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TÉCNICAS ASERTIVAS

BANCO DE NIEBLA

Esta técnica es una forma de dejar pasar una crítica haciendo que la otra
persona se quede satisfecha, aunque sin darle la razón. Es muy sencilla y
evita muchos conflictos. Sirve de comodín para cuando no te apetezca
discutir.

Además nos ayuda a poner límites a las demás personas. Les haremos
saber que están siendo escuchados y que existe una posibilidad de que
consideremos lo que nos están diciendo, pero nos mantendremos en
nuestros trece.

Se compone de dos pasos:

1. Expresar que estamos escuchando y atendiendo el mensaje.


2. Manifestar la posibilidad, en el futuro, de tenerlo en cuenta.

Lo único que estamos haciendo es aceptar el mensaje, escuchar lo que nos


están diciendo. Puede que en el futuro lo consideremos, pero también
puede ser que no. No estamos mintiendo.

Ejemplo:

MADRE: A ver si te cortas esos pelos. Pareces un presidiario.

HIJO: Entiendo, mamá que creas que parezco un presidiario, en el futuro


consideraré cortarme el pelo para no parecerlo, lo tendré en cuenta.

Con esta respuesta, el hijo evita meterse en una discusión sin salida, ya
que la madre no va a cambiar de opinión y él quiere ejercer su derecho a
hacer lo que desee con su pelo.

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TÉCNICAS ASERTIVAS

DISCO RAYADO

Con el banco de niebla, forma la combinación perfecta. Es un buena


manera de poner límites y manifestar opiniones y deseos de una manera
eficaz e inamovible.

La técnica consiste en la repetición serena de palabras que expresan


nuestros deseos una y otra vez ante la insistencia de otros para que
accedamos a los suyos. Evita poner excusas falsas y nos ayuda a persistir
en nuestros objetivos.
Se compone de tres pasos:

1. Manifestar el entendimiento de los deseos de los demás.


2. Señalar que no vamos a modificar nuestras preferencias.
3. Repetir secuencias hasta que la otra parte acepte nuestra postura.

Ejemplo:

MADRE: A ver si te cortas esos pelos. Pareces un presidiario.


HIJO: Entiendo, mamá que creas que parezco un presidiario, en un futuro
consideraré cortarme el pelo para no parecerlo.
M: No me vengas con tonterías, que a mi gusta que mi hijo vaya con el
pelo corto, bien arreglado.
H: Entiendo mamá que te guste que lleve el pelo corto, pero a mi me gusta
largo y de momento no voy a cortármelo.
M: Pero es que pareces un presidiario.
H: Entiendo que creas que parezco un presidiario, pero a mi me gusta el
pelo largo y de momento no voy a cortármelo.
M: Si es que estás muy feo.
H: Mamá, entiendo que te parezca feo con el pelo largo, pero a mi me
gusta así y de momento no voy a cortármelo.

Al final, la otra persona termina por aceptar nuestra postura. Esta técnica
es útil para poner límites de forma asertiva, sin que se deteriore la
relación entre ambos.

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