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TEMA 55. TEORÍA Y FUNCIÓN DEL ARTE.

ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LA
OBRA DE ARTE.

INTRODUCCIÓN.

1. TEORÍA Y FUNCIÓN DEL ARTE.


1.1.El concepto de arte.
1.2.El valor artístico.
1.3.El papel del arte y el artista, su condición social a lo largo de la historia.
1.4.Las funciones del arte.
2. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LA OBRA DE ARTE.
2.1.La percepción.
2.2.La forma y el significado.
2.3.La expresión y su organización.
2.4.Significado e interpretación de la obra de arte.
2.5.El arte como lenguaje.

CONCLUSIÓN.

BIBLIOGRAFÍA.

WEBGRAFÍA.
INTRODUCCIÓN.

Estudiamos en este tema la teoría y función del arte, siguiendo después con el análisis e
interpretación de las obras de arte. Generalmente se considera que el análisis se refiere a los
elementos técnicos (materiales, instrumentos, técnicas) y la interpretación a los elementos
plásticos (luz, color, movimiento, espacio…), pero no es una distinción absoluta.No olvidemos
que comprender el arte exige conocer el contexto de sus circunstancias histórico-sociales.

1. TEORÍA Y FUNCIÓN DEL ARTE.

1.1.El concepto de arte.


Las hipótesis sobre el origen del arte son muy variadas, mientras que unos lo vinculan al trabajo,
otros lo relacionan con la magia. El concepto de arte aparece en el mundo griego y se refiere a
la habilidad manual o mental que requieren ciertas actividades basadas en un conjunto de reglas o
normas. Posteriormente, en la Edad Media se distingue entre artes liberales, estudios que tenían
como propósito ofrecer conocimientos generales y destrezas intelectuales científico-lingüísticas y
artes mecánicas, consideradas innobles por basarse en un trabajo manual retribuido y realizado
mediante esfuerzo físico. La arquitectura y las actuales artes figurativas eran mecánicas y por
tanto, eran de rango inferior a las liberales (gramática, lógica, retórica, aritmética, geometría,
astronomía y música).Sin embargo, la situación cambió en el Renacimiento, cuando se
reivindicaba la inspiración y la capacidad de invención del artista, y se incorporan ciertos
conocimientos científicos que tienden a dar nobleza a la escultura o pintura.Más adelante, a
mediados del siglo XVIII se define el concepto de Bellas Artes, incluyendo la pintura, escultura y
arquitectura junto a la música, la poesía, la retórica y la danza. Finalmente, en el arte
contemporáneo del siglo XX y XXI, las nuevas técnicas y lenguajes junto con la experimentación
de nuevos códigos y materiales ha ampliado el campo, pero en cualquier caso no alcanza la
generalización que tenía en el mundo clásico.
En concreto, el arte es difícil definirlo, pues el arte se define socialmente y es la sociedad la que
marca los límites para que ciertas obras se denominen como artísticas. Así, M.Dufrenne define la
obra de arte como “todo aquello que es conocido como tal y propuesto como tal a nuestro
asentimiento”.

1.2.El valor artístico.


De la misma manera ocurre con el valor que se le aplica a las obras de arte. Los juicios varían
históricamente porque dependen del sistema de valores vigentes en cada época. Lo que
llamamos calidad es una atribución de valor a obras artísticas, que no puede definirse fuera de las
normas, convenciones, intereses y gustos existentes en el momento en que se producen y en el
contexto desde el cual se interpretan. Asimismo, la valoración depende en mayor medida del
juicio artístico que del gusto. Éste último se entiende como una disposición anímica o
movimiento espontáneo de la sensibilidad estética individual frente a las obras, mientras que el
juicio artístico formula una estimación de las mismas basada en criterios técnicos.
A su vez, para hacer una valoración desde un punto de vista científico hay que tener en cuenta los
factores que condicionaron su realización porque de acuerdo con esos factores hizo la obra el
artista. Lo que sí puede comprobarse con bastante objetividad es el grado de habilidad técnica
dentro de las normas de determinado estilo.
1.3.El papel del arte y el artista, su condición social a lo largo de la Historia.
El papel del Arte y del artista ha ido cambiando a lo largo del tiempo. En el Paleolítico, el ser
humano esculpe o pinta probablemente sin tener conciencia de artista y con fines mágicos.
En la antigüedad, en las culturas egipcias y mesopotámicas nos encontramos ya con artistas
artesanos que desarrollan un arte oficial. Por otra parte, en Grecia, encontramos obras de carácter
religioso y funerario, y otras destinadas a la admiración, pero sobre todo, un arte destinado al
prestigio y engrandecimiento de la polis. En ella, la dignidad social del artista depende de la
mayor o menor vinculación con el trabajo manual y de sus creaciones para el poder político o
económico. En Roma se acentúa más el uso del arte y del artista como elemento propagandístico
del Estado.
En la Edad Media, el arte se relaciona con la iglesia y con el poder político. Especialmente el
Románico es un arte casi exclusivamente de producción eclesiástica, mientras que el Gótico, más
urbano, se abre a otros grupos consumidores de arte, como la nobleza y la burguesía. En esta edad
los artistas suelen ser artesanos controlados por los gremios.
En el Renacimiento, el resurgir artístico inspirado en los ideales clásicos va acompañado de una
revalorización de la obra de arte y del artista como tal. Se fomenta el mercado del arte, el
coleccionismo y el mecenazgo por parte de las familias e instituciones ricas e influyentes, todo lo
cual va favoreciendo la creación artística y la independencia del artista, que crea sus propios
talleres con sus discípulos, al tiempo que nacen también las Academias.
Durante el Barroco la diversidad política e ideológica de Europa rompe la uniformidad artística y
cada país condiciona de manera distinta la situación del artista. Pese a todo, Roma marcan las
pautas a seguir. La Iglesia, bajo los ideales de la Contrarreforma fomenta un arte que propague su
poder y gloria al estilo del siglo anterior.
A partir de los siglos XVIII y XIX el Estado y la Iglesia dejan de ser los principales mecenas y el
arte deja de ser casi exclusivamente de encargo. Se desarrollan ahora fuertemente las Academias y
se organizan Salones en los que el artista trata de buscar compradores para sus obras. Poco a poco,
especialmente durante el Romanticismo, el artista rechaza el dirigismo academicista y defiende la
subjetividad individual y la libre creatividad.
En el mundo contemporáneo, el artista posee una formación autodidacta en muchas ocasiones y
goza de gran independencia, lo cual favoreció el desarrollo de las vanguardias artísticas, proceso
que se inició en el siglo XIX en los Salones parisinos y se prolongó hasta la II Guerra Mundial.
En la actualidad, los artistas, tienen una libertad casi total a la hora de crear, sobre todo cuando
han alcanzado el reconocimiento social.

1.4.Las funciones del arte.


El arte es un medio de interpretar la realidad y de actuar sobre ella, por lo tanto tiene una
función práctica. En este sentido, se interpretan, por ejemplo, las pinturas rupestres. Asimismo,
una de las teorías del arte con más permanencia en el tiempo es aquella que nació en el mundo
griego basada en que la pintura y la escultura deben imitar a la naturaleza. Posteriormente, en la
Edad Media se pasó a representar la realidad sobrenatural, predominando la función religiosa
y la función educadora. En este sentido, hay que tener en cuenta que en una sociedad
mayoritariamente analfabeta, la cultura óptico-visual es la más eficaz para transmitir sus
mensajes ideológicos. No obstante, desde el Renacimiento hasta principios del siglo XX se
volvió al modelo de la naturaleza externa, intentado copiarla fielmente, idealizándola a partir de
sus rasgos más bellos y nobles.
A partir del Romanticismo y sobre todo a partir de Freud, el arte comienza a ser considerado
como una compensación psicológica. Es decir, el arte puede ser utilizado para desviar, canalizar
o sublimar conflictos, deseos o necesidades personales. Pero hay que tener en cuenta que para que
ocurra eso tiene que darse un fuerte sentido de la individualidad y eso no ocurre hasta la época
moderna.

2. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LA OBRA DE ARTE.

2.1.La percepción.
A través del arte podemos percibir formas, que es lo mismo que percibir significados. Asimismo,
nuestra experiencia visual está condicionada por nuestras actitudes mentales. La psicología del
siglo XIX consideraba la percepción como el resultado de una suma de sensaciones
individuales. Posteriormente, la Gestalt, escuela de Berlín, amplió el enfoque y consideró la
percepción como un proceso selectivo que se explicaba no solo por las características de los
estímulos visuales y por nuestras tendencias psicológicas básicas. De esta escuela van a nacer
dos leyes básicas: la ley de la “buena Forma” que considera que siempre se tiende a la imagen
estructuralmente más sencilla y la ley de la figura y el fondo, a partir de la cual se entiende que la
figura completada siempre se divide en dos partes, la figura nítida y estructurada en primer plano y
el fondo más difuso en segundo plano.Sin embargo, a pesar de sus aportaciones, la Gestalt ponía
demasiado énfasis en las cualidades intrínsecas y formales de los objetos y prestaba poca
atención a los factores externos.

2.2.La forma y el significado.


Parece evidente que forma y significado son dos cosas diferentes pero estrechamente
relacionadas. El arte consiste en darle forma a una idea de manera que para que haya arte es
necesario que un concepto se materialice en una representación sensible. En este sentido la forma
es la materialización de un contenido. Existen ante esto dos corrientes metodológicas: el
formalismo, que defiende un alto grado de autonomía en las formas artísticas, tanto en su
producción como a su evolución a lo largo del tiempo y la iconología, que pone el énfasis en los
contenidos. Se interesa particularmente por los temas y los significados de las imágenes
intentando averiguar la función que desempeñan en el contexto cultural de la época.
Ambas teorías han intentado ser superadas mediante la Semiótica, que nos dice cómo el signo
(obra) es la unión de un significante (forma) y un significado (contenido). El significante es la
parte material y sensible del signo mientras que el significado es su parte conceptual.

2.3.La expresión y su organización.


Para el estudio y análisis de la obra de arte podemos seguir la obra de H.Wölfflin “Conceptos
fundamentales de la Historia del Arte”, en el cual establece cinco conceptos que siguen teniendo
vigencia en la actualidad.
El primero es el lineal-pictórico, que marca el paso de la línea como cauce y guía de la visión,y la
desestimación de la misma cuando el fenómeno representado desborda la línea concreta. El
siguiente es el superficial-profundo, basado en la norma artística clásica de disponer en planos o
capas las distintas partes de un conjunto formal, mientras que en el barroco se acentúa la
profundidad y la utilización de diferentes planos. El tercer concepto, forma cerrada-forma
abierta, muestra la diferencia en la norma artística renacentista y basada en la forma cerrada, a
partir de la cual las figuras dentro del marco muestran estabilidad y simetría, mientras que la
forma abierta característica de la norma artística barroca, establece diagonales que contrastan con
las líneas horizontales y verticales, consiguiendo un espacio ilimitado y movimiento. Otro
concepto es el múltiple-unitario, refiriéndose múltiple a la consideración del arte clásico de que
cada componente defienda su autonomía a pesar de lo trabajado del conjunto, mientras que
unitario hace referencia a la subordinación de las partes a favor de la obra en conjunto, propia del
Barroco. Finalmente, establece el concepto de claridad absoluta-claridad relativa, con claridad
absoluta se refiere a la claridad de la lectura de las imágenes representadas o de las formas,
mientras que el segundo hace referencia a una pérdida de luminosidad.
Asimismo, para el estudio de las obras de arte, disponemos de la siguiente organización formal
de las artes visuales.
A través de la composición podemos definir la organización de las diferentes partes de una obra.
No obstante, ésta depende del tipo de función de la obra y los distintos cánones y normas. Por
ejemplo, en la tradición clásica se da un equilibrio que en el Barroco se rompe a favor del
desequilibrio.
Asimismo, para el análisis de una obra es necesario estudiar los materiales y técnicas utilizadas.
Se debe destacar la relación entre materiales y técnicas con las posibilidades y valores de acuerdo
con la situación histórica. Por ejemplo, en las culturas antiguas, las obras vinculadas al poder
político y religioso utilizaban materiales duros como factor de perdurabilidad, sin embargo, hoy en
día los artistas utilizan materiales efímeros, más preocupados por las cualidades estéticas.
Por otro lado, la materia tiene una serie de propiedades: la textura o apariencia externa debida al
tratamiento de la superficie, la forma, asociando una línea horizontal con reposo y una línea curva
o vertical con movimiento, debido al conocimiento psicofísico de la gravedad, el color que ofrece
sensaciones en el cerebro del observador a través de los distintos tipos de mezclas. Para definir el
color debemos concretar sus tres dimensiones (Tono o tipo de color, saturación, es decir, pureza
del color y luminosidad, consistente en el grado en que se acerca a reflejar la luz blanca).
A su vez, para el análisis de una obra debemos tener en cuenta el uso de la geometría como
elemento organizador.En este sentido, la arquitectura depende mucho de la geometría. Pero su
utilización depende bastante del momento histórico. Así en el Renacimiento se tenía auténtica
adoración por las proporciones numéricas en el descubrimiento de la perspectiva lineal. Sin
embargo, la belleza también la podemos encontrar en obras que no siguen un canon establecido.
Por otro lado, el ritmo es una proporción temporal que está presente en la naturaleza. Su
aplicación a las artes visuales conlleva el carácter de una relación espacio-temporal basada en la
repetición o sucesión de similitudes. Esta repetición puede darse a intervalos iguales (simetría) o
diferentes (asimetría), con lo que tendremos ritmos dinámicos o variables.
En esta línea, para la organización visual de las artes, se han establecido centros de interés.
Algunas obras pueden tener uno o varios centros de interés, aunque también pueden no existir. En
cualquier caso su utilización o su ausencia son principios organizadores de la obra de arte.
Finalmente, para realizar un análisis artístico de una obra debemos estudiar el equilibrio. En
nuestra percepción psicofisiológica el equilibrio está presente y por ello lo intentamos proyectar
sobre la obra de arte. Por el contrario, cuando se habla de sintaxis visual nos referimos a que
algunos elementos (forma, color, ritmo…) “pesan” más que otros.

2.4.Significado e interpretación de la obra de arte.


En la Historia del Arte, la iconología se dedica al estudio de los significados de las obras
artísticas. Sin embargo, la iconología tiene graves dificultades para poder interpretar tal
significado. Por ello, Gombrich nos recuerda que una misma obra de arte se interpreta de muchas
maneras a lo largo de la historia. Por tanto, la reconstrucción de su significado puede ser una tarea
difícil. Para esto, Gombrich considera que es de vital importancia el conocimiento intencional del
artista. Ahora bien, la intención del artista depende mucho de factores externos al propio artista
que abarca el ámbito social. Por tanto, el historiador del arte debe considerar la obra artística no
solo como un cúmulo de sensaciones o emociones sino que debe descubrir el contexto en que se
vio envuelto el autor y la obra.
Por otro lado, no debe confundirse el tema de una obra con su significado. Es más a lo largo de
la historia se ha ido imponiendo el tema en las artes figurativas, pero este se rompe en cierto
sentido con las artes no figurativas, donde el artista pretende alcanzar una autonomía
significativa sin recurrir a ningún tema.
En el caso de que exista figurativismo, el tema debe ser un objeto básico de identificación para
encontrar el adecuado sentido de la obra. Por otro lado no siempre un mismo tema tiene el mismo
sentido. Y los cambios de sentido se refieren a cambios en la mentalidad de la época. Sin
embargo, el tema no siempre es claro en la obra figurativa, a veces viene enmascarado en
símbolos, atributos o alegorías de los que deberemos conocer sus significados exactos en el
momento y en el contexto en que se dieron.
En el caso de que exista arte no figurativo, el significado de la obra es más indeterminado y por
tanto, depende más de su estructura y de los valores formales. En este caso, se trata de un
conjunto de formas y de colores que no pretenden imitar la realidad de las apariencias, lo cual
no excluye que el artista tuviera una intención expresiva.

2.5.El arte como lenguaje.


La consideración del arte como lenguaje no es unánime. Como argumento a favor de su
consideración está el hecho de que es algo estructurado como para poder llegar a comprender
racionalmente su mecanismo y funcionamiento. En contra a su consideración como lenguaje está
el argumento de que es un fenómeno único e irrepetible y sin ningún sistema de normas a partir
de las cuales se pueda comprender racionalmente. Esta postura fue adoptada, sobre todo, cuando
se empezó a conocer el valor de lo inconsciente en el arte. La consideración del arte como
lenguaje supone entender el arte como una desviación del lenguaje estándar y por tanto del tipo
de comunicación habitual.
En la actualidad, aun asumiendo valiosas aportaciones de estos estudios, debe ponerse de
manifiesto que es un error identificar el arte con el lenguaje. El arte no es primariamente
comunicativo como lo es un mensaje publicitario, sino que ante todo es significativo. Frente al
proceso de comunicación que exige una respuesta concreta al contenido de la información, la
obra artística solicita una interpretación.

CONCLUSIÓN.

La obra de arte como destaca Gombrich es un hecho histórico en sí misma, pues es inseparable de
la sociedad y la cultura en que ha sido creada. En esta línea, la variedad significativa ha ido
cambiando a lo largo de la Historia al tiempo que lo ha hecho la mentalidad de la propia sociedad.
Igualmente debemos tener en cuenta las diferentes condiciones técnicas y sociales que han
experimentado las diferentes culturas, desde la Prehistoria hasta la actualidad para analizar
cualquier obra artística.
BIBLIOGRAFÍA.

FORMAGGIO, D (1976): Arte. Barcelona. Labor.


GOMBRICH, E.H. (2013): Historia del Arte. Phaidon Press Limited, España.
HAUSER, A. (2016): Historia social de la literatura y el arte I. Barcelona. De Bolsillo.
OCAMPO, E. (1992): Diccionario de términos artísticos y arqueológicos. Barcelona. Icaria.
WÖLFLIN, E.H. (2011): Conceptos fundamentales de la Historia del Arte. Barcelona,
Austral.
WEBGRAFÍA.

Artehistoria.com

Arteespaña.com

Historia-arte.com

Másdearte.com

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