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todo lo que sabemos sobre el orden clandestino es porque a veces las cosas salen mal. Su
dinámica interna, regida por una lógica que aparenta ser azarosa pero que no lo es, produce
cíclicamente eventos inesperados: alguien aparece muerto, una ciudad vuela por los aires, un
edificio se derrumba o una denuncia descubre negocios oscuros. Estos eventos son el resultado de
una regularidad y no de la casualidad, ya que en realidad, en la Argentina, ese orden clandestino
se ha perfeccionado y ha llegado a funcionar bastante bien. Nunca se ha tratado ni se trata, como
muchos creen, de negocios solamente. Por el contrario, alimentar y mantener ese orden es
condición indispensable para la construcción de poder político. En verdad, el orden clandestino
está al servicio de los mejores propósitos, del buen gobierno. Pag 18
ciertos intercambios ilegales comienzan a ser usados como fuentes de extracción de recursos. Se
trata de mercados de bienes o servicios cuya producción, distribución o consumo se encuentran
oficialmente prohibidos pero que se vieron propulsados por un tremendo aumento de los flujos
comerciales, la mayor disponibilidad de tecnología y una urbanización acelerada y caótica. Esas
arenas de intercambio ilegal fueron capturadas por agencias gubernamentales y se convirtieron en
espacios para la extracción de diversos tipos de beneficios. La pretensión de alcanzar niveles
aceptables de orden público, el impulso de la economía, la búsqueda de consenso político y el
control de territorios no son objetivos ajenos a ese uso de los intercambios irregulares, a este
aprovechamiento de la ilegalidad: son, más bien, centrales, manera: ya no se trata de la
informalidad y la ilegalidad económica de las décadas de 1960 o 1970, esas que estaban asociadas
a la pobreza pag 20
Así, para ciertos sectores marginados y pobres de la población argentina, la experiencia del Estado
es simplemente brutal; una situación extrema que se suma al estigma que padecen. Ellos tienen
buenos motivos para la suspicacia. Para otros sectores, al mismo tiempo, el Estado es un
facilitador de bienes y servicios prohibidos. Y en cualquiera de los casos, lejos de advertirse una
ausencia del Estado, se comprueba que el Estado está bien presente. El problema parece radicar
en otro lado: la misma ambivalencia, esa falta de límites claros es lo que viene a indicarnos que
ese Estado habita en la sociedad de una manera particular; que se trata de una singular forma de
relacionamiento con la estructura multiforme que llamamos Estado. Pag 22
Especialmente durante la segunda mitad del siglo XIX, los encargados del reclutamiento de
soldados y personal policial se valieron de personajes con un frondoso prontuario y, en no pocos
casos, de individuos con una débil filiación a las normas del Estado que alegaban representar.
Existen suficientes indicios para suponer que estamos ante una forma de generar poder destinada
a la construcción de un Leviatán. No faltan los estudios que muestran que esa dinámica confinaba
a la mano de obra desocupada a ver en el delito una vía de generación de recursos. La mala vida.
En cualquiera de los casos, el hecho fundamental y recurrente es que la construcción política -la
aspiración al poder y, una vez obtenido, su mantención-, aun cuando tuviese las mejores
intenciones finales, ha utilizado a los mercados ilegales y al delito como fuentes de recursos
económicos, simbólicos y políticos. Pagina 23
En términos del sociólogo Javier Auyero, se trata de zonas grises en las que prosperan negocios
ilegales de diversa índole, cuyo resultado no es la violencia colectiva sino una violencia ejercida
por grupos organizados.2 Es decir, un tipo de violencia cuya característica es su planificación u
organización previa.Así, el enlace Estado-mercados ilegales depende de la asociación entre
políticos y jueces locales y fuerzas policiales. Estos han institucionalizado mecanismos clandestinos
para la explotación de mercados ilegales estructurando un proceso relativamente silencioso de
extracción de recursos gracias a la regulación constante de sucesos violentos.
La dinámica se reproduce del siguiente modo: las acciones de las instituciones estatales o del
Estado son impredecibles, de tal modo que todos los actores se esfuerzan por superar su
inseguridad pero lo hacen operando en ambas lógicas, formales e informales no pueden cumplir
con sus propósitos de Ambas, entonces, se refuerzan mutuamente. Con este patrón de relaciones
sociales y políticas, las instituciones formales no pueden cumplir con sus propósitos de bienestar
universalistas. En su lugar, la política y las acciones de gobierno están determinadas por intereses
y orientaciones particularistas. Al final de este recorrido, la política informal ha ganado una
dimensión tal que se puede hablar de informalidad institucionalizada, un hecho que termina
derivando en un tipo separado de cultura política. En estos contextos sociales, las estrategias
políticas y los contornos del Estado están fuertemente determinados por las oportunidades que
ofrecen actividades económicas criminales como el tráfico de drogas, de personas y, sobre todo,
de armas. Puestos públicos o funciones en órganos regulatorios están íntimamente vinculados a
redes personales, estructuras paralelas que actúan por fuera de normas oficiales. Y el control de
dichas redes significa, asimismo, el control de circuitos formales.Por todo esto, los actores
privados (criminales o no) son vistos menos como enemigos del Estado que como socio que
ofrecen la posibilidad de que aquellos que detentan el poder alcancen sus objetivos políticos No
todos estos mecanismos están basados en la suspensión de la aplicación de la ley aunque sí todos
tienen como corolario una significativa deslegitimación del Estado como estructura normativa
digna de recibir la confianza ciudadana. Pagina 38
Historia del rey del corte. Caben pocas dudas de que estos casos representan muy bien lo que
conocemos como corrupción policial. Los intentos que realizan miembros del Estado y policías por
conseguir beneficios económicos, políticos o estatus dentro de sus organizaciones a cambio de
dejar sin efecto la ley puede ser vistos en ese sentido. Estamos, en efecto, ante sucesos cuyo
significado va más allá del abuso de atribuciones que ofrece la pertenencia a una institución
estatal y que son mucho más complejos que el intercambio de dinero por favores. Como veremos
más adelante en los estudios de caso, la complejidad de estos vínculos significa un aceitado
entrelazamiento entre demandas específicas de emprendimientos criminales y el despliegue
gubernamental de una variedad de mecanismos tendientes a responder a la demanda de
protección y al control de consecuencias no deseadas, tales como la reacción de los medios de
comunicación o eventos violentos Pagina 40
Lejos de “mirar hacia otro lado”, la manera en que las agencias gubernamentales-policías,
aduanas, inspectores, concejales, intendentes, etc.- proveen protección a cambio de dinero
sugiere mecanismos informales sumamente eficaces que mantienen su buena salud gracias al
comercio de protección. Pagina 41
Aquí nuevamente debemos detenernos a observar la formación del Estado europeo como un
proceso regulado por la venta de protección, la cual consiste en la “eliminación o neutralización de
los enemigos de los clientes de los constructores del Estado”.(tilly)
Dif Mafia: Italia y Rusia son ejemplos claros de casos en los cuales el Estado, al no poder proteger
eficazmente a sus ciudadanos y brindar la confianza que necesitan los intercambios económicos,
Contratando la protección de la mafia es posible comprar y vender en forma segura, di suadir o
eliminar posibles competidores, asegurar clientes o evitar ser estafado; es decir, la protección es
un bien deseado y tan real como los peligros que acechan. Aun cuando los costos de transacción
sean elevados y la competencia se distorsione, las amenazas a la seguridad justifican la compra de
protección.
Doble juego:la progresiva autonomización de la esfera estatal creó una frontera precisa entre dos
ámbitos: el primero legal, donde los ciudadanos arman sus vidas al calor de la protección estatal a
cambio de diversos recursos, y el segundo extralegal, amenazado por el poder predatorio del
Estado. Según esta perspectiva, la protección es un medio que se ofrece para asegurar la
extracción de recursos, construir el monopolio del Estado y hacer la guerra a quienes se opongan.
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la existencia de un tercer tipo de protección, la que provee el Estado pero de manera ilegal. Esta
clase de protección es producida cuando, en primer lugar, existe una organización estatal (como la
policía, la burocracia, los inspectores y los políticos) que, a diferencia de lo que caracteriza al
Estado europeo moderno, no neutraliza o elimina a los enemigos de aquellos clientes que proveen
recursos legítimos al Estado -contribuyentes fiscales-, y, en segundo lugar, a diferencia de los
enfoques referidos a la mafia, quien vende protección ilegal no es esta última sino una agencia
estatal. el Estado, a través de sus diversas agencias, les vende protección a dos clientes,
ciudadanos y delincuentes, cuyos intereses son exactamente opuestos. Página 43
la protección que estoy analizando tiene por finalidad suspender la misma aplicación de la ley, es
decir, proteger a los delincuentes del mismo Estado, y crear espacios con una regulación interna
decidida situacionalmente. La protección que se ofrece como producto es, paradójicamente,
protección de las acciones del representante estatal, esto es, quien está facultado y se espera -
porque está facultado para hacerlo- que aplique las leyes. En otras palabras, algunas agencias
estatales protegen a individuos y a ciertos grupos criminales de la ley, dejando a esta sin efecto y
haciendo de este “servicio” una mercancía. Resulta casi evidente que este accionar significa una
captura y privatización del Estado, a la par que una conversión de sus recursos materiales y
simbólicos en una mercancía. Pagina 44
la inacción genera demanda de protección. Aquí, sin lugar a dudas, es donde más claramente se ve
la apropiación de los recursos y privilegios que ofrece la posesión de un cargo oficial y su
transformación en mercancía. Se brinda protección de la ley mediante la inacción.
Se trata, por lo tanto, de una protección ilegal distinta a la que provee la mafia, que solo llega a
controlar el mercado a través de cárteles.4 Los alcances de esta variante de protección ilegal son
enormes porque las agencias estatales -a diferencia de las organizaciones mañosas- no compiten
con otros proveedores y no deben esforzarse por recopilar información, ya sea de sus clientes o de
posibles competidores, ni de cuidar la pureza de las transacciones económicas de sus clientes.5 Al
ser un monopolio, la fuente de inseguridad principal no es la posible pérdida de clientes, sino una
virtual descoordinación burocrática de las actividades legales e ilegales que desemboque en
escándalos mediáticos. Pagina 46
Luego de este recorrido debería resultar más claro que los vínculos dentro del orden clandestino
prosperan gracias a una constante compra y venta de protección: acciones que funcionan como un
escudo que aísla el poder estatal, lo captura y lo comercializa. Bajo este escudo protector tienen la
posibilidad de prosperar negocios y emprendimientos que, en otras circunstancias, recibirían la
hostilidad estatal. Que esta clase de protección sea estatal e ilegal al mismo tiempo se deriva del
rol que cumple quien la ofrece: no se trata de agentes estatales ni de mañosos que defienden los
intereses de sus organizaciones, sino de agentes que emiten señales en ambas direcciones pagna
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