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Ya es primavera en salud mental.

Sobre la demanda en tiempos de mercado


Alberto Ortiz Lobo, Iván de la Mata Ruiz.*
“Es cierto que, en todo buen médico En los últimos años, los servicios de salud En los últimos años,
los servicios de salud
hay algo de sacerdote, pero la ocurrencia mental públicos están asistiendo a un incesante
mental públicos están
de pretender reemplazar al sacerdote solo incremento de distintas demandas por parte de asistiendo a un incesante
puede venirle a la cabeza al médico la población que no se corresponden con los incremento de distintas
demandas por parte
en unos tiempos en que se ha perdido trastornos o enfermedades clásicos y que tienen de la población que no se
la noción de los límites que separan una respuesta técnica sanitaria muy dudosa. Son corresponden con los
la salvación de la salud”. demandas que muchas veces tienen que ver con trastornos o enfermedades
clásicos y que tienen una
sentimientos de malestar estrechamente relacio- respuesta técnica sanitaria
Ernst Jünger. nados con los avatares de la vida cotidiana, sen- muy dudosa.
La emboscadura. timientos desagradables (tristeza, angustia,
rabia, frustración, impotencia, soledad, odio,
agresividad...) que aparecen en el contexto de
Definición del problema. un acontecimiento o situación vital estresante
como respuesta emocional adaptativa, legítima y
Los cambios asistenciales, políticos y socioe- proporcionada y, por tanto, no patológica. Otras
conómicos que se han producido en las últimas veces, las demandas están desencadenadas por
décadas han modificado las necesidades y sufrimientos, rechazos o temores del entorno
demandas de la población en los sistemas sani- inmediato al paciente ya que en el campo de la
tarios. La atención primaria y la salud mental salud mental, la necesidad no siempre está
son dos buenos ejemplos de cómo se ha pro- determinada por el sufrimiento de la persona. Se
ducido esta transformación de la demanda que ha calculado que un 24,4% de los sujetos que
ha crecido cuantitativamente hasta niveles acuden a un centro de salud mental no presen-
insospechados y también ha cambiado cualita- tan ningún trastorno mental diagnosticable
tivamente. según criterios de la CIE-10.
Las necesidades en salud son las que definen El sufrimiento y el dolor son inherentes a la
unos expertos en relación a unos estándares condición humana y con anterioridad, este tipo
que establecen a partir de unos mínimos dese- de reacciones de malestar eran asumidas con
ables. Estas son las necesidades normativas, normalidad y en todo caso, compartidas y amor-
porque las necesidades sentidas vienen defini- tiguadas en la red social de apoyo. En la actua-
das por la percepción de los sujetos, el conoci- lidad, estos sentimientos ya no son experimen-
miento de la existencia de servicios para aten- tados como naturales y adaptativos, sino
der determinadas demandas y la capacidad de recodificados como patológicos o cuando
reconocer su estado. Las necesidades expresa- menos se consideran suprimibles por un profe-
das se corresponderían con el concepto de sional. Este fenómeno se incluye en el proceso
demanda, la formulación en un servicio de la descrito como “medicalización de la sociedad” *Psiquiatras. Comunidad de
necesidad sentida. por el cual, cada vez más aspectos y elementos Madrid.

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de la vida de los ciudadanos se entienden y se tica (técnico). Por tanto, entender el proceso por
tratan como un problema sanitario. No aprende- el cual en nuestra cultura se ha ido conformando
mos a aceptar el sufrimiento como parte inevita- la demanda de tratamiento de sentimientos,
ble del enfrentamiento consciente con la reali- malestares o conductas que anteriormente esca-
dad y llegamos a interpretar cada dolor como un paban del dominio científico-técnico nos llevaría
indicador de la necesidad de la intervención de en primer lugar a considerar, los problemas epis-
la ciencia aplicada. Desde siempre, la cultura ha temológicos internos del discurso científico de
hecho tolerable el sufrimiento al integrarlo den- la psiquiatría a la hora de definir su objeto de
tro de un sistema de significados y ha afrontado atención. No hemos elegido en este artículo es-
así el dolor, la anormalidad y la muerte . Sin te eje argumental como el principal y esta re-
embargo, la nueva civilización médica aparta el nuncia merece al menos una explicación. La psi-
dolor de todo contexto subjetivo o intersubjeti- quiatría como actividad clínica y la psicopatolo-
vo con el fin de neutralizarlo mediante una solu- gía como la ciencia básica de la psiquiatría han
ción técnica, por lo que propicia el consumo de intentando desde su constitución adecuarse a
servicios sanitarios a través de las revisiones los procesos lógicos de inteligilibilidad y objeti-
periódicas, los chequeos y la medicalización de vización del discurso médico moderno en las
muchas etapas de la vida (nacimiento, embara- distintas etapas que lo conformaron sin conse-
zo, menopausia, envejecimiento, muerte...): las guirlo: no ha habido una semiología coherente
personas se han vuelto pacientes sin estar enfer- ni lesión de la etapa anatomoclínica, ni disfun-
mas. ción de la mentalidad fisiopatológica, ni causali-
Se trata de un fenómeno cuya expresión se dad etiopatogénica. Esto da cuenta de las difi-
halla en las consultas de atención primaria y en cultades teóricas de la psiquiatría en general pa-
los servicios de salud mental y, además, está ra utilizar la aproximación médica en la defini-
inmerso en un contexto sociocultural, político- ción del propio concepto de enfermedad y deli-
económico y asistencial que lo condiciona. El mitar su nosología. Esto se pone de manifiesto
hecho de que sea coyuntural nos puede hacer con claridad en el campo de lo que hemos de-
pensar que podría desaparecer en el futuro, pero nominado malestar donde el proceso de medi-
nos obliga a estudiar cuál es el entorno en el que calización obedece aun menos al avance del co-
surgió y en el que se desenvuelve ahora. nocimiento científico sobre la naturaleza de unas
supuestas enfermedades recientemente descu-
biertas que a la necesidad pragmática de una
Epistemología psiquiátrica y la definición estructura conceptual que legitime las acciones
Donde el proceso de de enfermedad mental. de los psiquiatras o psicólogos en una sociedad
medicalización obedece
aun menos al avance del que los inviste como capacitados para llevarlas a
conocimiento científico El concepto de enfermedad en una sociedad cabo. El desarrollo histórico de esta estructura
sobre la naturaleza de unas
determinada y, por tanto, del objeto sobre el conceptual (que ha permitido ampliar el objeto
supuestas enfermedades
recientemente descubiertas que se legitima al sistema sanitario a intervenir de atención de la psiquiatría y transformar la de-
que a la necesidad en él y sobre el que los ciudadanos se sienten manda, desde los antiguos lunáticos de los asi-
pragmática de una
estructura conceptual que
legitimados a solicitar dicha intervención es un los del siglo XIX hasta el infeliz trabajador veja-
legitime las acciones de los fenómeno de construcción social. En él, intervie- do por sus jefes de nuestros días) se explicaba
psiquiatras o psicólogos en nen distintos niveles discursivos permeables mejor por aquellas aproximaciones que desde el
una sociedad que los
inviste como capacitados unos a otros: el de la teoría (científico), el de la nivel de la teoría de la práctica analizan el con-
para llevarlas a cabo. teoría de la práctica (tecnológico) y el de la prác- junto de factores sociales, políticos, asistenciales

16 Átopos
y fuerzas normalizadoras que la han ido confor- El Estado de Bienestar y la ampliación Si la salud es un bien social,
colectivo (y la filosofía
mando. Esta es también nuestra perspectiva de del objeto de atención en salud mental
asistencial se basa en
fenómeno de medicalización del sufrimiento y la (1950-1980). la universalización de
transformación de este malestar en demanda de la asistencia, la atención
integral, la prevención
atención sanitaria. Las políticas de bienestar que se iniciaron en y la promoción de la salud),
La cuestión de los límites entre lo normal y lo los países occidentales desde finales de los años el concepto de enfermedad
patológico aparece por tanto desde los orígenes cuarenta del pasado siglo, y que alcanzaron su obligadamente tiene que
superar la visión individual
de lo que hoy entendemos por psiquiatría en una esplendor durante las tres siguientes décadas, del riesgo y centrarse
doble lógica: en primer lugar con el propio pro- derivaron del consenso social y del compromiso en un sentido positivo
de clases que pretendían cerrar las crisis de un de conseguir la salud.
ceso de legitimación social de la especialidad (ya
los primeros alienistas trataban de hacerse valer capitalismo industrial y productivista. Los riesgos
como los únicos poseedores del saber que podía de enfermedad, vejez y desempleo eran amorti-
determinar la cordura o normalidad de los reos) guados por el nuevo equilibrio social que giraba
y en segundo lugar con el discurso científico que alrededor de la institución social del salario. La
justificaba determinadas prácticas sociales o asis- salud aparece así como un bien social y como un
tenciales que o bien correspondían a otra lógica derecho conquistado que necesita una nueva
o eran previas, pero que en cualquier caso hacen organización asistencial dentro del aparato buro-
de la cuestión del límite entre lo normal y lo crático del estado moderno: los sistemas públi-
patológico una cuestión histórica e ideológica. cos de atención médica, cuyo máximo exponen-
Nuestro análisis del proceso de medicalización te son los sistemas nacionales de salud. Si la
del malestar y de la conformación actual de la salud es un bien social, colectivo (y la filosofía
demanda en los servicios de salud mental arran- asistencial se basa en la universalización de la
ca en el periodo posterior a la segunda guerra asistencia, la atención integral, la prevención y la
mundial, no porque anteriormente no se hubiera promoción de la salud), el concepto de enferme-
planteado este tema (piénsese en el psicoanáli- dad obligadamente tiene que superar la visión
sis, en los movimientos de higiene mental), sino individual del riesgo y centrarse en un sentido
porque es en esta época cuando se desarrollan positivo de conseguir la salud.
los otros elementos imprescindibles para que Es en este contexto ideológico donde apare-
estemos hablando de un problema en relación a ce la definición de salud de la OMS de 1948
la demanda: la culminación de los llamados esta- como un estado de bienestar físico, psíquico y
dos sociales o de bienestar y los sistemas públi- social y su apuesta política por la salud pública.
cos de asistencia médica en los países occiden- Dos hipótesis se barajaban: la primera, la de los
tales en sus distintas versiones y grados de planificadores de los sistemas sanitarios, consis-
implantación. tía en la idea de que habiendo una cantidad limi-
Para una mayor claridad en la exposición, y tada de morbilidad, el avance de la terapéutica
aun a riesgo de simplificación, distinguiremos daría por resultado una disminución de la misma
dos etapas ideológicas: una primera etapa coin- y el costo anual de los servicios de salud se redu-
cidente con la expansión del estado de bienestar cirían. La segunda, la de los salubristas, se basa-
en la que se produce la captura del malestar por ba en la idea de que la aplicación de políticas de
una mirada psiquiátrica más social y utópica, y salud pública (no simplemente asistenciales) que
una segunda que arranca con la regresión neoli- transformaran las condiciones de vida de la
beral en el que este malestar capturado es a la población disminuiría la incidencia de las enfer-
vez medicalizado y mercantilizado. medades.

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El nuevo paradigma La psiquiatría también se adecuó a este dis- blemente se difuminan. En su exceso de opti-
de práctica de la medicina
curso social, colectivo y público. En el contexto mismo la nueva tecnología de “lo psi” , fue cap-
(y la salud mental) junto
con los desarrollos ideológico de reconstrucción de la posguerra se turando en su campo categorías y procesos
de los sistemas retoma la crítica al manicomio y comienzan las sociales, riesgos del ciclo de la vida y nuevos
asistenciales implicaban un
cambio radical: el enfermo distintas reformas psiquiátricas que se dieron dilemas morales: las relaciones laborales, la insa-
y la enfermedad invariablemente en Occidente con calendarios, tisfacción de la sociedad de consumo, los pro-
es buscado activamente procesos y resultados diferentes. El nuevo para- blemas de la escuela, los problemas de pareja, la
en la comunidad, incluso
antes de su existencia. digma de la Salud Mental Comunitaria lejos de violencia, el embarazo, la vejez... Se instituciona-
ser un cuerpo teórico coherente y uniforme abar- liza así todo un sistema de expertos repartido en
ca diferentes prácticas asistenciales inscritas en distintas agencias del Estado, incluidos los nue-
las epistemologías dominantes de cada país. Lo vos dispositivos de Salud Mental, que buscaban
que les une es el deseo de una transformación no solo atender la enfermedad sino paliar las
de la asistencia en la que el campo de mirada de contradicciones de una sociedad moderna cada
los médicos de la mente ya nunca más se res- vez más compleja donde los tradicionales meca-
tringirá al universo manicomial, sino que se abri- nismos de la ayuda cercana eran progresivamen-
rá al conjunto de la comunidad. Lo observado, te desarticulados. Aunque la necesidad percibi-
los observadores, la metodología de observa- da por parte de la población de contar con estos
ción y las técnicas de intervención sobre lo sistemas de expertos de lo “psi” todavía es inci-
observado a la fuerza cambian en este nuevo piente, la proyección de este terapeutismo no
espacio. Así el objeto de atención se amplía gra- dejó de tener ya sus críticos entre los pensadores
cias a una idea de enfermedad, sobre todo en las que buscaban una transformación más radical de
neurosis, más cercana a la de la reacción de un la sociedad. Una crítica que se tiene que enten-
sujeto ante el medio que a la de procesos mor- der en este momento histórico y que iba dirigida
bosos específicos y que se refleja tanto en las pri- a los riesgos de totalización del estado de bien-
meras clasificaciones de la OMS como en las pri- estar. Lo que se defendía era la autonomía del
meras ediciones de los DSM. Los observadores individuo frente a lo que se temía como un nue-
se especializan en distintas profesiones de la vo panóptico y una nueva y más refinada forma
ayuda que alcanzan su sanción institucional y la de control social que al fin y al cabo no dejara de
tecnología de la observación se transforma con cuestionar los fundamentos básicos del sistema
la aparición de la moderna epidemiología que capitalista.
busca cuantificar la morbilidad oculta y valorar En cualquier caso el fenómeno resultó impa-
los factores (sociales) de riesgo. Se van ensam- rable. La ampliación del objeto de atención de la
blando las piezas del puzzle que acabará confor- psiquiatría (ya salud mental) se produce de
mando la moderna estructura de atención en manera similar al resto de la medicina: amplia-
salud mental y que implicó un cambio sustancial ción, tecnificación, especialización y con un sen-
en la atención a los enfermos. tido de búsqueda activa de la morbilidad al
El nuevo paradigma de práctica de la medici- servicio de un modelo público de salud. Medica-
na (y la salud mental) junto con los desarrollos de lización y psiquiatrización activa y positiva, en
los sistemas asistenciales implicaban un cambio exceso optimista, promovida por un Estado
radical: el enfermo y la enfermedad es buscado garante del derecho social de la salud. Sin
activamente en la comunidad, incluso antes de embargo los planificadores no pensaron que la
su existencia. Si la enfermedad existe antes de salud se convertiría en objeto de consumo y
que la diagnostique el médico los límites inevita- fuente de valor social y que lejos de limitarse la

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demanda se produciría la paradoja de que cuan- cada vez más distante, que nos incita a consumir
to más recursos sanitarios tenga una sociedad más servicios médicos. En este mercado una de
más enferma se siente. Enfermos reales o senti- las estrategias para poder alcanzar mayores
dos, enfermedades clásicas y posmodernas, téc- beneficios es ampliar la oferta asistencial con la
nicas y profesionales se multiplicarían. Y lo hicie- creación de nueva demanda: el malestar, la inti-
ron en nuevo contexto económico y político en midad y los sentimientos suponen un campo ren-
el que, sobre el triangulo de Estado reparador, table a mercantilizar con potenciales clientes
expertos de la ayuda y población necesitada, consumidores de psicofármacos y terapias psico-
irrumpió a partir de los años ochenta un elemen- lógicas.
to hasta ahora marginal: el mercado de la salud Este nuevo orden económico se acompaña de
como generador de necesidades. cambios sociales y una nueva cultura del indivi-
duo se eleva sobre el Estado y triunfa la cons-
trucción individual de la sociedad sobre la colec-
Neoliberalismo y transformación tiva. El desenclave de las tradiciones y las nuevas
de la demanda. reorganizaciones de espacio y tiempo provistas
por las nuevas tecnologías, liberan a las relacio-
El estado de bienestar amplió el objeto de la nes sociales de su fijación a unas circunstancias
psiquiatría en un momento de cohesión y cohe- locales específicas. Se transforma en estas cir-
rencia social y de optimismo terapéutico, pero la cunstancias el contenido y la naturaleza de la
lógica en el que se desarrolló puso la semilla vida social cotidiana y se produce una mayor
para que en el contexto de la contrarreforma desarticulación de las redes sociales tradiciona-
neoliberal que empezó en los años 80 la deman- les de contención, y un cuestionamiento de
da experimente un aumento y una transforma- aquellas instituciones del consenso social del
ción. Estado de Bienestar (seguros de desempleo,
Uno de los objetivos de los gobiernos neoli- pensiones, ayudas sociales, sindicatos, servicios
berales es reducir la intervención del Estado que, sociales públicos..) que habían sustituido a estas
desde este punto de vista, se había convertido redes. Los valores y creencias ya no tienen cohe-
en demasiado poderoso a expensas de la liber- rencia y mucho menos continuidad en un mundo
tad del individuo. En el nuevo ideario la libre de consumo y cultura del éxito, múltiples medios
empresa y la iniciativa individual crearían un nue- de comunicación y postmodernidad globalizada.
vo clima económico y se generaría prosperidad. La elección individual reina de forma indiscutible
Se estructura una nueva organización del trabajo y la duda, la ansiedad y la inseguridad son el pre-
basada en la flexibilidad y la temporalidad y se cio a pagar por esa sensación de disponer de
En este mercado una de
introducen progresivamente elementos de priva- múltiples opciones. Con esta libre elección del las estrategias para poder
tización y gestión empresariales en los servicios individuo al amparo de la sociedad de consumo alcanzar mayores beneficios
es ampliar la oferta
públicos (hasta ser vendidos muchos de ellos a la surgen patologías mentales que son fruto de esa
asistencial con la creación
empresa privada) para superar la burocracia del libertad como los trastornos de la alimentación, de nueva demanda: el
aparato estatal. En la línea con este modelo eco- las adicciones con o sin sustancia... pero también malestar, la intimidad
y los sentimientos suponen
nómico, en la sanidad se establece un mercado surgen demandas que son consecuencia de esa un campo rentable
sanitario cuyos beneficiarios son la industria far- “libertad”, de esa individualización forzada que a mercantilizar con
macéutica, las empresas sanitarias y algunos sec- produce una tremenda inseguridad y malestar en potenciales clientes
consumidores
tores profesionales. La salud se convierte en una el sujeto. Se impone la necesidad de expertos de psicofármacos
mercancía que se obtiene, en un bien particular (guías en lo psicológico-psiquiátrico) que le apo- y terapias psicológicas.

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yen, aconsejen y curen sus sentimientos de duda de las personas. Las categorías de los trastornos
y fracaso en los ámbitos familiares, sociales y mentales han aumentado en los últimos años en
laborales de su trayectoria vitale. En este estado número (de 106 en el DSM-I de 1952 a 357 en el
de insatisfacción permanente la psicoterapia y DSM-IV de 1994) y en prevalencia (ha habido en
los psicofármacos aparecen como el bote salva- los últimos años auténticas “epidemias” de
vidas, especialmente si lo que se propone es depresión, fobia social, trastorno por déficit de
superar las inhibiciones, satisfacer los requeri- atención, trastorno por estrés postraumático...)
mientos emocionales y obtener la gratificación lo que legitima un mayor protagonismo de los
inmediata del impulso y dejar para otros valores profesionales. Se ha producido un cambio en la
morales que tengan que ver con subordinar las concepción de enfermedad mental que se ha
necesidades o los intereses a los de los demás o visto reflejado en las clasificaciones nosográficas.
a algo fuera de uno mismo. Todo queda dentro La aparición del DSM-III-R en 1980 fue un intento
del individuo, ya sea a través del conflicto psico- de racionalizar y limitar el objeto de la atención
lógico ya sea por los neurotransmisores. psiquiátrica como reacción al exceso psicoanalí-
La industria farmacéutica, las empresas sanita- tico. Se trataba de un consenso supuestamente
rias y sectores profesionales son los que se bene- ateórico que creó un lenguaje común en la
fician de la aparición de este malestar como comunidad psiquiátrica mundial y con el resto de
demanda en salud mental y participan activa- la medicina a costa de un empobrecimiento de la
mente en la conformación de la necesidad senti- psicopatología. Esta nosología, acorde con el
da de atención. De estos agentes creadores de individualismo, comenzó a desechar la idea de
necesidad la industria farmacéutica tiene un reacción al medio (principio fundamental de la
papel estelar en reducir al discurso medico los biología y de la medicina del siglo XX) por su
sentimientos derivados de vivir en sociedad (en intento de ser descriptiva y no valorar causalida-
esta sociedad). El recorte de las ayudas públicas des (aunque la causalidad biológica si está implí-
a la investigación farmacológica ha permitido cita y en primer orden de importancia jerárquica)
que las compañías privadas controlen en mayor y favoreció por tanto la investigación psicofarma-
medida este sector. La investigación se orienta cológica justo en un momento en que la indus-
en función de la rentabilidad del mercado (y no tria consiguió el monopolio de esta investigación
de las necesidades sanitarias de la población) y (las clasificaciones se diseñan por consenso y
la industria farmacéutica conquista además una aquí están claros los lobbies que influyen en su
buena parte del control del conocimiento a tra- desarrollo). La consecuencia es que en lugar de
vés de la formación de los médicos y la propa- limitar el objeto de atención lo que han produci-
ganda en los distintos medios de comunicación do las últimas clasificaciones nosográficas es una
La investigación se orienta
en función de la especializados y generales. Se comercializan psi- medicalización y reduccionismo neuroquímico
rentabilidad del mercado cofármacos, con un respaldo mediático enorme, del objeto ampliado antes.
(y no de las necesidades
como panaceas que se convierten en auténticos Si en el estado de bienestar el Estado era el
sanitarias de la población) y
la industria farmacéutica productos superventas. tercero en discordia en la relación médico-
conquista además una Los profesionales de la salud mental, princi- paciente, en el desarrollo del capitalismo pos-
buena parte del control del
conocimiento a través de la
palmente a través de sus órganos corporativos, moderno el mercado se constituye en el agente
formación de los médicos y también participan del mercado sanitario divul- de esta relación que crea el saber y los mitos que
la propaganda en los gando un discurso científico que certifica su han de compartir médicos y enfermos. Si la críti-
distintos medios de
comunicación papel de expertos y que sitúa a la psiquiatría y la ca radical iba dirigida a la intromisión de estado
especializados y generales. psicología de forma casi omnipresente en la vida en el individuo y en la relación médico-enfermo

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ahora la resistencia paradójicamente se articula medios de comunicación, ya sea por intereses
en defender los restos del estado de bienestar profesionales corporativos, ya sea como elemen-
que tanto se entrometía. to de marketing de las multinacionales farma-
céuticas, populariza la salud mental desvirtuán-
dola como conocimiento y tecnología.
Implicaciones en el modelo de atención Como el SNS no tiene recursos ilimitados, una
público en salud mental. de las consecuencias que se produce con el tra-
tamiento del malestar es la saturación de la ofer-
La psiquiatrización de la vida cotidiana está ta asistencial y el peligro de recortar las presta-
favoreciendo un proceso de aculturización en el ciones al resto de pacientes. Los más
que el dolor y el sufrimiento son descontextuali- perjudicados en este caso serían los pacientes
zados de la biografía del individuo, del entorno más graves que sufrirían la ley de cuidados inver-
social en el que se desenvuelven y son recodifi- sos por la que se proporciona más atención a
cados como problemas a los que les correspon- quien más la demanda y no a quien más la nece-
de una respuesta técnica sanitaria. Respuesta sita. De hecho, se ha descrito la tendencia de los
por otro lado de dudosa eficacia. El malestar profesionales a tratar a los pacientes que mejor
pierde todo significado y se normaliza en virtud funcionan porque son mucho más gratificantes
de un diagnóstico y un tratamiento. Se enmarca que los más graves por lo que se desvían los
en lo psicológico y en lo íntimo asuntos de orden recursos asistenciales hacia los primeros. Ade-
ético y de ámbito público y esto puede colocar más, el incremento de las consultas en los servi-
al individuo como un espectador pasivo y enfer- cios sanitarios por el malestar puede producir un
mo ante los avatares de la vida. De alguna mane- aumento del gasto en medicamentos de dudosa
ra, se puede invalidar la capacidad de afronta- eficacia en estos problemas y formidables pre-
miento y se fomenta la necesidad de los cios, de manera que los fabulosos ingresos de la
ciudadanos de que sus conductas y emociones industria farmacéutica amenazan la viabilidad de
que pasen a ser gestionadas por unos expertos los Sistemas Nacionales de Salud. Muchos profe-
que son los profesionales de la salud mental. La sionales y pacientes reclaman más recursos y
salud mental se convierte en la coartada indivi- posibilidades de terapias psicológicas y de acon-
dualizada frente a situaciones sociales injustas, sejamiento para poder atender a esta población
respaldando el debilitamiento de las redes tradi- pero se ha descrito que cuanto más aumentan
cionales de contención o llenando el vacío que los recursos más se incrementan las demandas.
dejan otras instituciones sociales o agencias del ¿Hasta cuanto? La idea de que hay necesidades
estado en proceso de derribo: cuidadores de masivas no atendidas en salud mental es un mito
ancianos sin ayudas familiares, prejubilados en generado por la expansión de los límites de la
busca de pensión, victimas de relaciones labores psiquiatría y la creencia de que hay tratamiento
injustas que el propio sindicato deriva a los téc- para cualquier problema, en un proceso de
nicos de lo “psi” conforman un paisaje de males- medicalización de la vida cotidiana que se ampa-
tar que contagia el otro lado de la mesa. Por otra ra en conseguir un completo bienestar en vez de
parte, la divulgación de lo psicológico y lo psi- la ausencia de enfermedad. No hay sistema sani-
quiátrico en forma de un conocimiento presun- tario en el mundo que pueda satisfacer todas las
tuoso, sugerente y superficial a través de los demandas porque estas no tienen límite.

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