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Percepción urbana: definición y factores

Hace algunos años, me enseñaron a percibir el espacio sin necesidad de mirar, al


vendarnos los ojos teníamos que recorrer la ruta desde la facultad hasta la biblioteca
central de la universidad; entonces el arquitecto preguntó –¿Qué es lo que ven?–
mientras nos quejábamos de los tropezones y golpes en el recorrido respondimos –
¿Cómo es posible ver algo si tenemos los ojos vendados?– y él respondió –todos
tenemos un mapa mental sensorial de los lugares que hemos recorrido y este puede
variar de acuerdo a nuestras experiencias pasadas. La percepción urbana es esta
reacción subjetiva hacia los elementos formales, espaciales y funcionales de la ciudad,
por lo que es importante entender los factores que intervienen en su entendimiento e
interpretación, para determinar los problemas del diseño urbano y las sensaciones que
estas ocasionan en las personas. A continuación, se dará a conocer las diferentes
definiciones y factores que intervienen en la percepción urbana.

La percepción urbana se define desde diferentes perspectivas. Para Careri (2002)


nace al delimitar y representar el espacio urbano creando mapas influénciales que
recolectan las sensaciones y experiencias ocurridas durante la exploración urbana.
Mediante estos mapas se podrá observar el valor de identidad y apego del morador
hacia un determinado lugar de la trama urbana. Por otro lado, según Lynch (1998) la
percepción urbana generalmente “no es continua sino, más bien, parcial, fragmentaria,
mezclada con otras preocupaciones” (p. 10). Es decir, la apreciación de la ciudad es
variable respecto al tiempo y a la perspectiva de cada persona pues cambia
continuamente durante los años de acuerdo a necesidades y es calificada desde
diferentes puntos de vista.

La percepción urbana está conformada por factores externos e internos que modifican
nuestra forma de entender la ciudad. El primero, referido a aquellos elementos del
diseño urbano como: la luz, el color, la textura, los elementos compositivos, entre
otros; que nos provocan sensaciones inmediatas después de observar, sentir, oler o
escuchar; donde vemos al “cuerpo como el lugar de la percepción” (Pallasma, 2006, p.
9). El segundo, definido por las circunstancias personales que intervienen en nuestra
forma de interpretar la ciudad, como las experiencias, motivaciones, recuerdos y el
dinamismo social. De esta forma, una ciudad sin presencia humana que fortalezca su
valor necesitará transformar y potenciar su imagen urbana para evitar “espacios
muertos”.

En síntesis, la percepción urbana se define desde diferentes perspectivas; además,


está conformada por factores externos e internos que modifican nuestra forma de
entender la ciudad. Por lo tanto, cada lugar tiene una historia que contar y nosotros
somos participes de esta historia; así como la luz es el alma de un espacio las
personas son el alma de la ciudad; entonces ¿Nosotros habitamos la ciudad o la
ciudad nos habita a nosotros? (Pallasma, 2006)

Referencias bibliográficas
Careri, F. (2002). Walkscapes: el andar como práctica estética. Gustavo Gili.
Lynch, K. (1998). La imagen de la ciudad. Gustavo Gili.
Pallasmaa, J. (2006). Los ojos de la piel: la arquitectura y los sentidos. Gustavo Gili.

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