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En nuestros tiempos, en el siglo XXI, la religión parece ser para algunos un sistema de pensamiento

retrogrado, que se ha quedado atrás a través del desarrollo de la ciencia y la tecnología; para otros,
especialmente en nuestra cultura occidental (cristianismo, en su mayoría), ha dejado de ser la columna
que rige las acciones y actitud del creyente ante la vida, una verdadera convicción que afecta todos los
ámbitos del individuo, para pasar a ser únicamente un medio para sentir “ seguridad, protección,
consolación y plenitud” ante el agotador día a día que nos exige la sociedad presente; pasando, de esta
manera, por alto la profundidad de lo que refieren estos principios tan significativos. Creo que gran
parte de esto es debido principalmente a las nuevas corrientes de pensamiento que, sin duda, han
transformado al mundo de una manera desmesurada, ya sea positiva o negativamente.

En la actualidad, existen muchas religiones, pero predominan entre ellas cinco: cristianismo, hinduismo,
islam, budismo y judaísmo.

A continuación, se presentan puntos a considerar sobre el papel que tiene la religión en la sociedad:

1. La libertad de culto está en peligro. El ochenta y cuatro por ciento de la población mundial se
identifica con una religión en particular; sin embargo, el setenta y siete por ciento de los
habitantes del mundo vive en países con grandes o muy grandes restricciones en cuanto a la
libertad de culto.

2. La religión avanza la civilización. Muchos de los avances morales más significativos de la


civilización occidental han sido motivados por principios religiosos, y la predicación de estos
desde el púlpito ha persuadido a que se adopten de manera oficial.

3. La religión protege la democracia. Las sociedades occidentales no se sostienen principalmente


mediante la imposición total de las leyes, lo cual sería poco práctico sino, lo que es más
importante, mediante ciudadanos que obedecen de modo voluntario las no exigibles, gracias a
las normas internas de conducta correcta que ellos tienen. Para muchas personas, es la creencia
religiosa en el bien y el mal y la expectativa de tener que rendir cuentas a un poder superior lo
que produce tal autocontrol voluntario.

4. La religión preserva la libertad. De hecho, los valores religiosos y las realidades políticas están
tan interrelacionados con el origen y la perpetuación de las naciones occidentales que no
podemos perder la influencia de la religión en nuestra vida pública sin poner en serio riesgo
todas nuestras libertades.

5. Las religiones deben responsabilidades a sus gobiernos. Los gobiernos tienen un interés


predominante en preservar la seguridad de sus fronteras internacionales, y en defender la salud
y la seguridad de sus ciudadanos. Obviamente, tienen el derecho de insistir que todas las
organizaciones, incluso las religiones, eviten enseñar el odio y eviten otras acciones que puedan
conducir a la violencia u otros actos delictivos hacia los demás.
Posturas filosóficas sobre la religión.

David Hume:

La opinión de Hume era que la religión tenía su origen en pasiones tales como el temor al
desastre y la esperanza de ventajas y mejoras cuando estas pasiones se dirigen hacia algún
poder invisible e inteligente.

Immanuel Kant:

La creencia en la existencia del Dios cristiano se puede fundar en la razón práctica, pero
solamente si la tomamos como condición de posibilidad de la esperanza de que la vida moral
será una vida feliz.

Santo Tomas de Aquino:

Religión es una virtud natural, una excelencia de carácter, a veces llamada “una virtud moral”;
de hecho, para Santo Tomás, la religión es la más grande de tales virtudes.

San Agustín de HIPONA:

Filosofía y religión; ambas facultades y ambas disciplinas deben aspirar a la verdad, que es la
auténtica protagonista de la filosofía agustiniana. No importa tanto razón o fe, filosofía o
religión, cuanto llegar al conocimiento de Dios, que es lo que da sentido a la vida del hombre.

Rene Descartes:

Para Descartes, Dios existe por tres argumentos. En primer lugar, Descartes dice que, si nosotros
somos seres imperfectos, pero en nuestro interior tenemos la idea de un ser perfecto, esta idea
tiene que haber sido inculcada por alguien. Este alguien es Dios y la idea de perfección es la
huella que nos deja por habernos creado. En segundo lugar, Descartes parte de la base de la
causa de nuestra existencia como tal, si Dios no nos ha creado, ¿quién lo ha hecho? Para
Descartes la respuesta es sencilla, si yo no me he podido crear a mi mismo ya que soy
imperfecto y si me hubiera creado yo mismo sería un ser perfecto; si no puedo existir en un
tiempo infinito; y mis padres solo son la causa de mis atributos físicos, solo queda Dios como
causa de mi existencia. Y por último, Descartes afirma que la misma idea de perfección implica
la existencia, argumento inspirado en el argumento de Anselmo de Canterbury.

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