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FACULTAD DE DERECHO Y
CIENCIAS POLITICAS
Ciclo y sección : IV B
Pucallpa- Perú
2022
Dedicatoria
La constitución fija los parámetros y define las interacciones entre los poderes
del Estado (poderes que, en las naciones occidentales modernos, se definen como
poder legislativo, ejecutivo y judicial) y de éstos con sus habitantes, estableciendo de
esta forma las bases para su régimen y para la organización de las instituciones en
que tales poderes se asientan.
El reto del siglo XIX peruano ha sido la configuración de un Estado nuevo con
una sólida tradición republicana, o sea, con el respeto irrestricto de la Constitución y
las leyes. No obstante, las dictaduras, el caudillismo y los inconvenientes de la verdad
peruana, acabaron por impedir la vigencia plena del constitucionalismo, impidiendo la
democracia, desdeñando la voluntad conocida. Tal posición hizo difícil definir una
serie de rasgos que debía enfrentar el Perú. Por tal, las constituciones peruanas
fueron fantasiosas, con una vigencia efímera, por estar acomodadas a los intereses
del gobierno de turno, ya sea liberal o conservador.
En 1824, en Ayacucho, en plena serranía peruana, se dio la gran batalla que simboliza
ese histórico paso. En fecha anterior, el 28 de julio de 1821, el general José de San
Martín había declarado solemnemente la independencia del Perú.
La independencia del Perú, proclamada por el General San Martin en 1821, hubo de
ser consolidad tiempo después por acción de Bolívar. En ese panorama de
inestabilidad, merecen destacarse algunos instrumentos dados por el libertador
argentino con el fin de gobernar a un país en crisis y semicopado por las tropas
realistas.
De San Martín recibió el nuevo Estado peruano su primera bandera, el himno que
hasta hoy unifica a sus hijos, el comienzo de un régimen administrativo propio, su
moneda propia, la reglamentación básica de su comercio soberano, los buques que
iniciaron su marina, las unidades con las que se fundó su ejército, su más antigua
Escuela Normal, las escuelas públicas organizadas bajo el signo de la libertad, su
Biblioteca Nacional.
Además, por decreto de 27 de diciembre de 1821 convocó San Martín, por primera
vez, a la ciudadanía. Lo hizo con el fin de que eligiera libremente un Congreso
Constituyente para el exclusivo objeto de establecer la forma de gobierno por la que
se regiría el Perú y dar la Constitución más conveniente.
De este departamento, ocupado por los españoles, había pocas personas naturales
que residieran en la capital. Colmenares, que no lo conocía (dice Riva-Agüero) tomó
unos cuantos indios de los que cargaban en la puerta del mercado, los condujo al
recinto electoral proveyéndolos de cédulas escritas para que votaran por él y por los
demás que figuraban en la misma lista y así salió elegido diputado únicamente por
ocho o nueve individuos que él mismo reunió para el acto del sufragio. Con el
Congreso Constituyente de 1822, empezó, la historia de la República del Perú. Es el
nuestro un Estado concebido primero como un bello ideal y llevado luego
penosamente a la realidad.
Por eso, el país que había sido el más prominente de América del Sur antes de la
llegada de los españoles, entró a la vida independiente rodeado de condiciones
desfavorables y tuvo en el siglo XIX, el más infortunado de su maravillosa historia.
Este mismo Congreso había creado contra él un poder militar para luego dar la suma
de poderes a Bolívar, en contraste con las limitadas facultades y la parcelada
autoridad que otorgara a la Junta Gubernativa establecida después de la dimisión de
San Martín.
Quedaron Bolívar, con Ia autoridad militar, y Tagle, como figura simbólica. La mala
fortuna en la expedición de Santa Cruz en el sur hizo que los españoles se volvieran
sobre el norte. La situación económica era angustiosa y la penuria del Fisco llegaba
al extremo.
El ejército colombiano necesitaba ser equipado y complementado con tropas
peruanas que apenas se iniciaban. Bolívar mismo sugirió las negociaciones con los
españoles a través de un comisionado de Tagle. En nombre de este, algunos de los
aristócratas iniciaron tratos para unirse con los españoles.
La defección del Callao vino a acrecentar las dudas acerca del éxito de la causa de la
independencia. El odio y el temor a Bolívar y a los colombianos, que había movido a
Riva Agüero, revivió en los aristócratas enemigos del rivagüerismo, como contagiados
por él. Y se perdió, en circunstancias patéticas y lamentables, otra fuerza política
peruana, la del segundo Presidente, en cuyo manifiesto de 1824 percíbase análogo
estado de ánimo al que revelaría años más tarde su enemigo, compatriota e igual en
la clase social, el primer Presidente, cuando escribió con seudónimo Pruvonena
contra la República, la democracia, Bolívar, los colombianos y el Congreso.
Sin embargo, la criba de oposicionistas hecha por la Corte Suprema no fue efectiva.
Francisco Javier de Luna Pizarro (elegido esta vez directamente por el pueblo
arequipeño), su discípulo Francisco de Paula G. Vigil, junto con Mariano Alejo Álvarez,
Manuel Ascencio Cuadros, Evaristo Gómez Sánchez, Eduardo Carrasco y otros,
formaron una valiente minoría. Se suscitaron diversos incidentes en las juntas
preparatorias, reunidas el 29 de marzo de 1826. Entre ellos surgió uno relacionado
con el juramento prescrito a los diputados por la Carta de 1823 y que el Presidente
del Consejo de Gobierno intentó fuese hecho ante él mismo.
La minoría liberal presentó como cuestiones previas que este asunto del juramento
quedara resuelto por las propias juntas preparatorias; que las sesiones fuesen
públicas abriéndose las puertas de la sala y que dos comisiones revisaran las actas y
los poderes emanados de los colegios y calificados por la Corte Suprema. Varios
ciudadanos, cuyas elecciones habían sido declaradas nulas, fueron alentados a que
presentasen sus poderes a la comisión respectiva. Otra tesis que sostuvieron los
oposicionistas, encabezados por la representación de Arequipa, era que el Congreso
debía ser constituyente y no constitucional.
Como Bolívar se dio por ofendido, amenazando retirarse del país, las juntas acordaron
nombrar ocho diputados, uno por cada departamento, para suplicarle que no se
ausentara; los liberales votaron en contra de esta decisión. Al cortejo de los diputados
sumisos se sumaron en la residencia de la Magdalena, las corporaciones, los
personajes más notables y hasta las señoras (31 de marzo de 1826). Los diputados
llegaron a tener tres largas sesiones al cabo de los cuales, según el punto de vista
gobiernista, quedó en claro que carecían de atribuciones como juntas preparatorias.
Resolvieron, pues, que no podían tomar acuerdo alguno relativo a la instalación del
Congreso.
El Consejo de Gobierno ordenó el 8 de abril que los diputados le presentasen sus
poderes para señalar horas y días en que compareciesen ante él a prestar el
juramento previsto por la Constitución y mencionado por el Presidente del Consejo.
Se basó para ello en que la Corte Suprema solo había conocido de la legitimidad de
las elecciones, de la identidad de las actas y de las personas que por ellas resultaron
elegidas. Por lo tanto (de acuerdo con este punto de vista) faltaba el examen de los
poderes en lo concerniente a las facultades otorgadas a los representantes y era el
gobierno mismo a quien competía dicho cotejo por la inexistencia del Senado.
Si fuera posible cambiarlos sería la mejor cosa del mundo, puesto que sus poderes
no han venido conforme a la Constitución y que han perdido su alegato en la junta
preparatoria. Yo creo que tendré que reunir de nuevo sus asambleas para tratar de
los nuevos poderes; y por lo mismo sería muy conveniente para el bien del Perú que
se nombrasen otros más patriotas y menos perversos. Yo le aseguro además que con
ellos no se puede hacer nada bueno quieren destruirlo todo a su modo. Como
Arequipa no mande mejores diputados, estoy seguro que la anarquía entra con todo
su furor y yo me voy con Dios por no recibir ultrajes de esos miserables esclavos de
los españoles. Si Ud. ama a su patria debe empeñarse en que se varíe esta maldita
diputación. Luna engañó a Riva-Agüero; Luna echó a Monteagudo y San Martín; Luna
perdió a la junta gubernativa. Por culpa de Luna entró en el gobierno Riva-Agüero y
por culpa de Luna entró Torre Tagle. Por Luna se perdió el Perú enteramente y por
Luna se volverá a perder pues tales son sus intenciones”
Con fecha 17 de abril, continuando la tensión entre Bolívar y los “malditos” diputados
oposicionistas, el Consejo de Gobierno, presidido entonces por Unanue, resolvió que
los poderes conferidos por las provincias de Lima, Arequipa y Condesuyos eran írritos,
por contener una autorización ilimitada para la reforma constitucional; y que los del
Cuzco, Quispicanchis, Bolívar y Lambayeque debían reformarse en cuanto al
contenido de su autorización, conforme el reglamento de elecciones.
A pesar de que con esta decisión quedaron eliminados del Congreso los
voceros de la oposición, el 21 de abril cincuenta y dos diputados dirigieron una larga
exposición al Consejo de Gobierno. En ella, después de enumerar los males de la
anarquía, mencionaron los poderes absolutos de algunos colegios electorales para la
reforma de la Constitución y plantearon las anomalías derivadas de la desigualdad
entre los diputados resultante de tan disímiles autorizaciones.
Por decreto del 27 de abril, el Consejo de Gobierno presidido por Unanue, elevó la
petición a Bolívar y este la devolvió el mismo día, aprobándola en un documento que
fundamentaba esta decisión en el hecho de que se quería consultar a la nación, o sea
a la fuente de donde emanaban los poderes políticos. “Yo tengo pruebas, irrefragables
del tino del pueblo en las grandes resoluciones”, agregaba Bolívar, “y por eso es que
siempre he preferido sus opiniones a las de los sabios”. Ya con la aprobación del
Dictador, el Consejo decretó con fecha 1° de mayo, que los prefectos procederían a
formar, a la brevedad posible, el censo de su respectivo departamento; que una vez
recibidos todos los censos, serían convocados los colegios electorales para
consultarles sobre los puntos contenidos en la petición de los diputados; y que,
después de manifestada la opinión del pueblo, se dispondría la reunión del Congreso.
El Congreso de 1826 solo duró, pues, en juntas preparatorias, del 29 de marzo al 1
de mayo.
Constitución Vitalicia
Bolívar redactó una Constitución para Bolivia, por encargo del Congreso de esa
naciente República. Cuando fue disuelto el Congreso peruano de 1826, ya habíase
decidido la promulgación de la misma Carta política en el Perú. La maravillosa
superioridad del genio de Bolívar reside en su carácter multilateral. El guerrero, el
hombre de salón, el orador, el escritor era, al mismo tiempo, el político, el estadista,
el legislador. ¿Cómo gobernar en América? Bolívar habíase colocado desde tiempo
atrás en una posición distinta a la de quienes pretendían copiar el jacobinismo de
Europa. Sus juicios sobre los jacobinos habían sido despectivos.
El presidente debía ser nombrado la primera vez por el Congreso pleno, llamando al
“cuerpo legislativo”. Según las palabras de Bolívar, se le había cortado la cabeza y
atado las manos. Tan solo designaba los empleados, diplomáticos, militares y de
hacienda. La administración pública quedaba en manos de los ministros y estaba
sujeta a la fiscalización de los censores y a la vigilancia de los demás funcionarios,
incluyendo el Poder Electoral. No era la monarquía porque no existía el derecho
sucesorio en la jefatura del Estado, vinculada a una familia, ni tampoco había
privilegios hereditarios en el orden económico o social. El vicepresidente, elegido por
el presidente con aprobación del cuerpo legislativo, compartía la responsabilidad
ministerial y sucedía forzosamente a su elector. El Poder Judicial se ejercía
independientemente por la Corte Suprema y demás tribunales del ramo.
El título final sobre garantías contenía sobrios preceptos. La libertad y la seguridad
civil, la propiedad y la igualdad ante la ley, eran garantizadas. La libertad de prensa
estaba reconocida dentro de la responsabilidad legal correspondiente. Había libertad
de tránsito. El domicilio debía ser inviolable. Las contribuciones se repartían en forma
proporcional. Quedaban abolidos los empleos y privilegios hereditarios y las
vinculaciones eclesiásticas y laicales. (A este último respecto, la Constitución de 1826
resultó mucho más avanzada que la inmediatamente posterior, de 1828, donde fueron
abolidas solamente las vinculaciones laicales). La propiedad de los inventores y la
libertad de trabajo figuraban también.
“Y considerando: Que estos votos de los colegios electorales, aun han sido
corroborados por las aclamaciones unánimes y espontáneas de los pueblos, y por las
exposiciones libres y enérgicas de un sin número de municipalidades y cuerpos civiles,
eclesiásticos y militares; impulsados unos y otros, por el vivo deseo de que se vean
cumplidos los votos de los colegios electorales, como el único medio de asegurar el
reposo y la prosperidad de la Patria; Que al Consejo de Gobierno le incumbe el
sagrado deber de proclamar la voluntad nacional, y de cuidar de que tenga pleno
cumplimiento, puesto que es el primer mandatario de la nación, encargado de
promover su seguridad, no menos que su felicidad y su gloria; Que jamás se ha
manifestado la voluntad de una nación con tanta legitimidad, orden, decoro, y libertad
como es la ocasión presente, en que ciudadanos diseminados en un territorio
inmenso, y sin la mera posibilidad de coacción ni de influencia ajena, se han reunido
para emitir un voto que demuestra a la par la necesidad urgente de reforma que toman
nuestras instituciones, y la admirable sensatez y cordura de este pueblo generoso
digno de la Independencia y Libertad que ha conquistado”.
Decretó, en consecuencia, con "arreglo a la voluntad nacional altamente
pronunciada”, que el proyecto de Constitución sometido a la sanción popular, es “La
Ley Fundamental Del Estado, y S.E. El Libertador Simón Bolívar, El Presidente
Vitalicio de la República, bajo el hermoso título de Padre y Salvador Del Perú" (art. 1);
disponiendo su juramento el 9 de diciembre en conmemoración de la batalla de
Ayacucho (art. 2); el modo, tiempo y forma en que sería prestado el juramento se
establecería mediante un decreto especial (art. 3); el acontecimiento se comunicaría
al Libertador y a los gobiernos con los que el Perú mantuviere relaciones (art. 4); por
último, proclamada y jurada la Constitución se dispondrían las medidas necesarias
para la formación de listas de ciudadanos que, con arreglo a ella, conformarían los
colegios electorales, a fin de que el 20 de septiembre de 1827 se reúna el cuerpo
legislativo (art. 5).
El consejo de gobierno sin más objeto, sin otro interés que el bien y la gloria nacional,
cumplirá y hará cumplir la voluntad del pueblo Peruano por cuantos medios estén en
su poder”. A semejanza de Lima, las ceremonias y festejos por la proclamación y
juramento de la Constitución se desarrollaban en algunas circunscripciones del interior
del país, las que aún continuaban cuando se le desconoció, como lo recuerda
Nemesio Vargas.
El intento de poner en vigencia la Constitución
Finalmente, anunciaba que “el arbitrio de sortear entre las provincias la calidad de los
representantes que deba nombrar respectivamente”, sería quizás el medio de
“acercarse” a la resolución del problema, mas esta determinación tenía el
inconveniente de que la suerte designase censores a provincias que no posean
ciudadanos para tan alto cargo, teniéndolo para senadores o tribunos.
Ausente Bolívar del Perú, la situación del país se tornó insoportable para el Gobierno.
Las conspiraciones e instigaciones contra el estado de cosas eran incesantes. Bolívar
tuvo que rendirse a la evidencia. En carta dirigida a Santa Cruz, luego de la absolución
de Guisse y otros, acusados de conspiradores, liberó a sus Ministros de toda
obligación para con él aconsejándoles, más bien, encabezar el movimiento: “(...) diré
a U. francamente que el juicio de Guisse me ha dado la medida del verdadero espíritu
que se oculta en el fondo de las intenciones: para mí este rasgo es muy notable y muy
decisivo, para que me atreva a instar más a U. sobre la represión de los enemigos de
Colombia y de mi persona. No hay remedio, amigo; esos señores quieren mandar en
Jefe y salir del estado de dependencia en que se hallan, por su bien, y por necesidad;
y como la voluntad del pueblo es la ley o la fuerza que gobierna, debemos darle plena
sanción a la necesidad que impone su mayoría”. 25. Más adelante, afirmaba: “(...)
Uds. serán sacrificados si se empeñan en sostenerme contra el conato nacional; y yo
pasaré por un ambicioso y un usurpador, si me esmero en servir a otros países fuera
de Venezuela. Yo, pues, relevo a U. y a mis dignos amigos los Ministros, del
compromiso de continuar en las miras que habían formado algunos buenos espíritus.
Yo aconsejo a Uds. que se abandonen al torrente de los sentimientos patrios; y que
en lugar de dejarse sacrificar por la oposición, se pongan Uds. a su cabeza”.2
Federación de los Andes
El Libertador, como jefe supremo, marcharía cada año a visitar los departamentos de
cada Estado. La capital federal sería un punto céntrico. Colombia, por su extensión,
se dividiría en tres departamentos: Venezuela, Cundinamarca y Quito. Heres, por su
parte, propuso que en vez de tres estados federados, deberían ser solo dos: Colombia
y Bolivia (Perú y Bolivia fusionados), de modo que, al igual que Colombia, se formen
en el nuevo Estado tres grandes departamentos. El Consejo de Gobierno se inclinaba
por la federación de las tres repúblicas y a Pando le daba lo mismo. La federación
llevaría el nombre que se quiera, pero boliviana sería lo probable. Habría una sola
bandera, un solo ejército y una sola nación.
El plan debería iniciarse por los gobiernos del Perú y Bolivia. Bolívar, para justificar
dicha unión, diría que era necesaria a los intereses de América, porque sin ella no se
conseguiría el plan de federación general. Sucre permanecería en el Alto Perú hasta
el regreso de Bolívar que haría adoptar la Constitución en dicho país y, por fin,
negociaría la reunión entre ambos países, para lo cual debería mantener buenas
relaciones con el Consejo de Gobierno.
Este plan, muy ambicioso, no estaba exento de críticas en los consejos del Libertador.
Pando solo convino en la adopción de la Constitución boliviana y, a regañadientes,
aceptó la federación de estados. Proponía, más bien, medidas que, a Heres, en esos
momentos, le parecían muy avanzadas: el imperio de los andes. El propio Heres
convenía en el primer punto, pero difería de Bolívar y Pando respecto al segundo.
Consideraba que una tal federación, a lo mucho, duraría un año.
Primero, por las inmensas distancias del Orinoco y de Tupiza a Guayaquil, haciendo
imposible la reunión de los representantes del gobierno federal; segundo, porque si
esa reunión se lograba por una vez no habría poder humano que lograra hacerlo, por
segunda vez; tercero, porque de lograrse la reunión de las legislatura, en esta
quedaría disuelta la unión o, a lo menos, germinaría la semilla de la discordia: los
celos nacionales, los celos departamentales, los celos provinciales e inclusive los
celos familiares liquidarían la federación, y una muestra de ello sería la disputa por el
lugar de residencia del gobierno. Otros argumentos contrarios eran la carencia de
hombres para las legislaturas; la diferencia de realidades que haría inadaptables las
leyes que convienen a Venezuela al Perú y viceversa; el desconocimiento de los
legisladores del país que habían de organizar, etc.
El plan de Heres, por lo tanto, se limitaba a que se reconozca a Bolivia como nación
libre e independiente; que adopte como Constitución el proyecto del Libertador; que
esa Constitución circule también en Colombia; que conforme a la Constitución hubiese
vicepresidentes en el Perú y Colombia, asumiendo el Libertador el protectorado de los
dos estados. Decía el Perú porque pensaba que dentro de un año Bolivia debía unirse
federalmente al Perú; que el Libertador visitase con frecuencia los estados; que
hubiera acuerdo estrecho con Inglaterra; que Sucre fuese el vicepresidente del Perú
para contener al emperador del Brasil, para oponerse a la anarquía de Buenos Aires,
mantener la unión y convidar con el ejemplo a otro para que siguiesen el plan; por fin,
que la administración sea sencilla y muy enérgica, “concediendo a los pueblos cuanta
libertad fuere compatible con su real y verdadera felicidad”. Concluía diciendo Heres
a Sucre, que el Libertador vio lo que escribía y le encargó que le dijera que cualquiera
sea el proyecto que se adopte, mucho se adelantaba con la reunión de Bolivia y el
Perú “con un aso federal”, de ahí se trasladaría el proyecto a Colombia, “con todo el
prestigio que le daría su adopción en esos estados”.
La Federación de los Andes halló opositores incluso entre los personajes más
cercanos al Libertador, tales como Pando, Heres o el mismo Sucre. La Federación y
la Constitución vitalicia repugnaban a Santander. No era la excepción. En Chile y
Buenos Aires4 se miraban con desconfianza todos los planes del Libertador. Se
consideraba que pretendía extender su influjo a todo el continente, impidiendo la libre
determinación de las naciones.
A ese efecto –decía El Federal- el Perú y Bolivia deberían unirse, previa división del
Perú en dos estados, a fin de que exista perfecto equilibrio con Bolivia. La propuesta
provocó, de inmediato, una contrapropuesta contenida en dos impresos que, al decir
del gobierno, proponían la “federación provincial”, o mejor dicho la federación
departamental.
Gutiérrez de la Fuente, que había tenido un altercado con los miembros del Consejo
de Gobierno, con referencia a los fondos públicos que Arequipa debía remitir a Lima,
logró que Mariano Eduardo de Rivero8 publicara “El Zancudo Preguntón” y “El
Compadre del Zancudo”. En esas hojas se propugnaba la independencia tanto
económica como política del departamento de Arequipa. Decía el primero: “¿Qué se
dice de la federación? ¿Lima consentirá en ella? ¿O querrá que Arequipa esté siempre
bajo su dominio, y que todas sus rentas vayan allá, para que nuestras empresas y las
mejoras que se están haciendo en la ciudad se queden escritas en las gacetas”?
Para dar inicio al plan de federación general, Bolívar designó a Ignacio Ortiz de
Zevallos como Plenipotenciario del Perú para celebrar el tratado de federación con
Bolivia. A ese efecto, Pando le remitió las instrucciones bajo las cuales debería
arreglar su conducta. Expresaba el Ministro que la separación del Alto y Bajo Perú les
impedía figurar en el mundo civilizado como personas morales respetables. El único
remedio era la “reunión de las dos secciones del Perú en república una e indivisible”.
Todo aconsejaba esa solución: la utilidad común, lo homogéneo de sus habitantes y
la geografía.
Advertía que la federación tal vez era mejor que la separación actual, pero era un
partido imprudente, único a adoptarse de ser imposible la unión. El ejemplo de los
Estados Unidos de Norteamérica había extraviado a sus imitadores del sur y había
introducido en sus instituciones políticas “un elemento perpetuo de debilidad y un
germen funesto de discordia”.
La negociación preliminar, según las instrucciones, confrontaría diversas dificultades,
que deberían prevenirse: (i) la diversidad de constituciones, problema que se
resolvería con la adopción, por ambos países, del proyecto presentado por el
Libertador; (ii) la designación de la capital. Si bien no hay ninguna ciudad capaz de
reemplazar a Lima, si se exigiese otra, como condición de la unión habría que aceptar;
(iii) los celos e intrigas del gobierno de Buenos Aires y de los emigrados bolivianos
que por mucho tiempo vivieron en esa capital; por último, (iv) la diversa situación
respecto de la deuda pública de ambos países.
Casi obligado por Sucre, aceptó los planteamientos de los plenipotenciarios de Bolivia:
un tratado de federación y un tratado de límites, contrarios a las instrucciones dadas
por Pando. Este, una vez que los conoció, acorde con los demás miembros del
Consejo de Gobierno, decidió no ratificarlos, formulando observaciones a ambos. El
tratado de federación, de acuerdo a las observaciones, era vago e indefinido y no
delimitaba las atribuciones del gobierno federal, por lo que sería un mero simulacro
de poder expuesto a los caprichos y veleidades de las repúblicas federadas. El
Tratado de límites no podía ser peor y lesivo al Perú; debía ceder los territorios de
Tacna y Arica. Ciertamente un absurdo inadmisible.
Funcionamiento de la Confederación
Bolívar tuvo como ministro General a Sánchez Carrión como ya se ha dicho, del 26
de marzo al 28 de octubre de 1824. En esta última fecha le encomendó las carteras
de Gobierno y Relaciones Exteriores; al mismo tiempo dio a Tomás Heres la de Guerra
y Marina, ya Hipólito Unanue la de Hacienda. Así gobernó hasta entregar la dictadura,
el 10 de febrero de 1825. El 24 de febrero de 1825 delegó el mando político y militar
que el Congreso le confiriera nuevamente, reservándose solo la dirección suprema de
los negocios en los departamentos de Arequipa, Cuzco y Puno. Creó así el primer
Consejo de Gobierno con La Mar, Sánchez Carrión y Unanue. Quejoso por la falta de
hombres escribía entonces Bolívar a Santander (Lima 8 de marzo de 1825): “Aquí no
hay nadie, pues el pobre general La Mar no tiene bastante libertad ni carácter”. El 16
de marzo, enfermó Sánchez Carrión, incorporó a Pando al Consejo.
Más de un mes esperó a La Mar antes de marchar al Alto Perú. El 1° de abril, ausente
La Mar y gravemente enfermo Sánchez Carrión, reorganizó el Consejo con Unanue,
que lo presidió, Heres y José María de Pando. “Dicho consejo no está mal compuesto
y tiene toda la autoridad del Poder Ejecutivo del Perú, particularmente en Relaciones
Exteriores”, escribió a Santander (Lima, 7 de abril). En junio de 1825 el Consejo fue
integrado por Bolívar, que estaba en el Cuzco con el coronel Juan Salazar, que
reemplazó a Heres; y con José de Larrea y Loredo, en lugar de Pando que viajó para
participar en el Congreso de Panamá.
“Al Consejo de Gobierno no lo quiere nadie y no tenemos quién les haga frente a los
enemigos del orden”, escribió a Santa Cruz (6 de abril de 1826). Su juicio sobre el
organismo que él mismo había creado para regir al Perú fue más explícito cuando hizo
la siguiente confidencia a Santander (7 de abril): “El Consejo de Gobierno que yo he
dejado aquí es compuesto de hombres buenos y honrados como Roscio, don Juan P.
Ayala y Restrepo; por consiguiente, les falta energía y popularidad. No les acusan
más que de flaquezas o indulgencias y por lo mismo dicen que no sirven para
gobernar. Piden un nuevo Consejo y yo no encuentro otro mejor”
Integración final del Consejo
En resumen, casi nunca, desde febrero de 1825 hasta setiembre de 1826, ejerció el
Libertador directamente el mando del Perú aunque, en virtud de la autorización del
Congreso Constituyente, dio decretos como encargado del supremo poder de la
República
Al partir con rumbo a Colombia en setiembre de 1826 dejó encargada la suprema
magistratura al Consejo de Gobierno bajo la presidencia de Santa Cruz y con la
vicepresidencia del ministro que designara la suerte; Santa Cruz debía nombrar al
ministro de Guerra; y tanto Pando como Larrea conservaron sus carteras.
No fue, por cierto, ese el efecto de la dictadura de Bolívar entre 1823 y 1826 y nada
hace presumir que, después de entonces, lo fuera. Sin embargo, ese cesarismo era,
para sus defensores, la panacea como lo revela la Circular que remitió el Ministro
Pando a los prefectos para promover la aprobación de la Constitución por los colegios
electorales.
Viajes de Bolívar
Bolívar decidió viajar a Colombia a mediados de agosto de 1826, con motivo de los
sucesos ocurridos en esa República. Los esfuerzos hechos en Lima para retenerlo
fueron múltiples. El vecindario de San Lázaro se presentó en la calle de Palacio el día
13 con ruidosa música y el cura a la cabeza; luego llegaron gentes de otros barrios en
tropel, para pedir a gritos que el Libertador no se marchara. Oyéronse voces que
decían: “Saldrás hollando nuestros pechos y nuestros hijos, destruyendo la vida que
tú nos has conservado”. Bolívar ofreció contestar en el plazo de una semana.
Ese mismo día 13, la Municipalidad expresó idénticos sentimientos áulicos y renovó
la súplica para que el Libertador se quedara en el Perú. Al día siguiente se
pronunciaron en el mismo sentido la Corte Suprema, la Corte Superior, el Cabildo
Eclesiástico, los generales y jefes del ejército, el Consulado, la Universidad, el
Protomedicato y otros individuos y corporaciones. Se llegó a decir entonces que si el
Perú perdía a su padre, serían inevitables su ruina, la pérdida de su libertad, la
anarquía y todos los males. El 15, con ocasión de la fiesta de la Virgen, hubo una
manifestación que fue de la Catedral a Palacio, con las corporaciones, muchos
ciudadanos prominentes y hasta señoras y señoritas; Se retiró el Libertador
secretamente de esta fiesta y se dirigió al Callao para embarcarse en el bergantín
Congreso, que se dio a la vela al amanecer del 4 de setiembre.
Para introducir la Carta vitalicia en el Perú no se apeló, pues, al voto general del país.
Sometida a los colegios electorales, cincuenta y ocho de ellos aprobaron con la previa
condición de que Bolívar fuese el primer presidente vitalicio. Cuzco y Ayacucho
pusieron como única adición que la religión oficial fuese la católica con excepción de
cualquier otra. El colegio de Arequipa indicó que debía resultar efectivo el sistema
federal con los demás Estados. Pero algunos electores pertenecientes a Catacaos,
en Piura, no temieron contradecir abiertamente a sus colegas. Y el colegio de
Tarapacá instado, entre otros, por Santiago Zavala, declaró que no estaba bastante
ilustrado para resolver la cuestión tan delicada que se le había sometido; que, por
consiguiente, ni aprobada ni rechazaba el proyecto; que se sometía a la opinión de
Arequipa y “que no desmentiría la obediencia al gobierno siempre que, como operaba,
la Carta estuviera conforme con los principios liberales adoptados por unánime sentir
y aclamación del Perú y el continente americano, que para lograrlos no ha omitido
sacrificios de ninguna clase, a despecho del gobierno antiguo español y con oprobio
de cuantos pretendan tiranizar a los pueblos y hollar los sagrados derechos del
hombre”.
Según el decreto del Consejo de Gobierno el 9 debía tener lugar el juramento de los
miembros de dicho Consejo, y de otros personajes entre los que estaban el Presidente
de la Corte Suprema, el Arzobispo electo de Lima, el Prefecto de Lima, el Obispo
electo de La Libertad, el Presidente de Corte Superior, los generales de mar y tierra,
el alcalde, el contador general, el director de la Casa de Moneda, el director de la Caja
de Amortización y el Rector de la Universidad. Pero, además, fueron ordenadas otras
ceremonias análogas. El juramento de las autoridades o funcionarios subalternos de
cualquier fuero, como también de los cabildos eclesiásticos, universidades,
comunidades religiosas, y todas las demás corporaciones de la capital quedó fijado
para el 10. Y se ordenó que el 17, después de una misa, prestaran análogo voto todos
los vecinos de esta capital congregados en sus respectivas parroquias. El 25 de
diciembre correspondía celebrar dicho acto en los departamentos. En el ejército y
armada se señaló un día especial para que, formadas las tropas, se publicara y leyese
la Constitución y para que la juraran el jefe, los oficiales y los soldados y marinos
frente a las banderas.
Ausente Bolívar del Perú, la situación del país se tornó insoportable para el Gobierno.
Las conspiraciones e instigaciones contra el estado de cosas eran incesantes. Bolívar
tuvo que rendirse a la evidencia. En carta dirigida a Santa Cruz, luego de la absolución
de Guisse y otros, acusados de conspiradores, liberó a sus Ministros de toda
obligación para con él aconsejándoles, más bien, encabezar el movimiento:
“(...) diré a U. francamente que el juicio de Guisse me ha dado la medida del
verdadero espíritu que se oculta en el fondo de las intenciones: para mí este rasgo es
muy notable y muy decisivo, para que me atreva a instar más a U. sobre la represión
de los enemigos de Colombia y de mi persona.
No hay remedio, amigo; esos señores quieren mandar en Jefe y salir del estado de
dependencia en que se hallan, por su bien, y por necesidad; y como la voluntad del
pueblo es la ley o la fuerza que gobierna, debemos darle plena sanción a la necesidad
que impone su mayoría”.
El propósito era evidente: poner a la cabeza del gobierno a un caudillo militar que
garantizara la estabilidad mientras se consolidaba el nuevo estado de cosas. El hecho
no era ninguna novedad. Confirma simplemente la mentalidad proclive al caudillismo
militar que era favorecido, en la práctica, por todos.
El mismo Vidaurre notificado de la insurrección de las tropas colombianas e intimado
a “ponerse a la cabeza de la República” por el Dr. Manuel Chávez respondió: “No
será. El Perú, sea cual fuese su suerte, necesita un hombre de armas; no un pacífico
letrado”. Reunido el cabildo y luego de escuchar las más extravagantes proposiciones,
se elaboró un Acta en la que se hacía constar que las voces de Lima eran, en realidad,
“las de todas las ciudades y villas y aun de los más pequeños distritos del Perú”.
Por eso mismo, el Acta, en son de velado reproche, recordaba que no hay “cosa más
justa ni santa, como que el pacto social contenido en las constituciones sea
espontáneo, y muy distante de toda coacción”.
El rechazo de la Constitución vitalicia puso fin a una etapa en la historia del Perú.
Acabó con ella, la intromisión extranjera como factor decisivo para la definición del
rumbo político de la República. La Confederación Perú-boliviana no tuvo la
repercusión que poseyó, en sus días, la presencia e influencia, de Bolívar. Por ello
mismo, puede considerarse que, a partir de ese momento, el Perú, libre de la
influencia hispánica que se trasunta en la Carta de 1823 y desembarazado de la
presencia e influencia de Bolívar, iniciaría su propio camino constitucional y político
cerrando, así precisamente, la etapa constitucional de franca influencia extranjera
para abrir el camino a la otra de matriz peruana, propiamente dicha.
Ya por otro lado, El mismo V. A. Belaunde cree que, en 1826, en que Bolívar “llega al
apogeo de su carrera (y) es el triunfador indiscutido”, “marca la decadencia de su
pensamiento político”. No halla, en consecuencia, continuidad en su pensamiento. Las
influencias ideológicas, en las diferentes etapas de su vida, a su juicio, son distintas.
En Angostura Bolívar “sigue de cerca la Constitución inglesa”.
En 1826, ignora no sólo las instituciones inglesas y “las amargas lecciones de las
tentativas jacobinas y federales” sino que hace “concesiones al espíritu demagógico
y a la tendencia provincialista” hasta “caer bajo la seducción napoleónica” a punto que:
“No se puede explicar la Constitución de 1826 sin la Constitución consular”. El
ambiente en 1826, concluye Belaunde, “estaba preparado en América del Sur para la
constitución de un régimen autoritario”.
Bolívar “era esclavo de su propio triunfo. Estaba encadenado no sólo a muy humanas
y explicables ambiciones, sino a incontrastables exigencias del medio porque, en ese
momento, había “manifestaciones claras del deseo de una dictadura fuerte y
permanente como lo revelan los distintos proyectos monárquicos”.
Por consiguiente, no hay raciocinio verosímil que nos halague con esa esperanza”,
decía en la Carta de Jamaica. A pesar de ello, Bolívar, según Villarán, “Buscó
anhelante con esfuerzo sincero, la forma que conciliase la libertad y el derecho con la
paz interna y la estabilidad social y que, por igual, apartase las anarquías
demagógicas y las tiranías monócratas´”.
No era distinta su concepción del Poder Ejecutivo. “Nada tan funesto, según Bolívar
para las nacientes repúblicas, como la debilidad del Poder Ejecutivo”. De allí el
carácter centralista, concentrador y autocrático de sus proyectos que reñían no sólo
con el federalismo sino con toda forma o modalidad de descentralización incluyendo
la muy débil de índole municipal.
El mismo Trigo consigna este juicio, severo pero no alejado de la verdad de Sabino
Pinilla, que dice de la Constitución vitalicia: “Lucubración bastarda de una política que,
encarando al porvenir, se desenvolvía por caminos retrospectivos; amalgama confusa
de doctrinas monárquicas y republicanas; transición pusilánime y mal disimulada del
régimen nuevo con el antiguo, la Constitución bolivariana reposaba sobre principios
griegos, ingleses y americanos (...). Era más idealista que práctica, más deslumbrante
que sólida”. La Constitución configuraba un Estado centralista y autoritario, distante
del pueblo y puesto al servicio de un Presidente mesiánico que inspiraba y dirigía el
destino social con poderes omnímodos.
Premunido de un fuerte intelecto, hábil para el análisis y con amplia cultura política
sobre la ideología de su tiempo, Bolívar prepara su proyecto de Constitución haciendo
interactuar diversos pensamientos, ideologías, textos constitucionales conocidos,
tratando de buscar lo que consideraba el justo medio entre estabilidad y liberalismo.
Es injusto Toribio Pacheco cuando afirma que el texto constitucional es un plagio de
la Constitución consular de Napoleón. Fue una de sus fuentes, pero reconoce otras
recepciones, amén del aporte personal indudable que significó la continuidad del
pensamiento bolivariano proveniente desde Angostura (entre los cuales debemos
anotar la pedagogía democrática y moral, ética y responsabilidad gubernativa,
presidencialismo, realismo o pragmatismo jurídico, paternalismo, desconfianza frente
al autogobierno y su perfeccionismo). Como afirma Fraga, «[ ... ] no se aferró a ningún
modelo ni sirvió a ningún dogma», «no se aferró a ningún dogma y mantuvo vivo y
creador su pensamiento para hacer frente a las nuevas situaciones y problemas,
adaptándolo constantemente a nuevas emergencias».
Constitución
A diferencia de todas las constituciones peruanas que se esmeraron en la búsqueda
de equilibrio en la distribución de las competencias constitucionales, la de 1826 no
dudó en crear un presidencialismo ilimitado, sin balances ni contrapesos. Bolívar era
perfectamente consciente de ese hecho. Tanto que intentó embozar y disimular esos
rasgos de modo muy insistente en su Mensaje al Congreso de Bolivia.
Decía: “Los límites constitucionales del Presidente de BOLIVIA son los más estrechos
que se conocen: apenas nombra los empleados de hacienda, paz y guerra, manda el
ejército. He aquí sus funciones. La administración pertenece toda al Ministerio,
responsable a los Censores y sujeta a vigilancia celosa de todos los Legisladores,
Magistrados, Jueces y Ciudadanos.”
«De este modo las infracciones serán terminantes y manifiestas, cada uno
conoce sus funciones, y nadie tiene esa autoridad deforme, que, por un ejercicio
arbitrario, compromete las acciones ajenas, las confunde y llena de tinieblas a la
sociedad. Sobre todo, los altos poderes, que manejan enormes intereses, son de la
primera necesidad que tengan sus grandes diques que los contengan: sin ellos, se
precipitan sobre la sociedad en torrentes que lo arrasan todo. Cuando el poder judicial
no está ceñido a aplicar leyes existentes, en su tenor expreso; cuando puede
interpretarlas o llenar su vacío; es un poder monstruoso, que resume toda la
soberanía, que suple leyes, las aplica y cumple: usurpa toda la autoridad, confunde
las propiedades y asocia con el enredo y la falacia: entonces el foro pesa más que un
Sultán, devora más que la anarquía, aniquila la moral y concluye por el trastorno de
la sociedad: él es el déspota más abominable. Cuando el ejecutivo no tiene límites es
un absoluto que lleva la carrera de Fernando, que hace sufrir a la nación la suerte de
la España, y cuyo fin es de tal modo tenebroso, que no se alcanzan a ver los horrores
y las convulsiones de su muerte. Cuando el legislativo se supone el padre de los
poderes, y se atribuye toda la soberanía, no hay ambición que iguale a la suya, ni
horrores que no cometa, ni más barrera para contenerlo que una revolución. La tiranía
legislativa es tan cruel como jamás lo pudo ser la de Atila, y tanto más fuerte cuanto
es más bello el ropaje popular con que se viste».
"(...)Esta es, mi querido general, una operación que debe ejecutarse con el mayor tino
y habilidad, porque su resultado es de una inmensa importancia. Es la operación que
puede producir un bien perdurable para la república y, de consiguiente, debe ser
manejada por Vd. y el Dr. Torres con perfecto acuerdo para obtener un buen resultado
Vd. debe empeñarse con los Colegios electorales de ese Departamento a fin de que
aprueben íntegramente el proyecto y en el caso de que algún artículo les ofrezca
reparos, puede reservarse para ser discutido o reformado en el próximo Congreso
Constitucional. Cuando no pueda conseguirse que la aprueben en su totalidad todos
los Colegios electorales, procure que lo aprueben en masa los colegios con solo algún
artículo discutible en el próximo Congreso. Obtenida la aprobación del proyecto por
los Colegios de la República, queda sancionada la ley fundamental; nos libertamos
del conflicto de un Congreso constituyente, porque ya no tiene para qué convocarse,
y los congresos constituyentes no podrán alterar las bases esenciales de la ley
fundamental ya sancionada por el pueblo en las asambleas electorales. La vista por
todos los males que han producido en las nuevas repúblicas las asambleas
constituyentes, los peligros a que han expuesto a las naciones, el choque de pasiones
irritadas por fuertes estímulos de odio de intereses y de venganza con el ejercicio de
un poder absoluto, y conocerá con cuánta razón lo empeño en que haga pasar en los
colegios de ese departamento el proyecto de constitución del Perú que va a
sometérseles para su aprobación (...)".
Después de aprobado
El Presidente debía ser nombrado la primera vez por el Congreso pleno, llamando al
cuerpo legislativo y en lo sucesivo era vitalicio con facultad para designar sucesor.
La idea de vitalicia en los cargos públicos que Bolívar sostiene durante largo tiempo y
caracteriza a su propuesta de Presidencia de la República y a los miembros de la
Cámara de Censores, reposa en la observación que realiza de la crisis y turbulencia
inherentes a los procesos electorales, donde se agudizan contradicciones, la sociedad
se facciona y la inestabilidad se apodera de las jóvenes naciones. Por ende, dentro
de su concepción, desea evitar estos vicios periódicos, mostrándonos con esta
manera de enfocar la situación, la raíz republicana pero no plenamente democrática
ni totalmente liberal de su pensamiento en esta época, puesto que como el mismo
mencionaba:
Más bien intenta atraer a su modelo la característica de las monarquías que les brinda
estabilidad y unidad, que por lo demás era el modelo predominante en este momento
de la historia en la mayoría de Estados influyentes del mundo, ya que sólo en Suiza,
Estados Unidos y algunas de las nacientes repúblicas americanas (en proceso)
existían propuestas democráticas, que aún no habían mostrado su eficiencia.
Perspectiva temporal que es indispensable tomar en cuenta para enjuiciar este
planteamiento bolivariano.
Para equilibrar la perdurabilidad del Presidente, se planteó la necesidad de limitar sus
facultades, llegando Bolívar a decir en su célebre discurso de presentación que «le
había cortado la cabeza para que nadie tema a sus intenciones y le han ligado las
manos para que a nadie dañe», mediante su no intervención directa en la
administración interna de los asuntos ordinarios, en el nombramiento de autoridades
representativas del gobierno unitario ni en las del Poder Judicial así como sus
limitaciones a favor de la libertad y seguridad individual. Si bien existía este
desprendimiento en cuanto a asuntos de política interna, la Presidencia mantenía con
exclusividad funciones apropiadas para el plan americanista y bolivariano, tales como,
las facultades sobre las declaraciones de paz y de guerra, las relaciones exteriores y
la hacienda nacional.
La Cámara de los Censores era una reminiscencia de ese Poder Moral que había
propuesto Bolívar al Congreso de Angostura en 1819. Acusaba a los altos
funcionarios, iniciaba las leyes sobre imprenta, enseñanza, artes y ciencias. Revisaba
las leyes aprobadas en el Senado. Dirimía los desacuerdos legislativos entre el
Senado y el Tribunado. La fuerza política del Senado y de los Censores
preponderaban sobre la corriente popular encarnada en los Tribunos. Los primeros
tenían afinidades naturales. El censor vitalicio armonizaba con el senador elegido por
ocho años y aportaba al acuerdo su tendencia conservadora ligada a cierto orden de
intereses sociales. La organización legislativa estaba calculada para dar la
supremacía a los elementos representativos de la tradición y del orden.
El Título VII dedicado al poder judicial inicia con la declaración de principio que los
«tribunales y juzgados no ejercen otras funciones que la de aplicar leyes existentes»;
definición negativa a través de la cual aparece la tesis francesa sobre la jurisdicción,
tan en boga en aquella época. Esta concepción estaba dirigida directamente a evitar
la denominada -tanto Bolívar en su mensaje al Congreso boliviano como por Antonio
Guzmán en su exégesis- «tiranía judicial» que significa un poder judicial no ceñido a
aplicar el tenor expreso de las leyes existentes; involucraba vedar el ejercicio de una
interpretación judicial creativa, la subsanación de lagunas o defectos de la ley, e
imposibilitando cualquier desarrollo futuro de la revisión judicial de las disposiciones
normativas.
En cuanto al origen de los magistrados este apartado del proyecto se aleja de la Carta
de Napoleón considerando la nominación de magistrados mediante procedimientos
distintos a la nominación a cargo del Poder Ejecutivo, haciendo participar al pueblo en
la iniciativa según los requisitos de edad, conducta y versión que contempla la Carta
y reposando en el Legislativo la elección entre los propuestos. Los colegios electorales
provinciales formarían las ternas para los Magistrados y Jueces y los titulares serían
designados por el Senado. Los de la Corte Suprema eran escogidos por los Censores
entre listas preparadas por el Senado. Los colegios electorales, tenían también
intervención en la reforma de la Constitución, la que no podía ser suspendida.
Contempla la conciliación judicial como fase ineludible para los procesos civiles y
penales de acción privada, con la finalidad de instituir un «medio (por él) que mueran
al nacer gran parte de los pleitos ruinosos, que concluyen con la fortuna de los
Ciudadanos». Con ella, profundiza la tímida disposición que sobre el particular
contenía la Carta de 1823 y retomar luego la Carta de 1828, representando un
instrumento perfeccionista y pedagógico propuesto por Bolívar a favor de la sociedad.
Los Colegios Electorales, “extraña fusión de una oligarquía con las apariencias de una
elección popular”, al igual que en el Consulado Napoleónico duraban cuatro años y se
reunían anualmente, formando asambleas con tareas diversas y heterogéneas, de
naturaleza más de política federal que unidades locales administrativas.
Esta presencia, de ser efectiva, estaba pensada para cubrir el espacio de acción
política que operaba en los Consejos municipales y evitaba los problemas de las
elecciones populares directas que tanto criticaba Bolívar.
Funcionando de esta manera, los Colegios electorales aparecerían como verdaderas
asambleas provinciales de corta actividad y automática operatividad, pero por su
naturaleza se convertirían -como dice Maurius- en una oligarquía de electores
privilegiados, dueños de la administración provincial y común, legitimados para
participar de manera activa en el gobierno de la nación. Este modelo de
representatividad no era censatario pero por su propia naturaleza tenía como efecto
tolerar o consolidar la aristocracia provinciana.
Los antiguos Cabildos o municipalidades quedaron suprimidos.
Preámbulo
Preámbulo es una explicación o advertencia que se incluye antes de un
discurso o al comienzo de un escrito acerca de lo que se va a tratar. En la constitución
de 1826 dice textualmente:
“Aprobada por el Consejo de Gobierno el 1 de julio de 1826 y sometida a los
Colegios Electorales, fue ratificada el 30 de noviembre y jurada el 9 de diciembre del
mismo año)
En nombre de Dios esta constitución fue impuesta por Bolivar quie por intermedio de
Gamarra condiciona la aprobación de esta constitución vitalicia incluso con amenaza
de muerte a los miembros del colegio electoral de Lima y observando la elección de
los delegados de Arequipa a quienes los llama malditos delegados. Estos fueron
diputados liberales y antibolivaristas, entre los que destacaban, Francisco Xavier de
Luna Pizarro y Francisco de Paula González Vigil. Que finalmente fueron rechazados.
Para entender el contexto de esta constitución debemos saber que desde el año 1820
hasta el año 1823 gobierna la naciente república, la corriente libertadora del Sur
dirigida por don José de San Martín, luego asume la presidencia don Joseé de la Riva
Agüero desde el 28 de febrero de 1823 hasta el 23 de junio de 1823, luego don José
Bernardo de Tagle desde el 16 de agosto de 1823 hasta el 10 de febrero de 1824,
luego toma el control la corriente libertadora del Norte dirigida Por Simón Bolívar
desde el año 1823 hasta 1826, luego asume la presidencia Don José de la Mar el 9
de junio de 1827 hasta el 7 de junio de 1829, seguido de Don Agustín Gamarra del 1
de setiembre de 1829 hasta el 19 de diciembre de 1833.
El consejo de gobierno
El 1º de junio de 1826, el Consejo de Gobierno presidido por José de La Mar,
por viaje de Bolívar a las ciudades de Arequipa, Cuzco y Piura – decretó la creación
de seis secretarías de Estado: de Relaciones Exteriores, Justicia y Negocios
Eclesiásticos, Interior, Hacienda, Guerra y Marina.
Parte Dogmática
Durante la constitución de 1823 cabe recordar que el Perú independiente en su
artículo 11 establece que nadie nace esclavo en el Perú, pero alega que nadie puede
ingresar al Perú en la calidad de esclavo, que para efecto se prohíbe la compra y venta
de esclavos negros, que establecía la constitución de 1823.
Pero en los años siguientes, con la constitución de 1826, los propietarios de esclavos
logran coaccionar ya que durante ese periodo no repite la norma donde los
hacendados reclamaban sus derechos en las provincias litorales del departamento de
lima donde los argumentos que presentaban durante esta reclamación podrían
decirse que gira entorno de cuatro temas principales. Primero, menciona que la
esclavitud es una institución universal como aún se presenta en la biblia como se
presenta en la historia que fue de José en el cual fue vendido por sus hermanos;
Hecho donde lo que era insólito y condenable no es que existieran esclavo, sino que
los hermanos lo vendieran.
Y por último los hacendados para su reclamación presentan tres precedentes, como
a la defensa de derecho de propiedad y de la garantía de no confiscación que contiene
todas las constituciones que han regido en el Perú hasta entonces podemos observar
como un derecho fundamental para una persona no estaba establecido en la
constitución realizada por Simón Bolívar el libertador en su constitución Vitalicia.
Por otro lado, casi sin proponérselo el penúltimo artículo de la declaración de los
derechos del hombre y los ciudadanos del 26 de agosto de 1789 señaló las dos partes
que debe tener una constitución, en efecto el articulo decimosexto señala que cuando
no se garantiza ni la separación de poderes, entonces se puede decir que el pueblo
no tiene una constitución y a partir de allí tenemos la parte dogmática donde
encontramos los derechos fundamentales.
Artículo 143. Todos pueden comunicarse sus pensamientos de palabra, o por escrito,
y publicarlos por medio de la imprenta sin cesura previa; pero bajo la responsabilidad
que la ley determine.
Artículo 144.°. – Todo peruano pude permanecer o salir del territorio de la Republica
según le convenga, llevando consigo sus bienes, pero guardando los reglamentos
policía, y salvo siempre el derecho de tercero.
Las elecciones son "el mayor flagelo de las repúblicas, y la anarquía, que es el lujo de
la tiranía y el peligro más inmediato y profundo gobiernos populares. La dieta tenía
más similitudes con una monarquía que con una república.
Pando, justificaba ese carácter, manifestando que la construcción del poder ejecutivo
había sido el gran problema social de la filosofía desde la reunión de los hombres en
sociedad. Mas, el que se instauraba en la Constitución reunía las ventajas que por
tanto tiempo se buscó con ahínco, esto es, evitar la degradación del pueblo, que lo
arrastra a la servidumbre cuando se halla sometido irrevocablemente a un mismo
magistrado y ponerlo a cubierto de las conmociones y partidos, inevitables en las
elecciones del poder ejecutivo. De ese modo, la arbitrariedad y la anarquía estaban
por siempre desterradas de la República. Además, recibiendo su fuerza
“incontrastable” de la misma Constitución que lo sostenía en la cumbre del poder, el
Presidente veía identificada su eminente posición con la observancia del pacto social
y el orden prefijado en él.
Por tanto, un Presidente de por vida llenaba “la medida de poder y grandeza a que
(se) puede aspirar en la América que no consiente sino repúblicas.”
Vana y vacía retórica que solo pretendía esconder los inocultables defectos del
proyecto.
La estructura y también el origen de los órganos y agentes de los poderes del Estado
aseguraban la concentración y centralización del poder. La fuerza y vigor del
Presidente eran indispensables para hacerse sentir continuamente sobre todo el
cuerpo del Estado, porque de ser débil e insuficiente, “lejos de llenar los objetos de su
institución”, sería un principio de desorganización “más bien que el centro vital de la
República”.
El Presidente, en el que residía el Poder Ejecutivo, lo controlaba, de modo absoluto.
Era su atribución nombrar al vicepresidente (art. 85) con aparente aprobación del
Poder Legislativo. Este podía rechazar, uno a uno, a los tres candidatos del
Presidente. Sin embargo, debía elegir forzosamente a uno cualquiera de los tres
rechazados (art. 57). A él competía, naturalmente, “separar, por si solo, al
vicepresidente y a los secretarios del despacho siempre que lo estime conveniente”
(art. 83, inc. 3).
Se trataba de rebatir el principio de los radicales que afirmaban que el poder legislativo
no debía combatir contra sí mismo y, por ende, propugnaban una sola cámara.58 55.
Si bien la división del Legislativo en dos cámaras prevenía graves defectos y graves
males, dimanados de la existencia de una sola, ello no salvaba el escollo que se
quería evitar: “en que una sola Asamblea dé las leyes”. La prueba radicaba en que las
dos cámaras podrían ponerse de acuerdo en cuestiones intrascendentes, pero
disentirían en las de gran trascendencia.
Pese a que la Constitución declaraba que el Poder Legislativo debía emanar “de los
cuerpos electorales nombrados por el pueblo” (art. 27), los Censores eran vitalicios
(art. 61). Los Tribunos y Senadores -cuyos mandatos eran de 4 y 8 años que se
renovaban por mitades, cada dos y cuatro años, respectivamente (arts. 44 y 48)- sólo
eran elegidos por el cuerpo electoral “la primera vez” (art. 26, inc, 2).
Después, eran cooptados, es decir, designados por sus propios pares. Las Cámaras,
de esta manera, definían y defendían su composición concentrando, en si mismas, su
poder que no era muy extenso.
Además de ejercer muy limitadas atribuciones electorales (nombrar por primera vez
al Presidente y ratificar a sus sucesores y elegir a sus propios miembros) decidían,
“en juicio nacional”, si había o no lugar a formación de causa contra el vicepresidente
y los secretarios de Estado así como investir, “en tiempo de guerra, o de peligro
extraordinario, al presidente de la República con las facultades que se juzguen
indispensables para la salvación del Estado” (art. 30).
PODER ELECTORAL:
Sin embargo, intentó dar la impresión engañosa de que los cuerpos o colegios
electorales constituían una de las “secciones” del “poder supremo” (art. 9). No era así.
El Electoral, como se ha visto, no tenía más poder que el de formular “propuestas” de
candidatos. Si bien la Constitución declaraba que el Poder Electoral residía en los
ciudadanos (art. 20) su ejercicio estaba confiado a los colegios electorales (un elector
por cada 100 ciudadanos) (arts. 20 y 23), los que tenían un mandato de cuatro años
(art. 25).
El sistema electoral obviamente era indirecto. La ciudadanía, por otro lado, estaba
reservada a los peruanos, mayores de 25 años, que supieran leer y escribir y que
poseyeran empleo o industria, o que profesaren alguna ciencia o arte “sin sujeción a
otro en clase de sirviente doméstico” (art. 14). Las normas de la Constitución vitalicia
representaban un franco retroceso respecto de la Carta de 1823 que reconocía
plenamente la soberanía popular y que extendía más generosamente la ciudadanía,
ya que no exigía el requisito de saber leer y escribir sino a partir de 1840, además que
constituía los colegios electorales de parroquia con “todos los vecinos residentes en
ella que estuviesen en ejercicio de la ciudadanía” (art. 32), aunque sólo permitía la
designación de un elector por cada 200 electores (art. 33).
Bolívar usó con el llamado Poder Electoral una estrategia análoga a la que empleara
para legitimar el régimen vitalicio. No sólo exageró su importancia, sino que,
declinando su posición adversa al federalismo, intentó demostrar que, con ese Poder,
se confería a los pueblos “los derechos de que gozan los gobiernos particulares de
los Estados federados”, lo que estaba muy lejos de la verdad, dadas las muy limitadas
y mezquinas competencias de los cuerpos electorales.
Como se ha anotado ya, elegían, por una sola y única vez, a los primeros miembros
de las Cámaras (art. 16, inc. 2) y después, se limitaban a proponer candidatos para
que las Cámaras “cooptaran” a sus miembros al producirse renovaciones o vacantes
(art. 16, inc. 2 y art. 61).
“El poder electoral – decía el artículo 21- lo ejercen inmediatamente los ciudadanos
en ejercicio, nombrando por cada cien ciudadanos un elector”. Ese derecho sólo podía
ejercitarse cada cuatro años que era la duración del mandato de los cuerpos
electorales (art. 25), lo que limitaba la participación electoral directa del ciudadano que
ya había perdido su derecho individual de fiscalización y de petición a favor de los
“cuerpos electorales”.
Estos, a su turno, funcionaban apenas cinco días al año entre el 2 y 6 de enero para
ejercitar todas sus atribuciones: calificación de ciudadanos, nombramiento de las
Cámaras, por primera vez, proponer listas de candidatos (vacantes del Congreso,
autoridades políticas, alcaldes, jueces de paz, jueces de distrito y de primera instancia)
así como para “pedir a las Cámaras cuanto crean favorable al bienestar de los
ciudadanos y quejarse de los agravios e injusticias que reciban de las autoridades
constituidas” (art. 26). Es evidente que el tan pomposamente denominado Poder
Electoral no pasaba de ser una ficción que encubría la hostilidad hacia el sufragio y la
participación popular tanto en el ejercicio como en la fiscalización del poder.
Para ser ciudadano se requería tener la nacionalidad peruana, saber leer y escribir,
tener un empleo o industria o profesar alguna ciencia o arte. Las fuentes que
inspiraron a Bolívar a la organización de su poder electoral. Ellas fueron las
Constituciones Consulares de los años VIII y X, la de Cádiz de 1812 y la peruana de
1823.
Los Colegios Electorales, “extraña fusión de una oligarquía con las apariencias de una
elección popular” al igual que en el consulado Napoleónico duraban cuatros años y se
reunían anualmente, formando asambleas con tareas diversas y heterogenias de
naturaleza más de política federal y de unidades locales – administrativa. Entre sus
atributos es que eran amplísimas, estaban
Compuesto por los electores que serían capaz de nombrar a los que serían miembros
del poder legislativo, asimismo para ser elector tenía que ser nombrado por 100
ciudadanos, mismo que establece el artículo. 20 de la constitución vitalicia, estos
desempeñarían su cargo durante 4 años establecidos, sus funciones eran calificar a
los ciudadanos que entren en el ejercicio de sus derechos y suspender a aquellos
ciudadanos que figuren en los casos que establece el artículo. 18 y el artículo 19 de
la presente carta magna.
5.- Por comprar o vender sufragios en las elecciones, o turbar el orden en ellas
Asimismo, otra de las funciones que ejercían era nombrar a los miembros de la
cámara siempre y cuando fuera por primera vez, como también organizar en una lista
de aspirantes al cargo a las cámaras, al poder ejecutivo que amerite ser nombrado
prefecto de su departamento, gobernador de su provincia y corregidor de sus cantones
o pueblos, además al prefecto del departamento, alcaldes, Jueces de Paz, al senado,
los miembros de las cortes del distrito Judicial, revisando sus identidades de cada uno
de los seleccionados y a si nombrándolos constitucionalmente.
PODER LEGISLATIVO:
2.-Para examinar la conducta del Ministerio, cuando sea este acusado por la
cámara de censores.
Y Para mantener un orden en esta reunión cada cámara les precedía uno de sus
presidentes por turno, según lo establece el Articulo 41.
De la constitución de 1826.
¿Pero cuál eran los requisitos y que función cumplían cada cámara
individualmente?
Capítulo II
De la Cámara de Tribunos
12. En la fuerza armada de mar y tierra para el año, a propuesta del Gobierno;
Artículo 44.°. - La Cámara de Tribunos se renovará, por mitad, cada dos años y su
duración será de cuatro. En la primera legislatura la mitad que salga a los dos años
será por suerte.
Capítulo III
De la Cámara de Senadores
8. Elegir de la lista que le presenten los Cuerpos electorales los Jueces del distrito y
los subalternos de todo el departamento de Justicia;
9. Arreglar el ejercicio del patronato y dar proyectos de ley sobre todos los negocios
eclesiásticos que tienen relación con el Gobierno;
10. Examinar las decisiones conciliares, bulas, rescritos y breves pontificios para
aprobarlos o no.
Artículo 48.°. - La duración de los miembros del Senado será de ocho años, y por
mitad se renovará cada cuatro años, debiendo salir por suerte la primera mitad de la
primera legislatura.
Capítulo IV
De la Cámara de Censores
1. Velar si el Gobierno cumple y hace cumplir la Constitución, las leyes y los tratados
públicos;
Artículo 54. °- Estando de acuerdo dos Cámaras debe abrirse el juicio nacional.
Artículo 55.°.- Entonces se reunirán las tres Cámaras, y en vista de los documentos
que presente la Cámara de Censores se decidirá, a pluralidad absoluta de votos, si
hay o no lugar a la formación de causa al Vicepresidente o a los Secretarios de Estado.
Artículo 56.°.— Luego que en juicio nacional se decrete que ha lugar a la formación
de causa al Vicepresidente o a los Secretarios de Estado, quedarán éstos en el acto
suspensos de sus funciones y las Cámaras pasarán todos los antecedentes al
Tribunal Supremo de Justicia, el cual conocerá exclusivamente de la causa, y el fallo
que pronunciare se ejecutará sin apelación.
Artículo 57.°- Luego que las Cámaras declaren que ha lugar a la formación de causa
al Vicepresidente y Secretarios de Estado, el Presidente de la República presentará a
las Cámaras reunidas un candidato para la Vicepresidencia interina, y nombrará
interinamente Secretarios de Estado. Si el primer candidato fuere rechazado a
pluralidad absoluta del Cuerpo legislativo, el Presidente presentará segundo
candidato, y si fuere rechazado presentará tercer candidato, y si éste fuere igualmente
rechazado, entonces las Cámaras elegirán por pluralidad absoluta, en el término de
veinticuatro horas precisamente, uno de los tres candidatos propuestos por el
Presidente.
Artículo 58.°.-El Vicepresidente interino ejercerá desde aquel acto sus funciones hasta
el resultado del juicio contra el propietario.
Artículo 59.°. - Por una ley que tendrá origen en la Cámara de Censores se
determinarán los casos en que el vicepresidente y secretarios de Estado son
responsables en común o en particular.
1. Escoger de la terna que remita el Poder Ejecutivo los individuos que deben formar
el Tribunal Supremo de Justicia y los que se han de presentar para los arzobispados,
obispados, canonjías y prebendas vacantes;
3. Proteger la libertad de imprenta y nombrar los Jueces que deben ver en última
apelación los juicios de ella;
5. Conceder premios y recompensas nacionales a los quo las merezcan por sus
servicios a la República;
En este capítulo encontramos la Función que cumplía el poder legislativo desde como
el Gobierno puede presentar los proyectos de ley a las cámaras para que debatan
sobre estos, cuando la cámara de tributos adopte un proyecto de ley lo remitirá al
senado adjuntando el proyecto de ley, si la cámara de senadores aprueban el proyecto
de ley devuelven a la cámara de tributos con las palabras “el senado devuelve a la
cámara de tribunos el proyecto de ley, (con reforma o sin ella) y cree que debe pasar
al ejecutivo para su ejecución que a su vez todas la cámaras observaran esta misma
fórmula , si una cámara no aprobase la reforma presenta por alguna de las cámaras
esta llamara a las otras dos para a una reunión para discutir la reforma o algún
problema que se haya encontrado ya que esta reunión se hace con el fin de
entenderse. Una vez aceptado el proyecto, se dirigirán al presidente de la republica
de copias firmadas por el presidente y secretarios de cámara, si la cámara de
senadores se denegase a adoptar el proyecto de los tribunos, lo pasara a los
censores.
Cabe mencionar si el mandatario del país considera que la ley no es conveniente,
deberá en el término de 10 días cumplidas, devolverá a la cámara que la dio con sus
observaciones.
Otro punto a tomar en cuenta es que la constitución vitalicia Art. 71 menciona que las
leyes que se dieron en los últimos diez días de las sesiones podrán ser retenidas por
el poder ejecutivo hasta las próximas sesiones, cuando el poder ejecutivo devuelva
las leyes con observaciones a las cámaras, se reunirán estas para debatir y el acuerdo
a que lleguen la mayoría será respetado y se ara, pero si el poder ejecutivo no tuviere
que hacer observaciones a las leyes, las mandara a publicar con la palabra
“promúlguese”.
Los proyectos de ley, creados por la cámara del senado ira a la cámara de censores,
y si fueran allí confirmados, tendrán fuerza de ley, si los censores no aprobaron la ley
pasara a la cámara de Tribunos, y su decisión se cumplirá como se a dicho con
respecto a la cámara de tribunos, lo mismo sucederá con los proyectos de ley iniciados
en la cámara de censores pasaran a la cama de senado.
PODER EJECUTIVO
El poder ejecutivo era conformado por un presidente vitalicio que en este caso fue don
Simón Bolívar, por un vicepresidente que era elegido por el presidente, y tres ministros
ya que existía tres ministerios las cuales eran el:
TÍTULO VI
DEL PODER EJECUTIVO
5. No haber sido condenado jamás por los tribunales ni aun por faltas leves.
3. Separar por sí solo al Vicepresidente y a los Secretarios del despacho siempre que
lo estime conveniente;
11. Cuando el Presidente dirige la guerra en persona podrá residir en todo el territorio
ocupado por las armas nacionales;
12. Disponer de la milicia nacional para la seguridad interior dentro de los límites de
sus departamentos, y fuera de ellos, con consentimiento del Cuerpo legislativo;
16. Dar retiros y licencias. Conceder las pensiones de los militares y de sus familias
conforme a las leyes, y arreglar según ellas todo lo demás consiguiente a este ramo;
19. Cuidar de la recaudación e inversión de las contribuciones con arreglo a las leyes;
24. Conceder el pase o suspender las decisiones conciliares, bulas pontificias, breves
y escritos con anuencia del Poder a quien corresponda;
27. Elegir uno de la terna de candidatos propuestos por el gobierno eclesiástico para
curas y vicarios de las provincias;
28. Suspender hasta por tres meses a los empleados, siempre que haya causa para
ello;
29. Conmutar las penas capitales decretadas a los reos por los tribunales;
4. No podrá impedir las elecciones ni las demás funciones que por las leyes competen
a los Poderes de la República;
Del Vicepresidente
Artículo 87.°.— Para ser Vicepresidente se requieren las mismas cualidades que para
Presidente.
Capítulo III
Artículo 92.°. Habrá cuatro Secretarios del despacho, que despacharán bajo las
órdenes inmediatas del Vicepresidente.
Artículo 93. ° Ningún tribunal ni persona pública dará cumplimiento a las órdenes del
Ejecutivo que no estén firmadas por el Vicepresidente y Secretarios del despacho del
departamento correspondiente.
PODER JUDICIAL
TÍTULO VII
Capítulo I
Artículo 97.°. Los tribunales y Juzgados no ejercen otras funciones que la de aplicar
leyes existentes.
Artículo 98.°. Durarán los Magistrados y Jueces tanto cuanto duraren sus buenos
servicios.
Artículo 99.°. Los Magistrados y Jueces no pueden ser suspendidos de sus empleos
sino en los casos determinados por las leyes; cuya aplicación, en cuanto a los
primeros, corresponde a la Cámara de Senadores, y a las cortes del distrito en cuanto
a los segundos, con previo conocimiento del Gobierno.
Artículo 100.°. Toda falta grave de los Magistrados y Jueces en el desempeño de sus
respectivos cargos produce acción popular, la cual puede intentarse en todo el término
de un año por el órgano del Cuerpo electoral.
Capítulo II
De la Corte Suprema
Artículo 102.°.La primera magistratura judicial del Estado residirá en la Corte Suprema
de Justicia.
3. Examinar las bulas, breves y rescritos cuando se versen sobre materias civiles;
6. Dirimir las competencias de las Cortes de Justicia entre sí y las de éstas con las
demás autoridades;
8. Oír las dudas de los demás tribunales sobre la inteligencia de alguna ley y consultar
al Ejecutivo para que promueva la conveniente declaración en las Cámaras;
9. Conocer de los recursos de nulidad que se interpongan contra las sentencias dadas
en última instancia por los cortos de justicia;
10. Examinar el estado y progreso de las causas civiles y criminales pendientes en
las cortes de distrito por los medios que la ley establezca;
11. Ejercer, por último, la alta facultad directiva, económica y correccional sobre los
tribunales y Juzgados de la nación.
Capítulo III
3. Haber sido Juez de letras o ejercido la abogacía con crédito por cinco años.
Partidos judiciales
Capítulo V
De la administración de justicia
Artículo 112.°. Habrá Jueces de paz en cada pueblo para las conciliaciones, no
debiéndose admitir demanda alguna civil o criminal de injurias sin este previo requisito.
Artículo 113. ° El ministerio de los conciliadores se limita a oír las solicitudes de las
partes, instruirlas de sus derechos y procurar entre ellas un acomodamiento prudente.
Artículo 114.°. Las acciones fiscales no admiten conciliación.
Artículo 117.°. Ningún peruano puede ser preso sin precedente información del hecho
por el que merezca pena corporal y un mandamiento escrito del Juez ante quien ha
de ser presentado, excepto en los casos de los artículos 84, restricción segunda, 123
y 133.
Artículo 118.°. Acto continuo, si fuere posible, deberá dar su declaración sin
juramento, no difiriéndose ésta en ningún caso por más tiempo que el de cuarenta y
ocho horas.
Artículo 119.° In fraganti todo delincuente puede ser arrestado por cualquiera persona
y conducido a la presencia del Juez.
Artículo 122.°. Queda abolida toda confiscación de bienes y toda pena cruel y de
infamia trascendental. El código criminal limitará en cuanto sea posible la aplicación
de la pena capital.
Una reforma es aquello que se propone, proyecta o ejecuta con el objetivo de mejorar,
Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría
legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso, superior
República.
ciudadanos equivalente al cero punto tres por ciento (0.3%) de la población electoral,
pesos y medidas.
la mejora de la policía y
ramos de industria.
guerra.
12.- En la fuerza armada de mar y tierra para el año, a propuesta del Gobierno.
del Gobierno.
14.- En los negocios extranjeros.
desde el 138 hasta el 141, donde queda establecido el procedimiento para la reforma
cámara de los tribunos y apoyada por dos tercios de los miembros presentes de la
cámara de tribunos. La propuesta debe ser leída por tres veces cada 6 días para poder
convencidas de la reforma se emite una ley a los cuerpos electorales para que estos
confieran poderes especiales a los miembros de las tres cámaras para poder reformar
la constitución.
Bolivar que no se inclinaba tanto por la separación de poderes, si mas bien que por la
razón o por la fuerza trataba de imponer sus principios y sus deseos de ser un
presidente vitalicio.
REFORMA CONSTITUCIONAL: CAPÍTULO ÚNICO
advirtiese que alguno de sus artículos merece reforma; se hará la proposición por
Art. 139º.- La proposición será leída por tres veces con intervalo de seis días
de reformar la Constitución, se expedirá una ley por la cual se mandará a los Cuerpos
Electorales confieran a los Diputados de las tres Cámaras, poderes especiales para
alternar o reformar la Constitución indicando las bases sobre que deba recaer la
reforma.
dos legislaturas con dos tercios del numero legal de miembros o con una legislatura
constituciones, pero hay aspectos que podemos hacer notar las diferencias y
similitudes.
1826 1993
TITULOS 11 6
PRESIDENCIAL
CIUDADANO
senadores y censores
PODER EJECUTIVO Presidente vitalicio, un Presidente, dos
vicepresidente y 4 vicepresidentes,
de ministros y 18
ministros
jueces supremos
cantones gobernadores
marina de guerra.
Continuando con las diferencias, tenemos a:
Título I: De la nación.
o Capítulo I: De la nación peruana.
o Capítulo II: Del territorio.
Art. 13º.- Los peruanos que estén privados del ejercicio del Poder electoral,
En el Capítulo uno
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza,
sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de
comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común.
Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le
impide circular libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de
fundar medios de comunicación
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de
cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se
exceptúan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que
expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional.
14. A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden
público.
Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad
mediante un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son
citados por cualquier autoridad.
20. A formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad
competente, la que está obligada a dar al interesado una respuesta también por
escrito dentro del plazo legal, bajo responsabilidad.
22. A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar
de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.
a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que
ella no prohíbe.
c. No hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato judicial por
incumplimiento de deberes alimentarios.
f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del Juez o
por las autoridades policiales en caso de flagrante delito.
El detenido debe ser puesto a disposición del juzgado correspondiente, dentro de las
h. Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura
o a tratos inhumanos o humillantes. Cualquiera puede pedir de inmediato el
examen médico de la persona agraviada o de aquélla imposibilitada de recurrir
por sí misma a la autoridad. Carecen de valor las declaraciones obtenidas por
la violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad.
La república del Perú es democrática, es decir se rige por los principios democráticos,
entre otros, la alternancia en el poder y sus gobernantes libremente elegidos por voto
universal y directo no como pensaba Bolívar en un presidente vitalicio.
Con respecto a la religión antes solo se aceptaba la religión católica, hoy se acepta
otras confesiones religiosas, lo que es bueno ya que nadie puede ser discriminado
por motivos de su raza, sexo o religión entre otros.
Antes el poder supremo se dividía en poder electoral, poder ejecutivo, poder legislativo
y poder judicial. En la actualidad tenemos tres organismos autónomos del estado
encargados de los asuntos electorales, pero con una estructura y mecanismo de
funcionamiento totalmente diferentes, nuestros organismos son: el jurado nacional de
elecciones, la ONPE y la RENIEC.
Se establece en la actualidad que el poder emana del pueblo mediante el voto popular
y ninguna persona civil o militar u organización puede arrogarse el ejercicio de ese
poder porque puede ser juzgado por los delitos de SEDICIÓN O REBELIÓN.
Hoy tenemos la figura de los procuradores que se encargan de defender los intereses
del estado.
En la constitución de 1826:
Art. 1º.- La Nación Peruana es la reunión de todos los peruanos.
Art. 2º.- El Perú es, y será para siempre, independiente de toda dominación
extranjera; y no puede ser patrimonio de ninguna persona ni familia.
Art. 3º.- El Territorio de la República Peruana comprende los departamentos de
La Libertad, Junín, Lima, Arequipa, Cuzco, Ayacucho y Puno.
Art. 4º.- Se divide en departamentos, provincias y cantones.
Art. 5º.- Por una ley se hará la división más conveniente; y otra fijará sus límites
de acuerdo con los Estados limítrofes.
Art. 6º.- La Religión del Perú es la católica, Apostólica y Romana
Art. 7º.- El Gobierno del Perú es popular representativo.
Art. 8º.- La soberanía emana del pueblo, y su ejercicio reside en los Poderes
que establece esta Constitución.
Art. 9º.- El Poder Supremo se divide para su ejercicio en cuatro secciones:
Electoral, Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Art. 10º.- Cada Poder ejercerá las atribuciones que le señala esta Constitución,
sin excederse de sus límites respectivos.
Constitución de 1993:
Artículo 44º Son deberes primordiales del Estado: defender la soberanía nacional;
garantizar la plena vigencia de los derechos humanos; proteger a la población de las
amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar general que se fundamenta
en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la Nación.
Artículo 45º El poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con
las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen.
Ninguna persona, organización, Fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la
población puede arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o
sedición.
Artículo 47º La defensa de los intereses del Estado está a cargo de los Procuradores
Públicos conforme a ley. El Estado está exonerado del pago de gastos judiciales.
Artículo 48º Son idiomas oficiales el castellano y, en las zonas donde predominen,
también lo son el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes, según la ley.
Son símbolos de la Patria la Bandera de tres franjas verticales con los colores rojo,
blanco y rojo, y el Escudo y el Himno nacional establecidos por ley.
Artículo 51º La Constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las
normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La publicidad es esencial para la
vigencia de toda norma del Estado.
Artículo 52º Son peruanos por nacimiento los nacidos en el territorio de la República.
También lo son los nacidos en el exterior de padre o madre peruanos, inscritos en el
registro correspondiente durante su minoría de edad.
Son asimismo peruanos los que adquieren la nacionalidad por naturalización o por
opción, siempre que tengan residencia en el Perú.
Artículo 53º La ley regula las formas en que se adquiere o recupera la nacionalidad.
La nacionalidad peruana no se pierde, salvo por renuncia expresa ante autoridad
peruana.
Artículo 54º El territorio del Estado es inalienable e inviolable. Comprende el suelo,
el subsuelo, el dominio marítimo, y el espacio aéreo que los cubre.
El dominio marítimo del Estado comprende el mar adyacente a sus costas, así como
su lecho y subsuelo, hasta la distancia de doscientas millas marinas medidas desde
las líneas de base que establece la ley.
En la constitución de 1993 se aborda el tema con más detalle, pero muchos consideran
que este capítulo favorece a los intereses de los ricos y está en contra de las mayorías
empobrecidas y limita al gobierno en su capacidad de actuar frente a los privados.
El estado vigila y permite la libre competencia evitando los monopolios, pero en nuestro
país no se cumple lo normado, los monopolios y las posiciones dominantes hacen mucho
daño a nuestro país.
En la constitución de 1826:
Secretarios de estado:
Art. 95º.- Formarán los presupuestos anuales de los gastos que deban hacerse en sus
respectivos ramos, y rendirán cuenta de los que se hubieren hecho en el año anterior.
Administración de justicia:
Art. 122º.- Queda abolida toda confiscación de bienes y toda pena cruel y de infamia
trascendental. El Código Criminal limitará en cuanto sea posible la aplicación de la pena
capital.
Constitución de 1993:
Artículo 58º La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado.
Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las
áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e
infraestructura.
140
Artículo 61º El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la
limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación
puede autorizar ni establecer monopolios.
Artículo 62º La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar válidamente
según las normas vigentes al tiempo del contrato. Los términos contractuales no pueden
ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase. Los conflictos
derivados de la relación contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial,
según los mecanismos de protección previstos en el contrato o contemplados en la ley.
141
En todo contrato del Estado y de las personas de derecho público con extranjeros
domiciliados consta el sometimiento de éstos a las leyes y órganos jurisdiccionales de la
República y su renuncia a toda reclamación diplomática. Pueden ser exceptuados de la
jurisdicción nacional los contratos de carácter financiero.
El Estado y las demás personas de derecho público pueden someter las controversias
derivadas de relación contractual a tribunales constituidos en virtud de tratados en vigor.
Pueden también someterlas a arbitraje nacional o internacional, en la forma en que lo
disponga la ley.
Artículo 65º El Estado defiende el interés de los consumidores y usuarios. Para tal efecto
garantiza el derecho a la información sobre los bienes y servicios que se encuentran a su
disposición en el mercado. Asimismo, vela, en particular, por la salud y la seguridad de
la población.
142
Nuestro poder legislativo solamente tiene una cámara de congresistas hecho que nace
en la dictadura del presidente Fujimori para facilitar el control de este poder del estado
como se observó al final la compra de congresistas. Los congresistas representan a la
nación y gozan de inmunidad y no pueden formar parte de organizaciones privadas.
Constitución de 1826:
Constitución de 1993:
Artículo 91º No pueden ser elegidos congresistas si no han dejado el cargo seis meses
antes de la elección:
1. Los ministros y viceministros de Estado, el Contralor General, y las autoridades
regionales.
PODER EJECUTIVO
4. Salir del territorio nacional sin permiso del Congreso o no regresar a él dentro del plazo
fijado.
5. Destitución, tras haber sido sancionado por alguna de las infracciones mencionadas
en el Artículo 117 de la Constitución.
Artículo 117º El Presidente de la República sólo puede ser acusado, durante su período,
por traición a la patria; por impedir las elecciones presidenciales, parlamentarias,
regionales o municipales; por disolver el Congreso, salvo en los casos previstos en el
Artículo 134 de la Constitución, y por impedir su reunión o funcionamiento, o los del
Jurado Nacional de Elecciones y otros organismos del sistema electoral.
10. Cumplir y hacer cumplir las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones.
19. Dictar medidas extraordinarias, mediante decretos de urgencia con fuerza de ley,
en materia económica y financiera, cuando así lo requiere el interés nacional y con
cargo de dar cuenta al Congreso. El Congreso puede modificar o derogar los referidos
decretos de urgencia.
148
Ejercer las demás funciones de gobierno y administración que la Constitución y las leyes
le encomiendan
PODER JUDICIAL
Artículo 138º La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el
Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las
leyes.
En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma
legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma legal sobre toda otra
norma de rango inferior.
3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. Ninguna persona puede ser
desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento
distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de
excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su
denominación.
Los procesos judiciales por responsabilidad de funcionarios públicos, y por los delitos
cometidos por medio de la prensa y los que se refieren a derechos fundamentales
garantizados por la Constitución, son siempre públicos.
5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los
decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos
de hecho en que se sustentan.
6. La pluralidad de la instancia.
7. La indemnización, en la forma que determine la ley, por los errores judiciales en los
procesos penales y por las detenciones arbitrarias, sin perjuicio de la responsabilidad a
que hubiere lugar.
En tal caso, deben aplicarse los principios generales del derecho y el derecho
consuetudinario.
150
9. El principio de inaplicabilidad por analogía de la ley penal y de las normas que restrinjan
derechos.
11. La aplicación de la ley más favorable al procesado en caso de duda o de conflicto entre
leyes penales.
14. El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso.
Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la causa o las razones de
su detención. Tiene derecho a comunicarse personalmente con un defensor de su
elección y a ser asesorada por éste desde que es citada o detenida por cualquier
autoridad.
15. El principio de que toda persona debe ser informada, inmediatamente y por escrito, de
las causas o razones de su detención.
18. La obligación del Poder Ejecutivo de prestar la colaboración que en los procesos le sea
requerida.
19. La prohibición de ejercer función judicial por quien no ha sido nombrado en la forma
prevista por la Constitución o la ley. Los órganos jurisdiccionales no pueden darle
posesión del cargo, bajo responsabilidad.
20. El principio del derecho de toda persona de formular análisis y críticas de las
resoluciones y sentencias judiciales, con las limitaciones de ley.
151
22. El principio de que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación
y reincorporación del penado a la sociedad.
Artículo 140º La pena de muerte sólo puede aplicarse por el delito de Traición a la Patria
en caso de guerra, y el de terrorismo, conforme a las leyes y a los tratados de los que el
Perú es parte obligada.
Artículo 142º No son revisables en sede judicial las resoluciones del Jurado Nacional de
Elecciones en materia electoral, ni las del Consejo Nacional de la Magistratura en materia
de evaluación y ratificación de jueces.
Artículo 143º El Poder Judicial está integrado por órganos jurisdiccionales que
administran justicia en nombre de la Nación, y por órganos que ejercen su gobierno y
administración. Los órganos jurisdiccionales son: la Corte Suprema de Justicia y las
demás cortes y juzgados que determine su ley orgánica.
4. Una remuneración que les asegure un nivel de vida digno de su misión y jerarquía.
3. Ser mayor de cuarenta y cinco años;4. Haber sido magistrado de la Corte Superior o
Fiscal Superior durante diez años, o haber ejercido la abogacía o la cátedra
universitaria en materia jurídica durante quince años.
Artículo 148º Las resoluciones administrativas que causan estado son susceptibles de
impugnación mediante la acción contencioso-administrativa.
Artículo 149º Las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, con el apoyo
de las Rondas Campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de su
ámbito territorial de conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no violen
los derechos fundamentales de la persona. La ley establece las formas de coordinación
de dicha jurisdicción especial con los Juzgados de Paz y con las demás instancias del
Poder Judiciales.
153
Desde antes se ofrece ciertas garantías a los ciudadanos y estas están consagradas en
ambas constituciones. La libertad, la propiedad privada y la igualdad ante la ley son
principios fundamentales.
También es importante destacar hoy las instituciones: Habeas corpus, acción de amparo,
habeas data, acción popular, acción de cumplimiento son utilizadas con frecuencia.
Constitución de 1826
Art. 142º.- La libertad civil, la seguridad individual, la propiedad y la igualdad ante la ley,
se garantizan a los ciudadanos por la Constitución.
Art. 143º.- Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra o por escrito, y
publicarlos por medio de la imprenta sin censura previa; pero bajo la responsabilidad que
la ley determine.
Art. 144º.- Todo peruano puede permanecer o salir del territorio de la República, según
le convenga, llevando consigo sus bienes, pero guardando los reglamentos de policía, y
salvo siempre el derecho de tercero.
Art. 145º.- Toda casa de peruano es un asilo inviolable. De noche no se podrá entrar en
ella, sólo por su consentimiento; y de día sólo se franqueará su entrada en los casos y
de la manera que determine la ley.
154
Art. 147º.- Quedan abolidos los empleos y privilegios hereditarios y las vinculaciones; y
son enajenables todas las propiedades, aunque pertenezcan a obras pías, a religiones o
a otros objetos.
Art. 148º.- Ningún género de trabajo, industria o comercio puede ser prohibida, a no ser
que se oponga a las costumbres públicas, a la seguridad, y a la salubridad de los
peruanos.
Constitución de 1993:
1. La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual
o los derechos constitucionales conexos.
155
2. La Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier
autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos
reconocidos por la Constitución, con excepción de los señalados en el inciso siguiente.
(*)
4. La Acción de Inconstitucionalidad, que procede contra las normas que tienen rango de
ley: leyes, decretos legislativos, decretos de urgencia, tratados, reglamentos del
Congreso, normas regionales de carácter general y ordenanzas municipales que
contravengan la Constitución en la forma o en el fondo.
5. La Acción Popular, que procede, por infracción de la Constitución y de la ley, contra los
reglamentos, normas administrativas y resoluciones y decretos de carácter general,
cualquiera sea la autoridad de la que emanen.
(*) Incisos modificados por el Artículo único de la Ley Nº 26470, publicada el 12.06.1995.
Para ser miembro del Tribunal Constitucional, se exigen los mismos requisitos que para
ser vocal de la Corte Suprema. Los miembros del Tribunal Constitucional gozan de la
misma inmunidad y de las mismas prerrogativas que los congresistas. Les alcanzan las
mismas incompatibilidades. No hay reelección inmediata. Los miembros del Tribunal
Constitucional son elegidos por el Congreso de la República con el voto favorable de los
dos tercios del número legal de sus miembros. No pueden ser elegidos magistrados del
Tribunal Constitucional los jueces o fiscales que no han dejado el cargo con un año de
anticipación.
1. El Presidente de la República;
2. El Fiscal de la Nación;
5. Cinco mil ciudadanos con firmas comprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones.
Si la norma es una ordenanza municipal, está facultado para impugnarla el uno por
ciento de los ciudadanos del respectivo ámbito territorial, siempre que este porcentaje
no exceda del número de firmas anteriormente señalado;
6. Los presidentes de Región con acuerdo del Consejo de Coordinación Regional, o los
alcaldes provinciales con acuerdo de su Concejo, en materias de su competencia.
Artículo 204º La sentencia del Tribunal que declara la inconstitucionalidad de una norma
se publica en el diario oficial. Al día siguiente de la publicación, dicha norma queda sin
efecto. No tiene efecto retroactivo la sentencia del Tribunal que declara inconstitucional,
en todo o en parte, una norma legal.
Conclusiones
La constitución de 1826 no fue debatida por congreso alguno, no fue sometida por algún
Asimismo, la idea de unificar la Gran Colombia con Perú y Bolivia no prospero por la
realidad cultural de estos países, los cuales eran totalmente diferente y estaba
enmarcada por la ambición de poder de Bolívar.
159
Bolívar había tomado ideas de los diferentes sistemas para la elaboración de la carta
magna de 1826 como: De la monarquía, el principio de estabilidad; de la democracia, el
poder electoral; del régimen unitario, la absoluta centralización; del federalismo, la
intervención popular en los nombramientos políticos; del sistema oligárquico, el carácter
vitalicio de los censores; y del sistema plebiscitario, el derecho de petición y el referéndum
para las reformas constitucionales. El creía que había reunido todas las virtudes, pero en
realidad lo que hizo por enjaular todos los defectos
160
Recomendaciones
Anexos
ELECTORAL
LEGISLATIVO
4 PODERES
EJECUTIVO
JUDICIAL
Respeto a la constitución
CONSTITUCIONALES públicos
CONSTITUCIÓN
Diputados
DE 1826
TRICAMERAL Senadores
Censores
Elegido
Vitalicio
PRESIDENTE
Secretario De
Estado
Abolición de Empleos
religiosos
162
EN EL NOMBRE DE DIOS
TÍTULO I
DE LA NACIÓN
CAPÍTULO I
De la Nación Peruana
Art. 2º.- El Perú es, y será para siempre, independiente de toda dominación extranjera; y
no puede ser patrimonio de ninguna persona ni familia.
163
CAPÍTULO II
Del Territorio
Art. 5º.- Por una ley se hará la división más conveniente; y otra fijará sus límites de
acuerdo con los Estados limítrofes.
TÍTULO II
De la Religión
Art. 6º.- La Religión del Perú es la católica, Apostólica y Romana.
TÍTULO III
DEL GOBIERNO
CAPÍTULO I
Forma de Gobierno
Art. 8º.- La soberanía emana del pueblo, y su ejercicio reside en los Poderes que
establece esta Constitución.
Art. 9º.- El Poder Supremo se divide para su ejercicio en cuatro secciones: Electoral,
Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
164
Art. 10º.- Cada Poder ejercerá las atribuciones que le señala esta Constitución, sin
excederse de sus límites respectivos.
CAPÍTULO II
De los peruanos
Art. 11º.- Son peruanos:
1.- Todos los nacidos en el territorio de la República.
2.- Los hijos de padre o madre peruanos, nacidos fuera del territorio, luego que
manifiesten legalmente su voluntad de domiciliarse en el Perú.
3.- Los Libertadores de la República, declarados tales por la ley de 12 de febrero de
1825.
4.- Los extranjeros que obtengan carta de naturaleza, o tengan tres años de vecindad en
el territorio de la República.
Art. 13º.- Los peruanos que estén privados del ejercicio del Poder electoral, gozarán de
todos los derechos civiles concedidos a los ciudadanos.
4.- Tener algún empleo o industria; o profesar alguna ciencia o arte, sin sujeción a otro
en clase de sirviente doméstico.
Art. 16º.- Los ciudadanos de las naciones de América antes española, gozarán de los
derechos de ciudadanía el Perú, según los tratados que se celebren con ellas.
Art. 17º.- Solo los que sean ciudadanos en ejercicio, pueden obtener empleos y cargos
públicos.
TÍTULO IV
CAPÍTULO I
De las Elecciones
Art. 21º.- El Ejercicio del Poder Electoral no podrá jamás ser suspenso; y los magistrados
civiles, sin esperar orden alguna, deben convocar al pueblo, precisamente en el período
señalado por la ley.
CAPÍTULO II
Art. 23º.- El Cuerpo Electoral se compone de los Electores nombrados por los ciudadanos
sufragantes.
Art. 25º.- Cada Cuerpo Electoral durará cuatro años; al cabo de los cuales cesará,
dejando instalado al que le suceda.
167
Art. 26º.- Los Electores se reunirán todos los años en los días dos, tres, cuatro, cinco y
seis de enero para ejercer las atribuciones siguientes:
1.- Calificar a los ciudadanos que entren en el ejercicio de sus derechos, y suspender a
aquellos que estén en los casos de los artículos 18 y 19.
3.- Proponer una lista de candidatos: 1º a las Cámaras respectivas de los miembros que
han de llenar sus vacantes; 2º al Poder Ejecutivo de los individuos que merezcan ser
nombrados Prefecto de su departamento, Gobernador de su provincia, y Corregidores de
sus cantones y pueblos; 3º al Prefecto del departamento, los Alcaldes y Jueces de Paz
que deban nombrarse; 4º al Senado, los miembros de las Cortes del Distrito Judicial a
que pertenecen, y los jueces de primera instancia.
4.- Recibir las actas de las elecciones populares, examinar la identidad de los nuevos
elegidos, y declararlos nombrados constitucionalmente.
5.- Pedir a las Cámaras cuanto crean favorable al bienestar de los ciudadanos, y
quejarse de los agravios e injusticias que reciban de las autoridades constituídas.
168
TÍTULO V
CAPÍTULO I
Art. 28º.- Cada Cámara se compondrá de veinticuatro miembros en los primeros veinte
años.
Art. 29º.- El día 20 del mes de setiembre de cada año, se reunirá, por sí mismo, el Cuerpo
Legislativo, sin esperar convocación.
Art. 30º.- Las atribuciones particulares de cada Cámara se detallarán e su lugar. Son
generales:
1.- Nombrar al Presidente de la República por la primera vez, y confirmar a los sucesores.
3.- Elegir el lugar en que deba residir el Gobierno; y trasladarse a otro, cuando lo exijan
graves circunstancias, y lo resuelvan los dos tercios de los miembros que componen las
tres Cámaras.
6.- Elegir, entre los candidatos que presenten en terna los Cuerpos Electorales, los
miembros que deban llenar las vacantes en cada Cámara.
7.- Ordenar su política interior por reglamentos, y castigar a sus miembros por la
infracción de ellos.
Art. 31º.- Los miembros del Cuerpo Legislativo podrán ser nombrados Vicepresidente de
la República, o Secretarios de Estado, dejando de pertenecer a su Cámara.
Art. 32º.- Ningún individuo del Cuerpo Legislativo podrá ser preso durante su diputación,
sino por orden de su respectiva Cámara; a menos que sea sorprendido infraganti en delito
que merezca pena capital.
Art. 33º.- Los miembros del Cuerpo Legislativo serán inviolables por las opiniones que
emitan dentro de sus Cámaras en el ejercicio de sus funciones.
Art. 34º.- Cada Legislatura durará cuatro años, y cada sesión anual dos meses. Estas se
abrirán y cerrarán, a un tiempo, por las tres Cámaras.
Art. 35º.- La apertura de las sesiones se hará anualmente con asistencia del Presidente
de la República, del Vicepresidente y de los Secretarios de Estado.
Art. 36º.- Las sesiones serán públicas, y solamente los negocios de Estado que exijan
reserva se tratarán en secreto.
170
Art. 37º.- Los negocios, en cada Cámara, se resolverán por la mayoría absoluta de votos
de los miembros presentes.
Art. 38º.- Los empleados que sean nombrados Diputados para el Cuerpo Legislativo,
serán sustituidos interinamente en el ejercicio de sus empleos por otros individuos.
1.- No se podrá celebrar sesión en ninguna de las Cámaras, sin que estén presentes la
mitad, y uno más, de los respectivos individuos que las componen; y deberá compelerse
a los ausentes para que concurran a llenar sus deberes.
2.- Ninguna de las Cámaras podrá iniciar proyecto de ley relativo a ramos que la
Constitución comete a distinta Cámara; más podrá invitar a las otras para que tomen en
consideración las mociones que ella les pase.
3.- Ningún miembro de las Cámaras podrá obtener para sí durante su diputación, sino el
ascenso de escala en su carrera.
2.- Para examinar la conducta del Ministerio, cuando sea éste acusado por la Cámara
de Censores.
4.- Cuando lo pida, con fundamento, alguna de las Cámaras, como en el caso del artículo
30, atribución 3.
5.- Para confirmar el empleo del Presidente en el Vicepresidente.
171
Art. 41º.- Cuando se reúnan las Cámaras, las presidirá por turno uno de sus presidentes.
CAPÍTULO II
De la Cámara de Tribunos
3.- En autorizar al Poder Ejecutivo, para negociar empréstitos y adoptar arbitrios para
extinguir la deuda pública.
8.- En las reformas que se crean necesarias en los ramos de Hacienda y guerra.
12.- En la fuerza armada de mar y tierra para el año, a propuesta del Gobierno.
Art. 44º.- La Cámara de Tribunos se renovará, por mitad, cada dos años, y su duración
será de cuatro. En la primera Legislatura la mitad que salga a los dos años, será por
suerte.
CAPÍTULO III
De la Cámara de Senadores
2.- Iniciar todas las leyes relativas a reformas en los negocios judiciales.
4.- La iniciativa de las leyes que repriman las infracciones de la Constitución y de las
leyes, por los magistrados, jueces y eclesiásticos.
6.- Proponer al Poder Ejecutivo una lista de candidatos que hayan de componer el
Tribunal Supremo de Justicia, los Arzobispos, Obispos, Dignidades, canónigos y
prebendados de las Catedrales.
174
8.- Elegir de la lista que le presenten los Cuerpos Electorales, los jueces de distrito, y los
subalternos de todo el departamento de justicia.
9.- Arreglar el ejercicio del patronato y dar proyectos de ley sobre todos los negocios
eclesiásticos que tienen relación con el Gobierno.
10.- Examinar las decisiones conciliares, bulas, rescriptos, y breves pontificios, para
aprobarlos, o no.
Art. 48º.- La duración de los miembros del Senado será de ocho años, y por mitad se
renovará cada cuatro años, debiendo salir por suerte la primera mitad de la primera
legislatura.
CAPÍTULO IV
De la Cámara de Censores
1.- Velar si el Gobierno cumple y hace cumplir la Constitución, las leyes y los Tratados
Públicos.
2.- Acusar ante el Senado, las infracciones que el Ejército haga de la Constitución, las
leyes, y los Tratados Públicos.
Art. 53º.- Si el Senado estimare fundada la acusación hecha por la Cámara de Censores,
tendrá lugar e Juicio nacional; y si por el contrario el Senado estuviere por la negativa,
pasará la acusación a la Cámara de Tribunos.
Art. 54º.- Estando de acuerdo dos Cámaras, debe abrirse el juicio nacional.
Art. 55º.- Entonces se reunirán las tres Cámaras, y en vista de los documentos que
presente la Cámara de Censores, se decidirá a pluralidad absoluta de votos si ha o no
lugar a la formación de causa al Vicepresidente, o a los Secretarios de Estado.
Art. 56º.- Luego que en juicio nacional se decrete que ha lugar a la formación de causa
al Vicepresidente o a los Secretarios de Estado, quedarán ésos en el acto suspensos de
sus funciones, y las Cámaras pasarán todos los antecedentes al Tribunal Supremo de
Justicia, el cual conocerá exclusivamente de la causa; y el fallo fue pronunciare se
ejecutará sin apelación.
176
Art. 57º.- Luego que las Cámaras declaren que ha lugar a la formación de causa al
Vicepresidente y Secretarios de Estado, el Presidente de la República presentará a las
Cámaras reunidas, un candidato para la Vicepresidencia interina, y nombrará
interinamente Secretarios de Estado. Si el primera candidato fuere rechazado a pluralidad
absoluta del Cuerpo Legislativo, el Presidente presentará segundo candidato; y si fuere
rechazado, entonces las Cámaras elegirán por pluralidad absoluta, en el término de
veinticuatro horas precisamente, uno de los tres candidatos propuestos por el Presidente.
Art. 58º.- El Vicepresidente interino ejercerá desde aquel acto sus funciones hasta el
resultado del juicio contra el propietario.
Art. 59º.- Por una ley que tendrá origen en la Cámara de Censores, se determinarán los
casos en que el Vicepresidente y Secretarios de Estado son responsables en común o
en particular.
1.- Escoger de la terna que remita el Poder Ejecutivo, los individuos que deben formar el
Tribunal Supremo de Justicia, y los que se han de presentar para los arzobispados,
obispados, canonjías y prebendas vacantes.
2.- Todas las leyes de imprenta, economía, plan de estudios, y método de enseñanza
pública.
3.- Proteger la libertad de imprenta, y nombrar los Jueces que deben ver en última
apelación los juicios de ella.
5.- Conceder premios y recompensas nacionales a los que las merezcan por sus servicios
a la República.
6.- Decretar honores públicos a la memoria de los grandes hombres, y a las virtudes y
servicios de los ciudadanos.
7.- Condenar a oprobio eterno a los usurpadores de la autoridad pública, a los grandes
traidores, y a los criminales insignes.
CAPÍTULO V
Art. 62º.- El Gobierno puede presentar a las Cámaras los proyectos de ley que juzgue
convenientes.
Art. 63º.- El Vicepresidente y los Secretarios de Estado pueden asistir a las sesiones, y
discutir las leyes y los demás asuntos: mas no podrán votar.
Art. 64º.- Cuando la Cámara de Tribunos adopte un proyecto de ley lo remitirá al Senado
con la siguiente fórmula: "La Cámara de Tribunos remite a la Cámara de Senadores el
adjunto proyecto de ley, y cree que tiene lugar".
Art. 66º.- Todas las Cámaras en igual caso observarán esta misma fórmula.
Art. 67º.- Si una Cámara no aprobase las reformas o adiciones de otra, y todavía la
Cámara proponente juzgase que el proyecto, tal cual lo propuso, es ventajoso, podrá
invitar por medio de una diputación de tres miembros, a la reunión de las dos Cámaras,
para discutir aquel proyecto, o la reforma, o negativa que se le haya dado. Esta reunión
de Cámaras no tendrá más objeto que el de entenderse, y cada una volverá a adoptar
las deliberaciones que tenga por conveniente.
"La Cámara de... con la aprobación de la de... dirige al Poder Ejecutivo la ley sobre... para
que se promulgue".
Art. 71º.- Las leyes que se dieren en los últimos diez días de las sesiones podrán ser
retenidas por el Poder Ejecutivo hasta las próximas sesiones; y entonces deberá
devolverlas con sus observaciones.
179
Art. 72º.- Cuando el Poder Ejecutivo devuelva las leyes con observaciones a las
Cámaras, se reunirán éstas; y lo que decidieren a pluralidad, se cumplirá sin otra
discusión ni observación.
Art. 73º.- Si el Poder Ejecutivo no tuviere que hacer observaciones a las leyes, las
mandará publicar con esta fórmula: "Promúlguese".
Art. 74º.- Las leyes se promulgarán con esta fórmula: "N. de N..., Presidente de la
República Peruana. Hacemos saber "a todos los peruanos: que el Cuerpo Legislativo
decreto, y "nosotros publicamos la siguiente ley"
(Aquí el texto de la ley. "Mandamos por tanto a todas las autoridades de la República, la
"cumplan y hagan cumplir".
"El Vicepresidente la hará imprimir, publicar y circular a "quienes corresponda", y la
firmará el Presidente con el Vicepresidente, y el respectivo Secretario de Estado.
Art. 75º.- Los proyectos de ley, que tuviesen origen en el Senado pasarán a la Cámara
de Censores, y si fueren allí aprobados, tendrán fuerza de ley. Si los Censores no
aprobaren el proyecto de ley pasará a la Cámara de Tribunos, y su decisión se cumplirá
como se ha dicho con respecto a la Cámara de Tribunos.
Art. 76º.- Los proyectos de ley iniciados en la Cámara de Censores pasarán al Senado:
la sanción de éste tendrá fuerza de ley. Mas en el caso de negarse su ascenso al
proyecto, se pasará éste al Tribunado, el cual dará o negará su sanción como en el caso
del artículo anterior.
180
TÍTULO VI
CAPÍTULO I
Del Presidente
Art. 78º.- El Presidente de la República será nombrado la primera vez por la pluralidad
absoluta del Cuerpo Legislativo.
5.- No haber sido condenado jamás por los Tribunales, ni aún por faltas leves.
Art. 81º.- Por renuncia, muerte, enfermedad o ausencia del Presidente de la República,
el Vicepresidente le sucederá en el mismo acto.
1.- Abrir las sesiones de las Cámaras, y presentarles un mensaje sobre el estado de la
República.
2.- Proponer a las Cámaras el Vicepresidente, y nombrar pos sí solo los Secretarios del
despacho.
3.- Separar por sí solo al Vicepresidente, y a los Secretarios del despacho, siempre que
lo estime conveniente.
7.- Pedir al Cuerpo Legislativo la prorrogación de sus sesiones ordinarias hasta por treinta
días.
8.- Convocar al Cuerpo Legislativo para sesiones extraordinarias, en el caso de que sea
absolutamente necesario.
182
11.- Cuando el Presidente dirige la guerra en persona, podrá residir en todo el territorio
ocupado por las armas nacionales.
12.- Disponer de la Milicia Nacional para la seguridad interior, dentro de los límites de sus
departamentos; y fuera de ellos, con consentimiento del Cuerpo Legislativo.
16.- Dar retiros y licencias. Conceder las pensiones de los militares y de sus familias
conforme a las leyes, y arreglar, según ellas todo lo demás consiguiente a este ramo.
19.- Cuidar de la recaudación e inversión de las contribuciones con arreglo a las leyes.
24.- Conceder el pase, o suspender las decisiones conciliares, bulas pontificias, breves y
rescriptos con anuencia del Poder a quien corresponda.
26.- Presentar al Senado para su aprobación uno de la lista de candidatos propuesto por
el Cuerpo Electoral para Prefectos, Gobernadores y Corregidores.
27.- Elegir uno de la terna de candidatos, propuestos por el Gobierno Eclesiástico, para
curas y vicarios de las provincias.
28.- Suspender hasta por tres meses a los empleados, siempre que haya causa para ello.
29.- Conmutar las penas capitales decretadas a los reos por los Tribunales.
1.- El Presidente no podrá privar de su libertad a ningún peruano, ni imponerle por sí pena
alguna.
3.- No podrá privar a ningún individuo de su propiedad, sino en el caso que el interés
público lo exija con urgencia, pero deberá preceder una justa indemnización al
propietario.
4.- No podrá impedir las elecciones ni las demás funciones que por las leyes competen a
los Poderes de la República.
CAPÍTULO II
Del Vicepresidente
Art. 86º.- Por una ley especial se determinará el modo de sucesión, comprendiendo todos
los casos que pueden ocurrir.
Art. 87º.- Para ser Vicepresidente se requieren las mismas cualidades que para
Presidentes.
Art. 89º.- Será responsable con el Secretario del despacho del departamento respectivo,
de la administración del Estado.
Art. 90º.- Despachará y firmará a nombre de la República y del Presidente, todos los
negocios de la administración con el Secretario de Estado del departamento respectivo.
Art. 91º.- No podrá ausentarse del territorio, de la República, ni de la capital, sin permiso
del Cuerpo Legislativo.
186
CAPÍTULO III
De los Secretarios de Estado
Art. 92º.- Habrá cuatro Secretarios del despacho, que despacharán bajo las órdenes
inmediatas del Vicepresidente.
Art. 93º.- Ningún Tribunal ni persona pública dará cumplimiento a las órdenes del
Ejecutivo que no estén firmadas por el Vicepresidente y Secretario del despacho del
departamento correspondiente.
Art. 94º.- Los Secretarios del despacho serán responsables con el Vicepresidente, de
todas las órdenes que autoricen contra la Constitución, las leyes y los tratados públicos.
Art. 95º.- Formarán los presupuestos anuales de los gastos que deban hacerse en sus
respectivos ramos, y rendirán cuenta de los que se hubieren hecho en el año anterior.
TÍTULO VII
CAPÍTULO I
Art. 97º.- Los Tribunales y Juzgados no ejercen otras funciones que la de aplicar leyes
existentes.
Art. 98º.- Durarán los Magistrados y Jueces tanto cuanto duren sus buenos servicios.
Art. 99º.- Los Magistrados y Jueces no pueden ser suspendidos de sus empleos, sino en
los casos determinados por las leyes; cuya aplicación, en cuanto a los primeros,
corresponde a la Cámara de Senadores y a las Cortes del distrito, en cuanto a los
segundos, con previo conocimiento del Gobierno.
Art. 100º.- Toda falta grave de los Magistrados y Jueces en el desempeño de sus
respectivos cargos, produce acción popular, la cual puede intentarse en todo el término
de un año, por órgano del Cuerpo Electoral.
CAPÍTULO II
De la Corte Suprema
Art. 102º.- La primera magistratura judicial del Estado residirá en la Corte Suprema de
Justicia.
Art. 104º.- Para ser individuo del Supremo Tribunal de Justicia se requiere:
3.- Examinar las bulas, breves y rescriptos cuando se versen sobre materias civiles.
5.- Conocer de las causas de separación de los Magistrados de las Cortes de distrito
judicial, y Prefectos departamentales.
6.- Dirimir las competencias de las Cortes de Justicia entre sí, y las de éstas con las
demás autoridades.
8.- Oir las dudas de los demás Tribunales, sobre la inteligencia de alguna ley, y consultar
al Ejecutivo para que promueva la conveniente declaración en las Cámaras.
9.- Conocer de los recursos de nulidad que se interpongan contra las sentencias dadas
en última instancia por las Cortes de Justicia.
10.- Examinar el estado y progreso de las causas civiles y criminales pendientes en las
Cortes de distrito, por los medios que la ley establezca.
11.- Ejercer, por último, la alta facultad directiva, económica y correccional sobre los
Tribunales y Juzgados de la Nación.
CAPÍTULO III
3.- Haber sido juez de letras, o ejercido la abogacía, con crédito, por cinco años.
190
1.- Conocer en segunda y tercera instancia de todas las causas civiles del fuero común,
hacienda pública, comercio, minería, presas y comisos, en consorcio de un individuo de
cada una de estas profesiones en calidad de conjuez.
2.- Conocer de las competencias entre todos los Jueces subalternos de su distrito judicial.
3.- Conocer de los recursos de fuerza que se introduzcan de los Tribunales y autoridades
eclesiásticas de su territorio.
CAPÍTULO IV
Partidos Judiciales
Art. 111º.- Los Jueces de letras son responsables personalmente de su conducta ante
las Cortes de distrito judicial, así como los individuos de éstas lo son ante el Supremo
Tribunal de Justicia.
CAPÍTULO V
De la Administración de Justicia
Art. 112º.- Habrá Jueces de Paz en cada pueblo para las conciliaciones; no debiéndose
admitir demanda alguna civil, o criminal de injurias, sin este previo requisito.
Art. 113º.- El ministerio de los conciliadores se limita a oír las solicitudes de las partes,
instruirlas de sus derechos, y procurar entre ellas un acomodamiento prudente.
Art. 117º.- Ningún peruano puede ser preso sin prudente información del hecho, por el
que merezca pena corporal, y un mandamiento escrito del Juez ante quien ha de ser
presentado; excepto en los casos de los artículos 84, restricción 2: 123 y 133.
Art. 118º.- Acto continuo, si fuere posible deberá dar su declaración sin juramento, no
defiriéndose ésta en ningún caso por más tiempo que el de cuarenta y ocho horas.
192
Art. 119º.- Infraganti todo delincuente puede ser arrestado por cualquier personal, y
conducido a la presencia del Juez.
Art. 120º.- En las causas criminales el juzgamiento será público: reconocido el hecho y
declarado por Jurados (cuando se establezcan); y la ley aplicada por los Jueces.
Art. 122º.- Queda abolida toda confiscación de bienes y toda pena cruel y de infamia
trascendental. El Código Criminal limitará en cuanto sea posible la aplicación de la pena
capital.
TÍTULO VIII
CAPÍTULO ÚNICO
Art. 127º.- En cada pueblo cuyos habitantes no bajen de cien almas, por sí o en su
comarca, habrá un juez de paz.
Art. 128º.- Donde el vecindario en el pueblo o en su comarca pase mil almas, habrá (a
más de un juez de paz por cada doscientos) un Alcalde, y en donde el número de almas
pase de mil, habrá por cada quinientas, un Juez de Paz, y por cada dos mil un Alcalde.
Art. 129º.- Los destinos de Alcaldes y Jueces de Paz son concejiles, y ningún ciudadano,
sin causa justa, podrá eximirse de desempeñarlos.
Art. 131º.- Los Alcaldes y Jueces de Paz, se renovarán cada dos años, mas podrán ser
reelegidos.
194
Art. 132º.- Las atribuciones de los Prefectos, Suprefectos, Gobernadores y Alcaldes serán
determinadas por la ley, para mantener el orden y seguridad pública, con subordinación
gradual al Gobierno Supremo.
Art. 133º.- Les está prohibido todo conocimiento judicial; pero si la tranquilidad pública
exigiese la aprehensión de algún individuo, y las circunstancias no permitieren ponerlo
en noticia del Juez respectivo, podrán ordenarla desde luego dando cuenta al Juzgado
que compete, dentro de cuarenta y ocho horas. Cualquier exceso que cometan estos
magistrados, relativo a la seguridad individual, o a la del domicilio, produce acción
popular.
TÍTULO IX
DE LA FUERZA ARMADA
CAPÍTULO ÚNICO
Art. 135º.- La fuerza armada se compondrá del Ejército de línea, y de una Escuadra.
Art. 136º.- Habrá en cada provincia cuerpos de Milicia Nacionales, compuestos de los
habitantes de cada una de ellas.
Art. 137º.- Habrá también un resguardo Militar, cuya principal incumbencia será impedir
todo comercio clandestino.
195
TÍTULO X
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN
CAPÍTULO ÚNICO
Art. 138º.- Si pasados cuatro años después de jurada la Constitución se advirtiese que
alguno de sus artículos merece reforma; se hará la proposición por escrito, firmada por
ocho miembros al menos de la Cámara de Tribunos, y apoyada por las dos terceras
partes de los miembros presentes en la Cámara.
Art. 139º.- La proposición será leída por tres veces con intervalo de seis días de una a
otra lectura, y después de la tercera deliberará la Cámara de Tribunos si la proposición
podrá ser o no admitida discusión, siguiéndose, en todo lo demás, lo prevenido para la
formación de las leyes.
Art. 141º.- En las primeras sesiones de la Legislatura siguiente a la que se hizo la moción
sobre alterar o reformar la Constitución, será la materia propuesta y discutida, y lo que
las Cámaras resuelvan se cumplirá, consultado el Poder Ejecutivo sobre la conveniencia
de la reforma.
196
TÍTULO XI
DE LAS GARANTÍAS
CAPÍTULO ÚNICO
Art. 142º.- La libertad civil, la seguridad individual, la propiedad y la igualdad ante la ley,
se garantizan a los ciudadanos por la Constitución.
Art. 143º.- Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra o por escrito, y
publicarlos por medio de la imprenta sin censura previa; pero bajo la responsabilidad que
la ley determine.
Art. 144º.- Todo peruano puede permanecer o salir del territorio de la República, según
le convenga, llevando consigo sus bienes, pero guardando los reglamentos de policía, y
salvo siempre el derecho de tercero.
Art. 145º.- Toda casa de peruano es un asilo inviolable. De noche no se podrá entrar en
ella, sólo por su consentimiento; y de día sólo se franqueará su entrada en los casos y
de la manera que determine la ley.
Art. 147º.- Quedan abolidos los empleos y privilegios hereditarios y las vinculaciones; y
son enajenables todas las propiedades, aunque pertenezcan a obras pías, a religiones o
a otros objetos.
Art. 148º.- Ningún género de trabajo, industria o comercio puede ser prohibida, a no ser
que se oponga a las costumbres públicas, a la seguridad, y a la salubridad de los
peruanos.
197
Bibliografía
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199
Indice
Dedicatoria .................................................................................................................... 2
Introducción ................................................................................................................... 3
Preámbulo ....................................................................................................................69
Conclusiones.............................................................................................................. 158
Bibliografía.................................................................................................................. 198
Indice........................................................................................................................... 200