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Felipe II de España, nació en Valladolid, 

21 de mayo de 1527 San Lorenzo de El


Escorial, Murió el 13 de septiembre de 1598.
Fue rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte,
de Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves como Felipe I desde 1580,
realizando la tan ansiada unión dinástica que duró sesenta años.
Fue rey de Inglaterra e Irlanda iure uxoris, por su matrimonio con María I, entre 1554 y
1558.
Su reinado se caracterizó por la exploración global y la expansión territorial a través de los
océanos Atlántico y Pacífico.

Con Felipe II, la monarquía española llegó a ser la primera potencia de Europa y


el Imperio español alcanzó su apogeo.

Consejo de Castilla
Consejo de Aragón
Consejo de Portugal
Consejo de Italia
Consejo de Indias
Consejo de Flandes abarcando los territorios disputados con las Provincias
Unidas(Bélgica, Holanda y Luxemburgo).

Parece haber sido intención expresa de los Reyes mantener un control estricto y
minucioso sobre el acontecer político y jurídico en sus colonias, por lo que crearon un
mecanismo de equilibrio de poderes en las distintas demarcaciones en que se dividieron
las tierras del nuevo continente. Esto parece que lo hizo la corona con el fin de evitar la
creación de feudos o de funcionarios demasiado poderosos e independientes del Poder
Real.

"mientras pudiera surgir la polémica entre las dos potestades (el Gobernador y la Real
Audiencia), eran más difíciles las extralimitaciones”

Durante ese primer período, que podría llamarse de "política colonizadora", la propiedad
se adquiría por donación gratuita diré ti de la Corona o indirectamente a través del
Gobernador y la Real Audiencia.

Estas donaciones se hicieron generalmente a los nuevos pobladores que fuesen de


"condición y calidad"

El título o "merced “no se les libraba inmediatamente, sino cumplidos cuatro años de
haberse iniciado el fomento agrícola de las tierras
Cuando un español obtenía del Rey una "capitulación" para fundar un pueblo, recibía
también el derecho a repartir solares y parcelas entre los pobladores que trajera,

Luego en 1558 por Real Cédula de Felipe ll se autorizó a la Real Audiencia de la Isla
Española a dar mercedes de hasta mil fanegas de tierras baldías
De las disposiciones citadas se deduce que el derecho a toda tierra provenía de un
documento emanado del Rey o de su representante local, denominado "Merced Real".

La Corona se consideró siempre con derecho a dar tierras y que la "primera ocupación"
por parte de particulares no jugó ningún papel en la adquisición del derecho de propiedad
territorial.
No existió en la América Hispana el derecho de una particular de poder adueñarse de un
terreno hasta entonces desocupado.

Pero a partir de la segunda mitad del Siglo XVI, comenzaron en España las guerras
dinásticas con los consiguientes gastos del Tesoro y, como consecuencia, una gran
demanda de fondos provenientes de las colonias.
A partir de ahí se inició un segundo período de política fiscal territorial en la española.

Muchos pobladores habían tomado más terreno del que originalmente se les había así
nado en sus títulos. Ambos problemas indujeron a la Corona a buscar beneficios fiscales
en las operaciones inmobiliarias que se realizaban en sus colonias americanas.

Consecuencia de esto fue la Real Cédula del 1 de noviembre de 1591, llamada por los
dominicanos Ley de Amparos Reales, o "Real Cédula sobre la Restitución de las Tierras
que se poseen sin Justos y Verdaderos Títulos". Mediante esta disposición el gobierno
español reconoció que muchos terratenientes ocupaban más tierras de lo que legalmente
les correspondía, o que habían obtenido mediante títulos fingidos, inválidos o emanados
de funcionarios.

Para remediar tales males, el Rey ordenó que "toda la tierra que se posee sin justos y
verdaderos títulos, seme restituya según y como me ríos los que mostraran títulos, se me
restituya según y como me pertenece”.

A los que mostraran títulos válidos les serían confirmados sus derechos, pero la tierra ti
nada en demasía debía ser tornada al patrimonio real para que el Rey pudiera "hacer
merced y disponer de ella a m i voluntad".

Se estableció un procedimiento mediante el cual (asesorado de una persona "de letras y


conciencia") fijaba un término para revisar los títulos y dar confirmación escrita a los que
tuviesen títulos buenos, o justificasen "justa prescripción" sobre los terrenos que
ocupaban, sin pretender indemnización por el terreno que se le quitaba.

EL VIRREY: La figura tuvo especial importancia en la Monarquía española a partir de


los Reyes Católicos y su nieto Carlos I de España (V de Alemania) por la enorme
acumulación de territorios que, por su extensión y la imposibilidad de comunicaciones
rápidas, no podían gestionarse de forma centralizada.

Tras la Guerra de las Comunidades quedó claro que el centro vital de la Monarquía iba a


ser Castilla, algo que se confirmó con el establecimiento definitivo de
la Corte en Madrid por Felipe II, a excepción del breve período en que la Corte se trasladó
a Valladolid en el reinado de Felipe III.

En cada reino se instituyó la figura del virrey, y reformas dirigidas a imponer el poder real
por encima de la nobleza y el clero; incluso en vastos territorios del Nuevo Mundo la
instauración de virreyes confirma que estos territorios se consideraban como una
provincia del imperio.
 La importancia de dicha forma de gobierno llevó a que la historiografía denominara al
periodo histórico de su vigencia como "el Virreinato".

Los Virreyes fueron la máxima autoridad en las Indias (designados entre los miembros de


la gran nobleza o de la familia real).  Su actuación estuvo sometida a inspección
periódica, las visitas, aunque en la práctica gozaron de una enorme autonomía,
propiciada por la enorme distancia entre España y América y los largos períodos sin
comunicación.

Por debajo de los virreyes estaban las Reales Audiencias,  órgano administrativo y


tribunal de justicia con jurisdicción sobre los distritos en los que se dividían los virreinatos.

LA REAL AUDIENCIA fue el más alto tribunal judicial de apelación en las Indias, pues
contó con jurisdicción civil y criminal y una amplia competencia extendida incluso al
ámbito eclesiástico. Esto último debido a una de las facultades que el Real Patronato
otorgó a la corona. Era un organismo parte del sistema de gobierno de las colonias
españolas en América.
La creación de las Audiencias indianas, tuvo como principal objetivo reafirmar la
supremacía de la justicia del rey por sobre la de los gobernadores. El mismo tenía por
objetivo impartir justicia y hacer las veces de tribunal de apelación.

Sobre la Audiencia sólo estaba el Consejo de Indias, al que únicamente se podía recurrir
en los casos de mayor categoría. Al mismo tiempo, este tribunal real asesoró a la
autoridad política del territorio asignado a su jurisdicción y se constituyó en un organismo
consultivo de vital importancia para los virreyes y gobernadores.

Las Audiencias americanas estaban organizadas, al modo del Consejo de Indias, como
autoridades colegiadas. Se componían de letrados profesionales que, en principio, fueron
cuatro oidores y un fiscal presididos por el virrey o gobernador de la zona. Con el
transcurso del tiempo el número de estos funcionarios aumentó en los territorios más
extensos. Cada año, rotativamente, un oidor debía realizar viajes de inspección y
judiciales por las provincias que formaban parte de la jurisdicción de la Audiencia.

La primera Audiencia indiana fue establecida en Santo Domingo en 1511. A partir de 1527
y hasta 1563, la fundación de nuevas Audiencias en México, Panamá, Guatemala, Lima,
Guadalajara, Santa Fe, Charcas, Quito y Chile, marcó el proceso de la colonización y del
poder monárquico en América. Su rango aumentó al hacérselas depositarias del sello
real, tal como acontecía en las cancillerías peninsulares.

En los orígenes, se denominaron audiencias gobernadoras, ya que tuvieron no solo la


función de impartir justicia sino de ejercer el mando del gobierno en las zonas
conquistadas, previo a la creación de los virreinatos.
En este modo a través de las Audiencias la corona española buscaba controlar el poder
de los conquistadores, y comenzar a conformar un sistema de gobierno para las colonias.
En la Recopilación de Leyes de las Indias de 1680, se identifican tres tipos de audiencias:
 Las audiencias virreinales, que presidía el virrey;
 Las audiencias pretoriales, que presidía un presidente independiente del virrey;
 Las audiencias subordinadas, que presidía un presidente que dependía del virrey,
excepto para administrar justicia.

CONCLUSION

Durante esta larga etapa de 307 años, de 1493 hasta 1801, nuestras leyes vinieron de
España y nuestro sistema jurídico fue el de las Leyes de Indias.

Sin embargo, nuestro derecho actual no está basado en el Derecho Indiano, aunque
mucha de la idiosincrasia del pueblo dominicano tiene sus raíces en aquel período.

Fuimos "Cuna de América ", como se nos ha llamado románticamente, también fuimos
laboratorio donde se ensayaron por primera vez en el Nuevo Mundo las grandes
instituciones políticas y jurídicas que luego rigieron a todas las Indias Hispanas durante
tres siglos.

Ocupación Haitiana

La Ocupación Haitiana de 1822 trayendo así un importante periodo en la historia del


derecho dominicano, que podría denominarse como el periodo puente entre los siglos
coloniales y la etapa republicana iniciada en 1844. Con la ocupación haitiana se introduce
un sistema jurídico totalmente diferente al que había regido las etapas anteriores trayendo
consigo varias modificaciones de índole jurídica, tales como la abolición de la esclavitud.

Tras 22 años de ocupación y estar regidos bajo la legislación haitiana cuyos códigos eran
adaptaciones de la codificación francesa específicamente los grandes códigos
napoleónicos, se lanzó el manifiesto que justificaba la independencia y el 27 de febrero se
dio en Santo Domingo el golpe que puso fin a la ocupación haitiana.

En enero de 1844 se cristalizó la idea separatista, en un manifiesto del 16 de enero del


1844 se dispuso que el país sería gobernado provisionalmente por una junta de 11
miembros, que resumiría así todos los poderes hasta que se forme la constitución del
estado.

Las leyes dominicanas comenzaron a surgir a partir de noviembre del 1844 al


proclamarse la primera carta magna y nació la vida institucional dominicana. Pero, fue
necesario mantener en vigencia las leyes haitianas, hasta tanto se dictarán las
dominicanas, pues de lo contrario no funcionarían los tribunales, la recaudación de
impuestos, los municipios, las aduanas y otros organismos indispensables para la marcha
normal de la vida institucional de toda sociedad.

Anexión a España
El período de la anexión de la República Dominicana a España duró 4 años y 4 meses,
iniciándose en marzo de 1861y terminando en julio de 1865. Se trata, pues, de una etapa
corta en la vida política del pueblo dominicano.
Realmente el período es aún más corto, desde el punto de vista político y legislativo, pues
a partir de septiembre de 1863 casi toda la región del Cibao estuvo gobernada por los
dominicanos, que habían iniciado la guerra para restaurar su independencia, y
únicamente Santo Domingo, Samaná y algunos poblados de la Región Sur estuvieron en
todo momento bajo las autoridades españolas.
Desde septiembre 1863 hubo dualidad de leyes en el país: las españolas, dictadas
desde Madrid o por sus autoridades en Santo Domingo; y las dominicanas dictadas
por el Gobierno Restaurador con asiento en Santiago y que rigieron en las regiones
que se iban reconquistando.
Así pues, sólo por dos años se aplicaron en todo el país las leyes españolas y el impacto
de ellas parecería ser de poca trascendencia. Sin embargo, como la puesta en vigor de la
legislación española fue una de las causas principales de la aversión que el pueblo
demostró a sus nuevos gobernantes.
En resumen, después de haber disfrutado de 17 años de vida independiente y
constitucional, con elecciones de los funcionarios más importantes, con cierta libertad de
prensa y con tolerancia religiosa los dominicanos bajo la anexión sufrieron una dictadura:
y fueron sometidos a leyes ajenas a su idiosincrasia ejecutadas por funcionarios
desconocedores del medio.
Es cierto que la vi da institucional del país durante la primera República no ha sido tan
democrática como aparece en sus constituciones y leyes, pero siempre se estuvo bajo
una Constitución y por ella pelearon los dominicanos en más de una ocasión y se estuvo
siempre sometido al principio de que el poder polí tico emanaba del pueblo el cual poder
estaba claramente delimitado y con regímenes políticos que permitieran un mínimo de
derechos a los ciudadanos.

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