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Docente:
Lujan Tupez, Manuel Estuardo
Trujillo – Perú
2018
ÍNDICE
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1. INTRODUCCIÓN....................................................................................................................3
2. DESARROLLO:.......................................................................................................................3
3. CONCLUSIONES:...................................................................................................................8
4. REFERENCIAS.......................................................................................................................9
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1. INTRODUCCIÓN
Lo que trato de ostentar en este ensayo son los diferentes hitos históricos y
epistemológicos que han definido la acción procesal, es decir, la teoría tradicional
o clásica y la teórica moderna o de la autonomía de la acción, con la finalidad de
aclarar sus complejidades en los tiempos modernos.
2. DESARROLLO:
2.1. LA TEORÍA CLASICA O TRADICIONAL:
Las tesis más destacables son: la tesis de Savigni, la tesis de Demolmbe y
la tesis de Garsonnet y Cezar-Bru.
2.1.1. LA TESIS DE SAVIGNI.
Savigni, define la acción procesal. Por un lado, la acción como un
derecho que nace con la violación de otro derecho, es decir, es el
derecho de acción o acción conferido a la parte lesionada para la
reparación de sus derechos, por ello, toda acción implica
necesariamente dos condiciones, un derecho en sí y la violación de
este derecho; por otro lado, la acción como ejercicio del derecho
mismo, es decir, la acción que expresa el ejercicio mismo del
derecho, si fuera escrito por ejemplo, se confunde con la demanda
(Tamayo, 1980).
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2.1.2. LA TESIS DE DEMOLOMBE
A fin de que esta definición sea congruente con ella misma, es de imaginar
que para accionar la ley exigirá siempre la demostración inicial y cabal de la
existencia del derecho violado en el plano de la realidad (caso contrario, y
en esta terminología, no habrá acción).
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particular que, aun careciendo de todo derecho material violado, acciona y
origina un proceso a cuyo término el juez rechaza la demanda por no tener
derecho (subjetivo). (Velloso, 2014).
Podemos decir que no hay acción sin derecho y viceversa; por tanto, la
naturaleza de la acción procesal depende de la naturaleza del derecho
(personalísimo, personal, real, etc.) que le da vida.
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derivado, por ello, se puede tener actio, sin tener un derecho, y no
tener actio, aun teniendo un derecho (Tamayo, 1980).
Por otro lado, desde un punto de vista del derecho actual, la actio
es la expresión para indicar la pretensión y toda la actividad
entera del actor, hasta que la sentencia no haya sido dictada, en
resumen, se puede decir que la acción es tener una pretensión
reconocida por el derecho o simplemente una pretensión y hacerla
valer en vía judicial (Tamayo, 1980).
Por otro lado, desde un punto de vista del derecho actual, existe
un derecho a la tutela estatal (acción), y el presupuesto de este
derecho, es otro derecho y una lesión de este último (Tamayo,
1980). El derecho sustancial y la acción no son idénticos, pues sus
obligados son distintos, por ello, puede haber pretensiones sin
acción; y, por último, la pretensión a la protección de la pretensión
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no ha dejado de tener en nosotros un significado autónomo
(Tamayo, 1980).
En este sentido se apoya “la teoría cumbre del derecho procesal, que ve a
la acción como un poder jurídico propio de la categoría de los derechos
potestativos” (Velloso, 2014) , aquellos a los cuales no corresponde una
prestación de otro, quien sufre la influencia directa de una manifestación de
voluntad ajena que lo afecta: por ejemplo, la revocación de una donación o
de un mandato, etc.
De tal modo, mediante el ejercicio “del derecho de acción por parte del
actor, quien es demandado queda sujeto al proceso (actuación de la ley)
aun contra su propia voluntad” (Velloso, 2014), pero esta teoría adolece de
un “defecto capital: sigue haciendo depender la existencia misma del
derecho de acción de la violación de un derecho material” (Velloso, 2014),
con lo cual se enrola entre los sostenedores de la acción concreta, tesis
que ya se ha visto como superada.
3. CONCLUSIONES:
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En la tarea doctrinal de explicar qué es la acción procesal, se han sostenido otras
muchas variantes: que es un derecho justiciario de carácter material; que es el
instrumento jurídico para la solución de un litigio: que es un poder de provocar la
actividad de la sociedad jurídicamente organizada; que es el derecho que
corresponde a toda persona para provocar el ejercicio de la actividad jurisdiccional
del Estado; que es un deber jurídicamente necesario de ejercer por quien se
pretende titular de un crédito; que es un poder puramente político que debe ser
sustituido como concepto por el de pretensión; que es la facultad de señorío con la
cual se inicia un proceso; que es un derecho público subjetivo mediante el cual se
requiere la intervención de la jurisdicción del Estado para la protección de una
pretensión jurídica; etcétera, etcétera.
Los aportes brindados por ambas corrientes tanto la clásica como la moderna, en
vez de ser de forma radicalmente opuestas, son verdaderamente complementarios
en al momento de definir la actio. Por ello, como aporte podemos concluir que la
acción es un derecho, que tiene como correlativa la obligación de prestar la
actividad jurisdiccional. Por ello como derecho de acción es autónomo lo que
quiere decir que es independiente, con la finalidad de resolver un litigio o una
controversia.
4. REFERENCIAS
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Tamayo, L. D. (1980). TEORÍAS ACERDA DE LA NATURALEZA DE LA ACCIÓN
PROCESAL. Revista de la Facultad de Derecho de la UNAM, 779-826.