Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El primer versículo del libro identifica a Jeremías con Anatot, Jeremías nació hacia el año
650, en la tierra de Benjamín, una ciudad que estaba a unos cuatro kilómetros de Jerusalén.
Cuando el pueblo de Israel tomó posesión de Palestina, Anatot fue conquistada por Josué y fue
apartada para los sacerdotes (Josué21.13–19; 1o Crónicas 6.57–60). Jeremías vivió allí
(Jeremías 29.27) y a la vez en Jerusalén (29.1; 32.2–3, 7–9; 38.6, 13; 39.14). Aunque no hay
constancia de que Jeremías sirviera en el sacerdocio, su padre era sacerdote (1.1), de modo que
creció en un ambiente sacerdotal.
Jeremías 1.2–3 señala con precisión el tiempo en que vivió el profeta. El servicio profético
de Jeremías abarcó el período que va desde el año decimotercero de Josías hasta el año
undécimo de Sedequías, cuando Judá fue llevada cautiva a Babilonia. Aun después de la caída
de Judá, Jeremías continuó su obra en el exilio, habiendo sido llevado por su propio pueblo a
Egipto (43.1–7; 44).
Josías llegó a ser rey en el 640 a. C. Por lo tanto, el 627 a. C. fue el año cuando Jeremías
comenzó su actividad profética, la cual continuó hasta después del año 586 a. C., cuando Judá
fue desolada (39.6–14).
Durante un período de cuarenta años, Jeremías sirvió bajo cinco reyes: Josías (1o
Crónicas 3.14–17; 2o Reyes 21.23—22.2); Joacaz (Salum; 2o Reyes 23.30–37; Jeremías
22.11); Joacim (2o Crónicas 36.5–9); Joaquín (Jeconías o Conías; 2o Reyes 24.5–12; Jeremías
22.24–30); y Sedequías (2o Reyes 24.17–20; 2o Crónicas 36.10–13). De los cinco reyes,
Josías fue el único que sirvió a Dios y al pueblo como debía (2o Reyes 22.1—23.8; 2o
Crónicas 34; 35). En la siguiente tabla se muestran los tiempos en que reinaron:
LOS REYES BAJO LOS CUALES SIRVIÓ JEREMÍAS DESDE EL 627 HASTA EL
586 A. C.
Reyes de Judá Años en que reinaron Tiempo que reinaron
El exilio constituyo una de las experiencias más profundas para el pueblo hebreo. A su luz
los creyentes tuvieron que reformular su fe: el pueblo que ha puesto su origen en el acto
salvador de Dios, que los libro de la esclavitud de Egipto, debe enfrentar desde esa fe la
experiencia de la derrota, de la humillación y de una nueva esclavitud. Esta crisis teológica ha
dejado una huella cultural indeleble en la fe y, por lo tanto, en la literatura del pueblo israelita.
Jeremías vivió esta experiencia en sus comienzos, cuando todavía no se había asentado la
esperanza de las formulas que más tarde acuñaron Ezequiel o el discípulo de Isaías los
mensajes creyentes, cuyo rastro reconocemos en los textos proféticos citados, indican que
muchos habían sucumbido en su fe; por ello, era necesario alimentar la esperanza. Pues bien,
en este momento inicial conviene situar a Jeremías si queremos hacer justicia a su mensaje.
Todo mensaje profético guarda relación con la historia; el de Jeremías es incomprensible fuera
de ella. La tradición, que ha atribuido a Jeremías la composición de las lamentaciones ha
contribuido a distorsionar la imagen de este profeta. Es necesario, por lo tanto, resumir
brevemente los hechos más fundamentales de la historia universal y de Judá, para entroncar en
sus líneas el mensaje de Jeremías.
Situación internacional
1.- Asiria
Historia de Judá
El largo reinado de manases (698 – 643 a.C.), que gobernó durante 55 años en Jerusalén y
coincido con una fuerte presión de los asirios, es uno de los que merecen peores juicios.
Políticamente se mantuvo sometido a Asiria: pagó tributo, permitió y practico la religión
dominante, de modo que, por esto casi desapareció la religión judía. Le sucedió su hijo Amón
(643- 641 a.C.) que siguió la política de su padre, hasta que ciudadanos de tendencia anti-
Asiria le asesinaron. Pero o eran pocos o eran muy débiles porque la población mato a los
asesinos y pusieron en el trono a su hijo Josías (641 – 609 a.C.).
Este rey llena, personalmente o en sus hijos, el periodo hasta la caída de Jerusalén. De sus
primeros años sabemos muy poco, quizás porque era muy joven. El año 18 de su reinado (622
a.C.) encontró el “rollo de la ley”, que fue el motor de ciertas reformas culturales. También
reconquisto el territorio del norte, hasta lograr restablecer casi integras las fronteras de David.
La euforia en Judá era grande. Según la tecnología deuteronómica, la promesa de Dios estaba
condicionada al buen comportamiento del hombre. Por lo mismo si todo iba bien, era porque
el rey era bueno y el señor estaba con el. En resumen, la admiración que Joasís provocaba
entre la gente era muy grande.
Aunque el problema nacional de la interferencia asiría había disminuido, de forma que Judá
gozaba de una considerable independencia bajo Josías, los acontecimientos internacionales en
la zona Tigris-Eufrates llegaron hasta Jerusalén y se observaron con el mayor interés.
Indudablemente, cualquier temor de que el resurgir del poder babilonio en el este hubiera
tenido serias implicaciones para Jerusalén, estaba atemperado por el optimismo de la reforma
de Josías. Las noticias de la caída de Nínive en, el 612, seguramente fue muy bien recibida en
Judá como la seguridad de no sufrir más interferencias por parte de Asiría. El temor de la
reavivación del poder asirio, hizo que Josías se aprestara con prontitud a bloquear a los
egipcios en Meguido (609 a. C.), evitando una ayuda de los asirios que se estaban retirando
ante el avance de las fuerzas de Babilonia.
Un día (año 609 a.C.) intento cortar el paso de unos cuantos pelotones egipcios, guiados
por el faraón Necao II, que venían en ayuda de los asirios, refugiados en Jarán. Lo intento en
la estratégica fortaleza Mejiddo, pero murió en la batalla. Este hecho provoco en el pueblo una
especie de crisis colectiva de fe: o Dios había abandonado a su buen servidor o la reforma que
había emprendido no era buena. De hecho el movimiento de reforma se freno de modo
definitivo.
La súbita muerte de Josías fue crucial para Judá, al igual que para Jeremías personalmente.
Mientras que el profeta lamentaba la pérdida de su piadoso rey, su nación estaba arrojada a un
torbellino de conflictos internacionales. Quienes tenían el poder nombraron rey a su hijo
Elyaqin, sino que prefirieron a otro hermano de este, Joacaz (609 a.C.), tal vez por asegurar
mejor la línea política mantenida por su padre. Joacaz no reinó sino tres meses mientras el
faraón anduvo por Siria y Mesopotamia; al volver, le llamó a Ribla, en Siria, y de allí lo llevo
a Egipto como rehén antes de que Necao de Egipto, le tomara prisionero y colocase a Joacim
sobre el trono de David en Jerusalén. No solamente hizo este súbito cambio de los
acontecimientos que Jeremías se quedase sin el apoyo político piadoso de su pueblo, sino que
incluso quedó abandonado a las fechorías de los jefes apostatas que gozaban del favor de
Joacim.
En tres meses Judá conoció a tres reyes y solo disfrutó de 20 años de relativa libertad.
Joaquín (609 - 597 a.C.) tuvo que estar sometido varios años al faraón, pagándole un fuerte
tributo. La situación contribuyó a hacer de Joaquín un rey frío y despótico, que mereció una
cordial antipatía por parte de Jeremías. Le toco vivir la consagración del dominio babilónico
en la batalla de Carquemis (605 a.C.). Joaquín ofreció vasallaje a Nabucodonosor en Ribla
(603 a.C.).
Los años 609-586 fueron los más difíciles, sin paralelo en todo el Antiguo Testamento.
Políticamente, el sol se ponía para la existencia nacional de Judá, mientras que toda serie de
conflictos internacionales arrojaban sus sombras de extinción, que por último, dejaron a
Jerusalén reducido a ruinas. En cuestiones religiosas, la mayor parte de los viejos malvados
eliminados por Josías, retomaron bajo el gobierno de Joaquin. Los ídolos cananeos, egipcios y
asirios fueron abiertamente instaurados, tras el funeral de Josías. Jeremías, sin temor y
persistentemente, advertía a su pueblo del desastre que se avecinaba. Puesto que ministraba a
una nación apóstata con un gobierno impío, estaba sujeto a la persecución de sus mismos
conciudadanos. Una muerte por el martirio, indudablemente habría sido un alivio comparado
con el constante sufrimiento y la angustia que soportaba Jeremías, mientras continuaba su
ministerio entre un pueblo cuya vida nacional se hallaba en el proceso de desintegración. En
lugar de obedecer al mensaje de Dios, entregado por el profeta, perseguían al mensajero.
El año 601 a.C. Nabucodonosor sufrió una derrota en Egipto y Joaquin aprovecho la
ocasión para revelarse. O Nabucodonosor no le concedió mayor importancia o se entretuvo en
otras luchas, por que no apareció hasta diciembre de 598 a.C.. En ese momento murió Joacaz
probablemente asesinado por los partidarios de someterse al poder caldeo. No tenia muchos
amigos. En caso de que su hijo Yoyaquín, con solo tres meses en el trono, se rindió ante
Nabucodonosor y este, tras cambiarle el nombre por Jeconías, se lo llevo a Babilonia,
poniéndolo en el trono de Jerusalén a un hijo de Josías, Mattanías, con el nombre de Sedesías.
Así tuvo lugar la primera deportación en la que los personajes más notables de Jerusalén
acompañaron al rey al destierro. Entre ellos había, probablemente, una conocida familia de la
clase sacerdotal que tenia un niño llamado Ezequiel. El que regresaran estos deportados a
Babilonia constituía una de las fuentes de esperanza para lo que todavía quedaban en
Jerusalén. Crisis tras crisis llevaron a Judá a una más próxima destrucción mientras que las
advertencias de Jeremías continuaban ignoradas. El año 605 a. C., marcó el comienzo del
cautiverio de Babilonia para algunos de los ciudadanos de Jerusalén, mientras que Joacim
solicitaba una alianza con los invasores babilonios.
La lucha política y religiosa continuó por otra década conforme las esperanzas nacionales de
Judá iban esfumándose. A veces, Sedequías se preocupaba respecto al consejo de Jeremías;
pero con más frecuencia cedía a la presión del grupo pro-egipcio en Jerusalén que favorecía la
rebelión contra Nabucodonosor. En consecuencia, Jeremías sufría con su pueblo mientras que
aguantaban el asedio final de Jerusalén. Con sus propios ojos, el fiel profeta vio el
cumplimiento de las predicciones que los profetas ante-nores a él habían pregonado tan
frecuentemente. Tras cuarenta años de Pacientes advertencias y avisos, Jeremías fue testigo
del horrible resultado: Jerusalén fue reducido a un humeante montón de ruinas y el templo
destruido por completo.
Sedecías (597 – 586 a.C.) era hijo de Josías. Fue el ultimo rey de la dinastía de David.
Jeremías le trato con cierta benevolencia. Era de carácter débil y fue objeto de presiones por
parte de los bandos de la época: de quienes promulgaban la sumisión o la resistencia frente a
Babilonia. El año 594 a.C. tuvo lugar en Jerusalén una reunión internacional para organizar la
resistencia, pero la ayuda de Egipto era débil, lo que oscurecía el futuro. Sedecías se vio
obligado a enviar una embajada a Babilonia para asegurar su lealtad. Jeremías aprovecho la
ocasión para enviar una carta a los desterrados. El año 589 a.C., Egipto decide intervenir en
así. Sedecías no supo que hacer y consulto a Jeremías repetidas veces, quien le desaconsejo
siempre la rebelión. Sedecías no pudo resistir las presiones de la corte y se rebeló. El 5 de
enero del 587 a.C. vinieron los caldeos y sitiaron Jerusalén. La noticia de que los egipcios
venían en ayuda hizo que se levantara brevemente el cerco y se aliviara la ciudad. Pero el 19
de julio de 586 a.C. los caldeos abrieron brecha en la ciudad. Sedecías escapo, pero lo
capturaron junto a Jericó. Lo llevaron a Ribla y allí lo segaron, tras hacerle ver la ejecución de
sus hijos. Tal vez fue deportado, pero se desconoce el lugar y el tiempo de su muerte. Un mes
más tarde el general Nebuzardán destruyo el templo y el palacio y puso de gobernador a Godo
lías.
Con Godolías empieza el epilogo de la historia del reino. Como gobernador puso su sede
en Mispá, lugar en donde había sido elegido Saúl. No pertenecía a la dinastía de David, quizás
por ello, lo asesino Ismael con la ayuda de los amonitas. Ismael se llevo algunos cautivos
hacia el territorio de Amón, entre los que figuraban el profeta Jeremías y su secretario Baruc.
Juan, un cabecilla de la región, les dio alcance y los prisioneros se pasaron a su bando, camino
de Egipto. así, la historia del reino de Judá narrada en el libro de Jeremías concluye allí donde
había comenzado, en Egipto.
En esta época conviene no olvidar un dato histórico que completa el ciclo de deportaciones:
el año 582 a.C., Nabucodonosor decide una tercera deportación a Babilonia de 745 judíos,
completando así el numero de 4600 exiliados en Babilonia.
Actividad profética
La tarea de Jeremías no era fácil. Como profeta de Jehová tenía que predecir que Judá y
Jerusalén serían desolados, que el magnífico templo de Jehová sería quemado, y que su pueblo
sería llevado al cautiverio... ¡catástrofes casi increíbles! Tenía que profetizar en Jerusalén por
40 años, durante los reinados de los malos reyes Jehoacaz, Jehoiaquim, Joaquín (Conías) y
Sedequías. (Jer. 1:2, 3.) Más tarde, en Egipto, tuvo que profetizar acerca de las idolatrías de
los refugiados judíos en aquel lugar. Completó su libro en 580 a.E.C. Así, el tiempo que
abarca el libro de Jeremías es un período trascendental de 67 años (52:31).
El año trece de Josías (627 a.C.), es donde sitúa el libro su vocación. A esta primera etapa
se atribuyen algunos oráculos que se encuentran en Jr 2-6 (especialmente en 2 – 3) y 30-31 del
libro. Son oráculos que originalmente fueron dirigidos al reino de Israel y que posteriormente
se adoptaron también para Judá.
En esta época Jeremías predica la necesidad de una conversión interna y amenaza con la
indefinida figura del “enemigo del Norte”, que solo a partir del año 605 a.C. se podrá
identificar con el imperio caldeo.
No hay ninguna alusión directa a la reforma de Josías, a pesar de que en su libro abunda el
lenguaje deuteronómico. Es este uno de los mayores enigmas en torno a Jeremías, pues la
reforma supuso un acontecimiento de tal magnitud que difícilmente pudo obviar en su
predicación. Se supone, por lo tanto, que en el tiempo de la reforma (622 – 609 a.C.) cayó. Su
silencio para unos significa apoyo a la reforma; para otros es clara oposición a la misma.
Cuando Joacaz fue llevado a Egipto, Jeremías lo lloró.
Jeremías sigue aconsejando la sumisión de los babilonios como medio de salvar el reino, la
ciudad y la tierra. No hay otro camino. En la aceptación del castigo esta la esperanza para el
futuro. Los exiliados permanecerán mucho tiempo, pero de ellos vendrá la salvación. Las
persecuciones arrecian y su vida peligra.
“Vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual
será dichoso y actuará conforme al derecho y la justicia en la tierra.”
Mucho tiempo atrás, Dios le había prometido a David que sus descdendientes siempre
gobernaran a Israel. Pero los reyes que siguieron a David eran mas lobos rapaces que pastores
del pueblo de Dios. Jeremias predijo que los reyes de su época serian muertos y llevados
cautivos lo que finalmente sucedió también anuncio que un buen rey reemplazaria a todos los
anteriores el mesias
Como profecía mesiánica se ha extendido por muchos años, durante los cuales se han
efectuado muchos cambios políticos predichos por estas profecías; ésta puso de manifiesto su
riqueza mediante una más efectiva variedad de acontecimientos, que si se los hubiese
manifestado todos a la vez. Así como la situación moral de los judíos lo requería, así el Mesías
se manifestaba según lo pedía el correspondiente aspecto de cada situación. De esta manera se
convertía cada vez más en el alma de la vida nacional. De ahí que se lo represente como el
antitípico Israel (Isa_49:3). A David—Hengstenberg observa que Isaías se detiene más en el
oficio profético y sacerdotal de Cristo, en cual ya había sido expuesto en parte (Deu_18:18;
Psa_110:4). En cambio, otros profetas insisten más sobre su oficio de Rey. De consiguiente,
aquí se lo asocia con el rey “David”. Pero en Isa_11:1, con el entonces pobre y desconocido
Isaí. Renuevo justo—“el Renuevo de justicia” (cap. 33:15). En Zec_3:8; Zec_6:12,
simplemente “el Pimpollo”. En Isa_4:2, “el Renuevo de Jehová”. Será dichoso—expresión
aplicable a la empresa del Mesías (Isa_52:13; margen de la V. I.,Isa_53:10). La rectitud o
justicia es también lo característico del Mesías en otros pasajes, en relación con nuestra
salvación o justificación (Isa_53:11; Dan_9:24; Zec_9:9). Es así como en el Nuevo
Testamento él no es meramente “justo”, sino “nuestra justicia” (1Co_1:30), de suerte que
“venimos a ser justicia de Dios en él” (Rom_10:3-4; 2Co_5:19-21; Phi_3:9). Y hará juicio y
justicia en la tierra—(Psa_72:2; Isa_9:7; Isa_32:1, Isa_32:18). No será meramente un
reinado espiritual en el sentido en que él es “nuestra justicia”, sino un reinado justo “en la
tierra” (cap. 3:17, 18). En algunos pasajes se dice de él que vendrá para juzgar; en otros, para
reinar. En Mat_25:34, se le llama “el Rey”. En el Psa_9:7 se habla de los dos. Véase
Dan_7:22, Dan_7:26-27.
6. Judá … Israel … habitará confiado—véase cap. 33:16, donde el “Israel” de aquí está
sustituído allí por “Jerusalén”. Sólo Judá, y éste sólo en parte, ha regresado. Tan lejos están
los judíos de haber gozado hasta ahora de las bendiciones temporales aquí predichas, como
resultado del reinado del Mesías, que su suerte ha sido durante diez y ocho siglos, peor que en
cualquier época anterior. De ahí que el cumplimiento tiene que ser todavía futuro, cuando Judá
e Israel habitarán en su tierra seguramente, bajo una aristocracia mucho más privilegiada aun
que la antigua teocracia (cap. 32:37; Deu_33:28; Isa_54:60; Isa_65:17-25; Zec_14:11). Le
llamarán: Jehová—es decir, será (Isa_9:6) “Jehová”, el nombre incomunicable de Dios, Con
todo, cuando se lo aplica a cosas creadas, expresa meramente alguna relación peculiar que esas
cosas tienen con Jehová (Gen_22:14; Exo_17:15); sin embargo, cuando se lo aplica al Mesías
debe expresar su Deidad, manifestada en el poder justificador para con nosotros (1Ti_3:16).
“Nuestra” señala su humanidad, la cual también está entendida en el hecho de que es un
Retoño suscitado a David; de ahí su título humano “Hijo de David” (véase Mat_22:42-45).
“La justicia” indica su Deidad, porque sólo Dios puede justificar al impío (véase Rom_4:5;
Isa_45:17, Isa_45:24-25).
II.- Jeremías 31:31-34 PROFECIA DEL NUEVO PACTO (REINADO DE
SEDEQUIAS)
“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de
Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su
mano para sacarlos de la tierra de Egipto, porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fuy yo un
marido para ellos, dice Jehová. Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente y la inscribiré en su corazón; y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más
pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no
me acordaré más de su pecado.”
A mitad del libro, en los capítulos del 30 al 33, encontramos una asombrosa y preciosa
profecía, que fue escrita cuando Jeremías estaba en la mazmorra. Se encontraba en un
profundo pozo de cieno, con el barro de varios centímetros de espesor y solo entraba desde
arriba un tenue rayo de luz. En medio de esa desalentadora y deplorable circunstancia, el
profeta fue guiado por el Espíritu de Dios a escribir esta fulgurante visión de los días en que
Israel sería llamada de nuevo en los que Dios promete ser su Dios y caminar entre ellos,
olvidándose de su pecado. A mitad del capítulo 31 nos encontramos con la gran promesa del
nuevo pacto que será establecido con Israel.
Estas palabras las recoge el escritor de la epístola a los Hebreos (Heb. 8:8-12). Además el
Señor mismo se refirió a esta misma profecía cuando se reunió con sus discípulos la noche
antes de ser crucificado e instituyó la Santa Cena. Al coger la copa después del pan la elevó y
les dijo: “porque esta es mi sangre del [nuevo] pacto. (Mat. 26:28) Se estaba refiriendo a los
días de la profecía de Jeremías relacionada con el pacto que Dios establecería con su pueblo en
aquel día lejano que aún había de venir.
Estos dos capítulos son casi totalmente poesía y deben interpretarse como tal. Como "la
poesía de la esperanza", utilizan muchas de las figuras propias de dicho género, que deben
entenderse básicamente según los cánones de la literatura poética. Uno de los errores
hermenéuticos más serios es interpretar poesía como si fuera prosa. Más que anunciar
predicciones específicas y literales de "eventos del porvenir", el profeta inspirado intenta aquí
evocar visiones poéticas de una nueva realidad después de la inminente crisis.
El primer oráculo comienza con una simpática ironía poética: describe el "tiempo de
angustia para Jacob" con la figura chocante de varones que agarran la panza y gritan con
dolores de parto (30.5-7). Por supuesto, nadie estaría tentado a tomar eso como una profecía
literal. Hay ironía también en los argumentos a fortiori de 31.36 (si un día fallaran las leyes del
cielo) y 31.38 (si un día se llegara a medir el cielo o explorar los cimientos de la tierra) -- dos
cosas ridiculamentes impensables.
Al autor le gustan los juegos de palabras: "los que te devoran serán devorados, los que te
saquean serán saqueados, los que te roban serán robados" (30.16). "Fui novillo sin domar, pero
me has domado" (31.18). En 30.3 el profeta juega con dos sentidos del verbo shub: cambiar la
suerte de Israel, y devolverlos a la tierra. En 30.17 se contrastan dos palabras muy parecidas,
Tziyon (Sión) y Tziyah (desierto). La misma técnica literaria ocurre en 20.7: "Me sedujiste (o
engañaste), Señor, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste".
En todo el pasaje abundan las métaforas y símiles dramáticos: angustias de exilio como
varón con dolores de parto (30.6); liberación como quebrar el yugo y romper la soga (30.8);
pecado como enfermedad terminal (30.12s) y perdón como sanación (30.17); aliados como
"amantes" (30.14); juicio como tormenta y huracán (30.23); Dios como padre (31.9) y pastor
(31.10); Israel como "huerta bien regada" (31.12) y muchos más.
Las descripciones más líricas del pasaje se emplean para expresar la alegría del retorno
después del exilio. El regreso se describe como una masiva procesión encabezada por los
ciegos, cojos, mujeres encintas y lactantes (31.8). Habrá cantos de gratitud y risas de alegría
(30.19 DHH) y alegres danzas con panderetas (31.4). Gritarán de júbilo (31.7,12). Jovenes y
viejos danzarán juntos (31.13).
A un pueblo en crisis, cuyas perspectivas eran totalmente oscuras, con esta "poesía de lo
imposible" Jeremías les llama a esperar lo nuevo. Cuando todo parecía ser un "acabóse" sin
salida alguna, el profeta ayuda al pueblo a soñar lo nuevo que no parecía existir ni como
posiblidad ni como esperanza. Es la posibilidad que sólo nace cuando Dios habla para crearla
de la nada, como en Gén 1. Por eso la palabra "nuevo" es tan importante en la literatura
profética.
Aspectos de tiempo
Casi todos los verbos en estos capítulos están en tiempo futuro , para anunciar sobre todo
el retorno de los exiliados. El profeta usa varias fórmulas para el tiempo futuro: "vienen días"
(30.3; 31.27, 31, 38), "en aquel día" (30.7,8; "aquellos días" 31.29; "después de aquellos días"
31.33); "en aquel tiempo" (31.1), y "en el fin de los días" (30.24 deV). Este último, que por su
lenguaje pareciera señalar un tiempo escatológico, en su contexto significa que se entenderá
cuando llegue el día de su cumplimiento (cf 23.20) en un futuro próximo.
Sólo dos pasajes de estos capítulos se citan en el NT: Jer 31.15 en Mat 2.18, y Jer 31.31-34
en Heb 8.8-12 y 10.16s. Paradójicamente, el primero, que identifica la cita explícitamente
como un cumplimiento (Mat 2.18), es de hecho un tipo de alegorización que realmente no
tiene nada de 'profecía" ni de "cumplimiento" en nuestro sentido moderno. La segunda, en
Hebreos, que no usa fórmulas de cumplimiento, plantea en realidad un cumplimiento de lo
profetizado, pero en una forma que Jeremías jamás hubiera anticipado.
(1) Jer 31.15 es un texto sumamente metafórico, una especie de hipérbole alegórica. Ramá,
donde según la tradición estaba sepultada Raquel, estaba unos 9 km de Jerusalén y era un
conocido punto de encuentro como estación en el camino hacia el norte (Jue 19.13). En
tiempos de Jeremías, Nabucodonozor reunió a los exiliados en Rama para llevarlos a
Babilonia (Jer 40.1).
Raquel era la esposa favorita de Jacob y la madre de José y Benjamín, en cuyo nacimiento
murió ella (Gén 35.16-20). Los dos hijos de José, Efraín y Manasés (nietos de Raquel),
representaban dos tribus fuertes del reino del norte, que había sido llevadas al cautiverio por
los asirios. El profeta imagina entonces que Raquel, desde la tumba donde tenía siglos de
yacer, se pone a llogar, como si fuera plañidera de oficio, por sus descendientes tanto del norte
(Israel) como del sur (Judá) que son llevados tristemente hacia el destierro.
Siglos después, cuando Mateo describe la masacre de los infantes por Herodes, trae a
colación esta cita de Jeremías. De nuevo Raquel, ya muerta por más de un milenio, vuelve a
llorar, ahora no por los que van hacia el exilio sino por todos los niños muertos en el
infanticido. En realidad hay varios aspectos en que la cita de Jer 31.15 no viene muy al caso
para el tema de Mat 2.18; un paralelo tipológico más pertinente hubiera sido el infanticidio de
Faraón en tiempos de Moisés. El único punto de correlación con Raquel es el dolor de una
madre, aunque en el primer caso es Raquel quien muere en el parto y en Mateo son los niños
que mueren. Otro factor parece haber sido una tradición distinta que situaba el sepulcro de
Raquel cerca de Belén (Gén 35.19), centro del masacre de los niños.
Tanto en Jer 31.15 como en Mat 2.18 vemos cuán lejos están los conceptos bíblicos de
"profecía" y "cumplimiento" de lo que solemos entender hoy. En los relatos de la vida y
muerte de Raquel no hay absolutamente nada que se hubiera podido entender como una
predicción del exilio; la palabra profética, con "dice Jehová" tres veces en tres versículos, es
puramente alegórica. Tampoco hay nada en Jer 31.15 que se hubiera podido entender como
una predicción de la masacre de los niños bajo Herodes, pero Mateo introduce la cita con
"entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías" (2.17).
(2) El segundo pasaje, Jer 31.31-34, es mucho más importante teológicamente e inspiró
varias citas y alusiones en el NT. Se cita entero en Heb 8.8-12, siendo la cita más larga en todo
el NT. El autor de Hebreos lo vuelve a citar, en forma resumida, en la conclusión de su
argumento sobre la superioridad de Cristo y su sacrificio (10.15-22). Otros pasajes también
hacen referencias muy importantes al "nuevo pacto" prometido por Jeremías. Junto con el
"nuevo corazón" y "espíritu nuevo" que promete Ezequiel (11.19s; 18.31; 36.26-29; cf Jer
32.39) y la "nueva creación" (Isa 65.17-25; 66.22), configuran el perfil definitivo de la
esperanza profética.
Jeremías reconoce que las mismas condiciones del pacto han traido castigo sobre el pueblo
rebelde, y que por su infidelidad el pueblo ha invalidado el pacto (31.31s). Puesto que
Jeremías, igual que Ezequiel, insiste en la responsabilidad personal (31.29s; Ezq 18.2), afirma
que el nuevo pacto traerá una transformación genuina dentro de cada persona, por la que
deseará genuinamente cumplir la voluntad de Dios. Del corazón nacerá obediencia a Dios, sin
que nadie nos tenga que enseñarlo. Es importante observar que Jeremías no plantea una nueva
ley; el nuevo pacto consiste en una nueva dinámica de obediencia a la misma ley de Dios.
Un cambio que Jeremías obviamente no anticipaba era que el pacto dejara de ser judío, en
sentido nacional. En su profecía lo "nuevo" que anuncia no incluye algún nuevo destinatario,
que no fuera la misma nación judía. Aunque ellos han invalidado el viejo pacto, Dios promete
hacer el nuevo pacto "con la casa de Israel y con la casa de Judá" (31.31,33). Y como para
corregir de antemano cualquiera idea de que no siguiera siendo estrictamente judío el nuevo
pacto, el pasaje sigue con dos párrafos que afirman en los términos más enfáticos imaginables
que Israel nunca dejará de ser una "nación delante de mí eternamente" (31.35s) y que Dios no
desechará toda la descendencia de Israel (31.37). Ambas garantías se fundamentan en la
fidelidad invariable de la misma creación de Dios (31.35-37). El pasaje termina con una
detallada descripción de la reconstrucción de Jerusalén (31.38-30). Es obvio que el profeta
sigue pensando en un pacto de caracter judío.
Al pasar al NT, esto cambia radicalmente. Cuando Jesús en su última cena dice "esta copa
es el nuevo pacto en mi sangre" (Lc 22.20; Mt 26.28; Mr 14.24; 1 Cor 11.25), le da al nuevo
pacto un sentido jamás imaginado por Jeremías: el nuevo pacto se basa en la muerte y
resurrección del Mesías (Heb 9.15,18). La promesa de Jeremías se cumplió, real y plenamente,
pero en una forma radicalmente diferente a lo que el profeta hubiera podido anticipar.
La segunda cita del mismo pasaje (Heb 10.11-18) contrasta los sacrificios judíos, repetidos
diariamente, con el de Jesucristo, realizado de una vez para siempre y eficaz sin tener que
repetirse (10.11s,14,18). El nuevo pacto no se basa en sacrificios animales sino en la vida y
muerte de Jesús (10.8); Dios quita los viejos sacrificios y pone a Cristo en su lugar (10.10s).
En esto consiste el nuevo pacto (10.16s). Aquí también el nuevo pacto ha desplazado al viejo
pacto, ya obsoleto.
El viraje que estos pasajes dan a la cita de Jeremías contradice radicalmente el énfasis
judeo-nacionalista que dan 31.35-40 a la misma promesa. Llama la atención que el NT no cita
nunca esos textos (31.35-40; 33.20,25) sobre la permanencia de Israel ante Dios para siempre.
Después de la venida de Jesús y el nacimiento de la iglesia, todo eso adquirió aspectos
totalmente nuevos que Jeremías no hubiera podido anticipar. Para nosotros como cristianos,
entonces, las citas e interpetaciones del NT tienen que ser nuestra orientación definitiva para
entender las profecías predictivas del AT.
Algunos otros pasajes hacen alusiones menos directas a Jer 31.31-34. Cuando 1 Jn 2.27
dice que "ustedes tienen el Espíritu Santo y no necesitan que nadie les enseñe", parece ser una
alusión a la promesa de inscribir su ley en nuestros corazones y darnos su espíritu (cf Jn 6.45).
En 2 Cor 3 y Gál 4.24-31 Pablo elabora extensamente el contraste entre la vieja alianza y la
nueva en Cristo Jesús. Estos y otros pasajes, igual que los de Heb, siempre refieren la promesa
de Jer 31.31-34 a la iglesia y la salvación en Cristo y no a la nación judía como en Jeremías.
Conclusión: el contraste entre los dos pasajes de Jer 30-31 retomados por los autores del
NT es revelador del concepto de "profecía" y "cumplimiento" en los autores bíblicos. (1) Un
texto (31.15: Raquel llora por los exiliados) que en su contexto original no muestra nada de
"predicción", en Mat 2.18 se trata explícitamente como "profecía" cumplida en Cristo, con
todo y fórmula de cumplimiento. Lo mismo pasa con muchos otros pasajes que en el AT no
muestran las características de predicción pero en el NT aparecen como cumplidos (Os
11.1/Mat 2.15; Isa 11.1/Mat 2.23; Jon 1.17/Mat 12.40) o cuyo "cumplimiento" no corresponde
al sentido de la profecía original (Am 9.11s/Hch 15.6-18, debido a un texto radicalmente
distinto con sentido opuesto al texto hebreo).
¿Qué dicen Jer 30-31 para nosotros hoy? En el contexto amplio de la historia de la salvación
y del pacto, estos dos capítulos nos traen una enseñaza muy valiosa. En primer lugar, nuestro
Dios es fiel a sus promesas y tenaz en cumplirlas, a pesar de toda la infidelidad nuestra. En
segundo lugar, al cumplir sus promesas lo hace siempre conforme a su justicia divina. Cumple
su promesa transformándonos a nosotros para que cumplamos su voluntad. Tercero, Dios
puede cumplir sus promesas en formas totalmente sorprendentes, que no se nos hubieran
ocurrido antes, igual que cumplió la promesa del nuevo pacto en una manera prácticamente
contradictoria en algunos puntos a lo que Jeremías obviamente esperaba. Nuestro Dios,
siempre fiel a sus promesas, es Dios de sorpresas.
¿ Cómo debemos obedecer Jer 30-31 hoy? Ningún pasaje profético es teórico y
especulativo, pretendiendo meramente anticipar sucesos futuros (como en este caso el
establecimiento del estado israelí, reconstrucción del templo en el futuro, etc). Su intención
central es llamar al pueblo de Dios a la obediencia, el arrepentimiento y la esperanza.
Cualquier interpretación abtracta que deja fuera esa exigencia ética del pasaje, será una
interpretación errada.
La forma de nuestra obediencia a este pasaje parece sencilla y clara. Hemos de examinar
nuestras vidas y arrepentirnos ante Dios de nuestros pecados e injusticias, personales y
comunitarios (iglesia, nación). Pero más allá del justo juicio de Dios, hemos de confiar en sus
promesas y seguir esperando que "hay una esperanza para tu futuro" (31.17). Como Jeremías
debemos recordar que "vienen días, dice Dios, en qué cambiaré la suerte de mi pueblo" (30.3).
Debemos saber fijar también nuestra mirada "en aquel día" tanto de un mejor futuro próximo
como del futuro definitivo que nos anuncia Dios.
En Centroamérica hoy, después de la dolorosa "década perdida" de los 80s, y las pocas
esperanzas que ofrece la actual década ("cementerio de los sueños"' y "fin de las utopías"),
Jeremías nos llama a una esperanza inclaudicable, pero no una esperanza barata ni escapista.
Nos llama a confesar nuestros pecados, enmendar nuestros caminos, y con firme fe en Dios y
sus promesas, seguir adelante en el camino de su voluntad hasta que el Señor venga.
31. vienen días … haré un nuevo pacto … Jacob … Judá—El nuevo pacto se hará con
el Israel literal y con Judá, no con el Israel espiritual, esto es, los creyentes, salvo en sentido
secundario y como injertados en el tronco de Israel (Rom_11:16-27). Pues el único asunto de
que tratan los caps. 30 y 31 es la restauración de los hebreos (cap. 30:4, 7, 10, 18; 31:7, 10, 11,
23, 24, 27, 36). El nuevo pacto con el “resto según la elección de gracia” en Israel, ya se ha
efectuado; pero en lo que respecta a toda la nación, su realización está reservada para los
últimos días, a los cuales atribuye Pablo esta profecía en forma abreviada (Rom_11:27).
32. No como el pacto que hice con sus padres—El pacto del Antiguo Testamento lo
contrasta con nuestro pacto evangélico (Heb_8:8-12; Heb_10:16-17, donde se cita esta
profecía, para probar la abrogación de la ley por el evangelio) cuyos rasgos distintivos son el
logno del perdón de los pecados mediante una adecuada expiación de los mismos, y la
operación ndepend de la gracía eficaz que asegura una obediencia permanente. Una prenda de
esto la tenemos en parte en la ecléctica o electa composición de la iglesia, de judíos y gentiles.
Pero la promesa que se da aquí al Israel de los últimos días es nacional y universal, la que se
hará efectiva mediante un extraordinario derramamiento del Espíritu (vv. 33, 34; Eze_11:17-
20), ndependientemente de cualquier mérito por parte de ellos (Eze_36:25-32; Eze_37:1-28;
Eze_39:29; Joe_2:23-28; Zec_12:10; 2Co_3:16). Tomé su mano—(Deu_1:31; Hos_11:3).
Bien que fuí yo un marido—(Véase cap. 3:14; Hos_2:7-8). Mas la Versión de los Setenta, la
Siríaca y San Pablo (Heb_8:9) traducen “No los tuve en consideración”; y Gesenio, etc.,
justifican esta traducción del hebreo mediante el árabe. Los hebreos no tuvieron a Dios en
consideración, y así Dios tampoco los tuvo a ellos.
33. y seré yo a ellos por Dios—(Cap. 32:38).
34. Cierto, especialmente en lo que se refiere a Israel (Isa_54:13); y en segundo lugar, a
los verdaderos creyentes (Joh_6:45; 1Co_2:10; 1Jo_2:20). Perdonaré la maldad … y no me
acordaré más—(Cap. 33:8; 50:20; Mic_7:18); lo que se aplica particularmente a Israel
(Rom_11:27), y secundariamente, a todos los creyentes (Act_10:43).
Los cristianos están de acuerdo en que el nuevo Rey que Jeremias predijo era Jesus.
Tambien concuerdan en que Jesus introdujo un nuevo pacto que pone la ley en los corazones y
que permita conocer a Dios.
Todos concuerdan sin embargo en que lo que Jesus comenzó a hacer no ha concluido
todavía.
2.1.- Jeremías profetizó con sorprendente exactitud que Judá, reino del Sur de Israel, seria
invadido por Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que traería desolación a la tierra (Jeremías
25:8-10).
2.2.- Jeremías anuncio con sorprendente exactitud el cautiverio de Israel a manos del
imperio de Babilonia durante setenta años (Jeremías 25:11).
2.3.- Jeremías anuncio con sorprendente exactitud que al término de los 70 años, Babilonia
seria gobernada por otro imperio, y que vendría castigo sobre los babilonios (Jeremías 25:12-
14).
Jer 25:8 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: Por cuanto no habéis oído mis
palabras,
Jer 25:9 he aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor
rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus moradores, y contra
todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los pondré por escarnio y por burla y en
desolación perpetua.
Jer 25:10 Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de
desposado y la voz de desposada,(B) ruido de molino y luz de lámpara.(C)
Jer 25:11 Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey
de Babilonia setenta años.(D)
Jer 25:12 Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella
nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos
para siempre.
Jer 25:13 Y traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, con todo
lo que está escrito en este libro, profetizado por Jeremías contra todas las naciones.
Jer 25:14 Porque también ellas serán sojuzgadas por muchas naciones y grandes reyes; y yo
les pagaré conforme a sus hechos, y conforme a la obra de sus manos.
Vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la
cárcel, diciendo:
Jer 33:2 Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová
es su nombre:
Jer 33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no
conoces.
Jer 33:4 Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las
casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas
Jer 33:5 (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de
hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de
esta ciudad a causa de toda su maldad):
Jer 33:6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia
de paz y de verdad.
Jer 33:7 Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al
principio.
Jer 33:8 Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus
pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.
Jer 33:9 Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones
de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el
bien y de toda la paz que yo les haré.
Jer 33:10 Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y
sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas, sin
hombre y sin morador y sin animal,
Jer 33:11 ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz
de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para
siempre es su misericordia;(A) voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de
Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como al principio, ha dicho Jehová.
Jer 33:12 Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y
en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados.
Jer 33:13 En las ciudades de las montañas, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del
Neguev, en la tierra de Benjamín, y alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, aún
pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová.
Jer 33:14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he
hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.
Jer 33:15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y
hará juicio y justicia en la tierra.
Jer 33:16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará:
Jehová, justicia nuestra.(B)
Jer 33:17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de
la casa de Israel.(C)
Jer 33:18 Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y
encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días.(D)
Jer 33:20 Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la
noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo,
Jer 33:21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo
que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros.
Jer 33:22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir,
así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven.
Jer 33:24 ¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que Jehová
escogiera ha desechado? Y han tenido en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación.
Jer 33:25 Así ha dicho Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he
puesto las leyes del cielo y la tierra,
Jer 33:26 también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar
de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob.
Porque haré volver sus cautivos, y tendré de ellos misericordia.
Mientras que la ruina nacional se aproxima rápidamente, Jeremías recibe un plan de promesa
de restauración. Con una admonición de apelar a Dios, el Creador, el pueblo, mediante
Jeremías, es alentado a esperar cosas desconocidas.
En aquella tierra que está entonces en las fauces de la destrucción, surgirá una rama justa que
brotará del pueblo de David para que prevalezca de nuevo la justicia y la rectitud. El gobierno
davídico y el servicio levítico serán restablecidos. Jerusalén y Judá serán una vez más la
delicia de Dios. Este pacto será tan seguro como los períodos alternantes fijos del día y la
noche. Conforme el gran juicio que Jeremías ha venido anunciando por cuarenta años antes,
está a punto de llegar a su culminación, en la destrucción de Jerusalén, las promesas y las
bendiciones para el futuro están vividamente impresas sobre el fiel profeta.
Jer 25:15 Porque así me dijo Jehová Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino de este
furor, y da a beber de él a todas las naciones a las cuales yo te envío.
Jer 25:16 Y beberán, y temblarán y enloquecerán, a causa de la espada que yo envío entre
ellas.
Jer 25:17 Y tomé la copa de la mano de Jehová, y di de beber a todas las naciones, a las cuales
me envió Jehová:
Jer 25:18 a Jerusalén, a las ciudades de Judá y a sus reyes, y a sus príncipes, para ponerlos en
ruinas, en escarnio y en burla y en maldición, como hasta hoy;
Jer 25:19 a Faraón rey de Egipto, a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo;
Jer 25:20 y a toda la mezcla de naciones, a todos los reyes de tierra de Uz, y a todos los reyes
de la tierra de Filistea, a Ascalón, a Gaza, a Ecrón y al remanente de Asdod;
Jer 25:22 a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón, a los reyes de las costas que
están de ese lado del mar;
Jer 25:23 a Dedán, a Tema y a Buz, y a todos los que se rapan las sienes;
Jer 25:24 a todos los reyes de Arabia, a todos los reyes de pueblos mezclados que habitan en
el desierto;
Jer 25:25 a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam, a todos los reyes de Media;
Jer 25:26 a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros, y a
todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra; y el rey de Babilonia beberá
después de ellos.
Jer 25:27 Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, y
embriagaos, y vomitad, y caed, y no os levantéis, a causa de la espada que yo envío entre
vosotros.
Jer 25:28 Y si no quieren tomar la copa de tu mano para beber, les dirás tú: Así ha dicho
Jehová de los ejércitos: Tenéis que beber.
Jer 25:29 Porque he aquí que a la ciudad en la cual es invocado mi nombre yo comienzo a
hacer mal; ¿y vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos; porque espada traigo sobre todos
los moradores de la tierra, dice Jehová de los ejércitos.
Jer 25:30 Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras y les dirás: Jehová rugirá
desde lo alto, y desde su morada santa dará su voz; rugirá fuertemente contra su morada;
canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra.
Jer 25:31 Llegará el estruendo hasta el fin de la tierra, porque Jehová tiene juicio contra las
naciones; él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a espada, dice Jehová.
Jer 25:32 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en nación, y
grande tempestad se levantará de los fines de la tierra.
Jer 25:33 Y yacerán los muertos de Jehová en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el
otro; no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados; como estiércol quedarán sobre la
faz de la tierra.
Jer 25:34 Aullad, pastores, y clamad; revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque
cumplidos son vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis como vaso
precioso.
Jer 25:35 Y se acabará la huida de los pastores, y el escape de los mayorales del rebaño.
Jer 25:36 !!Voz de la gritería de los pastores, y aullido de los mayorales del rebaño! porque
Jehová asoló sus pastos.
Jer 25:37 Y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jehová.
Jer 25:38 Dejó cual leoncillo su guarida; pues asolada fue la tierra de ellos por la ira del
opresor, y por el furor de su saña.
Jer 46:4 Uncid caballos y subid, vosotros los jinetes, y poneos con yelmos; limpiad las lanzas,
vestíos las corazas.
Jer 46:5 ¿Por qué los vi medrosos, retrocediendo? Sus valientes fueron deshechos, y huyeron
sin volver a mirar atrás; miedo de todas partes, dice Jehová.
Jer 46:6 No huya el ligero, ni el valiente escape; al norte junto a la ribera del Eufrates
tropezaron y cayeron.
Jer 46:7 ¿Quién es éste que sube como río, y cuyas aguas se mueven como ríos?
Jer 46:8 Egipto como río se ensancha, y las aguas se mueven como ríos, y dijo: Subiré,
cubriré la tierra, destruiré a la ciudad y a los que en ella moran.
Jer 46:9 Subid, caballos, y alborotaos, carros, y salgan los valientes; los etíopes y los de Put
que toman escudo, y los de Lud que toman y entesan arco.
Jer 46:10 Mas ese día será para Jehová Dios de los ejércitos día de retribución, para vengarse
de sus enemigos; y la espada devorará y se saciará, y se embriagará de la sangre de ellos;
porque sacrificio será para Jehová Dios de los ejércitos, en tierra del norte junto al río
Eufrates.
Jer 46:11 Sube a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto; por demás multiplicarás las
medicinas; no hay curación para ti.
Jer 46:12 Las naciones oyeron tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra; porque valiente tropezó
contra valiente, y cayeron ambos juntos.
Jer 46:13 Palabra que habló Jehová al profeta Jeremías acerca de la venida de
Nabucodonosor rey de Babilonia, para asolar la tierra de Egipto: (B)
Jer 46:14 Anunciad en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en Menfis y en
Tafnes; decid: Ponte en pie y prepárate, porque espada devorará tu comarca.
Jer 46:15 ¿Por qué ha sido derribada tu fortaleza? No pudo mantenerse firme, porque Jehová
la empujó.
Jer 46:16 Multiplicó los caídos, y cada uno cayó sobre su compañero; y dijeron: Levántate y
volvámonos a nuestro pueblo, y a la tierra de nuestro nacimiento, huyamos ante la espada
vencedora.
Jer 46:17 Allí gritaron: Faraón rey de Egipto es destruido; dejó pasar el tiempo señalado.
Jer 46:18 Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, que como Tabor entre
los montes, y como Carmelo junto al mar, así vendrá.
Jer 46:19 Hazte enseres de cautiverio, moradora hija de Egipto; porque Menfis será desierto,
y será asolada hasta no quedar morador.
Jer 46:20 Becerra hermosa es Egipto; mas viene destrucción, del norte viene.
Jer 46:21 Sus soldados mercenarios también en medio de ella como becerros engordados;
porque también ellos volvieron atrás, huyeron todos sin pararse, porque vino sobre ellos el día
de su quebrantamiento, el tiempo de su castigo.
Jer 46:22 Su voz saldrá como de serpiente; porque vendrán los enemigos, y con hachas
vendrán a ella como cortadores de leña.
Jer 46:23 Cortarán sus bosques, dice Jehová, aunque sean impenetrables; porque serán más
numerosos que langostas, no tendrán número.
Jer 46:24 Se avergonzará la hija de Egipto; entregada será en manos del pueblo del norte.
Jer 46:25 Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: He aquí que yo castigo a Amón
dios de Tebas, a Faraón, a Egipto, y a sus dioses y a sus reyes; así a Faraón como a los que en
él confían.
Jer 46:26 Y los entregaré en mano de los que buscan su vida, en mano de Nabucodonosor rey
de Babilonia y en mano de sus siervos; pero después será habitado como en los días pasados,
dice Jehová.
Jer 46:27 Y tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel; porque he aquí yo te salvaré
de lejos, y a tu descendencia de la tierra de su cautividad. Y volverá Jacob, y descansará y será
prosperado, y no habrá quién lo atemorice.
Jer 46:28 Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo; porque
destruiré a todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero a ti no te destruiré del
todo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo. (C)
Profecía sobre los filisteos
Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos, (A) antes que Faraón
destruyese a Gaza.
Jer 47:2 Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente;
inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y
lamentará todo morador de la tierra.
Jer 47:3 Por el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de sus carros, por el
estruendo de sus ruedas, los padres no cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos;
Jer 47:4 a causa del día que viene para destrucción de todos los filisteos, para destruir a Tiro
y a Sidón todo aliado que les queda todavía; porque Jehová destruirá a los filisteos, al resto de
la costa de Caftor.
Jer 47:5 Gaza fue rapada, Ascalón ha perecido, y el resto de su valle; ¿hasta cuándo te
sajarás?
Jer 47:6 Oh espada de Jehová, ¿hasta cuándo reposarás? Vuelve a tu vaina, reposa y
sosiégate.
Jer 47:7 ¿Cómo reposarás? pues Jehová te ha enviado contra Ascalón, y contra la costa del
mar, allí te puso.
Profecía sobre Moab
Acerca de Moab.(A) Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: !!Ay de Nebo! porque
fue destruida y avergonzada: Quiriataim fue tomada; fue confundida Misgab, y desmayó.
Jer 48:2 No se alabará ya más Moab; en Hesbón maquinaron mal contra ella, diciendo:
Venid, y quitémosla de entre las naciones. También tú, Madmena, serás cortada; espada irá
en pos de ti.
Jer 48:4 Moab fue quebrantada; hicieron que se oyese el clamor de sus pequeños.
Jer 48:5 Porque a la subida de Luhit con llanto subirá el que llora; porque a la bajada de
Horonaim los enemigos oyeron clamor de quebranto.
Jer 48:6 Huid, salvad vuestra vida, y sed como retama en el desierto.
Jer 48:7 Pues por cuanto confiaste en tus bienes y en tus tesoros, tú también serás tomada; y
Quemos será llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.
Jer 48:8 Y vendrá destruidor a cada una de las ciudades, y ninguna ciudad escapará; se
arruinará también el valle, y será destruida la llanura, como ha dicho Jehová.
Jer 48:9 Dad alas a Moab, para que se vaya volando; pues serán desiertas sus ciudades hasta
no quedar en ellas morador.
Jer 48:10 Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere
de la sangre su espada.
Jer 48:11 Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y
no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en
él, y su olor no se ha cambiado.
Jer 48:12 Por eso vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores que le
trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres.
Jer 48:13 Y se avergonzará Moab de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Bet-el,
su confianza.
Jer 48:14 ¿Cómo, pues, diréis: Somos hombres valientes, y robustos para la guerra?
Jer 48:15 Destruido fue Moab, y sus ciudades asoladas, y sus jóvenes escogidos descendieron
al degolladero, ha dicho el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
Jer 48:16 Cercano está el quebrantamiento de Moab para venir, y su mal se apresura mucho.
Jer 48:17 Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que sabéis su
nombre, decid: !!Cómo se quebró la vara fuerte, el báculo hermoso!
Jer 48:18 Desciende de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón; porque el
destruidor de Moab subió contra ti, destruyó tus fortalezas.
Jer 48:19 Párate en el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, y
a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido?
Jer 48:20 Se avergonzó Moab, porque fue quebrantado; lamentad y clamad; anunciad en
Arnón que Moab es destruido.
Jer 48:21 Vino juicio sobre la tierra de la llanura; sobre Holón, sobre Jahaza, sobre Mefaat,
Jer 48:24 sobre Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de tierra de Moab, las de
lejos y las de cerca.
Jer 48:26 Embriagadle, porque contra Jehová se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su
vómito, y sea también él por motivo de escarnio.
Jer 48:27 ¿Y no te fue a ti Israel por motivo de escarnio, como si lo tomaran entre ladrones?
Porque cuando de él hablaste, tú te has burlado.
Jer 48:28 Abandonad las ciudades y habitad en peñascos, oh moradores de Moab, y sed
como la paloma que hace nido en la boca de la caverna.
Jer 48:29 Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, arrogante, orgulloso, altivo
y altanero de corazón.
Jer 48:30 Yo conozco, dice Jehová, su cólera, pero no tendrá efecto; sus jactancias no le
aprovecharán.
Jer 48:31 Por tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre todo Moab haré clamor, y sobre los
hombres de Kir-hares gemiré.
Jer 48:32 Con llanto de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar,
llegaron hasta el mar de Jazer; sobre tu cosecha y sobre tu vendimia vino el destruidor.
Jer 48:33 Y será cortada la alegría y el regocijo de los campos fértiles, de la tierra de Moab; y
de los lagares haré que falte el vino; no pisarán con canción; la canción no será canción.
Jer 48:34 El clamor de Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde Zoar
hasta Horonaim, becerra de tres años; porque también las aguas de Nimrim serán destruidas.
Jer 48:35 Y exterminaré de Moab, dice Jehová, a quien sacrifique sobre los lugares altos, y a
quien ofrezca incienso a sus dioses.
Jer 48:36 Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo
resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque perecieron las
riquezas que habían hecho.
Jer 48:37 Porque toda cabeza será rapada, y toda barba raída; sobre toda mano habrá
rasguños, y cilicio sobre todo lomo.
Jer 48:38 Sobre todos los terrados de Moab, y en sus calles, todo él será llanto; porque yo
quebranté a Moab como a vasija que no agrada, dice Jehová.
Jer 48:39 !!Lamentad! !!Cómo ha sido quebrantado! !!Cómo volvió la espalda Moab, y fue
avergonzado! Fue Moab objeto de escarnio y de espanto a todos los que están en sus
alrededores.
Jer 48:40 Porque así ha dicho Jehová: He aquí que como águila volará, y extenderá sus alas
contra Moab.
Jer 48:41 Tomadas serán las ciudades, y tomadas serán las fortalezas; y será aquel día el
corazón de los valientes de Moab como el corazón de mujer en angustias.
Jer 48:42 Y Moab será destruido hasta dejar de ser pueblo, porque se engrandeció contra
Jehová.
Jer 48:43 Miedo y hoyo y lazo contra ti, oh morador de Moab, dice Jehová.
Jer 48:44 El que huyere del miedo caerá en el hoyo, y el que saliere del hoyo será preso en el
lazo; porque yo traeré sobre él, sobre Moab, el año de su castigo, dice Jehová.
Jer 48:45 A la sombra de Hesbón se pararon sin fuerzas los que huían; mas salió fuego de
Hesbón, y llama de en medio de Sehón, y quemó el rincón de Moab, y la coronilla de los hijos
revoltosos.
Jer 48:46 !!Ay de ti, Moab! pereció el pueblo de Quemos; porque tus hijos fueron puestos
presos para cautividad, y tus hijas para cautiverio.
Jer 48:47 Pero haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero de los tiempos, dice Jehová.
Hasta aquí es el juicio de Moab.
Profecía sobre los amonitas
Acerca de los hijos de Amón.(A) Así ha dicho Jehová: ¿No tiene hijos Israel? ¿No tiene
heredero? ¿Por qué Milcom ha desposeído a Gad, y su pueblo se ha establecido en sus
ciudades?
Jer 49:2 Por tanto, vienen días, ha dicho Jehová, en que haré oír clamor de guerra en Rabá de
los hijos de Amón; y será convertida en montón de ruinas, y sus ciudades serán puestas a
fuego, e Israel tomará por heredad a los que los tomaron a ellos, ha dicho Jehová.
Jer 49:3 Lamenta, oh Hesbón, porque destruida es Hai; clamad, hijas de Rabá, vestíos de
cilicio, endechad, y rodead los vallados, porque Milcom fue llevado en cautiverio, sus
sacerdotes y sus príncipes juntamente.
Jer 49:4 ¿Por qué te glorías de los valles? Tu valle se deshizo, oh hija contumaz, la que confía
en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?
Jer 49:5 He aquí yo traigo sobre ti espanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, de todos tus
alrededores; y seréis lanzados cada uno derecho hacia adelante, y no habrá quien recoja a los
fugitivos.
Jer 49:6 Y después de esto haré volver a los cautivos de los hijos de Amón, dice Jehová.
Jer 49:7 Acerca de Edom.(B) Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en
Temán? ¿Se ha acabado el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría?
Jer 49:8 Huid, volveos atrás, habitad en lugares profundos, oh moradores de Dedán; porque
el quebrantamiento de Esaú traeré sobre él en el tiempo en que lo castigue.
Jer 49:9 Si vendimiadores hubieran venido contra ti, ¿no habrían dejado rebuscos? Si
ladrones de noche, ¿no habrían tomado lo que les bastase?
Jer 49:10 Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse; será
destruida su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y dejará de ser.
Jer 49:11 Deja tus huérfanos, yo los criaré; y en mí confiarán tus viudas.
Jer 49:12 Porque así ha dicho Jehová: He aquí que los que no estaban condenados a beber el
cáliz, beberán ciertamente; ¿y serás tú absuelto del todo? No serás absuelto, sino que
ciertamente beberás.
Jer 49:13 Porque por mí he jurado, dice Jehová, que asolamiento, oprobio, soledad y
maldición será Bosra, y todas sus ciudades serán desolaciones perpetuas.
Jer 49:14 La noticia oí, que de Jehová había sido enviado mensajero a las naciones, diciendo:
Juntaos y venid contra ella, y subid a la batalla.
Jer 49:15 He aquí que te haré pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres.
Jer 49:17 Y se convertirá Edom en desolación; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y
se burlará de todas sus calamidades.
Jer 49:19 He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán contra la bella y robusta;
porque muy pronto le haré huir de ella, y al que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es
semejante a mí, y quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me podrá resistir?
Jer 49:20 Por tanto, oíd el consejo que Jehová ha acordado sobre Edom, y sus pensamientos
que ha resuelto sobre los moradores de Temán. Ciertamente a los más pequeños de su rebaño
los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
Jer 49:21 Del estruendo de la caída de ellos la tierra temblará, y el grito de su voz se oirá en el
Mar Rojo.
Jer 49:22 He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas contra Bosra; y el
corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustias.
Jer 49:23 Acerca de Damasco.(D) Se confundieron Hamat y Arfad, porque oyeron malas
nuevas; se derritieron en aguas de desmayo, no pueden sosegarse.
Jer 49:24 Se desmayó Damasco, se volvió para huir, y le tomó temblor y angustia, y dolores le
tomaron, como de mujer que está de parto.
Jer 49:25 !!Cómo dejaron a la ciudad tan alabada, la ciudad de mi gozo!
Jer 49:26 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán
en aquel día, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Jer 49:27 Y haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá las casas de Ben-adad.
Jer 49:28 Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales asoló Nabucodonosor rey de
Babilonia. Así ha dicho Jehová: Levantaos, subid contra Cedar, y destruid a los hijos del
oriente.
Jer 49:29 Sus tiendas y sus ganados tomarán; sus cortinas y todos sus utensilios y sus
camellos tomarán para sí, y clamarán contra ellos: Miedo alrededor.
Jer 49:30 Huid, idos muy lejos, habitad en lugares profundos, oh moradores de Hazor, dice
Jehová; porque tomó consejo contra vosotros Nabucodonosor rey de Babilonia, y contra
vosotros ha formado un designio.
Jer 49:31 Levantaos, subid contra una nación pacífica que vive confiadamente, dice Jehová,
que ni tiene puertas ni cerrojos, que vive solitaria.
Jer 49:32 Serán sus camellos por botín, y la multitud de sus ganados por despojo; y los
esparciré por todos los vientos, arrojados hasta el último rincón; y de todos lados les traeré su
ruina, dice Jehová.
Jer 49:33 Hazor será morada de chacales, soledad para siempre; ninguno morará allí, ni la
habitará hijo de hombre.
Jer 49:34 Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, en el principio del
reinado de Sedequías rey de Judá, diciendo:
Jer 49:35 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, parte
principal de su fortaleza.
Jer 49:36 Traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo, y los aventaré a
todos estos vientos; y no habrá nación a donde no vayan fugitivos de Elam.
Jer 49:37 Y haré que Elam se intimide delante de sus enemigos, y delante de los que buscan
su vida; y traeré sobre ellos mal, y el ardor de mi ira, dice Jehová; y enviaré en pos de ellos
espada hasta que los acabe.
Jer 49:38 Y pondré mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a su príncipe, dice Jehová.
Jer 49:39 Pero acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos de Elam, dice
Jehová.
Palabra que habló Jehová contra Babilonia, (A) contra la tierra de los caldeos, por medio del
profeta Jeremías.
Jer 50:2 Anunciad en las naciones, y haced saber; levantad también bandera, publicad, y no
encubráis; decid: Tomada es Babilonia, Bel es confundido, deshecho es Merodac; destruidas
son sus esculturas, quebrados son sus ídolos.
Jer 50:3 Porque subió contra ella una nación del norte, la cual pondrá su tierra en
asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; huyeron, y se fueron.
Jer 50:4 En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel, ellos y
los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán a Jehová su Dios.
Jer 50:5 Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros, diciendo:
Venid, y juntémonos a Jehová con pacto eterno que jamás se ponga en olvido.
Jer 50:6 Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las
descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.
Jer 50:7 Todos los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemigos: No pecaremos,
porque ellos pecaron contra Jehová morada de justicia, contra Jehová esperanza de sus
padres.
Jer 50:8 Huid de en medio de Babilonia,(B) y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los
machos cabríos que van delante del rebaño.
Jer 50:9 Porque yo levanto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes pueblos de la
tierra del norte; desde allí se prepararán contra ella, y será tomada; sus flechas son como de
valiente diestro, que no volverá vacío.
Jer 50:10 Y Caldea será para botín; todos los que la saquearen se saciarán, dice Jehová.
Jer 50:12 Vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a luz; he aquí será la
última de las naciones; desierto, sequedal y páramo.
Jer 50:13 Por la ira de Jehová no será habitada, sino será asolada toda ella; todo hombre que
pasare por Babilonia se asombrará, y se burlará de sus calamidades.
Jer 50:14 Poneos en orden contra Babilonia alrededor, todos los que entesáis arco; tirad
contra ella, no escatiméis las saetas, porque pecó contra Jehová.
Jer 50:15 Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído sus cimientos, derribados son
sus muros, porque es venganza de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella
hizo.
Jer 50:16 Destruid en Babilonia al que siembra, y al que mete hoz en tiempo de la siega;
delante de la espada destructora cada uno volverá el rostro hacia su pueblo, cada uno huirá
hacia su tierra.
Jer 50:17 Rebaño descarriado es Israel; leones lo dispersaron; el rey de Asiria lo devoró
primero, Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó después.
Jer 50:18 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo castigo al rey de
Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.
Jer 50:20 En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada,
y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere
dejado.
Jer 50:21 Sube contra la tierra de Merataim,[a] contra ella y contra los moradores de Pecod;[b]
destruye y mata en pos de ellos, dice Jehová, y haz conforme a todo lo que yo te he mandado.
Jer 50:23 !!Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! !!cómo se convirtió
Babilonia en desolación entre las naciones!
Jer 50:24 Te puse lazos, y fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no lo supiste; fuiste hallada, y aun
presa, porque provocaste a Jehová.
Jer 50:25 Abrió Jehová su tesoro, y sacó los instrumentos de su furor; porque esta es obra de
Jehová, Dios de los ejércitos, en la tierra de los caldeos.
Jer 50:26 Venid contra ella desde el extremo de la tierra; abrid sus almacenes, convertidla en
montón de ruinas, y destruidla; que no le quede nada.
Jer 50:27 Matad a todos sus novillos; que vayan al matadero. !!Ay de ellos! pues ha venido su
día, el tiempo de su castigo.
Jer 50:28 Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar en Sion las
nuevas de la retribución de Jehová nuestro Dios, de la venganza de su templo.
Jer 50:29 Haced juntar contra Babilonia flecheros, a todos los que entesan arco; acampad
contra ella alrededor; no escape de ella ninguno; pagadle según su obra; (C) conforme a todo lo
que ella hizo, haced con ella; porque contra Jehová se ensoberbeció, contra el Santo de Israel.
Jer 50:30 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos sus hombres de guerra serán
destruidos en aquel día, dice Jehová.
Jer 50:31 He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de los ejércitos;
porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré.
Jer 50:32 Y el soberbio tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante; y encenderé fuego en
sus ciudades, y quemaré todos sus alrededores.
Jer 50:33 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Oprimidos fueron los hijos de Israel y los hijos
de Judá juntamente; y todos los que los tomaron cautivos los retuvieron; no los quisieron
soltar.
Jer 50:34 El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto
abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.
Jer 50:35 Espada contra los caldeos, dice Jehová, y contra los moradores de Babilonia, contra
sus príncipes y contra sus sabios.
Jer 50:36 Espada contra los adivinos, y se entontecerán; espada contra sus valientes, y serán
quebrantados.
Jer 50:37 Espada contra sus caballos, contra sus carros, y contra todo el pueblo que está en
medio de ella, y serán como mujeres; espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
Jer 50:38 Sequedad sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de ídolos, y se entontecen
con imágenes.
Jer 50:39 Por tanto, allí morarán fieras del desierto y chacales,(D) morarán también en ella
polluelos de avestruz; nunca más será poblada ni se habitará por generaciones y generaciones.
Jer 50:40 Como en la destrucción que Dios hizo de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades
vecinas,(E) dice Jehová, así no morará allí hombre, ni hijo de hombre la habitará.
Jer 50:41 He aquí viene un pueblo del norte, y una nación grande y muchos reyes se
levantarán de los extremos de la tierra.
Jer 50:42 Arco y lanza manejarán; serán crueles, y no tendrán compasión; su voz rugirá
como el mar, y montarán sobre caballos; se prepararán contra ti como hombres a la pelea, oh
hija de Babilonia.
Jer 50:43 Oyó la noticia el rey de Babilonia, y sus manos se debilitaron; angustia le tomó,
dolor como de mujer de parto.
Jer 50:44 He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán a la morada fortificada;
porque muy pronto le haré huir de ella, y al que yo escoja la encargaré; porque ¿quién es
semejante a mí? ¿y quién me emplazará? ¿o quién será aquel pastor que podrá resistirme?
Jer 50:45 Por tanto, oíd la determinación que Jehová ha acordado contra Babilonia, y los
pensamientos que ha formado contra la tierra de los caldeos: Ciertamente a los más pequeños
de su rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
Jer 50:46 Al grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó entre las
naciones.
Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra
sus moradores que se levantan contra mí.
Jer 51:2 Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se
pondrán contra ella de todas partes en el día del mal.
Jer 51:3 Diré al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No
perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército.
Jer 51:4 Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles.
Jer 51:5 Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su
tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.
Jer 51:6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a
causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago.
Jer 51:7 Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su
vino bebieron los pueblos;(A) se aturdieron, por tanto, las naciones.
Jer 51:8 En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo
para su dolor, quizá sane.
Jer 51:9 Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra;
porque ha llegado hasta el cielo su juicio,(B) y se ha alzado hasta las nubes.
Jer 51:10 Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jehová
nuestro Dios.
Jer 51:11 Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el espíritu de los
reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza
es de Jehová, y venganza de su templo.
Jer 51:12 Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned
centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jehová, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho
contra los moradores de Babilonia.
Jer 51:13 Tú, la que moras entre muchas aguas,(C) rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida
de tu codicia.
Jer 51:14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como
de langostas, y levantarán contra ti gritería.
Jer 51:15 El es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y
extendió los cielos con su inteligencia.
Jer 51:16 A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo
último de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.
Jer 51:17 Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se averg:uenza todo artífice de su
escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu.
Jer 51:18 Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán.
Jer 51:19 No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es
el cetro de su herencia; Jehová de los ejércitos es su nombre.
Jer 51:20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por
medio de ti destruiré reinos.
Jer 51:21 Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré
carros y a los que en ellos suben.
Jer 51:22 Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti
quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré jóvenes y vírgenes.
Jer 51:23 También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu
medio a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti.
Jer 51:24 Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos
hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jehová.
Jer 51:25 He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la
tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte
quemado.
Jer 51:26 Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo
asolamiento serás, ha dicho Jehová.
Jer 51:27 Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra
ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán,
haced subir caballos como langostas erizadas.
Jer 51:28 Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y todos sus
príncipes, y todo territorio de su dominio.
Jer 51:29 Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia todo el
pensamiento de Jehová, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya
morador en ella.
Jer 51:30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les
faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus
cerrojos.
Jer 51:31 Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para
anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes.
Jer 51:32 Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los
hombres de guerra.
Jer 51:33 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es
como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.
Jer 51:34 Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso
vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera.
Jer 51:35 Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de
Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén.
Jer 51:36 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y
secaré su mar, y haré que su corriente quede seca.
Jer 51:37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin
morador.
Jer 51:38 Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán.
Jer 51:39 En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se
alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová.
Jer 51:40 Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos.
Jer 51:41 !!Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! !!
Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones!
Jer 51:42 Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta.
Jer 51:43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará
nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.
Jer 51:44 Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no vendrán
más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá.
Jer 51:45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira
de Jehová.
Jer 51:46 Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra;
en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra,
dominador contra dominador.
Jer 51:47 Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su
tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella.
Jer 51:48 Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia; (D)
porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová.
Jer 51:49 Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos
de toda la tierra.(E)
Jer 51:50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días
de Jehová, y acordaos de Jerusalén.
Jer 51:51 Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros
rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová.
Jer 51:52 Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que yo destruiré sus ídolos, y en toda su
tierra gemirán los heridos.
Jer 51:53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique en las alturas, de mí vendrán a
ella destruidores, dice Jehová.
Jer 51:55 Porque Jehová destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha jactancia; y
bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas será la voz de ellos.
Jer 51:56 Porque vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes fueron
apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jehová, Dios de retribuciones, dará la paga.
Jer 51:57 Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus
fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los
ejércitos.
Jer 51:58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado
enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y
las naciones se cansaron sólo para el fuego.
Jer 51:59 Palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías,
cuando iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era
Seraías el principal camarero.
Jer 51:60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia,
todas las palabras que están escritas contra Babilonia.
Jer 51:61 Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas
cosas,
Jer 51:62 dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no
quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado.
Jer 51:63 Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del
Eufrates,
Jer 51:64 y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará (F) del mal que yo traigo sobre
ella; y serán rendidos.
Hasta aquí son las palabras de Jeremías.
¡Qué imagen tan maravillosa es esa! Es el cumplimiento de la visión que le fue concedido tener a
Jeremías, en el capítulo 18, cuando Dios le dijo que descendiese a la casa del alfarero. Ese es un
extraño lugar para que vaya un profeta, pero fue allí donde le envió Dios.
Al contemplar Jeremías al alfarero trabajando, le vio haciendo recipientes en su rueda y al dar vueltas
la rueda el alfarero le iba dando forma a la vasija. Y mientras Jeremías lo estaba viendo, la vasija que
estaba en la mano del alfarero se estropeó y se rompió. Entonces el alfarero cogió la vasija y una vez
más unió el material formando un montón con la masa y dándole forma por segunda vez, haciendo la
vasija como a él le gustaba.
A lo largo de todo este libro encontrará usted ayudas visuales o lecciones objetivas. A los profetas se
les da bien dar esta clase de lecciones y eso es justo lo que hace Jeremías. Esta es la gran lección
objetiva de Dios sobre lo que hace con una vida destrozada. La toma y le vuelve a dar nuevamente
forma, no según los fracasos y los disparatados sueños de la persona, sino de acuerdo con los
deseos del alfarero, porque el alfarero tiene poder sobre el barro para darle la forma que él quiera.
Jeremías habla acerca de una profecía de ruina, de devastación, de destrucción y de juicio, pero más
allá de eso está la esperanza y la gloria de los días en los que Dios habrá de dar nueva forma a la
vasija y esto es algo que se aplica no solo a una nación, sino a la persona de modo individual.
El cuarto año de Joacim, fue un momento crucial en la historia política de Judá. En la decisiva
batalla de Carquemis. los babilonios deshicieron a los egipcios, y así, subsiguientemente, los
ejércitos triunfantes de Nabucodonosor ocuparon Palestina. Con el desarrollo de los problemas
internacionales tan gravemente para Judá, el profeta Jeremías emite un número de adecuados
mensajes fechados en el cuarto año de Joacim. Significativas entre ellas, están las profecías
que conciernen a las naciones.
No sólo Egipto sufre la derrota en Carquemis, sino que por último, Nabucodonosor avanza
800 kms. Nilo arriba para castigar a Amón de Tebas (46). Por contraste, Israel será
tranquilizado. Filistea será arruinada por una invasión procedente del norte (47). La vida
nacional de Moab será destruida bruscamente y su gloria convertida en vergüenza. A causa de
su orgullo, no puede escapar a la destrucción, pero se le asegura su retorno del cautiverio al
final (48). Amón estará sujeta a juicio, poseída por Israel, y esparcida sin promesa de
restauración (49:1-6). Edom también es condenada. Repentinamente, será reducida desde su
exaltada posición de tal forma que los transeúntes silbarán ante ella (49:7-22). Damasco,
Cedar, Hazor y Elam, de igual forma, esperan su juicio correspondiente (49:23-39).
Babilonia recibe la más extensa consideración en las profecías contra las naciones (50:1-
51:64). Esta que es la más grande y la más poderosa de todas las naciones durante las dos
últimas décadas de la vida nacional de Judá, será humillada por su orgullo. El Señor de los
ejércitos enviará a los medos contra ella. Ante el Dios Omnipotente y gran Creador, la pode-
rosa nación de Babilonia con sus ídolos se encara a la destrucción. Con esas palabras de
denuncia, Jeremías envía a Seraías, un hermano de Baruc, a Babilonia (51:59-64). Tras leer
este mensaje de juicio sobre Babilonia, Seraías ata el rollo a una piedra y lo lanza al Eufrates.
En una forma similar, Babilonia está condenada a la perdición para no volver a levantarse
jamás.
La persona y la actividad profética de Jeremías
Aparentemente, Jeremías es el profeta cuya vida conocemos mejor. Numerosos textos hablan
de las vicisitudes por las que atravesó. Además, este profeta no se limito a transmitir la palabra
de Dios; también nos lego su palabra, dudas, inquietudes y temores. Su personalidad aparece
así como una de las más sugestivas del Antiguo Testamento. Pero lo anterior no significa que
podamos reconstruir su vida paso a paso. Basta ordenar cronológicamente los textos datados
(o lo que se puede fechar con bastante probabilidad) para advertir numerosas lagunas:
627/626 Vocación (1,4-10)
Esta panorámica confirma lo dicho. Se poseen numerosos datos sobre la vida de Jeremías,
pero no podemos reconstruirla con todo detalle. Algunos momentos aparecen de especial
relieve (el año 605, marcado con la victoria de los Babilonias en Carquemis; el 598/597 con el
tremendo problema de la primera deportación; el 594/593, con el intento de revelarse contre
Babilonia; el año y medio de asedio). Pero entre estos años encontramos lagunas a veces muy
largas, sobre todo la que va del 627 al 609, donde solo podemos datar con certeza un breve
texto.
Si a los pasajes seguros añadimos los que pueden fecharse con bastante probabilidad, es
posible reconstruir bastante de la vida y actividad de Jeremías, aunque ciertos puntos sean
hipotéticos, sujetos a critica y modificaciones.
Vida
Jeremías nació hacia el año 650 en Anatot, un pueblito a unos 6 Km. de Jerusalén,
perteneciente a la tribu de Benjamín. Este dato es interesante porque Benjamín, unía
políticamente a Judá, mantuvo una gran vinculación con las tribus del norte. Así se comprende
que Jeremías concediese tanta importancia a las tradiciones de dicha zona: nos habla de
Raquel y de Efraín, del santuario de Siló y, sobre todo, concede mucha importancia al éxodo,
marcha por el desierto y entrada en la tierra prometida. Por el contrario, las tradiciones
típicamente judías (elección divina de Jerusalén y de la dinastía davídica) no adquieren en este
profeta especial relieve.
El nombre, de etimología incierta (“Yahvé exalta” o “Yahvé abre” –el útero-), no era raro
en su época. Pertenecía a una familia sacerdotal, que, tal vez a causa de la reforma de Josías,
se habría tenido que instalar en Jerusalén y a la que se le había asignado un turno de servicio
en el templo. A pesar de vivir en la capital, él sigue ligado al campo: se preocupo por la
sequía, por la viña, rescato un campo de un tío suyo en Anatot, etc.. La vocación profética ha
tenido en todos los profetas repercusiones personales. Amós para ser profeta fue arrancado de
su ganado; Isaías dio a sus hijos nombres relacionados con su mensaje; Oseas formulo la
historia entre el pueblo y Dios con la ayuda de su propia experiencia matrimonial. La
predicación influyo en la vida personal de todos los profetas, al menos en ciertos momentos.
Jeremías nunca pudo deslindar su vida personal del mensaje que predico: por la palabra sufrió
cárcel, persecución, incomprensión, incluso su misión profética le exigió una vida celibataria.
Llego a identificar su llamada al profetismo con su nacimiento. Podemos rastrear su lucha
interior con Dios gracias a las llamadas “confesiones” de Jeremías. Normalmente se citan
como tales: Jr 11,18-12,6: 15, 10-21: 17,14-18: 18,18-23: 20,7-20. Son textos autobiográficos,
sin relación clara con el contexto, que reflejan agudas crisis vocacionales en las que el profeta
presenta su queja al señor. En ellas abunda un vocabulario relacionado con el uso de la
narración de la vocación. Por otra parte, mantienen un cierto tono jurídico, que confiere fuerza
a la protesta, ya que la presencia de Dios había sido prometida en la vocación. Su ausencia
aparece como incumplimiento. Tales crisis de vocación se convierten en crisis existenciales.
El libro de Jeremías
Problemas
Es uno de los libros proféticos más complejos y ricos:
a) por la variedad de géneros: oráculos contra Judá, narraciones de Jeremías,
narraciones sobre Jeremías, “confesiones”, carta, oráculos contra las naciones, acciones
simbólicas, narraciones históricas...
b) por el desorden cronológico en el que se presentan los textos.
División
Tal y como lo conocemos hoy, el libro de Jeremías se suele dividir generalmente en las
siguientes secciones, aunque con títulos variados para cada una de ellas:
b) Jr 1-24: Juicio contra Israel y Judá
Esta sección se subdivide a su vez en Jr 1-6: redacción compacta y homogéneas de oráculos; Jr
7-24: complejo textual menos compacto, donde se mezclan los oráculos con otros géneros y
que comienza con un discurso (Jr 7). Algunos autores prefieren subrayar la inclusión entre Jr 1
y 20 (vocación de Jeremías) y la unidad de Jr 11-20, centrada en el compromiso personal del
profeta en su predicación; en ella están las “confesiones”.
c) Jr 25-45: Palabra e Historia
Jeremías no es siempre el sujeto de los sucesos narrados; en ellos se esta jugando el destino de
la palabra de Dios y de su profeta. A este respecto conviene notar que Jr 36 y 45 sirven de
marco y encuadran lo que se ha llamado “pasión de Jeremías” (Jr 37-44) o “últimos días de
Jerusalén”. Antes de este bloque se narran los peligros del profeta y la discusión con los
profetas falsos (Jr 26-29), el libro de la consolación (Jr 30-33) y dos capítulos en los que se
narra el primer ataque de Nabucodonosor a Jerusalén (Jr 34) y se contraponen a los
desobedientes judíos con los obedientes recabitas (Jr 35). También esta sección comienza con
un discurso de Jeremías (Jr 25).
d) Jr 46-51: Oráculos contra las naciones
Constituyen la ultima parte del libro y su introducción en la escena de la“copa de las naciones”
(Jr 25,15). Algunos de los oráculos contienen dataciones redaccionales (Jr 46,2; 47,1; 49,34)
e) Jr 52: Apéndice histórico
Repetición de 2 Re 24,18-2530 y en parte de Jr 39. Conviene notar que el texto hebreo de Jr
51,64 dice literalmente “se fatigaron. Hasta aquí las palabras de Jeremías”; parece una glosa
de Jr 51,58 (la fatiga de las naciones) donde terminaba el libro.
Teología de Jeremías
La realidad de la alianza se supone también en varias imágenes que sirven para acusar o
para provocar la conversión: Israel es la esposa del Señor que, si fue fiel al comienzo, ahora es
infiel, rea de traición y prostituta; al comienzo “camino tras” el Señor, pero ahora “camina
tras” otros dioses, sin responder al “amor” del Señor. El cumplimiento de las estipulaciones de
la alianza hace que Dios “habite” entre ellos y ellos en el país. La lealtad a la alianza exige
“conocer” al Señor, “temerle”, “obedecer su voz”, permanecer “en su presencia”; Israel debe
circuncidarse el corazón y observar la Torá; su reflejo en la vida social es esencial y exige
verdad, justicia y preocupación por el pobre y el huérfano. Los responsables mayores de la
ruptura de la alianza son los jefes religiosos y los profetas.
“En los profetas de Samaría, he observado una inepcia: profetizaban por Baal y hacían
errar a mi pueblo Israel. 14Mas en los profetas de Jerusalén he observado una
monstruosidad: fornicar y proceder con falsía, dándose la mano con los malhechores, sin
volverse cada cual de su malicia. Se me han vuelto todos ellos cual Sodoma, y los
habitantes de la ciudad, cual Gomorra” Jr 23,13-14.
Judá debe aprender la lección y convertirse, pero la perversión fue general y el Señor
denuncio la alianza, decidiendo el castigo.
El mensaje de salvación
Lo primero que hay que decir es que Jeremías predico salvación. Lo hizo en todos los
tiempos y de modos distintos. Salvación predicaba cuando se alegraba de la re unificación de
los reinos, especialmente de la vuelta de Israel, cuando exigía conversión a Judá, cuando le
invitaba a aceptar el yugo de Nabucodonosor o cuando se refería a los desterrados en
Babilonia. Era parte de su misión, expresada con los verbos “edificar y plantar”.
Vocación de Jeremías
La narración de vocación del libro de Jeremías comprende la llamada propiamente dicha (Jr
1,4-10), dos visiones (Jr 1,11-12,13-16) y una exhortación complementaria para llevar
adelante su misión. Es posible que todas estas secciones tengan orígenes literarios
independientes, pero el conjunto ofrece una visión completa de su vocación.
Ser profeta no era un oficio añadido, sino parte de su existencia. Por eso, cuando quiere
olvidar el encargo, no puede y sufre su crisis existencial más aguda.