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Domingo Faustino Sarmiento

(San Juan, Argentina, 15/02/1811 – Asunción, Paraguay, 11/9/1888)

Nociones preliminares. Es imprescindible delinear el contexto y las ideas que predominaban en la


época como paso previo a analizar el tema que nos ocupa, habida cuenta que las ideas políticas de
Sarmiento obedecen en gran medida a una posición bien determinada. Así, pues se harán algunas
menciones.

La Edad Media se caracterizó por el surgimiento de un nuevo sistema socioeconómico denominado


“feudalismo”. En esta etapa había tres clases sociales: nobleza, clero, y campesinos. El
adoctrinamiento de estos últimos para facilitar su explotación, estaba en manos del cristianismo.

La Edad Moderna surgió como consecuencia lógica de prácticamente un milenio de oscurantismo.


Las dos grandes corrientes del pensamiento fueron el Iluminismo y el Romanticismo. El hombre es
considerado como un “animal racional” (Aristóteles) y la derivación lógica de esto es la ciencia
moderna. Ahora, se interpreta que el punto máximo de desarrollo de una sociedad es la
“civilización”. Con el tiempo, ése punto máximo se fue renovando a través de un proceso
denominado “progreso”. Por lo tanto, la noción de civilización implica progreso y el grado máximo
de progreso deviene en una nueva etapa de civilización. Bajo esta óptica, Europa veía a América, es
decir, en un estadio anterior.

En la “civilización” (Europa) un pueblo tiene ciencia, tiene instituciones, tiene comercio, etc. En
cambio en la “barbarie” (América) todavía se vive de la guerra y la ganadería. Incluso muchos de
los bárbaros eran pueblos nómades. Pero aún existe un nivel más bajo: el salvajismo, donde se vive
de la caza y la recolección. En virtud de esto, se entiende que el hombre tiene tres estadios a los
cuales va ascendiendo según el grado de su desarrollo: salvajismo, barbarie, y civilización.
Ahora bien, la modernidad se caracteriza por tener una racionalidad instrumental, entendiendo por
racionalidad a la capacidad para establecer los medios necesarios para llegar a un fin determinado.
Se trata de los pasos necesarios para logar el objetivo. La racionalidad es entendida como “los
medios” (y de ahí instrumental) para alcanzar el fin independientemente de que si éste es o no
racional. Los medios tienen que cumplir con dos requisitos: minimizar los cosos, y maximizar los
beneficios, es otras palabras, la cuestión pasa por la eficacia y la eficiencia.

El Romanticismo surge como respuesta al iluminismo, entendiendo que el hombre no es solamente


racional sino, también, pasional. Es importante tener esto presente porque el pensamiento que
caracteriza al Río de la Plata es un Romanticismo de medios y de un iluminismo de fines. El
objetivo es el mismo que tiene el Iluminismo, sin embargo, para lograrlo pone en marcha los
medios que le son propios al Romanticismo. Ello obedece a que el Romanticismo se encuentra con
el problema de encontrar una esencia histórica en un pasado que carece de lejanía en el tiempo, por
ende, una raíz muy endeble y prematura que le impide encontrar una real tradición. Los valores de
1810 son valores ilustrados, por lo tanto, el romanticismo estará siempre condicionado a tener un
elemento de la ilustración.

El Iluminismo tiene un carácter universalista, en tanto que el Romanticismo es más pragmático


dado que sus objetivos están puestos en la economía, la educación, la distribución de la riqueza; en
otras palabras, no se puede cambiar la sociedad desde lo técnico -como por ejemplo intentaba hacer
Rivadavia con leyes y decretos- sino que para el Romanticismo primero hay que crear las
condiciones sociales que luego deriven en la transformación; esto queda claro en “Ojeada
Retrospectiva” de Echeverría y en Las Bases de Alberdi.

Así, tenemos que en el Río de la Plata la Ilustración es la denominada Generación de Mayo:


Moreno, Rivadavia, Castelli, Belgrano, son algunos de los que intentan evitar el desmoronamiento
que dejó el Virreinato. El Romanticismo está encarnado en un grupo de jóvenes denominados
Generación del 37, siendo los más representativos: Estebaban Echeverría (inspirador del
agrupamiento), Domingo Faustino Sarmiento, Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Vicente
Fidel López, José Mármol y Félix Frías. Ellos no eran ni Unitarios ni Federales (más allá de que al
principio varios fueron rosistas, entre ellos Alberdi). En “Ojeada Retrospectiva” Echeverría explica
que esa nueva generación de jóvenes había sido unitarizada por los federales y federalizada por los
unitarios, y que ambas facciones coincidían al mirarlos con recelo. De hecho, ellos fueron parte de
la tercera camada de exiliados en el segundo gobierno de Rosas.

Ahora bien, cabe preguntarse ¿qué intereses económicos representaban los Unitarios y Federales?
Los primeros eran la burguesía urbana, comercial e intelectual. En tanto que los segundos eran los
dueños de las tierras: estancieros y terratenientes. Dos facciones irreconciliables por sus odios y
tendencias.
El pensamiento político de Sarmiento. En “Facundo, civilización y barbarie” explica la revolución
de mayo y la guerra civil. Las ciudades encarnan la civilización y el progreso, en tanto que la
barbarie se encuentra representada por la campaña pastora y el caudillaje.

Para Sarmiento la Revolución de Mayo es una consecuencia del proceso de civilización que se dio
en Europa. Explica que aquí el conflicto fue doble: por un lado, porque se trató de las guerras de las
ciudades en Europa, a fin de dar mayor importancia a esa cultura, y segundo porque también se dio
la guerra entre los caudillos contra las ciudades. Dirá: “Las ciudades triunfan de los españoles, y
las campañas de las ciudades. He aquí explicado el enigma de la revolución argentina, cuyo
primer disparo se disparó en 1810, y el último aún no ha sonado todavía”.

Como resultado de las luchas internas, surge la mencionada Generación del 37 y con ellos se
apuntalan principios y valores para un cambio no sólo en lo político, sino para una concepción de la
nacionalidad argentina.

Argirópolis. Las tres ideas principales: educación, democracia agraria, e inmigración.

Sarmiento plasma un proyecto de integración regional que consiste en la creación de los Estados
Unidos de Sudamérica, el cual estaría compuesto por la Confederación entre Argentina, Uruguay y
Paraguay. La capital estaría ubicada en la isla Martín García, la cual, por su condición de isla y
ubicación geográfica, la hacían el lugar perfecto para asentar la Aduana.

a.-) La educación. Debe ser popular porque impide que surja la barbarie, el caudillismo. Al
alfabetizar al hombre se está inculcando generar en él avidez de conocimiento, proyectándose así
una cultura nacional. En tal sentido, la creación de bibliotecas por parte del Estado sería una
herramienta imprescindible para todo hombre que sienta deseos de superación personal, pueda
canalizarlos1.

b.-) Democracia agraria, redistribución de la tierra. Hay que cambiar de una estrategia económica
basada en la ganadería, a otra sustentada por la agricultura. La ganadería lleva a que la persona (el
gaucho) sea nómade. El nomadismo le impide echar raíces, por ende, se hace solitario y osco. Ello
cambia con la agricultura. La persona se asienta en un lugar determinado, siembra, cosecha, surge
la asociación, surge un mercado, escuelas, los municipios, etc. Es decir, la ganadería lleva al
progreso social.

c.-) Inmigración. El inmigrante es un modelo a imitar porque es una persona pujante, innovadora,
creativa, con condiciones que acelerarían el progreso de la sociedad.

1
Nota: no hay que olvidar que Sarmiento no tenía título de grado. Fue un autodidacta que sentía con pesar
la carencia de un diploma, circunstancia que Alberdi no dejaba de recordarle cada vez que tenía
oportunidad.
Sarmiento y el modelo extranjero. Para el proyecto de Argirópolis tuvo en cuenta a la capital de los
EEUU, “Washinton fue creada para servir de capital a la Unión Americana…”. Y destacó que la
isla Martín García, debido a su posición geográfica, tenía múltiples beneficios, entre ellos, que la
aduana facilitaría la recaudación de los derechos de exportación e importación.

Para llevar a cabo todo el proyecto, era necesario una convocación del Congreso para sancionar una
Constitución que regle las relaciones entre los Estados parte, y que se garanticen los derechos y
libertades de los ciudadanos, a fin de impedir luchas y rivalidades que frenaran un futuro
promisorio.

La traición de Sarmiento. A pesar de su legado como educador, escritor y político, Sarmiento


también fue objeto de acusaciones de traición a la patria durante su mandato como presidente entre
1868 y 1874.

1.- Una de las principales razones era su política educativa. Durante su presidencia, Sarmiento
promovió una reforma educativa radical que buscaba modernizar el sistema y fomentar la
educación pública y gratuita para todos los ciudadanos argentinos. Esta política incluyó la creación
de escuelas normales para formar a los docentes, la implementación del método Lancasteriano 2 para
enseñar a leer y escribir, y la apertura de bibliotecas populares para fomentar la lectura y el
conocimiento.

Hubo resistencia por parte de sectores conservadores que veían en ella una amenaza a sus intereses
y al orden social establecido. Estos sectores argumentaban que la educación pública y masiva
estaba fomentando el "caos" y la "anarquía", y que Sarmiento estaba tratando de "subvertir el orden
constitucional" con sus políticas.

2.- El segundo motivo por el que Sarmiento fue acusado de traición a la patria, y tal vez el tema
más álgido, es su política exterior. Durante su presidencia, Sarmiento buscó establecer relaciones
comerciales y diplomáticas con países europeos y norteamericanos, en un intento por modernizar la
economía argentina y romper con el aislacionismo que había caracterizado al país durante décadas.
Esta política incluyó la firma de tratados comerciales con Inglaterra y Francia, la construcción de
un ferrocarril transandino con Chile, y la creación de una flota mercante nacional.

Esto generó críticas y acusaciones de entreguismo por parte de sectores nacionalistas que
consideraban que Sarmiento estaba otorgando la soberanía nacional a potencias extranjeras. Se
argumentaba que los tratados comerciales eran desfavorables para Argentina, que el ferrocarril
transandino era una amenaza a la integridad territorial del país, y que la flota mercante nacional
estaba siendo utilizada para beneficiar a los intereses extranjeros.

2
 Sistema separado de la prédica religiosa que consistía en la enseñanza por medio de tutores o maestros
ayudantes, que colaboraban con el titular.
Otra mirada sobre estas acusaciones es que en realidad las críticas estuvieron motivadas por razones
políticas y partidistas. Durante su presidencia, Sarmiento se enfrentó a numerosos ataques por parte
de sectores conservadores y caudillistas que se oponían a su proyecto de modernización y
liberalización del país. Estos sectores utilizaron las acusaciones de traición como una forma de
desacreditar a Sarmiento y socavar su legitimidad política.

Entre los principales opositores de Sarmiento se encontraban, el caudillo riojano Ángel Vicente
Peñaloza, el líder conservador Nicolás Avellaneda, y el político tucumano Marco Avellaneda, entre
otros. Estos líderes formaron parte del movimiento conocido como "Liga del Interior", que buscaba
resistir la centralización del poder en Buenos Aires y defender los intereses regionales.

Estos sectores opositores no representaban necesariamente un frente unido ni compartían una visión
homogénea sobre la cuestión nacional. Algunos líderes provinciales se opusieron a Sarmiento por
motivos políticos y partidistas, mientras que otros lo hicieron por razones ideológicas y
nacionalistas. En cualquier caso, la oposición a la política exterior de Sarmiento fue uno de los
principales factores que contribuyó a su imagen negativa entre ciertos sectores de la sociedad
argentina durante su presidencia.

Sarmiento, Chile y la Patagonia.

Hay quienes sostienen que en 1842, mientras se encontraba exiliado en Chile y teniendo a su cargo
la dirección de un diario, Sarmiento se entrevistó con Jorge Mebón –o Mabón- un agente yanqui
que le sugirió que comenzara una campaña periodística con el fin de que Chile ocupara el Estrecho
de Magallanes y las tierras adyacentes. Inmediatamente después el gobierno chileno fundó el
periódico “El Progreso”, confiándole a Sarmiento la dirección. Desde el primer número comenzó
una campaña tenaz para que el país trasandino ocupe el Estrecho de Magallanes, lo que hoy es
Punta Arenas (antes Puerto Hambre).

En “El Progreso” Sarmiento explica de la siguiente forma el encuentro con el yanqui: “En 1842 se me
presentó un pobre norteamericano casi desnudo, Jorge Mebón, marino, que había hecho la pesca de lobos
marinos en el Estrecho de Magallanes, y con el ojo avezado del yanqui, había visto que podía navegarse el
Estrecho por medio de vapores si una colonia de cristianos se establecía allí. Este hombre me pedía el
concurso de mi posición como escritor para incitar al gobierno de Chile a dar ese paso”.

Declara Sarmiento que a raíz de esa entrevista estudió el problema y viendo “la tentativa físicamente
posible, inicié la redacción de “El Progreso” con una serie de estudios que hoy, después de ocho años, no
son del todo estériles”.

Dicho encuentro despierta suspicacias en quienes no les cae bien, incluso hoy en día, la figura de Sarmiento.
Hay que reconocer que resulta extraño que todo se deba a un simple comentario de quien es presentado
como un simple marinero. Quienes ven a Sarmiento como un entreguista sostienen que en realidad fue el
gobierno chileno el que estaba detrás de todo y que siempre contó con la colaboración y complicidad de
Sarmiento.

Por si esto fuera poco, el 28 de noviembre de 1842, Sarmiento publica el más contundente artículo en pro de
su campaña, titulado “Navegación y Colonización del Estrecho de Magallanes”, en el que indica hasta la
forma de llevar adelante la ocupación: “Pues que nada sería dar el primer paso, que es mandar al Estrecho
algunas compañías de soldados y los víveres necesarios para su mantenimiento... Para Chile basta en el
asunto de que tratamos decir quiero, y el Estrecho de Magallanes se convierte en un foco de comercio, de
civilización…¿Quedan dudas después de todo lo que hemos dicho sobre la posibilidad de hacer segura la
navegación del Estrecho y de establecer allí poblaciones chilenas?”.

Algunos datos a tener en cuenta del estrecho de Magallanes. Es el principal paso natural entre los océanos
Pacífico y Atlántico. En 1578 la Corona Española se enteró que el pirata inglés Francis Drake había cruzado
el estrecho en 16 días, Felipe II decidió enviar dos navíos al mando de Pedro Sarmiento de Gamboa para
tomar aquella entrada antes que lo hagan las otras potencias o corsarios. Gamboa regresó con un informe
positivo. Se ordenó una expedición de 23 navíos y 4.000 personas. El resultado fue calamitoso, solamente
llegaron 4 navíos y 338 personas con las que, pese a ello, Gamboa fundó población y fortaleza. No obstante,
el resultado hizo que la Corona postergara sin fecha la colonización del estrecho.

Esto se relaciona con el comentario que habría hecho el tal Mebón –o Mabón- a Sarmiento, quien empezó a
estudiar la historia del estrecho y su dominio. Conviene aclara que ya en 1833 O´Higgins había advertido a
los chilenos la necesidad de colonizar el lugar. Por todo esto Sarmiento comenzó a sostener tal necesidad,
“el estrecho es una vía necesaria, indispensable de comunicación para Chile, es uno de sus caminos para
Europa que le conviene aclarar, asegurar, poblar para mejorar su gobierno. Para Buenos Aires el estrecho
es una posesión inútil”. En 1843 el presidente de Chile don Manuel Bulnes instaló un fuerte con su nombre
en la zona de Punta Arenas. Como era previsible, aparece en escena don Juan Manuel de Rosas, quien
protestó por la incursión chilena, trató de traidor a Sarmiento, y solicitó al gobierno chileno su deportación.

Sarmiento no solamente fue atacado por una facción política seguidora del Restaurador, sino de otros
sectores; prueba de ello es la publicación que hizo Mitre en su diario “La Nación” pocos días antes de que
asumiera como presidente: “Ud. ha sostenido en Chile contra su patria los pretendidos derechos de un país
extranjero para despojarla de su territorio… No creo que haya ningún hombre, cualquiera sea su
nacionalidad, que intente justificar al señor Sarmiento, pues, hasta hoy todos los pueblos del mundo han
condenado del modo más terrible al que atenta contra la integridad del territorio de su país en beneficio de
un gobierno extranjero”.

Un punto a tener en cuenta es que a criterio de Sarmiento no era difícil apoderarse de la Patagonia, máxime
teniendo en cuenta que ya lo habían hecho con las Malvinas. Días después de la inauguración del “Fuerte
Bulnes” apareció en el estrecho la corbeta de guerra “Phaeton” cuyo capitán Massin le dijo más tarde a
Sarmiento que su misión era apoderarse de la Patagonia, lo que hubiera realizado de no haberse encontrado
con el fuerte del que no sabía su existencia.

A favor de Sarmiento se puede decir que recién en 1878 se incorporaron al Archivo General de la Nación
más de mil documentos históricos, muchos de ellos relativos a los dominios de España en el Río de la Plata.
Recién entonces Sarmiento se enteró que el estrecho de Magallanes no era exclusivo de Chile ni de
Argentina, que era un paso libre de un mar a otro para todo el mundo de acuerdo con el derecho de gentes.
Más tarde, Sarmiento acuñará una proclama o lema: “La Argentina al Atlántico, Chile al Pacífico”.
También escribió “La política que debe seguir Chile es negarse a la entrada en el Atlántico y tener el
coraje de no tener razón en Magallanes y Patagones”.

En definitiva, las acusaciones de traición a la patria contra Domingo Faustino Sarmiento estuvieron
motivadas por una combinación de factores políticos, ideológicos y sociales que reflejaban las tensiones y
conflictos propios del proceso de construcción del Estado argentino en el siglo XIX. Más allá de las
controversias que despierta su figura, al igual que la de tantos otros, su legado histórico sigue siendo objeto
de debate y controversia en la Argentina contemporánea.

Bibliografía:

- Sarmiento, Domingo Faustino. Facundo: Civilización y Barbarie. Buenos Aires: Penguin


Clásicos, 2016.

“Facundo. Civilización y Barbarie”. D. F. Sarmiento.

“Historias de las ideas en Argentina”. Oscar Terán.

http://www.revisionistas.com.ar/?p=5378

https://www.ancmyp.org.ar/user/CONTINUACION-ANALES/18_TOMO%20XVII.PDF

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