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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ACCIÓN PROCESAL: RECORRIENDO SU CONCEPTUALIZACIÓN

Nombre del curso: TEORIA GENERAL DE PROCESO


Clase: 10187
Ciclo: V
Autor:
Cubas Chavarry, Vicente Rafael

Docente:
Lujan Tupez, Manuel Estuardo

Trujillo – Perú
2018
ÍNDICE

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1. INTRODUCCIÓN....................................................................................................................3

2. DESARROLLO:.......................................................................................................................3

2.1. LA TEORÍA CLASICA O TRADICIONAL:................................................................3

2.1.1. La tesis de Savigni......................................................................................................3

2.1.2. La tesis de Demolombe..............................................................................................4

2.1.3. La tesis de Garsonnet Y Cezar-Bru.............................................................................4

2.2. TEORÍA DE LA AUTONOMÍA DE LA ACCIÓN.......................................................5

2.2.1. La tesis de Bemhard Windscheid................................................................................5

2.2.2. La tesis de Theodor Muther........................................................................................6

3. CONCLUSIONES:...................................................................................................................8

4. REFERENCIAS.......................................................................................................................9

ACCIÓN PROCESAL: RECORRIENDO SU CONCEPTUALIZACIÓN.

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1. INTRODUCCIÓN

En la actualidad comprender la acción procesal que se puede tornar un poco


difícil, debido a la gran cantidad de teorías que existen y es uno de los vocablos
con un mayor número de acepciones tiene en el campo del Derecho. Dentro de
esta materia el problema se agrava: en la historia del proceso, la voz acción se ha
entendido como actividad y como sinónimo de pretensión y de derecho, lo cual ha
generado notable confusión que persiste hasta el día de hoy.

Por lo tanto, para evitar ello y precisar adecuadamente los conceptos,


atendiendo a que todo lenguaje se caracteriza por ser puramente convencional (y,
por tanto, que la convención debe ser clara e inequívoca respecto del contenido
que se asigna a un vocablo cualquiera), sin embargo, al existir controversias en su
definición es tan necesario volcarse en sus raíces más profundas.

Lo que trato de ostentar en este ensayo son los diferentes hitos históricos y
epistemológicos que han definido la acción procesal, es decir, la teoría tradicional
o clásica y la teórica moderna o de la autonomía de la acción, con la finalidad de
aclarar sus complejidades en los tiempos modernos.

2. DESARROLLO:
2.1. LA TEORÍA CLASICA O TRADICIONAL:
Las tesis más destacables son: la tesis de Savigni, la tesis de Demolmbe y
la tesis de Garsonnet y Cezar-Bru.
2.1.1. LA TESIS DE SAVIGNI.
Savigni, define la acción procesal. Por un lado, la acción como un
derecho que nace con la violación de otro derecho, es decir, es el
derecho de acción o acción conferido a la parte lesionada para la
reparación de sus derechos, por ello, toda acción implica
necesariamente dos condiciones, un derecho en sí y la violación de
este derecho; por otro lado, la acción como ejercicio del derecho
mismo, es decir, la acción que expresa el ejercicio mismo del
derecho, si fuera escrito por ejemplo, se confunde con la demanda
(Tamayo, 1980).

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2.1.2. LA TESIS DE DEMOLOMBE

La acción se identifica con el derecho substancial, desde el momento


que lo considera como este mismo derecho puesto en movimiento
cuando es violado, es decir, la acción en fin es el derecho mismo
puesto en movimiento, acción o estado de guerra, por tal motivo las
palabras derechos y acciones son empleadas como sinónimos
(Tamayo, 1980).

2.1.3. LA TESIS DE GARSONNET Y CEZAR-BRU

La acción es un recurso ante el poder judicial al cual se le pide


reconocer el derecho controvertido o hacer respetar el derecho
violado. El derecho es el estado estático, la acción es el estado
dinámico, de una misma situación jurídica. Por ello, no hay acción sin
derecho, pero tampoco, hay derecho sin acción y además el número
de derechos es limitado, así como el de acciones. La acción y el
derecho tiene la misma duración, naturaleza y carácter (Tamayo,
1980).

En definitiva, los autores vieron a la acción como un simple elemento del


derecho subjetivo material violado o desconocido. En otras palabras: se
estima aquí que la acción procesal es el mismo derecho material puesto en
movimiento y armado en pie de guerra.

A fin de que esta definición sea congruente con ella misma, es de imaginar
que para accionar la ley exigirá siempre la demostración inicial y cabal de la
existencia del derecho violado en el plano de la realidad (caso contrario, y
en esta terminología, no habrá acción).

Y es que al no existir diferencia esencial alguna entre el derecho material


violado (derecho subjetivo) y el derecho de acción (uno de los elementos de
aquél), resulta imposible explicar adecuadamente qué es lo que ejercita un

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particular que, aun careciendo de todo derecho material violado, acciona y
origina un proceso a cuyo término el juez rechaza la demanda por no tener
derecho (subjetivo). (Velloso, 2014).

En otras palabras: si para accionar es menester tener derecho y ello se


descubre recién en la sentencia, ¿qué estuvo haciendo durante todo el
proceso el actor que carece de razón y, por tanto, se rechaza su demanda?
Otro tanto ocurre en el caso de ser demandada una obligación natural.

Podemos decir que no hay acción sin derecho y viceversa; por tanto, la
naturaleza de la acción procesal depende de la naturaleza del derecho
(personalísimo, personal, real, etc.) que le da vida.

Se muestra así un evidente error conceptual que aún permanece plagando


de equívocos a la doctrina y, lo que es más grave, generar ambigüedades
a la propia legislación: así es cómo se habla hasta el día de hoy de la
existencia de diversas acciones con nombres diferentes, de clasificación de
las acciones, de prescripción de las acciones, de las excepciones que
demuestran la falta de acción etc. En terminología que debe ser desterrada
de plano para no entorpecer definitivamente la comprensión del fenómeno.

2.2. TEORÍA DE LA AUTONOMÍA DE LA ACCIÓN


La teoría de la autonomía de la acción nació de la discusión que se suscitó
entre Bemhard Windscheid y Theodor Muther sobre la "actio" romana.

2.2.1. LA TESIS DE BEMHARD WINDSCHEID

Según la tesis de Windscheid, la define, por un lado, desde un


punto de vista romano como la facultad de imponer la propia
voluntad en vía pública, en otras palabras, no es ni el derecho a la
tutela de otro derecho, cuando éste es violado, ni la facultad de
invocar la tutela de este derecho en el caso de su violación. Se
puede decir que la actio es algo original y autónomo, y no

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derivado, por ello, se puede tener actio, sin tener un derecho, y no
tener actio, aun teniendo un derecho (Tamayo, 1980).

Por otro lado, desde un punto de vista del derecho actual, la actio
es la expresión para indicar la pretensión y toda la actividad
entera del actor, hasta que la sentencia no haya sido dictada, en
resumen, se puede decir que la acción es tener una pretensión
reconocida por el derecho o simplemente una pretensión y hacerla
valer en vía judicial (Tamayo, 1980).

Ya no se dice más que el derecho de accionar nace de la violación de


un derecho subjetivo material, pues esto origina en rigor una pretensión que
puede permanecer –y ser satisfecha– en el puro plano de la realidad social.
Sólo cuando ella pasa al plano jurídico del proceso, el movimiento
respectivo recibe el nombre de acción.

2.2.2. LA TESIS DE THEODOR MUTHER

Según la tesis de Muther la define, por un lado, desde un punto de


vista romano como define la acción como el acto bilateral con el
que un proceder, un actuar o un hablar era introducido (Tamayo,
1980). La actio es acto y el ritual, es decir, la fórmula escrita, por
ello la actio es una pretensión del titular del derecho a exigir una
expedición de una fórmula en el caso que ese derecho sea
violado, posteriormente, desapareció el proceso formulario, pero la
idea que le servía de fundamento permaneció (Tamayo, 1980).

Por otro lado, desde un punto de vista del derecho actual, existe
un derecho a la tutela estatal (acción), y el presupuesto de este
derecho, es otro derecho y una lesión de este último (Tamayo,
1980). El derecho sustancial y la acción no son idénticos, pues sus
obligados son distintos, por ello, puede haber pretensiones sin
acción; y, por último, la pretensión a la protección de la pretensión

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no ha dejado de tener en nosotros un significado autónomo
(Tamayo, 1980).

Un importante hito en el camino de la tipificación conceptual del derecho de


acción se cumple cuando se considera que el derecho autónomo y
abstracto de obrar, por estar comprendido genéricamente en el derecho de
petición a la autoridad.

Analizando un trasfondo ideológico-político se advierte claro en el


desarrollo de las distintas teorías esbozadas: se trata, simplemente, de
otorgar primacía al individuo frente al Estado o a este frente a aquél.

En este sentido se apoya “la teoría cumbre del derecho procesal, que ve a
la acción como un poder jurídico propio de la categoría de los derechos
potestativos” (Velloso, 2014) , aquellos a los cuales no corresponde una
prestación de otro, quien sufre la influencia directa de una manifestación de
voluntad ajena que lo afecta: por ejemplo, la revocación de una donación o
de un mandato, etc.

De tal modo, mediante el ejercicio “del derecho de acción por parte del
actor, quien es demandado queda sujeto al proceso (actuación de la ley)
aun contra su propia voluntad” (Velloso, 2014), pero esta teoría adolece de
un “defecto capital: sigue haciendo depender la existencia misma del
derecho de acción de la violación de un derecho material” (Velloso, 2014),
con lo cual se enrola entre los sostenedores de la acción concreta, tesis
que ya se ha visto como superada.

3. CONCLUSIONES:

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En la tarea doctrinal de explicar qué es la acción procesal, se han sostenido otras
muchas variantes: que es un derecho justiciario de carácter material; que es el
instrumento jurídico para la solución de un litigio: que es un poder de provocar la
actividad de la sociedad jurídicamente organizada; que es el derecho que
corresponde a toda persona para provocar el ejercicio de la actividad jurisdiccional
del Estado; que es un deber jurídicamente necesario de ejercer por quien se
pretende titular de un crédito; que es un poder puramente político que debe ser
sustituido como concepto por el de pretensión; que es la facultad de señorío con la
cual se inicia un proceso; que es un derecho público subjetivo mediante el cual se
requiere la intervención de la jurisdicción del Estado para la protección de una
pretensión jurídica; etcétera, etcétera.

En resumidas cuentas, la acción es un derecho subjetivo (pero no el único), de


carácter público (pero no el único) y de naturaleza autónoma de otro derecho
(pero no el único). De tal modo, se emplean en la "definición" tres adjetivaciones
que, por sí mismas, no definen inconfundiblemente el derecho de acción; para
intentar lograr ello, habrá que continuar el análisis de la fórmula propuesta; la
acción se intenta lograr la protección de una pretensión jurídica o de obtener la
tutela del derecho objetivo.

Los aportes brindados por ambas corrientes tanto la clásica como la moderna, en
vez de ser de forma radicalmente opuestas, son verdaderamente complementarios
en al momento de definir la actio. Por ello, como aporte podemos concluir que la
acción es un derecho, que tiene como correlativa la obligación de prestar la
actividad jurisdiccional. Por ello como derecho de acción es autónomo lo que
quiere decir que es independiente, con la finalidad de resolver un litigio o una
controversia.

4. REFERENCIAS

8
Tamayo, L. D. (1980). TEORÍAS ACERDA DE LA NATURALEZA DE LA ACCIÓN
PROCESAL. Revista de la Facultad de Derecho de la UNAM, 779-826.

Velloso, A. A. (2014). TEORIA GENERAL DEL PROCESO. Academia Virtual


Iberoamericana de Derecho y de Altos Estudios Judiciales, 1-22.

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