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Manual de psicopatología.

Volumen 1

3^ Tabla 14.2. Criterios principales (A) para el diagnóstico de las disfunciones sexuales (DSM-5, APA, 2013)

?< i: CRITERIO DIAGNÓSTICO PRINCIPAL Y ASPECTOS ESPECÍFICOS DE CADA DISFUNCIÓN 1


TRASTORNO

Trastorno de deseo A. Fantasías o pensamientos sexuales o eróticos y deseo de actividad sexual reducidos o ausentes de forma constante
sexual hipoactivo o recurrente. La evaluación de la deficiencia la hace el clínico, teniendo en cuenta factores que afectan a la
en el varón (F52.0) actividad sexual, como la edad y los contextos generales y socioculturales de la vida del individuo.

Trastorno del A. Ausencia o reducción significativa del interés/excitación sexual femenina, que se manifiesta por lo menos por una
interés/excitación de las tres siguientes:
sexual femenino
1. Interés ausente o reducido en la actividad sexual.
(F52.22)
2. Fantasías o pensamientos sexuales o eróticos ausentes o reducidos.
3. Inicio reducido o ausente de la actividad sexual y habitualmente no receptiva a los intentos de la pareja
por iniciarla.
4. Excitación o placer sexual ausente o reducido durante la actividad sexual en casi todas o todas las ocasiones
(aproximadamente 75-100%) de la actividad sexual en pareja (en situaciones y contextos concretos o, si es
generalizada, en todos los contextos).
5. Excitación o placer sexual ausente o reducido en respuesta a cualquier invitación sexual o erótica, interna
o externa (p. ej„ escrita, verbal, visual).
6. Sensaciones genitales o no genitales ausentes o reducidas durante la actividad sexual en casi todas o todas
las ocasiones (aproximadamente 75 %-IOO%) de la actividad sexual en pareja (en situaciones y contextos
concretos o, si es generalizada, en todos los contextos).

Trastorno eréctil A. Por lo menos se tiene que experimentar uno de los tres síntomas siguientes en casi todas o todas las ocasiones
(F52.2I) (aproximadamente 75-100%) de la actividad sexual en pareja (en situaciones y contextos concretos o, si es
generalizada, en todos los contextos):
1. Dificultad marcada para conseguir una erección durante la actividad sexual.
2. Dificultad marcada para mantener la erección hasta finalizar la actividad sexual.
3. Reducción marcada de la rigidez de la erección.

Eyaculación A. Un patrón persistente o recurrente en que la eyaculación producida durante la actividad sexual en pareja sucede
prematura (precoz) aproximadamente en el minuto siguiente a la penetración vaginal y antes de que lo desee el individuo.
(F52.4)
Nota: Aunque el diagnóstico de eyaculación prematura (precoz) se puede aplicar a individuos que practican
actividades sexuales no vaginales, no se han establecido criterios específicos de duración en dichas actividades.

Eyaculación A. Se debe experimentar alguno de los siguientes síntomas en casi todas o todas las ocasiones (aproximadamente
retardada (F52.32) 75-100%) de la actividad sexual en pareja (en situaciones y contextos concretos o, si es generalizada, en todos los
contextos) y sin que el individuo desee el retardo:
1. Retardo marcado de la eyaculación.
2. Infrecuencia marcada o ausencia de eyaculación.

Trastorno A. Por lo menos se tiene que experimentar uno de los síntomas siguientes en casi todas o todas las ocasiones
orgásmico (aproximadamente 75-100%) de la actividad sexual (en situaciones y contextos concretos o, si es generalizada,
femenino (F52.3I) en todos los contexto):
1. Retraso marcado, infrecuencia marcada o ausencia de orgasmo.
2. Reducción marcada de la intensidad de las sensaciones orgásmicas.

Trastorno de dolor A. Dificultades persistentes o recurrentes con una (o más) de las siguientes:
genito-pélvico/
1. Penetración vaginal durante las relaciones.
penetración (F52.6)
2. Marcado dolor vulvovaginal o pélvico durante las relaciones vaginales o los intentos de penetración.
3. Marcado dolor o ansiedad de sentir dolor vulvovaginal o pélvico antes, durante o como resultado de la
penetración vaginal.
4. Tensión o contracción marcada de los músculos del suelo pélvico durante el intento de penetración vaginal.

(Continúa)

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Capítulo 14. Disfunciones sexuales, trastornos parafílicos y disforia de género

3) Tabla 14.2. {Continuación/

F
TRASTORNO CRITERIO DIAGNÓSTICO PRINCIPAL Y ASPECTOS ESPECÍFICOS DE CADA DISFUNCIÓN

Disfunción A. En el cuadro clínico predomina un trastorno clínicamente significativo de la función sexual.


sexual inducida
B. Existen pruebas a partir de la historia clínica, la exploración física o las pruebas de laboratorio de (1) y (2):
por sustancias/
medicamentos 1. Los síntomas del Criterio A desarrollados durante o poco después de la intoxicación o abstinencia
de la sustancia, o después de la exposición a un medicamento.
2. La sustancia/medicamento implicado puede producir los síntomas del Criterio A.

C. El trastorno no se explica mejor por una disfunción sexual no inducida por sustancias/medicamentos.

D. El trastorno no se produce exclusivamente durante el curso de un delirio.

E. El trastorno causa un malestar clínicamente significativo en el individuo.

Otra disfunción Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan síntomas característicos de una disfunción sexual
sexual especificada que causan un malestar clínicamente significativo en el individuo, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno
(F52.8) de los trastornos de la categoría diagnóstica de disfunción sexual. La categoría de otra disfunción sexual especificada
se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por comunicar el motivo específico por el que la presentación
no cumple los criterios de ninguna disfunción sexual específica. Esto se hace registrando «otra disfunción sexual
especificada» seguida del motivo específico (p. ej„ «aversión sexual»).

Disfunción sexual Idem pero la categoría disfunción sexual no especificada se utiliza en situaciones en las que el clínico opta
no especificada por no especificar el motivo del incumplimiento de los criterios de una disfunción sexual específica, e incluye
(F52.9) las presentaciones en las que no existe suficiente información para hacer un diagnóstico más específico.

Por otro lodo, el hombre con deseo sexual hipoactivo en general no zás lo que le da a este criterio una validez relativa es que no
tiene solo bajo deseo de tener relaciones con su pareja, sino tam­ es exactamente lo mismo la frecuencia real de actividad sexual
bién de masturbarse o de mantener cualquier otra actividad sexual. de las personas que la frecuencia deseada, sobre todo porque
Dado que la falta de iniciativa a la hora de iniciar las relaciones la mayoría de nuestra actividad es interpersonal y por tanto la
sexuales puede ser un síntoma de este trastorno, hay que conocer frecuencia final dependerá en parte de la frecuencia deseada por
bien la dinámica de la pareja porque en aquellas en las que sea el la otra mitad de la pareja, además, por supuesto, de otros muchos
otro miembro de la pareja, sea hombre o mujer, el que suela iniciar condicionantes.
la relación, el que el hombre en cuestión no lo haga no supone La frecuencia deseada de actividad sexual tiene un papel
ningún indicio clínico. Otra cosa muy distinta será la falta de recep­ importante en la satisfacción global con la vida sexual y en la satis­
tividad del hombre cuando su pareja se le insinúe. facción de pareja. Un estudio de Smith et al. (2011) reveló que solo
Atendiendo a la gran variabilidad del deseo sexual entre per­ un 46% de hombres y 58% de mujeres estaban satisfechos con su
sonas y dentro de cada persona, la importancia que en el DSM-5 frecuencia sexual. En el caso de los hombres insatisfechos, la prácti­
se le da al juicio clínico es necesaria, pero incorpora una carga de ca totalidad deseaba más frecuencia, mientras que entre las muje­
subjetividad importante dado que nadie ha sido capaz de estable­ res insatisfechas, solo dos tercios deseaban una mayor frecuencia.
cer hasta el momento cuánto deseo sexual es el normal y el pato­ Se vio que la edad era un predictor importante pero solo para los
lógico, tanto por defecto, que es de lo que estamos hablando aquí, hombres, de manera que los que tenían una edad entre 35-44 años
como por exceso en el caso de la hipersexualidad (Ballester-Arnal, eran los más insatisfechos.
Castro-Calvo et al., 2019). La inclusión del criterio temporal de seis Por otro lado, un estudio de Mark y Murray (2012) pone el énfa­
meses pretende evitar que se diagnostiquen algunos casos en los sis sobre la importancia no del deseo, sino de la discrepancia de
que concurren estresores agudos que puedan explicar el bajo deseo deseos en una pareja, que constituye un buen predictor de una
sexual como una respuesta adaptativa. No obstante, sigue siendo baja satisfacción sexual especialmente para la mujer. Quizás una
complicado el diagnóstico cuando el estresor se mantiene muy acti­ explicación a este último dato haya que buscarlo en los anteriores
vo durante más tiempo. relativos a un menor deseo sexual en la mujer. Ante una discre­
En muchas ocasiones el clínico toma como uno de los criterios pancia en la frecuencia deseada en la que el hombre tiene más
los datos de que dispone acerca de la frecuencia habitual de las deseo, siempre le cabe la posibilidad de la masturbación, mientras
relaciones sexuales en cada sexo y franja de edad. No obstante, que ella puede sentirse forzada a seguir un ritmo que no es el que
también eso resulta incierto dado que muchos estudios de los que desea. De hecho, existe un tipo de perfil de paciente con aversión
disponemos han sido realizados en otros países y conocemos la al sexo que ha desarrollado este problema como consecuencia, no
influencia de los factores culturales en la sexualidad. Pero qui­ de una agresión sexual por parte de un extraño, sino de una fre-

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