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sensibilización en el proceso de
intervención
0- pedagógica
Enero de 2021
Paper para la asignatura de Intervención Pedagógica
Profesional
Facultad de estudios Profesionales Acatlán
Micaela González Delgado
¿Qué es la sensibilización?
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Quiero acotar que no siempre hay disposición, intencionalidad o voluntad hacia la producción de
conocimiento, en algunas ocasiones, hay situaciones de la experiencia humana que nos obligan a producir
esta actividad cognoscitiva articulada a aprendizajes que devienen de situaciones de contrariedad y
conflicto, sufrimiento, pérdida y dolor.
ni fijados, más bien en apertura, que desembocan en nuevas posibilidades de
interpretación e interrogación, ante el ruido(s) que producen las cosas del mundo
en dichas construcciones, re-problematizando acciones y experiencias.
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“Sin sensibilidad, no nos sería dado objeto alguno; y sin entendimiento, ninguno sería pensado.
Pensamientos sin contenido son vacíos, intuiciones sin conceptos son ciegas” (Kant, 1988, p. 150). En este
sentido, la sensibilidad será conciencia y autorreconocimiento del sujeto en función de él mismo y su
entorno para proponer cambios dirigidos a su entorno, así como las miradas o visiones de mundo que parten
de la particularidad esencial que caracteriza a las formaciones individuales y colectivas.
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Dicho esto, siguiendo el argumento de Siegel, tenemos que, dos son las dimensiones que presenta la
consciencia y que se debe tomar en cuenta: a) acceso a la información: como en el caso de la conciencia
accesible que puede contener en sí misma la conciencia de la sensación o percepción, así como la atención
focal hacia aspectos del mundo interno, la experiencia del procesamiento emocional, las creencias, deseos
e intenciones y b) sentencia o calidad subjetiva de la experiencia: tomando el ejemplo anterior, dependería
de la naturaleza de su integración y de la información que codifiquen. Tanto en el acceso como en la
sentencia el procesamiento de la información y las representaciones mentales desempeñan un rol central ya
que determinan la naturaleza de la experiencia consciente (Siegel, 2007: 247-248).
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Siguiendo a Mariana Marín, “cabría decir entonces, que necesitamos crear un mundo, el mundo en el que
sea posible una educación de lo sensible y, cuando se crea un concepto, se crea también otro mundo, un
mundo de multiplicidad del pensamiento. Así mismo es necesario aclarar que nombramos la sensibilidad
como “lo sensible”, porque nos alejamos de la visión empirista y clásica de la noción de sensibilidad que
la concibe como aquellos datos que se nos son dados por medio de los sentidos. Acá también nos hemos
valido del pensamiento deleuziano que plantea la sensibilidad como un problema trascendental. Esto se
distingue de lo empírico en tanto que “lo trascendental remite a las condiciones mediante las que la
experiencia nos es dada, condiciones que necesariamente no pueden ser sentidas en su uso empírico”
(Galván, 2007, p. 231). Se plantea de esta manera el problema del “ser de lo sensible” que no puede ser
reducido meramente a lo sentido, es decir, a la sensación empírica, sino que más bien nos envía a una
instancia paradójica, pues lo sensible es aquello que es necesariamente sentido, pero que a su vez no puede
ser sentido por los sentidos (Galván, 2007). Así, el ser paradójico de lo sensible es determinado en función
de un “encuentro” que hace nacer la propia sensibilidad: “el objeto del encuentro (…) hace nacer realmente
la sensibilidad en el sentido (…) no un ser sensible, sino un ser de lo sensible. No un dato, sino aquello por
donde el dato se nos da. E igualmente resulta ser insensible de cierto modo” (Deleuze, citado por Galván,
2007, p. 232).
acontecimiento, surgen percepciones nuevas y se enriquecen los conceptos de los
que disponemos, al tiempo que captamos el contenido propio e inédito que nos
aporta (“aprender a vivir, algo que uno tiene y de lo que uno aprende”5) para
ingresar uno mismo al mundo.
5
La experiencia interior del hombre es dada en el instante en que, rompiendo la crisálida, tiene conciencia
de desgarrarse a sí mismo, en vez de desgarrar algo que le opere resistencia desde afuera” (Jay, :425)
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Es importante señalar que sensibilización no es influir. Influir implica condicionar los comportamientos
del otro, al mismo tiempo que, ejerce manipulación y esto es colonizar.
embargo, hay algunas que son compartidas por grupos de edad o colectivas,
aunque no necesariamente coincidentes, pero si complementarias que podemos
advertir a través de la forma en que se expresan y atrapan en los imaginarios y
representaciones de tal o cual percepción y conceptualización de la realidad. En
realidad, podemos advertir la complejidad de lo que se teje en el mundo de lo
social donde podemos ubicar necesidades reales y necesidades inducidas 7 .
Además, hay varios usos del concepto, por ejemplo, en la psicología, la economía,
la sociología y el trabajo social, aunque aquí me centraré al uso que se le da en el
ámbito de la intervención social para comprender cómo se traslada a la
intervención pedagógica. Me parece importante acotar que las necesidades
educativas y pedagógicas nos implican un juicio de valor, pues cuando existe una
necesidad educativa y pedagógica, se expresa una carencia que deviene de algún
campo educativo problemático.
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La no realidad de las necesidades es explicada mediante una teoría de la manipulación en acuerdo con
Heller, lo que generalmente hace borrosa a la necesidad (1996:58)
8 Al sujeto educativo lo entiendo como un sujeto que se apropia de un contenido en la medida en que lo
construye, lo significa y da sentido en acuerdo a su biografía de vida, pero que se transforma desde aquello
que le interpela y es capaz de discernir que se apropia y que no. Mientras que al sujeto pedagógico lo
entiendo como vínculo entre educador-educando y será decisivo para los resultados del proceso educacional
(Puiggrós 1990:30)
en diálogo con los saberes que circulan, los escribientes que producen los
textos (relatos y narraciones), así como las formas en que operará el
método de intervención pedagógica en el contexto. De esta manera, si
pensamos que en los procesos educativos se gestan narraciones, el
pedagogo como traductor a través de esta contextualización puede
comprender e interpretar los hechos educativos que ahí suceden para dar
posibilidad a posibles alternativas y las formas en que se llevará a cabo de
forma articulada la intervención educativa.
c) Identificación del problema (s) a atender educativamente: este rubro
tiene una función estratégica, por lo que gestionar la intervención hasta
este momento requiere contar con los escenarios en que se produce el
contexto(s) y la cotidianidad de la población a quien dirigimos nuestra
acción educativa. En este orden de ideas, el identificar el problema(s)
educativo(s), es resultado de una operación pedagógica 9 en donde
discriminamos los más importantes o de urgente atención educativa. Las
implicaciones de esto, nos llevan a concretar lo que hay que hacer, en qué
orden y qué categorizaciones hay que hacer para poder concretar la
intervención pedagógica. Es un trabajo de pensar como posibilidad
creativa para articular, ligar y extraer el sentido del valor del problema,
poner en juego la sensibilidad (sin caer en nuestros propios deseos). Esto
último, como un modo de inteligibilidad que hace presente y visibiliza el
objeto de la intervención y lo piensa a través de conceptos que funcionan
como metáforas de los pensamientos. Puesto que, nos permite tornar
problemático aquello que no lo es y formular ideas de manera distinta para
traducir lo que hay oculto esperando a ser visibilizado, lo que dará sentido
a la intervención pedagógica. Por lo que, evidenciar así y de forma más
precisa al problema a atender, dará una intervención pedagógica con
mayor pertinencia, al tiempo que formativamente para el pedagogo se
producirá un efecto temporal de aprendizaje en el que se originará un
saber temporal que irá mutando con el avance de la intervención
pedagógica, puesto que esto nos remite a diferentes movimientos entre
seguridad e inseguridad, saber y no-saber, decepciones-revelaciones,
incertidumbre-certidumbre, andar-a-tientas y necesidad de regresar-
→ Tácita o latente
→ explícita
→ consciente
→ no consciente
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Las necesidades pueden ser una expresión objetiva y subjetiva en la forma en que son representados por
los sujetos que las interpretan, en acuerdo con sus criterios y las formas en que se obtienen porque son una
construcción humana que se encuentran con un criterio de temporalidad, cuando una de estas se establece,
posiblemente emerja una nueva y mientras se da salida a la anterior, pierda su valor como necesidad
apremiante. Puesto que las prácticas sociales de quienes la producen no son pasivas, están en movimiento
y porque la realidad social es cambiante.
e) Análisis, selección y definición de la temática general y transversal(es)
para la sensibilización: es de suma importancia este análisis para poder
comprender desde una problemática amplia, los problemas que anida, no
podemos atender todos, pero si algunos que tienen prioridad y que, en
términos de lo plausible, se podrán concretar en el espacio-tiempo con el
que contamos. Seleccionar implica gestar elecciones y toma de decisiones
que, además son colectivas, por lo que implicarán el análisis de una serie
de factores desde los cuales podemos comprender el hecho educativo al
que se dirige la intervención pedagógica. Por lo que las decisiones
desencadenan un proceso de razonamiento, al pensar los procesos
educativos que ahí se producen para gestar una serie de acciones, a través
de un proceso de interacciones entre detección de necesidades, problema
a atender y el objeto de intervención visibilizado, donde las elecciones
devienen de las formas en que pensamos resolver, atender o gestar
alternativas ante lo que tenemos frente para una situación educativa
determinada en la que pretendemos sensibilizar. Los modos particulares
de producirse, difieren de la peculiaridad y singularidad de cada
intervención, no obstante, se producen formas únicas de determinar
posibilidades de resolución pedagógica. Así, se ponen en marcha procesos
de problematización, reflexión y análisis para poner de relieve la apuesta
creativa, una posible vía de diferencia que apuesta hacia gestar cambio en
algo, hasta ubicar las piezas del engranaje de elecciones que dan sentido al
proceso educativo que se pretende poner en marcha.
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Martha Souto señala que: “el dispositivo pedagógico puede ser pensado y analizado en tanto construcción
social (para ello requiere de lecturas sociológicas, filosóficas, históricas, organizacionales e institucionales
preferentemente). Pero también en tanto construcción técnica (que refiere especialmente a lecturas
pedagógicas y didácticas. (1999:67-68). En este sentido, son estratégicos y nos permiten desde lo técnico,
preparar y facilitar la acción pedagógica dirigida hacia la finalidad que nos proponemos alcanzar, por tanto,
en acuerdo con Souto, se constituyen en analizadores de los procesos que generan y con la intencionalidad
de producir cambios (1999).
✓ Ético-políticas
✓ Uso de tecnologías
Referencias bibliográficas