Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FACULTAD DE ODONTOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE ESTOMATOLOGÍA
TESIS DOCTORAL
CERTIFICAN:
Y para que así conste y a los efectos oportunos firmamos el presente certificado
Fdo. D. José María Llamas Carreras. Fdo. D. José María Barrera Mora.
3
AGRADECIMIENTOS
Al Dr. José María Llamas Carreras por confiar en mí desde el primer momento y
brindarme la oportunidad de realizar esta tesis doctoral.
4
ÍNDICE
5
1. INTRODUCCIÓN
(ATM).
(ATM).
2.2. OBJETIVOS
3. MATERIAL Y MÉTODOS
3.3.1. Tamaño.
3.3.2. Representatividad.
7
3.7. REPRESENTATIVIDAD.
4. RESULTADOS
analizados.
control.
tratamiento de ortodoncia.
5. DISCUSIÓN.
5.1.4. CBCT.
tratamiento.
6. CONCLUSIONES
7. BIBLIOGRAFÍA
9
8. ANEXOS
8.1. ABREVIATURAS.
8.2. TABLAS.
10
1. INTRODUCCIÓN
11
1. INTRODUCCIÓN
12
1.1.1 DESARROLLO PRENATAL.
ETAPA INICIAL
El cartílago de Meckel actuará como organizador entre los dos blastemas que
aparecen en la octava semana de gestación y que se identifican como blastemas condilar
y glenoideo; en el interior de una banda de ectomesénquima condensado. Estos
blastemas crecen a un ritmo diferente y se desplazan uno hacia el otro hasta enfrentarse
hacia las doce semanas de desarrollo.
Existen evidencias de que los huesecillos del oído medio, martillo y yunque,
formados a partir del extremo posterior del cartílago de Meckel, funcionarían como una
articulación móvil hasta que se desarrolla el cóndilo mandibular en relación con la fosa
mandibular del hueso temporal. Siendo esto así, entre las semanas octava y
decimosexta esta articulación primaria sería funcional. Posteriormente, los cartílagos
que forman el martillo y el yunque, se osifican y quedan incorporados al oído medio. Los
movimientos que realiza esta articulación primitiva y la contracción muscular son
necesarios para asegurar una correcta cavitación articular. Tanto la eminencia articular
13
como la fosa mandibular no adoptan su forma definitiva hasta después del nacimiento
(1).
14
Aunque inicialmente se consideró al cóndilo con una capacidad intrínseca de
crecimiento, actualmente se entiende que su crecimiento es fundamentalmente
adaptativo y responde al crecimiento en regiones adyacentes de la cabeza (5).
15
proporcionar el crecimiento necesario para permitir que la mandíbula permanezca en
contacto anatómico y funcional con la fosa articular. La mandíbula funciona dentro de
una matriz de tejidos blandos relacionados, es decir, dentro de una matriz funcional. El
crecimiento de las otras porciones de la mandíbula se rige por sus propios procesos de
crecimiento y es independiente del crecimiento condilar (11)(12).
Baume (13) en sus estudios de 1961, rechazó la idea de que el cartílago condilar
fuera un centro de crecimiento similar a las epífisis, debido a que al contrario de lo que
sucede en el cartílago epifisiario, responde a los estímulos mecánicos; y añadía, que
ontogénicamente se desarrollaba de forma diferente de otros centros de crecimiento
endocondral.
Tal y como describen Gómez de Ferraris et al. (1), desde el punto de vista
histológico, en el cóndilo de fetos humanos de dieciséis semanas han observado diversas
zonas con distinto grado de organización y maduración de los componenetes tisulares.
Desde la superficie articular hacia el cuello del cóndilo podemos identificar las cuatro
zonas descritas para el complejo articular temporomandibular (CATM) del recién nacido,
a saber:
Las trabéculas óseas de mayor tamaño en la periferia del cuello del cóndilo
presentan mayor radiopacidad que las centrales. Las espículas centrales son más
pequeñas, irregulares y formadas en su mayoría por matriz osteoide escasamente
mineralizada.
Sobre las doce semanas, se identifica la cavidad infradiscal, como una hendidura
en el ectomesénquima por encima de la cabeza del cóndilo. Estarían involucrados
mecanismos de apoptosis o muerte celular programada, que pueden estar originados
por los movimientos del cóndilo y de los tejidos conectivos adyacentes.
17
En los fetos, el disco está formado por una banda delgada de tejido
ectomesenquimático con células semejantes a fibroblastos inmersas en una matriz rica
en fibras argirófilas y escasas fibras colágenas. La metacromasia de la matriz amorfa
indica la presencia de proteoglicanos. Su estructura bilaminar se hace evidente en el
área retrodiscal, caracterizada por la presencia de abundantes y grandes vasos
sanguíneos y nervios.
El tejido capsular que rodea a toda la articulación, se extiende por delante hacia
los haces musculares del pterigoideo y en la región posterior se une al revestimiento
mesenquimático de la superficie del cóndilo. En el interior de las cavidades articulares,
el tejido conectivo de la superficie envía proyecciones que forman pliegues con
pequeños capilares denominados vellosidades sinoviales.
ETAPA NEONATAL-JUVENIL
19
El crecimiento de la superficie articular del hueso temporal se caracteriza por el
agrandamiento de la eminencia articular y la región postglenoidea, alrededor de los
ocho meses de edad y continúa a lo largo de la dentición mixta. Nickel (17), en su estudio
de 1988, concluye que la velocidad máxima de desarrollo de la eminencia articular tiene
lugar antes de los tres años de edad; su velocidad de desarrollo se reduce
aproximadamente a los cinco años de edad, y disminuye lentamente a cero entre la
adolescencia media y tardía. Los estudios de Katsavrias de 2001 (18) determinaban que
la altura de la eminencia articular crece a un ritmo muy alto hasta los siete años de edad
y adquiere el resto de su altura a los veinte años. Al nacer, el disco articular es plano y
desarrolla un perfil en forma de S acentuado a medida que se desarrolla el tubérculo
articular.
ETAPA JUVENIL-ADOLESCENTE
Entre los diecisiete y los diecinueve años la zona cartilaginosa, que es la que
proporciona la plasticidad de las superficies articulares, se mineraliza y en sus capas
profundas predominan los osteoclastos.
20
eminencia articular se convierten fibrocartílago, caracterizado por menor número de
células, mayor cantidad de matriz extracelular y un cartílago que no está creciendo
activamente.
ETAPA ADULTA
Una vez que la capa ósea está completamente presente, el crecimiento activo
del cóndilo mandibular cesa; aunque puede existir una remodelación progresiva y
regresiva durante toda la vida, en gran parte en respuesta a las fuerzas biomecánicas
que recibe.
21
Imagen 2. Macrofotografía del sector lateral de la ATM adulta. Imagen tomada de Gómez de Ferraris Mª
E, Campos A, editores. Histología y embriología bucodental. 2ª ed. Madrid: Panamericana, 2002. Página
192.
Se trata de una de las articulaciones más importantes del cuerpo humano, siendo
la única que puede trabajar a la vez con la del lado opuesto de forma sincrónica. A su
vez se encuentra íntimamente relacionado con la oclusión dentaria y el sistema
neuromuscular. Esta unión a grupos musculares permite la realización de los
movimientos mandibulares.
22
permitiendo los movimientos complejos de la articulación. Esta función del disco como
tercer hueso, permite que la ATM se considere una articulación compuesta (23).
Imagen 3. Formas condilares en el plano coronal. Acordes a las publicadas por Yale y cols. A 34%, B 43%,
C 19% y D 9%. Imagen tomada de Christiansen et al. Computed tomography of the normal
temporomandibular joint. Eur J Oral Sci. 1987;95(6):499-509.
Imagen 4. Formas condilares en el plano axial. Frecuencia encontrada: A 40% elípticos. B 40% cóncavos. C
20% ovoides. Imagen tomada de Christiansen et al. Computed tomography of the normal
temporomandibular joint. Eur J Oral Sci. 1987;95(6):499-509.
Imagen 5. Clasificación de las formas condilares a nivel sagital. Tomado de Katsavrias et al. Morphology
of the temporomandibular joint in subjects with Class II Division 2 malocclusions. Am J Of Orthod
Dentofacial Orthop.2006;129:407-478.
24
El diámetro anteroposterior de la cabeza del cóndilo es aproximadamente la
mitad de su diámetro interno-externo. Sin embargo, el eje mayor del cóndilo no forma
un ángulo recto con la rama, sino que diverge posteriormente a partir de un plano
estrictamente coronal, de manera que si se prolongaran los ejes longitudinales de
ambos cóndilos se unirían formando un ángulo obtuso de aproximadamente 150º en el
borde anterior del agujero occipital. Las superficies anterior convexa y superior de la
cabeza del cóndilo son las superficies articulares. Sin embargo, la superficie posterior es
plana y ancha. Una pequeña depresión, la fosa pterigoidea, marca parte de la inserción
del músculo pterigoideo externo y está situada en la parte anterior del cuello, por debajo
de la superficie articular del cóndilo (24).
Está compuesta por una zona anterior en forma de eminencia y una posterior,
que forma una cavidad en la zona inferior del hueso temporal. Esta fosa está localizada
en la cara medial posterior del arco cigomático. La pared anterior de la fosa es lisa y
forma un tubérculo en el que el cóndilo resbala durante el movimiento articular. En la
pared posterior de la fosa está la fisura pre timpánica. En reposo, el cóndilo se sitúa en
dicha fosa (21).
25
Imagen 6. Formas básicas de la fosa temporal anteroposteriormente. Imagen tomada de Katsavrias et al.
Morphology of the temporomandibular joint in subjects with Class II Division 2 malocclusions. Am J Of
Orthod Dentofacial Orthop.2006;129:407-478.
26
1.2.1.3. DISCO ARTICULAR.
• Anterior: esta gruesa banda se sitúa justo anterior al cóndilo, con la boca
cerrada.
• Intermedia: esta banda, la parte más delgada, se localiza a lo largo de la
eminencia articular, con la boca cerrada.
• Posterior: esta gruesa banda se localiza superior al disco, con la boca
cerrada.
27
A pesar de ser flexible y de gran adaptabilidad a los cambios que experimenta
durante el normal funcionamiento, cuando se producen fuerzas destructoras pequeñas
y repetidas en el tiempo o cambios estructurales articulares, la morfología del disco
puede alterarse irreversiblemente (1)(23). Juniper, en 1994, ya se planteaba si el disco
se desplazaba por la alteración en la forma de la superficie de la articulación; o por el
contrario, el desplazamiento del disco cambiaba el contorno de las superficies
articulares(33). Sin embargo, tales cambios ocurren. La mayoría de los estudios
coinciden en que la morfología externa e interna de una determinada articulación en el
adulto está determinada por las cargas biomecánicas que se le imponen durante el
crecimiento. Estas cargas surgen de la función de la musculatura asociada(34).
28
externa ( la más grande; se une al tubérculo articular, discurre posteroinferiormente
para unirse de inmediato al cóndilo; limita la apertura de la boca) y porción horizontal
interna (banda más pequeña unida al tubérculo articular que corre horizontalmente
para unirse a la parte lateral del cóndilo y disco; limita el movimiento posterior del disco
articular y el cóndilo) Medialmente, el ligamento esfenomandibular refuerza la
articulación. Este ligamento se origina superiormente en la esquina del hueso
esfenoides y se extiende hacia abajo por la cara medial de la rama de la mandíbula para
insertarse en la língula, que es una espina ósea que se origina en el borde del agujero
mandibular. Algunos autores sugieren que puede ayudar a actuar como un pivote en la
mandíbula manteniendo la misma tensión durante la apertura y el cierre de la boca.
Otros, sugieren que puede limitar la protrusión anterior de la mandíbula. Se trata del
ligamento que más se lesiona en un bloqueo del nervio alveolar inferior.
Posteriormente, el ligamento estilomandibular se origina en la apófisis estiloides y se
inserta en el borde posterior de la rama. El ligamento lateral y la cápsula trabajan en
conjunto para reforzar la articulación y limitar los desplazamientos de las cabezas o
cóndilos hasta un grado normal. Los otros dos ligamentos, el esfenomandibular y el
estilomandibular, también sirven de refuerzo. El estilomandibular contribuye a limitar
la protrusión anterior de la mandíbula. Los movimientos mandibulares implican
acciones recíprocas de la morfología de los dientes y la acción de los músculos y
ligamentos que rodean la ATM (21)(32). El ligamento temporomandibular se considera
un ligamento de control, mientras que los ligamentos estilomandibular y
esfenomandibular se clasifican como ligamentos accesorios de la articulación
temporomandibular(36). Pinto (37) en sus estudios para determinar la relación entre la
ATM y el oído medio describió un ligamento diminuto (ligamento discomalar) que
conecta el cuello y el proceso anterior del martillo a la parte medioposterosuperior de
la cápsula, el disco interarticular y el ligamento esfenomandibular(38)(39).
29
Imagen 8. Cápsula y ligamentos de la ATM. Imagen tomada de Neils N. Norton Netter. Anatomía de cabeza
y cuello para odontólogos. 3ª ed. Elsevier, 2017. Página 239.
30
1.2.1.6. INERVACIÓN
La inervación sensitiva de la ATM está dada por el nervio mandibular, ramo del
V par craneal. El nervio mandibular otorga los ramos auriculotemporales, maseterina,
temporal profundo y nervio del músculo pterigoideo lateral.
El nervio maseterino inerva la parte anterior y medial de la capsula y la ATM y
los nervios temporales profundos inervan la zona anterolateral de la capsula y la ATM.
Imagen 9. Inervación y vascularización ATM. Imagen tomada de Neils N. Norton Netter. Anatomía de
cabeza y cuello para odontólogos. 3ª ed. Elsevier, 2017. Página 242.
31
1.2.1.7. MÚSCULOS DE LA MASTICACIÓN
32
funciones realizadas por cada porción), habla de dos músculos diferenciados y distintos:
el pterigoideo externo superior y el inferior.
El pterigoideo externo superior se origina en la superficie infratemporal del ala
mayor del esfenoides; se extiende casi horizontalmente, hacia atrás y hacia fuera, hasta
su inserción en la cápsula articular, en el disco y en el cuello del cóndilo. El pterigoideo
externo inferior se origina en la superficie externa de la lámina pterigoidea externa y se
extiende hacia atrás, hacia arriba y hacia fuera, hasta insertarse en el cuello del cóndilo.
Actúa durante los movimientos de apertura, al contrario que el superior, que lo hace
durante el cierre.
Wongwatana et al. (44), investigaron el sitio de inserción del músculo
pterigoideo lateral en el disco de la articulación temporomandibular (ATM): sus
resultados indicaron que el fascículo superior contribuye al desplazamiento del disco en
aquellos casos en los que el disco estaba desplazado. Encontraron tres inserciones del
músculo: directamente en la banda anterior del disco, debajo del disco y en la fóvea
articular.
1.2.2. DINÁMICA DE LA ATM
La dinámica de la ATM es de las más complejas del ser humano, debido entre
otros motivos a tratarse de dos articulaciones conectadas al mismo hueso. Cada una de
ellas puede actuar simultáneamente por separado y, sin embargo, no del todo sin la
ayuda de la otra.
Debemos conocer los factores por los que el disco se desplaza hacia delante con
el cóndilo en ausencia de actividad del músculo pterigoideo externo superior. El
ligamento capsular anterior une el disco al borde anterior de la superficie articular del
cóndilo. También la lámina retrodiscal inferior une el borde posterior del disco al margen
posterior de la superficie articular del cóndilo. Ambos ligamentos están formados por
fibras colágenas que no se distienden. De manera que, la deducción lógica sería que
fuerzan una traslación del disco hacia delante con el cóndilo. Pero esto no es así: estas
estructuras no son responsables de manera inicial del movimiento del disco con el
cóndilo.
En reposo, esta fuerza anterior y medial es casi siempre mayor que la fuerza de
tracción elástica posterior producida por la lámina retrodiscal superior no distendida.
Por tanto, en reposo, cuando la presión interarticular es baja y el espacio discal ancho,
el disco ocupará la posición de rotación anterior máxima sobre el cóndilo que permite
la anchura del espacio.
Esta relación del disco se mantiene durante los movimientos pasivos mínimos de
rotación y traslación de la mandíbula. En cuanto el cóndilo se desplaza lo suficiente hacia
delante como para conseguir que la fuerza de retracción de la lámina retrodiscal
35
superior sea mayor que la fuerza del tono muscular del músculo pterigoideo externo
superior, el disco gira hacia atrás en el grado que le permite la achura del espacio discal.
Cuando el cóndilo vuelve a la posición de reposo cerrada, el tono del pterigoideo externo
superior pasa a ser de nuevo la fuerza predominante y el disco vuelve a desplazarse
hacia delante, en la medida que lo permite el espacio discal.
36
1.3. CLASIFICACIÓN DE LAS MALOCLUSIONES
Posteriormente la oclusión fue descrita por Strang, quien recogió las cinco
características que debe tener una oclusión normal:
37
• Segunda: Los planos inclinados que forman las caras oclusales de las cúspides y
bordes incisales de todos los dientes deben guardar unas relaciones recíprocas
definidas.
• Tercera: cada uno de los dientes deben exhibir una posición correcta en
equilibrio con las bases óseas sobre las que están implantadas y con el resto de
las estructuras óseas craneofaciales.
• Cuarta: Las relaciones proximales de cada diente con sus vecinos y sus
inclinaciones axiales deben ser correctas para que podamos hablar de oclusión
normal.
• Quinta: Un crecimiento y desarrollo favorable del macizo óseo facial, dentro de
una localización en armonía con el resto de las estructuras craneales, es esencial
para que el aparato masticatorio presente una oclusión normal.
En 1922 Simon realizó una interesante clasificación en los tres planos del espacio
con tres planos anatómicos (Frankfurt, sagital medio y orbitario). Estos planos
constituían su sistema gnatostático.
En 1942, Dewey y Anderson publicaron un libro donde incluían cinco tipos dentro
de las maloclusiones de clase I y tres tipos en las maloclusiones de clase III, modificando
de este modo la clasificación inicial de Angle (6).
38
Este procedimiento (48):
MALOCLUSIÓN CLASE I
Clase I de Angle: la cúspide mesio vestibular del primer molar superior ocluye en
el surco vestibular del primer molar inferior.
39
Los aspectos anómalos que puede presentar para considerarse maloclusión
suelen ser de perímetro de arcada, transversales o verticales.
MALOCLUSIÓN CLASE II
Clase III de Angle: el primer molar inferior ocluye mesial a la relación normal.
También denominada mesioclusión y pudiendo al igual que la case I y II cursar con
problemas transversales, verticales, etc.
40
Imagen 10. Maloclusiones dentarias a nivel sagital. Tomada de Ortodoncia. Principios y técnicas actuales.
Lee W. Graber. Quinta edición.2013. Elsevier. Página 22.
Para hablar de maloclusión dentaria hay que citar “Las seis llaves de la oclusión
normal” (53) presentadas por Andrews en 1972, que toda oclusión normal debía
presentar:
42
De esta manera Jacobson, propuso el análisis de maxilar y mandíbula
independientemente de la posición de la base del cráneo. Determinando así los valores
AO y BO. Trazando perpendiculares desde el punto O (plano oclusal) a los puntos A y B
y determinando unos valores para cada clase esquelética.
Imagen 11. Variaciones en ANB en función de la posición de N (longitud de la base del cráneo). Tomada
de A. Jacobson. Update on the Wits Appraisal. Angle Orthod. 1988;58(3):205-19.
Imagen 12. Variaciones en ANB en función de la rotación del maxilar. Tomada de A. Jacobson. Update on
the Wits Appraisal. Angle Orthod. 1988;58(3):205-19.
43
En las clases I AO es igual a BO en el caso de las mujeres (valor 0). En el caso de
los hombres el valor sería de -1mm. Es decir, BO estaría por delante de AO.
WITS APPRAISAL
RADIOGRAFÍA TRANSCRANEAL
45
RADIOGRAFÍA TRANSMAXILAR
TOMOGRAFÍA
Se trataba del método más prometedor para separar sombras superpuestas. Con
esta técnica se obtenían imágenes de una capa de tejido del interior del cuerpo de una
sección aislada, excluyendo de la imagen las estructuras que estaban por encima y que
se encontraban fuera de esta sección o corte.
RADIOGRAFÍA PANORÁMICA
ARTROGRAFÍA
47
el medio de contraste se inyecta en el espacio articular superior o inferior. El disco
aparece entonces como una masa radiotransparente contra el fondo del medio de
contraste en radiografías convencionales, tomografías o fluoroscopia. La adaptación de
la artrografía.
Imagen 14. Artrotomografía donde se observa el desplazamiento anterior del disco. Imagen tomada de
Westesson P-L et al. Reliability of a negative clinical temporomandibular joint examination: Prevalence of
disk displacement in asymptomatic temporomandibular joints. Oral Surg Oral Med Oral Pathol.
1989;68(5):551-4.
48
tridimensionales sin ser invasiva o someter al paciente a cualquier forma de radiación
ionizante.
49
visualizar desplazamientos complejos de disco en múltiples planos (81)(82)(83)(84);
incluso autores observaron desplazamientos del disco en individuos asintomáticos (85).
Aparentemente carece de riesgos para la salud, lo que le da un gran potencial como
herramienta para el diagnóstico de trastornos articulares. Algunos autores también
exponen su capacidad para analizar tejidos óseos (86)(87). El alto costo y su sofisticación
tecnológica son sus principales inconvenientes (79).
Imagen 15. Visión sagital y coronal mediante RM. Imagen tomada de Tasaki MM et al. Classification and
prevalence of temporomandibular joint disk displacement in patients and symptom-free volunteers. Am J
Orthod Dentofacial Orthop. marzo de 1996;109(3):249-62.
50
El beneficio de las imágenes computarizadas fue la capacidad de agrandar
los cuadrantes de las imágenes y crear una reconstrucción vertical atravesando el
montón de cortes de TC en planos ortogonales y, pocos años después, también en
planos oblicuos y angulares. Esto permitió una visualización más precisa de una
estructura en varios cortes.
51
helicoidal es el pitch, que relaciona la distancia en milímetros que se desplaza la camilla
en una rotación del gantry, y el espesor en milímetros determinado por el colimador.
Destacar que los avances de esta técnica han estado marcados por cuatro
parámetros comunes:
52
hueso y se use para una planificación precisa de la cirugía reconstructiva maxilofacial
(91).
Los datos producidos por una máquina TC son una serie de imágenes que
representan los cortes axiales. Estas imágenes generalmente se imprimen en grandes
hojas de película y se ven como imágenes bidimensionales (2D) convencionales. Además
de los cortes, con frecuencia obtenemos algunas imágenes reconstruidas que
representan vistas en tres dimensiones (3D), pero no son susceptibles de análisis
cuantitativos. Son para facilitar la evaluación visual de la parte anatómica; son en
esencia imágenes en 2D.
53
1.4.3. TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA DE HAZ CÓNICO (CBCT)
GENERALIDADES
54
En 1999, Aray y colaboradores, describieron una tomografía de haz cónico que
consistía en una máquina de imágenes maxilofaciales multifuncional (Scanora, Soredex,
Helsinki, Finlandia) en la que la película se reemplaza con un intensificador de imágenes
de rayos X (Hamamatsu Photonics, Hamamatsu, Japón). La región de reconstrucción de
imágenes es un cilindro de 32 mm de altura y 38 mm de diámetro y el vóxel es un cubo
de 0.136 mm. El escaneo es a 85 kV y 10 mA con un filtro de cobre de 1 mm. El tiempo
de exploración es de 17 segundos comparable con el requerido para la radiografía
panorámica rotacional. Un solo escaneo recopila 512 conjuntos de datos de proyección
a través de 360 grados y la imagen es reconstruida por una computadora personal. El
tiempo requerido para la reconstrucción de la imagen es de aproximadamente 10
minutos (102).
Imagen 16. Tipos de máquinas CBCT según su función. (a) unidades dedicadas, (b) una unidad híbrida con
capacidades panorámicas (por ejemplo, Veraviewepocs 3D F40 (J Morita Corp., Osaka, Japón) (c)híbrido
con modalidades panorámicas y cefalométricas (por ejemplo, Veraviewepocs 3D R100, J Morita Corp.,
Osaka, Japón). Los dispositivos CBCT también se pueden dividir según la posición del paciente durante el
escaneo como unidades sentadas (a), de pie (b y c) o en posición supina (d) (por ejemplo, Newtom 5G, QR
srl, Verona, Italia). Tomado de Scarfe et al. Cone Beam Computed Tomographic imaging in orthodontics.
Aust Dent J.2017;62:33-50.
RECONSTRUCCIÓN DE DATOS.
55
Tom, 3D Accuitomo).
En el caso de la CBCT, la forma del voxel es isotrópica, es decir, igual en las tres
dimensiones (x=y=z), en vez de anisotrópica, como en el caso de la TC convencional.
56
Imagen 17. Tubo de rayos X a. Detectores giran en conjunto. b. en el lado opuesto a la imagen de un corte
axial delgado. La cama avanza a través de la máquina para el siguiente corte. Tomado de Halazonetis DJ.
From 2-dimensional cephalograms to 3-dimensional computed tomography scans. Am J Orthod
Dentofacial Orthop. 2005 May; 127(5):627-37.
El campo de visión fue clasificado de acuerdo con Lorenzoni et al. (105) en:
Imagen 18. Diferentes tamaños de FOV. Tomado de Hernández Soler. Tomografía de haz cónico (1ª parte).
Rev. Esp Ortod. 2008; 38:277-88.
57
En la CBCT, un FOV más pequeño normalmente genera dosis de radiación más
bajas, similar a la acción de los colimadores. El FOV elegido debe ser el más pequeño
que abarque la región de interés.
Signorelli et al, demostraron que a pesar de que un único CBCT pueda reemplazar
todos los registros de ortodoncia convencionales, la irradiación sigue siendo de dos a
cuatro veces mayor que el conjunto de radiografías convencionales necesitadas para el
diagnóstico, por lo que debemos usarlo únicamente cuando vayamos a tener un impacto
en el plan de tratamiento o en el resultado (111).
Ludlow et al, determinaron en las máquinas de CBCT que utilizaron, que la dosis
efectiva es de cuatro a cuarenta y dos veces mayor que las dosis de una radiografía
panorámica. Añadieron que observaron reducciones en la dosis al reducir el tamaño del
58
campo, los mA y los kV (112).
El desafío planteado por la CBCT es reducir las dosis de radiación, pero sin
disminuir la calidad de la imagen o la información de diagnóstico. Los estudios han
demostrado que los rangos de dosis tienen una variación considerable de una máquina
CBCT a otra.
Actualmente, la CBCT produce una imagen precisa de los tejidos blandos y del
tejido duro subyacente, incluyendo costos más bajos, menor dosis de radiación y menor
tiempo de adquisición que la TC convencional (113)(114); por lo que, cuando
necesitamos imágenes en 3D es la técnica de elección. A pesar de ello, como hemos
desarrollado en el capítulo anterior, no está indicada en todos los casos debido a la
mayor dosis de radiación respecto a las radiografías convencionales.
59
• El campo de visión (FOV) debe estar restringido tanto como sea posible,
incluyendo solo las áreas de interés para el diagnóstico a fin de minimizar
la dosis de radiación y seguir el principio ALARA.
• Usar la resolución más baja posible sin comprometer la evaluación del
área de interés.
Imagen 19. La tomografía computarizada de haz cónico solo debe solicitarse en casos en los que los
beneficios potenciales del diagnóstico y la planificación del tratamiento,la ejecución del tratamiento o los
resultados del tratamiento superan los riesgos potenciales de un aumento de la dosis de radiación.
Tomado de Garib et al. Is there a consensus for CBCT use in Orthodontics?. Dental Press J Orthod.
2014;19(5):136-49.
62
encuentran en una posición ortopédicamente estable. Las primeras definiciones
describían la RC como la posición de mayor retrusión de los cóndilos (121)(122)(123). En
la actualidad, incluso el término de RC es algo confuso, puesto que su definición se ha
modificado. Autores como Dawson (124) , creían inicialmente en la relación céntrica
como la posición más retruída del cóndilo y, posteriormente definían la relación céntrica
como la ubicación precisa del eje condilar horizontal cuando el cóndilo y el disco están
correctamente alineados y completamente asentados en sus respectivos estructuras
óseas (125).
Myers (126), en 1982, acordó que los registros de relaciones céntricas se pueden
agrupar en cuatro categorías: registros estáticos o posicionales mediante registros de
mordida y manipulaciones mandibulares; grabaciones gráficas como la técnica de Gysi
de trazado del arco gótico y sus modificaciones; grabaciones funcionales como las de
Boos y Shanahan; y el uso de la cefalometría.
Para Okeson (23), define la posición articular funcional como la de los cóndilos
en su posición superoanterior máxima en las fosas articulares, cuando se apoyan contra
las pendientes posteriores de las eminencias articulares, con los discos articulares
interpuestos adecuadamente. Álvarez et al.(131) en 1992, añadieron que podríamos
considerar la relación céntrica como un rango posicional condilar tridimensional,
fisiológico e individual para cada cóndilo y cada paciente.
63
Entendemos que la posición condilar es el producto final de muchos cambios
dinámicos como el crecimiento y la remodelación, las actividades de la matriz funcional,
la alteración oclusal, la adaptación funcional y la variación individual (132). Tal y como
cita Cohlmia, el primero en analizar los problemas causados por la relación cóndilo-fosa
fue Howarth Pringle en 1918 (133).
En 1916, Pordes (142) fue el primero en informar sobre una técnica radiográfica
directa para la visualización de la ATM. Explicaba las limitaciones anatómicas y como
65
con la boca abierta se podían tener menos superposiciones anatómicas. Updegrave
(143), Grewcock, y Lindblom (144) contribuyeron en gran medida en la evolución de la
técnica para realizar radiografías laterales de las articulaciones temporomandibulares.
Zechll y Freihofer compararon varias técnicas y descubrieron que cada una tiene sus
limitaciones, y ninguna resultó ser la mejor en todas las circunstancias.
Para hablar de estudios realizados con laminografía tenemos que destacar los
realizados por Ricketts (148)(149)(150) en los años cincuenta, quien analizó la posición
condilar mediante esta técnica. Coincidía con la necesidad de realizar las radiografías
con la boca abierta para que el cóndilo se mueva hacia adelante y hacia abajo sobre la
eminencia articular, y así, disminuir el número de superposiciones anatómicas.
Explicaba la elección de la laminografía por tres motivos: permitía la eliminación de la
distorsión que podría introducirse por la exposición angular; hacía posible la exposición
de un campo lo suficientemente grande como para incluir puntos de referencia de
orientación y estructuras funcionalmente asociadas, como los dientes; y permitía la
selección de la relación sagital media de cóndilo y fosa. Sus estudios comparativos
fueron realizados en reposo y en oclusión para pacientes clases II antes y tras el
tratamiento. Concluía que la posición condilar de las clases II mejoraba tras el
tratamiento.
66
Imagen 21. Mediciones y Valores medios analizados por Ricketts para determinar la morfología y la
posición condilar. Tomado de Ricketts RM. Various conditions of the temporomandibular joint as revealed
by cephalometric laminagraphy. Angle Orthod. 1952;22(2):98-115.
Esta técnica fue muy utilizada durante varios años. Citar los estudios de
Williamson (151) mediante laminografías utilizando la RC y una guía anterior para
determinar la posición condilar.
67
O determinaba concentricidad. -1 y -2 indicaban una posición posterior del
disco. +1 y +2 una posición anterior del disco. Este método daba mucho margen a error
interobservador, ya que la posición era subjetiva y dependía de la experiencia del clínico.
Imagen 22. Método subjetivo. Tomado de Pullinger A, Hollender L. Assessment of mandibular condyle
position: A comparison of transcranial radiographs and linear tomograms. Oral Surg Oral Med Oral Pathol.
1985;60(3):329-34.
Imagen 23. Método cuantitativo de medición del espacio articular anterior y posterior. Tomado de
Pullinger A, Hollender L. Assessment of mandibular condyle position: A comparison of transcranial
radiographs and linear tomograms. Oral Surg Oral Med Oral Pathol. 1985;60(3):329-34.
68
Imagen 24. Concentricidad condilar. Tomado de Pullinger A, Hollender L. Assessment of mandibular
condyle position: A comparison of transcranial radiographs and linear tomograms. Oral Surg Oral Med
Oral Pathol. 1985;60(3):329-34.
Imagen 25. Posición media de la fosa. Tomado de Pullinger A, Hollender L. Assessment of mandibular
condyle position: A comparison of transcranial radiographs and linear tomograms. Oral Surg Oral Med
Oral Pathol. 1985;60(3):329-34.
69
Imagen 26. Posición tangente al techo de la fosa. Tomado de Pullinger A, Hollender L. Assessment of
mandibular condyle position: A comparison of transcranial radiographs and linear tomograms. Oral Surg
Oral Med Oral Pathol. 1985;60(3):329-34.
Método cuantitativo que mide el desplazamiento horizontal del punto medio del
cóndilo desde el punto medio de la fosa. Se midió y se expresó como un porcentaje del
ancho total interarticular posterior o anterior máximo disponible si el cóndilo se ubicaba
teóricamente concéntricamente. Medía el espacio interarticular disponible para el
desplazamiento del cóndilo en una dirección posterior o anterior desde una posición
concéntrica.
Imagen 27. Desplazamiento del cóndilo. Tomado de Pullinger A, Hollender L. Assessment of mandibular
condyle position: A comparison of transcranial radiographs and linear tomograms. Oral Surg Oral Med
Oral Pathol. 1985;60(3):329-34.
70
Tiene una alta repetitividad, es fácil de usar y tiene la ventaja adicional de
relevancia clínica para el grosor funcional del centro del disco articular. Semejante al
método subjetivo, pero con menor variación interobservador que el método puramente
subjetivo.
71
Imagen 28. Método utilizado por Gianelly para la medición de la posición condilar. Tomado de Gianelly
AA, Hughes HM, Wohlgemuth P, Gildea G. Condylar position and extraction treatment. Am J Orthod
Dentofacial Orthop. 1988;93(3):201-5.
Imagen 29. Análisis presentado por Hamilton et al. Tomado de A cephalometric, tomographic, and dental
cast evaluation of Fränkel therapy. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1987;92:427-34.
72
III. En la siguiente imagen mostramos el método de medición que utilizó, donde
analizaba distancias anteriores, posteriores, altura y angulación de la fosa, tamaño
condilar y concentricidad.
Imagen 30. Análisis de Cohlmia para la medición de la posición condilar. Tomado de Cohlmia Jeff T, Grosh
Joydeep, Nanda Ram S. Tomographic assessment of temporomandibular joints in patients with
malocclusion. Angle Orthod. 1996;66(1):27-36.
Imagen 31. Tomada de Kuboki et al. Effects of sustained unilateral molar clenching on the
temporomandibular joint space. Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endodontology.
1996;82(6):616-24.
73
con el tercio facial inferior reducido en comparación con sujetos con el tercio facial
inferior normal o aumentado.
Imagen 32. Método cuantitativo utilizado por Ueki et al. para determinar la posición condilar. Tomada de
Ueki et al. Temporomandibular joint morphology and disc position in skeletal class III patients. J Cranio-
Maxillofac Surg. 2000;28(6):362-8.
74
mentonera crea cambios morfológicos en el área temporomandibular y que estos
cambios estimulan una remodelación de la mandíbula.
Imagen 33. Tomado de Gokalp et al. Magnetic resonance imaging of the condylar growth pattern and disk
position after chin cup therapy: a preliminary study. Angle Orthod 2005;75(4):568-75.
En este mismo año Krisjane et al. (173) mediante TC, evaluaron los parámetros
condilares y la posición del cóndilo dentro de la fosa glenoidea en pacientes con
maloclusiones de clase II y clase III. Sus resultados mostraron una tendencia a un cóndilo
más pequeño y a espacios articulares mayores en las clases II al compararlas con los
pacientes de clase III. En ambos grupos, los cóndilos se encontraban posicionados
anteriormente en la fosa; lo que mostraba una posición no concéntrica en estas
maloclusiones.
En este mismo año Reis Fraga et al.(176) compararon las posiciones condilares
de individuos normoclusivos con respecto a maloclusivos de clase I clase II/1 y clases III.
Encontraron una simetría bilateral y falta de centralización del cóndilo entre todos los
grupos. La mayor descentralización condilar se observó en el grupo de clase II/1,
mientras que la menor descentralización condilar se obtuvo en el grupo normoclusivo.
77
cóndilo fue la más prevalente en su estudio y los pacientes de clase I y II parecen
presentar una morfología del cóndilo similar. En cuanto a la posición del cóndilo, el
desplazamiento anterior fue más frecuente independientemente del tipo de
maloclusión.
Song et al. (182) publicaron en 2019 sus estudios sobre posición condilar en los
diferentes grupos maloclusivos mediante CBCT. Encontraron diferencias significativas
en la morfología condilar, espacio articular, morfología de la fosa articular y condilar. La
posición del cóndilo en las clases I, II1 y III era principalmente anterior y concéntrica. En
pacientes de clase II/2, la posición del cóndilo era principalmente concéntrica y
posterior. Las clases III presentaban una posición condilar más superior. El espacio
articular posterior en los sujetos de clase II/2 fue el más grande entre los cuatro grupos.
Sin embargo, el espacio más grande no indicaba una posición anterior del cóndilo.
78
Explican que estos resultados pueden sugerir una influencia de las discrepancias
sagitales en la alteración de la relación cóndilo-fosa glenoidea. La fosa glenoidea de clase
II/2 era estrecha y profunda en comparación con otras categorías. Por el contrario, la
fosa glenoidea de clase III era ancha y poco profunda. El cóndilo en la clase I era el más
grande, lo que indicaba una relación más estrecha entre cóndilo y fosa La reducción del
volumen y el área superficial del cóndilo en la clase II/1 podría afectar la estabilidad de
la ATM. Esto puede explicar la mayor frecuencia de trastornos de la ATM y la dislocación
de la articulación en pacientes esqueléticos de clase II.
Antes de finalizar este apartado, hacer mención a otros medios por los que a lo
largo de la historia también se ha analizado la posición condilar y la relación céntrica.
81
los tratamientos de no extracciones versus los de extracciones.
Imagen 34. Tomada de Ruf et al. Temporomandibular Joint Effects of Activator Treatment: A Prospective
Longitudinal Magnetic Resonance Imaging and Clinical Study. Angle Orthod. 2002;72(6):527-40.
Hesse et al. (196), también realizaron estudios antes y después del tratamiento
de ortodoncia. En este caso, sus estudios tenían el objetivo de confirmar si la corrección
de la mordida cruzada posterior funcional a través de la expansión maxilar se asociaba
con un cambio en la posición condilar. Realizaron dicho estudio mediante tomografías y
las medidas fueron analizadas mediante el método de Pullinger. Encontraron una
posición condilar asimétrica de pretratamiento con el cóndilo lateral sin mordida
cruzada en una posición anterior e inferior en la fosa glenoidea. Tras la expansión
maxilar y la eliminación de la mordida cruzada encontraron un relación oclusal y condilar
más simétrica.
82
Imagen 35. Tomada de Hesse et al. Changes in condylar position and occlusion associated with maxillary
expansion for correction of functional unilateral posterior crossbite. Am J Orthod Dentofacial
Orthop.1997;111(4):410-8.
83
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
84
2.1. JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO
Por todo ello, nos hemos planteado el interés de realizar un trabajo que parte de
la siguiente hipótesis de trabajo:
86
2.2. OBJETIVOS:
87
3. MATERIAL Y MÉTODO
88
3.1. LUGAR DE TRABAJO Y ÁMBITO DEL ESTUDIO
• CUALITATIVAS:
o Sexo
o Maloclusión dentaria (clase de Angle).
o Maloclusión esquelética (Wits appraisal).
• CUANTITATIVAS:
89
o Análisis de la posición condilar en el plano sagital mediante las variables
descritas por Ricketts en 1950 y referenciadas por Miranda et al. en
2013(175).
o Concentricidad condilar mediante las fórmulas propuestas por Pullinger
y Hollender (156).
o Edad.
MALOCLUSIÓN DENTARIA:
90
MALOCLUSIÓN ESQUELÉTICA:
Para analizar el Wits solo son necesarios los puntos A, B y el plano oclusal.
En la siguiente tabla, se muestran los valores numéricos que se han utilizado para
determinar el grupo de estudio al que pertenecía cada individuo:
WITS APPRAISAL
91
Imagen 37. Tomada de Jocobson A. Update on the Wits Appraisal. The Angle Orthodontics, 1988;
58(3):205-219.
CLASE I ESQUELÉTICA
92
DESGLOSE DE LAS VARIABLES CUANTITATIVAS
Distancia anterior (DA): medida desde el punto más anterior del cóndilo (Ca)
hasta el punto más cercano en la pared posterior de la eminencia articular (El).
Distancia posterior (DP): punto más posterior del cóndilo hasta la línea Pl (
perpendicular al plano de Frankfurt que pasa por el centro medido en el plano sagital
del conducto auditio externo).
Distancia superior (DS): medida desde el punto más superior del cóndilo (Cs) al
punto más profundo de la cavidad glenoidea (Gl).
o CONCENTRICIDAD CONDILAR
93
Imagen 39. Corte sagital del CBCT donde se muestran las variables analizadas.
• GRUPO NORMOCLUSIVO
o Edad inferior a 16 años.
o Tratamiento de ortodoncia o de oclusión previo.
o Ausencia de CBCT.
o Ausencia de clase I molar y canina de Angle.
o Discrepancia oseodentaria negativa o positiva que exceda de 2mm.
o Mordida cruzada anterior o posterior.
o Presencia de signos o síntomas articulares.
o Resalte mayor de 2 mm o menor a 0 mm.
o Sobremordida mayor a 4 mm o menor a 2 mm.
o Rotaciones que excedan de 15º.
94
3.2.4. CRITERIOS DE INCLUSIÓN:
• GRUPOS MALOCLUSIVOS:
o Edad igual o mayor a 16 años.
o Maloclusión dentaria y esquelética correspondiente al grupo maloclusivo
al que corresponda cumpliendo los criterios establecidos por Angle y por
el Wits Appraisal
o Ausencia de antecedentes de otros tratamientos de ortodoncia.
o Presencia de CBCT inicial y final al tratamiento de ortodoncia.
• GRUPO NORMOCLUSIVO:
o Edad igual o mayor a 16 años.
o Clase molar y canina I de Angle bilateral.
o Wits Appraisal correspondiente a clase I
o Discrepancia oseodentaria positiva o negativa que no exceda de 2 mm.
o Resalte entre 0 y 2 mm
o Sobremordida entre 4 y 2 mm.
o Rotaciones que no excedan de 15º.
o Ausencia de asimetrías faciales.
o Ausencia de tratamiento de ortodoncia o de oclusión.
o Ausencia de signos o síntomas articulares.
o Presencia de CBCT.
Se seleccionaron todos los CBCT de la base de datos de la consulta del Dr. D. Jose
María Llamas Carreras (a los que una vez más agradezco su generosidad y dirección).
Los datos personales no han sido utilizados para este trabajo; a excepción de la
edad y el sexo que son de gran relevancia para el análisis de los resultados. Cada uno de
los datos utilizados pasaron a formar parte del archivo creado exclusivamente para este
trabajo.
95
A continuación, se expone el itinerario seguido para la obtención de los CBCT
desde la primera visita del paciente.
6º Reconstrucción
protocoliizada de los
CBCT
Imagen 40. Protocolo seguido para la obtención de los CBCT.
Para el cálculo del tamaño muestral necesario para los diferentes análisis entre
grupos independientes y basándonos en estudios preliminares, se espera una diferencia
de medias de aproximadamente 0,5mm, con una desviación estándar de 0,5-0,6mm.
Con un nivel de confianza del 95% y una potencia estadística del 80% necesitaríamos un
total de 20 individuos en cada grupo.
96
De esta forma se decidió seleccionar un total de 20 individuos por grupo,
sumando una muestra de 80 sujetos.
97
3.3.2. REPRESENTATIVIDAD:
Se trabajó con una muestra incidental, ya que los sujetos no han sido
seleccionados de manera aleatoria, si no que han sido obtenidos de la base de datos de
la consulta de ortodoncia del Dr. D. José María Llamas Carreras.
98
normoclusivo y presentaban un CBCT previo. Se analizaron un total de 40
articulaciones
o Grupo 1: grupo maloclusivo de clase II/1. Consta de 20 pacientes que
cumplían todos los criterios de inclusión de este grupo y presentaban un
CBCT inicial al tratamiento de ortodoncia y otro al final de este. Lo forman
en total 40 articulaciones medidas en dos momentos diferentes.
o Grupo 2: grupo maloclusivo de clase II/2. Consta de 20 pacientes que
cumplían todos los criterios de inclusión para pertenecer a este grupo.
Todos poseían un CBCT inicial y final al tratamiento de ortodoncia. Consta
de 40 articulaciones medidas en dos momentos diferentes.
o Grupo 3: grupo maloclusivo de clase III. Consta de 20 pacientes que
cumplían los criterios de inclusión para pertenecer a este grupo y poseían
CBCT inicial y final al tratamiento de ortodoncia. Consta de 40
articulaciones medidas en dos momentos diferentes.
• Una vez determinado el punto medio del cóndilo procedemos a realizar las
mediciones en el plano sagital.
Los puntos, líneas y planos de referencia analizados son:
o Cs. Punto más superior del cóndilo en el plano sagital.
o Gl. Punto más cóncavo de la fosa glenoidea.
o Cp. Punto más convexo de la pared posterior del cóndilo.
o Ca. Punto de la pared más anterior del cóndilo que esté más cerca de la
pared posterior de la eminencia articular.
o El. Punto de la pared posterior de la eminencia articular que esté más
cerca de la pared anterior del cóndilo.
o Glp. Punto de la pared posterior de la fosa glenoidea que esté más cerca
de la pared posterior del cóndilo.
o Pl. Línea perpendicular al plano de Frankfurt que pasa por el punto medio
del conducto auditivo externo en su diámetro sagital.
o E-E`. Línea tangente a la pared posterior de la eminencia articular.
o Fh. Línea paralela al plano de Frankfurt que pasa por el punto más inferior
de la eminencia articular.
• A continuación, se procedió a realizar las mediciones de las variables
cuantitativas determinadas con anterioridad.
100
o Distancia anterior (DA): medida desde el punto más anterior del cóndilo
(Ca) hasta el punto más cercano en la pared posterior de la eminencia
articular (El).
o Distancia posterior a la cavidad glenoidea (DPG): medida desde el punto
más posterior del cóndilo hasta el punto más cercano en la pared anterior
de la cavidad glenoidea.
o Distancia posterior (DP): punto más posterior del cóndilo hasta la línea Pl
( perpendicular al plano de Frankfurt que pasa por el centro medido en el
plano sagital del conducto auditio externo).
o Distancia superior (DS): medida desde el punto más superior del cóndilo
(Cs) al punto más profundo de la cavidad glenoidea (Gl).
o Altura de la fosa glenoidea (Gl-Fh): distancia entre el punto más profundo
de la fosa glenoidea y el plano paralelo al plano de Frankfurt que pasa por
el punto más inferior de la eminencia articular.
o Angulación eminencia articular (E-E´Fh´): ángulo formado por una
tangente a la pared posterior de la eminencia articular (E-E´) y el plano
paralelo al plano de Frankfurt que pasa por el punto más inferior de la
eminencia articular (Fh).
• Analizamos la concentricidad condilar mediante la fórmula descrita por
Pullinger y Hollenger.
101
3.5. TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN:
En primer lugar, hemos realizado un análisis descriptivo para resumir los datos
usados para las variables cuantitativas a partir de distintas medidas de síntesis como
pueden ser la media, la mediana o la desviación estándar.
Por otro lado, las variables categóricas se expresan en forma de frecuencias y/o
proporciones.
3.7. REPRESENTATIVIDAD:
102
Incidental no probabilística, ya que los sujetos ya pertenecían a la base de datos
de la consulta del Dr. José María Llamas, no siendo elegidos al azar, si no que se han
seleccionado en función de unos criterios de inclusión y exclusión.
Se trabajó con una muestra incidental, ya que los CBCT fueron realizados
previamente por necesidades del tratamiento y diagnóstico en la consulta.
103
observador consigo mismo. Se obtuvo un resultado de 0,82, lo que indica buena
concordancia.(197) (Tabla 31 en anexos).
0,71-0,90 Buena
0,51-0,70 Moderada
0,31-0,50 Mediocre
Tabla2. Valoración de la concordancia según los valores del coeficiente de relación intraclase (CCI).
Pértegas Diaz S PFS. La fiabilidad de las mediciones clínicas: el análisis de la concordancia para variables
numéricas. Cad Aten Primaria. 2003;10:290-6.
Como se ha explicado con anterioridad, todos los registros utilizados para este
trabajo estaban realizadas con anterioridad a la realización de nuestro estudio.
104
4. RESULTADOS
105
4.1. ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA
La edad media inicial de los grupos estudiados ha sido de 30,15 años con una
desviación estándar de ±10,93 años.
106
En el caso de la edad media final, solo se han incluido 60 pacientes, ya que el
grupo normoclusivo solo fue analizado en una ocasión al inicio del estudio. Fue de 32,82
años, con una desviación estándar de ±11.69 años.
La edad media del grupo ha sido de 27,90 años con una desviación estándar de
±8,52 años. Destacar que los grupos de edad 16-25 años y 26-35 años representan el
85% de la muestra del grupo 0 (gráfico 5). En cuanto a la variable sexo, vemos en el
siguiente gráfico la distribución que tiene nuestra muestra con 5 hombres (25%) y 15
mujeres (75%).
107
Gráfico 5. Distribución de la edad del grupo normoclusivo.
108
Gráfico 6. Distribución de la variable sexo en las clases II/1.
109
Gráfico 8. Distribución de la edad final en las clases II/1.
La edad media inicial fue de 35,75 años con una desviación de ±14,59 años. La
edad final fue de 37,80 años con una desviación de ±14,65 años. El grupo de edades
comprendidas entre 16 y 35 años suponen un 60% de la muestra.
110
EDAD INICIAL GRUPO 2 (CLASE II/2)
7
0
16-25 AÑOS 26-35 AÑOS 36-45 AÑOS 46-64 AÑOS
16-25 AÑOS 26-35 AÑOS 36-45 AÑOS 46-55 AÑOS 56-66 AÑOS
111
La edad media inicial fue de 26,4 años con una desviación de ±7,26 años. La edad
media final ha sido de 28,40 años con una desviación de ±7,26 años. El intervalo
comprendido entre los 16 y 35 años supone un 90 % de la muestra.
SEXO GRUPO 3
35%
65%
HOMBRES MUJERES
10
0
16-25 26-35 36-45
112
EDAD FINAL GRUPO 3 (CLASES III)
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
16-25 26-35 36-46
113
ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA INICIAL
" (± 𝑫𝑬)
𝑿 " (± 𝑫𝑬)
𝑿 " (± 𝑫𝑬)
𝑿 " (± 𝑫𝑬)
𝑿 " (± 𝑫𝑬)
𝑿
DCHA IZQ DCHA IZQ DCHA IZQ DCHA IZQ DCHA IZQ
Tabla 3. Descripción de los valores y resultados analizados antes del tratamiento de ortodoncia.
114
ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA FINAL
" (± 𝑫𝑬)
𝑿 " (± 𝑫𝑬)
𝑿 " (± 𝑫𝑬)
𝑿 " (± 𝑫𝑬)
𝑿
115
Para poder aumentar el rango de concentricidad, autores como Pullinger y
Holender(69), Song et al.(182), Krisjane et al.(173) etc. , determinaron como
concéntricos aquellos cóndilos que presenten valores entre 0 y ± 12% utilizando la
misma fórmula.
Un valor menor que – 12 determina una posición posterior del cóndilo, mientras
que un valor mayor que + 12 determinará una posición anterior.
Del resto de la muestra, cinco casos (12,5%) presentaron uno de sus cóndilos
concéntricos. Esto determina que en el grupo normoclusivo los cóndilos concéntricos
suponen un 67,5% del total de la muestra, respecto al 32,5% que no presenta
concentricidad.
116
CONCENTRICIDAD CONDILAR GRUPO NORMOCLUSIVO
7.44 17,01
5.04 3.48
-0.8 27.4
6.0 6.9
-52 -20.61
13.08 5.7
-17.7 -30.43
5.1 7
30 33.3
-4.1 3.5
-16 4.8
-1.7 9.7
1.3 -1.1
-60 -19.69
-2.7 11.8
6.5 2.09
1.2 -7.7
10.9 6.4
4.5 -12.5
-3.1 -2.46
Tabla 5. Análisis de la concentricidad condilar del grupo normoclusivo control. Los valores marcados en
rojo indican que el cóndilo presenta concentricidad.
117
CONCENTRICIDAD CONDILAR
32,5%
67%
CONCENTRICIDAD NO CONCENTRICIDAD
En el grupo I (clase II/1) y en el grupo II (clase II/2), encontramos dos sujetos con
ambos cóndilos dentro de los valores establecidos como concéntricos (10%), y siete
(17,5%), con uno de los dos cóndilos concéntricos. El resto de la muestra presenta
cóndilos no concéntricos (72,5%).
Por el contrario, el grupo maloclusivo clase II/2 es el grupo que presenta mayor
cantidad de cóndilos posicionados posteriormente en la fosa. En este grupo, de los
veintinueve cóndilos que no presentan concentricidad, veinticinco se posicionaban
posteriormente en la fosa.
El grupo III (clases III), presenta cinco casos con ambos cóndilos concéntricos
(25%) y nueve casos con uno de los dos cóndilos concéntricos; lo que supone que un
45% de los cóndilos de este grupo son concéntricos.
118
El 55% restante no presentaban concentricidad. De los veintidós cóndilos que no
presentaban concentricidad, doce se encontraban posicionados anteriormente y diez
posteriormente; lo que explica una mayor diversidad de posición en este grupo.
120
CONCENTRICIDAD CONDILAR TRAS EL TRATAMIENTO DE ORTODONCIA
La sexta y última medida analizada no fue una medida lineal, sino angular. Se
trata de la angulación de la eminencia articular (EE`-Fh) donde no se obtuvo diferencia
122
estadísticamente significativa entre ambos cóndilos. El valor medio para el cóndilo
izquierdo fue de 35,72° y en el derecho de 37,05°.
ESTADÍSTICO
CÓNDILO CÓNDILO
P VALUE
DERECHO IZQUIERDO
(t)
Al tratarse de más de dos medias a comparar y seguir los valores una distribución
normal, hemos realizado para la comparación entre grupos la prueba ANOVA.
123
DISTANCIA ANTERIOR
DERECHA IZQUIERDA
P VALUE P VALUE
GRUPO 0 GRUPO 1 1,000 1,000
GRUPO 2 0,199 1,000
GRUPO 3 1,000 0,311
GRUPO 1 GRUPO 0 1,000 1,000
GRUPO 2 0,006 0,263
GRUPO 3 1,000 1,000
GRUPO 2 GRUPO 0 0,199 1,000
GRUPO 1 0,006 0,263
GRUPO 3 0,007 0,059
GRUPO 3 GRUPO 0 1,000 0,311
GRUPO 1 1,000 1,000
GRUPO 2 0,007 0,059
Tabla 9. Comparativa de los valores obtenidos en cada grupo para la distancia anterior.
124
DISTANCIA POSTERIOR
DERECHA IZQUIERDA
P VALUE P VALUE
GRUPO 0 GRUPO 1 1,000 1,000
GRUPO 2 0,021 0,948
GRUPO 3 1,000 0,498
GRUPO 1 GRUPO 0 1,000 1,000
GRUPO 2 0,112 0,178
GRUPO 3 0,527 1,000
GRUPO 2 GRUPO 0 0,021 0,948
GRUPO 1 0,112 0,178
GRUPO 3 0,001 0,013
GRUPO 3 GRUPO 0 1,000 0,498
GRUPO 1 0,527 1,000
GRUPO 2 0,001 0,013
Tabla 10. Comparativa de los resultados obtenidos en la distancia posterior.
125
DISTANCIA POSTERIOR A LA CAVIDAD GLENOIDEA
DERECHA IZQUIERDA
P VALUE P VALUE
Tabla 11. Comparativa de los resultados obtenidos en la distancia posterior a la cavidad glenoidea.
126
En el análisis de la distancia superior (DS) y GLFH es donde menos diferencias
estadísticamente significativas hemos encontrado.
DISTANCIA SUPERIOR
DERECHA IZQUIERDA
P VALUE P VALUE
127
PROFUNDIDAD DE LA CAVIDAD GLENOIDEA
DERECHA IZQUIERDA
P VALUE P VALUE
128
Por último, en EEGH aparecen significativos el mismo valor en ambos cóndilos y
en la misma comparativa de grupos 0 y 1.
DERECHA IZQUIERDA
P VALUE P VALUE
129
4.2.3. COMPARATIVA INICIAL Y FINAL DE CADA GRUPO MALOCLUSIVO.
Una vez analizadas las diferencias encontradas entre los grupos maloclusivos,
procedemos a estudiar los cambios producidos en cada grupo tras recibir tratamiento
ortodóntico.
130
CLASES II/1 INICIAL-FINAL
MEDIA DE
GRUPO 1 MEDIA SIGNIFICACIÓN
N ERROR
" (± 𝑫𝑬)
𝑿 P VALUE
ESTÁNDAR
Tabla 15. Comparativa entre los valores iniciales y finales obtenidos en las clases II/1.
131
CLASES II/2 INICIAL-FINAL
MEDIA DE
GRUPO 2 MEDIA SIGNIFICACIÓN
N ERROR
" (± 𝑫𝑬)
𝑿 P VALUE
ESTÁNDAR
Tabla 16. Comparativa entre los valores iniciales y finales obtenidos en las clases II/2.
132
CLASES III INICIAL-FINAL
GRUPO 3 MEDIA N MEDIA DE SIGNIFICACIÓN
" (± 𝑫𝑬)
𝑿 ERROR P VALUE
ESTÁNDAR
Tabla 17. Comparativa entre los valores iniciales y finales obtenidos en las clases III.
133
4.2.4. COMPARATIVA DE LOS VALORES FINALES DE CADA GRUPO MALOCLUSIVO
RESPECTO AL GRUPO NORMOCLUSIVO CONTROL
En último lugar, en la comparativa de las clases III tras el tratamiento con el grupo
normoclusivo, solo encontramos diferencias estadísticas en la distancia superior, en
ambas articulaciones; siendo p<0,05.
134
GRUPO II/1 ARTICULACIÓN IZQUIERDA
Tabla 18. Comparativa de los valores finales obtenidos en la articulación izquierda del grupo 1 respecto
al grupo normoclusivo control.
Tabla 19. Comparativa de los valores finales obtenidos en la articulación derecha del grupo 1 respecto al
grupo normoclusivo control.
135
GRUPO II/2 ARTICULACIÓN IZQUIERDA
Tabla 20. Comparativa de los valores finales obtenidos en la articulación izquierda del grupo 2 respecto
al grupo normoclusivo control.
Tabla 21. Comparativa de los valores finales obtenidos en la articulación derecha del grupo 2 respecto al
grupo normoclusivo control.
136
GRUPO III ARTICULACIÓN IZQUIERDA
Tabla 22. Comparativa de los valores finales obtenidos en la articulación izquierda del grupo 3 respecto
al grupo normoclusivo control.
Tabla 23. Comparativa de los valores finales obtenidos en la articulación derecha del grupo 3 respecto al
grupo normoclusivo control.
137
4.2.5. DIFERENCIA ENTRE ARTICULACIONES DERECHA E IZQUIERDA ANTES Y
DESPUÉS DEL TRATAMIENTO DE ORTODONCIA
GRUPO 1 MEDIA
SIGNIFICACIÓN
CLASES II/1 T
" (± 𝑫𝑬)
𝑿 P VALUE
INICIAL
Tabla 24. Comparativa entre articulaciones derechas e izquierdas en las clases II/1 antes del tratamiento
de ortodoncia.
138
GRUPO 1 MEDIA
" (± 𝑫𝑬) SIGNIFICACIÓN
CLASE II/1 𝑿 T
P-VALUE
FINAL
Tabla 25. Comparativa entre articulaciones derechas e izquierdas en las clases II/1 tras el tratamiento de
ortodoncia.
139
GRUPO 2
MEDIA SIGNIFICACIÓN
CLASE II/2 " (± 𝑫𝑬) T
𝑿 P-VALUE
INICIAL
Tabla 26. Comparativa entre articulaciones derechas e izquierdas en las clases II/2 antes del tratamiento
de ortodoncia.
140
GRUPO 2
MEDIA SGNIFICACIÓN
CLASE II/2 " (± 𝑫𝑬) T
𝑿 P-VALUE
FINAL
Tabla 27. Comparativa entre articulaciones derechas e izquierdas en las clases II/2 tras el tratamiento de
ortodoncia.
141
GRUPO 3 MEDIA
" (± 𝑫𝑬) SIGNIFICACIÓN P-
CLASE III 𝑿 T
VALUE
INICIAL
Tabla 28. Comparativa entre articulaciones derechas e izquierdas en las clases III antes del tratamiento
de ortodoncia.
142
GRUPO 3 MEDIA
" (± 𝑫𝑬) SIGNIFICACIÓN
CLASE III 𝑿 T
VALUE
FINAL
Tabla 29. Comparativa entre articulaciones derechas e izquierdas en las clases III tras el tratamiento de
ortodoncia.
143
5. DISCUSIÓN
144
5. DISCUSIÓN
5.1. REFLEXIONES EN TORNO A LA METODOLOGÍA: APORTACIONES PERSONALES Y
COMPARATIVA CON OTROS TRABAJOS.
A pesar de ser pequeños los tamaños muestrales para una estadística que
represente a una población; son proporcionales e incluso mayores a los encontrados en
la bibliografía de referencia.
Añadir que casi la totalidad de los estudios publicados (que incluyen los cuatro
grupos maloclusivos (normoclusivos, clases II/1, clases II/2 y clases III)) son estudios
transversales, que solo analizan los datos en un momento determinado. La necesidad
de un CBCT inicial y final en los grupos maloclusivos dificultó aun más el tamaño de la
muestra.
145
Autores como Akbulut et al. (200), Ganugapanta et al. (180), Qiaoling et al.(181)
utilizan veinte sujetos por grupo al igual que en nuestro estudio.
Song et al. (182) incluyen treinta y un sujetos por grupo de estudio y Fraga et al.
(176) treinta sujetos por grupo, pero ambos son estudios transversales.
146
o Rotaciones que no excedan de 15º.
o Ausencia de asimetrías faciales.
o Ausencia de tratamiento de ortodoncia o de oclusión.
o Ausencia de signos o síntomas de patología articular.
o CBCT previo al estudio.
Tal y como describen Vitral et al., son pocos los estudios publicados en la
literatura realizados en articulaciones asintomáticas que presenten una oclusión
normal. La mayoría de los estudios evaluaron pacientes con ATM asintomáticas y no
abordaron una relación directa con la oclusión dental(169).
Autores como Christiansen (30), Ikeda y Kawamura (201), Pelka et al.(202) hacen
referencia en sus estudios a articulaciones sin signos ni síntomas de problemas
articulares.
Respecto a los grupos de estudio, autores como Cohlmia (162) o Song et al. (182)
al igual que nosotros, hacen referencia a los diferentes grupos maloclusivos sagitales. La
gran mayoría de los artículos revisados analizan principalmente la clase II (149) (167)
(168) (179) (190) (203) (204)(205)(206), de manera individual o comparándola con
pacientes normoclusivos o clase I.
147
También revisamos artículos donde la maloclusión analizada era la clase III (174)
(165) y otros donde comparaban las clases II y las clases III (172) (173).
Existen estudios donde analizan las clases I,II y III, pero no hacen diferencia entre
clases II/1 y clases II/2 (175)(176) (198) (200) (207) (208).
Por tanto, consideramos que las edades de inclusión en nuestro estudio son
justificadas, ya que las estructuras articulares óseas están, a esa edad, en su totalidad
desarrolladas y han tenido tiempo de funcionamiento donde la masticación, fonación y
deglución han podido llevar a cabo alguna remodelación.
148
La edad media inicial del total de la muestra fue de 30,15 años con una desviación
estándar de ±10,93 años. El grupo comprendido entre los 16 y 35 años ha sido el más
representativo en todos los grupos, siendo del 85%, 70%, 60% y 90%, respectivamente.
Como se explicó en el capítulo de ATM, las técnicas para su visualización han ido
evolucionando a lo largo de la historia.
Tal y como describen Rodrigues et al. (171) la visión sagital es la más apropiada
para evaluar la relación cóndilo-fosa. Permite el análisis de la concentricidad condilar
comparando los espacios articulares anterior y posterior y la profundidad de la fosa.
Tal y como expone Zabalegui (218), cada vez que se toma un escáner CBCT se
obtiene una orientación diferente (ya que es muy difícil tomar radiografías exactamente
en la misma posición en diferentes puntos de tiempo). Frongia et al.(219), realizaron
una investigación con el objetivo de analizar la influencia de la posición del cráneo
durante la adquisición de la CBCT. Describieron como el análisis cefalométrico
tridimensional está influenciado por la posición del paciente.
Aun así, aceptamos las limitaciones que puedan existir, ya que asumimos que la
obtención de dos cortes idénticos en dos CBCT diferentes es muy limitada.
151
Éstos y otros autores (180), utilizan como plano de referencia para medir la
profundidad de la fosa y la angulación, el plano formado por el punto más inferior del
tubérculo articular y el punto más inferior del conducto auditivo. Nosotros al igual que
Miranda et al. (175) tomamos como referencia para determinar estos valores la
perpendicular al plano de Frankfurt que pasa por el punto más inferior de la eminencia
articular. De aquí que nuestros resultados para estos valores difieran de los presentados
por otros autores.
152
ideal puede servir de referencia para plantear diagnósticos y futuros planes de
tratamiento en pacientes maloclusivos.
Por ello, en nuestro estudio hemos añadido como valor analizado, la distancia
posterior a la cavidad glenoidea para solventar posibles errores.
Estos valores serán tomados como referencia a la hora de analizar las diferentes
maloclusiones sagitales estudiadas.
153
NUESTRO
A B C D E F G
ESTUDIO
2.24
2.30 2.53 1.91 1.22 1.29 2.1
C.D ±0.58
DISTANCIA ±0.16 ± 0.84 ±0.69 ±0.59 ±0.61 ±0.5
2.44
ANTERIOR
2.34 2.74 2.21 2.01 1.28 1.22 1.9
C.I
±0,59 ±0.23 ± 0.76 ±0.70 ±0.72 ±0.51 ±0.5
Tabla 30. Comparativa de los resultados de nuestro estudio con otros similares publicados en la literatura.
A continuación, se expone a qué autor corresponde cada columna.
A. MIRANDA ET AL.
B. SONG ET AL.
C. AKBULUT ET AL.
D. GANUGAPANTA ET AL.
E. VITRAL ET AL.
F. RODRIGUES ET AL.
G. DALILI ET AL.
154
Donde apreciamos mayores diferencias con los datos comparados es en el
análisis de la profundidad de la fosa. Nuestros resultados se asemejan a los descritos
por Miranda et al.(175); lo cual no es extraño, al haber utilizar su mismo protocolo de
medición.
El grupo de clases III, presenta una distancia anterior similar al grupo de clases
II/1, donde no encontramos diferencias significativas, aunque la distancia posterior es
mayor en las clases III. Estos resultados pueden estar relacionados con el tamaño
condilar o la morfología de la fosa glenoidea.
Para finalizar con el análisis sagital de la posición condilar, añadimos los valores
obtenidos gracias al análisis de la Concentricidad Condilar mediante la fórmula descrita
por Pullinger y Hollender (156).
156
Con todo esto concluimos que el grupo de clase II/2 es el que presenta una
posición condilar más posterior. Estos hallazgos respaldan la teoría descrita inicialmente
por Thompson en los años ochenta(134), quien describía un desplazamiento posterior
de la posición condilar en las clases II/2 debido a la falta de resalte. También en estudios
más actuales de autores como Katsavrias y Halazonetis(170) o Zhou et al.(222), se
observa una posición más posterior en el grupo de clases II/2.
Fue el grupo de clases III el que presentaba una posición mas superior del cóndilo
dentro de la fosa. A pesar de ser así respecto a todos los grupos estudiados, solo
encontramos diferencias significativas al compararlo con el grupo normoclusivo. Estos
resultados coinciden con los de autores como Kaur et al.(198), Song et al.(182) quienes
describían una posición condilar más superior en las clases III.
157
Para analizar la Morfología de la Cavidad, hemos analizado siguiendo las pautas
de Katsavrias y Halazonetis(170), su profundidad y angulación. No hemos encontramos
diferencias significativas entre ninguno de los grupos estudiados en los valores
analizados para determinar la profundidad de la cavidad glenoidea. Estos resultados no
coinciden con los de autores como Miranda et al.(175), Song et al.(182) y Katsavrias y
Halazonetis (170), quienes describen en sus estudios una profundidad de fosa menor en
las clases III.
Por ello, nos propusimos analizar si los cambios provocados por el tratamiento
de ortodoncia (teniendo como objetivo conseguir una oclusión correcta y funcional),
modificaban la posición condilar de partida.
158
Como hemos comentado en el apartado relativo a la edad de la muestra
utilizada, uno de los problemas que Ricketts (149) encontró en sus estudios
longitudinales sobre la posible existencia de cambios en la posición mandibular como
resultado del tratamiento de ortodoncia, era que no se podía determinar si los cambios
producidos eran causados por el tratamiento de ortodoncia o por el crecimiento
mandibular, debido a que la media de edad de su muestra era de 14 años. Por ello, en
nuestra muestra, solo un paciente de cada grupo tiene menos de 18 años, de manera
que no puedan existir grandes errores en las mediciones influidos por el crecimiento
mandibular.
160
no existía. Estas modificaciones vuelven a mostrar una modificación significativa en la
cavidad glenoidea con el tratamiento.
161
Esto explicaría un cambio en la posición antero-posterior del cóndilo en las clases
II/2, y en las clases III.
162
6.CONCLUSIONES
163
6. CONCLUSIONES
164
8. En las clases III, tras el tratamiento de ortodoncia, observamos un
descenso del cóndilo; siendo significativo estadísticamente solo en la articulación
izquierda. A pesar de producirse un descenso del cóndilo con el tratamiento,
observamos que la diferencia respecto al grupo normoclusivo sigue siendo significativa.
165
7.BIBLIOGRAFÍA
166
7. BIBLIOGRAFÍA
8. Scott JH. The Growth of the Human Face. Proc R Soc Med. 1953;47:91-
100.
9. Bjork A. Facial growth in man, studied with the aid of metallic implants.
Acta Odontol Scand. 1955;13(1):9-34.
15. Van der Linden EJ. Critical periods in the prenatal morphogenesis of the
human lateral pterygoid muscle, the mandibular condyle, and the articular disk, and
medial articular capsule. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1987;91:22-8.
17. Nickel JC, McLachlan KR, Smith DM. Eminence Development of the
Postnatal Human Temporomandibular Joint. J Dent Res. 1988;67(6):896-902.
18. Katsavrias EG, Dibbets JM. The Growth of Articular Eminence Height
During Craniofacial Growth Period. J Craniomandib Sleep Pract. 2001;19(1):13-20.
168
temporomandibulares. Sexta. Elsevier; 2008. 632 p.
24. Berkovitz B.K.B, Holland G.R, Moxham B.J. Atlas en color y texto de
anatomía oral, histología y embriología. Segunda. Mosby/Doyma; 1995. 70-90 p.
26. Yale SH, Ceballos M, Kresnoff CS, Hauptfuehrer JD. Some observations on
the classification of mandibular condyle types. Oral Surg Oral Med Oral Pathol.
1963;16(5):572-7.
30. Christiansen EL, Chan TT, Thompson JR, Hasso AN, Hinshaw DB, Kopp S.
Computed tomography of the normal temporomandibular joint. Eur J Oral Sci.
1987;95(6):499-509.
33. Juniper RP. The shape of the condyle and position of the meniscus in
temporomandibular joint dysfunction. Br J Oral Maxillofac Surg. 1994;32(2):71-6.
169
34. Ueki K, Nakagawa K, Marukawa K, Takatsuka S, Yamamoto E. The
relationship between temporomandibular joint disc morphology and stress angulation
in skeletal Class III patients. Eur J Orthod. 2005;27(5):501-6.
39. Loughner BA, Larkin LH, Mahan PE. Discomalleolar and anterior malleolar
ligaments: Possible causes of middle ear damage during temporomandibular joint
surgery. Oral Surg Oral Med Oral Pathol. 1989;68(1):14-22.
43. Murray GM. The Lateral Pterygoid Muscle: Function and Dysfunction.
Semin Orthod. 2012;18(1):44-50.
170
44. Wongwatana S, Kronman JH, Clark RE, Kabani S, Mehta N. Anatomic basis
for disk displacement in temporomandibular joint (TMJ) dysfunction. Am J Orthod
Dentofacial Orthop. 1994;105(3):257-64.
171
orthodontia. Angle Orthod. 1931;1(2):45-66.
58. G. W. C. KAYE. Wilhelm Conrad Röntgen: and the Early History of the
Roentgen Rays. Nature. 1934;133:511-3.
60. Ront WC. Rontgen, and the Discovery of X-Rays. Nature. 1934;511-3.
64. Weinberg LA. What we really see in a TMJ radiograph. J Prosthet Dent.
1973;30(6):898-913.
66. Laurence R. Bean, Arne Petersson and Alvar Svensson. The Transmaxillary
Projection in Temporomandibular Joint Radiography. Dentomaxillofacial Radiol.
1975;4(1):13-8.
172
67. Buzzi AE, Suárez MV. Tomografía lineal: nacimiento, gloria y ocaso de un
método. Rev Argent Radiol. 2013;77(3):236-44.
73. Dula K, Sanderink G, van der Stelt PF, Mini R, Buser D. Effects of dose
reduction on the detectability of standardized radiolucent lesions in digital panoramic
radiography. Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endodontology.
1998;86(2):227-33.
173
Dent. 1984;51(4):535-43.
82. Ahn S-J, Kim T-W, Lee D-Y, Nahm D-S. Evaluation of internal derangement
of the temporomandibular joint by panoramic radiographs compared with magnetic
resonance imaging. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 2006;129(4):479-85.
83. Tasaki MM, Westesson P-L, Isberg AM, Ren Y-F, Tallents RH. Classification
and prevalence of temporomandibular joint disk displacement in patients and
symptom-free volunteers. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1996;109(3):249-62.
85. Kircos LT, Ortendahl DA, Mark AS, Arawaka M. Magnetic resonance
174
imaging of the TMJ disc in asyntomatic volunteers. J Oral Maxillofac Surg. 1987;45:852-
4.
95. Koong B. Cone beam imaging: is this the ultimate imaging modality?:
Cone beam imaging. Clin Oral Implants Res. 2010;21(11):1201-8.
175
dentistry: A comparative evaluation on image quality and radiation exposure. J Orofac
Orthop Fortschritte Kieferorthopädie. 2014;75(5):384-98.
98. Miracle AC, Mukherji SK. Conebeam CT of the head and neck, part 2:
clinical applications. AJNR Am J Neuroradiol. 2009;30(7):1285-92.
104. Hernández Sler V. Tomografía de haz cónico (1.a parte). Rev Esp Ortod.
2008;38:277-88.
105. Lorenzoni DC, Bolognese AM, Garib DG, Guedes FR, Sant’Anna EF. Cone-
Beam Computed Tomography and Radiographs in Dentistry: Aspects Related to
Radiation Dose. Int J Dent. 2012;2012:1-10.
106. Da Silva Moura W, Chiqueto K, Pithon GM, Neves LS, Castro R, Henriques
JFC. Factors influencing the effective dose associated with CBCT: a systematic review.
176
Clin Oral Investig. 2019;23(3):1319-30.
112. Ludlow JB, Davies-Ludlow LE, Brooks SL, Howerton WB. Dosimetry of 3
CBCT devices for oral and maxillofacial radiology: CB Mercuray, NewTom 3G and i-CAT.
Dentomaxillofac Radiol. 2006;35:219-26.
113. Lee T-Y, Kim K-H, Yu H-S, Kim K-D, Jung Y-S, Baik H-S. Correlation analysis
of three-dimensional changes of hard and soft tissues in class III orthognathic surgery
patients using cone-beam computed tomography. J Craniofac Surg. 2014;25(4):1530-40.
177
115. Hilgers ML, Scarfe WC, Scheetz JP, Farman AG. Accuracy of linear
temporomandibular joint measurements with cone beam computed tomography and
digital cephalometric radiography. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 2005;128(6):803-
11.
116. Garib DG, Calil LR, Leal CR, Janson G. Is there a consensus for CBCT use in
Orthodontics? Dent Press J Orthod. 2014;19(5):136-49.
119. The American Dental Association Council on Scientific Affairs. The use of
cone-beam computed tomography in dentistry. J Am Dent Assoc. 2012;143(8):899-902.
122. Sheppard IM. The bracing position, centric occlusion, and centric relation.
J Prosthet Dent. 1959;9(1):11-20.
123. Owens SE, Biggs NL. The functional significance of cen,ric relation as
demonstrated by electromyography of the lateral pterygoid muscles. 1975;33(1):5-9.
125. Dawson PE. New definition for relating occlusion to varying conditions of
178
the temporomandibular joint. J Prosthet Dent. 1995;74(6):619-27.
180
148. Ricketts RM. Various conditions of the temporomandibular joint as
revealed by cephalometric laminagraphy. Angle Orthod. 1952;22(2):98-115.
154. Serra MD, Gaviao MB. Evaluation of condylar position from transcranial
projections in primary dentition. Dentomaxillofacial Radiol. 2006;35(2):110-6.
157. Gianelly AA, Hughes HM, Wohlgemuth P, Gildea G. Condylar position and
extraction treatment. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1988;93(3):201-5.
158. Gianelly AA, James C. Petras, Joseph Boffa. Condylar position and Class II
deep-bite, no-overjet malocclusions. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1989;96(5):428.
181
159. Gianelly AA, Anderson CK, Boffa J. Longitudinal evaluation of condylar
position in extraction and nonextraction treatment. Am J Orthod Dentofacial Orthop.
1991;100(5):416-20.
161. Hamilton SD, Siclair PM. A cephalometric, tomographic, and dental cast
evaluation of Frankel therapy. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1987;92:427-34.
167. Vitral RWF, Telles C de S, Fraga MR, de Oliveira RSMF, Tanaka OM.
Computed tomography evaluation of temporomandibular joint alterations in patients
with class II division 1 subdivision malocclusions: condyle-fossa relationship. Am J
Orthod Dentofacial Orthop. 2004;126(1):48-52.
168. Derek A. Sanders,a Paul H. Rigali,b William P. Neace,c Flavio Uribe,d and
182
Ravindra Nanda. Skeletal and dental asymmetries in Class II subdivision malocclusions
using cone-beam computed tomography. Am J Orthod Dentofacial Orthop.
2010;135:542.e1-542.e20.
169. Vitral RWF, da Silva Campos MJ, Rodrigues AF, Fraga MR.
Temporomandibular joint and normal occlusion: Is there anything singular about it? A
computed tomographic evaluation. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 2011;140(1):18-
24.
170. Katsavrias EG, Halazonetis DJ. Condyle and fossa shape in Class II and
Class III skeletal patterns: A morphometric tomographic study. Am J Orthod Dentofacial
Orthop. 2005;128(3):337-46.
171. Rodrigues AF, Fraga MR, Vitral RWF. Computed tomography evaluation
of the temporomandibular joint in Class I malocclusion patients: Condylar symmetry and
condyle-fossa relationship. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 2009;136(2):192-8.
172. Rodrigues AF, Fraga MR, Vitral RWF. Computed tomography evaluation
of the temporomandibular joint in Class II Division 1 and Class III malocclusion patients:
Condylar symmetry and condyle-fossa relationship. Am J Orthod Dentofacial Orthop.
2009;136(2):199-206.
174. Kim HO, Lee W, Kook Y-A, Kim Y. Comparison of the condyle-fossa
relationship between skeletal class III malocclusion patients with and without
asymmetry: a retrospective three-dimensional cone-beam computed tomograpy study.
Korean J Orthod. 2013;43(5):209.
183
176. Reis Fraga Marcelo, Rodrigues Fialho A, Luiz Claudio Ribeiro, Da Silva
Campos MJ, Willer Farinazzo, Vitral R. Anteroposterior condylar position: A comparative
study between subjects with normal occlusion and patients with Class I, Class II, Division
1, and Class III malocclusions. Med Sci Monit. 2013;19:903-7.
186. Utt TW, Meyers CE, Wierzba TF, Hondrum SO. A three-dimensional
comparison of condylar position changes between centric relation and centric occlusion
using the mandibular position indicator. Am J Orthod Dentofacial Orthop.
1995;107(3):298-308.
189. Nagy WW, Smithy TJ, Wirth CG. Accuracy of a predetermined transverse
horizontal mandibular axis point. J Prosthet Dent. 2002;87(4):387-94.
190. Bishara SE. Mandibular changes in persons with untreated and treated
Class II Division 1 malocclusion. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1998;113(6):661-73.
191. Luecke PE, Johnston LE. The effect of maxillary first premolar extraction
and incisor retraction on mandibular position: Testing the central dogma of “functional
orthodontics”. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1992;101(1):4-12.
193. Carlton KL, Nanda RS. Prospective study of posttreatment changes in the
temporomandibular joint. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 2002;122(5):486-90.
185
194. Ruf S, Wüsten B, Pancherz H. Temporomandibular Joint Effects of
Activator Treatment: A Prospective Longitudinal Magnetic Resonance Imaging and
Clinical Study. Angle Orthod. 2002;72(6):527-40.
196. Hesse KL, Årtun J, Joondeph DR, Kennedy DB. Changes in condylar
position and occlusion associated with maxillary expansion for correction of functional
unilateral posterior crossbite. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 1997;111(4):410-8.
198. Kaur A, Natt AS, Mehra SK, Maheshwari K, Kaur A. Improved Visualization
and Assessment of Condylar Position in the Glenoid Fossa for Different Occlusions: A
CBCT Study. J Contemp Dent Pract. 2016;17(8):679-86.
200. Akbulut A, Kilinç DD. Evaluation of condyle position in patients with Angle
Class I, and III malocclusion using con-beam computed tomography panoramic
reconstructions. Oral Radiol. 2019;35(1):43-50.
203. Roque-Torres GD, Peyneau PD, Dantas da Costa E, Bóscolo FN, Maria de
186
Almeida S, Ribeiro LW. Correlation between midline deviation and condylar position in
patients with Class II malocclusion: A cone-beam computed tomography evaluation. Am
J Orthod Dentofacial Orthop. 2018;154(1):99-107.
204. Wang JR, Pan X, Mi CB. Anatomy of temporomandibular joint and condyle
position in Uygur adult patients evaluated with cone-beam CT. Shanghai Kou Qiang Yi
Xue. 2016;25(4):461-4.
207. Lobo F, Tolentino ES, Iwaki LCV, Walewski LÂ, Takeshita WM, Chicarelli
M. Imaginology Tridimensional Study of Temporomandibular Joint Osseous
Components According to Sagittal Skeletal Relationship, Sex, and Age. J Craniofac Surg.
2019;30(5):1462-5.
208. Gu YJ, Lu SN, Gao MQ, Gu XY, Shi H, Ma JQ. Comparison of condylar
position between Angle Class I and Class II malocclusion in teenagers. Shanghai Kou
Qiang Yi Xue. 2016;25(6):694-6.
187
Surg. 2015;26(4):e311-5.
212. Honey OB, Scarfe WC, Hilgers MJ, Klueber K, Silveira AM, Haskell BS, et al.
Accuracy of cone-beam computed tomography imaging of the temporomandibular
joint: Comparisons with panoramic radiology and linear tomography. Am J Orthod
Dentofacial Orthop. 2007;132(4):429-38.
213. Gava M. What the general dental practitioner should know about cone
beam com- puted tomograph technology. OHDMBSC. 2009;8(4):14-21.
188
220. Kurusu A, Horiuchi M, Soma K. Relationship between Occlusal Force and
Mandibular Condyle Morphology: Evaluated by Limited Cone-Beam Computed
Tomography. Angle Orthod. 2009;79(6):1063-9.
221. Rui-yong Wang, Xu-chen Ma, Wan-lin Zhang, Deng-gao Liu. Investigation
of temporomandibular joint space of healthy adults by using cone beam computed
tomography. J Peking Univ Health Sci. 2007;39(5):503-6.
189
8. ANEXOS
190
8.1. ABREVIATURAS
mm. Milímetros.
mA. Miliamperios.
kV. Kilovoltaje.
191
8.2. TABLAS
VALORES DE LA MUESTRA
NORMOCLUSIVO GRUPO 0
DAI DAD DPI DPD DSI DSD GLFHI GLFHD EEFHI EEFHD DPGI DPGD SEXO EDAD
1 1.74 1.39 9.10 9.09 2.12 1.73 9.38 9.13 4.30 40.70 2.02 1.96 M 33
2 2.73 2.63 8.81 9.08 2.49 2.76 8.29 7.74 35.70 35.50 3.02 2.82 M 29
3 1.79 1.80 9.57 9.87 3.03 2.74 7.66 6.18 32.30 27.50 1.76 3.16 M 30
4 2.28 2.09 5.38 5.63 3.31 3.61 7.17 6.93 45.50 39.80 2.62 2.40 M 22
5 3.37 2.34 6.37 7.35 2.20 2.74 8.90 8.64 40.80 38.70 1.06 1.54 M 15
6 2.32 2.48 7.38 8.36 2.94 2.48 8.41 6.68 40.50 41.40 3.03 2.78 M 31
7 2.22 3.45 6.12 7.60 2.01 2.09 4.70 5.45 29.70 36.00 1.55 1.84 M 19
8 2.75 2.79 8.84 9.83 3.75 3.68 6.20 5.46 33.30 28.40 3.05 3.21 M 51
9 1.92 2.00 7.62 8.11 1.74 2.48 6.42 6.68 38.40 37.70 1.37 1.00 M 37
10 2.27 1.65 7.36 7.86 1.97 1.89 4.70 5.93 28.30 32.80 2.09 1.77 M 17
11 2.88 1.93 6.87 6.63 4.22 5.74 6.68 8.65 40.50 45.80 2.08 2.23 M 31
12 2.62 2.79 8.34 9.57 4.22 4.65 8.89 8.16 41.00 39.90 2.53 3.31 M 34
13 1.51 1.76 7.62 8.86 3.54 2.87 9.41 9.40 42.20 40.90 1.55 1.72 H 33
14 3.61 3.1 6.38 9.10 2.96 2.97 6.20 7.93 38.40 35.00 0.90 2.08 H 18
15 1.67 1.75 6.61 8.83 2.98 2.93 5.69 6.92 38.40 38.10 1.54 2.22 H 36
16 2.13 1.87 7.11 7.85 2.25 2.01 7.66 7.91 43.30 41.20 2.43 1.95 M 28
17 2.74 3.00 8.59 9.09 3.00 3.00 7.43 7.42 36.10 36.10 2.67 2.57 H 23
18 1.92 2.45 7.85 8.84 2.78 3.23 6.19 6.68 35.50 31.90 2.39 2.79 M 23
19 1.59 1.45 4.90 6.13 2.49 2.98 7.17 7.42 33.40 38.20 1.74 2.44 M 22
20 2.82 1.99 7.37 7.86 2.41 2.74 7.42 6.74 36.80 35.50 2.65 1.85 H 26
192
CLASE II/1 INICIAL GRUPO 1
DAI DAD DPI DPD DSI DSD GLFHI GLFHD EEFHI EEFHD DPGI DPGD SEXO EDAD
1 1.30 2.46 9.39 8.24 1.50 1.11 6.88 6.61 42.90 40.60 2.13 1.76 M 22
2 2.82 3.72 7.12 6.83 3.17 2.85 6.31 7.17 48.60 43.90 1.41 1.69 M 31
3 1.27 1.04 10.24 8.82 3.98 3.97 8.33 8.82 47.80 52.20 4.53 3.10 H 20
4 1.29 1.10 7.19 6.89 2.74 2.39 6.05 6.35 38.80 51.90 3.40 2.74 M 31
5 2.12 1.71 5.92 6.98 2.55 2.54 5.08 5.54 39.90 43.10 2.12 2.72 M 33
6 2.04 1.78 4.18 5.98 2.55 3.05 8.45 6.64 49.90 54.40 3.03 2.06 H 45
7 1.50 0.85 9.95 10.85 1.20 1.08 6.03 7.27 35.00 43.30 1.50 1.80 M 50
8 2.43 2.20 9.34 10.85 2.70 2.70 7.26 6.66 37.50 38.70 3.92 3.76 M 37
9 3.22 2.88 8.39 8.09 1.24 2.40 6.34 7.85 38.10 40.50 1.98 1.79 M 19
10 1.99 2.13 11.82 9.96 1.62 2.10 6.51 5.81 41.40 24.90 3.31 3.41 M 37
11 2.72 1.27 6.27 7.18 2.40 2.16 6.96 6.36 39.10 41.40 2.72 1.48 M 19
12 1.65 1.78 8.07 8.67 2.36 2.07 7.58 8.18 45.90 54.00 2.10 2.52 H 27
13 1.64 1.56 9.90 8.69 1.78 3.59 7.57 9.68 45.70 55.70 3.29 2.52 M 31
14 2.29 2.21 6.48 6.02 3.24 3.47 7.20 6.97 40.01 38.80 2.70 3.04 M 41
15 2.11 1.38 6.49 8.08 2.92 2.40 7.22 8.16 47.70 50.10 2.05 3.58 M 27
16 1.56 1.89 8.21 7.75 2.84 3.90 7.21 6.62 45.80 41.30 2.12 3.03 M 27
17 2.52 1.65 5.90 7.37 4.41 4.19 8.66 8.65 58.50 49.30 3.26 3.80 M 51
18 2.78 1.82 6.12 7.11 2.33 2.44 7.16 7.17 42.70 43.2 2.19 2.96 M 16
19 1.78 2.66 7.11 8.59 1.71 1.95 5.20 5.45 33.70 31.10 3.62 3.71 M 24
20 2.12 2.36 7.87 7.13 2.74 3.20 6.68 6.68 46.10 47.00 2.25 2.63 H 23
CLASE II/1 FINAL GRUPO 1
DAIP DADP DPIP DPDP DSIP DSDP GLFHIP GLFHDP EEFHIP EEFHDP DPGIP DPGDP SEXO EDAD
1 2.01 2.13 8.91 8.36 1.50 1.99 6.93 6.93 42.00 36.60 3.99 2.70 M 24
2 2.89 2.12 7.88 8.14 3.34 3.42 6.45 7.17 46.50 42.30 2.20 1.95 M 32
3 1.66 1.78 10.33 7.86 2.69 3.45 9.91 9.17 53.70 59.00 2.85 2.68 H 21
4 1.61 1.45 9.19 8.94 2.78 2.50 4.66 4.65 34.40 34.30 3.06 2.02 M 32
5 2.16 1.74 6.84 7.91 3.03 3.49 5.73 5.26 34.90 40.70 2.70 2.70 M 34
6 2.14 1.41 4.16 4.90 4.93 3.93 8.40 7.66 52.20 57.30 2.43 2.44 H 46
7 1.93 0.79 9.85 11.07 1.73 1.22 7.42 7.17 41.90 40.00 1.77 2.22 M 53
8 2.35 2.05 9.11 8.86 2.21 2.53 7.42 5.69 39.20 37.70 4.43 2.94 M 40
9 3.20 1.91 7.39 8.13 1.70 1.82 6.93 8.41 37.50 37.50 1.98 1.86 M 21
10 1.81 2.46 10.64 9.48 1.84 2.48 6.50 6.26 31.50 25.80 2.07 3.01 M 39
11 3.27 2.26 5.30 6.01 2.31 1.13 6.33 6.68 31.60 35.60 1.40 1.38 M 21
12 1.92 2.21 6.70 7.85 3.70 3.93 6.70 8.12 45.00 52.30 3.22 3.25 H 28
13 1.51 1.52 6.93 8.61 2.20 4.18 8.12 10.13 47.30 55.20 3.68 2.95 M 33
14 2.51 3.48 6.02 6.48 3.50 5.33 6.51 6.97 39.20 39.60 3.36 5.27 M 43
15 1.79 1.19 9.37 7.97 3.49 2.88 4.39 5.10 40.60 31.30 3.11 3.39 M 29
16 1.96 1.81 7.60 7.91 2.67 4.34 6.17 7.39 36.00 44.00 2.73 3.44 M 28
17 1.94 2.38 8.12 8.00 4.32 4.32 6.13 6.13 46.50 46.50 2.78 3.51 M 53
18 1.90 1.90 6.38 6.38 1.79 2.05 7.17 7.69 45.90 48.90 2.64 2.72 M 18
19 2.02 2.14 8.50 10.39 2.09 2.77 2.78 2.55 17.20 17.10 4.41 6.10 M 26
193
20 1.59 2.20 8.60 8.10 2.95 3.18 7.67 7.19 42.90 40.70 2.84 2.93 H 24
194
14 2.31 2.02 7.21 6.91 2.09 2.71 6.67 5.46 40.50 42.80 2.16 2.74 M 44
15 2.03 3.26 7.20 6.60 3.35 3.24 7.88 7.87 54.30 42.80 2.27 1.80 M 25
16 3.05 2.17 6.92 7.82 2.38 2.98 6.07 6.07 45.90 42.50 1.43 3.34 M 27
17 3.46 4.03 8.21 7.36 2.79 1.22 6.16 6.02 37.60 43.80 3.95 2.83 M 31
18 1.71 1.35 6.34 6.94 1.50 1.49 4.26 4.87 35.30 34.80 3.02 3.02 M 26
19 2.22 2.52 8.70 7.18 2.98 2.38 8.79 7.57 55.90 49.30 4.78 2.06 H 57
20 2.70 2.60 6.30 6.00 3.32 3.66 6.04 6.95 40.20 47.20 2.70 2.67 M 59
CLASES III INICIAL GRUPO 3
DAI DAD DPI DPD DSI DSD GLFHI GLFHD EEFHI EEFGD DPGI DPGD SEXO EDAD
1 1.10 1.37 9.61 9.62 0.27 0.57 5.78 6.06 36.90 33.20 2.07 1.57 H 19
2 0.95 1.34 9.89 10.18 0.58 1.86 8.13 7.53 44.70 36.70 2.98 2.68 M 28
3 1.71 1.92 7.51 8.11 0.85 0.87 7.27 9.08 40.20 40.20 0.87 2.39 M 15
4 2.02 2.34 9.01 9.61 1.16 1.17 4.86 6.06 42.00 33.40 1.18 1.18 M 31
5 1.65 1.93 5.99 7.20 2.38 2.39 7.28 5.16 37.50 43.50 1.66 1.46 M 25
6 3.74 4.34 6.60 8.71 3.89 5.23 8.47 7.85 42.80 46.70 3.11 2.66 H 34
7 2.21 2.51 7.76 6.56 3.06 3.91 7.22 7.81 54.20 46.70 2.38 2.38 M 44
8 2.45 2.96 8.09 8.09 2.09 2.99 5.14 5.76 39.30 41.20 2.13 2.18 M 23
9 1.37 1.93 5.37 5.66 1.49 2.44 6.65 6.95 43.70 52.40 1.48 1.16 H 25
10 1.64 1.66 9.31 9.91 4.06 3.30 8.49 9.09 46.40 48.60 3.99 3.72 H 38
11 2.43 2.03 8.70 10.22 0.93 0.87 6.97 6.66 29.70 35.60 1.78 1.20 H 29
12 2.60 2.04 6.58 8.69 2.40 2.68 6.96 6.36 45.00 45.20 2.97 2.73 H 18
13 2.87 1.09 8.39 10.20 3.28 1.47 6.97 7.27 36.60 37.40 2.74 1.30 H 30
14 1.75 1.75 8.98 9.28 2.05 2.06 7.27 6.06 40.90 30.50 2.09 1.86 H 18
15 2.75 1.50 9.01 9.61 2.99 1.22 4.85 3.64 34.50 28.00 2.75 1.51 M 21
16 0.67 0.96 10.49 10.18 1.29 1.18 8.48 6.97 46.10 44.00 1.79 1.47 H 30
17 1.33 1.10 9.85 9.55 1.18 1.84 5.15 4.55 38.70 40.40 1.45 1.17 H 19
18 1.35 1.09 10.22 9.92 1.50 2.08 6.07 6.97 45.40 47.30 1.58 2.16 H 27
19 2.28 2.50 9.71 8.55 2.34 3.03 7.20 6.74 36.00 41.10 3.75 3.95 H 24
20 1.77 2.43 4.38 5.54 2.54 2.55 6.96 7.65 48.00 49.40 1.83 1.83 H 30
195
13 2.96 1.26 7.51 8.71 2.67 2.15 6.67 6.97 34.70 35.30 2.39 1.51 H 32
14 0.83 2.36 8.72 9.62 1.75 2.30 7.00 6.70 40.90 33.30 2.39 2.65 H 20
15 4.90 1.92 6.91 8.72 3.67 2.46 6.38 6.38 32.10 33.60 1.47 1.66 M 23
16 1.76 1.92 9.31 8.71 1.87 1.45 7.60 6.69 32.00 34.10 1.57 1.87 H 32
17 1.07 1.11 8.98 10.18 1.76 1.88 6.07 5.76 40.10 38.40 1.19 1.15 H 21
18 1.36 1.10 10.80 9.89 1.76 1.77 5.87 4.86 48.30 46.60 1.19 1.97 H 29
19 2.51 2.79 9.03 8.33 3.03 3.37 7.74 6.97 36.70 36.90 3.72 2.80 H 26
20 1.47 2.43 5.08 5.31 1.84 2.77 7.19 7.88 47.70 48.60 1.84 1.37 H 32
196
8.3. CONSENTIMIENTO INFORMADO
197
198
8.4. PUBLICACIONES Y PREMIOS
8.4.1. Presentación en formato Póster, en el 62 congreso de la sociedad
española de ortodoncia (SEDO), celebrado en Sevilla del 1 al 4 de junio de 2016. Análisis
de la posición condilar en un grupo de pacientes normoclusivos a través de CBCT.
8.4.2. Presentación en formato comunicación oral, en el 63 congreso de la
sociedad española de ortodoncia (SEDO), celebrado en Torremolinos (Málaga) del 14 al
17 de junio de 2017. Determinación de la posición condilar en los diferentes grupos
maloclusivos a través de CBCT.
8.4.3. Premio Juan Pedro Moreno al mejor póster presentado en el 64 congreso
de la sociedad española de ortodoncia (SEDO), celebrado en Tarragona del 6 al 9 de junio
de 2018.Cambios en la posición condilar en las diferentes maloclusiones analizadas
(clases II/2 y clases III) previa y posteriormente al tratamiento ortodóncico. Un análisis
en CBCT.
8.4.4. Publicación en la revista de la sociedad española de ortodoncia. Rivero
Millán P, Chaqués Asensi J, Llamas Carreras J, González del Pino C, Barrera Mora J.
Cambios de la posición condilar en las diferentes maloclusiones analizadas (clase II/2
y clases III) previa y posteriormente al tratamiento ortodóncico. Un análisis en CBCT.
Revista española de ortodoncia. 2020;(58)1:55-65.
8.4.5. Artículo: Pilar Rivero-Millán, Jose-Maria Barrera-Mora, Eduardo Espinar-
Escalona, Carlos-Antonio González-del Pino, Domingo Martín-Salvador, Jose-Maria
Llamas-Carreras. Comparison of condylar position in normal occlusion, Class II Division
1, Class II Division 2 and Class III malocclusions using CBCT imaging. J Clin Exp Dent.
2021;13(12):e1216-26.
199
200
201
ARTÍCULO ORIGINAL
202
203