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EL VASO MEDIO LLENO O MEDIO VAcio: [JI REALIDAD SUBJETIVA.
ESTAS SON LENTEJAS, LAS TOMAS O LAS DEJAS: LA REALIDAD OBJETIVA
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FUNDAMENTOS PARA I,A COMUNICACiÓN HUMANA
AUTOCONOCIMIENTO Y COMUNICACiÓN HUMANA
- Llame al redactor encargado de los incendios. del Palacio Falena, rodeado 'de su familia, as; como algunos porteros
- Se fue para su casa, excelencia.
de los edificios adyacentes. Suplicamos nos perdonen por no publicar
Nunca he conseguido hacer perder a mi ordenanza la costumbre sus nombres, debido a'la falta de espacio. Muchas damas descotadas,
de llamarme excelencia. En justa venganza nunca he podido implan~
asf como gran surtido de pantuflas. El incendio se prolongó hasta el
tarla entre los demás.
alba, en medio de la mayor animación. Sólo entonces se retiraron los
Esclavo de su reloj, el redactor de incendios se iba a su hogar todos bomberos y el resto de la conCurrencia, llevándose el recuerdo impe-
los días a las diez, aunque el mundo se hundiera. Peor para los incen.
recedero del hermoso espectá~loque, estamos bien seguros, la tradi-
dios que tuvieran .lugar fuera de su horario.
cional cortesía de los condes F.olena procurará renovar pronto para la
- Bueno, llame entonces al redactor especializado en catástrofes. satisfacción de todos sus'amigo's".
- Está enfermo.
- ¿Pues quién está en la redacción? Este simpático cuento de Achille Campanile (57, pp. 119-120)
- El cronista de sociales.
ilustra de manera clara cómo cada uno de nosotros llevamos a cabo
- Vaya,qué bien, ¡llámelo! nuestras aociones a.través de esquemas que nos son propios, yob-
Un minuto después llegaba el cronista de sociales, en elegante frac. servamos las de los demás a partir de nuestra propia realidad. Las
- ¡Rápido! -le dije-. \(aya a escribirme un informe sobre el incen- cosas, los hechos y las situaciones toman la forma que nosotros les
dio del Palacio Folena. otorgamos desde nuestra muy particular manera de percibirlas.
- ¡Pero soy el cronista de sociales, señor! Sobra decir que este fenómeno tiene fuertes implicaciones en la
- No hay pero que valga. No tengo a nadie más a quien enviar. distorsión y en los malentendidos que surgen en la comunicación,
Vaya, tome nota, en cuanto regrese me escribe un artículo.
- No sabría por dónde empezar.
-
-
Escriba lo que vea. ¿Es que no tiene ojos? ¡Rápido, tome un co-
che, corra!
Pero, ¿y la invitación?
i asf como en el método y el arte de hacernos más agradable o más
amarga nuestra existencia.
Cabe mencionar, en este contexto, lo que Larroyo (45, p. x) nos
dice: "Protágoras (480-410) fue la cabeza espiritual de los sofistas.
Enseñó que el hombre, el hombre individual, es la medida de to-
- ¿Qué invitación?
das las cosas. Lo que parece bueno a uno, dice, puede ser malo
- La invitación para asistir al incendio. para otro. Su doctrina recibe el nombre de relativismo, por cuanto
- ¡Diablos! ¡Ahí no se invita a nadie! ¡Ande, vaya! considera la verdad como algo relativo, algo que depende de quien
El cronista de sociales se fue. emite su opinión, en cada caso".
Este es el artículo que apareció al día siguiente: La postura de Protágoras marca la linea de un subjetivismo ra-
Un resplandor de luces y de centelleos, un inolvidable torbellino dical acerca de lo que la realidad significa: ésta dependerá del jui-
de des;r;udeces sonrosadas, tal es el espectáculo que el mundo elegan- cio y la opinión de cada uno de nosotros_sobre ella, al convertirnos
te ofrece de vez en cuando al monóculo fatigado del cronista. Ayer en la unidad de medida para decidir qué tiene valor y significa-
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por la noche, un grandioso, un inolvidable incendio, en el que partici.' .' ción y qué no lo tiene para conformarla. Esta concepción parece
paran todos los moradores de la lujosa mansión, tuvo lugar en los confirmar lo que hemos sin duda escuchado en diferentes y diver-
suntuosos salones del Palacio Falena. Entre los asistentes pudimos sas situaciones: ~en'este mundo nada.es verdad.ni es ment¡ira, todo
apreciar a los del cuerpo de bomberos, en gran completo. La condesa es del color del cristal con,que se mira", y también subyace al caos,
Falena, calzada con sencillos zapatos varoniles, un salto de cama ve. a la confusión y al sufrimiento que esto provoca en las relaciones
landa sus formas esculturales; el conde, embutido en unós calzones humanas y en el contacto que establecemos con nosotros,mismos.
largos que le ajustaban los tobillos, etc. Tuvimos oportunidad de ad- El caos, la confusión y el sufrimiento no deben su existencia a
mirar a la condesita, en un delicioso pijama rosa, y a su institutriz en un proceso que es natural e innegable: aprendemos a percibir asf
camisón azul. Fueron también parte destacada en el evento el conserje cómo aprendemos a hablar o a caminar: "Una concepción del mun-
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AUTOCONOCIMIENTO Y COMUNICACiÓN HUMANA
do representa [... jla síntesis más universal y compleja de miría- na; si pide una bicicleta puede estrellarse y lastimarse gravemente;
das de vivencias, influidas por otras interpretaciones, conviccio-
cualquier juguete resulla ser una amenaza. Por otro lade;>,Ramón
nes y adscripciones de valor y sentido a los objetos de nuestra per- hace una larga lista que incluye patines, bicicleta, avalancha, pelo-
cepción -derivadas de aquellas vivencias-, de las que la persona tas, dinero para irse de vacaciones, ganar el partido de fútbol que
interesada es capaz: es, en el sentido más directo e inmediato, el í' jugará el siguiente sábado, y una~, alas para volar como los pájaros.
resultado de la comunicación" (64, p. 43). Desde la perspectiva hu- Los padres se preocupan por elpésimismo y el optimismo igual de
manista, toda acción humana es una consecuencia de la forma en
desmesurado de sus hijos, y d~spués de largas pláticas y reflexio-
que cada individuo percibe, aprehende, comprende y se aproxima nes, deciden dar una lección a éada uno de los niños, aprovechan-
a la realidad. En otras palabras, la-aproximación y.comprensión de do que viven en el campo. Llega la Navidad, Pedro y Ramón van
la realidad depende de la percepción que el individuo tiene de ella, al árbol para ver qué les había'dejado Santa Cios. Pedro encuentra
y ésta, a su vez, se encuentra sujeta al proceso de desarrollo de la un hermoso caballo y Ramón una caja llena de estiércol. Cuando
conciencia que se genera a partir de la educación, los sistemas de los padres acuden para ver sus reacciones, ven a Pedro llorando y
creencias que rigen una cultura y el entorno comunicacional inme- a Ramón corriendo alegre y ansiosamente por toda la casa. Al pre-
diato circundante. guntarles qué habían recibido y cómo se sentían, Pedro, quejándo-
El conflicto se origina al confundir nuestra realidad con la reali- se, les dijo: "¡Santa Cios es un tonto, parece que no sabe todo lo que
dad, al no ser conscientes de que nuestra experiencia del mundo se me puede pasar si monto este caballo!", y Ramón, con una gran
basa en una serie de concepciones y de categorizaciones de los sonrisa, les expresó: "ia mí también me trajo un caballe;>,pero se
objetos de la realidad que percibimos en clases, y de que' estas cla- desató y no lo encuentro por ningún lado". Por ello, cuando "[... )
ses no son más qp.e construcciones mentales creadas por nosotros hablarnos de la realidad y sufrimos por ella, se trata siempre de
-los seres humanos- para posibilitar un mayor entendimiento y una construcción, cuyo origen y premisas sólo son conocidas -lite-
comprensión dentro de nuestras interacciones, pero no nos damos ralmente hablando- por el buen Dios; una construcción de la que
cuenta que estas construcciones mentales son de una índole dife- hemos olvidado -si es que alguna vez lo hemos sabido- que noso-
rente a los objetos de la realidad. Por ejemplo, la palabra "melón" tms somos los arquitectos y que ahora vivirn0s'como.,algo ',exte.
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tiene una correspondencia convencional y arbitrariamente impuesta rior', supuestamente independiente, como una 'realidad 'verdade"
a un objeto redondo de cáscara semi gruesa y semiblanda que en '{
M"', (Idem).
su interior contiene una pulpa naranja pálido de sabor dulce y agra- ,r Sin sufrir ninguna pérturbación hablarnos de nuestras especu-
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dable; el melón, el plátano, la naranja y el mango son un conjunto laciones, juicios y fantasías corno hechos establecidos, sin
de objetos de la realidad que conforman una clasificación mayor a percatarnos de que estamos únicamente en contacto con nuestros
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la que denominamos fruta. Más allá de esta clasificación, y de ma-
yor importancia para la comunicación, las clasificaciones que ha- ¡ pensamientos condicionados, e ignorantes de lo que ocurre tanto
en el exterior como en el interior de nosotros mismos. La creencia
cemos no sólo responden a las propiedades físicas de los, objetos, ~I de que simplemente por ser "razonables" y "lógicos" podemos ase-
sino, primordialmente, al grado de significación y de valor que 1? gurar que interpretamos la realidad con total veracidad y objetivi-
tienen para nosotros. Veamos, a través de un viejo chiste, cómo el dad, y que todo aquel que no actúe conforme a la observación que
significado y el valor que otorgamos a los objetos de la 'realidad de ella tenernos está equivocando el camino, es un rebelde o un
pueden generar experiencias que no guardan ninguna relación di- anormal, nos conduce'irremediablemente al dogmatismo y a la
recta con ella: Pedro y Ramón son dos hermanos de diez y ocho incomprensión. "[Las personas sufren] bajo el peso de su concep-
años, respectivamente, a quienes sus padres les piden, al acercarse ción o imagen del mundo, bajo la no resuelta contradicción entre lo
la Navidad, que escriban sus cartas a Santa Cios. Pedro no sabe que las cosas son y lo que, de acuerdo con su visión del mundo,
qué pedir pues todo representa un problema o un peligro para él: deberían ser" (Ibidem, p. 41).
si pide unos patines puede caerse y romperse un brazo o una pier- Tornemos el siguiente ejemplo: Roberto se autopercibía y era
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considerado por su pareja, sus familiares, amigos y conocidos, como famíliares, aún en detrimento de su economía; vemos que alguien
un buen padre: presente, comprometido, responsable y estricto, al ríe, otro permanece indiferente, aquél se expresa molesto y el de
tiempo que amoroso en lo relativo,a la formación de sus hijas -unas junto se entristece ante el mismo estímulo. Lo que 'está bien" y lo
gemelas encantadoras, cariñosas, tiernas y obedientes. Roberto no que 'está mal", lo "placentero" y lo 'aoloroso", desde esta pers-
había tenido problema severo alguno con la educación de las ni- pectiva, parecen no tener parámetros reales, únicos y verdaderos.
ñas, hasta que éstas llegaron a una edad en la que su concepción Así como cotidianamente observamos las diferencias individuales
del mundo empezó a amenazar la ímagen de la realidad que Ro- para aprehender la realidad, también tenemos conociIhiento de
berto tenía. Casi a diario, en sus interacciones, empezaron a surgir épocas y culturas donde pare~~ no haber coincidencia entre los
sítuaciones que no iban de acuerdo con lo que para Roberto debía supuestos y creencias a los q\!e se atribuye un grado de significa-
ser lo adecuado para poder mantener la paz y la tranquilidad de ción y valor para conformarla. Aquí también lo que es verdadero o
una familia, si no ya modelo, por lo menos normal. La angustía, el falso, placentero o doloroso, bueno o malo, puede inclusíve
dolor, la culpa, el coraje, la frustración y la impotencia pasaron a percibirse desde sus polos opuestos. Por ejemplo, la muerte, en
tomar un lugar preponderante en la vida de todos los miembros algunas culturas, grupos sociales o religiosos, puede ser celebrada
de la familia, ante el choque de realidades que razonablemente cada como un acontecimiento cuyo significado y valor produce regocijo
uno vivía como real.
y paz, dado. que se concibe como el último acto de trascendencia
El trastorno que sufrimos cada uno de nosotros ante la realidad en nuestro paso por esta vida y, como tal, debe celebrarse y
se genéra en nuestro interior: "Mi trastorno personal no viene de la festejarse; en otras culturas o grupos sociales, el significado y valor
realidad objetiva fuera de mí, sino del precondicionamiento den- que se otorga a la muerte pueden concebirse como algo drástico,
tro de mí. Quita el condicionamiento, y el trastorno desaparece. Mí determinante y fatalista y, por lo tanto, doloroso y desgarrador, lo
manera de ver y de pensar, mis juiciOS y mis principios, aún mis que genera reglas, ritos, así como emociones que dan respuesta a
gustos y preferencias, son el resultado del largo proceso de vivir dichas vivencias. Lo mismo sucede con la vejez: ésta puede rela-
en el complejo familia-colegio-iglesia-sociedad que ha moldeado cionarse con sabiduría, equilibrio, experiencia y gratitud, o bien
mi mente y ha decretado cómo debo reaccionar 'espontáneamente' con decremento, decrepitud, pérdida de poder y control, y dete-
(¡con espontaneidad hereditaria!) ante hechos y situaciones. Eso rioro en todas las funciones de la vida, lo que resulta en una carga
puede ser muy necesario y útil, pero también puede imponer a para quienes rodean al anciano. Sobra decir que la manera de sig-
veces modos de ver que no son necesarios y que yo sigo arrastran- nificar y valorar esta etapa conduce a actitudes y conductas dia-
do en la vida y dejándome gobernar por ellos, siendo feliz cuando metralmente opuestas: por un lado, el anciano será apreciado y
ellos me dictan que lo sea, y desgraciado cuando, según ellos, debo respetado, podrá participar activamente en la experiencia diaria y
sentirme desgraciado. Esa sensación viene de dentro, no de fuera cotidiana de su grupo de referencia o, al menos, será incorporado
[...). Reconocer que mis trastornos vienen de mí mismo es el'pri- cálidamente por éste, dándole un mayor sentido y calidad a su
mer paso para remediarlos [... ). Cambia .la'.percepción y cambiarás vida; por otro, la persona mayor será aislada, devaluada, ya sea a
la 'reacción, [... ) no hay que echarle la culpa de nuestras molestias través del rechazo, la indiferencia o la sobreprotección de las per-
interiores a causas externas. Toda molestia viene de dentro, del ce- sonas que están en su entorno, y con ello disminuirá su calidad de
rebro condicionado y programado" (59, pp. 63-64). vida y su sentido en la misma. Encontramos culturas en las que las
Día a día, nuestra experiencia confirma la diferencia de motiva- madres mastican el alimento antes 'de dárselo a sus hijos para faci-
ciones/ sensaciones, percepciones y acciones de las personas en litar la ingestión y digestión de éste, y encontramos culturas en
nuestro entorno. Nos damos cuenta que hay quienes se orientan donde esto se observa como una acción inadecuada, insalubre y
en la vida por el estaros socioeconómico como algo prioritario; que hasta repulsiva. No se trata de juzgar las diferentes concepciones
para otros su profesión toma un lugar relevante, y que para algu- que hay de la realidad tanto entre personas como entre culturas,
nos más esto es algo que pueden relegar a favor de sus relaciones religiones y grupos sociales; lo que se trata es de resaltar que una
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fUNDAMENTOS PARA LA COMUNICACiÓN HUMANA AUTOCONOCIMIENTO Y COMUNICACiÓN HUMANA
cierta visión de la realidad tiene consecuencias prácticas que de- .' La incapacidad para permanecer abiertos y flexibles ante la
terminan nuestra manera de ser y estar en el mundo. posibilidad de múltiples realidades alternas, y el consecuente
Con facilidad expresamos que aceptamos y entendemos lo an- rechazo de cualquier evento o situación fuera del esquema acep-
terior, dado que "cada cabeza es un mundo", pero sin darnos cuenta tado.
adjudicamos la categoría de verdadero a nuestro propio esquema ,. La ignorancia de que nos hemos-formado una imagen del mun-
del mundo, devaluando, enjuiciando o descartando la concepción do que nos coarta posibilidades-de acción y desarrollo perso-
de la imagen de la realidad de otras personas, así como la realidad nal.
misma. Además, suponemos -de manera no consciente de nuevo- '. La imposibilidad de sostener relaciones humanas menos con-
que nuestros interlocutores interpretarán y comprenderán correc- flictivas y, por lo tanto, más sati'sfactorias.
tamente nuestra realidad, sin dudar, en ningún momento, que ésta • La sensación, más o menos permanente, de impotencia y frus-
es tan clara y cierta para los demás como lo es para nosotros. Así, tración que nos desvitaliza por vivir día a día negando o
oscurecemos nuestro interior con un manto formado por las crea- distorsionando situaciones que se nos presentan, tratando de
ciones imaginativas de nuestra condicionada percepción, y así darles una solución que no prospera.
oscurecemos también para los otros lo que somos, lo que quere- .0- El desconocimiento de que nuestra carencia de objetividad nos
mos y necesitamos, y mientras más cabida le demos a este juego, hace más propensos a actuar más por presiones sociales que
menos podremos comunicarnos ni aprehender los acontecimien- por convicciones personales.
tos tal y como son. 'Conocemos un fragmento de la realidad, la
confundimos con la realidad misma y estamos tentados a borrar La fuerza que la presión social ejerce sobre nuestra condicionable
todo lo que no coincide con esta parcialidad, incluso la imagen que percepción la describe Galeano (23, p. 144) en este pequeño texto:
tenemos de nosotros mismos, enfocados como fragmentos obser-
vables y experimentables, y no como seres en sí [...]" (30, p. 35). "El primer día de clase, el profesor trajo un frasco enorme:
Volvamos con Roberto y sus gemelas. Cuando éste transfiere -Esto está lleno deperjume-dijo a Miguel Brun y a los demás alum-
sobre sus hijas su esquema de la realidad -por ejemplo, las joven- nos-o Quiero medir la percepción de cada uno de ustedes. A medida que va-
citas de diecisiete años no deben andar después de las 11:30 de la yan sintiendo el olor, levanten la mano.
noche fuera de su casa-, está anticipadamente afirmando que sus y destapó el frasco. Al ratito nomás, ya había dos manos levanta-
gemelas interpretarán esta norma como la interpretaría él mismo, das. Y luego cinco, diez, treinta, todas las manos levantadas.
es decir, como lo correcto y lo aceptable en una familia decente. Y -¿Me permite abrir la ventana, profesor? -suplicó una alumna, ma-
cuando las gemelas insisten en que a esas horas la fiesta apenas reada de tanto olor a perfume, y varias voces le hicieron eco. El fuerte
comienza, Roberto proyecta su imagen de la realidad tomando esta aroma, que pesaba en el aire, ya se había hecho insoportable para to-
respuesta como una rebelión y no como otra realidad que él desco- dos.
noce; en otras palabras, Roberto interpreta la respuesta de sus hi- Entonces el profesor mostró el frasco a los alumnos, uno por uno.
jas como la interpretaría si la hubiera dado él mismo: como un acto El frasco estaba lleno de agua".
de rebeldía.
El supuesto simplista e ingenuo de que nuestra concepción 'de Darnos cuenta y aceptar que nuestra percepción ha sido y pue-
la realidad es evidentemente la única verdad y 'que los otros son de seguir siendo cQpdicionada por presiones internas y externas,
unos necios y obstinados que están ciertamente equivocados, nace nos enfrenta al hecho de cómo la subjetividad que nace de la in-
de esquemas cognitivos y valorativos que, como sistema de consciencia ha logrado conformar para nosotros una realidad apa-
autocontrol y control del medio, tiene, en ocasiones, consecuen- rente, devolviéndonos libertad y responsabilidad para dejar de
cias nefastas para nuestra comunicación intra e interpersonal. Es- acomodar y forzar los hechos para que encajen en un esquema pre-
tas consecuencias son, entre otras: fabricado, dándonos mayores alternativas y oportunidades de elec-
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