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Curso Intensivo Homeopático

NOMBRE DEL ALUMNO: ________________________________________ FECHA: ___________


MAESTRO: Hom. Pedro Gómez Escobedo

Razones para ser Homeópata

XL

Un o cial de la armada trajo a su hija de 12 años a consulta, el 13 de


Noviembre de 1886, diciéndome que tenía algo en su boca que iba
aumentando de tamaño. Un bulto similar habían encontrado hace un año,
cuando su cirujano lo extirpó; en 6 meses, luego de la operación, había
crecido de nuevo, di cultándole comer, pues se metía entre la lengua y
dientes, y luego sangraba. Esta vez, el doctor lo ligó completamente, dejando
una perforación, e informó al padre que esperaba que en esta ocasión se
hubieran deshecho de las raíces. Ahora ha crecido de nuevo, a un lado de tal
hoyo. Al examinar la boca, encuentro en su lado izquierdo, justo a la izquierda
del frenulum linguae, el frenillo lingual, una excrecencia verrugosa, carnosa,
en forma de cresta de gallo, aproximadamente un cuarto de pulgada de
anchura en la base, y casi un cuarto de pulgada de alto. La paciente tiene
dientes normales; la lengua con una capa, y está muy pálida. Ordené Thuja
occidentalis 30, internamente, en dosis poco frecuentes, y un lavado de boca
con tintura de Thuja, dos gotas en una cucharadita de agua por la noche y
mañana; mantener ese tejido bañado en Thuja lo más posible, y luego
expectorar.

Puesto que esto disminuyó el bulto al tamaño de un chícharo, se dejó el


tratamiento, pero ella siguió mordiéndolo en 3 ocasiones sucesivas, a partir de
lo cual nuevamente siguió creciendo, y en Enero de 1887, cuando la volví a
ver, estaba nuevamente del tamaño de un haba. En esta ocasión, ordené
Sabina, a tomar igual como anteriormente receté Thuja. Bajo la in uencia de
Sabina, la paciente tomó un aspecto sano, pero una pequeña pieza de este
bulto persistía, hasta que ordené Cupressus lawsoniana, en manera similar a
la administración de Thuja y Sabina. Eso fue en Marzo de 1887, y no la volví a
ver. Pero me encontré a su padre en Octubre, por otro asunto, y cuando le
pregunté sobre el caso, me respondió “Oh, ella está muy bien, ya no tiene
ningún bulto, aunque el hoyo sigue ahí.”
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Así que si alguna vez se encuentra un crecimiento anormal en su boca similar


a una cresta de gallo, tome mi consejo y trátelo homeopáticamente, pues verá
que es mucho mejor que extirpaciones o ligaturas, y no quedará un hoyo
marcando el locus in quo, el lugar de los hechos; y este consejo queda como
mi cuadragésima razón de ser homeópata.

XLI

La sordera es muy problemática, pero vale la pena ser homeópata pues nos
da cierto poder sobre la sordera. Ustedes los compañeros alópatas me
confunden con sus interminables jeringas. Me he asomado a los
departamentos de oído en hospitales grandes, leído libros de renombrados
especialistas de oído, comenzando con uno que comparte mi mismo nombre,
pero nunca encontré que tuvieran mucho bene cio además de limpiar los
obstáculos mecánicos. Incluso en nuestra Homeopatía, me parece que
nuestros especialistas dependen mucho de cortar, raspar e inyectar.

He curado frecuentemente sorderas con ayuda de Homeopatía, pero la


mayoría de los casos han necesitado tantos remedios que no podría citarlos
sin ocupar demasiado espacio.

Una señora de 60 años, de la Vielle noblesse catholique anglaisse, vino


conmigo en Diciembre de 1886, enviada por su hija, a quien curé de
neuralgia. La hija tenía neuralgia en el lado derecho de su cabeza, muy mala,
que ella pensaba venía de un coup de vent (golpe de aire). Pasó el invierno
de 1885-86 en Niza, Francia, y un día se sentó a un lado de un caballero en la
mesa del hotel; compararon notas sobre sus estados de existencia, y sucedió
que el caballero comentó que había sufrido previamente del mismo tipo de
neuralgia, en lugar idéntico, y durante muchos años asistió conmigo cuando
(gracias a la Homeopatía) lo curé. Yo tenía planeado enseñarle un caso de
sordera como mi quadragésimo-primera razón de ser homeópata, pero en
lugar de esto alteraré mi plan y reconoceré esta cura para la neuralgia.

La señora tenía 40 años de edad, y vino conmigo en Abril de 1886; el dolor


estaba en el lado derecho de frente, cara, oído, y cuello, y había estado desde
el Noviembre anterior.

Thuja occidentalis en una dilución relativamente alta, y con dosis infrecuentes,


curó la neuralgia en pocas semanas, y la señora en cuestión consideró a esta
brillante cura de su neuralgia algo su ciente para convertirse ella misma en
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homeópata, y si fuera su ciente por sí misma para convertir a quien sufría de


la condición, seguramente será su ciente para ser una de mis razones para
ser homeópata.

XLII

Habiendo iniciado mi última comunicación dándole un caso de sordera, me


regresé a un caso de neuralgia que me pareció fue relacionado, y por tanto
eso deja a nuestra dama sorda. Bueno, ella vino en Diciembre de 1886,
porque curé aquella neuralgia.

“Usted curó la neuralgia de mi hija, así que tal vez puede ayudarme con mi
sordera.”

Era un caso de mucho tiempo que había estado bajo los mejores auristas, y
habían usado sus jeringas, y hecho lo mejor que podían, dando ayuda
temporal, pero no tocaron la esencia de la queja, que era causada por
in amación crónica e hinchazón en paredes del meato auditivo externo, en
ambos lados.

En 5 meses, la dama estaba bien curada, y los remedios fueron Thuja,


Psoricum, Sabina, y Ceanothus, además de otro.

Esta dama también se volvió homeópata, y ahora lleva a su familia con el


homeópata que vive cerca de su casa, y su cura debe ser una razón para ser
homeópata.

XLIII

Le di la cura de un estado dermatítico en mi razón de ser homeópata anterior;


nosológicamente le llamamos sordera. Le comentaré un poco sobre el estado
in amatorio, y le daré mi quadragésima-tercera razón para ser homeópata,
que es haber curado un pequeño tumor. Lo llamaré—

ENCONDROMA INDICIS CURADO CON CALCAREA FLUORICA


SOLAMENTE

Una señora de 60 años vino a consulta el 13 de Octubre de 1883, diciéndome


que tenía una in amación brillosa en su dedo índice izquierdo, que había
estado ahí durante unos 18 meses. La masa estaba dura y dolorosa, y
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aproximadamente del tamaño de una nuez partida, pero más plana. La


paciente estaba muy nerviosa y deprimida.

Receta: Trit. 3x Calcarea uorica. 6 granos 4 veces por día, en la lengua.

Octubre 27—gran mejora

Receta rep.

Noviembre 3—La naturaleza cartilaginosa ahora claramente se nota.

Receta rep.

Noviembre 10—La in amación sigue ablandándose.

Receta rep.

Noviembre 17— Sigue progresando; más pequeña y más suave; en su dedo


medio, hay acción in amatoria, estando caliente, rojo, más in amado.

Receta rep.

Noviembre 24—El tumor está más pequeño y más suave, y la paciente


comienza a ser capaz de doblar su dedo, que previamente era muy imposible.

Receta rep.

Diciembre 1—Sigue mejora.

Receta rep.

Diciembre 15—El dedo se encuentra de color más normal, y sigue


progresando. Paciente siguió con el mismo remedio hasta entrado el año
nuevo. La última vez que la vi fue el 29 de Diciembre, cuando se encontraba
casi completamente bien.

Si recuerdo bien, Grauvogl fue el primero en usar y recomendar el uoruro de


cal para encondromas. Lo interesante de este caso no es tanto la importancia
del tumor (era sólo del tamaño de media nuez, o similar), sino el hecho de que
sólo se utilizó un remedio, y ningún otro, y no se aplicó ningún cambio ni en
dietas o en lugares de residencia. La dama tenía una masa dura en su dedo,
y esta duró 18 meses; tomó un curso de Calc. ., a donde me guió la
Homeopatía, y esta masa desapareció.
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