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Obras importantes:
Jovellanos
«La agricultura en una nación puede ser considerada bajo dos grandes respectos, esto es, con
relación a la prosperidad pública y a la felicidad individual. En el primero es innegable que los
grandes Estados, y señaladamente los que, como España, gozan de un fértil y extendido
territorio, deben mirarla como la primera fuente de su prosperidad, puesto que la población y
la riqueza, primeros apoyos del poder nacional, penden más inmediatamente de ella que de
cualquiera de las demás profesiones lucrativas, y aun más que de todas juntas. En el segundo,
tampoco se podrá negar que la agricultura sea el medio más fácil, más seguro y extendido de
aumentar el número de los individuos del Estado y la felicidad particular de cada uno, no solo
por la inmensa suma de trabajo que puede emplear en sus varios ramos y objetos, sino
también por la inmensa suma de trabajo que puede proporcionar a las demás profesiones que
se emplean en el beneficio de sus productos. Y si la política, volviendo a levantar sus miras a
aquel alto y sublime objeto que se propuso en los más sabios y florecientes gobiernos de la
Antigüedad, quisiere reconocer que la dicha de los imperios, así como la de los individuos, se
funda principalmente en las cualidades del cuerpo y del espíritu, esto es, en el valor y en la
virtud de los ciudadanos, también en este sentido será cierto que la agricultura, madre de la
inocencia y del honesto trabajo, y como decía Columela, parienta y allegada de la sabiduría,
será el primer apoyo de la fuerza y el esplendor de las naciones.»
«Instruida la clase propietaria en los principios de las ciencias útiles, y perfeccionados en las
demás los medios de aprovecharse de sus conocimientos, es visto cuánto provecho se podrá
derivar a la agricultura y artes útiles. Bastará que los sabios, abandonando las vanas
investigaciones que solo pueden producir una sabiduría presuntuosa y estéril, se conviertan
del todo a descubrir verdades útiles y a simplificarlas y acomodarlas a la comprensión de los
hombres literatos, y a desterrar en todas partes aquellas absurdas opiniones que tanto
retardan la perfección de las artes necesarias, y señaladamente la del cultivo.»
Escrito con la finalidad de que la economía entera del país marche bien
Contenidos:
5) Clasificación que han de tener las ciencias, y cuáles son las más importantes;
diferencia entre conocimientos metódicos e instructivos.
Influencias rousseaunianas
Instrucción y educación pública no son lo mismo. La instrucción tiene una finalidad más
pragmática, para la vida profesional, por ejemplo.
«Entiendo aquí por felicidad aquel estado de abundancia y comodidades que debe procurar
todo buen gobierno a sus individuos. En este sentido, la provincia más rica será la más feliz,
porque en la riqueza están cifradas todas las ventajas políticas de un estado. Así pues, el
primer objeto de nuestra Sociedad debe ser la mayor riqueza posible del Principado de
Asturias» (Jovellanos, 1781)
«¿Por ventura teme Vm. que el interés privado se ponga en lucha con el público? Líbrele Dios
de semejante error. [...] la libre acción del ciudadano dentro de los límites de la justicia
(porque yo no conozco libertad legítima fuera de ellos) no puede dejar de producir el bien
público; porque bien público no es ni puede ser otra cosa que una suma de las porciones
de bien individual. Gloria, riqueza, poder, prosperidad, cuanto se refiere a la felicidad social,
debe componerse de estos elementos, y ¡mal y vergüenza y desolación para el pueblo que los
derivare de otro principio!» (Jovellanos, Correspondencia con Rafael Floranes - 1800)
La prensa de la Ilustración
Antecedentes
Le journal des Scavans (1665-1792) The Tatler (1709) The Spectator (1711-1712)
Etapas:
2) De 1750-1770 (1762 Real Orden Carlos III, para que la prensa sea un instrumento de
educación popular) los ejemplos son PRENSA GENERALISTA
3)Entre los últimos años del reinado de Carlos III y los primeros de Carlos IV:
El Observador (1787)
Discurso XVI “Defensa de las mujeres”, TCU, tomo 1 (1726), Benito Jerónimo Feijoo
Pensamiento I
“Porque todos porfían, y a su parecer con razón, de que no es mujer la Pensadora: hay tal
ignorancia. ¿Dios ha dado a las mujeres otra alma distinta, y de menos facultades que la del
hombre? o ¿procuran hacer valer aquella antigua y errada opinión, de que las mujeres eran
animales imperfectos, extendiéndola también a sus luces, a sus discursos y a su
entendimiento? ... Desengáñense Uds., mujer soy, y mujer que tal cua1 puede discurrir, y ojalá
que me fuera posible dejar de serlo, para de este modo alejarme cuanto pudiera de un sexo,
que tan poco procura su esplendor…”
(Cádiz, 1741 – Gibraltar, 1782) Huérfano de madre muy niño, tardó 13 años en conocer
a su padre (negocios en América)
Escribe en Madrid Don Sancho García (teatro; estreno en enero de 1771; actriz, M.
Ignacia Ibáñez), Los eruditos a la violeta y el Suplemento (1772), las Cartas Marruecas
(1793) y Noches lúgubres (1798) - (estas dos últimas, de publicación póstuma en el
Correo de Madrid entre 1789-1790)
Destino militar a Salamanca – relación con la escuela poética de la Ciudad y con Juan
Meléndez Valdés
El pensamiento cadalsiano
Decadencia y atraso: «desde el siglo XVI hemos perdido los españoles el terreno que
algunas otras naciones han adelantado en varias ciencias y artes»
Cartas Marruecas
Fecha de escritura: finales 1768 - 1774; publicación póstuma por entregas en Correo
de Madrid (1789); publicación en libro: 1793
Una “inconfesa novela”: formas narrativas distintas, propias del XVIII (poca atención a
la acción; mayor peso en la configuración de los personajes; hibridez genérica –
ensayo, carta…; importancia en la comunicación de ideas)
Modelo cervantino
Viaje formativo – hilo argumental – Cadalso sigue las características propias de todo
buen viajero ilustrado (observación, experiencia, reflexión y examen crítico,
comunicación de resultados)
Reformismo político y moral
Pero ¿quién no se envanece si se habla del siglo anterior, en que todo español era un
soldado respetable? Del siglo en que nuestras armas conquistaban las dos Américas y
las islas de Asia, aterraban a África e incomodaban a toda Europa con ejércitos
pequeños en número y grandes por su gloria, mantenidos en Italia, Alemania, Francia y
Flandes, y cubrían los mares con escuadras y armadas de navíos, galeones y galeras;
del siglo en que la academia de Salamanca hacía el primer papel entre las
universidades del mundo; del siglo en que nuestro idioma se hablaba por todos los
sabios y nobles de Europa. ¿Y quién podrá tener voto en materias críticas, que
confunda dos eras tan diferentes, que parece en ellas la nación dos pueblos diversos?
¿Equivocará un entendimiento mediano un tercio de españoles delante de Túnez,
mandado por Carlos I, con la guardia de la cuchilla de Carlos II? ¿A Garcilaso con
Villamediana? ¿Al Brocense con cualquiera de los humanistas de Felipe IV? ¿A don
Juan de Austria, hermano de Felipe II, con don Juan de Austria, hijo de Felipe IV?
Créeme que la voz antigüedad es demasiado amplia, como la mayor parte de las que
pronuncian los hombres con sobrada ligereza.
La predilección con que se suele hablar de todas las cosas antiguas, sin distinción de
crítica, es menos efecto de amor hacia ellas que de odio a nuestros contemporáneos.
Introducción
Ben-Beley es un personaje más adaptativo, más capaz de matizar las cosas, rígido y
maniqueo. Los otros dos personajes se muestran más flexibles.
Bien común por encima del propio. El principio de utilidad debe ser rector para los
ciudadanos. El hombre de bien debe participar en la vida pública.
Los obstáculos que surgen de la incidencia del individuo en la vida pública son muchos
y debido al desprecio ajeno.
El concepto que tenemos hoy en día de ciudadano surge aquí. El amor de la patria
comporta el desapego de la esencia de uno mismo y a lo público, porque si no se es un
extranjero en tu tierra.