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Art. 166.- Legalidad de la prueba.

Los elementos de prueba sólo pueden


ser valorados si han sido obtenidos por un medio lícito y conforme a las
disposiciones de este código.

Art. 167.- Exclusión probatoria. No puede ser apreciada para fundar una
decisión judicial, ni utilizada como presupuesto de ella, la prueba
recogida con inobservancia de las formas y condiciones que impliquen
violación de derechos y garantías del imputado, previstos en la
Constitución de la República,
los tratados internacionales y este código. Tampoco pueden ser apreciadas
aquellas pruebas que sean la consecuencia directa de ellas, salvo si se
ha
podido obtener otra información lícita que arroje el mismo resultado.
Asimismo, no pueden ser valorados los actos cumplidos con inobservancia
de las formas que impidan el ejercicio del derecho a la tutela judicial
de la víctima o impidan el ejercicio de los deberes del ministerio
público, salvo que el
defecto haya sido convalidado.

Art. 170.- Libertad probatoria. Los hechos punibles y sus circunstancias


pueden ser acreditados mediante cualquier medio de prueba permitido,
salvo prohibición expresa.

Art. 172.- Valoración. El juez o tribunal valora cada uno de los


elementos de prueba, conforme las reglas de la lógica, los conocimientos
científicos y las máximas de experiencia y está en la obligación de
explicar las razones por las cuales se les otorga determinado valor, con
base a la apreciación conjunta
y armónica de toda la prueba. Las actas que tienen por objeto la
comprobación de contravenciones hacen fe de su contenido hasta prueba en
contrario.

sobre los operativos:

Las violaciones del derecho a la libertad personal en la República


Dominicana se manifiestan en diversas formas. Normalmente estas
violaciones ocurren como consecuencia de las detenciones masivas que la
policía efectúa durante redadas o con ocasión de manifestaciones o
protestas. A pesar de que las redadas están prohibidas, éstas siguen
ocurriendo, afectando el derecho a la libertad personal. Si bien la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos señaló que las redadas
policiales se habían reducido, las efectuadas por la Dirección Nacional
para el Control de Drogas (DNCD) aún continuaban. Como resultado de
éstas, se denunciaron detenciones arbitrarias caracterizadas por la
violencia y abuso de la fuerza policial.88

201. La práctica ilegal de copar policial o militarmente un sector,


generalmente populoso y marginado, apresar indiscriminadamente a los
transeúntes y moradores del lugar, por lo general hombres jóvenes,
trasladarlos a los cuarteles y mantenerlos allí por tiempo indeterminado
para fines de "depuración", equivale en gran medida a un virtual estado
de sitio, repentino y no declarado, en cualquier barrio humilde del
país.89

202. La información presentada a la Comisión señala que esta práctica se


ha acentuado en los últimos años y ha sido justificada por algunos jefes
policiales, por la supuesta efectividad de las redadas para capturar a
(un número mínimo de) supuestos delincuentes, aunque para ello fuere
necesario "causar molestias" a ciudadanos honrados. Esas molestias
incluyen arrestos arbitrarios, traslados forzados a cuarteles, requisas o
cateos físicos e incluso extorsiones a cambio de reducciones del tiempo
de la "depuración", para así poder facilitar el retorno a las labores
cotidianas.90

sobre la cadena de custodia.

Sentencia nº 55 de Suprema Corte de Justicia, del 12 de Septiembre de


2015
Considerando, que en lo relativo a que se ha violado el plazo de 24
horas establecido por ley para analizar la sustancia controlada ocupada y
por ende la cadena de custodia; luego de examinar la decisión en este
sentido se colige, que si bien es cierto que esa alzada para responder la
queja del imputado recurrente estableció en síntesis que pudo verificar
la inexistencia de violación a la cadena de custodia en razón de que en
dicha acta se hace constar la cantidad de sustancias controladas, así
como la variedad de las mismas y el número de porciones, respondiendo
dicho documento a las garantías previstas en los artículos 166 y 212 de
nuestra normativa procesal penal; no menos cierto es que esta omitió
responder el aspecto relativo al plazo de las 24 horas establecido en
dicha norma para el envio al INACIF de la sustancia, por lo que esta S.
por motivos de puro derecho suple la omisión en la que incurrió la Corte
a-qua;

Considerando, que contrario a lo denunciado por el recurrente, es


criterio sostenido por esta S. que si bien es el Decreto núm. 288-99 que
instituyó el reglamento que debe regir el protocolo y cadena de custodia
de las sustancias y materias primas sospechosas de ser estupefacientes,
incautadas al tenor de la Ley 50-88 sobre Drogas y Sustancias Controladas
de la República Dominicana, en su artículo 6 establece la obligatoriedad
de remitirlas al laboratorio de criminalística, para su identificación, y
que este debe rendir su dictamen pericial en un plazo de no mayor de 24
horas, prorrogable 24 horas más en casos excepcionales, no menos cierto
es que dicho plazo le es impuesto al laboratorio y debe correr a partir
de la fecha de recepción de la muestra;

Considerando, que en la especie no consta la fecha en que la misma fue


recibida por el laboratorio, razón por la cual es imposible determinar si
este expidió el resultado de su análisis fuera del plazo mencionado, como
se invoca, máxime cuando el artículo 212 del Código Procesal Penal no
establece el plazo para los dictámenes periciales, y como la Ley núm. 72-
02 deroga toda disposición que le sea contraria, el inciso 2 del artículo
6 del decreto relativo al indicado reglamento para ejecución de la Ley
50-88 entra dentro de esas disposiciones, y, puesto que la mala fe no se
presume, hay que suponer que el mismo fue rendido de conformidad con el
mencionado reglamento;

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