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Sociocultural

Antes de hacer una revisión de las aportaciones de grandes exponentes de la aproximación


sociocultural, debemos saber que la teoría de Alfred Adler, autor que revisamos en la unidad
anterior, a pesar de tener fundamentos psicoanalistas, su denominada psicología individual tiene
claras bases psicosociales. Así que, antes de adentrarnos a los autores que nos competen en esta
ocasión, recordemos que una aplicación ejemplificada de la psicología individual es el sentimiento
de inferioridad.

Adler indicaba que el estudio del sentimiento de inferioridad era básico para la explicación de la
personalidad. Según el mismo autor este sentimiento puede experimentarse dependiendo del tipo
y nivel de intensidad, las experiencias, el estilo de vida y las motivaciones (“esfuerzo por alcanzar
la superioridad”), lo que podrá determinar que una persona desarrolle tal sentimiento. Entonces
¿la personalidad también depende del contexto en el que la persona se desarrolla? Según el
modelo psicosocial, la respuesta es sí.

En resumen, Adler consideraba que la personalidad del individuo debía ser tomada en cuenta
desde la perspectiva social, más no de la perspectiva biológica, ya que él señala que desde que
nacemos tenemos una necesidad e interés social, lo que genera que nuestra personalidad se
desarrolle conforme al tipo de interacción que tenemos en el contexto donde nos desarrollemos.
Continuando con las aportaciones de Adler, él señalaba que existen ciertos elementos que van a
determinar el gran o principal motivo que tiene el ser humano, el cual es encontrar siempre una
mejor forma de vida. La teoría de psicología individual de Alfred Adler tuvo gran influencia en los
autores Karen Horney, Erich Fromm y Harry Stack Sullivan

K. Horney Karen

Horney (1885-1952) también con una formación en psicoanálisis, realizó valiosas aportaciones al
estudio de la personalidad con un énfasis en el contexto social para su desarrollo. Por otra parte,
realizó diversas críticas a la obra de Freud, de la misma manera que lo hizo Adler. De acuerdo con
Davidoff (1989, p. 521), Horney hizo un estudio de la ansiedad básica, la cual según el psicoanálisis,
es la causa de todas las perturbaciones neuróticas. Es así que todos los niños (especialmente los
que desarrollan síntomas neuróticos más tardíamente), van a experimentar hostilidad hacia sus
padres, quienes no van a poder evitar el sentimiento de frustración, incluso cuando sus
intenciones son buenas. Cuando el resentimiento es muy grande, los niños van a preocuparse por
hacerlo notar y que sus padres van rechazarlos y a dejar de quererlos, aceptarlos y considerarlos.

Estos niños, a través de tales relaciones e interacciones, crecerán para convertirse en adultos que
adopten, según el mismo autor, “estrategias defensivas para asegurarse que no pierdan esta
seguridad y afecto” (ibíd., p. 521). Debido a esta situación, pueden presentar cierta personalidad
en un alto grado sumiso por lo que tendrán una gran necesidad del logro y pueden utilizar el
chantaje para ganar el cariño de los demás. En caso de no conseguir la aceptación y amor por
parte de otros, entonces pueden volverse agresivos y explotadores. Finalmente, también podrían
presentar una personalidad de retirada, cerrándose ante los demás, creando una imagen personal
irreal para compensar los sentimientos de inferioridad. Con ello se puede concluir que estas
“tácticas” neuróticas pueden generar un control importante en la personalidad del sujeto,
provocando que se sienta insatisfecho con su vida, además de infeliz. De ese modo, señalan
Schultz y Schultz (2010, p.162), para Horney la necesidad de seguridad es predominante en la
niñez y se entiende como esa necesidad de sentirse seguro y presentar una ausencia de miedo.
Cuando el niño entonces tiene un desarrollo de la personalidad estable, el pequeño se sentirá
seguro y sin miedos. Cuando los padres tienen conductas que lastiman la seguridad de su hijo,
provocan hostilidad en él. Esta hostilidad se genera a partir de:

• Castigos injustos

• Conductas erráticas

• Promesas rotas

• Ridiculizar y humillar

• Aislamiento del niño de sus compañeros

Horney aseguraba que los niños sabían perfectamente bien si el amor de sus padres es auténtico,
por lo que las expresiones de amor falsas no lo pueden engañar Finalmente, el niño aprender a
“ocultar” esa hostilidad de sus padres, debido al sentimiento de indefensión, miedo hacia sus
padres, cuando tienen una necesidad de amor real o cuando presenta sentimientos de culpa
(debido a esa hostilidad). Brennan (1999, p. 240) señala que estos comportamientos se describen
en la denominada ansiedad básica, surgida en la infancia y que continúa en la vida adulta.

¿Y qué hacen los adultos ante esta ansiedad? Los adultos presentan lo que se llama necesidades
neuróticas las cuales, de acuerdo con Schultz y Schultz (2010) son “diez defensas irracionales
contra la ansiedad que se convierten en parte permanente de la personalidad y que afectan el
comportamiento” (p.165). Por ejemplo:

• Afecto y aprobación

• Una pareja dominante

• Poder

• Explotación

• Prestigio

• Admiración

• Logro o ambición

• Autosuficiencia

• Perfección

• Límites estrechos para la vida

En resumen, para Horney, la humanidad ha perdido la seguridad y que la neurosis es causada por
la era de la industrial, teniendo como consecuencia que la psicología se relacione con los valores
culturales y sociales (Brennan, 1999, p. 241). Las experiencias que la gente va acumulando con el
paso de los años se van a llamar “estructura de carácter” y es el resultado de un desarrollo
constante. Para finalizar, resumiremos las aportaciones de Karen Horney.

H. Stack Sullivan

Para hablar de Sullivan, debemos hablar del denominado psicoanálisis social. Sullivan y Fromm (de
quien hablaremos en el siguiente subtema) son los autores y principales representantes de esta
corriente. Harry Stack Sullivan (1892-1949), del mismo modo que Adler y Horney, enfatizó la
importancia de las relaciones sociales e interpersonales para el desarrollo del individuo.

Específicamente, indicaba que la niñez era una etapa vital para el desarrollo de la personalidad,
especialmente, de acuerdo con Davidoff (1989, p. 522), a partir de la segunda década de la vida. Al
decir que un entorno es favorable durante la niñez, se refería a que las exigencias de los padres
(afectuosos) iban en relación con las habilidades del infante.

Por el contrario, cuando los niños no pueden cubrir las exigencias y criterios (físicos e
intelectuales) de sus padres, su nivel de tensión perdurará incluso en la vida adulta, dando como
resultado distorsiones en el desarrollo. No obstante, este autor consideraba que la naturaleza
humana es flexible (ibíd., p. 522), por lo que, aunque estas malas experiencias interpersonales con
la familia pudieran afectar al niño, él tiene la capacidad de superarlas si es que llegara a tener un
apoyo personal afectuoso, por ejemplo, con amistades durante la adolescencia, que le ayudarían a
volverse un adulto sano.

De esa forma Sullivan consideraba la personalidad (o el Yo), como “un sistema abierto en contacto
con el entorno, de modo que en cualquier momento el individuo se define como la suma de estas
experiencias interactivas” (Brennan, 1999, p. 242). Y aunque el enfoque de este autor se relaciona
en gran parte con la Teoría del Campo de Kurt Lewin, se sigue considerando psicoanalítica ya que
aceptaba un modelo de reducción de la ansiedad. Por otra parte, Raghuver (2011, p. 87) nos indica
que, de acuerdo con Sullivan, existen ciertos rasgos de personalidad que son desarrollados a partir
de la interacción que se tiene desde la infancia, los cuales son:

• Malevolencia: la cual se desarrolla a partir de la interacción con otros seres que son
malevolentes y enemigos de uno. Los niños que desarrollan tal personalidad tienen mucha
dificultad para dar y recibir cariño o entrar en contacto interpersonal íntimo con otros.

• Intimidad: es la que se genera a partir del acercamiento interpersonal con otro, lo que facilita el
desarrollo y la reducción de la ansiedad y soledad.

• Lujuria: este rasgo se genera cuando hay una necesidad de intimidad y relaciones
interpersonales, no obstante, en lugar de satisfacerla con base en el cariño y acercamiento
interpersonal, se busca satisfacer a partir de gratificación sexual, aunque la otra persona no reciba
satisfacción durante el acto.

• Autoestima: es el rasgo más inclusivo que se expresa en la conducta de protección en contra de


la ansiedad, además que mantiene nuestra seguridad interpersonal. Para finalizar, otra aportación
de este autor es el de las fases de desarrollo, donde se explica las características de cada fase,
incluyendo rasgos y conductas típicas.

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