Ética y deontología profesional.

En el lenguaje filosófico Las palabras ética y moral poseen un concepto parecido o

similar. Pero podríamos iniciar diciendo que la ética proviene de la filosofía griega
precisamente de la palabra ethos. La palabra ética define los valores,
comportamiento, lo que hacemos con nuestras acciones y las decisiones que
tomamos como persona en el día a día de nuestras vidas. La ética es, sobre todo,
la capacidad que tenemos de asumir libremente la posibilidad de decidir qué
vamos a llegar a ser nosotros mismos a través de lo que hacemos con nuestras
acciones y decisiones.

La moral se puede decir que son principios y costumbres humanas y el cómo nos
comportamos en una sociedad o comunidad tomando en cuanta las enseñanzas
que tenemos desde pequeños y que nuestro comportamiento nos hace reflexionar
para ayudar a distinguir que nuestras acciones sean buenas o malas. La palabra
moral es de origen latino y proviene del termino moris que significa costumbres.
También se puede decir que la moral son creencias, opiniones y aptitudes de una
comunidad o una persona. La moral nos orienta acerca de qué acciones son
correctas es decir acciones buenas y cuales acciones no son correctas (malas
acciones).

La deontología es una teoría que está encargada de hacer cumplir los deberes,
normas y reglas para tener una conducta adecuada. El término fue aplicado por
primera vez por Jeremy Bentham. La deontología es una ética aprobada y
aplicada por un grupo o corporativo profesional. Las diferencias entre la ética
profesional y la deontología profesional es que la ética se refiere a la conducta y
reflexión humana y personal mientras que la deontología profesional no hace
referencia a adoptar un modelo de actuación en el área de trabajo o colectividad.
La Deontología, además, tiene consecuencias de carácter sancionador. Cuando
nos referimos a una profesión determinada, podemos hablar de la existencia de
una ética y de una deontología determinada.
El Dolo es la voluntad dirigida a realizar un hecho punible a través de una
conducta orientada al delito para obtener como resultado el delito como tal, eso en
el elemento de la voluntad de la persona, en cuanto al conocimiento se puede
decir que el dolo es cuando realizamos un hecho antijurídico y podemos tomar
como buen ejemplo el incumplimiento de un contrato legal y formal. El dolo es la
intención de cometer un acto que va en contra de las leyes y normas. El dolo tiene
muchos elementos entre los cuales destacan los siguientes: Los elementos
descriptivos: señalan situaciones o acciones. Los elementos esenciales: son
aquellos sin cuya concurrencia no se daría el tipo. Los elementos accidentales son
de dos tipos: Accidentales del tipo: la muerte del otro es un elemento accidental.

Oficios y profesiones: Los oficios son actividades que se aprenden a realizar

observando a las demás personas o trabajadores que no se prepararon
profesionalmente para cumplir ese trabajo pero que la experiencia de la vida fue
enseñándoles como realizar un trabajo en específico y con el tiempo nosotros
viendo vamos aprendiendo hasta aprender a realizar uno mismo el trabajo o
actividad requerida por nuestros propios medios.

Las profesiones son ocupaciones que para poder obtenerlas se debe de tener un
conocimiento e información especializada y un nivel de educación elevado, saber
de conocimientos básicos acerca de la profesión que se ejerce y tener una
capacitación adecuada para la profesión obtenida. Existen muchos tipos de
profesiones y ocupaciones tanto formales como informales. Existen profesiones en
ciencias, deportivas, empresariales, de educación, de finanzas, etc.

La culpa se puede definir como la omisión que dar como resultado un sentimiento
de responsabilidad por un daño caudado a algo o alguien en particular. La culpa
grave es la que consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado
que aun las personas negligentes o de poca prudencia suelen emplear en sus
negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo. La culpa leve es
la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente
en sus negocios propios.