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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

DEPARTAMENTO ACADEMICO DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES

DOCCIER DIDACTICO
Asignaturas Sociedad y Cultura
lsalazar@uns.edu.pe- UNS – 2022
EEGG I ciclo-2022
SESION 14

TEMA 14.3

MANIFESTACIONES CULTURALES LOCALES VIGENTES Y ACTUALES

TAREA DE ELABORACIÓN CALIFICADA


Instrucciones:

I. Trabajo individual fuera de clase: Lea detenidamente el material, extraiga los conceptos
desconocidos, investigue, clare sus dudas y resuelva el siguiente cuestionario.
1. Resuma las creencias y el poder atribuido al consumo preferente de determinados
productos agrícolas.
2. Explique los factores que influyen en la determinación preferente del consumo de algunos
productos agrícolas.
3. Explore en su ambiente familiar el consumo preferente de productos y explique la
valoración y los motivos de tales preferencias.
II. En clase, en trabajo colaborativo de grupo, comparta su aprendizaje y amplie su bagaje cultural.
Elabore organizadores gráficos de información conforme sea la determinación del grupo de
trabajo.
III. En el pleno de clase exponga su producción y contribuya en el enriqueciendo cultural de sus
compañeros, de la cosmovisión y el saber popular local.

SESION 14.3
LA MANIFESTACIONES CULTURALES LOCALES VIGENTES Y ACTUALES

CULTURA DE LA SALUD: CREENCIAS Y COSTUMBRES EN EL CONSUMO PREFERENTE DE


PRODUCTOS AGICOLAS EN CHIMBOTE
Autora
Dra. Lía Adela Salazar Soto
Docente UNS Chimbote- Perú
lsalazar@uns.edu.pe

Al estudiar las características del comportamiento del mercado local en Chimbote, encontramos
la existencia de consumo preferente de ciertos productos agrícolas de origen andinos. Dicha
preferencia en la consmovión popular se sustenta en un conjunto diverso de creencias y
costumbres respecto a las cualidades y propiedades que se le atribuye a cada producto.
Existen productos agrícolas con valores naturales y funciones específicas, para eventos también
específicos, que en la creencia popular han adquirido valores y poderes supranaturales, como
poder ahuyentador de malos espíritus, poder purificador contra la envidia y la mala suerte; valor
curativo de enfermedades de origen geo- fenomenológicos y maléficos, así como valor
revitalizador mental y psico - físico ante afecciones de energías negativas no identificadas.

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Creencia en el poder ahuyentador de las hierbas y plantas

En la cosmovisión popular local el trascendentalismo, espiritista es la acusa de muchas


afecciones humanas, es decir la propiedad del espíritu humano o animal para trascender la
barrera material del cuerpo en forma de anima o espectro y posesionarse en otros cuerpos
tomando formas fantasmagóricas que en el sentimiento de la gente infundiendo miedos y
generando daños contra la salud física o la vida afectiva de las personas a quienes se les aparece
(presenta). Estos cuerpos inmateriales son denominados como: duendes y muertos, para los
cuales en la cosmovisión de los creyentes las plantas portan poderes fitomágicos - curativos y
de ahuyentamiento de malos espíritu, entre estas plantas destacan principalmente: la sábila,
ruda, palo santo, baño de flores, ajo macho y begonia. Razón por la cual su adquisición en el
mercado tiene un valor de primer orden para el tratamiento de las afecciones generadas por
estos cuerpos negativos. A estas plantas se les adjudica la cualidad de limpiar y purificar el
cuerpo de malos espíritus.

Creencia en el valor curativo de algunas plantas

La El saber popular ha adjudicado a ruda poder curativo contra las afecciones de la salud como
producto del trascendentalismo geo - fenomenológico y maléfico. El trascendentalismo geo -
fenomenológico de impacto está basado en la creencia que ciertos fenómenos geográficos,
concretamente el aire tiene la cualidad de abstraer del anima (alma del purgatorio) las fuerzas
malignas, para luego abstergerse (limpiarse) en cuerpos vivos generalmente de personas de
alma débil en un encuentro predestinado, dando lugar a un ¨chock ¨ llamado ¨ el mal aire ¨

El mal aire, en la visión popular es una enfermedad provocada por un aire particular, que en su
curso ha entrado en contacto con espíritus malignos como: almas en pena, demonios y duendes
en eterno viaje y portadores de fuerzas negativas, que al liberarlos en el aire transfieren a este su
poder destructor. La enfermedad “mal aire” es la deformación física de alguna parte del
cuerpo y generalmente del rostro, al sufrir el impacto de una energía negativa portada y liberada
por el aire, que trastoca la vitalidad y normal funcionamiento del organismo, en términos
clínicos correspondería a la parálisis facial, pero en la cosmovisión popular, es el resultado de
un encuentro sórdido y súbito de un alma débil con las fuerzas del mal; es el sometimiento del
poder negativo cosmo omnipresente sin declaratoria (sintomatología) ni tregua para resistir por
quienes son afectados. El alma, es entendida como la sustancia espiritual e inmortal, capaz de
entender, querer y sentir, y que al morir el cuerpo trasciende en un viaje a la eternidad. El alma
de purgatorio, es esa esencia espiritual trascendente en eterno viaje sin descanso y sin paz,
cargada de energía negativa, las que debe liberar necesariamente para menguar su fatiga en un
viaje sin comienzo, ni fin.

Para este tipo de afecciones la tradición popular ha identificado diversas plantas como: la
sábila, begonia, ajos macho y principalmente la ruda con destacado poder curativo, razón por la
cual su consuno en el hogar del creyente se hace imprescindibles por lo que su oferta en el
mercado estaría condicionada indiscutiblemente por la demanda. Por otro lado, existe la
creencia de enfermedades como producto de maleficios, es decir brujerías, eventos mágico-
míticos que combina el espiritismo y el poder de ciertos elementos vegetales y animales para
generar daño premeditado a los individuos. Para prevenir e impedir el maleficio se usa
predominantemente la ruda macho y el ajo, a los que la cosmovisión popular le ha otorgado
poderes preventivos y de reversión.

Creencia en el valor revitalizador mental y psicofísico de algunas plantas


En la creencia popular el trascendentalismo psíquico espiritualista es causante de estados
mentales psíquicos y físicos humanos perturbantes. Consiste en sentir energía espiritual
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negativa presentes en el ambiente, pero imposibles de ser identificados por la psiquis humana y
que afectan el estado mental, quebrantan el animo y debilitan la energía física de la persona
para continuar haciendo algo que ha iniciado o que tiene pensado iniciar, este estado anómalo
de la persona es conocido como la enfermedad llamada malas vibraciones, causada por un
sórdido ambiente de energías negativas imprecisas, no se sabe con exactitud que son, ni de qué
se tratan, pero se siente y se sufre su impacto. Para este tipo de afecciones la naturaleza ha
dotado dos productos agrícolas con poder revitalizador para reasirse y sobre ponerse a las
energías negativas, esos productos son: insustituiblemente el ajo y el limón a los que le otorgan
cualidades curativas especificas para recuperar y equilibrar el estado metal psíquico y biológico
entre el bien y el mal.

La envidia y la maldición, en la ideología popular se concibe como un sentimiento de


impresión que se dirige contra una persona o cosa y muy particularmente cuando se exprese
deseo de que se le sobrevenga algún daño, generando como producto la maldad y que provoca
en la vida de las personas mala suerte; que implica la imposibilidad de lograr o alcanzar
objetivos trazados. Para este tipo de energías negativas irradiadas por personas en contra de
otras, en una situación generalmente de enemistad y envidia declarada u oculta, la naturaleza
ha prodigado y las personas la han descubierto y las cultivan tradicionalmente: la ruda, la
begonia y el palo santo, a los que les han otorgado poder purificador, por lo que su demanda
en el mercado también sea una necesidad.

Creencia en el poder curativo y nutritivo de algunos productos agrícolas

Entre los consumidores de productos agrícolas del mercado local, encontramos que el
consumo preferente también se define con atención al valor curativo de los siguientes
productos : zanahoria, al que se le identifica como portadora de vitamina A, adecuada para
recuperar la perdida de la visión y regenerar la piel; la caihua: para fortalecer los bronquios y
reducir el colesterol; el choclo y el plátano: para la limpieza del estomago; la naranja,
mandarina, el cedron y el eucalipto para las afecciones bronquiales y la limpieza de la sangre; la
beterraga, zarandaja, y la lenteja: para la anemia; la cebada: para la inflamación y la uva para
males del hígado.

Así mismo podemos señalar el valor curativo que se adjudican a la manzanilla, anís y orégano:
para males estomacales, como los cólicos e inflamaciones; el llantén, la cola de caballo y el
paico: como desinflamante para los golpes, las heridas; chanca piedra: para las afecciones al
hígado; la chicoria: para el mal aliento y el cólico de gases; la manzanilla: para cólicos
vesiculares; la sábila: para cólicos de gases; la hierba buena, anís, muña y manzanilla para el
susto, para la ulcera la papa.

Respecto al valor nutricional de las hortalizas, a la zanahoria y a la espinaca se le atribuye la


posesión de vitamina A, y vitamina E, además del hierro a la espinaca.

En cuanto a las leguminosas se le reconoce a la soya como portadora de calcio, hierro, fósforo y
carbohidratos, a la lenteja y a los frijoles de hierro y carbohidratos. En cuanto a las frutas a la
manzana se reconoce como una fruta portadora de complejo vitamínico, sales, calcio, fósforo,
potasio, sodio además de carbohidratos; a la papaya: calcio; a la naranja: vitamina C, E, A, y
por último al plátano: se le reconoce portador de carbohidratos. Existe en consecuencia en la
visión popular la convicción del consumo de estos productos por los valores nutritivos que
portan, por lo que en cierta forma la oferta estaría relacionada a la demanda conciente del valor
de los productos.

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COSTUMBRES O AÑORANZAS

El consumo preferente de algunos productos agrícolas entraña cierta continuidad de la tradición


vinculante e identitario con la tierra o la familia de origen. En ese sentido se pueden perciben
dos tendencias en los sentimientos y prácticas alimentarías: el valor familiar y la
identificación con el terruño (añoranzas). Dichos sentimientos predominan en un porcentaje
considerable (31%) de la población que denota consumo preferente.

Los productos que se consumen por representar valor familiar y sentimientos de apego a la
tierra son fundamentalmente aquellos conocidos como “serrano” (trigo pelado, papa, choclo,
maíz huarasino, oca, zarandaja, lenteja, entre otros), productos fundamentalmente de origen
andino, en oposición a los producidos en las costa; lo que revela que en cierta forma la oferta
de estos productos en el mercado responden a la demanda basada en un profundo sentimiento
de valoración de los productos consumidos en los grupos familiares que aun permanecen en la
tierra de origen.

El consumo preferente bajo este comportamiento afectivo e identitario constituye la expresión


vivencial de una añoranza a las costumbres y tradiciones alimentarias de la tierra donde se ha
nacido y ha vivido o se ha adoptado por extensión familiar (en el caso de los hijos e hijas)
como consecuencia de la litoralización de los padres de origen andinos (sierra) a efectos de la
migración campo - ciudad. A este sentimiento se suma la valoración del proceso de producción
basado en la fertilidad natural de la tierra andina, no contaminadas aún con la artificialidad
química de los nutrientes e insecticidas en el tratamiento del proceso productivo.

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