¡Hola Desde El Cielo! (Español) - Bill Guggenheim

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¡Alabanza por Hola desde el cielo!
“¡Hola desde el cielo! es una exploración original de la comunicación

después de la muerte. Ayudará a abrir una nueva área de investigación
y experiencia”.
—JAMES REDFIELD, AUTOR DE LA PROFECÍA CELESTINA Y LA DÉCIMA
VISIÓN
“¡Tengo el privilegio y el honor de poder recomendar Hello From

Heaven! Sé que será una gran fuente de consuelo para los padres en
duelo en muchos países. ¡Es un regalo de Esperanza que alentará e
inspirará a sus muchos lectores a mirar más allá del Valle de la Sombra
a las mariposas que bailan en los rayos del amanecer!”
—EL REVERENDO SIMON E. STEPHENS, FUNDADOR DE LOS AMIGOS COMPASIVOS
“¡Hola desde el cielo! es un libro raro y maravilloso que brindará

consuelo a todos, brindará paz a los afligidos y abrirá un diálogo
completamente nuevo en este fascinante campo de la comunicación
después de la muerte”.
—RAYMOND A. MOODY, JR., MD, PH.D., PSIQUIATRA Y AUTOR DE LA VIDA DESPUÉS
DE LA VIDA Y LA LUZ DEL MÁS ALLÁ
“¡Hola desde el cielo! es un libro maravilloso y edificante que traerá

lágrimas de felicidad a tus ojos y piel de gallina en tus brazos.
Recomiendo encarecidamente este libro a todo el mundo.”
—BRIAN L. WEISS, MD, PSIQUIATRA Y AUTOR DE MUCHAS VIDAS, MUCHOS

MAESTROS Y SÓLO EL AMOR ES REAL
“¡Hola desde el cielo! es una discusión amorosa de las comunicaciones

de aquellos que han muerto. Representa años de investigación
académica, pero es cálido y muy ameno. Si está sufriendo por la muerte
de un ser querido, compre y lea este libro”.
—MELVIN MORSE, MD, PEDIATRA Y AUTOR DE CLOSER TO THE LIGHT
“Nosotros, en Mothers Against Drunk Driving, escuchamos muchas experiencias como

las que se revelan en Hello From Heaven! Esta colección, sin duda, ayudará a los
sobrevivientes a saber que no están solos al haber experimentado una comunicación
después de la muerte”.
—JANICE H. LORD, ACSW, DIRECTORA NACIONAL DE SERVICIOS A LAS VÍCTIMAS ,

MADD
“Recomiendo encarecidamente “¡Hola desde el cielo! a todos los que tienen una
enfermedad terminal o están en duelo. Sus inspiradores mensajes de amor te llenarán
de consuelo, esperanza y tranquilidad”.
—MAGGIE CALLANAN, RN, ENFERMERA DE HOSPICE Y COAUTORA DE FINALES

REGALOS
“Bill y Judy Guggenheim han brindado un servicio invaluable a todos aquellos que
luchan con problemas de vida o muerte. ¡Hola desde el cielo! es una mina de oro de
historias convincentes que simplemente no se pueden ignorar”.
—BRUCE GREYSON, MD, PROFESOR DE MEDICINA PSIQUIÁTRICA
“Las preguntas que se hacen los sobrevivientes de víctimas de homicidio son muchas.
Las respuestas son pocas. ¡Hola desde el cielo! ofrece respuestas bien pensadas e
investigadas a algunas de las preguntas más importantes”.
—CHARLOTTE Y ROBERT HULLINGER, FUNDADORES DE PADRES DE

NIÑOS ASESINADOS
“¡Hola desde el cielo! es un retrato muy emocionante y bien investigado de lo que le

ha sucedido a tanta gente. Está bien escrito y es uno de los pocos libros de este tipo
que merece ser creído. Espero que encuentre una gran audiencia”.
—PADRE JOSEPH GIRZONE, SACERDOTE CATÓLICO ROMANO Y AUTOR DE

JOSUÉ, NUNCA SOLO, Y JOSUÉ EN LA CIUDAD
“¡Hola desde el cielo! es de hecho un regalo de amor para todos los afligidos. Este
libro me confirma, a través de todos los relatos personales de las experiencias de
ADC, que hay vida después de la muerte”.
—ADALINE LEIR, PRESIDENTE DE LOS AMIGOS COMPASIVOS DE CANADÁ /
LOS AMIGOS COMPASIVOS DE CANADÁ
"¡Al final! ¡Hola desde el cielo! es un mensaje de esperanza para todos los que nos
preguntamos si hay vida más allá del 'adiós'. ”
—DARCIE D. SIMS, PH.D., ESPECIALISTA EN DOLOR Y AUTORA DE ¿POR QUÉ LAS
CACERILLAS SON SIEMPRE ATÚN?
“¡Hola desde el cielo! ofrece un poderoso mensaje de esperanza. Como padre

afligido que ha tenido algunas experiencias de ADC, estas comunicaciones deben
aceptarse por lo que son: obsequios finales que ofrecen el mensaje cálido y
reconfortante de que el amor y la vida continúan para siempre”.
—BRUCE J. HORACEK, PH.D., PRESIDENTE DE LA INTERNACIONAL

ASOCIACIÓN PARA ESTUDIOS CERCANOS A LA MUERTE
“Como profesional de hospicio con 20 años de experiencia, he visto el profundo

impacto que las experiencias de comunicación después de la muerte pueden tener
en las personas que luchan por encontrar un significado después de perder a alguien.
¡Hola desde el cielo! trae el conocimiento de que uno nunca está realmente solo,
que incluso en la muerte el don del amor continúa”.
—BONNIE LINDSTROM, RN, M.ED., DIRECTORA EJECUTIVA DEL HOSPICIO
“¡Hola desde el cielo! ¡Es uno de los libros más conmovedores y que elevan el
espíritu que he leído! ¿Cómo no sentirnos consolados por tantos testimonios claros
sobre la seguridad y el bienestar de nuestros seres queridos ausentes? Estos
testigos intachables traen la prueba del mensaje que todos anhelamos escuchar:
están a salvo y felices. ¡El amor no muere!”
—ANDREA GAMBILL, EDITORA JEFE DE LA REVISTA DUELO
“¡Hola desde el cielo! es un recurso invaluable para mí personalmente, así como

para mis pacientes de cuidados paliativos y sus familiares. Para muchos
de ellos, ¡literalmente ha salvado el día!”

—ELIZABETH ANN MUIR , RN, ENFERMERA DE HOSPICIO
“¡Hola desde el cielo! ofrece evidencia revolucionaria de que la muerte no

es un final, sino un comienzo. Además, se demuestra que el contacto con
familiares y amigos fallecidos no es un hecho inusual ni un signo de
enfermedad mental, sino una experiencia potencialmente curativa que le
puede pasar a cualquiera. Recomiendo altamente este libro."
—MITCHELL B. LIESTER, MD, PSIQUIATRA
“¡Hola desde el cielo! es un libro que uno no puede dejar. Te libera del
miedo a la muerte y te da los dones del amor eterno y la esperanza eterna.
¡Sí, hay un cielo, a un susurro de distancia!”
—CATHERINE A. LAMMERT, RN, DIRECTORA EJECUTIVA DE ACCIONES—
APOYO PARA LA PÉRDIDA DE INFANTES Y EMBARAZO
“Los mensajes en Hello From Heaven! nos confirman a muchos las

experiencias que nosotros mismos hemos tenido con nuestros seres
queridos fallecidos, que antes pensábamos que era imaginación o
coincidencia. Este libro trae sanidad a los afligidos, esperanza a los que
temen a la muerte y un mayor conocimiento de un Dios amoroso”.
—ANNE PURYEAR, MINISTRA Y AUTORA DE ¡ STEPHEN LIVES!
Para respetar la privacidad de todos, se han cambiado los nombres de todas las
personas entrevistadas y los nombres de todos los seres queridos que aparecen en sus
cuentas. Las similitudes con otras personas que están físicamente vivas o fallecidas no
son intencionales
Esta edición contiene el texto completo de la edición

original de tapa dura.
NO SE HA OMITIDO UNA PALABRA
¡HOLA DESDE EL CIELO!

Un libro de gallos
HISTORIA DE LAS EDICIONES

La edición de bolsillo comercial del Proyecto ACD publicada en 1995
Edición de tapa dura de Bantam publicada en abril de 1996
Edición de bolsillo de Bantam / Abril de 1997
Reservados todos los derechos.

Copyright © 1995 por William Guggenheim 3rd y Judith A
Guggenheim Ninguna parte de este libro puede
ser reproducida o transmitida de ninguna forma o por ningún medio, electrónico o mecánico,
incluyendo fotocopias, grabaciones, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación
de información, sin el permiso de escrito del editor.
Para más información dirigirse a: Bantam Books
eISBN: 978-0-307-82463-9
Publicado simultáneamente en los Estados Unidos y Canadá
Bantam Books es una publicación de Bantam Books, una división de Random

House, Inc. Su marca registrada, que consiste en el
palabras "Bantam Books" y la representación de un gallo, es

Registrada en US Patent and Trademark Office y en otros países Marca
Registrada Bantam Books, New York, New
york
v3.1
Contenido
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Derechos de autor
Paz: una invitación

1. El Proyecto ADC: Un Acto de Fe
2. Sentir una Presencia: ADC
Sentientes 3. Escuchar una Voz:
ADC Auditivos 4. Sentir un Toque:
ADC Táctiles 5. Oler una Fragancia:
ADC Olfativos 6. Apariciones Parciales:
ADC Visuales 7 . _ _ _ _ _ _ _ _ Persona:
ADC de Teléfono 13. Asuntos Materiales:
ADC de Fenómenos Físicos
14. Mariposas y arcoíris: ADC simbólicos 15. Excepciones
a la regla: ADC “temerosos” y otros 16. El tiempo lo es todo: ADC
antes de las noticias 17. Espere lo inesperado: ADC años después

18. Validación: ADC probatorios
19. Entrega especial: ADC para protección 20.
Saving Grace: ADC para intervención suicida 21.

Confirmación: ADC con un testigo
22. Un collar de perlas: lo mejor de lo mejor ADC
23. El amor es para siempre: Reflexiones sobre los ADC
Alegría: Una
Promesa Ahora Es Tu Turno…!
Recursos
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Dedicación
Expresiones de gratitud
Fuentes de citas
Sobre los autores
PREFACIO
Paz:
Una invitación
“¿Cómo se convierte uno en mariposa?” preguntó pensativamente.

“Debes tener tantas ganas de volar que estás
dispuesto a dejar de ser una oruga”.
—Trina Paulus
¿Hay vida después de la muerte? ¿Entramos en

otro estado de existencia después de morir? Aunque
muchas personas creen que la muerte es un final, se
le presentará un nuevo y emocionante campo de
investigación que puede convencerlo de que la muerte
es simplemente una transición de este mundo físico a
la vida en un reino espiritual.
Lo invitamos a evaluar estos relatos edificantes de
primera mano y determinar por sí mismo si son
comunicaciones auténticas de familiares y amigos
fallecidos. Si llega a la conclusión de que lo son, lo
sabrá con un
nueva certeza de que tú y todos los que amas

siguen viviendo después de la muerte. Entonces
puede esperar reunirse con ellos en una dimensión
espiritual que superará sus más altas expectativas.
Si está dispuesto a leer este libro con una mente

abierta y un corazón abierto, puede reducir
significativamente o eliminar por completo su
miedo a la muerte. Como una oruga que alguna
vez estuvo limitada al suelo, es posible que sufras
una transformación interna y te conviertas en una
mariposa libre para volar. Esta nueva libertad te
permitirá vivir tu vida con más plenitud y alegría,
con una mayor sensación de paz.
Cuando muere una oruga,

nace una mariposa.
CAPÍTULO 1
El proyecto ADC:
Un salto de fe
La muerte es simplemente un desprendimiento del cuerpo físico

como la mariposa que se despoja de su capullo. Es una transición
a un estado superior de conciencia donde continúas percibiendo,
comprendiendo, riendo y siendo capaz de crecer.
—Elisabeth Kuebler-Ross, MD
Como una oruga que dormía en su capullo, estuve a

punto de transformarme, pero nunca lo sospeché en ese
momento. Era el verano de 1976 y mi esposa Judy y yo
vivíamos en Sarasota, Florida.
—¡Bill, ven aquí! Elisabeth Kübler-Ross estará en

Donahue ”, llamó desde la sala de estar.
Creo que he oído su nombre. ¿Quién es ella?

¿Qué hace ella?" Pregunté desde mi oficina.
“Ella es la famosa doctora europea que trabaja con

personas que se están muriendo”, respondió Judy.
Esta respuesta no me emocionó. ¿Por qué querría

ver un programa completo sobre un tema en el que ni
siquiera quería pensar? Ex corredor de bolsa y analista
de valores que había trabajado para dos firmas de Wall
Street, era un materialista declarado. Mis principales
intereses eran el Dow Jones Industrials Average y ganar
dinero con inversiones. Mis creencias sobre la muerte y
la vida después de la muerte podrían resumirse
brevemente: “Las personas son como baterías de
linternas. Cuando se acaba su jugo, simplemente tiras
sus cuerpos. ¡Cuando estás muerto, estás muerto!
Judy volvió a llamar: “Vamos, Bill. El espectáculo

está a punto de comenzar. No querrás perderte a Elisabeth.
¡Ella es una persona realmente especial!”
”
“Está bien, estaré allí en un minuto”, dije, aunque me
uní a Judy con poco entusiasmo. Para mi asombro, el
programa resultó ser una de las horas de televisión más
fascinantes que jamás había visto.
Me enteré de que la Dra. Elisabeth Kübler-Ross es

una psiquiatra nacida en Suiza de renombre mundial.
Su trabajo pionero con los enfermos terminales fue
ayudando a millones de estadounidenses a superar su

miedo a la muerte y a morir.
En este programa, Elisabeth habló sobre las
experiencias cercanas a la muerte que sus pacientes
habían compartido con ella y sobre su creencia en la
vida después de la muerte. Habló con tanta compasión,
sinceridad y convicción sobre estos temas que me
impresionó inesperadamente.
Dos semanas después, vimos el mismo programa en
otro canal de cable. Esta vez me sentí inspirada para
enviarle a Elisabeth una pequeña donación para
ayudarla a continuar con su labor humanitaria.
En unas pocas semanas, llegó un paquete por correo
que contenía una carta y un juego de cintas de audio
que Elisabeth había grabado. Sorprendentemente, me
invitó a asistir a su “Taller de vida, muerte y transición”
de cinco días, que se llevaría a cabo en Florida a
principios del próximo año. Al principio me sentí muy
halagada de recibir su invitación, pero poco a poco
empecé a tener miedo de participar en un taller así.
Desde que mi padre había muerto en 1947 cuando yo
tenía sólo ocho años, la muerte había sido un tema
morboso y desagradable para
yo.
Judy creía que tenía algunos problemas sin resolver

relacionados con la muerte de mi padre. Aunque yo
lo negué en ese momento, una parte de mí se dio cuenta

de que probablemente era cierto. Soy hijo único y nunca
había hablado sobre su muerte ni expresado mis
sentimientos sobre mi pérdida a nadie. En ese entonces,
la actitud predominante era "¡Los niños grandes no lloran!"
En noviembre, el último día de inscripción al taller,
llamé a la oficina de Elisabeth en Illinois para rechazar
su oferta. Esperaba hablar con alguien de su personal,
pero ese día estaba nevando mucho en el Medio Oeste
y su secretaria no había podido conducir al trabajo.
Elisabeth contestó el teléfono y reconocí su voz de

inmediato. Le di las gracias por las cintas y rápidamente
le di una excusa falsa de por qué no podía asistir a su
taller.
Elisabeth se acordó de mí y escuchó atentamente.
Luego dijo con su encantador acento alemán-suizo: “Bill,
creo que deberías estar allí”. Había algo en la forma en
que dijo esas palabras que me hizo responder: "Si crees
eso, lo haré".
Sintiendo una mezcla de curiosidad y aprensión,

conduje hasta el centro de retiro en North Palm Beach
en febrero de 1977. Todos mis temores resultaron ser
infundados, porque Elisabeth
El taller era realmente sobre la vida y el vivir, no sobre la

muerte y el morir.
Setenta extraños se unieron rápidamente y pronto se
convirtieron en una familia amorosa. Nos apoyábamos
unos a otros mientras contábamos nuestras historias de
pérdida y dolor, y comíamos juntos, cantábamos juntos,
jugábamos juntos y nos abrazábamos libremente.
Se produjeron curaciones emocionales notables cuando
comenzamos a liberar nuestro dolor acumulado de toda la
vida. El amor incondicional que compartimos fue tan
tangible que las lágrimas de tristeza fueron reemplazadas
por lágrimas de alegría, y casi todos se sintieron lo
suficientemente seguros como para revelar su ser más íntimo.
Aunque no me di cuenta en ese momento, las semillas
de este libro se estaban plantando dentro de mí durante el
taller de Elisabeth. Este proceso comenzó en una sesión
de compartir en grupo cuando Maggie, una enfermera de
Illinois, nos dijo que era una madre en duelo. Su hija de 15
años, Joy, había sido atropellada y muerta por un automóvil
mientras caminaba.
Maggie nos dijo que había tenido un sueño después de

la muerte de Joy, pero agregó: “No fue un sueño ordinario.
¡Era tan real!”
Esto fue justo después de Navidad, unos trece meses

después de que mataran a mi hija. Lo estaba pasando mal y esto
noche en particular, lloré hasta quedarme dormido.

Mientras dormía, soñé que Joy venía a mí. Estábamos sentados
en un árbol en una rama baja y colgante. El paisaje estaba lleno de
luz, y todo estaba en un color extremadamente vivo. El árbol, la hierba
verde y el cielo azul eran muy intensos.
Joy parecía muy feliz. Llevaba un vestido diáfano de color rosa

pastel. Era muy transparente y fluido con mangas largas y una faja
alrededor de la cintura. No se parecía a nada que hubiera tenido
antes.
Se sentó conmigo y me abrazó y puso su cabeza en mi pecho
izquierdo. Podía sentir su peso y su sustancia.
Entonces Joy me dijo que se tenía que ir, pero que podía volver.
Para demostrar esto, se alejó flotando, luego regresó y se sentó
conmigo en la rama. Me estaba mostrando que mi tristeza no era
necesaria porque en realidad no íbamos a estar separados.
Joy me estaba consolando. Ella era feliz y quería que yo también

lo fuera. Luego nos abrazamos de nuevo y nos sentamos allí por un
rato. Pero muy pronto, ella tuvo que irse.
Me desperté sintiéndome muy reconfortada porque sentí que Joy
realmente había estado conmigo. Fue entonces cuando comencé a
mejorar y pude comenzar a dejarlo ir. Era hora de que mi hija siguiera
adelante y de que yo hiciera otras cosas con mi vida.
Todos estábamos muy contentos de que

Maggie hubiera tenido una experiencia tan
positiva y edificante con respecto a su hija
fallecida, y era obvio que se había curado mucho
desde su trágica pérdida. Porque ella había
llamado a su experiencia un "sueño", así es
como lo consideré. Sabía que la gente tenía sueños vívid
los sueños eran productos de nuestra mente

subconsciente y nada más.
Pero Maggie tenía más que decir cuando pasó a
describir una experiencia que su hijo de 17 años,
Bob, tuvo con su hermana:
Esto sucedió antes de mi experiencia, entre seis y ocho meses
después de la muerte de Joy. Si alguien estaba dolido, era mi hijo,
Bob, que era solo veinte meses mayor que su hermana.
La extrañaba mucho y estaba realmente sufriendo. Pasó de ser
uno de los niños más populares de la escuela a ser un solitario, con
solo uno o dos amigos. Llegaba a casa y decía: "Hoy fue terrible".
Entonces, una noche, él estaba en su habitación estudiando y mi

esposo y yo estábamos en la sala de estar mirando televisión.
De repente, Bob gritó y vino corriendo hacia nosotros, diciendo:
“¡Mamá! ¡Acabo de ver a Joy! Luego nos contó su experiencia.
Bob dijo que había estado leyendo, pero que en realidad no podía
concentrarse. Luego levantó la vista y vio a Joy de pie frente a su
armario.
Nos dijo que el cabello de Joy estaba como siempre, y que vestía
jeans y una camiseta a rayas que nunca antes había visto en ella.
Ella no le dijo nada, pero él dijo que la expresión de su rostro era
como si estuviera bien, como si todo estuviera bien.
Bob dijo que estaba tan sorprendido que no pudo moverse ni

hablar durante un par de minutos. Luego saltó, pero Joy ya no
estaba allí. Fue entonces cuando gritó y vino corriendo a
a nosotros.
¿Podría ser real la experiencia de este chico? ¿Era

siquiera posible? ¿Podría una adolescente realmente
apareció a su hermano en el medio oeste de

Estados Unidos en el siglo XX después de que un
automóvil la atropellara y la matara? Lo pensé
brevemente, pero rápidamente descarté la
experiencia de Bob, atribuyéndola a su dolor, a sus
ilusiones oa una imaginación hiperactiva. Me
recordé a mí mismo: "Cuando estás muerto, estás muerto".
Elisabeth reconoció que había escuchado
experiencias similares antes, y dos días después
compartió una propia:
Estaba en una encrucijada. Sentí que necesitaba dejar mi trabajo
con pacientes moribundos. Ese día, estaba decidido a dar aviso y
dejar el hospital y la Universidad de Chicago. No fue una decisión fácil
porque realmente amaba a mis pacientes.
Salí de mi último seminario sobre la muerte y el morir hacia el
ascensor. En ese momento, una mujer caminó hacia mí.
Tenía una sonrisa increíble en su rostro, como si supiera cada
pensamiento que tenía.
Ella dijo: “Dra. Ross, solo voy a tomarte dos minutos de tu tiempo.
Si no te importa, te acompaño a tu oficina. Fue el paseo más largo que
he dado en mi vida.
Una parte de mí sabía que se trataba de la Sra. Johnson, una paciente
mía que había muerto y había sido enterrada hacía casi un año. ¡Pero
soy científico y no creo en fantasmas ni espectros!
Hice la prueba de realidad más increíble que jamás haya hecho.
Traté de tocarla porque se veía un poco transparente de una manera
cerosa. No es que pudieras ver muebles detrás de ella, pero tampoco
del todo real. Sé que la toqué, y ella tenía sentimientos hacia ella.
Llegamos a mi oficina y ella abrió la puerta. Entramos y ella dijo:

“Tuve que volver por dos razones.
Número uno, quería agradecerles a usted y al reverendo Smith una
vez más por lo que han hecho por mí. Pero la verdadera razón por la
que tuve que volver es para decirte que no abandones tu trabajo sobre
la muerte y el morir. No todavía."
Me di cuenta conscientemente de que tal vez de hecho se trataba de la Sra.
Johnson. Pero pensé que nadie me creería si le contaba esto a alguien.
¡Realmente pensarían que me volví loco!
Así que mi científico en mí muy astutamente la miró y dijo: “Sabes,
el reverendo Smith estaría encantado si tuviera una nota tuya. ¿Te
importaría mucho? Entiendes que el científico que hay en mí necesitaba
pruebas. Necesitaba una hoja de papel con algo escrito con su letra y,
con suerte, su firma.
Esta mujer conocía mis pensamientos y sabía que no tenía intención

alguna de darle su nota al reverendo Smith. Sin embargo, tomó un
papel y escribió un mensaje y lo firmó con su nombre completo. Luego,
con la mayor sonrisa de amor, compasión y comprensión, me dijo:
"¿Estás satisfecho ahora?"
Una vez más, dijo: “No puedes abandonar tu trabajo sobre la muerte
y el morir. No todavía. El momento no es el adecuado. Te ayudaremos.
Sabrás cuándo es el momento adecuado. ¿Prometes?"
Lo último que le dije fue “lo prometo”. Y con eso, ella se fue.
Apenas se cerró la puerta, tuve que ir a ver si era real. ¡Abrí la

puerta y no había ni un alma en ese largo pasillo!
Cuando Elisabeth terminó de hablar, todos en

el taller quedaron atónitos. La habitación estaba
tan silenciosa que si se hubiera caído un alfiler, habría
Sonaba como una palanca cayendo sobre un piso de

concreto.
Pensé: “¿Podrían esas cosas realmente suceder?
¿A un científico de renombre, nada menos? ¿Podría ser
real la experiencia de Elisabeth? ¿Alguien que estaba
muerto y supuestamente se había ido para siempre se
había puesto en contacto con otras personas? Si es así,
¡las implicaciones fueron enormes!
La historia de Elisabeth desafió todo lo que sabía,
entendía y asumía que era cierto sobre la muerte y la
vida después de la muerte, y me obligó a reexaminar
todas mis creencias. Mi mente corría con cientos de
preguntas sin respuesta mientras buscaba alguna
explicación lógica. Al no encontrar ninguno, finalmente
se "inclinó".
El Dr. Raymond Moody, Jr., había escrito recientemente
su libro más vendido sobre las experiencias cercanas a
la muerte (ECM), La vida después de la vida, y Elisabeth
lo invitó a hablar en nuestro taller el jueves por la noche.
Después de su charla, varias personas compartieron sus
ECM y todos nos sentimos profundamente conmovidos
por sus relatos de primera mano.
Cuando terminó el taller el viernes, mis creencias
personales sobre lo que era "real" frente a "irreal" se
habían hecho añicos. Las metas y actividades
materialistas que había estado
enseñado y valorado durante treinta y ocho años de

repente parecía superficial una vez que había
vislumbrado y probado un universo mucho más grande,
más amoroso y lleno de maravillas. Me di cuenta de
que había sido tocado por la dimensión espiritual. Ahora
que mis ojos y oídos internos, mi corazón y mi mente
se estaban abriendo, sentí un hambre insaciable de
entrar en él, explorarlo y permitir que se convirtiera en
una parte permanente de mi vida.
Al regresar a casa, compartí todo lo que pude sobre
el taller con Judy. Anteriormente había tenido un
despertar espiritual propio, por lo que me apoyó mucho
a mí y a los cambios que había experimentado.
Inmediatamente decidí encontrar respuestas

personales para algunas de las preguntas más antiguas
y profundas de la humanidad: ¿Hay vida después de la
muerte? ¿Entramos en una nueva dimensión o nivel de
existencia cuando termina nuestra vida física? ¿Nos
reuniremos con nuestros familiares y amigos que ya
han muerto? ¿Es posible que nuestros seres queridos
fallecidos se comuniquen con nosotros ahora?
Judy accedió a ayudarme y comenzamos a leer

docenas de libros sobre la vida después de la muerte.
Algunas contenían experiencias similares a las
Maggie y su hijo tuvieron con Joy, y Elisabeth tuvo

con la Sra. Johnson. Pero nadie había investigado a
fondo este campo y escrito un libro completo sobre
el tema. Dado que ni siquiera había un nombre para
estos eventos inusuales, creamos uno nosotros
mismos y comenzamos a llamarlos "comunicaciones
posteriores a la muerte" o "ADC" para abreviar.
Aprendimos que los ADC son probablemente tan

antiguos como la humanidad misma y que las
cuentas de ellos se registraron hace más de 2000
años. Por ejemplo, la siguiente es una traducción
editada de una que aparece en el ensayo adivinación”,
“Sobre la
de Marcus Tullius Cicero, el destacado estadista y
autor romano que vivió entre el 106 y el 43 a. C.:
Viajaban juntos dos camaradas de Arcadia, y cuando llegaron a Megara,

uno de ellos fue a la posada, mientras que el otro aceptó la hospitalidad
de un amigo.
Él y su amigo terminaron de cenar y se retiraron. En su sueño, nuestro
huésped soñó que su compañero de viaje se le aparecía y le decía: “El
posadero me ha asesinado, arrojó mi cuerpo en un carro y lo cubrió con
estiércol. Por favor, te lo ruego, acércate a la puerta temprano en la
mañana antes de que el carro pueda salir de la ciudad.
Conmovido hasta lo más profundo de su ser por este sueño, se enfrentó

al amanecer al rústico que conducía el carro fuera de la puerta. El
desdichado echó a andar consternado y asustado.
Nuestro amigo luego recuperó el cuerpo y denunció el asesinato a los

funcionarios correspondientes. El posadero fue debidamente castigado.
Debido a que su amigo fallecido lo había

visitado, el experimentador aprendió cuatro cosas
en este ADC que no podía haber sabido antes:
que su amigo había sido asesinado, dónde y
cuándo se podía encontrar su cuerpo y quién
había cometido el crimen.
Es posible que se sorprenda al saber que la
trama de una de las mejores obras de teatro en
inglés se basa en una experiencia de ADC. En
Hamlet de William Shakespeare, el joven príncipe
Hamlet lamenta la muerte de su padre, el rey de
Dinamarca, quien murió cuando, según los
informes, fue mordido por una serpiente venenosa.
El rey fallecido hace una aparición completa ante
Hamlet y explica que su hermano, Claudio, lo
asesinó para que pudiera casarse con su viuda, la
reina Gertrudis, y convertirse en el nuevo rey de
Dinamarca. El difunto padre de Hamlet también
revela que Claudio vertió veneno en su oído
mientras dormía la siesta en su huerto para que
pareciera que lo había matado una serpiente.
Exige que su hijo pequeño "vengue su asesinato
más inmundo y antinatural". Hamlet jura vengar su
la muerte del padre y el cumplimiento de su promesa

constituyen el resto de la obra.
Otro ADC aparece en una de las historias más
conocidas de la literatura inglesa, A Christmas Carol de
Charles Dickens. En esta historia, el socio comercial
fallecido de Ebenezer Scrooge, Jacob Marley, regresa
para advertirle de su destino si no cambia sus valores
materialistas y los reemplaza por otros más caritativos.
Scrooge no cree al principio, pero finalmente presta

atención a la advertencia.
¿Es simplemente una coincidencia que estas dos
grandes obras de ficción contengan comunicaciones
posteriores a la muerte? ¿O es posible que Shakespeare
y Dickens estuvieran familiarizados con relatos
contemporáneos de ADC y simplemente los adaptaran
para uso literario?
Por supuesto, las comunicaciones posteriores a la
muerte más conocidas son las diversas apariciones de
Jesús, que están registradas en la Biblia, y las múltiples
apariciones de María, la Santísima Madre, que están
incluidas en los escritos de la Iglesia Católica Romana.
Los cristianos creen que Jesús y María son únicos y

tienen vastos poderes espirituales, y creemos que sería
inapropiado comparar sus resultados posteriores.
apariencias de muerte con las hechas por seres

humanos ordinarios.
Seis meses después del taller, quería volver a

escuchar a Elisabeth, así que volé a Georgia para
asistir a una conferencia que estaba dando. Después
de su charla, conocí a John Audette en la audiencia.
John estaba investigando experiencias cercanas a la
muerte y más tarde nos hicimos buenos amigos.
Al año siguiente, John fundó una asociación para
investigadores, experimentadores y otras personas
interesadas en estudiar las ECM. Se convirtió en la
Asociación Internacional para Estudios Cercanos a la
Muerte (IANDS) en 1981, y he sido miembro desde
entonces.
Durante los años siguientes, mi afiliación con IANDS
y otras organizaciones nos permitió a Judy ya mí
conocer en persona a muchos investigadores y estudiar
su trabajo. También hablamos con cientos de personas
que informaron haber tenido ECM, viajes fuera del
cuerpo, ADC y otros tipos de experiencias espirituales.
Muchos nos dijeron que tener un ADC les había

brindado mucho consuelo y sanación emocional. Esto
fue especialmente cierto para las personas que estaban
recientemente en duelo y para aquellos cuyos
las experiencias incluyeron comunicación verbal.

Algunos también afirmaron que habían sido contactados
más de una vez por el mismo ser querido que había
muerto.
Habiendo escuchado tantos relatos de primera mano,
queríamos saber con qué frecuencia ocurren las
comunicaciones después de la muerte en nuestra
cultura. ¿A una en un millón de personas? ¿A uno entre
mil? ¿A uno de cada cien? Independientemente del
número, asumimos que deben ser bastante raros.
American Health publicó los resultados de una
encuesta realizada por el Centro Nacional de
Investigación de Opinión en su edición de enero-febrero
de 1987. La encuesta fue dirigida por Andrew Greeley,
el conocido sacerdote católico y autor. Los hallazgos
indican que el 42% de los adultos estadounidenses
creen que han estado en contacto con alguien que ha
muerto. Y el 67% de todas las viudas cree haber tenido
una experiencia similar. Estas cifras nos sorprendieron
porque eran mucho más altas de lo que habíamos
sospechado.
Suponiendo que esta encuesta sea precisa, ¿por qué
tantas personas sienten que deben comenzar sus
cuentas con descargos de responsabilidad: "No espero
que me creas..." o "Probablemente pensarás que estoy loco
cuando te cuente mi experiencia…” o “Esto va a sonar

muy raro…”
¿Por qué tienen tanto miedo de compartir momentos
tan importantes de sus vidas? ¿Por qué no se pueden
discutir abierta y libremente las comunicaciones
posteriores a la muerte? ¿Por qué no están siendo
investigados como evidencia potencial de vida después de la mue
¿No cumplirían la promesa de las grandes religiones
del mundo de que todos sobreviviremos a la muerte
física y tendremos reconfortantes reuniones con nuestros
seres queridos fallecidos?
¿Qué sería más reconfortante para los padres en
duelo que saber que podrían reunirse con sus hijos
fallecidos? ¿Que las viudas y los viudos que han
compartido toda una vida de amor con su esposo o
esposa puedan volver a estar juntos? ¿Que todas las
personas puedan volver a encontrarse con aquellos a
quienes han amado aquí en la tierra?
Por supuesto, hay una explicación lógica para esto.

Aunque la mayoría de los profesionales de la salud han
oído hablar de las comunicaciones posteriores a la
muerte, muchos de ellos están convencidos de que los
psiquiatras, consejeros
ADC históricamente
de duelo, miembros
nogenuinos.
son
delpsicólogos
clero y
otros han descartado estos
experiencias como alucinaciones, delirios o fantasías.

El punto de vista tradicional ha sido que los ADC son
el resultado del cumplimiento de un deseo, la
imaginación, el pensamiento mágico o los recuerdos
causados por el dolor. De hecho, por lo general se les
ha llamado “alucinaciones inducidas por el duelo”.
Entonces, una tarde de primavera de 1988, once
años después del taller de Elisabeth, escuché una
“voz” que me hablaba en mi mente. Poderosa pero
amorosamente decía: “Haz tu propia investigación y
escribe tu propio libro. Este es tu trabajo espiritual que
hacer”. Esta “voz” me era familiar porque me había
hablado una vez antes:
Era una tarde de domingo gris y húmeda de marzo de 1980, y Judy
y yo acabábamos de terminar de conversar en la sala de estar frente
a nuestra casa. Cuando nos levantamos para salir de la habitación,
escuché claramente una voz en mi cabeza que decía con calma: "Sal
y revisa la piscina". Aunque no sentí ningún sentido de urgencia,
definitivamente estaba desconcertado al escuchar esta voz y recibir
un mensaje tan extraño.
Así que regresé a la sala de estar y miré a través de la puerta
corrediza de vidrio. Nuestra piscina estaba separada de la casa por
un patio de 15 pies, y noté que la puerta de la cerca de seguridad de
hierro forjado estaba abierta. Pero esto no era inusual porque nuestros
dos hijos mayores usaban el área de la piscina como acceso directo
al patio trasero y, a veces, se olvidaban de cerrar la puerta.
Crucé el patio para cerrar la puerta y, mientras lo hacía, miré
casualmente a la piscina. De repente, mi corazón se congeló y todo
parecía suceder en cámara lenta. allí en el
¡En medio del abismo vi a nuestro hijo menor, Jonathan! Tenía menos
de dos años y no sabía nadar.
¡Corrí al borde de la piscina y vi a nuestro niño pequeño flotando
boca arriba a una o dos pulgadas bajo el agua! Estaba muy quieto y
tenía los ojos muy abiertos.
Grité "¡Judy!" mientras saltaba al agua con los pies por delante.
Rebotando en el fondo y pateando mis piernas con furia, me acerqué
a Jonathan y lo empujé hacia el borde de la piscina. Judy había oído
mi grito aterrorizado y vino corriendo. Frenéticamente, luché por
mantener su cabeza fuera del agua hasta que ella lo agarró de los
brazos y lo sacó de la piscina.
Jonathan inmediatamente comenzó a llorar y temblar mientras
tosía un poco de agua. Milagrosamente, estaba bien. Probablemente
estábamos más asustados que él cuando lo envolvimos en una toalla
grande y lo sostuvimos en nuestros brazos.
Poco después, nos enteramos de que Jonathan había salido por la
puerta de un baño que daba al patio desde el otro lado de la casa, ya
que también se había dejado abierta accidentalmente. Cuando le
conté a Judy sobre mi experiencia, nos dimos cuenta de que nuestro
pequeño se había deslizado en la piscina momentos antes de que la
voz me alertara.
Estábamos inmensamente agradecidos de haber recibido este
mensaje crucial porque nos permitió salvar a nuestro hijo menor de
ahogarse. Y nos había ahorrado el dolor increíble que deben soportar
los padres en duelo.
Cuando la “voz” me habló por segunda vez

en 1988 y me dijo: “Haz tu propia investigación
Confié en ello, pero
y escribe tu propio libro”,
sentí que estaba llamado a lograr algo mucho
más grande de lo que era capaz de lograr. Me
sentí abrumado por el gran tamaño y
complejidad de un proyecto de este tipo. Luego,

lentamente, se me ocurrió que me había estado
preparando para esta tarea durante muchos años y que
tenía el tiempo, los medios y un interés apasionado por el
tema. Gradualmente me animó una nueva confianza, y
en ese momento me comprometí a seguir la guía de la
“voz” lo más fielmente posible.
Pero en un par de semanas, mi resolución comenzó a

debilitarse cuando surgió una duda persistente.
Mi preocupación era “¿Cómo puedo demostrarme a mí
mismo y a los demás que los ADC no son meras fantasías
de duelo como creen tantos profesionales?
¿Qué evidencia, si alguna, puedo encontrar para
demostrar que tales experiencias podrían ser reales?
Para entonces, Judy y yo nos habíamos divorciado
casi cuatro años después de estar casados diecisiete años.
Más tarde, al darnos cuenta de que todavía teníamos una
relación de por vida debido a nuestros tres hijos, decidimos
superar nuestras diferencias personales y volver a ser
amigos. Esto no fue fácil de lograr, pero las recompensas
ciertamente hicieron que valiera la pena.
Así que llamé a Judy y la invité a mi apartamento una

tarde para discutir mi dilema. Mientras le contaba acerca
de cómo el
“voz” me había hablado por segunda vez y de la

tarea que me habían dado, sonó el teléfono. Una
amiga, Darcie Miller, que sabía de mi interés en las
comunicaciones posteriores a la muerte, me llamó
para contarme una experiencia inusual.
La madre de Darcie, que estaba siendo tratada
con quimioterapia por cáncer,
inesperadamente
había muerto en el
hospital. En media hora, Darcie fue en persona a
informarle a la amiga de toda la vida de su madre,
Rose, de la muerte de su madre. Cuando llegó y
antes de que pudiera decir algo, Rose dijo: “La cosa
más extraña acaba de suceder. Tu madre atravesó
la pared de mi apartamento y dijo: 'Siempre te he
amado y siempre lo haré'. Luego ella se fue. Nadie
llamó ni le dijo a Rose que la madre de Darcie había
muerto. Rose tenía este ADC antes de recibir
noticias de la muerte de su amiga.
El momento de la llamada telefónica de Darcie

no podría haber sido más perfecto. Mi entusiasmo
se disparó, al igual que el de Judy. Nos dimos
cuenta de que, dado que Rose no sabía que había
ocurrido una muerte, no habría estado en un estado
de dolor cuando tuvo su ADC con la madre de
Darcie. Si esto era cierto para una persona, es muy
probable que otras personas hayan tenido experiencias simila
Aquí, por fin, estaba la primera evidencia que podría

refutar la teoría de que los ADC eran alucinaciones
inducidas por el dolor. Esta era la confirmación que
había estado buscando. Entonces Judy y yo nos
sentimos listos para comenzar este trabajo.
Nuestro primer paso fue determinar los límites de

este campo para establecer qué experiencias
calificarían para ser incluidas en nuestra investigación.
Esta es nuestra definición: Una comunicación después
de la muerte o ADC es una experiencia espiritual que
ocurre cuando alguien es contactado directa y
espontáneamente por un familiar o amigo fallecido.
Un ADC es una experiencia directa porque no está

involucrado ningún intermediario o tercero, como un
psíquico, un médium o un hipnotizador. El pariente o
amigo fallecido se comunica directamente con la
persona viva de forma individual.
Un ADC es un evento espontáneo porque el ser
querido fallecido siempre inicia el contacto eligiendo
cuándo, dónde y cómo se comunicará con la persona
viva. Dado que muchas religiones y otras fuentes
advierten específicamente contra la invocación de
"espíritus", excluimos de nuestra investigación
las todas
experiencias que involucraron
cualquier ritual, como sesiones de espiritismo, o que utilice

tablas de ouija, bolas de cristal o dispositivos similares.
El Proyecto ADC se inició en Orlando en mayo de 1988
con 1000 volantes, 1000 tarjetas de presentación, una línea
telefónica, un apartado postal y una cuenta corriente. Diane
Silkey, que anteriormente había tenido su propio programa
de entrevistas en la televisión local, se convirtió en nuestra
primera entrevistadora.
Los volantes preguntaban "¿Ha sido contactado por
alguien que ha muerto?" y describió los tipos de experiencias
que buscábamos. Pero, ¿cuántas personas responderían
“Sí” y estarían dispuestas a participar en nuestra
investigación? ¿Podríamos encontrar cincuenta personas
para entrevistar el primer año? ¿Quizás cien? ¿Cuánto
tiempo tomaría alcanzar nuestra meta de quinientas
entrevistas? ¡El Proyecto ADC fue sin duda un acto de fe!
Encontramos personas para entrevistar prácticamente

en todos los lugares a los que fuimos. Esto incluyó grupos
de duelo, iglesias, hospicios, clases de crecimiento
personal, grupos de apoyo, conferencias, organizaciones
sociales y librerías espirituales. Entrevistamos a más de
quinientas personas el primer año. Nuestra investigación
estaba demostrando ser un éxito espectacular que superó
con creces nuestras expectativas. Siguió creciendo como si
tuvo vida propia ya que muchas personas nuevas se

presentaron para apoyar nuestros esfuerzos.
Para nuestra sorpresa, algunas de nuestras suposiciones
iniciales sobre este campo de estudio eran demasiado
limitadas. Tuvieron que ampliarse o reemplazarse para
mantener el ritmo de la cantidad y diversidad de las
cuentas que recibíamos. Por lo tanto, aumentamos
repetidamente el número de entrevistas a realizar a medida
que aprendimos sobre nuevos tipos de ADC que no se
habían catalogado antes.
Sorprendentemente, las puertas comenzaron a abrirse
para nosotros que nunca habíamos imaginado. Los líderes
de los grupos locales de duelo comenzaron a pedirnos
que diéramos charlas breves sobre nuestra investigación
en beneficio de sus miembros, y pronto se convirtieron en
conferencias y talleres de larga duración.
Compassionate Friends, la organización de autoayuda
más grande del mundo para padres y hermanos en duelo,
nos invitó a presentar dos talleres en su conferencia
nacional de 1989 en Tampa. Diane Mason, escritora de
artículos para St.
Petersburg Times, asistió a nuestros talleres y escribió un
artículo muy informativo sobre ellos. Como resultado, las
comunicaciones posteriores a la muerte obtuvieron un
reconocimiento favorable y credibilidad ante los ojos del
público y los medios de comunicación de nuestra área local.
Artículos destacados posteriores sobre nuestra

investigación de ADC aparecieron en The Seattle
Times, The Orlando Sentinel y Deseret News en
Salt Lake City. Estas historias se distribuyeron en
otros veintiséis periódicos de los Estados Unidos
y Canadá. Como la mayoría incluía nuestra
dirección y número de teléfono, cientos de
personas nos escribieron o llamaron desde todas
partes de América del Norte. Incluso recibimos
cartas de países extranjeros tan lejanos como
Ucrania, Japón y Australia. Nuestro entusiasmo
aumentó cuando nos dimos cuenta de que
habíamos aceptado la responsabilidad no solo de
explorar un campo inexplorado de la experiencia
humana, sino también de cartografiarlo
minuciosamente para los lectores de todo el mundo.
Judy y yo aparecíamos en dieciséis programas
de radio y televisión en los Estados Unidos y
Canadá, y cada programa generaba más
entrevistas. Muchos grupos de duelo y otras
organizaciones publicaron anuncios de nuestro
trabajo en más de cien de sus boletines y revistas.
Varias, incluidas Mothers Against Drunk Driving
(MADD) e IANDS, también nos invitaron a
presentar talleres en sus conferencias anuales, lo
cual hicimos con mucho gusto.
Y finalmente, docenas de personas promocionaron

con entusiasmo nuestra investigación de boca en
boca, y entrevistamos a muchos de sus familiares y
amigos.
Nuestra emoción se disparó cuando escuchamos
a personas cuyas vidas habían sido protegidas o tal
vez salvadas al tener un ADC. Algunos que habían
estado contemplando el suicidio nos dijeron que se
habían abstenido de quitarse la vida cuando intervino
un pariente o amigo fallecido. Muchos informaron
haber tenido noticias de un ser querido antes de que
se les informara de su muerte, mientras que otros
declararon que los habían contactado diez o veinte
años después. También recibimos relatos de personas
que habían compartido una experiencia ADC mientras
estaban juntas en el mismo lugar y momento. La
creciente evidencia de la realidad de las
comunicaciones después de la muerte llegaba
diariamente por teléfono y correo.
Era obvio para Judy y para mí que casi todos los
experimentadores, incluidos algunos que habían sido
escépticos devotos, fueron transformados emocional
y espiritualmente por sus ADC. Para 1993, nosotros
también nos habíamos convencido de que las cuentas
que recibíamos representaban contactos auténticos
con seres queridos fallecidos.
El Proyecto ADC tardó siete años en cumplir su

propósito. Durante este tiempo recopilamos más de
3300 relatos de primera mano de comunicaciones
posteriores a la muerte al entrevistar a 2000 personas
que viven en los cincuenta estados estadounidenses
y las diez provincias canadienses. Estas personas
son de todos los ámbitos de la vida y representan
diversos entornos sociales, educativos, ocupacionales
y económicos. Varían en edad desde un niño de ocho
años hasta un viudo de noventa y dos años.
Casi todas las personas que entrevistamos tenían
una educación religiosa cristiana o judía, y la mayoría
todavía mantiene una afiliación protestante, católica
o judía. Durante sus entrevistas, algunos hablaron del
cielo en su contexto cristiano tradicional, mientras que
otros lo usaron para describir la vida después de la
muerte en general. En este libro usamos “cielo”
cuando nos referimos a los reinos espirituales
superiores de la vida después de la muerte.
La duración promedio de una entrevista telefónica
fue de cuarenta y cinco minutos, aunque muchas
duraron más de una hora. A todos se les hizo un
conjunto estándar de preguntas, así como otras
relacionadas específicamente con el tipo de
experiencia que se informó. Dado que un ADC es un
evento extremadamente vívido y memorable, las personas que
entrevistados pudieron recordar los detalles de sus

contactos con gran claridad incluso muchos años
después.
Nuestro estudio contiene solo relatos de primera
mano de comunicaciones posteriores a la muerte.
Aunque escuchamos una serie de impresionantes
historias de segunda mano, siempre las pasamos por
alto a menos que pudiéramos entrevistar al
experimentador original. Además, para que una cuenta
califique para este libro, necesitábamos tener al
menos otras dos en nuestros archivos que fueran muy similares
Prácticamente todas las personas que participaron
en nuestra investigación gozaban de buena salud
cuando vivieron sus experiencias. Hicimos excepciones
para algunos que tuvieron su ADC durante una crisis
de salud, y esto se nota en sus relatos. Excluimos a
todas las personas que admitieron estar bajo la
influencia del alcohol o drogas ilegales en ese
momento, con la excepción de dos relatos en el
Capítulo 20, Gracia salvadora.
Muchos hombres y mujeres que entrevistamos
expresaron la esperanza de que los lectores se
beneficiarían de sus ADC. Querían evitarles a los
demás la confusión y el dolor que habían soportado
cuando pocos parientes o amigos estaban dispuestos
a creer sus historias.
Los entrevistadores, los transcriptores, Judy y yo nos

sentimos honrados y, a menudo, profundamente
conmovidos por las experiencias sumamente personales
y sagradas que las personas nos confiaron. En numerosas
ocasiones las entrevistas se volvieron extremadamente
emotivas, y algunas fueron interrumpidas por lágrimas
en uno o ambos extremos de la línea telefónica.
Las transcripciones de las entrevistas suman más de
10.000 páginas. Nuestra tarea más difícil fue seleccionar
los ADC que mejor representan el rango y la profundidad
de nuestra investigación y presentarlos de una manera
clara y fácil de entender. El formato de este libro, que es
una hoja de ruta de este complejo campo, fue elegido
para mostrar la mayor cantidad de relatos de primera
mano. Cada uno es una historia corta completa contada
en las propias palabras del experimentador, y la mayoría
incluye también los efectos emocionales y espirituales.
Todos contienen una vitalidad que solo puede derivarse
de la lectura de experiencias completas.
Debido a que hablan por sí mismos, decidimos agregar

una cantidad mínima de comentarios, lo que le permite
disfrutar de una amplia gama de cuentas. Creemos que
este enfoque lo ayudará a evaluar la vida después de la
muerte.
comunicaciones y en hacer su propio juicio bien

informado con respecto a su credibilidad.
A lo largo de esta presentación de investigación
informal, generalmente hemos escrito breves
comentarios después de cada una de las cuentas de ADC.
La mayoría destaca, examina o amplía el significado
de una experiencia específica, mientras que otros
contienen observaciones sobre el duelo y el proceso
de duelo. En algunos casos, notará que nuestro
comentario se extiende mucho más allá de una cuenta
en particular. En esos casos, generalmente recurrimos
a las muchas otras entrevistas en nuestros archivos.
También incorporamos información de numerosas
fuentes adicionales, como experiencias cercanas a la
muerte, viajes fuera del cuerpo y los diversos tipos de
fenómenos espirituales que habíamos estudiado
durante los últimos dieciocho años. Como resultado,
puede encontrar partes de nuestro comentario bastante
desafiantes o provocativas.
No esperamos que esté necesariamente de acuerdo

con todas nuestras conclusiones. De hecho, puede
llegar a interpretaciones muy diferentes de estas
experiencias y formar opiniones propias igualmente
válidas. Te respetamos por eso y mira
Esperamos recibir sus cartas y conocer sus puntos de

vista.
A menudo nos han preguntado: "¿Cuántas personas
han tenido una experiencia ADC?" Con base en nuestra
investigación, estimamos conservadoramente que al
menos 50 millones de estadounidenses, o el 20 % de la
población de los Estados Unidos, han tenido una o más
comunicaciones después de la muerte. Los porcentajes
aumentan dramáticamente entre los padres en duelo, los
viudos, los hijos en duelo y todos los demás que han
sufrido la muerte de un ser querido.
Para poner en perspectiva las experiencias de

comunicación después de la muerte, las encuestas
estiman que 10 millones de estadounidenses, o el 4% de
la población, han tenido una experiencia cercana a la
muerte. Esto significa que el campo de los ADC es al
menos cinco veces mayor que el de las NDE.
Los experimentadores cercanos a la muerte estaban
en el umbral de la muerte, y muchos afirman que visitaron
un mundo espiritual antes de regresar a su cuerpo físico.
En contraste, todas las comunicaciones en este libro son
de personas que realmente murieron y completaron su
viaje hacia la luz.
Presumiblemente, tienen una comprensión más profunda.
y un punto de vista más amplio de la vida en la tierra y

nuestro propósito de estar aquí.
Los ADC son muy comunes en otras partes del mundo,
donde se aceptan socialmente como comunicaciones
reales de seres queridos fallecidos. Las personas que
tienen estas experiencias pueden compartirlas libremente
y con alegría con los demás, y todos se benefician al
discutir estos eventos abiertamente. Creemos que las
comunicaciones posteriores a la muerte merecen el mismo
grado de conciencia pública y aceptación en nuestra
cultura.
Nuestra presentación comienza con un estudio en
profundidad de los doce tipos más comunes de contactos
después de la muerte, incluido el consuelo y la sanación
emocional que brindan. Luego examinaremos los ADC
“temerosos” y otros dos temas especiales. Los próximos
seis capítulos ofrecerán evidencia persuasiva de que estas
experiencias son comunicaciones genuinas de parientes y
amigos fallecidos. El capítulo 22, Un collar de perlas,
presenta relatos que son "lo mejor de lo mejor" de nuestros
archivos, y el capítulo final explora algunas de las muchas
implicaciones sociales y espirituales de gran alcance de
nuestra investigación.
CAPITULO 2
Sentir una presencia:

ADC inteligentes
No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual,

somos seres espirituales teniendo una experiencia humana.
-Dr. Wayne W. Dyer
Según nuestra investigación, existen doce tipos

principales o formas de comunicación después de la
muerte. Sentir o sentir la presencia de un familiar o
amigo fallecido es uno de los tipos de contacto más
comunes. Llamamos a estos ADC inteligentes.
Las personas informaron tener una conciencia

intuitiva o un conocimiento interno de que su ser
querido fallecido estaba con ellos en la misma
habitación o área. Era una sensación clara, casi
física, de que él o ella estaba cerca. La presencia se
sentía familiar y transmitía la identidad y la personalidad de la
que había muerto. Como explicó una psicóloga: “Todo el

mundo tiene una esencia o un patrón de energía personal
que es tan único e individual como sus huellas dactilares”.
Muchas personas afirman que pueden sentir las

emociones y el estado de ánimo general de su ser querido
fallecido mientras tienen un ADC sensible.
Y algunos pueden recibir mensajes no verbales de esta
manera.
Aunque sentir la presencia de alguien es la forma menos
tangible y más sutil de contacto con ADC, cada experiencia
tiene un comienzo y un final definidos. Los experimentadores
saben cuándo llegan sus familiares y amigos fallecidos y
cuándo se van.
Los primeros cinco relatos de este capítulo son

descripciones típicas de sentir la presencia de un ser
querido fallecido.
Diane es una enfermera de hospicio de 53 años en Ohio.
Recibió una visita amorosa 18 meses después de que su
abuela muriera de cáncer:
Mientras estaba parado en el fregadero de mi cocina, sentí esta

calidez, esta presencia. No era físico sino más bien una presencia
parada a mi alrededor, envolviéndome. ¡Sabía que era mi abuela!
Nada especial estaba pasando en mi vida en ese momento, y no
había estado pensando en ella. No sonaron las campanas ni nada. yo
tuve la sensación de que la abuela estaba allí conmigo. Luego, en menos de un

minuto, se detuvo.
Recuerdo sentirme muy querido y amado. fue realmente
cosa agradable que haya sucedido.
Nuestra investigación indica que no se necesitan

preparativos especiales para tener un ADC sensible o
de otro tipo. Cuando las personas tienen tales
experiencias, por lo general se dedican a actividades
ordinarias y mundanas y ni siquiera piensan en el que
ha muerto.
Marjorie, una ama de casa de 59 años en

Florida, tuvo este tierno ADC unos 2 años después de
que su madre muriera de neumonía:
Estaba sentado en el sofá leyendo un libro de misterio. De repente, sentí a mi
madre sentada a mi lado izquierdo. No podía verla ni oírla, pero sabía que estaba
allí. Su individualidad era tan real como cuando estaba viva.
Ella estaba contenta con sentarse a mi lado. No había que decir nada, era solo
una unión de nuestros espíritus. Fue un sentimiento cálido, un sentimiento muy
agradable y amistoso. Esto duró probablemente tres o cuatro minutos, y luego se
fue.
Estaba muy agradecida por nuestro tiempo juntos.
Los ADC conscientes pueden ser bastante breves o

durar varios minutos. Independientemente de su
duración, los experimentadores a menudo sienten que
han sido abrazados con calidez emocional y amor.
Jeffrey, de 36 años, es profesor y escritor

independiente en California. Su abuela lo contactó solo
unas horas después de morir de insuficiencia cardíaca
congestiva:
Estaba sentado en mi sala mirando una foto que siempre fue la

favorita de mi abuela. Es El Buen Pastor, donde Jesús sostiene un
cordero.
De repente, hubo una verdadera sensación de suavidad, una
extrema sensación de paz que era inexplicable. Sentí que mi abuela
estaba en la habitación. Era un sentimiento cálido y muy natural que
ella estuviera presente.
Podía sentir su espíritu, como si me estuviera asegurando que
estaba feliz y en paz. Era casi como si se estuviera despidiendo por
última vez antes de continuar.
Esto duró unos veinte minutos y luego la paz se desvaneció
suavemente. Fue un consuelo y una seguridad que la abuela estaba
bien.
A lo largo de nuestra investigación, numerosas

personas informaron haber
abarcaba uny unauna
sentido
todo paz que
durante
profunda lo
sucomodidad
experiencia con ADC. Y algunos, incluidos los recién
afligidos, compararon este sentimiento con “la paz que
sobrepasa todo entendimiento”.
Lynn, una peluquera de 38 años de Florida, tuvo una

experiencia alegre con su novio, Fred, después de que
éste muriera de un infarto:
Una tarde, estaba regando plantas en el porche. Fred y yo

amábamos las plantas, eso era algo que compartíamos. Mientras
las regaba, llegué a una planta que significaba mucho para él.
Realmente se veía andrajoso, y no estaba loco por eso.
Mientras estaba parado allí pensando en lo mal que se veía la
planta, tuve la sensación de que Fred estaba allí conmigo. Lo sentí
muy, muy fuerte.
Sabía que Fred estaba detrás de mí. ¡Sentí que si retrocedía dos
pasos, me chocaría con él! Me dio una sensación agradable, me reí
y continué.
La presencia de un ser querido fallecido generalmente se

siente distinta y su identidad es fácilmente reconocible. Esto
se debe a que aparentemente regresa con todos los aspectos
de su ser, excepto con su cuerpo físico.
Ken es un ejecutivo de publicidad de 58 años de Florida.

Tuvo un encuentro sorprendente después de que su amigo,
Oscar, muriera de un derrame cerebral:
Siempre tuve una gran admiración por Oscar, aunque nunca lo

veía muy a menudo. Realmente no pasé mucho tiempo pensando
en su muerte. Solo que se había ido y que lo iba a extrañar porque
no podía hablar con él, y cosas así.
Un par de meses después de su muerte, caminaba por el pasillo

de mi oficina como lo hacía mil veces al día. ¡De repente, sentí a
Oscar! No estaba en un ensueño o incluso pensando en él. De
hecho, estaba caminando hacia el área de recepción para
encontrarme con un cliente.
Sentí su presencia, estaba a mi alrededor. Era como si me hubiera

sumergido en una burbuja de su energía. Tengo una sensación de alegría.
¡Fue como volver a ver a Oscar! Pero seguí caminando mientras le decía
algo en silencio, y luego se fue.
Las comunicaciones después de la muerte pueden ocurrir en

cualquier lugar. Sentient y todos los demás tipos de ADC pueden
ocurrir en el hogar o en el trabajo, en interiores o exteriores, y
cuando estamos solos o rodeados de otras personas.
Como demuestran los siguientes cinco relatos, los ADC

conscientes pueden ocurrir inmediatamente o mucho después
de la muerte de un ser querido.
Edith, una consejera de duelo en Florida, disfrutó de un

momento especial con su paciente de 65 años, Howard, que
tenía ELA, también conocida como
Enfermedad de Lou Gehrig:
Estaba en casa cuando la enfermera del hospicio me llamó para

decirme que Howard se estaba muriendo activamente, un proceso que
puede durar horas. Su esposa estaba pasando por un momento muy difícil
y quería que fuera y estuviera allí con ella. Dije: “Por supuesto”, y fui a
cambiarme de ropa.
Estaba en mi vestidor cuando, de repente, experimenté la presencia de
Howard. Él estaba allí a mi lado derecho. Había una ligereza de ser, una
alegría y una sensación de libertad.
Fue como si escuchara en mi corazón su adiós y un agradecimiento

por estar ahí para él como lo había estado yo. No estuvo allí mucho tiempo,
probablemente unos treinta segundos.

Cuando salí del armario, miré nuestro reloj digital, que marcaba las 4:23.
Procedí a vestirme y conduje hasta la casa de Howard. Cuando entré, me
dijeron que había fallecido a las 4:23.
Edith tuvo esta visita antes de saber que su paciente

había muerto. El momento de su experiencia con Howard
y el momento real de su muerte se corresponden con
precisión, proporcionando evidencia adicional de la
realidad de su ADC. Más adelante en este libro, se
dedica un capítulo completo a las comunicaciones
posteriores a la muerte que ocurrieron antes de que la
persona viva fuera informada de la muerte de un ser querido.
Lori es una joven ama de casa en Texas. Ella tuvo

esta conmovedora experiencia unos 3 meses después
de que su hijo de 2 años, Kevin, muriera de SIDA:
Conducía mi camión a una reunión del Concejo Municipal para pedir más
fondos para los servicios contra el SIDA. Era la primera vez que iba a hablar
ante semejante público y tenía un poco de miedo.
Encendí la radio y escuché esta canción por primera vez. Era "Tears in
Heaven" de Eric Clapton, que escribió para su hijo de cuatro años que murió.
Mientras escuchaba las palabras, tuve la sensación de la presencia de Kevin.

Las lágrimas brotaron de mis ojos y comencé a llorar. Sentí su presencia todo
el tiempo que sonaba la canción y tuve una abrumadora sensación de paz.
Entonces la presencia de Kevin ya no estaba allí.
Después de esto, pude reunir fuerzas para hacer mi presentación porque

sabía que no estaba haciendo esto sola. ¡Y todo lo que pedí al Ayuntamiento
se ha hecho!
Desde que tuvo este ADC con su pequeño hijo,

Lori se ha sentido inspirada para hablar sobre el
SIDA en muchas escuelas secundarias y clubes.
Su ministerio personal le da mayor significado a la
corta vida de Kevin.
Irene es una artesana autónoma en Virginia.

Tuvo esta jubilosa reunión 6 meses después de
que su hija de 22 años, Tracy, muriera en un
accidente automovilístico:
Alrededor de las 5:30 de la tarde, mi esposo y yo estábamos en nuestro
campo. Habíamos estado trabajando muy duro y estábamos junto al
estanque. Estaba caminando rápido, como suelo hacerlo, de vuelta al tractor
para conseguir algo.
¡De repente, supe que Tracy estaba a mi lado! Ella caminaba a la par de
mí, caminábamos rápido y fuerte juntos. Me envolvió un sentimiento de
amor y alegría abrumadores. ¡Fue increíble! Fue como un profundo suspiro
de felicidad.
Es como si estuvieras caminando con alguien y mirando al frente. Sabes

que están ahí. Sientes, y tu cuerpo siente, su presencia a tu lado. Eso es lo
que sentí.
Entonces, de repente, me di cuenta de que estaba solo en el campo.
Sentí una alegría increíble por tener esta experiencia y, sin embargo,
también tristeza por no poder tomar la mano de Tracy y correr con ella nuevamente.
La maravilla y el deleite de un ADC es que podemos

tener uno completamente "inesperadamente", sin motivo
aparente ni ocasión especial. Estos momentos
espontáneos de reunión espiritual con un ser querido
fallecido pueden llenarnos de alegría inmediata y
dejarnos con un conocimiento interior que dura toda la
vida.
Betty, una ama de casa de 56 años de Florida, no

esperaba que su madre regresara 3 años después de
morir de policitemia:
Conducía por la carretera, solo mi viaje normal y diario a casa
desde el trabajo. ¡De repente, mi madre estaba conmigo en el
auto! Ella estaba allí conmigo.
Sentí su presencia, la esencia de mi madre, como si ella
estuviera realmente allí. ¡Era casi como si hubiera extendido la
mano, podría haberla tocado!
Sentí una tremenda sensación de calidez, una calidez amorosa
y reconfortante. Era como si mi madre quisiera que supiera que
ella siempre está ahí para mí.
Fue una hermosa experiencia. Duró poco tiempo y me dejó
flotando, sintiéndome tan feliz.
Es posible que se sorprenda, al igual que nosotros,

de que algunas personas hayan tenido ADC mientras
conducían un vehículo motorizado. Este puede parecer
un momento y lugar inusuales para tal experiencia, pero usted
Leeré varios relatos similares a lo largo de este

libro.
Lawrence es un ministro episcopal en Virginia.

Tenía solo 28 años cuando se dio cuenta de la
devoción de su abuela por él, 8 años después de
que ella muriera de un derrame cerebral:
Esta experiencia se remonta a cuando nació nuestro hijo mayor.
Mi esposa había estado de parto durante mucho tiempo. Terminaron
teniendo que hacer una cesárea. La enfermera bajó para decirme
que todo estaba bien.
Cuando subí al elevador para ver a mi esposa en el quinto piso,
estaba agradecido de que todo hubiera salido bien. Subiendo en el
ascensor, fue muy tranquilo y silencioso. Estaba solo, ¡al menos
pensaba que lo estaba!
De repente, hubo una presencia y pude sentir que mi abuela
Anna estaba allí conmigo. Fue bastante relajante. Sentí que estaba
observando lo que estaba pasando. Le dije: “Está bien, abuela.
Ambos están bien. ¡Es un niño!" Este fue su primer bisnieto en
continuar con el apellido.
Es muy reconfortante saber que existe una conexión que no
cesa. La iglesia cristiana habla de la vida después de la muerte, y
esta experiencia me volvió a enfatizar que esto es así. Lo que dijo
el Señor es verdad.
Es conmovedor considerar la posibilidad de

que nuestros seres queridos fallecidos puedan
participar en nuestras celebraciones de vida. Este
ADC sensible implica que tienen un proceso continuo
interés en nuestros asuntos y continúa cuidándonos

con amoroso cuidado y preocupación.
Tener una serie de ADC es bastante común.

Los siguientes tres relatos son ejemplos de personas
que han tenido más de una experiencia sensible con el
mismo familiar fallecido.
Susan, una ama de casa de 48 años de Florida,

comenzó a sentir la presencia de su suegro poco
después de que muriera de cáncer:
Era muy tarde en la noche y yo estaba sentado en la mesa del
comedor pagando cuentas. De repente tuve la sensación de que no
estaba solo. Sentí muy fuertemente la presencia de mi suegro.
Al principio, me sentí sorprendido y un poco confundido. Pero eso
se fue rápidamente porque vino con tanta paz y calidez. ¡Estaba
realmente emocionada de que él estuviera allí!
Esto sucedió unas tres veces, siempre tarde en la noche. Parecía
curioso y preocupado por nuestro bienestar, y sentí que sus visitas
eran para controlarnos.
Luego ya no vino más. Sentí que sus preguntas habían sido
respondidas y que estaba muy feliz una vez que se dio cuenta de que
la familia estaba junta y unida.
Por lo general, son los sobrevivientes en duelo los

que necesitan consuelo después de la muerte de un
ser querido. Pero en este caso, parece que el suegro
fallecido de Susan hizo una serie de visitas amistosas porque
quería estar seguro del bienestar de su familia.
Tom, de 48 años, es dueño de una cadena de salones

de belleza en el sureste. Recibió apoyo continuo de su
madre fallecida durante un período muy estresante de su
vida:
Mi esposa, Marilyn, se estaba muriendo de cáncer. Durante su

enfermedad, sentí la presencia de mi madre acercándose mucho,
una y otra vez, para darme comprensión y consolarme.
Solo sentí su presencia. No era más que un sentimiento, pero
sabía que ella estaba allí. Sentí el amor de mi madre y supe que no
estaba sola.
El día que murió mi esposa, me quedé atónito. yo estaba
entumecido Acabo de colapsar. Me desperté unas dieciséis horas
después y sentí de nuevo la presencia de mi madre, con tanta
fuerza, como si estuviera afligida conmigo. Y, en cierto modo, que le
estaba dando la bienvenida a Marilyn.
Parece que nuestros seres queridos fallecidos todavía

pueden estar ahí para nosotros cuando más los necesitamos.
A menudo pueden ser una fuente de consuelo y fortaleza a
la que recurrir durante las situaciones más difíciles de la
vida. ADC como estos afirman su amor perdurable por
nosotros.
Eleanor es psicoterapeuta en Washington, DC Tuvo una

serie de visitas de su padre.
después de que él muriera de un ataque al corazón cuando ella estaba en el
último año de la escuela secundaria:
Mi padre era un hombre muy amable, sensible e inteligente. yo

lo amaba mucho. Pero sufrió mucho dolor en su vida.
Durante algunos años después de su muerte, me di cuenta de su
presencia. Sentí la profundidad de su presencia, todo el sentido de él.
Era la sensación de cómo era cuando estaba vivo y bien. El sentimiento
de él era muy distinto, muy cálido y de mucho apoyo.
Mi padre me animaba a seguir con mi vida y no

estar molesto con su muerte.
Tener múltiples ADC con el mismo ser querido

fallecido puede ser realmente una bendición.
Por lo general, reducirán nuestro dolor y acelerarán
drásticamente nuestro proceso de curación.
Algunas cuentas de ADC informaron haber sentido

la presencia de dos o más seres queridos fallecidos al
mismo tiempo. Cuando esto ocurrió, el experimentador
pudo identificar a cada uno de los individuos.
Nancy es enfermera en Alabama. Necesitaba aliento

e inspiración 2 años después de que su hijo de 9 años,
Jason, muriera de leucemia:
Recibí una llamada telefónica urgente de mi hermana diciendo que
Brandon, mi sobrino de 8 años, había muerto atropellado por un coche.
mientras montaba en su bicicleta. Así que me fui a Carolina del Norte al

día siguiente para asistir a su funeral.
Traje un poema que me dieron cuando mi hijo, Jason, murió; me ayudó
en los momentos más oscuros. Mi familia quería que leyera este poema
junto a la tumba de Brandon. Pero estaba muy intranquilo porque no sabía
si podría pasar el servicio. Hice mucho examen de conciencia y oración,
pidiendo guía y fortaleza.
Mientras leía el poema, de repente sentí la presencia de Jason y

Brandon. Jason estaba a mi izquierda y Brandon a mi derecha. ¡Sé que
estaban allí!
Tenía una abrumadora sensación de amor y cariño, y un sentimiento
muy tranquilo y sereno. Intuitivamente, sentí que me estaban ayudando a
superar este momento difícil.
El apoyo de los niños no solo animó a Nancy y le

permitió cumplir con su compromiso en el funeral, sino
que más tarde pudo relatar su experiencia a los padres
de Brandon. Un ADC, cuando se comparte con otros,
puede convertirse en una fuente de sanación emocional
y espiritual para muchas personas.
El relato final de este capítulo sugiere que el tiempo,

el espacio y la muerte no son limitaciones para la
expresión de amor y compasión por parte de un familiar
o amigo fallecido.
Sandy es una enfermera de 49 años en Washington.
Su vida cambió para siempre 5 años después de su
padre murio de cancer:
Yo era enfermera de quirófano en Vietnam. Esto sucedió dos o tres

semanas después de que llegué allí en 1968. Poco después de
acostarme, el hospital fue atacado por una andanada de cohetes. ¡La
tierra temblaba y el ruido era ensordecedor!
Me arrastré debajo de mi cama hasta el piso de concreto. Estaba
muy fría, incómoda y asustada. ¡De repente, mi padre estaba conmigo!
Sentí su presencia y su calidez emocional: el cariño y el amor de mi
padre me envolvieron.
Me sentí envuelto en la seguridad de su fuerza y tuve una
abrumadora sensación de paz. Me aseguró que todo iba a estar bien.
Estuvo allí varios minutos, y luego se fue.
Esta experiencia fortaleció mi espiritualidad y me quitó el miedo a la
muerte.
A lo largo de mi recorrido, traté con muchos jóvenes que resultaron
gravemente heridos y otros que fallecieron. La guerra no se detuvo, las
bajas siguieron llegando.
Me senté con muchos que se estaban muriendo porque no podía
imaginarlos muriendo solos en un país extranjero. Mi experiencia con
mi padre contribuyó a mi capacidad para hacer eso.
Aunque Sandy recibió esta comunicación de su padre

sin el beneficio del lenguaje, su mensaje fue entregado
con claridad. No solo le dio a su hija lo que necesitaba en
ese momento, sino que también le dio un regalo para toda
la vida, uno que pudo compartir con una fila interminable
de hombres y mujeres jóvenes heridos y moribundos que
sirvieron con ella en Vietnam. Guerra.
Como ya aprendió, una experiencia ADC

sensible a menudo nos brinda sentimientos de
amor, comodidad y calidez. Estos pueden ser
los frutos de experimentar directamente la
esencia personal y la conciencia espiritual de
un ser querido fallecido.
¿Cómo se sentiría si escuchara la voz de un

ser querido fallecido y le dieran un mensaje
verbal durante un ADC? De esto y más se
hablará en el próximo capítulo.
CAPÍTULO 3
Escuchar una voz:

ADC auditivos
No debe haber miedo a la muerte, porque la muerte del cuerpo no es

más que un paso suave hacia una vida mucho más libre.
—Helen Greaves
Recibir un mensaje verbal, al escuchar la voz de un

familiar o amigo fallecido, también es un tipo muy común
de comunicación después de la muerte. Llamamos a
estos ADC auditivos.
Algunas personas informaron haber escuchado una
voz audible que provenía de una fuente externa.
Escucharon la voz a través de sus oídos de la misma
manera que escucharían a cualquier otra persona que les
hablara.
Pero la mayoría de las personas dijeron que escucharon
una voz internamente, dentro de su cabeza o mente, y
estaban igualmente seguros de que la voz se originó en un
fuente que estaba fuera de ellos. Esto se llama

comunicación telepática. La telepatía también se conoce
como contacto de mente a mente, comunicación mental
y transferencia de pensamiento.
Ya sea que escucharan a su ser querido fallecido
externa o internamente, el patrón del habla y otras
características de su voz sonaban familiares. De cualquier
manera, reconocieron fácilmente a quien les estaba
hablando.
Generalmente, los mensajes que se reciben durante
los ADC auditivos son breves y directos.
Pueden compararse con los telegramas, que normalmente
contienen veinticinco palabras o menos.
Los primeros tres ejemplos en este capítulo son ADC
auditivos externos en los que las experiencias informaron
haber escuchado una voz audible a través de sus oídos.
Alfred es un agricultor jubilado y trabajador de una

fábrica en Nueva Escocia, Canadá. Se convirtió en un
padre desconsolado cuando su hijo de 11 años, Trevor, murió de
cáncer:
Trevor murió a las 4:00 de la mañana. Cuando mi esposa y yo

comenzábamos a salir del hospital y regresar a casa, el sol
estaba saliendo en el horizonte. Mi hermana estaba con nosotros
en el auto y dijo: “Nunca había visto un amanecer tan hermoso
en mi vida”.
Justo cuando miré hacia el sol, pude escuchar la voz de Trevor que
decía: "Está bien, papá". Era su voz, tan clara como podía ser. Llegó
a mis oídos, como si estuviera sentado en el asiento trasero.
Instantáneamente, tuve esta sensación de paz que nunca antes

había tenido, que duró probablemente diez o quince segundos.
Entonces supe que Trevor estaba con Dios, y esta debe ser la paz
que estaba sintiendo.
Aunque recibió solo un breve mensaje, "Todo está

bien, papá", Alfred se sintió reconfortado de inmediato
por su experiencia. Escuchar esas cuatro palabras
tan poco tiempo después de la muerte de su hijo
marcó la diferencia.
Philip es psiquiatra en Kentucky. Lo tomó por

sorpresa cuando escuchó de su hija de 15 años, Tina,
después de que ella muriera en un accidente
automovilístico:
Tina tenía amigos por toda la ciudad. No nos dimos cuenta de lo

involucrada que había estado con tantos niños. Ella era toda una
fuerza para el bien en la comunidad.
Le había dicho a una de sus amigas de la escuela dominical que si
ella moría, le gustaría que todos hicieran una fiesta por ella y no llorar.
Su amiga nos recordó esta declaración.
Entonces, la noche del funeral de Tina, tuvimos una gran reunión
en nuestra casa con 200 a 300 niños, algunos con sus padres. ¡Era
gente de pared a pared!
Estaba pasando por el pasillo de abajo cuando escuché a Tina
decir: “¡Te amo, papá!”. Me di la vuelta porque esto
Era una voz externa audible.

Soy un psiquiatra certificado por la junta y no soy dado a escuchar
cosas que no existen. Habiendo vivido mi carrera profesional como una
persona científica bastante testaruda, realmente no esperaba esto.
Sin embargo, esta experiencia quitó un poco del aguijón de

la pérdida porque sabes que realmente no los has perdido.
Philip reconoció la voz de Tina a pesar de la gran

cantidad de personas que había en su casa en ese
momento. ¿Qué palabras podrían ser más significativas
para cualquier padre afligido que las que eligió su hija:
“¡Te amo, papá!”
Sherrie, una reclutadora corporativa de 31 años en

Washington, enviudó cuando su esposo,
Scott, murió de un aneurisma cerebral a los 37 años:
Unas tres semanas después, el día de Navidad, estaba durmiendo en
la sala de estar de la casa de un amigo. Eran alrededor de las 3:00 a 4:00
de la mañana. Un sonido me despertó.
¡Era la voz de Scott, tan clara como siempre! Reconocí su voz y su
forma de hablar. Era una comunicación externa que estaba totalmente
fuera de mí.
Él dijo: “Nunca tengas miedo. Siempre tendrás a tu alrededor a las
personas que necesitas”. Lo dijo con tanta convicción que parecía saber
más cosas que yo. Esta declaración me hizo sentir que todo iba a estar
bien, a pesar de que Scott se había ido.
Esa experiencia realmente cambió las cosas para mí. Se me quitó un

gran peso de encima.
La voz de Scott era tan fuerte y real que literalmente

despertó a Sherrie de su sueño. Y habló con tanta
autoridad que su mensaje le dio el apoyo emocional
que necesitaba para seguir con su vida.
•••
Los siguientes tres relatos son de personas que

informaron tener un ADC auditivo interno. Es decir,
escucharon la voz de su ser querido fallecido por
telepatía. Observe cómo todos recibieron el mensaje
mentalmente en lugar de a través de sus
orejas.
Donald es profesor de inglés en una universidad de

Nueva Jersey. Tuvo esta divertida experiencia con su
hijo de 27 años, Jeff, quien murió casi 3 semanas
después de ser atropellado por un conductor ebrio:
Una mañana, dos o tres meses después de su muerte, estaba acostado
en la oscuridad pensando en las últimas horas y minutos de conciencia de
Jeff. Estaba hablando en voz alta, “¿Cómo te fue? ¿Como le fue?" Era toda
mi paternidad hablándole.
Hubo un largo silencio. Entonces escuché muy claramente a mi hijo
Una voz en mi cabeza responde con acento de Minnesota: “Ooo-key”.
¡Sentí un inmenso alivio! ¡La cantidad mínima de verbalización de Jeff fue
directa al punto!
En mi carrera académica, nos mudamos un poco por el país.
Los dialectos locales se habían convertido en un punto de humor para nuestra familia durante
años. Todos escuchamos A Prairie Home Companion de Garrison Keillor

y nos divertimos mucho con el acento de Minnesota.
El espíritu, el sentido de la diversión y el recuerdo de los viejos tiempos
hicieron de esto algo que me alegró mucho escuchar. El hecho de que Jeff
pudiera ser lo suficientemente libre para bromear de una manera que se
pudiera compartir instantáneamente hizo que el contacto con él fuera aún
más valioso.
Este ADC ilustra el poder que incluso un breve

mensaje puede comunicar. Jeff escogió
inteligentemente para su padre la palabra y el
estilo de expresión perfectos que transmitirían el
mayor significado. Debe haber sabido que su
padre reconocería su sentido del humor
completamente restaurado y lo asociaría con sus
muchos momentos divertidos juntos.
Karen es profesora asistente en una universidad

en Hawái. Su dolor se disipó cuando escuchó la
voz de su hermano Walt, de 41 años, después de
que un conductor ebrio lo matara en un choque
frontal:
Cinco meses después de la muerte de mi hermano, estaba conduciendo a casa
de dar una clase nocturna. Ni siquiera estaba pensando en él.
De repente, de la nada, escuché la voz de Walt en el interior
mi cabeza. Era telepático, era su tono de voz.
Él dijo: “¡Oye, hermanita! Deja de preocuparte por mí.
Todo está bien."
Mi respuesta inmediata fue: “¡Walt! Walt, ¿eres tú? Eso

fue tan rápido que pensé que debía haberlo imaginado.
Por otra parte, tal vez uno o dos minutos más tarde, recibí el mensaje:
“Mi accidente no importa. No es importante. Deja de preocuparte.
Esta fue la respuesta a muchos de mis miedos. yo había estado

preocupado por Walt porque la suya fue una muerte súbita y violenta.
Quizás se pregunte por qué los ADC ocurren con

tanta frecuencia en los automóviles. Probablemente se
deba a que nos relajamos mucho cuando conducimos,
especialmente si el tráfico es relativamente ligero y
estamos solos en el vehículo. Mentalmente, estamos
operando en “piloto automático” mientras realizamos
una actividad familiar y repetitiva, lo que nos permite
entrar en un estado semi meditativo de conciencia. En
esos momentos, es más probable que seamos abiertos
y receptivos a tener una experiencia ADC.
Carla es maestra de escuela en Carolina del Norte.

Tenía este ADC telepático 18 meses después de que
su hija de 5 años, Amy, muriera de un cerebro.
tumor:
Normalmente me detengo en la tumba de mi hija cuando paso por

allí. Era el día de San Valentín y me sentía un poco mal porque no había
traído nada para poner en la tumba de Amy. Así que decidí que no me
detendría, solo traté de sacarlo de mi mente y volver a casa.
Pero al pasar, me di cuenta de esta voz muy fuerte.

Aunque no era audible externamente, definitivamente pude
escucharlo. Amy dijo: “No te preocupes, mamá. No estoy ahí. Estoy bien.
Estoy con el abuelo y las otras personas que han muerto antes
que yo”.
Mi hija no quería que me sintiera culpable por cosas triviales
como poner flores en las tumbas. Me hizo saber que estaba bien
y que no tenía que preocuparme por ella. Esta experiencia me
trajo mucha paz.
Si bien Carla se arrepintió de no tener nada

que ofrecerle a su hija en el Día de San Valentín,
fue ella quien recibió un regalo invaluable de Amy.
Muchos padres en duelo y otros reciben el mismo
mensaje básico. Se les dice que su ser querido
fallecido continúa existiendo en una nueva vida y
que solo un cuerpo físico vacío y descartado se
entierra en un cementerio. También reciben el
reconfortante conocimiento de que su ser querido
ahora está con otras personas que han muerto
antes, tal como Amy dijo que está con su abuelo.
A partir de este punto, muchos de los relatos a

lo largo del libro serán más complejos porque se
experimentaron al mismo tiempo dos o más tipos
de comunicación después de la muerte. Llamamos
a estos ADC combinados. Por ejemplo, en los
siguientes seis informes, un auditorio
ADC se combinó con un ADC consciente. Los

experimentadores no solo recibieron un mensaje de
su ser querido fallecido, sino que también sintieron
su presencia.
Patricia es representante de servicio al cliente de
un banco en Nueva York. Su esposo, Herbert, se
puso en contacto con ella después de que él muriera
de enfisema a los 59 años:
Cuando Herb falleció, lloré todos los días durante todo un año porque lo
extrañaba mucho y me preocupaba por él. No solo era mi esposo, también era
mi mejor amigo.
Poco después del primer aniversario de su muerte, yo estaba durmiendo y
la voz de Herb me despertó. Llamó, “Patsy.
Paty. Lo escuché a través de mis oídos.
Cuando estaba completamente despierto, lo escuché decir: “Estoy bien.
Estoy bien. Me siento bien." Tuve la clara sensación de que estaba tratando de
decirme que no me preocupara por él.
Sentí que Herb estaba ahí y que por alguna gracia podía comunicarse.
Escuché su voz tan claramente. No respiraba con dificultad, solo su voz normal
y saludable, como antes de enfermarse.
No hay palabras para describir la calma que inundó

yo. Fue una bendición y me sentí muy bien.
Aquellos que escuchan la voz y sienten la

presencia de su ser querido fallecido durante la
misma experiencia ADC obtienen información
adicional sobre su bienestar actual.
Debido a que Patricia escuchó la voz de Herb, supo

que estaba completamente libre de enfisema.
Vicki es una gerente de oficina de 36 años en

Florida. Su padre la consoló y la renovó después de
que éste muriera repentinamente de un infarto a los
66 años:
No pude ver a mi padre cuando falleció, así que supongo que lo
tomé más difícil que los demás. Me dieron un permiso de dos semanas
para ausentarme de mi trabajo para recuperarme.
Después de mi primer día de regreso al trabajo, estaba conduciendo
a casa y la represa se rompió. Empecé a llorar y llorar y tuve que
parar a un lado de la carretera. Incliné mi cabeza en mis brazos sobre
el volante y lloré desconsoladamente.
Aproximadamente dos minutos después, sentí una presencia allí
mismo en mi auto. Me sentí encapsulado en una nube de amor y
escuché la voz de mi padre tan clara como una campana. Parecía
eufórico y dijo: “¡Estoy bien! ¡Yo estoy feliz! Solo cuida a tu madre. Lo
escuché a través de mis oídos.
¡Fue un milagro, una bendición! En ese instante, me llenó de tanto
amor y alegría que se llevó por completo todo mi dolor. Sabía que mi
padre estaba totalmente en paz y yo era una persona diferente a partir
de ese momento.
El padre de Vicki respondió a las necesidades de

su hija cuando estaba más angustiada emocionalmente.
Su ADC refleja el amor y la devoción que continúan
teniendo nuestros seres queridos fallecidos.
tienen para sus familiares y amigos que aún viven

en la tierra.
Warren es un entrenador de natación de 55 años

en Texas. Tuvo esta experiencia tranquilizadora
con su padre:
Mi patrón durante treinta años ha sido levantarme a las 4:30 de la
mañana para ir a nadar. Estaba dando vueltas y cuando llegué al final
de la piscina, sentí que mi padre decía: “Ahora estoy en el cielo. No te
preocupes por mí. Me siento bien. Estoy realmente feliz. Todas las
cargas y problemas que estaban sobre mis hombros se han ido”.
Me di cuenta de que papá me estaba hablando internamente. Me

acosté en el agua y me detuve durante unos cinco minutos. Era como
si mi padre me estuviera abarcando totalmente con su espíritu. Fue una
experiencia tan pacífica y positiva que ni siquiera puedo describirla.
Cuando regresé a mi casa, mi hermana me llamó para decirme que
papá había muerto a las 3:44 de la mañana de insuficiencia respiratoria.
El relato de Warren es otro ejemplo más de

alguien que se dedicaba a una actividad rutinaria y
repetitiva, como nadar en una piscina. Esto le
permitió entrar en un estado semi meditativo y ser
más receptivo a escuchar a su padre, de quien no
sabía que ya había muerto.
Peggy, de 50 años, es reportera de un periódico

en Arkansas. Se le pidió que entregara un mensaje.
después de que su abuela muriera de vejez:

Mi abuela insistió en vivir con su hermana y ambas tenían noventa
años. Cuando ya no pudieron cuidar de sí mismos, mi madre los
mudó a su casa.
Madre hizo todo en el mundo por ellos.
Pero esos últimos seis meses de vida de mi abuela estuvieron
llenos de quejas. Nada le sentaba bien, ni su comida, ni su ropa,
nada. Mi madre se estaba cansando y ya no podía cuidar a mi
abuela. Así que, a regañadientes, la puso en un asilo de ancianos
donde murió aproximadamente un mes después.
Mi abuela vino a mí el día después de su muerte. Estaba sentado

en mi sala, cuando de repente me rodeó toda su presencia, como
una nube rosa de amor. ¡Fue tan hermoso!
Ella dijo telepáticamente: “Quiero que le digas a tu madre cuánto

aprecio realmente todo lo que hizo por mí. Quiero que sepa lo
agradecido que estaba, aunque no pude expresarlo mientras estaba
vivo. Quiero que le digas eso.
¡La abuela era tan encantadora! Esta era una personalidad
totalmente diferente a la que habíamos conocido: la anciana con
dolores y molestias que nada complacería. Este era un lado
completamente diferente de mi abuela, una vez que estaba fuera de
su cuerpo.
Así que le di el mensaje a mi madre, tal como mi
me dijo la abuela. Y se le llenaron los ojos de lágrimas.
El ADC de Peggy es un ejemplo de alguien que

completa un "asunto pendiente" después de su muerte.
Tenemos varios relatos en nuestros archivos en los que
familiares y amigos fallecidos regresaron para expresar
su gratitud u ofrecer un
disculpa sincera cuando no habían resuelto sus asuntos

antes de que ocurriera la muerte.
Mario, de 87 años, es un comerciante de azúcar jubilado

de Florida. Su amada esposa, Nina, regresó con él después
de que ella muriera de enfisema:
Nina y yo estuvimos casados durante cincuenta y siete años. Nos conocimos de
una manera muy romántica, y dos horas más tarde estábamos irremediablemente
enamorados, por completo y para siempre.
Una noche después de su muerte, yo estaba profundamente dormido en nuestro dormitorio.
De repente, sentí a mi Nina de pie junto a la cama. Luego escuché su voz dentro de
mi cabeza decir: “Ahora estoy en el cielo, lo merezca o no. Mi gran amor por los
niños pequeños toda mi vida compensó mis otros pecados. Obtuve permiso para
volver a decirte que estoy esperando pacientemente a que me acompañes.
“El tiempo no tiene sentido aquí, así que no tengas prisa. Tómate el tiempo que
quieras antes de dejar el mundo. Esperaré pacientemente hasta que llegue el día en
que te reúnas conmigo aquí.
Entonces estaremos unidos en un abrazo eterno”. Y con eso, se desvaneció de mi
conciencia.
Sentí un enlace, una confirmación satisfactoria de que la muerte vendría
no nos separe, que Nina y yo volveríamos a estar unidos.
La alegre promesa de Nina es una de muchas en este

libro que implica que nos reuniremos con nuestros seres
queridos fallecidos cuando muramos. Este parece ser el
mensaje subyacente, la esencia de casi todos los ADC.
Rhoda es un músico clásico en Texas. Tenía 19

años cuando tuvo este transformador encuentro con
su abuelo, quien había muerto de un infarto:
Apenas cuarenta y ocho horas después de su muerte, me despertaron.

Miré el reloj y eran las 2:10 am ¡Sabía que mi abuelo estaba allí! Sentí que
estaba parado al pie de la cama.
Empezó a hablarme y me dijo: “Quiero que sepas que todo está bien por
aquí. Por favor, diles a todos que no se preocupen por mí. Estoy feliz. Hice
todo lo que tenía que hacer en la tierra, y quiero que se lo digas a todo el
mundo. Y diles que los amo”.
No fue una voz lo que escuché, fueron ideas y pensamientos. Fue

verdaderamente telepático y simplemente lo dejé venir. Fue un sentimiento
tan pacífico: me sentí inundado de paz por todas partes.
El abuelo realmente se estaba despidiendo. Siento que necesitaba hacer
eso tanto como yo necesitaba escucharlo.
Fue el mensaje más poderoso que pude haber recibido de la vida después
de la muerte. Me catapultó a una búsqueda más profunda del sentido de la
vida.
El relato de Rhoda muestra que algunas personas

en realidad no escuchan una voz, ni externa ni
internamente. En cambio, reciben mentalmente
pensamientos que con certeza se originan fuera e
independientemente de su propia mente. Esto se
conoce como transferencia de pensamiento.
Las siguientes dos cuentas ADC incluyen comunicación

bidireccional. Parece que nuestros familiares y amigos
fallecidos pueden leer nuestra mente y responder
telepáticamente a nuestros pensamientos más íntimos.
Beth, una escritora de 56 años de Florida, tuvo este ADC

informativo después de que su padre, Norman, muriera de
insuficiencia cardíaca congestiva:
La noche en que murió mi padre, yo estaba acostado en la cama y, he

aquí, sentí su presencia. Él dijo: “¡Hola, cariño!” Dije: “¡Papá! ¡Estas bien!"
Él dijo: “Cariño, no hay nada de eso.
¡Morir es tan fácil como caerse de un tronco!” Estaba tan abrumado que
realmente no sabía qué decir.
Mi padre continuó: “¡Me puse de pie y allí estaba Carl! Me estrechó la
mano y dijo: 'Hola, Norman. Es bueno verte.' Carl y yo solíamos jugar
juntos cuando éramos niños pequeños, pero no lo había visto en años.
Todas estas otras personas estaban allí a quienes no había visto en
mucho tiempo, y Carl me presentó”.
Estaba acostado allí llorando de alegría y dije: "¡Oh, eso es maravilloso!"
Entonces mi padre dijo: “Solo quería que lo supieras.
No te preocupes por mí. Le dije: "Gracias, papá". Todo fue telepático y
ese fue el final.
Me dormí muy, muy feliz. Quería compartir todo esto con mi familia,
pero sabía que pensarían que estaba loca. Así que lo usé como apoyo y
dejé que me calentara por dentro.
El relato de Beth indica que la "muerte" puede ser el

comienzo de un viaje de "regreso a casa". Si es así, al llegar
podemos esperar encontrarnos
de nuevo los seres queridos fallecidos de toda

nuestra vida.
•••
Sam, un escritor y artista de 90 años de Idaho,

ha tenido múltiples comunicaciones con su esposa,
Grace, que murió de un aneurisma:
Mi esposa, Grace, me ha contactado muchas veces. He tenido largas
conversaciones con ella. Le hago preguntas y sus palabras vienen a mi
cabeza.
Por ejemplo, un día estaba parado junto a la estufa y la sentí justo a mi
lado. Le pregunté: "¿Tienes algún consejo?"
Y ella dijo: “¡Limpia la casa ahora!”. Era como una orden.
Así que dije: "Está bien, lo haré".
Empecé a recoger cosas, y justo cuando pasaba, sonó el timbre. Tres
de sus hermanas de la hermandad Delta Kappa Gamma vinieron a
visitarme. ¡Uno era el presidente de todo el equipo!
Sé muy bien que Grace sabía que venían y

me dio esa advertencia. ¡Me quedé asombrado cuando sucedió esto!
Al igual que Sam, algunas personas pueden

tener conversaciones telepáticas continuas con un
pariente o amigo fallecido. Debido a esto, a menudo
pueden recibir consejos, no solo para las ocasiones
importantes de la vida, sino también para las
situaciones ordinarias del día a día.
Los cinco relatos restantes sugieren que nuestros

seres queridos fallecidos continúan interesándose en
nuestras vidas y pueden ayudarnos de diversas
maneras.
Norma es gerente de oficina en Kansas. Recibió
esta enérgica visita de su esposo, Earl, poco después
de que él muriera de un ataque al corazón a los 54
años:
Vivíamos en un pequeño terreno en las afueras de la ciudad. Mi madre y

mi padre habían estado viviendo con nosotros cuando murió mi esposo, y
luego se fueron y regresaron a Nebraska. Nunca había vivido solo.
Esa noche, tuvimos una tormenta de nieve muy mala. ¡El viejo viento
realmente estaba aullando! ¡Algo golpeó la casa y me quedé petrificado!
Estaba tan asustada. Estaba atado en un nudo.
De repente, parecía que mi esposo, Earl, estaba junto a mi cama. No lo
vi, pero lo sentí. Él dijo: “No sirve de nada tener miedo porque nada te va a
lastimar”. Lo escuché con mis oídos.
Entonces me calmé y me relajé. Me fui a dormir

y nunca más volvió a tener miedo.
Norma pudo recuperar la compostura

inmediatamente después de que intervino su difunto
esposo. Esta historia, una vez más, demuestra el
poder curativo duradero de un ADC.
Lois, ama de casa en Nebraska, tuvo la suerte de

saber de su esposo, Ray, después de
y
murió inesperadamente de un derrame cerebral a los 33 años:
La mañana después de la muerte de Ray, escuché su voz decir: “¡Olvidé

depositar ese dinero en el banco! Está en el bolsillo de mi abrigo. Será
mejor que lo consigas y lo guardes en tu bolso ahora. Sonaba como si
estuviera parado detrás de mi hombro derecho.
Fui y miré en el bolsillo de su abrigo, ¡y allí estaba el dinero! ¡Eran
trescientos y tantos dólares en efectivo! Eso fue muy útil en ese momento.
Habíamos vendido mi camioneta la tarde antes de que muriera.

Ray se había metido el dinero en el bolsillo y lo iba a depositar. Pero no
sabía que aún no había ido al banco.
Esta cuenta es un ejemplo de un ADC

probatorio. Es decir, Lois aprendió algo que no
sabía y que no podía haber sabido hasta que
su difunto esposo le dijo dónde encontrar el
efectivo que tanto necesitaba.
Martha es médica en el sureste. Recibió

orientación importante de su esposo, Alan,
quien había sido oftalmólogo antes de morir de
cáncer a los 56 años:
Aproximadamente dos años después de la muerte de Alan, tenía fuertes
dolores de cabeza casi a diario, lo cual era muy inusual para mí. No estaba
enfermo, solo tenía dolores de cabeza frecuentes.
Un día, estaba sentado en el sofá leyendo. Muy claramente, sentí
mentalmente la voz de Alan que decía: “Con razón tienes dolores de
cabeza. ¡Tus lentes están torcidos! Ve a ver a Dan King y haz que los
enderece.
Dan King es un óptico muy bueno y competente y un amigo personal. Al

día siguiente, fui a su oficina y le conté sobre mis dolores de cabeza.
Me miró y dijo que una lente estaba más alta que la otra porque el marco
estaba doblado. Me enderezó las gafas y mis dolores de cabeza desaparecieron.
¡Me sentí aliviado de que Alan tuviera una respuesta a mi problema!
La intervención de Alan es la primera de varias

ADC en las que el difunto realizó un diagnóstico
preciso y recomendó el tratamiento médico
adecuado. Más adelante en el libro se darán
otros ejemplos.
Ruth es ama de casa en Florida. Con mucho

gusto acomodó los deseos de su nieto Thomas,
de 18 años, casi 11 meses después de que
muriera en un accidente automovilístico:
Un día, mi hija, Sally, dijo: “Madre, no quiero nada para mi cumpleaños.
Por favor, no hagas nada por mí. Todo lo que quiero es a Thomas, y no puedo
tenerlo.
A las 7:45 de la mañana de su cumpleaños, pensé en ir a la oficina de
Sally y al menos darle una tarjeta. A pocas cuadras de su oficina, escuché la
voz de Thomas en mi cabeza decir: "Abuela, ¿podrías regalarle a mi madre
una rosa roja para su cumpleaños?"
Dije: “¡Oh, Tommy!”. Entonces comencé a llorar y dije: “Por supuesto que
le compraré una rosa”. Él dijo: “Y dile a mamá que la amo”.
Así que fui a una floristería, pero no estaría abierta hasta las 9:00. Fui a
otro, luego a otro y a otro. Ninguno de ellos estaba abierto todavía.
Eran solo las 8:15 y Thomas volvió a hablar: "¡Por favor, abuela, tráeme la
rosa roja para mi madre!"
Empecé a conducir hacia el sur. Él dijo: “Dale la vuelta al auto. Ir al norte."
Lo hice, y dentro de diez cuadras llegué a un letrero, "Floristería".
Este era uno que ni siquiera conocía porque estaba fuera de la carretera
principal.
En ese momento eran las 8:25 y había una señora poniendo una llave en
la puerta, aunque se suponía que la tienda no abría hasta las 9:00. La puerta
de entrada tenía un gran letrero: “¡Especial! ¡Rosas rojas! $1.00 cada uno.”
Compré la rosa roja, y luego Thomas se fue.
Entré en la oficina de Sally y le entregué la rosa. Había escrito "Thomas"

en la tarjeta. Ella me miró y ambos lloramos. Dije: “Thomas me pidió que lo
hiciera. Incluso me mostró dónde comprarlo”. ¡Mi hija simplemente estaba
encantada!
De vez en cuando se nos puede pedir que hagamos

un favor personal para un ser querido que ha muerto.
Debido a que Ruth tuvo el coraje de actuar de acuerdo
con el mensaje que recibió de su nieto, no solo cumplió
con su pedido, sino que también pudo entregarle un
regalo especial a su madre en su cumpleaños.
El relato final de este capítulo es de Debbie, una

azafata de 36 años de Florida. Recibió una advertencia
crucial solo una semana después de que su madre
muriera de cáncer:
Me estaba quedando en Virginia con mi mejor amiga, Donna, que

tenía una hija de seis meses llamada Chelsea. Donna había puesto a su
hija a dormir la siesta y yo iba a ir corriendo a la tienda a comprar algunos
comestibles.
Cuando comencé a salir por la puerta principal, escuché
telepáticamente la voz de mi madre decir muy claramente: "¡Tienes que
ver cómo está el bebé!" Me dije a mí mismo que debía estar de duelo y
simplemente lo dejé pasar.
Cuando comencé a salir por la puerta nuevamente, escuché a mi
madre repetir: "¡Tienes que revisar al bebé!" Su voz era nítida y clara.
Me di la vuelta y caminé de regreso a la habitación de Chelsea y abrí

la puerta. ¡Casi me desmayo! ¡El bebé estaba empezando a ponerse
azul! De alguna manera, estaba completamente envuelta en la manta
que la había estado cubriendo y en otra manta que había quitado del
lado de la cuna.
Levanté a Chelsea y pensé que iba a tener que hacer respiración
boca a boca. ¡Pero ella solo dio un gran grito ahogado y dejó escapar un
grito espeluznante! Recuerdo sentarme en el suelo con ella y llorar,
diciendo: “¡Dios mío! ¡Muchas gracias, mamá!”
Fue una suerte que la madre de Debbie persistiera

en alertar a su hija sobre la situación. Más adelante
se dedica un capítulo completo a los ADC para la
protección, en los que se protegía o incluso se salvaba
la vida de una persona al tener una experiencia de
comunicación después de la muerte.
Los ADC auditivos nos ayudan a mantener un
sentido de conexión con nuestros seres queridos fallecidos.
Si recibimos un mensaje de emotividad
apoyo, consejos prácticos o una advertencia de

peligro, escuchar su voz nos asegura su constante
preocupación por nuestro bienestar.
¿Qué se siente al recibir una caricia, un beso o

incluso un abrazo de un ser querido que ha muerto?
El próximo capítulo se enfoca en el consuelo que
experimentan las personas cuando sienten el toque
de un ser querido fallecido.
CAPÍTULO 4
Sintiendo un toque:
ADC táctiles
La muerte es sólo un cambio en los estilos de vida.
—Stephen Levine
Este capítulo contiene relatos de personas que

informaron haber sentido un toque físico por parte de
un familiar o amigo fallecido. En general, son un tipo
relativamente menos común de comunicación después
de la muerte. Los llamamos ADC táctiles.
Estas experiencias generalmente se sentían como
un toque ligero, un toque suave, una caricia suave, un
beso tierno, un brazo reconfortante alrededor del
hombro o un abrazo total. Cada uno era una forma
cariñosa de expresar apoyo emocional y seguridad.
Independientemente de la forma, los experimentadores
reconocieron fácilmente a sus seres queridos fallecidos
por su toque familiar y distintivo.
Sentir un toque es un tipo de contacto muy

íntimo después de la muerte, y parece que los
ADC táctiles ocurren solo entre personas que han
tenido una relación muy cercana. El familiar o
amigo fallecido regresa con el propósito de
transmitir afecto y brindar aliento al experimentador.
Si bien los ADC táctiles pueden experimentarse

solos, ocurren con mayor frecuencia en combinación
con otros tipos de contacto después de la muerte,
como detectar una presencia, escuchar una voz o
ambos.
Las primeras cuatro cuentas en este capítulo
son ejemplos típicos de ADC táctiles.
Joyce es ama de casa en New Brunswick,
Canadá. Su pequeña hija, Megan, tenía casi 4
años cuando murió después de una cirugía a
corazón abierto:
Varias semanas después del funeral de Megan, una noche estaba
muy molesto y me acosté temprano. Estaba tirado allí llorando. De
repente, sentí una pequeña mano tocando suavemente mi mejilla.
Pensé: "¡Oh, Dios mío, esa es Megan!" Sus pequeños dedos se
sentían suaves y tersos en mi cara. Me invadió una tremenda
sensación de paz y tranquilidad. Sentí que Megan me decía que
estaba bien.
A veces, la mano más pequeña puede proporcionar la

mayor comodidad. ¿Hay alguna forma en que una niña
pequeña pueda consolar a su afligida madre de manera
más simple y directa que Megan?
Barbara trabaja en relaciones comunitarias para una

gran corporación en Illinois. Tuvo esta buena visita
después de que su amigo Brian, de 19 años, muriera en
un accidente automovilístico:
Una noche, unas dos semanas después de la muerte de Brian, me

sentía muy triste pensando en él. había sido como un hermano
a mi
De la nada, sentí una mano alborotar mi cabello, tal como Brian solía
hacer cuando estaba vivo. Esto me sacudió, ya que estaba solo en casa,
no había nadie más allí.
Sentí que Brian estaba tratando de consolarme y sacarme de mi dolor.
Sonreí y dije: “Está bien, Brian. Trataré de salir de esto”. Y lo hice.
Debido a que Brian eligió una expresión de afecto

familiar y juguetona, una acorde con su relación, entendió
intuitivamente
parasualentarla
mensaje. Él leBárbara
diosu
a superar la dolor
señal yperfecta
seguir
adelante
con su vida.
Mike, un ejecutivo de una empresa de construcción

en California, es un padre desconsolado. Su
La hija de 15 años, Laura, murió en un accidente

automovilístico:
Dos días después de que mataran a mi hija, me acosté en el
sofá en la sala de estar y se durmió.
Unos diez o quince minutos después, me despertó el beso de
Laura. Sabía que ella estaba allí. Me besó en los labios. ¡Sentí que
me besaba!
Sabía sin lugar a dudas en mi mente que mi hija me estaba dando
un beso para asegurarme que estaba bien. Todo lo que Laura
necesitaba decir estaba en ese beso.
Fue realmente reconfortante para mí, ¡sentía tanta alegría! Fue
absolutamente lo más maravilloso que me ha pasado en la vida.
El beso cariñoso de Laura habló directamente al

corazón afligido de su padre. Esta experiencia
ilustra que incluso un breve ADC táctil puede
provocar una profunda curación emocional.
Dot, de 57 años, es terapeuta familiar y

educadora en Washington. Tuvo una visita
completamente inesperada de su padre 5 años
Estaba sentado en mi escritorio en mi oficina. Era un tiempo normal
de mi día de trabajo, y me estaba concentrando bastante profundamente.
De repente, pensé: "¿Qué fue eso?" Entonces me di cuenta: "¡Era
papá!" Su mejilla se había presionado contra la mía, que era su
manera característica de besar a sus hijos, especialmente cuando
éramos pequeños. ¡Era tan real que no había duda de que era él!
Recuerdo reírme y decir: "¡Oh, eso es para saber con certeza que
fuiste tú!". Fue una experiencia muy agradable, muy tierna y dulce.
¡Fue maravilloso y lo disfruté!
Nuestros seres queridos fallecidos son muy prácticos

a la hora de seleccionar los mejores medios para
transmitirnos sus sentimientos. El padre de Dot eligió
una forma que había usado repetidamente con sus
hijos, haciendo que su forma de tocarla fuera
inconfundible para su hija incluso cinco años después de su muer
•••
Mientras lee los siguientes dos relatos de ADC

táctiles, observe que cada una de las mujeres describió
sentir una calidez emocional que era casi tangible.
Carol es una cosmetóloga de 43 años de Florida.

Tuvo esta experiencia edificante con su madre, quien
murió de cáncer:
Nueve años después de la muerte de mi madre, estaba
contemplando mi relación con mi hijo, mi trabajo y mi vida como
mujer soltera. Además, estaba sintiendo estrés financiero. Me sentí
extremadamente solo, como si tuviera el peso del mundo sobre mí.
En ese momento, sentí el toque familiar de mi madre en mi
hombro. Me di la vuelta esperando verla, pero no había nadie allí.
No tenía ninguna duda en mi mente de que era ella. Fue solo un
toque cariñoso y suave en el hombro para llamar mi atención.
Entonces sentí una sensación cálida y reconfortante. Las presiones del

mundo fueron liberadas en ese punto. Sabía que todo lo que tenía que
hacer era pedir ayuda a suficientes personas, y la ayuda vendría. Sabía
que no estaba solo con mis problemas, sabía que era amado.
El ADC táctil de Carol la dejó con una "sensación

cálida y reconfortante". Este punto será discutido más
adelante después de la próxima cuenta.
Rosemary, una enfermera de Ontario, Canadá, sintió

un toque distintivo después de que su hijo de 12 años,
Mark, murió a causa de un accidente en el patio de recreo:
El verano después de la muerte de mi hijo, estaba de pie en la puerta del

patio mirando nuestro patio trasero. Estaba reflexionando sobre una época
en la que Mark era bastante joven.
De repente, Mark puso su mano en mi hombro izquierdo. Fue un toque
muy ligero y suave. Tuve la sensación de estar envuelto en algo cálido y
confortable. Tengo una sensación muy serena. Era la primera vez que casi
me sentía en paz desde que murió.
La sensación duró unos buenos cinco o diez minutos. me quedé de pie

allí porque no quería dejarlo ir.
Sabía que Mark estaba bien y me estaba cuidando. Eso
me confirmó que mi hijo todavía existe, en algún lugar.
Al igual que Carol, Rosemary se sintió “envuelta en

algo cálido y cómodo” tan pronto como su hijo le puso
la mano en el hombro. Parece que ambas mujeres
recibieron una infusión directa de
energía espiritual que duró más allá del toque inicial

de su ser querido fallecido.
Las siguientes cuatro cuentas son combinaciones

de ADC táctiles y sensibles. Las personas que los
tenían informaron haber sentido un toque físico
mientras percibían la presencia de su familiar
fallecido.
Evelyn, ex maestra de kindergarten en
Florida, estaba teniendo dificultades para sobrellevar la situación
después de que su esposo, Charles, de 35 años, muriera de una
enfermedad cardíaca reumática:
Un año después de la muerte de mi esposo, salí al cementerio.

Yo estaba realmente molesto y me quedé allí llorando, envuelto en mis
propios sentimientos. Me sentí tan sola y despojada de tres hijos que criar.
De repente, sentí a Charles de pie junto a mí a mi izquierda.
Sentí su presencia, su cercanía. Me sobresaltó porque podía
sentir su brazo alrededor de mi espalda y su mano apoyada en
mi hombro derecho. Podía sentirlo allí consolando
yo.
Esto duró unos cinco segundos como máximo, pero me hizo

sentir mucho mejor. Me recompuso y pude volver a casa.
Muchas viudas se sienten abandonadas,

abrumadas e incluso enojadas después de la muerte
de su esposo, especialmente cuando tienen niños
pequeños que cuidar. Aunque el ADC de Evelyn duró sólo un
Durante unos segundos, el abrazo de apoyo

de Charles comunicó el importante mensaje no
verbal “No estás solo. Estoy aqui para ti."
Esta era la comprensión emocional que
necesitaba en ese momento.
Cathy trabaja para un centro de salud mental
en New Hampshire. Tuvo este momento
reconfortante con su hija de 15 años, Theresa,
quien murió en un accidente automovilístico:
A lo largo de los meses siguientes, me dolía el corazón y me dolía el
cuerpo; no sabía cómo continuar.
Un día, me acosté en mi cama de cara a la pared. Solo deseaba morir.
De repente, sentí a Theresa sentada detrás de mí en el borde de la cama.
Empezó a acariciarme la frente y el pelo, como yo había hecho tantas

veces con ella. Definitivamente podía sentir su presencia sentada allí, podía
sentir sus energías. Esto duró un minuto más o menos, y luego se fue
gradualmente.
Estaba totalmente feliz de tener este contacto, y en realidad me mantuvo
en marcha.
Este ADC creó un cambio de roles para

Cathy cuando su dolor casi la había destruido.
Así como había demostrado su afecto por
Theresa tantas veces, ahora se convirtió en la
receptora de la misma expresión de amor de
su hija fallecida.
Paul, ex sargento del ejército de los EE. UU.,

vive en Florida. Recibió un suave consuelo después
de que su hijo de 14 años, Keith, muriera en un
Después del funeral de mi hijo, empezamos a salir del cementerio.
Mi madre conducía el auto y mi esposa estaba sentada a su lado.
Estaba sentado solo en el asiento trasero.
Sentí la presencia de Keith a mi lado izquierdo. Puso su brazo
sobre mi hombro y lo mantuvo allí mientras cabalgábamos todo el
camino de regreso a nuestra casa. Podía sentir su cuerpo
presionándose contra el mío, y podía sentir su calor a mi lado.
Detecté que todo estaba bien. Tuve una sensación de paz, tranquilidad y consuelo.
Esto duró unos veinte minutos, hasta que llegamos al camino de
entrada, y luego Keith se había ido. No tengo ninguna duda. ¡Estoy
absolutamente seguro de que esto sucedió!
No hay viaje más solitario para los padres recién

afligidos que el largo viaje a casa después del
funeral de su hijo. Para algunos, existe un
sentimiento de finalidad y desolación porque creen
que su hijo o hija se ha quedado solo y desprotegido
en una tumba. Tener una experiencia ADC puede
suavizar los bordes afilados de un dolor tan profundo.
Linda, de 45 años, es trabajadora social de

hospicio en Nueva York. Tenía este ADC calmante
con su madre, que murió de cáncer:
Mi madre y yo teníamos problemas para llevarnos bien y siempre sentí

el dolor de eso. Fue solo durante los últimos meses de su vida que nos
llevamos bien. Cuando ella murió, sentí mucha tristeza por no haber tenido
una buena relación con ella todos esos años.
Después de su funeral, me encontré en la sala de estar acurrucado

como un ovillo, realmente llorando la pérdida de ella. De repente, sentí a
mi madre flotando en la habitación, a mi lado derecho. Al principio, pensé
que estaba alucinando.
Pero luego la sentí poniendo sus brazos alrededor de mí, consolándome.
Se envolvió a mí alrededor como una nube cálida, grande y acolchada,
meciéndome como si fuera una niña pequeña asustada.
Realmente había estado llorando mucho tiempo, y ella me calmó. Había
una sensación en su abrazo, una energía nutritiva, y pareció que duró
unos quince minutos.
Sabía que era mi madre. ¡Simplemente lo sabía! y soy muy
agradecida de que ella estuviera allí para ayudarme a superar mi dolor.
El duelo por la pérdida de algo que nunca tuvimos,

como una relación padre-hijo mutuamente
satisfactoria, es extremadamente difícil de resolver
después de una muerte. Una experiencia de ADC
puede ofrecernos la oportunidad de lograr finalmente
la reconciliación con el que ha muerto. A lo largo de
este libro aparecen ejemplos adicionales de tales
curaciones, y algunas tuvieron lugar muchos años
después de que un padre u otro pariente falleciera.
•••
Los siguientes dos relatos son combinaciones de

comunicacionesmuerte,
táctiles
enysintió
las
auditivas
que el experimentador
posteriores
el toque y voz deaun
escuchó lala
ser querido fallecido.
Janice es una consejera espiritual de 38 años en

Florida. Sintió una expresión de ternura de su abuelo
10 años después de que muriera de insuficiencia
cardíaca:
Me levanté en medio de la noche y fui a la sala de estar. Eran

alrededor de las 3:00 de la mañana y me acosté en el sofá y
comencé a llorar porque estaba indeciso sobre mi vida. Estaba
cuestionando mis objetivos y algunas de las cosas que estaba
haciendo. Sentía dudas y confusión.
Mientras lloraba, sentí que me tocaban el lado izquierdo de la
cara. ¡Sentí que me pellizcaba la mejilla! Fue un pequeño gesto
cariñoso que inmediatamente me recordó a mi abuelo.
Con frecuencia, cuando era niño, el abuelo se me acercaba y me
pellizcaba las mejillas. Fue un gesto de amor muy típico suyo.
Al mismo tiempo, me dijo: “Todo va a estar bien. Regresa a la
cama." Esto fue muy real para mí. No era algo que dudara o que
estuviera buscando que sucediera. En ese momento me sentí
muy tranquila y reconfortada. Sentí una confianza renovada e
inmediatamente volví a la cama.
Solo una persona en la vida de Janice le dio ese

pequeño pellizco especial. Incluso diez años después
de la muerte de su abuelo, reconoció de inmediato
su manierismo inconfundible pero afectuoso.
Sarah es higienista dental en Colorado. Ella y su familia

experimentaron una reunión conmovedora poco después
de que su hijo Andrew, de 24 años, muriera en un accidente
de motocicleta:
Estaba de pie en nuestra cocina antes del funeral de Andrew.
Kyle, nuestro otro hijo, se acercó y me rodeó con el brazo. Luego,
mi esposo, Doug, se acercó a nosotros y nos abrimos en un abrazo
tripartito.
Mientras permanecíamos allí en silencio con lágrimas rodando,
sentimos una ligera presión, una ligera caricia en nuestros hombros.
En mi corazón sabía que era Andrew, y Doug y Kyle también. Todos
sentimos el calor de su abrazo y su amor. Y mentalmente escuché
a Andrew decir: "Hola, chicos, está bien".
Esto no duró más de treinta segundos, y luego el calor y la presión
desaparecieron. Pero el abrazo de Andrew nos había convertido en
una familia completa por última vez.
Este es un ejemplo de tres personas que participaron en

la misma experiencia
muerte.
de comunicación
Más adelante
después
en el libro,
de lahay un
capítulo completo de relatos en los que dos o más personas
compartieron un ADC cuando estaban juntas al mismo
tiempo y en el mismo lugar.
Las siguientes dos cuentas son combinaciones de

ADC táctiles, sensibles y auditivos.
Ellen es ama de casa en Oklahoma. Ella enviudó

cuando su esposo, Harry, murió de un ataque al
corazón a los 60 años:
Justo una semana después de la muerte de Harry, cuando me iba a
dormir, creí sentir a nuestro collie subiéndose a la cama. Así que me
acerqué para empujarla. Pero de repente, me di cuenta de que no era el perro.
Entonces dije: "¿Harry?"
Sentí a mi esposo acostarse en la cama a mi lado y poner sus brazos
alrededor de mí. Thea apoyó la cabeza en mi hombro. Me llenó una
indescriptible sensación de paz, como nunca antes había conocido.
Él estaba leyendo mi mente, y yo estaba leyendo sus pensamientos y

entendiéndolos. Harry me estaba tranquilizando. Sentí que me decía
“Estoy bien. Recuerdo todas las cosas que fui y supe y sentí. Seguiré
siendo yo, aprendiendo y construyendo mi vida. Sin embargo, estaré aquí
esperándote cuando vengas”.
¡Fue maravilloso! ¡Ciertamente no esperaba algo así! Me había estado
preguntando cómo estaba y qué estaba haciendo. Ahora era suficiente
saber que Harry estaba bien en alguna parte, y me fui a dormir
tranquilamente.
Las palabras reconfortantes y amorosas de Harry

le aseguraron a su viuda que está esperando reunirse
con ella cuando haga la transición. Esta experiencia
le confirmó a Ellen que, de hecho, hay una vida
después de la muerte que puede esperar disfrutar
con su difunto esposo.
Gail es enfermera en Pensilvania. Se llenó de

nuevas esperanzas 6 semanas después de sus dos hijos,
Matt, de 26 años, y Eric, de 24 años, murieron juntos

en un accidente automovilístico:
Todas las noches salía y me sentaba en los escalones de mi porche
delantero y lloraba y lloraba y lloraba. Estaba pasando por un momento tan
difícil, y había estado haciendo esto durante tanto tiempo.
Una noche a mediados de octubre, estaba mirando la luna, cuando de
repente sentí este calor real. Sentí a Matt a mi izquierda ya Eric a mi derecha
con sus brazos alrededor de mis hombros. Sabía que Matt estaba a mi
izquierda porque era mucho más alto: Matt medía 6'4" y Eric medía alrededor
de 5'11".
Los escuché decir: “Mamá, está bien. Estamos bien. No te preocupes.
Todo va a estar bien. Sentí una paz que no había sentido desde sus muertes.
Simplemente me levantó tanto.
Sentí un verdadero alivio cuando dijeron que estaban bien y que no
debería llorar tanto. Ese fue un punto de inflexión para mí, y poco a poco
comencé a dormir mejor.
Pocas personas pueden imaginar la desesperación

absoluta de un padre afligido que ha soportado la
muerte de dos o más hijos. Gail recibió una triple
bendición cuando supo que sus dos hijos habían
sobrevivido a la muerte física, todavía estaban juntos
y estaban bien. Este ADC le dio algo de paz interior
porque muchas de sus preguntas fueron respondidas.
El relato final de este capítulo ilustra que la edad

no es una limitación cuando se establece contacto
con una persona viva después de la muerte. María es una
Terapeuta respiratorio de 30 años en Florida. Su

pequeña paciente, Nicole, iluminó su vida:
Estaba trabajando en la unidad de cuidados intensivos neonatales y
Nicole estuvo con nosotros durante nueve meses. Tenía una enfermedad
pulmonar crónica y muchas necesidades especiales. Me encariñé mucho
con ella. Yo mismo había pasado por una pérdida personal, así que
realmente me concentré en Nicole y me convertí en su principal cuidadora.
También me hice muy amiga de su madre.
Nicole tenía una serie de enfermedades crónicas, y cuanto más
buscaban, más encontraban. Su madre me permitió estar muy cerca de
ella y de Nicole durante todo ese tiempo. Ambos la tuvimos en nuestros
brazos la noche que murió.
Cuando llegué a casa, me sentí muy molesto. Estaba acostado en la
cama dando vueltas y vueltas, completamente despierto. De repente, sentí
que me invadía una paz, una paz tremenda. Y sentí la presencia de Nicole,
lo sentí en mi corazón.
Tuve la sensación de que Nicole me estaba tocando, dándome un
abrazo, como un gran abrazo de oso. Me decía que sabía quién era yo y
que sabía que había estado allí para ella. Y ella me dijo que ella también
me amaba.
Nicole me dio esa paz. Siento que me estaba consolando, a pesar de
que era solo un bebé. Me sentí levantado y me aseguró que ella está en
un lugar mejor.
Los cuidadores profesionales y voluntarios

pueden involucrarse emocionalmente con sus
pacientes moribundos. Un ADC puede proporcionar
una sensación de plenitud, renovándolos en su
servicio dedicado a los demás.
El toque familiar de nuestros seres queridos
fallecidos es más tangible e íntimo que otras formas
de la comunicación después de la muerte. Los ADC

táctiles sirven como recordatorios duraderos de su
amor y afecto.
¿Alguna vez has olido una fragancia que asociaste

con alguien que ha muerto? El siguiente capítulo
contiene relatos de personas que olieron un aroma e
intuitivamente supieron que un ser querido fallecido
se estaba comunicando con ellos.
CAPÍTULO 5
Oler una fragancia:

ADC olfativos
Una rosa seguirá siendo una rosa en el cielo, pero olerá diez veces
más dulce
—Y Woodson
Los relatos de este capítulo implican oler una

fragancia asociada con un familiar o amigo
fallecido específico. Son un tipo relativamente
común de comunicación después de la muerte,
y los llamamos ADC olfativos.
Los aromas típicos incluyen la fragancia de un

perfume, colonia o loción para después del
afeitado; la esencia de rosas u otras flores; y el
aroma de un alimento, bebida, tabaco o producto
comercial. La variedad de olores que se pueden
identificar es prácticamente ilimitada.
Durante una experiencia olfativa de ADC, las personas

informaron haber olido una fragancia que estaba
claramente fuera de contexto con su entorno. La
habitación o el área en la que se encontraban se llenó
repentinamente de un aroma particular, pero no tenía ningún impac
fuente.
De vez en cuando, dos o más personas que están

juntas en el mismo lugar al mismo tiempo pueden oler
este olor. De hecho, un ADC olfativo es el tipo de
comunicación posterior a la muerte que un grupo de
personas comparte con mayor frecuencia.
Cualquiera puede tener una experiencia olfativa por sí
misma, o puede combinarse con un ADC sensible,
auditivo o táctil.
En los primeros cuatro relatos, los experimentadores
olieron una fragancia familiar e intuitivamente la asociaron
con un ser querido fallecido.
Kathryn, ama de casa en Virginia, recibió una
demostración de cariño de su madre, quien murió de
Una tarde, solo un par de semanas después de la muerte de mi
madre, estaba llorando en mi cama. De repente, mi habitación se
inundó con el aroma de manzanas verdes. Dejé de llorar en un
instante y me senté en la cama, olfateando el aire como un perro pájaro.
No fue un tipo de cosas tal vez, tal vez no pequeñas. ¡Todo mi
dormitorio estaba impregnado de este maravilloso aroma! los
El olor a manzana verde llenaba la habitación y no desaparecía.

Duró un minuto completo o posiblemente más.
Mi madre tenía un maravilloso ambientador que usaba en casa que tenía
la fragancia de las manzanas verdes. Nunca lo olí en ningún otro lugar. Me
encantó y siempre hice un gran alboroto por lo maravilloso que era.
Es el único aroma que identifico con mi madre, y absolutamente con

nadie más. Sabía que esto era una señal de ella para ayudarme a actuar
juntos. Estaba muy agradecida por el contacto, ya que me ayudó
enormemente.
Los aromas tienen un fuerte efecto sobre nuestras emociones

y pueden producir un marcado cambio en nuestro estado de ánimo.
La madre de Kathryn eligió el aroma que su hija
asociaba exclusivamente con ella y rápidamente
logró el resultado deseado.
Brenda trabaja para una agencia de servicios

sociales en Virginia. Su esposo, Russell, tenía 42
años cuando murió de un infarto:
Russell y yo siempre habíamos dicho que quien fuera primero encontraría
una forma de comunicarse con el otro. ¡Y él hizo!
Tres o cuatro semanas después de la muerte de Russell, estaba sentado
en mi escritorio en el trabajo. ¡De repente tuve este fantástico aroma a rosas!
Era tan fuerte como si hubiera un ramo de rosas en mi escritorio, justo
debajo de mi nariz. ¡Sabía que era de Russell!
Miré alrededor de la oficina y no había rosas por ninguna parte. Nadie
más los olió, solo yo. El aroma se mantuvo durante bastante tiempo y sentí
una paz total y profunda.
Russell solía deleitarse enviándome un ramo de rosas en el trabajo para
mi cumpleaños, aniversario o, a veces, simplemente
porque. Intuitivamente supe que los había enviado de nuevo como su

forma de comunicar su amor por mí.
El relato de Brenda menciona un acuerdo que

ella y su esposo habían hecho antes de que él
muriera, de que el que muriera primero intentaría
volver para contactar al sobreviviente. Esto se
llama un “pacto”, que con frecuencia se hace
entre esposos y esposas, así como con otros
parientes cercanos y amigos.
Doris opera un negocio en su casa en Florida.

Quedó viuda cuando su esposo, Nadeem, murió
de un ataque al corazón a los 40 años:
Cuando mi esposo y yo vinimos a Florida, mi gran decisión fue qué
hacer porque había sido secretaria bien pagada en Nueva York. Después
de comprar una casa nueva, le dije a Nadeem: “¿Sabes cuál sería un
negocio muy rentable para mí? ¡Cuidando niños pequeños en nuestra
casa!”
Nadeem se enojó mucho. Él dijo: “¡No, no, no! Puedo imaginar crayones
en la pared y jugo de manzana derramado en la alfombra”. Siguió y siguió,
era bastante inflexible.
Pero después de la muerte de Nadeem, tuve que complementar mis ingresos de
alguna manera porque él había dejado que su seguro de vida expirara. Entonces,
aproximadamente un año después, comencé un negocio de guardería en mi casa.
Esa primera mañana, algo me despertó: ¡era un aroma extremadamente
fuerte a café! Caminé por la casa porque pensé que tal vez me había
dejado la cafetera encendida. Pero cuando entré a la cocina, estaba
apagada. Sin embargo, el aroma del café duró mucho tiempo.
Cuando Nadeem estaba vivo, siendo libanés, le gustaba

mucho el café muy fuerte que te ponía las fosas nasales patas
arriba por la mañana. Cuando olí ese aroma, ¡supe que
Nadeem finalmente me estaba dando su aprobación!
Parece que Nadeem cambió de opinión después

de su muerte con respecto al nuevo negocio de su
esposa. Qué forma más sencilla de transmitir su
aprobación que contactarla el día de su inauguración
utilizando un aroma que ella identificaría
inmediatamente con él.
Muchas personas pueden ser bastante cerradas y
controladoras durante su vida, especialmente en lo
que respecta a los planes de su cónyuge e hijos.
Con suerte, obtendrán una perspectiva más amplia
después de morir y desarrollarán una mayor
aceptación de las opiniones, valores y objetivos de
los demás. Su nueva conciencia podría ayudarlos a
lograr una mayor tolerancia y compasión por todos,
incluidos ellos mismos.
Pat es agente de bienes raíces en la Columbia Británica, Canadá.

Se convirtió en una madre afligida cuando su hijo de
21 años, Bryce, fue asesinado por un conductor ebrio
mientras caminaba:
Unos seis meses después de la muerte de Bryce, estaba
sentado en la cocina leyendo el periódico. De repente, tengo esto
olor inmensamente fuerte de las flores!

Lo primero que pensé fue que alguien había traído flores a la casa.
Miré a mi alrededor, pero no había nadie y supe que no tenía flores en
ese momento.
El aroma de las flores a mi alrededor duró unos buenos cinco
minutos. No pude identificar la fuente, pero donde quiera que fuera
podía olerlos. Era la fragancia del lirio de los valles.
Entonces me di cuenta, "¡Es Bryce!" Era el día de la madre, y esto
fue un regalo de mi hijo. Era su forma de decir: “Mamá, todavía estoy
aquí. Estoy cerca de ti. Me acuerdo de ti, particularmente en el Día de
la Madre”.
Este es uno de los muchos ejemplos de tener un

ADC olfativo o de otro tipo en una fecha especial.
Estas experiencias demuestran el continuo amor y
preocupación que nuestros seres queridos fallecidos
tienen por nosotros, particularmente en los días en que
nos sentimos más tristes y los extrañamos más.
Otros días significativos pueden incluir nuestro
cumpleaños y aniversario de bodas, el cumpleaños y el
día de la muerte de nuestro ser querido fallecido, el Día
de San Valentín, Pascua, Día del Padre, Acción de
Gracias, Navidad y otros días festivos y fechas
especiales de aniversario. Por supuesto, ¡cualquier día
que tengamos una experiencia ADC es motivo de
celebración!
En los siguientes cuatro relatos, los experimentadores

informaron que olieron un aroma y sintieron que
su ser querido fallecido estaba cerca.

Cheryl, una consejera de empleo en Georgia, tuvo este
alegre ADC después de que su hijo, Derek, muriera en un
accidente automovilístico a los 21 años:
Fue alrededor de ocho meses después de la muerte de Derek y yo
acababa de llegar a casa después de hacer las compras. Cuando abrí
la puerta de la casa, pude oler la loción para después del afeitado de
Derek, era muy fuerte. Usó Old Spice, que tiene un aroma muy
característico, ¡era inconfundible! La fragancia estaba justo en la puerta,
como si me estuviera esperando.
Supe de inmediato que era Derek. Pero solo para asegurarme de
que no estaba alucinando, entré en su habitación y abrí una botella de
su Old Spice que aún tenía, ¡y tenía exactamente el mismo olor!
También quería asegurarme de que la botella no se hubiera caído o
roto y que la tapa todavía estuviera sellada, lo cual estaba.
No podía verlo, y no podía tocarlo, pero sabía que Derek estaba allí.
Tuve la fuerte sensación de que mi hijo me estaba enviando amor.
Durante un ADC olfativo, los hombres se identifican

con mayor frecuencia por su loción para después del
afeitado o colonia. Si bien se informaron muchas marcas
diferentes de fragancias para hombres, "la botella con el
barco" se especificó con más frecuencia que todas las
demás.
Elizabeth es una inversionista privada en el sureste.

Ella tuvo este interesante encuentro 8
años después de que su abuela muriera a los 98 años por

causas naturales:
Estaba sentada en una silla amamantando a mi bebé. De

repente, sentí una brisa fresca rozarme. Mi abuela siempre usaba
este perfume llamado Blue Waltz, una marca muy antigua.
La habitación se llenó con esa fragancia, y supe que ella estaba
allá. Tuve una abrumadora sensación de sentir su amor.
Mi pequeño dejó de mamar y abrió los ojos. Se volvió para
mirar hacia donde yo sentía que estaba parada mi abuela e hizo
pequeños sonidos de arrullo.
Estuvo allí durante probablemente quince minutos. Le dije que
estaba feliz y saludable y que apreciaba mucho que viniera. Sabía
que estaba muy emocionada porque este era su primer bisnieto.
Muchas mujeres usan un perfume o colonia favorita

durante años, lo que podría llamarse su "aroma
característico". Esto hace que sea muy fácil reconocerlos
cuando regresan, tal como lo pudo hacer Elizabeth cuando
su difunta abuela pasó por una breve visita.
El hijo pequeño de Elizabeth también pudo haber

detectado la presencia de su bisabuela. Si bien no
podemos saber esto con certeza, varios otros relatos en
nuestros archivos sugieren fuertemente que los niños muy
pequeños son conscientes de mucho más de lo que
generalmente se considera posible.
Sharon, de 34 años, trabaja en relaciones comunitarias

en Florida. Tuvo esta encantadora visita de su abuela, que
murió de vejez:
Mi abuela tenía un olor muy particular en ella, era muy propio. A

veces, las personas mayores simplemente tienen sus
olor propio.
El suyo era encantador, no era ofensivo en absoluto. Era un olor

agradable, reconfortante, de abuela, y también había algo de lavanda
asociado. Siempre usaba jabón de lavanda para bañarse y guardaba
pastillas en los cajones con su ropa. No había olido ese aroma desde la
última vez que la había visto.
La primavera siguiente, aproximadamente un año después de la
muerte de mi abuela, estaba subiendo las escaleras de mi casa en la
ciudad. ¡Su olor estaba en todas partes! Fue muy claro y muy real para mí.
Me senté en las escaleras y comencé a reírme. Le dije: "¿Qué haces
aquí, abuela?" Había humor en el aire y una especie de "¡Hola!"
La mayoría de las personas tienen un agradable aroma

personal que puede realzarse con la fragancia de jabones,
polvos de baño, champús, lociones y una variedad de
artículos de tocador y cosméticos. Su ropa también puede
retener el olor de los cofres de cedro, las bolas de naftalina
o las bolsitas.
Casi todas las madres pueden identificar el olor personal
de su propio hijo. Y muchos padres en duelo informan que
huelen una variedad de productos para bebés cuando
tienen un ADC olfativo con su bebé.
Vera es peluquera en Arizona. Su padre le dio

una nueva y dramática apreciación de la vida unos
15 años después de que él muriera de cáncer a
los 40 años:
Estaba en el hospital para tener nuestro primer hijo. Estábamos
emocionados porque queríamos un bebé y habíamos esperado tanto
para finalmente tener uno.
¡De repente, estaba en un montón de problemas! Mis contracciones
eran fuertes, pero dejé de dilatarme y no pasaba nada. El médico dijo
que tenían que hacer una cesárea de emergencia.
De camino al quirófano, nos detuvimos en el laboratorio de sangre.
¡Estaba solo en el pasillo cuando de repente pude oler el aroma de mi
padre!
Había sido peletero de profesión. Su aroma era la combinación de
piel de animal y ácido tánico que había usado para curtir pieles. Es un
olor muy distintivo, no hay otro olor como este.
Es una fragancia muy limpia y era una parte muy importante de mi
padre.
Podía sentir que mi papá estaba allí conmigo y me relajé. Me invadió
una sensación de paz y supe que todo iba a estar bien. Mi hijo nació
fácilmente, ¡todo fue pan comido!
Muchos olores industriales y ocupacionales son

absorbidos por quienes trabajan con alimentos y
productos químicos durante un largo período de
tiempo. El padre de Vera adquirió un olor personal
inusual pero agradable que estaba relacionado
con su profesión. Incluso quince años después,
Vera pudo reconocer fácilmente a este familiar,
fragancia inconfundible. En el Capítulo 17, Espere lo

inesperado , se examinan relatos adicionales de
ADC que ocurrieron cinco o más años después de la
muerte de un ser querido .
Estas dos experiencias siguientes son ADC

combinados que incluyen oler una fragancia y sentir
una presencia.
Kenneth es un gerente de crédito jubilado en
Washington. Tuvo una serie de contactos alentadores
de su esposa, Roberta, después de que ella muriera
de cáncer a los 69 años:
Una noche, aproximadamente un mes después de la muerte de Roberta, fui a
nuestra habitación a prepararme para ir a la cama.
De repente sentí su presencia y olí su chapuzón después
de la ducha, Jean Naté. Eso es lo que ella usaba todo el
tiempo. Fue muy, muy fuerte y duró de siete a diez minutos, y
luego el aroma desapareció.
Exactamente lo mismo sucedió tres veces en el último año
y medio. No había Jean Naté en la casa porque hice que mis
hijas revisaran las fragancias de Roberta y las regalaran todas.
Cada una de estas experiencias disminuyó mi pena por ella.

Creo que estaba tratando de decirme que está bien y que me
espera cuando muera.
El valor inicial de tener una experiencia ADC es

que casi siempre reducirá la intensidad y acortará la
duración de nuestro duelo si estamos
gramo
afligido. Estos resultados afirman los notables poderes

curativos de las comunicaciones después de la muerte.
Tara es una artista y diseñadora de 39 años de Rhode
Island. Su primo, Larry, cumplió su promesa después
de morir de cáncer:
Mi primo Larry y yo crecimos juntos y nos conocemos de toda la
vida. Hicimos un acuerdo de que, si podíamos, quien muriera primero
se comunicaría con el otro. No sabíamos cómo lo haríamos, excepto
que lo haríamos, de alguna manera, de alguna manera.
Tres días después de su muerte, fui a mi habitación. ¡De repente,

sentí la presencia de Larry! Luego, la habitación se llenó con el aroma
de English Leather, que era su colonia favorita, eso es todo lo que
usaba. No tengo perfumes porque tengo alergias, y mi esposo no usa
colonia.
Dije: "¡Oh, Dios mío, es Larry!" Tantas emociones estaban pasando
dentro de mí a la vez. ¡Larry estaba manteniendo su pacto! Sabía que
me estaba diciendo que hay algo después de la muerte.
Entonces el olor y la sensación de su presencia desaparecieron por
completo. Pero yo sabía que él había estado allí. Y me di cuenta: “¡Lo
logramos! ¡Me contactó! ¡Realmente lo hicimos!”
Un gran número de pactos son cumplidos por quienes

hicieron estos acuerdos antes de morir. Imagine la
emoción que sentiría si su ser querido fallecido pudiera
cumplir su promesa de comunicarse con usted después
de su muerte. Confirmaría su fe existente en una vida
después de la muerte o lo desafiaría a seriamente
reexamina tu negación de la posibilidad de vida después

de la muerte.
Las siguientes dos cuentas ADC olfativas contienen

la característica adicional de escuchar una voz.
Natalie, una consejera de 40 años de Florida, tuvo
esta notable experiencia con su madre, que padecía la
enfermedad de Alzheimer:
Estaba en Japón durmiendo en mi habitación de hotel.

Alrededor de las 3:00 am, me desperté sobresaltado y olí este
hermoso aroma de lilas. El olor me abrumó, ¡simplemente llenó
la habitación! Me invadió un sentimiento de gran amor y calidez,
y luego me volví a dormir.
Tres horas después sonó el teléfono: era mi esposo llamando
desde los Estados Unidos. Dijo que el hogar de ancianos
acababa de llamarlo porque mi madre había muerto tres horas
antes. Cuando calculé la diferencia horaria, las 3:00 am en
Japón fue el momento exacto de su muerte en Connecticut.
¡Mientras lloraba, volvió el olor a lilas! Las lilas habían sido la
flor favorita de mi madre. Entonces me di cuenta de que mi
madre estaba allí y dije: “¡Mamá, eres tú! Lamento mucho no
haber estado allí contigo cuando moriste”. Ella dijo: “Entiendo.
Todo esta bien. no llores por mi Es mejor del otro lado”.
Un elemento inusual del ADC de Natalie es que su

madre fue persistente y vino por segunda vez la misma
noche. Esta experiencia implica que nuestros seres
queridos fallecidos puedan localizarnos
al instante, en cualquier momento y en cualquier parte del

mundo, cuando quieran contactar con nosotros.
Hazel es ama de casa en Florida. Necesitaba ayuda con

una dolorosa preocupación emocional 12 años después de
que su padre muriera de una hemorragia cerebral a los 57
años:
Mi sobrino de veintitrés años, Brett, murió repentinamente de un

ataque al corazón. Era un joven dedicado en premedicina que había
estado casado solo once días. Fue algo muy difícil de aceptar para mí,
y estaba muy resentido y amargado con Dios.
Tres semanas después, estaba trabajando en mi jardín, plantando
flores un sábado por la tarde. ¡De repente, pude oler el tabaco de la pipa
de mi padre! Era una mezcla especial preparada para él en una tienda
de tabaco: tenía un sabor muy dulce y especiado.
aroma.
Mi padre dijo: “Has sido terriblemente infeliz, y he venido a aclarar
algo. No te preocupes por Brett, está aquí con nosotros. Está feliz y está
bien. No te preocupes.
Déjalo ir."
Era como si alguien me hubiera arrojado un cálido sol.
Tenía este sentimiento absolutamente pacífico y podía dejarlo ir.
Solo un mensaje de ADC puede sanar nuestro resentimiento,

ira y amargura. Esto fue cierto para Hazel cuando supo que
Brett estaba vivo y feliz en su nueva vida.
Los tres relatos restantes son ejemplos de ADC

olfativos que fueron compartidos por dos o más personas
que estaban juntas en el mismo lugar al mismo tiempo.
Los llamamos ADC con un testigo.
Peter es un vendedor en Florida. Él y su esposa,

Vivian, tuvieron una serie de ADC olfativos poco después
de que su hija de 20 años, April, muriera de una
hemorragia cerebral luego de un accidente automovilístico:
Vivian me dijo que había estado en la habitación de April y olió

una abrumadora fragancia de rosas. Cuando me dijo eso, pensé:
"Bueno, cariño, lo que sea que te ayude a superar esto, genial".
Pero yo sabía que ni nosotros, ni nuestros vecinos, ni nadie más a
nuestro alrededor tenía rosas.
Al día siguiente estábamos juntos en la habitación de April.
Vivian estaba de pie a un lado de la cama y yo al otro lado.
Estábamos hablando, afligiéndonos, llorando y preguntando: “¿Por
qué? ¿Por qué pasó esto? ¿Cómo vamos a superar esto?”.
¡Entonces tuve la fragancia de rosas más abrumadora que

puedas imaginar! No puedes meter la nariz en un capullo de rosa y
oler la intensidad de esa fragancia. Tomé esto como una señal de
April: “¡Oye, estoy en un lugar mejor!”
Durante las próximas seis a ocho semanas, aunque la fragancia
no estuvo presente constantemente, a veces, cuando íbamos a la
habitación de April, olíamos un poderoso aroma a rosas.
En esos momentos le decíamos a nuestra hija: “Hola, April.
Entendemos. Ambos olemos las rosas. Gracias por hacernos saber
que estás en un lugar mejor.”
Algunas personas en nuestra cultura tienden a ser un

“Tomás incrédulo” acerca de la experiencia de otra
persona hasta que tienen una similar propia. Y muchos
hombres que ya han tenido un ADC significativo son
reacios a revelarlo porque temen lo que otros puedan
decir sobre ellos.
Parece que dondequiera que presentábamos nuestros

talleres, al menos un hombre se nos acercaba en silencio
después. Comenzaría tentativamente diciendo:
"Probablemente pensarás que estoy loco, pero..." o
"Puede que esto no sea lo que estás buscando, pero...".
Luego, invariablemente, compartiría una ADC detallado
y conmovedor, que a menudo concluye con "Nunca le
he contado esta historia a nadie más".
Emory, de 36 años, es secretaria legal en Nueva York.

Tuvo esta impresionante experiencia grupal después de
que su padre adoptivo muriera de cáncer:
Existe una tradición en la fe judía de decir el Kadish en el aniversario

de la muerte de una persona. Es una oración recitada por los dolientes
después de la muerte de un pariente cercano.
Dado que mi padre adoptivo no dejó ningún hijo de su propia carne
y sangre, me había encargado de decir el Kaddish por él todos los
años.
Al no ser judío, no formo parte de una sinagoga. Sin embargo,

puedo ir al aniversario de la muerte de papá y decir la oración.
Esta vez en particular, mi esposa y un amigo fueron conmigo.
Al bajar del santuario, todos olíamos a tabaco de pipa en el
ascensor. Olía como una tarta de manzana enfriándose en el alféizar
de una ventana.
Más tarde, le pregunté a mi madre adoptiva al respecto. Sabía
que papá había dejado de fumar cigarrillos, pero no sabía que se
había convertido en fumador de pipa antes de morir. Cuando me
dijo que su tabaco olía a tarta de manzana, ¡estaba a punto de
levantar la mandíbula del suelo!
Dado que Emory tenía dos testigos que

también olieron el aroma del tabaco de pipa en
el ascensor, podía estar seguro de que su
experiencia era real. Este también es un relato
probatorio porque Emory se enteró de que su
padre había sido fumador de pipa, algo que no
sabía antes.
El relato final es de Lorraine, que trabaja

para un optometrista en Nueva York. Su hija,
Tammy, tenía 25 años cuando murió en un
Cuando mi hija, Tammy, fue a las Bahamas, me compró una
pulsera y un collar. La noche que murió, tenía puesto el brazalete y
estaba destruido. Durante más de dos años desde el accidente,
había estado tratando de encontrar un nuevo brazalete que
combinara con mi collar. ¡Hubiera pagado cualquier cosa por ello!
Era de noche y salíamos de una de las atracciones del EPCOT

Center en Walt Disney World. Mi otra hija, su amiga y mi esposo
estaban conmigo.
Mi hija se volvió hacia mí y me dijo: “Mamá, ¿hueles eso?”. Dije:
"¡Oh, sí!" ¡Estábamos oliendo el perfume de Gloria Vanderbilt que
siempre usaba Tammy!
Pero cuando miramos alrededor, no había nadie cerca de
nosotros. Su novia también lo olió y dijo: "¿Por qué no entramos aquí?"
Así que todos fuimos a la tienda y comencé a buscar en el
frente. Mi hija llamó: “¡Mamá! ¡Mamá! ¡Vuelve aquí! Fui a la parte
trasera de la tienda, donde vendían joyas. Y ahí estaba el brazalete,
¡la combinación exacta con mi collar de Tammy! ¡Fue increíble!
Parece razonable suponer que Tammy quería

reemplazar el brazalete de su madre y encontró una
forma inteligente de brindar orientación a su familia.
Su elección de hora y lugar para contactarlos indica
que probablemente sabía de antemano que podrían
descubrir el brazalete de valor incalculable en la
tienda de regalos cercana.
Oler espontáneamente una fragancia que asocias
con un ser querido fallecido puede desencadenar
una avalancha de recuerdos cálidos y amorosos de
esa persona. Y tener un ADC olfativo en un momento
o lugar especial puede brindar mucho consuelo y
apoyo cuando te das cuenta de que todavía estás
en los pensamientos y en el corazón de la persona
que ha muerto.
¿Cuál sería su respuesta si viera a un ser querido

fallecido que regresa a visitarlo?
Los siguientes dos capítulos examinan informes de
apariciones parciales y totales que fueron hechas
por parientes y amigos fallecidos.
CAPÍTULO 6
Apariciones parciales:
ADC visuales
Estoy bastante seguro de que la parte más importante de

un ser humano no es su cuerpo físico sino su esencia no física,
que algunas personas llaman alma y otras personalidad...
La parte no física no puede morir y no puede decaer porque no
es física.
—Rabino Harold Kushner
Ver a un ser querido fallecido que ha regresado de

visita es un tipo muy dramático pero bastante común de
Estos relatos son tan emocionantes y numerosos que
los dividimos en dos capítulos, Apariciones Parciales y
Apariciones Completas, para estudiarlos completamente.
A ambas formas de contacto las llamamos ADC visuales.
Este capítulo contiene informes de personas que
percibieron una apariencia parcial de su ser querido
fallecido. Es decir, pudieron
ven sólo una parte del cuerpo, o si vieron todo el

cuerpo, parecía ser menos que sólido.
Estos relatos describen ver a un pariente o amigo
fallecido en una de las siguientes formas: como una
luz brillante, como una cara en una luz brillante, solo
la parte superior de un cuerpo, o como un cuerpo
completo cuya solidez va de una niebla transparente
a no del todo sólido. Independientemente de la forma
que vieron los experimentadores, recibieron una
gran comodidad de sus encuentros visuales.
Las apariciones parciales pueden incluir cualquiera
de los tipos de ADC que se introdujeron anteriormente:
sentir una presencia, escuchar una voz, sentir un
toque u oler una fragancia.
En los primeros cinco relatos, los experimentadores
describieron haber visto a un ser querido fallecido
como una luz muy brillante, pero el brillo y la
intensidad de la luz no lastimaron sus ojos.
Phyllis, de 40 años, es maestra en Texas. Tenía
este ADC visual extraordinario con Joshua, un niño
de 9 años que había nacido con síndrome de Down:
Había estado cuidando a Joshua en su casa durante el

verano mientras iba a la escuela. Estaba severamente
retrasado y discapacitado físicamente. Luego se fue a una escuela para
niños discapacitados, y unos nueve meses después de eso, murió

inesperadamente mientras dormía.
Tres días después estaba en mi dormitorio y de repente me di cuenta
de una luz azul y dorada muy brillante de un brillo tremendo. No hay
palabras en nuestro idioma para describir estos colores. Un sentido de la
magnitud y la belleza de este ser me quedó grabado como esta luz.
Quedó muy claro que se trataba de Joshua y que deseaba enviar un

mensaje a su madre. Su mensaje era simplemente que estaba muy feliz
y libre. ¡Ahora podía reír, ahora podía bailar y ahora podía cantar!
Cuando Joshua estuvo seguro de que había recibido el mensaje en un

forma telepática, se había ido.
Este relato demuestra claramente la transformación

de un niño, que había sido severamente retrasado
y discapacitado físicamente, en un ser de
magnificencia y belleza. ¿Podría ser que durante la
vida de Josué su cuerpo físico deteriorado fuera
simplemente un disfraz de su verdadera identidad
espiritual?
A veces, el que ha muerto no puede establecer
contacto directo con una persona en particular.
Entonces puede buscar a alguien más que conozca,
alguien en quien pueda confiar, para que entregue
su mensaje por él. Esto fue cierto para Joshua,
quien le pidió a Phyllis que le diera un mensaje a su
madre, lo cual hizo con mucho gusto. Y qué mensaje
de alegría recibió la madre de Josué, diciendo “ahora él podrí
reír, ahora podía bailar, ¡y ahora podía cantar! Por fin

tuvo la oportunidad de visualizar a su hijo completamente
curado y completo y libre de todas las limitaciones de su
vida terrenal.
Edna es coordinadora de eventos especiales en
Carolina del Sur. Ella también vio una luz muy brillante
poco tiempo después de que su madre muriera de cáncer
a los 66 años:
Dos o tres horas después de la muerte de mi madre, quería estar solo.
Fui al jardín y de repente vi una luz intensa y brillante. Estaba a unos
cuatro pies del suelo y tres o cuatro pies de diámetro. La luz no tenía
ninguna forma específica, pero sabía que era Madre.
Ella dijo: “Hola, Edna. Te amo. Estoy bien, y tú estarás bien. Es hermoso
donde estoy ahora, y soy dichoso. Estoy en casa." Le dije: “Me alegro
mucho por ti”. Y ella dijo: “Cuida a tu papá”. Mi padre también tenía cáncer
terminal en ese momento.
Le dije: “Papá ya no pertenece aquí. Él pertenece a ese maravilloso

lugar contigo. De hecho, yo tampoco quiero estar más aquí. Quiero estar
donde tú estás en esa dicha extraordinaria”.
Mamá dijo: “No es tu momento. Su tarea aún no está completa. Quédate

y vive cada momento al máximo. Disfruta el regalo de vivir en esta
hermosa tierra.
“Este es mi legado para ti. Contempla cada puesta de sol, flor y relación
con alegría. Deja que otros vean esa alegría y deja que el amor fluya a
través de ti. Porque el amor es lo más importante que existe”. Entonces
mamá dijo: “Yo estaré contigo siempre”. Y en ese momento ella
simplemente se desvaneció.
¡Fue la experiencia más increíble que he tenido!
El legado perdurable de Edna de su madre fue una

receta para vivir la vida plenamente, una mucho más
valiosa que cualquier herencia material. Junto con
muchas de las religiones del mundo, este relato nos
recuerda que “el amor es lo más importante que
existe”.
Marie es secretaria en Quebec, Canadá. Ella vio

más que una luz brillante durante una ocasión feliz
casi 8 años después de que su madre muriera de un
ataque al corazón a los 57 años:
Era el día de mi boda. Mientras estaba arrodillado en el altar en el
momento de mis votos, tuve la urgencia de girar la cabeza hacia la izquierda.
Vi una luz muy brillante, como una nube iluminada. Sabía que mi
madre estaba allí, lo sentía. No vi su rostro perfectamente, pero vi su
sonrisa y sus ojos. Creo que estaba en paz.
Me sorprendió mucho ver a mi madre. Sentí su calidez y ternura, y me
alegró mucho que viniera. Fueron apenas unos segundos, y terminó
como una nube que se va con el viento.
Este es otro ejemplo de un ADC que ocurre en un

día especial. Aunque Marie apenas pudo ver el rostro
de su madre durante la boda, su sonrisa fue suficiente
para transmitir sus bendiciones.
Pam, una secretaria en Florida, se convirtió en madre

en duelo cuando su hijo de 20 años,
Brad, murió en un accidente de motocicleta:
Diez días después de la muerte de mi hijo, apareció una luz en
mi dormitorio. Vi el rostro de Brad con sus ojos y su sonrisa, y
esta luz estaba alrededor de su rostro. Quería ir hacia él, y extendí
mis brazos.
Brad dijo: “Mamá, estoy bien”. Sabía lo que estaba diciendo
porque era como si entrara directamente en mi cabeza. Le dije:
“Hijo, quiero estar contigo”. Sacudió la cabeza y sonrió, diciendo:
"No, no es tu momento, mamá". Tenía una mirada de paz y
felicidad mientras se alejaba.
Luego me di la vuelta con una sensación de paz y tuve la mejor
dormir desde que Brad había muerto.
Comprensiblemente, los padres en duelo a menudo

están tan devastados por la muerte de su hijo que su deseo
más fuerte puede ser unirse a su hijo o hija de inmediato.
Pero como a muchos que han tenido una experiencia
cercana a la muerte, se les puede decir: "Aún no es tu
momento". Esto indica que cada uno de nosotros puede
tener un propósito espiritual para su vida y una cantidad
de tiempo suficiente para lograrlo.
Muy simple, si todavía estamos aquí, debemos tener más
que lograr.
“Aún no es tu momento” también implica que hay un
objetivo más amplio y un significado más profundo para la
existencia de todos que el mero día a día.
supervivencia física. Sugiere que todos somos

estudiantes en una enorme escuela o universidad
que brinda posibilidades ilimitadas para nuestro
crecimiento espiritual.
Wayne es un escritor técnico en Florida. Su

padre tenía 66 años y tenía neumonía:
Estaba trabajando en Florida cuando mi padre enfermó gravemente.
Estaba viviendo en Chicago. Me llamaron al trabajo y me dijeron que él
podría fallecer muy fácilmente, así que me tomé un descanso y comencé
a conducir hasta Illinois.
Conducía por algún lugar de Tennessee, y acababa de oscurecer, más
allá del punto de anochecer. De repente, un puntito de luz explotó en este
gran círculo de luz, ¡justo allí, frente a mí!
Cuando esta luz se abrió, vi el rostro de mi padre y un poco de sus

hombros, y había un brillo detrás de él. Su rostro era natural y
tridimensional.
Lo que me impresionó fue la sonrisa que tenía. Mi padre no era gentil
a su manera, pero esta sonrisa era la más dulce que jamás había visto
en él. Instantáneamente, supe que mi padre había muerto. También
sabía que estaba extremadamente feliz.
Todo sucedió tan rápido: la luz se encendió, luego se derrumbó y
desapareció. Esta era la manera de despedirse de mi padre. Simplemente
lo sabía.
Es posible que haya asumido que tener un ADC

visual sería un evento sorprendente. Pero como
muestra el relato de Wayne, incluso si alguien tiene
esa experiencia mientras conduce un automóvil, es capaz de
para mantener el control total de su vehículo, sin

esfuerzo y con seguridad. Esta historia es otro
ejemplo de aprender a través de una comunicación
posterior a la muerte que un ser querido ha muerto
recientemente.
En los siguientes dos relatos, los experimentadores
pudieron ver toda la parte superior de su ser querido
fallecido.
Consuelo es ama de casa en Washington. Tuvo
este encuentro amoroso con su padre, quien murió
de lupus a los 62 años. Su familia y ella son
originarios de Puerto Rico, donde su lengua materna
era el español:
Aproximadamente una semana y media después de la muerte de mi
padre, estaba sentado en la cama. Me estaba costando mucho lidiar con
su muerte y estaba llorando. Sentí que mi mundo se estaba desmoronando.
Miré hacia arriba y vi a mi padre desde el baúl hacia arriba, ¡justo al

lado de mi cama! Estaba tal vez a dos pies de distancia y se veía muy
claro y sólido. Llevaba una camisa blanca, con un traje oscuro y una
corbata gris con motas. Ya no parecía devastado por la enfermedad.
Parpadeé, y él todavía estaba allí.
Tenía el ceño fruncido y parecía realmente preocupado. Parecía
molesto por mi angustia. Dije: “¡Papi!” – que significa “papá”. Hablamos
en español, nuestra lengua materna.
Él dijo: “¡Mi hija! No te preocupes, tú no estás sola.” Esto significa: “¡Hija
mía! No te preocupes, no estás solo.” Escuché sus palabras, como si
estuviera hablando dentro de mi cabeza.
En ese momento, su rostro se relajó y sus ojos se pusieron tiernos.

Se volvió y sonrió un poco, como si me estuviera diciendo que me
amaba. Me sentí muy reconfortado por esto, ¡me sentí maravilloso!
Fue como si me hubieran quitado cincuenta libras del pecho.
Entonces parpadeé y mi padre se había ido.
Su visita me hizo sentir que no estaba solo y que todo iba a estar
bien. Alivió mi proceso de duelo.
Fue como si un mundo completamente nuevo se abriera para mí.
Los latinos creen que las personas no simplemente mueren, que
hay una continuación del espíritu. Es muy normal que aparezcan y
te consuelen. Cuando les conté a mis hijos mi experiencia, quedaron
encantados.
Este es uno de los numerosos relatos en los que

las experiencias vieron a sus seres queridos
fallecidos sanados de la enfermedad que había
causado su muerte. El padre de Consuelo también
transmitió sentimientos muy afectuosos a su hija
que le quitaron un gran peso emocional, ilustrando
nuevamente el fuerte poder curativo de los ADC.
El relato de Consuelo también es un ejemplo de
un ser querido fallecido que habla en su lengua
materna. Tenemos otros ADC en nuestros archivos
que incluyen los siguientes idiomas: francés,
alemán, italiano, polaco, ruso y yiddish.
Cindy es la administradora de una casa de retiro

en Florida. Tuvo una cálida visita alrededor de las 2
años después de que su abuela materna muriera de

insuficiencia cardíaca a los 82 años:
Acababa de meterme en la cama y estaba relajada, pensando en el día.

Todavía estaba despierto cuando una nube apareció justo al lado de la cama.
La nube estaba completamente iluminada y el resto de la habitación estaba
completamente oscuro.
¡Mi abuela estaba en esta nube! Podía verla desde la cintura hasta
la parte superior de la cabeza. Era muy distinta y sólida, podía ver
todo sobre ella.
¡Ella era hermosa! Se veía tan radiante y tan feliz. Nunca había
visto a mi abuela tan hermosa porque siempre fue una mujer
trabajadora. Su cabello era gris, pero era como si acabara de salir
del salón de belleza, y parecía años más joven.
Dije: "¡Abuela!" No dijo nada, pero me sonreía e irradiaba amor y

paz. Era como si hubiera venido a decirme que estaba bien y que
todo estaba bien, y que estaba en un lugar maravilloso.
Llevaba una blusa de seda rosa que le había dado como regalo de
Navidad hace muchos años. Pero nunca la había visto usar esa blusa
antes. ¡Estaba realmente asombrado! Entonces ella simplemente
desapareció, y me quedé dormido.
A la mañana siguiente, llamé a mi madre a Nueva York y le dije:
“Vi a tu madre anoche. ¡La abuela vino a mí!”
Cuando le conté lo que había pasado, se quedó impactada. Pero
parecía reconfortada al saber que su madre estaba bien.
¡La apariencia de la abuela de Cindy decía mucho! Este

es el primero de varios relatos en el libro en los que una
persona mayor parecía tener años menos que cuando murió.
En los siete relatos siguientes, el experimentador vio

todo el cuerpo del ser querido fallecido, que parecía
transparente.
Kurt, un consejero de 44 años de Florida, obtuvo
una perspectiva vital poco después de que su padre
muriera tras una serie de ataques al corazón:
Siempre me había preguntado: "¿Por qué mi padre me odia?"
Durante mi vida, no fue un hombre cariñoso. Era muy abusivo en sus
correcciones físicas y disciplina de sus hijos. Incluso había visto momentos
en los que abusaba de mi madre.
Al tercer día después de su muerte, se me apareció. Estaba tal como

se veía antes de hacer su transición, excepto que podía ver a través de
él. Su forma era como una niebla gris, pero era muy fácil de reconocer. Y
pude ver una luz blanca brillante brillando detrás de él.
Mi padre lloraba y pedía perdón. Me dijo que lamentaba todo lo que me

había hecho a mí, a cualquiera de la familia oa cualquier otra persona.
Ahora se dio cuenta de que se había equivocado. Necesitábamos
entender que de niño había visto abusos y le habían enseñado de esa
manera.
Mi padre también dijo que me amaba, que siempre lo había hecho,
pero que no podía demostrarlo debido a su educación. Y luego se fue.
Inmediatamente después de que se fue, lloré porque sentí que me

habían quitado un gran peso de los hombros.
Aparentemente, nunca es demasiado tarde para

ofrecer una disculpa sincera o pedir el perdón de otra
persona. Este ADC afirma que algunas personas
pueden sufrir una transformación dramática poco

después de su muerte, como evidentemente lo hizo el
padre de Kurt en solo tres días. Tal vez pudo ver su
vida desde un punto de vista más amplio, lo que le
provocó un profundo remordimiento por su
comportamiento abusivo.
Rita es maestra de escuela en Florida. Apreció

profundamente la amabilidad de su suegro después
de que muriera de un ataque al corazón:
Mi suegro falleció a las 4:00 de la mañana, y poco después

nos llamaron. Papá y yo habíamos sido muy, muy cercanos, de
hecho, más cercanos que él con mi esposo.
Llevé a mi esposo al aeropuerto para ir al funeral y lo subí a un
avión. Yo también quería desesperadamente ir, pero estaba
embarazada de nuestro primer bebé y mi médico no me lo permitió.
Cuando regresé a la casa, estaba especialmente cansada y
me acosté en la cama, tratando de recuperarme. ¡En la esquina,
justo en frente de la puerta del armario, apareció papá!
Era un contorno completo de su cuerpo, y había un resplandor
a su alrededor. Llevaba un pantalón y una camisa blanca abierta
en el cuello, pero era transparente.
Papá dijo: “Estoy bien. Estoy bien. Está bien que no puedas ir
a mi funeral. Era como si quisiera que supiera que estaba muy
feliz y muy vivo. Sentí mucho amor de él, este sentimiento de
amor era tan fuerte.
Nunca antes me había pasado algo así, pero no tenía ningún
miedo.
Puede que estemos sintiendo remordimiento por no

haberle dicho “adiós” a alguien antes de que muriera. O
podemos estar lamentando no haber estado presentes en
el momento de su muerte, creyendo que lo descuidamos
en ese momento tan sagrado. O podemos sentirnos
culpables por no haber asistido al funeral de nuestro ser
querido.
La experiencia de Rita con su suegro es uno de varios
relatos de ADC en los que los seres queridos fallecidos
nos aseguran que son conscientes de nuestro amor por
ellos, ya sea que estuviéramos allí o no cuando hicieron su
transición. Según nuestra investigación, generalmente
tienden a restar importancia a estas ocasiones, incluido su
propio funeral.
Ben es un oficial de libertad condicional en Florida.

Tenía este ADC de apoyo 16 años después de que su
padre muriera de cáncer a los 75 años:
Mi segundo matrimonio fue un verdadero error y solo duró unos

cuatro meses. Estaba extremadamente deprimido por lo que
estaba pasando. Estaba tan hundido en la depresión que estaba
acostado en la cama cuando mi padre vino a ayudarme.
Era una figura transparente, por lo que la habitación se veía a
través de él. Tenía un poco de una sonrisa en su rostro, y vestía
un par de pantalones oscuros y una camisa deportiva informal de
color crema. Llevaba tirantes de color rojo brillante y colocó sus
pulgares a través de los tirantes y los volteó.
Mi padre no había sido una persona especialmente cariñosa. No

dijo cosas de amor, pero sabíamos que nos amaba. Así que solo
su presencia con una sonrisa significó mucho para mí. No tuvo
que decir nada, estaba allí.
La presencia de mi padre en mi momento de necesidad fue una
verdadera señal de su amor. Esto pareció ser el gran avance para
mí para comenzar a salir de la depresión, para recuperarme un
poco y tener algo de tranquilidad.
El padre de Ben intervino cuando más se lo necesitaba.

Algunos de nosotros nos sentimos inseguros o incluso
aprensivos acerca de qué decirle a alguien que está deprimido,
con una enfermedad terminal o en duelo.
Este ADC ilustra que simplemente "estar allí" a menudo puede
ser suficiente. Es una forma de transmitir “Tú eres importante
para mí. Me preocupo por ti." Tomar la mano de alguien, darle
un abrazo, estar dispuesto a escuchar sus sentimientos sin
juzgarlo o permitirle llorar son todos medios para “decir lo
correcto”.
Hal, de 55 años, trabaja en bienes raíces en Nueva Jersey.

Su suegro, Vincent, hizo una visita no anunciada al día
siguiente de su muerte por
cáncer:
Alrededor de las 2:30 de la tarde, estaba revisando el correo en

el comedor. Tuve la extraña sensación de que alguien estaba
conmigo y cuando miré hacia arriba, ¡vi a mi suegro! Estaba de pie
en la cocina mirándome. ¡El pelo en la parte de atrás de mi cuello
literalmente se erizó!
Iba vestido con pantalones de pana y una camisa holgada de lana que
usaba mucho. Lo vi claramente: era tridimensional, pero podía ver a través
de él la pared de la cocina.
Mi suegro estaba extremadamente saludable ahora y no estaba para
nada devastado por el cáncer. Me miraba con esa mirada maravillosa que
tenía. Mis sentidos se rebelaron ante lo que estaba viendo, pero sabía
que era un hecho.
Me envió un mensaje telepático que decía: “Quiero que sepas que
estoy bien. Diles que no se preocupen.
Supuse que se refería a mi suegra, mi esposa y su otra hija. No duró más
de treinta segundos, y luego se fue.
Esto es tan vívido en mi memoria como si hubiera pasado diez minutos.

atrás. Fue una experiencia muy profunda, un regalo maravilloso.
Es posible que la esposa y las dos hijas de Vincent

se hayan preguntado por qué se le apareció solo a Hal.
Desafortunadamente, puede haber sentimientos heridos
cuando se contacta a un miembro de la familia pero no
a los demás. Dado que algunas personas son más
receptivas a tener ADC que otras, la persona que murió
probablemente se comunique con la persona más
abierta y con más probabilidades de transmitir un
mensaje personal a toda la familia.
John es coordinador de comunicaciones en

Newfoundland, Canadá. Tenía solo 24 años cuando
tuvo esta notable experiencia con su abuela, quien
había muerto de cáncer:
Yo estaba profundamente apegado a mi abuela. Crecí en la

misma casa con ella durante mis años de formación y la amaba
profundamente.
Al día siguiente de su entierro, era de noche y yo estaba acostado
en la cama de mi habitación. ¡Estaba llorando un poco y realmente
me sentía terrible cuando mi abuela llegó al final de la cama!
Estaba totalmente iluminada con luz, una luz blanca y dorada
emanaba de ella. ¡La rodeaba y se extendía unas ocho pulgadas
de todo su cuerpo!
La abuela parecía un poco más sólida que un holograma.
Llevaba su vestido favorito, que era verde con rosas. También
tenía puestos aretes verdes, un collar, un anillo y un reloj de oro.
¡La abuela parecía tener una salud robusta! Tenía la misma edad
que cuando murió, pero su maquillaje y su cabello estaban
perfectamente arreglados.
Se veía hermosa y estaba radiantemente feliz. Tenía una
hermosa sonrisa en su rostro cuando dijo: “John, tienes que dejar
de preocuparte por mí. ¡Me siento maravillosa! Estoy bien ahora, y
estoy en un lugar maravilloso”. Luego se dio la vuelta y caminó
cinco o seis pies lejos de la cama y desapareció de repente.
Sé que esto sucedió porque estaba despierto con el control total
de mis facultades. Esta fue una comunicación visual absolutamente
impresionante de una vida después de la muerte: ¡fue milagroso!
Una vez que tuve esa tranquilidad, ya no tuve necesidad de llorar
por mi abuela.
Incluso cuando es de noche y la habitación

está oscura, nuestros seres queridos fallecidos
suelen verse con todo detalle. En algunos ADC,
se ve una luz brillante detrás de ellos. En otros,
pueden ser la fuente de luz que se extiende más
allá de su cuerpo e ilumina toda la habitación.
El experimentador generalmente describe haber

visto una luz blanca clara, aunque a veces puede
tener un tinte dorado, amarillo o azul. Esto es una
reminiscencia de las auras coloridas que algunas
personas afirman que pueden ver rodeando a
aquellos que están físicamente vivos.
Trudy es encargada de una lavandería en

Connecticut. Tenía solo 19 años cuando su padre
adoptivo alivió su dolor después de haber muerto
repentinamente por una reacción alérgica a la
penicilina:
Mi madre y mi tío vinieron a decirme que mi padre había muerto.
Después de que se fueron, comencé a llorar y subí las escaleras y me
acosté en mi cama. Estaba muy, muy molesto porque sentí que papá
nunca vería a mi hijo, su primer nieto, que nacería en tres meses.
De repente, la habitación se sintió muy tranquila y abrí los ojos. ¡De pie
al final de la cama estaba mi padre! Llevaba muerto menos de seis horas.
Papá no era realmente sólido. Podía ver lo que llevaba puesto, pero
también podía ver detrás de él. Llevaba un par de pantalones de trabajo
grises y una camisa de franela a cuadros rojos.
Pensé que esto era extraño y dije: "¿Qué haces aquí, papá?" Estaba
muy tranquilo y sonriente, y me habló con mucha dulzura. Él dijo: "Estoy
aquí porque estás molesto".
Le dije: “Estoy muy molesto porque sé que no vas a ver a tu nieto”. Y él
dijo: “¡No te preocupes, veré a todos mis nietos!”. Después de eso,
simplemente se desvaneció y se fue.
Me senté y me di cuenta: "¡Él todavía está conmigo!" no me sentí molesto

más y no lloraba – me sentía muy bien, muy en paz.
Así como Trudy supuso que su padre nunca podría

ver a su bebé, la mayoría de las personas asumen que
sus parientes y amigos fallecidos no pueden estar
presentes para participar en los eventos y acontecimientos
especiales de sus vidas. Pero, como indica el siguiente
relato, tal vez lo contrario sea
verdadero.
Billie, que trabaja en una estación de servicio en

Florida, observó un momento dulce después de que su
madre muriera de cáncer a los 52 años:
Después de ir a la funeraria, regresamos a la casa de mi
madre. Acosté a mi hija de cinco semanas, Kelly, en el sillón
reclinable de la sala de estar y me acosté en el sofá.
Estaba a punto de bajar la cabeza cuando vi un resplandor
entrar por la puerta principal. ¡Tomó forma y se convirtió en
mi madre!
Caminaba a unas seis pulgadas del suelo. Apenas podía
ver a través de ella, no era del todo sólida. Irradiaba una luz
blanca pura y vestía un largo vestido blanco que fluía. ¡Nunca
había visto a mi madre tan hermosa!
Se acercó a Kelly y la miró. Mamá estaba sonriendo de
oreja a oreja. Extendió la mano y acarició a Kelly debajo de la
barbilla, diciendo: "Eres tan linda". Lo dijo dos veces, y la
escuché a través de mis oídos.
Entonces mamá me miró y sonrió y desapareció lentamente.
Se fue antes de que pudiera decir algo. pienso
vino a ver a su nieta porque mamá estaba demasiado enferma

de cáncer para verla antes de morir.
¿Con qué frecuencia vienen nuestros padres, abuelos u

otros familiares fallecidos a visitarnos con amor a nosotros oa
nuestros hijos?
Probablemente con mucha más frecuencia de lo que nos damos cuenta.
Después de que la madre de Billie ya no estuviera confinada
a su cuerpo físico enfermo, pudo ver y acariciar a su nieta.
Pero si Billie no hubiera estado presente y consciente, es
posible que no hubiera sabido que su madre había regresado
para admirar al nuevo bebé.
En los cuatro relatos restantes, se informó que el ser

querido fallecido era más denso o más sustancial en
apariencia, pero aún menos que completamente sólido.
Anita, una enfermera de Florida, recibió una noticia

inesperada de su abuelo después de que falleciera de
Esto sucedió el día del funeral de mi abuelo. Estaba

acostado en la cama esa noche, cuando de repente sentí su
presencia.
Abrí los ojos y mi abuelo estaba de pie a mi lado. Parecía
opaco, no como una persona sólida. Parecía muy saludable
y tenía un brillo a su alrededor, como si una luz dorada
brillante saliera de su cuerpo.
Se inclinó hacia mi cabeza, como si fuera a contarme un secreto. Él

dijo: “Seré bisabuelo en la primavera. ¡Tendré un bisnieto!” El abuelo nació
en Hungría y tenía un acento muy fuerte.
Tuve una abrumadora sensación de comodidad y calidez, y luego se

fue. Me levanté de inmediato y fui a la sala para contarle a mi esposo lo
que acababa de pasar.
Al día siguiente me hice una prueba de embarazo, ¡y efectivamente
estaba embarazada! Cuando nuestro hijo, Tyler, nació en mayo
siguiente, yo seguía diciendo: “¡Abuelo, tenías razón!”.
Esta es una de varias cuentas de ADC que

recibimos en las que un ser querido fallecido le
informó a una mujer que estaba embarazada.
Algunos de estos anuncios de nacimientos
celestiales también revelaron el género del niño
por nacer, y más tarde se demostró que esta información er
preciso.
Marcia es una gerente de 44 años de un banco

en Luisiana. Su hijo de 7 años, Elliott, murió poco
tiempo después de ser atropellado por un automóvil:
Uno o dos meses después, estaba acostado en mi habitación. ¡Miré
hacia la puerta y vi a Elliott! Estaba parado allí sonriendo, y me saludó.
Llevaba una camisa de manga corta abotonada y pantalones. No

parecía sólido, pero no podía ver a través de él. No hubo palabras ni nada,
pero supe que había venido a despedirse ya decirme que me amaba.
Fue un sentimiento muy amoroso y pacífico, y no me asusté

en absoluto. No me sorprendió verlo allí, simplemente lo acepté.
Me quedé allí por unos momentos, luego me levanté y comencé
a caminar hacia él, pero desapareció.
Regresé, me acosté en la cama y dije en voz alta: “Te amo,
Elliott”. Apareció unos segundos más y luego volvió a desaparecer.
Sentí paz y amor, y después lloré. La experiencia me dio la

capacidad de cerrar la puerta porque sentí que era su último
adiós.
El relato de Marcia es muy interesante porque su

hijo apareció, desapareció y luego se le apareció por
segunda vez, lo cual es bastante inusual. Más
importante aún, se le dio la oportunidad de oro que los
padres en duelo desean con tanto fervor: una
oportunidad más de decir, cara a cara, a su hijo
fallecido: "Te amo".
Dale es un diseñador de interiores en Ohio. Tuvo

este profundo encuentro más de un año después de
que su pareja, Robert, muriera de SIDA a los 38 años:
Era alrededor de la 1:00 o las 2:00 de la mañana, y yo estaba
profundamente dormido en mi habitación. Mis ojos estaban
cerrados, cuando de repente lo que me despertó fue este brillo.
Fue como si alguien pusiera una linterna frente a mi cara, ¡era
así de brillante!
Cuando abrí los ojos, Robert estaba de pie junto a mi cama, a
menos de medio pie de distancia. Había este intenso,
luz blanca brillante alrededor de su forma que venía de dentro de él

que no lastimó mis ojos. El resto de la habitación estaba completamente
oscuro, pero no tenía miedo.
Entonces sucedieron muchas cosas a la vez. No podía ver a través
de él, pero tampoco era sólido. Había remolinos de vapor que
rodeaban totalmente su cuerpo, y estas ondas de vapor se movían.
Su ropa era como una túnica, tal vez con una capucha.
Robert irradiaba un amor intenso que penetró cada parte de mí,

como una fusión de energía. Cada fibra de mi ser sentía amor.
Había amor total, comprensión y compasión, totalmente diferente a lo
que experimentamos aquí. ¡Fue muy cósmico!
Tenía unos ojos hermosos, unos ojos llamativos. Toqué su brazo
derecho con mi mano izquierda y sentí mucho calor saliendo de su
cuerpo. También sentí una vibración alta, como si pusieras tu mano
en un masajeador.
Entonces Robert tomó mi brazo izquierdo y lo volvió a poner a mi
lado y simplemente desapareció. La luz se fue con él, fue repentino,
como si apagaras una luz.
De todos los regalos que Robert me ha dado, este fue el más
hermoso. Fue curativo, y ahora no tengo miedo a la muerte. Verificó
todo lo que había leído de Elisabeth Kübler-Ross sobre este tema. Me
enfrentaré a cualquier escéptico de que este fue un incidente muy real.
Es bien sabido que aquellos que tienen una

experiencia cercana a la muerte casi siempre pierden
el miedo a la muerte. Esto también es cierto para
muchas personas que han tenido una experiencia ADC,
liberándolos para abrazar la vida y vivirla con más alegría.
El relato final es de Carolyn, gerente de

relaciones laborales en Florida. Tuvo este
reencuentro sentimental con su padre 2 meses
después de que éste muriera repentinamente de
un infarto a los 63 años:
Yo estaba viviendo en Colorado. Estaba en mi jardín alrededor de las

10:30 de la mañana desenterrando algunas malas hierbas en mi huerto
de ensaladas donde estaban los pimientos verdes. Claramente escuché
a mi padre decir telepáticamente: "¡Hola, Cricket!" Solo dos personas en
el mundo me llamaban Cricket: uno era mi papá y el otro era mi
mamá.
Me di la vuelta y mi papá estaba allí, sentado en un tronco con las

piernas cruzadas, a unos tres pies de distancia. Casi podía extender la
mano y tocarlo, pero sabía que no debía hacer eso. No era del todo
sólido, su densidad era suave, como algodón de azúcar.
¡Papá se veía como un millón de dólares! Tenía la sonrisa más
maravillosa, y pude ver las arrugas alrededor de sus ojos.
Llevaba sus viejos chinos, una camisa Oxford azul claro y sus náuticos
blancos. Parecía un poco más joven, y toda su salud estaba allí.
Él dijo: "¿Cómo estás, cariño?" Dije: “¡Papá!

¡Estoy tan feliz de verte! Estoy bien." Y él dijo: "Solo quiero que sepan
que estoy bien y que los estoy cuidando a todos".
Luego dijo: “Te veré, cariño”, y se fue.
Esta experiencia fue maravillosa porque papá no tuvo la oportunidad
de despedirse de mí antes de morir. Me enseñó que el amor es duradero
y que el amor de mi padre por mí continúa.
Esta fue la forma en que Dios me mostró que la muerte no detiene el
amor y no quita las relaciones.
Una muerte súbita suele negarnos la oportunidad

de estar con alguien cuando muere, lo que a
menudo provoca un duelo prolongado y no resuelto.
Una de las cualidades curativas más fuertes de un
ADC es que brinda una segunda oportunidad para
decir adiós y lograr la finalización emocional, tal
como lo hizo Carolyn con su padre.
¿Cómo te sentirías si un pariente o amigo fallecido

te visitara y pareciera tan real y vivo como cualquier
otro ser humano? El próximo capítulo es una
continuación de este, excepto que presenta ejemplos
de apariencias visuales completas.
CAPÍTULO 7
Apariciones completas:
ADC visuales
La muerte… no es más que pasar de una habitación

a otra. Pero hay una diferencia para mí, ya sabes. Porque
en esa otra habitación podré ver.
-Helen Keller
Este es el segundo de dos capítulos dedicados

por completo a los ADC visuales. Estos relatos son
de personas que informaron que un pariente o
amigo fallecido se les había presentado de lleno.
Vieron su cuerpo completo, que parecía
absolutamente sólido y real.
Los seres queridos fallecidos demostraron que
estaban curados y completos, independientemente
de su edad cuando fallecieron o la causa de su
muerte. Casi todos eran mucho más felices y más
libres que cuando vestían un cuerpo físico. muchos también
irradiaban una serenidad espiritual que rara vez se

encuentra en la tierra, y con frecuencia expresaban mucho
más amor, compasión y sabiduría que antes.
La aparición completa de un ser querido fallecido es

generalmente un evento muy sanador. Los experimentadores
obtienen un nuevo retrato mental y emocional dinámico,
una actualización, que puede reemplazar cualquier
recuerdo antiguo y doloroso que puedan tener. De hecho,
estos relatos son tan cálidos y reconfortantes de leer que
puede ser difícil recordar que son descripciones de
familiares y amigos que ya fallecieron.
Las apariencias completas son bastante comunes y se

pueden experimentar en combinación con cualquiera de
los otros tipos de ADC discutidos anteriormente.
Los primeros cuatro relatos de este capítulo son
ejemplos típicos de apariciones completas realizadas por
seres queridos fallecidos.
Joanna es bibliotecaria en Wyoming. Ella enviudó
cuando su esposo, Ted, de 25 años, murió de un tumor
cerebral:
Esta fue la noche después del funeral de Ted, y me quedé

con unos amigos durante unos días. Me acosté en el sofá-cama en
la sala de estar junto a la chimenea y comenzó a quedarse

dormido.
No sé por qué, pero abrí los ojos y miré a mi alrededor.
¡Allí, en una mecedora junto a la chimenea, vi a Ted! Estaba en
jeans azules y una camisa del oeste, lo que usualmente lo veía.
Parecía sólido y parecía gozar de buena salud.
Ted se veía increíblemente tranquilo y tranquilizador. Quería
decirme que estaba bien y que yo también estaría bien.
Duró unos momentos y luego se fue.
Sentí que Ted me estaba cuidando y tratando de consolarme
un poco.
Una apariencia completa puede responder tantas

preguntas a la vez sobre el ser querido fallecido que a
menudo no se requieren palabras. El poder curativo
de este ADC está contenido en su simplicidad y
franqueza. El simple hecho de poder ver a Ted le dio
a Joanna la tranquila seguridad de que él seguiría
estando allí para ella.
Eileen es una consejera de abuso de sustancias en

Florida. Tuvo esta emocionante visita la noche en que
su hermana, Leslie, murió por complicaciones de la
diabetes a los 50 años:
Me acosté en la cama y estaba llorando. De repente, tuve la
sensación de que había alguien en la habitación, alguien parado
allí. Me senté a medio camino y miré a los pies de mi cama, ¡y
allí estaba Leslie!
¡Se veía hermosa! Estaba vestida de blanco y su cabello
estaba peinado hacia arriba en un hermoso y suave peinado griego. Su
la piel era tan suave como el alabastro. ¡Estaba tan desconcertado!

Parecía muy serena y medio sonriente. Se veía mejor que nunca y
era muy sólida y real. Parecía que estaba a punto de inclinarse y decir
algo para consolarme y tranquilizarme.
Entonces escuché un silbido, y ella se había ido. No me asustó, me

dejó con una sensación como “¡Oh, Leslie está bien! Regresó para
decirme que está bien”. Me acosté sintiéndome muy reconfortado y me
fui a dormir.
Cuando le cuento a la gente esta experiencia, dicen: "Oh, estabas
dormido, lo soñaste". Pero sé que no lo estaba, sé que estaba despierto.
Es tan real para mí ahora como lo fue para mí entonces.
¡Con qué rapidez algunas personas tratan de descartar

y explicar las experiencias de otros! Debido a que muchos
escépticos insisten en que "no hay evidencia científica
de vida después de la muerte", su evaluación de las
experiencias de ADC a menudo es "no pueden ser reales,
por lo tanto, no lo son". En cambio, ofrecen explicaciones
psicológicas y fisiológicas para ADC, NDE y otros tipos
de experiencias espirituales. Sin embargo, varias
personas a las que entrevistamos admitieron que habían
sido fervientes escépticos hasta que tuvieron su propia
experiencia de comunicación después de la muerte.
Anne es gerente de una tienda minorista en la Isla del

Príncipe Eduardo, Canadá. Su hijo, Justin, de 18 años,
trató de rescatar a su hermano menor, Bobby, de 17 años.
mientras nadaban, y ambos niños se ahogaron:
Eran las 9:00 de la mañana de un sábado aproximadamente un

año después. Estaba en la cocina poniendo unos platos en el
lavavajillas. De repente, sentí que había alguien en la habitación
conmigo. Cuando me volví, ¡Bobby estaba parado allí apoyado en el refrigerador!
Parecía muy saludable y feliz. Llevaba una camisa a cuadros
marrón y blanca y un par de pantalones de pana marrón que solía
usar. Parecía muy sólido y tan real que parecía que podría haberlo
tocado. Había una luz brillante donde él estaba parado.
Los ojos azules de Bobby brillaban, tenían una expresión de

conocimiento. Me dio la sonrisa más maravillosa que he visto en mi
vida. Sabía que su sonrisa decía: “Ambos estamos bien. Estamos
bien. Solo continúa con las cosas y siéntete en paz contigo mismo”.
Me di cuenta de que su mensaje también era de Justin.
¡Grité y dejé caer el vaso que tenía en la mano! Corrí y traté de
poner mis brazos alrededor de él, pero simplemente desapareció.
Sabía que Bobby había estado allí y comencé a llorar.
Muchas personas lloran lágrimas de alegría

por tener un ADC, pero para otras puede ser
una experiencia agridulce. Por ejemplo, algunos
padres en duelo nos dijeron que, si bien
atesoran su comunicación posterior a la muerte,
luego lloraron lágrimas de tristeza porque fue
difícil tener que despedirse de su hijo una vez
más.
Molly es taquígrafa legal en Missouri. Se

alegró mucho al ver a su abuela, que había
muerto de vejez a los 87 años:
Mi abuela y yo éramos muy unidas, viví una buena parte de
mi vida con ella. Estaba lisiada desde que tenía poco más de
veinte años, así que nunca la vi realmente erguida.
La segunda noche después de su muerte, estaba en la

cama pero no dormía. Mis ojos estaban muy abiertos, ¡y la vi!
Estaba de pie y parecía tener unos treinta o treinta y cinco
años. Era sólida y realista, como un ser humano vivo.
Su cabello estaba corto, y estaba muy rizado alrededor de

su rostro. Ella tenía esta dulce sonrisa. Ella no dijo nada, pero
tuve la idea de que me estaba mostrando: "¡Mira, ahora estoy
erguido!"
Llevaba un vestido de estilo antiguo con un patrón inusual,
un fondo blanco con una franja roja, que no recordaba haber
visto antes. Todo lo que hizo fue quedarse allí y sonreír. Me
levanté de la cama y encendí las luces, pero ella no estaba.
Se lo conté a mi tía a la mañana siguiente. Le describí el

vestido de mi abuela, me llevó al sótano y sacó unos baúles
viejos. Encontró una colcha que había hecho mi abuela. ¡Y
había el mismo material, que tenía un fondo blanco con una
franja roja, cosido en la colcha!
Este es otro ejemplo de un ADC probatorio

porque Molly pudo validar su propia experiencia
cuando más tarde vio la colcha de su abuela.
Entonces ella inmediatamente
reconoció que el trozo de tela cosido en él era un trozo

sobrante del mismo material que se había utilizado
para hacer el vestido de su abuela.
Una aparición completa frecuentemente incluye

comunicación verbal, como ilustran el resto de las
experiencias de este capítulo.
Stuart, de 85 años, es un agente de patentes
jubilado en Pensilvania. Tuvo este encuentro dinámico
11 años después de que su esposa, Gladys, muriera
tras una larga y debilitante enfermedad:
Estaba sentado en una silla en mi sala de estar cuando de
repente me di cuenta de que Gladys bajaba las escaleras. ¡Me
quedé estupefacto cuando la vi!
Su apariencia no era la misma que cuando estaba enferma:
era hermosa. ¡La iluminación brillante y la intensidad de ella eran
casi increíbles! Es imposible describir el brillo, absolutamente
imposible.
Gladys estaba sonriendo. Era sólida, no había nada etéreo en
ella en absoluto. Después de esta intensa escena y una breve
comunicación, ella desapareció.
No tengo dudas de que esta fue una aparición de otro mundo.
No puedo responder por qué Gladys vino a mí, pero fue un
contacto extremadamente agradable. Aunque cuando has tenido
una relación maravillosa e increíble con una esposa durante más
de cincuenta años, esa es una buena razón.
¡Qué feliz e inesperado reencuentro para un viudo

con su difunta esposa después de
¡más de cincuenta años de matrimonio! Bien puede ser

que Gladys quisiera mostrarle a Stuart, ahora en sus
últimos años, que la muerte no es más que una puerta
de entrada a otra dimensión de la vida.
Virginia es enfermera en Massachusetts. Inmediatamente

se sintió aliviada cuando su hija de 17 años, Erica, volvió
a ella después de morir en un accidente automovilístico:
Casi un año después, me desperté una noche y Erica

estaba parada al pie de la cama. Ella me miró y parecía estar
de un humor feliz. Parecía estar en perfecto estado de salud
sin heridas ni nada.
¡Era Erica, en persona! ¡Parecía viva y bien! Ella era muy
vívida. Llevaba una falda azul marino y un suéter que solía
usar mucho. Parecía sólida y se veía muy, muy pacífica.
Erica tenía una leve sonrisa y dijo: “Estoy bien, mamá.

Estoy bien. No te preocupes por mí. Solo duró unos veinte
segundos más o menos, y luego desapareció de repente. Una
paz se apoderó de mí en ese momento, y me volví a dormir.
Más que cualquier otro tipo de ADC, las apariencias

completas nos aseguran que nuestros seres queridos
fallecidos continúan existiendo. Quizás por primera vez
en meses o incluso años, nos llena una profunda
sensación de paz, sabiendo que su bienestar es seguro.
Gordon, un arquitecto de Nuevo México, fue contactado

por una vieja amiga de la familia, la Sra.
Tinsley, quien murió a los 93 años:
Entré en la sala de velación de la funeraria para presentar mis

últimos respetos a la Sra. Tinsley. Yo era la única persona allí. Mientras
estaba de pie mirando su cuerpo, escuché: "Gordon, está bien si lloras".
¡Miré a mi alrededor porque era la voz de Granny Tinsley!

Cuando levanté la vista, ella estaba al otro lado de la habitación, tal
vez a tres metros de distancia. Era como si ella estuviera realmente
allí, podía ver todo de ella. Sus manos estaban ligeramente levantadas
y tenía puesto un vestido diferente al que llevaba en el ataúd.
De repente, tuve este sollozo explosivo, ¡fue realmente desgarrador!
Realmente me dolía, pero no lo sabía. Aparté la mirada y lloré, y
cuando volví a mirar, ella ya no estaba allí.
No creo que hubiera llorado si ella no hubiera dicho algo. Sabía que
la echaba de menos, pero lo habría guardado dentro. Desde entonces,
he recordado en alguna ocasión que está bien llorar porque la señora
Tinsley me dio permiso.
La Sra. Tinsley le enseñó a Gordon la lección muy

importante de que "está bien que los niños grandes lloren".
Presumiblemente, ella sabía que cualquier tipo de dolor o
trauma que no se resuelve por completo puede surgir de
manera inesperada y destructiva más adelante en nuestra
vida.
Paula es abogada en Virginia. Adquirió una sensación

duradera de paz cuando su hijo, Jimmy,
se le apareció unas 2 semanas después de que él

muriera de leucemia cuando tenía 12 años:
Cuando estás sufriendo una pérdida masiva, tienes alrededor de quince
segundos, cuando te despiertas, antes de que la realidad regrese a tu
conciencia.
El sol de la mañana entraba a raudales en mi dormitorio. Cuando me
desperté, recordé, y el dolor me golpeó como una gran cosa fría y peluda.
¡De repente, Jimmy estaba de pie junto a la cama con una gran sonrisa!
Vi todo su cuerpo. No había nada efímero en él. Llevaba una camiseta a
rayas y pantalones cortos azules.
¡Él no tenía ninguna evidencia de leucemia! Tenía mucho cabello, lo
cual era extraño porque no tuvo mucho durante la última parte de su vida.
Y no tenía la cicatriz en el lado de la cabeza donde lo operaron.
Jimmy habló, ¡lo escuché! Él dijo: “Mamá, estoy muerto, pero está bien.
¡Estoy bien!" Se veía exactamente como cuando estaba vivo. Se movía
con gracia y estaba claramente feliz y bien.
Luego desapareció.
Estaba tan feliz de verlo y escuchar que estaba bien. Estaba bastante
seguro de que lo estaba, pero fue muy agradable que viniera y me lo
dijera. ¡Estaba eufórico! Fue tan maravillosamente especial, y sonrío cada
vez que pienso en ello.
Cuando somos el cuidador principal de un ser

querido que muere después de una enfermedad
prolongada, puede ser difícil recordar un momento en
que estaba sano y sin dolor. Y, lamentablemente,
puede que así lo sigamos recordando. Pero imagine
nuestra sensación de alivio si volvemos a ver a un ser
querido fallecido en un ADC visual completo.
y él es sanado y completo y feliz. Ahora nuestros viejos

recuerdos dolorosos pueden ser reemplazados por
recuerdos alegres cada vez que recordamos su nueva
apariencia y estado de ser.
George es consejero de salud mental en el sureste.

Tenía 24 años cuando recibió un mensaje de su abuela
unos 4 años después de que ella muriera por insuficiencia
renal:
Durante la mitad de la noche, me despertaron de mi sueño cuando mi
abuela entró en mi habitación desde el pasillo. Se puso de pie en el lado
derecho de la cama.
La habitación estaba lo suficientemente iluminada para verla, pero no sé
cuál fue la fuente. Parecía sólida y real, aproximadamente de la misma edad
que tenía cuando murió. Pude ver su rostro, y ella estaba muy feliz y
sonriente.
Estaba en un estado de ánimo cariñoso y suave y me habló directamente.
Ella dijo: “He venido para hacerte saber que te amo. Quién eres y lo que
eres es adecuado para ti. Quiero que sepas que te apruebo. Tu vida es
adecuada para ti”.
Sentí una intensa felicidad y alegría, y recuerdo haberle dicho que
apreciaba lo que me estaba diciendo. Entonces ella se alejó.
Me desperté a la mañana siguiente sintiendo una nueva seguridad y

libertad. Sentí como si me hubieran quitado un gran peso de encima.
Para ser honesto contigo, soy gay. Mi abuela llegó en un momento que
fue una verdadera transición para mí. Estaba luchando con mi identidad gay
y mi autoaceptación. Esta experiencia me ayudó a seguir adelante con mi
vida.
Los ADC no ocurrirán necesariamente porque

queremos tener uno, incluso si estamos profundamente
afligidos. Muchos ocurren en un momento posterior,
como cuando estamos luchando con un problema
difícil y podríamos beneficiarnos de recibir un mensaje
de amor y apoyo.
Eve es una secretaria jubilada en el suroeste.

Su esposo, Pete, fue sargento mayor de carrera en
el Cuerpo de Marines de los EE. UU. antes de morir
de cáncer a los 59 años como resultado de la
exposición al Agente Naranja en Vietnam:
Después de la muerte de su padre, nuestra hija, Merri Beth, se vino
abajo por completo: bebió durante semanas, desapareció durante horas
y conducía ebria. Aproximadamente un mes después, la puse en un
centro de recuperación por alcoholismo. Esto no fue algo fácil de hacer para mí.
Regresé a casa agotado mental y físicamente y me acosté a las 11:00 p.
m.
Alrededor de las 3:00 am me desperté y ¡mi esposo estaba parado en
mi habitación! Había una luz muy brillante detrás de él, pero podía verlo
perfectamente. Era casi como si pudiera extender la mano y tocarlo,
estaba tan cerca y tan distinto.
Pete estaba de gala, con sus medallas y su sombrero.
Parecía al menos veinte años más joven, tal como había sido antes de
enfermarse. ¡Se veía maravilloso, fuerte y saludable, como si nunca
hubiera estado enfermo un día en su vida!
Fue un milagro, y estuve en estado de shock por un segundo más o
menos. Entonces Pete sonrió y dijo: “Hiciste lo correcto, cariño. No
tuviste elección. Merri Beth estará bien ahora. Se veía tan
tranquilo y pacífico, y luego simplemente desapareció. Sentí una sensación

de alivio por haber hecho lo correcto.
Merri Beth no ha bebido en más de siete años. Ha aceptado la muerte
de su padre y le va bien en su trabajo. Mi hija y yo estamos más cerca
ahora que nunca en toda nuestra vida.
Una vez más, un ADC sugiere que nuestros seres

queridos fallecidos tomen conciencia y se interesen
activamente por los eventos y situaciones de nuestras
vidas. Esas ocasiones difíciles en las que nos vemos
obligados a ejercer un “amor duro” con nuestros hijos
pueden ser momentos muy solitarios e inciertos para
los padres. El mensaje de Pete a Eve le dio fuerza y
tranquilidad, y le dio valor para seguir adelante con
lo que era mejor para su hija.
Helen es ama de casa en Alabama. Su hijo, Adam,

murió en un accidente de helicóptero a los 27 años
mientras estaba en la Guardia Costera, y su sobrina,
Jessica, murió en un accidente automovilístico 5
meses después a los 20:
Después de la muerte de Adam, hice cosas porque sentí que tenía que
hacerlo, no porque hubiera alegría en ello. Mantuve los platos lavados y las
camas hechas; aparentaba vivir una vida normal. Pero adentro había un
agujero, un vacío, ahí en todo momento.
Una tarde, unos diez meses después de la muerte de mi hijo, tomé una
taza de café caliente y me acosté en mi habitación para escuchar la música.
radio. De repente, Adam y mi sobrina, Jessica, aparecieron juntos

ante mí, ¡tomados de la mano!
Estaban en perfecto estado de salud y sus rostros brillaban.
Parecían absolutamente sólidos y vestían túnicas blancas de cuerpo
entero. Una suave luz los envolvió a ambos. ¡Estaban tan tranquilos
y felices, estaban radiantes!
Adam dijo: “Hola, madre. Te amo. Estoy bien. Soy feliz y algún día
te unirás a mí. Por favor, no te aflijas por mí, Madre. Liberame.
Déjame ir."
Entonces Jessica dijo: “Hola, tía Helen. Quiero que le digas a mi
madre que deje de llorar por mí. Estoy feliz, y esto estaba destinado
a ser”. Luego se fueron.
Fue entonces cuando pude liberar a mi hijo. Dejé ir a Adam, pero
no en mis recuerdos, no en mi amor. Esta experiencia me permitió
aceptar el hecho de que Adán ya no está en esta tierra, sino que
está a un paso de distancia. Aprendí a tener fe completa en Dios, y
ahora mi actitud y salud general son mejores en todos los sentidos.
Cuando alguien a quien amamos muere, es natural

sentir una profunda tristeza. Pero parece que nuestros
seres queridos fallecidos quieren que sepamos que no es
necesario llorar por ellos. Esta puede ser una de las
razones por las que están tan ansiosos por mostrarnos
que están en paz en su nueva vida.
Los siguientes tres relatos visuales incluyen sentir el

toque de un ser querido fallecido.
Sonia es asistente de salud en el hogar en Washington.

Algunas de sus muchas preguntas fueron respondidas
unas 6 semanas después de la muerte de su hija, Valerie.
de una hemorragia cerebral cuando tenía 9 años:
Valerie murió muy repentinamente, fue una experiencia muy

traumática. Estaba frenético, solo un caso perdido. Me estaba
preguntando, “¿Cómo sabemos que hay un Dios? ¿Cómo sabemos que
hay un cielo? ¿Y dónde está Valerie ahora?
Me acosté bastante temprano porque me había agotado, pero sé que
estaba despierto. Estaba recostado sobre mi lado derecho y sentí que
alguien me tocaba el hombro. ¡Me di la vuelta y Valerie estaba parada
allí!
Ella me parecía real. Se veía exactamente como ella misma y con
buena salud. Era brillante, algo resplandeciente, y vestía un vestido
blanco brillante y deslumbrante.
Ella dijo: “Mami, te amo. Mi dolor de cabeza se ha ido. Estoy bien y
no quiero que te preocupes por mí. Estaba muy tranquila, feliz y bastante
hermosa. Entonces, de repente, ella se había ido.
Creo que hay momentos en que Dios considera adecuado enviar a

alguien de regreso para que le dé un mensaje. Creo que eso es lo que
me pasó a mí. Dios envió a Valerie para que quitara esta nube oscura,
para que quitara esta terrible roca que estaba sobre mis hombros.
Parece que nuestros seres queridos fallecidos

pueden elegir su propia ropa cuando se nos aparecen.
Mientras que algunos regresan vistiendo túnicas
blancas o de varios colores, muchos seleccionan su
atuendo terrenal más familiar. Tal vez un abuelo
regrese con su viejo peto para que lo reconozcan
fácilmente. Otros aparentemente se sienten más
cómodos vestidos con su "mejor ropa de domingo".a
uniforme militar, o la ropa con la que fueron enterrados.

No importa lo que lleven puesto, las prendas suelen
transmitir algo significativo a los experimentadores.
Hannah, una ama de casa en Utah, tuvo esta tierna

reunión unas 6 semanas después de que su madre
muriera de un derrame cerebral a los 82 años:
No pude dormir una noche, así que me levanté e hice un
par de tareas en la casa. Luego me senté en la silla de la sala
de estar. Estaba pensando en mamá y sintiendo la pérdida de
no cuidarla más.
¡De repente, la vi entrar en la habitación! Lo primero que
noté fue que caminaba normalmente. Diez años antes del
final de su vida, se vio obligada a amputar ambas piernas por
encima de la rodilla.
Mi madre volvió a tener las dos piernas, caminó directamente
hacia mí y se sentó en el brazo del mullido sillón. Puso su
brazo sobre mi hombro y dijo: “Hannah, querida, has sido
como un ángel para mí. No te sientas triste. No te aflijas por mí.
Había un resplandor en ella, y se veía tan feliz.
Entonces Madre se levantó y caminó hasta el otro lado de la
silla. Ella dijo: “No te preocupes por mí. Solo recuerda que
soy feliz”. Luego me besó en la mejilla y se fue.
Fue tan real: sentí el toque del brazo de mi madre en mi
hombro y la presión de sus labios en mi mejilla. Sentí el amor
especial y la cercanía que siempre existió entre nosotros.
Esta fue una ocasión muy cariñosa y especial para mí y
algo que he mantenido sagrado.
Evidentemente, nuestros familiares y amigos no

quieren que suframos como resultado de su muerte.
Ahora que están libres del dolor y las limitaciones de su
cuerpo físico, saben que no es necesario que nos
preocupemos por ellos. Esta podría ser otra razón por
la que regresan, para asegurarnos que todavía existen
y han sido restaurados a su completa salud e integridad.
Richard es corredor de bienes raíces en Carolina del

Norte. Tenía este ADC convincente con su padre, quien
murió de un derrame cerebral a los 66 años:
Tres días después de su entierro, alguien me despertó. Me senté para
ver quién era, ¡y era mi padre! Las luces de la calle que entraban por la
ventana detrás de mí le iluminaban la cara. Podía verlo muy bien, no
había duda de que era él.
Él dijo: “Ricardo”. Conocí la voz de mi padre y me levanté de la cama.
Me estrechó la mano inmediatamente, y su mano era muy familiar y cálida.
Luego dijo: “Estoy tan contento de verte, Richard. No te preocupes por

nada. Te amo." Escuché esto externamente, directamente de sus labios.
Su voz sonaba más clara que nunca.
No podía apartar los ojos de su rostro. Se veía mejor de lo que jamás
lo había visto en toda mi vida. En lugar de tener canas, su cabello era
negro. Y su piel era suave. ¡Mi padre se veía absolutamente genial!
Había una sonrisa en su rostro, y parecía contento y feliz, como si

hubiera algo mucho mejor de lo que jamás podría soñar. Y luego se fue.
Yo estaba muy asombrado y emocionado. Había estado en un duelo

profundo y esa experiencia me dio la seguridad de que hay vida después
de la muerte. Fue real, no hay duda en mi mente, no hay duda.
No es de extrañar que Richard no dudara de su

experiencia como ADC. ¡Qué podría ser más tangible y
real que no solo ver a tu padre después de su muerte,
sino también darle la mano!
Aunque su padre le habló, fue su apariencia visual la que
comunicó un mensaje aún más poderoso, que era mucho
más joven, feliz y pacífico que antes de morir.
Los cuatro relatos restantes de este capítulo se

encuentran entre las experiencias de comunicación
posteriores a la muerte más completas de nuestros
archivos. Son ejemplos de apariencias visuales completas
que incluyen escuchar una voz, sentir un toque y oler una
fragancia.
Deborah, una investigadora médica de Kentucky, se
sintió agradecida cuando su hermano, Joseph, regresó
después de morir de cáncer a los 44 años:
Yo era un escéptico con tarjeta antes de esta experiencia. Había tenido
sueños sobre mi hermano, pero esto no era un sueño.
Unos tres meses después de la muerte de Joseph, yo estaba

durmiendo en la cama con mi esposo. Sentí que alguien sacudía mi
pierna para despertarme. Miré hacia arriba y allí estaba Joseph sentado
en el borde de la cama con su mano en mi pierna.
Parecía real, como cualquier persona viva sentada allí. ¡Se
veía genial! Irradiaba una cálida luz blanca amarillenta como
un aura. Parecía muy tranquilo y pacífico. Me abrazó, sentí
su abrazo, se sintió maravilloso, cálido y amoroso. Y también
olí su colonia.
Joseph me dijo: “Estoy bien y no deberías sentirte infeliz.
Todo esta bien. Es hermoso donde estoy”. Le hablé con
pensamientos y le dije que lo amaba. Luego se desvaneció
gradualmente.
Sentí alivio porque ya no tenía que preocuparme por
mi hermano está bien.
Una serie de entrevistas que realizamos

comenzaron con una declaración similar a la de
Deborah: "Yo era una escéptica que llevaba la tarjeta
antes de tener esta experiencia..." Nuestra
investigación reveló que la creencia previa en ADC
no es un requisito para tener comunicación con un
ser querido fallecido. como lo indica claramente el
encuentro especial de Deborah con su hermano.
•••
Edward, un entrenador deportivo en Alberta, Canadá, tuvo

esta colorida reunión después de que su padre muriera
repentinamente de un ataque al corazón a los 73 años:
La noche después del funeral de mi padre, estaba profundamente dormido y

lo que me despertó fue una sensación cálida en la cadera derecha.
Después de abrir los ojos, me di cuenta de que mi padre estaba sentado en el
marco de mi cama de agua. Era tan sólido como tú y como yo. Tenía su mano
en mi cadera, como si me estuviera dando palmaditas.
Vi todo: sus ojos azules, su barba gris y blanca y su ropa. Llevaba la chaqueta
naranja y blanca de carreras de motos Can Am que le había regalado. Tenía
puesto el sombrero de gamuza que siempre usaba cuando estaba de
campamento, una camisa blanca a cuadros y sus pantalones de trabajo verdes
favoritos. Mi papá era un amante de la naturaleza: su olor estaba allí, una mezcla
de humo de leña y su olor corporal.
Le pregunté: "¿Qué pasa?" Él dijo: “Solo quiero que sepas que estoy bien y
te veré de nuevo. Lamento no poder quedarme más tiempo”.
Parecía realmente relajado, feliz y en paz. Luego se puso de pie, dio un paso
alejándose de la cama y desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
No volví a dormir por el resto de la noche, pero me sentí mucho mejor y supe
que todo estaba bien. Sentí que todos los cabos sueltos habían sido atados y
seguí con mi vida.
Después de que mueren nuestros seres queridos,

nada disipa la ansiedad, la preocupación y la
preocupación que podamos tener por ellos de manera
más rápida y completa que un ADC visual completo.
Poder verlos y saber que están bien nos libera para
avanzar en nuestro proceso de duelo y concentrarnos
por completo en sanar nuestro sentido personal de pérdida.
Tanya es supervisora de sistemas informáticos en

Texas. Ella tuvo esta espectacular experiencia.
aproximadamente 1 año después de que su amiga de toda la vida, Gina,

muriera en un accidente automovilístico a los 30 años:
Estaba en una escala en el aeropuerto de Atlanta, de camino a San

Francisco. Estaba sentado en la sala del aeropuerto leyendo, cuando olí
White Shoulders, la colonia que Gina siempre había
gastado.
¡Miré hacia arriba y allí estaba ella, sentada en la mesa conmigo!

Parecía relajada y tan bonita como siempre, igual que la última vez que la
había visto. Llevaba una camisa a cuadros roja y gris carbón que le había
regalado unos años atrás.
Le dije: "Gina, ¿qué haces aquí?" Ella sonrió y dijo: “Vine a verte”. Cuando
miré hacia abajo, su mano estuvo sobre la mía por un breve momento. Su
mano era sólida y muy cálida.
Estaba un poco ahogado por las palabras, y ella dijo: “Solo relájate. Quiero
que seas feliz y que dejes de preocuparte y sentirte tan mal por mi muerte.
Estoy bien. No voy a visitarte de nuevo, así que quiero que te asegures de
poner todos tus asuntos en orden”. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, ella
se fue, y yo me quedé allí sentado absolutamente estupefacto.
Cuando Gina murió tan repentinamente, sus asuntos estaban en completo

desorden. Tal vez esa era la lección que quería que aprendiera.
En consecuencia, desde entonces, he trabajado muy duro para asegurarme
de que mis finanzas y mi vida estén en orden.
No importa cuándo muramos, nuestro legado más amable para

nuestros seres queridos será tener nuestros asuntos personales y
comerciales en buen orden. Nuestra consideración
preparando se puede
un testamento enexpresar
vida,
otorgando permiso para la donación de órganos, dejando instrucciones
para nuestro funeral o
servicio conmemorativo y la cremación o entierro de nuestro

cuerpo, la presentación de una última voluntad y testamento, y
asegurar los documentos importantes en un lugar seguro.
También debemos designar a una persona responsable para
llevar a cabo todos nuestros deseos.
El relato final de este capítulo es de Leonard, un mecánico

certificado de 44 años de la Columbia Británica. Fue bendecido
al recibir esta visita de su madre, quien murió después de una
larga enfermedad:
Unos seis meses después de la muerte de mamá, me acosté una noche.

Durante la noche, me despertó una voz que decía: “¡Mira!”
Miré y había luz en mi habitación.
A los pies de mi cama había una niebla blanca y transparente, como un
vapor brillante. Parecía el contorno tenue de una persona, y se hizo más
claro y nítido a medida que se acercaba. Entonces reconocí la forma, el
tamaño y el andar. ¡Reconocí a mamá!
Dio tres pasos más hacia mí, saliendo completamente de la neblina, y
me levanté y caminé hacia ella. Nos encontramos a mitad de camino y dije
un muy feliz "¡Oh, mamá!"
Ella susurró: "Hola, hijo". Su rostro tenía la mirada más hermosa, sana,
amorosa y serena. Sus ojos despedían calidez y amor. Sus mejillas eran
angelicales y de color sonrosado. Parecía mucho más joven y su cabello
era un poco más oscuro.
Simplemente nos abrazamos, y sentí una alegría que todo lo consumía.
¡Fue una calidez envolvente y una unidad que hizo que mi corazón se
disparara! Como me sentí cuando nacieron mis hijos, solo que mejor. Fue
el mejor abrazo e intercambio de amor que he tenido.
Mamá era sólida, firme y real. Ella era del mismo tamaño, altura
y peso. Todavía era una mujer grande, muy cálida, hogareña y
protectora.
Mi madre hizo todas las cosas familiares. Frotó la parte de atrás
de mi cuello mientras me abrazaba. Y ella acarició mi mejilla y
puso su mano sobre la parte superior de mi cabello. Ella siempre
tuvo un olor muy neutro, así que no olí nada diferente.
Luego se apartó un poco, con sus brazos todavía a mi alrededor,
y dijo: “Sé feliz, Leonard. Ser feliz." Mamá siempre quiso la
felicidad para todos nosotros. Luego me sonrió y rápidamente se
desvaneció y me dejó allí de pie.
Esta fue una experiencia muy amorosa y gratificante, y sé que
no fue un sueño o producto de mi imaginación. Creo que mamá
volvió para decirme que todo está bien y pasar este mensaje a
quien lo necesite.
Ningún reencuentro con alguien que está

físicamente vivo podría ser más tangible y real que el
encuentro espiritual que tuvo Leonard con su madre
fallecida. Puede saborear esta experiencia como un
recordatorio del continuo amor y devoción de su
madre.
Los ADC visuales son experiencias extremadamente
poderosas porque confirman que nuestros seres
queridos han sobrevivido a la transición llamada
muerte y están completamente vivos en otra
dimensión. Nos dan un retrato mental vívido y
duradero de nuestros familiares y amigos fallecidos
que están completamente curados y completos,
independientemente de la edad que tenían cuando murieron o l
muerte. Y, finalmente, brindan evidencia muy

convincente de que nosotros también podemos
esperar una nueva vida emocionante y feliz
después de nuestra propia muerte física.
¿Cómo es ver una “foto” de un ser querido

fallecido con los ojos abiertos o cerrados? El
siguiente capítulo valora las visiones de ADC,
experiencias de ver a un familiar o amigo que ha
muerto y reside en otra dimensión de la vida.
CAPÍTULO 8
Un vistazo más allá:

Visiones de ADC
Creo firmemente que cuando mueras entrarás

inmediatamente en otra vida. Los que nos han precedido están vivos
en una forma de vida y nosotros en otra.
-Dr. normando vicent peale
Imagínese ver una imagen de un ser querido

fallecido en una "imagen" que es bidimensional y plana
o tridimensional como un holograma.
Esta es una descripción general de las visiones de
ADC, que pueden ocurrir externa o internamente. Son
un tipo relativamente menos común de comunicación
después de la muerte.
Las visiones del ADC externo se ven con los ojos
abiertos y pueden compararse con mirar una proyección
de una diapositiva de 35 mm o una película suspendida
en el aire. Las visiones internas de ADC son
visto en su mente con los ojos abiertos o cerrados.
Estas visiones suelen estar compuestas de colores

vivos y brillantes que irradian su propia luz interior,
similar a una vidriera que se ilumina desde atrás. Tener
una visión de ADC es como mirar a través de una
abertura hacia otra dimensión e intuitivamente saber
que estás viendo más allá de este mundo hacia uno
espiritual.
Una visión ADC puede incluir mensajes telepáticos
unidireccionales o bidireccionales. Dicha comunicación
se informa con mayor frecuencia durante las visiones
internas, que pueden experimentarse durante la
relajación profunda, la meditación o la oración.
Los primeros ocho relatos son ejemplos de visiones
externas que fueron vistas por los experimentadores
con los ojos abiertos. Es posible que hayan observado
la imagen del rostro, una parte del cuerpo o el cuerpo
completo de su ser querido fallecido. Después de cada
visión externa, indicaremos en qué se diferencia de los
ADC visuales que se describieron en los dos capítulos
anteriores.
Patty, de 44 años, es empleada de contabilidad en
Georgia. Necesitaba sentirse animada después de que
su hijo Todd, de 15 años, muriera en un accidente
automovilístico:
Aproximadamente un mes y medio después, recuerdo estar sentado en el

sofá del estudio leyendo un libro sobre una madre que había perdido a su hijo.
Habló de entrar en una meditación profunda. Cuando llegué a esa parte
en particular, dejé el libro y cerré los ojos. Estaba pensando: "Oh, Dios,
hazme saber que Todd está bien".
Abrí los ojos, y cuando lo hice, vi la cara de Todd arriba de mí. Tenía
una hermosa sonrisa y un brillo. Él me sonreía como “Todo está bien. No
te preocupes más por mí. Estoy bien. Estoy en un lugar donde soy
totalmente feliz”.
Su rostro estaba en un círculo, parecía una diapositiva, no era

tridimensional ni nada. Estuvo allí un minuto, y ¡puf! Se ha ido.
Sentí un gran alivio al ver a Todd sonriéndome. Mi esposo estaba en el

patio, y recuerdo que salí y le conté mi experiencia, y él también se sintió
aliviado.
El pedido de Patty se cumplió rápidamente

cuando vio el rostro de su hijo en un círculo,
suspendido en el aire “como una diapositiva”
proyectada en una pantalla invisible. Solo ver el
rostro de Todd y su expresión fue todo lo que
necesitó para satisfacer su preocupación de que él estaba bi
Rachael es gerente de oficina de un hogar de

ancianos en Minnesota. Se llenó de alegría y
gratitud cuando tuvo esta visión de ADC 4 meses
después de que su hija de 17 años, Dawn, fuera
asesinada:
Como a las 11:30 una noche, estaba escuchando la estación de

radio cristiana y leyendo un libro. Empezó una versión para piano
de la canción “El Shaddai”. Miré hacia arriba y vi a Dawn, como si la
estuviera mirando a través de una ventana.
Estaba descalza y haciendo una danza litúrgica con esta canción.
Era como si estuviera flotando. Su cabello ondeaba y movía los
brazos al ritmo de la música. Llevaba una túnica larga y blanca que
le llegaba hasta los tobillos, con una faja de cuerda trenzada.
Todo era muy brillante, muy ligero. Estaba muy feliz, con una
hermosa sonrisa como siempre la había tenido. Dawn estaba
expresando alegría espiritual a través del baile. Al final de la canción,
ella desapareció. Estaba muy agradecida y comencé a llorar.
Había orado al Señor para saber que Dawn estaba bien. Estoy
seguro que la vi en el cielo, y esto me convenció de que está en paz.
La oración de Rachael fue respondida cuando

vio a su hija en una visión, como si mirara “a
través de una ventana” hacia el reino espiritual.
Al demostrar su total alegría y libertad bailando,
Dawn le dio a su madre un regalo increíblemente
amoroso.
Creer que su hijo fallecido ha sobrevivido a la
muerte es ciertamente muy reconfortante. Pero
saber esto verdaderamente porque realmente
ha visto a su hijo o hija vivo y bien en el cielo es
una bendición espiritual que debe atesorarse
toda la vida.
Clara trabaja en un centro para ciegos en Alberta.

Tuvo esta memorable experiencia unos 3 meses
después de que su hermano, Glenn, muriera a causa
de un accidente al aire libre a los 38 años:
Estaba sentado en mi escritorio en mi oficina, mirando la pared.
De repente, tuve una visión. Podía ver a mi hermano, Glenn, corriendo de
un lugar a otro, como un niño alardeando. Era como si lo estuviera viendo
en otra dimensión. Yo no era parte de eso, pero podía verlo.
Su salud era perfecta. No le pasaba nada a sus extremidades, a pesar

de que habían sido lisiadas por esclerosis múltiple.
¡Ahora podía correr! Tenía un aspecto radiante y estaba en buena forma
física, rebosante de salud.
Glenn estaba feliz y me sonreía. Él dijo: “Ahora puedo hacer todas las
cosas que quería hacer antes y no podía”. Era como si estuviera diciendo:
“¡Mírame, hermana! Esto es lo que puedo hacer, y estoy muy feliz”.
Entonces la visión se desvaneció gradualmente.
¡Qué suerte tuve de volver a ver a mi hermano! Fui elevado en mi
espíritu. Fue como si Glenn dijera: “Estoy feliz. Ahora sé feliz por mí
también.
En este relato, Clara era la observadora, viendo y

escuchando a su hermano “en otra dimensión”. A
partir de ese momento, pudo recordarlo como un
hombre completamente curado y completo, que ya
no estaba afectado por una enfermedad paralizante.
Ver a un ser querido fallecido que está libre de las

severas limitaciones de su cuerpo terrenal es
obviamente un motivo de celebración. También sirve como una

promesa de que si alguna vez quedamos incapacitados por un
accidente o enfermedad, también seremos completamente
restaurados a la integridad después de nuestra muerte.
Allen es masajista en Washington.

Vio esta vívida visión externa de su madre, que murió de
cáncer de pulmón a los 53 años, y su abuelo paterno, que
había muerto de un infarto a los 76 años:
Como a las 3:00 de la mañana llamaron del hospital para decir que mi
mamá había fallecido. Me acerqué a la ventana de nuestra sala de estar
y miré hacia las montañas. En ese momento, se abrió un agujero y vi en
otra dimensión.
Vi a mi madre con mi abuelo, que había fallecido unos diez años antes.
Era como si yo estuviera de un lado del cristal y ellos del otro. Eran muy
sólidos y muy reales.
Mi abuelo se veía joven y saludable, rejuvenecido y lleno de fuerza. Él

solo sonrió y se hizo a un lado. Mi mamá estaba usando su vestido templo
blanco con el que se casó.
Era vibrante, saludable y llena de vida. Me dijo que estaba bien y que ya
no le dolía, que se sentía maravillosa. Le dije que la amaba.
Empecé a llorar y giré la cabeza. Y cuando miré hacia atrás, ya no

estaban. Realmente me pateé por alejarme porque cuando lo hice, la
ventana a esa dimensión se cerró.
Allen pudo ver y escuchar a su madre a los pocos

minutos de su muerte cuando "un agujero
abierto” a otra dimensión. También fue muy

tranquilizador para él darse cuenta de que su abuelo
estaba inmediatamente disponible para ayudarla
cuando muriera.
Edie es capellán y facilitadora de duelo para un

hospicio en el sureste. Obtuvo una nueva comprensión
después de que su hijastro de 14 años, Michael,
fuera asesinado en su bicicleta por un conductor que
se dio a la fuga:
Llegamos a la funeraria para el velatorio y nos paramos frente

al ataúd de Michael. En voz baja dije una oración. De repente,
con los ojos muy abiertos, vi lo que era como una tira de película
frente a mí, apenas un poco por encima del nivel de mis ojos.
Vi un bonito campo ondulado verde con flores, pájaros y
mariposas. Estaba muy brillantemente iluminado y los colores
eran claros y vivos. ¡Vi a Michael saltando y corriendo! Se detuvo
y me miró y tenía una hermosa sonrisa.
Sus ojos brillaban y su rostro tenía la sonrisa más feliz.
Estaba sano, estaba alegre y no tenía dolor. Estaba rodeado de
amor y no tenía ira ni amargura.
Michael dijo: “Estoy bien. No te preocupes por mí. Y con su
lenguaje corporal dijo: “No te sientas triste por esto. No soy yo a
quien estás mirando en el ataúd. ¡Estoy aquí!" Parpadeé, y él
todavía estaba parado allí. Y entonces la visión simplemente se
desvaneció.
Cuando volví a mirar su cuerpo en el ataúd, me di cuenta de
que solo era el templo vacío, el lugar donde había vivido durante
un tiempo, y que ya no estaba allí.
Cuando me di la vuelta, sentí una ligereza en mi paso, como si me

hubieran quitado una carga de los hombros. Sabía que Michael estaba
bien, no había absolutamente ninguna duda al respecto.
Inicialmente, esta experiencia acortó parte de mi duelo.
Se fue mi dolor pero no mi pena, no la falta de mi hijastro como persona.
Ver a Michael en una "tira de película" le aseguró a

Edie que su hijastro había sobrevivido a la muerte física.
Y como capellán de hospicio, recibió un don espiritual
invaluable para compartir con sus pacientes moribundos.
¿Qué mayor contraste dramático puede haber que
observar a nuestro ser querido fallecido durante un ADC
y al mismo tiempo ver su cuerpo vacío y sin vida en un
ataúd? Varias otras cuentas en nuestros archivos
contienen experiencias similares que ocurrieron durante
un servicio funerario, conmemorativo o de entierro.
Edie hizo una distinción muy importante cuando dijo:

“Mi dolor se fue pero no mi pena, no la pérdida de mi
hijastro como persona”. Tener una o más experiencias
de ADC puede resolver nuestra preocupación por el
bienestar de nuestro ser querido fallecido, pero aún
extrañaremos su presencia en nuestra vida y tendremos
una necesidad constante de llorar el vacío que nadie
más podrá llenar.
Trish, de 55 años, es reclutadora ejecutiva de una

corporación en Florida. Ella tuvo esta visión alegre
poco después de que su amiga cercana, Ginny, muriera:
Tenía un amigo que vivía en las Islas Vírgenes. La última vez
que vi a Ginny, ella sufría de cáncer. Estaba tan, muy enferma, tan
demacrada y angustiada.
Recibí un telegrama de su marido diciendo que había muerto.
Pensé: "¡Oh, qué horrible!" Me sentí tan deprimido por su muerte.
Más tarde, cuando estaba en mi automóvil conduciendo a casa

desde el trabajo, me costaba mucho evitar que las lágrimas me
cayeran por la cara. ¡De repente, vi esta maravillosa foto de Ginny
frente a mí! Estaba sonriendo de oreja a oreja, y su rostro estaba
muy animado. Sus ojos brillaban, su piel brillaba y sus dientes
brillaban.
Sentí que ella había venido a decir “No llores. ¡Mírame! ¡Estoy
tan feliz!" Ginny me hizo sentir que todo estaba bien. La sensación
de paz que tuve fue maravillosa.
Cuando Trish vio una “imagen maravillosa” de

Ginny suspendida frente a ella, supo de inmediato
que ya no necesitaba sentir lástima por su amiga. La
mayoría de las personas se sienten terribles después
de la muerte de un ser querido y pueden pensar:
"Pobre alma, su vida ha terminado". Si tuvo una
enfermedad prolongada y dolorosa, es posible que se
consuelen diciendo: “Al menos ya no le duele”. Este
ADC implica que no solo ha terminado el sufrimiento de Ginny,
pero también ha entrado en una nueva vida más feliz, más

libre y más maravillosa.
Katie es ama de casa en el sureste. Enviudó

cuando su esposo, Dick, de 30 años, fue
asesinado por un intruso que irrumpió en su
casa:
El día después del funeral de Dick, la policía me llevó de nuevo a la
comisaría para interrogarme. Me dejaron solo en una habitación durante unos
quince minutos. Estaba sentado allí preguntándome dónde estaba y diciendo:
“Por favor, Dick, házmelo saber. Solo haz algo para decirme que estás bien”.
Mientras miraba por la ventana, mirando al espacio y tratando de juntar

todo, de repente vi esta imagen. Era aproximadamente del tamaño de una
imagen, tal vez 12 pulgadas por 12 pulgadas. No podía creer lo que estaba
viendo: ¡vi a mi esposo!
Llevaba puesto exactamente el mismo con el que lo habían enterrado.

Había tres personas a un lado de él y dos personas al otro lado, todas frente a
mí. Me di cuenta de que dos eran hombres y dos eran mujeres, y el quinto era
indistinto.
Los brazos de Dick estaban extendidos, abrazando a estas personas. La
expresión de su rostro y la sensación que tuve fue: “¡Katie, mira, estoy completo
otra vez! ¡Estoy feliz! Yo estaré bien y tú estarás bien”. Sabía lo que estaba
diciendo, aunque no hablaba.
Estaba tan increíblemente feliz, con la sonrisa más feliz que jamás había
visto en él. Estaba en su mejor momento. Sus emociones eran tan poderosas
que podía sentir los sentimientos que emanaban de él.
Entonces la imagen se desvaneció.
Más tarde esa noche, los padres de Dick y yo estábamos

sentados alrededor de la mesa hablando. Por alguna razón,
llegamos al tema de mi experiencia. De repente, como una
bombilla, la imagen volvió a brillar. Inmediatamente supe que esas
cuatro personas con Dick eran sus abuelos, y se los describí a sus
padres. Todavía no sé quién era la quinta persona.
Ahora ya no tengo miedo de morir. Sé que cuando llegue mi
momento, Dick estará ahí para mí.
Aunque Katie se sintió consolada cuando vio la

“imagen” de su esposo, nada puede borrar por completo
el recuerdo traumático de la muerte violenta de un ser
querido. Esto es especialmente cierto para los
sobrevivientes de asesinatos, quienes se ven obligados
a renunciar a su privacidad y soportar muchos años
dolorosos de participación en el sistema judicial y los
medios de comunicación.
Gay es un estudiante universitario de Luisiana de 36

años. Tuvo esta magnífica visión de su sobrino de 5
meses, Luke, quien murió de fibrosis quística:
Mi hermana estaba muy angustiada cuando murió su bebé.

Había pasado por un momento tan difícil viendo sufrir a Luke y
culpándose a sí misma. Ella seguía repitiendo: “Me pregunto si
está molesto por todo lo que pasó. Me pregunto si sabía que
siempre estuve allí con él.
Más tarde, mientras me maquillaba antes de ir a la funeraria,
escuché una vocecita que me llamaba: “¡Tía Gay!
¡Tía Gay! Mis ojos estaban muy abiertos cuando me giré y vi una visión
justo frente a mí de Luke en un ambiente celestial.
Estaba sentado en el regazo de una mujer. No podía ver su rostro, pero
en mi corazón sentí que era María, la Santísima Madre. Llevaba una
túnica larga y blanca que le llegaba hasta los pies, y su mano pequeña y
femenina estaba alrededor de su trasero para mantenerlo firme.
Luke estaba vestido con un pequeño traje azul de bebé, con cuello y
botones al frente. Su cabello estaba peinado, todo estaba en su lugar y se
veía perfectamente saludable. Su rostro estaba radiante y sonreía.
Era solo un bebé, pero hablaba con una inteligencia que me asombró.
Él dijo: “Quiero que le digas a mi madre que yo sabía que ella estaba allí.
Sabía que ella hizo lo mejor que pudo por mí. Dile que estoy bien y que la
amo”.
Luego dijo: “Tienes que decírselo a mi madre hoy porque será la única
forma en que ella pueda pasar el funeral mañana. ¡Ella te creerá! Me hizo
prometerlo y le dije que lo haría.
Después de que esta visión terminó, dudé de mí mismo. Le dije a mi

mejor amiga y ella dijo: “¡Creo que sucedió! Tienes que decírselo a tu
hermana porque le prometiste a Luke que lo harías.
Así que fui a la funeraria y le conté a mi hermana mi experiencia con
Luke y Mary. ¡Y ella me creyó de inmediato!
¡Era exactamente lo que necesitaba oír! Ahora sabía que Luke estaba
feliz y que ya no estaba enfermo. Sabía que su bebé estaba en el cielo y
tenía un poco de paz.
Esta hermosa visión de ADC le permitió a Gay

ver a su sobrino en un “ambiente celestial”. Y,
afortunadamente, tuvo el coraje de entregar el
mensaje urgente de Luke con prontitud, lo que trajo
consuelo a su madre justo antes de que tuviera que

enfrentarse a la cruda realidad de su funeral.
Puede parecer sorprendente que un bebé de 5 meses
pueda hablar como lo hizo Luke y darle un mensaje tan
elaborado a su tía. Si bien esto no se puede explicar en
términos terrenales, Gay's es uno de varios ADC en nuestros
archivos en los que los bebés o niños pequeños fallecidos
demostraron conciencia y habilidades mucho más allá de
su edad cronológica.
Este relato es también el primero de varias experiencias

en el libro que involucran a una figura religiosa muy
conocida como María. Los otros informes incluyen a Jesús
o un ángel.
Los relatos restantes en este capítulo son ejemplos de

visiones internas de ADC que aparecieron repentinamente
dentro de la mente de los experimentadores y fueron
percibidas con los ojos abiertos o cerrados.
Quizás estas “imágenes” o “películas” nos sean transmitidas
por nuestros seres queridos fallecidos por telepatía o un
proceso similar que aún se desconoce.
En cada uno de los siguientes cuatro relatos, los

experimentadores tenían los ojos abiertos.
Ross, un quiropráctico de Virginia, tuvo esta visión

interna de su suegra unos 6 meses después de que
ella muriera de cáncer a los 58 años:
Yo estaba en la casa de mi suegra, en su cocina, donde ella
pasaba mucho tiempo. Mis ojos estaban abiertos cuando una
imagen muy clara e inequívoca de ella vino a mi mente. Iba
acompañado de una absoluta sensación de deleite.
Era una mujer muy digna cuando estaba viva. Ahora estaba
vestida como una animadora, con una falda a cuadros y una
blusa blanca, y parecía tener unos treinta años menos que
cuando murió.
Tenía una gran sonrisa radiante, con ese tipo de optimismo
que tiene la gente cuando está realmente emocionada y feliz
por algo.
Mi suegra estaba literalmente saltando arriba y abajo,
saludando y sonriendo. Asentía con la cabeza, como para
asegurarme que todo estaba bien y que la estaban cuidando.
Después de ver a su suegra en un interior, Ross

años más joven
pudoque
informar
cuando
que
murió.
se veía
Como
“foto”, treinta
probablemente haya notado, muchos seres queridos
fallecidos parecen años más jóvenes durante un
ADC de lo que eran en el momento de su muerte. Si
nuestro cuerpo terrenal alguna vez se vuelve débil o
enfermo, imagine la alegría que sentiremos después
de morir cuando descubramos que tenemos un
cuerpo no físico perfecto que refleja nuestra
verdadera identidad espiritual.
Toni es empleado de una asociación de desarrollo

económico en Florida. Su padre murió de una
enfermedad cardíaca a los 70 años:
Conduciendo a casa desde la casa de mi madre, mi padre vino
ante mí en una visión tres semanas después de su fallecimiento. Era
algo que estaba viendo dentro de mi cabeza.
Al principio aparentaba la misma edad que tenía cuando murió.
Luego se iluminó considerablemente y tenía una gran sonrisa en su
rostro. Cuando comenzó a sonreír, adquirió una apariencia muy
juvenil. Estaba muy sano y muy feliz, resplandeciente de paz. Toda
su comunicación parecía ser “Estoy bien. Esta es la forma en que
debes recordarme.
Entonces vi que todos mis parientes que habían pasado se
acercaron a él, como si fueran a recibirlo. Se veían como cuando
aún estaban vivos. Eran muy sanos, muy felices y muy cariñosos.
Esta experiencia me dio paz y me hizo más fácil aceptar la muerte

de mi padre.
Los ADC suelen ser notablemente similares.

Compare este relato de la visión interna de Toni de
su padre con el siguiente de la visión interna de
Gary de su hija.
Gary es asistente de compras en una universidad

de Washington. Tuvo esta experiencia alentadora
con su hija de 3 meses, Lauren, quien murió de
muerte súbita infantil.
(SIDS) y con su padre, que había muerto de un

Esta visión interna en mi mente ocurrió mientras conducía unos cinco días
después de la muerte de Lauren. Mis ojos estaban abiertos y estaba concentrado
en la carretera.
¡De repente, tuve esta imagen de mi hija sentada en las rodillas de mi padre!
Tenía uno de sus brazos alrededor de su cintura. Lauren llevaba un vestido rosa
tipo delantal y estaba feliz y sonriente.
Mi abuela estaba de pie junto a ellos y mi tío estaba detrás de mi padre. En el

fondo estaban algunos de mis otros parientes que habían fallecido. Era un lugar
muy tranquilo, y todos estaban felices.
Me di cuenta por la expresión de mi padre que estaba muy orgulloso de

Lauren. La visión terminó con mi papá diciendo: “Ella está bien”. Sonreí, y
gradualmente se desvaneció.
Me sentí totalmente aliviado, como si me hubieran quitado un peso de encima.
Lauren estaba feliz e iba a estar bien. Sabía que ella estaba con mi familia y
realmente me sentí en paz.
Como lo indican Gary y otros ADC en este libro,

nuestros hijos fallecidos son recibidos de inmediato
y atendidos amorosamente por una multitud de
miembros de la familia que los reciben con los
brazos abiertos y el corazón abierto. Con una guía
tan nutritiva y sabia, podemos esperar que nuestros
hijos continúen creciendo emocional, mental y
espiritualmente hasta que nos unamos nuevamente con ello
Elaine, ama de casa en una zona rural de Canadá,

tuvo esta exquisita visión de ADC unos 10 días
después de que sus dos hijas, Noelle, de 17 años, y
Christie, de 10, murieran en un accidente agrícola:
Mi esposo y yo estábamos sentados en el sofá de la sala abriendo
tarjetas de pésame. Tenía los ojos abiertos cuando, de repente, vi a
las chicas dentro de mi cabeza. Parecía que estaba mirando una
imagen en una pantalla de televisión en color. Era muy realista pero
no completamente tridimensional.
Noelle y Christie estaban allí de pie, cogidas de la mano, como
mirando hacia arriba. Estaban bañados en una luz blanca muy brillante
y clara. ¡La luz era indescriptible! Era más brillante que cualquier cosa
que haya visto, y debería haberme lastimado los ojos, pero no fue así.
Las chicas estaban rodeadas por la luz y se veían muy claras, pero
todo lo demás a su alrededor estaba borroso. La expresión de sus
rostros era de éxtasis. ¡Estaban tan felices y tan en paz!
Lancé un suspiro de alivio de que Noelle y Christie estuvieran bien.

Lo que me había estado molestando era “¿Estaban bien? ¿Echaban
de menos a mamá y papá? ¿Estaban nostálgicos? Y ese tipo de cosa.
Entonces supe que no tenía que preocuparme más por ellos. Todo
lo que tenía que hacer era lidiar con mi propio dolor y volver a
encarrilar mi vida.
Antes era bastante escéptico. Siempre había dudado cuando
escuchaba una historia como esta. Pero esta experiencia renovó mi
fe. Dios sabía lo que había estado sintiendo, y era Su forma de
consolarme y dejarme continuar con el resto de mi proceso de duelo.
¡Qué mayor consuelo puede recibir una madre recién

afligida que saber que sus dos hijos fallecidos están juntos
en la luz! Esta es seguramente la misma luz espiritual
brillante que tantos niños y adultos han visto mientras
tenían una experiencia cercana a la muerte.
Los relatos restantes en este capítulo son ejemplos de

visiones internas de ADC que los experimentadores vieron
con los ojos cerrados.
Wendy, una enfermera de Massachusetts, recibió esta
visión interior después de que su hijo de 19 años,
Dean, murió en un accidente de motocicleta:
Dean estaba en segundo año en Harvard cuando lo mataron.

Esto fue tres años después, y habría sido su día de graduación.
Salí de mi oficina a fumar un cigarrillo. Estaba sentado en una

silla en una habitación solo y cerré los ojos. De repente, vi una
foto de mi hijo con un hombre que parecía ser Jesús. Era una
visión interna, y la imagen era tan clara que era casi como si
estuvieran frente a mí.
Dean vestía una toga y birrete de graduación negros, y Jesús
vestía una túnica blanca larga y tenía cabello largo y barba.
Ambos estaban sonriendo, y Jesús parecía complacido. Dean
estaba muy feliz y pensé que estaba en el cielo.
La visión no duró más de un minuto, solo ese breve tiempo
para hacerme saber que todo estaba bien. Ahora sé dónde está
mi hijo y me alegro mucho por él.
Evidentemente, Wendy entró espontáneamente en

un estado de meditación que le permitió ver a Jesús
con su hijo. Los siguientes dos ADC también ocurrieron
durante la meditación.
Faith es una psicóloga que trabaja con niños con

enfermedades terminales en Florida. Se le asignó una
tarea importante unas 2 semanas después de que
Suzie, su paciente de 13 años, muriera de leucemia:
Estaba en un círculo de meditación y, de repente, Suzie se me apareció
en una visión. Ella dijo: “Llama a mi madre y dile que no se preocupe por
mi edredón”. Estaba muy feliz, muy alegre, y había mucha luz alrededor
de su rostro y su cabeza.
Sabía que si llamaba, me vería envuelto en una larga conversación.

En segundo lugar, ¿qué era eso de una colcha? Entonces, nuevamente,
el niño se me apareció y me dijo: "Llama a mi madre sobre la colcha".
Al día siguiente, llamé a la madre de Suzie. Ella me dijo: “Estoy tan
contenta de que hayas llamado porque ayer fue el peor día que he tenido
desde que murió Suzie. Estaba tan molesto que tomé la colcha de Suzie
y salí. Me acosté debajo del árbol y lloré y lloré”.
Dije: “¡Espera, tengo que decirte algo! Ayer, en un grupo de oración,

Suzie se me apareció y me pidió que te dijera: 'Está bien con mi edredón'.
¿Eso significa algo para usted?"
La madre de Suzie se echó a llorar y dijo: “No lo vas a creer, pero
cuando estaba llorando debajo del árbol, me molesté porque Suzie había
tenido este edredón desde que era bebé.
Lo llevó consigo a todas partes, a todos los lugares, y nunca se separó
de él.
“Cuando la enterramos, no podía soportar separarme de su edredón.

Me sentí tan culpable por guardarlo. No sabes lo bien que me hace sentir
escuchar esto. ¡Estoy tan contenta de que hayas llamado!”
Temerosos de parecer tontos o de ser rechazados,

podemos dudar en entregar un mensaje ADC,
especialmente si tiene poco o ningún significado para nosotros.
Pero, como lo ilustra claramente el relato de Faith, tal
mensaje puede tener un gran significado personal para su
destinatario.
El relato final es de Claire, una psicóloga de Nueva

Jersey. Tuvo un ADC meditativo después de que su padre
muriera de insuficiencia cardíaca a los 87 años:
Después de la muerte de mi padre, sentí una tremenda sensación de

pérdida. Aunque no tenía afiliación religiosa, sentí la necesidad de orar
por él. Fui a una iglesia presbiteriana y encontré el servicio muy
conmovedor, y me invitaron a unirme a su grupo cristiano de oración y
meditación.
Empecé a meditar con el único propósito de encontrar la fe por mí
mismo. Pero la primera vez que lo intenté, me quedé dormido.
No pasó nada la segunda vez. La tercera vez, tuve esta experiencia.
Estaba sentada en nuestra sala de estar, simplemente relajándome, y

mi esposo estaba tocando el piano, “Canon in D” de Pachelbel. La música
tenía una calidad relajante y repetitiva que parecía facilitar el estado de
meditación. Mis ojos estaban cerrados y sostenía mis manos con las
palmas hacia arriba, en símbolo de permitir que algo de Dios viniera.
De repente, vi una imagen vívida de mi padre, pero solo de cintura

para arriba. Estaba en la plenitud de su vida, que habría sido en los
cincuenta. Tenía una apariencia sólida y su rostro estaba relajado, se
veía restaurado y saludable.
Tuve un sentimiento de conexión muy intenso, un sentimiento
profundo de la presencia de mi padre. La experiencia fue muy simple,
y cuando abrí los ojos, todo había terminado.
Tenía una intensidad diferente a cualquier experiencia que haya
tenido. Sentí como si hubiera estado en comunicación con mi padre y
hubiera hecho una conexión con algo más allá de este mundo.
Cuando meditamos con los ojos cerrados, podemos ver

una imagen o película vívida en nuestra pantalla visual
interna. Y a veces puede ser una imagen de un ser querido
fallecido que podría aprovechar esta oportunidad para
comunicarse con nosotros, tal como lo hizo el padre de
Claire.
Ya sea que se vean externa o internamente, con los ojos
abiertos o cerrados, todas las visiones de ADC son
básicamente iguales y transmiten información similar. Estas
vívidas imágenes invariablemente revelan que nuestros
seres queridos fallecidos están llenos de paz y alegría en
su nueva vida.
¿Puedes recordar esa sensación cálida y relajada que

tienes cuando te duermes o te despiertas?
El siguiente capítulo presenta informes de personas que
tuvieron una experiencia ADC en este estado crepuscular.
CAPÍTULO 9
Encuentros en Alfa:
ADC crepusculares
Así como un pajarito rompe el caparazón y sale volando, nosotros salimos

volando de este caparazón, el caparazón del cuerpo. A eso lo llamamos
muerte, pero estrictamente hablando, la muerte no es más que un cambio de forma.
—Swami Satchidananda
Varios ADC ocurren justo cuando las personas se

están quedando dormidas o cuando se están
despertando. Este nivel de conciencia medio despierto,
medio dormido se suele denominar estado crepuscular
o estado alfa. Llamamos a estas experiencias ADC
crepusculares, que son un tipo bastante común de
El estado alfa es un nivel de conciencia que se
puede alcanzar mediante diversas técnicas de
relajación, ejercicios de meditación, hipnosis y oración
profunda. Puede entrar en este estado de
conciencia espontáneamente siempre que estés

soñando despierto o sintiéndote creativo. Según
nuestra investigación, un ser querido fallecido puede
comunicarse con usted más fácilmente si se encuentra
en un estado de ánimo relajado, abierto y receptivo.
Cualquier combinación de los siguientes tipos de
ADC puede ocurrir durante el estado alfa: sentir una
presencia, escuchar una voz, sentir un toque, oler una
fragancia, apariciones parciales o totales y visiones.
El propósito de este capítulo y el siguiente, que está
dedicado por completo a las experiencias del estado
de sueño, es demostrar que los ADC que informan las
personas son esencialmente los mismos, ya sea que
estén completamente despiertos, en el estado
crepuscular o profundamente dormidos.
Los relatos de este capítulo se presentan en una
secuencia progresiva, que va desde sentir la presencia
de familiares o amigos fallecidos hasta verlos en
visiones de ADC.
Gene, de 27 años, trabaja para un cementerio en
Oklahoma. Recibió un mensaje muy necesario de su
hermano, Roger, quien murió en un accidente de
helicóptero del ejército en Corea a los 24 años:
Esperábamos la llamada telefónica de Roger en Nochebuena,
pero nunca llegó. Más tarde esa noche, un oficial del ejército llegó
a nuestra casa. Leyó un telegrama y le dijo a mamá que el Ejército
lamentó informarle que su hijo había sido asesinado mientras servía a su país.
Cuando recibimos la noticia, ¡no podíamos creerlo!
Durante la tarde del día de Navidad, estaba cansado y me acosté. ¿Sabes

cómo eres cuando estás entre despierto y dormido y escuchas todo lo que
sucede, pero no eres realmente consciente de ello?
Roger vino a mí. Podía sentir su presencia allí, pero no podía verlo. Sentí
que dijo: “Todo está bien.
Todo está bien. Dile a mamá que estoy bien y que no se preocupe por mí. Dile
que la quiero." Me decía que consolara a mamá tanto como pudiera y me
asegurara de que lo manejara bien.
Duró tal vez tres minutos. Tan pronto como me desperté por completo, entré
y le dije a mamá, y nos hizo sentir mejor a los dos.
Desde que llegó Roger, se me ha demostrado que debe haber vida después
muerte. Y ahora creo que está en el cielo.
Gene proporciona una buena descripción de lo que

se siente estar en el estado crepuscular mientras se
duerme. En este nivel, somos conscientes de nuestro
entorno inmediato, pero podemos separarnos de él.
Cora es una granjera y partera de 31 años de

Tennessee. Su padre regresó con ella poco después
de morir de un ataque al corazón:
Recibí una llamada telefónica de mi madre diciéndome que mi padre había

muerto. Todo el día siguiente estuve terriblemente molesto y llorando.
Por la tarde, me acosté a dormir una siesta y me quedé dormido bastante
rápidamente. Lo siguiente que recuerdo es que me desperté en una semiconsciencia.
Me escuché decir: “¡Hola, papá! ¿Cómo estás? ¿Estás bien? ¿Te gusta donde
estás? ¿Estás feliz?" Entonces escuché a mi padre decir telepáticamente: “Sí, estoy
bien. Todo va a estar bien. No te preocupes. ¡Sí, es genial aquí!”
Un claro sentimiento de paz pareció invadir mi ser y toda la habitación. Esto fue
un gran cambio de lo que había estado sintiendo. De repente sentí que todo en el
universo estaba en su lugar apropiado.
Sabía que podría manejar toda la situación: ir a casa, mamá, y ocuparme del
funeral de papá. Me sentí muy agradecida con Dios y con mi papá por esta
experiencia.
Cora pasó por el estado crepuscular cuando se

despertaba. La tranquilidad que recibió de este ADC le dio
la fuerza y la confianza en sí misma que necesitaba para
enfrentar el funeral de su padre y los otros días
emocionalmente difíciles que se avecinaban.
Jack, un oficial de policía jubilado de la ciudad de Nueva

York, vive en Florida. Su amada esposa durante 49 años,
Kitty, murió de cáncer a los 68 años:
soy realista He sido una persona muy realista toda mi vida. He
Realmente nunca he ido por ninguna de estas extrañas experiencias.
Pero aproximadamente un mes después de la muerte de mi esposa, una noche
comencé a conciliar el sueño. Estaba medio dormido y medio despierto. Yo estaba
acostado en el lado derecho de nuestra cama tamaño queen y tenía mi brazo izquierdo
se extendía a través de lo que Kitty siempre llamaba su "almohada para

abrazar".
De repente, podría jurar que Kitty apretó mi mano izquierda con ternura.
¡Sabía que era ella! De hecho, sentí la presión de su mano suave y cálida.
Se sentía como si toda la habitación estuviera llena de un aura de paz y

amor. Era como si estuviera tratando de asegurarme que no me preocupara,
que todo estaba bien. Tuve la sensación de que Kitty estaba tratando de
decirme: “No te apresures. He elegido un lugar para ti y estaré aquí
esperándote. Y me he sentido mucho mejor desde esa experiencia.
Tanto Cora como Jack informaron que toda su

habitación estaba impregnada de una sensación de paz
que lo abarcaba todo durante su ADC. Esto implica que
nuestros seres queridos fallecidos irradian una energía
espiritual que puede permanecer incluso después de su visita.
sobre.
Lisa, que administra un centro recreativo en el

Northwest, tuvo este afectuoso encuentro 2 meses
después de que su pareja, Julie, muriera de cáncer a
los 40 años:
Había llevado a mi gato a dormir debido a la leucemia felina. Cuando llegué
a casa, estaba emocionalmente agotado y exhausto. Así que me acosté como
a las 4:00 de la tarde.
De repente, pude oler el perfume de Shalimar que Julie siempre usaba.

Entonces sentí que la cama se deprimía cuando ella se sentó junto a mis piernas.
y la sentí inclinarse y besarme en la mejilla. Fue un sentimiento

realmente cálido y amoroso.
Intenté con todas mis fuerzas abrir los ojos para verla y tocarla, pero
no pude. Entonces escuché su voz y me relajé.
Julie dijo: “Cariño, todo va a estar bien. Estoy bien, y tú vas a estar
bien”. Ella fue muy consoladora.
La sensación duró varios minutos, y luego sentí que su peso se
levantaba de la cama y su olor se fue. A medida que la cálida sensación
se disolvía, pude abrir los ojos y me desperté por completo.
Me sentí muy bendecida. Le agradecí a Julie y le agradecí a Dios

que pudiera regresar. Esto volvió a enfatizar el amor que sabía que
teníamos.
Julie claramente programó su visita para consolar a

Lisa en un día en que realmente necesitaba consuelo.
El duelo por la pérdida de la compañía de una mascota
querida puede ser un proceso muy solitario porque los
dueños de mascotas en duelo rara vez reciben el apoyo
emocional que merecen.
Helga es exsecretaria en Florida. Tuvo un encuentro
significativo con su madre, quien murió de un derrame
cerebral a los 78 años:
Era muy temprano en la mañana, tres semanas después del
fallecimiento de mi madre. Estaba en ese estado de tratar de
despertarme, medio dormido y medio despierto. Vi a mi madre junto a
mi cama, entre la pared y la cama, de cintura para arriba. Era muy
sólida y estaba a unos dos o tres pies de distancia.
Podía verla muy claramente. Parecía cincuentona, cuando solía
llevar el pelo en pequeños rizos castaños. Ella estaba
luciendo un vestido que le gustó mucho, un estampado floral marrón y lila.
Mamá parecía muy preocupada porque estaba preocupada por mí.

Ella dijo en alemán: “Helga, no te aflijas más por mí. Estoy bien. Estoy
liberado de todo.”
Ella habló con su voz real. Me amaba tanto que quería asegurarme que
estaba bien.
Con eso, estaba levantado y completamente despierto, buscándola,
pero ella ya no estaba allí. Me quedé atónito con esta experiencia. Era
hermoso, pero realmente no sabía qué hacer con él en ese momento.
Una cuenta como la de Helga puede hacer que te

preguntes acerca de aquellos que han sufrido un duelo
pero que nunca tuvieron una experiencia de ADC. ¿Son
menos dignos? ¿Han sido abandonados? ¿Deberían
asumir que sus seres queridos fallecidos no se preocupan
por su pérdida y sufrimiento? Este tema se tratará en su
totalidad en el capítulo final del libro.
Bruce es un consultor de 43 años de un contratista de

defensa en Florida. Llegó a una nueva conciencia de la
vida poco después de que su padre muriera de una
enfermedad cardíaca:
Esto fue una semana después de la muerte de papá. Estaba medio

despierto, medio dormido cuando percibí que mi padre estaba a los pies
de mi cama. No estaba asustado, pero invocó mi curiosidad. Él
parecía mucho más joven y estaba muy sano, como si tuviera unos cuarenta
años.
Papá flotaba a unos tres pies del suelo, vestido con lo que parecía un
mono blanco brillante. No era totalmente sólido, pero tampoco era
transparente, no podía ver a través de él. Estaba como resplandeciente,
casi radiante. Era muy tranquilo y resuelto.
Cuando me di cuenta de él, pasé de este período crepuscular a estar

completamente despierto. Lo observé durante varios segundos. Escuché
claramente a papá decir con su voz: “No te preocupes por mí.
Todo va a ir bien." Luego comenzó a desmaterializarse y se desvaneció.
Eso fue todo.
Personalmente, no me importa si convenzo a alguien más porque sé que
sucedió. Sé lo que vi, mi padre estaba allí, ¡no tengo absolutamente ninguna
duda!
Después de eso, comencé a sentir que la vida es un continuo, y esto
la vida no es más que un paso. La muerte está simplemente atravesando una puerta.
A medida que Bruce pasaba de un estado

crepuscular a estar completamente despierto, se dio
cuenta de que su encuentro con su padre fue real. Su
idea de que “la vida es un continuo” es otra forma de
expresar el concepto de inmortalidad. Los ADC
sugieren que la vida se extiende más allá de la puerta
que llamamos muerte. A medida que pasamos por
este cambio y entramos en la siguiente etapa de la
vida, evidentemente conservamos nuestra identidad, personalid
Es decir, parece que traemos todo con nosotros
excepto nuestro cuerpo físico y nuestras posesiones
materiales.
Sandra es ama de casa en Ohio. Tenía solo 21

años cuando se enfrentó a su padre, que había
muerto de un infarto a los 56 años:
Siete u ocho meses después de la muerte de mi padre, todavía
estaba muy afligido y realmente no podía continuar con mi vida.
Me costó mucho aceptar su pérdida y me estaba ahogando en mi
tristeza.
Esta experiencia se sintió como un sueño, pero fue más como

un estado alfa. Sentí la presencia de mi padre y lo escuché decir:
“¡Quiero que termines con esto! Te amo y amo a tu madre.
Pero es hora de que sigas con tu vida. Soy feliz ahora donde
estoy. Por favor, deja de desearme volver. Tengo otras cosas
que hacer. ¡Tienes que dejarme ir!”
Después de eso, estuve muy alerta, muy despierto. Vi a mi
padre parado en la esquina de mi habitación. Podía verlo con
bastante claridad, desde la cabeza hasta la cintura. Tenía una
mirada de satisfacción, como si quisiera mostrarme que estaba
bien. Sentí amor de él, y luego se fue.
Esto me cambió casi al instante. Me sentí como si me quitaran
un peso de diez toneladas. Sentí tanta paz y aceptación por la
muerte de mi padre que pude continuar con mi vida y no continuar
en una espiral descendente.
A veces, nuestros seres queridos fallecidos

ejercen un amor duro para obtener toda nuestra
atención, tal como se necesitó esta fuerte
reprimenda del padre de Sandra para sacarla del
abatimiento. Su cambio inmediato en la percepción
le permitió finalmente aceptar su muerte y poner fin a su "de
espiral ”, lo que probablemente liberó a su padre para seguir

adelante con su vida también.
A lo largo de nuestra investigación, encontramos que muchas
cuentas de ADC contienen súplicas apasionadas de seres
queridos fallecidos para "déjame ir". Aparentemente, nuestras
emociones de tristeza prolongada y dolor intenso pueden
impedirles, casi magnéticamente, progresar en su nueva vida.
Quizás ellos también tienen la obligación espiritual de ayudarnos
con nuestro dolor antes de poder seguir adelante.
He aquí una analogía que puede aclarar esto.

Suponga que es un estudiante universitario que ganó una beca
completa y se fue al extranjero para asistir a una universidad
prestigiosa. ¿Cómo te sentirías si todos los días recibieras
llamadas telefónicas llenas de lágrimas y cartas de tu familia y
amigos diciendo cuánto te extrañan y no pueden vivir sin ti,
deseando que vuelvas a casa lo antes posible?
Imagine nuestra libertad si supiéramos, sin lugar a dudas, que

nuestros seres queridos fallecidos están disfrutando de una
nueva vida más feliz. Sería mucho más fácil liberarlos, dejarlos
ir, seguros de que todos nos reuniremos de nuevo.
Marge es una agente de bienes raíces en Florida.

Recibió esta sorprendente visita de la primera esposa
de su esposo, Emily, quien tenía 38 años cuando murió
de cáncer y dejó atrás a sus dos hijos pequeños:
Nunca me presentaron a Emily, solo la conocí a través de

fotografías. Esto ocurrió unos tres meses después de que Stephen
y yo nos casamos. Fue en las primeras horas de la mañana cuando
estaba medio dormido y medio despierto.
¡Emily estaba de pie junto a nuestra cama! Se parecía a sus
fotografías. Llevaba un vestido blanco suelto y estaba tan tranquila,
pacífica y amorosa. Me senté a medio camino y estaba un poco
atontado.
Era como si Emily estuviera parada allí en la vida real. ¡Estaba
radiante! Había un aura blanca y brillante, un gran círculo de luz,
rodeándola. ¡Era hermosa, absolutamente hermosa!
Ella dijo: “Está bien. No se alarme. Vas a ser bueno para los
niños y tu matrimonio estará bien. Realmente vas a ayudar a mis
hijos”. Y luego ella se fue.
Siempre estuve nervioso y tenso por la situación hasta esa noche.
Después de mi experiencia con Emily, estaba más tranquilo
sabiendo que ella me aprobaba para ayudar a criar a sus hijos.
Es probable que Emily lograra una claridad

excepcional después de morir, lo que le permitió
aceptar completamente a Marge y expresar su amorosa
aprobación. Ojalá todas las madres y los padres
pudieran ser tan generosos con los padrastros que cuidan a sus
Louise, de 40 años, es recepcionista en Carolina del

Norte. Ryan, un amigo de la familia, le pidió que le hiciera
un favor justo antes de su funeral.
Ryan tenía 20 años cuando se ahogó:
Me fui a la cama y Ryan se me apareció. Estaba entre despierto y

dormido, pero mis ojos estaban abiertos. ¡Lo vi parado al pie de mi cama!
Parecía muy sano y muy fuerte. Estaba muy, muy tranquilo y tenía una
mirada realmente pacífica en su rostro.
Él dijo: “Louise, quiero que hagas algo por mí. Quiero que le digas a mi
madre que haga un llamado al altar en mi funeral. Tengo seres queridos
perdidos que quiero que se salven”. Cuando me senté en la cama, Ryan
desapareció.
Un llamado al altar es cuando tocan música suave y el predicador
pregunta si hay alguien que no haya sido salvo y entregado su corazón al
Señor. Luego les pide que por favor vengan al altar y oren y entreguen su
vida a Dios.
Dudaba mucho en decírselo a la madre de Ryan porque sabía que su
familia no asistía a la iglesia con regularidad. Así que no sabía cómo lo
manejaría ella.
Pero a la mañana siguiente le conté lo que había sucedido. Ella dijo
que creía que su hijo vino a mí, y si eso es lo que él quería, entonces eso
es lo que ella haría.
Así que hubo un llamado al altar en el funeral de Ryan, y su hermano,
Eddie, se salvó. Esto hizo un gran cambio en la vida de Eddie porque
había sido un poco salvaje, ¡y ahora es policía!
Afortunadamente, Louise tuvo el valor suficiente para

correr el riesgo de transmitir el mensaje de Ryan. A su vez,
su madre fue lo suficientemente abierta como para aceptar
su pedido y actuar en consecuencia. Tal vez Ryan sabía en
adelantar que tener un llamado al altar en su

funeral brindaría una oportunidad espiritual para
que su hermano redirija su vida.
María trabaja para el gobierno federal y vive en

Maryland. Estaba en estado alfa cuando tuvo
esta conmovedora experiencia con su suegra,
Angelina, quien murió a los 80 años:
Mi suegra vivió en nuestra casa durante unos cinco años antes de
morir. Tenía doble amputación y ceguera a causa de la diabetes. Éramos
muy unidas, como madre e hija.
Dos días después de la muerte de Angelina, mi nieto, Tony, que tenía
dos años, estaba acostado a mi lado en mi cama y yo esperaba que se
durmiera. No sé si estaba medio dormido o medio despierto.
De repente, miré hacia arriba y ¡Angelina estaba de pie junto a la cama!

En mi mente, dije: “¡Oh, Dios mío! ¡Ha recuperado las piernas!”.
Simplemente me sorprendió que ella estuviera de pie. Ya no parecía vieja,
parecía veinte años más joven. Su piel era perfectamente suave, como
cuando me casé con su hijo. Tenía puesto un hermoso y brillante vestido
blanco.
Pero Angelina no me miraba a mí, miraba a Tony, que estaba acostado
horizontalmente sobre la cama. Él había sido la alegría de su vida. Ella
dijo: "Mi querida querida", con tanto amor en su voz. Su rostro irradiaba
una luz brillante. Tenía esta sonrisa, y sus ojos brillaban con amor.
Me incliné y dije: “¡Oh, Angelina! ¡Estás de vuelta! ¡Estás de vuelta!"

Luego se volvió, me miró y dijo: “No, cariño. Sólo he venido a despedirme.
Con eso, volvió a mirar a Tony y dijo: "Mi queridísimo cariño, te quiero
mucho".
Inclinó su rostro hacia abajo, casi tocándome el rostro, y dijo: “Yo también te
amo, María. Adiós." Luego desapareció rápidamente y me desperté por completo.
Pensé para mis adentros: "Oh, fue un sueño". Pero cuando miré a Tony,
estaba acostado exactamente en la misma posición en la que lo había visto.
Entonces supe en ese momento que no era un sueño, ¡era una verdadera visita
de Angelina!
Es emocionante saber que Angelina, que había

estado ciega, finalmente pudo ver a su precioso
bisnieto. Quizás algún día María le cuente a Tony
sobre el momento en que su bisabuela hizo una visita
muy especial para despedirse de él después de su
muerte.
Faye es reportera judicial en el sureste. Se sintió
abrumada por el dolor después de que su hijo Chris,
de 16 años, muriera a causa de una dolencia cardíaca
no detectada:
El padre de Chris se quitó la vida justo después de la muerte de Chris, lo que

fue una doble tragedia para todos nosotros. Estaba más allá del consuelo.
Mi experiencia ocurrió poco después de la muerte de su padre. Fue justo
antes de la mañana, y yo estaba en algún lugar entre despierto y dormido.
Supongo que lo llamarías sueño crepuscular.
¡Chris se sentó en mi cama! Era muy sólido y muy real. Podía sentir su
presencia y olerlo. Podía mirarlo a los ojos y ver su sonrisa. Incluso pude ver la
pequeña marca de belleza debajo de su ojo y la pequeña hendidura en su
barbilla.
¡Se veía pacífico, dorado y hermoso! Parecía su edad exacta y en muy buen
estado de salud. Él dijo: “Mamá, quería venir y decirte que estoy bien. Te amo.
no te preocupes por
yo." También dijo que su padre estaba bien, pero que tendría que
resolver sus problemas.
Me quedé allí durante media hora, disfrutando de la dicha simple que
a veces tienes cuando eres un niño. Todo lo que podía pensar era
“¡Esto es un regalo! ¡Chris realmente vino!” Y yo estaba eufórico.
El relato de Faye es inusual porque es uno de los

pocos en nuestros archivos en los que el
experimentador obtuvo información sobre otra
persona que había muerto. La noticia que recibió
sobre el padre de Chris implica que terminar con
nuestra vida antes de que sea el momento natural
de morir puede tener consecuencias que tendremos
que resolver después de nuestra muerte. El tema
del suicidio se explora con más detalle en capítulos posteriore
Claude, un dentista de 60 años de Washington,

tuvo una visión de las dos hermanas fallecidas de
su madre, su tía Pearl y su tía Stella:
Estaba recostado una noche en la cama, no del todo despierto y, sin
embargo, no del todo dormido. Tuve lo que la mayoría de la gente
describiría como una visión. Vi las caras de mi tía Pearl y mi tía Stella.
Parecían estar muy felices. Estaban bien arreglados y su cabello
estaba pulcramente peinado. Tenían expresiones faciales agradables,
sonrisas, por así decirlo. Me indicaron un estado de bienestar, un estado
de felicidad y bondad general.
Si viera a dos personas así en la calle, pensaría: “Por Dios, están
viviendo una vida bastante agradable. las cosas van bien con
a ellos. Son felices y deben estar haciendo algo bueno, algo que
valga la pena”.
Temprano a la mañana siguiente, diría que como a las 6:00, mi
padre, que vivía en otro estado, me llamó por teléfono. Dijo que mi
madre había muerto la noche anterior. ¡Fue realmente impactante!
Sabía que no se sentía muy bien, pero no creía que estuviera cerca
de la muerte.
Fue entonces cuando comprendí el propósito de que mis dos tías
se me aparecieran. Esta visión me ayudó a reconocer que mi madre
estaba en buenas manos.
Las tías de Claude optaron por aparecer ante él

antes de que se enterara de la muerte de su madre,
pero él no entendió el significado de su visita hasta
que su padre lo llamó por teléfono. Esta experiencia
le ahorró preocupaciones innecesarias sobre el
bienestar de su madre cuando se dio cuenta de que
estaba en la segura compañía de sus dos hermanas,
quienes la cuidarían con amor.
El relato final es de Mitch, un mecánico de

automóviles de Florida. Tenía este ADC que le cambió
la vida poco después de que su hija de 23 años,
Becky, muriera en un accidente automovilístico:
Yo no estaba viviendo para el Señor cuando mataron a mi hija. Mi

resistencia a Dios fue tremenda. La muerte de Becky fue tan
impactante que estaba lista para rendirme y morir. Mi espíritu estaba
completamente roto.
Esa noche, mi sobrino me ayudó a acostarme y finalmente me quedé

dormido. Alrededor de las 2:00 me desperté semiconsciente y tuve una
visión.
Vi a Becky ya otras dos jóvenes que habían muerto en accidentes
automovilísticos similares. Ella conocía a estas niñas que crecían en la
escuela. Estaban todos sentados en un banco, y el fondo era una luz
muy brillante.
Pude ver a un hombre parado allí, ¡se parecía a Jesús!
Llevaba una túnica púrpura y tenía los brazos cruzados. Miraba a las
tres chicas y sonreía como si estuviera complacido con ellas.
Becky me miró y sonrió, diciendo: “Papá, estoy bien. Solo asegúrate

de venir a verme. Ella estaba muy, muy feliz.
Parecía gozar de muy buena salud, exactamente igual que antes de
que la mataran.
Después de la visión, estaba completamente despierto. Desperté a
mi esposa y le dije: “¡Ya no tenemos que preocuparnos por Becky! ¡La
he visto! Ella está con Dios y está en el cielo. No tenemos que llorar
porque ella está bien”.
Aunque estaba afligido, pude pasar por el funeral y no temerlo. Tenía
tanta paz en mi corazón y en mi alma. Sabía sin lugar a dudas que
volvería a ver a Becky algún día.
Creo que Dios dijo: “Te di una señal de que tu hija está bien, y ahora
irás a trabajar para Mí”. ¡Dios me transformó tan rápido que fue
asombroso!
Inmediatamente, tuve una perspectiva completamente diferente de
mi vida y supe que era una persona diferente. Fue como una
regeneración. Empecé a vivir para el Señor ya ir a la iglesia ya trabajar
con adolescentes lo mejor que podía. Y lo sigo haciendo hoy, ocho años
después.
Esta historia ilustra el potencial poder de

transformación de una vida después de la muerte.
experiencia de comunicación. A pesar de estar

profundamente afligido, Mitch experimentó un
renacimiento espiritual y descubrió una nueva
dirección y propósito para su vida. Como demuestran
otros relatos de este libro, muchas personas logran
un crecimiento personal espectacular como resultado
de tener un ADC.
Las experiencias del crepúsculo en este capítulo
son virtualmente las mismas que las personas
reportaron haber tenido cuando estaban bien
despiertos. La única diferencia es que nuestros
familiares y amigos fallecidos pueden contactarnos
más fácilmente cuando estamos en un estado de
conciencia relajado, abierto y receptivo.
¿Es posible tener experiencias ADC mientras

duermes? El siguiente capítulo está dedicado a las
cuentas de los ADC en estado de suspensión y
responderá a esta y muchas otras preguntas.
CAPÍTULO 10
Más que un sueño:

ADC de estado de suspensión
Seis semanas después de su muerte, mi padre se me

apareció en un sueño… Fue una experiencia inolvidable, y me
obligó por primera vez a pensar en la vida después de la muerte.
—Carl G. Jung
Muchas personas informaron que habían

sido contactadas por un ser querido fallecido
mientras dormían profundamente. Como no
tenían otro nombre para su experiencia, por lo
general la llamaban “sueño”. Sin embargo,
agregó rápidamente: "Pero no fue como un
sueño ordinario". Llamamos a estas experiencias
ADC de estado de sueño, y son un tipo muy
común de comunicación después de la muerte.
Hay muchas diferencias significativas entre
un sueño ordinario y un estado de sueño.
ADC. Un sueño generalmente está fragmentado, revuelto,

lleno de simbolismo e incompleto de varias maneras. Aunque
algunos son muy intensos emocionalmente, por lo general
tienen una cualidad de irrealidad y, a menudo, se olvidan
pronto.
Por el contrario, los ADC en estado de sueño se sienten

como visitas reales cara a cara con seres queridos fallecidos.
Son mucho más ordenados, coloridos, vívidos y memorables
que la mayoría de los sueños. De hecho, algunas pueden
ser visiones ADC que ocurren durante el sueño.
Mientras lee estos relatos de los ADC en estado de
sueño, observe que son básicamente muy similares a los
ADC que tienen lugar mientras las personas están
completamente despiertas o en el estado crepuscular.
Por supuesto, muchas experiencias de estado de sueño
que incluyen a un familiar o amigo fallecido no son ADC. La
mayoría son solo sueños regulares basados en recuerdos y
otro material emocional de la mente subconsciente. Para los
dolientes, estos sueños son una parte normal y beneficiosa
de su proceso de duelo. Aquellos que han soñado con sus
seres queridos fallecidos y también tenían ADC en estado
de sueño con ellos dicen que pueden distinguir fácilmente
entre estos dos tipos diferentes de experiencias.
Un ser querido que ha muerto puede contactarlo

más fácilmente si está muy relajado, abierto y
receptivo, como cuando está en el estado alfa o
dormido. Este es el momento en el que es más
probable que dejes de lado las distracciones del
mundo material y sintonices tu corazón y tu mente
con la dimensión espiritual.
Los primeros tres relatos son ejemplos de ADC

en estado de sueño en los que un ser querido
fallecido "irrumpió" en un sueño ordinario.
Robin es directora de un centro de cuidado infantil
en Florida. Recibió esta visita oportuna de su abuelo
varios años después de que él muriera de un ataque
al corazón a los 70 años:
Estaba en mi primer año en la universidad, durmiendo en mi dormitorio.

¡Estaba soñando con algo cuando el abuelo irrumpió en mi sueño! Él estaba
justo allí, y podía oler su colonia y su tabaco y sentir su calor.
Parecía preocupado y protector. Él dijo: “¡Cierra las ventanas! ¡Se supone

que debes recordar cuidarte! ¡Cierra las ventanas! Era una advertencia
definitiva.
Me desperté sobresaltado, me senté y miré a mi alrededor. Mi habitación
tenía un par de ventanas que daban a un patio y otro que daba a la escalera
de incendios. Así que me levanté y cerré todas las ventanas.
Aproximadamente media hora después, hubo un grito de la niña en la

habitación del final del pasillo. Un hombre había subido por la escalera de incendios.
y aparentemente había probado mis ventanas, y luego él había ido a las

de ella. ¡Más tarde lo atraparon!
El abuelo apareció cuando obviamente se necesitaba apoyo. Demostró
que estaría conmigo para siempre.
Cuando un ser querido fallecido tiene un sueño,

es como esas veces que estamos viendo un programa
de televisión y de repente una voz dice:
“¡Interrumpimos este programa para traerles un
anuncio especial!” El abuelo de Robin indicó que la
estaba cuidando al expresar su mensaje urgente
"¡Cierra las ventanas!" cuando realmente necesitaba
protección.
Jay es un abogado de 45 años en Montana. Tuvo

este animado encuentro con su amigo y cliente, Neil,
quien había muerto repentinamente a los 70 años:
Estaba probando el patrimonio de Neil, que estaba valorado en más de
un millón de dólares. Él mismo escribió su testamento el día antes de
morir. El testamento era largo y contenía numerosos errores. Fue
literalmente una pesadilla legal, el tipo de lío que podría terminar en los
tribunales durante años.
Me había ido a dormir y estaba soñando algo agradable cuando Neil
irrumpió en mi sueño con la misma actitud apresurada que tenía cuando
estaba vivo. Se veía como lo hacía en vida: activo, alegre y lleno de vida.
Lo miré y dije: “¡Espera un momento, estás muerto! ¡Pero aquí estás

vivo! Estaba pensando en cómo Neil podría estar vivo y entrar en mi sueño.
Me transmitió: “No te preocupes, todo va a salir bien”. Inmediatamente

pensé: “Con todos los problemas que veo desde el punto de vista legal,
tengo algunas dudas”.
Él dijo: “No, todo saldrá bien”. Quería hablar con él un poco más, pero
estaba muy ocupado como lo había estado en la tierra, y salió de mi
sueño.
Tal como predijo Neil, todo salió muy bien.
Teniendo en cuenta el tamaño de la propiedad, la cantidad de trabajo y
las posibilidades de conflictos y confusión, esa fue una predicción
sorprendente.
Neil irrumpió en el sueño de Jay, entregó su mensaje

y salió rápidamente, todo de acuerdo con su
personalidad. Aparentemente, algunas personas
cambian muy poco después de morir, al menos al
principio, mientras continúan viviendo en su carácter en su nueva
Gayle es una artista en Carolina del Norte. El sueño

ordinario que estaba teniendo fue interrumpido por su
hijo de 21 años, Alex, que se había ahogado en un
accidente de navegación:
Había estado bajo mucha angustia, como cualquier madre con la
pérdida de su hijo. Dos días después de su entierro, me desperté
alrededor de las 5:00 de la mañana. No podía dormir y fui a la sala de
estar y me senté. Seguí orando, “¡Dios, por favor! Tengo que saber dónde
está mi hijo. Tengo que saber si está bien.
Sentí la impresión de volver a la cama, así que me acosté y me quedé
dormido. Empecé a soñar que estaba en la cocina preparando el desayuno
para mis dos hijos menores, ¡y entró Alex!
Me di cuenta de que se suponía que no debía estar allí. Así que

hablé en voz alta y dije: "¡Alex está aquí!" Sus hermanos me miraron
como "¿De qué estás hablando?" Entonces me di cuenta de que no
podían verlo, yo era el único que podía.
Alex tenía la sonrisa más gloriosa en su rostro. Tenía un resplandor,
un resplandor celestial. Su expresión era de completa paz, felicidad y
satisfacción.
Me acerqué a él y le dije: “Alex, estás con Jesús, ¿verdad?”. Puso
sus manos sobre mis hombros y yo puse mis manos alrededor de su
cintura y él dijo: “Sí, mamá”.
Entonces me desperté con la sensación más tranquila porque sabía
que Alex estaba bien. Sé que su espíritu está con Dios y que está
esperando el momento en que los demás estemos con él.
Es bastante común tener un ADC en estado de

sueño que involucre a varias personas que están
físicamente vivas, así como a un ser querido fallecido.
Curiosamente, en casi todos los casos, el
experimentador es el único capaz de percibir y
comunicarse con la persona que ha muerto,
mientras que los demás permanecen completamente
inconscientes de su presencia. Por ejemplo, Gayle
estaba teniendo un sueño ordinario que incluía a
sus dos hijos menores cuando Alex apareció de
repente en respuesta a su oración. Sin embargo,
ninguno de sus hermanos pudo verlo ni escucharlo
ni se dio cuenta de que estaba allí.
Las siguientes cuatro cuentas son típicas del estado de sueño.

ADC que tuvieron lugar en un entorno familiar.
Henry, un arreglista musical jubilado de Florida, tuvo este

emocionante ADC un mes después de que su padre muriera de
una enfermedad prolongada a los 89 años:
Me refiero a esta experiencia como un sueño. Papá estaba de pie junto

a la puerta de entrada. Aparentaba entre setenta y setenta y cinco años, y
en lugar de ser calvo, tenía el pelo blanco. Tenía puesto un pantalón azul
oscuro, una camisa azul claro y una corbata azul oscuro.
Estaba muy entusiasmado, muy feliz y dijo: “Ven afuera”. Recuerdo abrir
la puerta y salir, mientras le apretaba el brazo derecho. Era como tocar mi
brazo o tu brazo, él era así de real. Le dije: "¿Eres realmente tú, papá?" Él
dijo: "Sí, este soy realmente yo".
Entonces papá dio un paso atrás y dijo: “¡Mira, puedo caminar! ¡Puedo
ver!" Tenía un gran sentido del humor e hizo un pequeño paso con un
resorte en él. Cuando estaba vivo no podía caminar sin su andador, y
estaba totalmente ciego cuando falleció.
Cuando me desperté, me llené de alegría. Esta vida confirmada después
muerte por mi No hay muerte, solo hay vida.
No es de extrañar que Henry estuviera tan emocionado por su

experiencia. Ya sea que estemos despiertos o dormidos durante
un ADC, siempre es una ocasión alegre cuando aprendemos que
los cojos pueden caminar y los ciegos pueden ver en su nueva
vida.
Ethel es maestra de jardín de infantes en Georgia.

Tuvo esta vívida reunión con su hermano, Vern,
quien murió de cáncer a los 60 años:
Mi hermano, Vern, era primer teniente del ejército. Fue herido en
Vietnam. Finalmente, no pudo caminar y estuvo confinado a una silla de
ruedas en sus últimos años.
Me costó mucho lidiar con su muerte porque había tratado de ser
muy valiente por él. Cuando murió, había contenido mis emociones
durante tanto tiempo que no podía llorar.
Aproximadamente seis semanas después de su muerte, soñé que
Vern estaba parado en la puerta de mi habitación. ¡Ya no estaba lisiado
por la guerra! Llevaba puesto su uniforme de gala, su uniforme azul, con
el que lo habíamos enterrado. Estaba muy ágil y brillante, perfectamente
vestido.
Me levanté de la cama y dije: "¡Vern!" Estaba sonriendo y extendió
los brazos, y corrí hacia él. Me abrazó y pude sentir sus brazos a mi
alrededor. Lo miré y fue maravilloso. Le dije: “¡Estás bien! ¡Puedes
caminar!"
Vern dijo: “¡Sí, estoy bien!”. Luego me besó y me dijo que me amaba
y que siempre estaría conmigo. Me consoló como nadie más pudo y
comencé a llorar de alegría.
Le puse la mano en la cara y me dijo: “No llores. Nosotros siempre
estaremos juntos." Estábamos abrazados, muy cerca, y luego comenzó
a desaparecer muy lentamente.
Me desperté cuando se fue y lloré durante horas esa noche. Antes de
que muriera, habíamos acordado que encontraría la manera de regresar
si podía. ¡Vern definitivamente cumplió su promesa!
Si Ethel no nos hubiera dicho que estaba dormida

cuando tuvo este ADC con su hermano, podríamos
haber asumido que él había hecho un completo
aparición ante ella mientras estaba completamente despierta.

Este es otro ejemplo de alguien que hizo un pacto antes de
morir y luego cumplió su promesa.
Ann es enmarcadora de arte en Maryland. Tenía 21 años

cuando fue contactada por su hermano de 18 años, Barry,
quien había muerto en un accidente de motocicleta:
Después de que mataron a Barry, me sentía tan enojado y amargado con

el mundo. Aproximadamente un mes después, tuve lo que yo llamo un
sueño, pero no fue un sueño. Era como si estuviera hablando con él cara a cara.
Estaba en el patio trasero de la casa de campo de mis padres y Barry
vino caminando hacia mí. Llevaba vaqueros y una camisa de franela, su
traje habitual. Su cabello rubio y rizado estaba lleno de luz. ¡Se veía hermoso!
Parecía muy feliz, contento y lleno de amor. Parecía mundano, como si lo

supiera todo, sin dudas, sin preguntas, simplemente lleno de confianza. Una
luz hermosa estaba detrás de él y alrededor de él, una luz hermosa y cálida.
Dije: “Barry, ¿qué haces aquí?”. Me miró y dijo: “Vine a decirte que todo
está bien”. Le pregunté: “¿Qué quieres decir? ¿No te dolió cuando moriste?
Barry dijo: “Lo hizo por un minuto. Se sentía como una sensación de
opresión. Luego estaba cabalgando por un túnel oscuro. Y de repente, entré
en esta hermosa y brillante luz blanca”.
Seguía sonriéndome, y yo también me sentía lleno de amor y luz. ¡Fue
tan intenso! Él dijo: “Solo quiero decirte que te amo, Ann”. Luego se dio la
vuelta y se alejó.
Inmediatamente me desperté y toda la ira y la frustración que

sentía se habían ido. Realmente creo que Barry vino a decirme
que estaba bien para que yo estuviera bien. Yo lo llamo sueño,
por no poder darle otro nombre. ¡Pero realmente sucedió!
Muchas personas se angustian por lo mucho que

un ser querido puede haber sufrido mientras moría.
Esto es especialmente cierto en el caso de una muerte
súbita y violenta debido a un accidente, asesinato o
guerra. Ann le hizo a su hermano una pregunta que
casi todos quieren saber sobre una muerte así: "¿No
te dolió cuando moriste?"
La respuesta de Barry a su hermana es muy
tranquilizadora. También es representativo de varias
cuentas similares en nuestros archivos. Constantemente,
nuestros seres queridos fallecidos quieren que
sepamos que abandonaron su cuerpo muy rápidamente
y sintieron poco o ningún dolor físico en el momento
de su muerte. De hecho, existe alguna evidencia,
basada en nuestra investigación y de otras fuentes, de
que en el caso de una muerte inminente y segura,
nuestros seres queridos abandonan su cuerpo justo
antes o en el momento del impacto. Esto se aplica a
situaciones tales como colisiones automovilísticas,
accidentes aéreos, accidentes industriales, explosiones,
desastres naturales, incendios, asesinatos y guerras.
Los experimentadores cercanos a la muerte nos aseguran que esto es cierto.

Aunque por lo general sintieron algo de dolor al
principio, la mayoría se levantó rápidamente de su
cuerpo y flotó sobre la escena del accidente o el
campo de batalla, o se cernió cerca del techo de la
habitación del hospital, o comenzó a moverse a
través de un túnel hacia una luz brillante. Por
supuesto, todas las ECM regresaron a su cuerpo
físico lesionado y, en general, tuvieron que soportar
más sufrimiento cuando terminó su experiencia.
Barry también mencionó que había pasado por
un “túnel oscuro” y emergió a una “hermosa y
brillante luz blanca”. En el próximo capítulo se
presentarán varios relatos de ADC que son muy
similares a las descripciones de experiencias
cercanas a la muerte.
Greg es un estudiante universitario de 20 años

de Virginia Occidental. Tuvo esta cita con su amigo,
Evan, quien se electrocutó en un accidente
industrial en un sitio de construcción a los 20 años:
Evan y yo fuimos mejores amigos durante nueve años.

Hacíamos todo juntas, excepto cuando estábamos en la escuela
o trabajando o empezábamos a salir con chicas.
Dos noches después de la muerte de Evan, tuve un sueño. Yo estaba

donde el camino se bifurca para ir a mi casa ya su casa. Estábamos de
pie y uno frente al otro, y todo parecía real.
Estábamos muy emocionados de vernos. Evan estaba tan feliz y alegre.
Parecía el mismo de siempre y con buena salud. Tenía una gran gran
sonrisa en su rostro.
¿Le pregunté qué había pasado?" Él dijo: “Estaba poniendo una
lámpara en un poste de veinte pies cuando golpeé algunos cables
eléctricos. Algo pasó y comencé a caer”. Puso una mano verticalmente y
una mano horizontalmente para mostrarme cómo caía.
Evan dijo que sintió miedo en ese momento y luego no sintió nada más.
Él dijo: "Lo prometo, no quise que eso sucediera". También quería
asegurarme que no sufrió nada en absoluto a través de esa experiencia.
Me dijo que no quería que ninguno de nosotros se preocupara por él o

que estuviera extremadamente triste porque se había ido porque estaba
en un gran lugar. Estaba bien cuidado y muy feliz, esperando que algún
día nos uniéramos a él. Después me desperté.
Nunca tuve un sueño como ese antes. Fue muy especial para mí poder
comunicarme con Evan después de su muerte. Fue como si nos
despidiéramos al darnos cuenta de que volveremos a estar juntos algún
día.
Evan le aseguró a Greg que no había sufrido

cuando murió. Greg también descubrió detalles
sobre la muerte de su amigo que no sabía antes
y que no podría haber aprendido de nadie más
que de Evan. Tal información a veces se recibe
de aquellos que murieron en un accidente o por
suicidio accidental o fueron asesinados. Pero, en
general, la mayoría de los seres queridos fallecidos parece
reacios a proporcionar detalles sobre su muerte,

aparte de decir: "No fue doloroso".
Los siguientes cinco relatos son ejemplos de ADC

en estado de sueño en los que el experimentador y
el ser querido fallecido se conocieron en un entorno
nuevo y desconocido.
Dee es una ama de casa de 31 años del sureste.
Tuvo esta esperanzadora experiencia con su hijo de
1 año, Joey, que nació con síndrome de Down y
murió a causa de un defecto cardíaco congénito:
Joey había estado enfermo desde que nació. Pasó la mitad de su

vida en el hospital y de repente falleció el día después de Navidad.
Nunca podría imaginar ser feliz de nuevo.
Cuatro meses después, tuve lo que sentí que era un sueño. Joey
estaba montado en un carrusel, del tipo que vemos en los parques
de atracciones. ¡Tenía una gran sonrisa en su rostro y se veía más
feliz y saludable que nunca lo había visto! Estaba lleno de paz,
alegría y amor.
Joey me estaba mostrando que estaba en el lugar más maravilloso
y que el dolor que soportó mientras estaba aquí en la tierra ahora se
había ido. No más problemas cardíacos, no más dolor por las
operaciones a las que se sometió y no más medicamentos. ¡Me
sentí tan feliz por él! Y me desperté justo después de eso.
Sentí que Joey había regresado a visitarme desde el cielo. Era
como si viniera a darme un mensaje de que estaba feliz y que yo no
estuviera triste ni me preocupara más por él.
Me sentí maravillosa porque pude ver a mi bebé una vez más.

¡Recordaré ese sueño por el resto de mi vida!
¿Qué mayor bendición podrían recibir los padres afligidos

que ver a sus hijos con enfermedades crónicas o discapacitados
completamente sanados, completos y libres de dolor? Al igual
que Dee, ahora tienen un nuevo recuerdo para toda la vida
que los sostendrá hasta que finalmente se reúnan con su hijo
o hija cuando sea el momento de morir.
Una vez que nos damos cuenta de que nuestros seres

queridos fallecidos están en un estado de existencia más feliz
y libre, podemos verdaderamente regocijarnos por ellos. Y,
sabiendo esto, nosotros también podemos sanar
emocionalmente aquí y ahora, seguros de que esto es lo que
ellos quieren que hagamos por nosotros y por ellos.
Maureen, de 57 años, es gerente de oficina jubilada en

Florida. Ella disfrutó de un hermoso momento con su hija de
33 años, Jill, quien había sufrido toda su vida de asma crónica:
Un par de meses después de la muerte de Jill, soñé que vino a

visitarme una noche. Había un arco iris en el fondo y nubes blancas
y ondulantes.
Estaba vestida con una hermosa túnica blanca que fluía. tenía muy
mangas grandes en la línea del puño, como un vestido de graduación.
Su cabello era hermoso e irradiaba un aura que iluminaba toda el
área. Parecía tan serena y tan feliz, más feliz
de lo que la había visto en toda su vida.

Le dije a Jill: “¿Por qué te separaron de mí? Te amo tanto, y no entiendo.”
Ella dijo: “No llores más por mí, madre. ¡Estoy feliz! ¡Ahora soy libre y puedo
volar con los pájaros!
Mientras hablaba, el entusiasmo por donde estaba ahora y la felicidad que

estaba experimentando eran muy obvios. Sentí que Jill me estaba hablando
directamente desde el cielo.
Luego extendió su brazo y sus dedos tocaron los míos.
Ella dijo: “No llores más por mí. Estaremos juntos de nuevo algún día”.
Cuando desperté sentí alivio porque ella había alcanzado la paz que tanto
anhelaba. ¡Por fin estaba disfrutando de la vida! Estoy seguro de que cuando
fallezca, las manos de Jill estarán allí para
yo.
Maureen finalmente pudo liberar sus dolorosos

recuerdos de su hija cuando era una mujer joven con
una enfermedad crónica. Se enteró de que Jill se había
graduado de este nivel de existencia y entró en otro,
donde ahora es un espíritu libre que puede "volar con
los pájaros". ¿Qué más puede cualquiera de nosotros
realmente desear para nuestros seres queridos fallecidos?
Janet es enfermera en Dakota del Norte. Se convirtió

en una madre desconsolada cuando su hijo de 4 años,
Toby, murió de una hemorragia cerebral:
Esto ocurrió aproximadamente un año después de la muerte de mi hijo.
Recuerdo el sueño como si lo hubiera tenido anoche. Era
de pie en la orilla de un río y mirando a Toby al otro lado.
Su lado era un verde exuberante con hermosos árboles. El agua era de

un hermoso azul, y había pájaros que podía oír. Era un paraíso, como el
Jardín del Edén. Todo estaba tan tranquilo y pacífico.
Toby estaba de pie sobre hierba y flores hasta la cintura, cerca de la

orilla del río. Era un niño pequeño, el mismo niño pequeño que perdí.
Llevaba una camiseta a rayas y jeans azules y era muy real y feliz.
Seguí intentando acercarme a Toby, pero no pude. Me miró y habló

con tanta calma. Él dijo: “No, mamá, no puedes venir aquí. Estoy bien.
Estoy bien. Pero no puedes venir aquí. Me lo tuvo que decir varias veces
porque quería cruzar el río para estar con él.
Toby me estaba calmando como lo haría un adulto. En comparación,

casi me sentí como un niño, como si una persona mayor y más sabia me
estuviera hablando. Me estaba diciendo que me calmara y me diera
cuenta de que su vida es buena ahora. Me dio la sensación de que está
en paz y que está donde pertenece.
El sueño parecía tan real, tan real como la vida misma. Cuando me desperté,
me sentí aplastado porque el sueño había terminado. Y, sin embargo, me sentí
tan reconfortado por ello.
Janet tiene un recuerdo permanente de ver a su

hijo en un ambiente celestial. La sabiduría y la
autoridad de Toby más allá de su edad hicieron
posible que ella aceptara que "él está donde pertenece".
Este es uno de varios ADC en estado de sueño
en nuestros archivos en los que hubo una
obstrucción entre el ser querido fallecido y el
experimentador que no se permitió cruzar. Barreras similare
también se informan en algunos relatos de experiencias

cercanas a la muerte.
Rosemarie es asistente administrativa en Carolina del

Norte. Tuvo esta esclarecedora experiencia de ADC unos
4 meses después de que su abuela muriera de cáncer a
los 66 años:
Una noche, mientras dormía, vi a mi abuela, fue como un hermoso
sueño. Ella estaba allí conmigo. Se sentía como si estuviéramos en otro
plano o en una dimensión diferente.
Solo le vi la cara y los hombros, era muy joven y hermosa. La abuela
parecía una chica de unos veinte años. Me sorprendió que fuera tan joven,
pero la reconocí instantáneamente como mi abuela. Era como si pudiera
elegir tener la edad que le convenía.
A medida que se acercaba, estaba brillando e irradiando amor. Sentí

una energía y un calor envolverme. Se sintió como un masaje muy
agradable y hormigueante. Me invadió este sentimiento de amor
incondicional, como si nada de lo que había hecho hubiera estado mal.
Le decía una y otra vez: "Te amo, te amo, te amo". Ella estaba diciendo:
“Sé que lo haces. Estoy feliz y estoy bien. Ya no tienes que preocuparte
por mí. Estoy en el cielo."
La abuela afirmó que hay un cielo, y que no importa lo que hayas

hecho, a los ojos de Dios eres perdonado. Eres puro y eres amado de la
manera en que solo Él puede amarte. Me conmovió tan profundamente
que supe que era verdad.
De repente, me di cuenta de que estaba sentado en la cama y que la
abuela se había ido. Pero no lamenté por ella después de eso en absoluto.
Pocos de nosotros alguna vez experimentamos en la

tierra el grado de amor incondicional que experimentó
Rosemarie. Esto recuerda el amor que todo lo abarca
que tantas personas dicen que encontraron cuando
tuvieron una experiencia cercana a la muerte y viajaron
a los reinos espirituales superiores.
Vickie, administradora de una universidad en Utah,

tenía 39 años cuando tuvo esta reunión con su padre.
Murió a los 69 años de una infección por estafilococos
que desarrolló en el hospital después de una cirugía a
corazón abierto:
Cuando mi padre murió, ¡estaba furioso! ¡Quería demandar al hospital!
Sentí que si él no hubiera contraído esa infección, habría estado bien y
habríamos seguido siendo una familia.
Mi sueño ocurrió la noche de mi cumpleaños, casi tres semanas

después de la muerte de mi padre. El fondo era una especie de niebla
gris, en un espacio y tiempo completamente diferente. Papá y yo
estábamos uno frente al otro, y él parecía saludable. ¡Era como si
estuviéramos juntos en la carne!
Me sostenía del brazo mientras le decía: “Papá, no estuvo bien que te
fueras”. Él respondió con mucha atención: “No deberías estar enojado.
Estaba listo para ir. Era mi momento. Me atrajo hacia él y me sostuvo en
sus brazos.
En ese momento, supe que papá tenía razón. Había venido a decirme
eso ya consolarme. Fue maravilloso volver a verlo, y me sentí muy
agradecida. Seguí diciendo una y otra vez: "¡Gracias, papá!"
Cuando me desperté, tuve una intensa sensación de alegría, alegría

en medio de la tristeza. Me di cuenta de que papá acudió a mí porque
tenía un enojo mal dirigido que me impediría resolver mi dolor. A pesar
de los errores que se habían cometido en su atención médica, había
vivido una vida plena. Se había preparado para la muerte y estaba listo
para irse; realmente era su momento.
Siento que papá me dio el mejor regalo de su vida. Fue un verdadero
consuelo saber que no había sido abandonada, que espiritualmente
todavía estábamos cerca. Los lazos que tenemos como padre e hija y
el amor que compartimos durarán para siempre.
Hoy tenemos expectativas tan altas de la tecnología

médica que es casi impensable que un ser querido
pueda morir en un hospital de una infección común,
especialmente después de una cirugía a corazón
abierto exitosa. Cuando esto le sucedió a Vickie, su
conmoción, indignación y confusión fueron
comprensiblemente abrumadores.
El poder curativo de un ADC se ilustra una vez
más con el cambio dramático que experimentó Vickie
cuando su difunto padre la contactó el día de su
cumpleaños. Su explicación, “Estaba listo para irme.
Era mi momento”, y su cálido abrazo
tan pocas
decíapalabras.
tanto con
Como resultado, Vickie pudo liberar su ira y aceptar
su muerte, sabiendo que su relación amorosa es
eterna.
Los siguientes dos relatos son ejemplos de ADC

en estado de sueño en los que un ser querido fallecido
regresó para brindar consuelo y apoyo al

experimentador durante un período de incertidumbre.
Jean, de 32 años, trabaja en las reservas de un
parque temático familiar en Florida. Agradeció el
apoyo emocional de su madrina, Miriam, quien
había muerto de cáncer:
Cinco años después, necesité una histerectomía. Esta fue la primera
cirugía a la que me sometí. Aproximadamente una semana antes de la
operación, me estaba preocupando porque nunca había estado bajo
anestesia.
Una noche, estaba especialmente molesto antes de acostarme.
Entonces tuve un sueño que Miriam vino a mí. Se sentía diferente a un
sueño normal, se sentía real. Estábamos parados juntos en un espacio
agradable y tranquilo. Estaba muy serena y gozaba de buena salud.
Miriam dijo que todo estaría bien y que estaría conmigo durante mi
operación. no estaría solo Entonces ella me dio un abrazo. Cuando me
desperté, sentí que todavía me estaba abrazando.
Nunca me había despertado así antes, estaba perfectamente

relajado y en paz. La sensación de nerviosismo y preocupación ya no
estaba allí. Era como si alguien hubiera agitado una varita mágica y se
hubiera ido.
Estaba tranquila cuando me pusieron la anestesia porque sabía que
Miriam estaría allí y no tenía que pasar por eso sola. ¡Incluso salí del
hospital dos días antes!
Enfrentarse a una operación que requiere

anestesia general puede revelar los miedos
ocultos que tenemos a morir. En esos momentos,
podemos asustarnos y sentirnos muy vulnerables, muy solo
La promesa de Miriam de asistir a la operación

fue un gran consuelo para Jean. Además, en
lugar de caminar de un lado a otro y tomar café
solo en la sala de espera del hospital, su
madrina fallecida podía sostener la mano de
Jean en la sala de operaciones sin ser vista por
los médicos y las enfermeras.
Kaye, una madre en duelo en Indiana, se
inspiró en su hijo de 12 años, Bryan, quien
murió de fibrosis quística:
He tenido cinco hijos, tres hijos y dos hijas. Mis hijos tenían fibrosis
quística y los perdimos a los tres en un período de quince años.
Como resultado de estar en el hospital con mis hijos todos esos

años, me interesé en ayudar a los niños moribundos ya sus familias.
Quería hacer por los demás lo que se había hecho por mí.
Entonces, un año después de la muerte de mi último hijo, Bryan,
tomé mi examen de ingreso a la escuela de enfermería. Pero habían
pasado veinticinco años desde que había estado en la escuela y
comencé a dudar sobre mi decisión. Y luego me preocupé cuando
no recibí mi carta de aceptación.
Una noche, tuve este sueño. Estaba en un restaurante que
estaban montando para una gran fiesta. Me acerqué a la mesa del
buffet y ¡Bryan estaba parado allí!
Ya no era mi niño delgado y pálido de doce años. ¡Medía más de
seis pies de alto y parecía tener unos veinticinco años! ¡Parecía
saludable y robusto! Parecía muy feliz, pacífico y seguro de sí mismo.
Bryan me sonreía y extendió sus manos y me dio un fuerte abrazo.

Podía sentirlo, ¡era totalmente real! agarré
lo agarré, y me dejó llorar sobre su chaqueta.

Le dije: “Bryan, ¿qué haces aquí? ¡Te ves tan bien!"
Él dijo: “Estoy bien, madre. Tuve que volver para recordarte las cosas que
me enseñaste.
Le pregunté: "¿Qué es eso, Bryan?" Él respondió: “Madre, debes seguir
tus sueños. Haz lo que creas que debes hacer y logra lo que sientas que
debes lograr. Muchas veces esto es lo que Dios quiere que hagamos”.
Así terminó el sueño, y me desperté llorando porque era una conversación
muy vívida.
¡El correo llegó al mediodía del día siguiente y recibí mi aceptación en

la escuela de enfermería! En ese momento, supe que convertirme en
enfermera era algo que definitivamente debería hacer.
Ahora soy enfermera registrada y trabajo en pediatría y con los padres
de niños con fibrosis quística. Realmente siento que es donde debo estar.
Es profundamente conmovedor saber que una madre

que ha perdido a tres hijos por la misma enfermedad
elegiría convertirse en enfermera, específicamente para
ayudar a otras personas que enfrentan pruebas similares.
¿Quién podría ministrar mejor a tales pacientes y sus
familias que alguien que había estado allí tantas veces?
Esta es la filosofía de todos los grupos de apoyo exitosos,
incluidos los de los dolientes.
Solo un año después de que el hijo de Kaye, Bryan,

muriera a la edad de doce años, volvió a ella cuando era
un joven de veinticinco años. Este ADC es uno de varios
relatos en nuestros archivos en los que un bebé o un joven
niño parecía notablemente mayor que cuando falleció.

Al principio, puede parecer una idea sorprendente que
un niño pueda avanzar en edad tan rápidamente. Pero
así como las personas mayores pueden optar por
regresar a la plenitud de su vida después de morir, los
niños aparentemente fallecidos pueden avanzar a una
edad que les resulte apropiada.
Los siguientes dos relatos son ejemplos de ADC en

estado de sueño durante los cuales los experimentadores
se encontraron con dos seres queridos fallecidos que
regresaron juntos con un propósito muy especial.
Margo es ama de casa en Florida. Tuvo esta visita
compasiva con su bebé nacido muerto, Ann Marie, y
su suegra, Nadine, quien había muerto de cáncer a los
45 años:
Cuando tenía seis meses de embarazo, mi bebé murió.
Nació muerta porque el cordón umbilical tenía un defecto
donde estaba unido a ella. Solo vi a Ann Marie una vez, cuando
la dieron a luz.
Un mes después, mi suegra, Nadine, se me apareció en un
sueño. Nunca la había conocido porque había muerto unos
diez años antes de conocer a mi esposo. Pero la reconocí por
las fotos que había visto. Parecía tener más o menos mi edad,
vestía una falda oscura y una blusa blanca.
Era de día, una mañana realmente brillante, y había un
cochecito de bebé grande y anticuado al fondo. Nadine estaba
sonriendo y sosteniendo a nuestro bebé. Ann Marie parecía ser
viva, pero era muy pequeña, como una muñeca. Llevaba una manta
de punto rosa y un sombrerito rosa.
Mi suegra dijo: “Todo está bien ahora. tengo a tu bebe Voy a
cuidarla hasta que vengas aquí para unirte a nosotros.
Cuando me desperté, me sentí aliviado porque sabía que la corta

vida de Ann Marie no había terminado. Sabía que mi bebé estaba
con su abuela y todavía viva allá arriba en el cielo.
Un padre afligido por un bebé abortado o

muerto sabe muy bien lo que Elisabeth Kübler-
Ross describe como "el dolor de la pérdida de
algo que nunca tuvimos". El dolor y el sufrimiento
de Margo son tan reales y dignos de apoyo como
los de cualquier madre o padre en duelo que ha
amado y cuidado a un niño que nació vivo y sano
pero murió más tarde.
Alana es dueña de un negocio en Ohio. Su
primer marido, Craig, murió en un accidente a los
21 años, y su hija de 18 meses de su segundo
matrimonio, Amber, murió como consecuencia de
haber aspirado:
Aproximadamente seis meses después de la muerte de Amber, tuve un sueño.
¡Fue el sueño más vívido, más colorido y más pacífico que he
tenido en toda mi vida!
Era un día de verano brillante y soleado, y yo estaba mirando
por un camino rural. Había grandes árboles de arce alineados en cada
Lado de la carretera. Podía ver el sol filtrándose a través de las hojas

y podía escuchar el canto de los pájaros.
Directamente frente a mí, alejándose de mí por este camino,
estaba mi primer esposo, Craig. Estaba tomado de la mano de
Amber, mi niña.
Se giraron lentamente el uno hacia el otro y luego dieron un giro
de 90 grados hacia mí. Amber estaba sonriendo, mirando a Craig, y
luego me miró a mí. Craig dijo: “Alana, no te preocupes. Amber estará
bien. Voy a mantener un ojo en ella.
Craig estaba sonriendo y feliz de que Amber estuviera caminando

por este camino con él, como si se conocieran desde siempre.
Entonces Amber volvió a sonreír, se dieron la vuelta y continuaron
alejándose.
En ese momento me desperté, pero sabía que no era un sueño.
¡Sabía que era real! La paz que me invadió fue increíble.
Siento que Craig tenía la intención de darme un poco de paz

porque estaba muy confundida después de la muerte de Amber.
Quería decirme que mi niña estaba bien. Entonces supe que no
estaba sola en algún lugar sin nadie que la cuidara.
Muchos padres en duelo se preguntan con

ansiedad: "¿Quién cuidará de mi hijo en el cielo si
nadie en mi familia inmediata ha muerto?" Los dos
relatos anteriores sugieren que siempre habrá
cuidadores amorosos para saludar a nuestros hijos
fallecidos. De hecho, parece que todos pueden estar
seguros de que hay innumerables ayudantes
espirituales para recibir y ayudar a todos nuestros
seres queridos cuando mueren.
Algunas personas tienen más de un ADC en

estado de sueño con la misma persona. Lynette
es la directora del capítulo estatal de una
organización benéfica nacional en el sureste. Su
hermano, Jerry, murió a los 36 años de neumonía
por pneumocystis como resultado de tener SIDA:
Jerry medía 6'1” y había pasado de más de 200 libras a 117 antes de
morir. Su delgadez le hacía parecer mayor de lo que era. Después de su
muerte, estaba tan angustiada por mi hermano, tan triste, que sufría todo
el tiempo por él y por mi pérdida.
Aproximadamente ocho semanas después, me encontré hablando con
él en un sueño. Se sentía como si estuviéramos sentados en mi sala de
estar y Jerry estaba en una mecedora frente a mí. Tenía mi mano en su
rodilla, lo cual se sentía extremadamente real y tangible.
Le dije: "Estoy tan dolido y te extraño mucho". ¡Entonces me golpeó!
Pero no puedo estar hablando contigo. ¡Moriste!” Jerry estaba sonriendo
cuando dijo: “Lo sé. Quería volver para decirte que estoy bien. Todo está
bien, y quiero que tú también estés bien”.
Tenía un aspecto saludable. Parecía pesar alrededor de 180 libras y
parecía un poco más joven. Llevaba su ropa habitual: una camisa de
franela y pantalones de pana. ¡Jerry estaba bien otra vez! ¡Era amante de
la diversión y lleno de vida!
Esto no era algo con lo que soñaba, era totalmente diferente. ¡Creo que
Jerry realmente vino a mí! Fue algo tan pacífico, y me sentí muy bien al
respecto. Se resolvió para mí que mi hermano estaba bien.
Aproximadamente un mes después, me sentía muy deprimido porque

todavía extrañaba a mi hermano. De nuevo estaba soñando, y esta vez
estaba mirando al cielo por una ventana y vi un arcoíris. Para mí, los
arcoíris son un signo de algo maravilloso y bueno.
Sentí que alguien venía detrás de mí y supe que era Jerry.

Puso sus brazos alrededor de mí con mucha firmeza y me dio
un abrazo de oso. Sentí su presencia y el calor de su cuerpo,
era muy tangible.
Jerry sabía que lo necesitaba entonces. Era como si estuviera
diciendo: "Estoy contigo y vas a estar bien". ¡Su abrazo fue tan
real que me despertó! Sabía que había estado allí, no era solo
un sueño.
Estas dos experiencias han sido muy reconfortantes para mí
a lo largo del tiempo. No han disminuido de ninguna manera
después de casi seis años.
Es bastante común tener dos o más ADC con

un ser querido fallecido. Pueden ser del mismo
tipo, como las dos experiencias de estado de
sueño que tuvo Lynette con su hermano, o pueden
ser de tipos diferentes. Múltiples contactos nos
aseguran que estamos recibiendo amor y
asistencia continuos en nuestra vida y que no
necesitamos sentirnos solos.
•••
El relato final es de Julia, una ama de casa de

31 años de Georgia. Seguramente nunca esperó
tener noticias de Patrick, el hijo de 6 años de sus
vecinos, Debra y Jim. Patrick fue asesinado por
un automóvil mientras montaba su bicicleta:
La noche después del entierro de Patrick, me fui a dormir y estaba

soñando como lo hago normalmente. De repente, escuché la voz de un
niño pequeño, simplemente irrumpió en mi sueño. Definitivamente
escuché una voz audible que decía: "Mamá". Parecía venir de lejos.
¡Entonces me di cuenta de que era Patrick! Era como si él estuviera

realmente allí, aunque no lo vi. Tuve la impresión de que estaba
diciendo, “Te estoy dando un mensaje. Dile a mi mamá y a mi papá que
estoy bien. Quiero que sepan que estoy a salvo. Sé que están sufriendo,
pero por favor diles que no lloren por mí”. Era como si todo el
pensamiento estuviera implantado en mi cabeza.
¡Me desperté y salté directamente a la cama! ¡Mi corazón latía a una
milla por minuto! Fue tan real que todavía puedo escuchar el sonido de
la voz de Patrick.
Poco después de esto, salí de la ciudad por unas semanas, pero el
sueño nunca desapareció. Todavía era tan vívido seis semanas después
como lo fue esa noche.
Entonces su madre, Debra, vino a mi casa un día. Le conté que
Patrick había venido a verme y fue totalmente receptiva. Ella dijo que
necesitaba escuchar eso, aunque no hizo que el dolor desapareciera o
que el duelo se detuviera. Pero era algo a lo que aferrarse, y continúa
brindando consuelo a los padres de Patrick.
Aunque antes solo éramos conocidos, Debra y yo nos hemos

convertido en los mejores amigos desde entonces. Siempre tendremos
un vínculo común a través de Patrick.
Este es un excelente ejemplo de cómo recibir

un mensaje de alguien que ha muerto, saber a
quién dárselo y tener el coraje de entregarlo.
Poco se dio cuenta Julia en ese momento
cuán importante sería para los padres de Patrick escuchar

sus palabras de consuelo y tranquilidad.
También entrevistamos a la madre y al padre de Patrick.
Esto es lo que nos dijo Debra, la madre de Patrick:
Sentí escalofríos cuando Julia me lo dijo. Le creí de inmediato. Me

hizo sentir tan bien que Patrick acudiera a Julia, porque sabía que le
creería. Nos ayudó saber que está bien. ¡Ojalá todos los padres en
duelo pudieran tener una Julia!
Y Jim, el padre de Patrick, dijo: No
conocía muy bien a Julia en ese momento, pero cuando ella nos lo
dijo, me senté allí con total fe. No dudé de ella en absoluto. Sentí que
se me quitó una carga y tuve una sensación de alivio. Estaba tan feliz
de que Patrick acudiera a ella. Desde entonces, nuestra vida ha dado
un giro espiritual muy positivo.
La experiencia de Julia produjo resultados muy positivos.

Todos nos beneficiamos cuando superamos nuestro miedo a
ser etiquetados como "extraños" o "raros" o "locos" y nos
arriesgamos a compartir un mensaje de ADC. Hasta que no
lo hagamos, nunca sabremos cuánto bien puede resultar de
ello o cuántas personas pueden eventualmente ser ayudadas.
Si tiene un ADC y recibe un mensaje de otra persona,

escriba su experiencia palabra por palabra rápidamente para
que no la olvide.
Los detalles que pueden parecer insignificantes para usted
pueden tener un gran significado para otra persona. Si tu sientes
Si te sientes incómodo al entregar el mensaje,

siempre puedes comenzar diciéndole al destinatario
algo como "Tuve el sueño más inusual anoche...".
Los relatos de este capítulo han demostrado que

los ADC del estado de sueño son sustancialmente
diferentes de los sueños ordinarios.
Pueden proporcionar tanta información y comodidad
como las experiencias que tienen las personas
cuando están despiertas o en el estado alfa.
¿Conoces las experiencias extracorporales? ¿Ha

escuchado informes de encontrarse con un ser
querido fallecido durante una OBE? Este es el
fascinante tema del próximo capítulo.
CAPÍTULO 11
De vuelta a casa:
ADC fuera del cuerpo
Experimenté la realidad del cuerpo espiritual y aprendí que

tiene todas las facultades del cuerpo físico, aunque con
mayor sensibilidad y algunas dimensiones añadidas... No
habrá nada impactante en la transición, solo una continuación
de lo que soy ahora.
—Catherine Marshall
Este capítulo contiene relatos de personas que

declararon haber tenido contacto con un pariente
o amigo fallecido durante una experiencia
extracorpórea. Llamamos a estos encuentros
notables ADC fuera del cuerpo o ADC OBE para
abreviar. Son un tipo relativamente menos común
de comunicación después de la muerte.
Las experiencias fuera del cuerpo no son un
fenómeno nuevo. Se han informado
consistentemente a lo largo de la historia, y las cuentas de
se han investigado y escrito sobre ellos durante más

de un siglo. Varios libros proporcionan instrucciones
detalladas para lograr OBE.
La premisa básica es que usted es un ser espiritual
que viste o habita un cuerpo físico durante su vida en
la tierra. Puede abandonar temporalmente su cuerpo
y viajar una distancia corta o viajar a las estrellas.
Algunas personas afirman que pueden visitar otras
dimensiones, incluidos los reinos espirituales.
Los ADC fuera del cuerpo espontáneos pueden

ocurrir mientras está despierto, en el estado alfa o
cuando está dormido. Son experiencias extremadamente
vívidas, intensas, coloridas y vibrantes que la gente
suele decir que son “más reales que la vida misma”.
Muchos de los que han tenido una experiencia
extracorpórea o los han estudiado afirman que existe
amplia evidencia para creer que son genuinos. Millones
de personas que han dejado su cuerpo físico y lo han
visto debajo de ellos durante una experiencia cercana
a la muerte están seguros de que han tenido una EFC.
No está dentro del alcance de nuestra investigación
explicar o defender la realidad de las experiencias
extracorporales. En su lugar, presentaremos relatos
de personas que creen que han tenido un ADC
durante una OBE y lo invitamos a formarse su propia

opinión sobre este tema.
Los primeros dos relatos son ejemplos de OBE

ADC en los que los experimentadores viajaron
dentro de su propia casa.
Shirley, una enfermera de Wisconsin, tuvo este
encuentro místico con su hija de 5 meses, Amanda,
quien murió de un defecto cardíaco congénito:
Unas tres o cuatro semanas después de la muerte de Amanda, yo

estaba acostado en la cama, pero no estaba dormido. De repente,
sentí que me sacaban de mi cuerpo. Sentí que estaba más arriba en
el dormitorio, cerca del techo, mirando por la ventana.
¡Toda la ventana se llenó de la luz dorada más brillante que jamás
pude imaginar! Era como si alguien viniera hacia ti en un coche con las
luces altas encendidas. Me sentí absorbida por la luz y sentí la
presencia de mi hija.
¡Entonces vi a Amanda! ¡Vi su espíritu en esa luz! Y la escuché –
fue una comunicación telepática. Ella dijo: “Muchas gracias por todo lo
que me diste. Te quiero muchísimo."
De repente, sentí una presencia muy, muy poderosa: la presencia

de Dios. Sentí la sensación de amor y comprensión más increíble que
jamás haya experimentado en mi vida. ¡Y en ese momento, entendí
todo!
Recuerdo estar tan abrumado por todo el asunto. Era como estar en
un estado de asombro. Fue un sentimiento de aceptación total y amor
total por lo que soy. fue un amor espiritual
sin ataduras. Y después de eso, caí en un sueño profundo.
Esto era mucho más que un sueño. Realmente siento que fue
una comunicación con mi hija. Y siento que fue un regalo que me
dieron.
El increíble y transformador ADChermoso

fuera del cuerpo
de Shirley se convirtió en una experiencia sagrada
para ella. Una vez más, una niña muy pequeña
comunicó un mensaje maduro y amoroso que estaba
mucho más allá de su edad cronológica.
Peter, un vendedor de Florida, tuvo esta reunión

unos 6 meses después de que su hija, April, muriera
de una hemorragia cerebral luego de un accidente
automovilístico a los 20 años. En el Capítulo 5 se
presentó una serie de ADC olfativos que él y su
esposa tuvieron con April:
Una noche, mientras estaba sentado en la cama, tuve esta
experiencia extracorporal. De repente, me encontré en el pasillo de
nuestra casa. ¡Mi hija, April, estaba parada allí!
Ella estaba en una túnica blanca. Podía ver sus manos y
antebrazos, su cuello y hombros, y su rostro. Su tono de piel era
simplemente perfecto, y su cabello era hermoso. ¡Abril fue
absolutamente impecable!
Seguí diciéndole: “¡April, te amo! ¡Te amo!" una y otra y otra vez.
Y ella dijo: “Papá, lo sé. Todo está bien." Quería tocarla, abrazarla
y besarla. pero como yo
se adelantó, ella retrocedió y dijo: “Papá, todavía no puedes

tocarme”. Y me volví comprensivo de eso.
Entonces le pregunté: "April, ¿estás en el cielo?" ¡Ella dijo que
sí!" Le pregunté: “¿Cómo es el cielo?” Mi hija, que tenía un tremendo
sentido del humor, dijo: “¿Sabes cómo son esos estilos de vida de
los ricos y famosos? ¡Bueno, eso es como vivir en la pobreza
comparado con el cielo!”
Entonces ella dijo: "Tengo que irme ahora". Seguía repitiendo:
“Te amo, April, te amo”. Ella dijo: “Sí, lo sé, papá”, mientras
retrocedía por la puerta y salía de la casa. Y volví a la cama y dormí
bien.
A la mañana siguiente, le conté a mi esposa sobre esta
experiencia y ella pensó que estaba un poco loco.
Si bien relatos anteriores de este libro han incluido

abrazos y besos a un pariente fallecido, a Peter aún
no se le permitía tocar a su hija. También se informan
declaraciones similares en algunos ADC visuales, de
estado de sueño y extracorporales.
En cada uno de los siguientes cuatro relatos de

ADC, el experimentador hizo un viaje fuera del cuerpo
considerablemente más largo mientras tenía contacto
con un familiar fallecido.
Nora es una ama de casa de 44 años que vive
cerca de Orlando, Florida. Tuvo este OBE ADC con
su madre, quien murió de una enfermedad cardíaca
a los 72 años:
Mi madre murió en junio y me fui de vacaciones a la isla de Sanibel

en agosto. Estaba acostado en la cama, cuando de repente sentí que
algo se apoderaba de mí.
¡Me levanté de mi cuerpo! Fue una sensación muy, muy extraña.
Podía ver mi cuerpo tendido en la cama y luego, con la misma
rapidez, estaba de pie en la cocina de mi casa.
Yo estaba pensando, "¿Qué estoy haciendo aquí?" cuando escuché
una voz decir: “Hola, Nora”. Me di la vuelta, ¡y allí estaba mi madre!
¡No podía creerlo! Estaba tan sorprendido cuando la vi que solo dije:
"¡Mamá!"
Se veía tan hermosa. Su rostro brillaba y había luz a su alrededor.
Parecía tener cincuenta años y era la más feliz que jamás había visto
a nadie mirar.
Mi madre tomó mi mano y salimos de la cocina.
Cuando llegamos a la puerta principal, me dio unas palmaditas en la
mano y dijo: “Vine a despedirme. Te amo y siempre cuidaré de ti y de
tus hijos”. Mamá irradió la más maravillosa y angelical sonrisa
mientras decía esto. Entonces ella se fue.
Estaba parado allí solo, pero en cuestión de segundos sentí que
bajaba hacia mi cuerpo, de vuelta en la cama en Sanibel Island. Me
quedé allí bien despierto y me sentí tan seguro y protegido, como
cuando era un niño.
No hay duda en mi mente de que esto realmente me pasó a mí.
Me demostró que hay vida después de la muerte, y me mostró que
no necesito temerle a la muerte.
Es fácil reconocer una descripción clásica de

una experiencia extracorporal al leer un relato
como el de Nora. Mientras se elevaba en el
aire, pudo mirar hacia abajo y ver su cuerpo
físico durmiendo en la cama. Y cuando llegó Nora
de vuelta, volvió a entrar en su cuerpo, que esperaba

con seguridad su regreso.
Cada tramo del viaje de ida y vuelta de 300 millas de
Nora, desde la isla de Sanibel en el Golfo de México
hasta su casa en el centro de Florida, ocurrió casi
instantáneamente. Parece que el tiempo y la distancia
no son factores limitantes durante las experiencias
extracorporales porque, evidentemente, el viaje se logra
a velocidades enormes.
Jonathan es un estudiante universitario de 20 años

en Massachusetts. Su hermana, Erica, murió en un
accidente automovilístico cuando tenía 17 años:
Unos meses después de la muerte de Erica, estaba durmiendo en mi

habitación, estaba profundamente dormida. Lo siguiente que supe fue que
estaba flotando sobre el centro de Stockbridge, mi ciudad natal,
aproximadamente a una milla y media de distancia de mi casa. Me sentí muy vivo y muy real.
¡Miré y vi a mi hermana! Erica estaba justo a mi lado, sosteniendo mi
mano. Podía sentir su mano en la mía muy, muy claramente.
Estábamos flotando muy por encima de los tejados. Podía ver los colores
de los edificios tan claros como el día, e incluso podía ver los semáforos.
Erica estaba completamente vestida de blanco: vestía una túnica blanca

brillante que estaba iluminada y resplandeciente. Parecía muy suave, como
la túnica de un ángel. El fondo se agitaba con el viento.
Tenía su sonrisa típica: una sonrisa brillante, brillante y feliz.
Aparecía como el último día que la vi, en perfecta salud.
Erica me decía que todo estaba bien y que no me preocupara.

Luego se levantó lentamente hacia la luz y se despidió.
Cuando me desperté, estaba muy feliz. Fue como, “¡Guau! Érica
es mi ángel y me está cuidando!”
Aunque muchas personas recuerdan claramente

dejar su cuerpo y regresar a él durante una OBE,
algunos, como Jonathan, simplemente no recuerdan
esta parte de su aventura. Los ADC espontáneos
fuera del cuerpo pueden ser muy impredecibles,
especialmente para un novato. Si bien no es raro
que alguien se encuentre viajando por un área
cercana y conocida como lo hizo Jonathan, es
probable que otros lleguen a un destino totalmente
desconocido que posiblemente esté a miles de millas
de su punto de partida original.
Ron es un corredor de bienes raíces de 46 años

en California. Tuvo esta experiencia cósmica un año
después de que su hermana, Bobbie, muriera a los
53 años por complicaciones que ocurrieron durante
una hospitalización:
Antes de acostarme para pasar la noche, estaba en una posición boca
abajo y descansaba en un estado de semi-meditación.
De repente, sentí la presencia de mi hermana, Bobbie.
Ella voló hacia mi ser y agarró mi mano derecha. Podía sentir su toque,
¡ella era real! Bobbie llevaba puesto un
bata blanca hecha de un material ligero, fluido y de gasa. Era mucho

más joven y físicamente en perfectas condiciones.
Mi hermana estaba más feliz que nunca la había visto, sonriendo y
riendo todo el tiempo. Tenía unos ojos realmente brillantes y centelleantes
y estaba muy contenta. Bobbie me dijo telepáticamente: "¡Vamos a
divertirnos, Ron!" Y yo dije: "Está bien".
Así que mi hermana y yo salimos repentinamente al espacio. ¡Fue
una experiencia bastante emocionante! Podía ver pasar estrellas y
planetas y todo tipo de constelaciones estelares. Todo era muy vívido,
muy intenso y muy brillante.
No miré hacia atrás, aunque sentí una luz brillante que nos rodeaba y
nos arrastraba como una corriente en chorro. A medida que avanzábamos
más y más rápido, Bobbie se dio la vuelta y dijo: "¡No es una experiencia
maravillosa!". Dije: “Sí, ¡hagamos un poco más!”. Ambos nos reímos y
continuamos nuestro ascenso hacia arriba. Estoy seguro de que
viajábamos a la velocidad de la luz o incluso más rápido.
Entonces comencé a pensar: “¡Ahora, espera! ¿A dónde me llevas?
¿Hasta dónde voy? ¿Cómo voy a volver al planeta Tierra? Bobbie sintió
mi miedo y mi resistencia, y en unos momentos estaba de vuelta en la
tierra y en la misma posición boca abajo en mi cama.
Todavía sentía un hormigueo y todo mi ser estaba totalmente

energizado. Abrí los ojos y dije: "¡Guau!"
Algunas personas informaron haber sido invitadas

por un ser querido fallecido a "Ven conmigo" y luego
tuvieron un encantador OBE ADC. Otros recibieron
la misma invitación pero la temieron y la rechazaron.
Esto probablemente se debió a que no estaban
familiarizados con las experiencias extracorporales,
o asumieron erróneamente que tal solicitud significaba
se les pedía que murieran y se unieran a su ser

querido de forma permanente.
Maryann, ama de casa en Florida, hizo un largo

viaje aproximadamente un año después de que su
hijo de 18 años, Shawn, fuera atropellado y asesinado
por un automóvil:
Yo estaba profundamente dormido, y era como si hubiera dos de mí.

Uno de mí estaba acostado en la cama. El otro, el verdadero yo, estaba
siendo elaborado y elaborado. Podía mirar hacia abajo y ver que mi cuerpo
estaba durmiendo.
Estaba siendo atraída más alto, estaba sobre la casa mirando hacia
abajo a los árboles, fui más y más alto, muy arriba, ¡y de repente Shawn
estaba allí! ¡Me sorprendió tanto verlo! Era muy brillante, pero no había un
entorno terrenal. Tuve la sensación de flotar como si estuviéramos
suspendidos en el espacio.
Mi hijo y yo nos abrazamos, fue tan intensamente alegre, ¡fue

simplemente abrumador! No había palabras, solo esta gran alegría y el
hecho de que Shawn realmente todavía estaba vivo. Había esta comprensión
como una comunión, un saber, una aceptación.
Sabía que mi hijo estaba bien y que todavía se preocupaba por mí.
Él estaba al tanto de mi vida, pero también tenía una vida propia. La suya
fue una vida sin restricciones con libertad y conocimiento sin restricciones
mucho más allá de lo que tenemos aquí en la tierra.
Luego estaba de vuelta en mi cuerpo en mi cama, y estaba despierto.
Pensé para mis adentros: “Esta existencia parece más un sueño. ¡Esa
existencia parece más real que la vida!” Fue la experiencia más reconfortante
y más real que he tenido.
Sé que volveré a ver a Shawn algún día y que me estará

esperando, solo sé estas cosas.
Todavía lloro porque extraño a mi hijo. Pero ya no lloro
porque no creo que esté vivo. Ya no lloro porque no creo que
lo vuelva a ver.
Habiendo dejado su cuerpo físico, Maryann viajó

en su cuerpo espiritual una distancia desconocida
para visitar a su hijo fallecido. Aparentemente, en
esa existencia, que “parece más real que la vida”,
podemos encontrarnos como seres eternos y
alcanzar un estado de comunión con nuestros seres
queridos fallecidos que puede ser más íntimo, más
completo y más pleno que los reencuentros que
tenemos aquí. tierra.
Los siguientes dos ADC fuera del cuerpo se

experimentaron en otra dimensión de la existencia.
Betsy es la gerente de una tienda minorista en el
sureste. Estaba al volante de su automóvil cuando
ella y sus hijos, Nathan, de 6 años, y Travis, de 4
años, tuvieron un accidente. Aunque Betsy no
resultó gravemente herida, sus dos hijos murieron
instantáneamente:
Mientras estaba en el hospital, no quería vivir. Nada tenía
sentido, y solo quería rendirme y morir. No quería vivir sin mis
hijos.
Un ángel vino a mí y me tomó firmemente de la mano. Sentí un amor

que nunca antes había sentido. Me llevó a este hermoso prado. Era el
verde esmeralda más bonito con el cielo azul claro más vibrante. Los
colores son difíciles de describir porque no son como los colores que
vemos aquí.
Había una luz blanca y lavanda brillante alrededor de este prado, pero
no me lastimó los ojos. Era un ambiente muy relajante y amoroso.
Mientras el ángel y yo volábamos sobre el prado, escuché muchas

risas. Escuché a mis hijos: ¡Nathan y Travis! Miré hacia abajo para ver lo
que estaban haciendo. Mi visión era muy, muy buena: podía acercarlos
con mis ojos.
Nathan y Travis estaban con un montón de otros niños y niñas. Eran
muy vibrantes y saludables, todos felices, corriendo y jugando. Había
tanta belleza, tanto amor, que llenaba el aire.
El ángel me dijo: “Tus hijos están bien y los volverás a ver. No te

preocupes." Cuando iba a alcanzar a Nathan y Travis, de repente me
empujaron de nuevo a mi cama en el hospital.
Y ese fue el final de mi experiencia.
El ángel sabía que tenía que ver que mis hijos estuvieran bien. Nunca
he conocido un amor más grande que este.
Los ángeles son participantes ocasionales en las experiencias

de ADC. A menudo sirven como acompañantes compasivos que
pueden llevarnos directamente a nuestros seres queridos
fallecidos. Ya sea que actúen por su cuenta o sean enviados
como mensajeros divinos, presumiblemente pueden ayudarnos
de muchas maneras.
Al igual que Betsy, los experimentadores pueden obtener
algunas habilidades expandidas mientras visitan el mundo espiritual.
dimensión. Si las personas o los objetos aparecen lejos,

podemos ajustar fácilmente nuestra vista para percibirlos
con mayor claridad. Esto se llama “visión telescópica”.
Otro beneficio reportado de este reino es que la mayoría
de la comunicación se logra por telepatía. Incluso las
personas que hablaban idiomas muy diferentes en la
tierra aparentemente pueden entenderse y conversar
entre sí. Y si bien los habitantes pueden caminar de un
lugar a otro, evidentemente existe un método de transporte
más eficiente, especialmente en distancias más largas.
Simplemente tienen que visualizar a la persona o el lugar
que desean visitar, y casi al instante estarán allí.
Ginger es una enfermera de 41 años de Nueva Jersey.

Tuvo esta reunión celestial con un antiguo paciente unos
6 meses después de su muerte:
Corey era un bebé bajo mi cuidado en la unidad de cuidados intensivos
neonatales. Tenía defectos de nacimiento muy graves, que incluían
hendidura de paleta, labio hendido, deformidades faciales y problemas
cardíacos importantes.
Me había vuelto muy cercano a su madre, y desde su nacimiento
sabíamos que moriría. Corey vivió aproximadamente cinco meses y murió
el día de Navidad.
Poco después, comencé un grupo de apoyo para padres que habían
experimentado la muerte de su bebé. Una noche, Corey's
mi madre se quedó y se reunió conmigo uno a uno porque estaba

pasando por un momento muy difícil con su muerte.
Más tarde esa noche, tuve una experiencia extracorpórea y fui a
otro plano, a otra dimensión de la realidad. Este es un plano espiritual
donde se reúnen los niños, grupos de pequeños seres altamente
evolucionados.
Había muchas flores alrededor y muchos colores hermosos. Todo
era muy nítido y claro, más brillante que de costumbre y más vivo que
en nuestra dimensión.
Corey vino a mí de un grupo de pequeños bebés con los que estaba
jugando. Estaba absolutamente hermoso y radiante. Ya no estaba
discapacitado ni malformado: ¡estaba sano y completo, sin ningún
defecto en absoluto! ¡Era un bebé muy hermoso!
Se comunicó conmigo por telepatía y me dijo: “Gracias por cuidar

de mi madre. Realmente la estás ayudando. Quiero que le digas que
estoy bien y que todo está bien. Ahora estoy feliz."
No recuerdo viajar de regreso a mi cuerpo, pero esta experiencia

fue muy, muy clara cuando me desperté.
Compartí mi historia con la madre de Corey y le dio un gran
consuelo y paz. Se sintió especialmente aliviada al saber que su bebé
había sido sanado.
Una enfermera como Ginger, con su merecida

credibilidad, fue la intermediaria perfecta para
transmitir el mensaje de Corey a su madre con
humildad y convicción. Según nuestra
investigación, las enfermeras tienen más
experiencias con ADC que los miembros de
cualquier otra profesión. Esto no es sorprendente
porque desarrollan mucha sensibilidad emocional y espiri
cuidando a sus pacientes, especialmente a los

enfermos terminales.
Los cinco informes restantes de ADC fuera del

cuerpo se parecen mucho a las experiencias cercanas
a la muerte, pero hay una diferencia extremadamente
importante. Todas las personas que tenían estos
OBE ADC gozaban de buena salud y no corrían
ningún tipo de peligro físico o estaban cerca de morir
cuando realizaron su viaje. Mientras lee estos relatos
similares a ECM, observe que los experimentadores
viajaron en su cuerpo espiritual a través de un túnel
hacia una luz brillante y se encontraron con uno o
más familiares y amigos fallecidos. Terminada la
visita, regresaron por el túnel y volvieron a entrar en
su cuerpo físico.
Pauline, de 55 años, es ama de casa discapacitada
en Georgia. Hizo esta emocionante excursión de ida
y vuelta con su esposo, Art, después de que lo
asesinaran:
Tuve un sueño varios meses después de la muerte de mi esposo. Art vino

y tomó mi mano, y pasamos por un túnel. Era como atravesar una espiral, y al
final había una luz blanca.
Art estaba perfectamente sano y vestía como de costumbre.

Me mostró una pequeña casa de dos habitaciones en la que se estaba
quedando. Dijo que iría a una casa intermedia para ayudarlo a superar el problema.
shock de cruzar tan repentinamente cuando lo mataron.

Me mostró lo que estaba haciendo: estaba trabajando con flores.
Nunca he visto flores tan hermosas en mi vida. No puedo comenzar
a describir sus colores. ¡Había rosas del tamaño de platos! Y había
mariposas también. ¡Era todo tan bonito!
Entonces Art me trajo de regreso a través del túnel. Cuando me

desperté, estaba llorando, las lágrimas corrían por mi rostro. ¡Mi
experiencia fue realmente hermosa!
Algunas personas que tenían un OBE ADC lo

llamaron un "sueño" porque no tenían conocimiento
sobre las experiencias fuera del cuerpo. Si bien la
mayoría había escuchado el término, pocos habían
leído relatos sobre ellos.
Según nuestra investigación y otras fuentes, uno de
los propósitos de una “casa intermedia” es ayudar a
las personas que han sufrido una muerte muy repentina
y violenta debido a un accidente, asesinato o guerra.
Estos centros de rehabilitación parecen brindar
orientación, educación y sanación emocional y
espiritual para aquellos que han sido traumatizados
por tal evento. Aparentemente, facilitan la transición
de las personas que necesitan descansar por un
tiempo después de sufrir una enfermedad debilitante
espiritual a largo plazo. Y, según los informes, estas
instalaciones también sirven como centros de acogida
para quienes habían negado la posibilidad.
de la vida después de la muerte y deben pasar por un

período de adaptación a su nuevo e inesperado estado
de existencia.
Ellie es procesadora de datos en Michigan. Obtuvo

una nueva comprensión de la vida 4 meses después de
que su hijo, Don, muriera en un accidente automovilístico
a los 26 años:
Me había ido a la cama y tenía los ojos cerrados, pero sé que no estaba
dormido. Entonces me di cuenta de que me estaba moviendo hacia un
pequeño punto de luz. Estaba en un túnel y la luz se hacía más grande y
brillante, pero no me lastimaba los ojos. ¡Sabía que esto no era una
experiencia cercana a la muerte porque ni siquiera estaba enfermo!
Esta luz intensamente brillante era pacífica y reconfortante, no podía
apartar los ojos de ella. Pareció atraerme hacia él, y pude ver el contorno
de una figura con una túnica suelta con las manos extendidas como si me
estuviera dando la bienvenida. Cuando me acerqué, ¡me di cuenta de que
era mi hijo, Don! Él estaba en esta luz.
Escuché la voz de Don en mi cabeza decir con mucha firmeza:
“¡Detente! Todavía no es tu momento, mamá. ¡Regresa! Estoy bien y tú
tienes mucho que hacer.
No recuerdo haber vuelto por el túnel. La luz simplemente se alejó de
mí y desapareció, y luego estaba completamente despierto.
Nunca antes había pensado en mi propia mortalidad, pero ahora no le

tengo miedo a la muerte. Sé que algún día, cuando termine mi trabajo
aquí, estaré con Don nuevamente.
Esto ciertamente suena como un relato típico de una

experiencia cercana a la muerte, y al igual que muchos
ECM, a Ellie se le dijo enfáticamente: "Aún no es tu

momento". Esto apoya la teoría de que la vida física
en la tierra es una escuela, y no estamos listos para
graduarnos hasta que hayamos completado todos
nuestros cursos. Nuestras principales lecciones
espirituales parecen ser aprender a amarnos y servirnos unos a
Rosalind, ama de casa en Missouri, tuvo una visita

excepcional con su hijo de 19 años,
Charlie, unos 3 años después de morir en un accidente
de moto en 1985:
Era una noche normal y había hecho lo que hago todas las noches: me
duché y me acosté alrededor de las 10:00. No sé cuándo comenzó el
sueño, pero estaba caminando por este túnel muy brillante. Había un olor
dulce y fresco como el de las flores.
El túnel era muy, muy largo, y pensé que nunca llegaría al final.
Cuando lo hice, ¡Charlie estaba parado allí! Estaba vestido con un par
de jeans azules, una camiseta de un grupo de rock que siempre usaba y
tenis. Estaba feliz como cuando estaba vivo, solo riendo y bromeando.
Parecía de la misma edad y en muy buen estado de salud.
¡Entonces vi a mi mamá ya mi papá! Papá murió en 1966 y mamá

murió en 1980; se veían exactamente iguales. ¡Sentí que había muerto y
me había ido al cielo!
Charlie me agarró y dijo: “¡Madre! ¿Qué estás haciendo aquí?" Dije:
“He venido para estar contigo y tus abuelos”. Él dijo: “Aún no es hora de
que vengas aquí”.
Me acerqué a mamá y papá y les dije: “He venido para

estar con ustedes”. Dijeron: “No, tienes dos niños en casa.
Tienes un esposo y una nieta y necesitas estar allí.
Aún no estás listo para venir aquí”.
Seguía diciendo: “Quiero estar contigo”. Mis padres seguían
diciendo: “¡No! No, no puedes. Tienes que volver. Nos
ocupamos de Charlie y está en buenas manos”. No quería
irme, pero de repente estaba volviendo por el túnel y me
desperté. ¡Fue una experiencia maravillosa!
Todavía no era mi momento de estar con ellos, pero algún
día lo haré. Me hizo feliz poder verlos y hablarles de nuevo.
Sé que Charlie está en un buen lugar y que mis padres lo
están cuidando.
Cuando aún no es nuestro tiempo legítimo para estar en el

cielo, parece que el tema no es negociable.
A pesar del deseo de Rosalind de permanecer con sus padres
e hijo fallecidos, como muchas personas que experimentaron
una experiencia cercana a la muerte, se le recordó con fuerza
que debe regresar para cumplir con sus responsabilidades
con su familia en la tierra.
Dottie, una ama de casa de 44 años en

Michigan, se le dio un recorrido glorioso de un reino espiritual:
En un sueño, fui flotando en medio de un túnel largo y

oscuro que parecía no tener fin. Parecía estar hecho de
piedra o ladrillo oscuro.
Había una luz blanca, cálida y muy brillante al final del túnel
con un toque dorado saliendo de ella. algo guardado
empujándome hacia adelante, ¡tenía que ir a esa luz! Sentí una

presencia muy amorosa y supe que esta luz no me haría daño.
Luego me fusioné con la luz como caminar en la niebla.
Me saludó una señora que tenía ambas manos extendidas hacia
mí. Sentí que ella era María, la Santísima Madre. Ella nunca dijo
quién era, pero yo la conocía y la amaba. Me tomó la mano muy
suavemente y pude sentir Su calor y Su amor.
Me sentí aliviado y muy tranquilo estando con Ella. Llevaba una

bata de tela blanca, tan brillante que resplandecía. Yo sabía que
ella se preocupaba por mí y me amaba.
La Santísima Madre fue mi guía hacia un hermoso jardín con un
arroyo claro y puro que lo atravesaba. Toqué el agua, y era real. La
hierba y los árboles eran de un verde brillante y había flores de todo
tipo.
Estaba en un entorno parecido a un parque y podía ver grandes
edificios de cristal a lo lejos. Había una luz brillante en algún lugar,
y todos los colores eran muy vivos.
Vi a mi padre, mi padrastro y mi suegro todos sentados en la
orilla de un río. Me saludaban y decían: “¡Hola, Dottie!”. Estaban
pescando con caña y carrete; todos habían sido pescadores en
vida. Pero nunca se habían conocido cuando estaban vivos aquí en
la tierra.
Era un ambiente muy relajado. Me sentí muy feliz, muy tranquila,
muy tranquila. Una vez allí, no quería irme.
Todo el mundo estaba feliz y no vi a nadie trabajando. Conocí a
una amiga que había muerto hace mucho tiempo y me dijo: “No te
preocupes. Estoy muy feliz ahora”. Y también vi a mi prima joven.
La Santísima Madre dijo: “Es hora de irnos”, y me guió de regreso
a la entrada del túnel. Sentí que Ella se quedó hasta que supo que
yo estaba a través de esa luz. Pero no recuerdo haber regresado
por el túnel.
Siento que me han confiado un conocimiento que la mayoría de
la gente no tiene. Siempre fui una persona muy religiosa, pero siento
mucho más cerca de Dios ahora.
Graciosamente acompañada por la Santísima

Madre, ¡Dottie ciertamente debe haber visitado el
cielo! La luz radiante, el amor que todo lo abarca,
la belleza inefable y la brillante sensación de
vitalidad que estaban presentes allí se informan
con frecuencia en los relatos de experiencias
cercanas a la muerte prolongadas. También es
bastante interesante que tres hombres que habían
sido miembros de la misma familia, pero que nunca
se conocieron en la tierra, se conocieron y formaron
amistades después de su muerte. Quizás algún día
todos descubramos que pertenecemos a una familia
espiritual mucho más grande.
El relato final es de Michelle, que es recepcionista

de un quiropráctico en California. Tenía este ADC
alegre 2 años después de que su hija Angela, de
11 años, muriera en un accidente automovilístico:
Poco después de quedarme dormido una noche, sentí una

sensación de tirón y luego sentí que iba muy rápido por un
túnel. Vi una luz adelante y me asusté.
Una voz vino a mí y me dijo: “No te preocupes. No se
alarme. No serás lastimado. No vas a morir. Si quieres volver,
puedes. Si quieres seguir adelante, puedes hacerlo”.
Decidí seguir adelante y seguí avanzando rápido. Sentí el viento en mis

mejillas y mi cabello revoloteando. Tuve una verdadera sensación de euforia.
Miré a mi alrededor y vi hermosos árboles, un cielo azul, hermosas
flores y pasto verde. Los colores eran tan vibrantes y todo era muy vívido.
Incluso podía escuchar el canto de los pájaros.
Pensé: “Bueno, donde sea que esté, ¡es maravilloso!”.
Caminé y vi algunos niños. Cuatro niñas pequeñas estaban sentadas
sobre una manta, jugando y tomando el té. Me acerqué y le pregunté:
“¿Conoces a mi hija Ángela?”. Nos comunicamos telepáticamente. Una de
las niñas me dijo que estaba en la casa de juegos y me lo señaló.
Me acerqué a la casa de juegos y miré por la ventana. Vi a Angela en

una mesa jugando a las cartas. ¡Yo estaba tan feliz! Mientras golpeaba el
cristal de la ventana, podía oír el sonido y podía sentirlo.
Angela miró hacia arriba y me vio, y luego salió. Nos abrazamos y

comencé a balbucear, diciendo: "Siento mucho lo que te pasó". La idea de
que mi hija muriera en un accidente automovilístico había sido algo difícil
de manejar para mí, así que solo estaba llorando y llorando.
Ángela era realmente cariñosa, tranquila y serena. Ella dijo: “Sabes,

mamá, está bien. Todo está bien. no estoy herido Estoy bien. Tienes que
dejar de preocuparte por mí. Estoy bien y soy feliz aquí”.
Me calmé y realmente la miré. ¡Se veía hermosa! No había cicatrices en

ella. Llevaba un vestido blanco, algo reluciente, con adornos dorados. Y
cuando se movía, su ropa parecía brillar.
Me relajé totalmente y luego sentí que mi energía se desvanecía. Ella

dijo: “Mamá, sé que no puedes quedarte. Pero no será tanto tiempo, y
estaremos juntos. ¡Verás!"
Nos abrazamos y Ángela dijo: “Tienes que volver ahora, mamá”. Fui por
el mismo camino por el que vine, retrocediendo por ese túnel. Cuando
regresé, estaba completamente despierto.
Puedo recordar todo en detalle de esa experiencia. ¡Fue

maravilloso! Aunque lo escribí, no tengo que leerlo, está
impreso en mi mente para siempre.
Me gusta Michelle, innumerables personas que han

tenido experiencias cercanas a la muerte han hecho un
viaje fuera del cuerpo a través de un túnel, han visto una
luz muy brillante y han visitado un reino celestial. Ellos
también se han encontrado con frecuencia con seres
queridos o seres celestiales fallecidos, y su extraordinario
testimonio ha consolado e inspirado a millones de
personas que han respondido al sonido de la verdad
espiritual en sus relatos de ECM.
Como ha leído en este capítulo, nuestra investigación
reveló que no es necesario que alguien esté cerca de la
muerte para tener una experiencia extracorpórea que
implique viajar a través de un túnel y encontrarse con
parientes y amigos fallecidos en la luz. Las últimas cinco
cuentas OBE ADC demuestran que cualquiera puede
tener una "experiencia de túnel" mientras goza de muy
buena salud.
Todavía hay otro tipo de experiencia similar a la ECM
que no incluye el contacto con nadie. Una mujer que
entrevistamos gozaba de buena salud y estaba
completamente despierta mientras estaba parada en el
fregadero de la cocina. Ella espontáneamente dejó su
cuerpo, viajó a través de un túnel y
encontró una luz muy brillante que transformó su vida. Nuestros

archivos contienen varias experiencias similares que ocurrieron
cuando los participantes estaban en estado alfa o dormidos.
Durante nuestra investigación de ADC, aprendimos que existe

un amplio espectro de "experiencias de túnel" que las personas
pueden tener mientras gozan de buena salud. Por lo general,
implican ver una luz brillante y también pueden incluir encontrarse
con seres queridos fallecidos o figuras religiosas y recorrer un
plano espiritual.
Los estudios futuros de estas experiencias similares a las ECM
podrían proporcionar evidencia adicional de la vida después de
la muerte.
¿Alguna vez ha tenido un timbre de teléfono y, cuando lo

descolgó, escuchó la voz de un ser querido fallecido que le
hablaba? Esto puede ocurrir mientras alguien está dormido o
despierto, y los ADC telefónicos se analizarán en detalle en el
próximo capítulo.
CAPÍTULO 12
Persona a persona:
ADC telefónicos
Vives en la tierra solo por unos pocos años, lo que llamas una
encarnación, y luego dejas tu cuerpo como un vestido gastado y vas
en busca de refrigerio a tu verdadero hogar en el espíritu.
-Águila Blanca
Imagina que escuchas el timbre de un teléfono.

Cuando contestas, escuchas la voz de un ser
querido fallecido y recibes un breve mensaje. O
puede tener una conversación bidireccional. A estas
experiencias las llamamos ADC telefónicos o
llamadas telefónicas ADC, que pueden tener lugar
mientras está profundamente dormido o despierto.
Son los menos comunes de los doce tipos principales
de comunicación después de la muerte.
Recibir una llamada telefónica y tener una
conversación con un familiar o amigo fallecido
mientras duerme es como cualquier otro ADC en

estado de sueño. La única diferencia es que se
hablan por teléfono en lugar de encontrarse cara a
cara.
Un ADC de teléfono despierto tiene algunas
características interesantes. Su teléfono realmente
suena. Cuando lo levanta y dice "Hola", escuchaun a
ser querido fallecido en la línea. Su voz puede sonar
fuerte y clara, o puede parecer que viene de muy
lejos. Una vez que se complete la llamada, no
escuchará que se cuelgue el receptor en el otro
extremo. De hecho, no habrá ningún tipo de sonido
de desconexión o incluso un tono de marcación. En
su lugar, el teléfono estará en silencio como si se
hubiera cortado la línea.
•••
Los primeros cuatro relatos son ejemplos de ADC

telefónicos que ocurrieron mientras los
experimentadores dormían. Como no tenían otro
lenguaje para describir estos eventos inusuales,
generalmente decían que su experiencia tuvo lugar
en un “sueño”.
Alice es gerente de cuentas por pagar en
Massachusetts. Ella recibió esta llamada telefónica de ADC
después de que su hijo de 16 años, Trey, muriera ahogado:
Trey era el niño al que siempre le daban puntos y lo que fuera. Cuando
se ahogó, no fui a verlo a la sala de emergencias. Entrar allí y no poder
arreglarlo, simplemente no podía hacer eso. Me sentí tan mal después y
seguí diciendo: "Ni siquiera pude ir a despedirme de mi propio hijo".
Poco después de su muerte, el teléfono sonaba en mi sueño. Lo cogí

y era la voz de Trey. Simplemente dijo: "Ma", muy rápido como si algo
hubiera sucedido. Así es como siempre hablaba.
Dije: “Trey, ¿eres tú? ¿Dónde estás?" Él dijo: "Solo llamé para decirte
que estoy bien y que te amo". Hablaba más despacio y con más
tranquilidad que de costumbre, pero definitivamente era su voz. Estaba
tranquilo como si no quisiera preocuparme. Todo parecía muy real.
Entonces el teléfono se cortó.
Trey tuvo que decirme que estaba bien porque sabía lo preocupada
que estaba por él. Este sueño también me convenció de que estaba bien
que no me hubiera despedido.
Casi todas las personas se arrepienten después de no

haber tenido la oportunidad de despedirse de un ser
querido que se estaba muriendo. Al igual que Alice, otros
también pueden tener sentimientos de culpa si tuvieron la
oportunidad de estar presentes pero no fueron
emocionalmente capaces de hacerlo.
Nuestros seres queridos fallecidos parecen comprender
y aceptar fácilmente nuestras limitaciones humanas.
Evidentemente, quieren que nos liberemos de la
autoinculpación y la culpa innecesarias para que podamos ser
libres para avanzar en nuestras vidas. Esto

nuevamente afirma el mensaje sanador de amor
contenido en tantas experiencias de ADC.
Carole, una hipnoterapeuta de 43 años de
Michigan, tuvo esta conversación telefónica unas
12 semanas después de la muerte de su madre:
Mi madre murió en una explosión de gas. Fue muy repentino, y no había

ningún cuerpo físico para ser visto. Así que estaba pasando por un momento
difícil acerca de cómo murió. Me encontraría pensando que su muerte no fue
real. Simplemente no estaba aceptando el hecho de que ella se había ido,
estaba totalmente en negación.
Mientras dormía, sonó un teléfono en mi sueño. Contesté el teléfono y
escuché a mi madre decir: “Carole, esta es mamá”. Una energía me atravesó
cuando dijo eso.
¡Y supe que era ella!
Empecé a llorar desconsoladamente, diciendo: “¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá!"
No recuerdo claramente nuestra conversación, pero creo que ella dijo:
“Carole, estoy del otro lado. Ya no estoy en el plano terrestre. No voy a
volver.
Cuando me desperté, mi almohada estaba empapada, mi cara estaba
mojada y mi camisón estaba mojado. Me sentía emocionalmente agotado,
pero finalmente estaba en paz.
Esta llamada telefónica me empujó sobre la joroba. Finalmente salí de la
negación y pude continuar con mi duelo por mi madre.
Cuando un ser querido muere repentinamente y

no es posible ver el cuerpo, a menudo tenemos
dificultades para aceptar la realidad de la muerte y
podemos quedar en un limbo emocional. Esto se
aplica particularmente cuando alguien se pierde en el mar,
muere en un accidente masivo como el accidente de

un avión, o muere durante una guerra.
Tener una experiencia ADC después de tal muerte
es especialmente valioso, ya que a menudo hace que
los experimentadores superen la etapa de negación
del duelo y les permite progresar hacia la aceptación
total. Esto también es cierto para aquellos que se
encuentran en la etapa de ira de su duelo durante un
tiempo prolongado, lo que a menudo sucede cuando
su ser querido ha sido asesinado, se suicidó o fue
asesinado por un conductor ebrio.
Sheila, de 46 años, es enfermera en Iowa. Se
benefició de un mensaje de apoyo 7 meses después
de que su padre muriera de enfisema:
Mi esposo y yo teníamos muchos problemas y yo estaba muy
angustiada. Había pasado por mucho abuso mental y quería salir
del matrimonio. Pero todavía no podía hacerlo, había pospuesto
esta decisión durante unos tres o cuatro años.
Cuando murió mi padre, sentí que el único hombre importante en
mi vida se había ido. Mi esposo ni siquiera me dio un abrazo para
decir que lamentaba la muerte de mi papá. No había apoyo
emocional, y yo estaba en un estado muy deprimido.
En un sueño, poco antes de despertarme por la mañana, recibí
una llamada telefónica. Cuando sostuve el teléfono en mi oído, mi
papá estaba en la línea, ¡definitivamente era su voz! Me dijo: “¡No
te preocupes! Estaré contigo todo el tiempo que me necesites.
Decidas lo que decidas, estoy aquí para ti”.
Necesitaba saber que mi padre me amaba y que me apoyaría
sin importar qué. Esta fue una afirmación que yo
no recibió de él cuando estaba vivo.

A la mañana siguiente, sentí la paz más maravillosa, más paz de
la que había sentido en años y años. La confusión ya no estaba allí.
Fue un punto de inflexión, y de repente supe que podía hacer lo que
tenía que hacer.
Unos cinco meses después, finalmente puse las cosas en marcha
y solicité el divorcio. No creo que hubiera podido hacerlo entonces si
no hubiera sido por esa llamada telefónica de mi papá.
Note que el padre de Sheila no le dio ningún consejo

específico, pero le aseguró su continuo apoyo sin importar
lo que ella decidiera hacer.
Este es verdaderamente un ejemplo de amor incondicional.
Si tan solo más de nosotros pudiéramos expresar tal "amor
sin ataduras" o "amor sin ganchos", como
Elisabeth Kübler-Ross lo llama, el mundo sería un lugar

mucho más feliz y emocionalmente más sano.
Terry es un agente de viajes en Florida. Tuvo una serie

de ADC telefónicos con su madre, quien murió de cáncer
a los 76 años:
Mamá había comprado dos pares de zapatos nuevos, pero no los

había podido usar cuando se puso muy enferma. Era una persona
muy ahorrativa, muy frugal, y antes de morir, me pidió que los
aceptara y sacara el dinero para mí. Pero yo no lo había hecho.
En un período de seis semanas después de su muerte, recibí tres

llamadas telefónicas mientras dormía. Cada vez, sonaba un teléfono
mientras dormía, y cuando respondía, ¡era mamá!
La primera vez que me habló, le pregunté cómo estaba.

Ella dijo que todo estaba bien, y yo le dije que la extrañaba.
Ella preguntó: "¿Ya te devolviste los zapatos?" Eso parecía preocuparla.
Dije que no y comencé a llorar. Luego, la llamada terminó cuando ella dijo:
“Tengo que irme ahora. Adiós."
Aproximadamente una semana después, la segunda llamada fue básicamente la misma.

De nuevo me preguntó si había devuelto los zapatos. Y yo dije: “No, todavía
no. Pero voy a hacerlo.
La tercera vez que llamó y volvió a preguntar por los zapatos, comencé
a llorar. Luego dijo: "Terry, si no dejas de llorar, no te llamaré más". Y nunca
más recibí una llamada telefónica de ella.
Un par de semanas después de la tercera llamada telefónica, finalmente

recuperé los zapatos y obtuve un reembolso. Sabía que ella quería que lo
hiciera, y así lo hice.
Aparentemente, algunas personas tienen la necesidad

de “atar los cabos sueltos” después de morir. En otras
cuentas de ADC en nuestros archivos, los seres queridos
fallecidos han pedido a sus familiares que devuelvan libros
de la biblioteca, trabajos de investigación científica o sumas
de dinero que les habían prestado.
Muchos experimentadores informaron que un ser querido
fallecido les había dicho la ubicación exacta donde se había
escondido dinero, valores, documentos comerciales
importantes y artículos de valor similares. Cuentas como
estas se tratarán en un capítulo posterior.
A Beverly, una camarera de 45 años de Luisiana, se le

pidió que cumpliera con un pedido después de que la madre
de su novio, Jane, muriera de un infarto masivo. Pero Beverly
no sabe si estaba despierta o dormida en el momento en
que tuvo este ADC:
Esto fue aproximadamente un mes después de su muerte. Mi novio

Roy y yo vivíamos juntos. No teníamos teléfono en el dormitorio, solo en
la sala de estar.
Estaba dormido cuando sonó el teléfono y me despertó. Me levanté, fui
a la sala y atendí. ¡La madre de Roy, Jane, estaba al teléfono! Ella
preguntó: "¿Podrías cuidar a mi hijo por mí?" Fue un pedido tierno, y
cuando me pidió este compromiso, le dije que lo haría.
Entonces me desperté en la cama. Pero no estaba seguro de si

realmente me había levantado de la cama y contestado el teléfono en la
sala de estar o si todo había sido un sueño.
Conocí muy bien a la madre de Roy. Éramos íntimos confidentes y
amigos antes de que ella muriera. Roy era un hombre dependiente en
muchos sentidos y Jane me pedía que fuera el apoyo emocional de su
hijo en su ausencia.
Me quedé con Roy durante tres años más y luego dejé esa relación.
Había algo de culpa involucrada para mí porque no había cumplido la
promesa que le hice a Jane. Aunque me había comprometido con ella,
tenía un compromiso primordial conmigo mismo.
Después de su muerte, parece que la mayoría de las

personas están muy preocupadas por el bienestar de sus
seres queridos sobrevivientes. Ocasionalmente, como lo hizo Jane,
pueden regresar para pedirle a alguien que cuide a un

familiar en particular en su nombre.
Todos los relatos restantes en este capítulo son ejemplos

de ADC telefónicos que ocurrieron mientras los
experimentadores estaban despiertos.
Ramona, ama de casa en California, quedó asombrada
por una llamada de su esposo, Stanley, quien tenía 43 años
cuando murió de un aneurisma:
Esto fue pocas semanas después de la muerte de Stanley.

Era de mañana y estaba limpiando después del desayuno.
Sonó el teléfono y lo cogí. Mi esposo dijo: “¡Hola, cariño!” Era
Stanley, ¡la voz era suya!
Sonaba tan claro como podía ser, como si me hubiera
llamado del trabajo. Eso fue todo lo que dijo y el teléfono se
cortó, no hubo desconexión.
Por un minuto, pensé que me estaba volviendo loco. Pero sé
que sonó el teléfono. ¡Lo tenía en la mano y sé que escuché la
voz de mi esposo!
Si suena un teléfono mientras realiza una actividad

rutinaria y al levantarlo escucha hablar a un ser querido
fallecido, es posible que se lleve una gran sorpresa o
incluso una gran conmoción. Es probable que puedas
cuestionar tu cordura, tal como lo hizo Ramona.
Sin embargo, ¿qué podría ser más tangible que sostener el
auricular en la mano después de que termine la llamada?
Monica es dueña de una librería de 52 años en

Missouri. Ella escuchó de su padre de una manera
inusual 3 meses después de que muriera de un
ataque al corazón:
Mi padre murió en junio, y esto fue en septiembre. Un día

estaba en casa y llamé a una empresa por algo muy rutinario. El
operador se puso en la línea y me dijo que esperara, y luego
comenzó la música del ascensor.
De repente, la música se cortó y escuché a mi padre decir:
“¡Hola, Dolly!”. Así es como siempre me llamó. Luego dijo:
“¡Sabes quién es!”. ¡Conocía su voz, pero no dije nada porque
estaba tan atónita!
Pasaron unos segundos y luego dijo: “Este es tu papá”. Su
voz era muy suave y sonaba exactamente igual que siempre.
Era como una conexión de larga distancia, pero no había estática
y la línea estaba perfectamente clara.
Luego, el operador volvió a la línea para decirme que la
persona a la que estaba llamando no estaba allí y colgué.
Naturalmente, intenté llamar a ese número de nuevo para ver si
pasaba algo, pero no fue así.
Esta experiencia única fue tan real que no puedo cuestionarla.
Destrozó mi escepticismo sobre tales comunicaciones.
Quizás mi padre eligió este método para que yo no pudiera
dudar de su realidad.
Como ilustran estos dos primeros ADC telefónicos

despiertos, a veces el mensaje de nuestro ser querido
fallecido es simplemente un gran "¡Hola!" que afirma
que él o ella todavía está vivo y bien y se preocupa
por nosotros. Esta parece ser la intención principal
de casi todos los ADC, aunque la mayoría contienen

opiniones adicionales o tienen un propósito más
específico.
Debido a que la comunicación telefónica es una
actividad tan rutinaria, ya no cuestionamos escuchar
la voz de alguien sin ver también a la persona que
nos habla. Mucha gente sostiene que escuchar la
voz de un ser querido fallecido en un teléfono es
mucho más concreto que recibir un mensaje por
telepatía. La característica adicional de un teléfono
físico a menudo brinda un mayor grado de certeza
sobre la realidad de su experiencia. Quizás es por
eso que nuestros familiares y amigos fallecidos
pueden optar por contactarnos de esta manera.
Ellyn, gerente de recursos humanos en Nevada,

tenía este teléfono ADC después de que su hija de
12 años, Ashley, muriera de leucemia:
Esto fue más de tres años después de la muerte de Ashley. Estaba
pasando por un problema de salud realmente malo. Me habían
diagnosticado una enfermedad pulmonar y tenía miedo de morir también.
Esa noche, estaba haciendo espaguetis en la estufa y sonó el
teléfono. Lo recogí y escuché una vocecita decir: “¡Mami!” Pensé:
“¿Qué? ¿Quién está jugando esta terrible broma? Así que pregunté:
"Por favor, ¿quién es?"
Ella dijo: “Esta es Ashley. ¿Qué estás haciendo, mami?” Dije:

“¿Ashley? Estoy cocinando." Y ella dijo: “Estás haciendo mi
comida favorita. ¡Estás haciendo espaguetis!
Era la voz de Ashley, sonaba fuerte y saludable, y nadie podía
imitarla. En ese momento pensé que estaba loco, pero nadie
sabía lo que estaba cocinando para la cena porque era algo
improvisado hacer espaguetis.
Luego le pregunté: "Ashley, ¿estás bien?". Y ella dijo: “Mami,
estoy bien. Solo llamé para decirte que tú también estarás bien”.
Entonces el teléfono se cortó. No había tono de marcado.
Ningun ruido. Nada. Me senté allí con el teléfono en la mano
durante mucho tiempo.
Me operaron del pulmón seis meses después. Hace un mes
fui al médico. Mi hemograma fue normal por primera vez en tres
años, y el próximo mes comenzará a quitarme la medicación.
Ashley tenía razón: ¡me dijo que iba a estar bien!
¡Con razón Ellyn estaba atónita! No solo escuchó

la voz de Ashley en el teléfono tres años después de
su muerte, sino que no pudo comenzar a encontrar
una explicación racional de cómo alguien podría
saber que estaba cocinando espaguetis en ese
mismo momento.
Sylvia es una higienista dental jubilada en Indiana.

Recibió dos mensajes de su hijo Joe, de 36 años,
después de que lo asesinaran:
Fue cuatro o cinco semanas después de la muerte de Joe. En algún momento
de la noche, cuando estaba profundamente dormido, escuché sonar el teléfono. yo
Cogí el auricular, que está en la mesilla de noche junto a mi cama, y me

encontré sentado.
¿Dije hola?" Y llegó la respuesta: “Hola, mamá. Esta soy yo." Así es
como Joe siempre comenzaba sus conversaciones cuando nos llamaba.
Él dijo: “Por favor, deja de llorar por mí.
Por favor deja de llorar. Quiero que sepas que soy feliz y estoy en paz”.
Antes de que pudiera decir algo, se había ido, al igual que el teléfono
se cortó. Era como una conversación telefónica regular, pero no lo
escuché colgar el auricular. Estaba completamente despierto en ese
momento, y sé que escuché la voz de Joe. Pero por un tiempo no podía
creerlo.
Finalmente, desperté a mi esposo y le dije y él dijo: "Debes haber
estado soñando". No quería contárselo a nadie más porque pensé que se
reirían de mí y dirían: "¡Oh, eso no pudo haber sucedido!".
Aproximadamente tres semanas después de la primera llamada, ¡sucedió nuevamente!

Durante la noche sonó el teléfono. Lo recogí y me senté en la cama.
Esta vez Joe ni siquiera se identificó, pero dijo: “Mamá, no me vas a

dejar ir. Todavía estás llorando y afligido.
Por favor deje de. No puedo estar en paz”. Podía escucharlo tan claro
como podía ser. Abrí la boca para decir algo, pero mi hijo se había ido y
eso fue todo.
He querido saber de Joe de nuevo. Esperé algo y, sin embargo, no ha
habido ninguna comunicación en todo este tiempo, que son más de diez
años. Pero sé que no puedes desearlo y hacer que suceda.
Suponga que usted es el que ha muerto. ¿Qué

le gustaría que supieran sus seres queridos
sobrevivientes? ¿Cómo te sentirías si fueran muy
infelices y estuvieran profundamente afligidos por ti? Qué
dirías si pudieras comunicarte con ellos?
Una vez que nos demos cuenta de que hemos

sobrevivido al cambio llamado muerte, sabremos
que la vida es continua y que la separación de
nuestros seres queridos es solo temporal. Tendremos
una visión general de la vida y la muerte que los
que aún están en la tierra solo pueden imaginar.
Desde este punto de vista superior, podríamos
vernos obligados a decirles: “No se aflijan por mí.
Por favor, déjenme seguir
seguro
condemi que
nueva
todos
vida,
nos”
reuniremos en el futuro.
Penny es ex oficial de préstamos de un banco en

Florida. Cuando tenía solo 16 años, su madre de 35
años murió en la sala de recuperación luego de una
operación de emergencia. Como resultado, Penny
y sus dos hermanas nunca tuvieron la oportunidad
de despedirse:
Unos meses más tarde, estaba en la cama una noche, no estaba
realmente dormido, solo estaba acostado pensando. Escuché el
teléfono sonar dos o tres veces alrededor de las 11:30. Salté de la
cama y contesté. ¡En el otro extremo estaba mi madre!
Ella dijo: “¿Cómo les va, chicas? Siento no haber tenido la
oportunidad de despedirme. Chicas portaos bien y cuidaos las unas
a las otras. Te amo y estaré cuidando de ti”.
Era como si estuviera feliz y quisiera que siguiéramos con

nuestras vidas. Estaba tan feliz de saber de ella. Sin embargo,
seguí pensando: “Esto no puede estar pasando. Sé que mi madre
está muerta.
En ese momento, mi padre rodeó la puerta y preguntó: "¿Con
quién estabas hablando?" Le dije: "Sé que no vas a creer esto,
papá, pero estaba hablando con mamá".
Luego dijo: “Penny, sabes que mamá falleció. Debes estar
molesto o debes haber estado soñando. Dije: “No, papá, ¡estoy bien
despierto!”.
Se acercó y me quitó el teléfono. En el otro extremo hubo un
silencio sepulcral como si alguien estuviera escuchando. Nos
miramos y dije: “No entiendo cómo sucedió esto, pero sé por qué
sucedió. Mamá quería decir adiós”.
Más tarde mi padre y yo nos sentamos y discutimos todo. Dijo

que sabía que estaba molesto por la muerte de mi madre. Sintió
que era difícil para mí aceptar su muerte y pensó que tal vez
necesitaba ayuda profesional.
Así que hablé con el pastor de nuestra iglesia y le conté mi
experiencia. Después de esta conversación, le dijo a papá que creía
que esto realmente me había pasado porque yo era muy sincero,
mental y emocionalmente. Después de eso, papá dejó el tema.
Nadie me convencerá nunca de que no era mi madre la que
estaba hablando por teléfono esa noche. Siempre supe que tenía
que escuchar mi corazón y mi propia conciencia y decir: “Sí, esto
realmente me pasó a mí”.
Penny tuvo la suerte de que el pastor de su

iglesia estaba dispuesto a escucharla con mente
abierta y aceptar su ADC telefónico. Pero, lo
que es más importante, confiaba en sí misma y
nunca dudó de que la conversación que tuvo con su
madre era real. Una de las lecciones más

enriquecedoras que podemos aprender en la vida es
confiar en la validez de nuestras experiencias intuitivas
y, cuando corresponda, actuar en consecuencia.
El relato final de este capítulo es de Hilda, quien fue

contactada por su padre de 82 años unas 2 semanas
después de que muriera de cáncer.
Coincidentemente, actualmente está empleada en
Florida como operadora telefónica:
No tuvimos servicio telefónico durante dos días porque estaban
ampliando una calle de dos carriles a una carretera de cuatro carriles
detrás de nuestra casa. Teníamos un equipo de telefonistas en nuestro
patio trasero, y todos los cables estaban desconectados y tirados en el
suelo.
Mi hija Greta, de diecisiete años, y yo estábamos en casa viendo la
televisión cuando sonó el teléfono. Tengo tres extensiones telefónicas en
mi casa y Greta contestó el teléfono de la cocina, el único que sonó.
Ella seguía diciendo: “¿Hola? ¿Hola?" Pero todo lo que podía escuchar
era un sonido como el del océano, como cuando te acercas una gran
concha marina a la oreja. Así que mi hija colgó.
Aproximadamente diez minutos después, el teléfono volvió a sonar,
solo ese teléfono. Greta lo levantó y dijo: "¿Hola?" y escuché el mismo
ruido.
Diez minutos después, el teléfono de la cocina sonó por tercera vez, y
esta vez lo descolgué. Al principio escuché el mismo sonido, como las
olas del mar, pero luego pude escuchar una voz que se acercaba más y
más.
Escuché a mi padre decir: “Hilda, Hilda, te amo”. Él sólo

habló polaco, y me dijo cuánto me amaba.
Seguí llamando, “¡Papá! ¡Papá! ¡Papá! ¡Yo también te amo!" Pero tan
pronto como habló, su voz comenzó a desvanecerse y desapareció. Solo
quedó el sonido del océano, y luego la línea se cortó.
Miré a Greta y ella me preguntó: “Madre, ¿qué pasa?

¡Te ves tan blanco como una sábana!” Dije: “¡Acabo de escuchar al abuelo
hablándome!”.
Salí corriendo y hablé con el ingeniero a cargo del equipo telefónico y
le pregunté: "¿Vamos a tener servicio telefónico nuevamente?" Él dijo:
“No, señora. Los cables siguen tendidos aquí y no tendrás ningún servicio
hasta mañana.
Le dije: "¿Estás seguro? Acabo de recibir una llamada telefónica. ¿Es
posible que hayan hecho algo desde la oficina principal?” Él dijo: “No,
señora. No hay posibilidad de eso en absoluto”. Me miró un poco extraño,
y sentí que era mejor volver a la casa antes de que pensara que estaba
loca.
Mi hija estaba ahí conmigo cuando el teléfono sonó tres veces. Así que
tengo un testigo de que recibí una llamada telefónica de mi padre, cuando
no había ningún tipo de servicio telefónico. No sé qué pensar de todo
esto, pero sé que no fue algo imaginario.
¿Qué podría hacer que un teléfono sonara tres

veces cuando todos los cables estaban caídos y
supuestamente los teléfonos estaban fuera de
servicio? Esta no es la única cuenta de una llamada
telefónica de ADC que es desconcertante. Una mujer
en Michigan informó que escuchó claramente la voz
de su madre fallecida en un teléfono que había
desconectado mientras su hijo pequeño jugaba con él.
Estos han sido algunos de los casi cincuenta ADC

telefónicos que recopilamos durante nuestra
investigación. Dado que los teléfonos son dispositivos
eléctricos simples, algunos de nuestros seres
queridos fallecidos aparentemente pueden manipular
la energía eléctrica para lograr este tipo de
comunicación. Otras personas describieron haber
recibido mensajes de ADC en sus contestadores
telefónicos, buscapersonas, grabadoras, radios, televisores o
Sin embargo, esas cuentas no calificaron para ser
incluidas en este libro porque no teníamos suficientes
en nuestros archivos.
¿Alguna vez ha notado algún evento físico inusual

que ocurrió después de la muerte de un ser querido?
El próximo capítulo explora diferentes formas de
ADC que involucran fenómenos físicos que los
experimentadores creen que fueron mensajes de
sus familiares y amigos fallecidos.
CAPÍTULO 13
Asuntos materiales:
ADC de fenómenos físicos
La muerte no es el final, es simplemente salir de la forma física

y entrar en el reino espiritual, que es nuestro verdadero hogar.
Es volver a casa.
—Esteban Cristóbal
Muchas personas que fueron entrevistadas

informaron haber experimentado un evento físico
inusual luego de la muerte de un pariente o
amigo. Consideran estos eventos como mensajes
de sus seres queridos fallecidos. Los llamamos
ADC de fenómenos físicos, que son un tipo
bastante común de comunicación después de la muerte.
Los ejemplos de fenómenos físicos incluyen
luces que se encienden y apagan; encendido de
radios, estéreos, televisores y otros dispositivos
eléctricos; objetos mecánicos que se activan;
imágenes y otros artículos que se mueven; y una larga

lista de sucesos similares.
Al principio éramos muy escépticos acerca de estas
cuentas. Parecía que cada vez que una puerta se abría
o se cerraba sola o la persiana de una ventana se subía
sin tocarla, alguien decía invariablemente: “La abuela
murió hace un par de meses. Esta debe ser su forma de
hacernos saber que todavía está aquí”.
Sin embargo, la calidad de los informes que seguíamos

recibiendo hacía imposible descartarlos a todos como
meras coincidencias o productos de una imaginación
hiperactiva. Eventualmente nos convencimos de que
algunos fenómenos físicos son auténticos contactos
posteriores a la muerte.
Todos los ADC de fenómenos físicos informados en
este capítulo ocurrieron mientras los experimentadores
estaban completamente despiertos. Las primeras siete
cuentas involucran el encendido y apagado de luces y
otros dispositivos eléctricos.
Gloria, de 45 años, es directora de un hospicio en
Maine. Tuvo esta visita completamente inesperada la
misma noche que su paciente, Duane, murió por
complicaciones relacionadas con el SIDA:
Apagué la luz para meterme en la cama y empecé a sentir
que alguien estaba allí. ¡Supe al instante que era Duane! Eso
fue una experiencia total de reconocimiento.

En ese momento de conmoción, tomé aire. Justo cuando hice eso, la luz
se encendió, luego se apagó, luego se encendió y se apagó de nuevo. No
fue solo un parpadeo, fue como si alguien hubiera accionado el interruptor.
Entonces capté una sensación de euforia de Duane y el mensaje de que
estaba bien.
¡Ocurrió! Lo que experimenté fue tan real para mí como ir
salir y entrar en mi coche.
Gloria no solo experimentó que su luz se encendía

y apagaba dos veces, sino que también sintió la
presencia de Duane y su estado de ánimo. Las luces
y otros dispositivos eléctricos pueden dejar de
funcionar en cualquier momento debido a un corte de
energía, un disyuntor defectuoso o un fusible
quemado. Pero no hay motivo para que se enciendan
solos cuando el interruptor está en la posición de "apagado".
Dorothy es una secretaria médica de 37 años en

Virginia. Tuvo una serie de ADC juguetones poco
después de que su padre muriera de cáncer:
Una noche, estaba acostado en la cama y leyendo un libro. Le dije:
"Bueno, papá, si realmente hay una vida después de la muerte, házmelo
saber". ¡Y la luz de mi habitación se apagó!
Pensé: "Está bien, pedí esto". Así que dije: "Está bien, papá, si todavía
estás allí, avísame", y la luz volvió.
en.
Unas noches más tarde, estaba acostado allí pensando de nuevo en
papá. ¡Y la luz se apagó de nuevo! Lo hizo dos o tres noches diferentes
cuando pensaba en él. La luz
se apagaría si estuviera encendido, o se encendería si estuviera apagado.

¡Entonces supe que papá estaba realmente allí!
Dorothy y su padre presumiblemente lograron una

comunicación bidireccional continua cuando él
respondió a sus pensamientos encendiendo y
apagando la luz de su dormitorio varias veces.
Algunas personas nos hablaron de los ADC que
involucran sus lámparas táctiles. Establecieron
mentalmente un código con un ser querido fallecido
que respondió a sus preguntas haciendo parpadear
la lámpara táctil una vez para responder "sí" yveces
dos para indica
viceversa
Carole, de 43 años, es hipnoterapeuta en el Medio

Oeste. Tuvo esta oportuna respuesta de su padre 13
años después de que él muriera de cáncer. Un ADC
telefónico con su madre se describe en el Capítulo
12:
Mi hermano, Kenny, vivía solo en Las Vegas. Estaba gravemente
enfermo y no esperaban que sobreviviera más allá de esa noche. Sin
saber si iba a estar vivo cuando llegara allí, estaba debatiéndome si debía
ir o no. Tuve que tomar una decisión inmediata.
Mientras estaba sentada en una silla y llorando, le pedí a Dios: “Por

favor, ayúdame con esta decisión. ¿Debo quedarme o irme? De repente,
pude ver a mi difunto padre. Solo apareció brevemente, y tan rápido como
apareció, se fue.
Luego, la lámpara de la mesa se encendió y apagó tres veces.

Y escuché a mi padre decir, por telepatía mental: “Tienes que ir y
enviar a tu hermano a la luz. Tiene mucho miedo de morir”.
Dije: “¡Supongo que eso responde a eso! ¡Voy!" Inmediatamente

me puse en marcha, tiré mis cosas en una bolsa y salí por la puerta
en dirección al aeropuerto.
Dado que el padre de Carole quería que ella

ayudara a su hermano moribundo a ir “hacia la luz”,
evidentemente hizo que la lámpara de mesa se
encendiera y apagara tres veces para acentuar su
pedido. Carole confiaba completamente en su guía y
estaba junto a la cama de su hermano cuando murió.
Rebecca, una consejera de salud mental de 48

años en Alberta, tuvo este contacto 6 meses después
de que su abuela muriera de insuficiencia cardíaca:
Era bastante tarde y mi esposo y yo habíamos hecho nuestra rutina
habitual. Habíamos revisado a los niños, cerrado las puertas delantera
y trasera y apagado todas las luces. Luego nos acostamos.
Algo me despertó de un sueño muy profundo y sin sueños. ¡Me
senté y me di cuenta de que Granny estaba sentada a los pies de mi
cama! Sentí su presencia con más fuerza de lo que realmente podía
verla. Pero pude ver que ella me estaba sonriendo.
Desperté a mi esposo y le dije: “¡La abuela está aquí! ¡Mira, está
sentada a mis pies! No podía ver nada y dijo que estaba loco.
Entonces escuchamos algo desde la sala de estar. Nos miramos,

nos levantamos y nos dirigimos en esa dirección. El estéreo y
¡Todas las luces de la habitación estaban encendidas! El comedor también estaba

iluminado. Incluso la luz de la cocina estaba encendida y la luz del horno.
¡Estábamos realmente flipando!
Cuando pasamos por la puerta trasera, estaba abierta y la luz exterior estaba
encendida. Entonces decidimos bajar a la sala de estar en el sótano. ¡Ahí iba la
televisión, y todas las luces también ardían!
Mi esposo dio la vuelta por el exterior de la casa y también encontró la luz de

la puerta principal encendida. No había nada que pudiera estar encendido que no
estuviera encendido. Todo estaba pasando, ¡todo!
A partir de ese momento, sentí una sensación de paz con Granny.

En el fondo de mi corazón sabía que ella había regresado para despedirse de
nosotros. Sé que ella nunca está lejos, simplemente está en otro reino.
¡No había nada sutil en esta exhibición extravagante

de fenómenos físicos!
Aparentemente, cuando Granny se dio cuenta de que
el esposo de Rebecca era un ferviente incrédulo, al
instante realizó una espectacular demostración
eléctrica que ni siquiera él podría negar.
Katherine es una enfermera de 47 años de Nueva

Jersey. Tenía motivos para regocijarse mucho después
de que su esposo, Steve, muriera de un infarto masivo
a bordo de su velero:
Unos cinco años después de la muerte de mi esposo, todavía lo extrañaba

mucho. Me acosté en mi habitación con una pequeña luz encendida y estaba
tocando música suave.
Le dije: “Steve, realmente me gustaría saber si estás bien.

Pero no me asustes ni hagas ninguna locura. Solo necesito saber que
estás bien donde sea que estés”.
Había una radio meteorológica que una vez tuvo en su velero.
Había estado en mi dormitorio durante casi un año. Tienes que presionar
un botón para que se reproduzca.
¡De repente, se encendió solo! Tocó y tocó hasta que lo apagué. Y
luego supe que Steve me estaba diciendo que estaba bien.
Algunas personas quieren tener un ADC pero

tienen miedo de ver o escuchar a un ser querido
fallecido mientras están despiertos. Por lo tanto, a
menudo pedirán una forma indirecta de contacto,
como hizo Katherine, y con frecuencia son
recompensados de una manera no amenazante.
Alexis es analista de sistemas en Washington. Su

esposo y ella experimentaron estos fenómenos físicos
aproximadamente 3 semanas después de que su
hija, Jeanne, muriera de cáncer a los 31 años:
Eran como las 11:30 de la noche y mi esposo Rick y yo estábamos en
la cama. Él dormía y yo hojeaba una revista. De repente, la lámpara
halógena al lado de la cama parpadeó. Luego, por segunda vez, casi se
apaga y vuelve a encenderse. Las lámparas halógenas nunca parpadean,
¡nunca!
Dejé de leer y escuché música. La música incluso despertó a Rick y
dijo: "¿Hay un automóvil afuera con la radio encendida o algo así?" Sonreí,
pensando: "No, eso es
no es eso.” Me levanté de la cama y bajé a la sala de estar.

habitación.
Nuestro estéreo estaba tocando la canción "¿Cómo le hablas a un

ángel?" ¡No hay forma de que el estéreo se haya encendido solo! Mi
esposo es muy quisquilloso y anda por la noche y revisa todo. Entonces
supe que todo esto tenía algo que ver con Jeanne. Fue tranquilizador
saber que se estaba comunicando con nosotros de esta manera.
Más tarde le pregunté a Rick: "¿Me habrías creído si no hubieras

escuchado la canción en el estéreo también?" Él dijo: “Sí, lo haría, ¡pero
probablemente nadie más nos creerá!”.
Experimentar fenómenos físicos inusuales

definitivamente amplía nuestra mente porque estos
sucesos aparentemente desafían las leyes conocidas de
la física. Pero lo que hoy es desconocido puede ser
entendido y común mañana, como la ciencia está
demostrando continuamente.
Hasta ese momento, siempre será reconfortante tener
un testigo presente durante un ADC, uno que esté
compartiendo la misma experiencia y pueda validar su
realidad para nosotros. Entonces será menos probable
que nos cuestionemos a nosotros mismos si nos
encontramos con el escepticismo de los demás.
Laurie es masajista en Virginia. Bert, el padre de uno

de sus amigos más cercanos, cumplió su palabra poco
después de morir de un derrame cerebral a los 67 años:
Antes de morir, Bert indicó que tenía mucho miedo de fallecer. Así que
hablamos de ello en profundidad, y poco a poco liberó su miedo.
Luego le pedí que me hiciera saber después de que falleciera si todo

estaba como lo habíamos discutido. Pregunté esto no solo por mí sino por
mi madre, que también tenía mucho miedo a la muerte.
Durante algún tiempo había estado poniendo una cinta de música para
Bert de la película Memorias de África, y se convirtió en su favorita. Me
prometió que esta música volvería a mí de tal manera que sabría que no era
mi imaginación.
Unas dos semanas después de la muerte de Bert, mi madre me visitó. De
repente, en las primeras horas de la mañana, me encontré de pie en el
pasillo de arriba. Mamá también había salido de su dormitorio.
Nos mirábamos el uno al otro preguntándonos: "¿Qué diablos está

pasando?" ¡De repente nos dimos cuenta de que el estéreo de abajo estaba
encendido tan alto como podía! ¡Y sonaba la música de Memorias de África !
No había nadie más en la casa que pudiera haberlo encendido. Y mamá
había revisado todo dos veces antes de acostarse.
Bert había esperado hasta que mamá y yo estuvimos juntos, y desde

entonces sus miedos a la muerte desaparecieron.
Seguimos maravillándonos de la creatividad

demostrada en tantas comunicaciones
posteriores a la muerte. Bert claramente diseñó
una forma original de cumplir con su pacto. La
entrega oportuna de su selección musical no
solo proporcionó una señal física convincente
para Laurie, sino que también le dio a su madre la oportu
pruebas que necesitaba para superar su miedo a la muerte.
Las siguientes cinco cuentas son ejemplos de ADC que

involucran dispositivos mecánicos y otros objetos físicos.
Esther es enfermera en Florida. Ella tuvo esta maravillosa

experiencia unos 3 meses después de que su esposo,
Víctor, muriera a los 66 años de cáncer:
Tengo que hablarte de esta caja de música. Me lo regaló mi hija
mayor hace años después de uno de sus viajes a Europa. Se
suponía que tocaría el “Tema de Lara” de la película Doctor
Zhivago, pero no había funcionado en mucho, mucho tiempo. Le
habían dado cuerda, pero no sonaba cuando abrí la tapa.
Un día estaba descansando por la tarde. Me desperté unos
treinta minutos después de haberme ido a dormir porque escuché
que sonaba la caja de música, ¡y la tapa aún estaba cerrada! Me
sentí muy tranquilo y pensé: “Cariño, si estás cerca, es una buena
manera de decírmelo”. Jugó hasta que se desenrolló por completo.
Busqué la letra de la canción, y la última parte habla de volver a
encontrarnos algún día. Pensé: “Eso es muy bueno. ¡Me gusta eso!"
Hablamos mucho durante la última enfermedad de Víctor y le

dije: “Si hay alguna forma en que me puedas decir que hay algo
más allá de esta vida, me gustaría saberlo”. Definitivamente no era
creyente de este tipo de cosas.
Así que me siento muy cómodo con esta comunicación. Podría
verlo como el cumplimiento de un contrato.
Varias personas informaron haber escuchado que una

caja de música comenzaba a sonar repentinamente,
incluidas algunas que anteriormente no funcionaban.
Cada vez que esto sucedía, intuitivamente sentían que
había sido activado por un ser querido fallecido en particular.
Maryellen es una defensora de las víctimas en el

Medio Oeste. Ella y su esposo compartieron esta
significativa ocasión con otras cuatro personas luego de
la muerte de su hija Bonnie, de 26 años:
En nuestro trigésimo aniversario, mi esposo Rob y yo renovamos nuestros
votos matrimoniales con una hermosa boda en nuestra iglesia. Cuando
regresamos a la casa, Rob y nuestra hija, Bonnie, me organizaron una gran
fiesta sorpresa. ¡Cómo lo lograron, nunca lo sabré!
Cinco meses después, Bonnie fue asesinada en Florida.

En nuestro próximo aniversario, mi hermana y su esposo y mi mejor amiga
y su esposo nos invitaron a Rob ya mí a cenar.
Todos estaban muy conscientes de que este había sido un momento especial
para nosotros solo un año antes.
Había un pequeño reloj en nuestra pared que Bonnie nos había dejado
cuando se mudó a Florida. Cuando entramos a la casa alrededor de las doce
menos cuarto, ¡el reloj en la pared estaba corriendo como loco!
Todo el mundo se quedó allí y miró el reloj de Bonnie. Todos nos quedamos
estupefactos porque no había estado funcionando, ¡nunca se había enrollado
ni tocado!
Una característica común en los ADC de fenómenos

físicos es la sincronización perfecta, y muchos involucran
relojes y relojes. Evidentemente, los seres queridos

fallecidos crean intencionalmente eventos en un
momento específico que los experimentadores
notarán y tendrán un significado personal para ellos.
Cecilia es una ama de casa de 44 años en

Terranova. Tuvo esta comunicación conmovedora
después de que su hija de 8 años, Holly, muriera de
leucemia:
Holly estuvo enferma durante diecinueve meses y yo estuve con ella
día y noche. Todas las noches me despertaba para un refrigerio de
medianoche.
Una noche, unas dos semanas antes de su fallecimiento, dijo: “Mami,
en lugar de tomar un refrigerio a medianoche, ¿por qué no tomamos un
trago esta noche? ¿Puedo tener un poco de pato bebé?
Así que dije: “Sí”. Y todas las noches después de eso, Holly me
despertaba para su trago de medianoche de Baby Duck, que es una
bebida gaseosa.
Después de que esa botella estuvo vacía, un amigo le trajo una nueva.
Holly jugueteaba con el papel aluminio y el alambre, pero estaba
demasiado débil para abrirlo. Le pregunté: “¿Quieres que mami te lo
abra?”. Y ella dijo: “No. Lo abriré yo mismo cuando sea lo suficientemente
fuerte.
Al día siguiente, Holly falleció y la botella sin abrir se colocó en nuestro
gabinete de porcelana en la sala de estar.
Tres días después, exactamente a la medianoche, hubo un ruido.
Cuando miramos la botella de Baby Duck, el corcho se había salido y
golpeado el techo y había caído al lado.
La botella no había sido manipulada y no había calor excesivo en la casa
para que eso sucediera.
Entonces sentí la presencia de Holly y supe que estaba aquí con nosotros.
Y me di cuenta de que me estaba diciendo: “Sí, ahora soy lo suficientemente
fuerte. ¡Yo mismo abrí la botella de Baby Duck!
Baby Duck es un vino espumoso ligero producido

en Canadá. Al igual que algunos champanes
estadounidenses, la botella se sella con un corcho de
plástico, se sujeta con alambre y se cubre con papel
de aluminio. Sería prácticamente imposible que una
de estas botellas se abriera sola. Como Holly quería
que su familia supiera que su salud y su fuerza se
recuperaron por completo después de su muerte,
aparentemente encontró una manera de abrir la
botella, tal como le había prometido a su madre.
James es profesor de música en una universidad

de Missouri. Tuvo este momento entrañable con su
esposa, Christina, quien murió de cáncer cuando
tenía 43 años:
La noche después del funeral de Christina, me desperté alrededor de las

4:00 de la mañana y fui a la cocina a preparar un café.
Había algunos vasos en el mostrador cerca de la cafetera.
De repente, uno de esos vasos sonó tres veces, muy fuerte y regular, lo
suficientemente fuerte como para asustarse. Me quedé quieto y luego moví
mi peso de un lado a otro, para ver si podía hacer que algo en la cocina se
moviera, sonara o hiciera ruido. Pero no pude hacerlo.
Simultáneamente, tuve un sentimiento de gran calidez y recibí una

comunicación de Christina, “Gracias, con amor. Ahora estoy bien."
Entonces supe que estaba bien y liberada de mucho dolor y tristeza.
Creo que Christina quería mostrar su aprecio por la atención realmente

amorosa que le había brindado durante varios años. Me mostró que su
mente todavía funcionaba bien. Podía pensar, podía hacer que sucedieran
cosas y aún conservaba su sentido del humor.
Me gusta el hecho de que esta experiencia se ocupó del sonido, porque

soy músico y también lo era Christina. Estoy absolutamente seguro de
que no fue una alucinación y que sucedió. Me dio una sensación de gran
paz, asombro y deleite.
La personalidad familiar y el sentido del humor

de Christina brillaron en James cuando creó un
sonido musical o una "nota de amor" para llamar
su atención. Su breve mensaje verbal se convirtió
en el toque final que le aseguró su completo
bienestar.
Madeline es ama de casa en Delaware. Su
esposo, Alec, su amiga, Lilly, y ella observaron
una exhibición física gratificante 2 años después
de que su hija, Sue, muriera de pancreatitis a
los 36 años:
Cuando Sue murió, fui a mi ministro y le pregunté: "¿Por qué Dios me
quitó a mi hija?" Y él dijo: “Madeline, Dios no se llevó a Sue. Él la recibió”.
Un par de años después, estaba en la cocina preparando café para

mi novia, Lilly. En nuestra sala de estar tenemos una fotografía en
blanco y negro de 5” por 7” de Sue y su hermana mayor de cuando
eran niñas.
Mientras caminaba hacia la sala de estar, miré la imagen y vi que
estaba resplandeciente. Había una luz amarillenta alrededor del rostro
de Sue, como el halo que se ve en las pinturas alrededor de las
cabezas de los santos. ¡Fue hermoso!
Estaba tan desconcertado que grité: "¡Oh, Dios mío!" ¡Lilly se dio
la vuelta y también lo vio! Mi esposo, Alec, entró corriendo desde el
pasillo y también vio la imagen brillando. ¡Los tres lo vimos!
Era un día gris y el sol no brillaba. Así que Alec miró a su alrededor
para ver si algo más podría haber causado esto, pero no encontró
nada. El resplandor duró tres o cuatro minutos.
Creo que la luz vino de Dios y Sue haciéndome saber que ella está
bien. Era como si Sue estuviera diciendo: “No te preocupes más por
mí. Ahora te estoy cuidando”.
Cuando volví a ver a mi ministro, me dijo: “Si sientes que
quieres contar esta historia, cuéntala. ¡Porque viste un milagro!”
La luz juega un papel dramático en varios tipos

de ADC. Así como a menudo se ve una luz
radiante que rodea a nuestros seres queridos
fallecidos, a veces también se puede notar que
emana de objetos físicos.
Los cinco relatos restantes de este capítulo

incluyen una variedad de elementos que se
movieron o aparecieron espontáneamente.
Iris es dietista jubilada en un hospital de Nueva York.

Después de estar casada durante 38 años, su esposo,
Jacob, quien había muerto de cáncer a los 76 años, le
brindó ayuda:
Después de que mi esposo falleció, uno de mis vecinos me llamó
para decirme que la factura de impuestos locales vencía en
diciembre. Jacob siempre se había ocupado de pagar los impuestos.
Había sido abogado y tenía una oficina en nuestra casa donde
guardaba todos sus papeles y archivos legales. Mantuvo registros
muy precisos y no permitió que nadie los tocara.
Así que no tenía idea de dónde buscar la factura de impuestos o
incluso cómo se veía. Estuve todo el día buscando y no lo encontré.
¡Estaba tan frustrado y enojado! ¡Aquí estaba yo, con la
responsabilidad de ocuparme de algo de lo que no sabía nada!
Me paré en medio de su oficina y comencé a llorar. Grité: “¿Cómo
pudiste hacerme esto, Jacob? ¿Cómo pudiste irte? ¿Cómo pudiste
dejarme con todo esto por hacer?
De repente, mientras estaba parado allí, ¡se abrió la agenda de
Jacob! Es un libro bastante grueso con una tapa dura. ¡El libro
había sido cerrado sobre su escritorio y lo vi abierto! ¡No podía creer
lo que acababa de ver!
Así que me acerqué y miré. El libro se abrió en una página en
diciembre, ¡y allí estaba la factura de impuestos! Y solo dije:
"Gracias, Jacob".
Debido a que muchos esposos están completamente

a cargo de las finanzas familiares, sus viudas a menudo
se sienten abrumadas cuando deben asumir esta
responsabilidad. Jacob no solo le mostró a Iris dónde
había presentado la factura de impuestos, pero también reveló

su sistema para pagar facturas futuras.
Joan es ama de casa en Florida. Quedó viuda cuando su

esposo, Frank, murió de insuficiencia renal a los 56 años:
Mi esposo, Frank, siempre estaba en la cocina porque le encantaba

cocinar. Antes de morir, me dijo: “Si alguna vez vuelvo, me encontrarás
en la cocina”.
Justo antes del funeral de mi esposo, mi hijo y yo estábamos
hablando en la cocina. Tengo una taza medidora de hojalata en la que
a Frank le gustaba beber porque el agua se mantendría fría en ella.
¡De repente, esa taza se salió del gancho! ¡Voló entre nosotros y
aterrizó en el suelo! Mi hijo y yo nos miramos y dije: “¡Papá está aquí!”.
¡Sé que fue Frank porque esa taza no podía soltarse sola!
Un ADC puede ser tan dramático que nuestra mente no

puede creer lo que han visto nuestros ojos. Si el hijo de Joan
no hubiera sido testigo de este evento sorprendente, ella podría
haber dudado de sus sentidos y cuestionado su cordura.
Patti, una empleada postal en Kansas, tuvo este provocador

ADC después de que su madre muriera a causa del síndrome
de dificultad respiratoria del adulto a los 46 años:
Mi hermana Rachel y yo fuimos a la casa de mamá a buscar ropa

para su funeral. Nuestros maridos vinieron con nosotras y
se quedó abajo en la cocina.

Estábamos arriba en la habitación de mamá y, de repente, ambos
sentimos su presencia, como una sensación de energía eléctrica. En ese
preciso momento, su pesado espejo enmarcado, que medía unos cuatro
pies de alto y dos pies de ancho, salió volando de la pared.
Simplemente salió por encima de la cómoda y cayó sobre el suelo
alfombrado.
Rachel y yo bajamos corriendo las escaleras hacia nuestros esposos
y les dijimos: "¡Mamá está en la habitación!". Cuando les contamos lo
que había pasado, trataron de calmarnos diciendo que había una
explicación lógica para esto.
Así que todos subimos y mi esposo, Len, que era carpintero, se miró
en el espejo. El cable en la parte posterior era muy resistente y aún
estaba intacto. Luego revisó el clavo: no solo estaba todavía en la pared,
¡sino que estaba muy sólidamente en un montante!
Len estaba muy desconcertado y dijo que no había absolutamente
ninguna explicación lógica para lo que había sucedido. ¡Pero mi hermana
y yo sabíamos que era mamá tratando de comunicarse!
No podemos explicar cómo un ser querido fallecido

puede hacer que una taza de hojalata vuele por el aire
en una cocina o un espejo pesado haga lo mismo en un
dormitorio. ¡Pero una cosa que podemos decir con
certeza es que aquellos que han estado presentes
cuando han tenido lugar los ADC de los fenómenos
físicos probablemente no los olvidarán por mucho tiempo!
Glenda es ama de casa en Ohio. Se sintió animada

por una serie de sucesos 4 meses después de que su
hijo, Randy, se ahogara a los 19 años:
Era un día lluvioso y yo estaba planchando en una de mis

habitaciones. Mientras estaba haciendo una de las camisas de Randy, comencé a llorar.
Había una pequeña canasta con tapa sobre un escritorio cercano.
Cuando miré, ¡una foto de mi hijo yacía en esa canasta! No sé cómo
llegó la imagen allí. Sé que no estaba allí antes porque acababa de
mover la canasta y no había nada en ella.
Era una foto de Randy cuando tenía unos nueve años.

No era de los que se reían en sus fotos, solo sonreía un poco. Pero en
este se estaba riendo. De hecho, es la única foto que tengo de él
riéndose.
Al principio, me sobresaltó porque hacía mucho que no veía esa foto.
Luego me calmó porque sentí que Randy estaba tratando de decirme
que estaba feliz. Así que puse esta foto de él en la mesa junto a mi cama.
Unos días después, mientras sacaba algo de dinero, ¡esta foto estaba
en mi billetera! ¡La misma imagen! Esta vez lo dejé en mi billetera.
Y luego, unas semanas más tarde, ¡la imagen estaba sobre mi

tocador! De nuevo, ¡era la misma imagen! Y cuando revisé, ya no estaba
en mi billetera.
Esto parecía suceder cuando estaba muy, muy deprimida, cuando
estaba pasando por un mal momento. Siento que Randy estaba tratando
de decirme que estaba bien.
Al principio, una serie de ADC pueden parecer eventos

aleatorios no relacionados. Pero después de reflexionar,
generalmente podemos determinar un patrón y darnos
cuenta de que ocurrieron exactamente cuando más
necesitábamos el apoyo emocional que brindaron.
El relato final de este capítulo es de Mildred, una

agente inmobiliaria jubilada de Florida.
Informó estos incidentes cariñosos después de que
su esposo, Albert, muriera de cáncer a los 70 años:
Una vez, cuando Albert aún vivía, nos estábamos cortando,
bromeando. Le dije: "Si mueres antes que yo, vuelve y haz algo para
que sepa que eres tú".
Teníamos dos perritos de cerámica. Los mantuvimos sentados en
el alféizar de la ventana de la cocina. Todos los que nos conocían
sabían que cuando estábamos molestos entre nosotros, apartábamos
a los perros, separándolos. Y cada vez que estábamos felices, se
besaban, se acurrucaban. Incluso los niños, cuando llegaban a casa,
se acercaban a la ventana de la cocina para ver cómo se llevaban
estos perritos.
Unos días después de la muerte de Albert, yo estaba de pie junto al
fregadero de la cocina mirando el alféizar de la ventana. Su perrito fue
atropellado. Como vivo solo, pensé: "Me pregunto cómo lo derribaron".
Así que levanté a su perro y lo devolví con las caras juntas. Entonces
no pensé más en eso.
Unos tres días después, su perrito estaba boca abajo, alejándose

de mi perrito. ¡Estaban a unas seis pulgadas de distancia! Entonces
entendí que Albert quería que yo supiera que tenía que dejarme.
¡Esto realmente sucedió! Pero a veces tienes miedo de decir

¡La gente hace cosas así por miedo a que piensen que estás loco!
Albert eligió un método muy familiar y de

confianza para transmitir su mensaje. Su antigua
forma de comunicación no verbal permitió a Mildred
comprender fácilmente su
significado intencionado: "Ahora es el momento de despedirme".
Estos han sido algunos de los mejores relatos de ADC sobre

fenómenos físicos que hemos escuchado.
Representan algunas de las muchas formas imaginativas que
nuestros seres queridos pueden usar para comunicarse con
nosotros después de su muerte.
¿Alguna vez has querido recibir una señal que te asegure que
un ser querido fallecido sigue existiendo? El próximo capítulo
contiene una variedad de ADC simbólicos que las personas
experimentaron espontáneamente o en respuesta a sus oraciones.
CAPÍTULO 14
Mariposas y arcoíris:
ADC simbólicos
Pedid, y se os dará; Busca y

encontrarás; llamad, y se
os abrirá.
-Jesus de Nazareth
Muchas personas informaron haber recibido una señal que

afirmaba que su familiar o amigo fallecido había sobrevivido a la
muerte física y continúa viviendo en otra dimensión de existencia.
Llamamos a estos ADC simbólicos o signos ADC. Son un tipo
relativamente común de comunicación después de la muerte.
A algunas personas se les envía una señal espontáneamente

como regalo, mientras que otras piden o rezan para recibir una.
Dependiendo de su sistema de creencias, pueden preguntar
su ser querido fallecido para darles una señal, o

pueden orar a Dios o al "universo" por uno.
Los ADC simbólicos típicos incluyen mariposas,
arco iris, flores, muchas especies diferentes de
pájaros y otros animales, y cualquier número de
objetos inanimados. Ya sea que un letrero llegue de
inmediato o tarde días o semanas en llegar, la
mayoría de las personas reconocen intuitivamente su
letrero de inmediato y sienten que fue diseñado solo
para ellos.
Los letreros de ADC brindan mucha esperanza a
quienes están en duelo profundo, especialmente a
los padres en duelo y a los viudos. Pero debido a
que son una forma simbólica de comunicación, el
receptor debe interpretar su propia experiencia y
asignarle un significado personal.
•••
En los primeros cuatro relatos de ADC simbólicos,

los experimentadores recibieron una mariposa como
signo personal.
Caroline es secretaria en Illinois. Tuvo esta
experiencia informativa después de que su hija de 24
años, Lindsey, fuera asesinada por un conductor
ebrio mientras montaba en bicicleta:
Después del funeral católico de mi hija, salimos al cementerio.

Mientras el padre decía las oraciones finales, una gran mariposa
blanca se posó en el ataúd blanco de Lindsey y permaneció allí todo
el tiempo.
Cuando terminó el servicio, la hermana Therese me abrazó y dijo:
“Oh, Caroline, ¿tú también viste la mariposa blanca? ¡Una mariposa
es un símbolo de la Resurrección!” Nunca supe ese significado
antes, y esto me puso en paz.
La mariposa es el signo ADC mencionado con más

frecuencia. Es un símbolo espiritual de la vida después de la
muerte debido a su metamorfosis, o transformación, de una
oruga que se arrastra por el suelo a una hermosa criatura
casi etérea que vuela por los aires. También se ha convertido
en un símbolo de crecimiento personal y renacimiento
espiritual.
Margot, de 31 años, es empleada de una tienda de

antigüedades en Washington. Tenía este adorable ADC
después de que su tío muriera de cáncer:
Estábamos en el funeral de mi tío Teddy en nuestra iglesia

católica. Estaba rezando durante la misa y pensando en él. De
repente, esta mariposa vino revoloteando por el pasillo y se detuvo
junto a nosotros. Era uno muy bonito de color naranja y marrón.
Revoloteó a nuestro alrededor, luego giró y subió hasta donde mi
hermana estaba tocando el piano. Dio una vuelta, luego pasó junto
al ataúd y subió junto al altar. Entonces la mariposa se fue volando.
¡Fue maravilloso! ¡Fue un milagro! Desde que he ido a esa iglesia,
esa es la única vez que he visto una mariposa.
en el interior. De todas las iglesias del mundo, ¿cuántas crees que tenían
mariposas en ellas en ese momento?
Elisabeth Kübler-Ross habla a menudo de los

numerosos dibujos de mariposas que vio en los
barracones de los campos de concentración en Europa.
Estos símbolos duraderos de esperanza fueron
grabados en las paredes de madera por valientes
niños y adultos durante el Holocausto.
Hoy en día, se pueden encontrar imágenes de
mariposas en casi todos los hospicios. Este símbolo
también es utilizado ampliamente por muchos
consejeros de duelo, centros espirituales y grupos de
apoyo para los afligidos.
Fran es contadora jubilada en Ohio. Estaba eufórica

por este encuentro 5 meses después de que su nieto
de 17 años, Johnny, muriera por complicaciones de la
espina bífida:
Estaba sentado en la mesa de mi cocina mirando por la puerta de cristal
contra tormentas. Una gran mariposa monarca voló hacia el centro del cristal.
Mientras permanecía allí revoloteando, me invadió una extraña sensación.
Llamé a mi esposo y fuimos a la puerta. La mariposa se dio la vuelta y
voló hacia una gran caja de flores en el otro extremo de nuestra terraza.
Revoloteaba alrededor de las flores mientras nos parábamos y observábamos
durante varios minutos.
Sentí que mi nieto estaba aquí. Mentalmente, dije: "Johnny, si realmente
estás aquí, envía la mariposa a la puerta una vez más".
Inmediatamente, la mariposa voló hacia el centro del cristal,

justo hacia mi cara. Revoloteó allí unos segundos más. Luego
recibí un mensaje telepático de Johnny que decía: "Estoy vivo y
estoy bien". Las palabras fueron muy claras.
Esta experiencia me dejó con la sensación de que volveré a
ver a mi nieto, que hay vida después de la muerte y que el amor
es eterno.
Un ADC simbólico se puede distinguir de un evento

cotidiano por una combinación del momento, el
entorno y el comportamiento poco característico de
una mariposa. Pero, por lo general, los experimentadores
deben confiar en la intuición para identificar el
significado de tales experiencias subjetivas.
Al es un oficial de policía jubilado de Nueva York
que ahora vive en Florida. Tuvo este contacto
inolvidable 10 meses después de que su hija, Diana,
muriera en un accidente automovilístico cuando tenía
17 años:
El 4 de julio estábamos en nuestra casa de verano en
Pensilvania. Yo estaba allí con mi esposa y su tía, su tío y su
prima. Estábamos sentados en las tumbonas y yo estaba
fumando un cigarro.
Esta mariposa simplemente estaba volando. Lo miré y de
inmediato pensé en mi hija, Diana. Pensé: “Si eres tú, Diana,
baja y dímelo”. ¡Y lo hizo!
¡Inmediatamente, la mariposa se posó en mi dedo! Caminó
arriba y abajo en mi dedo, luego en mi mano, de un lado a otro.
Incluso podía ver cómo se movían sus pequeños sensores. no pude
¡créelo! Mi esposa me miró, creo que sabía lo que estaba pensando.
Terminé mi cigarro y me levanté. La mariposa se quedó justo en mi mano.

Caminé todo el camino hasta la casa, fui al fregadero de la cocina y bebí un
vaso de agua. La mariposa todavía estaba conmigo, ¡no podía creerlo!
Dije: “Bueno, tengo que ir a darme una ducha. Tienes que salir afuera. Abrí
la puerta y salí a la cubierta. Empujé la mariposa con el dedo y salió volando.
Lo vi volar lejos, por el patio.
¡Fue simplemente increíble! Nunca se me había posado una mariposa

antes de. Luego entré a darme una ducha y lloré.
Realmente no sabía que la mariposa tenía algún significado para The
Compassionate Friends hasta que fui a su conferencia anual unos días
después. Durante la ceremonia de apertura, me di cuenta: “¡Oh, Dios mío! ¡Su
símbolo es la mariposa!”
Fundada en 1969, The Compassionate Friends

tiene más de 650 capítulos locales en los Estados
Unidos y Canadá. Es la organización de
autoayuda más grande del mundo para padres,
hermanos y abuelos en duelo. Para obtener más
información sobre TCF y otras organizaciones
que atienden a los enfermos terminales y a los
afligidos, consulte la sección de Recursos al final
del libro.
June enseña ciencias en una escuela

secundaria en Illinois. Ella y su esposo, Lyle, interactuaron
con un pariente cercano de la mariposa poco después de que

su hijo, Chad, muriera de un ataque al corazón a los 16 años:
June: Aproximadamente dos semanas después de la muerte de Chad,

estaba en la cocina y mi esposo llamó y dijo: "¡June, ven aquí!" Salí y allí, en
medio del día, estaba esta polilla grande. Era de un color chartreuse y de unas
cinco pulgadas de ancho. ¡Nunca había visto una polilla tan hermosa!
Lyle: Encontré la polilla en el patio trasero. Lo recogí y lo puse en mi mano,

y no salió volando. Nunca antes había visto una polilla actuar así. Luego lo
coloqué en una rama de un arbusto.
June: Llamamos a nuestros hijos, Cory y Clay, para que vinieran a verlo
también. Todos lo observamos durante bastante tiempo, y finalmente se alejó
revoloteando.
Más tarde, lo busqué en un libro sobre mariposas y polillas y ¡quedé
estupefacto! Era una polilla luna, y luna significa luna en latín. El pasatiempo de
Chad era la astronomía y quería ser astrofísico. La familia a la que pertenece la
polilla luna es saturniidae, ¡ y encima del escritorio de Chad hay una imagen de
Saturno!
Por lo tanto, todos pensamos que Chad nos envió esta señal para hacernos saber
que está en una nueva vida.
Los signos ADC a menudo contienen múltiples niveles de

significado. La curiosidad de June la llevó a profundizar y
aprender mucho más sobre el mensaje de su hijo de lo que
parecía a primera vista.
Los siguientes tres relatos contienen arcoíris, el

segunda forma más común de signos ADC.
Ellie es procesadora de datos en Michigan.

Recibió un espléndido regalo 5 meses después de
que su hijo de 26 años, Don, muriera en un
accidente automovilístico. Su relato de un ADC
anterior con él está en el Capítulo 11:
El día de mi cumpleaños en diciembre, estaba conduciendo a
casa desde el trabajo. Era un día frío y gris y me sentía un poco
triste porque Don no estaba allí.
Mientras conducía por la calle, miré hacia arriba.
Allí en el cielo las nubes grises se habían separado un poco y
formaban un círculo perfecto. Dentro del círculo vi las bandas de
los colores de un arcoíris.
Ciertamente, es poco común ver un arcoíris en diciembre en
Michigan. Inmediatamente sentí que Don me envió este arco iris
para mi cumpleaños. ¡Era el regalo de mi hijo para mí! Dije en voz
alta: “¡Gracias, Don! ¡Recibí tu mensaje!"
Como todos sabemos, incluso en los días más

nublados, el sol sigue brillando detrás de las nubes
oscuras. Pero cuando nos sentimos tristes, es
importante recordar que un brillante arcoíris
también puede estar allí arriba, ¡quizás justo
encima de nuestra cabeza!
Mindy es empleada postal en Wisconsin. Su hija,

Kimberly, murió del síndrome de muerte súbita del
lactante cuando tenía 7 meses:
Antes de que naciera Kimberly, pintamos un enorme mural de

un arcoíris y un sol en su pared. Todo su dormitorio estaba
decorado con arcoíris. Y muchos de los regalos que recibió
tenían arcoíris. ¡Kimberly era nuestra niña arcoíris!
Desde que murió, en su fecha de muerte y en su fecha de
nacimiento, aquí hay arcoíris. ¡Hace sol, llueve, el sol vuelve a
salir y luego hay un gran arcoíris en el cielo! Esa es la forma en
que Kimberly se acerca a nosotros y nos asegura que hay vida
después de la muerte.
El año pasado, en la fecha de su muerte, fuimos a su tumba.
Cuando salíamos del cementerio, un gran arco iris apareció en
el cielo por el este. Nos dio escalofríos y escalofríos y nos hizo
llorar, ¡y también sonrió!
El arcoíris es uno de los símbolos de esperanza y

vida eterna más antiguos de la humanidad. Por lo
tanto, no sorprende que muchas personas en duelo
informen haber visto un magnífico arco iris en varias
fechas de aniversario después de la muerte de su ser
querido.
Belinda es banquera en el territorio de Yukon,

Canadá. Tenía este ADC simbólico después de que
su esposo, Lou, muriera de cáncer a los 65 años:
Tuve tres hijos, todos casados, y tuve ocho nietos. Lou
siempre había querido tener una nieta pequeña, pelirroja y de
ojos azules porque mis tres hijos y yo éramos pelirrojos, pero
ninguno de los nietos lo tenía.
Una semana antes de que Lou muriera, mi hija menor, Shelley,
lo llamó y le dijo que su embarazo estaba confirmado y
ella le pondría al bebé su nombre. Estaba tan emocionado que me

dio algo de dinero de inmediato para comprar un regalo para el
bebé, sabiendo que podría no estar vivo cuando naciera el niño.
A los pocos días, Lou entró en coma y murió.
Ocho meses después, nació una pequeña nieta con ojos azules
y cabello rojo como su madre. Cuando recibí la llamada, conduje
hasta el hospital, pero estaba molesto y llorando porque Lou no
estaba allí para ver a este bebé.
Cuando me acerqué al hospital, ¡un arcoíris apareció sobre él!
Sentí que el arcoíris era una señal de Dios de que Lou sabía que
esta era la pequeña nieta pelirroja de ojos azules que tanto había
deseado. ¡Fue un milagro!
Incluso ocho meses después, Belinda reconoció

intuitivamente la conexión del arcoíris entre su amado esposo
y su nieto recién nacido.
Mientras que la mayoría de la gente cree que su signo ADC
es una comunicación directa de su ser querido fallecido, otros
lo consideran un regalo de Dios en nombre del difunto.
Walter, un corredor de bienes raíces de 58 años en

Arizona, tuvo este momento trascendente después de que su
esposa, Arlene, muriera de cáncer:
Era un día brumoso, lluvioso y totalmente nublado. No había

cielo visible en ninguna parte. Esparcí las cenizas de Arlene
alrededor de un alto pino ponderosa en las Montañas Blancas y
recé una oración. Luego caminé de regreso a mi auto a unos
cuarenta pies de distancia y dije otra oración.
Cuando me puse de pie, un rayo de luz dorada y brillante atravesó las

nubes y brilló alrededor de la base del árbol. Solo iluminó ese lugar en
particular donde estaban las cenizas de Arlene. La luz no iluminaba nada
más.
Fue una experiencia increíble, ¡fue simplemente increíble! Di gracias al
buen Dios. Sabía que era Dios haciéndome saber que Arlene estaba con Él
otra vez.
Varias personas informaron haber visto un rayo de luz

brillante brillando repentinamente sobre un objeto o lugar en
particular como lo hizo Walter. Algunos de estos relatos
describen un rayo de luz dorada que ilumina un ataúd
durante un funeral o resalta una piedra conmemorativa en
un cementerio.
Las flores también juegan con frecuencia un papel

importante en los ADC simbólicos, como reflejan los
siguientes tres relatos.
Joanne es secretaria en Missouri. Recibió una señal de

consuelo después de que su hijo de 28 años, Matthew,
muriera por suicidio:
Inmediatamente después del funeral de Matthew, saqué a una hermosa

mamá de su ataúd. Los crisantemos duran mucho tiempo, así que me lo
llevé a casa, lo puse en un poco de agua y lo coloqué en el alféizar de la
ventana de mi cocina.
Un par de semanas después, la madre estaba totalmente muerta.
Recuerdo haber pensado: "No puedo soportar separarme de esto". Y me
reprendí porque no podía ni tirar una flor.
Pero puse a la mamá en un poco de agua fresca de todos modos.
¡Al día siguiente, la madre estaba completamente viva otra vez! Tomé eso
definitivamente como una señal de que Matthew estaba tratando de decirme
que estaba bien.
Las flores son muy populares no solo por su

belleza natural, sino también por sus poderosas
propiedades curativas emocionales y espirituales.
En este caso, el crisantemo revitalizado se convirtió
en un símbolo de vida después de la muerte para Joanne.
Raymond es un diseñador industrial de 59 años

de Illinois. Enviudó cuando su esposa, Cynthia,
murió de cáncer:
Cynthia y yo teníamos un cactus de Navidad que era un poco triste. Nunca
había florecido ni mostrado ninguna vida en particular. Lo llamamos en broma
"la planta de Cynthia".
Después de la muerte de mi esposa, me fui de viaje y volví a casa el día de
su cumpleaños. Cuando abrí la casa y di la vuelta para mirar las plantas, ¡aquí
estaba este cactus navideño rebosante de una profusión de flores!
Por lo general, un cactus de Navidad florece durante la temporada navideña.

¡Pero el cumpleaños de Cynthia es el 14 de junio!
Los ADC simbólicos pueden verse como saludos

no verbales de nuestros seres queridos fallecidos.
Es como si estuvieran diciendo: “¡Hola desde el
cielo! Estoy bien, te amo y estoy cuidando de ti y
de tu vida”.
Darlene es maestra de educación especial en

Massachusetts. Estaba emocionada por una señal de
afirmación de vida de su esposo, Martin, quien murió de un
Martín era una persona que no sabía nada de trabajo al aire libre ni de
jardinería. Logró cortar el césped, aunque una vez cortó el cable de la
podadora eléctrica.
Una tarde, unos seis años antes de morir, llegó a casa con un palo en
la mano. Él dijo: “Darlene, esto va a ser un ciruelo en flor”. Le dije: "¡Tienes
que estar bromeando!"
Plantó ese palo justo afuera de la ventana de la cocina.
A veces le hablaba y, he aquí, empezó a crecer. Creció hasta convertirse
en un hermoso y grande ciruelo, pero nunca hubo capullos o flores en él.
Martin murió el día de Acción de Gracias. La siguiente mañana de

Pascua, me levanté, fui a la cocina y miré por la ventana. ¡Estaba
totalmente desconcertado! ¡Había millones de flores de color rosa brillante
en el árbol de Martin! ¡Se veía magnífico!
Mi esposo nunca creyó en la vida después de la muerte ni en Dios. Así
que me pareció interesante que esto sucediera el domingo de Pascua.
No hay duda de que el ciruelo en flor simboliza su nuevo nacimiento.
Los experimentadores consideran estos eventos como

señales de que sus seres queridos fallecidos están bien,
mientras que los escépticos creen que son solo coincidencias.
Si la realidad está en el ojo del espectador, quizás ambos
puntos de vista sean válidos.
Los siguientes tres relatos demuestran cómo varias

especies de aves y mamíferos también pueden desempeñar
un papel importante como signos ADC.
Pamela, de 43 años, es bibliotecaria en Virginia.
Experimentó este conmovedor adiós de su padre después
de que éste muriera de un derrame cerebral:
Después de la muerte de mi padre, llevamos sus cenizas a Red River

Gorge en Kentucky. Está lleno de acebos, árboles de hoja perenne y laurel
de montaña. Tocamos una de sus canciones favoritas y arrojamos sus
cenizas desde la cima de la montaña.
Justo en ese momento, tres halcones de cola roja subieron desde el
fondo del desfiladero. Volaron hacia arriba, uno al lado del otro, casi como
una formación de avión. Cuando llegaron justo encima de nosotros, se
separaron como una trinidad. Un pájaro voló hacia la izquierda, un pájaro
voló hacia la derecha y el otro siguió derecho hacia arriba. ¡Fue asombroso!
He caminado por ese desfiladero durante años y nunca he visto tres

halcones de cola roja juntos. Para mí, esta fue mi señal de mi padre. Fue
un saludo final, el último “¡Hasta luego! ¡Te deseo lo mejor!"
Escuchamos muchos relatos de ADC simbólicos que

involucraban aves. Otras especies incluyeron arrendajos
azules, gansos canadienses, cardenales, cuervos, palomas,
águilas, colibríes, águilas pescadoras, búhos, palomas y
petirrojos.
Mary Kate es contadora de una empresa en Washington.

Su esposo, Stewart, murió de leucemia a los 48 años:
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El sueño de Stewart desde la infancia era tener su propio avión,
y después de que descubrimos que tenía leucemia, compramos uno.
Esos cinco años que pasamos con ese avión fueron los más felices que
jamás había tenido. Stewart amaba volar y la libertad que tenía en el aire,
y amaba el libro Jonathan Livingston Seagull.
Alrededor de tres semanas después de su muerte, estaba planeando
volver a trabajar por primera vez, ¡y lo temía! Estaba sentado en la mesa
de mi comedor llorando y llorando.
Luego miré hacia nuestra cubierta. La gaviota más grande que he visto
en mi vida estaba posada justo en la esquina de la barandilla, mirándome
como si dijera: "¡Puedes lograrlo!"
Vivo a unas 350 millas tierra adentro de la costa, y nunca había visto
una gaviota en mi jardín o en mi terraza, ¡nunca! Así que me subí al auto
y la gaviota me siguió hasta el trabajo.
Una y otra vez después de eso, mientras iba al trabajo, miraba hacia
arriba y veía a esta gaviota siguiéndome. Estaba tan claro para mí que
este pájaro fue enviado desde el cielo para levantarme el ánimo y darme
el coraje para seguir adelante.
Siento que Stewart estaba allí conmigo en ese momento mirándome.
Me hizo darme cuenta de que está bien, que ya no sufre y que es libre de
volar por los cielos como lo hizo cuando estuvo aquí.
Jonathan Livingston Seagull de Richard Bach ha

inspirado a millones de lectores a considerar la
posibilidad de que la vida sea eterna. Después de
que Jonathan muere y entra en un mundo nuevo,
se encuentra con un maestro que lo anima a trabajar
en sus lecciones de bondad y amor.
Phillip es un administrador de cabañas y piscinas

de hotel jubilado que vive en Florida. tenia estos dos
destacadas experiencias simbólicas después de su hijo,

Gregory, murió de leucemia a los 27 años:
Cuando Gregory y su hermana eran muy pequeños, los llevamos de
vacaciones a Key West, Florida. Durante este viaje, Gregory pudo nadar
con una marsopa en un área recreativa. Esa fue la emoción más grande
que jamás tuvo cuando era niño.
A través de los años, Gregory amaba el medio ambiente, amaba el agua
y, por supuesto, amaba las marsopas. De hecho, amaba todo en la vida.
Antes de morir, pidió que sus cenizas fueran colocadas en la Corriente del
Golfo al amanecer para que sus cenizas pudieran viajar por todo el mundo.
Después de la muerte de Gregory, un amigo nuestro nos recogió a mí ya

mi esposa muy temprano en la mañana en su bote. Nuestra hija vino con
nosotros y un amigo nuestro que recitaba el Kadish, que es una oración
judía por los muertos.
Salimos de Miami Beach y tardamos aproximadamente una hora y media
en llegar a la Corriente del Golfo. Exactamente al amanecer, mi amigo dijo
el Kaddish y mi esposa colocó las cenizas de Gregory en el agua.
Tan pronto como terminaron las oraciones, una escuela de al menos seis
u ocho marsopas se acercó al bote. Las marsopas se quedaron con
nosotros, nadando a ambos lados, ya que nos escoltaron prácticamente
todo el camino de regreso a la playa. Pero ese no es el final de la historia.
Unos años más tarde, mi esposa y yo fuimos a una conferencia regional

de Amigos Compasivos en Clearwater, Florida. Al final de la conferencia,
todos ataron un mensaje de amor para su hijo a un globo lleno de helio.
Todos miramos hacia el Golfo de México y soltamos los globos a las 3:00.
Le pregunté a Gregory si había alguna manera de que pudiera enviarnos un
mensaje de que nos ama, que por favor lo hiciera.
Tan pronto como soltamos nuestro globo, una sola marsopa vino nadando
hacia nosotros, a unos cuarenta o cincuenta pies del
costa. Desapareció un momento, volvió a subir y luego

simplemente se alejó.
Estas dos experiencias me han dado momentos deliciosos
para pensar y guardar en mi corazón para siempre.
Es el extraordinario comportamiento de muchos

tipos de animales lo que se nota tanto en estos
hermosos relatos simbólicos de ADC. Estos signos
son inconfundibles para los experimentadores porque
a menudo reflejan dramáticamente la afinidad a largo
plazo del ser querido fallecido por un ave o un
mamífero en particular.
Con la excepción de la última cuenta, cada uno de
los signos de ADC le aparecían al experimentador
de forma espontánea, y ninguno de ellos había sido
solicitado con anterioridad. Significativamente, todos
involucraban formas de la naturaleza, y su significado
simbólico se entendió de inmediato.
Muchas personas informaron que instintivamente

supieron pedir una señal para asegurarse de que su
ser querido fallecido sigue existiendo.
Posteriormente, la mayoría tuvo una experiencia de
ADC simbólico muy similar a los ejemplos que ya se
han presentado. Los relatos restantes en este
capítulo son de personas que
solicitó específicamente una señal de Dios o de su ser

querido fallecido.
Lucy, contadora en Nueva Jersey, se convirtió en una

madre desconsolada cuando su hijo de 9 años,
Steven, murió en un accidente automovilístico:
La noche antes del aniversario de un mes de la muerte de Steven,
estaba en su habitación diciendo: “¡Dale una señal a mami! ¡Dale una
señal a mami!”
Al día siguiente estaba de nuevo en su habitación. Le había
regalado un gatito a Steven tres semanas antes de que lo mataran, y
el gatito estaba en su escritorio. Pero no quería tocar nada en su
escritorio porque quería dejar la habitación de Steven exactamente
como él la había dejado.
¡Entonces el gatito tiró una botella pintada que Steven había
decorado! Rápidamente ahuyenté al gato del escritorio y tomé la
botella con mi dedo índice en el cuello. Sentí un poco de papel
adentro, así que lo saqué y lo abrí. Steven había escrito con rotulador:
“¡Te amo, mamá!”.
¡Estaba tan feliz de haber recibido mi cartel! me hizo sentir tan
extasiado de que estaba riendo y llorando al mismo tiempo.
Las acciones del gatito en ese mismo momento fueron

fundamentales para que Lucy encontrara el mensaje
escrito de su hijo fallecido. ¿Fue esto puramente
"coincidente" o podría
desempeñar
ser que elsugatito
papelseenvio
unobligado
plan mása
grande?
Claudia es maestra de secundaria en Kentucky.

Inmediatamente reconoció que esta señal era de
su hija de 12 años, Jodi, que había muerto atropellada

por un coche mientras montaba en bicicleta:
Esto fue unas dos semanas antes del primer aniversario de la
muerte de mi hija. Grité: “¡Dios, por favor deja que Jodi me dé una
señal! Tienes millones de personas ahí contigo. Todo lo que pido
es que una niña le envíe a su madre una señal de que está bien”.
Dije esto una y otra vez durante todo el día, y no pasó nada.
Esa noche tenía que ir a una reunión en mi iglesia. Mientras

estaba retrocediendo para salir del camino de entrada, miré hacia abajo.
Había un lápiz al costado del camino y algo me dijo que lo recogiera.
Así que detuve el auto, agarré el lápiz y lo miré. En el lápiz decía:
"Estoy bien".
No tengo ninguna duda de que Jodi hizo esto, que era un
mensaje de ella. Jodi estaba constantemente haciendo dibujos, y
creo que el lápiz era algo que ella sabía que yo podía identificar
con ella.
Realmente me ayudó durante el primer aniversario. Para
días estaba burbujeando!
Pedir es una forma de oración que abre la puerta a

recibir. Seamos o no conscientes de ello, este principio
espiritual se aplica igualmente no solo a los signos ADC
sino también a todos los demás aspectos de la vida.
Peg trabaja en una guardería en Pensilvania. Sus

oraciones fueron respondidas por su hijo de 17 años,
Skip, después de que muriera en un accidente
automovilístico causado por un conductor ebrio:
Skip siempre regalaba rosas a la gente. Si alguna vez ocurría algo especial,
regalaba una rosa. Le dio rosas a su novia todos los lunes desde que la conoció
porque la había conocido un lunes. Si fuera mi cumpleaños o si quisiera sacarme
el lado bueno, me traería una rosa.
Un mes después de su muerte, yo estaba hablando con él, diciendo: "Por favor,
Skip, dame una señal de que estás bien.
Más tarde, mis tres hermanas estaban conmigo cuando paré en el cementerio.
Dije: “Desearía que Skip nos hiciera saber que está bien”. Una de mis hermanas
dijo: “Con el tiempo, lo hará”. Después, fuimos a la iglesia y durante todo el servicio
estuve orando para recibir una señal.
Cuando salimos y subimos al auto, ¡vi que había una rosa debajo del
limpiaparabrisas! Era una rosa roja de tallo largo. Supe de inmediato que era de
Skip. ¡Simplemente lo sabía!
Todas mis hermanas empezaron a llorar porque también sabían que la rosa era
de mi hijo.
Todavía tengo esta rosa, ¡y sigue tan roja como el día en que la pusieron allí
para mí!
El poder de la oración sincera es verdaderamente

notable. Cuando oramos con sinceridad, demostramos
activamente nuestra apertura, voluntad y disposición
para recibir ADC y otros dones del reino espiritual.
•••
Andrea es supervisora de una planta de tratamiento

de agua en Florida. Su hijo, Douglas, fue asesinado.
en un accidente de moto cuando tenía 25 años:
Douglas amaba a los ciervos. Llevaba un hermoso pin de ciervo en su sombrero.

Y unos días antes de su accidente, le compré una cabeza de venado de oro para
su cumpleaños para usar en su cadena de oro en el cuello.
Ocho días después de su accidente, intenté volver al trabajo, pensando que tal
vez ayudaría. Mientras conducía, comencé a llorar muy fuerte. Salí de la carretera
y dije: “Dios, por favor dame una señal de que mi hijo, mi bebé, no sufrió esa noche,
que no conoció el dolor”.
Cuando miré hacia arriba, dentro de quince metros estaba el venado más
hermoso y su pequeño cervatillo. Estaban allí de pie, mirándome directamente.
Mientras los observaba, no corrieron. Simplemente se alejaron hasta que estuvieron
completamente fuera de la vista. Dije: “Gracias, Dios, por hacerme saber que
Douglas está bien”.
Muchas veces me ha pasado esto. Empiezo a llorar muy fuerte y me derrumbo,

y cuando miro hacia arriba, hay un ciervo. Y siempre siento paz y consuelo después.
Difícilmente pasa una semana que no veo uno. De hecho, ¡vi tres ciervos hoy!
Muchas personas tenían una serie de ADC simbólicos que

involucraban un signo de la naturaleza, como lo hizo Andrea.
Otros informaron haber encontrado una serie de objetos
inanimados. En cada caso, su signo particular tenía una
asociación personal con su amado fallecido
una.
Sunny es ama de casa en Texas. Una asombrosa serie

de eventos comenzó 3 semanas después de que su hijo
de 9 años, Sean, muriera en un accidente en su escuela:
Un día estaba llorando y hablando con Sean, rogándole que por favor
me enviara una señal de que todavía estaba con nosotros. Después de
sentarme un rato, tuve la sensación de levantarme e ir a su habitación.
Solo quería abrir un cajón y tocar su ropa, con suerte sentirme un poco
mejor. Pero me sentí obligado a sacar el cajón del todo y mirar debajo.
¡Había un centavo! Entonces me di cuenta: “¡Este es un mensaje tuyo,
Sean! ¡Eres tú quien viene!”
Cuando vi esa moneda de diez centavos, recordé una pequeña broma

que teníamos entre nosotros. Solía darle a Sean una asignación de $2.00
a la semana si mantenía su habitación limpia y hacía lo que le decían.
Mientras le daba los $2.00, le decía: “Esto es por ser un buen hijo”.
Luego, Sean iría a la pequeña lata de jugo congelado que había
decorado donde solía poner todo su cambio. Cogía una moneda de diez
centavos y me la daba, diciendo: “Esto es para ti, mamá. ¡Esta es tu
asignación por ser una buena madre!” Entonces, cuando vi esa moneda de
diez centavos, me sentí muy bien porque me di cuenta de que este era el
mensaje de Sean para mí.
Nunca había encontrado un centavo en mi vida antes. Dio la casualidad de que
comencé a encontrar muchas monedas de diez centavos después de eso, principalmente
en el trabajo. Luego comencé a encontrarlos en días especiales: el Día de San Valentín
y el Día de la Madre.
Encontré monedas de diez centavos cuando realmente las necesitaba:
en un restaurante, en un estacionamiento, frente a una tienda de mascotas,
paseando a nuestros perros por la noche, en un hospital cuando operaron
a mi esposo, en un museo, en una pizzería , y bajarse de un tren. ¡Un día
incluso encontré dos monedas de diez centavos!
Mi familia quería saber que Sean también estaba con ellos, así que le
pedí que les diera una señal. Y pronto ellos también
comenzó a encontrar monedas de diez centavos!
Desde que Sunny recibió su primer letrero de

ADC hace nueve años, ella y su esposo han seguido
encontrando "monedas de diez centavos de Sean"
en todas partes. ¡Su total actual es de 640 centavos!
El relato final de este capítulo lo narra Kathleen,

quien es maestra de preescolar en Illinois. Pidió una
señal 8 años después de que su hijo de 7 años,
Marc, muriera de leucemia:
Mi mejor amiga vio mucho el arcoíris después de la muerte de su hijo
y siempre sintió que tenían un significado especial. Me sentiría bien por
ella, pero también un poco de envidia. Recuerdo haber pensado: “Todos
los demás tienen estos signos. ¿Por qué nunca me pasa esto a mí?”.
Entonces decidí asistir a una conferencia nacional de The
Compassionate Friends. Uno de los miembros había hecho un hermoso
vitral para una rifa para recaudar fondos. Tenía dos mariposas y era muy
colorido. Lo pasé varias veces durante la conferencia y pensé que
teníamos un lugar perfecto para colgarlo en nuestra casa.
Cuando compré mis boletos para la rifa, le dije a Marc en mi cabeza:

“Durante todos estos años he escuchado historias de personas que han
recibido carteles o mensajes de sus hijos. Si alguna vez vas a darme
una señal, ¡este sería un muy buen momento para hacerlo!”.
No recuerdo haberle preguntado a Marc antes, simplemente salió muy
espontáneamente. Así que compré 10 boletos y se vendieron alrededor
de 800 boletos.
El sorteo se realizó el sábado por la noche. Mientras se leía el número
ganador, pensé: “¡Dios mío, voy a ganar! Bagazo
¡Realmente hice esto!” Yo tenía el boleto ganador. ¡Fue

abrumador!
En casa nos referimos a nuestro vitral con las mariposas
como “Nuestro regalo de Marc”.
El ADC simbólico de Kathleen demuestra que nunca es

demasiado tarde para pedir una señal, tal como lo hizo
ocho años después de la muerte de su hijo.
Independientemente del tiempo transcurrido desde que
fallecieron, nuestros seres queridos continúan
asegurándonos que morir es simplemente una transición a
otro estado del ser o nivel de conciencia.
Esto completa nuestra presentación de los doce tipos
principales de experiencias de comunicación después de
la muerte. Todas las cuentas restantes en este libro
consisten en varias combinaciones de ellas.
El próximo capítulo cubre tres temas: “temeroso”

Cuentas de ADC, el tema del suicidio y niveles más bajos
de vida después de la muerte.
CAPÍTULO 15
Excepciones a la regla:
“Temeroso” y otros ADC
Hay muchas habitaciones en la Casa del Padre así como hay muchos
grados en la escuela. El período de tiempo que pasamos en la tierra
no es más que un grado de vida. No es más que un comienzo.
—Roberto A. Russell
Este capítulo explora tres temas sobre los que nos

cuestionaron con frecuencia durante nuestros talleres:
relatos de ADC “temerosos”, el tema del suicidio y
niveles más bajos de vida después de la muerte.
Cuentas ADC “temerosas”
Casi todos los ADC son eventos positivos, alegres

y edificantes, y generalmente aceleran el crecimiento
espiritual. Pero por una variedad de razones, algunas
personas pueden experimentar miedo cuando uno
ocurre.
Muchos nunca han oído hablar de los ADC, por lo
que si tienen uno, pueden pensar que se están
volviendo locos o perdiendo la cabeza. Esto es
especialmente cierto si están en duelo y no tienen un
sistema de apoyo que acepte la posibilidad de
comunicaciones posteriores a la muerte.
Otros, que están familiarizados con los ADC,
pueden tener miedos irracionales o creencias
supersticiosas sobre tales experiencias que pueden
hacer que se asusten cuando ocurre una. Su reacción
emocional generalmente se puede atribuir al folclore
cultural y la forma negativa en que estos eventos
suelen retratarse en películas, televisión y libros.
Los adultos que han tenido un ADC pueden tener

dificultades para reconciliarlo con su propia filosofía
personal o creencias religiosas. Y los niños pequeños
pueden confundirse cuando
tratan de relatar tales experiencias a sus padres,

quienes no les creen.
Según nuestra investigación, no es el contenido
de una comunicación después de la muerte lo que
da miedo, sino la reacción del experimentador.
Como ilustran claramente los siguientes ejemplos,
las intenciones de los seres queridos fallecidos
parecen tan positivas en estos relatos como lo son
en los otros ADC a lo largo de este libro.
Suzanne es gerente de oficina en Florida. Tenía

18 años y no estaba preparada para este encuentro
10 meses después de que su abuela muriera de
diabetes a los 64 años:
Me iba a casar y todos estaban preparando la casa para la
recepción de mi boda. Estaba muy cansada y me sugirieron que
subiera las escaleras y me acostara un rato.
Estaba acostado allí mirando al vacío y pensando en cómo iba a
extrañar a mi abuela en mi boda. Siempre había contado con que
ella estaría allí, y ella había dicho que lo estaría.
¡De repente, a mi izquierda, aparecieron la cara y los hombros de

mi abuela! Parecía tan sólida y real como cualquiera.
Ella sonrió con un pequeño brillo en los ojos y dijo, de una manera
alegre: “No te preocupes, cariño. Voy a estar allí."
¡Fue como un rayo caído del azul! Desafortunadamente, esto me
asustó tanto que ¡estaba aterrorizado! ¡Tenía miedo de mi calabaza!
Grité y comencé a llorar incontrolablemente y salí corriendo de la
habitación y bajé las escaleras. ¡Estaba en un pánico ciego! Mi madre
Escuché todo este alboroto y me encontré al pie de las escaleras, pero

ni siquiera podía hablar.
Más tarde, cuando le conté mi experiencia, simplemente me dio una
palmadita en el brazo y me abrazó fuerte, diciendo: “Creo que eso es
muy dulce, querida”.
Sin duda, un caso de “nerviosismo de novia”

hizo que Suzanne estuviera más excitada que de
costumbre durante esta visita inesperada. La
respuesta inmediata de su abuela a su deseo
ciertamente da validez al adagio “¡Cuidado con lo
que pides porque es posible que lo consigas!”.
Charlotte es una enfermera de 43 años de

Nueva Jersey. Quedó viuda cuando su esposo,
Glen, murió de cáncer:
La noche que murió Glen, necesitaba hablar con alguien. Así que me
senté en la sala y llamé a mi novia, Joni, que vivía al lado.
Mientras hablaba con ella por teléfono, vi a Glen parado justo frente a
mí, ¡a solo unos centímetros de distancia! Era tan sólido como una roca
y no podía ver a través de él. Pero no se veía como cuando estaba
enfermo, ¡se veía absolutamente saludable!
Glen se inclinó, puso su mano sobre mi rodilla y dijo: “Charlotte, soy
yo. Estoy bien. Todo está bien. No tengo más dolor. ¡Me siento genial!"
¡Bueno, todo lo que hice fue gritar! ¡Me asustó muchísimo! Y cuanto
más gritaba, más decía: “Está bien, Charlotte. Está bien. Está bien. no
tienes que preocuparte por
yo. ¡Estoy bien!" Eso fue todo, y luego Glen simplemente se evaporó.
Me quedé allí congelado en mi silla, ¡hechizado por la incredulidad!

Joni se preguntó qué diablos había pasado, así que vino y hablamos,
y poco a poco me calmé.
Aunque Charlotte se sorprendió cuando vio a Glen y

sintió su toque, probablemente él tampoco estaba
preparado para su reacción histérica. Si bien podemos
sentir asombro, o incluso asombro, durante un ADC,
especialmente por la repentina aparición parcial o total,
no es la intención de nuestros seres queridos fallecidos
asustar
a nosotros.
Melissa es una asistente médica certificada en

Maryland. Dustin, su hijo de 6 años, fue atropellado por
un automóvil mientras montaba en bicicleta y murió más
tarde a causa de graves heridas en la cabeza:
Alrededor de un mes después de la muerte de mi hijo, estaba acostado en mi cama.
De repente, ante mis ojos, vi a Dustin sentado en una ladera. Los
colores eran muy vivos. El cielo era de un color azul que nunca antes
había visto en este mundo. Sabía que soplaba el viento porque la
hierba alta se agitaba.
Vi todo el cuerpo de Dustin, ¡era mi hijo! Sus pequeñas piernas
estaban estiradas con los brazos a los lados. Llevaba pantalones
cortos azules y una blusa pequeña, y parecía gozar de buena salud.
Pero solo vi un lado de la cara de Dustin. Estaba mirando algo,
pero no podía ver qué era. el tenia un
mirada curiosa como si estuviera tratando de averiguar algo.

Esta visión duró unos diez minutos. Recuerdo abrir y cerrar los ojos,
pero nunca vaciló, simplemente se quedó allí.
¡Entonces me dio miedo! Recuerdo que mi corazón estaba acelerado,

latiendo a una milla por minuto. Tenía miedo de que Dustin se volviera
hacia mí y lo viera mientras se ocupaba de su accidente. Así que oré
para que la visión desapareciera y se desvaneció lentamente.
Lo que podría haber sucedido no sucedió porque mi miedo ahuyentó

la visión.
La ansiedad de Melissa durante su visión ADC es

comprensible. Si tan solo hubiera estado mejor
informada, habría sabido que todos los niños fallecidos
están curados y completos en su nueva vida.
Hope, una enfermera de 35 años de Nueva Jersey,

entró en pánico cuando su padre volvió con ella 6 años
después de morir de un ataque al corazón:
Cuando me estaba despertando de una siesta, miré hacia la puerta.
¡Mi padre estaba parado allí con una mano en la cadera y la otra en el
marco de la puerta! Llevaba puesto su traje negro con una camisa
blanca y una corbata negra.
¡Estaba tan asustada porque sabía que estaba muerto! solo mantuve
¡sacudida! Estaba tratando de gritar, pero no salía nada.
Entonces mi padre dijo en voz alta con su voz normal: “No tengas
miedo. No estoy aquí para lastimarte. Nunca antes había visto a mi
yerno ni a mis nietos. Solo quería verlos y verte a ti. Estaba sonriendo
y estudiando mi rostro con una mirada amorosa.
Pero supongo que vio que estaba asustado, porque cuando miré
de nuevo, se desvaneció justo en frente de mis ojos.
Ahora sé que mi padre no volvió para hacerme daño. Pero cada vez
que lo pienso, me pongo nervioso. ¡Así de real era!
Varias personas que entrevistamos tenían creencias

supersticiosas que arruinaron sus ADC. Por ejemplo,
algunos creían que si alguna vez veían a alguien
fallecido, ellos u otro miembro de la familia morirían
muy pronto. Y otros asumieron automáticamente que
un ser querido había regresado para hacerles daño
de alguna manera.
Robert es educador en Florida. Su hijo de 12 años,

Robbie, murió a causa de las heridas que sufrió
durante una caída:
Esto fue más de un año después de la muerte de mi hijo, eran alrededor
de las 10:00 de la noche. Acababa de terminar de limpiar la casa y me
estaba preparando para mudarme al día siguiente. Estaba en el área de la
cocina cuando escuché un ruido en la parte trasera de la casa.
Caminé hacia el pasillo y vi a Robbie sentado encima de un baúl de
metal. La parte superior sonaría si te sentaras en ella, y ese es el sonido
que había escuchado.
Robbie vestía un par de jeans rojos y una camisa a cuadros. Tenía el
cabello muy largo y rubio que brillaba. Se veía genial, ¡realmente lo hizo!
Me saludó y dijo: “¡Hola, papá! No te preocupes. Todo esta bien."

Hablaba con voz audible y estaba
muy optimista Era como si Robbie no hubiera muerto, ¡realmente

estaba allí! Fui sorprendido.
No sé si me di la vuelta, pero en mi siguiente mirada, Robbie ya
no estaba allí. Entonces me asusté mucho porque sabía que mi hijo
estaba muerto y no podía estar allí. Mis sentidos racionales me
dijeron que algo andaba mal conmigo.
Salí y pensé: “¡Esto no puede ser! ¡Sé que mi hijo está muerto!
Lleva muerto más de un año. ¡Pero Robbie era tan realista! Tenía
el mismo aspecto que el día antes de morir.
Por un lado, me sentía realmente bien; por otro lado, tenía miedo.
Así que volví a la casa y caminé hasta el baúl, pero no había nada
allí. Pensé: “¡Esto es una locura! Si le digo a la gente que esto
sucedió, pensarán que soy extraño”.
Pasaron meses antes de que mencionara esta experiencia a
alguien, incluida mi esposa. Pero lo reflexioné en mi mente
constantemente. No dejaba de decirme a mí mismo que inventé
todo esto a partir de las emociones almacenadas dentro de mí, y
que en realidad no sucedió.
He vivido con esta experiencia durante mucho tiempo. Ahora
estoy convencido de que fue un hecho real y no solo producto de
mi imaginación. Me he dado cuenta de que fue un momento
maravilloso para mí. Fueron solo unos segundos, pero fue uno de
los segundos más significativos de mi vida.
Muchos hombres cuestionan su cordura después

de una experiencia ADC y son reacios a compartirla
con nadie. De hecho, a menudo lo descartan por
completo, simplemente porque no se ajusta a su
concepto de la realidad. Por otro lado, las mujeres
suelen ser más abiertas y receptivas a las
experiencias espirituales. Por lo general, están más dispuest
confiar en su intuición y no exigir pruebas científicas

de lo que saben que es verdad.
Afortunadamente, la mayoría de las personas
que entrevistamos que inicialmente tenían un ADC
"temeroso" pasaron a tener otros positivos en el
futuro después de aprender más sobre ellos y
superar sus ansiedades.
El tema del suicidio
Estamos profundamente preocupados de que

algunas personas que están leyendo este libro
puedan tener pensamientos suicidas. Y podrían
concluir de todos los brillantes relatos de las
experiencias de ADC que ya han leído que
pueden escapar de sus problemas emocionales
quitándose la vida. Si usted es una de estas
personas, considere el resto de este capítulo con
mucho cuidado y luego lea el Capítulo 20, Gracia salvadora
Según nuestra investigación, si se suicida para
evitar sus problemas terrenales y su dolor
emocional, puede esperar experimentar diferentes
consecuencias después de su muerte que las
personas que mueren por otras causas. No solo
traerá consigo todas sus lecciones incompletas,
sino que su muerte prematura creará sufrimiento
adicional para usted y sus sobrevivientes.
Marlene, de 38 años, es técnica de noticias de

redes en Maryland. Su novio, Wes, tuvo un duro
despertar después de que se suicidó
impulsivamente:
Alrededor de un mes después, Wes vino a mí en un sueño totalmente

vívido. Pero no fue solo un sueño, fue una experiencia real.
Estaba rodeado por una niebla en un páramo del desierto. Era un lugar
solitario que era mayormente oscuro y sombrío. Llevaba una camiseta
andrajosa y pantalones cortos.
Wes estaba abatido y resignado. Definitivamente no estaba en paz. Él
dijo: “He sido sentenciado”. Pregunté: "¿A qué?" Él dijo: “¡He sido
sentenciado a la vida eterna!”.
Wes era una persona perdida, y lo entendí. No encontró la paz que
buscaba y yo sentí una tristeza y un dolor inmensos.
Le dije que oraría por él.
Me desperté dándome cuenta de que no sirve de nada suicidarse
porque todavía vas a estar vivo. No puedes escapar. No va a ser mejor
después de la muerte. Tienes que vivir esta vida y asumir la responsabilidad
por ella.
Siempre eres responsable de tus acciones, ya sea que estés aquí o
allá. Si abdicas de tus lecciones quitándote la vida, no puedes esperar
que la muerte te quite el dolor o cambie las lecciones que tienes que
aprender.
Es imposible acabar con tu propia vida. El

suicidio no es una puerta a la nada. No conduce
a un estado de olvido o vacío que acabará con
todo tu dolor emocional. Lo único que lograrás
destruir es tu cuerpo físico.
Traerás todos tus problemas, tu sensación de
fracaso y tus lecciones incompletas a tu nueva
vida. En definitiva, vayas donde vayas, siempre
te llevas contigo.
Leeanne, una ejecutiva bancaria en Georgia, tuvo

una comunicación en estado de sueño con su hermano
Chet, de 30 años, quien se quitó la vida después de
la repentina pérdida de su negocio:
Chet no había sido una persona crónicamente deprimida. Amaba el

trabajo que estaba haciendo y el éxito de su negocio significaba todo para
él.
¡Su suicidio fue tan repentino! ¡Fue horrible! Mis padres simplemente
no podían soportarlo. Yo era el hijo mayor y tuve que encargarme de su
funeral y todo.
Tal vez seis meses después, vino a mí en un sueño y hablamos cara a
cara. Estaba extremadamente triste por lo que le había hecho a su familia.
Recuerdo que Chet tenía una mirada melancólica y confundida en su

rostro. Lo sentía mucho porque todos estábamos sufriendo, porque todos
estábamos pasando por este dolor. Él no quería hacernos pasar por eso.
Parecía arrepentido y desconcertado. Bajó la cabeza y la sacudió, como
si no pudiera creer lo que había hecho.
Esto fue más que un sueño, y después de que me desperté, estaba

temblando. Sentí tristeza por mi hermano porque me di cuenta de que
esto no era lo que realmente quería.
Si te suicidas, crearás sufrimiento para ti y para los

demás. Al igual que Chet, serás muy consciente y
posiblemente incluso sentirás todo el dolor, toda la
pena, toda la culpa y toda la ira de las personas que
dejaste atrás. Ninguna cantidad de remordimiento o
cantidad de disculpas podrá compensar el legado de
dolor que usted
habrá infligido a sus familiares, amigos, compañeros

de trabajo y, muy especialmente, a sus hijos.
Decir “lo siento” no compensará lo que ha hecho.
Derrick es un fotógrafo de noticias en Texas. Su

hermano, Kirk, tenía 21 años cuando se suicidó:
Esta fue la primera Nochebuena después de que mi hermano

se suicidó. Me había ido a la cama y había dormido unas tres o
cuatro horas. Recuerdo que me despertaron y supe que Kirk
estaba en la habitación; podía sentirlo físicamente.
Estuve realmente asustado por un par de segundos, y luego
pude ver a Kirk, en la periferia, a mi izquierda. ¡Sabía que era él!
Su rostro estaba oscuro y sombreado, pero se veía tan sólido y
real como podía ser.
Le dije que me alegraba de verlo y que quería hablar con él.
Pero todo lo que Kirk dijo fue: “Lo siento. Lo siento, hice eso. No
quería lastimar a nadie. Lo siento." Empecé a entrar en pánico
porque no quería que me dejara después de una visita tan corta y
rápida. Luego se fue.
Después, caminé por la casa sin sentimientos y con un millón
de sentimientos al mismo tiempo. Kirk podría disculparse mil veces
por hacernos pasar un infierno, y aun así no lo mejoraría.
Los sobrevivientes del suicidio soportan una

enorme cantidad de dolor. Sienten todo el dolor
normal que experimentan las personas después de
la muerte de un ser querido, junto con sentimientos de rechazo
abandono. Y deben lidiar con cuestiones adicionales

como la culpa, la culpa y la interminable pregunta
"¿Por qué?"
Sin embargo, existen muchas motivaciones para
suicidarse. Por ejemplo, algunas personas deciden
quitarse la vida cuando sufren un dolor implacable a
causa de una enfermedad terminal. Otros con
enfermedades mentales o depresión clínica a largo
plazo o dolor físico crónico también pueden optar por
terminar prematuramente con su vida.
Según nuestra investigación de ADC, parece que es
muy probable que estas personas se salven de las
consecuencias espirituales negativas que les esperan
a quienes gozan de buena salud física pero se
suicidan como un intento de escapar de sus
problemas emocionales.
Rhonda es transcriptora médica en Nevada. Tenía

solo 21 años cuando tuvo un ADC en estado de
sueño con Hank, un amigo de la familia que tenía 45
años cuando murió:
La noche antes de que Hank muriera, reunió a su familia y

a mi familia. Yo era el único que no estaba allí. Les contó
sobre su cáncer terminal; nadie lo sabía antes. Les dijo que
planeaba quitarse la vida y al día siguiente se suicidó.
Cuatro días después, Hank vino a mí en un sueño. Hubo

un golpe en la puerta, y cuando la abrí, él estaba parado allí.
Estaba muy sano, nada enfermo. Parecía completamente
normal, vestía una camisa blanca, una corbata y pantalones
negros.
Hank tenía una expresión feliz en su rostro y dijo: “Está
bien. Hice esto porque me estaba muriendo y no podía vivir
más con el dolor. Usted y su familia estarán bien. Todo estará
bien para todos ustedes. Sigue con tu vida. Te amo."
Ese fue el final del sueño, y me desperté.
¿Notaste que el estado de ánimo y la apariencia

de Hank eran muy diferentes a los de los que se
suicidaron en los relatos anteriores? Su motivación
para quitarse la vida también fue diferente, ya que
tenía una enfermedad terminal con un tipo de
cáncer muy doloroso y no buscaba simplemente
escapar de un problema emocional temporal.
Algunas experiencias similares de ADC están
contenidas en capítulos posteriores de este libro.
Debido a que la vida de todos tiene un gran
significado espiritual, desaconsejamos
personalmente el suicidio en todas las circunstancias.
Obtenga asesoramiento profesional de inmediato
si tiene sentimientos suicidas.
Niveles más bajos de vida después de la muerte
“¿Todos van al cielo cuando mueren?” Esta pregunta

se hizo a veces durante nuestros talleres. La respuesta
parece ser “No, no todos, y ciertamente no de inmediato.
Algunos pueden tardar mucho tiempo, según los

estándares terrenales, en llegar allí”.
La mayoría de la gente lleva una vida bastante
decente. Están dispuestos a enfrentar las lecciones de
la vida, cometer errores, aprender de ellos y
comprometerse a hacerlo mejor en el futuro.
Evidentemente, son bienvenidos en el cielo
inmediatamente después de su muerte, como atestiguan los relato
Hasta donde sabemos, ninguno de los entrevistados
fue contactado por alguien que hubiera cometido
crímenes maliciosos o atrocidades, por lo que nuestra
investigación de ADC no reveló nada nuevo sobre su
estado de existencia. Sin embargo, algunos
experimentadores cercanos a la muerte y viajeros fuera
del cuerpo han visitado regiones infernales de la vida
después de la muerte donde vieron innumerables almas
humanas.
Entre estos dos extremos, hay muchos que no hacen
las paces antes de morir por el
sufrimiento que han causado a otros. Después de

su muerte, parece que están temporalmente
restringidos a niveles más bajos de existencia, no
por castigo sino por su curación y crecimiento
espiritual. Aparentemente, reciben oportunidades
continuas para avanzar a los niveles más altos de
la dimensión espiritual a medida que experimentan
un profundo remordimiento, un arrepentimiento
sincero y una verdadera rehabilitación.
Joel es un representante de ventas de 43 años

en Florida. Tuvo una serie de encuentros con su
padre, quien murió de cáncer:
Durante los últimos años de vida de mi padre, volvió a ser un
alcohólico activo. Causó mucha destrucción en la familia y,
francamente, fue un alivio cuando murió.
Después de su muerte, a menudo sentí su presencia a mi
alrededor. No podía verlo ni comunicarme con él, pero podía sentir
la agonía en la que estaba.
Ocho años más tarde, comencé a meditar y mi padre volvió a
acudir a mí. Quería el perdón. No podía pasar a lo que se suponía
que debía hacer debido al horror que había creado antes de irse.
Me suplicó que le pidiera a todos en la familia que lo perdonaran.

Aparentemente, yo era el único que sabía por lo que estaba
pasando.
Así que comencé a contarle a diferentes miembros de mi familia,
mi madre, mi hermana, su esposa, sus súplicas de perdón. Fue
increíble para mí lo bien que todos aceptaban lo que yo era.
hablando y que empezaron a perdonarlo. Y cuando yo también pude

perdonar a mi padre, me quitó un peso de encima.
Entonces, de repente, fue como si se sintiera aliviado, y simplemente

ya no estaba allí. Me sentí tan feliz por mi papá.
Nos convertimos en el principal beneficiario

cuando perdonamos a otro. Al perdonar, nos
liberamos de las ataduras del resentimiento, la
ira, la amargura, el odio y el deseo de venganza.
Esto nos permitirá recibir la máxima bendición
espiritual, el don de la paz interior.
Wanda, de 37 años, trabaja en la industria

de bienes raíces en Florida. Tenía este ADC
con su esposo, Norm, quien se suicidó:
Un año después de la muerte de mi esposo, tuve un sueño muy vívido.
Norm estaba en un lugar con otras personas. No era un lugar muy alegre,
era un poco oscuro y un poco deprimente. Recuerdo que me sentí
incómodo allí, y no me sentí muy bien cuando lo vi.
Me acerqué a él y le pregunté: “¿Dónde estás? ¿Qué estás haciendo

aquí?" Me dijo que estaba en un lugar de detención. Que tenía que estar
allí hasta que su vida hubiera terminado en la tierra.
Después de que esto sucedió, me sentí mucho mejor porque sabía
que Norm estaba bien. No estaba feliz y no estaba triste, pero al menos
estaba en un lugar seguro.
Es probable que Wanda tuviera un ADC fuera

del cuerpo durante el cual experimentó la atmósfera
emocional de un "lugar de espera" en un nivel
inferior de la vida después de la muerte. Estos
parecen ser centros de sanación espiritual que
ayudan a las personas a superar las lecciones que
quedaron incompletas cuando terminaron
prematuramente su vida en la tierra.
Catherine, de 35 años, es ama de casa en

Pensilvania. Su suegro le pidió ayuda después de
que él muriera de cáncer:
Tuve este sueño unos cuatro meses después de que papá falleciera.
Toda su persona estaba muy clara, aunque no había luz en absoluto.
Había oscuridad total a su alrededor, como si cortaras una imagen y la
colocaras en papel de construcción negro.
Pop se paseaba de un lado a otro de manera agitada. Parecía muy
angustiado y estaba muy molesto. Ni siquiera reconoció mi presencia al
principio. Simplemente caminaba con las manos detrás de él, mirando
hacia abajo.
Finalmente dije: "¿Qué pasa, papá?" Se volvió y me miró directamente
a la cara con una mirada fija. Él dijo: “No me gusta dónde estoy. no me
gusta nada Hice lo que hice porque tenía que hacerlo. Tenía hijos que
mantener. Pero no quise que esto sucediera”.
Dije: “No hay nada que pueda hacer por ti”. Él dijo: “¡Oh, sí, lo hay!
¡Puedes orar por mí!” Dije: “Está bien, oraré por ti”. Luego dijo: “¡Dígales
a todos que oren por mí!” Cuando desapareció, pareció aliviado y repitió:
“No lo olvides.
¡Dígales a todos que oren por mí!”
Me desperté de inmediato y le dije a mi esposo. Le pregunté

qué había hecho papá que le causaría tanto arrepentimiento.
Mi esposo me dijo que cuando papá era joven y trataba de
mantener a sus hijos, hizo algunas cosas que eran ilegales.
Yo no sabía nada de eso.
Cuando mi esposo le dijo a sus hermanos y hermanas,
todos oraron por su padre. Y me sentí obligado a orar por él.
también.
Ocasionalmente, nuestros seres queridos fallecidos nos

pedirán que oremos por ellos. Esto afirma que nuestras
oraciones contribuyen notablemente a su bienestar espiritual y
aceleran su avance hacia los niveles superiores de la vida
después de la muerte, tal como afirman muchas de las
religiones del mundo.
Todas las cuentas en este capítulo han sido
representante de otros similares en nuestros archivos.
¿Ha sido contactado por un ser querido fallecido antes de

enterarse de su muerte? El siguiente capítulo proporciona
informes de personas que primero tuvieron una experiencia de
ADC y luego se les notificó que su ser querido había muerto.
CAPÍTULO 16
Tiempo lo es todo:
ADC antes de las noticias
La vida es eterna... La muerte no es más que una transición

inevitable que cada alma hace cuando deja el cuerpo físico.
Es un estado más libre que no limita el alma a tiempo y lugar.
—Betty Bethards
Este es el primero de seis capítulos que

presentará evidencia persuasiva de que las
experiencias de comunicación después de la
muerte son genuinas. Cuando haya terminado
de leer todos estos relatos, puede estar de
acuerdo en que los ADC definitivamente no son
alucinaciones, fantasías o recuerdos causados
por el dolor. Tampoco son proyecciones de la
mente subconsciente o productos de una imaginación hip
Tal vez esté convencido de que las personas
de este libro, junto con muchos millones de
otros, han tenido comunicación directa con algún familiar o

amigo fallecido, tal como lo han manifestado. Y que hay una
nueva vida después de la muerte que espera a todos.
Este capítulo contiene relatos de primera mano de

personas que fueron contactadas por un ser querido fallecido
antes de enterarse de su muerte.
Es decir, primero tuvieron una experiencia de ADC y más
tarde se les informó que su familiar o amigo había muerto.
En el caso de una muerte súbita e inesperada, no te

sentirías afligido hasta que recibieras la noticia de que un
ser querido había muerto. Por lo tanto, ¿por qué tendría una
alucinación inducida por el dolor antes de darse cuenta de
que había ocurrido una muerte?
En estos cinco primeros relatos los seres queridos

fallecidos se pusieron en contacto muy poco tiempo después
de su muerte.
Melinda, que ahora es ama de casa en Washington, tuvo
este encuentro totalmente inesperado con su amigo, Tom:
Tom y yo crecimos juntos. Éramos vecinos de al lado, pero no lo había

visto desde que ingresó al sacerdocio. Perdí contacto completo con él y
su familia después de mudarme a Texas.
Una noche, más de diez años después, me desperté de un sueño

profundo. ¡Vi a Tom parado al pie de mi cama con un uniforme de la
Marina! Cuando vi su uniforme, no podía creerlo porque pensé que era
un sacerdote católico. Él dijo: “Adiós, Melinda. Me voy ahora." Y
desapareció.
Mi esposo se despertó y le conté lo que había sucedido.
Pero dijo que solo estaba soñando.
Tres días después, recibí una carta de mi madre que decía que Tom
acababa de morir en acción. ¡También descubrí que había sido capellán
en la Marina!
Este es un excelente ejemplo de un ADC antes

de las noticias, y también es un fuerte relato
probatorio. Como Melinda no había tenido noticias
de Tom en más de diez años, no sabía que se
había convertido en oficial naval. Así que
ciertamente no había ninguna razón para que ella
alucinara la apariencia de Tom con su uniforme de
capellán tres días antes de enterarse de su muerte.
Debi es maestra de escuela en Virginia. Tenía

solo 19 años cuando tuvo este encuentro con su
amigo, Gary:
Gary y yo éramos amigos platónicos muy cercanos. Yo estaba en la
universidad y no lo había visto por un tiempo, y él era un estudiante de
posgrado que vivía en otra ciudad a 250 millas de distancia. Cuando
estábamos juntos, hablábamos mucho sobre religión porque ambos
estábamos luchando con cómo nos criaron versus cómo nos sentíamos por dentro.
Una noche, tuve un sueño muy vívido en el que Gary vino y se sentó
al borde de mi cama. Estaba muy feliz y en
paz. Gozaba de la mejor salud de su vida, se veía muy radiante: un

resplandor de luz blanca lo rodeaba.
Gary parecía conocer mis pensamientos. Me habló de cuánto me amaba
y cuánto entendía mi amor por él. Entonces me dijo: “Pase lo que pase,
tienes que seguir porque estás en el camino correcto”. Sentí que estábamos
juntos, y luego Gary se fue.
Me desperté a la mañana siguiente muy preocupada porque no entendía

de qué se trataba ese sueño. Pero fui a mis clases de todos modos.
Cuando llegué a casa esa noche, comencé a preparar la cena y encendí

la televisión. ¡Escuché en las noticias de las 6:00 que Gary había muerto
la noche anterior en un terrible accidente automovilístico!
Al igual que Debi, muchas personas aún no están

familiarizadas con los ADC y es posible que no reconozcan
uno cuando ocurre. Esto es especialmente cierto si no
están afligidos en ese momento. Aunque no se dio cuenta
de que Gary se estaba despidiendo de ella, la experiencia
de Debi cumplió el valioso propósito de prepararla para
recibir la noticia de su repentina muerte.
Francine, una enfermera de 42 años de Florida, fue

desconcertada por la visita de su paciente, Roland:
Estaba trabajando en un centro de atención extendida. Algunos de los
pacientes estaban despiertos, y Roland era uno de ellos. Desarrollamos
una relación especial. Me di cuenta de que necesitaba sentirse necesitado,
así que le di pequeños trabajos que hacer y siempre parecía encantado
de hacerlos.
Una mañana, entre las 6:00 y las 6:15, me estaba preparando

para ir a trabajar. Me senté en el borde de la cama para ponerme
los zapatos. Giré la cabeza y vi una débil visión de Roland parado
al pie de la cama, ¡sonriendo! Reconocí su rostro al instante.
Parecía feliz y relajado.
¡Pensé que me estaba volviendo loco! Le devolví la sonrisa y
luego se fue. Como que me reí y le dije a mi esposo: “Realmente
me estoy riendo a carcajadas ahora. ¡Ni siquiera estoy en el
trabajo todavía, pero vi a uno de mis pacientes parado aquí!”
Fui a trabajar, y cuando entré, me dijeron que Roland había
muerto de un ataque al corazón durante la noche. Tuve la
sensación de que había venido a decirme que estaba bien.
Francine tampoco estaba familiarizada con las

experiencias de ADC y no sabía que estaba
teniendo una cuando Roland apareció de repente ante ella.
Por lo tanto, era natural que pudiera dudar de sus
sentidos cuando él apareció en su dormitorio.
Es muy probable que Roland pensara tan bien en
Francine como ella lo consideraba a él, por lo que
probablemente vino a agradecerle su amistad
especial y a despedirse.
Sue Ellen es ama de casa en Florida. Su padre

le entregó un mensaje personal cuando ella tenía
24 años:
Estaba acostado en el sofá. ¡De repente, vi a mi padre muy
claramente! Definitivamente estaba allí conmigo, podía ver su
rostro sonriente.
Lo escuché decir: “Está bien, cariño. ¡Es hermoso por aquí! Estoy
muy feliz, así que no te preocupes”. Luego se rió y agregó: “Ahora no
tengo que pagar por todos los muebles que compraron tu mamá y tu
hermana”. Por supuesto, no sabía a qué se refería.
Casi simultáneamente, el teléfono estaba sonando. Podía escuchar

a mi esposo en el fondo diciendo: "¡Oh, Dios mío!" Se enteró de que
mi padre acababa de morir de un ataque al corazón. ¡Mi padre sólo
tenía cincuenta y tres años y gozaba de excelente salud!
Después de eso, recibimos una carta que decía que mi madre y mi
hermana habían comprado una casa llena de muebles justo antes de
que muriera mi padre. ¡Pero el seguro de mi padre lo pagó todo! Esa
fue la verificación para mí de que mi experiencia fue real.
Creo que mi padre vino a mí porque quería ser el
el primero en decirme que había muerto.
Para Sue Ellen, el sentido de la oportunidad

de su padre era perfecto, como lo son tantos
ADC. Llegó justo a tiempo para amortiguar la
conmoción que habría sentido su hija al
enterarse de su inesperada muerte. Su padre
también proporcionó una información sutil sobre
los muebles nuevos, tal vez anticipando que
Sue Ellen le pediría más detalles a su familia.
Y cuando lo hizo, confirmaron todo lo que él le
había dicho, validando así la realidad de su experiencia.
Clare es contadora pública certificada en

Oregón. Tuvo esta experiencia estimulante con
su amigo de 56 años, Hugh:
Hugh y yo nos conocíamos y trabajábamos juntos desde hacía

quince años. Era alguien muy especial para mí en comprensión y
amistad.
Mientras me despertaba temprano un lunes por la mañana, Hugh
vino a mí. ¡Me pellizcó para llamar mi atención! ¡Yo lo vi! Estaba de pie
junto a mi cama, con una camisa blanca con las mangas arremangadas.
Su estado de ánimo y expresión eran realmente tristes, como si lo
hubiera perdido todo.
Hugh dijo: “Lo siento, Clare. No lo logré. Agregó, “Adiós”, como si
fuera para siempre. Luego simplemente desapareció. Me senté en el
borde de la cama contemplando su mensaje. Me preguntaba, "¿Qué
diablos?"
Entonces mi radio reloj se encendió con las noticias de la mañana.
Anunciaron que el hidroavión de Hugh se había hundido en el río
Columbia el día anterior. No llegó a tierra y se ahogó.
Hugh tuvo la previsión de visitar a Clare antes de que

ella se enterara de su muerte por una fuente impersonal.
Su consideración por los sentimientos de ella se refleja en
su sincronización impecable.
Este ADC también demuestra que no todas las personas
son completamente felices después de morir.
Algunas personas que han muerto repentinamente pueden
sentirse inicialmente desconcertadas, enojadas, tristes o
engañadas cuando su vida física termina. Y la confusión es
a menudo el estado mental dominante para aquellos que
están completamente convencidos de que no hay forma de
vida después de esta. Estas personas pueden desorientarse
después de morir y suponer que simplemente están teniendo
un sueño muy peculiar del que despertarán en breve,

sanos y salvos en su propia cama en casa.
En los cuatro relatos siguientes, el momento del

contacto del ADC es prácticamente simultáneo con la
muerte del ser querido.
Lillian es una ama de casa de 57 años en la
Columbia Británica. Recibió algunas noticias oportunas
de su esposo, Arthur:
Mi esposo había sufrido un infarto masivo y estaba en el hospital.
Después de regresar a casa, estaba sentado solo en nuestra sala de estar
a la 1:56 de la mañana. ¡De repente, pude escuchar la voz de Arthur
dentro de mi cabeza tan clara como cualquier otra cosa!
Él dijo: “Debo continuar. Tengo otras cosas que cumplir.
Mi trabajo aquí en la tierra ha terminado. Su trabajo aún no ha terminado”.
Entonces supe que el hospital me llamaría pronto para decirme que Arthur
había fallecido.
Aproximadamente quince minutos después, sonó el teléfono. Era la
enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos informándome que el
estado de mi esposo había empeorado, que es lo que suelen decir cuando
alguien ha muerto.
Los niños estaban en casa, así que los desperté y todos fuimos al
hospital. La enfermera me recibió afuera de la puerta de la UCI y le dije:
"Sí, querida, sé que mi esposo ha muerto". Se sorprendió cuando le cité
la hora exacta que figuraba en su certificado de defunción: 1:56 a. m.
El momento de un ADC antes de la noticia puede

coincidir exactamente con la muerte de un ser querido.
Esto agregará otro elemento de credibilidad a la
experiencia que otros no pueden negar o descartar
fácilmente.
•••
Vicky es una gerente de oficina de 53 años en Ohio.

Ciertamente nunca esperó que su abuelo la contactara:
Recuerdo que me desperté y, casi instantáneamente, esta

asombrosa luz azul blanquecina brillante flotaba cerca del techo.
Era una gran forma ovalada, de unos cuatro pies de alto y tres pies
de ancho.
Mientras lo miraba, me dijeron telepáticamente que era mi abuelo
materno, que acababa de pasar al otro mundo. Recuerdo que
pensé que esto era realmente extraño porque no tenía idea de que
había estado enfermo. De hecho, no tenía ninguna relación cercana
con este hombre. Era un poco malhumorado y tenía una mala
relación con otros miembros de la familia.
La luz se demoró por un rato, y después de que se fue, miré el
reloj y descubrí que eran las 2:17 a. m. Luego volví a dormir.
A la mañana siguiente, mi hermana llamó a la puerta de mi casa.

Sabía por qué había venido y dicho: "Viniste a decirme que el
abuelo murió, ¿no?" Me miró desconcertada y dijo: “Mamá llamó
para decirnos que murió de un infarto a eso de las 2:30 a. m.”. Le
dije: “No, eran las 2:17 a. m.”, y le conté lo que había sucedido.
Claramente, Vicky no estaba en un estado de

duelo anticipado o preparatorio cuando recibió la
visita de su abuelo emocionalmente distante.
De hecho, no había nada en su relación que la hiciera
alucinar o fantasear con tal experiencia. Sin embargo,
no es del todo inusual que algunas personas “hagan
la ronda” después de su muerte, en su intento de
despedirse de varios familiares y amigos.
Loretta, de 38 años, es propietaria de un hospital

veterinario en Arizona. Estaba muy agradecida por la
amabilidad de su suegra, Yvonne:
Yvonne necesitaba asistencia médica las 24 horas. Así que dejé mi
trabajo para cuidarla. Mientras estuve allí durante tres meses, ella llegó
a amarme como a una hija y yo llegué a amarla como a una madre.
Luego tuvimos que ingresarla en un centro de cuidados paliativos.
Al día siguiente, estaba acostado en mi cama alrededor de las 8:00

de la mañana. ¡De repente, escuché a Yvonne decir mi nombre!
¡Simplemente no podía creerlo! La escuché por segunda vez, más
fuerte y más claramente, decir: "¡Loretta!"
¡Me incorporé y vi muy claramente a mi suegra parada al pie de mi
cama! Lo primero que me llamó la atención fue que ella tenía su propio
cabello rubio. Con la radiación y la quimioterapia, se había vuelto 100%
calva y usaba pelucas. ¡Estaba tan sorprendido! Llevaba un vestido
blanco puro con líneas muy simples, como una túnica de coro.
Yvonne dijo mi nombre por tercera vez y yo dije: “¿Sí?”. Ella dijo:
“Quiero despedirme ahora. Te amo." Entonces hubo
nada más que una voluta de humo blanco donde había estado parada.
Supe en ese segundo que ella había muerto.
Varias semanas después, obtuvimos el certificado de defunción oficial
de Yvonne. La hora de su muerte se registró como las 8:02 a. m., ¡la
hora y el día exactos en que había venido a verme!
¿Qué mayor honor pueden otorgarnos nuestros

seres queridos que entregar personalmente un
mensaje de amor tan pronto como mueren?
Escucharlos directamente, antes de que lleguen las
noticias, satisface muchas de nuestras necesidades
emocionales. Además, esto nos asegura que han
sobrevivido a la muerte física y están sanados y
completos al entrar en su nueva vida, lo que puede
ahorrarnos cualquier preocupación que podamos tener por e
Dominic es un médico de 38 años en Florida.

Adquirió una importante conciencia mientras él y
un compañero de clase se aislaban en una casa de
campo para estudiar para los exámenes de la
escuela de medicina:
Mientras mi amigo y yo estudiábamos, experimenté el olor
extremadamente fuerte y característico de un medicamento que mi
madre usaba con la abuela: alcanfor y alcohol. Este remedio casero se
usaba como una compresa fría que se aplicaba en la frente cuando se
sentía débil.
Definitivamente no había alcohol ni alcanfor en la cabaña.
Sin embargo, el olor era tan fuerte que le dije a mi amigo que creía en mi
abuela acababa de morir. De alguna manera lo restó importancia,

pero anoté la hora en que sucedió, 10:10 a.m.
Poco después sentí la presencia muy pacífica de mi abuela.
¡Me di cuenta de que algo extraordinario estaba sucediendo! Todo
el sentimiento era que ella estaba diciendo, “Adiós. No te
preocupes. Todo esta bien."
La abuela tenía la enfermedad de Alzheimer. En los últimos
meses de su vida, fue incoherente. Pero cuando sentí su presencia,
ella era la persona que había conocido antes de enfermarse. Me
dejó con una sensación de alivio, serenidad y paz.
Cuando llegué a casa ese día, mi madre me estaba esperando.
Ella dijo: “Tu abuela ha empeorado”. Le dije: “No te preocupes. Sé
lo que pasó. Murió a las 10:10 de esta mañana”. Entonces mi
madre me confirmó que mi abuela había muerto exactamente en
ese momento.
Cuando la abuela de Dominic lo visitó, se le dio

una lección invaluable que rara vez se enseña en
la mayoría de las escuelas de medicina
occidentales. Aprendió que su abuela es un ser
eterno que simplemente descartó su cuerpo
terrenal como una prenda vieja y desgastada.
Imagine un mundo en el que todos los cuidadores
médicos tengan ese conocimiento.
Este ADC también ilustra que cuando alguien
sufre de Alzheimer u otra enfermedad debilitante,
solo el cuerpo físico se ve afectado, mientras que
el cuerpo espiritual no se ve afectado. Esto explica
cómo la abuela de Dominic pudo ser sanada y
completa.
inmediatamente después de morir, a pesar de que había

estado severamente incapacitada antes de hacer su
transición.
Los siguientes cuatro relatos son ejemplos de tener un
ADC antes de recibir la noticia, incluso cuando se trata de
grandes distancias.
Brian, un quiropráctico en Washington, recibió una
visita improvisada de su abuelo, que tenía 74 años y vivía
en Nueva York:
Estaba en California quedándome en la casa de un amigo. Era

de noche y yo estaba tumbado en el sofá de un salón a oscuras
viendo la televisión.
Entre las 10:00 y las 11:00 sentí la presencia de mi abuelo.
Luego, la imagen de su rostro apareció ante mí: ¡él estaba allí en
la habitación! Supe de inmediato que había venido a decirme que
había fallecido.
Se comunicó telepáticamente que estaba triste porque nunca
tuvo su fiesta de cumpleaños número 75. Esto era algo que había
estado tratando de arreglar y había estado muy preocupado.
Después de que me comunicó esto, la imagen de él se fue.
A la mañana siguiente recibí una llamada telefónica de mi padre.

Mi abuelo había fallecido de insuficiencia cardíaca entre la 1:00 y
las 2:00 de la mañana en Nueva York. Era la hora del este, igual
que de 10:00 a 11:00 p. m., hora del Pacífico en California.
Contrariamente a la creencia de algunas personas,

evidentemente ni el tiempo ni el espacio son barreras o
limitaciones para nuestros seres queridos fallecidos, al igual que
La comunicación de Brian de su abuelo ilustra.

Independientemente de la distancia involucrada,
cuando se toman en cuenta las diferentes zonas
horarias, el instante en que muere un ser querido y el
momento en que ocurre un ADC suelen ser los mismos.
Fay, una psicoterapeuta de 57 años de Nueva

México, recibió la validación de su tía
Marion, que vivía en Misuri:
La tía Marion y yo siempre tuvimos una conexión real, aunque ella
vivía en Missouri y yo vivía en California. Cuando le diagnosticaron
cáncer, volé a Missouri y pasé mucho tiempo con ella.
A menudo hablábamos de lo que había aprendido sobre la muerte y

el morir, y le dije lo importante que era ir hacia la luz cuando morimos.
Una mañana, en California, me desperté y estaba en ese estado

intermedio. Escuché la voz de la tía Marion tan claramente como si
estuviera en su habitación de hospital. Ella dijo: “Solo quiero que sepas
que tenías razón. ¡Veo la luz! Me hace sentir cálido por todas partes. Me
voy ahora, y quiero que sepas que te amo”.
Abrí los ojos, miré a mi alrededor y pensé: “¡Qué cosa tan increíble!
¿Fue esto un sueño o me lo estaba imaginando? Estaba desconcertado
y le conté a mi esposo sobre eso cuando se despertó.
Más tarde ese día, recibí una llamada telefónica diciendo que mi tía
había muerto esa mañana. Estoy seguro de que si tuviera una copia de
su certificado de defunción, verificaría que murió en el mismo momento
en que escuché su voz.
Sabía que había estado enferma, pero no tenía idea de que iba a
morir tan pronto. ¡Al menos sé que la tía Marion fue a la luz!
Casi universalmente, los maestros espirituales instruyen

a sus alumnos a "ir hacia la luz" cuando mueren. Nos
dicen que en el momento de la muerte veremos una luz
celestial clara brillante o blanca dorada. Al avanzar hacia
esta luz totalmente amorosa y compasiva, podemos
esperar ser guiados a nuestro verdadero hogar celestial.
Kris, de 29 años, es estudiante universitaria en Florida.

Se sorprendió al ver a su abuelo, que tenía 73 años y
vivía en Alemania:
Mi abuelo me crió hasta que vine a los Estados Unidos.
Cuando tuve que irme de Alemania, me senté a su lado en el sofá y
le tomé la mano. Sabía que tenía cáncer y que no iba a estar mucho
más tiempo con nosotros.
Dos meses después en Florida, la noche del 5 de febrero, estaba
durmiendo y desperté exactamente a las 3:00 am ¡Fue la cosa más
extraña del mundo! Mi abuelo estaba sentado en el lado derecho de
mi cama, mirándome, sonriendo. Se me puso la piel de gallina, por
supuesto, aunque no estaba asustado. De hecho, estaba muy
relajado y tranquilo.
Llevaba una camisa azul claro de manga corta, su reloj plateado
y sus lentes. Se veía igual que cuando tenía sesenta años. Fue muy
claro y sólido. Parecía feliz y saludable, como si acabara de salir del
médico con una boleta de calificaciones A-1.
El abuelo siempre fue un hombre muy firme, disciplinario. Pero

por ese momento, estaba feliz de verme, y no podía hacer nada
malo. Parecía que me estaba aprobando, como si estuviera
orgulloso de mí, y todo estaba bien. Experimenté su paz.
Cerré los ojos por un momento, y cuando volví a mirar, no había nada allí.
Todo estaba bien, así que me volví a dormir.
Más tarde llamé a mi madre en Alemania. Ella me dijo que el abuelo había
muerto a las 9:00 am, ¡que es la hora exacta en que vino a verme! La hora en
Alemania está seis horas por delante de la de Estados Unidos.
Este es otro ejemplo de alguien que no solo se

cura y se completa después de su muerte, sino
que también parece mucho más joven, más feliz
y más libre. Y su comunicación no verbal con su
nieto transmitió más amor y aprobación de lo que
había expresado antes.
Sherry, una examinadora de reclamaciones

médicas de 52 años en Washington, tuvo esta
reunión con su abuelo, que vivía en Massachusetts:
Nuestra familia planeó mudarse de California a Minnesota para salir de la
carrera de ratas. Mis dos hijas y yo íbamos por delante de mi marido y mi hijo.
Estábamos en un campamento en Minnesota.
No le había dicho a nadie de mi familia, así que nadie sabía dónde estábamos.
fueron.
Esa noche se desató una tormenta, así que no pudimos dormir en nuestra
tienda, tuvimos que quedarnos en la camioneta. No estaba durmiendo porque
era una de esas horrendas tormentas de Minnesota con truenos, relámpagos
y lluvia torrencial.
¡Miré por la ventana delantera y vi a mi abuelo allí! Lo pude ver

muy claramente, vestido con una camisa a cuadros y tirantes. Había
una luz blanquecina a su alrededor, casi como si un foco lo iluminara.
Sus ojos brillaban como si hubiera una broma entre nosotros dos.
Dije: “¿Qué haces aquí? ¡Protégete de la lluvia!”

El abuelo sonrió y dijo: “No, estoy bien. Solo quería verte y
despedirme. Podía escucharlo como si estuviera dentro del auto
conmigo. Y luego desapareció.
Un mes después, nos instalamos en una casa y obtuvimos un
teléfono. Llamé a mi madre a Massachusetts y le dije dónde
estábamos. Ella dijo: “Me temo que tengo malas noticias para ti.
El abuelo murió. Dije: “Lo sé”, y le dije la fecha y la hora en que había
muerto. Ella dijo: “¡Tienes razón! ¿Cómo lo supiste?" Dije: “Bueno,
vino y se despidió de mí”.
Todavía no puedo entender cómo el abuelo me encontró en el

bosque de Minnesota segundos después de su muerte. ¡Está más
allá de mi comprensión!
Quizás nuestros seres queridos fallecidos puedan

localizarnos en cualquier momento y en cualquier lugar
simplemente aplicando su intuición, y si corresponde,
pueden viajar instantáneamente en su cuerpo espiritual para
estar con nosotros. Se informa que estas son dos de las
muchas habilidades expandidas que todos tendremos
cuando ingresemos a los niveles más altos de la vida después de la m
Un ADC ante la noticia a veces puede prepararnos para

un imprevisto. Marilyn, auxiliar de enfermería en Florida,
tenía solo 17 años cuando
estaba desconcertada por esta experiencia

con su abuela:
Cuando mi madre se volvió a casar, mi padrastro me adoptó. Su madre y
yo nos hicimos muy cercanos. Ella siempre quiso hacerme sentir que no era
un extraño. Lamentablemente, tenía un cáncer de columna que era muy,
muy doloroso y hacía que se doblara
sobre.
Una noche, me acosté temprano y me quedé dormido. ¡De repente, toda

la habitación se iluminó y la abuela estaba parada allí! ¡Estaba de pie!
Estaba bajo un enrejado con hermosas rosas a su alrededor.

Había una niebla a sus pies y un cielo azul muy vivo con nubes blancas
acolchadas detrás de ella.
La abuela dijo: “Marilyn, dile a tu mamá que ahora estoy en paz. Dile que
tiene que entender cómo morí. Estoy con nuestros seres queridos aquí.
Algún día compartirás este amor y alegría con nosotros”.
Le dije: "Abuela, ¿qué haces ahí?" Ella dijo: “Estoy en paz, Marilyn. Solo
dile a tu mamá. Pídele que entienda mis mensajes”. ¡Pero no sabía a qué se
refería!
Empecé a llorar, y mamá entró corriendo y dijo: "¿Qué pasa?" Le dije:
"¡Tienes que llamar a la abuela!" Ella preguntó: “¿Por qué? Son las diez y
cuarto. ¡Ya se ha ido a la cama!
Le dije: “Tienes que llamarla. ¡Algo pasa!
Mamá llamó a la casa de la abuela. El teléfono fue contestado por otra
nieta, Lucy, que estaba sollozando. Diez minutos antes, Lucy había visto las
luces encendidas en casa de la abuela y se detuvo. ¡Encontró a la abuela
muerta en el dormitorio!
Lo triste es que la abuela se había suicidado. Tenía tanto dolor por el
cáncer que no podía soportarlo más. Ella había preparado su ropa para su
funeral: su vestido, sus zapatos, todo. Y había dejado mensajes escritos
pidiéndoles a todos que la perdonaran.
La abuela de Marilyn se quitó la vida porque no

podía soportar el dolor del cáncer de columna. Pero
parece que ella no sufrió ninguna consecuencia
negativa por suicidarse en estas circunstancias.
Comprensiblemente, la mayoría de las personas

con una enfermedad terminal temen el dolor físico
que puede acompañarla. Recibir atención de hospicio
puede ser de gran ayuda para ellos porque el
personal son expertos capacitados en todos los
aspectos del manejo del dolor. Si usted o alguien que
conoce tiene una enfermedad terminal, lo instamos a
que se comunique con un hospicio local para conocer
el excelente apoyo físico, emocional y espiritual que
sus programas brindan a los pacientes y sus familias.
El relato final es de Christine, una administradora

de bienes raíces de Florida de 37 años. La bendición
de la compasión le fue otorgada en el preciso instante
en que realmente la necesitaba:
Nuestra hija de catorce años, Heather, estaba pasando la
noche en casa de su novia. Mi esposo y yo nos habíamos
acostado a las 11:00.
Estaba dormido cuando sonó el teléfono y me despertó
alrededor de la 1:00. Un despachador en el otro extremo dijo:
“Sra. Baker, la policía está en la puerta de tu casa. ¿Podría por
favor responderla?” Dije, "Está bien", y colgué el teléfono y me senté
allí al lado de la cama. Estaba pensando: "¿Dejé la luz encendida

en el auto o qué?"
Me puse la bata y estaba abrochándola cuando llegué a la puerta
de nuestra habitación. En el pasillo, pude ver a Heather y su abuelo,
con quien había estado muy unida. ¡Pero llevaba muerto seis años!
Estaban de pie en el aire, y él tenía su brazo alrededor de ella.

Eran muy sólidos y podía verlos tan claros como el día. ¡Me aturdió!
Negué con la cabeza y pensé: "¿Por qué estoy viendo a papá con
Heather?".
Entonces papá dijo: “Ella está bien, bebé. la tengo ¡Ella esta
bien!" Era mi suegro y siempre me llamaba “bebé”. Era su voz,
podía escucharlo. Papá me sonreía y estaba muy tranquilo. Ambos
estaban muy felices. Volví a sacudir la cabeza con asombro.
En el momento en que abrí la puerta principal, la policía estaba

parada allí y me pidieron que me sentara. Le dije: “Dime qué está
mal. ¡Por favor, solo dime!” Me dijeron que Heather había muerto
en un trágico accidente automovilístico.
Más tarde me di cuenta de que papá estaba tratando de aliviarme
el golpe y supe que Heather debía estar con él. Esta experiencia
me ha ayudado a aceptar la pérdida de mi único hijo.
El momento de la experiencia de Christine fue

absolutamente perfecto. Le aseguró que su amada hija
estaba sana y completa y que había sido recibida de
inmediato y con seguridad por los brazos acogedores de su
amado abuelo.
Estas han sido algunas de las numerosas cuentas en
nuestros archivos de ADC antes de la noticia.
Ofrecen evidencia persuasiva para refutar
la suposición psicológica común de que las comunicaciones

posteriores a la muerte son meras fantasías de duelo
causadas por el dolor. Dado que ninguno de los
experimentadores de este capítulo sabía que un ser querido
había muerto antes de ser contactados, no habrían estado
de duelo cuando tuvieron su ADC. Por lo tanto, no tenían
razón alguna para alucinar tal experiencia.
¿Los ADC solo ocurren poco después de la muerte de

un ser querido? El siguiente capítulo examina las
comunicaciones posteriores a la muerte que tuvieron lugar
cinco o más años después.
CAPÍTULO 17
Esperar lo inesperado:
ADC años después
Mi madre y mi hermana deben estar muy felices de estar en casa

con Dios, y estoy seguro de que su amor y oraciones están siempre
conmigo. Cuando voy a casa con Dios, porque la muerte no es otra
cosa que ir a casa con Dios, el vínculo del amor no se romperá por
toda la eternidad.
-Madre Teresa
La mayoría de las comunicaciones posteriores a la

muerte se experimentan durante el primer año después
de la muerte de un ser querido. Muchos otros tienen
lugar, con frecuencia decreciente, entre el segundo y
el quinto año.
Este capítulo contiene relatos de ADC que ocurrieron
cinco o más años después de la muerte de un familiar
o amigo. Aunque son experiencias moderadamente
comunes, pocas personas
son conscientes de ellos todavía porque se ha llevado a

cabo muy poca investigación en profundidad en este campo.
Cualquiera de los doce tipos de ADC puede
experimentarse cinco, diez, veinte, treinta o más años
después de la muerte. Las motivaciones detrás de ellos y
sus mensajes generalmente tienen un propósito más
específico que los contactos anteriores.
Este capítulo ofrece evidencia de que sus seres queridos
fallecidos todavía sienten una conexión con usted, incluso
muchos años después de su muerte. Evidentemente, ellos
están al tanto de tu vida diaria y te están cuidando con amor
y compasión. Y pueden intentar comunicarse con usted por
una variedad de razones, especialmente para brindarle
orientación o protección contra daños.
Las cuentas de ADC en este capítulo están ordenadas

de acuerdo con el tiempo que ocurrieron después de la
muerte de un ser querido.
Donna es una consejera de dependencia química en
Maine. La contactaron 5 años después de que su padre
muriera de alcoholismo crónico a los 42 años:
Me senté una noche, completamente despierto, ¡y mi padre estaba

parado al pie de mi cama! Era una figura brillante e iridiscente de unos
dos metros de altura. Estaba semisólido y en buen estado de salud. yo
reconoció sus rasgos faciales: sus pómulos altos y su nariz bastante

grande con un pequeño bigote debajo.
Su expresión era de tristeza y arrepentimiento. Escuché una voz
externa que decía: “Donna, lo siento mucho. Lo siento mucho. Luego
se quedó allí por un breve momento y se fue.
Sabía que mi padre se estaba disculpando por todo el abuso y el
incesto que me había infligido. Cuando dijo esas palabras, toda mi
rabia y odio se fueron, y este maravilloso sentimiento de alegría se
apoderó de mí. Estaba en paz por primera vez en muchos años, tenía
una sensación total de paz.
La disculpa de mi padre cambió toda mi vida, ¡realmente lo hizo!
Era una época en que la gente no hablaba del incesto porque todavía
era un tema tabú. Pero a partir de ese momento, comencé a hablar
sobre eso y comencé mi propio proceso de curación. ¡Tienes que
hablar para convertirte en un sobreviviente!
Han pasado veinte años y me he convertido en una persona
totalmente diferente de lo que hubiera sido si no hubiera tenido esa
experiencia. Hoy puedo mirar a mi padre con amor, compasión y
comprensión. ¡Ahora soy un sobreviviente del incesto!
Es comprensible que una mujer que ha sido víctima de

abuso sexual no agrade la visita de quien la traicionó y le
infligió tanto horror a su vida. Pero en este caso, Donna
fue receptiva a las disculpas de su padre, y su breve
encuentro resultó ser un punto de inflexión para que
finalmente se convirtiera en una sobreviviente del incesto.
Este relato también indica que alguien que causó tanto

sufrimiento mientras estuvo en la tierra todavía puede
crecer espiritualmente después de su muerte. el de su padre
la voluntad de aceptar la responsabilidad por lo que

había hecho y su sincero remordimiento y
arrepentimiento fueron los primeros pasos necesarios
en su propio proceso de rehabilitación a largo plazo.
Jim es un editor en Florida. Tenía 21 años cuando

tuvo este sentido reencuentro con su padre, quien
había muerto 6 años antes de un infarto:
Mi familia tenía una cabaña de troncos en Michigan en un río.

Siempre me encantó ese lugar y pescaba truchas allí. Fue el mejor
lugar de mi infancia.
Poco después de mi baja del ejército, subí solo a la cabaña a
mediados de febrero. Habían arado el camino, pero la nieve tenía
cuatro pies de profundidad en los campos y bosques. La cabaña
está a una milla de la carretera.
Me bajé del auto a la 1:00 de la mañana y comencé a cruzar el
campo. Podía ver nuestra cabaña en la orilla del río a la luz de la
luna. Daba tres o cuatro pasos y luego atravesaba la costra de
nieve, cayendo más allá de mis rodillas. Tuve que luchar para volver
a subir a la nieve para seguir adelante.
Sentí que había una presencia conmigo. Una de las veces que
me caí, escuché claramente una voz que decía: "Bienvenido a casa".
Tenía un sentido de mi padre, un sentido visual, como si la imagen
de él estuviera entre la cabaña y yo. ¡Tenía una mirada feliz, y me
hizo sentir maravilloso!
De repente comencé a caminar sobre la nieve y ya no la atravesé.
Llegué a la cabaña y encendí el fuego en la chimenea y encendí la
estufa de aceite.
Fue una hermosa noche. Mi padre estaba conmigo y sentí su
presencia. Estaba feliz de tenerme allí. comencé a llorar y
tocar a mi padre muy de cerca, probablemente más cerca que

nunca en su vida terrenal.
Fue una experiencia muy espiritual, una que recordaré el resto
de mi vida.
A muchos padres e hijos les resulta difícil expresar

sentimientos de amor el uno por el otro mientras ambos están
físicamente vivos. Una experiencia ADC a menudo les
presentará la oportunidad de finalmente alcanzar un nivel más
profundo de comunión emocional y espiritual.
Lenore, entrenadora de caballos e instructora de equitación

en Arizona, tuvo este emocionante ADC 9 años después de
que su padre muriera de cáncer a los 47 años:
Este fue el día de mi boda. Estaba caminando por el pasillo con

mi padrastro. Miré a mi derecha porque un rayo de luz me llamó la
atención. A medida que me acercaba, la luz se convirtió en la forma
de un hombre. ¡Sabía que era mi papá!
Cuando llegué a donde estaba sentado, se dio la vuelta y me
miró. Tenía una luz muy suave y brumosa a su alrededor. Sus ojos
brillaban y sonrió. Luego me guiñó un ojo y asintió con aprobación.
¡Estaba tan abrumado! Fue muy difícil para mí contener las

lágrimas porque quería correr y abrazarlo. Luego volví a mirar y se
había ido.
Estaba muy feliz de ver a mi papá. Era como si no quisiera
perderse la boda de su bebé. ¡No podría haber pedido un mejor
regalo de bodas!
Existe abundante evidencia de que nuestros seres

queridos fallecidos a menudo están presentes para
celebrar eventos especiales en nuestras vidas. Tales
visitas afirman no solo su aprobación y amor, sino que
también expresan sus bendiciones espirituales.
Se le pidió a Adeline, ama de casa en Carolina del

Norte, que transmitiera un mensaje unos 9 años después
de que su tío Ned muriera a los 40:
El tío Ned era un alcohólico activo y cambiaba de una cosa a otra. Mi

familia tenía tanto miedo de que no le hubiera pedido a Dios que lo
perdonara por sus pecados antes de morir.
Estaba solo en casa una noche, leyendo en la cama, y luego apagué
la luz de la mesita de noche. ¡Miré a los pies de mi cama y el tío Ned
estaba parado allí! Gozaba de buena salud y parecía bastante sólido.
El nombre de mi madre es Millie y el nombre de su hermana es Belle.

El tío Ned estaba muy tranquilo y dijo: “Dile a Millie y Belle que ya estoy
bien. Y diles que dejen de preocuparse por mí.
Luego se desvaneció gradualmente.
¡Estaba tan emocionada que no pude pegar ojo esa noche! Temprano
a la mañana siguiente, me subí a mi auto y salí a decirles.
Una vez allí, me acobardé porque mi madre y la tía Belle son muy, muy
ortodoxas en su forma de pensar.
Durante todo el día algo me inquietó para decirles. Pero tenía miedo
de que hicieran firmar los papeles y me enviaran a una institución
mental. Así que conduje a casa esa tarde.
A la mañana siguiente me dirigí de regreso. Cuando llegué, la tía
Belle salió de su dormitorio y dijo: “Estoy tan contenta de que estés aquí.
Comprenderás esto. ¡Tu madre cree que tuve un sueño, pero sé que
estaba despierto!
Ella continuó: “Estaba acostada en mi cama leyendo mi

Biblia anoche. Apagué mi luz y me estaba preparando para
decir mis oraciones. ¡De repente, Ned apareció al pie de mi
cama! Me miró y dijo: 'Belle, quiero que tú y Millie dejen de
preocuparse por mí. Estoy bien ahora. ”
Cuando la tía Belle dijo eso, se me puso la piel de gallina.
Le dije: “¡Mamá, la tía Bella no tuvo un sueño! ¡Lo mismo me
pasó a mí! Quería decirles a ambos que dejen de preocuparse
por el tío Ned. El esta bien. Deja de retenerlo aquí. Que vaya
y haga la obra de Dios”. Entonces ambos lloraron y lloraron y
lloraron.
El tío Ned padecía la enfermedad del alcoholismo

crónico no tratado, que seguramente destruyó gran
parte de su vida adulta y sus relaciones con los demás.
Según se informa, hay muchos centros de curación en
los reinos espirituales para personas que tienen tales
enfermedades. Allí, con la ayuda de dedicados
cuidadores, nuestros seres queridos fallecidos pueden
recuperarse emocional, mental y espiritualmente y
finalmente lograr la plenitud que no tuvieron en la tierra.
Roberta es ama de casa en California. Se convirtió

en una madre desconsolada cuando su hijo de 4 años,
Timothy, fue atropellado y asesinado por un automóvil.
Ella fue agraciada con esta visita íntima 10 años
después:
Estaba sentado al frente en la iglesia porque estaba en el coro. Ni

siquiera estaba pensando en Timothy, solo estaba escuchando al
orador.
De repente, sentí este abrazo cálido, envolvente, envolvente, que
parecía envolver toda mi persona. Definitivamente fue un abrazo, a mi
alrededor y a través de mí, fue interno y externo, un sentimiento muy
cálido.
¡Definitivamente fue Timoteo! Simplemente me vino como un
pensamiento intuitivo. Era una sensación de que estaba con él, como
si estuviera experimentando su persona. No se parecía en nada a lo
que experimentarías con un niño de cuatro años. Esta era una persona
muy madura que sentí, sin embargo, todavía era mi hijo.
Sentí que era una expresión de su aprobación y su amor. Que estaba
en sintonía en ese momento para recibir esto, y él pudo comunicarse
conmigo.
Desde que esto sucedió, me he sentido aún más cerca de Timothy.
Esta fue una afirmación de nuestra relación, nuestra cercanía. Era una
comunicación espiritual pero sin palabras.
Este sentimiento no se ha desvanecido, es una impresión permanente.
Siento a mi hijo y tengo una relación eterna.
Algunos padres que han experimentado la

pérdida de un niño pequeño se preguntan si
podrán reconocer a su hijo o hija muchos años
después. Hacen preguntas como “¿Mi hijo
seguirá siendo un bebé o seguirá madurando
en el cielo? ¿Sabrá que somos su mamá y su
papá? ¿Todavía nos amará? El ADC de
Roberta es útil para responder estas preguntas.
Aunque no vio a su hijo ni escuchó su voz,
reconoció de inmediato su carácter espiritual único.
esencia incluso diez años después de su muerte.

La visita de Timoteo también aseguró a su madre que
su amor y afecto por ella habían aumentado a medida
que se desarrollaba espiritualmente.
Dana es una programadora de computadoras en

Maryland cuya hija, Kristen, murió de una enfermedad
cardíaca a los 14 años. Su suegra, Joanna, quien había
muerto 12 años antes, la tranquilizó:
Unas dos semanas después de la muerte de Kristen, llegué a la

conclusión de que estaba en el cielo. Pero comencé a preocuparme
por quién la iba a cuidar porque no tenía a nadie cercano en mi
familia que hubiera muerto.
Entonces tuve un sueño de mi suegra fallecida. Podía ver su
rostro, y era como si pudiera extender la mano y tocarla.
Aunque no recuerdo que moviera los labios, Joanna me dijo: “No te
preocupes, Dana. Yo me ocuparé de Kristen. Entonces ella
Puedo decir honestamente que es la primera vez que soñé con mi
suegra. Me hizo sentir muy bien. Me sentí aliviado de que haya
alguien para cuidar de mi hija.
Nuestra investigación de ADC revela que la unidad

familiar es muy valorada en los mundos celestiales. Esta
afinidad parece incluir no solo a toda nuestra familia
biológica, desde nuestros bisabuelos hasta nuestros
bisnietos, sino que también se extiende a nuestros
suegros y amigos cercanos.
Sin duda, el poder del amor es la fuerza de

unión que nos une a cada uno de nosotros,
formando un verdadero “círculo familiar” tanto
aquí en la tierra como en la eternidad.
Shannon es una ama de casa de 29 años en

Florida. Su angustia fue mitigada por su abuelo
12 años después de que muriera de un infarto:
Mi hijo, Bradley, nació prematuro. Tuvo muchos problemas médicos

debido a su nacimiento prematuro. Los médicos estaban seguros de que
no iba a sobrevivir.
Estaba en la capilla del hospital orando en voz alta al Señor: “¡Necesito
ayuda! ¡No quiero que mi hijo muera!”. Entonces sentí la mano de mi
difunto abuelo en mi hombro derecho y olí su tabaco de pipa.
Definitivamente era como si estuviera sentado al lado de
yo.
El abuelo Mac tenía una mezcla especial que él mismo hizo y que tenía
un dulce olor a nuez dura. Nunca lo había olido más que en su casa. Esto
me dio una sensación de calma y paz, y entonces supe que mi abuelo no
iba a permitir que le pasara nada a Bradley.
Después de unos cuarenta y cinco minutos, algo me dijo que subiera a

ver a mi hijo. Dije: “Gracias, abuelo”, y el olor a tabaco desapareció.
Los médicos dijeron: “¡No podemos creer esto! ¡Tu bebé ha dado un
giro completo! Sus signos vitales son estables y su presión arterial es
buena”. Simplemente me derrumbé y lloré. Sabía que el abuelo Mac lo
había protegido.
¡Bradley tuvo una recuperación milagrosa! Aunque tiene problemas de
audición, es un niño de cinco años muy vivaz. Él es muy
curioso, muy brillante y muy elocuente cuando firma con las manos.
Nunca había visto una foto de mi abuelo. Pero cuando le mostré

uno hace un par de años, inmediatamente firmó "¡Abuelo Mac!" No
sé cómo ese niño lo supo, ¡pero lo hizo!
Las oraciones de ayuda pueden ser respondidas de

formas inesperadas. Según nuestra investigación, un
pariente o amigo fallecido puede ser enviado como
mensajero para consolarnos durante un momento de crisis.
Quizás el abuelo Mac también visitó a Bradley varias
veces a lo largo de los años. Esto podría explicar cómo
un niño pequeño pudo identificar una fotografía de un
bisabuelo que nunca había conocido.
Victoria es ama de casa en Manitoba, Canadá. Su

esposo y ella compartieron este maravilloso ADC
simbólico 15 años después de que su hija, Gail, muriera
en un accidente automovilístico a los 19 años:
El año pasado fuimos al picnic de The Compassionate Friends. Eso

Era un día brillante y soleado sin una nube en el cielo.
Al final del picnic, todos lanzamos globos de helio, y adjunté una
nota de todos nosotros a Gail. La última línea decía: "Te deseo
muchos arcoíris, cariño". Luego salió a la atmósfera.
Cuando salíamos del parque, miramos el cielo azul claro, ¡y había

un arcoíris de horizonte a horizonte! Mi
mi esposo y yo nos miramos y dije: “¡Gail recibió nuestro mensaje y nos

está enviando uno!”.
El parque está a unas veintidós millas de nuestra casa, ¡y ese arcoíris
nos siguió todo el camino! Cuando volvimos a la ciudad, mi esposo dijo:
“¡Echa un vistazo, cariño!”. ¡Se había convertido en un hermoso arcoíris
doble! Nos paramos al lado del auto tomados de la mano, solo mirando al
cielo.
Un sentimiento que a menudo expresan los padres en

duelo es “Si uno de tus padres muere, pierdes parte de tu
pasado; si muere tu cónyuge, pierdes parte de tu presente; si
tu hijo muere, pierdes parte de tu futuro”. Porque si su hijo o
hija muere, los padres también lamentan la pérdida de todas
las esperanzas y sueños que habían imaginado para su hijo.
Glendalee, una ama de casa de 57 años en

Georgia, se dio cuenta de que su padre la estaba cuidando 15
años después de que muriera de un ataque al corazón:
Iba conduciendo por la autopista en mi camioneta. Había una vía de

tren a mi derecha y calles laterales que llegaban a la carretera a mi
izquierda. Mientras me acercaba a los límites de la ciudad, escuché a
alguien decir: "¡Detengan el camión!" Me sobresaltó, pero no me detuve.
Un momento después, alguien volvió a decir: “¡Glendalee, detén el

camión!”. Entonces supe que era papá y me asusté. Era como si estuviera
sentado justo a mi lado. Luego usó un nombre con el que me había
llamado toda mi vida. Él dijo: “¡Bebé! ¡Deténgase!" ¡Y pisé los frenos!
Mientras lo hacía, un automóvil salió de la calle lateral a mi

izquierda, ¡pasó frente a mí! Luego patinó en la tierra junto a las
vías del tren y se detuvo. ¡Era una sensación muy aterradora!
El coche se había descontrolado por completo. No me pudo
haber fallado por más de dos pulgadas. ¡Si mi padre no me hubiera
dicho que me detuviera, habría golpeado el lado del conductor de
mi camión y me habría matado!
Este es un ejemplo de un ADC para protección.

En estos relatos, el experimentador recibe una advertencia
de un accidente inminente, actividad delictiva u otra forma
de peligro que podría amenazar su vida.
Jacqueline, una recepcionista en Washington, tuvo esta

conmovedora experiencia con su padre 18 años después
de que muriera de cáncer a los 71 años:
Mi esposo y yo recibimos una caja de música como regalo de

bodas, pero nunca sonó. Nuestro vecino nos lo compró porque era
muy bonito. El hombre de la tienda le dijo que nunca funcionaría
porque estaba rota y solo la habían vuelto a pegar.
En nuestro primer aniversario de bodas, estábamos sentados en

nuestra mesa de comedor. De repente, la caja de música empezó
a tocar “El Vals del Padrino” de la película El Padrino.
¡Entonces vi a mi papá! ¡Estaba tan claro como el día, parado
justo a mi lado! Parecía más joven, con el pelo oscuro, como
cuando tenía treinta y cinco o cuarenta años. Estaba radiante de
oreja a oreja con una gran sonrisa en su rostro. Estuvo allí por un
instante y luego se fue, y comencé a llorar.
Y hasta el día de hoy, la caja de música sigue sonando como lo había hecho antes.
¡nunca se ha roto!
Sin que lo sepamos, probablemente haya muchas

ocasiones en las que nuestros seres queridos
fallecidos estén cerca expresando su amoroso apoyo.
Si aprendemos a meditar, podemos desarrollar
nuestros sentidos intuitivos más plenamente y será
más probable que detectemos su presencia.
Connie, de 45 años, es propietaria de una tienda

minorista en Missouri. Su padre la motivó 19 años
después de que él muriera de cáncer.
Me habían diagnosticado una enfermedad de la vesícula biliar y me
estaba preparando para una cirugía. A medida que se acercaba la fecha,
me estaba poniendo más y más ansiosa.
Unos tres o cuatro días antes de la cirugía, me fui a dormir muy nerviosa
y preocupada por todo el asunto. Mientras dormía, mi padre vino a mí en
un sueño. Llevaba una túnica larga de raso blanco y estaba realmente
sereno y pacífico.
Me tranquilizó y me dijo: “Adelante con la cirugía. Vas a estar bien. Vas
a pasar por eso fácilmente. Adelante, hazlo”. Luego se fue.
Cuando me desperté, me sentí tranquila y segura de operarme. Ni

siquiera tuve miedo después de eso. ¡Y pasé por la operación muy bien!
La investigación de ADC y otras fuentes afirman

que nuestros seres queridos fallecidos tienen vidas
propias muy plenas y generalmente intentarán comunicarse
nosotros solo si tienen algo importante que comunicar.

Es de suponer que tienen cosas mucho mejores que
hacer que espiar nuestras vidas o hacer intrusiones
frívolas en nuestros asuntos.
Jenny es propietaria de un servicio de limpieza en

Florida. Su padre murió cuando ella tenía solo 12 años
y ella tuvo este ADC fuera del cuerpo con él más de 20
años después:
Cuando mi padre murió, yo estaba muy molesto. Me tomó muchos
años, pero pensé que lo había superado. Luego, unos veinte años
después, me fui a dormir una noche como de costumbre.
De repente, estaba parado en un lugar diferente. No sé dónde estaba,
simplemente aparecí allí. Mi padre estaba parado en un lugar despejado
rodeado de niebla. Era muy sólido y real, y se veía muy saludable. Los
colores eran nítidos y claros.
Me acerqué a él, y de repente todos estos sentimientos salieron de mí.
¡Estaba loco! ¡Yo estaba enojado! Lo estaba odiando, diciendo: "¿Por qué
me dejaste?" Le estaba golpeando en el pecho.
Me dejó continuar durante un par de minutos y luego me abrazó; de
hecho, podía sentir sus brazos a mi alrededor. Luego me habló con calma,
con mucha ternura y cariño. Él dijo: "Estoy aquí ahora, y es hora de que
hablemos".
Mi padre me dijo que había llegado su hora de irse. Él dijo: “¡Cuando
morí me sentí mucho mejor!”. Había muerto de cáncer de pulmón y se
había consumido durante varios años. Estaba muy feliz de haberse ido, y
estaba muy feliz en lo que estaba haciendo ahora.
Me hizo entender que era el momento adecuado para que se fuera, y

lamentó que yo hubiera estado tan herida y enojada. Luego nos
despedimos.
Me desperté de inmediato y me sentí tan bien, ¡mejor de lo que me había

sentido en veinte años! Me sentí libre, como si me hubieran levantado un peso
gigante. Creo que esa era la ira que estaba sosteniendo que ni siquiera sabía
que tenía porque la había empujado tan profundo. Finalmente pude decirle a
mi padre que lo amaba y despedirme.
La experiencia de Jenny refleja la importancia del tiempo

en un ADC de esta naturaleza. Aparentemente, nuestros
seres queridos fallecidos pueden ver dentro de nuestros
corazones y determinar cuándo estamos realmente listos
para liberar nuestras emociones acumuladas durante
muchos años. Entonces, y solo entonces, seríamos
receptivos a tener un encuentro tan sanador con ellos.
María, de 56 años, es gerente de un complejo de

apartamentos en el Noroeste. Recibió el reconocimiento
de su esposo, Jack, 21 años después de que muriera de
un ataque al corazón:
Antes de que muriera, mi esposo y yo estábamos en proceso de divorciarnos
debido a su alcoholismo y abuso verbal. Tenía la esperanza de que las cosas
cambiarían y volveríamos a estar juntos porque teníamos cuatro hijos.
También tenía algunos sentimientos de culpa porque le estaba rompiendo

el corazón a Jack. ¡Pero también lo era su alcoholismo! Siempre lo había
amado y tenía buenos recuerdos, incluso después de su muerte.
Veintiún años después, Jack se me apareció en un sueño. Fue muy
maravilloso y muy vívido, fue tan real para mí. Tenía una gran, gran sonrisa
en su rostro y dijo: “Te agradezco por amarme a mí ya nuestros hijos. Estoy
bien ahora. Todo esta bien. Gracias por tu amor. Te amo."
Me desperté de inmediato, recordando la gran sonrisa en su dulce rostro.

Tuve una increíble sensación de paz y una gran sonrisa en mi rostro también.
Caminé en un aura de felicidad durante unos tres días. ¡Me hizo sentir tan
bien! Siento que Jack ha llegado a un lugar en su nueva vida donde ahora está
en paz.
El relato de María revela nuevamente la profunda

sanación y el crecimiento que nuestros seres queridos
fallecidos aparentemente pueden lograr al aplicar la
sabiduría de sus maestros espirituales. Los ADC como
el suyo demuestran que, si así lo deseamos, el tiempo
y la muerte no tienen por qué ser percibidos como
obstáculos para resolver emocionalmente todas
nuestras relaciones distanciadas.
Laurence, de 58 años, está jubilado del Servicio

Forestal de los Estados Unidos y vive en Georgia.
Agradeció este cariñoso saludo 27 años después de
que su padre muriera de cáncer:
Era junio y yo estaba en el patio trasero trabajando en mi jardín. Estaba

revisando mis frijoles y tomates, ese tipo de cosas. Luego tomé un descanso y
estaba parado debajo de un cornejo
árbol.
¡De repente, mi padre estaba a mi lado! Su rostro, sus hombros y su cabello
oscuro y rizado eran apenas perceptibles, pero tenía una presencia muy, muy
fuerte. Supe de inmediato quién era.
Me quedé muy quieto. Entonces escuché a mi padre decir muy

claramente: “Estoy orgulloso de ti”. Acababa de terminar de lograr
algunas cosas en las que había estado trabajando durante diez o
quince años, y creo que se refería a eso.
Se quedó un poco más, tal vez veinte o treinta segundos, y dijo:
"Tengo que irme ahora". Luego se fue tan repentinamente como
había aparecido. Fue una experiencia corta, muy abrumadora. ¡Oh,
Dios mío, me emocioné!
Inmediatamente entré a la casa y le dije a mi esposa. La llevé al
cornejo y, por supuesto, hubo algunas lágrimas. Estaba eufórico y
abrumado, muy feliz de que hubiera sucedido.
Dos declaraciones que los niños anhelan escuchar

que sus padres les digan con profunda convicción son
“¡Te amo!” y "¡Estoy orgulloso de ti!" Como atestiguan
tanto el ADC anterior como el siguiente, puede que nunca
sea demasiado tarde para recibir el reconocimiento y la
aprobación de una madre o un padre.
Ted es un electricista de 41 años de Florida. Tuvo esta

gozosa reconciliación 30 años después de que su padre
muriera de un infarto:
Mi padre murió justo antes de mi décimo cumpleaños. Mi relación

con él no era muy fuerte. Nunca recuerdo que me dijera que me
amaba. Eso me molestó durante la mayor parte de mi vida, aunque
no me di cuenta de cuán profundamente. Crecí creyendo que no era
amado, aunque otras personas a mi alrededor me aseguraron que lo
era, especialmente mi esposa y mis hijos.
No lo estaba buscando, no estaba pensando en él, no estaba buscando en

ese momento. Pero hace un año, soñé que el espíritu de mi padre venía a mí.
Estaba sentado en una mesa, y no había nadie más allí. Parecía ser muy
pacífico y muy amoroso.
Tuve un sentimiento de aceptación total, como si fuéramos mejores amigos

perdidos hace mucho tiempo que habían estado separados por muchos años.
Mi padre no era la persona que había conocido cuando estaba vivo, era
totalmente diferente, ¡era muy cariñoso!
Parecimos conversar por un tiempo, podrían haber sido segundos, o
podrían haber sido horas. No recuerdo nada de la conversación, excepto el
hecho de que me dijo que me amaba.
Cuando me desperté, tuve una sensación de liberación, como si se hubiera
quitado una carga que había estado cargando. Estaba llorando, pero no era
dolor lo que sentía, ¡era una alegría extrema!
Ahora sé que mi padre realmente me amaba, aunque no podía expresarlo.
Antes le tenía mucho odio, mucha rabia. Pero eso se ha ido, ha desaparecido
por completo. Y el conocimiento de que mi padre realmente me ama todavía
está conmigo.
El hecho de que el padre de Ted regresara tantos

años después de su muerte para sanar la relación
con su hijo indica que nuestros seres queridos
fallecidos continúan preocupándose profundamente
por nosotros. Este relato confirma nuevamente que
la vida en la dimensión espiritual ofrece muchas
oportunidades para el crecimiento personal continuo.
Como Ted declaró con certeza sobre su padre: “Era
totalmente diferente, era muy cariñoso”.
Marian es una agente de bienes raíces de 71 años en Florida.

Afortunadamente, su padre le advirtió del peligro 33 años
después de morir de un aneurisma:
Yo estaba en la cama leyendo una noche. De repente, escuché

la voz de mi padre decir con mucha urgencia: “¡Sal de esa cama!
¡Sal de esa cama!”
Me levanté de un salto y me quedé allí temblando. Entré en la
sala de estar y me senté, preguntándome qué pasaba.
No había estado allí tres minutos cuando escuché un horrible

crujido. ¡Toda mi casa se estremeció, y las cosas traqueteaban en
los armarios y se caían de los estantes!
¡Salí y vi que una rama pesada del árbol de mi vecino había
caído sobre mi techo! No había viento ni tormenta, era una noche
hermosa.
Luego volví a la casa ya mi dormitorio. Allí vi tres agujeros
enormes en el techo y una rama grande que sobresalía de mi
cama. Toda la cama estaba cubierta de madera, yeso y escombros,
¡justo donde había estado acostado!
Es reconfortante darse cuenta de que nuestros seres queridos

siguen cuidándonos y protegiéndonos incluso muchos años
después de su muerte. Tal vez estén ayudando a nuestros
ángeles guardianes en tales esfuerzos.
Claramente, los experimentadores en este capítulo no estaban
en un estado de duelo cuando tenían sus ADC.
Es muy poco probable, por lo tanto, que hubieran fantaseado
con ser contactados por seres queridos fallecidos tantos años
después. Esto ofrece
más evidencia de que estas son comunicaciones

genuinas de parientes y amigos que han muerto.
¿Puede un ADC revelar información que no

sabía antes? En el siguiente capítulo se
presentan ejemplos de cómo recibir material
probatorio de seres queridos fallecidos.
CAPÍTULO 18
Validación:
ADC evidenciales
Creo que el Espíritu sigue vivo, que es inmortal y que debemos mirar
a nuestros espíritus ancestrales para que nos guíen.
—Susan L. Taylor
Este capítulo contiene algunas de las

experiencias ADC más fascinantes y coloridas de
nuestros archivos. Estas cuentas demuestran
que sus seres queridos fallecidos todavía están
interesados en su vida y están dispuestos a
brindarle información y consejos valiosos cuando los requi
Dado que siempre conservas tu libre albedrío,
puedes optar por aceptar o rechazar su guía.
Una experiencia ADC es evidente cuando
aprendes algo que no sabías y no tenías forma
de saber antes. Por ejemplo, es posible que le
digan la ubicación de un objeto perdido y
luego confirme la precisión de la guía actuando

sobre ella y encontrando el elemento que falta. A
su vez, este proceso le asegura que su experiencia
fue una comunicación genuina posterior a la
muerte de un familiar o amigo fallecido.
Como ilustran los diversos relatos de este

capítulo, se puede recibir todo tipo de información
probatoria de sus seres queridos fallecidos.
Sin embargo, su verdadera intención al ayudarte
de esta manera parece ser convencerte de que
hay vida después de la muerte y que ellos
continúan existiendo y te están cuidando con
amorosa bondad.
•••
Los primeros dos relatos son de personas que

buscaban artículos valiosos que sabían que
existían pero que no podían encontrar por sí mismos.
Ruth, ama de casa en Florida, tuvo esta
experiencia probatoria con su madre, quien murió
de un ataque al corazón a los 64 años. En el
Capítulo 3 se describe un ADC auditivo que tuvo
con su nieto:
Un día, probablemente una semana después de la muerte de mi

madre, mi padre dijo: "Sabes, tu madre tiene $5,000 en bonos de
ahorro escondidos en algún lugar del dormitorio". Así que dije: “¡Los
encontraremos!”.
Empezamos a buscar, y debemos haber trabajado dos horas.
Revisamos cada cajón, cada caja, cada armario. Incluso revisamos
debajo de los colchones. Miramos todos los lugares que podías mirar
en el dormitorio.
Finalmente me dejé caer en una de las camas gemelas y mi padre
se sentó en la otra. Le dije: “Papá, no están aquí. Tienen que estar
en otra habitación.
En ese momento, quiero decir que rápido, escuché a mamá reírse.
Y ella dijo: “¡Oh, tontos! Están en el doble fondo del portatrajes.
Estaba en mi cabeza, pero era su voz, tan distinta.
Me levanté de inmediato y entré en el armario. Dije: “Mamá acaba

de decirme que están en el doble fondo de la bolsa de ropa”. Me
agaché y, efectivamente, había un fondo falso. Y cuando lo levanté,
estaban los bonos: ¡un valor de $ 5,000!
Papá me miró cuando saqué los lazos y dijo: “¡Ruth, te digo que
tu madre está aquí!”.
La mayoría de las personas asumen que tendrán

mucho tiempo para poner en orden sus asuntos
personales antes de morir. Pero si morimos
inesperadamente, sin revelar la ubicación de todas
nuestras posesiones valiosas, es posible que
nuestros familiares nunca puedan encontrarlas. En
este caso, si Ruth no hubiera sido contactada por
su madre fallecida, ella y su padre podrían haberse deshech
bolsa de ropa, sin darse cuenta de que contenía los

bonos de ahorro ocultos.
Muriel trabaja en ventas minoristas en Idaho. Su
suegra, la abuela Davis, quien murió de un derrame
cerebral a los 89 años, ayudó a resolver un misterio:
Cuando el abuelo Davis murió, mi suegra, la abuela Davis, se
quedó sola. Toda su familia vivía a cierta distancia de ella. El hermano
de mi esposo la visitaba y revisaba las cosas de su padre, sus armas
y su equipo de caza y pesca, y las sacaba por la puerta de atrás.
Pero de alguna manera se perdió el arma que era el orgullo

especial del abuelo. Era un viejo rifle del ejército que tenía una culata
tallada a mano. Había sido tallado para el abuelo por un sobrino que
era un artista bastante renombrado. A mi esposo le encantan las
armas y sentía una atracción especial por esa.
A la muerte de la abuela Davis, todos buscaron y buscaron esa
vieja pistola, pero nadie pudo encontrarla. Estábamos todos tan
ocupados sacando cosas de la casa que yo estaba exhausto y me
quedé dormido durante unas dos horas.
Durante ese tiempo, la abuela Davis vino a mí. Estaba a los pies
de la cama y se veía como siempre. Me dijo que el rifle estaba entre
el colchón y el somier de la cama en la que dormía. Sentí que ella
quería que mi marido lo tuviera.
Me desperté y llamé a mi esposo para que entrara a la habitación.
Levanté el colchón y le mostré dónde estaba el rifle.
Estaba tan conmocionado y sorprendido, y me preguntó cómo lo
sabía. Dije: “¡La abuela Davis me dijo dónde estaba!”.
Incluso cuando una reliquia familiar está destinada a

ser entregada a una persona en particular, a veces el
propietario la esconderá de todos, incluso
el destinatario previsto. Recibir información del ser

querido fallecido puede revelar el paradero de un
objeto sentimental y, por lo tanto, garantizar que pasará
al heredero legítimo.
•••

pudieron localizar algo de valor que no sabían que
existía antes de tener su ADC.
Bess es una tipógrafo y escritora de 55 años de
Florida. Ella escuchó de su padre unas semanas
Siempre había podido mantener a mi familia, pero había perdido mi

trabajo y los trabajos eran muy escasos. Yo estaba divorciado, y los niños
y yo no teníamos nada para comer. Estábamos realmente hambrientos.
Estaba acostado en el sofá y mi papá se me acercó. Estaba realmente
preocupado por mí y los niños y tenía una mirada seria.
Me dijo: “Bess, si vas a mi casa y buscas en ese viejo baúl que he

tenido durante tantos años, encontrarás algo de dinero. No será mucho,
pero ayudará a alimentar a sus hijos hoy”. Era su voz real, podía
escucharlo hablar.
Papá parecía un poco más joven y parecía gozar de buena salud.

Salté y se desvaneció tan rápido como apareció.
Fui a su casa esa tarde y revisé todo lo que tenía en el maletero.

¡Efectivamente, en un sobre blanco encontré $10! ¡Entonces supe
que papá realmente nos estaba cuidando!
Los ADC evidenciales se validan de forma circular.

Por ejemplo, Bess no podría haber sabido buscar
dinero en un lugar tan oscuro.
Solo su difunto padre tenía ese conocimiento.
Al seguir sus instrucciones y encontrar el efectivo,
Bess se demostró a sí misma que su experiencia
con ADC fue real. Más importante aún, este proceso
le confirmó que su padre sigue existiendo y tiene una
preocupación constante por el bienestar de su hija y
sus nietos.
Gretchen, una ama de casa de 63 años en

Pensilvania, recibió una idea fortuita después de que
su madre muriera de un aneurisma:
Mi madre dejó una maleta suya en mi casa antes de morir.
Después de su muerte estuvo muy presente en mi casa, y me sentí
guiado por ella para ir a esta maleta.
Me encontré con la faja pareo de mi madre y comencé a enrollarla
para tirarla a la basura. Pero era pesado, y no pude doblarlo
fácilmente.
En un instante, tuve una visión, era una imagen mental en mi
mente, de cómo la madre de mi madre solía coser un bolsillo dentro
de su faja para llevar el dinero de forma segura.
¡Mira, allí entre las solapas mi madre había cosido un bolsillo! Había
combinado tan bien con el diseño que nunca habría imaginado que había
algo allí.
Llamé a mi hija y nos sentamos en la cama. Oímos la risa feliz de
mamá mientras sacábamos dinero de un sobre que llevaba en el bolsillo
de su faja. Contenía treinta y seis billetes nítidos de $100, ¡un total de
$3,600!
Con la alta tasa de criminalidad actual, muchas

personas encuentran necesario esconder objetos de
valor en lugares poco probables y oscuros. Pero mejor
no contar con tener un ADC que nos ayude a localizar
los tesoros escondidos de nuestros seres queridos
fallecidos. En cambio, examinar a fondo sus
pertenencias más mundanas podría ser muy rentable.
En estos tres relatos siguientes, los experimentadores

recibieron información que no conocían antes.
Denise es una ex operadora telefónica en Florida.
Tenía este ADC en estado de sueño con su esposo,
Louis, quien murió a los 53 años:
Louis había sido soldado de carrera durante veintiocho años. Acababa
de regresar de un período de servicio en Vietnam y murió repentinamente
una semana después de neumonía.
Unos nueve meses después de su muerte, estaba dormido una noche
y me di cuenta de que Louis me estaba hablando. Se estaba riendo y
riendo, ¡estaba tan feliz! Él dijo: “Oye, Dee, ¡nunca adivinarás quién está
aquí arriba! ¡Él no ha cambiado ni un poco!” Así que pregunté: "¿Quién
es?"
Louis dijo: “¡No puedo creerlo! ¡El padre Antonio está aquí! Cuando le
pregunté qué estaba haciendo aquí, Padre dijo: '¿Qué te hace pensar que
eres el único que puede llegar a este lugar?' ”
El padre Antonio tenía ese tipo de humor, y él y Louis eran muy buenos
amigos. Después me desperté.
Al día siguiente recibí una llamada telefónica de otro sacerdote, un querido
amigo. Él dijo: “Tengo muy malas noticias que decirles”. Dije: “Oh, ya lo sé.
Murió el padre Antonio. Me preguntó: “¿Cómo puedes saber eso? ¡Simplemente
murió anoche!” Dije: “Louis me lo dijo en un sueño”.
Durante el transcurso de un ADC, podemos

aprender algo que no sabíamos antes y que no
podemos verificar de inmediato. Más tarde, cuando
esta noticia demuestra ser precisa, proporciona la
confirmación de que nuestra experiencia fue real.
Tricia es diseñadora de ropa en Florida. Tenía 18

años cuando intentó contarle a su familia que había
visto a su madre, que había muerto de cáncer:
Inmediatamente después de que mamá falleciera, yo estaba en mi

habitación. De repente, sentí una presencia. Tenía una pequeña luz de noche,
así que me di la vuelta y encendí el interruptor.
¡Vi a mi madre parada allí! Llevaba un vestido de terciopelo azul que nunca
había visto antes. Cuando murió de cáncer, pesaba sólo cincuenta y siete
libras. Pero cuando la vi, ¡era hermosa, saludable y feliz!
¡Recuerdo saltar y gritar! Luego corrí a la otra habitación para decirle a mi

familia que mi madre no estaba muerta.
Pensaron que estaba histérica y teniendo alucinaciones.

Finalmente, me calmaron y comencé a pensar que tenían razón.
Algún tiempo después, mi tía y yo estábamos revisando el cofre de

la esperanza de mi madre. Me encontré con un vestido de terciopelo
azul y comencé a llorar a mares.
Mi tía dijo: "¿Qué pasa?" Y dije: “¡Este es el vestido que tenía mi
madre cuando la vi!”. Mi tía dijo: “Ese es el vestido que hizo tu madre
para casarse. No tenía suficiente dinero para comprar un vestido de
novia, así que ella misma hizo este de terciopelo azul”.
Una vez más, una cuenta de ADC ilustra lo importante

que es confiar en nuestras experiencias intuitivas.
Después de que Tricia se encontrara con tanto
desánimo por parte de su familia, vale la pena señalar
que un detalle aparentemente sin importancia, como el
vestido que llevaba su madre, la convenció más tarde
de que su experiencia era auténtica.
Jeanette, de 41 años, es empresaria en New

Hampshire. Ella estaba en un dilema 1 año después de
que su padre muriera de una enfermedad crónica:
Mi hermana, Debbie, estaba drogada. Ella vivía en Minnesota y yo

en New Hampshire. Me llamaba y me decía que su bebé no tenía
comida. Me pedía esto y aquello, y yo siempre le enviaba dinero. Me
estaba volviendo loco porque sabía lo que realmente estaba haciendo
con ese dinero.
Una noche, Debbie me llamó drogada. ¡Ella quería $500! Quería

ayudarla, pero no quería darle más dinero. ¡Simplemente no sabía qué
hacer!
Estaba tan molesto que me fui a la cama llorando. Le dije: “Por favor,
papá, ven a mí. No se que hacer. ¡Tienes que ayudarme!”
Mi padre vino a mí mientras dormía y estaba sonriendo. Recuerdo
haber dicho: "Papá, ¡esto no es nada para sonreír!". Él dijo: “Pero tú tienes
la solución. Cuando te despiertes lo sabrás.” Luego me abrazó y me
abrazó durante mucho tiempo.
A la mañana siguiente me di cuenta: “¡Oh, ya sé! Le voy a decir a mi
hermana que me mande todas sus facturas. Los pagaré yo mismo. ¡La
solución estaba ahí! Sé que mi padre me lo dio, excepto que me hizo
creer que yo mismo estaba pensando en eso. De ninguna manera hubiera
pensado en eso, ¡simplemente de ninguna manera!
Así que Debbie me envió sus facturas actuales y las pagué. Luego se
enojó mucho conmigo y nunca volvió a preguntar.
Un ADC puede proporcionar una solución creativa

para un viejo problema, al igual que a Jeanette se le dio
un método efectivo para lidiar con el abuso de drogas de
su hermana. Su estrategia también se puede aplicar con
éxito a cualquier persona que tenga una adicción al
alcohol, al juego u otra adicción o a aquellos que tengan
dificultades para administrar sus finanzas personales de
manera inteligente.
En cada uno de los siguientes cuatro relatos, el

experimentador recibió información que estaba destinada
principalmente a beneficiar a otra persona.
Lydia, de 70 años, es enfermera jubilada en Florida.

Su cuñado, Graham, le dio un mensaje preciso después
de que muriera de insuficiencia cardíaca:
Graham falleció cuando tenía ochenta y nueve años. Supongo que su
corazón acaba de fallar. Tuve esta experiencia con él antes de saber que
había muerto.
Sentí su presencia en mi cocina. Me dijo: “Dile a Vera”, que es mi
hermana, “que se vea muy bien en el escritorio de su sala. Saca los
cajones y mira en la parte de atrás.
Le escribí una carta a Vera y le expliqué mi experiencia.
Luego, más tarde, mi sobrina me llamó. ¡Me dijo que revisaron el escritorio
y encontraron alrededor de $ 3,000 en billetes de $ 50 que él había
escondido!
Obviamente, Graham quería que Vera encontrara el dinero para que
no lo tiraran accidentalmente. A lo largo de su vida, su principal interés
parecía ser el dinero, pero creo que estaba más preocupado por la
seguridad de su esposa.
¿Cuántas herencias se han desechado porque nadie

sabía de su existencia? Pero esta cuenta contiene un
legado mucho más grande que encontrar $3,000.
Graham dio un regalo invaluable a tres personas: su
cuñada, su esposa y su hija: el conocimiento de que la
vida es eterna y que continúa existiendo y
preocupándose por ellos después de su muerte.
Kitty, una ama de casa de 65 años de Alabama, le

hizo un favor a Leland, un amigo de la familia que había
murió en un accidente:
Leland era nuestro amigo y le compramos nuestra casa.

Era cartero y lo mataron una mañana en su camión de correos.
¡A la mañana siguiente apareció en mi habitación! Mientras estaba allí,

me dijo que le dijera a Frances, su esposa, que tenía una póliza de seguro
que ella no conocía. Él dijo: “Está en nuestro dormitorio, en el cajón
superior de la cómoda debajo del papel. Dile a Frances dónde está. Y
luego desapareció.
Mi esposo, Cliff, entró en la habitación y le conté lo que había sucedido.
Dijo: “Bueno, llamemos y se lo digamos a Frances”. Le dije: "¡Ella pensará
que estoy loco!"
Así que mi esposo bajó y le dijo al hermano de Leland, Reed, que
buscara en el cajón superior de la cómoda debajo del periódico, que
podría encontrar una póliza de seguro allí. Pero Cliff no me explicó lo que
me había pasado.
¡Efectivamente, miraron y había una póliza de seguro tal como me
había dicho Leland! Reed llamó y le agradeció a mi esposo, pero nunca
les dijimos cómo lo sabíamos. Simplemente no lo habrían entendido.
Kitty y su esposo demostraron que vale la pena correr

el riesgo de enviar un mensaje ADC y encontraron una
forma inteligente de hacerlo. Sin darte cuenta, es posible
que tú también hayas recibido un mensaje de un ser
querido fallecido a través de un buen vecino.
Becky, una secretaria legal y escritora de 36 años en

Virginia, anteriormente era miembro del personal
de una Casa Ronald McDonald. Allí se hizo amiga

de una niña afroamericana de 10 años, Amira, que
se estaba muriendo de cáncer de huesos:
Dos meses después de la muerte de Amira, soñé que estaba con ella
en un parque. Era un día muy hermoso y soleado. Amira vestía un vestido
ceremonial africano violeta y blanco con turbante y todo.
Estaba encantada de verme. Ella se rió y recogió su vestido, diciendo:

"¡Mira, tengo mi pierna de vuelta!" Su pierna derecha había sido amputada
antes de morir. ¡Amira estaba radiante! Quería mostrarle al mundo que
estaba completa de nuevo.
Amira me pidió que le dijera a su madre que estaba feliz y que estaba
aprendiendo muchas cosas nuevas. Dijo que me volvería a ver algún día.
Luego se despidió con la mano y ese fue el final de la experiencia.
Llamé a su madre por teléfono y le conté mi sueño. Le conté lo que su

hija había estado usando.
Aparentemente, Amira tenía un atuendo exactamente igual a ese en casa,
uno que nunca había visto. Era un vestido ceremonial violeta y blanco de
África que alguien le había regalado. ¡Su madre dijo que había sido el
favorito de Amira!
Algunos ADC se validan solo si se comparten

con otras personas. Cuando Becky le entregó el
mensaje a la madre de Amira, como se lo prometió,
supo el significado del hermoso atuendo que había
estado usando su joven amiga. Esto, a su vez, le
demostró a Becky que su experiencia había sido
real. Y su descripción del vestido.
le dio a la madre de Amira aún más confianza en el

ADC de Becky.
Debra es una psicóloga de 48 años en Florida.

Ella ayudó a su abuelo con algunos asuntos pendientes
después de que él muriera repentinamente de un
ataque al corazón:
Después de que mi madre llamó y me dijo que mi abuelo había

muerto, me acosté en la cama para orar por él y despedirme. Con
los ojos cerrados, recibí telepáticamente un mensaje de él que era
muy fuerte y muy específico.
El abuelo dijo: “En mi apartamento hay un aparador. En el
cajón superior izquierdo hay una tableta legal amarilla.
Contiene una lista de acciones y bonos. Algunos necesitan ser
vendidos inmediatamente. ¡Es imperativo que tu padre obtenga esta
información!”
Fue muy intenso y muy ansioso por impartir este conocimiento.
No hubo cariño en absoluto, era estrictamente comercial. Esto
estaba muy en el carácter de mi abuelo.
Me levanté y llamé a mi madre y le conté mi experiencia.
Unos días más tarde, descubrí que mi padre había ido al apartamento
del abuelo y miró en el aparador. El bloc de notas estaba exactamente
donde el abuelo dijo que estaría. Contenía una lista de valores, tal
como me lo había dicho.
No sé qué hizo mi padre con esas acciones y bonos, nunca lo
discutimos. Lo único que mi padre dijo alguna vez fue: "Debe haber
algo en esto, Debra, porque no tenías forma de saber sobre esa
lista".
Es probable que Debra entrara en un estado de

semimeditación mientras rezaba por su abuelo. Esto puede
ser una forma muy efectiva de tener una

experiencia ADC, y se discutirá más adelante
en el último capítulo.
Cada una de las cuentas restantes contiene

material probatorio más complejo.
Kelly es enfermera en el suroeste. Su hijo de
2 años, Cody, le dio información detallada, solo
6 semanas después de que muriera por una
herida de bala mientras jugaba con la pistola
de su padre:
Cody vino a mí en un sueño. Parecía feliz y saludable. Lo vi de niño,
pero parecía mayor. Me hablaba y se relacionaba conmigo casi como si
fuera un adulto.
Dijo que había algo mal con su lápida, que estaba en la tumba de
una niña que había muerto dos semanas antes que él. Y me dijo que su
nombre estaba al revés.
Al día siguiente, salí al cementerio y no había ninguna lápida donde
estaba enterrado Cody. Llamé a la empresa de monumentos y les
pregunté cuándo iban a poner la piedra en la tumba de mi hijo. Dijeron
que ya había sido colocado allí dos semanas antes.
Entonces fui al cuidador del cementerio y le pregunté dónde estaban

las lápidas más nuevas. Me llevó a una tumba y allí estaba la lápida de
Cody.
Le pregunté al cuidador de quién era la tumba. Miró su historial y dijo
que era una niña que había muerto el 1 de octubre.
Cody había muerto el 14 de octubre.
Todas las otras lápidas estaban mirando en una dirección, pero esta
estaba girada mirando hacia el otro lado. Para codificarlo
¡Debe haber parecido que su nombre estaba al revés!

Finalmente, la compañía del monumento salió al cementerio y colocó
correctamente la lápida en la tumba de Cody.
Es notable que un niño pequeño pueda comunicar

un mensaje tan complicado. Sin embargo, cuando su
madre descubrió los errores que se habían cometido
en el cementerio, todas las declaraciones de Cody
resultaron ser precisas.
Lucille es una ama de llaves de un hotel de 39 años

en Florida. Una experiencia de ADC la inspiró a
embarcarse en un proceso de autodescubrimiento:
Un hombre vino al pie de mi cama una noche. Me asusté porque no lo
reconocí. Él dijo: “María, tu madre te ama”. Fui adoptado, y “Mary” fue el
nombre que me dieron cuando nací. Mis padres adoptivos lo cambiaron a
"Lucille".
Continuó: “Tu madre te está buscando. Empieza a mirar

para ella. ¡Encuentra a tu madre! Te amo."
Recuerdo haberle preguntado quién era justo antes de que no pudiera
verlo más. Y él dijo: “Ya lo descubrirás”. Lo siguiente que supe es que se
había ido. Todavía estaba asustada, pero tenía lágrimas de felicidad. Me
alegró saber que mi madre biológica me estaba buscando.
Esto me dio el incentivo para encontrar a mi madre biológica. Siempre soñé

con encontrarla, pero no quería lastimar a mis padres adoptivos.
Luego fui a un club para personas adoptadas, ¡y encontré a mi madre con

solo una llamada telefónica! Ella preguntó: "¿Cómo me encontraste?" Le dije
que un anciano vino al pie de mi cama. yo
describió cómo se veía, y ella dijo: "¡Ese es tu abuelo!"
Supe que cuando el abuelo se estaba muriendo, le dijo a mi madre:

“Encuentra a tu hija. Encuentra a tu bebé. Quería descansar en paz
sabiendo que volveríamos a estar juntos. Mi madre y yo quedamos en
encontrarnos al día siguiente.
Cuando nos conocimos, me mostró una foto de mi abuelo, y ese era
el hombre que había estado parado a los pies de mi cama. El abuelo
tenía puesto el mismo traje en la fotografía que usaba cuando vino a
verme. ¡Entonces supe que mi experiencia era real!
Parece que nuestros seres queridos fallecidos

pueden ver mucho más allá de nuestra limitada
perspectiva terrenal y visualizar posibilidades que
no son evidentes para nosotros. Nuestra voluntad
de seguir su guía amorosa puede abrir puertas y
crear oportunidades que nunca soñamos que existieran.
Ann Marie, de 39 años, es secretaria y contadora

en Oklahoma. Estaba desconsolada cuando su hija,
Brittany, nació muerta:
Estaba a término y había estado de parto de forma intermitente
durante aproximadamente una semana. Fui al consultorio del médico
y él no podía captar un latido del corazón. Y cuando fui al hospital,
Brittany fue declarada muerta.
Ella era mi única hija. La había esperado durante diez años y me
costó mucho dejarla ir. Me preguntaba quién estaba cuidando a mi hija
y si estaba bien y segura.
Este sueño fue unos tres meses después de la muerte de

Brittany. Lo primero que recuerdo fue una luz brillante. Había
mucha gente y se cantaba.
De repente, vi a una señora sosteniendo a mi hija. Brittany
parecía tener al menos entre seis y nueve meses. Me tendió los
brazos y me llamó: “¡Mami!”.
No reconocí a la mujer que la sostenía. Era una señora mayor,
de bastante buen tamaño, y su cabello estaba trenzado. Le
pregunté quién era y me dijo que era mi abuela Robinson.
Entonces mi experiencia terminó.
Después, hablé con mi madre y se lo conté. Mi abuela Robinson
murió cuando yo tenía solo uno o dos años. Nunca la conocí y
nunca había visto una foto de ella.
Entonces mi tía vino de visita y trajo algunas fotos familiares
para que yo pudiera verlas. ¡Elegí a la abuela Robinson de
inmediato! Se veía exactamente como la había visto un par de
semanas antes: el mismo vestido, la misma talla, el mismo
cabello. ¡Nunca había visto esa foto antes!
Esta fue la forma en que Dios me dijo que mi hija estaba bien.
Siempre he tomado esto como un regalo de Dios para mí.
La elección de la apariencia física y el

atuendo de la abuela Robinson aparentemente
no fue una coincidencia. Este ADC sugiere que
ella tenía conocimiento de la fotografía que
luego permitiría que su nieta confirmara su
identidad.
El relato final de este capítulo fue informado

por Mitchell, un investigador privado de 45 años.
en Vermont. Tuvo un encuentro muy persuasivo 26

años después de que su padre muriera de neumonía:
En la mañana del 14 de marzo de 1989, a las 2:34 am, me desperté de
un sueño profundo y vi a mi difunto padre parado a los pies de mi cama.
Mi padre y yo nos comunicamos por telepatía mental.
¡Parecía tan real como el día que lo vi por última vez! Le pregunté:
"¿Estás bien, papá?" Él respondió: “Sí, hijo”. Una vez más le pregunté:
"¿Estás seguro de que estás bien?" Respondió asintiendo con la cabeza
hacia arriba y hacia abajo de manera afirmativa.
Durante años estuve confundido y molesto porque mi padre me había
abandonado cuando yo tenía dieciocho años. Su repentina muerte por
neumonía me dejó con muchas preguntas sin respuesta.
Entonces pregunté: “¿Por qué moriste y me dejaste solo? ¿Por qué no
me dijiste adiós? Mi padre respondió: “Hijo, tuviste que crecer para volverte
fuerte e independiente y para enfrentar la vida y los desafíos que te
presentaba. Sentí que estaba obstaculizando ese proceso”.
Le dije: "Papá, te amo". Mi padre comenzó a alejarse y dijo: "Sí, hijo, lo

sé". Le pregunté: “¿Adónde vas?
¿Por qué me dejas de nuevo? Él dijo: “Hijo mío, debo irme ahora”. Mientras
se detenía brevemente, se volvió, miró hacia atrás con una hermosa
sonrisa y dijo: "Cuenta los días". Luego se perdió de vista.
Varios días después de mi experiencia, comencé a pensar en mi padre

y traté de analizar sus palabras: “Cuenta los días”. Me vino a la mente el
número de días que mi padre había vivido en la tierra.
Así que cargué mi computadora y busqué en el calendario hasta la

fecha de nacimiento de mi padre. Conté los días que vivió en la tierra
hasta su muerte. El total ascendió a 16.305 días.
Mi padre murió a los 44 años y yo también tenía 44. Entonces me
preguntaba si había vivido más que mi padre. Sólo por diversión, yo
procedió a contar los días desde mi nacimiento hasta la mañana

de mi visión. La suma total fue de 16.305 días, ¡la misma
cantidad de días que había vivido mi padre!
Hace mucho tiempo había pedido una señal, y vaya, ¡mi papá
me la mostró! Me sentí muy querido. Esto me aseguró que
definitivamente vive después de la muerte. Ya no tengo miedo
de morir porque sé que hay algo más allá.
Fue solo cuando Mitchell usó su intuición que

descubrió el significado de la misteriosa pista
que recibió de su padre.
Esta fue la tarea perfecta para apelar a su
naturaleza analítica, y proporcionó una pieza
clave de información sobre la similitud de las
vidas de los dos hombres.
Estos han sido una muestra de los muchos
relatos probatorios en nuestros archivos. Los que
más se benefician de tener este tipo de ADC son
los experimentadores. Cuando se enteran de
algo que no sabían y que no tenían forma de
saber antes, reciben evidencia indiscutible de
que fueron contactados por alguien que murió.
Estas cuentas también proporcionan
documentación convincente para otros de que
los ADC son comunicaciones reales de seres
queridos fallecidos, tal como afirmaron las 2000
personas que fueron entrevistadas.
¿Puede recibir más de un ADC que solo

información u orientación? ¿Está siendo vigilado
y cuidado de otras maneras? El próximo
capítulo ilustra que muchas personas han sido
protegidas por la intervención oportuna de un
ser querido fallecido.
CAPÍTULO 19
La entrega especial:
ADC para protección
El cuerpo es sólo una prenda. Cuántas veces te has

cambiado de ropa en esta vida, pero por eso no dirías que te
has cambiado. De manera similar, cuando abandonas este
vestido corporal al morir, no cambias. Eres igual, un alma
inmortal, un hijo de Dios.
—Paramahansa Yogananda
Casi todos los ADC están inspirados por el

amor y la preocupación continuos que sus
familiares y amigos fallecidos sienten
Porpor
lo tanto,
usted.
es comprensible que intenten protegerlo de vez
en cuando, especialmente si enfrenta un peligro
físico inminente o alguna otra amenaza para su
bienestar.
Este capítulo contiene relatos de personas
cuyas vidas fueron protegidas, y tal vez incluso
salvadas, por la intervención de un ser querido fallecido.
una. Es decir, tuvieron una experiencia de ADC en el

momento exacto en que se requirió esa asistencia
amorosa y fueron salvaguardados durante una
situación grave o posiblemente fatal.
En cada caso, recibieron advertencias que los
protegieron de accidentes automovilísticos o de otro
tipo, daño de delincuentes, incendios domésticos,
lesiones industriales, problemas
diagnosticados de salud no que
y emergencias
involucran a bebés y niños pequeños.
No hay evidencia personal más fuerte de que un

ADC es real que tener su vida realmente protegida o
salvada por uno. E imagine cuán satisfechos deben
sentirse sus familiares y amigos fallecidos cuando
logran una intervención exitosa.
•••
Con la excepción de los dos relatos finales, los

ADC en este capítulo están ordenados según cuánto
tiempo después de la muerte de un ser querido
ocurrieron.
Wilma, de 54 años, es propietaria de una tienda
minorista en Kansas. Por suerte, tuvo este ADC con
su padre 1 mes después de que muriera de un infarto:
Mi marido se había roto la pierna. Siendo que somos granjeros con

niños, tenía todas estas tareas que hacer. Una noche me dirigía a toda
prisa al pueblo después de la cena para comprar algunos víveres.
Estaba solo en mi auto y tenía mi mente en mil cosas.
Estaba bajando una colina con bastante buen lametón cuando mi
padre dijo: “¡Wilma, rápido! ¡Gira aquí! ¡Era como si estuviera sentado
a mi lado, y su voz era tan clara como una campana!
Doblé la esquina y recorrí una milla al sur, luego de regreso al este

y una milla al norte, pensando todo el tiempo: “¿Qué diablos estoy
haciendo? ¡Tengo prisa y me estoy desviando tres millas de mi camino!
¡No tenía sentido, y me sentí como un maldito tonto!
Más tarde, en el camino de regreso, vi a una de mis vecinas. Pensé
que estaba teniendo problemas con el auto, así que me detuve. Ella
dijo: “¡Estaba tan aliviada cuando te vi girar! ¡El puente está fuera!
Es un puente plano de madera con dos grandes álamos colgando
sobre él y muchos arbustos. Se derrumbó sin tablas que sobresalgan
ni nada. ¡Sé que no lo habría visto hasta que estuviera encima de él!
Estaba a sólo un cuarto de milla del puente cuando mi padre me dijo

que girara. ¡Habría estado yendo a 60 millas por hora cuando golpeé
ese espacio vacío! Si mi padre no me hubiera advertido, ¡probablemente
me habrían matado!
Es interesante que el padre de Wilma le indicó

que condujera todo el camino alrededor del
puente sin revelar la razón por la que lo hizo.
Este método sutil e indirecto se usa a veces en
los ADC para protección cuando hay tiempo
suficiente para desviar a los experimentadores
del peligro sin alarmarlos indebidamente.
Pattie, de 33 años, es suscriptora de seguros en

Nebraska. Supo que su padre todavía estaba interesado
en su seguridad 5 meses después de que muriera de
la enfermedad de Parkinson:
Conducía a casa desde el trabajo con mucho tráfico. Íbamos a 55

millas por hora, de parachoques a parachoques, en la Interestatal.
Estaba sentado en mi asiento con un solo dedo en la parte inferior del
volante y mi mente estaba divagando.
De repente, escuché la voz de mi padre en mi cabeza mientras decía

con severidad: “¡Siéntate! ¡Pon ambas manos en el volante! ¡Ponte el
cinturón de seguridad porque te vas a pinchar una llanta!”. Lo escuché
claro como una campana.
Me incorporé en mi asiento, me puse el cinturón de seguridad
rápidamente y puse ambas manos en el volante. Probablemente recorrí
media milla cuando "¡Booooom!" ¡El neumático explotó en pedazos! Pero
estaba listo para eso y pude detenerme en el arcén de la carretera de
manera segura.
¡Odio pensar qué hubiera pasado si no hubiera estado listo para esa
explosión!
El padre de Pattie usó un enfoque más directo al

advertirle que se preparara para una emergencia
inminente. Notará un marcado contraste en las diversas
formas en que las personas son alertadas por un ser
querido fallecido en los relatos restantes de este
capítulo.
Alicia, de 39 años, es enfermera en California. Su

madre proporcionó instrucciones críticas 9 meses
después de morir de cáncer:
Me despertaron durante la noche, y cuando miré hacia arriba,
¡mi madre estaba parada en mi puerta! Su expresión facial era
de urgencia y preocupación e indicaba que algo andaba muy,
muy mal.
Entró en el dormitorio de mi hija y volvió a salir.
Me hizo señas para que entrara allí, y luego simplemente
desapareció.
Me levanté y entré en la habitación de mi hija. Cuando llegué
a su cuna, ¡no respiraba y sus labios estaban azules! Tiffany
solo tenía nueve meses y se había ido a la cama esa noche con
un biberón. ¡Había mordido el extremo del pezón de goma y se
estaba ahogando hasta morir! Pero, afortunadamente, logré
sacarle el trozo de goma de la garganta.
Si no hubiera ido a la habitación de mi hija en ese momento,
¡probablemente habría muerto! No tengo ninguna duda de que
mi madre vino a advertirme.
¿Cuántas otras tragedias podrían evitarse si más

personas fueran abiertas y receptivas a tener
experiencias de ADC y confiaran en ellas? En el curso
de nuestra investigación, hablamos con varias
personas que, lamentablemente, no actuaron de
acuerdo con la orientación que se les dio y luego se
arrepintieron amargamente. Instamos a todos,
especialmente a los padres de niños pequeños,
para responder de inmediato a sus sentimientos

intuitivos y ADC siempre que los tengan.
Jeff es un reparador de teléfonos de 23 años en

Florida. Tuvo este encuentro que le salvó la vida
después de la muerte de su amigo de 19 años, Phil:
Phil murió el día después de Acción de Gracias. Se quedó dormido al
volante de su automóvil y chocó contra un poste de teléfono.
Aproximadamente dos años después de eso, regresaba a casa alrededor
de las 12:30 de la noche después de trabajar todo el día. Conducía por
algunas curvas en S y me quedé dormido.
De repente escuché este grito, "¡Despierta!" Mis ojos se abrieron y miré
hacia el asiento del pasajero. ¡Phil estaba sentado allí sonriendo! Estaba
brillando, la luz irradiaba de su cuerpo, y podía ver a través de él. Realmente
me sorprendió verlo.
Luego miré hacia adelante justo cuando entraba en otra curva en S. ¡Me
estaba acercando a 45 millas por hora, yendo directo a un lago! Giré lo justo
para dar la vuelta a la curva y detuve el coche.
¡Esta experiencia fue total y completamente fuera de lo común! No

esperaba algo así, ¡me dejó alucinado! Phil me salvó de tener la misma
experiencia que él tuvo. ¡Él me salvó la vida!
Varias personas que han muerto en un tipo

particular de accidente parecen tener el deseo, o
posiblemente la misión, de proteger a sus seres
queridos de una muerte similar. Tal vez su intervención
sea un medio de enmendar
habiendo tratado su vida con demasiada indiferencia o

descuido mientras estaban físicamente vivos.
Ella es profesora de música en Virginia. Su marido, Rusty,

la rescató de una situación peligrosa unos 3 años después
de que muriera en un accidente de paracaídas a los 29 años:
Estaba volando mi avión hacia Columbia, Carolina del Sur.

Mi bebé estaba dormido en el asiento trasero. Entré en condiciones
heladas y tuve una situación de emergencia. Mi motor se estaba
cargando mal y tuve que aterrizar en cinco minutos. ¡Pero no pude
encontrar un aeropuerto!
Estaba a solo 500 pies sobre el suelo y solo me defendía. De
repente, sentí que Rusty me agarraba y me decía: “Mira por la
ventana del asiento derecho. ¡Ven aquí y mira por la ventana! Dije:
“¡Está bien, está bien, está bien!” Tuve que gatear hasta el asiento
derecho sin aturdir las alas.
Miré por la ventana y pensé: "No hay nada ahí fuera". Rusty volvió
a gritarme: “¡Detrás de ti, muy atrás de ti!”. Miré debajo de mi cola, y
apenas podía ver el aeropuerto. ¡Lo había pasado!
Cuando aterricé en la pista, simplemente la engrasé. Ni siquiera

hizo una onda o un pequeño bulto. La detuve y estacioné, abrí la
puerta y me caí, mis rodillas no aguantaban. ¡Y fue entonces cuando
me derrumbé!
Puede ser extremadamente difícil encontrar un aeropuerto

pequeño cuando se vuela a una altitud tan baja con mal
tiempo. Sin la ayuda de Rusty, Ella podría haberse visto
obligada a hacer un aterrizaje forzoso de su avión.
Noreen, una enfermera en Wisconsin, tuvo una

comunicación seria de su madre, quien tenía 83
años cuando murió de vejez:
Estaba en la estufa revolviendo budín. La casa estaba tranquila
porque los niños aún no habían llegado. De repente, me di cuenta
de que estaba teniendo una conversación con mi madre, que se
había ido hacía tres años.
Estaba de pie junto a mí con un familiar vestido a cuadros azul y
blanco. Me dijo que le dijera a Louise, mi hermana, que fuera al
médico de inmediato; era imperativo que lo hiciera.
La madre dijo: “Te lo digo porque podrás convencer a tu hermana
para que lo haga”.
Inmediatamente fui al teléfono y llamé a Louise al trabajo.
Le dije: “¡Madre acaba de decirme que deberías ir al médico de
inmediato! Por favor hágalo. ¡Debe ser importante!” Mi hermana
dijo: “Estoy bien, excepto que me pica la garganta”.
Louise fue al médico e inmediatamente la internaron en el hospital
para que la examinaran. Descubrieron que tenía úlceras en el
esófago que estaban cerca de la etapa cancerosa.
Cuando el médico le preguntó a Louise por qué había venido,
ella dijo: “Mi madre me lo dijo”. ¡Pero ella no le dijo que mamá había
muerto hacía tres años!
A veces, un ser querido fallecido aparentemente

no puede hacer contacto directo con la persona
que está en peligro inmediato. En tales casos, es
posible que él o ella pueda notificar a otro pariente
o amigo, quien con suerte entregará el mensaje
urgente de inmediato.
Bernice es una escritora del Noroeste. Su hijo, Gene, le

dio un fuerte consejo unos 3 años después de que se quitara
la vida a los 32 años cuando tenía una enfermedad terminal
con la enfermedad de Hodgkin:
El capitán del Golden Odyssey nos envió una invitación para ir a su

crucero por el Mediterráneo en la primavera de 1977. Mi esposo quería ir
y me pidió que hiciera las reservas.
A la mañana siguiente me arreglé para ir a la agencia de viajes. A

medio camino del auto, escuché a mi hijo, Gene, decir: “Mamá, no debes
tomar ese avión a Atenas”.
La voz de mi hijo era muy tranquila, pero me hizo sentir que no
debíamos ir. Así que di la vuelta y volví a la casa. Esa noche le conté a mi
esposo lo que había pasado. Él lo aceptó y no hicimos las reservas.
La noche en que habríamos tomado el avión de Los Ángeles a Atenas,

me senté en nuestra sala de estar y me sentí triste porque no íbamos.
Al día siguiente, el mismo avión despegó de Tenerife en las Islas

Canarias y chocó con un avión de pasajeros holandés KLM. Fue el mayor
accidente de avión de pasajeros de la historia: ¡581 personas murieron!
Este relato sugiere que nuestros seres queridos fallecidos

pueden tener conocimiento previo de algunos eventos
humanos y, si corresponde, pueden alertarnos sobre
situaciones que amenazan la vida. Tal vez nos estén
diciendo indirectamente que aún no es nuestro momento de
morir, como se les dice con frecuencia a los experimentadores
cercanos a la muerte. Las implicaciones de esta teoría son de largo alc
porque sustentan la creencia de que cada uno de nosotros

tiene un propósito espiritual para su vida y el tiempo
suficiente para cumplirlo.
Andrew, de 42 años, es ingeniero en Washington ahora.

Tuvo este ADC auditivo con su madre 3 años después de
que ella muriera de insuficiencia cardíaca:
Yo estaba en mi camino a casa desde el trabajo. Había muy poco
tráfico y yo iba por la autopista de Chicago a una velocidad de entre 55 y
60 millas por hora. Había un semirremolque frente a mí y me estaba
preparando para salir por el carril izquierdo para sortearlo.
De repente, escuché una voz que decía "¡Andy!" Sonaba urgente, era
muy alto y claro. Miré alrededor pero no vi a nadie.
Entonces escuché la voz por segunda vez. Así que quité el pie del
acelerador y dejé que el auto aminorara la velocidad. Volví a mirar a mi
alrededor, pero seguía sin ver nada.
Cuando me volví hacia adelante y miré hacia el frente, el semirremolque
se estaba cayendo hacia la izquierda. Naturalmente, puse mi pie en el
freno cuando el camión se deslizó completamente de lado y se deslizó por
la carretera.
Si no hubiera escuchado esa voz y reducido la velocidad, ¡habría estado
justo al lado del camión cuando se volcó! Era un semirremolque de
cincuenta y cinco pies, y no habría podido rodearlo a tiempo.
¡Definitivamente habría estado debajo de eso!
Después, cuando lo pensé, supe que era la voz de mi madre. Era obvio
que mi madre estaba allí para protegerme, cuidándome como una luz de
guía.
Un número considerable de comunicaciones después

de la muerte para la protección implican posibles
accidentes automovilísticos. Sin embargo, esto no es

sorprendente cuando nos damos cuenta de que la
persona promedio tiene más probabilidades de estar
en riesgo cuando viaja en automóvil o camión, o
especialmente cuando conduce una motocicleta.
Marsha, de 35 años, es propietaria de una imprenta

en Missouri. Su amigo, Josh, le salvó la vida 5 años
después de que muriera cuando su camión fue
atropellado por un tren:
Conducía a casa a toda prisa una noche desde la casa de mis
padres. Llegué al cruce de trenes y bajaron las puertas. Pensé:
“¡Oh, genial! ¡Ahora estaré sentado aquí por veinte minutos!”
Esperé unos buenos tres minutos y todavía no había tren.

Finalmente, decidí que debía ser uno de esos pequeños y
molestos autos de mantenimiento que a veces hacen que las
puertas suban y bajen y suban y bajen.
Así que miré en la dirección de la que normalmente venían y
no vi nada. La radio estaba muy alta y tampoco escuché nada.
Así que comencé a conducir alrededor de las puertas.
¡Acababa de pasar la primera puerta cuando vi la luz! Justo allí
había un tren, ¡a no más de 20 o 30 pies de mí! ¡El faro parecía
tan grande como mi coche! El tiempo se detuvo, ¡me congelé y
no podía moverme! Me quedé sentado allí viéndolo venir.
Luego escuché a Josh gritarme muy alto y claro: “¡Conduce
este auto!” Sabía que era él, reconocí su voz. Sonaba como si
gritara desde el asiento del pasajero. Pero no respondí.
¡Entonces sentí físicamente que un pie pisoteaba el mío en el pedal del

acelerador! De hecho, sentí presión en mi pie, ¡y el acelerador se fue
directo al piso! ¡Escuché los neumáticos chirriar y mi camión salió
disparado hacia adelante!
Miré por el espejo retrovisor y vi pasar el tren rugiendo. Dije en voz alta:
“¡Gracias, Josh!”. Luego comencé a temblar, así que me detuve un par de
minutos.
¡Al día siguiente tenía un gran moretón en el pie derecho!
Así como Josh había muerto cuando un tren chocó

contra su camión, Marsha podría haber muerto de la
misma manera sin su ayuda. Aunque es inusual tener
evidencia física después de un ADC, como un
hematoma en el pie, no es único. Esto también fue
informado por una mujer que tropezó y comenzó a
caer y luego descubrió moretones en sus brazos donde
las manos de su difunto esposo la agarraron por la
espalda.
Vivian, ama de casa en California, no dudó en seguir

los consejos de su padre 6 años después de que
muriera de insuficiencia cardíaca a los 72 años:
Era de mañana y estaba listo para levantarme y comenzar mi día.
Luego escuché la voz de mi padre decir: “¡Vivian, tu mamá está en serios
problemas!”. Le pregunté: "¿De qué tipo, papá?" Y él dijo: “Financiero”.
Podía escucharlo como si estuviera hablando en voz alta. Sabía que si mi
papá me decía esto, tenía que ser verdad.
Me di cuenta de que el joven que vivía al lado de mi madre era muy
atento con ella. Bud estaba en sus primeros años
veinte años y mi madre rondaba los setenta.

Llamé a mi madre y le pregunté si Bud alguna vez le había pedido dinero.
¡Se puso furiosa conmigo! Así que llamé a mi hermana y comenzamos a
revisar la cuenta bancaria de mamá.
Descubrimos que Bud estaba alterando sus cheques. Ella le daría un
cheque por $5.00, y él escribiría uno o dos ceros adicionales, ¡y lo haría por
$50.00 o $500.00! O ella le daría cheques sin firmar y él firmaría con su
nombre.
¡Se había llevado a mi madre por unos 4.500 dólares!
Llamé a la policía y descubrí que Bud estaba en libertad condicional y había
estado en problemas antes. Así que hice que lo arrestaran y volvió a la cárcel.
Los ADC a veces nos alertarán sobre diversas

actividades delictivas que podrían amenazarnos
física o financieramente. Si bien la madre de
Vivian fue víctima de un estafador común, otros
experimentadores informan que han sido
protegidos de delitos más violentos.
Jan es enfermera pediátrica en Arizona.

Recibió instrucciones muy específicas de su
esposo, Ronny, quien tenía 20 años cuando
murió en un accidente automovilístico:
Esto fue unos ocho años después de la muerte de mi esposo. Nuestro hijo,
Wally, se enfermó gravemente. Lo tuve bajo el cuidado de un médico, pero no
mejoraba.
Me desperté en medio de la noche y sentí la presencia de mi difunto esposo
al pie de mi cama. A través de la telepatía
Ronny dijo: “¡Lleva a Wally al dentista o morirá!”. Después de saber que

entendí su mensaje, se fue.
Al día siguiente llamé a un dentista y revisó a Wally.
Le diagnosticó una infección sistémica porque algunos de sus dientes se
habían lesionado en un accidente. Y después de que mi hijo recibió la
atención adecuada, se recuperó por completo.
La precisión de los mensajes que reciben las

personas durante los ADC es realmente sorprendente.
¿Cuántos padres considerarían llevar a su hijo
enfermo a un dentista para recibir tratamiento médico
cuando un médico no puede diagnosticar la causa de
la enfermedad?
Rosemarie, una asistente administrativa de 42

años en Carolina del Norte, recibió una orden directa
11 años después de que su abuela muriera de cáncer.
Otra experiencia que tuvo poco después de la muerte
de su abuela aparece en el capítulo sobre los ADC
en estado de sueño:
Acababa de empezar un nuevo trabajo. Mientras estaba sentado en
mi escritorio una mañana, escuché a mi abuela decir: "¡Vete a casa!"
Miré mi reloj y solo eran las 10:00. Pensé para mis adentros: “No puedo
ir a casa porque aún no es la hora del almuerzo. ¡No puedo simplemente
irme ahora!”
Pasó un minuto y ella volvió a decir: “¡Vete a casa!”. Sólo que esta vez
fue más fuerte. Siguió diciéndolo durante unos cinco minutos.
¡La abuela no me dejaba en paz! ¡Así que agarré mi bolso, salí corriendo
por la puerta y conduje a casa muy rápido!
Mi hija, Michelle, tenía diez años y estaba sola en casa desde

que era verano. Me recibió en la puerta y me dijo: “Mamá, estaba
tratando de llamarte. Dijeron que te habías ido. ¡Un hombre
estaba tratando de forzar la puerta trasera!”
Michelle había corrido a su dormitorio y se escondió hasta que
me escuchó entrar por la puerta principal. ¡Estaba muerta de
miedo y temblando! Aparentemente, el hombre se escapó cuando
llegué.
Inmediatamente, me subí a mi auto y conduje por la calle.
Vi al hombre, llamé a la policía y les di una descripción.
Lo recogieron más tarde y lo arrestaron.
Algunos ADC de protección son tan urgentes que

exigen nuestra atención inmediata.
Al parecer, nuestros seres queridos fallecidos tienen
una visión general de nuestra vida y pueden detectar
una situación de emergencia de la que no somos
conscientes. Es vital que aprendamos a confiar en sus
advertencias y actuemos de inmediato. Si lo hace,
puede salvar la vida de alguien, posiblemente la nuestra.
Audrey, una consultora de negocios en Florida, se

salvó de posibles daños 13 años después de que su
abuela muriera de cáncer a los 80 años:
Vivía solo en un estudio en Queens, Nueva York. Estaba en el
cuarto piso, y mis ventanas daban a la escalera de incendios.
Tenía miedo porque alguien podía entrar por una de esas
ventanas. Pero era una calurosa noche de verano y mi aire
acondicionado no funcionaba. Así que tenía las ventanas abiertas.
Me fui a dormir, y como a las 4:00 de la mañana escuché a mi abuela

decir: “¡Levántate y cierra las ventanas!”. No era apacible ni blanda,
¡era como un sargento de instrucción!
Salté y cerré las ventanas. Mientras lo hacía, mi hombro golpeó una
pesada talla de madera que se estrelló contra el suelo. Pensé: “¡Oh,
Dios mío! Esa pobre mujer de abajo. ¡Realmente se va a enojar
conmigo!”. Luego volví a dormir.
A la mañana siguiente, fui de compras. Cuando doblé la esquina,
estaba mi vecino de abajo. Le dije: “Realmente quiero disculparme
contigo. Anoche tiré algo.
¡Ella dijo que no! ¡No! Fue bueno que me despertaras.

¡Había un hombre en la escalera de incendios! ¡Podría haber entrado
en mi apartamento!
Un ADC puede proteger más que solo al

experimentador previsto. Esta intervención fue
inusual porque un ser querido fallecido era
consciente de un peligro potencial y proporcionó
una advertencia que desencadenó una cadena de
eventos que finalmente salvaguardaron la vida de dos muje
Catharine, ama de casa de 48 años en Nueva

Brunswick, fue alertada de una emergencia por su
bisabuela, que había muerto de una enfermedad
cardíaca:
Alrededor de las 2:30 de la mañana, escuché que alguien decía mi
nombre: "¡Catharine!" Me desperté y podía oler un poco de humo.
Me estiré, me puse las gafas y miré hacia el
ventana. Pude ver naranja a través de la cortina y pensé: "Es demasiado

pronto para que salga el sol".
Me levanté de la cama y descorrí la cortina. ¡El granero estaba en
llamas! ¡Y el extremo de nuestra casa también comenzaba a incendiarse!
¡Todo lo que podía ver por la ventana eran llamas!
Grité a mis hijos: “¡La casa está en llamas! ¡Levántate rápido!
¡Tenemos que salir! Mi hijo mayor agarró un extintor de incendios y salió
corriendo en ropa interior para tratar de apagarlo. Pero dijo que era inútil.
Acabamos de salir con la ropa puesta. No se salvó nada.
Unos días más tarde me di cuenta de quién había dicho mi nombre esa
noche. ¡La voz era la de mi bisabuela, que había estado muerta durante
veinticuatro años!
La mayoría de los ADC para la protección son

breves y directos, y brindan solo información esencial.
En ocasiones oiremos simplemente llamar nuestro
nombre o apodo para llamar nuestra atención o
advertirnos de un peligro.
Ed es un fabricante de herramientas y troqueles jubilado en Arizona.
Tenía 44 años cuando su madre interrumpió su

trabajo 27 años después de que ella muriera de
neumonía:
Yo era capataz en una fábrica en Los Ángeles donde operaba una
máquina para cortar sobres. Ese día había colocado el troquel en una
resma de papel y lo había metido debajo de la prensa para hacer el corte.
Luego vi que estaba demasiado cerca del borde y se deslizaría.
Así que comencé a alcanzar debajo de la prensa para restablecer el

dado, y escuché a alguien decir: "¡Edmund, no lo hagas!" Mi madre era la
única que alguna vez me había llamado "Edmund". En el trabajo siempre
me conocían como "Ed".
Miré a mi derecha, ¡y allí estaba mi madre! Ella estaba parada allí
mirándome. Era sólida, pero solo la vi de cintura para arriba. Tenía un aura
a su alrededor, era muy brillante.
Mamá parecía preocupada por mí y tenía una mirada de ansiedad.

Luego miré la máquina y me di cuenta de que si hubiera hecho lo que había
comenzado a hacer, ¡mis dos brazos habrían sido aplastados hasta el codo
bajo 48,000 libras de presión!
Volví a mirar a mi madre, pero se había ido. Cuando me di cuenta de lo
que podría haber hecho si mi madre no me hubiera advertido, me temblaron
tanto que tuve que tomar un descanso prolongado para calmarme.
Imagina los sentimientos de gratitud de Ed después de

su ADC. En un momento de gracia, fue protegido de
lesiones graves y recordó que su madre seguía siendo
parte de su vida tantos años después de su muerte.
Florence es una ama de casa de 61 años en Florida.

Escuchó de su padre no solo una vez, sino dos veces,
mucho después de que muriera de una enfermedad cardíaca:
Esto fue ocho años después de la muerte de mi padre. Acababa de
hacer revisar mi automóvil en un concesionario, y mi hijo de diez años y yo
nos dirigíamos a casa. Por lo general, habría tomado la Autopista del
Estado de Nueva York y habría ido a 70 millas por hora. Sin embargo, yo
De repente tuve la sensación de que mi padre estaba en el asiento trasero

del coche. Sentí su presencia amorosa con mucha fuerza.
Mi padre dijo: “Por favor, quiero que vuelvas a casa por las carreteras
secundarias. No vaya más de diez millas por hora. Ve muy despacio para
que pueda disfrutar de las plantas”. La afición de mi padre había sido la jardinería.
Era un hermoso día, y todas las flores de primavera estaban en flor.
Cuando estaba a unas tres o cuatro cuadras de casa, pensé que me

estaba pinchando una llanta. Salí y miré, pero todos parecían estar bien. Así
que volví a subir al coche.
Cuando comencé a conducir de nuevo, había un anciano caminando por
la acera. Estaba muy nervioso y emocionado. Me llamó: “¡Por favor, no te
muevas! ¡Se te están saliendo las ruedas!”.
Estábamos a pocas cuadras de una gasolinera. Mi hijo corrió allí y

regresaron con una grúa. Encontraron que las ruedas habían sido rotadas,
pero cuando fueron colocadas de nuevo en los ejes, nunca habían sido
apretadas. ¡Las cuatro ruedas estaban muy flojas!
Más tarde me di cuenta de que si hubiera conducido por la autopista a 70

millas por hora, ¡una de las ruedas podría haberse salido! Pudo haber habido
un accidente severo que me involucró a mí y posiblemente a muchas otras
personas. ¡Obviamente mi padre nos salvó de una catástrofe!
Este es otro ejemplo del empleo de una

técnica de distracción para evitar asustar a
alguien. El mismo método se utilizó en el
siguiente ADC de Florence, que es el relato
final de este capítulo:
Dieciséis años después de la muerte de mi padre, estaba en la ciudad de
Nueva York de camino a visitar a un amigo en el Hospital de Nueva York. Era
caminando por la calle, acercándose a una casa de piedra rojiza que estaba
siendo demolida.
Mis ojos se dirigieron a un trabajador que estaba usando un mazo en el
techo. Pero descarté eso y seguí caminando.
Entonces sentí la presencia de mi padre y lo escuché decir: “¡Detente!

Mira ese pórtico. Los escalones de la entrada eran del mismo tipo que
teníamos en nuestra casa en el bajo Manhattan cuando yo era pequeño.
Agregó: “Piensa en la forma en que solía rebotarte en mi rodilla cuando
eras un niño. ¡Deténgase!" Esta vez fue un comando muy fuerte. Con eso,
me detuve. Había gente caminando detrás de mí, y mi parada les impedía
pasar a mi alrededor.
¡Entonces, de repente, la parte de metal pesado del mazo del obrero

aterrizó justo a mis pies y rompió la acera de concreto! ¡Los dos niños detrás
de mí gritaron! ¡Fue aterrador para mí darme cuenta de que mi cráneo
podría haberse abierto completamente!
Un hombre mayor detrás de mí dijo: “Dios mío, ¿por qué te detuviste?

¡No había ninguna razón para que lo hicieras!” Dije: “Tenía la sensación de
que mi difunto padre estaba conmigo y me dijo que me detuviera”. Él
respondió: "Bueno, tu padre ciertamente salvó tu vida y tal vez esas dos
niñas detrás de ti también".
Nuevamente, el padre de Florence hábilmente

distrajo a su hija de una seria amenaza física sin
alarmarla indebidamente. Y en ambas ocasiones
más de una persona se benefició de su guía.
Es una tremenda expresión de amor proteger

la vida de otra persona del dolor y la tragedia de
un accidente o posiblemente de la muerte misma. Tal
La intervención ciertamente cumple la promesa de

un ser querido fallecido de “siempre estaré contigo”.
¿Algunas personas son persuadidas por un ser

querido fallecido para que no se suiciden? El siguiente
capítulo presenta ADC que salvaron a adultos y niños
de quitarse la vida.
CAPÍTULO 20
Gracia salvadora:
ADC para la intervención suicida
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

-Jesus de Nazareth
Es natural sufrir una variedad de pérdidas durante su

vida que pueden evocar sentimientos muy dolorosos de
tristeza, depresión y miedo.
Desafortunadamente, si caes en una espiral descendente
de conciencia y te permites ser abrumado por la
desesperación, hasta el punto de sentirte desesperanzado
e impotente, podrías considerar quitarte la vida.
En esos momentos, un familiar o amigo fallecido

puede regresar para persuadirlo de que el suicidio no es
una opción apropiada o aceptable. Él o ella podría
recordarte "esto también pasará" y afirmar
apasionadamente que vale la pena vivir la vida.
Estas intervenciones suicidas son una forma

especializada de ADC para la protección que
ocurre en el momento crítico en que alguien
realmente necesita aliento. Parecen ser
experiencias algo comunes, y cada persona que
ha tenido una tiene la certeza de que un familiar o
amigo fallecido fue el responsable directo de
salvarle la vida.
Esta es la categoría más profunda de
experiencias ADC en nuestros archivos. Estos
poderosos relatos pueden servir para animar e
inspirar a aquellos que puedan estar contemplando
el suicidio y disuadirlos de actuar sobre sus
sentimientos de autodestrucción.
•••
En los primeros cuatro relatos, los

experimentadores tenían fuertes sentimientos de
depresión que los llevaron a contemplar el suicidio
como un medio para eliminar su dolor emocional.
Danielle es una estudiante de secundaria de 16
años en Nueva York. Ella informó tener este ADC
influyente más de 3 años después de que su
abuela muriera de cáncer:
Yo tenía trece años ese verano. Estaba muy deprimido. Estaba

sentado en mi cama llorando y pensando en suicidarme. Llamé a
mi abuela: “¡Necesito ayuda ahora! ¡Te necesito ahora!"
¡La abuela apareció a mi lado, justo al final de mi cama!
De hecho, parecía un ángel con una túnica blanca muy bonita. Vi
bonitos colores pastel a su alrededor. Los colores pastel siempre
me recuerdan al cielo y al Señor.
Ella dijo: “Todo va a estar bien. Di una oración antes de irte a
dormir. Te amo." Me apoyó mucho, y cuando me tranquilizó, sentí
una calidez a través de mi cuerpo.
Le dije que la amaba y le di las gracias. Mi instinto me decía:

"¡Todo va a estar bien!" Luego dije una oración y me quedé dormido.
Desde entonces me he sentido muy bien conmigo misma. Me he

vuelto mental y emocionalmente más fuerte gracias a mi abuela.
Seleccionamos la experiencia de un niño para el

primer relato de este capítulo para enfatizar el
aumento alarmante de los suicidios de adolescentes
en nuestra sociedad. Muchos adolescentes intentan
suicidarse como un escape de sus sentimientos de
depresión e inutilidad, cumpliendo trágicamente el
adagio “El suicidio es una solución permanente a un
problema temporal”.
Marcie, de 30 años, es empleada de ventas

minoristas en Washington. Tenía 18 años cuando ella
fue calmada por la bondad amorosa de su padre unos

5 años después de que se suicidara:
Estaba pasando por un momento muy difícil emocionalmente. Estaba
muy, muy deprimido. Estaba deprimido, probablemente como lo había
estado mi padre antes de quitarse la vida. Me sentía totalmente sola y
solo quería estar con él.
Un día, estaba sentada en el suelo llorando desconsoladamente.
De repente sentí como si alguien me abrazara, pero no había nadie más
en la habitación. Luego escuché un "clink" en el piso de madera. Me
acerqué y recogí un centavo que tenía escrito el Padrenuestro.
Sonreí y dije: “Gracias, papá”. Le había dado ese mismo centavo a

mi padre antes de que muriera para que lo guardara en su bolsillo, para
saber que siempre estaba pensando en él.
Creo en mi corazón que mi padre quería mostrarme que todavía
estaba allí, que todavía le importaba. Realmente siento que puso el
centavo allí porque quería que supiera que no estaba solo.
Marcie era solo una adolescente en ese momento,

y su profunda depresión podría haberla llevado
fácilmente a seguir los pasos de su padre. Dado que
enseñamos con el ejemplo, la lección del suicidio
lamentablemente puede convertirse en un legado
familiar que se transmite a las generaciones futuras.
Una vez que un ser querido se ha quitado la vida como
una forma de escapar del sufrimiento, esta opción
también puede parecer deseable para otros miembros
de la familia, especialmente para los niños.
Holly, de 34 años, es contadora en la Columbia Británica.

Recuperó sus ganas de vivir durante una serie de encuentros
que tuvo con su padre 13 años después de que muriera de
un infarto:
Tenía treinta y dos años y estaba en un momento muy, muy difícil de mi vida.
Había tomado la decisión de que realmente no valía la pena continuar. Había
llegado a un punto en el que estaba tratando de decidir la salida más rápida y
fácil.
Solía tener muchas lágrimas cuando me acostaba. Entonces, una noche
sentí físicamente que me estaban abrazando. Pero lo ignoré y simplemente lo
deseché. Sin embargo, siguió ocurriendo durante tres o cuatro noches. Llegué a
un punto en el que estaba esperando que esto sucediera, queriendo ver si era
solo mi imaginación.
Entonces, una noche, mientras estaba acostado en la cama con los ojos
cerrados, ¡el rostro de papá apareció de repente! Se veía tal como lo recordaba
la última vez que lo vi. Y me dijo: “¡No hagas esto! Tienes un propósito mayor
en tu vida. Tienes que dejar de pensar como estás ahora mismo. Estás en el
camino equivocado y tienes que cambiar”.
No tenía experiencia previa con nada como esto. ¡Fue un shock! Dije: “¿Eres
tú? ¿Eres mi papá? ¿Que esta pasando aqui?" Entonces sentí que su mano
tomaba la mía y me dijo: “Estoy aquí y he venido a ayudarte”.
Ahora, cada vez que necesito aliento, solo cierro los ojos.
y puedo escuchar a mi papá decir: “¡Adelante! ¡Puedes hacerlo!"
A veces se necesita un contacto cercano con el suicidio

para darse cuenta de que la vida es un regalo muy preciado
que no debe desperdiciarse. Inicialmente, la intervención
amorosa de su padre y su mensaje contundente le dieron a
Holly el apoyo que necesitaba. Pero en última instancia, era su propia
cambio de perspectiva que marcó la diferencia duradera

en la elección de la vida sobre la muerte.
Walt es un actor, escritor y camionero de 42 años

de Florida. Se sometió a una renovación espiritual 3
años después de que su abuelo muriera de enfisema:
Estaba trabajando para un periódico en condiciones estresantes. yo

se deprimió mucho y estaba pensando en suicidarse.
Una noche pensé que estaba despierto cuando mi abuelo entró y
se sentó en mi cama, incluso sentí que la cama se movía. Puso su
mano en mi pierna, ¡y realmente lo sentí! Estaba más feliz de lo que
jamás lo había visto, y vestía un traje verde oliva.
El abuelo dijo: “¿Qué te pasa, Walt? No eres así. Siempre has sido
muy feliz y muy confiado”. Era la voz de mi abuelo, tenía acento de
Nueva Inglaterra.
Me sorprendió que estuviera allí, ¡se suponía que estaba muerto!

Cuando me di cuenta de que era mi abuelo, me desperté por completo,
pero luego se había ido.
Fue como "¡Guau! ¡Mi abuelo vino desde el otro lado para
animarme!” Nadie a mi alrededor hizo eso, nadie vivo. Me sentí
cuidado, alguien estaba preocupado por mi bienestar.
Sabía que mi abuelo vino a mí porque me amaba. Me amaba lo

suficiente como para comunicarse en un momento en que realmente
necesitaba a alguien. Me recordó una actitud que había olvidado, y su
llegada me devolvió a la forma en que solía ser.
Si nos permitimos aislarnos y llenarnos de estrés

como lo hizo Walt, corremos el peligro de ser presa de
nuestros miedos y negatividad. Su relato demuestra el
suave poder de un ADC para sanar nuestros
pensamientos de autodestrucción e inspirar una sana
voluntad de vivir.
¡Qué mayor regalo puede dar un ser querido fallecido
que atravesar el tiempo y el espacio para recordarnos
que nuestra vida tiene un valor enorme!
Los siguientes tres relatos involucran a personas

que se sentían suicidas porque estaban de duelo por
una relación rota.
Sally, de 33 años, es enfermera en California. Su
vida cambió radicalmente 15 meses después de la
muerte de su madre:
Me habían tratado la depresión de forma intermitente desde que tenía

dieciocho años. La depresión clínica y el alcoholismo corren en mi familia,
especialmente con las mujeres.
Mi hermana, Peggy, había sido tratada por depresión desde que tenía
dieciséis años. Era alcohólica y murió de una sobredosis de medicamentos
recetados cuando tenía veintiún años. Mi madre, que era una alcohólica
en recuperación, había estado extremadamente deprimida toda su vida.
Y finalmente, a los cincuenta años, ella también se suicidó.
Después de romper con mi novio, estaba abrumada y no podía
continuar con el dolor que sentía. Estaba en una profunda depresión y
decidí que quería morir. Así que bebí un
un montón de alcohol, me despedí de mis gatos y le escribí una nota

a mi familia antes de quedarme dormido.
Justo antes de despertarme por la mañana, soñé que recibí una
llamada telefónica de mi madre. Reconocí su voz cuando dijo: “¡Sally,
no lo hagas! ¡No lo hagas! Era cariñosa, pero suplicante. Eso fue todo
lo que me dijo, ¡pero fue realmente poderoso!
Usé esta experiencia para cambiar mi vida. Inmediatamente me

levanté y me inscribí esa mañana en un programa ambulatorio de
rehabilitación de alcohol. Ahora, un año después, tengo una actitud
positiva sobre la vida y lo buena que puede ser.
El legado del suicidio casi cobró otra víctima.

Cuando la depresión y el alcoholismo se pueden
rastrear en una familia, sus miembros corren un
mayor riesgo de autodestrucción. El ADC de Sally
y su coraje para cambiar le permitieron romper
este patrón familiar mortal.
Michael, de 30 años, es gerente de una licorería

en Georgia. Encontró un nuevo propósito para
vivir cuando su abuela vino a él:
Mi novia me había dejado y estuve extremadamente deprimido
durante tres semanas. Contemplé el suicidio y estaba al final de mi
cuerda. Estaba tratando de decidir qué debería hacer conmigo mismo.
Estaba tan cansada de sentirme deprimida, era tan doloroso para mí.
Esa noche, tuve este sueño justo antes de despertarme. Estaba
solo en un lugar muy vacío. Era como un gran salón sin principio ni
fin, sin puertas ni ventanas. Era un vacío total.
Mi abuela se me acercó. Puso sus brazos alrededor de mí y

me besó en la mejilla. Ella me dijo: “Tu vida vale la pena. No
renuncies a tu vida por otra persona.
Tienes todo por lo que vivir y muchas cosas que hacer. Sal y sé
tú mismo. Volverás a amar, ¡así que vive y diviértete!”
Me desperté y me sentí mejor que en tres semanas. Esta
experiencia me hizo un mundo de bien. Ya no sentía el dolor por
dentro.
Nunca antes había conocido a mi abuela. Solo había visto dos
fotos de ella en mi vida. Pero sabía de sus logros y sabía cómo
había muerto. ¡Se había suicidado unos cuarenta años antes!
Quitarme la vida no valía la pena por el dolor y el sufrimiento

por el que me habría puesto a mí y a todos los que me rodeaban.
Mi abuela vino porque necesitaba que alguien me dijera eso.
Sabía lo que su muerte le había hecho a mi madre ya mi padre.
En cierto modo ella estaba diciendo, “No hagas lo que hice.

Vive tu vida porque vale la pena. Aproveche las oportunidades
mientras las tenga aquí. Si tuviera la oportunidad de hacerlo de
nuevo, no me habría suicidado”.
¿Quién sabría más sobre la importancia de

la vida física y las consecuencias del suicidio
que la abuela de Michael, que se había quitado
la vida cuarenta años antes? Es muy significativo
que tantas personas que se suicidaron hayan
regresado para motivar a otros a tomar
decisiones más sabias.
Deirdre, de 31 años, es especialista en

informática en Virginia. Tenía solo 21 años
cuando recibió una afirmación de vida de la
abuela de su novio, que se había suicidado 6
meses antes tras una larga lucha contra el
cáncer:
Me deprimí mucho por la relación con mi novio, Terry. Empecé a
preguntarme sobre el propósito de mi vida y sentí una incapacidad
para hacer frente a mis pensamientos y sentimientos confusos.
Estaba en la cama y sentí que había tocado fondo;

emocionalmente, estaba en mi punto más bajo. Lloré
desconsoladamente por un rato, pensando en acabar conmigo
mismo. Solo lloré y lloré hasta que no pude llorar más.
Alrededor de las 5:00 de la mañana, una luz neblinosa de color
azul bebé apareció en el pasillo y se trasladó a mi habitación. Tenía
forma ovalada, de unos tres pies de alto y un pie de ancho, y estaba
a tres pies del suelo.
Cerré los ojos y la abuela de Terry comenzó a hablarme en mi
mente. Era como las conversaciones que solíamos tener cuando
ella estaba viva.
Ella dijo que mi familia y la familia de Terry no entenderían por
qué había terminado con mi vida. Y esa vida era demasiado preciosa
para renunciar. Ella me aseguró que me amaban y que realmente
me extrañarían. Ella me dijo que el suicidio no era la respuesta. Ella
misma había cometido ese error, pero yo no debería cometer ese
error también.
Era como si ella me abarcara y me rodeara. Sentí un calor dentro
de mí que nunca antes había sentido. Ella me dio una fuerza interior
y sentí que podía hacer cualquier cosa que quisiera en ese
momento. Entonces la luz se fue.
La pérdida de una relación amorosa nunca es una

causa justificable para suicidarse, a pesar del dolor
que podamos sentir en ese momento. El suicidio es
una negación de nuestra identidad espiritual y nuestro
propósito de estar aquí. Es un rechazo total a nuestro
futuro y a las personas, las experiencias y las lecciones
que la vida nos depara.
a nosotros.
La historia de Deirdre tiene otro desenlace positivo.

Ella y Terry reconciliaron sus diferencias y ahora llevan
casados más de diez años.

estaban teniendo graves dificultades en su matrimonio
que les hicieron considerar el suicidio como una
solución a sus problemas.
Katharine es una artista de joyería de 43 años en
Florida. Recibió una reprimenda muy fuerte unos 19
años después de que su tía abuela, Mildred, muriera
de vejez:
Yo era un estudiante de veinticuatro años en Londres.
Estuve casada durante dos años y descubrí que mi esposo
estaba teniendo una aventura. ¡Estaba realmente devastado!
Estaba teniendo dudas sobre continuar con mi educación, y
toda la situación me tenía muy, muy deprimido.
Fui a la estación de metro y sentía que no valía la pena vivir
la vida. Pensé que sería bueno, rápido y fácil
tirarme delante de un tren. Recuerdo acercarme al borde de la

plataforma. Escuché que venía el tren y me estaba preparando
para saltar.
De repente, alguien me tocó el hombro izquierdo y una voz dijo
claramente: “¡Piensa en tu madre, niña!”. La voz era severa y
aguda. Entonces tuve un destello de la cara de mi tía Mildred, solo
la cabeza y los hombros. Ella frunció el ceño y me estaba
regañando.
En el momento en que sucedió, un viejo tren maltrecho pasó por
el túnel. Pensé: "¡Oh, Dios mío, qué tonto es esto!"
Rápidamente subí corriendo las escaleras de la estación y tomé un autobús a casa.
Me sentí abrumado por lo estúpido que había sido. Mi madre
acababa de someterse a una cirugía mayor y mi muerte la habría
retrasado considerablemente. Estaba tan avergonzado por siquiera
pensar en suicidarme. ¡Nunca lo volveré a considerar, nunca, ni
en un mes de domingos!
Los sentimientos intensos de rechazo, abandono y

soledad son comunes durante la ruptura de un
matrimonio y pueden producir pensamientos
imprudentes de suicidio. Pero cuando estamos
inmersos en nuestro propio dolor, rara vez pensamos
en cómo nuestra muerte afectará a quienes nos aman.
En esos momentos, nuestro egocentrismo puede
fácilmente hacernos olvidar que cada uno de nosotros
es un ser espiritual que tiene un propósito o misión especial para
•••
Tony es un guardabosques de 46 años en Florida.

Experimentó una serie de intervenciones de su padre, quien
murió de un paro cardíaco:
Unos dos meses después de la muerte de mi padre aún no estaba

divorciado, pero estaba separado de mi esposa. En ese momento, mi
depresión era bastante severa y comencé a suicidarme.
La depresión se ha transmitido por herencia y viene de familia. Mi
tío se había suicidado. Mi papá y mi tío se habían ido, y pensé que
estaría con ellos. Estaba pensando en hacerlo con una escopeta que
tenía.
Varias veces durante un período de tres meses, en medio de la
noche, mi papá me llamó por mi nombre: “¡Tony! ¡Tony! Sonaba
exactamente como él, era su voz.
Cada vez que oía el olor de su colonia, Mennen After Shave, que
era más o menos la tarjeta de presentación de papá. Sentí que me
habían visitado, pero en realidad nunca lo vi.
Cada vez, justo en ese instante, había una sensación de calma,
como si todo estuviera bien. Era como si estuviera tratando de decirme:
"Todavía estoy aquí para ti si tienes algún problema".
Estas experiencias me hicieron cambiar de opinión porque me
hicieron darme cuenta de lo tonto que era. Mi papá me dio un empujón,
y creo que eso es todo lo que necesitaba. Vendí mi escopeta y comencé
a hacer cosas más positivas con mi vida.
Volví a la escuela y comencé a ir a la iglesia todos los domingos.
Ahora estoy activo con mi congregación, y actualmente estoy ayudando
con un ministerio de alcance para los afligidos.
Todos sentimos compasión por un niño pequeño cuando

muere su madre o su padre, pero podemos pasar por alto
el hecho de que cuando un adulto pierde a uno de sus
padres, él también se convierte en un niño desconsolado. Alguno
Los problemas pueden ser diferentes, pero la sensación

de pérdida y los sentimientos de dolor pueden ser igual
de abrumadores.
Al igual que Tony, muchas personas deben llorar más
de una pérdida al mismo tiempo. Entonces somos más
vulnerables a sentirnos abrumados por sentimientos de
desesperación que pueden conducir a pensamientos de
suicidio. Pero nunca debemos contar con tener un ADC
para protegernos de nosotros mismos. Nuestra única
salvaguardia verdadera contra el suicidio es hacer un
compromiso interior inquebrantable de vivir nuestra vida
hasta su finalización natural.

estaban luchando con el dolor de la viudez cuando
tuvieron una experiencia ADC.
Bobbie es un suboficial de 29 años de la Fuerza
Aérea en Virginia. Su esposo, Scotty, también había
sido suboficial en la Fuerza Aérea antes de morir de un
tumor cerebral:
Me dolía mucho la muerte de Scotty y la pérdida de todos nuestros

sueños. Básicamente sentía que ambos habíamos sido engañados. Sentí
como si me hubieran partido en dos, y ninguna droga en esta tierra iba a
detener el dolor. Hubo un par de veces que el suicidio cruzó seriamente
por mi mente porque me dolía mucho.
A veces, cuando estaba en medio de un ataque de llanto muy intenso,
Scotty me consolaba. Él haría
decir, “Está bien. ¡Llora, es bueno para ti!” Su estado de ánimo era de
preocupación amorosa y, por lo general, al final de mi llanto, literalmente
podía sentir que me abrazaba.
Pero cuando empezaba a pensar en formas de suicidarme, era casi
como un sermón severo. Él decía: “¡Eso no va a resolver el problema! ¡Eso
no va a eliminar tu dolor!”
Cuando estaba en el pozo, Scotty decía: “¡Pon tu trasero en marcha!

¡No te quedes ahí sentado y revolcándote en la autocompasión! ¡No te
quedes sentado sin hacer nada!”.
Discutía con él, diciendo: "¡Es fácil para ti decirlo, estás muerto!" Él
decía: “Sí, ¿entonces? ¡Estas vivo! ¿Por qué no empiezas a actuar como
si fueras parte de los vivos y no parte de los muertos?
Scotty siempre sintió que la vida era para vivirla. Creo que estas
experiencias son ejemplos de que él estuvo ahí para mí cuando más lo
necesitaba. Ahora, mientras continúo curándome y enfrentándome a la
vida por mi cuenta, puedo dejarlo ir.
Aparentemente, Scotty pudo distinguir entre el dolor

normal de Bobbie y sus emociones suicidas. Por lo
tanto, sabiamente brindó un equilibrio de cuidados
tiernos y amor firme de acuerdo con las necesidades
de ella.
El duelo profundo es un proceso natural y saludable
cuando perdemos a un ser querido. Pero si nuestros
pensamientos se vuelven sentimientos de
autodestrucción, debemos recordar, como dijo Scotty,
que el suicidio no resolverá nuestros problemas ni
eliminará nuestro dolor emocional. Una opción mucho mejor es u
grupo de apoyo de duelo u obtener asesoramiento

profesional.
Leigh es residente de Mississippi. Quedó viuda

cuando su esposo, Ralph, murió de un ataque al
corazón a los 50 años:
Alrededor de un año después de la muerte de Ralph, estaba acostado
en mi sofá llorando. Nos habíamos separado un par de veces el año
en que murió, y yo me sentía muy culpable de que la muerte de Ralph
fuera culpa mía. Sentí que dejarlo lo había puesto más estresado y tal
vez había causado su muerte.
Había decidido de qué manera lo iba a hacer, lo tenía todo planeado.
Después de la muerte de Ralph, mi médico me sugirió que tomara un
tranquilizante y pastillas para dormir. Tenía un montón de ellos a mano.
Pero justo antes de que planeara hacerlo, fui a la funeraria e hice

mis propios arreglos funerarios, incluso hasta los portadores del féretro
y lo que quería usar.
Ya había escrito un par de cartas, una a un amigo mío y otra a mi
hijastra, disculpándome por suicidarme. También le había escrito una
carta a un amigo sobre lo que quería hacer con respecto a un perro y
un gato que tenía en ese momento. Todo eso estaba sobre la mesa a
mi lado.
Había estado bebiendo cerveza y estaba tratando de emborracharme
lo suficiente para hacerlo. Yo estaba llorando muy fuerte, sollozando,
cuando escuché la voz de Ralph muy claramente decir algo como “Esta
no es la forma en que se hace. ¡No hagas eso! ¡Aférrate! Todo va a
estar bien." Entonces me dijo que me amaba.
No me importa si alguien lo cree, pero esa era la voz de Ralph
Taylor, ¡y esa es la verdad de Dios! ¡Era tan real, era casi como si
pudiera sentir su aliento en mi oído!
Inmediatamente, me levanté de un salto, encendí las luces y

miré alrededor de cada habitación de la casa. Detuve mis planes
en ese momento y fui y rompí las cartas.
Aunque no deje de pensar en suicidarme
hasta quizás un año después, no hice nada más al respecto.
De todos los suicidios planeados que hemos

escuchado, Leigh estuvo más cerca de quitarse la
vida cuando tenía este ADC. Pero, ¿y si Ralph no
hubiera intervenido en el momento justo? Hoy, once
años después, Leigh es una enfermera registrada
feliz y exitosa.
Los siguientes tres relatos son de padres afligidos

que sintieron que no valía la pena vivir la vida
después de la muerte de su hijo.
Sondra es enfermera en Saskatchewan, Canadá.
Su hijo, Greg, regresó después de morir en un
accidente automovilístico a los 16 años:
Esto fue exactamente tres meses después de la muerte de Greg.
No podía soportarlo más, tenía que estar con mi hijo. Hice planes
para acabar con mi propia vida. Me acosté y en mis oraciones le
pedí a Dios que me permitiera ir y estar con Greg.
Más tarde esa noche, me desperté y había un calor real en mi
mejilla derecha, como un beso. Entonces el fuerte olor de la colonia
Polo de Greg me llenó. El mensaje que recibí fue: “Mamá, estoy
bien. ¡Contrólate, mamá!”
¡Me quedé allí un rato y simplemente no podía creerlo! Seguí
respirando la colonia de Greg. Duró tal vez dos minutos, y
luego se desvaneció.
Por la mañana, contacté a mi ministro. Dijo que Dios había permitido

que Greg regresara para decirme que me necesitaban aquí y que él estaba
a salvo.
Después de esta experiencia, mis pensamientos de suicidio terminaron.
Ese fue un punto de inflexión en mi lenta recuperación porque ahora sé
que mi hijo está bien.
La muerte de un niño ha sido llamada “la

máxima tragedia de la vida”. Muchos padres
recién afligidos están tan llenos de dolor que
pueden contemplar el suicidio como una forma
instantánea de reunirse con su hijo o hija fallecidos.
Kate es ama de casa en Nueva York. Una
comunicación indirecta le salvó la vida tras la
muerte de su hijo Darryl, de 19 años:
Mientras estaba en la Infantería de Marina, Darryl desarrolló leucemia y
pasó once meses entrando y saliendo de hospitales antes de morir. Estaba
extremadamente deprimido con su muerte. Estaba ahorrando pastillas,
pensando que ya no podía más. ¡Tuve suficientes para matar a un elefante!
No tenía ninguna creencia religiosa, pero había pedido una señal

muchas, muchas veces. Quería desesperadamente creer que mi hijo aún
existía.
Una tarde mi esposo tomó una siesta. Cuando se levantó, dijo: “Soñé
con Darryl”. Pregunté: "¿Qué pasó?"
Y él dijo: “Nada realmente. Simplemente nos abrazamos”. Entonces le
pregunté: "¿Dijo algo?" Mi esposo dijo: “Sí. Darryl dijo: '¡Vale la pena vivir
la vida!' ”
¡Estaba tan abrumada y tan feliz de haber tenido noticias de Darryl! Esa fue
mi señal de que estaba bien. Por fin, tenía la esperanza de que hay algo más
en la vida. ¡Y con eso, tomé todas las pastillas y las tiré por el inodoro!
La experiencia de mi esposo me dio la esperanza que necesitaba y la

voluntad de seguir adelante, a pesar de todo mi dolor. Siento que Dios se
agachó y me sacó de toda esa miseria y comenzó mi proceso de sanación.
El tiempo y el poder curativo de los mensajes

de ADC, incluso aquellos que se entregan a
través de otros, son verdaderamente asombrosos.
Una y otra vez, indican que vivimos en un universo
espiritual mucho más compasivo y amoroso de lo
que habíamos imaginado previamente.
El relato final es de Gwen, una artista de

Maryland. Tenía este ADC fuera del cuerpo con
su hijo Christopher, de 22 años, quien murió
cuando se rompió el cuello en un accidente de
motocicleta:
El día después del funeral de Christopher, me sentía muy mal. ¡Estaba en
un estado terrible! Al día siguiente, mientras todos estaban fuera, iba a tomar
pastillas para dormir para estar con mi hijo.
Así de bajo estaba.
Esa noche tuve un sueño. Estaba en un lugar muy iluminado y había música
suave sonando en el aire. Nunca había escuchado tales instrumentos o tal
música, ¡fue hermoso!
Extendiéndose lejos de mí, hasta donde podía ver, estaba esta gran mesa
cubierta con un mantel blanco. Sobre la mesa había oro
platos con comida. Todo estaba arreglado de manera muy atractiva

como lo verías en un transatlántico.
Había mucha gente allí caminando muy lentamente. Algunos se
estaban sirviendo la comida y todos parecían muy felices. Todos
estaban vestidos con túnicas largas de diferentes colores. ¡Era una
escena tan hermosa, pacífica y feliz!
Luego escuché a Christopher decir: "Mamá", y cuando me volví, ¡él
estaba parado allí! Llevaba una túnica blanca y una gran cruz de oro
en el pecho. Estaba todo brillante de luz y parecía muy feliz. ¡Fue una
alegría estar con mi hijo otra vez!
Christopher tenía un plato grande de comida y me lo tendió mientras
decía: “Mamá, esto es para ti”. Parecía muy orgulloso de darme esta
comida. Entonces Christopher sonrió y giró la cabeza a cada lado para
mostrarme que su cuello ya no estaba roto.
Me desperté sabiendo en el fondo de mi corazón que en realidad

había estado con mi hijo. ¡Y tiré las pastillas para dormir de inmediato!
Christopher me salvó la vida, ¡lo juraría! Lo creeré hasta el día de mi
muerte. Y siento que cuando sea mi momento, él estará allí para
yo.
Cada vez que estoy deprimido, pienso en esta experiencia y me

levanta de nuevo.
Gwen fue verdaderamente bendecida por haber

tenido este momento de gracia con su hijo. Muy
probablemente su visita con Cristóbal tuvo lugar en el
cielo, donde celebraron con alegría la fiesta de la vida
eterna.
Las implicaciones de las intervenciones suicidas
son de largo alcance. Todos los experimentadores en
este capítulo y miles más todavía están vivos hoy porque
creen que fueron contactados por un ser querido fallecido

y estaban dispuestos a escuchar su mensaje de
salvación. Sin embargo, ¿cuántos otros que también se
sentían suicidas tenían tal ADC pero lo descartaron por
alguna razón y optaron por quitarse la vida de todos
modos?
Imagina la alegría que deben sentir nuestros familiares
y amigos fallecidos cuando son capaces de salvarnos la
vida a través de su intervención. Nos dicen que la vida
física es un regalo, una oportunidad invaluable para
aprender nuestras lecciones espirituales de amor incondicional.
Y enfatizan que las mismas enseñanzas que elegimos
rechazar durante nuestra existencia terrenal todavía
tendrán que ser dominadas, aunque con mucha más
dificultad, después de que muramos.
¿Los ADC son experiencias exclusivamente personales

o pueden ser compartidas por otros? El siguiente capítulo
contiene informes de dos o más personas que fueron
contactadas por un ser querido fallecido mientras estaban
juntas al mismo tiempo y en el mismo lugar.
CAPÍTULO 21
Confirmación:
ADC con un testigo
Creo que la muerte es una tremenda aventura: una puerta de entrada

a una nueva vida, en la que tienes más poderes, alegrías más profundas
y horizontes maravillosos.
-Dr. Leslie D. Weatherhead
Casi todos los contactos después de la muerte

se hacen con una sola persona a la vez, ya sea que
esté sola o rodeada de otras personas. En algunas
ocasiones, sin embargo, dos o más personas, que
están juntas en el mismo lugar al mismo tiempo,
percibirán a su ser querido fallecido simultáneamente.
Los llamamos ADC con un testigo o ADC
compartidos.
Las descripciones de estos encuentros
compartidos pueden ser casi idénticas o bastante
diferentes, dependiendo de las percepciones individuales de
experimentadores El valor de tener un ADC en

presencia de un testigo es que puede recibir una
confirmación inmediata y directa de otra persona de
que su experiencia es auténtica. Tal validación es
especialmente importante si está dudando de sus
sentidos o cuestionando su cordura en ese momento.
Los informes de ADC compartidos brindan evidencia

creíble de que las comunicaciones posteriores a la
muerte son experiencias genuinas con seres queridos
fallecidos y no productos de imaginaciones hiperactivas.
Estos encuentros presenciados brindan un testimonio
convincente de que los ADC son eventos objetivos y
reales que dos o más personas pueden percibir y
responder de forma independiente entre sí.
•••
En los primeros cuatro relatos, los experimentadores

y los testigos tenían ADC idénticos que se relacionaban
entre sí de inmediato.
Christina es anfitriona de un restaurante en
Michigan. Sus únicos hijos, Jon, de 10 años, y Kelsey,
de 7 años, fueron asesinados por su padre, quien
luego se quitó la vida:
Unos tres meses después de la muerte de Jon y Kelsey, mi madre y

yo viajábamos de Detroit a Florida para asistir a la conferencia nacional
de The Compassionate Friends en Tampa.
Estaba sentado en el asiento junto a la ventana junto a mi madre, y
estaba profundamente afligido y llorando. Mientras pasábamos a través
de las nubes, hacía mucho sol con una atmósfera realmente celestial. Me
sentí tan cerca de mis hijos en ese momento.
De repente, mi mamá dijo: “¡Christina, mira por encima de tu cabeza!”.
Cuando miré hacia arriba, ¡había un perfecto arco iris en miniatura
arqueándose sobre mi cabeza! Era como un arco iris regular que verías
al aire libre. Se extendía de oreja a oreja, unos quince centímetros por
encima de mí. ¡Este arcoíris era tan magnífico! Permaneció allí durante
unos buenos cinco minutos.
¡Mamá y yo estábamos llorando porque era una señal definitiva!
Estábamos convencidos de que el arcoíris era un tributo simbólico de mis
hijos porque mi pequeña, Kelsey, dibujaba arcoíris todo el tiempo. Ambos
sentimos que Jon y Kelsey nos estaban enviando un mensaje de que
estaban bien.
En este caso, la madre de Christina fue la

testigo que vio primero el hermoso arcoíris y lo
llamó la atención de su hija.
Este regalo especial de sus hijos fallecidos fue
oportuno y profético para Christina porque su
asistencia a la conferencia de TCF se convirtió
en el punto de inflexión en su duelo.
Lloyd es un químico jubilado de Vermont.

Participó con entusiasmo en este saludo de la
madre de su amigo, Anne, quien murió de
La hija de Anne, Shirley, nuestra amiga May y yo volvíamos a casa

del funeral de Anne. Cuando entramos por la puerta de la cocina,
Shirley dijo: "Sabes, es divertido, siento como si mamá estuviera aquí".
¡De repente, la cocina se llenó de una fragancia como si hubiera un

millón de rosas floreciendo a la vez! Los tres nos quedamos paralizados.
El tiempo se detuvo y solo viví el momento. ¡Fue glorioso! Fue un gran
sentimiento edificante.
¡Pero no hay rosas en Vermont en septiembre! Y siendo de mente
suspicaz, me puse a husmear y miré por todos los rincones.
Simplemente no había lugar de donde pudiera provenir ese olor
maravilloso y envolvente. Después de unos minutos, el olor se
desvaneció gradualmente.
Comprobamos entre nosotros para ver si habíamos experimentado
lo mismo. Efectivamente, ¡todos habíamos olido las rosas al mismo
tiempo!
Shirley dijo: “Justo cuando entramos, estaba pensando: 'Espero que
hayamos hecho todo lo que mamá quería'. ” Por lo que pudimos
ver, su respuesta fue dada. Era como si Anne hubiera dicho: “Sí,
Shirley, y aquí hay un regalo para todos ustedes porque han sido muy
amables conmigo”.
Esa es mi historia. Básicamente tengo una formación científica y
busco respuestas. No pude encontrar otra explicación que encajara, y
estaba intelectualmente convencido. Después de eso, mi alma dijo:
“¡Sí, eso es un hecho!”
Debido a que las tres personas olieron un

aroma de rosas en la cocina simultáneamente,
cada una pudo validar la experiencia de las
demás. De hecho, de los doce tipos de
comunicación después de la muerte, los ADC
sensibles y olfativos son los más compartidos.
Emma es consejera en Alaska. Ella y su esposo,

Gerald, se convirtieron en padres desconsolados
cuando su hijo Stan, de 19 años, murió luego de
un accidente automovilístico:
Durante los días posteriores al entierro de Stan, mi esposo, Gerald, y
yo teníamos sentimientos que no compartíamos, porque no estábamos
muy seguros de cuáles eran.
Sobre el cuarto día me dijo: “Siento casi como un tirón, como si tuviera
que ir al cementerio”. Así es exactamente como me sentí. Pero temía ir
porque significaría que realmente había sucedido y que todo esto era cierto.
Gerald y yo nos miramos e inmediatamente subimos al auto. Manejamos

hasta el cementerio a unas veinticinco millas de donde vivimos.
Caminábamos hacia la tumba de Stan y, cuando nos acercábamos,

sentí que los brazos de nuestro hijo me rodeaban. Me invadió una
sensación del amor de Stan.
Miré a Gerald y dijo: “¡Stan está aquí! ¡Lo siento, lo siento, siento su
amor!” ¡Esto era exactamente lo que estaba sintiendo en ese momento!
Mi esposo y yo nos abrazamos y fue como si Stan nos estuviera

abrazando. ¡El sentido de su amor era tan fuerte que el sentimiento
simplemente nos impregnaba!
Estábamos tan agradecidos por poder sentir eso. Sabíamos en nuestro
corazón que era un abrazo de nuestro hijo y una despedida. Creo que Stan
regresó para hacernos saber que nos ama tanto como nosotros a él.
Sé que nuestro hijo no se ha ido, sé que todavía vive. Esta experiencia

me hizo saberlo hasta el fondo de mi alma.
Esta cuenta demuestra lo valioso que es

escuchar a alguien hablar sobre su ADC
en el mismo momento en que está sucediendo.

Debido a que Gerald tuvo el valor suficiente para
admitir que estaba sintiendo la presencia de su hijo,
Emma recibió una confirmación inmediata de que su
propia experiencia con Stan era real y no solo el
resultado de su dolor.
Tammy es operadora de computadoras en

Washington. Se le dio una nueva esperanza después
de que su hija de 9 semanas, Melanie, muriera de SMSL:
La muerte de Melanie realmente me rompió el corazón. Estaba tan
amargada y enojada que no podía creer que esto hubiera sucedido. No podía
entender por qué, ¡era tan injusto! Y yo tenía mucho miedo de que ella no
fuera al cielo porque su bautizo iba a ser el 9 de junio y murió el 6 de junio.
Enterramos a Melanie el 8 de junio. Cuando regresamos del cementerio,

fui el primero en entrar a la casa. Tan pronto como abrí la puerta, la casa olía
a rosas, un aroma muy fuerte. No dije nada por miedo a que los demás dijeran
que me estaba volviendo loco.
Cuando entraron los demás, unas diez personas, ¡todos los demás
empezaron a oler las rosas! Alguien dijo: “¡Oh, Melanie está aquí! ¡La casa
huele a rosas! Solo una persona no los olió, y nunca había visto a Melanie
cuando estaba viva.
El aroma estuvo allí durante unos segundos y luego desapareció.
Esta experiencia me aseguró que mi precioso bebé está bien.
y ella está con Dios en el cielo.
Un testigo independiente habló primero y confirmó

el mismo aroma que Tammy tenía
oliendo Es muy significativo que solo las diez personas

que habían conocido a Melanie cuando estaba viva
compartieron esta experiencia olfativa, mientras que la
única persona que nunca antes había visto al bebé no
pudo percibir la fragancia de las rosas.
Muchos padres desconsolados de bebés que murieron
antes de ser bautizados temen que a su hijo no se le
conceda la entrada al cielo. Esta cuenta y otras en nuestros
archivos sugieren que sus preocupaciones son bastante
innecesarias.
En cada una de las siguientes cuatro cuentas, dos

personas participaron en la misma experiencia de ADC,
pero no se dieron cuenta de esto hasta que hablaron entre
sí después de que terminó.
Lauren es terapeuta conductual en Florida. Su

El hermano de 53 años, Donald, se suicidó:
Donald tenía una lesión en la parte baja de la espalda y cojeaba, y su
cuerpo siempre estaba contorsionado. Había tenido dos cirugías y
estuvo consumido por un dolor insoportable durante tres años antes de morir.
¡Durante su servicio conmemorativo, miré por la ventana y vi a Donald
caminando hacia la iglesia! Su cuerpo no era sólido y podía ver los
árboles detrás de él. Parecía un poco más joven y parecía estar
completo, ¡y ya no cojeaba!
Llevaba una camisa a cuadros que le gustaba y un par de pantalones.

Parecía muy tranquilo y feliz, como si estuviera fuera.
para un paseo Donald se acercó a la ventana como si me hiciera señas

para que lo acompañara. Luego simplemente desapareció.
Después del servicio, mi cuñada, Joyce, dijo: "¿Viste a Donald?" Me
sorprendió bastante y dije: “¡Sí!”. Ella dijo: “¡Yo también lo vi!”.
Esta fue probablemente la forma en que mi hermano se despidió. Fue

una experiencia impactante que trajo un cierre natural a mi dolor.
¿Cómo sabremos que no somos la única

persona que tiene un ADC si no nos arriesgamos
a contarle a alguien más sobre nuestra
experiencia? Afortunadamente, tanto Lauren
como Joyce tuvieron el coraje de revelar
rápidamente que habían visto a Donald. Y tal
vez otros en su funeral también lo vieron, pero
se mostraron reacios a admitirlo.
Blair, de 45 años, es ejecutiva de negocios en

Florida. Obtuvo la confirmación de una fuente
inesperada después de reunirse con su padre,
quien había muerto tras una serie de derrames
cerebrales:
Sentía mucha pena por mí mismo, muy solo en el mundo. Recuerdo
estar sentado en una silla en mi habitación de hotel orando por mi padre
la noche antes de su funeral. Había otras dos personas en la habitación:
mi hijo, que tenía cinco años, y un amigo que estaba allí como apoyo
moral.
Mientras oraba, las luces de la habitación parecieron oscurecerse

y, de repente, ¡ahí estaba mi padre! Parecía muy, muy sólido.
Aunque tenía ochenta años cuando murió, ahora parecía más
como un hombre de sesenta.
Había colores que irradiaban de él y lo rodeaban: una
combinación de blanco azulado, rosa y dorado. Se paró allí y me
dijo: “Sé fuerte y cuida a tu madre.
Recuerda que yo te amo. Adiós." La expresión facial de papá se
suavizó considerablemente cuando dijo: “Recuerda, te amo”.
Duró sólo unos segundos, y luego se fue.
Mi pequeño, que estaba en la cama, se levantó. Pensé que
había estado dormido. Corrió hacia mí y me dijo: “¡Mi abuelo! ¡Mi
abuelo!” Dije: “Tu abuelo se ha ido”. Y él dijo: “¡No! ¡Mi abuelo
estuvo justo aquí!”. ¡Así que mi hijo también lo vio!
Nuestra investigación indica que los niños pequeños

son mucho más abiertos y receptivos que los adultos
a tener ADC. Por lo tanto, es mejor no discutir con un
niño que insiste en que ha visto, escuchado o incluso
hablado con un ser querido fallecido, porque hacerlo
podría hacerle dudar de todas sus futuras experiencias
intuitivas.
Wells, un psicoterapeuta de 42 años en

Florida, estuvo presente cuando su amigo, Jean, hizo
una generosa visita después de morir de cáncer:
Como psicoterapeuta, trabajo muy duro para permanecer
psicológicamente limpio. Estoy en el negocio de ayudar a las
personas a permanecer así o recuperar esa forma. Me esfuerzo
por no caer en fantasías.
Una tarde, unos tres meses después de la muerte de Jean, estaba en

un grupo de apoyo. Alice, una amiga de Jean, estaba haciendo un trabajo
intenso. Realmente tenía mucho dolor emocional y luchaba consigo
misma para enfrentar algunos problemas.
Mientras estaba sentado allí escuchando a Alice, sentí que se me
erizaba el vello de la nuca, ¡literalmente! De repente, hubo una presencia
en la habitación. Miré hacia arriba y vi a Jean sentada en el suelo junto a
Alice. ¡Estaba asombrado!
Jean tenía una expresión de preocupación como la que tendrías con
un amigo que estaba realmente herido y preocupado. Estaba escuchando
muy atentamente a Alice.
Pensé que era muy apropiado, dada la intensidad del dolor de Alice,
que Jean apareciera para asegurarse de que todo estaba saliendo bien.
Ella estaba allí para Alice. Simplemente se sentó y escuchó, cambió de
postura un par de veces y luego se fue.
Cuando el grupo terminó, uno de los muchachos, que también era un
amigo muy querido de Jean, se quedó. Nos miramos y dije: "¿Te pasó
algo esta noche?"
Y él dijo: "¡Sí!"
Comparamos historias, y él también había visto a Jean y experimentado
su presencia al mismo tiempo que yo. Ella estaba sentada en el suelo
para él en el mismo lugar que estaba sentada para mí.
Ver a Jean fue una experiencia completamente espontánea y que sé

que sucedió. ¡Era tan poderoso! No es algo que imaginé o soñé.
Wells y su amigo no solo fueron testigos

mutuos del ADC del otro, sino que también
tuvieron el privilegio de observar el ministerio
de amor de Jean hacia Alice. ¿Con qué
frecuencia regresa un ser querido fallecido para ayudarn
requieren apoyo emocional y espiritual?

¡Probablemente con mucha más frecuencia de lo que nos damos cuenta!
Leslie, de 39 años, es una trabajadora voluntaria en

Virginia. Ella tuvo este feliz reencuentro con su padre 4
meses después de que él muriera de cáncer:
¡Me acababa de ir a la cama y apagué la luz cuando vi a mi padre parado

en la puerta! Todas las luces de la casa estaban apagadas, pero pude verlo
muy claramente porque había un resplandor a su alrededor.
No dejaba de pensar: “¡Este es realmente papá! ¡Este es realmente él!”

Estaba tan emocionada que me senté y dije: “¡Papá!”. Quería acercarme y
tocarlo, y comencé a levantarme de la cama.
Él sonrió y dijo: "No, no puedes tocarme ahora". Empecé a llorar y seguía
diciendo: “Déjame ir a ti”. Él dijo: “No, no puedes hacer eso. Pero quiero
que sepas que estoy bien. Todo esta bien. Siempre estoy contigo."
Luego hizo una pausa y dijo: "Tengo que ir a ver a tu madre y a Curtis
ahora". Curtis es mi hijo, y él y mi madre estaban en la habitación de al
lado. Me levanté y seguí a mi padre al pasillo. Pero desapareció,
Así que volví a la cama y me decía a mí mismo: “Este es solo tu dolor.
Papá no estaba realmente aquí. Entonces finalmente me quedé dormido
después de dar vueltas y vueltas durante bastante tiempo.
A la mañana siguiente me levanté y Curtis, que en ese momento tenía
tres años, casi cuatro, salió al pasillo. Él dijo: “¡Mami, vi al abuelo anoche!”.
Mi boca se abrió y dije: "¿Lo hiciste?" ¡El dijo que sí! Entró en mi habitación.
Estaba de pie junto a mi cama.
¿Cómo se le ocurrió eso a un niño de tres años? Le pregunté: "¿Estabas

soñando?" Él dijo: “No, mami. Tenía los ojos abiertos. Yo estaba despierto.
¡Yo lo vi!"
Entonces supe que papá tenía que haber estado realmente allí.
No había manera de refutar lo que había sucedido. Fue una
experiencia maravillosa para mí porque aprendí que el amor
continúa.
Una vez más, un niño pequeño validó la

experiencia de su madre y la convenció de que era real.
Esta cuenta es ligeramente diferente a un ADC
típico con un testigo porque el padre de Leslie la
visitó primero y luego fue a ver a su nieto en una
habitación separada.
Cuando dos o más personas participan juntas en
un ADC, no necesariamente tendrán experiencias
idénticas. Tales variaciones pueden atribuirse a
una combinación de sus habilidades intuitivas,
receptividad y percepciones individuales.
Los siguientes cuatro relatos son de personas que
compartieron una comunicación después de la
muerte en el mismo momento y lugar, pero cuyas
experiencias personales fueron significativamente
diferentes entre sí.
Ginny es higienista dental en Georgia. Recibió la

validación de un ADC alegre que tuvo con sus
hijos, Mike, quien se ahogó a los 17, y Philip, quien
murió al nacer 13 años antes:
Tres semanas después de la muerte de Mike, asistía a un bautismo

en la iglesia. De repente, sentí una mano deslizarse sobre mis
hombros de derecha a izquierda y escuché la voz de mi hijo que me
decía: “Aquí estoy, mamá”. Sabía que era Mike, ¡y pensé que me
había vuelto loco!
Casi al mismo tiempo, sentí una mano muy firme en mi hombro
izquierdo. Luego, una voz que nunca antes había escuchado, un poco
más madura que la de Mike, dijo: "Aquí estamos los dos, mamá". Y
pensé: “¡Oh, Dios mío! ¡Me he excedido por completo y estoy listo
para la granja divertida!
Miré a mi hija de catorce años, Mandy, sentada a mi lado, y ella me
miró. Tenía lágrimas corriendo por su rostro. Mandy dijo: “Mamá,
¿sientes a Mike?”. Ella dijo que no lo escuchó ni lo vio, pero sintió su
presencia.
Esta fue mi confirmación de que no lo había imaginado.
Verdaderamente mis dos hijos me habían tocado y me habían hablado.
¡Creo en eso con todo mi corazón!
Justo cuando Ginny estaba a punto de descartar su

experiencia como una fantasía, su hija pudo verificar que
era un hecho. Más importante aún, esta madre afligida se
enteró de que sus dos hijos, que nunca se habían
conocido en la vida física en la tierra, se habían encontrado
en la dimensión espiritual.
Deanna es una consejera de 35 años en Florida.

Ella y su madre estuvieron juntas unas horas después de
que su hermano, Charley, muriera en un accidente de
motocicleta a los 32 años:
Alrededor de las 6:00 de la mañana siguiente, mi madre y yo estábamos

sentados en la cocina hablando de mi hermano. Mi madre me miró y dijo:
“Sé que Charley está aquí. ¡Simplemente lo sentí tocar mi mejilla!” Entonces
mamá se llevó la mano a la mejilla como si acabara de besarla.
¡Entonces vi a Charley parado frente a mí riendo y sonriendo! Era algo

transparente, pero pude ver que vestía un polo a rayas, pantalones cortos
y sus sandalias. Me miró con una expresión tímida, su pequeña sonrisa
tímida, y tenía las manos en los bolsillos.
Lo escuché decir: "Por favor, diles a todos cuánto te amo".

todos. Especialmente dile a mamá que la amo”.
Luego pidió que nos quedáramos cerca de sus hijos, que en ese
momento tenían tres y cinco años. Él dijo: “Los niños te quieren mucho y
sabes que confío en ti. Por favor, cuídalos por mí. Los necesitarán a todos.
Recuerdo que mi corazón se abrió y una oleada de emoción fluyó de mí

a mi hermano. Entonces Charley se fue.
Este es un excelente ejemplo de dos personas que

tienen experiencias personales separadas y claramente
diferentes durante un ADC compartido. Mientras que la
madre de Charley sintió la mano de su hijo tocar su
mejilla con ternura, su hermana, Deanna, lo vio y recibió
telepáticamente su importante mensaje.
Lois, ama de casa en Nebraska, fue testigo de un

momento muy enriquecedor poco después de que su
esposo, Ray, muriera de un derrame cerebral a los 33 años.
Su experiencia anterior se encuentra en el capítulo

sobre ADC auditivos:
Cuando mi esposo, Ray, falleció, nuestros cuatro hijos tenían entre ocho y
trece años. Los tres niños mayores sabían que su padre no había estado bien
y entendieron lo que había sucedido. Pero nuestro hijo menor, Jesse, de ocho
años, estaba asustado y desorientado.
Ray siempre fue muy compasivo con los niños y siempre hablaba con ellos
sobre todo lo que sucedía. Fue a acampar con ellos y discutió problemas con
ellos.
Pasaba mucho tiempo con sus hijos.
Dos mañanas después de la muerte de Ray, caminé por el pasillo de
nuestra casa. Mientras me acercaba al dormitorio principal, ¡vi a Jesse sentado
al lado de la cama con su padre! Su papá tenía su brazo alrededor de él y
estaba hablando con él. Ray se veía natural como lo hacía normalmente.
Parecía estar tranquilo y tranquilizador.
Ray sabía que yo también estaba allí. Me miró y me sonrió, luego me hizo
un gesto para que regresara al pasillo.
Así que doblé la esquina y esperé unos quince minutos.
Jesse finalmente salió del dormitorio. Aparentemente, Ray le había

explicado lo que había sucedido y parecía sentirse mucho mejor. Jesse dijo:
“Papá me dijo que se ha ido y que no volverá y que no me preocupe por él.
Todo va a estar bien." Jesse parecía mucho más feliz que antes.
El hecho de que esto sucediera no me sorprendió mucho.

Después de eso, nuestro niño pudo aceptar la muerte de su padre e ir
en.
Debido a que Lois fue testigo de la charla íntima de

su hijo con su padre fallecido, ella estaba
capaz de ser un apoyo inmediato cuando compartía

voluntariamente su experiencia con ella.
Desafortunadamente, con demasiada frecuencia en nuestra
sociedad, los ADC de los niños se invalidan cuando corren
el riesgo de decírselos a otros.
Andrea y su ex esposo, Oliver, son padres afligidos en

Florida. Su hijo Douglas, de 25 años, los consoló mucho
después de que muriera en un accidente de motocicleta.
Otro relato suyo aparece en el capítulo sobre ADC
simbólicos:
Douglas era nuestro único hijo, y su padre, Oliver, y yo nos divorciamos

desde que él tenía doce años. Después de su funeral, me derrumbé mucho.
Mientras Oliver me sostenía la mano, llorábamos en el carro fúnebre camino
al cementerio.
De repente, me invadió tal calma que dejé de llorar. ¡Era Douglas! Estaba
arrodillado frente a nosotros y tenía su mano derecha sobre mi rodilla y su
mano izquierda sobre la rodilla de su padre. Podía sentir la presión y el
calor en mi pierna.
Era como si pudiera extender la mano y tocar a Douglas, pero no lo hice.
Llevaba la ropa que había elegido para enterrarlo, una camisa azul claro y
pantalones blanquecinos.
Había tanta paz en él, y me dio esa misma paz, ese mismo consuelo. Vi
una luz alrededor de todo su ser: era un brillo suave y blanco. Tenía una
sonrisa en su rostro y estaba muy contento, muy tranquilo.
Le dije a su padre: “¡Douglas está aquí! ¡Lo veo!" Miré a Oliver, y él me

miró a mí, y las lágrimas brotaron de sus ojos.
Oliver inclinó la cabeza hacia atrás y dijo: “Lo sé, Andrea. Yo también lo
siento. ¡Douglas está aquí!
Entonces nuestro hijo nos miró a los dos y dijo: “Estoy bien. Te quiero
mamá. Te amo, papá." Era telepático y tan claro como podía ser. Luego
se fue poco a poco.
Qué sensación tan hermosa y pacífica tuve mientras me sentaba
durante el resto de los servicios en el cementerio. Sabía que Douglas
estaba bien y no lloré más.
¡Nunca olvidaré esa experiencia! Puedo cerrar los ojos y seguir
viéndolo perfectamente. Sé que hay vida después de la muerte, ¡mi hijo
me lo demostró!
Douglas demostró ser el momento perfecto para

comunicarse con sus padres el día que más lo
necesitaban. Aunque Andrea vio y escuchó a su hijo e
incluso sintió su toque, Oliver también se tranquilizó
cuando sintió la presencia de su hijo.
¡Qué diferencia haría en nuestro proceso de duelo si
cada uno de nosotros pudiera tener una experiencia
de afirmación de vida tan pronto después de la muerte
de un ser querido!
Muchos animales tienen sentidos físicos que se

extienden mucho más allá del rango de las habilidades
humanas. Esto es particularmente cierto para los gatos
y los perros, cuyo sentido de la vista, el oído y el olfato
son mucho más agudos. Por lo tanto, no sorprende
que los animales sean capaces de detectar a nuestros
seres queridos fallecidos más fácilmente que nosotros. En el
Las siguientes tres cuentas mascotas fueron los

testigos cuando ocurrió un ADC.
René, de 39 años, es secretaria legal en EE. UU.
Islas Virgenes. Ella no fue la única en percibir a su
padre, quien regresó después de que murió de cáncer:
Un mes después de la muerte de mi padre, estaba a bordo de

mi velero una noche, solo con mi perra, Heidi. Estaba leyendo un
libro cuando de repente tuve la fuerte sensación de que mi papá
estaba allí. Fue un sentimiento cálido, amoroso y muy pacífico.
No podía verlo, pero sentí su presencia con mucha fuerza.
Intuí que venía a decirme que estaba bien y que me amaba más
que a nada en el mundo. De alguna manera me transmitió todos
estos maravillosos sentimientos. Mi padre se estaba despidiendo
y tuve una sensación de liberación.
Esto definitivamente no fue producto de mi imaginación, porque
mientras todo esto sucedía, Heidi comenzó a correr y mirar en la
dirección donde aparentemente estaba mi padre. ¡Heidi estaba
muy feliz y emocionada, ladrando y moviendo la cola como si
pudiera ver a mi papá! Luego saltó y se sentó muy cerca de mí.
Aunque Rene sintió la presencia de su padre

fallecido y sintió su estado de ánimo emocional, es
posible que Heidi lo haya visto. El comportamiento
inusual del perro validó el ADC de Rene y eliminó
cualquier duda que pudiera haber tenido sobre su
realidad.
Tina es maestra vocacional en Washington.

Ella estuvo involucrada en este episodio bastante
humorístico aproximadamente un año después de que su
hermano Rudy, de 47 años, muriera en un accidente industrial:
Estaba en la cocina limpiando la casa. ¡De repente, nuestro gato
salió disparado de la sala de estar! Tenía el pelo de punta y siseaba.
Iba tan rápido que no podía conseguir ninguna tracción en el piso de
linóleo, estaba como corriendo en su lugar.
¡Al mismo tiempo, nuestro pequeño perro estaba saliendo de la

sala de estar, ladrando y gruñendo con el pelo erizado!
Me incitaron a mirar, y cuando lo hice, ¡vi a mi hermano, Rudy,
sentado en la mecedora! Me estaba sonriendo.
¡Estaba tan feliz de verlo! Estaba sentado allí con un par de jeans
azules y una camisa a cuadros roja, tal como lo había hecho muchas,
muchas veces cuando estaba vivo. Tuve la sensación tranquila y
tranquilizadora de que Rudy estaba bien. Luego se desvaneció ante
mis ojos.
Yo era un incrédulo empedernido hasta que tuve esta experiencia.
No pensé que algo así pudiera pasar. Si no hubiera sido por las
reacciones de los animales, habría pensado que mi mente me estaba
jugando una mala pasada.
En este relato y en el siguiente, los animales parecían

reaccionar con miedo cuando veían o percibían la
presencia del ser humano fallecido. Tal vez se
sorprendieron por lo repentino de su llegada o por algún
aspecto de su apariencia.
Jackie, de 47 años, es analista sénior de sistemas

en Tennessee. Ella, su esposo, Dwight, y sus dos
mascotas respondieron a este encuentro con su tío
Leonard 4 días después de que él muriera de cáncer:
Mi esposo y yo estábamos en la cocina viendo la televisión.
De repente, nuestro gato salió corriendo de la habitación y nuestro
pastor alemán se subió a la esquina y comenzó a temblar. Dwight
me miró y dijo: “¡Tenemos compañía!”.
Ambos podíamos sentir la presencia de mi tío. Era como estar
cerca de un cable de alta tensión: había una carga eléctrica en el
aire. Dwight y yo sabíamos que estaba allí y hablamos con él. Le
dijimos que todo estaba bien y que estaba bien que se fuera.
en.
Sabíamos que el tío Leonard solo estaba controlándonos. Más
que hacernos saber que estaba bien, estaba tratando de ver cómo
estábamos. Su presencia duró unos veinte minutos, y luego pudimos
sentir cómo disminuía la carga en el aire.
En ese momento, el perro se levantó y vino hacia nosotros, y el
gato volvió a la cocina.
Las mascotas a menudo perciben a una persona

fallecida antes que sus dueños, lo que los convierte
en testigos muy confiables y objetivos. En otro relato,
una mujer informó que vio a su perro grande parado
sobre sus patas traseras, aparentemente apoyándose
apoyando sus patas delanteras contra su padre
fallecido, a quien no vio aunque sintió su presencia.
Muchas personas nos han preguntado si las mascotas

fallecidas alguna vez regresan a visitar a sus amos. ¡Ellos
si! Hemos escuchado varios informes de ADC que involucran
animales amados, incluidos perros, gatos, un conejo e
incluso un caballo. Con mucho gusto dedicaremos un
capítulo entero en nuestro próximo libro a este tema si
recibimos suficientes relatos válidos.
En varias ocasiones pudimos entrevistar a dos personas

que habían compartido el mismo ADC. Como notará en los
dos relatos finales de este capítulo, el testimonio de una
persona es esencialmente una imagen especular de la otra.
Benjamin, de 21 años, trabaja en el negocio editorial en

Iowa. Él y su esposa, Mollie, de 20 años, informaron haber
tenido experiencias ADC prácticamente idénticas con su
madre solo unos días después de que ella muriera de
cáncer.
Aquí está la cuenta de Mollie:
La noche del funeral de su madre, mi esposo, Ben, y yo

fuimos a su casa y visitamos a su familia. Estuvimos allí bastante
tarde.
Cuando volvimos al auto, miré hacia la puerta principal. ¡Vi a
su madre de pie en la puerta abierta despidiéndonos con la
mano! Se veía como lo hacía normalmente, ¡definitivamente era ella!
Parecía muy tranquila, muy saludable y más joven.
En tiempos pasados, cuando la visitábamos, siempre se paraba junto

a esa puerta y se despedía con la mano. Así que esto era como lo había
hecho muchas veces antes.
Miré a Ben y le dije: "¿Tú...?" y empezó a llorar muy fuerte. Me di
cuenta de que ambos habíamos visto a su madre al mismo tiempo, pero
Ben no podía hablar. Tan pronto como lo miré, ella se había ido.
Creo que la razón por la que se me permitió ver a su madre fue para
confirmar a Ben para que supiera que ella no era un producto de su
imaginación. Y este es el relato de Benjamin:
El día del funeral de mi madre, mi esposa Mollie y yo visitamos a mi
prima ya su esposo en la casa de mi madre. Nos quedamos hasta bien
entrada la noche, y luego Mollie y yo subimos al auto. Puse la llave en
el contacto y, mientras lo hacía, miré hacia arriba.
¡A unas diez yardas de distancia, vi a mi madre de pie en la puerta
detrás de la puerta contra tormentas de vidrio transparente! Ella siempre
se paraba en la entrada por amabilidad y cortesía para asegurarse de
que habíamos llegado a salvo al auto. Esta era una práctica común de
ella, la había visto mil veces.
La puerta interior estaba abierta, por lo que la luz de la casa iluminaba
a la madre desde atrás y la luz del porche la iluminaba a ella desde el
frente. Parecía gozar de buena salud y estaba muy sólida. Ella estaba
allí despidiéndose.
Parecía aliviada, menos cansada, menos estresada. Tuve la impresión
definitiva de que se trataba de un tipo de mensaje de "no te preocupes".
Instantáneamente, tuve una tremenda sensación física, casi como si

estuviera clavado al suelo. Fue como si una ola me invadiera y me
atravesara por completo de la cabeza a los pies. Parecía una eternidad,
pero parecía una fracción de segundo. Intenté hablar pero no pude.
Al mismo tiempo, Mollie dijo: "¡Ben, acabo de ver a tu madre en la

puerta!". Incliné la cabeza y dije: “Yo también”, y comencé a llorar. Esa
fue la primera vez que derramé lágrimas por
la muerte de mi madre. Nunca había llorado tanto en toda mi

vida. Y sentí una sensación de alivio, como "adiós por ahora".
El ADC de Benjamin le permitió desbloquear su

dolor y liberar sus lágrimas reprimidas. Pero lo que es
más importante, debido a que Mollie estaba presente
y también había visto a su madre, pudo proporcionar
una confirmación inmediata de que su experiencia era
auténtica. Si hubiera estado solo en ese momento,
podría haber descartado este momento sagrado como
una simple reacción de estrés causada por la reciente
muerte de su madre.
Los relatos de este capítulo demuestran claramente
que los ADC con un testigo, o ADC compartidos, son
experiencias objetivas en lugar de subjetivas. Es decir,
el familiar o amigo fallecido tenía una realidad objetiva
que era percibida simultáneamente por dos o más
personas que estaban juntas en el mismo tiempo y
lugar. Su testimonio independiente proporciona la
evidencia más convincente hasta el momento de que
las comunicaciones posteriores a la muerte son
contactos genuinos de los seres queridos fallecidos,
exactamente como afirman los 2000 hombres, mujeres
y niños que participaron en nuestra investigación.
El próximo capítulo es una colección de relatos más

extensos que se encuentran entre las "mejores de las
mejores" experiencias de comunicación después de la
muerte en nuestros archivos. Estás invitado a leerlos
con los ojos de tu corazón y escucharlos con los oídos
de tu alma.
CAPÍTULO 22
Un collar de perlas:
Lo mejor de lo mejor ADC
La muerte es una transición... Joni Eareckson Tada volverá a

caminar y correr. Helen Keller verá y escuchará. El niño que
murió de cáncer tendrá mejillas sonrosadas y un cuerpo fuerte.
El hombre lisiado con artritis se pondrá de pie. La mujer que
quedó desfigurada en un feroz accidente automovilístico tendrá
un rostro sin mancha.
-Dr. billy graham
Hemos guardado lo "mejor de lo mejor" para el final.

Cada cuenta de ADC en este capítulo se parece a una perla
perfecta y brillante que brilla con su propia luz interior. Y
cuando se unen, se revela un magnífico collar de valor
incomparable.
Todos los experimentadores se fortalecieron al ser

contactados por su ser querido fallecido, lo que produjo un
sentimiento emocional y espiritual duradero.
cicatrización. Cada informe es una historia corta

completa que no requiere comentarios adicionales.
Relatos profundamente conmovedores como estos
a menudo traían lágrimas de alegría a nuestros ojos.
Iluminaron nuestro camino con inspiración y
transformaron nuestra investigación en “obra celestial”
durante los siete años que llevamos a cabo las
entrevistas. Nos sentimos honrados de que tantas
personas nos confiaran experiencias tan íntimas y sagradas.
Es posible que desee leer este capítulo lentamente
para saborear cada ADC por completo. Todas las
historias contienen un poder curativo dentro y más allá
de las meras palabras en la página. Permite que su
esencia espiritual te nutra y eleve, ya que cada uno
contiene una perla de gran sabiduría que puede hablar
directamente a tu corazón.
Laura trabaja para un colegio comunitario en

Washington. Estaba devastada cuando su hijo de 6
semanas, Anthony, murió de SMSL:
Había sido un año traumático. Mi madre había muerto en marzo y yo
estaba teniendo verdaderas dificultades con su pérdida. Fue un invierno
muy duro. Entonces vivía en Montana, y mi esposo y yo estuvimos
separados durante las seis semanas de vida de Anthony.
Ni siquiera sabía qué era el síndrome de muerte súbita del lactante en
ese momento. Nunca me lo explicaron incluso después de la muerte de
mi bebé. Sentí que estaba en un vacío, era como una pesadilla.
Parte de mi desesperación era que Anthony no había sido bautizado.

Alguien había plantado una semilla en mi mente de que todos los bebés
que no fueran bautizados se quemarían en el infierno para siempre. Estaba
agonizando por esto, y fue horrible. Estaba frenético porque la culpa era
más de lo que podía soportar.
Cuando llegué a casa del cementerio después de su funeral, fui a mi
habitación y apagué las luces. Me senté en la cama durante bastante
tiempo y vacié mi mente de todo pensamiento.
Fui a un lugar muy tranquilo. Era como si estuviera en una balsa en
aguas tranquilas, y el agua se convirtió en un espejo, y comencé a sentir
paz. Luego, hermosos rayos de luz descendieron hacia mí y se hizo visible
una escalera.
¡De repente, Cristo apareció en una forma y tamaño impresionantes!
Había ido a la iglesia toda mi vida y había estado cerca de Dios y de Cristo,
y sabía que era Él. Él era sólido y real. ¡Él era magnífico! Tenía el pelo
largo y estaba vestido con una túnica larga y blanca.
Cristo comenzó a descender las escaleras y llegó hasta el fondo.

Extendió Su brazo y acunó a Anthony en él. ¡Anthony estaba completo de
nuevo! ¡Él era perfecto! ¡Él era mi bebé!
El mensaje que recibí fue “Anthony está bien. Está en casa y está a
salvo”. ¡Ahora sabía que mi bebé estaba con Cristo! Luego se desvanecieron
y desaparecieron.
Esto respondió a la gran pregunta que me había estado destrozando.
Alivió mi agonía de no haberlo bautizado.
Desde entonces, nunca me he preocupado por saber dónde está Anthony;
sé que tiene un lugar especial con Cristo.
Stewart es un diseñador instruccional en el

sureste. Tuvo dificultades para aceptar la
muerte de su hijo de 2 años, Danny:
Danny estaba en un pañal mojado cuando se sentó en un respiradero de

metal en el piso de nuestra sala de estar. Tocó una lámpara que tenía un
cortocircuito, completando así un circuito, y se electrocutó.
Me llamaron al trabajo y fui rápidamente al hospital. En la sala de

emergencias me pidieron que esperara en una pequeña habitación privada.
Habían estado trabajando febrilmente con mi hijo desde el momento en que lo
trajeron y lo habían intentado todo, sin ningún resultado.
Entró una enfermera y pude ver preocupación en su rostro. Era su deber

darme la noticia de que Danny había muerto. Cuando ella salió de la habitación,
rompí en el sollozo más incontrolable desde lo más profundo de mí que jamás
haya experimentado.
Finalmente, recuperé la compostura y la enfermera me preguntó si me

gustaría volver a ver a mi hijo. Fueron muy amables conmigo. Fui a la sala de
emergencias y me dejaron solo con el cuerpo de mi niño pequeño. Era
simplemente perfecto excepto por una pequeña herida en su frente. La
sensación de finalidad era devastadora.
¡Quería tomar acción y hacer algo! ¡Lo quería de vuelta! Y tuve esta idea,
“Esto no tiene que ser definitivo. Sé de muchos casos en que las personas han
sido revividas; he escuchado esas historias. ¡Esto no tiene que ser! No tengo
que aceptar esto. ¡Voy a devolverle la llamada a Danny!
Justo en ese momento, me vino a la mente la impresión intuitiva de que

Danny me estaba hablando. Esa impresión fue “Papi, no hagas eso. Estoy
bien. Todo está bien." Era tan claro como si hubiera sido una voz de palabras.
Pero habló con más madurez de la que podría tener cuando era un niño de
dos años.
Todavía estaba por el momento. No entendía por qué debería estar "bien"
porque para mí no estaba bien.
Sin embargo, tomé por auténtica esa comunicación y la acepté. Pensé: “Bueno,
Danny sabe más. es su cuerpo
Si él dice que está bien, entonces está bien”. Y me relajé después de eso.
Sé que si no hubiera sido por esa comunicación, el dolor hubiera sido

aún más difícil de soportar. Me consiguió sobre la joroba. Me quedé en
paz, qué paz podía haber en ese momento.
Johanna es maestra de escuela primaria en

Massachusetts. Ella y su familia tenían motivos
para celebrar 8 años después de que su hija,
Margaret, muriera en un accidente automovilístico
a los 20 años:
Mi esposo y yo planeábamos ir a la ciudad de Nueva York para el fin de
semana de Pascua. Queríamos visitar a nuestra hija, Robyn, que estudiaba
en la Universidad de Nueva York y también asistir a la Misa del Domingo
de Pascua en la Catedral de San Patricio que sería celebrada por el
Cardenal. Le pedimos a Robyn que verificara si necesitaríamos boletos.
Ella dijo que había llamado y le dijeron que no lo haríamos.
Cuando estábamos en Nueva York, la Pascua era un día

sorprendentemente agradable y brillante, por lo que todos caminamos
hasta St. Patrick's desde nuestro hotel. A medida que nos acercábamos a
la Catedral, pudimos ver una gran multitud, ¡ni siquiera podía estimar la cantidad de personas
Me acerqué al policía más cercano y le pregunté si necesitábamos
boletos para asistir a la misa de las 10:15. Él dijo: “¿Boletos? ¡Por supuesto
que necesitas entradas! La gente ha tenido meses para conseguir entradas.
¡No hay manera de que vayas a entrar a esta misa sin ellos!”. Por supuesto,
estábamos bastante consternados.
En aproximadamente un minuto, un hombre se adelantó entre la multitud
y me dijo: “Toma mis boletos”, y me entregó un sobre. Tan pronto como
apareció, pareció desaparecer. La multitud estaba asombrada. Abrí el
sobre, miré dentro, ¡y había cuatro boletos! Uno era blanco y los otros tres
eran amarillos.
Fuimos a un lado y esperamos una buena media hora. Finalmente, nos

permitieron entrar por la puerta principal. El boleto blanco era para un
asiento en el centro de la Catedral.
Usamos los tres boletos amarillos y fuimos escoltados por el pasillo
hasta nuestros asientos asignados en el banco 39. ¡Y directamente a
nuestra derecha, cerca, estaba el altar de St. Margaret!
Estaba felizmente abrumado de que nuestra hija, Margaret, nos hubiera
enviado un mensaje excepcionalmente fuerte en Pascua que decía: "Hay
una vida después de la muerte, hay un cielo, y los veré de nuevo".
Randall es profesor universitario en California.

Su visión de la vida se alteró permanentemente 2
semanas después de que su hijo de 4 años, Timothy,
muriera en un accidente automovilístico:
Cada día estaba lleno de terrible ansiedad, depresión y conmoción.

Estaba luchando entre un estado de negación y el miedo de aceptar la
realidad de que mi hijo se había ido. No podía hacer frente a la idea de
que él ya no estaría aquí.
Volví al trabajo lo antes posible después del funeral de Timothy. Todos
los días, cuando llegaba a casa, temía salir al patio, sabiendo que él no
estaba allí y sabiendo que tendría que enfrentar esa realidad.
Un día, cuando llegué a casa, entré y me senté en la silla junto a la

chimenea mirando hacia la puerta principal. Sé que estaba despierto. En
ese momento, ¡Timothy entró por la puerta! La puerta no se abrió,
¡simplemente salió por ella!
Parecía ser muy tangible, muy real. Tenía exactamente el mismo
aspecto que tenía antes de que lo mataran. Pero estaba vestido de blanco
y tenía un aura de brillo. Estaba muy alegre y sumamente feliz. Estaba
vestido de luz: la luz parecía
invadir toda la zona. No era un halo, simplemente parecía emitir un

gran brillo y blancura.
Timothy vino y se paró frente a mí y dijo: “No voy a volver. Me he ido
y debes saber esto.
Fue muy enfático. El tono de su voz y su inflexión eran reales.
Me incliné hacia adelante en la silla y Timothy dijo: "Estoy bien y

todo está bien". Y luego desapareció, simplemente desapareció de
donde estaba parado.
A partir de entonces, no hubo más negación. Sabía que mi hijo se
había ido y no iba a volver. Aunque ya no podía verlo, podía enfrentarlo
porque Timothy me aseguró que, en efecto, estaba vivo.
La tristeza estaba ahí, el dolor estaba ahí, pero también había un

sentimiento de alegría y esperanza mezclado con mi tristeza. Y
comencé a sanar.
Mary Lou es una consejera espiritual de 57 años

en Dakota del Sur. Pudo lograr la resolución de
muchos problemas de larga data mientras tenía
esta experiencia reveladora 21 años después de
que su padre muriera de cáncer:
Mis seis hijos regresaron a casa este verano con sus cónyuges y
sus hijos. Una noche estábamos sentados alrededor de la mesa de la
cocina hablando. Como a medianoche estaba cansada y me fui a la
cama, pero me dijeron que se iban a quedar un rato más.
Así que me fui a dormir y alrededor de las 2:30 sentí que un dedo
me tocaba en la parte superior de la cabeza. Sabía que era mi papá
porque cuando estaba vivo así es como llamaría mi atención. Me senté
y lo escuché decir internamente: “¡Ve abajo! ¡Bajar la escalera!" Así
que lo hice.
Me quedé en la cocina escuchando a mis hijos hablar sobre su

infancia. Sentí la presencia de mi padre y supe que estaba conmigo.
Mis hijos decían que ciertamente esperaban que sus hijos se sintieran
seguros, cuidados y amados. Luego intervine y dije: “¡Espero que
todos sepan que los amaba cuando eran pequeños!”.
Hubo un silencio, sólo un silencio de muerte. Algunas de sus caras

incluso se pusieron rojas. Pensé: "Está bien, papá, por eso se suponía
que debía estar aquí abajo". Si mi padre no hubiera estado allí,
probablemente me habría sentido devastado. Inmediatamente subí las
escaleras y volví a la cama.
Por la mañana, en un estado crepuscular, escuché a mi papá decir:
“¡Es hora de dejar la culpa! Usted se ha sentido culpable todos estos
años por no hacerlo tan bien como pensó que podría hacerlo por sus
hijos. ¿Cuánto más podrías haber hecho?”
Luego me mostraron algunas de las escenas de cuando mis hijos
eran más pequeños. Mi esposo, que había sido un alcohólico en
recuperación, llegó a casa borracho un día después de estar sobrio
durante diez años. A partir de ahí todo fue cuesta abajo. Perdió su
trabajo porque estaba bebiendo como un macho cabrío, y terminé
trabajando en esta pequeña fábrica rechoncha para que los niños pudieran comer.
Tres de mis hijos tenían fibrosis quística y yo desarrollé cáncer de
mama. No quedaba mucho de mí cada día, pero de alguna manera lo
mantuve todo junto. Pero todavía me sentía culpable porque no
siempre estaba disponible para mis hijos. La culpa es una cosa tan
insidiosa, y ni siquiera me di cuenta de cuán profundamente la había
cargado todos estos años.
Mi padre me recordó que los tres niños con fibrosis quística todavía
están vivos y bien, y el más pequeño está obteniendo su segundo
título. Y mi exmarido está sobrio ahora.
Entonces mi padre dijo: “Eres una buena persona. Eras una buena
persona entonces, y eres una buena persona ahora. ¡Déjate de culpas!
¡Hiciste lo mejor que pudiste!”
¡Fue un inmenso alivio! ¡Tuve una curación! Absolutamente

dejo ir la culpa y ya no la tengo. Y esta experiencia maravillosa
y gozosa ayudó a sanarnos a todos.
Por la mañana, un par de mis hijos se disculparon y dijeron:
“Oh, mamá, no quisimos herir tus sentimientos”. Le dije: “No te
preocupes. ¡Fue lo más grande que me ha pasado!” Luego les
conté mi experiencia con mi padre y todos pudimos hablarlo.
Beatrice es una líder cívica en Oregón. Se quedó

con una pregunta persistente, como la de muchos
niños, cuando su madre murió inesperadamente de
Mi madre era una dama muy decidida mientras yo crecía.
Ella no era tan cariñosa conmigo como lo era con mi hermana,
y siempre me pregunté por qué. A menudo parecía enfadada
conmigo y, a veces, me hacía llorar muchísimo. Cuando murió
repentinamente, me sentí muy mal y pensé: “¡Oh, no! ¡Ahora
nunca podré volver a hablar con mamá!”.
Aproximadamente un mes después, me desperté de repente
y me senté. ¡Mi madre estaba parada al pie de mi cama! Ella
era muy real y muy sólida. Estaba bien y aparentaba unos
treinta años. Era tan bonita y tan joven con un rostro
absolutamente hermoso.
¡Madre era solo felicidad completa! Tenía los brazos
extendidos a cada lado expresando alegría. Ella me sonreía
con todo el amor que podía dar. Ella me dijo: “Realmente te
amaba, y desearía que lo hubieras sabido más”. ¡Era amor,
amor, amor! ¡Fue una gran reconciliación!
Neil es un cartero jubilado de Mississippi.

Su hijo de 19 años, Ken, murió repentinamente en su
dormir por arritmia cardíaca:

Durante aproximadamente un año y medio, no pude soltar a Ken
porque no podía creer que se hubiera ido. Pensé que si podía aferrarme
a él de alguna manera, podría traerlo de vuelta.
Siempre planté hermosas flores en la tumba de mi hijo y las mantuve
regadas. Un día, estaba en el cementerio sacándoles malas hierbas.
Estaba arrodillado cuando, de la nada, me llegó la voz de Ken. Fue feliz y
muy alegre.
Lo escuché externamente, tan alto y claro, como si estuviera parado
allí, y sentí su presencia. Me puse de rodillas y miré alrededor, pero no
había nadie más en el cementerio.
Ken dijo: “¡Papá, soy yo! Desearía que me soltaras para poder disfrutar
donde estoy. Tú y mamá siempre me enseñaron y me educaron para
estar con Dios. Ahora me estás alejando de Él y de disfrutar del cielo.
“No puedo alcanzar la plenitud que Dios quiere para mí porque me

estás frenando. Le agradecería que me soltara y me dejara disfrutar aquí.
Me dijo que era perfecto a los ojos de Dios. Y describió lo hermoso y lo
pacífico que era allí.
Me eché a llorar porque no podía creerlo. Entonces me di cuenta:

“¿Quién soy yo para impedirle hacer lo que Dios quiere que haga?” Así
que dije: “Está bien, Ken. Esto es todo entonces. Hijo, te soltaré y te
dejaré ir”. No digo que fuera fácil, pero sabía que era lo correcto.
Casi había odiado a Dios antes. Luego me senté allí y lloré y le pedí
perdón a Dios. Y cuando lo hice, toda la carga en mi corazón se levantó
de mí, se sintió como una bola de diez libras yéndose. Todo el dolor se
fue, y sentí tanta paz en mi corazón. Esto reafirmó toda mi fe, y desde
ese día me he acercado mucho más a Dios que nunca.
Cuando Ken vino a mí, todo cambió. Esto puso todo en perspectiva. A
partir de ese día, ha sido mejor. Todavía
duele pero no como antes. Ahora puedo mirar la foto de Ken y decir: “Hijo,
te amo”, y continuar con mi día.
Emily, directora de una oficina en Nueva York, estaba

profundamente preocupada por su hermano, Leon, después
de que muriera de cáncer a los 49 años:
Leon no era un hombre religioso, y cuando se estaba muriendo de

cáncer, decidí que intentaría que aceptara a Jesús en su vida antes de
que falleciera. El Señor había hecho una gran diferencia en mi vida y
quería que mi hermano estuviera con Él.
también.
Pero cuando León murió, todavía no había aceptado al Señor en su

vida, y eso me preocupó mucho. Tenía tanto miedo de que estuviera en
el infierno, y simplemente no podía aceptar eso. Recé mucho al respecto
y les dije a todos lo preocupada que estaba. Tenía muchas, muchas otras
personas orando por mi hermano también, y cada día pedía alguna señal
de que León finalmente estaba con Jesús.
Unos cinco meses después, estaba manejando a casa desde la casa
de mi hermana una tarde. Había estado lloviendo fuerte con truenos y
relámpagos, cuando de repente la tormenta comenzó a despejarse y las
nubes se separaron. Un vívido rayo de sol descendió a través de las
nubes, y cuando miré a mi derecha, ¡mi hermano estaba allí con el Señor!
Eran de tamaño natural: muy, muy reales, muy sólidos, distintos y

tridimensionales. Estaban muy cerca, hombro con hombro, y solo vi la
parte superior de ellos. Leon estaba frente a mí, el Señor vestía una túnica
y estaba frente a él, y ambos estaban sonriendo. Mi hermano parecía más
joven que cuando murió y se veía muy saludable. No hacía falta decir
nada: Leon estaba con el Señor y eso era todo lo que quería saber.
¡Eso fue tan maravilloso! Estaba tan aliviada de finalmente tener mi

respuesta, y estaba tan agradecida. Fue un alivio absolutamente total para
mí porque sabía que Leon finalmente estaba en paz y con Jesús.
Supuse que no podrías ser salvado una vez que murieras. Sugiero que
cualquiera que esté bajo la misma suposición que yo no abandone su vigilia
de oración. Creo que las oraciones finalmente hicieron posible que mi
hermano estuviera con el Señor.
Gané muchísimo con esta experiencia, y mi propio caminar con el Señor
se hizo mucho más fuerte. Todo es posible a través del Señor. Antes lo
creía, pero ahora sé que no hay nada que sea imposible.
Valerie es gerente de oficina en Massachusetts.

La llamaron para ayudar a otra persona después
de que su único hijo, John, muriera de fibrosis
quística cuando tenía 18 años:
Seguí yendo al cementerio a pesar de que siempre sentí que John no
estaba allí. Pero fue una salida para mí estar allí de vez en cuando y
reflexionar.
Nunca interactué con otras personas en el cementerio, solo fui a dejar
una flor. Por lo general, estaba en mis propios pensamientos.
Pero esta vez en particular, sentí que John me estaba hablando.
Se acercó a mí de repente y me dijo: "Mamá, alguien te necesita". Este
sentimiento intenso siguió apoderándose de mí, algo me estaba alejando
de su tumba.
Era John, y no dejaba de decir: “Mamá, no necesitas estar aquí. Hay
alguien que te necesita”. Fue muy breve, fue telepático, y estaba siendo
empujado y guiado.
Me alejé de la tumba de mi hijo y me encontré con un hombre que estaba
arrodillado junto a otra tumba. Dirigido por John, le dije: "Disculpe, estoy
seguro de que está plantando flores aquí porque alguien especial en su
vida ha fallecido".
El hombre se dio la vuelta, se puso de pie y dijo: “Sí, es mi hijo”. Me miró
como "¿Quién eres?" Y yo dije: "Soy
Lamento molestarte, pero vi las flores bonitas y solo quería saludarte, y lo

siento mucho”.
Todavía podía sentir a John parado cerca. Y había otra alma con él,
pero no supe quién era hasta que el hombre empezó a hablar de su hijo.
Él dijo: “Mi hijo, Troy, fue asesinado. Tenía distrofia muscular y usaba
muletas para ayudarlo a caminar. Era muy listo e inteligente”.
El padre habló de lo enojado y dolido que estaba y del dolor que tenía
por la muerte de su hijo. Siguió elaborando sobre los hombres que habían
matado a su hijo. Estaba tan molesto que no estaba con su hijo cuando
murió. Finalmente, me abrazó y comenzó a llorar.
Luego escuché a John decir: “¡Por eso estás aquí, mamá!

Tienes que decirle que cuando esos hombres estaban estrangulando a su
hijo, cuando estaban en el acto de matarlo, Troy abandonó su cuerpo. No
hubo sufrimiento. El dolor se había ido.
“Mamá, los únicos que están sufriendo son las personas que están
vivas allí abajo. ¡Ustedes son los que sufren! Troy está con nosotros ahora
y está bien. Y siente pena por los hombres que lo mataron”.
Repetí todo lo que John me dijo. El hombre solo me miró y preguntó:
"¿Cómo sabes esto?" Dije: “Porque mi hijo que murió me lo acaba de
decir”. Y compartí con él otras experiencias que John me había dado,
mostrándome que hay una vida después de la muerte. El padre de Troy
estaba tan eufórico que me abrazó y me besó.
¡Juan tenía razón! Alguien me necesitaba, alguien nos necesitaba a los

dos. Estoy muy contento de haber podido ayudar a este padre afligido.
Cynthia es una trabajadora social clínica en Florida.

Se le dio una suave inspiración poco después
su hijo de 8 años, Aaron, profundamente retrasado, murió

de insuficiencia renal:
Aaron era mi único hijo. Mi relación con él fue más intensa porque nunca
pudo hacer nada por sí mismo en toda su vida.
Dos o tres meses después de la muerte de Aaron, estaba tratando de

dormir. Mi marido me pidió que le frotara la espalda porque había trabajado
muy duro ese día y estaba muy cansado. Pero simplemente no quería
hacerlo porque me sentía un poco enojado con él.
A decir verdad, estaba enojado con todos en ese momento. Así que dije:
“No”.
Mientras estaba acostado allí, escuché una vocecita que decía: “¡Hazlo,
mami!” Me senté erguido en la cama porque estaba muy claro. Sabía
exactamente de quién era la voz: ¡era la de Aaron! ¡Me sorprendió porque
mi hijo nunca había aprendido a hablar! Entonces le froté la espalda a mi
esposo.
Debido a este mensaje, me di cuenta de que necesitaba escuchar y ser
más comprensiva con lo que estaba pasando mi esposo. Necesitaba
ayudarlo en su dolor y con su sensación de pérdida.
Scott es un estudiante de secundaria de 18 años en

Ohio. Su amigo, Marty, murió de una enfermedad cardíaca
congénita a los 17 años:
Hace un par de años, estaba muy mal. Estaba drogado y no me

preocupaba por mí ni por nadie a mi alrededor. Después de intentar
suicidarme, fui al hospital para que me arreglaran la cabeza.
Cuando salí del hospital, Marty estuvo ahí para mí desde el primer día.
Él estaba a mi lado para asegurarse de que estaba bien y que me mantenía
en la línea correcta. Pero después de su muerte, sufrí mucho y comencé a
deslizarme cuesta abajo nuevamente.
Aproximadamente tres meses después, una noche estaba acostado en

la oscuridad en el sofá de la sala de estar. Miré el reloj y marcaba las
2:05. ¡De repente, vi a Marty a unos tres metros de mí! ¡Podía verlo como
si fuera de día!
Llevaba una camiseta blanca y jeans azules. Me senté en estado de
shock cuando me miró y sonrió. ¡No podía creerlo! Una parte de mí estaba
asustada, pero estaba tan feliz de verlo que me puse de pie.
Marty se acercó a mí. Todo era luz a nuestro alrededor, pero no sé de
dónde venía. Él dijo: “No te enojes, ¿de acuerdo? Estoy feliz. ¡Sigue con
tu vida! No mantengas tu mente atrapada en mí. Es bueno que me
recuerdes, pero continúa”.
Cuando Marty estaba vivo, no sonreía mucho, pero esta vez lo hizo.
Parecía que estaba más en paz consigo mismo y más feliz. Le di un
abrazo y pude oler su aroma y sentir el calor de su cuerpo: ¡era Marty!
Incluso podía sentir su aliento cuando hablaba, era lo más extraño. Luego
me senté y cerré los ojos. Lo último que recuerdo es quedarme dormido.
Esta experiencia me levantó de nuevo. Me cambió totalmente. Sabía

que estaba bien y que era feliz. Y ahora podría estar en paz conmigo
mismo. Puede que Marty esté muerto, pero siempre está a mi alrededor,
lo sé. Siento que está diciendo: “Estoy aquí.
Siempre estare aqui para ti."
Ahora tengo un amigo que está en la misma posición en la que yo
estaba cuando Marty vivía. Hago por él lo que Marty hizo por mí, y ahora
está completamente fuera de las drogas. Quizás algún día mi amigo haga
esto por alguien más.
Arlene, ama de casa en Illinois, tuvo esta

reunión espiritual casi 2 años después de que su
hijo Russ, de 27 años, fuera asesinado:
Mi esposo y yo nos convertimos en líderes de capítulo de Parents of
Murdered Children. Estábamos muy involucrados con otros padres.
cuyos hijos también habían sido asesinados.

Muchas veces en nuestras reuniones dije: “Lo primero que le voy a preguntar
a Dios cuando lo vea es '¿Por qué? ¿Por qué estos niños buenos y decentes
tienen que ser asesinados? ¿Por qué permites eso? Es lo mismo para muchos
padres en duelo: siempre preguntan "¿Por qué?"
Una noche soñé que iba al cielo. El Señor estaba allí.

Él lo abarcaba todo, ¡lo era todo! Mi primera pregunta para Él fue “¿Por qué?
¿Por qué permitiste que mataran a Russ?
El Señor dijo: “Arlene, ahí está tu hijo. Ve y déjalo

Bienvenido." ¡Así que miré hacia un lado y vi a mi hijo!
Russ estaba de pie allí sonriendo con los brazos extendidos hacia mí.
Llevaba una túnica blanca deslumbrante, tan blanca como la nieve prístina con
destellos. Había felicidad en la expresión de su rostro, nunca había visto su
rostro así en la vida. Su rostro estaba radiante, ¡simplemente resplandecía!
Corrí hacia Russ, nos abrazamos y nos abrazamos. Solo quería abrazarlo
y apretarlo. Mi hijo me dijo: “Mamá, bienvenida a este lugar”. Luego, con mi
brazo alrededor de su cintura y su brazo alrededor de la mía, fuimos a este
hermoso escenario de árboles verdes y cielo azul. No se dijeron palabras y me
olvidé por completo de mi pregunta: "¿Por qué?" ¡Solo estar allí con él era
pura alegría!
Luego subimos una pequeña colina y sentí que iba a ver algo maravilloso al
otro lado. Pero no llegué a verlo porque me desperté.
Desde esta experiencia, ya no me preocupa la pregunta "¿Por qué?" Creo

que el Señor me estaba diciendo que no es importante cómo morimos y no
preocuparnos por el "¿Por qué?" Lo realmente importante es que vivamos de
la mejor manera que sepamos con lo que el Señor nos ha dado.
Rob es un contratista mecánico en el Medio

Oeste. Sintió que su vida había sido
completamente destrozada cuando su hija de
26 años, Bonnie, fue asesinada:
Bonnie había sido asesinada y yo estaba lleno de autocompasión y odio.
Sentí que no había Dios ni justicia. Estaba obsesionado con querer matar a
este tipo, el hombre que mató a mi hija.
Fue el día que enterramos a Bonnie. Regresamos a la casa y había mucha
gente aquí. Tenía que escapar, así que salí al patio trasero.
De repente, la presencia de Bonnie era tan fuerte que sentí que si me

daba la vuelta la vería. Entonces un pensamiento pareció venir de la parte
posterior de mi cabeza. Casi podía escuchar la voz de Bonnie.
La escuché suplicarme: “¡Papá, por favor! ¡Tienes que orar por él!”. Le
dije: “¡No sabes lo que estás preguntando! ¡No puedo hacerlo! Siempre he
creído que si rezas por alguien es casi como perdonarlo. ¡No puedo obligarme
a hacer eso!”
Entonces Bonnie dijo: “No para él, papá. ¡Para ti!" Me suplicaba que tenía
que hacer esto por mi propio bien, por mi propia cordura. Tuve la sensación
de que me estaba rogando, porque de la forma en que iba, probablemente
habría matado a alguien o me habría vuelto loco. Entonces ella se fue.
Me quedé allí tratando de darle sentido a esto. No había ninguna duda en

mi mente de que se trataba de una comunicación entre mi hija y yo, ninguna
duda en absoluto.
Luego entré en la casa. Mi esposa estaba en el dormitorio con una mujer
que conocemos. Los tomé de la mano y dije: “Bonnie me acaba de decir que
ore. Tengo que orar por él”. Y dijimos la Oración de la Serenidad.
Alrededor de seis a ocho meses después, estaba listo para una camisa de
fuerza porque todavía estaba pensando constantemente en formas de matar.
este chico. Finalmente, completamente desesperado, fui a la tumba de Bonnie

una noche. Yo estaba de pie allí, tratando de darle algún sentido a todo el asunto.
De repente, este pensamiento vino de la parte posterior de mi cabeza, fluyendo a
través de mí.
Escuché a Bonnie decir: “No estoy aquí, papá. No estoy aquí en el suelo.
Papá, por favor, no te preocupes. Estoy bien." Era muy fuerte, muy tranquila, muy
amorosa, casi como una abuela sabia hablando con un nieto.
Luego dijo: “Solo ve a casa y ayuda a mamá. ¡Mueve tu trasero y muévete!

¡Así es como haces las cosas! ¡Y recuerda, papá, ora por él!”. Bonnie estaba
tratando de ayudarme a no reírme a carcajadas, y luego desapareció de nuevo.
Después de eso, me ayudaron unos amigos del programa de doce pasos de

Alcohólicos Anónimos. Y mi esposa también me ayudó. Este fue el comienzo de
recomponer mi vida.
Finalmente, el deseo de matar me abandonó, y me niego a vivir en eso.
mundo de la venganza nunca más.
Jennifer es ama de casa y madre

desconsolada en Wisconsin. Se sintió abrumada
por el dolor cuando su hijo de 21 meses, Allan,
murió de neumonía:
Después de la muerte de Allan, pensaba en él todos los días, todos los días
que se había ido. Cuando me puse de parto diez meses después para dar a luz a
mi nuevo bebé, Gerry, todavía estaba pensando en mi Allan. Incluso cuando llevé
a Gerry a casa, no me sentí feliz.
Un día, estaba sentado en una silla con Gerry en brazos. Estaba de mal humor,
inquieto y llorando mientras lo mecía. Lo sostuve en mi brazo izquierdo y le di
unas palmaditas en la espalda, pero nada ayudó.
Entonces sentí una presión en mi pierna derecha. Allan estaba de pie allí con
sus bracitos cruzados sobre mi pierna,
mirándome y sonriendo! Él dijo: “Cántale al bebé, mami.

Cántale al bebé.
Entonces comencé a tararear aunque no tenía ganas y el bebé se
calmó. Cuando la presión sobre mi pierna desapareció, dejé de tararear.
Luego volví a sentir la presión de la misma manera, ¡y Allan estaba de
regreso! Nuevamente dijo: “Cántale al bebé, mami”. Entonces comencé a
cantarle a Gerry y Allan se fue.
Me había estado preguntando todo ese año si Allan era feliz, dónde
estaba y si estaba bien. Así que cuando volvió para decirme que estaba
feliz, yo también me sentí mucho más feliz. Y he estado cantando y
tarareando a mi Gerry desde entonces.
Diana es instructora ecuestre para niños y adultos

discapacitados en Pensilvania. Estaba desconsolada
cuando su hija Lisa, de 4 años, murió de un
causas:
Unos días después del funeral de Lisa, estaba despierto y acostado en
la cama temprano en la mañana, preguntándome cómo iba a enfrentar el
día. Me di cuenta de una niebla, como una espesa niebla dorada, en la
esquina izquierda de la habitación. Gradualmente tomó la forma de un
hombre sentado en un taburete, y la imagen completa fue desde el suelo
hasta el techo.
Tenía el tamaño de una persona real y vestía una túnica blanca atada
con un cinturón de cáñamo marrón y sandalias. ¡Sabía que Él era Jesús!
Tenía cabello largo que era gris y negro, y era el color de todos los
hombres. Era de todos los colores.
Había aspectos de Él que bordeaban lo oriental, había aspectos de Él
que parecían escandinavos y había aspectos de Él que tenían sentimientos
africanos. Era muy global, universal. No podía ver a través de Él, pero Él
no era tridimensional.
Pude ver a mi hija sentada de costado en Sus rodillas. Lisa llevaba

un vestido blanco largo y lo miraba a la cara con una sonrisa
absolutamente beatífica. Había luz y alegría emanando de sus ojos y
rostro, y había un intercambio de energía que fluía entre ellos.
Jesús me estaba mirando directamente cuando preguntó: "¿La

recuperarías si pudieras?" Lo que vi fue tan hermoso y tan glorioso que
no quise hacer nada para interferir. Recuerdo haber pensado: "¿Cómo
podría querer que Lisa regrese cuando veo lo feliz que es?"
De repente, la puerta de mi habitación se abrió de golpe y mis dos

hijos pequeños entraron corriendo a la habitación. Toda la escena de
Jesús y Lisa desapareció, la hermosa imagen simplemente ya no estaba allí.
Quedé paralizado después de la muerte de Lisa. Esta experiencia dio
la fuerza que necesitaba para hacer lo que tenía que hacer.
Estoy tan agradecida de que se me permitió ver otro lugar en el
universo, porque me di cuenta de que hay otros mundos además del
físico. La muerte dejó de ser una experiencia aterradora y dolorosa,
porque supe que el espíritu de Lisa aún existe.
Samuel es un trabajador del servicio civil

jubilado en Alabama. Estaba desconsolado por la
muerte de su nieto de 19 años, Dennis:
Dennis y yo éramos muy, muy cercanos. Puedo ver a ese niño desde
el momento en que gateaba, y yo lo estaba cargando en mis brazos. Me
siguió a donde quiera que fuera. A veces creo que me preocupé
demasiado por él. Amaba a mis otros nietos, pero Dennis era mi corazón.
Era un niño muy dulce, y no tenía malas maneras.

Simplemente no era ese tipo de chico. Estaba como callado, y nunca lo
escuché maldecir. Incluso me regañó por beber y fumar.
Dennis se involucró con la ley y lo detuvieron por un pequeño

delito menor: tenía algunos libros que no le pertenecían. Dijeron que
lo encerraron en la cárcel y que trató de ahorcarse, lo que no hizo
del todo. Lo encontraron y lo llevaron al hospital alrededor de las
2:00 de la mañana. Alrededor de las 4:00 de esa misma mañana,
tuvo un infarto y falleció. Me dolió mucho.
Fue tal vez dos o tres meses después. En mi sueño, Dennis

estaba justo frente a mí, caminando directamente hacia mí tan real
como siempre.
Lo agarré y lo abracé, y él me abrazó a mí. Las mismas palabras
que me dijo fueron: “Abuelo, no quiero que tú y mamá se preocupen
por mí. No se preocupen por mí porque estoy bien”. Escuché su voz,
sonaba como la de Dennis.
Yo estaba sosteniendo su mano, y de repente, me desperté.

Estaba casi en estado de shock, ¡era tan simple! Hasta ese sueño,
sentía que estaba mejor muerta.
Eso me tranquilizó un poco y he ganado un poco más de ganas
de vivir. Ahora siento que las cosas mejorarán y puedo seguir
adelante. Debe haber una vida después de la muerte, ya que eso
me pasó tan claro a mí.
Carlita es maestra de escuela primaria en

Nuevo México. Tuvo esta maravillosa
experiencia de ADC fuera del cuerpo con su
hija, Serena, que sufrió un aborto espontáneo
durante el quinto mes de embarazo, y su hijo,
Carlos, que nació muerto 14 meses después:
Durante unos seis meses después de perder a mi hijo, tuve un
dolor muy, muy profundo. No entendía por qué, ¿por qué yo? Me
sentía miserable y muy cerca de querer terminar con todo.
Una noche en un sueño, estaba donde imaginé que estaría el

cielo. Estaba en un hermoso pasto que estaba lleno de hermosas
flores. Un ángel vino a mí y me dijo que tenía algo muy especial para
mostrarme.
El ángel sostenía a un bebé de seis meses en su brazo derecho y
sostenía la mano izquierda de una niña que caminaba como un niño
pequeño. La niña era pequeña, pero podía hablar.
Ella dijo: “Mami, soy Serena, y este es mi hermanito, Carlos.
Estamos bien. Estamos muy felices. Te queremos mucho, y no
queremos que estés más triste. Todos estaremos juntos algún día”.
Ambos estaban vestidos con túnicas blancas. Serena tenía

sandalias diminutas en sus pies y Carlos estaba descalzo. Tenían
este hermoso resplandor, esta luz perfecta a su alrededor que
provenía del centro de su corazón.
Le pregunté al ángel: "¿Puedo acercarme a ellos?" y el ángel
asintió con la cabeza "Sí". Era como si el ángel fuera su niñera por
el momento.
Recuerdo sentarme en el pasto y poner a Carlos en mi regazo,
mientras Serena se acercaba. Estaba llorando y amándolos a ambos.
Solo quería que los niños supieran que los amaba y que su papá
también los amaba.
Quería estar allí y cuidar a los niños todo el tiempo que pudiera.
Pude abrazarlos y besarlos una vez más.
Luego se fueron con el ángel y tuve esta paz interior cuando me
desperté.
Lo que es tan maravilloso es que aprendí que los niños tienen
características tanto mías como de mi esposo. Serena se parece
mucho a su padre y Carlos se parece a mí.
Dave, de 42 años, vive en Ohio. Recibió

aliento después de que su abuela muriera de
un infarto cuando tenía 83 años:
Baba, mi abuela, era una católica romana tradicional de la vieja

escuela que iba a la iglesia todos los días. Era una mujer muy
espiritual y muy orante que rezaba cinco rosarios al día.
A los catorce años entré al seminario para estudiar para el

sacerdocio. Mi abuela fue mi mejor apoyo. Estaba tan orgullosa y
tan feliz de que yo fuera a ser sacerdote.
Pero nueve años después, dejé el seminario. Así que el sueño
de Baba no se hizo realidad. Aunque estaba decepcionada,
todavía me amaba y me cuidaba hasta que falleció al año siguiente.
Dos años después, a la edad de veintiséis años, nuevamente
sentí un llamado al ministerio y estaba listo para regresar y
continuar mis estudios para el sacerdocio. Dos o tres días antes
de volver al seminario, tuve el sueño más vívido de mi vida.
Me transportaron a la casa donde había vivido mi abuela y vi a
Baba en un rincón de la habitación. Apareció tal como la
recordaba, con el pelo recogido en un moño, con un vestidito de
seda y el delantal que siempre usaba.
Mientras se movía hacia mí, adquirió una apariencia
completamente nueva, casi como si su piel fuera translúcida y la
luz fluyera de su cuerpo. Su apariencia exterior cambió a una
entidad muy hermosa, joven y vibrante llena de luz.
Baba me abrazó. Nunca olvidaré ese abrazo porque lo sentí
tan cálido. Me susurró al oído: “David, he orado para que seas
sacerdote. Siempre oraré por ti y te ayudaré.
Serás un buen sacerdote. Luego me besó en la mejilla izquierda,
se alejó y desapareció.
Cuando me desperté, ¡sabía en el fondo de mi ser que acababa
de tener una reunión con mi abuela! Baba cruzó el tiempo, el
espacio y el universo para decirme que estaba muy feliz por mí.
Me sentí en paz y no tenía preocupaciones ni miedos ni dudas
acerca de volver al seminario.
Fui ordenado cuatro años después en 1981 y he tenido un
sacerdocio muy positivo. Sé que mi abuela ha estado conmigo.
y ha estado orando por mí durante todo este tiempo.
Kathryn, de 60 años, es maestra y ama de casa

en Virginia. Su suegro la llenó de esperanza 12
años después de que muriera de cáncer.
Un ADC olfativo que tuvo con su madre está en el
Capítulo 5:
Esta experiencia sucedió aproximadamente un mes después de la
operación de cáncer de mi hija. Krista tenía cáncer de ovario y se
descubrió solo dos meses después de graduarse de la universidad.
¡Fue un shock! Su cáncer estaba muy avanzado y había hecho

metástasis en varios otros lugares. El pronóstico de Krista fue
extremadamente malo, y este fue un momento excesivamente emotivo
para todos nosotros.
Krista se iba a casar en mayo. Cuando supimos en abril que estaba
enferma, la boda se canceló. La boda de nuestro sobrino también fue
en mayo. Mi esposo y yo asistimos a la boda, nos quedamos unos
veinte minutos en la recepción y luego nos dirigimos rápidamente a
casa.
Mientras conducíamos, estábamos muy callados. Estaba recostado
en el reposacabezas con los ojos cerrados, sumido en mis
pensamientos, contemplando cuán drásticamente habían cambiado
nuestras vidas en solo un mes.
Krista estaba gravemente enferma y nada era como antes. Estaba
pensando: “Esto es tan difícil de creer. Este es el tipo de cosas que le
suceden a otras personas, y nunca piensas que te van a pasar a ti”.
¡De repente, me sentí literalmente abrumado por la presencia de mi

suegro! Simplemente estaba allí. Apenas podía recuperar el aliento,
estaba tan abrumado por su eseidad. Era un poderoso,
reconfortante, maravillosa presencia que pertenecía absolutamente

a mi suegro ya nadie más.
Lágrimas de alegría acudieron a mis ojos. Era enormemente
amoroso, y sentí su compasión. ¡Fue impresionante! No sabía que
podían pasar cosas así.
Logró traer su esencia a este encuentro para que supiera quién
estaba allí. Entonces estas palabras quedaron grabadas en mi
mente: “Katy, cariño, ya puedes dejar de preocuparte. Krista va a
estar bien. De hecho, ella lo tiene hecho! Hemos sido capaces de
hacer mucho aquí”. No escuché su voz. Era como si mi suegro me
mandara un telegrama a la cabeza.
Mi hija se puso bien, ¡tan rápido, tan asombrosamente! Recibió
tratamientos de quimioterapia y radiación, pero no tuvo las terribles
reacciones que generalmente tiene la gente. Su recuperación fue
muy tranquila.
Krista salió de esto casi como si hubiera nacido de nuevo. Quería
hacer todo diferente. Finalmente se casó, pero se casó con otra
persona. Finalmente, alrededor de su chequeo del décimo año, ¡su
médico proclamó que su recuperación había sido un milagro!
Meredith es una ama de casa de 43 años en

Saskatchewan. Su amor, Vic, le brindó un
servicio útil 7 años después de que muriera de cáncer:
Estaba bajando las escaleras un día, tropecé y caí sobre mi
tobillo. ¡Sentí este dolor horrible! Fui al hospital y me hicieron una
radiografía. El médico dijo: “Tienes una fractura pequeña”. Me dio
unas muletas y dijo que no debía ponerme de pie durante seis a
ocho semanas.
La noche siguiente, me fui a la cama y tuve este sueño divertido.
Yo estaba en un entorno que era muy tranquilo. ¡Miré hacia arriba
y Vic estaba allí! Su expresión parecía ser muy afectuosa y muy
comprensiva, una especie de afecto silencioso.
Vic dijo: “Quiero echarle un vistazo a tu pie”. Le dije: “Bueno, no creo

que puedas hacer nada al respecto. No eres médico.
Me dijo: “Solo estira tu pierna y dame tu pie”.
Tomó mi pie y lo movió hacia adentro y hacia afuera, y escuché un clic.
Eso fue todo, pero no hubo dolor. Entonces Vic dijo: “Cuando te levantes,
deberías poder caminar sobre él. Pero tómalo con calma porque tiene
que sanar”.
Me desperté inmediatamente y tuve que ir al baño.
Sin pensarlo, accidentalmente me puse de pie y me di cuenta: "¡No me
duele!". Para mi sorpresa, mi pie se sentía bien, ¡y podía caminar! Así
que dije: “¡Gracias, Vic!”.
Me imagino que Dios envía personas que te importan para ayudarte.
Paulette es enfermera en Alaska. Estaba

desconsolada cuando su hijo de 14 años,
Nicholas, murió:
Los niños creen que van a vivir para siempre, no piensan en la finalidad
de la muerte. Mi hijo, Nicholas, tenía miedo de ir a una gran escuela
secundaria. Le dijo a un amigo que iba a tomar unas pastillas, lo justo
para enfermarse, para no tener que ir a esa escuela. Pero fue demasiado
lejos y murió.
La noche después de la muerte de Nicholas, me acosté y escuché

ruidos en su habitación. Me sentí impulsado a ir allí, así que me levanté,
fui a su habitación y me senté en su cama. Dije: “Está bien, aquí estoy.
¿Qué es lo que quieres de mí? ¡Estaba tan enojado con él!
Era como si el alma de Nicholas estuviera allí: su presencia dominaba
toda la habitación. Él dijo: “Mamá, lamento mucho lo que hice. No fue mi
intención hacerlo. ¡Estoy tan asustada!
Le dije: “Nicholas, ve a buscar al abuelo. Él cuidará de ti. Todo saldrá
bien. Solo encuéntralo. Mi padre y mi hijo murieron el fin de semana del
Día del Trabajo, con catorce años de diferencia.
Después, no entendí lo que acababa de pasar. Me asusté tanto que corrí

escaleras arriba y me metí en la cama, todavía temblando.
Cuando me levanté a la mañana siguiente, pensé: “¿Qué he hecho?
¡Nicholas ni siquiera conocía a mi padre! Tenía tanto miedo de haber dicho
algo incorrecto, y estaba enojado conmigo mismo por eso.
Todo ese día seguí diciendo: “Nicholas, tienes que enviarme una señal
de que estás bien. ¡Necesito esto desesperadamente! ¿Cómo voy a seguir
viviendo si no me doy cuenta de que estás bien? Fui a la iglesia y recé para
saber que Nicholas había encontrado a mi padre.
A la noche siguiente, mi amiga se acercó y me dijo: “Paullette, ¿has

estado afuera? Deberías salir, hay algo que nunca antes había visto”.
¡Salí y vi un arco iris doble en hermosos colores! Sabía que era mi señal
de que Nicholas estaba bien y que él y mi padre estaban juntos.
Obtuve exactamente lo que necesitaba, y durante todo el funeral de mi

hijo no lloré. ¿Cómo puedes llorar cuando te han dado el regalo más grande
que alguien podría recibir: saber que tu hijo está en paz?
Lewis, de 42 años, es un veterano discapacitado de Vietnam

en el Medio Oeste. Tuvo este ADC crucial poco después de que
su padre muriera de un derrame cerebral:
Fui cabo en Force Recon en una base del Cuerpo de Marines en

Vietnam. Nos estábamos preparando para salir en una misión.
Esa noche salí a caminar y orar. Noté una neblina a veinticinco pies
frente a mí, como una forma humana acercándose y haciéndose más
grande. Me detuve abruptamente y me dejé caer en posición en el suelo,
listo para disparar.
Entonces reconocí la voz de mi padre que decía: “Lewis, me has hecho
sentir muy orgulloso. Pero a donde vas en esta misión, necesitarás toda tu
fuerza de voluntad para regresar. Necesitará
tu creencia en ti mismo.” Mi padre estaba realmente preocupado. Luego

dijo: “Sé que tienes fuerza de voluntad, pero si no tienes suficiente, te veré
aquí”. Y simplemente desapareció.
Alrededor de las 03:30 salimos. El segundo día nos emboscaron. Doce
de nosotros salimos, pero solo tres regresaron. Fui herido en el pecho, y
el segundo tipo tenía una herida menor en un brazo, y el tercer tipo recibió
un golpe en la pierna. Me llevaron casi ocho millas a una zona de aterrizaje
y luego me evacuaron.
Recuerdo que volví en mí solo unos minutos y el médico dijo: "Él no

tiene la oportunidad de vivir". Luego pasó a otros pacientes. Me desmayé
y tuve la sensación de que estaba entre aquí y allá. Luego escuché una
voz masculina decir: "¡No es hora de rendirse!" Quería creer que era mi
padre, pero no lo estaba.
Por supuesto.
Me desperté en un hospital de California muchas semanas después.

Todavía llevo siete fragmentos de proyectiles en mi pecho. Sé que no era
mi hora de morir.
Para mí, esta experiencia significó que mi padre se preocupaba mucho
por mí. Tenía un gran amor por mí, y ese amor continuó después de su
muerte. Esto me prueba que incluso después de tu muerte, todavía
recuerdas a los que amabas en la tierra.
Conozco a varios hombres que tuvieron una experiencia como esta

cuando estaban en el campo. Como yo, alguna vez fueron no creyentes.
Pero todavía tienen miedo de sacarlo al público porque mucha gente se
burlará de ti y dirá que estás loco.
Grace es una editora de revistas en Indiana. Tenía

razones para sonreír nuevamente varios años después
de que su hija, Kim, muriera en un accidente
automovilístico a los 17 años:
Aproximadamente seis años después de la muerte de mi hija, Kim, tuve

que volar a Chicago para asistir a una reunión de The Compassionate
Friends. ¡Estaba absolutamente aterrorizado de volar! Decidí que la única
razón por la que llegué allí de una pieza y el avión no se estrelló fue porque
Dios quería que yo estuviera en esa reunión.
De camino a casa, estábamos sentados en el avión en la pista de O'Hare.
Estaba seguro de que las probabilidades no estaban conmigo, y estaba cada
vez más ansioso. Me convencí de que en el momento en que el avión
despegara, se estrellaría.
Con miedo creciente, miré hacia arriba y ¡Kim estaba frente a mí en el
pasillo! Ella estaba de pie allí, riendo de una manera feliz, como si estuviera
diciendo "Oh, mamá". ¡Estaba muy sorprendido!
Podía ver el cabello largo, rubio y rizado de Kim, y ella estaba vestida con
ropa diáfana blanca, casi como si estuviera bañada en luz. No estaba tan
definida como una persona viva, era más como una presencia translúcida y
llena de luz. Tenía cierta solidez, pero había una cualidad flotante y etérea
en ella.
Kim sonrió y dijo: “Esta vez no, mamá. Todavía tienes cosas que hacer.
Su actitud era que no tenía nada de qué preocuparme, que todo estaba bien.
Y luego ella se fue.
Este mensaje era totalmente opuesto a todo lo que estaba dispuesto a
creer en ese momento. Si mi mente me hubiera estado jugando una mala
pasada, el escenario habría sido muy diferente. Si esto hubiera sido solo mi
imaginación, Kim se habría visto muy sombría. Y ella habría dicho: “Te veré
en unos minutos, mamá”, porque eso es exactamente lo que esperaba que
sucediera.
Casi de inmediato, decidí que probablemente nadie creería esto. Pero eso
no importaba porque era mi experiencia, y era muy real. Este fue mi precioso
momento con mi hija, que me pertenece.
He ganado la certeza absoluta de que hay una vida después de la muerte.

¡Y ahora ya no le tengo miedo a volar!
Adele es una productora de televisión en el

Noroeste. Afortunadamente, siguió la guía de
su hijo de 9 años, Jeremy, después de que
muriera de leucemia:
Mi hijo, Jeremy, murió el día después del Día de la Madre. Tres semanas
después, justo antes de despertar, lo escuché preguntar: "¿Qué vas a hacer
con mi dinero?" Dije: "¿Qué dinero?" Y él dijo: “Todo el dinero que me
ahorraste”.
Me había olvidado por completo de la cuenta de ahorros de Jeremy, y ni
siquiera sabía dónde había escondido su libreta de ahorros. Le pregunté qué
quería que hiciera con él porque, obviamente, debe haber sido muy importante
para él.
Jeremy dijo: “Quiero que vayas a ver a Malcolm”. Malcolm es un amigo mío
que es mayorista de diamantes. Dije: “Bueno, lo que sea que haya en esa
cuenta no es suficiente para ir a ver a Malcolm”.
Y Jeremy respondió: “¡Sí, lo es! Solo ve a ver a Malcolm, y entenderás de lo
que estoy hablando. Cuando lo veas, lo sabrás. Pensarás en mí. Luego se fue
y me desperté.
Aunque pensé que esto era un poco loco, miré a mi alrededor
la casa por la libreta de ahorros de mi hijo pero no la encontraba.
Varios días después, me encontraba en el mismo edificio que la joyería
mayorista de Malcolm. Así que entré allí y comencé a mirar alrededor. Vi un
hermoso collar de mariposa con un diamante. De repente hizo clic en lo que
Jeremy había dicho: “Lo sabrás cuando lo veas. Te recordará a mí.
Mi corazón empezó a latir con fuerza y me puse un poco nervioso. Le

pregunté a Malcolm cuánto costaría el collar. Después de algunos cálculos y
algunas bromas, me dijo $200.
Le dije que volvería más tarde.
Mi corazón todavía latía con fuerza cuando volví a mi oficina y llamé al
banco. Le expliqué que no podía encontrar el de mi hijo.
libreta de ahorros y quería saber cuánto dinero había en su cuenta. ¡En

unos minutos, me dijeron que la cantidad era de $200.47!
Volví a la tienda de Malcolm después del trabajo y compré el collar de
mariposas con el dinero de Jeremy. Ahora no voy a ninguna parte sin él.
Puedo tocarlo y decir: "¡Mi hijo me dio esto para mi último Día de la Madre
con él!"
Daniel, un trabajador social en Minnesota, tuvo

esta serie iluminadora de visiones de ADC en
cuatro noches consecutivas después de la muerte
de su esposa, Kathy, de 28 años, de cáncer:
Cuando me acosté la noche después de la muerte de mi esposa, estaba
muy cansado y agotado. Mientras trataba de relajarme, mi mente estaba
llena de pensamientos. De repente, una imagen radiante de Kathy apareció
en mi cabeza. Su imagen estaba allí incluso cuando abrí los ojos. Sentí tal
paz y sensación de presencia.
Kathy era tan hermosa, con rasgos perfectos, con un vestido blanco
brillante y suelto. ¡Estaba más radiante que nunca antes la había conocido!
Volvió a tener su hermoso cabello largo y castaño, como antes de la
quimioterapia y la radiación. ¡Estaba tan absorto por su sorprendente
belleza!
Hablamos telepáticamente y Kathy dijo que estaba muy, muy feliz y que
había conocido a su abuelo y abuela y también a otros parientes. Le dije
que la amaba y que me alegraba de que hubiera seguido adelante y no
tuviera que sufrir más.
Nos disfrutamos durante bastante tiempo y le agradecí por estar ahí para
mí. Mientras su imagen se desvanecía, recordé que Kathy me había
prometido estar conmigo cuando la necesitara.
La segunda noche, después del velatorio, me sentí entumecida mientras
me acostaba en la cama. Los pensamientos comenzaron a correr sin parar
por mi mente: preguntas sobre Kathy y si todo lo que habíamos hecho por
ella estaba bien. Nuevamente, sentí su presencia y tuve una hermosa visión.
de Kathy con un vestido suelto aún más brillante y ligero.

La luz irradiaba a su alrededor, detrás de ella y desde ella.
Dijo que había conocido a más amigos y parientes y que estaba
muy ocupada. Le dije que debería ir a conocer a St. Francis, ya que
él había significado mucho para ella, y ella dijo que lo haría.
Hablamos de los niños y Kathy me aseguró que estaría cerca y que
no me preocuparía. Ella me agradeció por cuidarla y yo le agradecí
por confiarme su cuidado.
Luego me quedé dormido.
Al día siguiente enterramos a Kathy y mi mente no podía comprender
todo lo que había sucedido. Cuando me fui a dormir esa noche,
nuevamente volvió esta maravillosa visión de Kathy. Parecía cada
vez más radiante y brillante, casi como si una luz pura se apoderara
de su cuerpo.
Le pregunté cómo era el cielo y me respondió: “Soy tan feliz aquí.
No hay barreras entre nosotros. Podemos experimentar totalmente la
bondad que tenemos en nosotros mismos y la bondad que
contemplamos unos en otros. Crecemos a través de la experiencia de
llegar a conocer totalmente la bondad que hay en cada uno aquí.
Nuestra capacidad para conocer la bondad aumenta y somos aún
más libres para conocer una mayor bondad en los demás que
conocemos. ¡No puedo esperar a que conozcas este amor y libertad!”
Continuamos compartiendo nuestros pensamientos hasta que la visión se desvaneció.
La cuarta noche, cuando me acosté a dormir, volvió la visión.
Con los ojos abiertos o cerrados, estaba allí igual que antes, excepto
que había menos luz visible de Kathy y más brillante.
Ella dijo: “Ven conmigo. Quiero mostrarte algo”, y de alguna manera
entré en la visión. Bajamos por un pequeño sendero hasta la base de
un gran valle, con dos cadenas montañosas altas y escarpadas a
cada lado que conducían a una cumbre en el valle lejano.
“Así es la vida”, dijo. “Los caminos son muchos a través del valle, y
encontrarás mucha gente. Cada uno tendrá sus propias ideas de lo
que está bien y lo que está mal, así que disfrútelos por
Quienes son. Algunos de nosotros podemos ir al frente de la fila.

Otros tienen que pasarse la vida trabajando para llegar a la cima”.
Luego, los rasgos de Kathy desaparecieron lentamente en una luz

blanca y brillante en la cabecera del valle. Estaba totalmente envuelta
en esa luz, y la luz simplemente desapareció en una luz similar en la
cima de la montaña.
No era como si Kathy me estuviera dejando, era como si ella estuviera
en la luz, ella fuera la luz, y no hubiera límites para esa luz. La luz
irradiaba de ella hacia mí, y la experiencia de esa luz nunca se iría
porque ahora es parte de mí.
No hubo sensación de pérdida cuando las visiones cesaron. Estas

experiencias fueron tan vívidas, reales y tranquilizadoras que no tuve
dudas ni preguntas al respecto. Parecían completos y completos en sí
mismos.
Rosalyn es una consejera de dependencia

química de 39 años en Washington. El poder
curativo de la oración y el perdón le fueron
revelados dramáticamente:
El tío Mickey vino a vivir con nosotros cuando yo tenía siete años
después de que mis padres se divorciaran. Era un alcohólico activo y mi
madre estaba tratando de ayudarlo. Pero él abusó sexualmente de mí
durante los dos años que vivió con nosotros, y esto fue emocionalmente
muy traumático para mí.
Cuando cumplí diecisiete años, yo mismo era un alcohólico activo. Y
a los dieciocho años, estaba muy metido en las drogas. Bebí y me
drogué durante años, y luego recuperé la sobriedad.
Para mantenerme sobrio, tuve que volver a mi pasado y mirar a las
personas, los lugares y las cosas que me habían hecho daño. Tenía
que ser lo más honesto posible sobre el efecto que esas cosas habían tenido.
en mi vida. También necesitaba hacer las paces con mi tío porque

elegí creer que si hubiera estado sobrio no habría abusado de mí.
Así que le escribí una carta al tío Mickey y le dije cómo me sentía
y le dije que no tenía nada en contra de él. Pero no sé si alguna vez
lo recibió. A lo largo de los años, le pedí al Señor que permitiera que
mi amor cubriera ese pecado de mi tío.
En la primavera de este año, estaba durmiendo y me desperté. ¡Me
di la vuelta y Jesús y el tío Mickey estaban al lado de mi cama!
Solo vi sus cabezas y hombros, y había una luz detrás de ambos.
Había una presencia abrumadora de amor y también de seriedad.

El Señor me estaba haciendo una pregunta que escuché en mi mente.
Había autoridad y poder y, sin embargo, una dulzura en Su voz.
Jesús preguntó: “¿Tienes algo contra este hombre?” Le dije: “No,

no lo hago”. Entonces Jesús se volvió y miró a mi tío y dijo: “Tampoco
tengo nada en contra de él”. Entonces supe que el tío Mickey estaba
en paz y estaba con el Señor, y que era libre.
Un par de días después, recibí una carta de mi madre que

dijo que el tío Mickey había muerto.
Glen es un cartero en el suroeste. Tuvo este

ADC espiritualmente transformador con su hijo,
Ron, de 21 años, que fue asesinado, y con la
madre de Ron, Helen, que había muerto de
cáncer 16 años antes:
Mi hijo, Ron, fue asesinado un lunes por la noche, pero no me
enteré de su muerte hasta el martes por la mañana. Al día siguiente,
como era un homicidio y yo era el familiar más cercano, tuve que
bajar e identificar su cuerpo.
Eso es probablemente lo más difícil que he hecho en mi vida.

Esta imagen de él tirado en la mesa de la morgue permanecía cada
vez que pensaba en mi hijo. Vendría rápidamente al frente de mi
conciencia, y eso es todo lo que podía ver: esta imagen fea y sucia
de mi hijo.
El jueves me desperté como a las 4:00 de la mañana y me
levanté y miré el despertador. ¡De repente, Ron estaba parado
frente a mí! Era como si hubiera un reflector detrás de él, pero
podía verlo todo claramente. Estaba vestido con una camiseta y
jeans azules.
¡Parecía sólido, parecía real! Cuando me sonrió, supe que
gozaba de perfecta salud. Sus dientes estaban bellamente formados
y totalmente blancos. Antes de que lo mataran, sus dientes estaban
astillados y descoloridos.
Luego me trajo a su madre, Helen. Cuando enterré su cuerpo
dieciséis años antes, también la enterré en mi mente. No creía en
Dios, y no creía en el más allá o en el cielo. Yo no creía en nada
excepto en esta vida.
Ron y Helen estaban tomados de la mano. Se veía perfectamente
saludable con todo su cabello. Había perdido su cabello debido a
los tratamientos de quimioterapia y radiación. Ahora se veía como
la recordaba cuando recién nos casamos. Llevaba un vestido
vaporoso y se veía muy bonita.
Le dije: “Helen, lo siento. Se me olvidaba…”. Y ella me dijo:
“Entiendo, Glen”. Comprendió que me había olvidado de ella. Luego
ella se fue, y pude oírme sollozar.
Ron volvió a sonreír y me di cuenta de que mi hijo estaba en el
cielo o que iba a ir al cielo. Me llené de un resplandor, nunca había
conocido una sensación como esa antes. Sentí que me iba a
reventar por completo, ¡me sentí tan bien!
¡De repente, lo creí! ¡Sabía que Dios, Jesús, el Espíritu Santo,
los santos y todo lo que me habían enseñado era verdad!
¡Simplemente lo sabía!
Entonces Ron dijo: “Sin odio, sin ira, papá”, y lo repitió: “Sin odio, sin
ira”. Creo que estaba tratando de decirme que no odiaba a nadie y que no
estaba enojado con nadie. Y tampoco quería que yo odiara o me enfadara
con nadie.
Ron también dijo: “No te preocupes por mí. Estoy feliz." Eso me hizo
sentir bien y le pregunté si estaría allí para recibirme cuando muera. Él
dijo: “Oye, papá, solo soy un novato aquí. ¡No sé!"
Luego, mi esposa actual, Linda, que dormía a mi lado, se despertó y

me tocó el brazo. Eso terminó mi experiencia con Ron. Aunque ya no
podía ver ni comunicarme con mi hijo, me sentía tan eufórico, tan en paz.
Más o menos un mes después, pensé: “¿Qué pasa si fue el diablo el

que hizo todo esto?”. Luego me di una bofetada en la cara y dije: "Oye,
estúpido, ¿por qué el diablo haría algo así para alejarte de él?" Satanás
me tuvo en sus manos durante unos cuarenta años. Ahora sé que Dios es
mucho más fuerte que el diablo.
Después de que Ron fuera asesinado, iba a despedir al hombre que lo

mató. Iba a asegurarme de que la vida de ese hombre terminara. Ahora
ya no me siento así. Lo siento por él porque tiene que vivir cada minuto
con el hecho de que asesinó a mi hijo.
¡No pueden creer lo feliz que estoy de que mi hijo esté en el cielo con
su madre! Esta experiencia cambió mi vida. Me abrió los ojos. Me hizo
saber que hay un Dios y hay un cielo y Él nos creó a todos.
CAPÍTULO 23
El amor es para siempre:
Reflexiones sobre los ADC
La muerte no es más que una transición de esta vida a otra

existencia donde ya no hay dolor ni angustia. Todas las
amarguras y desacuerdos se desvanecerán, y lo único que vive
para siempre es el amor.
—Elisabeth Kuebler-Ross, MD
Hay dos aspectos significativos de nuestro duelo

cuando muere un ser querido. Una es nuestra
preocupación por la existencia y el bienestar continuos
de nuestro familiar o amigo fallecido. El otro es nuestra
sensación personal de pérdida y el tremendo dolor
emocional que sentimos como resultado de la ausencia
de un ser querido en nuestra vida diaria.
Quienes están en duelo a menudo hacen muchas
preguntas sobre su ser querido fallecido, entre ellas:
“¿Existe realmente una vida después de la muerte?
¿Todavía existe? ¿Se encuentra ella bien? ¿Es feliz? Ella
todavía me amas y sabes que la extraño? ¿Volveré

a verlo alguna vez?”.
Los relatos de primera mano en este libro ofrecen
respuestas a todas estas preguntas. Una y otra vez,
los ADC confirman que hay una vida después de la
muerte y que nuestros seres queridos fallecidos
continúan existiendo. Los que están en un reino
celestial son sanados, completos y felices en su
nueva vida. A partir de ahí, continúan amándonos y
se preocupan genuinamente por nuestro bienestar,
mientras nos cuidan con compasión y comprensión.
Y podemos confiar en que nuestra separación es
solo temporal, sabiendo que eventualmente nos
reuniremos con ellos cuando hagamos nuestra
propia transición.
Pero tal vez te hayas estado preguntando "¿Qué
pasa con todas esas personas que nunca han tenido
una experiencia ADC con un ser querido fallecido?"
Esta pregunta se planteó a menudo durante nuestros
talleres para padres en duelo. Por ejemplo, una
madre en duelo preguntaría con una mirada
suplicante en sus ojos: "¿Por qué no he sabido nada
de mi hijo?" Un padre afligido nos suplicaba con voz
angustiada: "¿Por qué nuestra hija no se ha puesto
en contacto conmigo?" Preocupaciones similares fueron
expresado por las viudas, los viudos y los hijos en duelo.
¿Significa esto que un hijo, cónyuge, padre u otro ser

querido fallecido no se preocupa lo suficiente por el dolor
y el sufrimiento de su familia como para establecer
contacto después de la muerte? ¿Son estas personas en
duelo de alguna manera menos dignas de tener ADC que
otras que las tienen? ¿Han sido abandonados cuando
más necesitaban consuelo y tranquilidad?
Algunos adultos parecen ser más abiertos y receptivos

a tener experiencias ADC. Tal vez tuvieron uno cuando
eran niños y sus padres creyeron su relato, o tal vez tales
eventos fueron informados libremente y discutidos
abiertamente dentro de su familia a medida que crecían.
En cualquier caso, sus sentidos intuitivos fueron
reconocidos, validados y reforzados, en lugar de ser
descartados. Presumiblemente, es más probable que
estas personas tengan experiencias espirituales similares
a lo largo de su vida y, de hecho, lo hacen con frecuencia.
Durante nuestra investigación, observamos que el dolor

prolongado y profundo y las emociones fuertes como la
amargura, la ira y el miedo a menudo parecen impedir que
las personas tengan ADC. Sin embargo, esto no siempre es
el caso, como han demostrado algunos relatos de este

libro. Tampoco es necesario creer que las comunicaciones
después de la muerte son posibles, ya que muchos
escépticos han informado haber tenido una.
Por lo tanto, ¿por qué casi todas las personas no tienen
experiencias de ADC?
Entendemos que sus seres queridos fallecidos
intentarán comunicarse con usted repetidamente durante
meses o incluso años después de su muerte. Es como si
estuvieran "llamando a la puerta de tu casa" o "tocando
el timbre", pero si no escuchas sus señales, no puedes
responder y permitir que entren en tu vida. Tarde o
temprano, probablemente seguirán adelante y esperarán
reunirse contigo cuando hagas tu transición hacia la luz.
¿Hay algo que pueda hacer ahora para aumentar la

probabilidad de tener una experiencia ADC?
En realidad, ya completó su primer paso al leer este libro
y enterarse de que millones de personas informaron
haber sido contactadas por un ser querido fallecido. Si ha
llegado a la conclusión de que sus experiencias son
genuinas y que los ADC son una parte natural y normal
de la vida, entonces ha abierto su corazón y su mente
para
la posibilidad de que usted también pueda tener uno en

el futuro.
La forma más rápida y fácil de tener una experiencia
de comunicación después de la muerte parece ser pedir
u orar por una señal de que su ser querido fallecido
todavía existe. Se cubrieron ejemplos de esto en el
capítulo sobre ADC simbólicos, mariposas y arcoíris. Si
solicita una señal, es importante ser observador y
paciente porque puede llevarle un tiempo recibirla.
Aunque algunos signos de ADC son obvios y se entienden
claramente, otros son más sutiles. Sobre todo, aprende
a confiar en tu intuición, ya que solo tú puedes identificar
tu signo y encontrarle un significado personal.
Otro método es pedir u orar para que su ser querido

fallecido se comunique con usted mientras duerme
porque es entonces cuando está más relajado, abierto y
receptivo para tener una visita juntos. Puede visualizar
su rostro mientras envía pensamientos amorosos antes
de quedarse dormido. Pero no se desanime si esta
técnica no funciona de inmediato. En cambio, si es
necesario, repítalo con expectativa positiva durante un
período de semanas o meses.
La acción más eficaz que puede tomar es aprender a

meditar. Puedes comprar
libros y cintas de audio simples y fáciles de usar

sobre meditación en su librería local. Para obtener
resultados más rápidos, puede asistir a un curso
corto y económico sobre meditación impartido por
un maestro competente en su área. Asegúrese de
pedir referencias, tal como lo haría con un médico,
un abogado o cualquier otro profesional.
La meditación ofrece muchos beneficios para la
salud. Si está afligido, le permitirá dormir más
tranquilamente, mejorar su apetito y reducir parte
de su depresión y dolor emocional. Además,
suavizará cualquier ira, resentimiento, desesperación
u otros sentimientos fuertes que pueda tener.
También te ayudará a facilitar tu proceso de
curación, especialmente si meditas una o dos
veces al día durante unos veinte minutos.
Meditar a diario es una forma amorosa de
nutrirte a ti mismo. A medida que se sienta más
cómodo con estos ejercicios de relajación profunda,
su enfoque cambiará suavemente del mundo
material exterior a la dimensión espiritual. Ya sea
que esté afligido o no, gradualmente se abrirá y
desarrollará sus sentidos intuitivos. Es probable
que este proceso aumente su capacidad para
tener una experiencia ADC mientras está despierto
o dormido y, posiblemente, con el tiempo, pueda tener una m
estás en este pacífico estado de relajación.

Dado que los ADC no se pueden desear ni forzar a
que ocurran, es simplemente cuestión de permitir que
sucedan entrenándose para ser más sensibles e
intuitivos. Para aquellos que tienen una fe religiosa
fuerte, la oración profunda y la contemplación ofrecen
oportunidades similares para el crecimiento espiritual.
Si siente la presencia de un ser querido fallecido
mientras está despierto, considere la posibilidad de
que él o ella esté tratando de comunicarse con usted
verbalmente. Simplemente siéntese, cierre los ojos,
relaje el cuerpo, respire lenta y profundamente, pida
que le den un mensaje por telepatía y abra su mente
para recibirlo. Recuerde, es posible tener una
conversación bidireccional completa de esta manera.
Esta misma técnica de comunicación se puede

utilizar mientras tenga cualquier otro tipo de
experiencia de ADC despierto, desde un ADC auditivo
hasta uno simbólico. Pero asegúrese de aplicar el
sentido común si recibe alguna información que le
resulte incómoda. uElorientación
hecho de que
que alguien haya
muerto no significa que se haya convertido en un ser
plenamente iluminado y omnisciente.
A través de la meditación, muchas personas

aprenden, generalmente por primera vez, que tienen
una identidad o existencia que es independiente de
su cuerpo físico. Durante meditaciones progresivamente
más profundas, a menudo descubren que son más
que su cuerpo, más que sus sentimientos o emociones
y más que sus pensamientos.
Gradualmente, se dan cuenta de que son un ser
espiritual eterno o conciencia, uno que es mucho más
que su autoconcepto limitado anterior de un ser
humano mortal. Esta nueva conciencia proporciona
una mayor sensación de paz interior y alegría, que
típicamente transforma su vida de privación y
competencia a una de cooperación y abundancia.
A lo largo de la historia, hombres, mujeres y niños

se han preguntado “¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy
aquí? ¿Y adónde voy? Innumerables religiones y
filosofías, tanto antiguas como modernas, han
buscado responder a estas profundas preguntas.
La mayoría de las religiones han enseñado que

una parte vaga e indefinida de nosotros, generalmente
llamada “espíritu” o “alma”, deja nuestro cuerpo al
morir y continúa existiendo en otro ámbito del ser.
Nuestra investigación ADC y la de otros fenómenos similares.
proporcionar evidencia de que cada persona es un ser

espiritual que está usando o habitando temporalmente un
cuerpo físico. Cada uno de nosotros es un espíritu o un
alma que ocupa un cuerpo mientras estamos aquí en la
tierra para funcionar dentro de esta dimensión de la
realidad. Lo que llamamos “muerte” es simplemente el
acto de dejar nuestro cuerpo terrenal de forma permanente.
Esta percepción afirma “Yo no soy un cuerpo que tiene
alma. Soy un alma que tiene un cuerpo.” Así la gente no
muere; sólo mueren los cuerpos físicos.
Podríamos considerar nuestro cuerpo como nuestro
“traje terrestre”. Sin él no podríamos sostener este libro,
contestar un teléfono o interactuar con el mundo físico de
ninguna manera. Atravesaríamos paredes y todos los
demás objetos sólidos y probablemente nadie nos vería
ni escucharía. En resumen, estaríamos en la misma
posición que un ser querido fallecido que está completo
en todos los sentidos pero que ya no tiene un cuerpo
físico.
Nuestro traje terrestre es tan necesario para la vida en

este planeta como lo es un traje espacial para los
astronautas mientras realizan tareas fuera de su nave
espacial muy por encima de la tierra. Desafortunadamente,
muchas personas, habiendo usado su traje terrestre durante toda su
toda la vida, cree “Yo soy mi cuerpo. ¡Sin él ya no

existiré!”
Un cuerpo físico también puede compararse con un
automóvil, ya que ambos son “vehículos” que usamos
para viajar por la vida. Algunos son defectuosos cuando
son nuevos y se descomponen rápidamente, mientras
que otros reciben un cuidado deficiente por parte de sus
propietarios y se deterioran rápidamente o se destruyen
en un accidente. Sin embargo, la mayoría de los
vehículos solo requieren mantenimiento regular y reparaciones men
Naturalmente, todos los automóviles y cuerpos físicos
eventualmente se desgastan y deben desecharse.
Pero cuando esto ocurre, no necesitamos percibir que el
conductor de un automóvil o el portador de un cuerpo
también dejan de existir.
La mayoría de nosotros, aunque ya creamos en la
realidad de la vida después de la muerte, todavía nos
expresamos como si no lo hiciéramos. Por ejemplo,
solemos decir cosas como “Nuestro hijo fue enterrado la
semana pasada” o “La abuela fue incinerada hace tres
días”. Otros pueden decir: "Mi padre murió de una
enfermedad cardíaca" o "Cuando muera, quiero que me
entierren con mi esposo".
Pero si realmente estamos de acuerdo en que cada
uno es un ser espiritual eterno, tales pensamientos y
lenguaje con respecto a la muerte niegan completamente la
hecho de que solo nuestros cuerpos físicos mueren y

solo nuestros cuerpos son enterrados o incinerados.
Como ha dicho Elisabeth Kübler-Ross: “La muerte es
como quitarse un pesado abrigo de invierno en
primavera cuando ya no lo necesitamos… Nuestro
cuerpo físico es solo el caparazón que encierra nuestro yo inmor
Por lo tanto, necesitamos diferenciar entre el ser
espiritual, que es eterno, y su cuerpo, que ha muerto.
Nuestra elección de palabras es muy importante

porque el lenguaje refuerza cómo pensamos y sentimos
sobre un tema. Podríamos afirmar nuestra fe en la
vida después de la muerte y ser más claramente
entendidos por otros si estuviéramos dispuestos a
expresarnos de una manera que sea consistente con
nuestras creencias. Por ejemplo, podríamos decir: "El
cuerpo de nuestro hijo fue enterrado la semana pasada". o
“El cuerpo de la abuela fue incinerado hace tres días”.
Y “El cuerpo de mi padre murió de una enfermedad del corazón”, o
“Después de hacer mi transición, quiero que mi cuerpo
sea enterrado junto al cuerpo de mi esposo”.
Usar nuevas expresiones como estas puede parecer
incómodo al principio, pero reflejarán con mayor precisión
nuestra creencia en una vida después de la muerte.
Tales frases también serían mucho menos confusas para
los niños pequeños que si les dijeran "Mami está en el cielo".
mientras que al mismo tiempo los adultos a su

alrededor lloran y se comportan como si literalmente
la hubieran enterrado en una tumba para toda la eternidad.
Los velatorios, los funerales y los servicios funerarios
y conmemorativos son rituales apropiados para
conmemorar la vida de nuestros seres queridos cuyos
cuerpos han muerto. Estos eventos brindan la
oportunidad de honrar sus logros y compartir nuestros
recuerdos especiales de ellos. Son un lugar y momento
perfectos para celebrar con alegría su transición a
medida que avanzan hacia la luz en su viaje a casa.
Según nuestra investigación de ADC y muchas

otras fuentes, es razonable concluir que cada uno de
nosotros está inscrito en una enorme universidad que
puede llamarse "la escuela de la vida". Ya sea que lo
sepamos o no, cada uno de nosotros es tanto un
estudiante como un maestro. Las clases aquí son
excepcionalmente diversas, pero el plan de estudios
espiritual, que es básicamente el mismo para todos,
está diseñado para enseñarnos a amar a todos
incondicionalmente, incluyéndonos a nosotros mismos.
Cuando alcanzamos un grado suficiente de conciencia
espiritual, automáticamente comenzamos a sentir un
impulso interno para servir a los demás. Las seductoras
metas materialistas de riqueza, poder, fama y
se reemplazan gradualmente con los valores

espirituales del amor, la compasión, el perdón, la
tolerancia, la aceptación, la generosidad y la paz.
Es posible que haya notado que muchas personas
espirituales eligen ingresar a las profesiones de
ayuda, aunque otros pueden expresar su
espiritualidad en ocupaciones más convencionales.
Por ejemplo, muchos experimentadores cercanos a
la muerte sirven como cuidadores profesionales o
voluntarios que trabajan con enfermos terminales y
afligidos. Pero su forma de servicio es secundaria a
su deseo de ayudar a otros a superar el miedo a la
muerte ya disfrutar más plenamente de la vida.
Claramente, no es el tipo de trabajo que elegimos lo
que es importante, sino nuestra actitud y sentimientos
acerca de amarnos y servirnos unos a otros.
Los experimentadores cercanos a la muerte
también enfatizan la importancia de la búsqueda y
aplicación del conocimiento, especialmente el
autoconocimiento y la sabiduría. Desean
intuitivamente aprender más sobre el significado
espiritual de la vida y las leyes naturales que la
gobiernan. Algunas personas que han tenido ADC o
ECM desarrollan interés en una religión específica,
mientras que otras eligen estudiar metafísica.
El denominador común de todos los buscadores

espirituales es que se dan cuenta cada vez más de
que las metas materialistas y las adicciones de su
cultura son como agua salada. Cuanto más beben,
más sedientos tienen, porque más nunca es suficiente.
El eslogan familiar "El que muere con más juguetes
gana" finalmente se ve como una promesa vacía, un
camino que conduce solo al empobrecimiento
espiritual. En cambio, abrazan conscientemente los
ideales de un camino espiritual y beben su agua pura
y fresca, que revitaliza su cuerpo, mente y espíritu y,
en última instancia, los lleva a la paz interior.
Si la vida en la tierra es realmente una gran escuela,

diseñada para enseñarnos los valores espirituales del
amor y el servicio incondicionales, entonces, ¿qué es
la muerte? ¿Por qué algunos niños mueren tan
jóvenes, mientras que otros se hacen adultos y viven
muchos años? Podría ser que algunas almas requieran
solo unos pocos créditos de curso para completar su
educación o servir como maestros para otros, mientras
que la mayoría debe asistir a muchos cursos y dominar
muchas lecciones. Independientemente del tiempo
que alguien haya vivido en la tierra, la muerte podría
percibirse como una “graduación” de la vida física y,
por lo tanto, una ocasión de celebración y alegría en lugar de
un tiempo de tristeza. El siguiente relato de ADC

sugiere que esto puede ser cierto.
Ruthanne, una educadora de salud jubilada en
Maryland, tuvo esta experiencia con su tío:
Antes de morir, mi tío Frederick estaba postrado en cama con enfisema.
Era mi último pariente mayor vivo y éramos muy cercanos.
Un día, él y yo estábamos hablando de su muerte inminente y le dije:

“¿Por qué no sigues adelante y lo dejas ir? Tu esposa, Adelaide, te estará
esperando. Él dijo: “¿En serio? ¿Tú crees?" Dije si. La muerte es como
una graduación de la escuela de la vida.”
Después de su muerte, fui a su misa de funeral. Estaba sentado en el

tercer banco con mis primos. Durante el servicio, me giré para ver cómo
traían el ataúd desde la parte trasera de la iglesia.
A unos diez pies por encima de su ataúd, vi al tío Frederick. ¡Llevaba

una toga de graduación negra con un birrete! Estaba alegre y feliz,
¡simplemente exuberante! Era completo y sólido, con un brillo interior.
Se quitó la gorra y la estaba agitando, diciendo: “¡Tienes razón!

¡Estás bien! ¡Es justo como dijiste!” ¡La personalidad del tío Frederick
estaba radiante! Estaba saltando arriba y abajo, que es algo que habría
hecho en su juventud. Luego dijo: “¿Sabías que todos pueden regresar
para ver su propio funeral? ¡Estoy aquí para decirte que es verdad!”
La tía Adelaide estaba justo al lado del tío Frederick y toda la familia
estaba detrás de ellos. Vi a todas estas personas que reconocí: mis
padres, mis abuelos y otros parientes de ambos lados de la familia.
Estaban en forma sólida, pero principalmente solo vi sus rostros. Era como
una foto de grupo.
Me tapé la cara con las manos porque comencé a reír y

llorar de alegría. Pero todos los demás pensaron que estaba
molesto y llorando. Mis primos decían: "Oh, Ruthanne, está
bien, está bien". Quería decir: "¡Ustedes no saben lo bien que está!"
Pero no pensé que nadie allí lo entendería.
Qué reconfortante sería si todas las personas en

todas partes tuvieran sus "ojos y oídos espirituales"
abiertos y pudieran ver y escuchar a sus familiares
y amigos fallecidos dando la bienvenida a la llegada
de otro miembro de la familia que recientemente hizo
su transición. Cuán diferente podrían considerar la
vida en la tierra, su propósito para estar aquí y la
naturaleza de la muerte si percibieran estos asuntos
desde un punto de vista espiritual.
El relato de Ruthanne y otros en nuestros archivos

indican que nuestros seres queridos fallecidos
pueden optar por asistir a su propio funeral. Algunos
pueden tener curiosidad por ver quién viene, por
saber qué sienten los dolientes y por escuchar lo
que se dice sobre ellos. Por supuesto, esta ocasión
también podría brindarles la oportunidad de consolar
a quienes están de duelo asegurándoles a todos
que continúan existiendo.
Imagine su felicidad y satisfacción si todas las
personas con las que trataron de contactar en su funeral
estaban abiertos y receptivos al concepto de

comunicación después de la muerte. ¿Cómo se
sentirían si sus seres queridos pudieran verlos y
escucharlos y recibir sus mensajes de consuelo y
esperanza? Entonces podrían convencer a todos de
que estaban totalmente curados, completos y felices y
que habían entrado en un hermoso mundo nuevo, un
cielo, que está lleno de amor y alegría. Los dolientes
aprenderían que la muerte es solo una separación
temporal y que se reunirían en el futuro. Como sucedió
con Ruthanne, sus lágrimas de dolor se convertirían
en sonrisas, ya que recibirían una confirmación
personal de que en verdad hay una vida gloriosa
después de la muerte que nos espera a todos.
Algunas personas que han tenido una experiencia

cercana a la muerte prolongada o que han explorado
el más allá durante una serie de viajes fuera del
cuerpo informan que se compone de un número
ilimitado de gradaciones o niveles sutiles. Estos
aparentemente se extienden desde los reinos
celestiales más altos y brillantes, que están llenos de
amor y luz, hacia abajo a través de un rango medio de
niveles más grises y oscuros, hasta los mundos más
bajos, que están virtualmente desprovistos de toda luz, amor y c
Estos reinos pueden considerarse como niveles

de conciencia o niveles de amor. Es decir, el
“paisaje” externo coincide con la conciencia espiritual
o capacidad de amar de los habitantes que lo
habitan. Los que verdaderamente aman a Dios y
buscan servir a los demás viven en los niveles más
altos y luminosos, que están llenos de una belleza
indescriptible, mientras que los que son muy egoístas
y egocéntricos se han condenado, al menos
temporalmente, a las regiones más bajas y oscuras.
Esta es una descripción de un modelo vertical del

más allá espiritual, pero si lo prefiere, también hay
uno horizontal. Considere el cielo en el centro,
rodeado por una serie casi infinita de círculos
concéntricos. A medida que te mueves hacia afuera,
la luz y el amor disminuyen hasta que solo hay
oscuridad exterior.
Algunos experimentadores cercanos a la muerte
informan haber tenido una "revisión de la vida" en
presencia de un Ser de Luz compasivo y que no juzga.
Afirman que toda su vida se repitió en una pantalla
panorámica, hasta el más mínimo detalle, y que
tuvieron que revivir todas sus acciones, todos sus
pensamientos y todos sus sentimientos.
Durante este evento, se dieron cuenta de que su
los logros materiales en la tierra contaban muy poco

en comparación con la forma en que habían tratado a
los demás, porque el amor y la bondad eran las
verdaderas varas para medir el éxito o el fracaso
general de su vida.
También se les mostró que los momentos en que
se acercaron a las personas con genuina preocupación
y compasión fueron los momentos especiales que
“hicieron cantar a los ángeles”. Por el contrario, si
habían sido crueles y habían dañado a otros, ya sea
intencionalmente o no, tenían que experimentar los
resultados de todo el sufrimiento que habían causado.
Esta conciencia les reveló dramáticamente que todos
estamos interconectados e ilustró cómo la negatividad
crea un efecto dominó, que a su vez causa más dolor
a los demás.
Parece probable que cada uno de nosotros, con la

posible excepción de los niños pequeños, tengamos
una revisión de vida cuando entremos en la luz.
Evaluaremos o juzgaremos por nosotros mismos el
grado en que fuimos cariñosos, desagradables o
quizás incluso crueles con los demás. Parece que
nuestros propios pensamientos, sentimientos y
acciones determinarán el nivel de existencia en el que habitarem
Es decir, no seremos ni recompensados ni
castigados después de hacer nuestra transición.

En cambio, finalmente iremos al lugar que
legítimamente nos hemos ganado de acuerdo con
la cantidad de amor, compasión y bondad que
hemos demostrado durante nuestra vida en la tierra.
Como todos tenemos libre albedrío, podemos
optar por permanecer “dormidos” espiritualmente y
ser víctimas que culpan a todos ya todo por
nuestras circunstancias. O podemos “despertar” y
vivir nuestra vida de acuerdo con principios
espirituales. Si hemos aprendido poco o nada en
la tierra, no podemos esperar que nuestra vida en
la dimensión espiritual sea muy diferente.
¿Cómo es el cielo? De acuerdo con algunos

relatos de ECM, ADC fuera del cuerpo y otras
fuentes, no hay palabras adecuadas para describir
la belleza, la alegría, el amor, la armonía, la luz y
la elevada sensación de vitalidad de los reinos
celestiales. Las comunidades incluyen magníficas
ciudades y hermosos paisajes. Las flores, plantas
y árboles tienen colores y una vitalidad más allá de
cualquiera que exista en la tierra. Aguas chispeantes
y refrescantes se encuentran en todas partes, y el
canto de los pájaros, la música entusiasta y las mariposas lle
El aire. Incluso nuestras mascotas fallecidas, a quienes

hemos amado en la tierra, nos estarán esperando.
Si bien los recién llegados pueden descansar todo el
tiempo que deseen después de su transición, el cielo está
lleno de actividad útil. Hay majestuosos edificios de gran
gracia arquitectónica. Hay escuelas de aprendizaje,
bibliotecas, salones de curación, centros espirituales de
todo tipo e infinitamente más. Los habitantes valoran mucho
el conocimiento y se les anima a seguir temas de su propia
elección. Estos cubren prácticamente todos los temas, pero
los favoritos son las artes, la música, la naturaleza, las
ciencias, la medicina y todo tipo de estudios espirituales,
que a su vez intentan transmitir en forma de inspiración a
quienes aún viven en la tierra. .
A medida que las almas evolucionan espiritualmente,

aspiran a avanzar a niveles cada vez más altos de conciencia.
Allí, como aquí, el crecimiento espiritual se logra más
rápidamente sirviendo a los demás. Los residentes, con la
guía experta de maestros y maestros altamente
evolucionados, seleccionan su propia forma de servicio y
reciben una amplia capacitación.
Muchos eligen compasivamente ayudar a las almas que
habitan en los reinos inferiores, incluidos aquellos que

existen en las regiones más bajas y oscuras.
Nadie, independientemente de la crueldad o los
crímenes maliciosos que haya cometido en la tierra, es
olvidado o abandonado jamás. Cuando alguien siente un
remordimiento sincero por haber dañado a otros y
demuestra incluso un atisbo de asistencia y conciencia
ayudar a esa almaespiritual
a avanzarinmediata,disponible
y comenzar hayelaliento
para
arduo
ascenso a los niveles más altos de la vida después de la
muerte. Sin embargo, esa persona debe estar dispuesta
a aceptar la plena responsabilidad personal por todo el
daño, todo el dolor y todo el sufrimiento que ha causado
a los demás, lo que aparentemente es un proceso
extremadamente doloroso emocional, mental y
espiritualmente.
A lo largo de este libro, hemos usado intencionalmente

la palabra “fallecido”, que implica “partido de la vida
física”, en lugar de la palabra “muerto”, que indica finalidad
y fin de la existencia. Si las comunicaciones posteriores a
la muerte son contactos auténticos de familiares y amigos
fallecidos, entonces ciertamente nuestros seres queridos
todavía están "vivos". Más que eso, sus mensajes nos
aseguran una y otra vez que
la vida es continua. ¡Desde esta perspectiva, se puede decir

que todos nosotros estamos viviendo en la eternidad ahora!
La vida física siempre tiene propósito y significado. Está
destinado a ser una experiencia de aprendizaje espiritual,
una oportunidad de cambio, crecimiento personal y
transformación para cada uno de nosotros. Pero nadie puede
presumir saber cuáles podrían ser las lecciones de otra
persona o qué tan exitosamente esa persona puede estar
logrando sus cursos espirituales individuales. La muerte es
simplemente la etapa final de la vida física, cuando hemos
completado nuestra escuela terrenal, nos hemos desprendido
de nuestro cuerpo y nos hemos graduado.
La seguridad de una vida después de la muerte que brindan
las ADC, las ECM y las OBE puede inspirarnos a superar
nuestro miedo a la muerte para que podamos ser libres para
abrazar la vida de manera espontánea y alegre.
Al leer este libro, sin duda habrá notado que las
experiencias de comunicación
mucho más queque
despuésconsuelo
de la muerte
afligidos
para los
ofrecen
y
evidencia de vida después de la muerte. También contienen
muchas enseñanzas sobre cómo vivir nuestra vida de una
manera más satisfactoria y plena. Esto se debe a que su
mensaje esencial es sobre la importancia del amor,
especialmente el amor espiritual. Esto era
resumido perfectamente en un ADC que una mujer

canadiense tuvo con su padre fallecido, quien había sido
un hombre muy exitoso, rico y poderoso antes de que
su cuerpo muriera de cáncer a los 49 años.
Él le dijo claramente: “No es lo que tienes, sino lo que
haces con tu vida. Lo único que importa es el amor”.
En nuestra compleja sociedad moderna, puede

parecer muy difícil amar a todos “incondicionalmente”.
Pero ciertamente podemos practicar el ser más amables
y gentiles unos con otros.
Expresar bondad amorosa y perdón hacia todas las
personas con las que nos encontramos definitivamente
mejorará nuestra vida y contribuirá a que el mundo se
convierta en un lugar más pacífico.
La creencia generalizada en la realidad de los ADC
tiene el potencial de cambiar el mundo. ¿Qué pasaría si
todos supieran que todos somos seres espirituales
eternos que solo usamos un cuerpo físico temporalmente
mientras asistimos a una escuela para nuestra iluminación
espiritual? ¿Cómo podría esta percepción, si se reconoce
universalmente, afectar la forma en que nos consideramos
a nosotros mismos, a los demás y a la vida en general?
Tal conciencia global podría mejorar nuestra comprensión
y aceptación mutua, sabiendo que todos somos
participantes iguales.
en el mismo camino espiritual sagrado.

Seguramente, entonces trataríamos a todos y al
planeta Tierra con mucho mayor respeto y reverencia.
El capítulo 1 contiene una experiencia de ADC

que Maggie tuvo con su hija de 15 años, Joy.
Parece apropiado que el relato final de este libro
sea del padre de Joy, Lee, que es ingeniero en
Illinois:
Había pasado más de un año y todavía estaba luchando con la
muerte de mi hija. Había tocado fondo por completo. Entonces, poco
después de Navidad, le pedí a Maggie que comenzara a orar conmigo
para recibir una señal de que Joy todavía existía.
El día de San Valentín, decidimos pasar por la casa parroquial para
una fiesta de despedida del párroco, el Padre Pat, que se iba. Había
encontrado todas las fotografías que se habían tomado durante su
mandato y las había puesto sobre una mesa.
Estaba mirando las fotos y casualmente tomé una pequeña imagen
en color de 3" × 5" que era realmente artística. Era una doble exposición
que luego supe que había hecho un fotógrafo profesional.
El efecto de doble exposición mostró una imagen tomada desde la

parte trasera de la iglesia, con la congregación de pie y frente al altar.
Completamente superpuesta a esta imagen había otra imagen de una
gran estatua de Cristo, mirando hacia la parte trasera de la iglesia con
los brazos abiertos y las palmas de las manos mirando hacia adelante.
Parecía estar bendiciendo a toda la congregación.
Una pequeña niña rubia estaba girada ligeramente hacia un lado y
parecía estar en la palma de la mano derecha de Cristo, mirando hacia
Su rostro. De repente, me di cuenta de que era mi hija, ¡Joy!
No podía creerlo al principio, y comencé a tener piel de

gallina por todas partes. Le pregunté al padre Pat si podíamos
tener esta foto y me dijo: “Ciertamente”.
¡Esta era mi señal! Este fue el impulso que necesitaba para
creer que hay un Dios amoroso. Hizo que mi fe volviera de cero
a más fuerte que nunca.
Maggie y Lee nos enviaron una copia de 8" × 10" de

esta fotografía y ha sido una inspiración continua para
nuestro trabajo. Gracias Joy, Maggie y Lee. Y gracias,
Elisabeth Kübler-Ross, por las amorosas formas en que
ha enriquecido la vida de tantos de nosotros.
Durante los siete años que llevamos a cabo nuestra

investigación y escribimos este libro, nos convencimos
de que el amor espiritual trasciende todas las barreras
del tiempo y el espacio, incluida la muerte. Creemos
que las experiencias de comunicación después de la
muerte demuestran de manera concluyente que estos
lazos de amor nunca se rompen porque la vida y el
amor son eternos.
EPÍLOGO
Alegría:
Una promesa
Cuando la tierra reclame tus miembros,

entonces realmente bailarás.
—Kahlil Gibran
Si has leído este libro con la mente del corazón,

reconoces la verdad de la vasta realidad espiritual
que existe más allá de este mundo físico. Las
cuentas le habrán parecido familiares, como si las
hubiera conocido antes. Sirven como una ventana a
una dimensión maravillosa e ilimitada que es su
hogar eterno. Desde allí viajaron a la escuela de la
vida en la tierra y allí regresarán después de
completar sus lecciones.
Cuando tus ojos y oídos espirituales estén

abiertos, podrás contemplar la belleza infinita que te espera.
y escuchar la música celestial que nutre tu

alma. Estos momentos trascendentes de gracia
te recordarán tu identidad, en caso de que te
olvides y te ciegue el glamour y te ensordezca
el estruendo del mundo material.
No hay muerte del ser espiritual que realmente
eres, solo un cambio, una transformación, a
medida que liberas tu cuerpo físico. Como una
mariposa inmortal que emerge de su capullo,
serás libre de volar tan alto como tus alas, tu
conciencia, te lo permitan. Al regresar a casa,
celebraréis reencuentros con vuestros seres
queridos que os precedieron, y conoceréis el
significado de la alegría.
el mayor poder
en el universo está el amor.
Ahora te toca a
ti… ¡queremos saber de ti!
Este es el primero de una serie de libros que

planeamos escribir después
sobre lasde
comunicaciones
la muerte. Si ha
tenido un ADC y está dispuesto a compartirlo,
envíenos su cuenta por correo. Su experiencia
con ADC será útil para muchas otras personas.
Escriba su(s) experiencia(s) en detalle en inglés

e incluya su nombre, dirección y número de
teléfono de su casa. Además, indíquenos el mejor
horario para que le llamemos. Seleccionaremos
las cuentas ADC que consideremos más
adecuadas para nuestros libros. Si elegimos el
tuyo, te entrevistaremos por teléfono si vives en
Estados Unidos o Canadá.
Queremos recibir más ADC como, o diferentes,
a los de este libro, especialmente los tipos de
cuentas que se describen a continuación:
• Niños menores de 18 años que han tenido un ADC

• Adultos que tuvieron un ADC cuando eran menores de 18 años

antiguo
• Cuentas de ADC que ocurrieron durante la oración o

meditación
• ADC que incluyen a Jesús, María, ángeles y otros

seres
• Cuentas del clero: ministros, rabinos, sacerdotes, monjas,

etc.
• Relatos de ADC de personas criadas en otras culturas o que practican

diferentes tradiciones espirituales y creencias religiosas
• ADC que tuvieron lugar durante una guerra, particularmente en un combate

zona
• Cuentas de ADCs que incluyen física y/o espiritual

cicatrización
• ADC que ocurrieron durante la transición de un ser querido o paciente:

como ver a familiares o amigos fallecidos, figuras espirituales o luces de
colores que vinieron a recibir y asistir al moribundo; sentir o ver el alma
de la persona dejando su cuerpo; escoltar al que ha muerto a la luz; etc.
El anonimato de todos estará protegido en todo

momento.
Judy y Bill Guggenheim

PO Box 916070
Longwood, Florida 32791, EE. UU.
Recursos
Aquellos de nosotros que hemos superado nuestro

dolor, y descubrimos que hay un futuro, somos los
que debemos encontrarnos con otros en el valle de
la oscuridad y llevarlos a la luz.
-Rvdo. Simon E. Stephens
Fundador de Los Amigos Compasivos
Asociación Estadounidense de Suicidología 4201

Connecticut Avenue, NW, Suite 310, Washington, DC
20008; (202) 237-2280 Recursos para la prevención del
suicidio y los sobrevivientes del suicidio (SOS); directorio de capítulos locales de
SOS Newsletter; referencias a los capítulos locales de SOS; conferencias
Fundación Americana del Suicidio

120 Wall Street, piso 22, Nueva York, Nueva York 10005; (800) 531-4477
Recursos para la prevención del suicidio y los sobrevivientes del suicidio

(LLAMADA DE SOCORRO)
Boletin informativo; referencias a los capítulos locales de SOS; conferencias
Asociación para la Educación y Consejería sobre la Muerte (ADEC)

638 Prospect Avenue, Hartford, Connecticut 06105; (860)

586-7503
Asociación profesional de educadores de muerte, cuidadores, consejeros,
enfermeras, investigadores, clérigos, directores de funerarias, terapeutas
y voluntarios
Boletin informativo; capítulos locales; programas de certificación;
conferencias
Padres afligidos de los EE. UU.

PO Box 95, Park Forest, Illinois 60466-0095; (708)
748-7672 Una organización de autoayuda para padres,
hermanos y abuelos que han experimentado la muerte de un niño en sus
boletines familiares; capítulos locales; conferencias; libros; cintas
Duelo: una revista de esperanza y sanación

Publicación de duelo, 8133 Telegraph Drive, Colorado
Manantiales, Colorado 80920; (719) 282-1948; publicado seis veces al año
Centro de Curación Actitudinal

33 Buchanan Drive, Sausalito, California 94965; (415)
331-6161
Servicios de apoyo para niños y adultos que tienen una enfermedad que
amenaza la vida y para familias en duelo; Talleres de trabajo; sesiones de
entrenamiento
Boletin informativo; referencias a más de 100 centros independientes en
todo el mundo
Corporación de centrado
1531 N. Saddle Creek Road, Omaha, Nebraska 68104;
(402) 553-1200; Boletin informativo; catálogo de libros para los dolientes
Los Amigos Compasivos (TCF)

PO Box 3696, Oak Brook, Illinois 60522-3696; (630)
990-0010 Una organización mundial que ofrece amistad,
comprensión y apoyo a padres, hermanos y abuelos
duelo Boletines
en informativos;
más de 600 capítulos locales en los Estados Unidos; conferencias
nacionales y regionales; libros; cintas
Los Amigos Compasivos de Canadá

685 William Avenue, Winnipeg, Manitoba, Canadá R3E 0Z2; (204)
787-4896; una organización mundial que ofrece amistad, comprensión y
apoyo a padres, hermanos y abuelos en duelo; boletines; más de 100
capítulos locales y contactos telefónicos; conferencias; libros; cintas
Asociación Internacional para Estudios Cercanos a la Muerte (IANDS)

PO Box 502, East Windsor Hill, Connecticut 06028-0502; (860)
528-5144 Para investigación y comprensión de la experiencia cercana
a la muerte (NDE)
Boletin informativo; revista profesional; grupos de apoyo locales;

conferencias
Madres contra la Conducción Ebria (MADD)

511 E. John Carpenter Freeway, #700, Irving, Texas 75062; (800) GET-
MADD Para dejar de conducir ebrio y apoyar a las víctimas de este
crimen violento
Boletín y revista; unos 500 capítulos locales; grupos de apoyo a las

víctimas para los dolientes; Programas de entrenamiento; conferencias
La Fundación del Proyecto NAMES

310 Townsend Street, Suite 310, San Francisco, California 94107;
(415) 882-5500
Un grupo de apoyo para el SIDA que patrocina "The Quilt"; capítulos
locales y afiliados internacionales; catalogar; Boletin informativo;
patrocinador de eventos conmemorativos locales y nacionales
Organización Nacional de Hospicio (NHO)

1901 North Moore Street, Suite 901, Arlington,
virginia 22209; (800) 658-8898
Referencias a 2,600 hospicios que ofrecen programas, servicios,
grupos de apoyo y asesoramiento individual y familiar para enfermos
terminales y afligidos; asociaciones profesionales; boletines; conferencias
Padres de Niños Asesinados (POMC)

100 East 8th Street, B-41, Cincinnati, Ohio 45202; (513)
721-5683
La organización de autoayuda más grande del mundo para padres,
familias, amigos y otras víctimas de homicidio.
boletines; más de 400 capítulos locales y personas de contacto en los
Estados Unidos y en el extranjero; conferencias
Pen-Parents
PO Box 8738, Reno, Nevada 89507-8738; (702) 322-4773 Una red de
apoyo internacional para padres en duelo que desean comunicarse
entre ellos por correo Boletín informativo
La conexión del arcoíris

477 Hannah Branch Road, Burnsville, Carolina del Norte 28714 (704)
675-5909;
Catálogo de libros y otros materiales para los dolientes
SHARE Pregnancy and Infant Loss Support National

SHARE Office, St. Joseph Health Center, 300 First Capitol Drive, St.
Charles, Missouri 63301; (800) 821-6819 Para familias en duelo por aborto
espontáneo, muerte fetal o muerte neonatal Boletines informativos; más de
100 capítulos locales; referencias; conferencias
Compartir y sanar
Al & Linda Vigil, 11335-162 Affinity Court, San Diego,
California 92131; (619) 271-6889
Boletín para los sobrevivientes del suicidio
Alianza SIDS
1314 Bedford Avenue, Suite 210, Baltimore, Maryland 21208;
(800) 221-SIDS
Apoyo a familias que han sufrido el síndrome de muerte súbita del lactante
Boletin informativo; más de 50 capítulos locales; conferencias
Centro de Información y Educación sobre el Suicidio (SIEC)

Suite 201, 1615 – 10th Avenue SW, Calgary, Alberta T3C 0J7
Canadá; (403) 245-3900 Recursos para la prevención del suicidio y
los sobrevivientes del suicidio Newsletter; referencias a servicios locales de
suicidio; biblioteca de recursos
Servicio de Personas Viudas (WPS)

AARP, 601 E Street, NW, Washington, DC 20049; (202)
434-2260 Un programa de la Asociación Estadounidense
de Jubilados para viudas y viudos de todas las edades Boletín; más
de 250 programas locales; conferencias
Muchos hospicios, iglesias, hospitales,

funerarias y otras organizaciones independientes
patrocinan grupos de apoyo para los dolientes
de su comunidad local. Por favor llámelos para
más información, horarios y referencias.
Únase a nosotros en Internet
Los autores de ¡Hola desde el cielo! fundó The ADC Project

en 1988. Sirve como un foro para compartir información e
investigación sobre comunicaciones después de la muerte y
temas espirituales relacionados.
El Proyecto ADC tiene un sitio en Internet. Le invitamos a

visitar su página de inicio en la World Wide Web en:
http://www.después-de-la-muerte.com
Las características incluyen:
• Últimas noticias sobre el campo de la comunicación después de la

muerte • Listas de grupos de apoyo y organizaciones para el duelo, el
crecimiento personal y el desarrollo espiritual • Informes nuevos,
inéditos y de primera mano de ADC y otros
tipos de experiencias espirituales •
Grupos de discusión interactivos y oportunidades de trabajo en red •
Artículos sobre ADC y temas similares • Calendario de próximas
conferencias, talleres y
conferencias, incluidos los compromisos de hablar de los autores
• Libros, revistas, películas, programas de televisión, cintas, etc. sugeridos.
• Bibliografía de ADC reales y ficticios •

Humor, citas y encuestas • Y mucho más…
Otras formas de contactar a The ADC Project son:
Fax: (407) 774-1260
Dirección de correo electrónico

de Internet: adc-project@after-death.com
Dirección postal: The

ADC Project PO Box
916070 Longwood,
Florida 32791, EE. UU.
Este libro está dedicado a usted

por su voluntad de explorar la
posibilidad de que la vida y el amor sean eternos.
y para
nuestro especial amigo y maestro,

Elisabeth Kübler-Ross
Expresiones de gratitud
¡Hola desde el cielo! es el resultado del amor, el

compromiso y el apoyo de varios miles de
personas. El éxito de nuestra investigación y la
existencia de este libro se deben a su dedicación
al Proyecto ADC.
El mayor crédito pertenece a los 2000 hombres,
mujeres y niños que compartieron sus experiencias
íntimas, y a menudo sagradas, con nosotros. Su
coraje, su confianza y su creencia en la importancia
de las comunicaciones después de la muerte
iluminan las páginas de este libro.
Estamos profundamente agradecidos con el
reverendo Simon Stephens, Iris y Joe Lawley,
Paula y Arnold Shamres, Therese Goodrich, Diana
Cunningham y cientos de miembros estadounidenses
y canadienses de The Compassionate Friends por
todo lo que nos enseñaron sobre el amor
incondicional y su poder para sanar. familias en
duelo.
También agradecemos a las muchas personas
y organizaciones que nos animaron durante nuestra
siete años de investigación y escritura, incluyendo

Molly Folken, Dick Gilbert, Sally Kopke, Jim
Monahan, Kathleen Moore, Shirley Scott, Darcie
Sims, Edie Stark y Ben Wolfe, Asociación para
Educación y Consejería sobre la Muerte; henry caña,
Douglas Richards y Mark Thurston, SON;
Andrea Gambill, Duelo; rosalinda
McKnight, Instituto de Vida Creativa; Filis
Atwater, Nancy Evans Bush, Maggie Callanan,
Valerie y Marty Chandler, Diane Corcoran,
Mally Cox-Chapman, Ned Dougherty, Elane
DurhamArvin GibsonBruce GreysonBruce
Horacek, Bonnie Lindstrom, Raymond Moody,
Melvin Morse, Peggy Adams Raso, Leon Rhodes,
Ken Ring, Kimberly Clark Sharp, Jayne Smith y
Harold Widdison, IANDS; Shirley Enebrad,
KOMO-TV; Sheryle Baker, El Centro de Vida; Anne
y Herb Puryear, Centro Logos; janet
Dunnican y Janice Lord, Madres contra
Conducir ebrio; Organización Nacional de Hospicio;
Charlotte y Bob Hullinger y Nancy Ruhe,
Padres de Niños Asesinados; rollo de facturas, PSI;
Linda y Al Vigil, Compartir y sanar;
Beverly Ford, Librería Círculo Espiral; Elizabeth y
Paul Fenske y Ken Hurst, SFFI; y ana
Studner, Servicio de Personas Viudas, un programa de

la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas.
Nuestro más sincero agradecimiento a los periodistas
que escribieron artículos destacados sobre nuestra
investigación para sus periódicos: Elaine Jarvik, Deseret
News; Elizabeth Rhodes, The Seattle Times; y Harry
Wessel, The Orlando Sentinel. Y a las docenas de
personas que les contaron a sus familiares, amigos y
grupos de apoyo sobre este trabajo, ya que fueron
nuestra mejor fuente para entrevistas adicionales.
Nuestro agradecimiento se extiende a nuestros

entrevistadores: Donna Bishop, Roberta Carson, Gean
Peterson, Diane Silkey y Christina Strickland; ya
nuestra primera transcriptora, Connie Johnson.
También a nuestro ángel especial, Carole Newman,
por su devoción como entrevistadora, transcriptora,
editora y colaboradora incansable de The ADC Project.
Y a nuestro hijo, Will, por su asistencia experta en
computación.
Agradecemos calurosamente a los primeros lectores
de nuestro manuscrito por sus muchas ideas
perspicaces: John Audette, Kathy y Jap Becker, Kay y
Dick Boza, Kay y Virgil Bryant, Jerry Calder, Debra
Davis, David Engle, Paul Fransella, Renate y Jerry
Glenn, Lily Kang, Sharon y
Gary Kramer, Torie Lane, Wayne Loder, Ralph

Losey, Pat Maddox, Mineda McCleave, Kathleen
Moore, Robin Moore, Brian Perks, Tom Saunders,
Shirley Scott, Michael Smith, Steve Spector y
Merton Stromen. Y apreciamos todas las mejoras
realizadas por nuestros excelentes editores, Donna
French y Donald Pharr.
Toni Burbank e Irwyn Applebaum, nuestro editor

y editor en Bantam Books, merecen el crédito por
poner este libro en sus manos lo antes posible. Su
visión y fe, junto con el compromiso y la creatividad
de muchas otras personas en Bantam, superaron
todas nuestras esperanzas y expectativas. Y
felicitaciones a Gail Ross, nuestra entusiasta
agente literaria y abogada, que nos enseñó tanto
y nos aconsejó con tanta prudencia.
Estamos especialmente agradecidos por el amor
y el apoyo emocional de los miembros de nuestra
familia: Stephanie Guggenheim y Dennis Neal;
nuestros dos hijos menores, Chris y Jon; y las dos
hijas de Bill, Maire y Jaenet. Como un proyecto
anticipado de dos años se extendía más allá de
siete años, hicieron repetidos sacrificios en nombre
de este libro.
bill y judy
Fuentes de citas
La gaviota ve más lejos quien vuela más alto.

—Richard Bach
Agradecemos a los siguientes autores y editores por el

material que citamos a lo largo de este libro:
Bach, Ricardo. Gaviota de Jonathan Livingston. Nueva York:

Macmillan, 1970.
Bethards, Betty. There Is No Death, edición revisada. Novato,
California: Fundación Luz Interior, 1985.
Cicerón, Marco Tulio. Sobre Adivinación. Traducido por Hubert M.
Poteat. Chicago : Prensa de la Universidad de Chicago , 1950 .
Egan, Eileen y Egan, Kathleen, OSB Bendita seas: la Madre Teresa
y las Bienaventuranzas. Contiene las citas de la Madre Teresa.
Ann Arbor, Michigan: Publicaciones de Servant, 1992.
Elliot, William. Atar rocas a nubes: encuentros y conversaciones con

personas sabias y espirituales. Contiene las citas del rabino
Harold Kushner y Swami Satchidananda. Wheaton, Illinois:
Quest Books, 1995.
Gibran, Kahlil. El profeta. Nueva York: Alfred A. Knopf,
1923.
Graham, Billy. Esperanza para el corazón atribulado. Dallas: publicación

de palabras, 1991.
Grebas, Helena. Testimonio de Luz. Suffolk, Gran Bretaña: Neville
Spearman, 1969.
Jung, CG Memories, Dreams, Reflections, edición final revisada. Nueva
York: Pantheon Books, 1973.
Kübler-Ross, Elisabeth. Sobre la vida después de la muerte. Contiene
sus dos citas. Berkeley, California: Artes celestiales, 1991.
Vida, muerte y transición. Una cinta de audio de una conferencia que
dio en California, que contiene el relato de su experiencia con su
paciente fallecido. julio de 1976.
Levin, Stephen. ¿Quién muere? Una investigación sobre la vida
consciente y la muerte consciente. Nueva York: Anchor Books–
Doubleday, 1982.
Marshall, Catalina. El ayudante. Grand Rapids, Míchigan: Fleming H.
Revell, 1978.
Paulo, Trina. Esperanza para las Flores. Nueva York: Paulist Press,
1972.
Peale, Norman Vincent. “El Glorioso Mensaje de Pascua”.
Plus – La Revista del Pensamiento Positivo. Pawling, Nueva York:
Centro Peale para la Vida Cristiana. marzo de 1994.
Puryear, Ana. ¡Esteban vive! Su vida, el suicidio y el más allá.
Contiene la cita de su hijo, Stephen Christopher. Nueva York:
Pocket Books, 1996.
Robinson, Jonathan. Puentes al cielo: cómo los buscadores conocidos
definen y profundizan su conexión con Dios.
Contiene la cita del Dr. Wayne W. Dyer. Walpole, New Hampshire:
Stillpoint Publishing, 1994.
Russell, Robert A. Seca esas lágrimas. marina del rey,
California: DeVorss & Company, 1951.
Simpson, Citas contemporáneas de James B. Simpson.
Contiene la cita de Helen Keller. Boston: Houghton
gramo
Mifflin, 1988.
Taylor, Susan L. En el Espíritu. Nueva York: Amistad Press,
1993.
Weatherhead, Leslie D. La vida comienza con la muerte. Birmingham,
Gran Bretaña: Consejo Nacional de Educación Cristiana, 1969.
Águila Blanca. Luz de la mañana: en el camino espiritual.

Hampshire, Inglaterra: The White Eagle Publishing Trust, 1957.
Woodson, Mega. Si muero a los treinta. Grand Rapids, Michigan:

Zondervan Corporation, 1975.
Yogananda, Paramahansa. Donde hay luz: conocimiento e inspiración
para enfrentar los desafíos de la vida. Los Ángeles: Self Realization
Fellowship, 1988.
Sobre los autores
Bill Guggenheim y Judy Guggenheim han estado

realizando investigaciones intensivas
comunicación
sobredespués
la muertede
(ADC, por sus siglas en inglés) desde 1988. Bill es
miembro de la Junta de Asesores de la Asociación
Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte. Es
miembro de la Asociación para la Educación y el
Asesoramiento sobre la Muerte y de varias otras
organizaciones que atienden las necesidades de los
enfermos terminales y los afligidos.
Judy Guggenheim también es miembro de la
Asociación para la Educación y el Asesoramiento sobre
la Muerte. Ella y Bill han presentado talleres y sesiones
de intercambio en conferencias nacionales y regionales
de The Compassionate Friends, Mothers Against Drunk
Driving, Association for Death Education and Counseling,
In Loving Memory, the
International Association for Near-Death Studies,

Bereaved Parents of the USA, Parents of Murdered
Children, otros grupos de apoyo para personas en
duelo, hospicios, iglesias y una amplia variedad de
instituciones similares que se dedican al crecimiento
personal y espiritual.
Judy y Bill y su investigación ADC han aparecido
en programas de radio y televisión y en numerosos
artículos de periódicos y revistas en los Estados
Unidos y Canadá. Han establecido un nuevo campo
de investigación, y este es su primer libro.
Bill y Judy tienen tres hijos y estuvieron casados

durante diecisiete años antes de divorciarse hace
más de doce años. Viven vidas personales separadas
en el centro de Florida y continúan trabajando juntos
para The ADC Project.
Judy y Bill están disponibles para presentar
conferencias y talleres sobre su investigación en
curso sobre la comunicación después de la muerte.
Para compromisos de oradores, envíelos por fax al:
(407) 774-1260.

¡Hola Desde El Cielo! (Español) - Bill Guggenheim

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¡Alabanza por Hola desde el cielo!

“¡Hola desde el cielo! es una exploración original de la comunicación

“¡Tengo el privilegio y el honor de poder recomendar Hello From

“¡Hola desde el cielo! es un libro raro y maravilloso que brindará

“¡Hola desde el cielo! es un libro maravilloso y edificante que traerá

—BRIAN L. WEISS, MD, PSIQUIATRA Y AUTOR DE MUCHAS VIDAS, MUCHOS

“¡Hola desde el cielo! es una discusión amorosa de las comunicaciones

—MELVIN MORSE, MD, PEDIATRA Y AUTOR DE CLOSER TO THE LIGHT

“Nosotros, en Mothers Against Drunk Driving, escuchamos muchas experiencias como

—JANICE H. LORD, ACSW, DIRECTORA NACIONAL DE SERVICIOS A LAS VÍCTIMAS ,

—MAGGIE CALLANAN, RN, ENFERMERA DE HOSPICE Y COAUTORA DE FINALES

—BRUCE GREYSON, MD, PROFESOR DE MEDICINA PSIQUIÁTRICA

—CHARLOTTE Y ROBERT HULLINGER, FUNDADORES DE PADRES DE

“¡Hola desde el cielo! es un retrato muy emocionante y bien investigado de lo que le

—PADRE JOSEPH GIRZONE, SACERDOTE CATÓLICO ROMANO Y AUTOR DE

“¡Hola desde el cielo! ofrece un poderoso mensaje de esperanza. Como padre

—BRUCE J. HORACEK, PH.D., PRESIDENTE DE LA INTERNACIONAL

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“¡Hola desde el cielo! ofrece evidencia revolucionaria de que la muerte no

—MITCHELL B. LIESTER, MD, PSIQUIATRA

“Los mensajes en Hello From Heaven! nos confirman a muchos las

Esta edición contiene el texto completo de la edición

¡HOLA DESDE EL CIELO!

HISTORIA DE LAS EDICIONES

Reservados todos los derechos.

Para más información dirigirse a: Bantam Books

Publicado simultáneamente en los Estados Unidos y Canadá

Bantam Books es una publicación de Bantam Books, una división de Random

palabras "Bantam Books" y la representación de un gallo, es

Pagina del titulo

Paz: una invitación

14. Mariposas y arcoíris: ADC simbólicos 15. Excepciones

a la regla: ADC “temerosos” y otros 16. El tiempo lo es todo: ADC

antes de las noticias 17. Espere lo inesperado: ADC años después

19. Entrega especial: ADC para protección 20.

Saving Grace: ADC para intervención suicida 21.

22. Un collar de perlas: lo mejor de lo mejor ADC

23. El amor es para siempre: Reflexiones sobre los ADC

“¿Cómo se convierte uno en mariposa?” preguntó pensativamente.

¿Hay vida después de la muerte? ¿Entramos en

nueva certeza de que tú y todos los que amas

Si está dispuesto a leer este libro con una mente

Cuando muere una oruga,

La muerte es simplemente un desprendimiento del cuerpo físico

Como una oruga que dormía en su capullo, estuve a

—¡Bill, ven aquí! Elisabeth Kübler-Ross estará en

Creo que he oído su nombre. ¿Quién es ella?

“Ella es la famosa doctora europea que trabaja con

Esta respuesta no me emocionó. ¿Por qué querría

Judy volvió a llamar: “Vamos, Bill. El espectáculo

Me enteré de que la Dra. Elisabeth Kübler-Ross es

ayudando a millones de estadounidenses a superar su

Judy creía que tenía algunos problemas sin resolver

lo negué en ese momento, una parte de mí se dio cuenta

Elisabeth contestó el teléfono y reconocí su voz de

Sintiendo una mezcla de curiosidad y aprensión,

El taller era realmente sobre la vida y el vivir, no sobre la

Maggie nos dijo que había tenido un sueño después de

Esto fue justo después de Navidad, unos trece meses

noche en particular, lloré hasta quedarme dormido.