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Pensamiento literario contemporáneo.

27/09/2022

El miedo a los bárbaros: Sintagma que recoge muy bien la sensación de esperanza ante lo que
no forma parte de nuestro mundo.

J.L Borges: Recrea la biografía conocida, la anécdota de Quin Shi Huang, un emperador, el
primero de una china unificada que vivió en el siglo III antes de la era común, la nuestra,
coetáneo de Platón que aunque vivieron en mundos muy diferentes compartieron mucho.

Borges recrea la vida de este emperador, un emperador que ha pasado a la historia por darle
un impulso muy fuerte a la construcción de la muralla china. Es conocido también por que se
dedico a quemar todos aquellos libros que se oponían a sus doctrinas. Por un lado construye
una muralla, un elemento de protección ante lo ajeno, lo extranjero, y se dedica también a
quemar aquellos libros que se oponían a su imaginario, sus doctrinas. Dos acciones que nos
hablan de una identidad construida sobre el miedo, una identidad ficticia, edificada sobre el
recelo, el temor y la desautorización de lo diferente.

Otro ejemplo a los de Quin Shi Huang, más reciente que nos confirma esta relación entre la
identidad y el miedo, lo encontramos en los años 30 del siglo anterior cuando en la Alemania
nazi, se dedicaron a hacer cosas diferentes.

El 10 mayo 1933, donde en Berlín y en otras zonas universitarias también se dedicaron a


quemar libros que se consideraban peligrosos para el régimen de los libros nazis. Esta quema
de los libros fue promovida por personas vinculadas al partido nazi y profesores y
universitarios.

En 2003, se produce la invasión de los estados unidos e Irak donde un periodista de The
Guardian, Robert Fisk, un corresponsal que trabajaba en el terreno, cuenta en sus crónicas
como el incendio, y quema de libros, el 14 de abril de 2003, se produce el saqueo de Bagdad y
el archivo nacional de Iraq que conservaba los antiguos archivos reales, la biblioteca coránica,
el ministerio del legado religioso, una “fiesta del fuego” que arraso la identidad cultural de
Iraq. Se produjo unos días antes de la destrucción de las instalaciones del patrimonio nacional
y geológico

Se trata de acabar con la memoria cultural de un pueblo con la intención de borrar su


identidad.

Habría que recordar que contra ese insensible muro de piedra con el q tropezó Fisk, también
se estrello la UNESCO, incapaz de detener esa devastadora destrucción.

En situaciones como estas es evidente que paralizados por el miedo, la mera contemplación
del otro se percibe como una agresión a nuestras más profundas convicciones, a todas esas
ideas que consideramos más representativas de nuestra identidad. Frente a ello, ¿Cómo actuar
ante esta situación? El progreso se debe de entender como una oportunidad para que los
diferentes valores pudieran convivir en igualdad. También debería liberarnos del temor y del
recelo que no nos deja compartir con otras culturas un espacio común.
Todo individuo es multicultural, establecen entre sí interconexiones.

Archipiélago: Conj de islas unidas por aquello que las separa (mar)

En este caso nos encontramos con las culturas que funcionan como islas pero no se
constituyen como islas aisladas unas de otras sino que aparecen como escenarios que actúan
“en red”(vivir enredados). Islas interconectadas. Es un escenario marcado por las diferencias
entre las culturas. Cada cultura aspirara a llegar a una posición hegemónica. Cuando hablamos
de culturas también hablamos de organismos, regímenes, sistemas politicos, económicos….

Por eso la cultura nombra un espacio en permanente conflicto, disputa, generando influencias
entre ellas, prestamos. Estas relaciones lo obtenemos en el primer mundo de una foma mas
intensa. (países mas desarrollados). El desarrollo de la tecnología nos permite saber lo que
están haciendo diferentes personas muy lejanas físicamente a nosotros mientras que podemos
desconocer lo que esta sucediendo en la ciudad en la que vivimos.

Hay una parte geográfica muy extensa que no tiene acceso a la tecnología mas puntera o agua
caliente, diferentes recursos mas necesarios.

En estos necesarios (en los q estamos mas familiarizados) hay artistas que tienden a entender
su actividad de una manera acrítica y se dedican a ensayar lo que podríamos llamar
“nomadismo estético”, su casa es una casa inestable, móvil. En muchos casos, lo que hay
detrás es un deseo de novedad que lleva a esos artistas a pensar que incorporando
determinadas tendencias más o menos desconocidos e insólitos, consiguen darle a su obra un
cierto aire de originalidad de novedad, innovación, convencidos de que esas prácticas les van a
aportar beneficios traducidos en el número de lectores u espectadores, beneficioso de tipo
económicos.

Mo hay culturas puras, homogéneas, es una ilusión que en algún momento ha funcionado, que
ha tenido su éxito en algún momento, Pero la realidad niega esa falsa evidencia, nos indica que
nos encontramos en otro escenario. Todas las culturas son resultado de un mayor o menor
mestizaje. Ahí se desenvuelven todas ellas, en la encrucijada de lo homogéneo, lo divergente.

Podríamos decir de las culturas algo parecido a lo que decimos de las lenguas, que son seres
vivos que constantemente están ganando y perdiendo elementos excepto a las que
denominamos lenguas muertas (Latín)

La posmodernidad no ha dejado de producir imafenes sobre si mismas, quizás, en este


momento esto se este produciendo con mayor intensidas. Esta época se ha caracterizado por
una época de consecuencia de unos determinados relatos y consolidada a partir de una
determinada realidad.

Nuestra época tiene una identidad que responde más a una construcción cultural que a una
realidad formada por acontecimientos, hechos, situaciones objetivas. Como cualquier época
histórica, las posmodernidad no ha dejado de elaborar imágenes de si misma, no ha cesado de
interpretar sus propios modelos culturales.
La diferencia de la alta cultura frente a la cultura popular o de masas. La cultura popular es la
que surge del pueblo mientras que la de masas es la que se le impone al pueblo.

Estas distinciones no están tan claras hoy en día. El mundo en el que vivimos no separa los
ámbitos de una manera tan clara.

El pop art.

La cultura de masas supedita su trabajo a unos requisitos que se sabe que van a ser bien
acogidos. La cultura popular no renuncia a su componente critico y vive menos obsesionada
por las cifras de venta, por lo tanto, es un tipo de cultura más fiel a sí misma.

El PUNK pretende romper con todo lo establecido. Se traduce en la vestimenta, maquillaje,


corte de pelo. Una imagen, marca controlada por aquellas empresas contra las que estaba
enfrentado el punk inicial, la industria capitalista.

La cultura de masas ha neutralizado lo que en un principio fue la cultura popular. Ese


movimiento que surge con esa intención inicial acaba siendo neutralizado por el propio
sistema. Nos encontramos en un momento en el que la cultura se muestra des-localizada.
Tiende a verse como un ejemplo de bien comercial, de consumo, que cumple los objetivos del
mercado y de la industria. Se dosifica por entregas, adaptadas a las necesidades e intereses del
consumidor.

La miseria de la necesidad es, sin duda, la materia prima del sistema mercantil, y quienes lo
gestionan deben roer siempre algo más de lo que resta de libertad humana para imponer su
monopolio sobre la satisfacción de las necesidades vitales. (Bounan, “La loca historia del
mundo, 162)

La cultura puede funcionar como una herramienta para proporcionar un sentimiento de


pertenencia a una misma colectividad. Esto hoy en día no es fácil

Que sean conceptos entrelazados no significa que funcionen con unos mismos intereses. La
cultura e identidad son categorías enormemente inestables.

En sociedades en las que la cultura ha perdido. Asistimos a Procesos de desemantización


cultural, en los que la cultura parece abarcarlo todo. Relacionamos la cultura como un hecho
de ocio, como si estuviera concebida para vivirse en un determinado momento. Sin embargo,
ese sintagma, cultura del ocio, es un sintagma que vacía a la cultura de esos rasgos que tiene
que ver con la crítica, el cuestionamiento, la apuesta por otros rasgos. Se habla entonces de
cultura del ocio pero estamos hablando de la cultura como algo acrítico, terapéutico, algo
vinculado al tiempo del descanso, vacaciones. Es un término que ha acabado convirtiéndose en
un término polivalente. Hablamos de cultura religiosa, cultura del fútbol, cultura
gastronómica…. Casi siempre promoviendo valores de vida occidentales.

Frente a ello, desde algunos arrabales que bordean el mundo occidental, el que tiende a verse
como el único real, no dejan de proponerse nuevas cartografías, nuevos mapas políticos y
sociales que tratan de aportar imagen y voz a los que históricamente han permanecido a
oscuras y en silencio.
Amin Maalout: Tiene un libro “Identidades asesinas”

Se ha referido a estas cuestiones al insistir en la idea de que hoy, modernización significa lo


mismo que occidentalización, es decir, lo moderno, relevante e incluso el progreso son
categorías que se miden desde parámetros y herramientas que pertenecen al imaginario
occidental. Esta idea no es original suya, la encontramos antes de que escribiera sus ensayos
en Edward W. Said.

La modernización implica siempre para muchas gente una perdida, perder algo importante de
sus propias identidades. Esto genera una crisis de entrada y después de todo lo demás

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