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UNI 5.

MITOS MAGIA Y SANACIÓN EN LAS POBLACIONES INDÍGENAS DE AMÉRICA


5.1 DEFINICIÓN DE SALUD.

A lo largo de siglos de existencia, la sociedad kichwa de los Andes Septentrionales, desarrolló una
serie de conocimientos y prácticas para conservar y recuperar la salud de sus miembros.

Muchos de esos conocimientos y prácticas de medicina tradicional provienen de la etapa de


consolidación del imperio Inca, otros de la cultura hispana durante la Colonia y otros fueron
creados por las culturas originarias pre-incas que habitaron los Andes ecuatorianos hace cientos
de años y han permanecido en el tiempo debido a su utilidad y eficacia.

El sistema de salud andino actual define la salud desde dos perspectivas de lo que para su
cosmovisión significa estar sano o tener salud.

1. El primero hace referencia a la salud individual o personal. El estar bien consigo mismo ( alli cai),
de acuerdo con ello una persona goza de salud cuando se encuentra en un estado de equilibrio
físico y emocional según su edad.

El alli cai se representa en personas con fisonomía robusta, capacidad autónoma para actuar y
hacer cosas de acuerdo a su edad y sexo, con una emotividad optimista ante la vida.

2. El segundo de los elementos que definen la concepción de salud, hace mención a un bienestar
colectivo. El vivir bien (Alli kaway). Es decir vivir cumpliendo las normas éticas de la convivencia
comunitaria, respetar el rol de cada integrante de la comunidad, respeto a la tierra (pachamama),
cumplir con las normas y preceptos religiosos de su comunidad.

Los dos elementos el “estar bien” y el “vivir bien” se complementan e integran el concepto de
salud de acuerdo al sistema de salud andino contemporáneo.

Las dos condiciones son interdependientes y se influyen mutuamente. Para que una persona esté
sana, la comunidad debe estarlo también; las dos condiciones deben darse simultáneamente para
hablar de un estado de salud. Es decir que, si una persona rompe las normas de la convivencia
colectiva no podrá tener un estado de bienestar individual; de la misma forma, si este estado
individual no existe, afecta al buen vivir colectivo.

De acuerdo al conocimiento indígena, las entidades naturales, sociales y sobrenaturales actúan


una sobre otras y generan reacciones positivas o negativas que influyen a nivel individual y a nivel
comunitario. Si una persona pasa por un lugar que tienen energía negativa como un cementerio o
un cerro encantado se produce una afectación a su equilibrio espiritual; al estar en este estado
negativo, la persona generará una influencia negativa sobre su entorno familiar y comunitario.

En el caso contrario, si la pachamama esta enferma por el mal trato y su mal uso, ese estado
influirá en todos los demás seres vivos, incluyendo a las personas y generando malestar individual
y luego comunitario.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003), la salud es un estado de completo bienestar
físico, mental y social, no solamente ausencia de afecciones o enfermedades. Es el bienestar
biológico, psicológico, social y espiritual del individuo y de la comunidad.

5.2 DEFINICIÓN DE ENFERMEDAD.

Para el sistema de salud andino contemporáneo, la enfermedad integra tres condiciones.

1. La enfermedad como alteración orgánica producida por condiciones físicas negativas como
pueden ser la mala alimentación, el clima, accidentes, contaminación, intoxicación y malos hábitos
de alimentación en general.

Las enfermedades de este tipo son las alteraciones del sistema nervioso, reproductivo,
respiratorio, circulatorio, urinario, entre otros, así como golpes y lesiones, etc.

2. La enfermedad como alteración pico-social producto de las malas relaciones interpersonales,


optar por hábitos externos a las costumbres de la comunidad, falta de ética e irrespeto a las
jerarquías sociales y normas de conducta de la comunidad.

Las enfermedades de este tipo son la pena, el sufrimiento, la ira, entrar en excesos o abusos, etc.

3. La enfermedad como alteración espiritual, generada por la mala energía de las personas,
entidades de la naturaleza o entidades espirituales que afectan al espíritu de una persona, dicha
enfermedad según la cosmovisión andina tiene un origen sobrenatural.

Las enfermedades de este tipo son el mal aire, espanto, llanto continuo, insomnio, mal ojo, susto,
etc.

Solamente al conocer la concepción de salud y enfermedad se puede entender el conjunto de


prácticas mágico religiosas de sanación que son empleados para conservar o restablecer la salud
de los integrantes de una comunidad indígena.

Es preciso indicar que a nivel comunitario se usan prácticas preventivas y curativas previo a un
diagnóstico y evaluación del paciente.

En la siguiente tabla se detallan algunas causas que originan una enfermedad.


SANADORES COMUNITARIOS

Las personas encargadas de realizar la sanación en las comunidades andinas son considerados
como sabios o personas de conocimiento que por su experiencia pueden curar o sanar a una
persona, los medios más conocidos para aplicar remedios tradicionales terapéuticos son las
parteras, los sobadores, los yachak y hierbateros.

Farinango et al. (2005), manifiestan y reconocen la existencia de sanadores terapéuticos


acreditados por sus propias comunidades: “Hombres y Mujeres de Sabiduría Ancestral”. Dichos
terapeutas empíricos dentro de las nacionalidades indígenas del Ecuador son llamados de
diferente forma según la población indígena donde habitan, así en la nacionalidad kichwa se los
conoce como Yachak, Taytas o Tayta Yachak (que significa conocedores, sabios, hombres o
mujeres con conocimiento y experiencia para sanar). De manera general en el léxico diario son
llamados como curanderos o chamanes.

Una de las características de estos hombres y mujeres es su fuerza y poder para curar; los modos
de obtener la fuerza y poder son diversos de uno a otro, puede ser un don natural que lo tienen
desde su nacimiento y que se incrementa con el pasar de los años, también puede ser que en
algún momento y episodio de su vida se manifieste mientras ayudan a sanar o curar a otra
persona sin tener idea clara de cómo lo hace pero logra llegar a un buen resultado; otros se inician
por vocación propia a través de un proceso de aprendizaje con un yachak o sanadores reconocidos
de su comunidad o de otras comunidades.

En el mundo andino, la capacidad de curar de cada sanador está apoyada en un espíritu o


divinidad que lo acompaña, le brinda protección y le da sabiduría. El ser un sanador o yachak no lo
es para todos, se necesita una afinidad y preparación para canalizar el poder y la fuerza propia y
de la naturaleza durante la sanación.

En el capítulo IV de su libro guía: Plantas sagradas y psicoactivas usadas por los saraguros en la
región sur del Ecuador, encontrará una clasificación más detallada se varias enfermedades de
acuerdo a la concepción andina de salud y enfermedad del pueblo andino Saraguro.
5.3 MÉTODOS TRADICIONALES DE DIAGNOSTICO

Entre los kichwas del Ecuador, es muy popular el empleo de un diagnóstico empírico con cuy, con
vela, con huevo, mediante el análisis del sueño, examen visual de la orina, el examen físico y una
limpia de sanación con piedras de poder, plantas medicinales y aromáticas (ver fotografía) u
objetos sagrados.

Una descripción completa de los métodos tradicionales de diagnóstico usados en la comunidad


andina de Saraguro (Examen físico directo de la persona, observación de la orina, el pulso, limpia
con huevo y visionar) lo puede consultar en su libro guía Plantas sagradas y psicoactivas usadas
por los saraguros en la región sur del Ecuador, capítulo IV, página 80.
5.4 USO DE PLANTAS MEDICINALES SAGRADAS.

El empleo de plantas medicinales y alucinógenas ha formado parte de la experiencia humana por


milenios, siendo reciente el conocimiento sobre su contenido en principios químicos y la actividad
farmacológica que poseen.

En la actualidad, en todo lugar donde existe un asentamiento humano, existe una medicina
popular o tradicional que utiliza recursos terapéuticos vegetales. En América del sur, desde
tiempos preincaicos, han sido utilizadas en ceremonias religiosas y curaciones mágicas plantas
consideradas como “sagradas” por sus efectos alucinógenos y por el “poder” que se les atribuye
para tratar enfermedades, sobre todo, de tipo sobrenatural; muchas de ellas hasta la actualidad
son motivo de veneración y se usan casi de igual manera que como las emplearon sus ancestros.

El uso de plantas “sagradas” psicoactivas dentro de la comunidad indígena casi siempre ha sido
delegado a los chamanes o sacerdotes, en las culturas andinas, a los yachak visionarios o
verdaderos chamanes, con el fin de que, al consumirlas, puedan producir en el sujeto un estado de
trance y alucinación que les permita tomar contacto con el mundo espiritual y así, al poder “ver” y
“hablar” con sus dioses, con espíritus de sus antepasados y puedan conocer sus deseos o sus
órdenes (Naranjo & Escaleras, 1995; Schultes & Hofmann, 2000).

Según la concepción del mundo indígena-amazónico la ingestión de plantas medicinales permite


un acercamiento con la dimensión espiritual de la persona, las especies alucinógenas son
consideradas “visionarias” porque mientras “limpian” el cuerpo y “curan” el “alma”, revelan la
esencia instintiva e intuitiva, dichas especies con efectos psicoactivos también son consideradas
como “sagradas porque representan la sabiduría de diferentes pueblos indígenas y porque a
través de este conocer sus médicos tradicionales poseen el don de curar”. (Texto citado por la
organización Hampichicuy, 2009).

Con el fin de efectuar curaciones, los yachak visionarios o chamanes se administran extractos de


plantas sagradas como el guanto (wantuk) o floripondio, el San Pedro o la Ayahuasca, las
percepciones y realidades desconocidas que pueden percibir bajo su consumo les permitirá entrar
en contacto con fuerzas de la naturaleza que le dan el poder necesario para realizar sus
curaciones. Las plantas antes indicadas serán motivo de un estudio en el siguiente capítulo.

De acuerdo a la cosmovisión andina si la sanación de una enfermedad está en manos de los dioses
o si la enfermedad se ha manifestado como consecuencia de la maldad de un individuo sobre una
persona, se hace necesario preguntar a las divinidades con el fin de conseguir la información que
permita aclarar como se produce la enfermedad y la forma de tratarla.

El detalle de varias plantas sagradas y medicinales (San Pedro, guandos, tabaco, ayahuasca, la
coca) se detallan en la semana final curso, sin embargo usted puede ya iniciar con el estudio de las
mismas revisando el capítulo VI del libro guía y que se encuentra disponible en la plataforma del
curso.
5.5 SISTEMAS DE SALUD INDÍGENA

La medicina tradicional es considerada como un sistema de salud por cuatro razones:

1. Utiliza sus propios recursos terapéuticos (plantas, animales, minerales).

2. Sus conocimientos, tradicionales, prácticas y creencias se estructuran organizadamente a


través de sus propios agentes comunitarios de sanación, conocidos como especialistas
terapeutas (parteras, visionarios, sobadores).

3. Los sanadores comunitarios poseen sus propios métodos de diagnóstico y formas de


tratamiento.

4. La propia población confía en ella y practica medicina tradicional para tratar


enfermedades. (OPS, 2006).

Información adicional y complementaria al tema lo encuentra en el texto guía del curso, de


manera específica puede revisar los capítulos IV y V del mismo.
5.6 SISTEMA DE SALUD DE LA ETNIA SARAGURO

Según el yachak Saraguro, el tener salud o enfermedad depende del jinchi o energía vital de una
persona, es decir de la capacidad del cuerpo del individuo para reaccionar frente a posibles
enfermedades. Para lograr que el jinchi sea fuerte y evitar que la persona enferme fácilmente, los
seres humanos deben mantener una armonía con todo lo que lo rodea y con toda la creación.

“Un jinchi poderoso da al cuerpo la capacidad de resistir a la enfermedad y no enfermarse con


frecuencia. Con un jinchi débil en cambio, el cuerpo enferma más fácilmente”. A más del jinchi,
existen otros tres factores importantes para mantener una buena salud: la respiración, la
alimentación y la condición anímica. (Parte del texto citado por Japón en: Saraguro, cosmovisión,
salud e identidad andina, 2007).

En el pueblo Saraguro, las mujeres y hombres de sabiduría “hampiyachakkuna” encargados del


diagnóstico, tratamiento y sanación de enfermedades son los sanadores comunitarios que, según
su experiencia en un área determinada de la salud, se clasifican en 4 tipos: (i) la partera, (ii) el
estregador o sobador, (iii) el hierbatero y el verdadero (iv) yachak o visionario. Según datos del
Departamento de Salud Intercultural de la DPSL, al 2011 existirían alrededor de 65 sanadores
comunitarios Saraguro (un número pequeño si se considera que la población estimada de
Saraguros es de aproximadamente 30.000 habitantes, 2011), todos acreditados y reconocidos
como tales por su propia comunidad.

El prestigio de los sanadores comunitarios en Saraguro se basa en el reconocimiento de la


efectividad de sus sanaciones por la propia comunidad, ya que la propia población Saraguro es la
que valida o acredita a un sanador; la intervención de la comunidad constituye un fuerte
impedimento para que individuos charlatanes se autocalifiquen como yachak o sanadores.

En un estudio realizado en la comunidad San Lucas en años anteriores (2017), se pudo determinar
que la wachak (partera) usa en su mayoría plantas que se cultivan en el jardín de su casa;
el yurak (hierbatero) y el kakuy (estregador o sobador) utilizan plantas medicinales de jardín y
silvestres (que se deben colectar en cerros y otros lugares); en el caso del rikuy, yachak o
visionario la mayor parte de especies que emplea son de cerro o silvestres (Andrade et al., 2017).
A más del uso de especies vegetales, el estregador o sobador usa mantecas de animales como la
de oso, danta y venado para tratar esguinces, torceduras, “cuerdas” o cimbrones.

Los sanadores comunitarios saraguros de experiencia son personas entendidas; para sanar utilizan
un lugar indicado, la sanación la realizan en un día y hora propicia, saben escuchar, entender y
estimular al paciente, así como exponer y guiar el proceso de sanación de una persona. Con
personas de localidades lejanas que manejan poco el español les hablan en kichwa. Atienden por
igual a Saraguro y mestizos, también a extranjeros.

De todos los hampiyachakkuna (hombres y mujeres de sabiduría), reconocidos como sanadores, el


yachak visionario o verdadero chamán usa especies visionarias en sus rituales de sanación, el San
Pedro, wantuk (floripondio) o la ayahuasca (planta que viene de la Amazonía), la administración de
una o de varias de estas especies en forma de cocción y de otras como el tabaco, wamingas o
trencillas que se maceran en alcohol y son absorbidas por la nariz o bebidas según el criterio y fin
que persiga el visionario, producen estados alterados de conciencia, trance o alucinación que les
permite contactar con las fuerzas de la naturaleza y conseguir el poder para realizar sus
curaciones.

El extracto obtenido de la cocción del cactus San Pedro es el alucinógeno más empleado en
Saraguro al igual que en muchas comunidades andinas de América del sur.
5.7 MEDICINA TRADICIONAL ANDINA Y MEDICINA OCCIDENTAL EN SARAGURO.

En Ecuador según el artículo 44 de la Constitución Ecuatoriana se reconoce, se respeta y se


promueve el desarrollo de la medicina tradicional y alternativa, un paso importante para dejar de
conocer a la medicina empírica como una medicina informal. Así mismo se trabaja en crear un
modelo de salud intercultural según el Acuerdo Ministerial 01642, en el cual cada sub centro de
salud ubicado en los diferentes provincias del país donde exista una población o grupo étnico, se
deben ofrecer los servicios de la medicina galénica y la popular o tradicional, con el fin de poder
integrar a la población indígena a los programas de salud del Estado.

Según la cartilla de Salud Reproductiva de la Cultura Saraguro (DPSL), durante el 2009 solamente
30 casos de embarazo fueron atendidos en los sub-centros de salud de Saraguro, es decir que la
población de mujeres de Saraguro embarazadas prefiere confiar su salud y la de su hijo a la
partera o wachak.

Con la creación de los centros y sub-centros de salud, se puede decir que en las comunidades
andinas existen dos tipos de sistemas de salud:

1. El sistema propio intrínseco de cada comunidad y que está conformado por sus yachak o
sanadores comunitarios, conocidos y respetados por sus propios pueblos como hombres y
mujeres de sabiduría; y,

2. El sistema de salud científico por así decirlo conformado por galenos (médicos),
enfermeras y auxiliares de salud.

Luego de un largo proceso en el que la comunidad reconoce y certifica a un sanador comunitario


se lo reconoce para la atención de pacientes; por su parte, la persona que realiza medicina
tradicional tiene el deber de llevar un registro de las personas que atiende y la enfermedad que
tratan, los datos luego los utiliza la Dirección de Salud para realizar las estadísticas de salud de la
población.

Debido a la influencia de teorías y tratamientos externos a su cosmovisión de sanación a más de


plantas y recursos propios del conocimiento ancestral, ciertos sanadores comunitarios
recomiendan productos manufacturados o de síntesis como la Sal de Andrews, alka seltzer,
buscapina.
En primera instancia quien tiene conciencia de la magnitud y gravedad de su enfermedad o
dolencia es el propio individuo enfermo. En el caso de los niños o ancianos son sus familiares los
que con preguntas y auscultaciones empíricas establecen un primer diagnóstico, juntos y
considerando el diagnóstico familiar toman la decisión de qué sistema de salud elegir.

Los sanadores comunitarios, al establecer con sus propios diagnósticos la gravedad de una
enfermedad y determinar que no la pueden tratar, envían o sugieren al enfermo acudir a la
medicina occidental que se ofrece en centros y sub-centros de salud comunitarios implementados
por el Gobierno. En situaciones de casos graves, recomiendan a sus familiares llevar al enfermo a
las ciudades de Loja o Cuenca para que sean atendidos en hospitales o clínicas especializadas.

Según la experiencia del Programa de Apoyo al Sector Salud en el Ecuador (MSP-PASSE, 2008), si
bien los sanadores envían pacientes a los centros de salud oficiales, nunca se da el efecto
contrario; es decir, un galeno profesional o doctor en medicina nunca envía o recomienda a un
sanador ya que por estereotipos o prejuicios no se aceptan como válidos sus conocimientos y
prácticas ancestrales de curación y sanación.

La desconfianza del Saraguro por el médico formal no solo se da por razones económicas o
lingüísticas; existe una identificación psicológica de afinidad muy fuerte entre el individuo
Saraguro y el yachak, sanador o partera, elemento que es propio de la cultura indígena andina en
general; el desconocimiento y la falta de respeto de la ideología andina en jóvenes galenos y
auxiliares de salud acrecienta el rechazo de un paciente indígena. La mujer Saraguro por ejemplo
no esta acostumbrada a desnudarse ante un médico desconocido de una cultura diferente,
ponerse una bata quirúrgica y permanecer en un lugar frio; peor aún tener que acostarse para dar
a luz a diferencia de su tradicional parto vertical en compañía de su partera de confianza, así como
de sus seres queridos más cercanos.
Bibliografía:

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11. MSP-DPSL (2008). Programa de Apoyo a la Salud en Ecuador (PASSE). In Programa de Apoyo a


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12. MSP-DPSL(2010). Apuntes sobre medicina ancestral del pueblo Saraguro. In Apuntes sobre
Medicina Ancestral del Pueblo Saraguro. Ecuador, Integraf. 1-86.

13. MSP-DPSL (2011). Apuntes sobre medicina ancestral del pueblo saraguro. In Apuntes sobre
Medicina Ancestral del Pueblo Saraguro. Ecuador, Integraf. 1-72.

14. Naranjo, P y Escaleras, R. (Eds). (1995). La medicina tradicional en el Ecuador. Universidad


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15. Organización Mundial de la Salud (OMS), 56.a Asamblea Mundial de la Salud A56/18 Punto
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Disponible en: http://cd www. Who.int/gb/ebwha/pdf.files/ WHA56/sa5618.pdf
16. Organización Panamericana de la Salud (OPS). (2006). Medicina indígena tradicional y medicina
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oms.org/bvsapi/e/proyectreg2/paises/costarica/medicina.pdf

17. Reyna V. (2002). Uso del cactus San Pedro (Echinopsis pachanoi) en medicina tradicional
Peruana. In Memorias del Taller Binacional sobre Medicina Tradicional e Indígena. Ecuador: Loja,
29–30.

18. Schultes, R. E. & Hofmann A. (2000). Plantas de los dioses. Las fuerzas mágicas de las plantas
alucinógenas. Solar, Servicios Editoriales, S.A. de C. V. México. 208 pp.

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