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I. Autor.
El libro lleva el nombre del profeta Miqueas,* que se identifica como "de
Moreset".*
II. Ambientación.
Que Miqueas sólo mencione a Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá (Mi. 1:1),
implica que su ministerio estuvo confinado mayormente al reino del sur,
aunque su mensaje también se aplicaba al pueblo de Samaria (v 1). Una
comparación de Mi. 1:1 con Is. 1:1, 6:1 y Os. 1:1 revela que inició su
ministerio profético poco después del de Isaías y Oseas, y que fue
contemporáneo de ambos por unos cuantos años. Por tanto, Miqueas
desempeñó su labor entre c 739 y el 686 a.C., tal vez durante la 1a parte de
ese período. Mientras Oseas llevó su mensaje casi exclusivamente al reino del
norte (cf Os. 4:15; 11:12) e Isaías al reino del sur, especialmente a Jerusalén
(ls. 1:1), Miqueas se dirigió a ambos reinos. Mientras Isaías refleja la cultura
de la ciudad capital, Miqueas es más un hombre del común de la gente, y
simpatiza con ellos en sus sufrimientos a manos de señores y jueces opresivos.
Por eso ha sido llamado el profeta de la justicia social, porque ataca los males
a los cuales están expuestos los pobres por los aristócratas sin misericordia.
IV. Tema.
La influencia de Miqueas sin duda tuvo algo que ver con las profundas
reformas realizadas por el rey Ezequías, cuyo padre Acaz llegó al punto de
levantar un altar pagano en el atrio del templo; al igual que en Israel, la
idolatría en Judá no tenía freno. La injusticia social, contra la que
específicamente habló Miqueas, fue su resultado natural. Aún los sacerdotes
toleraban y apoyaban la idolatría con el fin de retener su popularidad entre la
gente. Los nobles y las clases sociales más altas se entregaban a una vida de
lujo, y eran crueles y sin escrúpulos en su trato con las clases más pobres, a
quienes oprimían con exacciones excesivas y privaban de sus derechos
morales y legales. Pero, como ocurre con la mayoría de los profetas del AT, el
mensaje de Miqueas tenía un lado oscuro y otro brillante. Por un lado
condenaba los pecados del pueblo y advertía de los resultados de persistir
obstinadamente en un camino errado; por el otro, hablaba de la gloria y del
gozo del reino mesiánico que se establecería en los "postreros tiempos" (4:1).
V. Contenido.