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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

INSTITUTO TECNOLOÓGICO DE CIUDAD VALLES


Carretera al Ingenio Plan de Ayala Km. 2, Vista Hermosa,
79010 Cd Valles, S.L.P.

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE CIUDAD VALLES

INVESTIGACIÓN UNIDAD III: PROPIEDADES QUIMICAS DE LOS


SUELOS

Ingeniería Ambiental
8° Semestre
Química y física de Suelos
Profesor: Cuitlahuac Mojica Mesinas
Unidad III
Integrantes:
Arvizu Vázquez Samantha
Martínez Salinas Ángel Fermín
Navarro Santos Julieta
Ocejo López Fernanda
Saavedra Ángeles Ma. Fernanda
Tovar Aguillón Lucila

Marzo 2019, Cd. Valles, S.L.P

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Propiedades Químicas de suelos

3.1. Definición de Propiedades químicas de suelos

La meteorización del material de partida por el agua determina, en gran medida, la


composición química del suelo que por último se ha producido. Algunas sustancias
químicas se lixivian en las capas inferiores del suelo donde se acumulan, mientras
que otras sustancias químicas, que
son menos solubles, quedan en las
capas superiores del suelo. Las
sustancias químicas que se
eliminan con más rapidez son los
cloruros y los sulfatos, a los que
siguen el calcio, el sodio, el
magnesio y el potasio.
Los silicatos y los óxidos del hierro y
el aluminio se descomponen con
mucha lentitud y apenas se lixivian.
Cuando algunos de estos productos
se ponen en contacto con el aire del
suelo, tienen lugar reacciones químicas como, en particular la oxidación, que
provoca la formación de sustancias químicas más solubles o más frágiles que las
originales. En consecuencia, se aceleran los procesos de meteorización, aumenta
la lixiviación de las sustancias químicas y se producen otros cambios en la
composición química del suelo.
Cuando los suelos anegados que contienen sulfuros ferruginosos (piritas) se
exponen al aire, como por ejemplo, durante la construcción de estanques, éstos
pueden convertirse en suelos ácido-sulfáticos de agua dulce lo que provoca la
oxidación de las piritas y la acidificación del suelo. El agua del estanque puede
entonces hacerse demasiado ácida para la piscicultura.

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El aire presente en el suelo contiene también dióxido de carbono. Al combinarse
con agua, ese gas puede formar un ácido débil (ácido carbónico) que reacciona con
algunas de las sustancias químicas del suelo para formar otras.

3.2. Conductividad eléctrica en suelos

La CE mide la capacidad del suelo para conducir corriente eléctrica al aprovechar


la propiedad de las sales en la conducción de esta; por lo tanto, la CE mide la
concentración de sales solubles presentes en la solución del suelo. Su valor es más
alto cuanto más fácil se mueva dicha corriente a través del mismo suelo por una
concentración más elevada de sales. Las unidades utilizadas para medir la CE son
dS/m (decisiemens por metro). Esta medida es equivalente a la que anteriormente
se utilizaba: mmhos/cm.

El valor de CE es influenciado por la concentración y composición de las sales


disueltas. A mayor valor de CE, mayor es la salinidad presente. Es importante
considerar que todos los fertilizantes inorgánicos son sales y por lo mismo tienen un
efecto directo sobre la CE.

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La salinidad es un fenómeno indeseable ya que afecta el crecimiento de las plantas
de varias maneras y por lo mismo, un aumento en la CE traerá como consecuencia
una disminución de rendimiento.

3.3. pH en suelos

El concepto de pH es la cantidad de iones Hidrógeno en una solución de suelo y


puede ser explicado de varias formas. Quizás, la más sencilla e intuitiva es la que
relaciona la sensación de acidez o alcalinidad de una sustancia con su pH. Siempre
hay que disponer de elementos que nos ayuden para tal fin, como han sido los
indicadores de pH (fenoftaleina), las tiras de papel impregnadas de determinados
colorantes (tornasol) y los electrodos combinados o sondas de pH.

Es bien conocido que la elección de un cultivo depende del pH de suelo; de ahí que,
con frecuencia, digamos que “los altramuces son típicos de suelos ácidos” o que “la
alfalfa y el olivo son cultivos que prefieren suelos alcalinos”. Además, el pH del
suelo/sustrato o el pH de la disolución nutritiva que rodea las raíces de un cultivo,
también juegan un papel fundamental a la hora de valorar la cosecha que de él se
espera; tanto es así que, si el pH del suelo/sustrato es inadecuado, la cosecha
puede disminuir hasta tal punto que no sea interesante mantener el cultivo. Por
último, sabemos que existen aguas cuyo contenido en carbonato o bicarbonato

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puede ser muy elevado, son las llamadas aguas alcalinas; su empleo, bajo
determinadas formas de riego (aspersión), puede acarrear problemas importantes
si previamente no han sido correctamente aciduladas. De lo anteriormente expuesto
se desprende la importancia que tiene conocer el pH del suelo/sustrato, el pH del
agua de riego o el pH de la disolución nutritiva que utilizamos en fertirrigación

Los suelos tienen tendencia a acidificarse. Primero se descalcifican, ya que el calcio


es absorbido por los cultivos o desplazado del complejo de cambio por otros
cationes y emigra a capas más profundas con el agua de lluvia o riego. Después, lo
normal, es que los iones H+ ocupen los huecos que dejan el Ca 2+ y el Mg 2+ en el
complejo. Los abonos nitrogenados, en su mayoría, ejercen una acción acidificante
sobre el suelo. También acidifican el suelo los ácidos orgánicos excretados por las
raíces de las plantas.

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3.4. Suelos salinos

Según la clasificación de suelos salinos y sódicos de Richards, se consideran


salinos los suelos cuya conductividad eléctrica (del extracto de saturación) sea
mayor de 4 mS/cm y sódicos en caso contrario siempre que el porcentaje de sodio
intercambiable (PSI) sea mayor de 15.
En función de las sales presentes en un suelo podemos realizar una primera
clasificación, muy básica, que consistiría en categorizar este tipo de suelos en:
- Salinos
- Salino-Sódicos
- Sódicos no salinos
1. Suelo salino: También conocido como “álcali blanco”. Son aquellos cuya
conductividad eléctrica en el extracto saturado es mayor de 4 mmhos/cm a
25º C., con un porcentaje de sodio
de cambio inferior al 15% y un p.H
generalmente menor de 8,5. La
concentración de sales puede
llegar en estos suelos incluso al 1%
de su peso. Su formación se debe
generalmente a falta de drenaje y
elevado porcentaje de
evaporación, lo cual origina la
mencionada acumulación de sales.
Principalmente contienen cloruros,
sulfatos, carbonatos y
bicarbonatos de sodio y calcio, magnesio y potasio, y también pueden
proceder de las sales contenidas en aguas que han atravesado capas
geológicas ricas en ellas.
2. Suelo salino-sódico: Tienen una conductividad del extracto saturado
superior a 4 mhos/cm. A 25º C., con un porcentaje de sodio de cambio
superior al 15%. Estos suelos suelen originarse por un proceso de

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salinización y acumulación de
sodio y en ellos, si el contenido en
sales es elevado, el pH raramente
es superior a 8,5. Los suelos
salino sódicos son similares a los
salinos y presentan problemas
similares hasta que se elimina el
exceso de sales, y de sodio de
cambio en la zona donde se
desarrollan las raíces del cultivo;
para esto, el lavado hay que
efectuarlo con mucha precaución,
ya que si las sales solubles son lixiviadas pueden originar un cambio de las
propiedades del suelo convirtiéndolo en alcalino. Cuando este suelo contiene
yeso, al lavarlo, el calcio sustituye al sodio de cambio creando la zona antes
mencionada apta para el cultivo.
3. Suelo sódico no salino: En estos suelos la conductividad del extracto
saturado es menor de 4mmhos/cm. a 25º C., el sodio de cambio supera el
15% y el pH es superior a 8,5, debido a una presencia predominante en ellos
de carbonato sódico
(que puede originar pH
de hasta 10). Entre sus
sales se provoca una
dispersión de la
materia orgánica,
dando lugar a una
apariencia oscura, por
lo que se denomina también a este tipo de suelos “álcali negro”. Cuando se
une a estos rasgos una ausencia de caliza y debido a la presencia de
Hidrogeniones de cambio en la zona superficial (donde también el pH es
alto), se denominan “suelos álcali degradados”. Este tipo de suelos padece

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una destrucción de su estructura, y por tanto al disminuir su porosidad, utilizar
el lavado para su corrección no es muy aconsejable, debido a la mencionada
deficiencia de su drenaje. La recuperación, por tanto, tiene que ser abordada
mediante la eliminación de sodio de cambio (rebajar el pH) aplicando yeso,
entre otros productos, que reaccionarían con el carbonato sódico, formando
carbonato cálcico y sulfato sódico (álcali blanco).

3.5 Suelos alcalinos

Los suelos alcalinos son suelos que tienen un alto valor de pH (mayor de 8.5). El
pH es una medida del grado de acidez o alcalinidad de una solución acuosa y su
valor indica la concentración de iones H+ presentes.

- Estructura
Son suelos con una estructura muy pobre y de muy baja estabilidad, poco fértiles y
problemáticos para la agricultura. Presentan un sellado superficial característico.
Frecuentemente presentan una capa calcárea dura y compacta entre 0.5 y 1 metro
de profundidad y varios tipos de compactaciones en forma de costras y pisos.

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Esto conlleva a una alta resistencia mecánica a la penetración de las raíces de las
plantas, y problemas de aireación reducida e hipoxia (baja concentración de oxígeno
disponible).
- Composición
Poseen presencia dominante de carbonato de sodio Na2CO3. Son suelos
arcillosos, donde la presencia mayoritaria de arcilla provoca la expansión del suelo
por hinchamiento en presencia de agua.
Algunos iones que presentes en exceso, resultan tóxicos para las plantas.
- Retención de agua
Tienen deficiente captación y almacenamiento de agua. Poseen baja capacidad de
infiltración y baja permeabilidad, por lo tanto, drenaje deficiente. Esto conlleva a que
el agua de lluvia o de riego se queda retenida en la superficie, generando además
la baja solubilidad y movilidad de los escasos nutrientes disponibles, que termina
traduciéndose en deficiencia de nutrientes.
- Ubicación
Generalmente se ubican en regiones semiáridas y áridas, donde las lluvias son
escasas y no se lixivian los cationes alcalinos del suelo.

3.6. Suelos neutros

Es una condición adecuada para la asimilación de los nutrientes y para el desarrollo


de las plantas.
Algunas plantas como la patata, las pratenses y el centeno prefieren una ligera
acidez, mientras que otras como el tomate, el pimiento, la alfalfa y la remolacha
prefieren suelos con pH ligeramente elevado. El poder tampón de un suelo refleja
la mayor o menor facilidad que tiene un suelo para modificar su pH, y en gran parte
depende de la textura.
Los suelos arcillosos presentan una elevada resistencia, es decir, tienen un fuerte
poder tampón.

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Básicamente este es el tipo de suelo ideal para el correcto desarrollo de la gran
mayoría de cultivos y plantas.

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BIBLIOGRAFÍA

FAO. (2009). PROPIEDADES QUÍMICAS DEL SUELO. Marzo 28, 2019, de


Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura Sitio web:
http://www.fao.org/tempref/FI/CDrom/FAO_Training/FAO_Training/General/x6706s
/x6706s04.html

Intagri. (2016). La Conductividad Eléctrica en el suelo. Marzo 29, 2019, de


INTAGRI Sitio web: https://www.intagri.com/articulos/suelos/la-conductividad-
electrica-del-suelo-en-el-desarrollo-de-los-cultivos

Técnico Agrícola (2013). PH de un suelo. Marzo 29, 2019, de


TECNICOAGRICOLA Sitio web: http://www.tecnicoagricola.es/ph-de-un-suelo/

Ibáñez, J. (2008). Tipos de Suelos Salinos. Marzo 29, 2019, de Madrimas


Sitio web: http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2008/01/04/81822

Perdono, T.. (2012). Suelos alcalinos: características, composición y


corrección. Marzo 29, 2019, de Lifeder Sitio web: https://www.lifeder.com/suelos-
alcalinos/

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