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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN

CIENCIA Y TECNOLOGÍA “UMECIT”


MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

ENSAYO PROCESOS CREATIVOS

LÚDICA Y PEDAGOGÍA
IV CUATRIMESTRE

PROFESORA
SANDRA ACUÑA GONZÁLEZ

ADDID GUTIÉRREZ PEREIRA – CC 78.752.596

13 de febrero 2.022
Introducción

El concepto de creatividad es distinto según el ámbito de estudio en el que nos


encontremos Como es bien sabido, el miedo, la felicidad, el enojo, la tristeza, la cólera, el
orgullo, entre otras variantes emocionales, juegan un papel fundamental en la interiorización de
diversos mecanismos culturales y en el despliegue de múltiples habilidades cognitivas como el
pensamiento creativo, el aprendizaje y el desarrollo de la cognición social. la creatividad no solo
ocurre dentro de la cabeza de la gente; sino entre la interacción de los pensamientos de una
persona y el contexto sociocultural. Es así que la creatividad debe entenderse como un
fenómeno sistémico y no como uno individual. Csikszentmihalyi, 1.997

Es de mucha importancia el estudio de los procesos creativos en niños y niñas en los


primeros años de vida, donde la creatividad es una de las funciones cognoscitivas esenciales
del cerebro, también es importante la creatividad en la educación que es en la actualidad un
concepto complejo, emergente y multifacético que se está cobrando cada vez más interés en la
formación de las personas y en especial niños y niñas, considerándose incluso como
necesaria. En este sentido, y atendiendo la pluralidad de concepciones que se tiene sobre ella,
como también las emociones y los diversos procesos socio genéticos influyen en la constitución
del niño o niña creativos, permeando su forma de ver el mundo y permitiéndole encontrar
soluciones alternativas ante situaciones y problemas propios de una época especifica. De esta
manera, se intentará desarrollar la idea que sostiene que la creatividad, más allá de ser un
proceso aislado, se perfila como un diálogo constante entre un sujeto cognoscente y la
dimensión cultural.
Procesos Creativos

La creatividad es un campo de estudio reciente y por esta razón se desconoció que en


muchos casos creatividad no es sinónimo de inteligencia, los estudios de Torrance en la
universidad de Minnesota para medir la creatividad demostraron que los test clásicos para
medir la inteligencia como el test de Terman – Binet resultaron inadecuados a la hora de
reconocer a un niño creativo. Guilford que es pionero en este campo encontró que estudio de la
creatividad era complejo y difícil para establecer un criterio practico y metodológico al respecto.
Lo cual permite decir a M. Watson define la creatividad como el medio de operar cognoscitiva,
estética y emocionalmente que encuentra problemas en una situación o materia y trata de
solucionarlo. Para comprender la creatividad desde toda su dimensionalidad cognitiva, es
necesario mirarla desde un punto de vista ontogenético, es decir, ligada al origen y al proceso
cultural que tuvo el hombre desde su comienzo, inclusive a nivel celular.

Precisar los momentos del origen de los mecanismos de la máquina de la creación, es


bastante complejo, ya que la célula misma como se ha argumentado tiene por sí misma, un
proceso interno que se puede describir como creativo; lo que en últimas permite que los seres
vivos complejos sean creativos, sin necesidad de establecer parámetros discriminatorios o
dicotómicos entre planta y animal, entre animal racional e irracional. En el ser humano, a
diferencia de otras especies, mirado desde su desarrollo organicista, se da un proceso de
saltos cualitativos y cuantitativos que lo hacen ver como una especie biológica y cultural
altamente productiva en los espacios de la creación.

En los estilos de pensamiento, el avance del conocimiento acerca del funcionamiento


cerebral apoya la existencia de dos estilos cognitivos diferentes relacionados con los
hemisferios cerebrales (convergente y divergente). Muchas veces, se ha tendido a asociar la
creatividad con el segundo tipo de estos estilos de pensamiento (divergente). Sin embargo,
actualmente la mayoría de los autores está de acuerdo en que la creatividad surge de una
integración de ambas modalidades. Si bien todos los individuos poseen ambas modalidades,
no todos las utilizan por lo que el desarrollo de la capacidad creadora incluye facilitar y
estimular en la persona el acceso a ambos estilos de pensamiento. Donde las habilidades de
pensamiento en cuanto a la evaluación del pensamiento, algunos autores identifican ciertas
habilidades del pensamiento relacionadas con la posibilidad de dar respuestas y soluciones
novedosas o creativas. Existen acuerdos que todas estas habilidades son muy importantes,
pero serían centrales las de fluidez, flexibilidad y originalidad.

Las estrategias de pensamientos consciente trabajan sobre la base de herramientas


intelectuales, con lo cual se recoge, elabora, organiza y entrega la información. La mayoría de
los seres humanos, seleccionan sus propias herramientas de manera inconsciente, eligiendo
aquellas que en el pasado les han sido más útiles y adaptativas. Dicha selección es automática
por lo tanto impide recurrir a una gama más amplia de modos de pensar. Así, el desarrollo de la
creatividad, supone el conocimiento y entrenamiento de una amplia gama de estrategias, lo que
permite resolver problemas de una forma novedosa y distinta del resto de las personas.

A los doce meses el comportamiento de un niño ya es simbólico a diferencia de otra especie


viva, a partir de esta edad el bebé dentro de su proceso cognitivo, ya hace planes ejecutivos de
acuerdo con su edad en forma creativa para resolver problemas cotidianos en situaciones
facilitantes mas no engañosas.
La paradoja del acto escritural como actividad altamente creativa, podría servirnos también
para replantear nuestra idea de error que tanto daño ha hecho, en especial, en las propuestas
de tipo pedagógico - didáctica. Los escritores profesionales como agentes de dicho proceso
escritural lo que hacen en su cotidianidad es corregir o admitir que les corrijan sus errores. Su
práctica de volver para corregir o replantear lo que ya han escrito, con el pasar del tiempo,
evidencian la necesidad misma del error, para Juan Carlos Martin:

“Escribir es escribir desde un error y es corregir el error, o intentar corregirlo, abriendo


así la posibilidad de un nuevo error y, en consecuencia, abriendo así la posibilidad de
una obra que construya un sentido, o que intente construirlo en la búsqueda o en la
investigación del error. De esta manera, la política del error estaría configurada por una
escritura errátil (empeñada en una indefinida corrección del error). En este sentido, por
fin, es que un escritor puede seguir creyendo, entre otras cosas, en un verosímil de la
utopía, puesto que la utopía, no sólo es la matriz de un anhelo indefinido sino también
una de las formas excelentes del error”. (Citado por Jiménez, 2001, p. 27).

En el proceso de desarrollo humano, el salto de la capacidad signálica en la capacidad


simbólica se da aproximadamente, de acuerdo con las culturas, entre los 12 y los 18 meses. En
esta fase de desarrollo el holofrase “ma”, que ya no significa solamente mamá para un niño,
sino que puede significar “quiero jugar”, “quiero comer”, “quiero que me cargues”,
Entre los 18 y los 26 meses, el niño actúa como si fuera un científico. Según Kelly: “Cada
individuo formula constructos a través de los cuales observa los eventos del mundo y actúa en
consecuencia, como si fuera un científico que busca predecir y controlar el curso de tales
eventos”. (Citado por Porlán, 1998, p. 57). Es necesario aclarar al respecto que el niño “actúa”
como científico, no que lo sea; ya que este en su interacción con los juegos y el mundo físico
observa, indaga, describe, manipula, fragmenta, pero todavía no tiene la capacidad analítica
que tiene un adulto para predecir en términos de procesos psicológicos superiores. Lo anterior
nos sirve para comprender el acto creativo de la fragmentación de un juguete por parte de un
niño; en estas edades la experiencia directa con los objetos físicos y los fenómenos es
inevitable y el niño creativamente se apropia de los significados que transfiere de un objeto a
otro, aunque no sean parecidos. Desde este punto de vista se fortalece el pensamiento
metafórico del niño; es decir, su habilidad cognitiva para poder comparar y diferenciar objetos.

En el nivel infantil la creación está sujeta por lo regular a procesos metafóricos. Después de los
18 meses también aparece en el niño la autoconciencia, al reconocerse así mismo, frente a un
espejo (Lacan) y poder reconocer a los demás como sujetos externos y diferentes a él.

Este proceso síquico le permite al niño diferenciar el objeto del sujeto y el sí mismo, proceso
que no se puede dar en la fase de la inteligencia motriz. Lo importante de este estadio evolutivo
en la creatividad, es que se origina la independencia del sujeto para pensar y actuar sobre el
mundo físico y el mundo del inconsciente.
La originalidad creadora en un niño o un adulto implica siempre procesos de hacer, rehacer,
deshacer, aprender, reaprender. Cabría preguntarse ¿Será que un niño desbarata un juguete o
un objeto a través de un impulso natural exploratorio (curiosidad y asombro) para consolidar su
espacio de autonomía e independencia del objeto amoroso (madre), o para fortalecer su
creatividad?
Impulsos Lúdicos Exploratorios

Con respecto a la creatividad, consideramos de vital importancia entender que el niño a


través de un impulso exploratorio natural puede fácilmente comprender a su modo la naturaleza
de los objetos y de los juguetes. En estos procesos creativos, la apropiación de los métodos
con que se aborda un determinado objeto de estudio es natural del desarrollo humano mismo;
el niño observa, describe, explica y hasta puede predecir de acuerdo con el nivel de desarrollo
cognitivo y emocional que tenga, refiriéndose a esto Porlán dice:

“La metáfora de que el ser humano actúa como científico quiere resaltar el hecho
de que las personas usan ciertas estrategias de investigación natural a través de
actividades epistemológicas y de búsqueda de conocimientos que no son exclusivos
de los científicos, aunque ellos las utilicen profesionalmente (sistemáticamente) de
una manera más elaborada y rigurosa.” (Porlán, 1995, p. 60).

Cuando el niño desbarata su juguete y desorganiza su cuarto son actos de creación humana;
estas acciones sobre el mundo físico conducen en cierta forma a la independencia y a la
autonomía. Integrar en este sentido los principios del orden y del desorden producido por el
niño, no es más que ampliar sus niveles de creatividad; no como Homo sapiens Homo Faber
sino lo que realmente es: “Homo demens” “Homo Habilis” “Homo Ludens”.

En este orden de ideas lo que se desea plantear, es que no se trata de abandonar los
principios de la ciencia clásica con que se ha analizado tradicionalmente la forma como el niño
conoce o reconstruye sus conocimientos para llegar a un acto creativo, sino de lo que se trata
es de integrar elementos nuevos y revaluar otros en torno a mirar el pensamiento humano de
forma compleja para entender el origen y los fundamentos de la creatividad humana.

¿Qué relación hay entre inteligencia y creatividad? La creatividad se ha definido como el


proceso de dar a luz algo nuevo y útil a la vez. La inteligencia, se define como la habilidad para
adaptarse voluntariamente, para moldear o para seleccionar un entorno STERNBERG 1985a)

¿Qué relación existe entre ambas? R. OCHSE (1990) afirma: “Si la inteligencia significa
seleccionar y moldear entornos, entonces inteligencia es creatividad” (p. 104). Para seleccionar
o conformar entornos, se requiere la imaginación que cree una visión de cómo debería ser ese
entorno y de cómo ese entorno idealizado puede hacerse realidad. Por otra parte, la habilidad
para adaptarse al entorno –para cambiar uno mismo y encajar en él- implica normalmente poca
o ninguna creatividad, y puede incluso requerir la supresión de la creatividad propia, como
cuando nos damos cuenta de que adaptarse a un empleo o al colegio implica guardarse las
ideas creativas propias para uno mismo pues si no, nos arriesgamos a una mala nota o a un
mal resultado en el empleo.

¿Es lo mismo creatividad e inteligencia? Si no es así, ¿cuál es su relación, si es que existe?


revisaremos investigaciones que proporcionan cinco respuestas posibles a estas preguntas:

 La creatividad es un subconjunto de la inteligencia


 La inteligencia es un subconjunto de la creatividad
 La creatividad y la inteligencia son dos conjuntos que se solapan
 La creatividad y la inteligencia son esencialmente lo mismo (conjuntos coincidentes)
 La creatividad y la inteligencia no tienen relación alguna (conjuntos separados).

Todas estas relaciones han sido propuestas. La opinión más convencional es


probablemente la de los conjuntos que se solapan, que la inteligencia y la creatividad se
superponen en algunos aspectos, pero no en otros. Pero las otras opiniones merecen también
una seria atención.
Conclusión

Para concluir destacar la vital importancia que hoy en día tiene la creatividad en nuestras
aulas, ya que es necesario permitir que el alumnado se sienta valorado y partícipe en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, de modo que mejore su motivación y autoconcepto, y de
esta forma también mejorarán sus resultados académicos.

Para ello es necesario un cambio de mentalidad en el ámbito educativo y especialmente en los


docentes, de forma que éstos admitan de que la creatividad es una capacidad muy importante
en la vida actual y futura; y esta se consigue a base de esfuerzo y perseverancia.

La creatividad es un factor fundamental para el desarrollo de nuestras vidas, sin embargo, su


estudio ha sido postergado por sistemas educativos convencionales que han privilegiado el
estímulo de la lógica, la memoria y la razón, descuidando muchas veces el desarrollo de la
imaginación, la producción de ideas, e inducir curiosidad y cuestionamientos críticos. Ante esta
realidad, son los docentes quienes deberían fomentar el pensamiento creativo como eje
transversal en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Los estudiosos de los aspectos
cognitivos afirman que para que el desarrollo integral en los niños y niñas sea significativo
deben interactuar con el espacio donde aprenden, por ello deben existir hoy en día lugares
donde se conjugue la diversión con la enseñanza. El pensamiento creativo es algo que va más
allá de la comprensión de su significado etimológico o lingüístico, es algo que debe estar
presente en nuestra mente frente a la realización de todas las actividades. Dentro del campo
profesional, artístico, cultural nos enfrentamos cada día a la tentación de ser repetitivos, de
basarnos en un modelo establecido, pero es necesario que pensemos que siempre es bueno
hacer un cambio, siempre que éste nos lleve a resultados positivos, debemos ser creativos e
innovadores. Por tal motivo el empleo de la creatividad o del pensamiento creativo en la
educación es muy importante y debe ser considerado como una herramienta imprescindible
tanto para la enseñanza como para el aprendizaje. La creatividad debe ser rescatada desde los
primeros años de educación formal, y no anularla con sistemas educativos rígidos que limitan la
capacidad creativa de los niños, encerrándolos en un mundo con respuestas establecidas,
impidiendo que busquen una nueva forma de ver el mundo desde su propia perspectiva
creativa, tal como lo hicieron alguna vez los grandes genios de la humanidad.

A modo de conclusión podemos decir que, desarrollar la creatividad o ideas creativas,


genera en el aprendizaje del estudiante la producción de respuestas nuevas y muchas veces
originales, lo cual dota a éste de unas capacidades, destrezas y habilidades que sin duda
favorece y enriquece su desarrollo. Existen infinidad de definiciones, pero todas hacen
referencia a la importancia que tiene tanto para el docente como para el alumno.
Bibliografía

Madi, I. (2012). La creatividad y el niño. Palibrio.

Izu, R. K. M. (2007). EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO CREATIVO DESDE


LOS PRIMEROS AÑOS. El ágora USB, 7(2), 311-321.

Sternberg, R. J., & O'hara, L. (2005). Creatividad e inteligencia. CIC. Cuadernos de Información


y Comunicación, (10), 113-149.

Jiménez Vélez Carlos A. (2015). Pedagogía de la Lúdica y la Creatividad. Procesos Creativos


Cap. 6. Pág.3 – 29. Editorial Juan de Castellano

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