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Introducción
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URBANISTICA II. FAU UNT
Bajo este pensamiento, la ciudad se puede entender como un sistema socio- territorial complejo1
que permite distintas alternativas de encuentro, relación, conflicto y aislamiento entre un grupo
muy amplio y diverso de personas, instituciones y empresas, a lo largo del tiempo. Como sostiene
Sassen (1999), la ciudad es un sistema incompleto y complejo y esas características les han
permitido permanecer y evolucionar en el tiempo.
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Un sistema complejo constituye una “una totalidad organizada (de ahí la denominación de sistema), en la
cual los elementos no son separables y, por tanto, no pueden ser estudiados aisladamente” (García, R.,
2006: 21).
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Designaba a los manuscritos antiguos que conservaban las huellas de escrituras anteriores que habían sido
borradas artificialmente y que conservaban las huellas de antiguas escrituras que nunca pudieron borrarse
del todo.
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En otro sentido desde el enfoque de la antropología, Delgado (1999) realiza la distinción entre la
ciudad y lo urbano. El autor plantea que “lo urbano” transciende lo físico (la ciudad está
localizada y fija en un lugar) en tanto la cualidad de “urbano” está constituido por relaciones
capaces de avanzar sobre otras áreas (alejadas de la ciudad) a partir de la movilidad espacial e
informacional. En palabras del autor:
Está claro, en este orden de cosas, que la ciudad no es lo mismo que lo urbano. Si la ciudad
es un gran asentamiento de construcciones estables, habitado por una población
numerosa y densa, la urbanidad es un tipo de sociedad que puede darse en la ciudad… o
no. Lo urbano tiene lugar en otros muchos contextos que trascienden los límites de la
ciudad en tanto que territorio, de igual modo que hay ciudades en las que la urbanidad
como forma de vida aparece, por una causa u otra, inexistente o débil…lo que implica que
la urbanidad es precisamente la movilidad, los equilibrios precarios en las relaciones
humanas…(Delgado, 1999: 11-12).
Bajo esta idea, la ciudad con sus construcciones estables, es sólo una parte de lo urbano. De
hecho, existen extensiones de la ciudad y fragmentos urbanos que no mantienen continuidad
física con la ciudad y que, sin embargo, son también urbanos en función al modo de vida de sus
habitantes, valores y conductas y nivel de información.
Esta definición nos acerca a lo planteado por Lefevre (1983) quien sostiene que “lo urbano” está
constituido por las interrelaciones y concentración de actividades y funciones, individuos y
creaciones, flujos objetuales y culturales que maximizan las posibilidades de un continuo
acaecimiento dentro del espacio-tiempo urbano y que son capaces de avanzar y trascender lo
físico. A este concepto lo denomina forma abstracta de la ciudad.
Lo urbano no se circunscribe ni se agota en la ciudad…consideramos como urbano al fenómeno de
concentración espacial cuya marca por excelencia es la ciudad, pero que se integra en el sistema
urbano, compuesto por el conjunto articulado de infraestructura fisica, espacial y social de
servicios que engloban lo rural en una sola relación de totalidad (Leeds, 1975; en Gravano, 2015:
57-58).
Castells, propondrá dejar de lado las definiciones de los urbano desde el empirismo estadístico
(tamaño de centros, concentración física, densidad de población y la heterogeneidad social
(Castells, 1974:15). Propone definir lo urbano a partir de ciertas relaciones empíricas
(básicamente espaciales) teóricamente significativas como las relaciones entre el espacio y la
sociedad es decir la constitución histórico cultural. Sugiere hablar más de “producción social de
formas espaciales consistentes en la asociación de una forma espacial de concentración,
densificación y heterogeneidad de la población asociada a ciertos valores civilizatorios o
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Conceptos necesarios
Planteado el enfoque de estudio, es necesario definir los conceptos que son fundamentales para
abordar la temática que aborda la asignatura. Estos conceptos se enuncian a continuación.
Calidad de Vida. El término Calidad de Vida está ampliamente utilizado tanto en el lenguaje
cotidiano como en distintas disciplinas científicas. Suele aparecer en numerosos discursos tanto
científicos como periodísticos o políticos y ha pasado a ser utilizado de forma casi masiva e
ingenua, desconociendo la complejidad que lo caracteriza.
Es importante remarcar que son múltiples las conceptualizaciones propuestas para detallarlo y
una de las principales dificultades reside en la variedad de componentes que involucra y la
imposibilidad de atender a todos, lo que conduce necesariamente a la selección de algunos
aspectos.
De sus múltiples acepciones se ha seleccionado aquella que define la calidad de vida como “una
medida de logro respecto de un nivel establecido como óptimo, teniendo en cuenta dimensiones
socioeconómicas y ambientales dependientes de la escala de valores prevaleciente en la sociedad
y que varían en función de las expectativas de progreso histórico” (Velázquez, 2001: 15).
Entonces, este concepto se construye a partir de un “proceso” y es una aspiración que se
determina como variable en el “tiempo”. De allí que este término goce de un importante
“dinamismo” y de ciertos niveles de subjetividad. De esta manera se evidencia el rol fundamental
de la sociedad en tanto agente activo en la construcción de este concepto.
Según esta definición el concepto involucra aspectos objetivos y subjetivos, lo cual implica la
satisfacción no tan solo de las necesidades básicas sino también de las psicosociales, asegurando
el bienestar físico y espiritual de la población, aspectos estos que dependientes del contexto,
cultura e historia del individuo.
De este modo, la Calidad de Vida estaría compuesta por un lado por la base material en la que se
desarrolla la vida, esto es las condiciones objetivas de la existencia humana que involucra el
ambiente natural y construido en el que se desenvuelve el ser humano y que incluye, además,
todas las relaciones que devienen de las actividades realizadas. Por otro, las experiencias
subjetivas de los individuos (Rueda, 2004) entendido esto como los distintos modos de habitar, de
observar, de sentir y vivir el espacio urbano, lo que no depende exclusivamente de las
características objetivas dadas por la forma física de un espacio, sino por las dinámicas sociales
que en él se van desarrollando y van adquiriendo significado para sus habitantes.
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Además de estos aspectos es necesario considerar, asimismo, la presión ejercida por los grupos
humanos sobre el medio físico natural en pos de satisfacer sus necesidades, que en muchos casos
no posee capacidad para dichas exigencias. Por lo tanto, es necesario conocer como el medio
físico natural responde ante estas exigencias de la sociedad (Zulaica y Celemín 2008), lo que en
otras palabras se define como sustentabilidad.
En síntesis, podemos afirmar que calidad de vida (CdV) se considera constituida por:
el nivel de vida que se refiere a las condiciones materiales de vida de una persona, grupo
social o comunidad compuesto por nueves componentes: salud, alimentación y nutrición,
educación, vivienda, empleo y condiciones de trabajo, vestido, recreo y esparcimiento,
seguridad social y libertades humanas.
el nivel de sustentabilidad: vinculadas al concepto de desarrollo sostenible.
el nivel ambiental o calidad ambiental del espacio en el que se vive que implica los factores
físico-espaciales que definen un espacio usable, habitable y cuantificable materialmente y los
aspectos que surgen del uso social y de las diversas manifestaciones de la actividad humana y
sus relaciones, aspectos estos que no son medibles, cuantificables o mensurables, pero que
revisten igual importancia“.
Expresado de otra manera, la calidad de vida implica la satisfacción no tan solo de las necesidades
básicas sino también de las necesidades psicosociales, asegurando el bienestar físico y espiritual
de la población.
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a) Nivel de vida
Está constituido por los ingresos directos e indirectos, como se lo define en el cuadro, para
dimensionar la importancia de estos indicadores. Alcanzará plantearnos que no exista el ingreso
directo, situación que nos conducirá, sin conocer las causas (que pueden ser entre tantas el des-
empleo, el empleo precario o el subempleo), a evaluar que se trata de un nivel evidente de
marginalidad. No hace falta abundar más en la importancia del ingreso directo y en la
consecuencia de que no exista.
La relevancia del ingreso indirecto está dada porque define a la comunidad organizada en el Estado.
El Estado debe garantizar la existencia de los pilares de su existencia, la educación, la salud, la
seguridad, la justicia, la previsión social de carácter público. Se dice pilares del estado porque ante
la debilidad de cualquiera de ellos los habitantes de ese país tienen una mala calidad de vida.
Muchos de ellos, por la aplicación de políticas de carácter liberal, los sistemas de salud están en
manos de prestadores privados, que ante la situación de inexistencia del ingreso directo le
agregamos la inexistencia del ingreso indirecto estaremos delante de una situación de extrema
marginalidad social.
b) Nivel de sustentabilidad
El nivel de sustentabilidad se concibe en una relación de equilibrio entre medios ecológico,
económico y social, a través de las convergencias equilibradas de las relaciones soportables, via
bles y equitativas entre los medios ecológico, económico y social.
Su definición se basa en el concepto de desarrollo sostenible, sustentable o perdurable que fue
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formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto
de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas,
creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983.
En este sentido, definimos el Desarrollo Sostenible como el desarrollo que asegura la satisfacción
de las necesidades presentes de la población sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer la propia. (CEPAL/ONU, 1991). Ello implica también la posibilidad de que
cada persona disponga de un ambiente, tenga acceso a unos equipamientos y servicios, y pueda
llevar una vida que le permitan autorrealizarse de acuerdo a sus deseos en igualdad de
oportunidades al resto de las personas de su entorno. (Serrano R. ,1997). El mismo se debe
alcanzar a nivel global, sin compensar o justificar el deterioro de algunos sectores a cambio de la
mejora de otros.
Según Jiménez Herrero (2008), el Desarrollo Sostenible debe cumplir tres requisitos:
- Ser ambientalmente sano: no solo basado en un crecimiento económico sino también
en un uso racional de los recursos.
- Socialmente justo: con equidad y solidaridad social, empezando por resolver como
primer problema la pobreza.
- Económicamente viable: se debe poder llevar adelante en términos económicos.
Figura N°1 . Esquema de la articulación sostenible entre los medios ecológico, económico y social.
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Ser sostenible significa que pueda mantenerse a lo largo del tiempo. Este desarrollo implica
crecimiento económico, pero también incorpora todos aquellos aspectos de índole cuantitativa,
asegurando así un desarrollo social consecuente con los beneficios económicos.
En consecuencia, sería sostenible, entonces, aquel desarrollo que utilizase los recursos naturales
por debajo de su capacidad de renovación 3, distribuyese la actividad en el territorio de acuerdo
con su capacidad de acogida 4 y practicase tales actividades de tal manera que la emisión de
contaminantes fuese inferior a la capacidad de asimilación 5 (Gómez Orea, 1993).Al concepto de la
declaración de Río (1992) de neto corte intergeneracional se le agrega otro valor ético, el de valor
intrageneracional, en cuanto hay que satisfacer las necesidades de las generaciones presentes en
el acceso a los bienes y servicios de la naturaleza a toda la población del planeta (Leff, 2002,).
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representativas, simbólicas, acaso ideológicas, son otros tantos legítimos modos de uso de la
forma del hábitat” (Quaroni y Terranova, 1976:9).
De esta forma, el hábitat urbano debe ser el ámbito donde se generan a lo largo del tiempo
interacciones entre la población y la naturaleza a partir de procesos microsociales, por aspiración
deseada o necesidad inmaterial o por satisfacción o necesidad material (Hernández García, 2005;
Corral Espinosa, 2006; Arroyo y Mutuberría Lazarini, 2007); y constituye un conjunto de
satisfactores que conforman un ambiente natural asociados al suelo urbano (como soporte de las
actividades), a la vivienda (como actividad residencial), a la infraestructura urbana,
equipamientos, espacios públicos y lugares de empleo (como servicios de base) y a la
accesibilidad (como condición que engloba los anteriores y permite tanto el acceso como la
carencia), incidiendo directamente en la calidad de vida de la población (Arroyo y Mutuberría
Lazarini, 2007).
Es decir que el hábitat urbano debe reunir condiciones adecuadas -físicas, funcionales, de
salubridad, de construcción de expectativas, necesidades y demandas de los habitantes- para ser
habitado, esto es, contar con habitabilidad, la cual define la calidad de vida de la población
(Echeverría Ramírez, 2009).Los problemas de accesibilidad, el deterioro del medio construido, la
pobreza, la marginalidad urbana, la falta de servicios y de infraestructura que sufre gran parte de
la población que habita en las ciudades, y su ausencia o deficiencia, inciden directamente en la
calidad urbana residencial.
Para alcanzar una adecuada Calidad de vida es indiscutiblemente necesario el desarrollo puesto
que implica progreso, crecimiento, conocimiento y generación de riqueza, pero es imperante
integrar este concepto con el de Medio Ambiente, logrando así el Desarrollo Sostenible.
En consecuencia, la calidad del ambiente, según sostienen los autores está definida por… las
relaciones entre calidad y cantidad, y después de aquellas entre “bienestar ambiental” y “valor
simbólico” de las formas del hábitat.”
- Orden o dimensión funcional. Edificación, accesibilidad, infraestructuras y equipamiento
comunitario.
- Orden o dimensión representativa simbólica. Elementos de significación que están en la
memoria colectiva y satisfacen necesidades de identidad y legibilidad urbana.
Ambos órdenes son indisociables y por ello la relación es dialéctica entre calidad-cantidad lo que
significa que ninguno de los dos términos existe verdaderamente sin el otro. O bien ninguno de
los dos puede estar primero y el otro luego, nombrar cualquier objeto es ya un acto que excluye
todas las cualidades no pertenecientes a ese objeto y su especie (Quaroni y Terranova , 1976).
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Estas conceptualizaciones nos llevan a pensar que el desarrollo no está ligado al término de
crecimiento económico estricto, sino que está ligado a la calidad de vida del ser humano.
Es entonces cuando aparece un nuevo concepto que define también al desarrollo “como un
proceso de individualización” (Fridman y Weaver, 1981). Los autores citados explican que el ser
humano tiene tres tipos de necesidades:
Necesidades básicas, en cuanto éstas están definidas por el hábitat inmediato de las
personas, como la vivienda saludable, la alimentación necesaria, la salud óptima que
permita la vida activa con la posibilidad de un trabajo.
Necesidades colectivas, en tanto permita a las personas el trabajo, el estudio y la
residencia en lugares de calidad ambiental aceptables. Resueltas estas necesidades
permiten a las personas desarrollar ligazones y vínculos con el sitio, las instituciones la
cultura que lo representan colectivamente.
Necesidades individuales. Son las que nos permiten realizarnos en el libre albedrío y que
contribuyen a la conquista de las necesidades del individuo.
La secuencia de necesidades planteadas por los autores, provoca un orden forzoso en el sentido
de que sin tener las necesidades básicas satisfechas es imposible ni siquiera plantearse las
necesidades colectivas e individuales.
No se debe olvidar que para alcanzar una calidad de vida se debe partir de necesidades mínimas
satisfechas, es decir de un standard de nivel de vida superior al mínimo de subsistencia.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus 169 metas retoman las lecciones aprendidas
con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y se proponen dar cuenta de los desafíos pendientes.
Estos objetivos integran todas las dimensiones del desarrollo sostenible: la económica, la
ambiental y la social y se basan en un enfoque de derechos con su carácter de integralidad. Los
Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la
prosperidad para todos como parte de una nueva agenda 2030.
Cada objetivo tiene metas específicas que cada país aplicará dependiendo de su realidad
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Estos objetivos apuntan sobre todo a que los ciudadanos puedan contar con el derecho a la
ciudad.6 Este no es un derecho más, es el derecho de hacer cumplir los derechos ya existentes.
Un paso fundamental en la construcción del derecho a la ciudad ha sido la elaboración de la Carta
Mundial por el Derecho a la Ciudad articulada por Habitat International Coalition (HIC), como
respuesta a los reclamos y reivindicaciones llevadas adelante por numerosas organizaciones y
movimientos populares. Esta declaración busca recoger los compromisos y medidas que deben
ser asumidos por la sociedad civil, los gobiernos locales y nacionales, parlamentarios y organismos
internacionales para que todas las personas vivan con dignidad en las ciudades.
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El derecho a la ciudad, no es una propuesta nueva. El concepto apareció en 1968 cuando Henri Lefebvre
escribió su libro El derecho a la ciudad . El sociólogo, preocupado por los impactos negativos de la
urbanización y de la economía capitalista que convirtió a la ciudad que era “una obra que unificaba
lenguajes, códigos y tejidos sociales comunes se convierte en “un producto” (Lefebvre, 1978:85), en una
mercancía a la cual solo se accede a través del capital. Como contrapropuesta Lefebvre reivindica la
posibilidad de que las personas recuperaran la ciudad como espacio colectivo, donde el hombre sea el
protagonista.
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- El derecho a la convivencia.
- El derecho al gobierno de la ciudad.
- El derecho a la igualdad de derechos.
Ello implica la posibilidad de construir una ciudad en la que se pueda vivir dignamente, que sea el
escenario de encuentro para la construcción de la vida colectiva, sobre la base de la una ciudad
como producto social, recuperando la ciudad para todos sus habitantes, tal como sostiene
Lefebvre (1978).
Todos los aspectos mencionados con anterioridad permiten afirmar que no existe un modelo
único de ciudad, sino tanto modelos como ciudades se analicen, por esto es necesario estudiar
cada ciudad en su contexto territorial dentro del cual se engloba y en función a la dinámica
socioeconómica y política que asimismo ocurren en el marco de transformaciones y procesos de
índole nacional, latinoamericano y mundial.
A nivel global la imposición del modelo económico denominado capitalismo tuvo proyección y
expansión a escala planetaria en virtud de la irrupción y utilización generalizada de las nuevas
tecnologías de la información y comunicación –TICs- (Castells,1985), conociéndose este fenómeno
como Globalización. Este proceso introdujo cambios en los espacios urbanos, al transformar la
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Estas concepciones estuvieron basadas en la idea de atraer capitales para la inversión privada ya que ello
impulsaría la actividad económica, aumentaría el ingreso y el empleo, y en consecuencia todo esto
redundaría en una mejor calidad de vida de los ciudadanos.
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