en=.. la Plaza de Armas (hoy Parque Colón) de Santo
Domi ngo al llegar Toussaint. · ·

104

HConstitución de 1801'1, bajo la cual la Isla se estableció como colonia


··· autónoma de Franci a, con Toussaint como su Gobernador vitalicio. Fue la
primera vez que los naturales de la antigua parte española tuvieron
oportunidad de partici par en la formación de su ley orgánica.161
La primera constitución política aplicable a la parte espaiiola
.. de la isla de Santo Domingo proclamó la abolición de la esclavitud y la
igualdad de todos los hombres ante la ley, cual quiera que fuese su color. La
colonia fue dividida en departamentos y estos en parroquias. Se estableció una
Asamblea Central, coinpuesta de dos diputados por cada Departan1ento, que
dictaba las leyes que le proponía el Goberna dor. Para el régimen judicial se
establecieron tribunales de prin1era instaí1cia y las cortes de apelación y una
Corte de Casación para ·toda la Isla que conocía sobre los recu rsos de
nulidad contra Ias decisiones
, de las Cortes de Apelación, y no juzgando el fondo del caso) sino úni
\, camente cuando se alegara que las leyes o las formas legales hubiesen
sidovioladas, enviándose entonces el asunto a otra Corte de Apelación, bajo
un proced hniento bastante parecido al de las actuales cortes de
: casación francesas y dominicanas. Los 1nunicipios> llan1ados Parroquias
por la Constitución, quedaron regidos por una Administración Muní
. : cípal compuesta de un Alcalde y cuatro Adrninistradores nombrados por el
Gobernador. En 1nanos de esa Ad1ninistra.ción Municipa l fueron puestos
losregistros de actas del estado civil. Fue una Constitución con rasgos
liberales, pero en el fondo totalitaria, pues no sólo proclamó a Toussaint como
Gobernador Vitalicio, sino que le autorizó a que en caso de intranquilidad
pública podía arrestar a cualquier ciudadano y hacel'lo juzgar por tribunales
extrajudíciales. 162
Al ampaJ o de la Constitución de 18011 la Asan1blea Central dictó en junio de
ese año ta Ley de Partición Territorial, la cual dividió a la Isla en seis
Departamentos, dos de los cuales correspondieron a la antigua parte
española} el Departamento del Ozama con su capital en Santo Donlingo, y el
Departamento del Cibao, cuya capital fue Santiago.. Los distritos de Azua, San
Juan de la Maguana y las Matas de Farfán fueron incorporados al
Departamento Oeste en la parte haitiana. Para la justici a la parte orien tal fue
dividida en seis distritos (Santo Domingo, Santiago, Samaná, Seibo, Azua e
Hincha), cada uno con un Juez de Primera Instancia y una Corte de Apelación
en Santo Domingo, para ambos Departamentos orientales.
En enero de 1802 Toussaint dispuso la emisión de mon edas

161) La antigua parte española mandó 4 Diputados de los 12 que


compusieron La

1
l
l
1
1
1

¡1

1
11

Uainad as Escalines, para la parte espanola, que corrieron conjun tamente con
las antiguas monedas españolas.163 Toussaint también· dispuso abrir al
comercio interna cional 1 sin limitaciones 1 todos lok, puertos de la Isla. La
constitución de 1801 mantuvo el catolicismH2 como religión oficial (permitiendo
el culto privado de otras religiones):;
pero dispuso que los bienes de la Iglesia fueran administrados por los
municipios y se suprimieran los díezmos.1M >.·
Con la llegad a de la expedición de Lecl erc en enero de 1so2·s
term inó para Santo Domingo el gobiern o de Toussaint y duranf los seis años
siguientes la antigu a parte españ"üla fue regida pcf =··. Goberna dores
franceses. Durante este período en la parte Oeste d · ·' la Isla los esclavos se
enfrenta ron a las tropas francesas, a quienes lograron vencer l en 1804
proclamaro n la R.epúbHea de Haití. - ,'.:
Leclerc, desd e que llegó quiso tranq uili zar a los orientales: prometiélld OleS
resp etar SUS leyes, COStUrnbres y teligión:16G s·:,; abolieron todas las leyes
y medidas de Toussaint, pero se reimplanto:
la esclavitud 166 y se permitió el trá.fico negrero desde África. En 1805 s_e;·
llegó hasta autorizar a los habita ntes de la parte Este vender y exporta!., todos
los negros ha itianos que pudiesen capturar. Con tod.a s est.as;
medidas quise atraerse a los blancos que habían enügrado durante lo'. turbul
entos años desde el Trata do de Basilea y tranquilizar a las clase altas a las
cuales habían perjudicado las medidas revolucionarias d )
Toussaint. ·
·:
Durante este períod o los franceses introdujeron un interesante·:
experimento en el orden legal y jud icial; al establecer un régime·tj·' mixto,
manteniendo una dua lidad de derechos, aplic ando para los: franceses que
Uegm·an a habitar la colonia sus leyes metropolitanas,' pero conservando las
antiguas leyes españolas para los habita ntes dg, origen español. En efecto,
por Decreto de Napoleón de l8021m seorde1tÓ que debían continu ar vigentes
todas las leyes, usos y divisiones tant.O civiles eomo eclesiásticas, que habían
regido a Santo Domingo durante' el períod o colonial español. . ""

163) R. Lacomne. Histoire Monetafre de St. Domingue y Raiti.París: J,aorse 1


1958, p. 41:_. .J.; 164) C. Nouel. HistorW.. Eclesiástica de Sto. Domingo.
Tomo ll, Santo Domingo; La CUJ1a ± de América, 1914,p. 62. .:}
165) R. Roussier. Lettres dit Gen. Leclerc. Pi·oclama del 8 de febrero 1&02,
París:p. 78 ., ·:';
166) R. R oussier. Lettres... Instrucciones de Napoleón a Leclerc de.l 31ele
octubl'e de:
1801, p. 272. !·
l67) El texto de este Decreto no ha aparecido, pero se menciona en los
documentos de,. esa época y todos los historiadores lo dan por cierto.
Además, está acorde con las in. trucciones de Napoleón a Leclerc antes
citadas.

106

En la Justicia se estableció este sistema: en los asuntos de menor


cuantia se 1nantuvo para los dmninicanos16
lajurisdicción de los Alcaldes
Municipa les, quienes juzga ban bajo las antiguas leyes españolas,
creán dose para los de origen francés los Juzgados de Paz , en los
1
cuales se utilizaron leyes y jueces franceses.1'61
Para evitar conflictos
jurisdiccionales } se aplicó el princi pio de "actor sequitur forum reP'
cuahdo los litigios involucraban a do1ninicanos y franceses. Con asiento en
Santo Domingo se creó un Tribunal de Primera Instancia mixto, con1puesto
por tres jueces, uno dominicano y dos Cincluido el Presidente) franceses. Este
tribunal conocía en último recurso de las apelaciones contra las sentencia de
los Alcaldes Municipales y los jueces de paz, y como tribunal de p1·imer
grado conocía de los asuntos petsonales,
reales o mixtos y aquellos en los que el Estado tuviera algú n interés. Se
planeó establecer otro tribunal de Primera Instancia con sede en Santiago,
pero no llegó a real izarse.
Como tribunal suprem o en el orden judicial de la colonia, se estableció, con
asiento en Santo Domingo) la 11Audiencia Imperial'\ dividida en dos seeciones,
una francesa y otra dominicana, cada una de las cuales juzgaba según el
derecho de las partes, aunque si el li tigio confrotaba a personas de ambas
nacionalidad 1es, e) asunto era entonces visto por a1nbas secciones reuni
das. La Audiencia In1perial estuvo compuesta por tres Oidores para juzgar a
los dominicanos bajo las antiguas leyes españolas y por tres jueces, para
juzgar a los franceses bajo sus propias leyes). 170
En la época que estarn os estudi ando fueron promulgados en Francia los
Códigos Napoleónicos. En 1804 el Civil, n 1806 el de Procedimiento Civil, en
1807 el Código de Comercio! y en 1810 el de Instrucción Criminal. En el Santo
Don1ingo Francés 1n sólo se decretó la puesta en vigor del Civil por decreto
de Ferrand del 31de dic1emb1·e de 1807, pero su implementación fue escasa
y corta, por los problemas

168) A partir de este momento, a Los habitantes de la antigua parte espafi.o


la les comenza1·emos a llamar "dominicanos" por considerar que ya teníamos
tal ide11tidad, aunque juridkamente fuésemos fraJ1ceses, españoles o haitia
nos.
169) Lasleyes francesas aplicables fueron las del ]Jamado "Período
intermedio}!t entre las antiguas leyes de la Monarq uía y las codificadas bajo
Napoleón.
170) Los datos sobre la organización jud icial impuesta por Francia en ta
antigua colonia de Santo Domingo, provienen del r•calendario Histórico y
Estadístico de la Isla de Santo Domingo del afio 1806, impreso po1·la Imprenta
Oficíal de la Colonia y copiado por E.Rodríguez De111orizí en La Era de
Francia en Santo Domingo'\ Santo Dofüingo: Editora El Caribe, 1955. Pp.
24.lss.
171) El Código Civil de 1804 fue puesto en vigor en 1805 en todas las
colonias francesas menos en Santo Domingo (ver Enci-elopedfo Jurídwa
Dalloz, Droit Civi Tomo I, p. 685, Edición de 1951).

107

políticos del mom:ento, ya que a pocos meses llegó a su fin la ocupació'n


francesa. Realmente esos códigos tuvieron que esperar algunas décadi{g más
para hacer su aparj ción en Santo Don1ingo, y ya bajo la égida ·a· ·
otros extranjeros, los haitianos.
a yuxtaposición de sistemas legales> aunque aplicada sólo pd'f s-eis años, es
posible que sirviera a los dominicanos para familiarizar.:. '·-. con los principios,
térnünos y jurisdicciones del derecho francés, lo cü pudo haber facilitado la
aceptación en 1322 de la legislación haítian .
basada en las leyes francesas del periodo post-tevolucionario, ··a:f
como haber hecho más fácil la implantación de los Códigos frances'\· cuando
se creó la Rep(lblica en 1844. ;::.: " En otros- aspectos quisieron tambi én
las autoridades francesa:.''
mantener la antigua organización española. El régitnen municip'á;
fue mantenido,, aunque a los Regidores se les llam.ó <Notablesn y .'.
los Escribanos se les dio, poi·primera vez, el 11omb1e de Notarios : Pero no
hubo autonomía 1n unicipal y los componentes de los cabild' no eran elegidos
sino designados por el Gobernador. La organizacÜ:)'4 eclesiástica vigente al
terminar el período español fue reestableci4.- y los curas locales fueron
coniirmados en sus cargos, disponié·ndos
que los nombramientos edesiástic os debían ser l'atificados por··:e
Gobernador. Pero las rentas y los bienes de la Iglesia, nacionali zad<f · bajo
Toussaint, continu aron bajo el donlinio público. Los Registros {f'' Estado Civil
fueron quitados de la jurisdi cción eclesiástica y puestl en manos de los
Oficiales del Estado CiviL173 ·· · Como el período que estudiamos fue de
constante actividad milit': debido a las guerras contra los haitianos y luego por
la insurrección d:: Sánchez Ramírez, las autorid ades francesas n1antuvi eron
una fuer( organización. nlilitar, compuesta principalmente por soldados
frances·e) profesional es y mercenarios europeos , pero también se
estableciero } las Llamadas '1nHi cias españolasu, reclutadas de entre los
donlinica nó·'; Para fomentar el comercio y dirilnir los conflictos comerciales,'s
crearon una Junta de Agricultura y un Consejo de Arbitros de Comercior
teniendo las decisiones de este últin10 que ser ho1nologadas por el Jug; de
Pri111era Instancia .114 ,.

172) El Cabildo de Santo Domingo fue com1mesto por 11 Notables, 6


rranceses y .·
dominicanos (Demorizi, La Era de Francia... p. 273). ,
173) Nótese a partil·de esta época la aparición de nomb ·es de instituciones
que hoy
existen en la República Dominicana : .Juez de Paz, No.ta rio, Juez de Primer·;
Instancia, etc. ->':'.
174) Decreto de Ferrand del 22 de enero de 1804. En: Demort zi La Era de
Francia.:;
p. 9'3. ··.:-,,.

108
..,.. Para alentar la inmigración de franceses, el Gobierno de Ferrand
/::·dispuso en 1806 otorgar tierras a los que quisieran cultivarlas, sien1pre
I'que nadie pudiera alegar de1·echo previ o sobre las nüsmas y que el
:"iluevo dueño las sembrara dentro del año de recibirlas, momento en el i"Eual
se le libraba título definitivo de propiedad .Asimismo) se dispuso invitar a todos
los donünicanos que hubiesen e1nig1·ado a causa de las '"'.Xguerras, a
regresar dentro de un plazo de tres meses, con promesa de L' cancelarles
cualquie1 deuda que tuviesen con el Fisco pero señalando
>que se les confiscarían definitivamente sus propiedades si declinaban
.la invitación .
.·· Este periodo te.rminó en 1809, cuando grupos de dominicanos
;,¿:'·' dirigidos por ,Juan Sánchez Ramírez, alentados por las autorid ades
.. '},'·_ coloniales españolas de Puerto Rico y ayudados por el bloqueo de la
·Ciudad de Santo Domingo por una escuadra inglesa, derrotaron a las tropas
francesas y proclamaron la reincorporación a Espa1la.
Desde el punto de vista jurídico, los hechos más sobresalientes
,,_de este corto régin1e11 fueron la Constitueión de Toussaint con su
·Asamblea Constituyentet así como la ünplantación por primera vez de
·· "una legislación que no ela la española, con la introducción 1de leyes y
·.' jurisdicciones francesas, en la forma paralela que hemos explicado,
/; con el aparente ínterés de minimizar los conflictos de una sociedad
f ya acostumbrada a tres siglos de leyes y usos españoles y· cuyas clases
·" : dirigentes desconfiaban del liberalismo, con el cual la Europa del Siglo
;··.. de las Luces pretendí a romper su hegemonía secular.
. ·:
109
CAP'ÍTULO X
El Segundo· Período Español
(1809- 1.321)

Con l a salida de las tropas y autoridades francesas en agosto de '.,


1809, se installró el gobierno de Juan Sánchez Ran1írez, quien procla-
1nó la reincorporación de la Colonia a España,. iniciándose el segundo 1
período colonial español, que duraría 12 años y que se ha conoéido en 1
la llistoria dominicana como el de la ¡¡España Boba". En efecto, España dejó
bien r;bandonada la colonia que volvía. voluntariamente a ella, más
empobrecida y despoblada que cuando la entregó a los franceses poT el Trata
do de Basilea.
Para comprender bien este período y sus alternativas políticas y jurídicas,
conviene conocer lo que sucedió en la metrópoli en esa época, quizás una de
las 1nás turbulentas de la historia española. Las tropas . fi•ancesas de
Napoleón. invadieron y ocuparon gran parte de España en 1808 y ·el Rey
Fernando VII fue hecho prisionero y llevado a Francia. Los españoles se
rebelaron contra las tropas napoleónicas y organizaron una Junta de Regencia
a nombre del Rey. En 1811las ideas liberales de la época hicieron expresión
en las Cortes que se .eligieron en la parte de España no ocupada por los
franceses y se promulgó en 1812) siempl"e a non1bre de Fernando VII, la
Constitución de Cádiz, que fue la primera Carta lVIagna Española, y que
aportó grandes innovaciones institucionales, creando una monarquía
constítucional. A la caída del régimen napoleónico, Fernando VII volvió. a
España pero reaccionó contra el liberalismo hizo abolir la Constitución y las
leyes dictadas al amparo de ésta y se produjo un retorno al absolutismo, que
duró hasta 1820t cuando .Fernando es obligado por una revancha liberal, a
.reimplanta1 la Constituciónt
Estos vaivenes de la política españoÍa, esbozados a grandes rasgos más
arriba, tuvieron por supuesto su impacto en la colonia de Santo Doming.o y en
su organización política y legal.

111

Poden1os1 pues, dividir este periodo en cuatro etapas:La primera abarca los
años de 1809 a 1812, en que la colonia se encuentra casi to.:. talmen te sola,
aislada de una metrópoll invadida y en estado de guerra::' Dura nte la 1nism a1
Sáncbez Ramírez goberné casi autónomamente. Eh- 1812 al oxganizarse la
monarquía constituci01ial Santo Domingo reeibllL
y adoptó las nuevas instituciones . En 1814 la reacción absolutista hizo si{'
aparición y volvieron las viejas leyes1 las que continuaron rigiendo hasta
el año 1820 cuando la nueva ola liberal reimplanté la Constitución déi 1812,
pero por unos cortos meses, pues en 1821Núñez de Cáceres dio su'_: golpe
de estado con la intención de independizar eincorporar la colonia
a la Gran Colon1bia e imedi atamente las tropas de Boyer cruzaron f - ,'
frontera y se inició el período haitiano. --- -'
De eada una de estas etapas daremos los rasgos jurídicos má interesantes,
haciendo hincapié en la de la Constitución de Cádiz, qlié"
aunque corto, pues estuvo en vigor dos años escasamente
ilnport;-:
novedosas instituciones ju rídic as a la colonia de Santo Domingo, la''<
cuales fueron conservadas como recuerdo por los grupos liberale domini
canos, para ser luego rein1puestas, en parte, al declararse lit independenci
a de la República Dominicana en 1844. - --\:;
Con el re.torno de la Isla a la soberanía de España1 se implantaron los viejos
sistemas políticos y jurídicos que estaban en v.igór al térmi:,- _ nal' el primer
período c;olonial. Salvo el corto periodo bajo la égida d-t!'. la Constitución de
Cádiz, Santo Domingo volvió a estar sometido a la ,;
arcaicas leyes hispanas y a la Legislación de Indias. Los doce años d --
paréntesis francés con sus interesa ntes experimentos y algunas innoP
vaciones, quedaron abandonados. _ · ;,1
La prim_era de las cuatro etapas de este nuevo perí odo en la his:;-''
toria jurídica dominicana empezó con la toma de posesión de Sá.nche ·=
Hamírez, quien de inmediato comunicó a la Junta de Gobierno Pró\
visional de Sevilla la reincorporació n de la parte oriental de la Isla :
a la Corona Española y mientras se esperó la aceptación} se organi{·, la
administración Ioc al,. nombrándose ayuntamien tos provisionales· compuestos
de tres miembros. Todos los franceses que no habían sid _-:-·
evacuados cuando la capitulación de la ciudad fueron expulsados=,
__-,
obligados a vender sus bienes (Bando del 9 de octubre cte 1809) y suW;
esclavos vendidos en beneficio del Fisco. Se man tuvo la esclavitud qüif los
franceses habían reimplantad-0 en 1802.175 :-;;
La Junta de Sevilla, aceptó la reincorporaci ón de la colonia, con?
firmó a Sánchez Ramírez co1no Goberna dor y dictó medidas políticas Y.,':
;f:·

175) J. G. Gareía. Historia de Sa.nto Domingo. Santo Domingo: Ediciones


Ahora ¡1968. Toro:,
n.p p. 11y sígs. - .

112

..' jurídicas de importancia . Se dieron facilidades a los dominicanos que


,. habían emigrado para que retornaran a la Isla, se expulsó a los fran
:;,_ ceses que hablan ido como colonos y se les expropió las tierras que el
:': gobienlo de Ferrand les había otorgado (Decretos del 10 de enero y del
S. 29 de ab.rU de 1810).176 Judicialmen te la colonia fue puesta bajo la ju ris
dicción de la Real Audiencia de Caracas pero debido a la intranquili dad reina
nte en Venezuela (que empezaba su lucha independentista), de be.cho los
recu rsos de apelación se llevaron a la Real Audiencia de Puerto Príncipe Choy
Camagüey) en Cuba. Asimismo, se dispuso una asignación de 300,000 pesos
anuales para los gastos administrativos de
la colonia, los cuales debían provenir en partes iguales de Venezuela
y Cuba reimponiéndose así el "Situado", Sin embargo, dicho Situado no se
cumplía, pues las colonias estaban en fermento revolucionario y en 1813, en
medio de una gran escasez de circulante, Sánchez Rarnírez ordenó la emisión
de papel moneda local, el e\tal, por carecer de r1espal do, pronto se devaluó,
aumentando la cdsis económica y Ia pobre za.177 Para tratar de revivir la
estancada economía, se aboHeron todas las
\' leyes que ponian trabas ai comercio y a la producción y se redujeron los
· diezmos y otros impuestos eclesiásticos. Todos los puertos de la colonia
fueron abiertos a los navíos de las naciones amigas de España (lo que
excluía a los franceses) y se fijó un arancel único de importación del 1%.
En lo militar se establecieron dos bat.allones fijos, uno de blancos
y otro de "morenos", así c01no compañías de mtlicias rurales y urbanas.
El Gobernador Sánchez Ramirez murió en febrero de 1811, momen to en que
en España se daba inicio a grandes cambios institucionales.
En efecto, en el inísmo mes en que n1urióSánchez Ramírez, la Tunta
Central de Regencia, que en esos momentos dirigía a España durante el
cautiverio de Fernando VII por Napoleón, convocó a elecciones tanto en la
península como en las colonias de u ltramar, para escoger diputados
que dieran a la nación español a una Constitución. Asimismo, por esa 1
sea. que quedaban excluidas en las colonias las personas de color. Los l
misrna convocatoria se llamó a la elección de los cabildos municipales.
Para ambas elecciones sólo podían votar los "espalioles em opeos", o

!
comicios se realizaron y cada cabildo eligió sus regidores y alcaldes y pa1a
representar a Santo Domingo en la Constituyente de Cádiz se
escogió a Francisco de Mosquer:.'.l (con José Alvarez de Toledo como
Suplente). La Constituyente se reunió en Cádiz desde septiembre de 1810
basta enero de 1812, y eI 19 de marzo de este último año se proclamó la

176J J.G. García. Historfo...t.H,p.11.


l77J Gustavo Mejía Rícart. Historia de Santo Dommgoi t1 VIII Santo Domingo
; Pol Hnos. p. 106.

113

primera Constitución espaüota. Santo Domingo recibió el texto en juliti. y el 19


de ese mes fue promulgada y ju rada en una solemne ceremoni< pública. 1w
·.
La Constitución de Cádiz de 1812 1·ecogió las princ-ipales ideas lf berales de
la época, dando cuerpo al principio de la soberanía popu14'.. largamente
añorado y tenazn1ente negado a los pueblos. Con10 cuerp'
soberano se estableció un Parlainento unicameral llamado "CortesH, eh
Ias que estaban representadas todas las provincias españolas, inelusiv
las de ultramar, con un diputado por cada 70,000 habitantes, aunqrté'
p ara Santo Don1ingo tuvo que darse una provisión especial (parte final
del Art. 35) que le daba_ un Diputado a las Cortes, aunque no tuviei. ..
ese mínimo. Las Cortes debían elegirse cada dos años y sus funciones·
principale·S fueron las de. proponer y promulgar las leyes (facultad qu le
quedaría_ vetada al Rey por prilnera vez), crear impu.estos t establece"-:'
tribuna les, aprobar los tratad os internacionales que firn1ara el mnnat··. ca, así
co1no tom ar juramentación a éste al asuinir el trono. Como S'.. habrá podido
obse1·var las facultades de las Cortes Espa ñolas coartaro .: enonnemente los
poderes de la Corona y por prünera vez España s ··· dio un régimen
parlamentario . La Constitución dividió la Nación e 'e provincias peninsulares
y de ulttamarl siendo Santó Domingo una e(,· estas últinlas. Para cada
Provincia se creó un órgano legíslativo locaf denominado Diputación
Provincial, elegido cada dos años, en la n1is; ma forma y bajo los mismos
requisitos que para elegir diputados a Ia·s; Cortes. Las diputaciones
provinciales tendxía n siete. diputados, y entrK sus funciones las princ.ipales
eran las de distribuir en la Provincia lo_sl· impuestos creados por las Cortes
velar por el cumpHn1iento de las leye'§f cuidar del fiel manejo de los fondos
públicos y crear arbitrios Jocale·., con la posteri or ratificación de las Cortes.
El representante del Re'/ en cad·a provincia era el Jefe Superior Politico,
nombrado por aquel :-.. quien presidía la Diputación Provincial. .· ._;:·,
La Constitución estableció un mínin10 de garantias ciudadanas> con10 las de
que nadie podía ser encarcemado por .más de 24 horas si ':_ autorización de
un jue z, la prohibición del tormento y de la confisc. :: ción de bienes) la
proscripción dt: los allanamientos sin orden judiciat
etc. La libertad de expresión fue consagrada con limitaciones . Pafa e:
régimen municipal, la Constitución estableció la elección anual de 16' Alcaldes,
Regidores y de un Procurador Síndico! por los vecinos d.·_,. cada municipio.
Sin embargo, la representa tividad p'opular, como h-o··: la conocemos, no
existió en esta Constitución. En efecto, no h.ubo vot6·

178) El proceso ver bal de esta juramentacíón lo copia G. Mejía Ricart en su


Histmia
Santo Domingo. Tomo VIDipp. 153-158.

114

-' directo, sino que la prímera elección se celebraba a nivel parroquial,


&}por todos los ciudadanos aptos para votar, los cuales elegían a un
V ''comprom·isario" por cada 200 vecinos. Luego se celebraba una segun
.·.·da elección; en la cual los co1npromisaríos de las parroq uias elegian
'.::,eleeto1es por cada "Partido" y éstos, a su vezt escogían en una tercera. L
elección los Diputados a Cortes. Estos últimos tenían que tener cier
.' tos requisitos para poder ser electos, uno de los cuales era que tenía
,/ que poseer una renta anual mínima. Esto implicó que las l1eyes serían
e dictadas por personas con propiedades y rentas; que natura lmente no
:-.· legislarían en contra de su clase.
·:;_ La Constitución no abolió la esclavitud y las petsonas "de color'
no tenian la calidad de ciudadano. A los españoles r'babidos y reputa dos
como originarios de África", o sea a los negros y mestizos libertos, la
ciudadanía se les concedería cuando "hicieran servícios calificados a la
Patria o se. distingan por su talento, aplicación o conducta, con la condicíón de
que sean hijos de legítimo matrin1onio de madres inge nuas>1179 o que
estuviesen "casados de mujer ingenua y avecindados en Jos dominios de las
Españas y que ejerzan alguna profesión, oficio o industria útil con capital
propio;;. Como se habrá observado con tantos requisitos, sería sumamente
difícil para un liberto alcanzar la ciuda danía española bajo esta Constitución.
El régimen j11diciaJ establecido por la Constitución de Cádiz fue
. uno para las provincias peninsulare-s y otro para la$ de ultramar. Para
,. aquéllas. se estableció un Tribunal Supre1110 audiéncias p1ovinciales como
Cortes de Apelaci ón, Jueces de Letras para las Primeras Iustan cias y
Alcaldes Munici pales para asuntos de menor cuantía o de sim ple t>olicía.
Pero las provincias de ultramar no tenían recurso ante el Tribunal Supren10.
Para ellas las decis10nes de u na Real Audienda en: apelación sólo podía ser
objeto de un recurso de "nulidad ante la Real Audiencia 1nás cercana. Los
grados ordinarios en materia civil, eran la Primera Instancia ante el Juez de
Letras, la Apelación ante la Real Audiencia y un recurso de nulidad ante la
audiencia más cercana. En materia penal hubo sólo dos grados la Primera
Instancia ante el Juez de Letras y la Apelación ante la Real Audiencia.
Todos los jueces serían designados por el Rey. Se elitninaron todos los fueros,
excepto el de los militares y el de los eclesiásticos; los cuales continuarí an
siendo juzgados por sus tribunales propíos .
Cumpliendo con el mandato constituciona l, en España y las
Provincias Ultramarinas se celebraron elecciones para escoger los.

179) !{Ingenuo" es aquel que ha nacido libre y no ha perdido su libertad,


según el Dic cionario de la Real Academia Española.

115 1
Diputados a las Cortes y los miembros de las Diputaciones Provinciale Santo
Dorningo celebró las suyas entre noviem bre de 1812 y febrero: cf · 1813.De
un total de 60.012 habitantes,tuvieron derecho al voto 11,984, l({ cuales
escogieron 386 coinpromisarios, quienes a su vez escogieron a lo: 60
electores" así como a los siete miembros de la Diputación Provinci .,. y éstos
entonces eligieron a cinco Electores Provinciales los cualé finalmente
escogieron al Diputado que debería representar a Sant · Domingo ante las
Cortes Españolas quien fue Don Franciseo Javfe Caro. Para la Diputación
Provincial fueron elegidos Francisco Ruiz, Jt!á'. Vícenté Moscosoy Manuel
Aybar.,por Santo Domingo., Juan de Azcona pof ; Santiago, José Urquerque
por el Este, Eugenio Villafa ña por La Vega,."·· Pablo Altagracia Báez (padre
de Buenaventura) por el Sur.180 · -·:
Al amparo de la nueva situación política, las Cortes díctaron url' Ley de
Organización Judicial para todo el reino, de fecha 9 de octubr ··" de 1812 bajo
la cual se reestructuró la justicia en Santo Domingo dentt·. de los lineamientos
de la Constitución y, el 5 de agosto de 1813 se díCt .: una Ley de División
Territorial para la Provincia de Santo Domingc) ' la cual quedó cornpuesta de
cinco Partidos, Capital) Este,. orte, Cib,·- . y Sur, los cuales, a su vezi se
dividieron en parroquias.
Pero esta etapa constitucional duró poco, pues como se ha visto/ ;
la aída de Napoleón en 181 Fernando VII fue libertado de su cautiv" río,
retornó a España y rehusó someterse a la Constitución que se habf' dictado en
su no1nbre, la cual quedó derogada por el Real Decreto del .·. de mayo de
1314, junto con la legislación dictada al amparo de la mism ·_· Volvió el régim
en. absolutista a Españ a y sus dependencía·s quedando la monarq uía de
nuevo bajo el sistema jurídico y polític '
anterior a la Constitución de Cádiz,, perdiéndose las escasas conquista que
dicha Carta l\llagna había establecido, retornándose al régitil-:,f reaccionario
colonial, y perdiendo los organismos de 11ivel local todo ,,, sus atributos de
autonomía. Por decreto del 28 de diciembre de 1814,·é 'i Rey dispuso que "en
las dos An1éricas e Islas Filipinas se restablez·c el sistema gubernativo,
económico y de administrac ión de justicia qu, · regía antes de las Ilan1adas
leyes nuevas''.181 Esto implicó la supresió,ri de los Ayuntamientos·Constituci
onales y la puesta en posesión de los: que existieron en 1808 aunque para
Santo Domingo se tuvo que hacer: una excepción, y se puso en manos del
Gobernad or el nombramient& provisional de las autoridades municipales,
puesto que resultaba hn6, posible poner en posesión a las existentes en 1808,
ya que en esa époC'.,
:'

180) José Gabriel Garda. I-Hstoria de... t. JI, p. 43. 181} Ots. Capdequ.í.
Historia del Derecho ... p, 330.
182) A·rchivo Real de Bayagiuin.a, Libro No. 21, Doc. o. 12.

116
·:,. estábamos bajo el dominio francés.183 Se restableció el Real Consejo de
· Jndiasi se suprimió el cargo de Jefe Superior Político d e ,las Provincias
? las cuales c.tuedaron de nuevo dirigidas por un Gobernador y Capitán
) General, que b ajo esos títulos reunía otra vez los mandos político y
·(militar de Santo Domingo. En lo judicial se suprin1ió el Juez de Letras ' .'
para asuntos de Primera Instancia y estos asuntos quedaron de nuevo a cargo
de los Alcaldes Municipales. Los antiguos impuestos y tributos
·. fueron restablecidos.
· En eJ orden internacional Perna ndo VII concertó con Francia, de nuevo
n1ona rquía absolutista como Españai un Tratado de Paz fir mado en París el
20 .de jun,io de 1814, en cuyo Art.3 rancia reconoció que la parte oriental de la
Isla de Santo Domingo sería nuevainente posesión española volviéndose a la
situación anterior al Tratado de Basilea de 1795.
La tercera etapa del segundo periodo español en Santo Domingo,
el de la monarquía absoluta de Fernando VII, duró seis años, pues en 1820 se
produjo en la metrópoli una reacción liberal con el golpe de Estado del General
Riego que obligó al Rey a poner de nuevo en vigor la Constitución de Cádiz. Al
llegar a Santo Domingo las noticias de los hechos en la Penínsu la, se
reunieron las autoridades y se j ur6 de nuevo la Constitución, poniéndose en
vigor los organismos administrativos y judiciales que ella establecia. De nuevo
se hizo ·c-0nvocator ia a"éleccío nes pai·a elegir el Diputado dominicano a las
Cortes, para la Diputación Provincial y para los Ayunta mientos, las cuales se
celebraron en junio de 1820.183 En esa época se dictó un Decreto que
suprimió los Tribunales de la Inquisición y otro que cerr1ó todos los conventos
de la Isla y sus bienes pasa ron al Estado. Un nuevo arancel de aduanas
dictado en España en 1821 que protegía a las industrias peninsulares, tuv-0
que ser modificado para Santo Donüngo pues ma pobr,eza reinante no per
mitfría la compra de géneros .españoles y se tuvo que permitir que los
dominicanos comprara n en Las Antillas no españolas, con un arancel único
del 18%.184·
Al amparo de la libertad de im,prenta consagrada por la Constitu cióni
aparecieron en Santo Domingo losprimeros periódicos surgiendo el Telégrafo
Coristitttcional y Ei Dtwnde en donde no sólo se publicaron

183) Francisco ,Javiei·De Caro fue electo de nuevo el Diputado dominicano a


las Cortes espanolas y como miembro de la Diputación Provineial se
escogieron a Antonio Ma. Pineda Juan Vicente Moscoso y Felipe Dávila
Fernández de Castro por la Capital, Antonio Martinez de Valdez por Santiago,
F'rancisco l\llaria no de Motq: por La Vega, Juan Ruiz por la Región Este y
Vicente Mancebo por la Región Su.r (J. Gabriel Gm-cia. Historia... t. Il, pp.6
3··64.
184) Demorit.i. La Imprenta y los Primeros Periódicos en Santo Domingo.
Santo Domi ngo
Imprenta San Francisco, 19441 p. 101.

117

las leyes órdenes y noticias locales e internacionales, sino que tan1bié""


sirvieron para diseminar conceptos y tem:1as liberales sin impediment'.·
alguno. ·.
Hemos podido observar que en esta etapa histórica, los dominít .: nos
Bmpezaron a acostumbrarse a elegir a muchos de sus funcionarios:;·, darse
leyes propias, a escuchar y leer opiniones diversas y divergeut/
de las. oficiales y a comprender la importancia de la separación de(
poderes como medio de conservar un minirtio de libertades. Los olea:j
de liberalismo que crearon vendavales en Europa, llegaban a Sari,
Domi ngo aún como 1neras ráfagas, pero se llacf an sentir y sus efectci se
irían viendo en los turbulentos periodos que se sucedieron. Sin e · bargoi ante
los dominfcanos, em gran defecto de la Constitución de Cáq fue su tratamiento
discriminatorio de los esclavos y hombres libres CÚ color. En una püblación
predomina 11tem.ente mulata esa diferencia_ ft1_"· hiriente máxiine cuando
sólo habí a. que voltear la vista hacia Hait donde la esclavitud Hevaba ya 20
años de abolida.
El último período de este segunde régi men colonial españo·
en Santo Domingo terminó el 30 de noviembre de lS.21) cuando s.·.'
. ·'
produj o un golpe de Estado contra las. autoridades españolas, e ··
cabezado por José Núñez de Cáceres) expulsándose al Gobernado.· Pa scua l
Real y otros funcionarios, procla1nándose la independenc(:; frente a España,
pero poniendo el nuevo estado bajo la proteectó '' de la Gran Colombia. ·
118
CAPÍTULO XI
La Primet•a Independencia

El 30 de noviembre de 1821seprod ujo en Santo Domingo un golpe de Estado


que puso fin al régimen espafiol Bn Santo Domíngo iniciado en 1809. Con este
acto, los dominicanos dejaron de ser, por prhneta vez, sujetos de un Estado
ultra1narino poniéndose fin, así a 328 años de continuada vida colonial.
El acontecimiento del 30 de noviem bre de 1821fue, pues, un hito
de suma importancia en la historia dominicana a pesar del hecho de que el
Estado que nació en esa fecha, tuvo cortísin1a vida; solamente dos meses.
Desde el punto de vista político, pues, la 1'independencia efímera" es de
trascendencia para los dominicanos, pero en la historia del derecho no
resulta .igual; porq ue el gobie1·no sui·gido no tuvo tiempo de organizarse,
apenas dictó dos leyes, y murió en su cuna.
El golpe de Núflez de Cáceres, que creó una Repúbli ca bajo el non1bre de
"Estado Independiente de Haití Español' , fue justificado por una Proclama
donde se presenta ron los agravios contra el régimen depuesto y sejustificó la
acción tornada .135 La lectura de este interesante documento revela que sus
autores estuvieron fuertemente influenciados pÓr las doctrinas liberales y las
teorías de los enciclopedistas europeos del Siglo XVIII, especialmente por la
tesis del "Contrato Social" de Rousseau. Asimismo, se evidencia claramente
que los autores de la Pro clama tuvieron a mano el acta de Independencia de
los Estados Unidos, pues llegaron a copiar textualmente algunos párrafos de la
misma.186
Inmediatan1ente después· del hecho político, se formó una Junta

185) Co?ecdón Centenario. t.18, p. 3


186) "'Para gozar de esos derechos se inst1tuyen y forman los gobiernos,
derivando sus ju$tos poderes del consentimiento de los asociados; de donde
se sigue que si el gobierno no corresponde a estos esenciales fines, si lejos de
mirar por la conservación de la sociedad 1 se convierte en opresivo, toca a
las facultades del

119

Provisional de Gobierno com puesta por los propulsores del golpe, los cuales
eran en su mayoría los más altos funciona rios criollos de la anti'.: gua
administración española entre t llos los miembros de Ja Diputació .,,
Provincial, con cuya inclusión se dio el inás fuerte carácter representa ' tivo que
se podía, ya que ellos eran los únicos de elección ciud adana .... nivel nacional.
El regla1nento puso en manos de Ia Junta rovisional lo ''''' pode1es
legislativos y ejecutivos, dándole facultad para levantar ejér citos, crear
impuestos establecer el orden judicial y nombrar jueces ;: así con10 la facultad
de ton1ar todas las medidas conducentes "a consd:b: lidar la independencia y
ponerla al abrigo de todo ataque de enemigoj internos y externos". Se
establecieron ciertas libertades tales com · '
la igualdad de todos los ciudadanos at1te la ley,, la inviolabilidad de f':
propiedad privada, la libertad de prensa la prohibición de allanar los.
domicilios sin mandamiento escrito de un juez, la libertad bajo fianza:· en
materia correccional, - etc.·, todas las cuales. pueden considerarse : como los
derechos más reconocidos en las naciones libres de la époc · ·;: Pero sólo se
consideraban ciudad anos los hon1bres libres, de cualquie color o religión que
fuesen. Esta preconstitución no abolió la esclavitud; grave falta que· de
fnrnediato hizo al nuevo régimen impopular entr¡· . la gente de color y dio
lugar, sin duda, a que la agitación del Gobiernd
de Haitl hallara mayores adeptos pues existía una corriente entre ·é
pueblo, especiahnente entre la gente de color y los esclavos, que pro,:'.
pugnaba por una unión con Haiti; y el mantenimie nto de la esclavitucfü\
en el Estado recién creado favoreció necesariamente esa tendencia.: "··'r·/''
El Reglamento Provisional dispuso mantener en vigor las antiguaá.
leyes de Indias, así como la existente organización municipal y fiscai,i; basta
tanto se dictaran leyes apropiadas. La judicatura se·organizó ai base de una
Corte Superior de Justicia para recibir las apelaciones., y:· como Tribunales de
Primera Instancia en inateria civil y criminal se.'
mantuvo a los Alcaldes Munic"ipales.
Pe10 la independencia ) la soberanía de la nueva República qtie2;; daba gra
ve1ne:ote mutilada por el hecho de que fue intención de Sl('; fundadores) y así
lo expresan en el Acta de Inclependencia y en el Réi!;·
glamento Provisional, que se buscara inmediatamente una alianza con':'
{:

pueblo alterar o abolir su forma y adoptar otra nueva que le parczea más
condttcenté··' a su segu l'idad y futuro bien.En hora buena, que los
gobiernos,fundados de farg·o.., tíenipo, no se cambien por ligerns motivos y
causas transeú ntes. La prudencia, dieta que se sufran los males mientrns
sean soportables; pero cuando tocan en el:'' último ápice, cuando la misma
experiencia demuestra que el designio es reducidQ; :·:
todo a un absoluto despotismo, entonces sería desgrada rse de seres
racionales Y:
libres silos hombres no d-0sechasen en sl lUomento un gollierno diametral
mente: :· contral'ío a los altos fines de su OI'iginari-a institución''.. "

120

·,ia República de Col01nbi a, Hpara entrar a componer uno de los Estados


;_"ae la Unión'', o sea, que se pretendía la anexión del nuevo Estado a la
'."federación de antiguas colonias españolas suramerícanas formada en
-:°1819 llamada la "Gran Colombia'', constituida por lo que son hoy las
;:·'Repúblicas de Venezuela, Colombia1 Ecuador y Panamá.
Las nuevas autoridades pidieron a las de Haití la concertación de
tün Tratado de A1nistad 1 Comercio y Alianza, pero era ya n1uytarde. Los
;: movimie.nto.s pro-haitia noshabían prendido en varias localidad es del
?país, y el Presidente de Haití,.Juan Pedro Boyer encontrando la coyun
::. tura favorable para su sueño de una sola Nación en la Isla invadió con
·: sus tropas a principios de 1322 y las autoridades en Santo Domingo, con
· escasa fuerza defensiva y poco apoyo popular, tuvieron que entrega r
;· la ciuda d al ejército haiti ano el 9 de febrero} con lo cual concluyó este
:' corto período en la historia dominicana iniciándose los 22 años de
,·:, unificación de la Isla Espaliola bajo las leyes de la República de Haití.

1
121

-t 822 - '-1 844

CAPÍTULO XII
El Pe••Íodo Haitiano
En febrero de 1822 se inició un iinportan te periodo en la historia del derecho
dominicano, que podemos denominar período puente entre los siglos
coloniales y la etapa republicana iniciada en 1844.
Durante los 22 años en que la actual República Dominicana es tuvo unida a la
República de Haití, se inh·odujo un sísten1a ju rídico totalmente diferente al
que había regido en las etapas anteríores y este nuevo régimen es
básican1ente el que ha continuado rigiendo desde entonces en l República
Dominicana. De ahí que ese período sea tan importante para el estudio del
derecho dominicano, y por lotanto debe ser expuesto con detalle, pese a su
corta duración.
Para poder comprender bien este perÍodo , resulta necesario pasar revista a la
historia haitiana, desde que esa parte de la isla de Santo Domingo se
independiz6 de Fi·ancia enL.!,...l.l-....
El ·primer gobierno haitíano, el d: Dessalin s, duró escasamente 2 años, y se
distinguió por su inte_rés en m · · er · . lismo sistema 1eco nómico y jurídico
que existió durante la. dominación francesa aunque los nuevos "amos ' fueron
los generales y funcionarios del gobierno, mientras que los antiguos esclavos
se convirtieron en peones asalaria dos de éstos en las grandes plantaciones
agrícolas que pasa ron a manos del Estado. Por supuesto, con la nueva
situación de independencia, se alejó a todo extranjero, principalrnente si era
blanco, del control político y se le prohibió tener tierras.
A lamuertede Dessalines, en octubre de 1806, la unidad de la nueva nación se
destruyó y Haití quedó dividida en dos ,estados; uno en el Norte gobernado
po1 Henri Ci istophe., primero como Presidente y luego como
Rey
con. su capital en Cabo Haitiano) y otro en el Sur, bado Alejandro
Petíón1 quien sostuvo el régimen republicano, con su capital en Puerto
Príncipe. En su interés de mantener la independencia contra Francia, ambos
regímenes fueron iguales pero en su estructura económica no

123

lo fueron. El Reino Haitiano de Cristophe, mantuvo el sistema de I_ grandes


plantaciones agl'icolas, mientras que en la República de Peti& si bien éste
permitió algunos latifundios agrkola que dejó en matf :: de una élite mulata f
entregó la mayor parte de las tierras labrautía.Sf los soldados, desde oficiales
basta clases creando una numerosa elá/, social de mín ifundistas que le
fue altamente leal. Pero como en aqueü' época la riqueza de las islas
antillanas dependía de su exportación \f productos agrícolas, el Imperio de
Cristophe fue eficiente y próspe:é'· aunque brutal1 ya que fue considerable la
exportación de los product" de las grandes plantaciones agrícolas, mientras
que en la República·g:· Petión el erario público fue escasof pero por ser un
régimen de tenencl" de tierras más equitatívo) la estabilidad política fue mayor
y ese régíJn,¿· logró sobrevivir a su creador, no así el de Cristophe, a cuya
n1uerte···¿ 1820, se desintegré totalmente. ., :r''
A la muerte de Petión en 1818 lo sustituye Juan Pablo Boyer, y"-". la nnrerte
violenta de Cristophe en ese mismo año, se reunifica la It:'., pública Haitiana.
Dado el éxito del sistema económico de Petión, Boy decidió inantenexlo en la
parte Sur e hnplanta rlo en el antiguo rei ,·,,, del Norte, dividiendo los grandes
latifundios agrícolas entre militaf'e·
y funcionari.os, unificando no sólo políticamente a la República silr
tantbiéu en el importante aspecto de la tenencia de la tier1·a, /
!····
Pero durante todo el periodo que acabamos de estudiar)" vario-
puntos de indole jurídica deben ser mencionados pues incidieron' e""
la unificación de la Isla en 1822.
Todas las Constituciones haitianas desde la Independencia t pr ' : clamaton
de manera categórica la abolición de la esclavitud. ·.., El carácter
pe1·sonalista de los regímenes) por su parle creó J." tradición de los Jefes
de Estado vitalicios, fueren ellos presidentes reyes o e1nperadores .107 El
justificado temo1·de los haitianos a ser r·§H
conquistados por los franceses o por alguna otra potencia europea e6a
el consiguiente retorno a la esclavitud, los indujo a proclamar enfát · cainente
en sus Constituciones de esa época, la prohibición de que lq··'
blancos tuvi,eran derecho a poseer tierra en Haití.183 ···,·
El problema de la tie1·ra, de tanta importancia para los haitia no . se reflejé en
sus Constituciones.. Haití ha sido ·el primer pa ís del mund·;, que abolió la
esclavitud. El primer país de América donde se verificó d · hecho y sin ninguna
consagración legal un.a auténtica y radical reforn{_
agraria a ratz de la Independencia; 139 y en efecto, la dramática guerr::;

187) Sólo la Constitución d.e 1806, que estuV'o en vigor un-0s meses;
estableció un"·..
presidencia alternativa, con períodos de 4 a.fí.os. ··
188) Art. 12 de la Co197) Ardouin . .Etudes Sur... L. VIII, c. 9, pp. 90-91.

124
TI

b: rta dora culminada en 1804, que fue a la vez luclla de emancipación


- ·\1na raza esclavizada contra una raza y una cultura esclavi.zantes !
;·.ejó profundos traumas entre los haitianos, que sereflejan en su acen
··f·a;do nacionalismo racial, y en un pavor a todo lo que fue1·a extranjero
,:'d·é· raza blanca lo cual se cousagró de manera enfá.tl.ca en sus textos
,:.di'istitucionales . Asimismoi para asegurar la posesión de la tierra en
,_. :hnos de losnacionales las Constitucionesltepublicanas} al tiempo que
/rohibieron a los blancos poseer bienes inmuebles en Haití, procla ma
·JinJa inviolabilidad del derecho de propied ad de los ciudadanos, y el
.''ét,echo de ellos a recibir bienes de la Nación a título de propietarios ,
· é quiso crear un país compuesto de propietarios, haitianos y negros,
··ó'mo garantía contra los enemigos del exterior.
}/' . Ninguna de las potencias europeas había rec onocid o la ind.e
\:·endencia de Haití. Por eso, mientras la parte Este dé la Isla fuera
'·h1onia de una de esas potencias los haitianos se sentían altamente vul
·,(erabf es, temiendo siempre que los franceses tratarían de recapturar
:u antigua colonia, a través de invasiones o conspfracionesfomentadas
ltesde la colonia española de Santo Domingo. Por eso también el suefí.o
.ae los dirigentes haitianos fue unifica 1·Ia Isla entera bajo su gobierno,
.-·y: si eso no se logró hasta 1822 se debió a las continuas crisis poUticas y
. e·conómicas que convulsiona ron y fraccionaron a esa nación desde su
_:independencia en 1804.
:.· Tal era, en resumeni la situación política haitiana en 1822. Estu-
:diemos la situación constitucional.
;. ·:
..

La Constitución ·de 1816


''·· Promulgada a. finales del régimen de Petión, rigió a Haití hasta
. 1843 y por lo tanto fue el texto constitucional aplicado a los dominic a
.·, nos durante 21 de los 22 años de su unión eon los haitianos. Bajo dicha
:,. carta se dictaron las disposiciones legislativas que se aplicaron y se
promulgaron losprhne1·os códigos. Para los dominicanos fue su segunda
·:. Constitución, luego de la Constitución de Cádiz de 1812, que (como se
·o; mencionó en el capítulo anterior) estuvo en vigencia aqui sólo unos 3 años.
Los puntos más notables de esta Constitución se refieren al pro blema racial
que tanto preocupaba a los haitianos. Aparte de decl arar que nunca habría
esclavos en Haití, la Constitución previó que ningii.n blanco podía ser dueño
depropiedades. La ciudadanía haitiana era sólo

189) Manuel Fraga. Iriba rne, prólogo del lihl·o Las Constituciones en Haití ,
por Luis
Mariñas Otero.Madrid: Ediciones Cultura. Hispánica 1968.
.) ;

·!
125

reconocida a los africanos y a los indoamerícanos , aunque se permitió la


calidad de haiti ano a los hmnbres blancos que formaban parte del: ejército o
ejercían funciones públicas. _ · La Constitución procla mó que el territorio
de Haití con1prendí "
toda la Isla.Se declaraba así, clarament'ei la intención deunificarla todá:'}
bajo un solo gobierno. El territorio de Haití quedaba dividido en cuatr(h
departamentos1 Sur Oeste,Artibonito y Norte., pero se dispuso que "los;;;,
den1ásdepartamentos serán designados por una ley"
con lo que se quetí ;
decir}que cuand o incorporaran a la República la parte oriental, seharían:;' de
ella nuevas dívisíones políticas. Los Departa1ne ntos se dividían a su$ vez en
dish·itos ('1arrondisments,.') y éstos en comunes. :):::
La Constitución proclamó los derechos del hombre, resumiéndoló'. en cuatro:
HLa libertad, la igualdad, la seguridad y la propiedad ': Iris';'· cuales fueron
luego explicados y an1pliados. En cuanto a la propiedad·: se proclamó: "Sobre
la conservación de la propiedad reposa el cultiv ' de la tierra, todas las
producciones, tod o el medio del trabajo y todd el orden social,,. Asimismo , se
proclamó que Hla agricultura! primeráN: fuente de la prosperidad de los
Estadosl será protegida y fomentada ; Su aumento y su valor dependen de la
confianza y la justicia que deben "
existir entre el propietario y el trabajador agríeola n. En cuanto a los'
deberes del hombre, estos fueron resumidos en dos grandes principimf; 'No
hagas a otro lo que no quie.ras para ti mismo)) y (¡Haced sien1pre a. ·, prójimo
todo el bien que queráis recibir' . Como libertades públicas se'h; destacan la de
expresión, la tolerancia de cultos (aunque el catolicismO::-.: se mantuvo co1no
religión oficial) y la inviol abilidad del dmnicilio y la::'t libertad contra
persecuciones y prisiones arbitrarias. ··
En cuanto a la forma de gobierno, la Constitución estableció la divi;,: sión delos
tres poderes:legislativol ejecutivo yjudicial. El poder legislativo/ estuvo a cargo
de dos Cámaras: la de Representantes de las Co1nunas y,,''. la del Senado. La
Cámara de Rep1esentantes estuvo compuesta por tres::\
miembros de la Capital dos por cada común cabecera y uno por cad<,I
común 01·dinaria, elegidos todos por cinco años y reelegibles.190 Las elec ,·.·
ciones se celebraba n en las parroquias (sub-división de las comunes)\ bajo la
vigilancia del Comisario (Fiscal) y los notarios de cada lugar.:: Podían votar en
estas elecciones todos los ciudadanos mayores de;¿! edad. Per-0 como la
ciudadanía estuvo circunscrita a los que no fuerati:i;'.t asalariados; se evidencia
que sólo los comerciantes y los propietarios {{ tenían derecho al voto.
Competía a la Cámara de Representantes dé.' las Comunes recibir los
proyectos de ley einanados del Presidente d:-;,
·· -,

190) En 1821hubo 52 comunes ordinarias y 4 cabeceras. Por lo tanto los


Diputados :;
M {

126

a .Rp1blica votar sobre llos, except qu en materia impositiva ía ·:·:·,..,.. . ,


_·,::- "íl uuc1ativa tenia que proveni r de la propia Camara. :' . . -_ .
· ..... , - 1 El Senado estuvo compuesto por 24 1niem bros elegidos por la
Cá ··'..- .:···:.:. ::. :··: r
mara de Representa ntes de las Comunes de ternas sometidas por ei. . <'..
·: , ::...''< 2 '. /
Presidente de la República .. Los Senadores duraban 9 años en sus cargos . ::·
.. :::- ·. :·.-..· :. '">. Las funciones del Senado consistían en aprobar o no los
tratados con · : ·· · ·· otras naciones suscritos por el Ejecutivo, aprobar o
no el presupuesto · .... anual del Gobierno, juzgar al Presidente y otros
funcionarios y proponer
la reforma de la Constitución. Fínaln1ente competía al Senado conocer de las
leyes aprobadas por la Cámara de Representantes de las Comu- nas,
aprobarlas o rechaza rlasi pero s.in poder enmendarlas. En caso de
aprobarlas, las enviaba al Ejecutivo para su prom ulgación.
En cuanto al Poder Ejecutivo, éste era ejercido por un Presiden te vitalicio, con
poderes muy amplios y con capacidad de designar su sucesor. El Presidente
era el Jefe de las Fuerzas Armadas, era quien proponía al Poder Legisl ativo
las leyes (excepto en mteria impositiva, como se señaló), nombraba todos los
funcionarios civiles) municipales y militares y los miembros del Poder
Judicial , dirigía las relaciones internacionales del país y declaraba laguerra,
con sanción del Senado. La Constitución estableció un Poder Judicial
encabezado por el ''Gran Juez" especie de Ministro de Justicia, quien a su vez
presidía un organismo denominado 'Alto Tribunal de Justicia t', cuerpo
temporal, cuya misión era únicamente la de conocer de las acusaciones
aprobadas por el Senado contra el Presidente y otros funcionarios. Pero
ademásl el Gran Juez era quien dirigía administrativamente la justieia y quien
decidía sobre interpretación deleyes o sentencias. Era designado por el
Ejecutivo.
El Capítulo de las Fuerzas Armadas declaraba que ellas ''eran
esencialn1ente obedientes y no podían nunca de1iberarn.i91

El Gobierno
Ji
I
El Poder Ejecutivo estuvo encabezado por un Presidente de la
República, que en la Constitución de 1816 era vitalicio. Se estableció que
elpropio mandatario designara su sucesor, consignando su non1bre en una
carta cerrada que se guardaría en un cofre con dos llaves, una la tendría el
propio Presidente y l a otra el Presidente del Senado. El Presidente a su
albed1·ío podía cambiar al heredero. A la muerte del Presidente 1 el
Presidente del Senado abriría el cofre y hal'Ía público

191) Este concepto se ha venido copiando en todas las Constituciones


haitianas y en
las dominicanas de$de l& de 1844.

127

::_.::
el nombre del sucesor, pero el Senado podía aeogerlo. o no y si lo re ' chazaba
competía al propio Senado designar al nuevo Presjdente. Esté siste1na no se
llegó a uti lizar mientras los dominica nos y los haitian mf estuvieron unidos, ya
que Boyer fue destituido por un golpe de Esta d6- en 1843 y la Constitu.ción
de 1816 fue abolida. El sucesor, Herard, fte
designado por una Junta Provisiona l. ,'.,.:
Bajo el Presidentet la Admínisb·ación Pública quedaba dirigida po.r
tres altos funcionarios: El Secretario de Estado, el Secretario Genera · y el
Gran Juez. Las funciones de los tres aparecen en una Ley del 2.2 dé. marzo
de 1819. El Secretario de Estado era el encargado de las finanzas' y de la
recolección de impuestos y tenía bajo su control los bienes na/ cionales. El
Secretario General era qtrien contra-firtnaba todos los acto",S;,
y decretos presidenciales y les ponía el sello de la República. Todala];t;.
correspondencia) órdenes y proclamas presidenciales se hada n por su¿s
vía, y a través suyo los funcionarios se comunica ban con el Presidente":-- El
Gran Juez tenía a su cargo la supervisión detodos los tribunales
Respondía de la fiel ejecución de las leyBs y de que fueran aplicad·a
correctamenteJ dando directrices o interpretaciones de las mismas'
Conservaba los archivos públicos y legalizaba los docun1entos que
para el extranjero. ..,.. '.
·Hasta 1822192 el territorio haitiano estuvo dividido en cuatro·: .
departam.entos (Sur Oeste, Artibon ito y Norte) los cuales a su vez sé:>
dividieron en veinte distritos llamados "arrondisments'' y estos e.n. ..,?:,:
56 comunes. Cada una de estas divisiones estuvo administrada por:::
jefes militares llamad os Con1andantes, designados por el Presidente 2Y
Cuando se incorporó la parte oriental de la Isla en 1822, se crearon do·
departa1n.entos más, el del Ozama y el del Cibao y estos a su vez se ctt3,
vidieron en 14 con1unes.rn3 A los pocos días de la ocupación de la parte/''.
Este1 Boyer dictó un decreto disponiend o elecciones en esa porción dé:t:; la
Isla, para escoger los quince diputados de las comunes orientale·s::.:'._ ante la
Cámara de Representantes. Las eleccionés tuvieron lugar en<_ tre 1narzo 1y
10 de 1822, y los ciudadanos elegidos se incorporaron af ': Congreso Haitiano
en Puerto Príncipe cuando la legislatura ordinari -- se inició en agosto,
resultando uno de los representantes dominicanos, _:; José María Canünero
elegido prin1ero como Secretario y luego com&:J: Presidente de la
Cámara.19' , ·\
Los Comandantes milita res de las con1unes, por órdenes de Boyel";;;·:
empezaron la reorganización de la parte dominicana, cambiando loS.H
.,p_, ,
.::.:
·:
193) Ver Ley de División ·re1ritoriaJ del 17 de och1bre de 1821.
193) Ver Ai-dotün. Etud es Sm.. t. IV c. 9, p. 36. .
194) Ver Mensaje de la Cániara de Representantes al Piiebw, 22 Sept. 1822.
Listant Pradine:-
T. Ill, p.485. Lrm et -A..cts de Govern..rnent D)Haiti, y Ai·douin, Etudes Sur... p.
39.

128
. ombres a los organismos para arn1onizados con los establecidos por Jás
leyes y la Constitución. Así, los Ayuntainientos se viníeron a denomi nar
Consejos de Nota bles, las milicias criollas de la época española se
'.'convirtieron en dos regimientos del ejército regular haitiano) bajo los
·· ümeros 31y 32 y e·n el Cibao se creó otro regimiento bajo el No. 33.195
··.. > En poco tiempo y sin grandes tropiezos logró Boye1·organizar ad
'ministrativamen te la parte del Este. Menos fácH le resultó adaptar a Tos
dominica nos al n uevo sistema legal haitiano; basado en la trad ición jurí.dica
francesa, y en materia de la propiedad de la tierra, como se
:.vei·á, nunca se consiguió armonizar eI ancestral siste1na español con
·::la legislación franco-haitiana.

La Justicia

:: El sistema judicial vigente durante los 22 años del período haitiano


:·tuvo sus bases en la propia Constitución (Arts; 168 a 210) así 1corno en dos
:_:·_leyes principales de Organización de los Tribunales}una del 24 de agosto
\ie 1808y otra del 15 demayo de 1819 que sustituyó mucho de la primera.
,. .
Quedó establecido un sistema compuesto por los Juzgados de Paz,
_.,·' los Tribunales Civil.es y el Tribunal de Casación. No existieron las Cor-
, ;: tes de Apelación. Tanto la Constitución (Art. 178) como la Ley de 1319
;: (Art. 4) autorizaron a que los conflictos civiles fueran puestos por las
/ partes en manos de árbitros escogidos por ellas, pudiéndose renunciar
< al derecho de recurrir contra las decisiones de los mismos.
·' Los Jueces de Paz. Se fijó un juez de paz por cada común, designa- dos
por el Presidente de la República, pero con dos suplentes cada uno escogido
por los ciudadanos de la común. Cada Juzgado de Paz tendrí a también su
Secretario.La competencia delos Juzgados dePaz abarcaba
t tanto la materia civil como la penal. Así, fue de la con1petencia civil de
los .Juzgados de Paz: 1) Conocer de todos los asuntos personales, mobi
liarios y comerciales sin apelación si envolvían sumas menores de 50 l
gourdes y con cargo a apelación si la suma envuelta era superior a 50 ¡
gourdes pero no pasaba delos 100 gourdes (sobre 100 gourdes competía a los
tribunales civiles); 2) ·conocer con cargo a apelación de las .recla maciones
por daños en los campos remoción de bornes, violaciones de propiedad y
otras acciones posesorias, así e.orno las demandas recla
mando indemnizaciones hechas por los locatarios e inquilinos contra 'i
los dueños que les estorben el goce del inn1ueble arrendado; 3) Juzgar {
¡
¡
:j
195) Decreto de Boyer fechado en La Vega el 12 de marzo, 1S22 (Listant
Pradine. Lois et
Acts... T. III, p. 46D.

129 !
ir

las acciones en i·eparacio:n es locativas; 4) Collocer de las demandas e-ri


cobro de salarios intentadas por los jornaleros contra sus patronos. E: ,,
matBria penal, los ju eces de paz conocían de las contravenciones rf'·'
simple policía y de las injurias vías de hecho que no conllevara n pen··-':
erüninal. Como se ve, las funciones judiciales que correspondía n a Jo ::
jueces de paz se asemejan mucho a las que tienen esos mismos jtJeees en el
Código de Procedimiento Civil francés y del dominica no actual que es
traducción de aquél. Lo que ocurría es que la Ley de Organi'..'.;' zación de los
Tribunales de 1819 contenía muchos de los mecanismo :;
jurisdicciona les del Código de Procedimi ento Civil francés de 1806. '<..
Pero además de sus funciones puramente judiciaJ res
los Jue"Ce·,·.
de Paz estuvieron apo.dera dos de n1uchos asuntos de mndole adminiÍ trativa
y asimismo fungían corno conciliadores. Entre las primera-··. estaban aprobar
las tutelas, c-0nsejos de familia, asuntos de menote' y de ausentes y fijación de
sellos. ·:_.:.·: Como las principales funciones pol"íticas y adnunisfrativas delas
co;'
munes estnvieron a cargo de los cmnandantes de distrito
los que siempt
eran altos militaresl se hizo necesario que muchas funciones c_iviles qu ·' en
otras circunstaneias recaei·ían en los gobernadorest municipios, etc!'.· fueran
ejercidaspor la única autoridad civil en las comunes: losjueces d" ·_·
paz. Así, éstos fueran apoderados de fijar las pesas y medidas dentro de t.
,comítn, de fijar los precios de los alhnentos ilendidos en los sitiospúblicó_S.· y
vigilar que tales precios no fueran alterados; se Ies encargó la vigilancf :·,' del
mantenimiento &e los caminosvecinales 1 canales 9eriegoy otras obra · de
agua. Bajo e.l Código Rura promulgado en 1826 los jueces depaz fueron
abrumados demuchas funciones tales como dirimir las dificultades entre:
propietarios capataces y empleados agrkolas o .aparceros; debían regi i·
trar todos los traspasos de derechos depropiedad de tierras rurales en f ")
común; debían amonestar a todo hombre encontrado sin un trabajo fijn f.
tenerlo preso hasta tanto un patrono decidiera: empl earlo así como otr· · ,_.
funciones de índole judicial referentes al castigo de las infracciones de
Código.Estas atribuciones delosjueces depaz en la aplicación del Códig°'
Ru1·al fueron &-uprimidas en 1839 cuando los Comandantes militares de la .e
comunes fueron encargados de la aplicación del controvertido Código} . Cotno
conciliadores, los jueces de paz quedaban facultados para:. tratar de conciliar
todo asunto susceptible de transacción . Este prO./' cedilniento conciliatorio era
obligatorio según el Art. 182 de la Cofü(
tituc1ón, lo que implica que el preliminar de concili ación obUgatori

196) El Código Rural de 1.826 será estud iado en. la sección refet1ente al
Derecho dX
Propiedad durante el pe.tíodo haitiano .

130

del Código de Procedimiento Civil francés estuvo constituciona hnente


establecido en Haití.
Otros puntos referentes a los juzgados de paz eran que estaba prohibido el
ministerio de abogados ante esos tribunal es y que en todo asunto que
implicare una indemnización, los jueces de paz debían asesora rse de
expertos.
Los tribunales civiles. Eran realn1ente el equivalente de los tri bunales d.e
prilnera instancia > y su no1nbre se pt esta a confusión) pues no sólo conocían
de asuntos civiles sino también de los criminales. La ey de 1819 estableció 6
tribunales de este tipo para la República de Haití. Cuando se incorporó la parte
española, se crearon 2 tribunal es civiles más, uno en Santo Domingo, que
abarcaba todo el departamento del úzama y otro con sede en Santiago cuya
jurisdicción comprendía el departamento del Cíbao.
Cada tribunal civil estuvo co1npuesto por 5 magistrados uno lla mado Juez
Decano y cuatro Jueces Titulares. Asilnismo cada tribunal tenía cuatro jueces
suplentes honoríficos, cuya misión era sustituir a los jueces titulares en caso
de ausencia o enfermedad. Ante cada b,i bunal había un Ha111ado
HComisario del Gobierno,,, representante del nünisterio :público y su sustituto.
Ta1nbién había un Secretario y un Alguacil de Estrados.
En mate.ria civil competía a los ttibunales civiles conocer en Pri mera Instanci a
de todos los litigios civiles, mobili arios, comerciales o de derecho inarítimo.
Asimismo co11ocían de las apelaciones contra las ·sentencias de los
J'i1zgados de Paz cuando tales recursos estaban permitidos según la cuantía
del litigio, es decir, de apelaciones contra sentencias que involucraba n
asuntos por encin1a de los 100 gourdes. De esto resulta ba que en materia
civil ordinaria, comercial o de de recho marítimo, si el asunto se iniciaba en el
propio tribunal civil, al no existir el recu1·so de apelacíón, la sentencia se daba
en primera y única instancia. El recurso de apelación no estuvo abierto, bajo la
ley de 1819, a las sentencias de los tribunales civiles. Este era un grave
defecto del régimen judicial haitiano de la época. La Ley de 1819, por su
Artículo 2 del Título IV1 expresa1nente dispuso la abolición del recu rso de
apelación que había existido bajo la ley de organización judicíal de 1808.Se
quiso justificar la abolición del recurso de apelación
aduciendo que como los tribunales civilestenían 5jueces, éstos darían 1
sentencias razonables y con un tninimo de peligro de error judicial o de t ¡
corrupción; y que además en un país como Haití, no había suficientes ¡
r
197) Ardouin
Etudes Stu:..L. VIIIJ e, 9, pp. 91}..91.
;t1
¡
!
131 f
tt

jueces capaces de establecer otro tribunal colegiado, amén del excesiv costo
en sueldos que ello significaría para el Estado.un .
En los juicios civiles) el tribunal debía estar compuesto del Jue
Decano y de dos jueces ordinarios.
En cuanto a la 1nateria penal, estos tribunales conocían de todo los asuntos
criminales, sín excepción requiriénd ose sie1npre la pré:-· sencia del
Comisario del Gobierno o de su sustituto y la asistencia d , todos los jueces.
Una última función de los tribunales civiles fue la de conocer d los envíos
hechos por el Tribunal de Casación, de las sentencias casadas por és·te,
provenien tes .de otro tribunal. "
Quedaron exceptuados de la jurisd icción de los tribunales civiles:
los delitos militares) salvo que estos hubieren sido cometidos contra personas
civiles o con cómplices civiles. En juícíos de "almirantazgo' -" el tribunal
competente era el Tribunal Civil de Puerto Princípe.198 =:_>f
Boyer estableció la política de emplear a do1ninica noslo m.ás qü''·
pudo para ocupa r los cargos civiles (adnlinistrativos y judiciales) e -
la parte Este. Así ve1nos que todos los jueces de paz, así como los do ··
jueces de los tribunales civiles fueron domiuicanosl muchos de ello·
abogados y m·agistrados del período colonial español.199
El Tribunal ·de Casación. Como tribunal supremo, con ju risdicción sobre toda
la República, existió el Tribunal de Casación con asiento éii Port-a u-Prince) y
compuesto por un Juez Decano y 6jueces titulares, corf sus suplentes
respectivos. Había un Comisario o fiscal con su sustituto ·
un Secretario y un Alguacil .. Los jueces de este alto tribunal no podía:·:. ser
suspendidos ni sustituidos sino por disposición del Alto Tribunar de Justic ia,
sobre acusación hecha poi·el Senado. , Eran atribuciones del Tribunal de
Casación: a) conocer de las acu:< saciones contra los juec es de los tribunales
inferiores· b) conocer de los" recursos elevados contra los jueees inferiores
por exceso de poder c).'. conocer de los recursos de casación contra las
sentencias dadas por los, Jueces Civiles en rnateria civil, comercial y criminal;
d) decidir sobr ,,,, conflictos de ju risdicción entre diversos tribunales; e)
conocer sobre ale"''. gatos de incompetencia pl'esentados conti a los juec es
de paz.. Cualquiéti
;;.

198) Los casos de uAl mirantazgon en el del'echo franco-haitiano eran los


delitos de·
}J Ü'atería, contraba ndo, el:c. Ver: Sentencia del Tribuna] de Casación del 22
de jun iCf de 1824. nsentencias penales de la época haitiana )', Boletin deL
Archivo General dé. ia Nru,":-ión (80):42; correspondía también a esta
denominación los asuntos sobre' averías, nacionalidad ele las naves1
embargos marítimos, etc. (Ver Ley de rrarifas-_. Judiciales del 15· de
septiembre de 1813). ·1
199) Ver E. Rodrigllez Democizi, J...as ínvasiones Hait-ianas. 1801-1805-
1822. Santo Domingo:,:
Ed. El Caribe 1955, pp. 322 y 329. -,;.;

132
'l!

¡-::' recurso en materia civil elevado ante el Tribunal de Casación debía ser
.'. .. precedido de la prestación de una fianza de 25 gourdes·. Para el conoci
miento de los recursos debían estar presentes por lo nienos el Decano y
. 5 jueces, además del Comisario. El Decano designaba a uno de los otros
jueces para que hiciera un informe sobre el caso, que era smnetido al tribunal
en pleno, quien acogía o rechazaba el recurso. Sí el recurso era
.acog.ido la sentencia era casada y el asunto enviado al tribunal civil más
próximo al que dictó la sentencia casada.. Igual que bajo el sistema actual, el
tribunal de casación no conocía del fondo .del caso sino sobre si en el Htigio
hubo o no correcta aplicación de la ley o de los procedimiento s judiciales . Se
estableció también que ninguna sentencia dictada por un juez de paz con
cargo a apelación, pod1·ia pasar al Tribunal de Casación sin antes ser
conocido en apelación por un Juez Civil.
Del Ministeiio Público. Los fiscales eran denominados "Comisarios
del Gobierno'' y había uno para ca.da tribunal civil y para Ja Corte de
Casación, todos subordinados al Gran Juez. En los juzgados de paz no
había u n Comisario permanente, sino que cuando la materia requería 1
¡
un dictamen tiscall se apelaba a la opinión del notario inás antiguo de
la común.
Los Comisarios asum.ían la defensa de la sociedad llevando la 1
acusación en todos los asuntos penales pero ade111ás debían opinar en r]
lasmaterias civiles y comerciales donde eI Estado tuviera algun interés..
Competía asin1i.s1no a ellos la ejecución de las sentencias dadas por los
tribunales ante los cuales estaban acreditados.
Los abogados. El ministeri o de abogado era s6lo permitido en los ribunales
civiles, siendo expresamente prohibido a ellos litigar ante los juzgados de paz y
el tribunal de casación aunque en estos últimos podían a1npliar por escrito las
conclusiones presentadas por sus clien tes. No había lhnite al nít mero de
abogados en cada común y no se exigió requisito para ser "defensor público
'.20º
Los Oficiales de Estado Civil. La legislación haitiana siguiendo el
nuevo sistema francés de quitar a la Iglesia el i·egistro dé los actos del 1
estado civil, decretó el establecimiento de un oficial de éstos para cada
común aunque para Port-au-Prince y las capitales del Departamento se 1
caciones de residencia, l
fijó el número de dos. Sus funciones fueton constatar los nachnientos,
muertes, matrimonios y divorcios de los ciudadanos y expedir certifi

Los Notarios. Eran designados por el Gran Juez luego dese1·aproba


dos en un examen por una comisión de tres colegas, y estaban limitados

200) Una disposición del Tribu nal de Casación del 5 de agosto de 1819 les
ord.enó
abstenerse de llamarse 'abog.ados1 a los defensores públicos. 1
'
133

a seis pata la capital de la Repúb lica, cuatro por cada co1nún cabecera · y
dos para cada una de las otras co111unes. Estaban bajo la supervisión ;? de
los tribunal es y debían enviar al Gran Juez copia de todos los actos}'.
traslativos de propiedad in1nobilia1·, y cada 3 meses debían someter sut:i
protocolos al examen del Cotnisario del Gobierno. Los honorarios
los Notari os podían cob1ar estaban sometidos a una tarifa prom ulgadcl1f
el 15 de septie1nbre de 1813. _; ;
1

Modificaciones de 1826

Al cuarto año de haber ocurri do la unificación de las.dos par tes de'.:,; la Isla,
Boyer dictó una nueva Ley de Organización Judicial de fecha;,: 9 de febrero de
1826, que aportó numerosas n1odificaciones al 1égi111en:IC existente hasta
entonces y el cual ha sido resumido en lo que va delL'
presente capítulo. Esta nueva ley se dictó en el mismo al1o en que se<!
promulgan los primel'OS Códigos haitianos y una de sus finalidades fue:S
ponerla en armonía eón ellos. ·. u\·,
La nueva ley de Organizaci ón Judici al produjo las siguienhú;'.sl
lnodificacio11es al siste111a vigente: En los juzgados de paz, habría en··;':_ lo
adelante 3 suplentes en vez de dos1 pero se estableció que si en sus<
funciones de conciliadot'es los jueces de paz no lograban arm.onizar {;:i.
las pa1tes, eJ asunto debía necesariamente llevarse ante árbitros. Este:·,_,:
arbitraje obligatorio) existente y.a bajo la anterior legislación, fue forta lecido en
la de 1826 al hacer el arbitraje un recurso contra las sentencias<·· deno
conciliación ante losjueces de paz.O sea, que en l'ealidad se creó;,-:,. un
recurso nuevo; ya que entre los jueces de paz y los jueces civiles s"e:..;
estableció el recurso arbih'at para todo litigio susceptible de transac7-:o; ción1
y la decisión arbitral era susceptible de ser a su vez recurrida·; ', ante los
Tribunales Civiles. De hecho esta nueva n1odalidad lo que hizo:;:,'\· fue crear
el recurso de apelación bajo otro nombre y a cargo de jueces ::L,; designados
por las partes; pero cou posibilidad de un tercer gr·ado dX; jurisdicción (los
Tribunales Civiles) y la posibilidad final del recurso,;(_;< de casación.201 Bajo
esta nueva ley los Tribunales Civiles conservaron .·:;: todas sus facultades,
excepto que les fue quitada la materia comercial/':-_

201) ·El sistema dearbitraje obligat01·io parece queno dioresultado, puesto


que fuederogado .i;, en 1835poruna ley del 9 deju nio,}'en consonancia con
susupresión_por el nnevo Código ,;',: de PrQcedimiento Civil del mismo año.
ER la exposición de motivos ante el Congreso;.·: ,, Boyer explicaba que el
sistema arbitral debía ser facultativo y no obligatorio para las <" prtes, ya que la
práctica hahía demostrado ser una traba para la pronta decisión de · los
asuntos litigiosos <Ver Listant Pl'adinde. Lois et Acts... V. VI, J-1. 204). ·
202J La ley de organizadón judicial de 1835 abolió los tribunales de comei·cio
devol-·.

134

q'.lre se entregó entonces. a los tribunales de comercio creados por el Código


de Procedimiento Civil del mismo año 1826 y estableciéndose uno de esos
tribunales en Santo Donüngo con jurisdicción para toda la parte
don1inieana.2ro
Al Tribunal de Casación la ley de 1826 le quitó todas las funciones que no
fueran la de casar las sentencias en última instancia . Como se señaló más
arriba, la ley de 1819 había otorgado a este tribunal fun ciones de juzgar sobre
conflictos de j·urisdicción y de las acusaciones contra jueces ade111ás de su
función de conocer de los recursos contra las sentencias dictadas con vicios de
forma o de fondo. La nueva ley de 1826 delimito al Tr_ibunal de Casación la
función de conocer de los recursos de casación por vicio de fonna, ex.ceso de
poder, violación a las leyes; falsa aplicación o falsa interpretación de las
mismas y frau de descubierto por una de ·1as partes -con 1notivo de una
sentencia en última instancia. El sistema de envio a otro tribunal de toda
sentencia
casada fue mantenido, sólo que no se limitó al envío ante el tribunal ih
más próxin10, sino a cualq1Jier otro de la mísn1a categoría. ¡
La nueva ley de 1326 111antuvo vigentes, en términos generales
las otras disposiciones más importantes de la ley del 1819 exepto las ya
citadas.

La Legislación Haitiana -Los Códigos

El año en que Haití se independizó de Francia 1804, es el mismo


año en que en este últímo país se prom ulgó el primero de los grandes ,1
códigos napoleónicos el Civil. Por eso dichos códigos no se llegaron a
.; :
aplicar en la colonia francesa de St. Domingue y cuando ésta se inde pendizó y
se convirtió en la Repú blica de Haití, nació sin herencia de codificación y sin
legislación propia.
Los años inmediatos a la independencia fueron tan turbulentos que no se logró
dictar ninguna legislación de carácter general ni tnuch-0 n1enos un.a
codificación . En .materia eivi1, penal y procedilnental se· aplicaron las
ordenanzas francesas del antiguo régimen.
En 1816, en las postrimerías del gobierno de Petión, éste dictó un Decreto:w3
en el que ordenó que se aplica ran en la República las dis posiciones del
Código Napoleón en todos los asuntos legales en los que

',]
Ir

,1
1

viendo a los tribunales civHes La facultad de. conocer de ·los litigios en materia
comercial, pero aplicando en estos casos el Código de Comercio, sistema que
es el que prevalece en la Repú.bUca Dom1nicana actualmente.
2.03) Llstaut Pradine,L-Oü; et Aet-s.,. T. lll, p. 353.Esta obra. es la Colección.d
e /,ey es haifc.anas y cuando citamos una ley, decreto o disposición, pueden
e:11con:trarse sus textos en el Tomo correspondiente.

,.&·e Las ordenanzas del antiguo régimen, pero aplicaron las atenuaciones
;,y]as modificaciones que convenían a los intereses de la nueva clase
dominante> ávida de tomar el poder político y económi co que habf a
..:.afrebatado a la nobleza. Cuando se calmaron las aguas de la revolución ,
!!lcf.que quedó en pie fue un sistema jurídico que coronó la hegemonía
'dela burgu esía, equilibrando los conceptos modernos con los feudales.
·En cuanto a sus fuentes., los códigos napoleónicos to1naron tanto del
;·derecho romano co1uo del derecho consuetud inario francés, algo del
".canónico y, por supuesto, los principios niveladores de la revolución,
!(que puso fin a los privílegios de la antigua nobleza y del clero.
e· Pero no puede decirse que los códigos napoleónicos fueran lo más
·;:;;':·conveniente para la nueva. república de Haití, pues allí no existió una
'..:·clase media poderosa que se pudi era beneficiar de la nueva legislación.
--,· Haití estuvo compuesto, en los primeros decenios del Siglo XIX, de una
.. ..:· clase alta, casi toda mulata, aliada a unos pocos extranjeros blancos que
.:. dominaban el comercio exterior, y de una enorn1e n1asa de labradores
,": y soldados qu,e componían la clase baja. Si los haitianos adoptaron los
.;.·códigos napoleónicos se debió a la admiración que sus líderes sentían
·i por la revoluc ión fran cesa y por no tener otro ejemplo que imitar.
·'Pero en una sociedad precapitalista, sin clase burguesa , dedicada casi
. exclusivamente a la agricultura de subsistencia 1 los códigos franceses
resulta ban ser un ropaje inapropiado.
Lo anterior se pone de mani:nesto al conocerse la vida jurídica durante el
período haitiano. El andami aje judicial que se expone en la
"' Constitución, en los códigos, en las leyes de organización de los tribuna
:- les1 etc.i no responde totalrnente a la realidad. De hecho Haití era una
dictadura militar) sometida a la voluntad de Boyer, secund ado por los
. comandantes n1ilitares de los "arrondism·ents".Un viajero de la época
describe al gobierno haitiano como "una mona rquía republicana sos- tenida
por las bayonetas" .200 Este autor sigue diciendo: "No poseyendo el poder
judicial del país la reputación suficient para asegurar que se respeten sus
decisiones; la interpretación final de las leyes es sien1pre
referida al Presidente personalm ente
quien se convierte en Juez de la
intención y operación de las leyes hechas por su propia legislatura, y él
modifica la naturaleza de la ley para ajustarse a lo que considera será de
beneficio público. El carácter honesto y probo del Presidente hace que estas
enorn1es prerrogativas sean generalmente conducentes al bien común".m El
país estuvo aden1ás sometido a una fuerte injerencia

206) J·. Brown. History and P1esent Condition aj Santo Domingo.


P11iladelphia: 1837. T. 11
p. 258.
207) 1bid.. p. 265.

1.37
<-:):.
de los jefes. militares,. por la existencia de un pod eroso ejército, que eéfüi au
tor señalado calcula en 40,000 hombres1 La ignorancia de la mayorí de la
población y la poca raigambre de u1 orden constitucional, hiciero.nf que el
régimen que nos pintan la constituci ón, los códigos y las leyes-,:.;:;
no fuera una democracia, sino más bien una dictadura benigna, bien '.1
intencionada , pero centrali zante y no so1netida a control o responsabi;-
lidades. Todo esto se refleja en una falta de independencia del podet 1:' judicial
.Y en una atrofiada vida jurídica, no exenta de conupci6n .. --';-

Régimen Provincial y I\lunicipal

Como se esbozó más arriba, bajo el sistem a legal haitiano, lá{: Isla estuvo
dividida en D-epa.rtamentos., Distritos ("Arrondismentsn) y;;., Comunes, /".):
Los Departamentos fueron inicialmente cuatro (Norte, Sur, Oeste:;. '' y
Artibonito) y al incorporarse la parte don1inicana en 1822 se agrega:·:·,''.. ron
el del Ozama y el del Cibao. Los departan1entos fueron divisiones·:;)·
geográficas y no políticas, no existiendo régimen legal para ellos. .<1;-;. La
mayor división política fue la de los BArrondisments", qué:;'1:
eran reunion'és de dos o más comunes. Hubo 20 "Arrondisments" bajo.;}
la ley del 17 de octubre de 1821. Para la parte Este se establecieron 4:;:.:
"arrondisn1ents", dos dentro del Departamento Ozama (Azua y SantoT'
Donüngo) y dos dentro del Departamento Cibao (Santiago y Puerto Plata)•.:y,
Estos j'arrondis 1nentsn estuvieron dirigidos por Jefes militaresdesignadol:k·
por el Presidente y no contaban con autonomía alguna. Las funciones
delos:''.··. jefes fueron las de hacer cun1plir las leyes dentro de sus
demarcaciones >:{}:: inspecciones delos cultivos, asegurándose que no
hubiera ganados sueltos.,:·.:; ni trabajadores ociosos, repo1·taban al
Presidente los sucesos y junto cori.J) otros funcionarios locales hacían
recomendaciones al Ejecutivo. .. ,.
El núcleo municipal haitiano fue la Común.Antes de la unificacióu ';'.j'. de 1822
Haití estuvo dividido en 52 comunes. AJ incorpora rse la parte:?;:.,".;
donün1cana j se crearon 14 comunes más.200 '°··'·' El régin1en municipal fue
bastante diferente al que existió bajo la.-< · colonia española . Estuvo regido
inicialmente Jor una ley del 2 de agosto'·:,::{: de 1820, modificada en 1822 y en
1835.El 01·ganismo rector de las co.munes·:j·J

208) Las comunes dominicanas fueron Santo Domi ngo, Azua Las Tu.fatas
de Fai·fán. San . Juan de la Maguana, Neyba 1 Bani, Seybo) Higüey, Samaná,
Cotui, La Vega, Santiago;" Puedo Plata y Montecristi. .
209) La ley 1835 redujo su término a dos afios, aumentando el número de
miembros deL :> Consejo para las comunes de Santo Dmoingo y Santiago a 5.
Se recorda1·á que el '''T nombre uconsejo de Notable-s'' había existido durante
el pedodo de J a ocupación. ·,
francesa (1801-1009).

138

era el 'Consejo de Notables", compuesto por 6 miem bros en Puerto Príncipe,


cuatro para las comunes cabeceras de Arrond"ismentsJ' y tres para las otras
comuneB.
No había elección directa de los n1iembros del Consejo de No tables, sino
que eran designados cada 5 años por el Presidente209 de listas
sometidas por un comité formado por el Comandante Militar de la Común, el
Juez de Paz, el Agente de Aduanas, el Agente de Finanzas, el Oficial del
Estado Civil y el Comisario del Gobierno. Estas listas s.e sometían con la
recomendación del Jefe Militar del j¡Arrondisments j' y tenían tres nombl'es
para cada cargo, escogiendo el Presidente de entre eilos. Como se ve, puesto
que quie11es sometían los nombres y hacían las recomendaciones eran todos
funcionarios guberna mentales designados por el propio Presidente, se estaba
seguro que los elegidos serían todos personas adictas al ré_gin1en. Entre los
Natables se elegía un Decano que fungía con10 Presidente del Consejo.
Las funciones del Consejo de Natables fueron; a) preparar las listas de
contribuyentes · b) tasar, junto al Juez de Paz, el precio de los com,estibles
vendidos en los mercados; e) administrar los bienes e ingresos eclesiásticos,
designando a los n1ayordom.os y sacristanes, así como vigilar que el culto
religioso se llevara a cabo según los ritos y usos; d) eniar anualmente al
Presidente una lista de los nacimientos y las 1nuertes acaecidos en la común;
e) preparar el censo de población de la común; fJ recibir las declaraciones para
fines d el impuesto de patentes e impuestos locativos. La ley de 1835 agregó a
estas funciones
Jas de subastar los proventos munici).Jales que eran las carnicerías y 1
los ee-menterios y verificar la exactitud de las pesas y medidas en el t
. ' ¡
expendio de alimentos.
Las comunes haitianas tenían ingresos provenientes de ciertos impuestos y
tasas que estaban autorizados a establecer. Estos eran: a) impuestos y
concesiones por arrhno1cementerios, carnicerías, pulperías y mercad os
públicos; b) peajes en los caminos, barcas y puentes den tro del municipio; e)
las limosnas y rentas percibidas por las iglesias;
d) concesiones .fluviales, de anclaje y carenaje; e) arrendamientos y ventas de
inmuebles municipales; f) las Jnultas de simple policía im
puestas por los jueces de paz. Con esos fondos los municipios cubrían sus
gastos) entre· los cuales se·incluian los sueldos de empJ.eados mu
dentro del municipio, las repca1·aciones de edificios públicos, iglesias '¡
nicipales , de los curas, sacristanes y otros eclesiásticos las e.scuefas

y casas curiales; mantenimiento de hospicios y de una imprenta muni r


cipal. Los municipios tuvieron facultad para concertar préstamos; los
cuales debían paga1·de los ingresos norm ales o mediante la creación ¡
de in1puestos especiales. i

139 !

Al igual que durante el período que fuimos colon ia española: . que en la


actualidad, los nntnicipios del periodo haitiano fueron p1o'.: pie-tarios de
tierras. La legislación haitiana no derogó el sisteina el':·: bienes del dominio
püblico y del dominio privado municipal y no toé·· los ejidos n1unicipales que
poseían las comunes de la parte dmninicana'
Durante el transc urso de los 22 años del período haitian o de historia d
01ninicana , varías otras ciudades alcanzaron la coudicióll" dé munici pio. Ya
para 1843, cuando tomó el mando el inovimien to de L· '
:Reforma que derrocó a Boyer, las villas de Bayaguana San José de .La··
Matas San Francisco de lVf aeol'Ís, Moca, San Cristóbal Monte Plata. Daja bón
y Los Llanos .eran también municipios,210 además de los t. enun1erados...:'.

Las Finanzas y lGs Impuestos


Co1no se dijo, el funcionario a cuyo cargo quedaba todo lo rela:· tivo a los
ingresos y egresos de lEsta do era el Secretario de Estado.. La iniciativa en el
establecinüento de ünpuestos era de competen cia
exclusiva deºla Cámara de Representantes, el único caso en qtie-D:
según la Constitución de 13161. los proyectos de leyes no eran presen>f
tactos por el Poder Eje cutivo. Para controlar, verificar y reglam enta'f;:. los
ingresos y gastos públi cos se estableci ó, a partir de 1823, una'. Cámara de
Cuentas. ·,; <
Los ingresos fiscales durante el período haitiano provenian princP·t[
palmente de los aranceles de aduanal es decir) derechos de importación Ú
_
y exportaci ón. Se calcula que alrededor de la m itad de esos ingreso''.\.·
provenían de las aduanas.211 Otros impuestos fueron los de patente·$·§
co1nerciales, papel sellad-0, impuestos sobre el valor locativo de los ii1:'.'.)
muebles e impuesto de arrhno portuario. En 1827 y 1828 se establecieron:··
impuestos di.rectos para recaudar las enormes sumas que el gobierriq haitiano
se había compJ"ometido a pagar a Francia como compensaeióii.'.'
por los daños causados a los antiguos colonos fra11ceses durante 1a_ ·;
guerras de independencia, indemnización que fue exigida por Francia?r
como condición para el reconocimiento de la índependencía de Haitt'.> Los
egresos del fisco se dedicaban primordialmente al mantenf{\ miento de las
fuerzas militares, a las que se asignaba alrededor del 55%.;., de los gastos
públicos. El servicio de la deuda francesa copaba un 20%;·:::
• _-.¡".·
:;_

210) VeT Ley de Divisíón Territorial del 11de julio de 1843.


211) J. Candier. Brief Notes on Haiti. Londres:1842. p.. 119.
212) Ibid. P. 120.

140
ti

mientras que los servicios administrativos recibían el 23%. Sólo el 2o/o t


estante iba a ob1·as públicas,. salud} etc.212 De lo anterior se ve clara mente
lo nial manten idos que estarían los caminos, puentes, puertost edificios y otros
servicios públi.cos.
C01110 la 1nasa de la población era sumamente pobre, ·m uchos de ellos
viviendo al margen de una economía monetaria, los ingresos fisca les tuvieron
necesariamente que provenir del comercio exterior y de la pequeñísima
burguesía tadic.ada en las ciudades principales. Haremos un pequeño análisis
de los principales impuestos a que estuvieron sometidos los dominicanos
durante el período 1822-1844:
Patente.Toda persona o entidad que ejercía un comercio, una indus tria, una
profesión o un oficio) estaba obligada a proveerse de una patente anualt
mediante solicitud hecha ante el Consejo de Notables de la co1nún donde
estuviera establecido. Estaban exonerados.los agricultores, losem pleados
públicos y los servidores domésticos. El impuesto debía pagarse entre enero
1y marz,o 31de cada año. Se estableció que Jos extranjeros sólo podían
ejercer el negocio de consignatarios en los puertos habilitados y con permiso
previo de Boyer pero paga ndo una tarifa mueho más alta que. los haitianos. El
n1ont-0 de la patente dependía de la común donde se estuviera radicado. He
aquí algunos ejemplos de patentes según la ley de 1825: Un panadero de
Santo Domingo pagaba 20 gourdes al año por su patente, mientras que uno de
Santiago pagaba 12 gourdes. Un cirujano en Santo Domingo pagaba
24gotu'desal añoy en Santiago pagaba 16 gourdes; un comerciante 1nayorista
radicado en Santo Donüngo pagaba 30 gourdes al año y uno en Santiago sólo
20.Un. detallista en Santo Domingo pagaba 16 gourdes y el de Santiago 12.
Un agente consignatario extranjero, que sólo se podía .radicar en un puerto,
pagaba 1,600 gourdes anuales de pa tente, mientras que un consignatario
nativo, en Santo Domingo, pagaría 150 gourdes anuales solamente.
La falta de pago de 1a patente hnplica ba una n1ulta igual al cuá druple del
valor dejado de pagar.
Los imp1estos aduanales. Se establecieron impuestos sobre la importación y
exportación de artículos y mercaderías. Todo artículo importado a la Isla en
buques haitianos pagaba un impuesto del 8% ad-valorem ; Si se trataba de
buques extranjeros, ese arancel era del 12%. En 1827 este 12% se aun1entó
al 16%· (Ley Aduana! del 28-5-1827). Se prohibió la entrada de tnaderas
preciosas, café, algodón, cacao, azúcar no refinada, ron, tafia, sil'op, melaza y
otros productos similares que po:..
dían competil' con los de producción nacional. Quedaron liberados de arancel
las armas de fuego; las municiones, los instrumentos y aperos
agrícolas, los caballos, tnulos y burros, las monedas de oro o de plata y
los libros de enseñanza.

141

En cuan to a hnpuesto de exportación se estableció que pagarían;'? tarifas el


cacao, el café y el azúcar) calculadas sobre el peso del productd' exportado.
Asi, las 1000 lbs. de café pagaban 12 gourdes, las 1000 lbs. ci
cacao, 4 gourdes,y las 1000 lbs. deazúcar no refinada pagaban
2gottI'des.2·:.·.. Paralelo al arancel de aduanas, existió un impuesto de arrimo
creadii:: en 1821sobre cada barco extranjero que entraba en puerto haitia no y
s :. · calculó a base de un gourde por cada tonelada depeso del navío. '.:' El
impuesto de papel sellado. Al igual que bajo el 1·égimen coloniaL español,
durante el período haitiano se e:xigi,ó que Jos documentos au;i ténticos
suscritos por particulares se redactaran en papeles adquiridos; en las
oficinas fiscales, eon su vafor indicado impreso en el mismo. Una"'i ley de
1318, 1nodificada·en 1827, estableció un derecho de "timbre" sobré>
todos "los papeles destinados a las actas civiles y judiciales, así como a< los
escritos que pueden prod ucirse en justicia ) o en los que hagan fe't. sé'.(:
estableció un derecho fijo y otro proporcional. Se aplicó el derecho fijo j los
actos que :no expresaran valor envuelto, tales como contratos de ma :L
trimonio, perrnisos de residencias, instancias a los tribunales, libros <le:f
c01nereio autorizaciones, etc., los que pagaban un impuesto que fluctuabá/·i
entre 1y 50 gourdes. Todo documento de venta arrendamiento sentencia'2_
condenatm·iaJ contrato1 etc. ,que estipulara un valor, pagaba el derechá:'!
-proporcional que podía llegar hasta 3 gourdes por cada 4000 gourdes'::;:._
envueltos. Dado el l)OCO 1novimient-O comercial y jurídico en la escas:á·'.;I:
burguesía de la época, los ingresos por estos conceptos fueron pobres.
::§};,:
Impuesto Locativo. A partir de 1826 se estableció un impuesto sobré3:
el valor locativo de los inmuebles urbanos.. Este impuesto fue del 5% deL/
valor del inmueble según fuera tasado por unos árbitros escogidos. por et:.
Consejo de Notables y sepagaba anualmen te, en dos partidas semestt·ales/ ';
Se estableeió que si eldueño miSlno habitaba el local o estaba deshabitado;·:
el impuesto se reducía a la mitad (2.5o/o)> La misma ley dispuso un
in1puestó:--" del 8% sobre los ingresos anuales de los establecimientos
agrícolas cuya :- prod ucción se destinara a la exportación. Fue éste el primer
impuesto_'::, ; sobre la renta aplicado a los dominicanos. Abarcaba no sólo los
estable·\{ cimientos agrícolas propian1ente dichos, sino además la explotación
de,_·, ) bosques, la producción de carbón vegetal y fábricas de cualquier
género .:;· en el área rural. Pero para este tipo de establecimientos,
alimponerse este:::.'·. impuesto1se dispuso exonerarlos del impuesto
depatente1 demodo que nó:. '.\
·.=.. />
. :.>::..)

213} En virtud del tratado en el que Franc.ka reconoda la Independencia


de Haitf · ! se dispuso que los impuestos de importación de
articufo.s. .franceses pagarían la·.):' mitad de la tarifa normal, y los productos
b.aitianos que se exportaran a Francia:-<';· también pagarían la mitad de los
impuestos normales de exportación. (Ver Decret1t . de Boye1·tiel 18de julio de
1825. Listant Pradine. Lois et Acts ... T. IV. P. 269). En 1827..... una nueva Ley
de Aduana abolió los impuestos de exportación (Ley dei 23-2-182'7)'::\,_

142
-¡¡
¡

··: tuvieran una doble tributación. La ley fue 1nodificada varias vecesdurante el
período 1322-1844}principalmente con el fin de reducir el impuesto (el del valor
locativo se redujo al 2.5o/o en 1833 y el de los establec.imientos rurales al 5%
en 1830).
Iinpuestos sob1·e registros de actos. En virtud de una Ley de 1807,
.ampliada en 1826, se hizo obligatorio registrar los actos que ünplka ran
traslación de derechos de propiedad inmobiliar o los que requerian tener fecha
cierta. Dicho registro se realizaba mediante el pago de cier- tos derechos, unos
fijos y otros proporcionales, percíbidos por el Fisco. Esos derechos variaban
según la naturaleza del acto. Los derechos fijos iban desde 75 céntimos a 10
gourdes y los derechos proporcionales del
medio por ciento hasta el 5% del valor envuelto. Asimismo, existió un 1
impuesto aplicado a la mutación de derechos de propiedad inmobiliar ¡
y a la inscripción de créditos hipotecarios 1 en virtud de una ley de 1825. El
impuesto sobre mutación fue del 1% del valor de la opetación y el de
inscripción hipotecaria fue del medio por cíento.214
Contribución ·extraordinaria. En 1825 el Gobierno Francés i·econo ció la
independencia de Haití, pero como contrapa1tidat éste se obligó a pagar a
Francia una indemnización de .150 millones de francos pa1a resa1cir a los
antiguos colonos franceses por la expropiación de sus
:'' propiedades a raíz de la independencia. Para captar los fondos para
tan enorn1e indemnización el gobierno haitiano concertó un préstamo en la
misma Francia y al ntismo tie1npo dispuso recabar 30 millones de gourdes a
ti·avés de un irnpuesto extraordinario, durante un período de 10 años, en virtud
de la ley del 1de mayo de 1826. Dicha ley esta bleció la obligación de recaudar
.3 millones de gourdes anuales, entre todos los habita ntes de la isla, de los
cuales 458,600 gourdes anuales correspoti.d1eron a los distritos de la parte
dominicana. Se estableció una comisión que distr ibuida el impuesto por cad a.
eo1nún, y luego y a su vez ,entre los contribuyentes. Se auto1·izó a realizar el
pago de esta contribución en varias cuotas anuales para que no fuese muy
gravoso al contribuyente Sin embargo es.te impuesto r,esultaba pesado para
los habitantes de la isla, por demás empobrecidos, y en particular molestó a los
dominicanos. que no se creyeron obligados a contribuir al pago de una deud a
que no habían contraído. Y no les faltba razón, ya que el reconocitniento de la
independencia de Haití por Francia tjecía inuy claramente que ' los habita ntes
actuales de la parte francesa de Santo

214) E 'tos dos impuestos! copiados de la legislaciónfrancesa, fueron a su


vez. adoptados por los dominicanos cuando nos indepeudizamos y existe1l en
la ac.tuali.dad aunque con diferente tarifa.
215) Ver Orde11anza del Rey Cal'los X. Listant Pradine, Lois et Acts ... t. IV,
p, 258.

143

Do1ningo pagarían ... etc." y más adelante se estipu laba que el Rey d:
( Francia uconcedí a en esas condiciones, a los actuales habitantes d·'\'. la
parte francesa de la Isla de Santo Do1ningo la ind ependenci a plena.
y entera.''215 y no podía ser de otro modoi pues el Gobierno Francés no'.
quería adm itir que la parte oriental de la Isla era parte integrante de(
Haití para no crearse un conflicto con Espa11a, pues ellohubiera signifi<
cado que Francia reconocía la pérdida dela soberanía de España sobi;· la
porción oriental de la isla, lo cual la propia España no había jamás .'
reconocido. Este impuesto fue n1uy impopular. y fue una de. las quejas
planteadas por los don1inicanos al dar las razones de su declaratoriat'
de independencia en 1844.
Impuesto sobre la renta. Una Ley del 9 de septiembre de 182(ti. estableció
otro impuesto directo, que debía pagar toda persona que,·$ percibiera ingreso,
sin excepción. Este impuesto consistía en el pago ;: anual del 5% de los
ingresos del contribuyente . Para la percepción del,'.:' mismo se establecieron
comisiones comunales, co1npuestas por los. '"'' principales funcionarios de la
localidad, encargados de preparar las.\•. listas de contribuyentes, de fijar el
monto a pagar p.or cada uno, y de/: pe1s:eguir el cobro. De los impuestos
recabados por este impuesto, a la?( comisión le, tocaba el 1% para sus gastos.
Durante los años 1828 y 1829:.: Boyer tuvo que amonestar freeuentemente a
estas conüsiones, por s((''.i apatía en el cobro de este impuesto, que debió
haber sido muy imp(}.\t: pular, en partícula!' por ser establecido en adición a la
contdbucióri :,,:.. extraordinaria de 1826 para el pago de la indemnización a
Francia::"<
Esta ley tuvo sólo dos años de aplicación : ya que a partir de 1830 dejó,\ de
tener vigor. ..:"·
La IVIoneda y la Banca. Al principio Haití usó la vieja moned.áé: francesa (los
Luises y Napoleones) y el franco1 aunque las n1onedasºYi de plata españolas
circularon tambié.n. En 1817 se estableció la nueva..·_ '. moneda, el gourde,
dividido en 100 céntimos,216 emitiéndose sólo mone-;; '.; das metálfcas 1 pero
se mantuvieron en circulación las citadas inonedas '/: extranjetas hasta 1826
en que se prohibió su uso en la isla, excepto qu,\ se exigió que los derechos de
aduana se pagaran en n1oneda extranje1·a:··: de oro y plata, de modo que el
Fisco tuviera con qué pagar la deuda/ con Francia. Sin en1bargo entre los
dominicanos se continuó calculán..;'.;: dosé en pesos y reales en las transacci
ones comerciales, operaciones ,,'·; inmobiliarias, etc. :-'-'·s

216) Gourde s1gnifica cmlabar.a en francés, pero se cree que el nombt·e d:e
la moneda' haitiana es una derivación de la palabra española "go1·da"' nombre
ba.i o el cuar : se Llamaba vulgarmente el pe.so de plata en España. <.
217) Los dalos sobre monedas y banca p1·ovienen de Robert Lacomme,
Histoire Moneta·rie:· de St Domingue et de la Republique D'.Haiti. Paris:
Laorse, 1958.

144
r.I
l
'1

En 1826 una ley creó ,el Banco de Haití que no llegó a ponerse
e'h operaciones, siendo todo el sistema fiscal y n1onetario mantenido
·d.irectarnente por el Presidente, con el Secretario de Estado como sub
· Iterno inmediato.217
,:·:· r .·.

El Derecho Privado en la Época Haitiana.

Desde los primeros años de la ocupación haitiana, con10 hemos


<':visto, nos rigieron los códigos napoleónicos. Entre los años 1825 y 1826
._.sé promulgaron los códigos haitianos, que no fueron otra cosa que una
'adecuación de los franceses que, a su vez utilizarían los dominica nos
;ttiasta 1884. En los códigos de Haití se cambiaron algunos nombres 218 y
:?se modificaron algunos artículos, pero la mayoría de los principios de
{·,>·la gran codificación francesa fueron adoptados sin alteración.
F,·,,. · No es nuestro propósito estudiar aquí la legislación francesa l::
onteni da en los códigos napoleónicos t ni tampoco vamos a analizar d:_ los
diferentes regímenes del derecho privado haitiano, puesto que son
*¡:''.los mismos del derecho francés. Nos limitaremos a exponer las partes
·:!:':donde el legislador haitiano modificó el sistema francés.
'. ./( La capacidad. La legislación francesa nacida de la revolución de
:'_'. .fines del siglo XVIII quiso igualar a todos los hombres ante la ley, abo
::("lfendo los privilegios por nacimiento, posición social, raza o religión,
. :··Pero en esto los haitianos no imitaron a los franceses. En efecto, cuan
,:.. ''Cio los haitianos hicieron tabla rasa del régimen colonial, su rencor a
todo lo que fuera dominio de los blancos los llevó al extremo de crear
:r:·diferencias en la capacidad de las personas por razón de raza o nacio
::·:':_:.halidad. Los siglos de esclavitud que padecieron los negros en Haití i';
·,'.- provocaron en ellos, al liberarse de Francia; una reacción. que hoy J$ ' .
podemos considerar exagerada, pero que es al menos comprensible.
· · Su liberación fue doble de la esclavitud y del colonizaje, pasaron a la
libertad personal y la independencia nacional, logros que pocos grupos
· hu1nanos han conquistado de una sola vez. Por lo tanto todo lo que les
recordara su pasado vasallaje era rechazado violentamente por ellos
;'·, y eso se refleja en sus constituciones y sus leyes. Los hombres blancos
· les recordaban a los antiguos amos franceses, cuyo retorno siempre
temieron y contra quienes crearon abundante legislación .Pero cmno la
mayoría de los extranjeros que llegaban a. Haití eran también blancos,
y como se ternía que ellos lograran nuevan1ente hegemonía política y 1
t
'

218) Allí donde los códigos franc-eses decían "reino!' o 1•rey", los haitianos lo
cambiaban
por ''República'> o "Presidente".

145

econónüca en el país con el control de los medios de producción se,, '


díscriminó contra los extranjeros en general. ··,·:")'· Así vemos la primera
constitución, la de 1805, cuyo Artículo 12 de }
cía: "Ningún blanco!cualquiera que sea su nacionalidad, podrá poner \
los pies en este territorio a título de a1110 o de propietario y no podrá·, en el
futuro adquirir en el nüs1no propiedad alguna ".La constituci6n;;º de 1816,
vigente durante el periodo que tratamos, a su vez proclam& :.!
Alt. 37 'Ningún blanco cualquiera que sea su nacionalidad
podrfa: '
poner pie en este territorio a titulo de muo o propietario.219 .
Surge de intnediato la pregu nta: ¿Y los donlin icanos de razá:·;' bl anca que
quedaron cuando se produj o la unificación en 1822? De3 lo tajan te del texto
parecería que 110 eran ciudadanos y no podían:'· poseer tiertas, pe1·0
sabemos que no fue así y que, por el contrario, IoS:;). do111inicanos de raza
blanca pudieron sie1npre ejercer sus derechos":·.·,
. ' •;.•
ciudadanos y no se leH coa1tó su derecho a poseer inmuebles. ¿Cóm-0
ajustaron la constitución y la realidad ? Hábiln1ente echaron mano al:, ; artículo
44 de la Constitución, que había sido redactado para permitir_: a personas de
otras razas o nacionalidades i·adicarse en Haití. Dich0-5.
texto decía: "Todo africano, indoamericano y sus descendientes nacidos- ¡ en
colonias o-países extranjeros que vengan a residir a la República '.:. serán
considerados como haitianos, pero no gozarán de los derechosL;i de
ciudadanía hasta llevar un año de residencia''. A los dominicanos-,: se les
consideró entonces "'indoamericanos" y por estar ya viviendo en::\ la Isla (que
los haitianos consideraban toda suya desde los tiempos a- :;: Dessalines) se
les reconoCió plena ciudadanía desde el n1is1no momento . . de la unificación
-y no se les turbó en sus pl'opiedades. " Sólo así se explica que .a poco de la
unificación, varios dominicanos/.}' blancos y propietarios ocupaban ya cargos
de in1portancia en elgobierno;;: :'; haitiano, para lo cual e1·a indispensable ser
ciudadano!y se lesrespetarorr;t sus propiedades inn1uebles.Wl No hubo, pues,
d1scrinünación contra los_:'''\ dominicanos con tal que hubieren perm anecido
en el país tras la uni:.. . ficación y prestado j uramento de fidelidad al gobierno
haitiano. Pero.t

219) Estas disposiciones se repiten en todas las constituciones


haitianassubsiguientes..., ,., para abolirse en la de 1918, dietada dm ante la
oeupación militar norteamericana.·:¿
2.20) En 1as elecc·iones convocadas para elegir los repreentantes
dominicanos al'< Congreso haitiano en 1822, salieron electos 15 diputados y
un Senador, entre··:::, e.lJos José Ma. Caminero, L. Aybar, Fnmcisco Travieso,
etc.1 todos blancos o de,.:;p ascendencia española.Asimismo José .JGaqufn
del Monte fue nombrado Juez Civíl ;·-.: de Santo Domingo y Tomás BobadHl
a> CQmisario del Gobierno. ·<
221) Ver Decreto de Petión del 30 de diciembre de 1800 y Leyes de Patentes
de esa ,
época. ¿
222) Un despacho de Boyer al Ayuntamiento de Santo Domingo del 7 de
febrero de 1823 :::
le :recordaba que los r1esp.añoles europeos ' que se quedaron en el país en
182.2 ·

para los blancos de otras nacionalidades sí hubo discriminación y trabas 1


legales. Un Deereto de 1809 había prohibido a los extranjeros ejerer ij
actividad industrial o comercial sin el previo permiso del Presidente>
y sólo se les per1nitió ejercer el negocio de consignatarios de prod uctos 1
extranjeros y limitado a los puertos habilitados.izi Las patentes que tales
comerciantes debían pagar eran mucho más elevadas que las que pagaban
los haitianos por esa misma ocupaeión.222 Los comandantes militares debían
ejercer estrecha vigilancia sobre los extranjeros en sus distritos e infor1nar a
Boyer de sus activida des. Asimismo, todo extranjero arribado al país debía
presentarse a las autoridades, ex plicar el motivo de su viaje y presentar a un
ciudadano Hnotable)1 que fuera su garante durante su estadía.221 La
disposición constitucional
que prohibió a los extranjeros poseer inmuebles fue reforzada por las del
Código Civil de 1826, al prohibfrseles ser usufructuarios de por
vida, e impedírseles recibir bienes inmueb les sea por venta 1 donación,
sucesión o legado. Asimismo; una disposición administrativa de Boye1 citada
por Ardouin, prohibió a los Oficiales del Estado Civil celebrar matrimonios entre
extranjeros y haitianos.224 •
La ciudadanía haitiana se adquiría a los 21 años y de eHa sólo ¡
gozaban los varones. La ciudadanía implicaba el disfrute de los de t
rechos civiles y políticos. La ciudadanía se perdía permanentemente por
condenación contradictoria y definitiva a cadena perpetua , por abaudonar el
país en momento de peligro inminente, por haberse na
turalizado o radicado en país extranjero y por aceptación de función pública
omilitar de un gobie1·no extranjero. La pérdida de la ciudadanía conllevaba la
·muerte civil y por lo tanto el que la sufría veía abrirse su sucesión y repartirse
sus bienes entre sus herederos, no podía contraer matrimonio ni 1econoce-r a
sus hijos y era considerado como extranjero. Asimismo se estableció que los
haitianos que residían en el extranjero al mon1ento de proinulgación del
Código Civil sin autorización ofi.cial., y no regresaran dentro del año, per dían
su ciudadanía. Esta última disposición afectó a los doiu inicanos que habían
abandonados la isla luego <le la reunifi.cación y no habían regresado para
1827; éstos habí an perdido de todos n1odos sus bienes in.uebles e
inn1uebles en virtud de la Ley del 8 de juli o de 1824, como se verá.
Los derechos ciudadanos podían ser suspendidos cuando se estaba
suhjudice o se era interdicto jud icial, cuando se estaba en estado de

eran considerados haitianos, no as] los de otra nacionalidad, quíenes tendría n


que naturalizarse. .
223) Ver instrucciones de Boyer al General BorgeUá el 7 de junio de 1923.
224) Ai:douin, Etudes Sur... l.9, c. 6, p. 72.

147

quiebra > se era servidor doméstico asalaria do o se estaba sometido .aJ


j uicio en contumacia. . .·: :
Con10 se ha s1eñalado, la n1ujer no era ciudada na y por ende no-::.-: gozaba
de los derechos civiles y políticos .; Estaba sometida sea a su2:: padre durante
sn minoría, sea a su marido, comú ad1ninistrador de lat cmnunidad, durante su
n1atrünonio. No obstante, en cuanto a sus bienes'_:'. propios recibid os en
dote o herencia se le aplicaban las disposicionei.:';· del Código Civil que le
daban cierta garantía de que no serían malver -:f
;- ,_;. ::.
sados por el mando. _,\
El Matrimoni1.J. Bajo las leyes haitianas, elmatrimonio fue eminen-:\, temente
un acto civilt desprovisto de todo matiz religioso. Se celebrabad¡ ante un Oficial
del Estado Civil y se disolvía por 1nuerte o por divorcio">.2 La edad mínüna
para casarse era de 18 afios para los varones y d·m:·,;
15 para lasmujeres . El sistema de administración de los bienes comunes,'i\. y
propios de la nurjer fue el de los códigos franceses . ·:·'· - En cuanto a
divorcio, éste había estado permitido desde 1805 por·- .
una Ley de Dessalínes, que fue luego incorporada al Código CivH cuando .. ;
éste fue promulgado en1826. El divorcio se lograba por n1utuo consenti-: 'T
n1iento o por causa determinada. El divQrcio por111utu o consentimien to:,,};
110 era posible antes de dos años de matrimonio ni luego de los 20 año_;;'.
y si la 1n ujer tenía más de 45 años. Los esposos debían espe1ar un añ"cf , ::
antes de que el juez dictara sentencia y durante ese intervalo les eran·.:;.:;
reiteradas, vía notario, las consecuencias que el divorcio prod uciría ·i? ;i: si
luego del año no había reconciliación, eljuez dictaba la sentenc ia.El < divorcio
por causa determinada se demanda ba por una ele -estas razones:·:·_:.,:
adulterio de la esposa o adulterio del esposo cuando éste haya tenido _:·;
• '" F.
su concubina en el hogar matrimonial; por excesosi sevicías e injurias .\<:
graves y públicas de un cónyuge al otro y por condenaci ón de un esposo, \.5'
en contumacia; a una pena que il11plicara suspensión de los derechos:,··,_!;
civil es. El recurso de casación estuvo abierto contra las sentencias de. ..
divorcio por cualquier causa. ·
Pronunciado un divorci o por adulterio) el esposo culpable no podía.:-:;:
casarse con su cótnplíce. En cualquier caso de divorcio, los esposos no_{,:·
podían volver a casarse entre sí, y para casarse con otro debían esperar::_-_
un año del pronunciamien to. Los hijos comunes eran entregados al ·::":
esposo que hubiera ganado en la demanda cuando se trataba de <livor-:: \, cio
por causa determinada y al que los esposos hubieren determina do_ :::,·
cuando era por nn1tuo consentimiento. na disposición curiosa era la ·
que establecía que en caso de divorcio por mutuo consentimiento, la ·..:
propiedad de la mitad de los bienes de cada esposo pasara automática
a los hijos nacidos del matrimonio, aunque los padres conservaran el goce de
dicha mitad hasta la inayoría de edad de aquéllos.

148
En la parte Este, de tradicionales costumbres españolas y ca tó licas el divorcio
no fue bien visto y sólo se dieron pocos casos entre dominicanos. Además, las
autoridades eclesiásticas de la parte Este no reconocían la validez de estos
divorcios.
Varias decisiones de los tribunales haitianos quisieron anular losma trhnonios
religiosos contraídos por donlinicanos durante el régimen español, alegando
que sehadan en contravención a las leyes haitianas, pero el Gran Juez,por
instruccionesdel 28dejulio de 1836 ordenóa losComisarios recurrir en casación
esas sentencias1 seiíalando que la constitución y el Código Civil proclamaban
la no retroactividad de la ley y poi·lo tanto esos matrimonios eran
pe1fectamente v:álidos y debían ser reconocidos por las autoridades
como produciendo todos sus efectos jurídicos. f
La Filiación. Bajo las disposiciones de la Ley del 10 de noviembre
¡i
de 1313 incorporadas 1uego al Código Civil, los hijos eran legítimos o 1
naturales, según sus padres estuviei-·an casados o no. El régimen de los
hijos naturales estuvo sometido a dos principios: que era prohibido investiga r
la paternidad de un menor, y que sólo el padre podía reco nocerlo, aunque
necesitaba el consentimiento de la mad re. Los hijos naturales reco11oc1dos
recibían el apellido del pad re, quien debía contribuir, con la inad re, a su
sostenimiento.
En cuanto al derecho de los hijos naturales reconocidos sobre la sucesión deJ
padre; se estableció gue si concurría n a la sucesión con hijos legítimos, los
naturales recibían 1/4 de la sucesión. Si no había
!egithnos, J os hijos naturales recibían la totalidad de la herencia, pero en
estos casos le estaba permitido al padre legar a terceros hasta la 1nitad de sus
bienes.
Los hijos naturales reconocidos qu e fueran legítimos por el sub
siguiente matrimonio de sus pad res; eran tratados igual que los hijos legítimos
habidos de un matrimonio anterior. Frente a la Sucesión de sus madres, los
hijos natw'ales estaban en igualdad de condiciones que los hijos legítimos de
ella, y si la n1adre no tenía de estos últimos, los naturales recibían la totalidad
de la su<!esi6n materna.
l sistema haitiano mejoró la situación de los hijos naturales reconocidos, ya que
bajo el régimen legal español los hijos naturales reconocidos sólo hered aban
si no había hijos legítimos.
Las Sucesiones.Al amparo del Código Civil de 1826, las sucesiones se abrían,
no sólo con la n1uerte, sino por el hecho de una persona perder en forma
definitiva la calidad de ciudadano. En efecto, la pérdida de la ciudadanía
llevaba consigo la muerte civil,lo que implicaba que quien era despojado de su
calidad de haitiano veía abrirse su sucesión, repartirse sus bienes enb·e sus
herederos y hasta anulado su matrimonio. El siste1na haitiano síguió en esto el
vigente Código Civil francés de la época.

14Q
Se record ará qüe a los extranjeros les estuvo prohibido recibir; bienes
inmuebles, lo que implicó que se prohibió CArt. 470 del Códig'Ó: Civil a los
haitianos legar o donar inmuebles en favor de extranjeros :.\ Existieron la
Reser va here ditaria y la colación d e las libe. : ralidades sólo que ésta
últim a sólo se aplica ba en los legados qu·' atentar.en contra la reserva y no
en las donaciones entre vivos. ·
Las sucesiones de los descendientesi ascendientes y colaterale · : fueron
similal'es a las del Código Napoleón. Asinüsmo) en Haitíi de n·'·-·. haber
sucesores, la hei-encia pasaba al Estado. Por supuesto, a.l cónyug.' supet-
viviente le tocaba la mitad de los bienes comunes, al romperse hr comunidad
por divorcio, muerte o mue1te civil del otro esposo. ·'

El Derecho Comercial
Hasta la pron1ulgación del Código de Comercio en 1826, los Htir
gios con1erciales· eran conocidos por los tribunales civiles. Cuando sé1
dictó el Código) se dispuso crear cuatro Tribunales de Comercio, til'i{f
en Puerto Príncipe otro en Cabo llaitiano, un tercero en Los Cayos y ef '. último
en Santo Donlingo. Estos tri bunal es est.uvieron ·compuestos pot;::: un Juez
Decano y cuatro jueces titulares con sus cuatro sustitutos; todos/
escogidos por los Consejos de r otables de la ciudad sede del tribunal::.; de
una lista preparad a cada año en una asamblea de comerc ian.tes.::'./ Sólo
loscornerciantes con más de 30 años podían ser jueces (el Decano',:
40) y tenían que ser contri buyentes en las primeras tres categorías de.\ la
Ley de Patentes. Una ley de 1830 creó 4 nuevos tribunales m ás, en:'?.: las
ciudades. de Jacmel, Gonaives, Jeren1ías y Santiago, para llevarloá'..@ a un
total de 8 tribunales para toda la República. El cargo de.juez efl!,.·.:: los
tribunales de c-0n1ercio era honorífico. · ···
El procedimiento del Código de Comercio de 1826 era bastante :'·-":' parec ido
al francés y al que en la actualidad rige tan.to en Haití conú/J' en la República
Dominicana, excepto que contra las sentencias de los\·, tribunal1es de
co1nercio sólo había recursos de oposición y casacióni.:>: si_guiendo el
sistema haitiano que eliminó la apelación. El principio<:· general haitiano que
estableció un arbitraje obligatorio en todo litigio.<: no era aplicable en matei·ia
co1nerc ial. :·, El Código pet·m itió el estableeim.i ento de tres tipos de
sociedades ·::, comerciales: las en nombre colectivo, las comanditas y las
cmnpañías ·:,: anónimas. Para pod er establecer compañías anónimas ei·a
necesarió :·
contar con la previa autorización del Presid ente de Haití.

150
El Derecho Penal

En cuanto a la materia penal las disposiciones del Código francés fueron en su


mayoría adoptadas por el Código Penal haitiano de 1826. Las penas para
casos de crímenes eran.la demuerte, trabajos forzados aperpe tuidad o por
cierto tiempo, la reclusión y la degradación cívica. La prisión
perpetua conllevaba la muerte civil, lo que implicaba que el condenado l¡
perdía sus derechos de ciudadano se abría su sqcesión y su matrimo11io
quedaba disuelto. Una lar.ga lista de crünenes era castigada con la pena de
muerte, la cual se ilnponía por fusilamiento. Estos crímenes eran: la mayoría
de los crhnei:ies políticos tales corno tomar las armas contra el gobierno, el
espionaje en favor del enemigo, el atentado contra el Jefe del Estado el
complot para derrocar el gobierno, la destrucción o incendio de propiedades
del Estado, la falsificación de la moneda y del sello de la República. Entre los
crímens contra lospa "ticulai·es que aparejaban la pena de muel'te estaban el
asesinato, el parricidio el infanticidio y el en venenamiento, así con10 e1robo a
mano armada y el incendio voluntario, y la muerte causada por colocación de
bon1bas u otros artefactos. El Código de Instrucción Criminal haitiano
estableció los jurados para los casos de crín1enes. Estos jurados eran de 12 y
se escogían de listas preparadas por los Consejos" de Notables de las
comunes.. Para ser jurado era necesario tener más de 25 años y ser
comerciante o artesano con patente abogado, empleado público u ofi.cial de
salud. Los lnilitares no podían ser jurados. Los jurados debian estar presentes
en todo juicio que implicaba pena crimínal y tras el cierre de los debates
debían ausentarse para deliberar,, pudiendo retornar sólo con uno de dos
veredictos, culpable o inocente, aunque en caso de culpabilidad podían señalar
circunstancias atenuantes
-0 agravantes o falta de discernimiento en el acusado. JTocaba entonces al
Tribunal fijar la sentencia en caso de condenación u ordenar la libertad en caso
de absolución .. No había recurso posible contra el veredicto de un jurado. Sin
embargo estuvo permitido al tribunal considerar que el jurado había decidido
erradan1ente y podía desígnarse un nuevo jurado para que oyera el caso de
nuevo en el entendido que lo que el segundo jurado decidie1a átaba al tribuna
l, pero esta facultad de que se conociera dnuevo el caso sólo era permití da
cuando elveredicto del primer jurado era condenatorio, nunca absolutorio.
Por una ley del 6 de agosto de 1841se modificaron muchos artícu
los del Código de Instrucción Criminal y se decidió que en lo adelante
.ciertos crimenes, la mayoría de ellos de í.ndole poUtica serían conocidos por
los tribunales criminales sin la asistencia del ju rado.
Al igual que los códigos originales fráncés y dominicano, la prisión por deuda
existió en el derecho haitiano tanto por deudas civiles como por las originadas
por actos de comercio.
151 ¡¡

La Propiedad tle la Tie1-ra

Uno de los proble 111as inás espinosos pal'a las autoridades haiti it
nas fue el de la propiedad territorial en la parte- Este. Esto se debió";'': lagran
diferencia que había entre el siste1na inmobiliar existente en-g Santo Domingo
español, heredado del per·íodo coloni al, y el que existf< en Haití. Cuando se
quiso implantar en la parte Este el sistema haitianc¡'. se confrontaron
dificultades aparentemente insolubles. Y es que no sóI' .
el sistema legal de tenencia de tierras era díferente, sino que lo fueroij'·
también el del cultivo de la tierra, de prod ucción y trabajo agrícola,'T' Se
trataba básican1ente de dos sistemas económicos diferentes '§.
sobre cada uno había una superestructura jurídica distinta. La Replli,,
blica Haitiana bajo Boyer (y desde la época de Petión) estuvo dividid''' princ
ipalmente en pequeñas parcelas dedicadas a la inicroexplotaciÓ> de
subsistencia, en contraposición al de la gran plantac ión de agricu't"; tut·a
intensiva que había impera.do durante la época colonial francesi y que
quísieron perpetuar Dessalines y Cristophe. La política agrari'> de Petión fue
dar concesiones de tierra a todo el que la quisiera, é''' cantidades pequeñas,
en las cuales lógicam ente el cultivo exteusiy'.'.·: no resultaba posible, y mucho
1nenos la ganadería. Ello se logró paré' lando las grandes plantaciones de los
colonos expropiadas que había '· quedado en estado de abandono durante el
turbulento perí odo enti '. 1804 y 1807.225 Este sistema, si bien no mejoró la
situación econó1nic( · del Estado, fue bien acogido por los haitianos) para
quienes la pos . sión de la tierra era un sueño largamente acariciado y una
segurída#: de estabilidad futura. Las parcelaciones se hicieron, sea mediani
ventas a bajos precios y en plazos largos (Ley del 22 de marzo de 1812);', sea
mediante clonaciones a funcionarios 1nilitares y civiles (Ley del l de
julio de 1818). ·
Algunas de las grandes plantaciones fueron mantenidas sin diviclii-'y;:;:
entregadas a funcionarios o genera.les.pero lo usual fue Ja parcelación cii?
pequeñas fincas para prod ucción de alimentos básicos para la poblaci6·:.:.
Todas las concesiones eran otorgadas por el Presidente de la Repúblic·i"'.1
Por las razones anteriores, la prescripción adquisitiva de la legi 1:
lación francesa fue inaplicable en materia de inmuebles rural.es durante los
p1imeros at1os de la República Haitiana y la ocupación precaria;. podía ser
fácilmente convertida en derecho de propiedad. ;, Reeordemo8 ahora el
siste1na existente en el Santo Domingo/ español a] concluir el período colonial.
Las concesiones de amparos·
.,
....
225) Una de las primeras 1eyes de. Petión, del 18 de mal'Zo de 1807,
expropió en favó< del Estado las propiedades rurales de Jos colonos ausentes
y las entregó a 1os.-:; agrieultores que las venlan trabajando. ··

152

·-.. reales y las posteriores confirmaciones a través de "composiciones,\ la


ocupación. pacífica de terrenos baldíos y de los abanqonados por las familias
que emigraron du1·ante los turbulentos años de 1795 a 18211
: contribuyeron a consolidar los hatos ganaderos en el sur y este de esta
;;"- parte de la isla. Aunque en eI Cibao había un sistema de tenencia ba sa
. do en la pequeña propiedad familiar dedicada mayormente al cultivo
.·. · de tabaco, puede decirse que el siste1na ¡'tipo" fue el hato ganadero, el
cual estructuró, en lo jurídico, el régimen de los terrenos comuneros. Con la
escasez de población en la parte e.s'.te (calculad a en 61,000 habitantes en
1834),iiu la con fiscación de las tierras por las leyes que se
planeaba dictar haría. al Estado haitiano poseedor de vastas extensiones de
tierras y Boyer sabía qué hacer con ellas. Por un lado había que dar alimento y
ocupación a los miles de esclavos liberados én 1822 y por otro había que
mantener fieles a gran número de altos oficiales 1nilitares y funcionarios civiles
del régimen. Paralelamente, era necesario elevar
-· la producción agrícola "base y primera fuente de prosperidad 11 de la
República227 y finalmente había que inerementa.1·los ingresos fiscales,
a través del métod o tradicional de arancel de -exportación .
Uno de los principale s objetivos de las autorid ades haitianas fue, pues;
tomper el antiguo marco jurídico que afectaba la tierra en la parte Este de la
isla. A los pocos meses de la unificación, Boyer lanzó una proclarna a lo.s
dominicanos 228 pr01netiéndoles tierra para los que no las tuviera n sie1npre
que las cultivaran. Luego, en agosto de ese mismo año 1822, designó una
Conüsión compuesta por 5 haitianos y un dominica no, para que estudiru·an la
situación de la tierra en la parte Este, e hicieran recómendaciones s.obre la
política agraria que debía prosegu ir el gobierno. En enero de 1823 designó
otra conüsión cornpuesta de do1ninicanos 1 pero presidida por el Comandante
militar haitiano en Santo Domingo, con et encargo derecibir las reclamaciones
hecha s por lo,s ciud adanos que se crey.eran con derechos sobre terrenos
que hubiera n sido ocupados por el Estado. El estudio de la primera comisión
dio por resultado un Informe en el cual se hacían recon1endaciones al
Presidente Boyer sobre este importante asunto,

226) Frm1klin.Lo Negros ... p,404.


227) Art. 215 de la Constitucíón de 1816.
228) Esta procla ma decía, entre otras cosas: ''Yo he viajado cerca de 200
leguas y no he visto más que tierras extremadamente férliJes pero sin cu ltivar.
He visto en med io de inmensos bosq ues a familias langu idecer en la
indigeneia y la ociosidad, y mi corazón ha sido profundamente afligido... yo he
igualmente anunciado a los oficiales civiles y mili tares y a los füncionaríos
públicos, que la ley les acuerda p1·opiedades de tie1T,a para ellos y
susherederos a título de donaciones nacionales para premiar los servicios que
han rendido a la patria ...1

153

las cuales fueron convertidas en la Ley del 8 de julio de 1824. Esta ley} se
basó en el principi o, según su considerando principal de que ''éf .:' der,echo
de propiedad es inseparab le de la calidad de ciudadano'' y'· en su texto
declaró confiscados sin compensación y en beneficio det
Estado ha itiano: a) todos los inmuebles que a la fecha de la uni fic ació .,:.
ele la isla, no perteneciera n a p articulares; es decir se ratificó el
principio de que todos los terrenos sin propietarios conocidos eran; del Estado;
b) todos los bienes, tanto n1uebles como inmuebles, asi.'/ com o los capitales y
rentas afectados a inmuebles, que hubiera n sidci\;'., propiedad de la Corona
espafiola y de la Iglesia Católica, incluyendo} conventos) hospicios t
n1onasterios 1 etc.; y e) todos los bienes, muebles ;·': e inn1uebles ,
pertenecíentes a las personas que hubiera n estado ei1. el extranjero cuando
se produjo la unificación de las dos partes de·. la isla, y no hubieren regreso
para el 10 de junio de 1823, así comó'.· las pertenecientes a quienes se
hubieran ausentado después de la·,,;! un iftcac1ón sin haber jurado fidelidad al
gobierno haitiano. Esta ley'm: asimismo dispuso la creaciún de comisiones en
cada común para hacer ,: un censo de los terrenos comuneros y determinar los
derechos de 10.S{ titulares de "acciones" de peso en Jos n1isn1os y convertir
esos pesü's}'.
en medidas hqitia nas ('carreaux'). Luego de ese Censo
a las personas·':.
cuyos derechos aparecieran correctos, el Presidente les confirmaría su ::.
títulos, aclarándose la extensión de cada predio y sus linderos.2211 Sobre>;,
los terrenos comuneros fambién se dis})USO que todo el que surgiera>:·/_ con
título limpio sobre porciones menores de 5 carreaux, debía an1pliar··: ·, sus
terrenos a esa cantidad, mediante compra a vecinos o al Estado·,) con lo cual
se quiso establecer un mín imo de.5 carreaux por due:ño.23.0:,·.:,·:,: .
En cuanto a l ashipotecas, censos, tributos y otros grav.ámenes que
afectaban a los inmuebl es que por la misma ley habían pasado al Esta\;'.'/. do,
se dispuso reducir a un tercio el monto de. los capitales y perdonar , :3
totalmente el pago de los réditos e intereses. Para el capital se dispuso :}: que
debía ser pagado al fisco en un plazo de 3 años, a partir del 1de.
enero de 1825 y a falta de pago en ese término, el Estado secuestraría et
inm11eble en su propio pr-ovecho hasta tanto el dueño cubriera su deuda(< .
La ley asimisn10 dispuso la extinción de tod os los lnayorazgos y capellanías,
autorizando a losque tuvieran sus tierras afectadas a ellos · -. , a libe1·arse de
esas cargas. Tal como se declaró en uno de los "consi- . derandos" de la
ley1 estas medidas tendían a "desh11ir todo rastro de O'.-:. feudalismo en la
parte este".

229) El plazo para presenha·los títulos para fines de eonfirmación fue


extendido hasta . . ·'
el 31de diciembre de 1834 por un Decreto de Boye1·del 7 de abril de 1834.
·
230) 5 carreaux equivalen a 6.5 Has., o unas 100 tareas.

154

:, _ Otra disposición de la Ley del 8 de julio de 1824 fue p1wohibir los hatos
· eganado mayor en fincas de menos de 50 carreaux y de ganado 1nenor en
: neas menores de 25 carreal1x; especificándose que ningún hato ganadero
.· odrá existir en las cercanías de terrenos dedicados a la agricultura, que
Iándo los infractores sujetos a las disposiciones de la Ley del 11de mayo
·· Í819que prohibía la crianza lib1·e1 que i·estríngía el transporte de ganado
de una común a otra y que castigaba con la confiscación de los anin1ales
.Que por andar sueltos hubieran dat1ado cultivos agrícolas.
.:... La Ley del 824, aplicada en todas sus partes). hubiera implicado
_una vasta reforma agraria que revoluciona ría todo el sistema de tenen- cia
detierra en la parte dominicana de La isla y hubiera además modi:fi- ''cado
profundamente· la economla del país, pues con ella el Estado pasó
<ª ser dueño de grandes extensiones de tierras y acreedor de capitales
;.;:que antiguamente percibian las instituciones eclesiásticas. Además
·_=:'ásestaba un rudo golpe a la ganadería tradicional, afectando duramente
·re1 poderío de la clase social de los hateros .. La Iglesia Católica fue l.a
'más afectada por esta ley, pues quedó eliminada como terrateniente y
:,·perdió gran parte de sus ingresos. Tan así fue, que la misma ley, en sus I·
{ artieulos finales, reconociendo que los curas quedarian sin rentas los
'. puso a pei-ibir sueldos del Estado.
. Esta ley se empezó a implementar y basada en ella se hicieron
'.i:. ·reparticiones de terrenos en antiguos hatos y fincas que pertenecieron
:·. a emigrados, dándose parcelas de 10, 20 o 30 carreaux a funcionarios
\. civiles y milita1•es1 señalándoles con10 condición para que sus titul as
fueran definitivos! que en un piazo no mayor de 6 meses las cercaran,
mensuraran y pusieran a cultivar. Se crearon las comisiones para depurar los
títulos u ocupacion es en terrenos comuneros. Pero en este punto el gobierno
se encontró co11 dificultades. Aclarar la inaraña de los títulos de pesos en
sitios comuneros no era cosa fácil, y los funcionarios haitianos no tenían cabal
conocimiento del complicad o sistema de propiedad territorial que sé había
creado durante los 3 siglos de dominación espafiola en la pa1·te este. Las
quejas fueron muchas y a Boye1·se le so1netieron varias peticiones de
ciudadanos solicitándole derogar las disposiciones de la ley sobre depuració n
de los terrenos comuneros.231 Se le argüia que se trastornaría toda la
producción ganadera, fuente principal ele la riqueza de la parte
este, que con ella se violaban derechos consagrados por la posesi ón 1
inmemorial 1 que los campesinos eran demasiado pobres para pagar
los gastos de mensurar y cercar sus hatos, etc. Boyer parece no haber 'f
1

231) Los datos de estas quejas los tomamos de Ardouin, Etudes sttr... T. , c.
61 pp. 59 y 60.. ¡
¡
155
¡¡

que1·ido exasperar a los hateros donlinicanos y envió una circular a lo -


Con1andantes de los Arrondismentsi suspendiendo la ejecución de la 1$\\ en
cuanto a la depuración de los terrenos comuneros en la parte esf Pero las
otras disposiciones de la ley sí. se ejecutaron plenamente,_ ':.
especia l la que confis,caba los bienes de los ausentes y de la iglesia..'''· Pocos
años después de la promulgación de la ley que hetnos veníd<, comentando,
importantes acontecimientos distrajeron la atención d Boyer, quien se vio
obligado a modificar totalmente su política agrar-fal
estableciendo una nueva bajo el m a1co jurídico del Código Rural df
6 de mayo de 1826.
Como se explicó Gll un capítulo anterior, en 1325 Haití se com:Pr: metió a
pagar a Francia una indemnización de 150 millones de fraucO'·. parte de los
cuales debían provenir de impuestos extraordinarios. Pet-·'
otra parte tenía que venir por aun1entos de los impuestos de exportació
de productos haitianos
que según la ley tenían que pagarse en moned',:
extranjera. Boyer sevio necesitado, pues, de aumenta r la producción agf· cola,
especialmente de Jos renglones tradicionales, café, cacao, algo.dóii azí1car,
tabaco y madera siendo los cuatro primeros los rnás importanteª , los que
requerían, para su cultivo,el sistema de lagran plantación agríeoh{
Y asi tuvo que.hacer un cambio radical en su política agraria, sustituyendg;
como tipo preponderante, al pequeüo agricultol' independiente por el
trabajador agrícola asalariado. De este inodo, se pensaba, aumentaría '._
producción en las plantaciones, cuyos frutos al ser exportados Ilenarír las
arcas fiscales de la moneda extranjera con que pagar la indemnizació
a Francia De ahí surgió el Código Rural de 1826.
El Código Rural fue un complejo conjunto de disposiciones qi.( afectaban el
n1odo de producción, el salario los derechos y deberes . ,-, los trabajadores
agiicolas y sus patronos, los contratos de aparcería,:- · muchos otros aspectos
de la vida del campo. Su objetivo básico fue el d. adscribir a los trabajadores
agrícolas de inodo fijo a la tierra, en forfu,:_-_, contractual pero obligatoria para
ellos, rodeándoles de cierta segurida'' . en cuanto a empleo y remuneración,
pero coartándolesmuchos derecho principalmente el del libre tránsito. Veamos
los principios más notables
este código; Toda persona que no tuviera un comercio, industria o finca, i
ocupara un cargo civil o militar o profesión conocida; quedaba adscrito_'a}:
la tierra comoasalariado deun patrono, sujeto acontratos n1uy detallado. yno
podía abandonar loslugares dond.e trabajaba sin previa autorizació.
del juez de paz. Todo el que fuera encontrado en un cantlno o calle siq{
··:·
'•'

232) Sín embai·go hemos encontrado en los archivos notariales del año 1830
casó ' de exámenes de títulos de propiedad por las comisiones de
depul'aciones co-;.,
.reducciones de terrenos, o confirmaciones de otros. <Pl'otocolos del Notaio
Jos4 .:.
Troncoso, afio 1830. Archivo General d.e la Nación, Santo Domingo). -···

156

poder justificai,una ocupación osin la señalada autorización, era s01netido a


justicía y castigado como "vago''. Los hijos de los trabajadores agrícolas no
podían asistir a la escuela in autorización del Juez de Paz, ya que se
consideraba que su príncipal deber• e1a trabajar con sus padres en las faenas
del campo. Se prohibió establecer tiendas o negocios de cu.a lquie1 tipo en los
campos, permitiéndose únicamente los vendedores ambulan tes provenientes
de los pueblos. Se prohibió la construccíón de casas o chozas aisladas en los
campos; autorizándose únicamente en las aldeas o en los centros de
producción agrícola. Se prohibió la pesca matítima y el cabotaje en las costas.
Para las finca y propiedades rui·ales se estableci6 la obligación de que todo
predio debía ser mensurado) so pena de multa. Se pro hibió hacer ventas de
terrenos rurales si no fuera ante Notario y con previa inensura del terreno el
cual debía estar pl'eviamente cercado y amojonado.2!l 3 Toda tierra donada o
vendida por el Estado antes de la promulgación del Código que no hubiera sido
puesta a producir dentro del año, era confiscada en provecho del gobierno sin
compensación. Se prohibió el corte de madera de las cimas de las lomas o de
las orillas de los ríos, sin permiso oficial.
En cuanto a la agricultura se establecieron categorías de cultivos: los de
exportación, los de alimentación de la población y los secundarios (huertosJ
flores, árboles frutales, vi.veres y forraje). Los establecimien tos que prod ucían
artículos para exportación estuvieron exonerados de pago de hnpuesto
territorial. Las plantaciones debían dedicarse pri ncipalmente a prod u cir pa ra
la exportac.ión sólo permitiéndose en ellas la sien1bra de alimentos y viveres
para el consumo de los que trabajaran en ellas.234 En cada plantación los
trabajadores recibían en conjunto un cuarto de los beneficios, aunque se les
permitió t,euer, aledaños a sus chozas, pequeños jardines de víveres para su
subsisten cia. Todo el mecanis1110 de siembra, cosecha, embalaje y
transporte de
productos .agrícolas fue detalladainente reglamentado exigiéndose que los
productos de exportación fueran directamente de la plantación a l puerto de
embarque.
La Ley No.. 3 del Código Rural estableció una especie de código

233) Pa1.·a evitar lo.s gastos de mensura r, los dOminkanos se ingeniaron


rdactar ''recibos de ventas'' en los cuales declaraba n '•otorgar carta de pago y
recibo en forn1a y no püdiéndQle oto1·gar una venta formal de este derecho
de tierra por no estar mensurado como lo previene el Art. 16 artlcuio l Ley
No..2 del Código Rurnl mientras tan to se practique esta formalidad de
mensura... etet (Ver Archivo del l\fotario José Troncoso, protocolo del año
1836, Tomo 1 del 5 de enero de 1836; Archivo General de la Nación, Santo
Domingo).
234) A las plantaciones se les llamó 1'habitación" y a su producción '1gra nd
culture" en contraposición a la "petit cultm·e".

157

de trabajo agrícola] basado en el principio que 'todas las personas quef no


estuvieren en actividades oficial es tales como militares, obreros O"'
empleados púbJicos, o que no tuvieran profesión¡ debían dedicarse.sea a·-.
cultivar la tierra, o a trabajar en et corte de maderas para la exportación;;: y
deberán suscribir con los propietarios contratos sinalaginá ticos, que)
garanticen mutuamente las relaciones de las partes'' CA.rt. 45), 1J
ermi4{ tiéndose contratos individual es o coleétivos. Se estabieció que
niugúnX} contra.to podía durar menos de dos años ni inás de 9' en
plantaciones dét!· cultivos secundarios, ni menos de 3 ni ·más de 9 para otros
cultivos ni: m enos de 6 m eses ni más de un año para cortes de madera para
expor:\ tación. Se hizo obligat9rio redactar esos contratos en papel timbrado y;)
ante Notario, estableciéndose fuertesmultas para los propi etarios qué'
no l ohicieran así. Seprohibió que un trabajador pasara de un patrori.6".
a otro antes de haberse terminado su contrato con el primero, bajo peu·it·
de multa y de devolución del trabajador a su primer patrono. Se esta:..: bleció
un régimen de aparcería agrícola mediante el cual un capataz·:: al mando de
un grupo de trabajadores contrataba con un pTopietario'_, de tierras, para
cultivarl as. El capataz recibía la mitad de la cosecha ;> los trabajadores un
cuarto y el dueñ o el otro cuarto.Esto eu principi&f.. pues según eJ tipo de
producto, e·stas proporciones variaban. Como se'..:.'f observará, los pagos no
eran en dinero sino en especie. La distribuci6n fü; se hacía. al final de la
cosecha y en presencia del Oficial de la Policíá'/ Rural. Ningún trabajador
agrícola podía ausentarse de la plantaci ón,' :; donde trabajaba sin pérmiso
escrito del propietario o capataz y jamás·:0 por un período mayor de 8 días. A
los pateonos se les obligó a dar ali"".)!: n1entación a los trabajadores nlientras
los tuvieran trabajando, así cmn'óf: los útiles y aperos de labranza. Debían
asimismo darles 1nedican1entos: :' gratuitos y cuido de sus hijos pequeños
mientras las madres estuvierafr ·:j en el campo. Se estableció un& semana
detrabajo de 5 díasi con sábados':W y domingos libres. Se reglamentó el
horario de trabajo, la labor de las\,; mujeres y de los 111enores. · ·}:
Como existía el Servicio Mi litar en Haití en la época que c01nenta ,;;:; mos se
permitió a los solclados contratarse como trabajadores agrícolaf:::
por períodos cortos, bajo los mismos requisitos de los demás trabajado. .(. res,
pero con la obligación además de dar servícios gratuitos de man':<'/' tenimiento
de canales de riego} pozos, arreglos de cercas y bornesi etc;--:,,·': Se creó una
Policía Rural encargada del cumplimiento del Código_ :''
y sus miembros servan además de amigables componedores cuandq_·.:J,
había algún c-0nfilcto entre trabajadores y patronos. De no haber arregló,::\':' el
asunto lo conocía el Juez de Paz de la Con1ún en un proceso rápid n:/
Y sin eosto. ' ,,_,

158

La Ley 4 del Código se ocupó de los hatos ganaderos y por conse cuencia fue
la más importante para los terratenientes domi nicanos. En ella se estableció
que no podía n establecerse hatos en las cercanías de cultivos agrícolas. A los
hateros se les prohibió tener sus pre.dios sin
cercar, quen1at los pajones sin autorización del Policía :Rural, transfe rir sus
animales de un lugar a otro sin permiso y tener animales per tenecientes a otro
hatero Todo anüual .encontrado fuera de cerca era
confiscado y vendido en pública subasta. Ningú n hato ganadero podía tener
más de 5 peones. Las mismas reglas para la contratación de en1- pleados que
existió para la agricultu ra se exigió para Ja ganadería. Se permitió a los
peone.s tener anin1ales propios que debían mante11e1·se ju nto con los del
dueño; pero el costo de su mantenimiento era dedu cido de la remuneración
del peón . Si un animal era encontrado dentro
-, de un cultivo agrícola; su dueño quedaba obligado a pagar los
daños que hubiera causad o y de no hacerlo el animal ei'a vendido en pública
subasta y el prod ucto pasado al dueño del cultivo como inde1n11ización. La
Policía Rural y los Jueces de Paz fueron encargados de la aplieaeión de tod
s estas disposiciones.236 Los Ayuntamientos fueron
' encargados de asesorar a los füncionarios citados en la aplicación del Código.
La .Policía Rural estuvo compuesta de inspectores y guarda campestres y
tenían derecho a pedir la ayuda del ejército en caso de necesidad en la
aplicación del Código y del castigo de sus infracciones. En cada común se
ordenó la creación de Consejos de Agricultu ra, con1- puestos por los
propietarios más importantes del lugar, encargados de velar por el
cumplhniento del Código, de fomentar la concordia entre los propietarios y
entre éstos y los trabajadores, de señalar a las auto ridades los abusos o
negligencias de los oficiales de la Polic1a Rural y de rendir informes
periódicos a los Comandantes Militares sobre la situación de la agricultura en
su común. Los Co111andantes a su vez debían rendir un infonne anual al
Presidente.
Otras disposiciones del Código obligab an a los trabajadores agrí
colas a repara r gratuitameute los caminos públicos de las comunes, bajo pen
a de prisión si no se presentaban cuando eran requeridos para esos trabajos.
A los trabajadores no se les permitió tener reuniones ni fiestas nocturnas
excepto los sábados, domingos o días de flestar bajo pena de prisión.
El Código Rural fue un conjunto de 202 artículos abarcando una enorme gama
de disposiciones, de las cuales sólo hemos mencionado las que hen1os
considerado más destacadas. Fue un intento ambicioso de

235) A partir de una Ley del 15 de noviembre de 18a9 las funciones de los .J
ueces de Paz en la aplicaión de este Código fuen;m pasadcis a los
Comandantes Militares de los) Arrond isments.

159 1

mo dificar radicaln1ente la producción agrícola en la Isla, aunque comó se


habrá observado implicó un retroceso en cuanto a la independenda y la
libertad de contratación de los campesinos. Si bien no reimpla ntó l'' esclavitud
se quiso llegru cerca. Pero el Código no cumplió su cometido(
y podernos setlalar 6 causas para su fracaso:1) el analfabetismo de I6s
,encargad os de aplicarlo; 2) su complicación .v minuciosidad; 3) el póc_
interés de los trabajadores de labora r bajo el sistema implantado· 4) i poco
interés de los militares en hacerlo cu1np lir; 5) l.a falta de fondo
para su aplicaei6n y para la vigilancia y el castigo de las infraccion ·s'
6) el imposible cumplinliento de algunas de sus cláusulas, como la q't( exigía
que los contratos entre trabajadores y patronos se hicieran p·(n' esctito1 ante
Notarío y en papel timbrado. Además como dice Ardouin ij;
¡'Después de haber pasado 20 años del establecimiento dela Rep-úbJie·ª:;·
después de haber tenido la entera libertad dada por Petión para que· cada
cultivador trabajara su campo como creyera conveniente, despüé"s: de
haberse distribuido las tierras por aquél (Petión) y su sucesor (Boye});· sobre
todo después de haber los trabajadores agríe.olas gozado de la
facultad absoluta de locomoción, no resultaba posible ilnponer reglas. que
tendería al antiguo estado de cosas que recorda ban con horror y:
que tanto habían luchado para destruir". En la parte dominicana, lá reglamen
taciones tan numerosas y c01u plicadas sobre los hatos, sobr. .. los contratos
entre dueños y peones y las otras disposiciones que s;1
encontraban en contraposición a los antiguos sistemas de tenenci:a/
de tierra, de ventas, arrendamientos, etc., disgustaron enormemente. a
patronos y trabajadores por igual. Continúa diciendo Ardouin: ''Fu: aceptado el
Código mal que bien durante los primeros años en los d i.:
partamentos del occidente de la República; porque en los del este no...
fue acepta do de ninguna manera". Las autoridades misn1as reconoc_ie7'1 ron
la in1pos ibHidad de ejecutal'lo y así lo advirtieron al Gohierno.237 ;:;]
En resumidas cuentas, las autoridades haitianas hicieron grandé$-,, esfuerzos
para n1odifica r el sistema de tenencia de tie1Lras en Santo no;':.
iningo. Pero poco fue lo que lograron de positivo. Es cierto que duranté;:'.
el período que estudiamos, la producció n agrícola aumentó en Ja parte:;
dominicana, pero el sisten1a de tenencia de la tierra no fue básicamen 1.l
te alterado y no se prod ujo la revolu ción añorada. La Iglesia Católica·k
. .... ,

236) Ardouin. Etudes Sur... l.8J e. 1, pp. 6-8.


237) Ver Ardotün t Etudes. Swt:.. 1. Si c. 1, pp. 6-8.
238) Durante el perlado haitia.1101 los traspasos de terrenos comuneros
contíuuarori- :: haciéndose en la misma forma. que baJo el periodo colonial
español, u tiliiánd-0se,·', siempre el término "peso,' y las clemás füt•mulas
jurídicas del derecho castellano/. y del indiano. Ver Archivo Real de
Baya.gu.ana , Libro 20, Nos. 13y 38 y muchos otros más. Arc.hivo General de
la. Nación! Santo Domingo, R.D.

160

;:_"...perdió su posición de terrateniente pod eroso para no ·ecuperarla


;:.Jamás, y algunas de las grandes propiedades de los emigrados fueron
,:;:parceladas. Pero concluid-o el período haitiano, la tierra dominica.na 'sé
encontraba bajo el mism o sistema arcaico, injusto y antieconómico "·que venía
padeciendo desde la época de la domín acíón española.238
.· ·:
,;.
'· .
La clase milita1·jugó un importante papel en la historia haitiana
y su incidencia en la política y la administración pública del país fue
. ·profunda. Mil itares fueron los comandantes de los arrondisntents y de
.-: las comunes y a todos se le asignaron fl.mciones de tipo civil, formando
.· parte de las comisiones de administración interna de cada municipio o
:; departa1nento .Todos los presidentes de la época provenían del ejército y
- hasta un general fue Gran Juez de la República de 1827 .a 1843.Los
gastos
. militares consumían algo más de la mitad del presupuesto de la Nación.
En 1822 las fuerzas milita res haitia nas estaban compuestas de 1¡
. dos organizaciones: el Ejército y la Guatdia acional. El Ejército or
ganisn10 permanente integrado por militares de carrera, asalariados y
\· sujetos a disciplina militar, estuvo dividido en Guardia Presidencial, la
:::; gendarmería y 30 regimientos d;e infantería de linea.La gendarn1ería era
una policía montada, encargada del cotreo tanto civil como oficial, de ejecutar
las órdenes de los tribunales y velar por la tranquilidad pública en las ciudades;
sus miem bros debían t,ener po-r lo inenos 3 afios en el Ejército . Cuando
Boyer ocupó la parte oriental incorporó al Ejército haitiano los batallones de
milicias criollas existentes bajo el régimen español, convirtiéndolas en los
reghnientos 31y 32 de In fantería con ..,ede en Santo Donlin,go y creó un
nuevo regitniento, el 33, con alistados de Santiago, La Vega y Puerto Plata
disponiendo que los nuevos regim ientos deberían ca1nbiar de unifor1ne para
ser similares a los otros del Ejército regular.239
La Guardia Nacional fue un cuerpo compuesto por todos los ciudadanos
varones entre 16 y 60 afios co1no organis1no de emergencia para casos de
peligro nac ional. Estaban exentos de este servicio obligatorio los miembros del
Ejército regula1, las personas dedicadas a faenas agríColas y todo el que
tuviera más de 7 ijos legítimos. Se organizaban por común y su única función
en tiempos de paz era realizar ejercicios militares cada cierto tiempo en la
plaza de las ciud ades y ser pasados en revista cada 3 meses. Los miembros
de la Guardia

.239) Ver deeret-0s del 16 de febrero y del 12 de marzo de 1822.

161 I,
1·.-:·r-:--:--·,-·

Nacional no percibía n sueldo y debían ellos 1nismos proveerse de sÚ:'


unifor1nes, armas y equipos. El Presidente de Haití designaba a f · Oficiales
superiores de la Guard ia Nacional .pero los demás oficialtf eran escogidos por
la 1nis1na tropa y su disciplina yjusticia militar erart también asunto interno de
lós batallones de cada común. ·
Este servicio milita r dentro de la Guardia Nacional llevó a tod.á
la juventud urbana domin icana a servir bajo las armas, circunstanciá que fue
aprovech ada por los que ten ían ideas separatistas par · entrenarse
en táctica y disciplina 1nilitar con fines ulteriores. Así vem ._, que Juan Pablo
Duarte. fue cabo de la Guardia Nacional en 1834 pal:'
ser escogido Capitán en 1842 pot sus propios compañeros y luego se
ascendido a Coronel en 1843 tras la caí.da de Boyer. Pedro Santana llegtj
a Capitán de Caba llería; Felipe Alfau fue Coronel en 1343; Eusebi. · Pnello,
Capitán en 1840 etc. Así, futur os jefes civiles y militares de r
República Dominica na tuvieron sus prin1eras experiencias militare-·:
bajo la bandera haitiana como miembros de la Guardia Nacional,24Q . ·:

Fin del Período Haitiano (1843)

Desde el primer momento de la unificación, losgobernantes haitiano


comprendieron que si querían estabi lizar esa situación, debían act11ar cofrt
cautela y no precipitarse en tratar de homogeneizar ainbos pueblos. Boye1\/'
en sus priineras proclan1as e instrucciones había puesto en evidencia su.
intención de llevar las cosas al paso y de no enajenarse lassimpatfas delos:
dominicanos.241 Ellos co111prendieron que J a unificación política no serfa ,"
pern1an ente sí no se llevaba a cabo una similar en los demás can1poS'.<é
Veamos cón10 trataron de hacerlo y en qué medida lo lograron. ' .·..

240)

241)

: ··.;;.:;·.
Ver: E.Rodríguez Demol'izi: En tomo a Duarte. Santo Domingo: 1976, pp.9-1;
Pa.pek;'.? del.General San'tana.Roma: 1952 p. 46; y Hojas de Servicjo
de1Ejérc1to Dominica no; :· Santo Domingo: 1968.
En sus instruccion es del 11 de febrero de l822 a las nuevos Comandantes
militares>:
de las eomune.s del este, Boyer les instruye: "Uds. deberán hacer remlir al
cura, a las_:\ autoridades-civiles y oficiales de la G_uardia Nacional} p.ra que
en rededor de Uds. ._, se les comunique a todos y se les explique la razón de
vuestra misión. Aprovecharán 'i: esas circunstancias para hablade. de .modo
ele \"1-Umentar y reafirmar su confianza <:: en el gobierno y su amor a la
República. Como agentes mios; Uds. no ejercerán / niugmi.a autoridad
ejecutiva, sino que vuestras funcim1es serán las de un mentor, ••• . de un
consejero1 de un superv1sorsobre la ejecución de las leyes, de un explorador.
< de un observador en fin, en el ámbito de la jurisdicción que os he asignado.
Et ·. ·=
interés de la República es que el pueblo de la parte este cambie tan
prontamente )_.:'• como se pueda, sus hábi. os y costumbres para .adoptar los
de la República a fin de:o:::·:
que la fusión sea perfecta, y que la diferencia que hasta ahora ha existido y
que s/{
autoridades qQ.isieran mantener, desaparezcan. Para lograr esta finalidad tan
esencial ,_;g::
e importante, no debemos provocar choques; no debemos precipitamos ..."
>

162

, Se legisló en 1823para establecer una uniformidad en lospesos y las


inédidas, disponiéndose que las operaciones comerciales se hicieran en
'quintales envez de en libras y que los cálculos se hicieran por centenas y
,..11llares. Las disposiciones sobre inmuebles exigían que los cálculos se
tiliera n en ''carreaux' únicamente. En los documentos de la época en
já parte dominicana, se evidencia que el cambio no fue inmediato y que
1 :éturante todo el período de unificación se usaron indistintamente tanto
'"fas viejas medidas y pesos españoles y criollost como las exigidas llOr las
:f'h;uevas leyes. En noviem bre de 1824 Boyer dispuso que a partir de 1825
:toda comunicación de los particulares con el gobierno debía hacerse
.::'én francés, y que todos los documentos legales o judiciales emanados
·;::ie las autoridades la. parte del este tenían ta1nbién que escribirse
· n francés, incluyendo en esta disposición los actos de estado civil y
,,':Jos notariales. De estas disposiciones sólo se cumplió la primera, o sea
Ja que exigía que toda instancia a las autoridades se hiciera en idioma
:,.,.:francés pues los actos judiciales y legales continuaron redactándose
:::en español. En efecto, las sentencias de los tribunales en la parte este,
:Has documentos notariales, munici pales y de otro género, se siguieron
;.·escriturando en idioma español y usando los ténninos y expresiones
ttradicionales.242 Es curioso observar los testamentos de la época, donde
\ ·s.e continua ron usando los modismos y frases de corte medieval y con
X fuerte concepción religiosa e hispana.
:_. En interés de increm entar el trabajo agrícola, poi·leyes de 1826 y
,:: de 1835 seredujeron los días defiesta religiosa que en épocas españolas
.: eran rnuchos. Se dispuso sólo celebrar las ftestas patrias consagradas
· por la Constitución, 243 y los días de mayor trascend encia religiosa.
Las
fiestas religiosas tradicionales dominicanas fueron abolidas como días
:: no laborables, excepto que cada parroquia podía declarar festivo el
:, ,· dia de su santo patrón En este mismo sentido por decreto del 1830 se
· proh ibió celebrar lidias de gallos durante los días laborables, en razón
de que esta entretención, tan ·popular en la parte este,. distraía a los
dominicanos de su obligación de trabajo en el campo. Otra tentativa. de ¡F
borrar los vestigios del período español fue la orden dada por Boyel' el
12 de junio de 1830, disponiendo la sustitución de los escudos españoles
por los de Haití, en los edificios. públicos de la parte dominicana. 1
Pero la verdad es que ni la paciencia de Boyer y sus comandantes,.

242) Véase el Boletín d el Archivo General de la N cu.:i6n. "Sentencias penales


de la épúéa haitiana de 1822 a 1831t (79-87). Asimismo Archivos Notariaies y
Libros de Actos de Estado Civil en el ,.i\rc1üvo Nacional Dominicano.
243). Estos días eran el Día de la Independencia haitiana {enero 1), el Día de
la
Agricultura (mayo 1) y el Dia del nacimiento de Peti6n (abril 2).

163

ni las muchas disposiciones tendientes a armonizar a ambos puebloS.:··


J ograron que los do1ninicanos se asinülaran a la nación haitiana . ··'
A la catástrofe económica; la desvalorización de la moneda, los.
muchos impuestos y otros problemas 1 se unió el desastre natural de · terrible
terremoto que asoló la isla en 1842 y que destruyó varias cfii:' dades en ambas
partes ele la Isla. Además, con el pasar de los años,= el.
gobierno de Boyer se fue haciendo más personalista y n1ásdespótico.:.'A:·
med ida que envejecía el Presidente, sus comandantes en las distinta '
co1nunes asu111ían mayor conb"ol y actuaban con 1n ás arbitrariedad. : ·
Cuando se celebraron las elecciones para la Cámara ele Repret
sentantes en 1841, muchos de Jos diputados elegidos eran considerados "
adversarios del régimen de Boyer; y cuando se reunió la Cámara en\
abril de 1342 la mayoría, adicta al régimen rechazó las credenciales d;
[ muchos de los diputados de la oposición, entre ellos los dos diputado$: por la
Común de Santo Domingo, Domingo Benoít y Alcius Ponthieux y sus sup
lentes fueron elegidos en sesión secJ·eta de la Cán1ara. Así\ los últimos años
de Boyer fueron, además de un desastre econó1nico 3' político) una paulatina
regresión al despotís1no.
Los grupos liberales, tanto haitianos y donün icanos, encontraron·,,
la coyuntura política favorable y en 1843 se lanzó en Praslin el Mani.:: :
.tiesto que llan1aba a derrocar el Gobierno. La revuelta cobró fuerza-·:
y en n1arzo de 1843, viéndose peJdido y abandonado por la mayorían de
sus ,jefes militares, Boyer dimitió y se embarcó para el extranjero ;··} Así
terminaron los 25 años de régimen boyerista. Su calda fue de gran. .;·...
trascendencia para los dominicanos. · ··

La Refor1na
Tras la caída de Boyer, en cada departamento se formaron "Juntas \:
populares'' que asunüeron todas las funciones guberna tivas provisioi. ,
nalmente, y para la República entera se formó una Junta Provisional ' de
Gobierno compu esta por cinco generales y encabezada por Charles :.
Herard.244 Quedaron disueltas las Cámaras Legislativas y destituid o{< la
1nayor parte de los altos funcionari os civiles y militares del antiguo <.-'
régimen, excepto aquellos que se habían plegado oportunamente a la:.. :
{ revolución. .:'
.-
Las nuevas autori dades se impusieron a la d ifícH tarea de ...+"

244) La .Junta Popular de Santo Domingo quedó compuesta por Akius


Ponthieux, .ruan c;:
B. Morí.n 1 Juan Pablo Duarte, Manuel Jiménei, Pedro Aleja ndl·ino Pinat
Renügio .."' del Castillo y Félix :&1ereenario. (Ver Vidade Juan Pablo Dtw.rte,
por Pedro Troncoso · Sánchez), Santo Domingo: Instituto Du.artiano) 1975.. p.
136.

164

:·:::f:ga nízar el país y a prepara r el establechniento del régime n


''hitivo que sería escogido por el pueblo.
· ?s:: El ntovimiento revolucionariot que culminó con la caída de Bo- 1
(que se Ua1nó HLa Reforma n auspiciaba profundos cambios en la
'[ti.ca haitia na y se inspira ba en las ideas liberales más en boga en
fu.ó"lnento. Se quiso descentralizar la adnünistra ción públi ca1 demo-
.'\'tizar las instituciones, dar la autonomía a los municipios y sanear
. •,<;·1fualtrecba econom-ía.·
·\_._· Una serie de leyes del tiempo de Boyer fueron dei-ogadas, especial éi1te
la del 8dejulio de 1824 que tantas quejas había suscitado entre los
. ?mf nicanos, la cual f1e sustituida por un Decreto del 17 de diciembre
·éA843 que dispuso pennitir que los te1Tenos comuneros se rigieran por
'"-: :antiguos usos y que los litigios sobre sitios comuneros se resolvieran 11
t
. rtre los propios condueños. El decreto confirmó las ventas o donaciones ¡1
:'é::terrenos expropiados bajo la ley de 1824, pero dispuso que aquellos
ué aún no habían sido enajenados por el Estado podrían revertir a sus i
('Ügttos dueños si éstos se encontraban aúnen la Isla o retornaban a ella ehfro
de los 3 años del Decreto. Asimismo si los herederos de un emi- 1cio residían
aún en el país y sus terrenos no habían sido transferidos
-(t:érceros, el.Estado se los devolvería. El Decreto declaró irrevocables Is
expropi aciones de tierras de la Iglesia bajo la Ley de julio de 1824, 'unque
entregó al Munieipio de Santo Domingo el liospital de Leprosos
:¡;:San Lázaro. El Decreto finalmente condonó todas las deudas de los
. áiiiculares frente al Estado proveni entes de las hipotecas, tributos y
· pellanías adeudados a los antiguos propietarios expropiados.
·7_(''· El Gobierno provisional quiso abrogar todas las disposiciones
,(fe Boyer que fueran impopulares Así, por un Decreto del 22 de mayo
\i.e 'i843 se derogó el co.ntroversial Código Rural. Asimisn10 quedaron
: µ: su condición original los Códigos de 1825 y 1826,. elin1inándose las
:;:;rrihdificaciones que habí.an sufrido desde su promulgación. La Ley de
-_(jrganizaci ón Judicial de 1835 tambíén quedó derogada siendo susti
:fúida por la de 1826.

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· Muchos de los impuestos gravosos de Boyer fueron suprími dos I·
· b -·rebajado s, en especial se dispuso suprimir todos los impuestos de
1
.-·. xportación (Decreto del 10 de agosto de 1843) y reducir en 50% los de
_> tmportaeión de alimentos básicos (Decreto del 24 de abril de 1843).
:t-._ Para alentar la n1arina n1ercante nacional, un decreto del 10 de agosto
«?de 1843 otorgó primas en dinero extranjero a todo barco de bandera
:,· haitiana que llegara del extranjero con mercancías. Se pidió a Francia
,: 'una m.oratoria en el pago de la deuda, pero fue rechazada. Finalmente
debemos citar el Decreto del 26 de diciembre de 1843 que autorizó a
., los funcionarios de la parte este a red actar sus documentos tanto en
i3.:•.

165

francés como en español, a.sí con10 otro del día siguiente que liberó :á/ tod a
autorización el corte de ma deras en la parte dominicana y reduf a la mitad los
impuestos sobre dicha.s actividades. . ..·
Todas estas inedidas liberalizadoras tendí an a congraciarse a·f·
ciudadanía y en especial a los habitantes de la parte este en donde -y'
eran evid entes los movimientos separatistas de los dominicanos.
medidas prorn ulgadas fueron inuy tardías, pues se vinieron a dictar.:
en su mayorí a en las postrimerías de 1843, cuando la organizaCi ·d del
movhniento independentista estaba muy avanzado y los ánimos y-' soHvia
ntados.
Pero la preocu pación inayor del gobierno provisional de 1843 fu dotar a Ha ití
de un régimen constitucional democrático, descentr· rizado, y en donde los
poderes del Estado pudieran fnncion.ar armónie ·: mente y con autonomía. Ast
pues, entre las primeras medidas tomad· fue la de convocar a una asan1blea
constituyente que redactara la nue·\r . constitución para sustituir la de 1816.
....
A esos fines, por un. Decreto del 4 de abril de 1843 se convocaron :" todos
losciudadanos mayo.res de 21años, con un año de residencia.
en·s1( c01nnnes respectivas y que tuvieran alguna '¡industria ',, a congregars
para elegir a los electores que habrían de nombrar a los constituyente&
Las elecciones se celebraron el 15 de jnnio. Quedaron elegidos 620 eleé.
tores (de los cuales 145provenían de las eotnunes dominicanas) y éstos, . su
vez, escogieron almes siguiente a los 124 miembros de la constituyent Cde los
cuales 29 representaban las co1nunes dominicanas). La AsambJe>· se reunió
en Puerto Príncipe el 23 de septiembre y tras tres meses de d¿' liberaciones
promulgó la Constitución de 1843. Este texto constitucioni{ es importante no
sólo porque consagró en Haití nuevos conceptos sobr... la forma del Gobierno,
sino porque a los dos meses de promulgada s·':
produjo laindependencia de la parte este. Este último hecho parecer'·. hac.er
innecesario estudiar aquí dicha Constitución, pues apenas rigfo:. en la parte
oriental de la Isla. Pero resulta que en J.a discusión de ·esá'
Constitución partieiparon algunos domínicanos que luego fu ron figuta'
irupo1·tante s en la formación del Estado doulinicano y fue ese texto Únq de
los que inspiraron a los prin1eros constituyentes de la nueva uación.M5,
Así, pues se puede aseg'Urar que la Constitución haitiana de 1843 fu, la
preconstitución de la República Dominicana. ' Esta Constitu ción sirvió
también de modelo a todas las otra , constituciones haitia nas y su formato
se ha venido prod uciendo en gran.
parte en las constituciones de la República Dom inicana.

245) Buenaventura Báez, Dtlauuel Ma. Valeneta y otros diputados a la


Constituyente: hafüana de 1843 fueron tambíén. representantes en la
Constituyente dominican"a. de San. Cristóba l en 1344, como se ve1·á. ·=\,

166
11
l
1

L.. Fue liberal en extremo, especialn1ente si la co111paramos con las


btfstituciones anteriores. Las m áximás, principios y nor1nas morali
adoras de la Constitución de 1816 se echaron de lado para dar paso a
iistituciones concretas y a mecanismos que den1ocratizaba n el régin1en
·:oÜtico y daban preeminencia al poder legislativo y recortaron las ultades del
Presidente, el cual sería elegido por 4 años y no podía
2é·eiegirse en el período siguiente. Se inantuvieron las disposiciones
'líe coartaban a los blancos y extranjeros poseer la tierra afianzándose
.· jgo más pues bajo ningún concepto se permitió que ellos pudiei·an
ciudadanos. La esclavitud continuó prohibid a, pero no por una
... º( ·
declai-ación forma l orno en las anteriores constituciones, sino que
'Íaoiihertad individual estuvo encabeza ndo la lista de los derechos de
ls ciudadanos . El Art. 37 permitió la existencia de más de u11 idioma
· h Haití, con lo que se quiso constitucionalizal' el per1niso dado en ese
nismo año, para que los don1inicanos pudieran usar el castellan o
eh.su actos y negocios. Desaparece el texto que declaraba la religión
éatólica con10 la oficial, declarándose absoluta libertad de cultos. Los fe
iresentantes de las comunes ei·an elegidos por vía directa cada 3años
'.Y I.os senadores cada 6 años, por vía indirecta, o sea, que las asambleas
i'electorales (elegidas por los ciudadanos}designaban a los senadores. El
enado y la Cámara de Representa ntes reunidos constituían la Asam
.blea .,.acional cuya misión era proclan1ar la elección del Presidente de
Jla República, decla rar la guerra, aprobar los tratados firmados por el
(Ejecutivo, autorizarlo a contrata r einpréstitos, declarar an1nistía, auto ':riza r
el establecimiento del Banco . acional y modifica r la Constitución. La
supremacía del Poder Legisl ativo sobre el Ejecutivo se constata por
·,el hecho de que, si bien el Presidente podía vetar una ley aprobada por
'.'.Tas Cámaras, si éstas insistían en aprobarla de nuevo se convertía en
,' ley pese a la oposición presidencial. En cuanto al Poder Ejecutivo, se
)·: dispuso elegirlo cada 4 años por vía indirecta, es decir que las asam
.. · bleas electorales lo escogían, siendo éstas a su v z escogidas por las
_::i asan1bleas primarias compuestas por lo. electores) quienes eran todos los
ciudadanos mayores de 21años poseedores de bienes inmuebles, o
'¡;:
explotadores de granjas arrendadas por más de 9 añosj o provistos de una
profesión, empleo o industiia. No había vicepresidente, sino que en caso de
falta. definitiva del Presid·ente había que hacer una nueva elección, pero sisu
falta era tem.pm·al el Consejo de los Secretarios de Estado ejercia la
presidencia interinamente.Todos los actos del Presidente tenían que ser
·' · refrendados por su Secretario d.e Estado. La Constitución dividía el país en
Departamentos,estosen Arrondísments y estosúltin1os encomunes.Losjefes de
Departamentos y de Arronclisments eran designados por el Presidente, pero lo
de las comunes eran elegidos dh·ectamente por los ciudadanos.

167

Estas autoridades numicipales eran el Alcalde y los C01nítés Municipales·


El Poder Judicial tenía dos interesantes innovaciones:sus iniembr· eran
elegidos (contrario a la Constitución de 1816 que los ponía a sé designados
por el Presidente) y se establecieron las coties de apelación:' :ü
elección de los jueces de paz era directa por los ciudadanos del municipl la de
los jueces de primera instancia y las cortes de apelación por·( asambleas
electorales y la de los de la Corte de Casación por el Senad·o··d listas
presentadas por las asambleas electorales. El cargo de Gran Juez · ,,
suprimido por la Constitución de 1843. Otra innovación fue que la Guar"dl·
acional quedó bajo el mando de las autoridades municipales, no lié
Presidente como durate el régimen anterior. . , Cuando se estudie la
p1im,era Constitución dominicana, se verá s: parecido a la Constitución
haitiana de 1843. - ,
Las disposiciones liberalízantes del gobíerno provisíonal, así como)t
de la Constitución, llegaron muy tarde para aplacm·los ánimosde los doníl
nicanol que estabanya decididos a en1anciparse.Las eleccionesn1unicipaÜf
del 15 de julio de 1843 dieron triunfo en la parte este a los candidatos·qu':
sustentaba n la idea separatista. ,.F"t,
El 16 de enero de 1844, unidas todas lastendencias entre los domin¡· ¿ nos,
selanzó el Manifiesto quejustificaba la Independencia y el 27 defebréF' se dio
en Santo Domingo el golpe que puso fin a la ocupación haitiana. ?_)}:
Termina así los 22 años de unincación de la Isla bajo un solo gobierncf
donde setrató generalmente por medio de leyes y de la persuasión
de u¡h.
ficar no sólo el derecho, sino el idion1a, el sisten1a de tenencia de la tiet+1 la
economía y hasta las costumbres de los habitantes de la parte este. Vil,' vimos
cómo se trató de hacerlo y el poco éxito que se tuvo. Lo principal qu''·: quedó
del período haitiano fue elreconocim iento poi' parte de los polítkQ,s
y juristas dominieanos de la superioridad del derecho haitiano, trasplanf l' del
francés, sobre las antiguas leyesJ costumbres, fueros y conceptos. dl'· derecho
indiano español. \,_<\"
A los 350 años del descubrin1iento dela Isla, conquistan los habitant:e .
de su n1ás ext.ensa parte Odent:al el derecho de darse sus propias leyes y d''
.administrarse a sí mismos, según les pareciei··e a ellos; no como antes
s·egÓ:.r
lo dictaran reyes gobernadores, consejos o congreso.s extrafi.os.
Termina así esta in1portante etapa del derecho dominicano en qu··_·¡ fuimos
colonia de tma metrópoli europea o estuvimos unidos a otra nació·. vecina. En
1844 al fin se present.óla opo1tunidad para darnos nuestra organ · zación
política, esdech', que ya no teníarnos que tener un "derecho indianó}( francés)
español u haitianoH. Íbamos en adelante a poder crear el ''derech.ól
doudnicano". .":}i
·_:::'.'.{·

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