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Curso de Derechos Humanos
Curso de Derechos Humanos
Objetivo general
Introducción general
Este curso presenta los avances que en materia legislativa ha alcanzado México, así como los
organismos nacionales e internacionales que trabajan para la protección de los derechos
humanos, dando cuenta de los logros obtenidos, sin dejar de reconocer los enormes desafíos
que aún enfrenta nuestro país para consolidar un Estado Democrático que garantice el
bienestar de su población.
El participante de este Curso Básico de Derechos Humanos también distinguirá los mecanismos
de protección jurisdiccional y no jurisdiccional, de los derechos humanos, con énfasis en el
procedimiento de queja, pero además comprenderá que más allá de los ordenamientos
jurídicos, es prioritario generar la cultura de los derechos humanos, en el ámbito social, familiar,
escolar, laboral, etc.
El trabajo diario de los servidores públicos, con sólido compromiso hacia los Derechos
Humanos, es la expectativa final de este curso, que permita rebasar la comprensión teórica del
tema, para dar paso a su aplicación responsable en ambientes de libertad y justicia.
CONCEPTO, FUNDAMENTACIÓN Y REFORMA CONSTITUCIONAL EN MATERIA DE
DERECHOS HUMANOS
Objetivo
Distinguir a los derechos humanos de otro tipo de derechos y comprender su desarrollo
conceptual a través de distintos enfoques teóricos.
Introducción
La fundamentación de los Derechos Humanos brinda una serie de elementos necesarios para
elaborar un concepto. En este módulo se pretende ofrecer los elementos que posibiliten
comprender los principales enfoques teóricos y sus aportaciones a la construcción de la
doctrina de los derechos humanos. El mapa conceptual que se presenta a continuación puede
ayudarte a organizar la temática abordada en este módulo:
CONCEPTOS DOCTRINALES DE DERECHOS HUMANOS
Los derechos humanos cumplen con la finalidad de evitar el abuso de poder por parte de las
autoridades en contra de los gobernados, es decir, se impide la intervención de los órganos del
Estado de cualquier jerarquía a cierta esfera de actividades lícitas de los gobernados donde el
Estado no puede irrumpir.
Para Antonio E. Pérez Luño, los derechos humanos son: “Un conjunto de facultades e
instituciones que, en cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la
libertad y la igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los
ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional”.
En tanto que J. Jesús Orozco Henríquez y Juan Carlos Silva Adaya, señalan que: “los derechos
humanos —como su nombre lo indica— son todos los derechos que tiene cada hombre o mujer
por el simple hecho de serlo y formar parte de la sociedad en que vive”.
Por su parte,Mario I. Álvarez Ledesma, afirma que son: “Aquellas exigencias éticas de
importancia fundamental que se adscriben a toda persona humana, sin excepción, por razón de
esa sola condición. Exigencias sustentadas en valores o principios que se han traducido
históricamente en normas de derecho nacional e internacional en cuanto parámetros de justicia
y legitimidad política”.
El tratadista español José Castán Tobeñas, ha definido los derechos humanos como "aquellos
derechos fundamentales de la persona humana -considerada tanto en su aspecto individual
como comunitario- que corresponden a ésta por su propia naturaleza (de esencia, a un mismo
tiempo, corpórea, espiritual y social) y que deben ser reconocidos y respetados por todo poder
o autoridad y toda norma jurídica positiva, cediendo, no obstante, en su ejercicio ante las
exigencias del bien común".
En el sitio web de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se define a dichos
derechos “como el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya
realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en
una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos en la Constitución y en
las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado”.
Los órganos de gobierno generalmente recogen en sus textos jurídicos los principales derechos
que deben ser reconocidos a la sociedad, los cuales se identifican en gran medida con los
derechos humanos, por lo que éstos pueden ser ejercitados a través de los mecanismos
existentes para el disfrute de los derechos subjetivos y reclamados ante las autoridades
correspondientes.
Los derechos subjetivos están vinculados al derecho positivo, dependen de la vigencia de éste
para su existencia, además del requisito de ser creados formalmente mediante los órganos de
gobierno facultados para ello.
Ser titular de un derecho subjetivo implica un poder de actuación a efecto de ejercerlo. En este
sentido se pronuncian Gaspar Escalona Martínez, Luigi Ferrajoli, Rolando Tamayo y Salmorán y
Rafael Preciado Hernández.
Gaspar Escalona Martínez dice: “Son, en definitiva, derechos creados por el Estado, lo que
implica el abandono de la idea de la existencia de unos “derechos” preestatales oponibles al
propio Estado. Los derechos públicos subjetivos se presentan como ámbitos de libertad
individual, que gozan de una regulación explícita en el ordenamiento jurídico y que disponen de
mecanismos jurídicos de defensa”.
Luigi Ferrajoli, por su parte, considera al derecho subjetivo como: “Cualquier expectativa
positiva (de prestaciones) o negativa (de no sufrir lesiones) adscrita a un sujeto por una norma
jurídica”.
Para Rolando Tamayo y Salmorán: “[...] el derecho subjetivo contiene la autorización conferida
al derechohabiente -al titular del derecho (o a quien actúe en su nombre)-, de dirigirse al órgano
de aplicación (i.e. el tribunal) requiriendo, mediante la interposición de una demanda o acción,
la ejecución de su derecho...”
Finalmente, Rafael Preciado Hernández considera que: “[...] el derecho subjetivo viene a ser el
poder, pretensión, facultad o autorización que, conforme a la norma jurídica, tiene un sujeto
frente a otro u otros sujetos, ya sea para desarrollar su propia actividad o determinar la de
aquellos”.
Derechos Humanos y derechos fundamentales
La raíz de los derechos fundamentales se dio en Francia a finales del siglo XVIII y se vieron
plasmados en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.
Los derechos fundamentales se reconocen por estar plasmados en las constituciones o leyes
primordiales de los Estados. Es precisamente por esta razón que los derechos fundamentales
se encuentran en estos ordenamientos, por la magnitud e importancia que los caracteriza.
Los derechos fundamentales responden a tal denominación por la importancia de los derechos
que agrupa el concepto, es decir, serán fundamentales aquellos derechos que se consideran
vitales para el desarrollo individual y social de las personas, con independencia de factores
como condición social, religión, preferencia sexual o nacionalidad; aunque cada Estado estipula
en su ordenamiento cumbre los derechos que considera vitales y puede refrendarlos a nivel
internacional en documentos internacionales.
Generalmente los derechos fundamentales son derechos humanos reconocidos por el Estado o
los Estados en cuestión, es decir, son derechos humanos positivados.
Miguel Carbonell: “Son fundamentales los derechos que están previstos en el texto
constitucional y en los tratados internacionales”.
Gaspar Escalona Martínez: “[...] Son derechos porque forman parte del ordenamiento jurídico
que los reconoce como tales; son fundamentales, ya que el mismo ordenamiento jurídico los ha
dotado de un rango especial, de garantías reforzadas para su ejercicio y, por último, constituyen
el fundamento de todo el orden jurídico-político del Estado constitucional...”.
Por su parte, Sergio García Ramírez refiere: “[...] en rigor, la garantía suprema de los derechos
proviene del conjunto de la vida social y política, que es el cimiento para la cultura de los
derechos humanos; empero, es verdad que se necesita contar con garantías específicas, de las
que cualquier persona pueda echar mano para proteger o restablecer sus derechos, ellas son
instrumentos, medios o remedios al alcance de cualquier persona”.
J. Jesús Orozco Henríquez y Juan Carlos Silva Adaya afirman: “Se puede decir que la garantía
individual es la medida jurídica bajo la cual el Estado reconoce y protege un derecho humano”.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 fue la primera en reconocer
los derechos sociales en su texto, por lo que a nuestro país se le considera vanguardista de los
derechos humanos de segunda generación. Los principales derechos sociales se encuentran
contemplados actualmente en los artículos 2, 3, 4, 27, 28 y 123, y son:
Derecho a la Educación.
Derechos Agrarios.
Derechos Laborales.
Derechos de la Seguridad Social.
Derecho de la Familia y el Menor.
Derecho a la Protección de la Salud.
Derecho a la Vivienda.
Derechos de carácter económico.
Estas son algunas posturas sostenidas por la doctrina jurídica:
Para Jorge Carpizo: “Las garantías sociales protegen al hombre como integrante de un grupo
social y le aseguran un mínimo educativo y económico. Las garantías sociales implican un
hacer por parte del Estado; en cambio, las garantías individuales representan primordialmente
un abstención por parte del propio Estado”.
REFORMA CONSTITUCIONAL DEL ARTÍCULO 1°. RESPETO, GARANTÍA,
PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS
Los tratados internacionales que los Estados firman y ratifican en materia de Derechos
Humanos contienen ciertas obligaciones generales que deben ser cumplidas por sus poderes y
autoridades de manera interna y cuyo incumplimiento repercutirá en observaciones y sanciones
internacionales.
Pedro Nikken miembro del Consejo Directivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos
hace la siguiente reflexión sobre la instauración de dichas obligaciones: “podría decirse que la
magnitud del genocidio puso en evidencia que el ejercicio del poder público representa un
peligro para la dignidad humana, de modo que su control no debe ser prerrogativa excluyente
de las instituciones domésticas, sino que deben constituirse instancias internacionales para su
salvaguardia” (sic).
La puesta en vigor de tratados a través de los cuales las partes se comprometen a cumplir con
las obligaciones en ellos proclamados y que también establecen medios internacionales para su
tutela son una realidad tanto en la esfera de las Naciones Unidas como en los sistemas
regionales; esto resulta de la mayor trascendencia para México ya que a partir de la Reforma en
materia de Derechos Humanos del año 2011, el Artículo 1° de la Constitución señala que:
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.
Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a
las personas la protección más amplia.
Obligación de Garantía
La obligación de garantía implica el deber de los Estados para tomar las medidas necesarias
que permitan a todas las personas el goce pleno y efectivo de los derechos humanos.
La obligación de prevenir
La obligación de investigar
La obligación de sancionar, y
La obligación de reparar los daños producidos en perjuicio de las personas.
Obligación de Protección
Todo ser humano por el hecho de serlo, tiene derechos frente al Estado, derechos que derivan
en deberes de variado orden y contenido, como los enunciados anteriormente, lo que implica
que todas las personas tengan acceso efectivo a los órganos del Estado competentes de
carácter jurisdiccional y no jurisdiccional para resolver las reclamaciones y litigios de carácter
jurídico que tengan que ver con sus derechos humanos; pero implica también reconocer la
competencia internacional y acatar los pronunciamientos de los órganos de supervisión
convencionales y extra-convencionales (según estén previstos por los mismos tratados) de
órganos jurídico-políticos (como los comités de las Naciones Unidas) y judiciales (como la Corte
Interamericana de Derechos Humanos).
Sobre todo porque en las últimas décadas se ha adoptado el mayor número de tratados y
declaraciones internacionales relativas a los derechos humanos. En el caso de las
convenciones en las que se han reconocido derechos, se han pactado obligaciones y se han
establecido medios de protección que, en su conjunto, han transformado en más de un aspecto
al Derecho internacional y le han dado nuevas dimensiones como disciplina jurídica. Además de
los mecanismos orientados a establecer sistemas generales de protección, han aparecido otros
destinados a proteger ciertas categorías de personas en mayor situación de vulnerabilidad –
mujeres, niños, trabajadores, refugiados, personas con discapacidad– o ciertas ofensas
singularmente graves contra los derechos humanos, como el genocidio, la discriminación racial,
el apartheid, la tortura o la trata de personas. También se ha gestado la protección de los
llamados derechos colectivos de la humanidad entera, como el derecho al desarrollo, el
derecho a un medio ambiente sano y el derecho a la paz.
Obligación de Promoción
La Declaración de Viena y su Programa de Acción asegura que “Los derechos humanos y las
libertades fundamentales son patrimonio innato de todos los seres humanos; su promoción y
protección es responsabilidad primordial de los gobiernos”.
Las acciones de promoción de los Derechos Humanos son aquéllas tendientes a convertirlos en
tema de interés para todas las personas, con el fin de fortalecer y fomentar los principios de la
democracia, el desarrollo, el respeto de las libertades fundamentales y todos los ámbitos
relacionados con los derechos humanos. Pueden ser tan diversas como se reconozca las
necesidades, limitaciones y/o prioridades estatales y se quiera lograr una eficaz difusión,
cooperación, ayuda, etc., para superar el rezago.
Obligación de Respeto
La obligación de respetar implica la limitación al ejercicio del poder estatal con el objeto de
evitar que se lleven a cabo actos que vulneren la dignidad de los seres humanos. Esta
limitación deriva del respeto a las garantías y prerrogativas que emanan de los atributos
inherentes a la naturaleza humana, las cuales son superiores al poder del Estado.
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
Las garantías constitucionales son aquéllas que la Constitución Política Mexicana reconoce en
su texto para hacer valer los derechos fundamentales, mismas que a continuación se
enunciarán de manera breve.
Para esta corriente de pensamiento, el origen de los derechos nace de las necesidades básicas
de los seres humanos; por lo tanto, los derechos, en especial los conocidos como derechos
humanos, no dependen del reconocimiento expreso de un Estado, aunque su positivización
resulte básica para garantizarlos. Se presume que son de carácter universal, ya que por ser
inherentes a la persona humana subsisten a pesar de las diferentes nacionalidades o
condiciones sociales, económicas, religiosas o culturales.
La doctrina del derecho natural dominó durante los siglos XVII y XVIII; posteriormente surgió
con fuerza el iuspositivismo (o derecho positivo).
Ollero A.: “Dentro de la óptica de las concepciones iusnaturalistas, los derechos humanos son
por sí mismos realidades propiamente jurídicas, en cuanto exigencias, facultades o poderes que
son naturalmente inherentes a los seres humanos y que, en consecuencia, tienen una
existencia previa a la organización jurídico-política de la sociedad; son realidades jurídico-
naturales”.
Para los seguidores del derecho positivo, los derechos naturales no son tales, debido a que no
cuentan con fuerza coercitiva para hacerlos valer. En este orden de ideas:
Benito de Castro Cid manifiesta que: “[...] dentro de la óptica de las concepciones
iuspositivistas, los derechos humanos son constituidos como realidades jurídicas por las propias
normas que los proclaman y regulan su ejercicio, no teniendo, por lo tanto, existencia ni
contenido jurídico alguno al margen de esas normas...”
J. Jesús Orozco Henríquez indica que: “Lo que el iuspositivismo rechaza, a diferencia del
iusnaturalismo, son proposiciones acerca de derechos subjetivos jurídicos que no sean
empíricamente verificables sobre la base de normas jurídicas positivas”.
Mauricio Beuchot señala que: “[...] Los iuspositivistas fundamentan los derechos humanos en
ese acto del legislador que es la positivización de los derechos, su establecimiento explícito
como tales en un corpus jurídico. Los iusnaturalistas, en cambio, fundamentan los derechos
humanos en algo anterior e independiente de la positivización; esto puede ser la naturaleza
humana o las necesidades humanas y así se trata del iusnaturalismo clásico; o en un orden
moral o axiológico superior, que da lugar a unos derechos morales y es lo que se ha llamado
iusnaturalismo nuevo...”
Actualmente, tanto la postura del derecho positivo como la del derecho natural, se encuentran
presentes en la doctrina jurídica y tiene fuerza en el pensamiento y en la argumentación de los
estudiosos del derecho.
La fundamentación historicista
Esta corriente, parte del argumento de que los derechos humanos son fruto del devenir histórico
del hombre y la sociedad, de los aciertos, los errores y las conquistas que los han forjado.
La historia nos demuestra la invariable vigencia de los derechos humanos, ya que desde el
reconocimiento de los primeros derechos, como el de la vida y la libertad, éstos siguen “vivos”
en las expectativas sociales y en su positivización. De ahí que podamos reconocer la
constancia en su vigencia, tanto social como jurídica.
Gaspar Escalona Martínez establece que: “Los derechos humanos son una realidad histórica,
algo que surge en el tiempo y que se consolida en diversas etapas del desarrollo y expansión;
los derechos humanos constituyen un concepto histórico que surge en un momento preciso y
arropado por circunstancias y necesidades de ese momento”.
Miguel Carbonell señala que: “[...] la historicidad de los derechos significa que los derechos
tienen una edad, como lo sostiene Bobbio. Es decir, que van surgiendo tal como lo van
permitiendo las condiciones sociales e ideológicas. Las reivindicaciones que dan sustento a los
derechos no han existido siempre ni hubieran podido ser imaginadas en otros tiempos. Sobre
esto se podría poner el ejemplo de la esclavitud, que fue una práctica aceptada hasta hace
poco menos de 150 años en un país como Estados Unidos, o el de la negación del voto de las
mujeres (que no fue reconocido sino hasta 1971 en un país de clara ascendencia democrática,
como Suiza).”
Con este modelo, se perfila a los derechos humanos como precondición necesaria para el
desarrollo de un régimen democrático, y a la democracia como la mejor forma de gobierno para
garantizar estos derechos.
Luigi Ferrajoli es el más acabado teórico del garantismo, primero en derecho penal, para
posteriormente desarrollarlo como una teoría general del derecho. Para Ferrajoli los derechos,
entendidos como la ley del más débil, pueden ser tomados como punto de partida para formular
un sistema jurídico y político que defienda la dignidad del individuo frente al Estado y frente a
todo el cuerpo social. Entiende a los derechos como las normas que recubren los puntos de
inflexión social, fuentes de la violencia social, tanto del Estado sobre los individuos, como de los
fuertes contra los débiles, de las minorías desviadas (delincuentes) contra las mayorías de no
desviados, del Derecho Penal sobre las minorías desviadas, etc., y que después desemboca en
las diferentes formas de venganza privada, de criminalidad o en los casos más radicales, en los
conflictos armados.
Es por ello que para los neoconstitucionalistas y garantistas de esta cepa, el binomio derechos
humanos-paz es igual o más importante en su justificación y legitimidad que el binomio
derechos humanos-democracia.
Objetivo
Identificar cronológicamente la aparición y desarrollo de los Derechos Humanos en México, a
partir del recuento histórico de sus diversos textos jurídicos fundamentales.
Introducción
Las herramientas jurídicas de las que se dispone para hacer efectivo el ejercicio de los
Derechos Humanos, han atravesado una serie de movimientos sociales, en aras de dejar
plasmado en la legislación nacional vigente, el vehículo para la defensa y protección de estos
Derechos. Ante ello, se hace necesario adentrarnos en el conocimiento del contenido de dicha
legislación.
El mapa conceptual que se presenta a continuación, puede ayudarte a organizar la temática
abordada en este módulo:
La Constitución de Cádiz de 1812
La Constitución de Cádiz se juró y promulgó en España el 19 de marzo de 1812 y en la Nueva
España el 30 de septiembre de ese mismo año. Aunque ésta adolece de una declaración
solemne de derechos, en sus diferentes capítulos se da el reconocimiento de ciertos derechos
pertenecientes a la persona como son: la igualdad, la libertad, la seguridad jurídica, la
propiedad, derechos políticos y en materia educativa.
La Constitución de 1814
En el medio de la Guerra de Independencia, en 1812 se inició un proyecto denominado
Elementos Constitucionales y en 1813 se publicó el documento Los Sentimientos de la Nación
de José María Morelos y Pavón, que sirvieron como fundamento para la Constitución de 1814
(también conocida como Constitución de Apatzingán y oficialmente titulada Decreto
Constitucional para la Libertad de la América Mexicana) que fue finalmente promulgada el 22 de
octubre de ese año.
La Constitución de 1814 reconoce ciertos derechos como: igualdad, libertad, seguridad jurídica,
propiedad, derechos políticos, en materia educativa y en materia de trabajo.
La Constitución de 1824
Es una Constitución que tomó como modelo la Constitución de Cádiz de 1812 y la Constitución
de Estados Unidos de América de 1787. Esta Constitución no contenía un catálogo de derechos
humanos, ya que se consideró que los mismos se determinarían mediante leyes sabias y justas
que correspondía a los Estados de la Federación dictar. No obstante, podemos encontrar el
reconocimiento de ciertos derechos en algunos de sus artículos: libertad, seguridad jurídica,
propiedad, derechos políticos y en materia de derechos de autor.
La Constitución de 1857
Como presidente sustituto Ignacio Comonfort firma el 5 de febrero de 1857 la nueva
Constitución de los Estados Unidos Mexicanos que en su sección primera con el título “De los
derechos del hombre” se reconocen las garantías de libertad de expresión, la de libertad de
asamblea y la de portación de armas. Asimismo, se reafirmó la abolición de la esclavitud y
eliminó la prisión por deudas civiles, las formas de castigo por tormento, incluyendo la pena de
muerte, prohibió los títulos de nobleza y se instaura el principio de legalidad y de
irretroactividad. En materia de Amparo, se refiere en general de actos de autoridad. Se
comienza a hablar de derechos en el trabajo y la educación, pero quedan aún algunos temas
sin tocar, por ejemplo, el religioso y los derechos de la mujer.
La Constitución de 1917
En el periodo comprendido entre 1877 a 1911 Porfirio Díaz concentró las atribuciones del
Congreso y del órgano judicial, situación que - entre otras causas - condujo a la Revolución
Mexicana de 1910 liderada por Francisco I. Madero. Tras los asesinatos de Madero y su
vicepresidente, Pino Suárez, en 1913, se produce el levantamiento conocido como la
Revolución constitucionalista encabezada por Venustiano Carranza. Al triunfó de ésta, se
convocó a un Congreso en 1916, pero lo que se había concebido como una reforma a la
Constitución de 1857, dio origen a la promulgación de la Constitución de 1917, que a pesar de
que textualmente indica ser una reforma a la de 1857, es un hecho que el proyecto que acuñó
Carranza fue modificado y aunque no se tocaron los principios básicos como soberanía popular,
división de poderes y derechos individuales se incluyeron ideas revolucionarias que dieron paso
a garantías sociales y a la creación de instituciones que brindan beneficios para los mexicanos
hasta nuestros días.
En años subsecuentes, particularmente en las décadas de los setentas, ochentas, noventas, así
como recientemente, se dieron importantes reformas constitucionales en materia de amparo y
Derechos Humanos.
Derechos de Igualdad
Según la definición de J. Jesús Orozco Henríquez y Juan Carlos Silva Adaya, “los derechos o
garantías de igualdad establecen el goce y disfrute de los derechos y libertades previstos en el
orden jurídico mexicano para toda persona, por igual, sin distinción alguna”. De este concepto
podemos distinguir la ausencia de discriminación, de esclavitud, de títulos nobiliarios, entre
otros.
Los principales derechos de Igualdad son:
Goce para toda persona de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los
tratados internacionales en los que México sea parte, sin distinción alguna.
Prohibición de la esclavitud
Prohibición de cualquier tipo de discriminación motivada por origen étnico o nacional, género,
edad, discapacidades, condición social, condiciones de salud, religión, opiniones,
preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y
tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
Igualdad de derechos ante la ley del hombre y la mujer.
Prohibición de títulos de nobleza, prerrogativas u honores hereditarios.
Prohibición de fueros.
Prohibición de ser juzgado conforme a leyes privativas o a través de tribunales especiales.
Derechos de Libertad
Para Miguel Carbonell, los derechos de libertad son -en términos de derechos fundamentales-
aquellos que generan ámbitos de inmunidad en favor de los individuos y que no pueden ser
traspasados por el Estado, es decir se constituyen como límites negativos para el poder público,
obligándolos a no interferir tratándose de conductas amparadas por estos derechos.
Conforme a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente, los derechos de
libertad más importantes son:
Libertad de trabajo, profesión, industria o comercio. Significa que las personas podrán elegir
la labor que mejor les convenga, siempre y cuando sea lícita.
Prohibición de trabajos forzosos y derecho a la justa retribución.
Nulidad de los convenios atentatorios contra la libertad personal.
Posesión de armas en el domicilio para la seguridad y legítima. Todas las personas podrán
tener en su domicilio para su seguridad y defensa, algún tipo de arma, siempre y cuando
ésta sea de las permitidas por la ley y exista previa autorización de la autoridad
correspondiente.
Libertad de tránsito y de residencia. Toda persona tiene derecho para entrar en la República,
salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de
seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes.
Libertad de expresión. Toda persona podrá expresar libremente sus ideas por cualquier
medio de comunicación (escrito, oral u otro), con la salvedad de los casos en que estas
expresiones, ataquen la moral o los derechos de otros o constituya la comisión de algún
delito.
Derecho a la información.
Libertad de imprenta.
Libertad de conciencia, creencia o religión.
Libertad de cultos.
Libertad de asociación, de reunión en general y con fines políticos.
Libertad de manifestación o reunión pública para presentar a la autoridad una petición o
protesta.
Como Carbonell lo señala, este tipo de derechos son lo que más clara relación guardan con el
concepto de Estado de derecho, en el sentido que los órganos públicos y sus operadores deben
respetar la ley dentro de su funcionamiento y organización pero sobre todo en su relación con el
ciudadano.
Derechos de Propiedad
Dichos derechos se refieren a las formas de posesión de la tierra, de manera específica, a:
Propiedad originaria de la nación, propiedad privada como función social y sujeta al interés
público.
Clases de propiedad agraria: comunal, ejidal y pequeña propiedad.
Prohibición de los latifundios y límites de la pequeña propiedad.
Derechos Sociales
Aun y cuando en el módulo anterior se abordó el tema de las garantías sociales, vale la pena
recordar que los derechos sociales persiguen como objetivo primordial, el bienestar
individual y colectivo de las personas, tanto en lo económico como en lo cultural, para lograr
una vida digna.
Los derechos sociales que contempla nuestra Ley Fundamental son en términos generales y
EDUCACIÓN
Derecho a un trabajo digno y socialmente útil, así como a la gratuidad por los
servicios de colocación.
Jornada máxima de trabajo y mayor remuneración en caso de trabajo extraordinario.
Día de descanso semanal.
Salario mínimo remunerador y medidas protectoras del salario.
Participación en las utilidades de las empresas.
Medidas de previsión social.
Capacitación o adiestramiento para el trabajo.
Derecho a una indemnización o a la reinstalación en el trabajo en caso de ser
despedido por el patrón sin causa.
Irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores.
Derechos laborales especiales para los menores de edad.
Derechos laborales especiales para las madres trabajadoras.
Derechos de los trabajadores mexicanos que van al extranjero.
Derechos laborales de carácter colectivo.
Administración de la justicia laboral.
Derechos de los trabajadores al servicio de la Federación y del Distrito Federal.
Derechos de otros trabajadores públicos.
SALUD
Derecho de los trabajadores a disfrutar de condiciones de higiene y seguridad en
sus centros
Derecho de lasde trabajo,aasí
personas como de medidas
la protección para la prevención de accidentes de
de su salud.
trabajo.
Derecho de los trabajadores a recibir una indemnización en caso de accidente de
trabajo o enfermedad profesional.
Derecho a los servicios que comprende la seguridad social.
Derecho de los trabajadores al servicio del Estado a ciertos servicios adicionales.
Derechos de los trabajadores en materia de vivienda.
FAMILIA Y NIÑOS
Cabe señalar, que no sólo los anteriores son derechos humanos, sino también los que se
encuentran plasmados en los tratados internacionales, en las Constituciones Locales, en las
leyes y códigos federales, en las leyes locales, entre otros.
Existen figuras dentro del texto constitucional dirigidas a incrementar las facultades del poder
ejecutivo para hacer frente a diferentes situaciones de emergencia en donde la acción rápida y
eficaz del Estado es la condición necesaria para el pronto restablecimiento de la vigencia de los
derechos.
Reforma al Artículo 29 Constitucional
A efecto de fortalecer los derechos humanos en la reciente reforma constitucional se modificó
sustancialmente el artículo 29 constitucional que establecía el mecanismo original de
suspensión de garantías:
Con estos cambios a la constitución de junio de 2011, incluida la reforma al Artículo 29, se logra
un cambio conceptual del sistema jurídico mexicano, que tiene como consecuencia el
fortalecimiento de los derechos de la persona y la protección de su dignidad, toda vez que este
modelo hoy en día ha sido adoptado por el derecho internacional de los derechos humanos, del
derecho comunitario, por la doctrina constitucional moderna y por el derecho comparado.
Por ello se agrega al Artículo 29 Constitucional el siguiente listado de los derechos y garantías
que no podrán suspenderse ni restringirse por ningún motivo:
La no discriminación,
El derecho a la vida,
La prohibición de la desaparición forzada,
La prohibición de la tortura,
El principio de legalidad y retroactividad,
La prohibición a la pena de muerte,
El reconocimiento de la personalidad jurídica,
A la integridad personal,
A la protección a la familia,
Al nombre,
A la nacionalidad;
Los derechos de la niñez;
Los derechos políticos;
Las libertades de pensamiento, conciencia y de profesar creencia religiosa alguna;
La prohibición de la esclavitud y la servidumbre;
Ni las garantías judiciales indispensables para la protección de tales derechos.
Los límites por tanto, serán todas las afectaciones a la naturaleza de la persona humana; esto
significa que ante la eventualidad de la restricción o suspensión del ejercicio de los derechos,
este no sea un listado inalterable; puede haber derechos que no sea necesario suspender o
restringir, por lo tanto pueden quedar protegidos de acuerdo a la situación específica; por esto
mismo en el propio texto constitucional , se establecen principios para su interpretación que
señalan en primer lugar la proporcionalidad al riesgo enfrentado, la legalidad, racionalidad,
proclamación, publicidad y no discriminación como sustento para no dejar insuspendibles
aquellos derechos y garantías que no se correspondan con la circunstancia de excepción que
se decrete.
Objetivo
Identificar al Sistema Jurisdiccional de los Derechos Humanos como una forma importante de
protección a los Derechos Humanos en México, a través de los mecanismos de defensa que
proporciona la Constitución, el Derecho Procesal y el Juicio de Amparo.
Introducción
La defensa de los Derechos Humanos en México ha recorrido un arduo camino lleno de
tropiezos, pero también de aciertos, su inclusión en la legislación nacional comprende una de
las mejores herramientas jurídicas que incorpora derechos individuales y sociales, por lo que el
abanico de posibilidades para su protección, aunque amplio, aún tiene la posibilidad de
enriquecerse con propuestas viables que redunden en una cultura de respeto por el ser
humano.
En la discusión sobre el constitucionalismo cobra cada vez mayor relevancia el tema de los
medios de control constitucional. El derecho procesal constitucional ocupa un lugar
preponderante en el análisis de los medios para el control de la constitucionalidad.
En consecuencia, el contenido presenta algunas reflexiones para dar marco al análisis del
sistema de control jurisdiccional de los Derechos Humanos en México.
“En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los Derechos Humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte…”
Por lo que se puede decir, que los Derechos Humanos reconocidos por México en los tratados
internacionales, se han constitucionalizado y tienen el mismo rango que los que ya están en la
primera parte de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
Los cuales establecen que el ejercicio del Poder Judicial de la Federación, se deposita en:
Ahora bien, la protección de los Derechos Humanos se puede activar a través de los siguientes
medios de control constitucional:
Juicio de amparo.
Acción de inconstitucionalidad.
Controversia constitucional.
Facultad de investigar de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre hechos que
constituyan violaciones graves de Derechos Humanos (control no jurisdiccional).
Juicios de revisión constitucional electoral y para la protección de los derechos político
electorales del ciudadano.
Juicio político.
Juicio de Amparo
El juicio de amparo es considerado por el jurista Ignacio Burgoa, “como un juicio o proceso que
se inicia por la acción que ejercita cualquier gobernado ante los órganos jurisdiccionales
federales, contra todo acto de autoridad que le causa un agravio en su esfera jurídica y que
considere contrario a la Constitución, teniendo por objeto invalidar dicho acto o despojarlo de su
eficacia por inconstitucionalidad o ilegalidad en el caso concreto que lo origine”.
El referido juicio terminará con una sentencia de amparo, la cual generará los efectos que
establece el Artículo 80 de la Ley de Amparo:
Artículo 80.- La sentencia que conceda el amparo tendrá por objeto restituir al agraviado en el
pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo las cosas al estado que guardaban
antes de la violación, cuando el acto reclamado sea de carácter positivo y cuando sea de
carácter negativo, el efecto del amparo será obligar a la autoridad responsable a que obre en el
sentido de respetar la garantía de que se trate y a cumplir, por su parte, lo que la misma
garantía exija.
A efecto de comprender el funcionamiento del amparo, cabe tomar en cuenta la opinión del
doctor Héctor Fix-Zamudio, quien señala: “[...] en el amparo mexicano podemos descubrir cinco
funciones diversas, ya que puede utilizarse para la tutela de la libertad personal; para combatir
las leyes inconstitucionales; como medio de impugnación de las sentencias judiciales; para
reclamar los actos y resoluciones de la administración activa; y finalmente, para proteger los
derechos sociales de los campesinos sometidos al régimen de la reforma agraria”.
El amparo como medio de protección de los ciudadanos puede interponerse contra los
siguientes casos:
Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los quejosos
que lo hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso
particular que abarque la demanda. Cuando en los juicios de amparo indirecto en revisión se
resuelva la inconstitucionalidad de una norma general por segunda ocasión consecutiva, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación lo turnará a la autoridad correspondiente.
Cuando los órganos del Poder Judicial de la Federación establezcan jurisprudencia por
reiteración en la cual se determine la inconstitucionalidad de una norma general, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación lo notificará a la autoridad emisora. Transcurrido el plazo de 90
días naturales sin que se supere el problema de inconstitucionalidad, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación emitirá, siempre que fuere aprobada por una mayoría de cuando menos
ocho votos, la declaratoria general de inconstitucionalidad, en la cual se fijarán sus alcances y
condiciones en los términos de la ley reglamentaria”.
Acción de inconstitucionalidad
Las acciones de inconstitucionalidad tienen por objeto plantear la posible contradicción entre
una norma de carácter general y la Constitución. Es un medio de control a posteriori que
pretende preservar la supremacía de la Constitución.
Controversia constitucional
El control de la constitucionalidad está a cargo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación;
esta figura autoriza el examen de todo tipo de violaciones a la Constitución Federal.
La tutela jurídica de esta acción es la protección del ámbito de atribuciones que la Ley Suprema
prevé para los órganos originarios del Estado.
Están legitimados para presentar o interponer los medios de impugnación en contra de actos,
resoluciones o sentencias electorales, según el caso, los siguientes sujetos:
Corresponde a los órganos del INE conocer y resolver el recurso de revisión y al Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación los demás medios de impugnación previstos, en la
forma y términos establecidos en la ley.
Acciones colectivas
Se entiende como Acciones Colectivas, aquéllas que promueve un representante con
legitimación colectiva, para proteger el derecho que pertenece a un grupo de personas sujetas
a una sentencia que obliga o concede derechos como un todo.
Por lo tanto es indispensable que éstas se encuentren perfectamente identificadas ya sea como
una acción o como una garantía constitucional, tomando como base que el derecho a la
jurisdicción es un derecho subjetivo y como tal, simultáneamente, es una potestad cuando se
ejerce, y una facultad mientras está latente.
En este contexto, es preciso señalar que la reforma al Artículo 17 constitucional que consta en
el decreto expedido el día 13 de julio del año 2011, por el Presidente de la República mexicana,
tuvo como fin primordial, incorporar en nuestro régimen jurídico de impartición de justicia, la
figura procesal de acciones colectivas en manos de ciudadanos, organizaciones civiles,
autoridades públicas y grupos de afectados, para darles legitimación activa para poder
demandar ante los tribunales federales, la tutela de derechos colectivos o difusos en materias
tales como protección al consumidor, al medio ambiente, a la competencia económica, al
patrimonio cultural y urbano y por supuesto a los Derechos Humanos, quedando así claramente
establecido, que el Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas
y que tales leyes determinarán las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los
mecanismos de reparación del daño, siendo los jueces federales los que conozcan de forma
exclusiva sobre estos procedimientos.
Como su nombre nos indica, es un modelo de litigio oponible a aquel dirigido únicamente a
defender intereses particulares, y busca, mediante la defensa de casos límite, paradigmáticos,
colectivos, complejos o controversiales, el reconocimiento y plena tutela de nuevos o mal
garantizados derechos. Es una estrategia que busca cambiar los sistemas de baja o media
protección de los Derechos Humanos, por sistemas de reconocimiento y garantía robusta a
través de casos, precedentes constitucionales y presión en los tribunales.
Los partidarios de este modelo de activismo por los Derechos Humanos ven al Derecho no
como la guardia y conservación del status quo, sino como un mecanismo desde el cual se
pueden generar cambios positivos en la sociedad y la política, promoviendo avances en la
agenda de los Derechos Humanos.
Tragedias cercanas a nosotros, como la de los terremotos en Haití y Chile, nos recuerdan la
importancia de contar con los instrumentos necesarios para que el Estado pueda actuar con
celeridad y certeza frente a situaciones que salen de toda normalidad. La Constitución
mexicana regula el tema en su Artículo 29, pero el texto constitucional debe ser ampliado y
armonizado con la propia realidad mexicana y con el derecho internacional, por ello, los
integrantes de las comisiones dictaminadoras han considerado pertinente avanzar hacia las
reformas de dicho precepto constitucional.
“La restricción o suspensión del ejercicio de derechos y garantías debe estar fundada y
motivada en los términos establecidos por la Constitución y ser proporcional al peligro a que
se hace frente, observando en todo momento los principios de legalidad, proclamación,
publicidad y no discriminación.
En el momento en que se ponga fin a la restricción o suspensión del ejercicio de derechos y
garantías, bien sea por cumplirse el plazo o porque así lo decrete el Congreso, todas las
medidas legales y administrativas adoptadas durante su vigencia quedarán sin efecto de
forma inmediata. El Ejecutivo no podrá hacer observaciones al decreto mediante el cual el
Congreso revoque la restricción o suspensión.
La constitucionalidad y la validez de los decretos que expida el Ejecutivo durante la situación
de suspensión, y que estén relacionados con la restricción o suspensión de derechos y
garantías, serán revisados de oficio e inmediatamente por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación”.
Objetivo
Introducción
Los Derechos Humanos constituyen uno de los ejes fundamentales que sustentan al Estado de
Derecho y tienen como fin garantizar una vida digna para todas las personas. Por ello, la tarea
de protegerlos representa para el Estado la exigencia de proveer y mantener las condiciones
necesarias para que, dentro de un ambiente de libertad, justicia y tolerancia, las personas
puedan gozar realmente de los mismos.
Debido a su importancia, existe una tendencia cada vez más generalizada a incluir tales
derechos entre los principios sobre los que se estructura la vida social. En los tiempos recientes
se ha iniciado la construcción de una cultura de respeto de los Derechos Humanos, con el
objetivo no sólo de incluirlos en los ordenamientos jurídicos, sino también de propiciar y
fomentar la corresponsabilidad entre los individuos, en su ámbitos familiar, laboral y
comunitario, así como en el ámbito nacional e internacional.
La fórmula del Ombudsman se encuentra hoy día en los cinco continentes, como: El defensor
del pueblo en España o El promotor de la justicia en Portugal; y se erige como un cause
alternativo de protección de los derechos humanos, para reducir la distancia entre gobernantes
y gobernados, y promover la cultura de los derechos humanos; una fórmula, en suma, que
busca llenar los vacíos en la protección de los derechos fundamentales.
Suele verse a estas comisiones como órganos que ejercen una labor de continua censura a la
actividad de la administración pública, postura siempre criticable si se destaca la función
mediadora entre los intereses de los gobernados y los órganos del poder público, y se exalta a
su vez su capacidad proactiva (y no reactiva) de promoción y defensa de los derechos
humanos, siendo accesibles a toda persona y buscando en especial alcanzar a los grupos e
individuos en condiciones de desventaja o marginación.
Dichas comisiones, velan por los derechos humanos en el ámbito de su competencia, esto es,
actos de autoridad de naturaleza administrativa que violenten los derechos humanos previstos
en el ordenamiento jurídico mexicano; pero tal función por supuesto que no es la única forma de
proteger estos derechos.
El 6 de junio de 1990 nació, por decreto presidencial, una institución denominada Comisión
Nacional de Derechos Humanos, constituyéndose como un Organismo desconcentrado de la
Secretaría de Gobernación.
Integración de la CNDH
La Comisión Nacional se integrará con los siguientes órganos: la Presidencia; el Consejo
Consultivo; seis Visitadurías Generales; la Secretaria Ejecutiva, y la Secretaria Técnica del
Consejo Consultivo.
El Consejo Consultivo es el órgano colegiado de la CNDH integrado por diez miembros que
gocen de reconocido prestigio dentro de la sociedad civil elegidos por la Cámara de Senadores,
quienes definen los lineamientos generales de actuación de la CNDH, aprueban su reglamento
interno, dictan las normas internas de la institución y colaboran con el Presidente opinando
sobre el proyecto del informe anual, solicitan información adicional sobre los asuntos en trámite
y conocen el informe sobre el ejercicio presupuestal.
Los Visitadores Generales tienen encomendada como función esencial dentro de la CNDH la
admisión e investigación de las quejas e inconformidades: realizan las actividades necesarias
para lograr, por medio de la conciliación, la solución inmediata de las violaciones de derechos
humanos; realizan investigaciones y los estudios necesarios para formular los proyectos de
recomendación y acuerdos correspondientes. Por delegación del Presidente pueden interponer
denuncias penales y dar seguimiento a las diligencias y actuaciones; entre otras funciones.
La Secretaria Ejecutiva y la Secretaria Técnica del Consejo Consultivo son órganos auxiliares
de la Presidencia de la CNDH.
Atribuciones
Recibir quejas de presuntas violaciones a Derechos Humanos.
Conocer e investigar, a petición de parte o de oficio, presuntas violaciones de Derechos
Humanos en los siguientes casos:
Por actos u omisiones de autoridades administrativas de carácter federal.
Cuando los particulares o algún otro agente social cometan ilícitos con la tolerancia o
anuencia de algún servidor público o autoridad, o bien cuando estos últimos se nieguen
infundadamente a ejercer las atribuciones que legalmente les correspondan en relación con
dichos ilícitos, particularmente tratándose de conductas que afecten la integridad física de las
personas.
Formular recomendaciones públicas autónomas, no vinculatorias, así como denuncias y
quejas ante las autoridades respectivas.
Investigar hechos que constituyan violaciones graves de derechos humanos.
Conocer y decidir en última instancia las inconformidades que se presenten respecto de las
recomendaciones y acuerdos de los organismos de Derechos Humanos de las Entidades
Federativas.
Conocer y decidir en última instancia las inconformidades por omisiones en que incurran los
organismos Públicos de Derechos Humanos.
Procurar la conciliación entre los quejosos y las autoridades señaladas como responsables,
así como la inmediata solución de un conflicto planteado, cuando la naturaleza del caso lo
permita.
Impulsar la observancia de los Derechos Humanos en el país.
Proponer a las diversas autoridades del país, de acuerdo a su competencia, que promuevan
cambios o modificaciones de disposiciones legislativas reglamentarias, así como de
prácticas administrativas para una mejor protección de los Derechos Humanos.
Formular programas y proponer acciones en coordinación con las dependencias
competentes que impulsen el cumplimiento de tratados, convenciones y acuerdos
internacionales signados y ratificados por México en materia de Derechos Humanos.
Proponer al Ejecutivo Federal la suscripción de convenios o acuerdos internacionales en
materia de Derechos Humanos.
Promover el estudio, la enseñanza y divulgación de los Derechos Humanos en el ámbito
nacional e internacional.
Elaborar y ejecutar programas preventivos en materia de Derechos Humanos.
Supervisar el respeto a los Derechos Humanos en el sistema penitenciario y de reinserción
social del país.
Concurrencia de competencias
Cuando en un mismo hecho estuvieren involucrados tanto autoridades o servidores públicos de
la Federación, como de las Entidades Federativas o Municipios, la competencia se surtirá en
favor de la Comisión Nacional.
Conocer de inconformidades
Asimismo, tendrá competencia, respecto de las inconformidades que se presenten en relación
con las recomendaciones, acuerdos u omisiones de las Comisiones Locales y por la no
aceptación o por el deficiente cumplimiento de sus recomendaciones por parte de las
autoridades.
Lo anterior, en virtud de que estos asuntos cuentan con otros mecanismos de control
jurisdiccional o administrativo, ya sea ante una instancia impugnativa, disciplinaria o de
vigilancia, tales como la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Consejo de la Judicatura
Federal, la Comisión de Administración o la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación.
Además, la CNDH, por conducto de su presidente y previa consulta con el Consejo Consultivo,
puede declinar su competencia en un caso determinado, cuando así lo considere conveniente
para preservar la autonomía y autoridad moral de la institución.
Facultad de atracción
Cuando las violaciones a derechos humanos se imputen sólo a autoridades o servidores
públicos de las Entidades Federativas o Municipios, en principio conocerán los organismos de
protección de los Derechos Humanos de la Entidad de que se trate, salvo: que se presente un
recurso de queja por omisión o inactividad; por la importancia del asunto y cuando haya dilación
por parte del organismo estatal para expedir su recomendación lo dispuesto por el Artículo 60
de la Ley de la CNDH.
La podemos entender como la facultad que tiene un organismo Público (en este caso la CNDH)
para conocer de un asunto, aun y cuando originalmente no tenía competencia para ello, pero
por determinadas circunstancias puede hacerlo.
En consecuencia, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos podrá ejercer esta facultad,
en los casos siguientes:
Acta circunstanciada
En todos los casos que se requiera, el personal autorizado de la CNDH levantará acta
circunstanciada en la que deberán detallar los datos completos y suficientes del asunto tratado,
con la que certificarán la veracidad de sus actuaciones.
Dichas medidas pueden ser de conservación o restitutorias, según lo requiera la naturaleza del
asunto.
Esta facultad puede ser ejercida discrecionalmente (“así lo juzgue conveniente”), “o lo pidiere el
Ejecutivo Federal, alguna de las Cámaras del Congreso de la Unión, el gobernador de un
Estado, el jefe de gobierno del Distrito Federal o las legislaturas de las entidades federativas.”
EL PROCEDIMIENTO DE QUEJA
Objetivo
Identificar cómo se integra un expediente de queja en la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, así como las resoluciones que puede emitir este organismo público autónomo al
concluir dicho proceso.
Introducción
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (en adelante “la Comisión Nacional” o “la
CNDH”), de conformidad con el Artículo 102 Apartado B de la Constitución Federal, es un
Organismo del Estado mexicano encargado del respeto, promoción y divulgación de los
derechos humanos, así como de la protección y defensa de éstos o la investigación efectiva de
las presuntas violaciones de esos derechos atribuidas a servidores públicos de carácter federal.
La CNDH no conoce de casos en los que pudieran estar involucrados servidores públicos del
Poder Judicial de la Federación, como Jueces de Distrito, Secretarios de Acuerdos y
Magistrados, ya que el Consejo de la Judicatura Federal tiene competencia para vigilar a dichos
servidores públicos para que actúen siempre dentro del marco de la Ley de Amparo de 2013, y
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Como se sabe, la Comisión Nacional
carece de competencia para conocer de asuntos electorales.
La protección no jurisdiccional (no judicial) de los derechos humanos a nivel federal está cargo
de la CNDH. Sus decisiones no son obligatorias, pero en virtud de la reforma constitucional en
materia de derechos humanos de 2011, si las autoridades responsables rechazan o incumplen
las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional, deberán fundar, motivar y hacer
pública su negativa; además, la Cámara de Senadores o en sus recesos la Comisión
Permanente, podrán llamar, a solicitud de la CNDH, a las autoridades o servidores públicos
responsables para que comparezcan ante ellas, a efecto de que expliquen el motivo de su
negativa.
En este módulo, explicaremos en qué consiste una violación de los derechos humanos, la
estructura orgánica de la CNDH, así como las etapas del procedimiento de queja.
Una violación de los derechos humanos estriba en la restricción ilegítima de éstos realizada por
una autoridad o servidor público federal o local; la CNDH, como se destacó anteriormente, tiene
competencia para conocer de violaciones a los derechos humanos cometidas por servidores
públicos que formen parte de la administración pública federal o de las empresas paraestatales
o productivas del Estado mexicano (Petróleos Mexicanos o la Comisión Federal de
Electricidad); cabe aclarar que la restricción de los derechos humanos es ilegítima y, por lo
tanto, violatoria de éstos cuando no persigue un fin legítimo o previsto en la Constitución o en
las normas jurídicas (por ejemplo, cuando no tiene como objetivo privilegiar el bien común o el
orden público); cuando no es necesaria o no satisface un interés público imperativo y no existen
medidas menos gravosas para la persona ni se ajusta la medida restrictiva al fin legítimo
perseguido. Esta doctrina de las restricciones legítimas de los derechos humanos fue
desarrollada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los párrafos 174 al 205 del
Caso Castañeda Gutman Vs. México (sentencia de 6 de agosto de 2008).
Las quejas de violaciones a los Derechos Humanos que recibe la CNDH, son atendidas por 6
Visitadurías Generales, las cuales tienen ámbitos de competencia diferenciados.
Presuntos Desaparecidos;
Asuntos de la Mujer, la Niñez y la Familia;
Atención a Víctimas del Delito.
El Programa de VIH/SIDA y Derechos Humanos.
Legitimación para presentar una queja, es decir, ¿quién puede denunciar una violación
de Derechos Humanos?
El Artículo 25 de la Ley de la CNDH (en adelante “la LCNDH”) establece que cualquier persona,
directamente o a través de un apoderado o representante legal, puede presentar denuncias por
presuntas violaciones de derechos humanos; cuando los interesados estén privados de su
libertad o se desconozca su paradero, los hechos se podrán denunciar por parientes o vecinos
de los afectados o inclusive por menores de edad; las Organizaciones No Gubernamentales
pueden acudir a la CNDH a denunciar violaciones de derechos humanos de las personas en
situación de vulnerabilidad (pueblos indígenas, migrantes, mujeres, personas que viven con el
VIH, privadas de su libertad, entre otras).
La queja es uno de los medios específicos y de mayor relevancia que tiene la CNDH para
conocer de las violaciones de derechos humanos. No se necesitan formalismos para presentar
una queja ante la Comisión Nacional.
Las causas por las cuales se puede legalmente no admitir una queja radican en que, por una
parte, la CNDH no sea competente para atenderla, en cuyo caso se proporcionará orientación
al reclamante, en términos del Artículo 33 de la LCNDH. Es incompetente la CNDH si la queja
se interpone en contra de servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, como Jueces
de Distrito o Magistrados de los Tribunales Colegiados de Circuito. Y, por otra parte, cuando la
queja se presente de manera extemporánea, la CNDH no la admitirá a trámite.
Sin embargo, la CNDH, a pesar de recibir una comunicación anónima, puede iniciar la
investigación de oficio (es decir, a iniciativa propia) si estima que dicha comunicación expone
violaciones graves de los derechos humanos (por ejemplo, ejecuciones arbitrarias o
desapariciones forzadas, o un patrón de dichas violaciones).
Cabe agregar que la Dirección General de Quejas y Orientación tiene a su cargo el Sistema
Nacional de Alerta de Violación de los Derechos Humanos en el que se analizan los indicadores
de violaciones por autoridad y entidad federativa, sector y programa.
La finalidad de este Sistema Nacional de Alerta es tener un instrumento útil que permita
detectar la repetición de quejas presentadas en contra de autoridades en una entidad federativa
y la frecuencia con que se violan los derechos humanos de acuerdo a la calificación que se
realiza conforme al manual para la calificación de hechos violatorios de los derechos humanos.
El Presidente de la CNDH.
Los Visitadores Generales.
Visitadores adjuntos.
Los Directores Generales, de Área, los Coordinadores de Programas Especiales, los
Coordinadores de Procedimientos Internos adscritos a las Visitadurías Generales.
Funcionarios de la Dirección General de Quejas y Orientación, que es la dependencia
encargada de recibir las quejas.
Admisión de la instancia
Si los quejosos no pueden identificar íntegramente a los servidores públicos responsables de
violar sus derechos humanos, la CNDH podrá admitir la instancia bajo la condición de que se
logre dicha identificación en la investigación posterior de los hechos.
El formato utilizado para admitir o no la instancia, contiene datos de identificación del quejoso;
los hechos que supuestamente acontecieron; la identidad de las autoridades responsables; si la
queja pertenece a un programa especial de la CNDH, si trasciende a la opinión pública o
plantea una violación grave de derechos humanos.
Cuando para la resolución del asunto se requiera una investigación, el Visitador General tendrá
las siguientes facultades:
Proyecto de Recomendación
Concluida la investigación, el Visitador General formulará, en su caso, un Proyecto de
Recomendación o Acuerdo de No Responsabilidad, en los cuales analizará los hechos,
argumentos y pruebas, así como las inspecciones practicadas, a fin de determinar si las
autoridades señaladas como responsables violaron o no los derechos humanos de los
afectados. En dicho proyecto se señalarán las medidas que procedan para la efectiva
restitución de los afectados en sus derechos humanos, así como la reparación de los daños y
perjuicios que se hubieren ocasionado. Los proyectos antes mencionados serán sometidos al
Presidente de la CNDH para su consideración final.
Acuerdo de No Responsabilidad
En el caso de que no se comprueben las violaciones a los derechos humanos, atribuidas a las
autoridades señaladas como responsables, la CNDH emitirá un acuerdo de no responsabilidad.
Las Recomendaciones
Si la CNDH constata violaciones a los derechos humanos, pronunciará la recomendación a las
autoridades señaladas como responsables, la cual será pública y no tendrá carácter imperativo
para la autoridad a la que se dirija; es decir, no podrá por sí misma anular, modificar o dejar sin
efecto las resoluciones o actos contra los cuales se hubiese presentado la queja.
En todo caso, una vez recibida, la autoridad o servidor público de que se trate informará, dentro
de los quince días hábiles siguientes a su notificación, si acepta dicha Recomendación.
Entregará, en su caso, en otros quince días adicionales, las pruebas correspondientes de que
ha cumplido con la Recomendación. Dicho plazo podrá ser ampliado cuando la naturaleza de la
Recomendación así lo amerite.
La autoridad o servidor público de que se trate deberá fundar, motivar y hacer pública su
negativa, y atender los llamados de la Cámara de Senadores o en sus recesos la Comisión
Permanente, a comparecer ante dichos órganos legislativos, a efecto de que expliquen el
motivo de su negativa.
La Comisión Nacional determinará, previa consulta con los órganos legislativos referidos en
el inciso anterior, en su caso, si la fundamentación y motivación presentadas por la autoridad
o servidor público que se hubiese negado a aceptar o cumplir las recomendaciones emitidas,
son suficientes, y hará saber dicha circunstancia por escrito a la propia autoridad o servidor
público y, en su caso, a sus superiores jerárquicos, para los efectos del siguiente inciso.
Las autoridades o servidores públicos, a quienes se les hubiese notificado la insuficiencia de
la fundamentación y motivación de la negativa, informarán dentro de los quince días hábiles
siguientes a la notificación del escrito referido en el inciso que antecede, si persisten o no en
la posición de no aceptar o no cumplir la recomendación.
Si persiste la negativa, la Comisión Nacional podrá denunciar ante el Ministerio Público o la
autoridad administrativa que corresponda a los servidores públicos señalados en la
recomendación como responsables.
Aceptación de la Recomendación
La autoridad o servidor público a quien se haya dirigido una recomendación, dispondrá de un
plazo de quince días hábiles para responder si la acepta o no.
Al concluir el plazo sin que la autoridad o servidor público al cual se le dirigió la recomendación
realice manifestación alguna, ésta se tendrá por no aceptada.
Las pruebas que obren en los expedientes debidamente integrados en la CNDH no constituyen
información pública
La Comisión Nacional no estará obligada a entregar ninguna de sus pruebas a la autoridad a la
cual dirigió una Recomendación o a algún particular. Si dichas pruebas le son solicitadas,
resolverá si son de entregarse o no, excepto en los casos en que el quejoso o sus familiares en
línea ascendente (padres o abuelos) o descendente (hijos, nietos o bisnietos) en cualquier
grado o colaterales hasta el segundo grado (tíos o sobrinos), ofrezcan como medio de
convicción en un procedimiento jurisdiccional las pruebas o constancias que integraron la queja
ventilada ante la propia Comisión Nacional; en este caso, la CNDH entregará las pruebas al
quejoso o a sus familiares.
Recomendaciones no aceptadas;
Recomendaciones aceptadas, con pruebas de cumplimiento total;
Recomendaciones aceptadas, con pruebas de cumplimiento parcial;
Recomendaciones aceptadas, sin pruebas de cumplimiento;
Recomendaciones aceptadas, con cumplimiento insatisfactorio;
Recomendaciones aceptadas, en tiempo para presentar pruebas de cumplimiento;
Recomendaciones en tiempo de ser contestadas, y
Recomendaciones aceptadas, cuyo cumplimiento reviste características peculiares.
Una vez que se han agotado las posibilidades reales de cumplimiento de una recomendación,
podrá cerrarse su seguimiento mediante un acuerdo expreso del visitador general
correspondiente, en el que se determine el supuesto en el cual quedará registrado su
cumplimiento.
RECOMENDACIONES GENERALES
La Comisión Nacional también podrá emitir recomendaciones generales a las diversas
autoridades del país, a fin de que se promuevan las modificaciones de disposiciones normativas
y prácticas administrativas que constituyan o propicien violaciones a los derechos humanos.
Estas recomendaciones se elaborarán de manera similar que las particulares y se
fundamentarán en los estudios realizados por la propia Comisión Nacional a través de las
visitadurías generales, previo acuerdo del presidente de la Comisión Nacional. Antes de su
emisión, estas recomendaciones se harán del conocimiento del Consejo Consultivo para su
análisis y aprobación.
Antecedentes;
Situación y fundamentación jurídica;
Observaciones, y
Recomendaciones.
Las recomendaciones generales no requieren aceptación por parte de las autoridades a
quienes vayan dirigidas. Se publicarán en la Gaceta y en el Diario Oficial de la Federación. El
registro de las recomendaciones generales se llevará a cabo de forma separada, y la
verificación del cumplimiento se hará mediante la realización de estudios generales.
Objetivo
Obtener los conocimientos acerca de la internacionalidad de los Derechos Humanos así como
su relación complementaria con el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Penal
Internacional, quiénes lo ejercen y a quiénes está dirigido. Adentrarse en el sistema de las
Naciones Unidas para conocer y entender los derechos de los que deben gozar todas las
personas, qué organismos internacionales los defienden y qué sistemas continentales existen
para la protección de los derechos humanos.
Introducción
La naturaleza bélica del hombre ha llevado a la humanidad a vivir los peores momentos de la
historia donde las guerras han sido parte determinante en el rumbo de ésta, razón por la cual se
generó la necesidad de contar con Organismos y Tribunales protectores de los derechos de las
personas.
El tema de los Derechos Humanos tuvo un gran auge después de la Segunda Guerra Mundial,
por lo que surgieron diversos movimientos creadores de organismos defensores de los
derechos humanos, el principal y más importante es La Organización de las Naciones Unidas
(ONU) creada con el compromiso de mantener la paz y la seguridad internacional y promover el
progreso de los derechos humanos.
Sin embargo, no sólo la ONU protege los Derechos Humanos a nivel internacional; en el
transcurso del presente módulo conoceremos qué otros tipos de protección de los derechos de
las personas existen y en qué organismos internacionales recae la responsabilidad de su
protección. Igualmente entenderemos la relación complementaria que existe entre el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos con el Derecho Internacional Humanitario, siendo este
último quien protege los derechos de las personas en situaciones bélicas y finalmente
estudiaremos cómo se relaciona el Derecho Penal Internacional con estas dos ramas del
derecho.
Thomas Buergenthal define al Derecho Internacional de los Derechos Humanos como la rama
del derecho internacional, que se ocupa del establecimiento y promoción de los derechos
humanos y de la protección a individuos o grupos de individuos, de las violaciones
gubernamentales de derechos humanos.
Dicha protección será ejercida por un sistema internacional de protección, que es el conjunto de
normas jurídicas, principios e instituciones, establecidas en uno o varios instrumentos de
derecho internacional (convencionales y/o declarativos), que regulan -una parte- de las
relaciones de cooperación entre las instituciones de dos o más Estados, y cuyo objeto es el
fomento del respeto y protección a los Derechos Humanos y libertades fundamentales
universalmente reconocidos, así como el establecimiento de mecanismos que garanticen la
protección y el ejercicio efectivo de estos derechos.
El Derecho Internacional de los Derechos Humanos está estrechamente vinculado con otras
ramas del derecho internacional que protegen a los individuos, tal es el caso del Derecho
Humanitario y el Derecho de los Refugiados; si bien cada uno posee sus propios mecanismos
de protección y su ámbito de aplicación, existen entre ellos importantes convergencias, por
ejemplo, la Agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) están involucrados con los Derechos
Humanos en el plano operativo.
Un ejemplo claro de esta norma es la Carta de las Naciones Unidas, la cual deberá ser acatada
por todos, es decir, aunque un Estado no sea miembro de la ONU, la Carta de las Naciones
Unidas, al tratarse de un documento de carácter internacional en el cuál se establece la
decisión de los Estados parte de reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en
la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres
[2], se vuelve obligatorio para todos.
El Ius Cogens, es una norma imperativa de derecho internacional, entendida por la Convención
de Viena sobre el derecho de los tratados [3] como:
Por consiguiente (y de acuerdo al criterio del Tribunal Penal Internacional para la Ex-
Yugoslavia, TPIY), son aquellas normas que gozan del más alto rango en la jerarquía
internacional, incluso por encima de las normas del derecho de los tratados entre los Estados y
las reglas consuetudinarias.
Así, la doctrina del Ius Cogens ha sido primordial para el desarrollo del Derecho Internacional
de los Derechos Humanos. La protección de los derechos humanos que debe brindar el Estado,
es una obligación imperativa e irrenunciable en cualquier lugar, momento y situación. Los
derechos humanos fundamentales son Ius Cogens.
La Asamblea General.
El Asamblea General es el principal Órgano deliberativo de la ONU, integrado por los 193
países miembros. Sesiona ordinariamente cada año de septiembre a diciembre.
El Consejo de Seguridad.
Este Consejo vigila el mantenimiento de la paz y seguridad internacional y cuenta con amplias
facultades para aplicar dicho mandato.
Está compuesto por 15 miembros: cinco permanentes y 10 electos por la Asamblea General por
períodos de dos años. Los miembros permanentes son China, los Estados Unidos, la
Federación Rusa, Francia y el Reino Unido.
Éste es el único órgano de las Naciones Unidas cuyas decisiones son Obligatorias para los
estados miembros.
Recordemos que en virtud de la Carta de la ONU, los estados miembros están obligados a
solucionar sus conflictos por medios pacíficos, por lo que se deberán abstener del uso de la
fuerza para la solución de controversias, en caso contrario, el Consejo de Seguridad tendrá
injerencia; así, en el caso de vulneraciones graves y persistentes a los derechos humanos, se
legitima la intervención de la comunidad internacional, bajo el mandato y supervisión del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Por lo que dentro de las facultades del Consejo de Seguridad, está tomar las medidas que
considere necesarias para el restablecimiento de la paz y la seguridad internacional, las cuales
pueden ir desde la mediación, la presión diplomática, las sanciones comerciales, el cierre de
espacios aéreos (Capítulo VI), hasta la intervención militar para proteger a civiles (peacemaking
missions), el despliegue de tropas de mantenimiento de la paz (peacekeeping operations) o el
uso de la fuerza militar por una coalición de estados miembros o por una organización o
agrupación regional, comprometiendo recursos materiales y humanos para la reconstrucción de
las condiciones de gobernabilidad y paz necesarias para garantizar los derechos humanos de la
población civil de cualquier región en crisis (Capítulo VII); tal ha sido el caso de la ex
Yugoslavia, Ruanda, Somalia, Haití, Sierra Leona, Timor Oriental y Libia.
Resolverá controversias jurídicas entre los Estados que son parte de la ONU, y sólo los Estados
podrán ser parte en los casos sometidos a su jurisdicción, no las personas físicas u
organizaciones internacionales.
La Secretaría General.
El Secretario General de las Naciones Unidas[5] es el Sr. Ban Ki-moon de Corea; sin embargo,
la Secretaría está integrada por funcionarios que trabajan en oficinas de todo el mundo. Se
encarga de la administración y representación ejecutiva de Naciones Unidas.
Aunque la Sede de la ONU está en Nueva York, las Naciones Unidas mantienen una presencia
importante en el mundo a través de los departamentos en Addis Abeba, Bangkok, Beirut,
Ginebra, Nairobi, Santiago de Chile y Viena, dependientes de la Secretaría General, así como
oficinas en casi todos los países del mundo.
Son estos los seis órganos de las Naciones Unidas, sin embargo, existen otros organismos
especializados que se encuentran vinculados a la ONU, por acuerdos especiales, los cuales
rinden informes al Consejo Económico y Social y a la Asamblea General; tales como la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco
Mundial (BM), entre otros.
El Sistema de Naciones Unidas, también está formado por los Programas y Fondos de las
Naciones Unidas (como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD y el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF).
Las leyes internas de un Estado serán las primeras que protejan los derechos humanos de los
ciudadanos y establecerán los procedimientos para su protección, pero cuando el proceso
jurídico interno de un país no es suficiente para proteger a sus nacionales, existen otros
mecanismos y procedimientos internacionales que podrán servir de fundamento para que una
persona o Estado pueda reclamar el respeto a estos derechos.
Las Naciones Unidas, ha creado varios instrumentos normativos que protegen los derechos
humanos; por lo que hoy día podemos decir que la humanidad cuenta con un código universal
de derechos humanos protegidos internacionalmente, que recaen sobre todas las personas.
Los documentos más importantes de ese sistema universal de protección de los derechos
humanos son:
Después de la creación de las Naciones Unidas, era el compromiso mundial evitar los terribles
sucesos de la Segunda Guerra Mundial, por lo que la Carta de las Naciones Unidas fue
complementada con una hoja que sirviera como garante de los derechos de todos los seres
humanos en todo lugar y en todo momento; esa hoja pasó a ser el anteproyecto de Carta
Internacional de Derechos Humanos y más tarde, el 10 de diciembre de 1948, se convirtió en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Ha sido esta Declaración la base para la redacción de diversos tratados internacionales y otras
normas de derecho internacional de reconocimiento y protección a los derechos humanos.
Está compuesta por 30 artículos que no tienen obligatoriedad jurídica aunque por la aceptación
que ha recibido por parte de los estados miembros, poseen gran fuerza moral.
El cumplimiento del Pacto así como todas las cuestiones relativas a éste, será responsabilidad
del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Este Pacto entró en vigor el 23 de marzo de 1976; hace referencia a derechos tales como la
libertad de circulación, la igualdad ante la ley, el derecho a un juicio imparcial y la presunción de
inocencia, a la libertad de pensamiento, conciencia, religión, expresión y opinión, derecho de
reunión pacífica, libertad de asociación y de participación en la vida pública, en las elecciones y
la protección de los derechos de las minorías. Además prohíbe la privación arbitraria de la vida,
las torturas y los tratos o penas crueles o degradantes, la esclavitud o el trabajo forzado, el
arresto o detención arbitrarios y la injerencia arbitraria en la vida privada, la propaganda bélica y
la instigación al odio racial o religioso.
En caso de que se presente algún factor o dificultad que afecten a la aplicación del Pacto, éstos
serán presentados ante el Secretario General, quien los transmitirá a un Comité de Derechos
Humanos compuesto por dieciocho miembros de diferentes Estados, y representantes de las
diferentes formas de civilización y de los principales sistemas jurídicos del mundo.
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (16 de
diciembre de 1966).
Este protocolo entró en vigor el 23 de marzo de 1976, y fue establecido con la finalidad –tal y
como se refiere en su preámbulo-, de facultar al Comité de Derechos Humanos del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, para recibir y considerar comunicaciones de
individuos que aleguen ser víctimas de violaciones de cualquiera de los derechos enunciados
en el Pacto, y así asegurar el mejor logro de los propósitos de éste y la aplicación de sus
disposiciones.
Según su artículo primero, [la pena de muerte] ... "No se ejecutará a ninguna persona sometida
a la jurisdicción de un Estado Parte en el presente Protocolo, y cada uno de los Estados Partes
adoptará todas las medidas necesarias para abolir la pena de muerte en su jurisdicción".
El 8 de septiembre del año 2000, con motivo del venidero inicio del nuevo milenio, se realizó
una reunión de Jefes de Estado y de Gobierno, en la Sede de la ONU con el fin de reafirmar el
compromiso de los Estados en la búsqueda de un mundo más pacífico, más próspero y más
justo; reconociendo su responsabilidad de respetar y defender los principios de la dignidad
humana, la igualdad y la equidad, así como la igualdad soberana de todos los Estados, el
respeto de su integridad territorial e independencia política; la solución de los conflictos por
medios pacíficos; el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; el
respeto de la igualdad de derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o
religión, y la cooperación internacional para resolver los problemas internacionales de carácter
económico, social, cultural o humanitario.
En esta Declaración los estados miembros confirmaron su adhesión a los propósitos y principios
de la Carta de las Naciones Unidas.
Los valores que considera como fundamentales, y esenciales para las relaciones
internacionales en el siglo XXI, son: libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, el respeto a la
naturaleza y la responsabilidad común.
Los objetivos acordados por los Estados en la Declaración del Milenio fueron los siguientes:
La paz, la seguridad y el desarme.
El desarrollo y la erradicación de la pobreza.
La protección de nuestro entorno común.
El respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Internacionalmente
reconocidos, así como la democracia y el buen gobierno.
La protección de las personas vulnerables.
Atención a las necesidades especiales de África.
El fortalecimiento de las Naciones Unidas.
Estos son sólo algunos de los instrumentos de protección universal que forman parte del
derecho internacional de los derechos humanos.
Funciones:
Supervisar que los Estados parte de las Naciones Unidas cumplan con los tratados
internacionales de derechos humanos;
Coordinar las actividades relativas a la educación en materia de derechos humanos, tanto
programas de educación e información pública, como las actividades de promoción y
protección de los derechos humanos en todo el sistema de las Naciones Unidas.
Garantizar el cumplimiento de las normas de derechos humanos universalmente
reconocidas.
Entre otras labores, también brinda trabajos de investigación, informes periciales, asistencia
consultiva y servicios administrativos de calidad a los principales órganos de las Naciones
Unidas que tengan injerencia en cuestiones de derechos humanos.
En el siglo XVII, Carl von Clausewitz consideraba a la guerra esencialmente como el uso
racional y organizado de la violencia humana entre los Estados, cuya finalidad es debilitar la
fuerza de su contrario, por lo que para él las guerras eran situaciones perfectamente
susceptibles a la razón y al control; fundamento primordial del Derecho Internacional
Humanitario, ya que, así como las leyes generales buscan la protección de los derechos de las
personas y del interés público en la vida diaria, el derecho internacional humanitario, busca la
protección de los mismos intereses, pero en tiempos de guerra.
Como podemos ver, el derecho internacional humanitario busca proteger a las personas de
todo acto contrario a las leyes de la humanidad; distingue perfectamente a un combatiente de
un no combatiente (civil), a aquellos los protegerá con las reglas para dirigir las hostilidades,
haciendo una importante distinción entre los actos de guerra que son necesarios y permisibles,
de aquellos que –además de innecesarios- son impermisibles. Los civiles, o bien combatientes
hors de combat (fuera de combate) serán protegidos en sus derechos humanos –en medida de
lo posible- por una gama amplia de reglas que resguardan su vida, integridad, salud, bienestar,
entre otros.
Si el derecho humanitario tiene por objeto proteger a las víctimas procurando limitar los
sufrimientos provocados por la guerra, los derechos humanos protegen a la persona humana y
favorecen su completo desarrollo.
Al derecho humanitario competen, principalmente, el trato debido a las personas que están en
poder de la parte adversaria y la conducción de las hostilidades; mientras que la principal
finalidad de los derechos humanos es impedir la arbitrariedad, limitando el dominio del Estado
sobre los individuos; no es su objeto regular la conducción de las operaciones militares.
Por lo tanto, en tiempo de conflicto armado, el derecho internacional de los derechos humanos
y el derecho internacional humanitario se aplican de manera complementaria.
Combatiente: Cualquier persona que toma participación directa en las hostilidades, ya sea de
manera oficial o voluntaria.
Civil: Cualquier persona que no sea un combatiente, como civiles, personal sanitario, miembros
de organizaciones humanitarias, o los que ya no pueden seguir participando en las hostilidades
como heridos, enfermos, náufragos o prisioneros de guerra.
El II Convenio de Ginebra protege, durante la guerra, a los heridos, los enfermos y los
náufragos de las fuerzas armadas en el mar; por lo que están prohibidas las represalias
contra éstos y/o el personal de los barcos, los barcos per sé y/o el material.
Cada parte en el conflicto a través de sus comandantes en jefe, deberá asegurar la
aplicación detallada de los artículos del presente convenio.
Los cuatro convenios establecen el su Artículo 3 común, la aplicación de las reglas establecidas
en estos convenios, en los conflictos armados no internacionales.
De igual manera los Estados parte se comprometen a difundir lo más ampliamente posible,
tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra, el contenido de los convenios,
especialmente a incorporar su estudio en los programas de instrucción militar.
Es una Organización que tiene como misión exclusivamente humanitaria, la de proteger la vida
y la dignidad de las víctimas de la guerra y de la violencia interna. Dirige y coordina las
actividades internacionales de socorro del movimiento en situaciones de conflicto; procura,
asimismo, prevenir el sufrimiento, promoviendo y fortaleciendo el derecho humanitario y los
principios humanitarios universales.
Su creador fue Jean Henri Dunant, de origen Suizo, quien después de presenciar las
consecuencias de una batalla en 1859, y considerar a los heridos de guerra como ‘neutrales’,
decidió crear una sociedad reconocida internacionalmente para prestar ayuda voluntaria. Esta
sociedad se denominó la Cruz Roja, pues tomó su emblema de la bandera de Suiza, pero con
los colores invertidos.
El Derecho de los Refugiados es definido por la Guía sobre el Derecho Internacional de los
Refugiados, como el cuerpo de derecho internacional consuetudinario y de instrumentos
internacionales, regionales y nacionales que definen las normas de protección de los
refugiados.
El ACNUR tiene dos objetivos básicos estrechamente relacionados: proteger a los refugiados y
buscar soluciones duraderas para que vuelvan a iniciar sus vidas en un ambiente normal.
El ACNUR promueve acuerdos internacionales para los refugiados y supervisa la aplicación del
derecho internacional de los refugiados por parte de los gobiernos. En la práctica esto significa
garantizar el respeto por los derechos humanos básicos de los refugiados y que ninguna
persona sea retornada de manera involuntaria al país donde, él o ella, tienen un temor fundado
de persecución, proceso conocido como devolución (refoulement).
Héctor Gross Espiel afirma que el principio de devolución es considerado como norma
imperativa del Derecho Internacional, es decir, como norma de Ius Cogens.
El asilo
El derecho de asilo, es parte del derecho internacional de los derechos humanos, y este se
refiere al derecho que tiene toda persona de establecerse fuera de su país en caso de
persecución.
“toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero, en caso
de persecución que no sea motivada por delitos de derecho común y de acuerdo con la
legislación de cada país y con los convenios internacionales”.
Así, el derecho de asilo exige de los países que, por lo menos de manera temporal, se reciba
en algún lugar a las personas que huyen de la persecución o el peligro. Un componente
esencial de la institución de asilo es el principio de no devolución que comentamos en el rubro
anterior.
El derecho de asilo también implica que cada solicitante de asilo tenga acceso a procedimientos
justos y efectivos para la evaluación de sus solicitudes. Mientras se tramita una solicitud de
asilo y se toma una decisión en un caso, la persona tiene derecho a no ser devuelto al país
donde su vida, libertad o seguridad corran peligro.
Asimismo, el derecho de asilo está vinculado con el ejercicio de otros derechos humanos como
el derecho a la libertad de movimiento o el derecho de salir de cualquier país, incluso del propio.
La repatriación voluntaria
La repatriación voluntaria se refiere al regreso al país de origen fundado en una decisión de los
refugiados tomada libremente y con conocimiento de causa. Ésta puede ser:
Organizada. Cuando se realiza bajo los auspicios de los gobiernos interesados y del
ACNUR.
Espontánea. Cuando los refugiados vuelven a su país por sus propios medios, y el
ACNUR y los gobiernos no participan en el proceso o lo hacen de manera indirecta.
El reasentamiento
Por su parte, el reasentamiento se refiere al traslado de los refugiados del país donde buscaron
asilo a otro Estado que acepta darles acogida. El reasentamiento representa, pues, a la vez una
solución duradera y un instrumento de protección de los refugiados.
Los refugiados, por lo general, podrán beneficiarse del asilo o cualquier otra forma de derecho
de residencia a largo plazo y, en muchos casos, tendrán la posibilidad de obtener la ciudadanía
mediante la naturalización.
Héctor Gross Espiel, opina que hoy es imposible concebir el Derecho Internacional de los
Refugiados de manera independiente y desvinculada del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos.
Es preciso y necesario reconocer que la protección de los derechos de las personas amparadas
por el derecho de los refugiados, constituye en parte, un sector específico de un sistema
internacional general, de raíz esencialmente humanitaria y que sería sumamente grave negar la
existencia de principios comunes y generales en estos derechos, que se vinculan e
interrelacionan con base en el objetivo esencial de defender y garantizar la dignidad e
integridad del ser humano.
Éste, como muchos otros motivos, dieron lugar al pensamiento de la creación de una institución
regida por un Estatuto relacionado con la Carta de las Naciones Unidas y que juzgara las
violaciones graves a los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949.
El Estatuto de Roma, documento jurídico de índole internacional que le da vida, la define como
una institución permanente, facultada para ejercer su jurisdicción sobre personas respecto de
los crímenes más graves de trascendencia internacional de conformidad con el mismo Estatuto,
y que tendrá carácter complementario de las jurisdicciones penales nacionales[9].
El Estatuto de Roma entró en vigor el 1 de julio de 2002, al ser ratificado por diez países y
elevarse a sesenta y seis la cifra total de Estados signatarios.
La creación de la CPI fue un paso trascendental para la protección de los derechos humanos de
las personas; recordemos que en un momento referíamos al Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario como dos ramas del derecho que
se complementaban en determinadas situaciones de conflicto; así bien, el Derecho Penal
Internacional viene a cerrar esta trilogía al ser la rama del derecho que se encargará de definir
los crímenes que impliquen las más graves vulneraciones a los derechos de la persona
humana, y al establecer los mecanismos necesarios para que los responsables sean juzgados y
–en su caso- sentenciados. Esta es la función de la Corte Penal Internacional.
El sistema Europeo
El sistema Africano
El sistema Interamericano
El Sistema Europeo
Este sistema surge en el marco de la Convención Europea de Derechos Humanos y Libertades
Fundamentales de 1950 (Pacto de Roma), donde se estableció un sistema conformado por la
Comisión Europea de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos; pero
con la aprobación y entrada en vigor del Protocolo No. 11, desaparece la Comisión Europea y
actualmente el Sistema Europeo de Protección de los Derechos Humanos está integrado
únicamente por el Tribunal Europeo, con sede en Estrasburgo, Francia.
Principales características:
Es único y es permanente.
Sus idiomas oficiales son el inglés y el francés
Cualquier ciudadano de uno de los Estados que se haya adherido al Convenio Europeo de
Derechos Humanos, podrá presentar un recurso ante el Tribunal.
El derecho de recurso individual es obligatorio.
La presentación de un recurso por parte de un particular, conlleva necesariamente su
examen por parte de los jueces del Tribunal.
Existe la posibilidad de una solución amistosa del litigio.
Existe renovación frecuente de los jueces del Tribunal, éstos son elegidos para un periodo
de 6 años y se establece como límite de edad, los 70 años.
El Sistema Africano
El Sistema Africano de protección a los derechos humanos surgió en el marco de la
Organización de la Unidad Africana (OUA), que es un sistema de integración de los Estados,
similar a la Unión Europea, cuyos objetivos comunitarios, económicos y comerciales son afines.
De los 35 estados miembros de la OEA, sólo 25 son parte en la Convención [10]. Para los diez
Estados que no han ratificado, la Convención sólo se aplica el sistema más débil basado en la
Carta ante la Comisión Interamericana; e incluso para los Estados que son partes en la
Convención, la jurisdicción de la Corte Interamericana es facultativa.
Los órganos de protección de Derechos Humanos que integran este sistema son:
Cada Estado puede presentar hasta tres candidatos, caso en el cual al menos uno deberá
ser nacional de un Estado distinto al Estado proponente.
El mandato dura cuatro años, pudiendo ser reelegidos por una sola vez.
En caso de presentarse una vacante por incompatibilidad, muerte o renuncia, dicha vacante
será cubierta por el Consejo Permanente de la OEA.
Funciones
La función principal de la Comisión es la promoción, observancia y defensa de los derechos
humanos. Asimismo, en el ejercicio de su mandato tiene las siguientes funciones:
Funciones con relación a los estados miembros que no son Partes en la Convención:
Prestar especial atención a la observancia de los derechos humanos mencionados en los
artículos I, II, III, IV, XVIII, XXV, y XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre.
Examinar las peticiones individuales y formular recomendaciones al Estado involucrado
previa verificación del agotamiento de los recursos de la jurisdicción interna.
La Comisión Interamericana para cumplir sus funciones ha creado Relatorías que se encargan
del estudio de temas específicos:
No debe olvidarse que los plazos en la CIDH se contabilizan en días naturales. Es conveniente
no dejar pasar mucho tiempo después de ocurridos los hechos.
¿En qué casos no es necesario agotar los recursos de jurisdicción interna para acudir a la
CIDH?
Cuando:
a) no exista en el derecho interno del Estado en cuestión el debido proceso legal para la
protección del derecho o derechos que se alegan violados;
b) no se haya permitido al presunto lesionado el acceso a los recursos de jurisdicción
interna, o haya sido impedido a agotarlos, y
c) haya retardo en la decisión de los mencionados recursos. (Artículo 46.2 de la
Convención Americana).
El reclamante deberá haber agotado los recursos de jurisdicción interna y su petición tiene que
presentarse dentro del plazo de seis meses siguientes a la fecha de la decisión final sobre el
caso por parte del tribunal correspondiente.
Ahora bien, si el reclamante incurre en una omisión, la Secretaría le puede solicitar información
adicional (artículos 26.2 y 29.1 del Reglamento de la CIDH). La respuesta del Estado se
comunica o notifica al peticionario. Después de hacer esto, la Secretaría verifica si subsisten los
motivos de la violación de los derechos humanos o si cuenta con información necesaria para
analizar en forma preliminar la petición individual. Si no subsisten los motivos que agravian al
quejoso o reclamante (porque ya se haya reivindicado el ejercicio de los derechos humanos
conculcados), la Secretaría puede enviar el asunto al archivo y a notificar a las partes, pero
antes de tomar esta decisión, la Secretaría está facultada para solicitar información adicional
por escrito o en una audiencia. Si advierte que subsisten los motivos del agravio o de la petición
individual, procede a preparar el informe sobre la admisibilidad. Excepcionalmente se unen la
admisibilidad y el fondo en un solo informe.
La CIDH, después de verificar la existencia de los motivos del agravio a los derechos humanos
del reclamante, puede aprobar el informe de admisibilidad, el cual es público en los términos del
Artículo 36.1 del Reglamento de la CIDH. Una vez realizado lo anterior, lo que sigue es el
registro y apertura del caso.
Análisis de fondo
Una vez hecho el registro y apertura del caso, los peticionarios tienen el plazo de tres meses
para presentar sus observaciones adicionales en cuanto al fondo. Dichas observaciones serán
transmitidas al Estado para que, dentro del plazo de tres meses, presente sus alegatos u
observaciones (Artículo 37.1 del Reglamento de la CIDH). Antes de pronunciarse sobre el
fondo, la CIDH puede fijar un plazo a las partes para que manifiesten si tienen interés en iniciar
el procedimiento de solución amistosa.
La CIDH, si lo considera necesario, puede convocar a una audiencia pública para analizar el
fondo del asunto. Cabe señalar que la CIDH presumirá ciertos los hechos alegados si el Estado
no los controvierte, siempre que de otros elementos de convicción no resulte una conclusión
contraria. Si la CIDH estima que el Estado ha violado los derechos humanos del reclamante, va
a emitir un informe preliminar sobre el fondo; este informe contendrá las recomendaciones al
Estado para reparar dichas violaciones. El Estado en cuestión tiene un plazo máximo de tres
meses para cumplir las recomendaciones; si no lo hace, la CIDH puede presentar el caso a la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, siempre y cuando el Estado haya aceptado la
competencia contenciosa de dicho tribunal internacional. No debe olvidarse que el informe
preliminar, que está previsto en el Artículo 50 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, es el documento que se convertirá en la demanda que la CIDH presentará ante la
Corte Interamericana. Ahora bien, si el Estado no cumple las recomendaciones contenidas en el
informe preliminar y no ha aceptado la competencia de la Corte, la CIDH sólo puede convertir
ese informe en definitivo, el cual, a diferencia del preliminar, sí puede publicarse. La Comisión
está facultada para exhibir la rebeldía del Estado en el Informe Anual que rinde a la Asamblea
General de la OEA.
La Corte fue creada por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, adoptada en la
conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, reunida en San José de
Costa Rica el 22 de noviembre de 1969.
La Convención entró en vigor en julio de 1978 y la Corte inició sus funciones en 1979.
Facultades
Consultiva:
Los estados miembros de la Organización podrán consultar a la Corte acerca de la
interpretación de esta Convención o de otros tratados concernientes a la protección de los
derechos humanos en los Estados americanos. Asimismo, podrán consultarla, en los que les
compete, los órganos enumerados en el capítulo X de la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires.
La Corte puede pronunciarse sobre la interpretación de los preceptos de dicha Convención, así
como los de otros tratados internacionales sobre derechos humanos que tengan aplicación en
el Continente Americano (un ejemplo sería el Pacto de las Naciones Unidas sobre Derechos
Civiles y Políticos ratificados por numerosos países latinoamericanos), y puede hacerlo a
solicitud de los estados miembros de la OEA, de la Comisión Interamericana y de otros órganos
de la propia organización, en lo que les compete. También puede ser consultada la Corte por un
Estado Miembro sobre la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los
mencionados instrumentos internacionales.
Contenciosa:
Esta facultad es estrictamente jurisdiccional, para resolver las demandas que pueda interponer
la Comisión Interamericana o un Estado que hubiese suscrito la Convención, contra otro Estado
al cual se atribuyan violaciones de los derechos humanos establecidos en la propia
Convención.
Para que dicha demanda pueda presentarse es preciso que el Estado demandado (y también el
demandante, en su caso) se hubiese sometido a la competencia contenciosa de la Corte[11],
pues si bien es obligatoria la competencia de la Comisión para las reclamaciones o peticiones
individuales, la jurisdiccional de la Corte debe ser reconocida expresamente por los Estados, ya
sea incondicionalmente o bajo condición de reciprocidad, por un plazo determinado o para
casos específicos, ya que únicamente la Comisión Interamericana o los Estados pueden
presentar un caso ante la Corte.
Procedimiento
El procedimiento ante la Corte consta de una parte escrita y otra oral:
En la parte oral, que se realiza por medio de audiencias, se desarrollan los alegatos de las
partes y se escucha a los testigos y a los expertos. Las pruebas que las partes quieran allegar
al proceso deberán ser ofrecidas en la demanda y en la contestación, o en el escrito de
excepciones preliminares y en su contestación. No se admitirán otras pruebas, a menos que se
invoque fuerza mayor, un grave impedimento o hechos sobreviniente. La Corte puede procurar
de oficio toda prueba que estime útil para resolver el asunto. La Corte ha señalado que a
diferencia de los sistemas penales internos de los Estados, el Estado inculpado deberá aportar
los medios de prueba que fijen los hechos y no podrá descansar en la imposibilidad que tenga
la parte demandante para generar los medios de prueba, ya que en muchos casos ellos no
pueden obtenerse sino que con la ayuda del mismo Estado.
Si el procedimiento termina por sentencia, ésta es definitiva e inapelable. Si la Corte estima que
ha habido una violación de un derecho o libertad protegidos en la Convención, dispondrá “que
se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados" y si ello fuera
procedente, "que se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada" (Art.
63 de la Convención Americana de Derechos Humanos CADH)
Dentro de los noventa días a contar de su notificación, las partes pueden solicitar a la Corte una
interpretación del fallo, en caso de desacuerdo sobre su sentido y alcance (Art. 67 CADH)
Los Estados Partes tienen la obligación internacional de cumplir el fallo de la Corte, pero la
Corte no tiene imperio para hacerlo cumplir. Sin embargo, la parte del fallo que disponga
indemnización compensatoria se podrá ejecutar en el respectivo país por el procedimiento
interno vigente para la ejecución de sentencias contra el Estado. El Artículo 65 de la
Convención dispone que la Corte informará a la Asamblea General de la OEA cuando un
Estado no haya cumplido con un fallo y hará las recomendaciones que estime pertinentes.
Medidas provisionales
La Corte, de oficio o a instancia de parte, puede ordenar las medidas provisionales que
considere pertinentes en cualquier estado del procedimiento, cuando se trate de casos de
extrema gravedad y urgencia y ello sea necesario para evitar daños irreparables a las personas.
La Corte puede actuar a solicitud de la Comisión incluso antes de que un asunto sea sometido
a su conocimiento y si no estuviere reunida, se faculta al presidente, previa consulta con la
comisión permanente de la Corte y eventualmente con los demás jueces, para decidir sobre la
petición (Art. 62.2 CADH).
La Corte destacó las respuestas ineficientes y las actitudes indiferentes por parte de las
autoridades documentadas en cuanto a la investigación de dichos crímenes, mismas que
parecen haber permitido que se haya perpetuado la violencia contra la mujer en Ciudad Juárez.
La Corte constató que hasta el año 2005 la mayoría de los crímenes seguían sin ser
esclarecidos, siendo los homicidios que presentan características de violencia sexual los que
presentan mayores niveles de impunidad, además de hacer referencia a la violencia en contra
de las mujeres, el deber de respeto, garantía y no discriminación del Estado, derechos de las
niñas y el derecho a la integridad personal de los familiares.
Entre las resoluciones de la Corte decretó que el Estado deberá conducir eficazmente el
proceso penal en curso y, de ser el caso, los que se llegasen a abrir, para identificar, procesar y
sancionar a los responsables materiales e intelectuales de la desaparición, maltratos y privación
de la vida de las jóvenes González, Herrera y Ramos.
Para ello, señaló una serie de directrices, entre las que resaltan, por contener perspectiva de
género, las siguientes: Incluir perspectiva de género en las investigaciones; emprender líneas
de investigación específicas respecto a violencia sexual, estudiando los patrones de la zona;
utilizar los protocolos y manuales en la materia; ser realizadas por funcionarios altamente
capacitados en casos similares y en atención a víctimas de discriminación y violencia por razón
de género.
Ha sido documentado que en la época en que fue detenido y hecho desaparecer el señor
Rosendo Radilla Pacheco, en diversas partes del territorio mexicano tuvieron lugar numerosas
desapariciones forzadas de personas. Así, surge del acervo probatorio que la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, en el marco del Programa Especial sobre Presuntos
Desaparecidos, examinó 532 expedientes de queja sobre desapariciones forzadas de personas
perpetradas durante el “fenómeno calificado como la ‘Guerra sucia de los años 70’”. A partir de
dicha investigación la Comisión Nacional emitió la Recomendación 026/2001, en la que indicó
que contaba con suficientes elementos para concluir que, en al menos 275 casos de los
examinados, a las personas reportadas como desaparecidas se les conculcaron diversos
derechos.
El Estado deberá conducir eficazmente, con la debida diligencia y dentro de un plazo razonable
la investigación y, en su caso, los procesos penales que tramiten en relación con la detención y
posterior desaparición forzada del señor Rosendo Radilla Pacheco, para determinar las
correspondientes responsabilidades penales y aplicar efectivamente las sanciones y
consecuencias que la ley prevea. El Estado deberá continuar con la búsqueda efectiva y la
localización inmediata del señor Rosendo Radilla Pacheco o, en su caso, de sus restos
mortales. El Estado deberá adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas pertinentes
para compatibilizar el artículo 57 del Código de Justicia Militar con los estándares
internacionales en la materia y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El
Estado deberá adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas pertinentes para
compatibilizar el artículo 215 A del Código Penal Federal con los estándares internacionales en
la materia y de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas. El
Estado deberá implementar, en un plazo razonable y con la respectiva disposición
presupuestaria, programas o cursos permanentes relativos al análisis de la jurisprudencia del
Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos en relación con los límites de
la jurisdicción penal militar, así como un programa de formación sobre la debida investigación y
juzgamiento de hechos constitutivos de desaparición forzada de personas.