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Cristóbal
L. C. es la madre de Cristóbal, un adolescente que nosotros los papás. Imagínate, ¿cómo decidir que se
durante seis años -entre los catorce y los veinte- vivió en muriera? ¿Cómo decidir que no le hicieran la
estado vegetativo. L.C., una reconocida profesional de la traqueotomía, que se muriera en cuarenta y ocho horas?
salud, piensa que hablar acerca de lo que han atravesado No, eso no.
su hijo, su familia y ella puede ser una oportunidad para
que la comunidad de profesionales de la salud repiense - No considerabas la posibilidad de tomar una
los dilemas morales al que se enfrenta en casos como el decisión de este tipo
de su hijo Cristobal. - No. En el caso de los padres franceses… qué se yo,
se trata de otra cultura. Se van los hijos a los quince años
- Cuéntanos lo que a ti y a tu familia les ha tocado de la casa. Nosotros, ahora, tenemos al hijo hasta los
vivir con Cristóbal treinta.
-Mi hijo tuvo un accidente y quedó en estado
vegetativo. Cuando me avisaron que estaba muy grave y -¿Qué pasó después?
que lo habían reanimado después de que había estado - La verdad es que yo estaba shockeada. Sólo rezaba.
media hora muerto, pensé “va a quedar dañado”. Mi Nunca cuestioné lo que el médico nos dijo en ese minuto.
marido se alegró, pero yo me di cuenta inmediatamente
de que iba ha quedar terriblemente dañado. Y así fue. Mi - Cuando tomaron la decisión de hacer la
hijo estuvo internado en una clínica alrededor de un mes. traqueotomía, ¿pensaron en las consecuencias?
Después fue trasladado a Santiago. En esa oportunidad el - No. En ningún momento. Sin embargo, hoy, no me
médico nos planteó a mi marido, a mi otro hijo y a mí cierro a la posibilidad de haber dado otra respuesta. Si se
que Cristóbal había salido del respirador pero que, si no nos hubiera hecho el planteo acompañándonos con una
le hacíamos una traqueotomía en las próximas cuarenta y psicóloga, con una terapeuta, con un grupo de
ocho horas, moriría. Nos dijo que éramos nosotros profesionales preparados para eso, es decir, para
quienes debíamos decidir si se le hacía este acompañar a los padres en este tipo de situaciones,
procedimiento o no. Y añadió que estábamos en nuestro quizás hubiera sido posible decidir lo contrario a lo que
legítimo derecho de no hacerlo; pero que, en ese caso, decidimos, sobre todo pensando en todo lo que se
debíamos saber que el niño moriría. Cristóbal estaba venía…
grave, muy grave.
Ante estas palabras, yo miré a mi esposo, miré a mi - ¿Y qué fue lo que se vino?
otro hijo, y le respondí al médico que sí, que hiciera esa -El gasto de algo más de un millón de dólares. Un
traqueotomía. Le dije que había que hacer todo. Sólo gasto económico absoluto. Además de eso, vivir seis
Dios sabía si Cristóbal se iba a morir en la operación o años totalmente pendientes de Cristóbal. Porque se ponía
no. Con lo años, analizando la situación pensé: Pobre un auxiliar de día y de noche, los trescientos sesenta y
médico, pobres nosotros los profesionales de la salud. cinco días del año, pascua, año nuevo, fiestas patrias.
Porque, la verdad, el médico no estaba preparado para Había que mirarlo todo el día. Y para eso había que
plantearnos esto. Por eso, la importancia que tiene que contar con plata, plata y más plata. Yo estuve conectada
las personas que estamos dedicadas a la salud, estemos con él las veinticuatro horas del día durante seis años. Te
formados y contemos con las habilidades que nos contaba lo del microondas (Se refiere al microondas en el
permitan tratar con situaciones límites de estas que se calentaba la comida de Cristóbal). Si no
características. La formación para esos casos es funcionaba, yo me despertaba. Ese era el momento en el
realmente necesaria. Porque yo, después de haber visto a que se preparaba la papilla. A las doce de la noche y a las
ese pobre médico…no sé. Recuerdo que la posición del cinco de la mañana.
médico era, básicamente, esta: “tomen la decisión
Cristóbal quedó con traqueotomía, gastrectomía, (era
ustedes”. Al principio nos informó que el niño estaba
alimentado por el estómago) y sonda vesical. Sólo
descerebrado, es decir, que quedaba muy poco cerebro.
respiraba. Pero, como te digo, tenía traqueotomía y había
Estaba vacuolizado.1 Y eso fue todo.
que aspirarlo a cada rato. Es decir que si no se le daba
atención continua, moría al poco rato. El era muy
-O sea, les hizo una descripción mínima del estado
secretor. Tenía mucha secreción. Por eso había que
en que se encontraba Cristóbal.
aspirarlo una y otra vez. Demandaba una atención
-Sí.
permanente. Yo tuve un hospital en mi casa. Porque hace
veinte años la mantención de Cristóbal en una clínica
- ¿Y qué perspectivas de vida le daban?
salía cuatro millones de pesos. Durante las veinticuatro
- Ninguna. O sea, de eso ni siquiera se puedo hablar
horas se lo atendía. Se lo cambiaba de posición, se le
con claridad. Lo que el médico hizo fue presentarnos un
hacía lubricación, kinesiología respiratoria, motora y
caso. Nos contó que un matrimonio francés se encontraba
neurológica. Y eso continuó así con el tratamiento que
en una situación semejante a la nuestra y que había
trajimos de Estados Unidos. Con este tratamiento,
decido que no se le hiciera nada a su hijo. Que muriera.
practicábamos ejercicios doce horas diarias.
Ese fue el ejemplo que nos dio.
“Cristóbal está muy grave” -me dijo-. De hecho, se
- Entonces, a Cristóbal se le hicieron distintos
podía morir en la operación. Y yo le dije: “Si se muere,
tratamientos a lo largo de esos seis años.
se muere. Eso lo decide Dios.” No lo podemos decidir
- Así es. En un viaje, mi marido conoció a un médico
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que decía tener la pócima maravillosa que haría
Vacuola es espacio o cavidad transparente o llena de líquido reaccionar a Cristóbal. Cada dos semanas le llevaba un
en el interior de una célula; ‘vacuolización’ se emplea
líquido que nosotros le aplicábamos. Este médico chileno
comúnmente para referir el proceso de formación de vacuolas
que tiene lugar durante la degeneración celular.
tenía consulta en Brasil y en Italia. Y en su consulta
había fotos suyas con el Papa y con Ornella Mutti. La
crema que nos proporcionaba era un preparado para no
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envejecer. En un determinado momento empecé a darme ejercicios a Cristóbal. Recuerdo que me decía, “Señora,
cuenta de que había ahí algo fraudulento. La crema vaya a tomar un café y descanse”. Fue él quien empezó a
empezó a darme una alergia terrible. Estaba brotada planteármelo: “Señora, usted ya ha hecho todo. Esto
entera, la boca, la nariz, los ojos. Le echábamos la mismo se hubiera hecho en Cuba y usted está haciendo
pócima y la auxiliar me decía “Ay señora, cuando le eso y más todavía. Déjelo tranquilo.” Fue él, como te
echamos eso me da una cosa.” Y yo pensaba, “Mujer digo, quién comenzó a plantearme que lo dejara
floja”. Después mandé a analizar el líquido y resultó que descansar totalmente ya.
era, básicamente, glucosa. Yo era alérgica al Efortil y lo Entonces, consideré la posibilidad de terminar con
que ese medicamento tenía era un remedio para el este tratamiento también. Había decidido terminar con el
corazón. Al aplicárselo, aceleraba a Cristóbal y por eso de Estados Unidos. Y seguí con el del kinesiólogo
mejoraba su capacidad respiratoria. Pero no era ninguna cubano.
“pócima milagrosa”. Pagábamos cuatrocientos o Siempre le dimos amor y cariño a Cristóbal. Él era el
quinientos mil pesos mensuales por eso. Después de esto centro de la casa. El era primero, segundo y tercero. Una
dimos con un instituto en Cuba. Pero los médicos vez, me acuerdo, un auxiliar trató mal a la perrita de
encontraron que la situación de Cristóbal era muy grave Cristóbal, a la Isidora. Y yo se lo planteé: “Es la perrita
y no aceptaron que lo lleváramos.2 de Cristóbal y tiene preferencia ante todo el resto de la
Después, mi marido descubrió en una librería un libro casa”.
que hablaba de niños con daño cerebral severo. Era el Yo tenía claro, también, que la persona que iba a mi
trabajo de un instituto en Filadelfia. Partimos para allá. casa tenía que aceptarme a mí con Cristóbal. Si Cristóbal
Mi marido trabaja en una empresa norteamericana y tenía secreciones y eso le desagradaba, mala suerte, no
recuerdo que el gerente le ofreció hacer averiguaciones volvía. Yo no me iba a ir a sentar con la visita al living, a
sobre el instituto, pero mi marido le dijo que no era conversar, a tomar una taza de café. El que llegaba a
necesario porque igualmente iríamos. No teníamos verme me encontraba sentada con Cristóbal en brazos o
ninguna otra posibilidad. Era lo único que nos quedaba. en la silla de ruedas. Era mi apéndice. Y, al que no le
Estuvimos yendo a Estados Unidos cuatro años. Se gustaba, que no volviera nomás. Y, de verdad que no me
trataba de un instituto de estimulación neurológica. preocupaba que no volviera. A mi madre le causaba
Fabuloso. Sus directores eran premios noveles y mucha vergüenza. Se moría porque no atendía bien a una
pertenecían a la NASA. Pero Cristóbal había quedado visita. Si a la visita no le gustaba, no me importaba. Si
con una edad neurológica fetal. El daño cerebral era encontraba hediondo, porque Cristóbal había tenido
mucho. Este instituto trabaja con niños que padecen deposiciones y estaba hediondo, yo le decía: “No te
Síndrome de Down y que, con estimulación, llegaban a preocupes porque tu madre es más hedionda”. Para que
ser estudiantes universitarios. También trataban a no se sintiera mal. Yo me lo ponía en el pecho. Como a
personas que habían perdido un hemisferio del cerebro. un bebe.
Ellos lograban que el otro hemisferio asumiera todas las
funciones. Es maravilloso. Pero Cristóbal avanzó poco. -¿Qué edad tenía Cristóbal entonces?
Como te decía, estaba demasiado dañado. Yo decidí - Catorce años y medio cuando ocurrió el accidente y
terminar con el tratamiento de Estados Unidos. Como se murió de veinte. En un determinado momento
ves, era yo la que tomaba las decisiones. comencé a pensar que no quería que Cristóbal siguiera
viviendo así. No era digno para él. Lavándolo,
-¿Y por qué tomaste esa decisión? bañándolo, lavándole sus genitales. Los amigos pensando
- Porque Cristóbal no tenía mejoría, no avanzaba. en la disco, en el colegio, en la entrada a la universidad y
Tampoco nos quedaba plata. La mantención mensual él ahí encerradito, en su casa, conmigo.
costaba millones y sólo cada seis meses nos gastábamos De hecho yo le compré la perrita. Busqué la mejor
veinticinco o treinta millones por una semana en Estados raza para él. Al final, ella era su amigo. La Isidora corría
Unidos. Era un gasto fuerte. encima de su cuerpo. Salíamos en la silla de ruedas y la
También decidí cortar con este tratamiento porque el perra iba como espolón de proa. Si alguien se acercaba,
tratamiento mismo era demasiado. Hacíamos trecientos ladraba. Cuando murió, la perra cayó en depresión.
ejercicios diarios. Lo estimulábamos todo el día. Lo Perdió su pelo, hizo una mialgia, y lloraba. Ver llorar a
tirábamos por unos resfalines. Lo hacíamos gatear, un perro es terrible. Todavía la tengo. Muerto Cristóbal
forzándolo. Lo hacíamos deslizarse por un terraplén. seguí durmiendo con ella en la cama. ¡Cómo la iba a
Poníamos luces fuertes. Yo tenía una pieza toda a echar!
cuadros blancos y negros. Un ajedrez. Las paredes, el
techo, toda entera. Era mucho, mucho. Cuando suspendí - Una vez que tomaste la decisión de suspender
los ejercicios, Cristóbal tuvo una sonrisa. Descansó. todos los tratamientos, ¿Cristóbal falleció
En un minuto yo dije, “no más”. Mandé una carta a inmediatamente?
Estados Unidos avisándoles que no seguiríamos - No. Duró dos años más sin tratamiento. En una
viajando. Participábamos de un programa que debíamos ocasión, empezó como a convulsionar. Estaba la auxiliar
reportar semanalmente. Si no lo hacías te echaban. Había de noche y me decía que había que llevarlo a la clínica.
mil personas esperando. Recuerdo que le dije que no. Delante de mi marido, a
Cuando terminamos con ese programa, contraté a un quién le debía haber consultado primero. Pero, bueno,
kinesiólogo cubano. Venía todos los días a hacerle luego él también dijo que no.
Cristóbal no murió entonces. Pero habíamos tomado
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Por pedido de la entrevistada se han retirado del texto escrito la decisión de no reanimarlo. Que viviera hasta donde
las referencias específicas a la serie de trámites que, con su diera. Sin ninguna intervención extraordinaria.
esposo, emprendieron ante Cuba con mediación de algunos Cuando murió, la sensación que tuve fue de tristeza.
parlamentarios y de representantes diplomáticos. Respetando La sensación de alguien que queda cesante. ¡Qué triste!
ese pedido, nos limitamos a mencionar el hecho porque lo Quedé sin nada que hacer. ¡Qué atroz! Eso fue atroz. No
estimamos de relevancia para una evaluación más completa del
caso.
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lo lloré. No. Se fue. Descansó. Porque la suya ya no era no. A él decidí hacerle un regalo simbólico para pagarle
vida. por todo lo que le había dado a su hermano. Por otro
Recuerdo que las auxiliares me duraban dos años. lado, él sentía enojo con el hermano.
Nada más. Cristóbal era un paciente que no hablaba. Un El médico, al alta de Cristóbal (al mes que estuvo en
paciente fome. Yo pagaba mucho, pero igualmente, la clínica al inicio), nos recomendó a mi marido y a mí
después de dos años se me iban. Estaban aburridas. que hiciéramos terapia de pareja con un psiquiatra. Los
Trabajaban todo el día con él. Le hacíamos ejercicio todo padres que se van con hijos tan dañados, estaba visto que
el día. Jamás tuvo una escara. Había mucho que hacer. pasados dos años, se separaban. No creo que ese fuera el
Pero… era un paciente fome. caso de nosotros. Estamos juntos como matrimonio y
Tenía auxiliares mujeres. “Quiero un hombre”, pensé. creo que lo que más nos ha unido en esta relación son los
Estaba cansada de tomarlo en brazos. Media 1, 70m. Yo momentos difíciles que hemos tenido que pasar.”
llevaba las caderas, que era lo más pesado, y la auxiliar
llevaba la cabeza. Decidí tomar un hombre pero me costó
la decisión. Él estaba en estado vegetal y había que hacer
aseo genital. Contraté a un hombre y me hizo un poco de
ruido. Pero de repente, una mañana, el auxiliar le estaba
haciendo el aseo genital y escucho que le dice: “Ah! Ya te
están atacando las hormonas”. Lo dijo con una
naturalidad tal que inmediatamente le tomé total
confianza a José y se quedó dos años con nosotros.

- No es fácil para los padres pensar que un extraño


tenga contacto directo con las…
- ¡Y un hombre! Porque las auxiliares eran mujeres
como yo. El problema para mí era que se trataba de un
hombre.

-Uno pensaría lo contrario.


- No. Es más complicado.

-Si tuvieras que evaluar, de alguna manera, lo que


te ha tocado vivir, ¿qué, de todo eso, ha impregnado
más fuertemente tu vida? Si te tocara hablar con
padres que se encuentran en una situación como la
tuya, ¿qué les dirías?
- Me quedó cierta sabiduría. Y el deber de
transmitirles algo a otros padres. Lo que no creo es que
esto se justifique para que yo crezca. ¡Hazme crecer de
otra manera! Yo no lo siento, porque uno no se ve, pero
la gente me dice que tengo una sabiduría, me encuentran
tan alegre… Y se preguntan cómo es que soy tan alegre
con tanta cosa que he tenido que vivir.

-¿Te has cuestionado las decisiones que has


tomado a lo largo de este proceso o en alguna de sus
etapas? ¿Te has cuestionado las razones que te han
llevado a tomar esas decisiones?
- No. Pero sí le hice planteos a mi marido. El hombre
piensa que debe tener plata, que debe ser proveedor. Yo
le decía que no estaba obligado, que no era obligación
suya tener toda la plata que se necesitaba tener.
Esa conversación la tuvimos cuando estábamos en
Estados Unidos. No teníamos más plata. Y si yo hubiese
visto que se avanzaba significativamente, habría salido a
golpear puertas y a pedir limosna. Pero no era así. No se
recuperaba y teníamos otro hijo. Un hijo que necesitaba
universidad, ropa, auto, ¡vida! En fin, todo a lo que
estaba acostumbrado, a nuestro nivel. Le dije a mi
marido, “creo que ya basta”. Y una vez también se lo
aclaré a mi otro hijo.
A él también le hice algunos planteos. Recuerdo que
una vez Cristóbal se había ensuciado entero. “Sebastian –
llamé a mi otro hijo-, ¡ven!”. Y advertí cierto rechazo en
él. “A ver, le dije yo, en este caso es Cristóbal, pero
perfectamente podrías a ver sido tú y yo se lo habría
estado exigiendo a Cristóbal.” Un poco dura yo. Pero
Sebastián fue un siete. Pensábamos que no se daba
cuenta de las cosas porque era un poco displicente. Pero

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