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I

El docente no solo debe cumplir con el rol de educador sino de orientador, al


involucrarse en las habilidades y destrezas de sus estudiantes que le
permitan alcanzar todo tipos de logros.

Un buen docente organiza su planificación académica donde se permita una


inclusión educativa con igualdad de oportunidades y participación de alumnos
que presenten algún tipo de discapacidad.

La aceptación a las personas en situación de discapacidad debe empezar en


el ámbito académico al enseñar a los niños, niñas y adolescentes a convivir y
respetar estas condiciones y así hablar de una verdadera inclusión.
La diversidad académica no solo debe contar con alumnos en situación de
discapacidad sino con docentes de iguales características que entiendan la
complejidad de esta situación facilitando la enseñanza.

Las enseñanzas que emiten los docentes no solo deben basarse en


metodologías técnicas y académicas sino también afectivas y emocionales, al
tener esa predisposición de enseñar.

El trabajo de docente jamás termina, al educar a los alumnos comienza con la


aceptación de su individualidad y de su identidad, enriqueciendo esas
características y fomentándolas en las aulas de clase.

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