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las adversidades de la provincia de jaén:

plagas y calamidades, su respuesta


Francisco Miguel Aránega Castilla
José Antonio Serrano García
Instituto de Estudios Giennenses

Muchas y grandes han sido las calamidades


con que la Providencia, en sus secretos fines,
quiso afligir en distintas épocas al hombre.
Mariano José de Larra

RESUMEN: El presente artículo pretende aportar una visión general de los problemas que han afecta-
do a la provincia de Jaén desde el siglo XIX y las respuestas que la administración provincial, es decir,
la Diputación de Jaén ha dado para remediarlos. Los principales problemas están relacionados con
los agentes meteorológicos adversos, plagas perjudiciales para las cosechas y brotes de enfermedades
infeccionas que han afectado a la sociedad giennense.

ABSTRACT: The main aim of this article is to provide a global vision about the problems which have
affected to the province of Jaen from the 19th century onwards and the solutions that the Diputación
Provincial has applied to remediate them. The main troubles are related to bad weather conditions,
harvest plagues and widespread infectious diseases which have affected to Jaen’s society.

A lo largo de la historia el concepto de calamidad ha variado depen-


diendo de la situación socioeconómica de la población, durante el siglo
XIX y buena parte del XX, la sociedad giennense ha padecido problemas
que han tenido una fuerte influencia sobre la principal actividad econó-
mica de la provincia, la agricultura. Así las plagas, sobre todo de lan-
gosta, y las incidencias climatológicas adversas como granizadas, sequías
e inundaciones han mermado las cosechas periódicamente provocando
graves problemas sociales y económicos.
En otros casos las calamidades han estado relacionadas con proble-
mas de salud e higiene ocasionados por la falta de medios de prevención
como el alcantarillado, la canalización de agua para el consumo o el ac-
ceso a las vacunas. Periódicamente los brotes de enfermedades asolaban
la provincia como las temidas epidemias de cólera que afectaron a la po-

Boletín. Instituto de Estudios Giennenses Enero-Junio. 2013 – Nº 207 – Págs. 801-822 – IS.S.N.: 0561-3590
Recepción de originales enero 2013 Aceptación definitiva marzo 2013

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blación española de manera importante en cuatro ocasiones. La posterior
proliferación de las vacunas y las medidas de salubridad redujeron el im-
pacto de dichas enfermedades, focalizándose en escasos y asilados brotes
a partir de los años 50 del siglo XX.
Por tanto el concepto de calamidad en la provincia de Jaén tiene una
fuerte carga rural y agrícola al ser el principal sustento de la sociedad
giennense con lo que cualquier alteración en las cosechas tenía importan-
tes repercusiones en la población pudiendo desembocar en una conflic-
tividad social.
A lo largo del presente artículo trataremos de analizar y revisar los
distintos problemas que padeció nuestra provincia y del mismo modo
ver las soluciones aportadas por las administraciones, resaltando aquellas
realizadas por la Diputación de Jaén a lo largo del siglo XIX y XX.
La búsqueda de información a través del archivo de la Diputación nos
ha proporcionado gran documentación que ha permitido conocer, de forma
generalizada, las distintas vicisitudes que ha sufrido la provincia de Jaén y
como la respuesta a dichos problemas ha ido variando según el momento
histórico y los medios existentes. La aportación del Instituto de Estudios
Giennense a través de los fondos de la biblioteca y hemeroteca ha ayudado,
a través de la prensa y revistas locales de la época, a conocer de primera
mano los acontecimientos y su impacto sobre la sociedad del momento.
En primer lugar creemos oportuno definir el concepto de calamidad,
debido a que conforme ha ido pasando el tiempo la noción que enten-
demos por calamidad ha ido sufriendo variaciones, por citar un ejemplo,
la presencia de la langosta a día de hoy ha dejado de ser considerada un
problema importante que afecte sobremanera a las cosechas, debido a los
avances técnicos y tecnológicos han hecho posible que este tipo de plaga
sea controlada.
Por tanto los problemas que afectaban a la provincia de Jaén en el
siglo XIX no son los mismos que durante el siglo XX u hoy día. Los cam-
bios se deben principalmente a las mejoras técnicas y económicas, así
como a la experiencia que se va adquiriendo y que sirve para prevenir
nuevos problemas y su pronta solución. Como ejemplo sirvan los efectos
de los agentes meteorológicos, que aunque hoy día siguen afectando a
las cosechas, tuvieron mayor incidencia en épocas anteriores debido a la
falta de medios técnicos para sobreponerse a los problemas, así mismo la
actual implicación de las administraciones que, a través de fondos econó-
micos, ayudan a paliar la situación de desamparo de muchos agricultores
antes posibles sequías, inundaciones o plagas.

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Por otro lado en el apartado de enfermedades, claramente la mejora
de la sanidad en un país de primer nivel como España, ha servido para
ayudar a que muchas de las epidemias o brotes, que con anterioridad te-
mía la sociedad, hoy día sean un recuerdo lejano de épocas en las que la
higiene y salubridad estaban todavía en desarrollo. Los problemas ocasio-
nados por la falta de alcantarillado, canalización de aguas potables que se
mezclaban con aguas contaminadas o la falta de investigación contra las
enfermedades se traducían en continuos brotes de enfermedades como el
tifus, sarampión, o el temido cólera morbo. La pandemia de cólera que
en cuatro ocasiones sacudió España y que dejó 800.000 muertos, tenía
su origen en la ingestión de aguas contaminadas que provocaba una des-
hidratación severa que llevaba a la muerte, a partir de las investigaciones
a finales del siglo XIX, y coincidiendo con el último brote en la provincia
de Jaén, el desarrollo de una vacuna unido a una nueva política de salu-
bridad mitigaron los efectos de la pandemia.
Pese a todo, y si bien es cierto que la investigación médica redu-
jo los efectos, nuevos brotes de otras enfermedades se registraron hasta
los años 40 y 50 del pasado siglo XX. Caso de tiña, sarna o sarampión
afectaron, en focos muy localizados y aislados, algunos puntos de la pro-
vincia y prontamente erradicados. Es importante resaltar también que
las enfermedades y los efectos de la meteorología afectaron a otra de las
actividades económicas de la provincia, la ganadería, si bien no tuvieron
tanto peso en el modo de vida de la sociedad. Los problemas derivados de
enfermedades de los animales y de nuevos sistemas de explotación agrí-
cola, derivados a su vez de calamidades anteriores, determinaron la crisis
de las explotaciones ganaderas en Jaén a partir de 1870.
Pero las calamidades que sufrió la provincia no se centraron sólo en el
plano económico y sanitario, pues los efectos de dichos problemas se tra-
ducían en problemas sociales que afectaban al modo de vida de la sociedad
giennense. Los efectos sobre las cosechas provocaban reducción de jornales
por la falta de trabajo agrícola, subida de precios, descontento social o pro-
blemas de orden público, del mismo modo que el desarrollo de enfermeda-
des podía llevar a comportamientos irracionales o de miedo inconsciente.


Las investigaciones de Robert Korch (1843-1910), que consiguió aislar el bacilo causante
de la enfermedad, y de Jaume Ferran i Clua (1851-1929) que desarrolló la primera vacuna contra el
cólera, permitieron luchar contra esta terrible enfermedad a partir de la última epidemia de cólera
que afectó a España y Francia entre 1884 y 1885.

Durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840) se produjo un brote de cólera en Madrid,
la población lo achacó a que los curas y frailes de la ciudad, a los que acusaban de simpatizar con los
carlistas, había envenado los pozos desencadenándose en una matanza de religiosos.

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Todo ello determina la asistencia y la intervención de los poderes
públicos, encargados de velar por el bienestar de sus conciudadanos y
de la paz social, a través de mecanismos que fueron perfeccionándose en
el tiempo. La administración provincial, la Diputación de Jaén, derivada
de las directrices del gobierno central se dotaba de medios económicos y
técnicos para solucionar los problemas ocasionados por la meteorología
o las enfermedades.
Con el paso del tiempo las diputaciones pudieron actuar, en muchos
casos, de forma independiente debido a la adquisición de nuevas compe-
tencias o a lo concreto de los problemas que afectaban a su demarcación.
Estas actuaciones se enmarcaban dentro de un presupuesto elaborado
para cada año, primero económico y después natural, así la Diputación de
Jaén presenta desde 1868 un apartado dedicado a «Calamidades» donde
asigna una cantidad de dinero variable para solucionar los problemas que
pudieran surgir relacionados plagas, calamidades o enfermedades.
Este artículo se mantendrá hasta los años 30 del siglo XX cuando
las partidas se van especializando y en muchos casos la asistencia queda
asignada a capítulos específicos como agricultura y ganadería, juntas de
sanidad e higiene etc. En épocas posteriores la Diputación va perdiendo
atribuciones para estos casos dejándolo en manos estatales y con poste-
rioridad en manos regionales con el nacimiento del estado autonómico.

Agricultura
La importancia de la agricultura en el modelo de vida jiennense fue
considerable, en las explotaciones agrícolas basadas en la triada medi-
terránea, cereal, vid y olivo, descansaban las actividades productivas de
la provincia al tener en ellas ocupadas a la mayoría de sus habitantes, al
igual que ocurría en otras provincias españolas. Como dato representa-
tivo de esta situación podemos decir que durante el siglo XVII cerca del
90% del total de la población española se dedica a la agricultura y gana-
dería, estando ocupada en estos menesteres la totalidad de la población
de pueblos y un sector importante habitantes en las ciudades.
Por tanto, y como mencionábamos anteriormente, las adversidades
que podía producirse en esta área económica afectaba de manera muy es-


GUTIÉRREZ NIETO, Juan Ignacio. «El campesinado», en La vida cotidiana en la España de
Velázquez, dirigida por José N. Alcalá-Zamora, Madrid, Ediciones Temas de Hoy, Colección Bolsite-
mas, 1994, p. 43

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pecial a la sociedad provincial. Debemos destacar sobre todo las plagas de
langosta que hasta finales del siglo XIX eran el mayor peligro representaba
para el campo giennense, y a ella le debemos un ejemplo de la primeras
normativas en cuestión de combatir una plaga en España.
Antes de analizar los problemas hemos de explicar la situación de
la agricultura española decimonónica en general y la giennense en par-
ticular. El campo giennense asistió, a partir del siglo XIX, a una serie de
cambios como consecuencia de nuevos planteamientos políticos y eco-
nómicos en relación a la agricultura; en primer lugar en la estructura de
la tierra, la llamada revolución agraria liberal, con las desamortizaciones
de Mendizábal (1836) y Madoz (1855) junto con la supresión de ma-
yorazgos y señoríos jurisdiccionales, realizados en 1812, genera una re-
orientación productiva del espacio agrario. En segundo lugar se produce
una incipiente modernización tecnológica que en la provincia de Jaén se
traduce en la promoción de maquinaria agrícola desde los ayuntamientos
desde 1864, hecho que viene alentado por la Diputación Provincial, ya
que hasta entonces se mantenían técnicas de cultivo tradicionales y de
subsistencia, que frenaban la competitividad y la productividad del cam-
po giennense.
En este momento, finales del siglo XIX, es el cereal el cultivo más ex-
tendido en la provincia, ocupando un total de 479.278 hectáreas, lo que
suponía el 70% de la extensión total de la superficie cultivada, el olivo,
por su parte, era un cultivo secundario enraizado en la zona de la Cam-
piña, Úbeda, Baeza, La Carolina y Villacarrillo. Por su parte la vid, que
analizaremos a continuación, tuvo su importancia en Jaén hasta la plaga
de filoxera de finales del siglo XIX, que destruyó prácticamente todas las
plantaciones provinciales.
La vid en la provincia de Jaén ocupaba el tercer escalón en cuanto a
hectáreas explotadas, unas 9.482 a finales del siglo XIX. Antes del la ex-
pansión de la filoxera distintas plagas como la del oídio y mildiu habían
golpeado las explotaciones vinícolas giennenses, aunque la que mayor
relevancia e importancia tuvo fue la filoxera. Brevemente podemos des-


Alfonso X el Sabio en sus Siete Partidas, hace referencia a combatir la langosta. Felipe II
obligaba a la eliminación de la langosta a costa de los Concejos.

ARAQUE JIMÉNEZ, E. y SERRANO PÉREZ, P. «La utilización del suelo en la provincia de
Jaén a finales del siglo XIX». En Actas I Congreso Jaén, siglos XVIII-XIX, febrero-1989, 2 vols. Granada,
1989, pp. 146-159.

La filoxera es un insecto picador de origen americano que en forma de larva ataca las raíces
de las vides, causando al cabo de tres o cuatro años la muerte de las cepas infectadas. La plaga se
extiende en círculos concéntricos a partir de las primeras vides invadidas.

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cribir que esta última fue introducida desde Estados Unidos a Europa
en 1863, la falta de prevención unida al desconocimiento por parte del
campesinado de medidas para atajar su expansión explicarían las razones
del daño tan destructivo sobre la vid.
En primer lugar, la filoxera, golpeó a la importante industria vinícola
francesa, que en menos de cinco años vio arrasadas todos sus campos de
vid. Las regiones vinateras de España conocieron una fuerte expansión,
aprovechando la destrucción de sus competidores franceses la demanda
de vino generó grandes beneficios para las empresas españolas, pero la
falta de medidas de control en Francia y en otros países afectados propició
la llegada de la plaga en 1877 a zonas de Gerona y Málaga. Su difusión
por España fue lenta, motivada por la geografía y el clima, la primera
respuesta de las autoridades fue la creación de juntas de defensa contra
la filoxera. En esta primera oleada de la plaga en el caso de la Andalucía
Oriental fue la provincia de Jaén la única que se vio libre.
Sin embargo en 1890 aparecieron los primeros viñedos afectados
en Alcalá la Real, de allí se extendería por Frailes y Castillo de Locubín,
y prosiguió en dirección S.O.-N.E. hasta cubrir todos los viñedos de la
provincia, con excepción de Andújar.10 En 1891, con la plaga extendién-
dose por la provincia, se inician una serie de medidas para frenar la pro-
pagación y la infestación por parte de las vecinas provincias de Córdoba
y Granada,11 aunque no tendrán los resultados esperados ya que Jaén
tenía una superficie ya afectada de 20 hectáreas ese mismo año y que irá
aumentando hasta las 25 en 1893.


«Desde que se comunicó la noticia oficial de que la filoxera había aparecido en la provincia
de Málaga, ha ido cundiendo la alarma (…) en todas las demás comarcas vitícolas de la Península,
hasta tal punto, que en muchas partes se ha creído también en la existencia del terrible insecto. En
la provincia de Granada y en Jaén (...).» Los Vinos y los Aceites. Revista Quincenal. Tomo I, núm. 14 de
31 de julio de 1878 p. 164.

En Jaén tenemos constancia de la creación de una junta de defensa contra la filoxera en
1885, cuando es propuesto para el nombramiento como vocal de la misma José Roldán y Marín.
Archivo de Diputación de Jaén. Propuesta nombramiento…. 1885. Sig. 2703/92.

El hecho de que fuera en 1890 la aparición de la filoxera en Jaén tal vez no sea del todo
cierta, ya que en 1882 el Ayuntamiento de Torredelcampo alego gastos por la extinción d dicha plaga.
Archivo de Diputación de Jaén. Extinción de filoxera en Torredelcampo… . 1882. Sig. 2228/3.
10
Es la opinión de Carlos Morales Antequera, ingeniero agrónomo de la provincia de Jaén.
Recogida en La invasión filoxérica en España… p. 144. El hecho de que Andújar no fuera afectada tal
vez este justificado, entre cosas, por el hecho de que los propietarios de viñedos de aquel término
fueron previsores y en 1880 comenzaron a prepararse en el caso de que la provincia fuera invadida
por la filoxera. Archivo de Diputación de Jaén. Repartimiento formado por el ayuntamiento de An-
dújar… . 1880. Sig. 2224/101.
11
Archivo de Diputación de Jaén. Medidas de precaución para evitar la propagación de la
filoxera… . 1891. Sig. 2231/2.

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Parece que se intentó preparar a los campos vinícolas de Jaén mucho
antes de que se produjera la llegada de la filoxera; en el archivo de Diputa-
ción de Jaén aparece información referente a una beca sufragada por la Di-
putación Provincial de los gastos promovidos para el estudio de la filoxera,
como el realizado por Manuel Serra y Navarro12 que se trasladó a los cam-
pos infectados malagueños en 1879, del mismo modo se contó con ayuda
de comisiones provinciales contra la filoxera de otras regiones, como la de
Cáceres,13 que mandaron material informativo sobre esta plaga con el fin de
preparar los viñedos giennenses. En 1879 y 1880 se registran los primeros
casos de filoxera en Jaén, aunque el presupuesto de esos años no varía, con-
tinúa en 10.000 pesetas, y no se hace referencia alguna a la filoxera14.
Tal vez de haber actuado con más decisión y habiendo planificado
una campaña de defensa, el alcance de la crisis de la filoxera no habría
sido tan dañino para los cultivos de la provincia. Con la plaga ya iniciada
se incluyen medidas específicas en los presupuestos provinciales de 1892,
como la introducción de partidas especiales15 para atender la vigilancia de
la filoxera en las vides y la creación de medios para la extinción de la
plaga.16 Pero el problema de los presupuestos asignados a calamidades
debemos entenderlo a partir de dos cuestiones; en primer lugar la falta de
un presupuesto convenientemente asignado entre 1877 y 1890, debido a
que había sido derivado hacia otros problemas en años anteriores como la
reciente epidemia de cólera de 1884-85 que había consumido la totalidad
del presupuesto asignado17, o los últimos años de 1886 a 1889 que fueron
especialmente significativos en cuanto a daños producidos por las tor-
mentas. En segundo lugar destacamos los lentos avances en prevención,
ya que mientras la filoxera se extendía la asignación de calamidades baja

12
Archivo de Diputación de Jaén. Aprobación de cuentas de gastos de extinción de langosta,
hechos por varios pueblos de la provincia a quienes se le concedió subvención. 1879. Sig. A-58 FOL
42R. En ella se recoge el pago de los gastos de traslado de Manuel Serra y Navarro a Málaga para
practicar un estudio sobre la filoxera en 1879.
13
Archivo de Diputación de Jaén. Expediente de la comisión provincial de defensa contra la
filoxera de Cáceres. 1879. Sig. 2265/116. Se envía un ejemplar sobre las conferencias, realizadas en
1879, contra la filoxera por parte de la comisión provincial de defensa contra la filoxera.
14
En el año económico de 1876-1877 existe un aumento del presupuesto de calamidades
hasta 75.000 ptas. que está más relacionado con las plagas de langosta de 1871 a 1877 que con la
filoxera.
15
Archivo de Diputación de Jaén. Inclusión en el presupuesto provincial de una partida para
atender a la vigilancia de la filoxera. 1892. Sig. 2236/128.
16
Archivo de Diputación de Jaén. Creación de medios para la extinción de la filoxera. 1892.
Sig. 3692/14.
17
La partida de «Calamidades» de 1885-1886 tenía 50.000 ptas. de ellas 30.000 estaban
destinadas al cólera.

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hasta las 2.000 ptas. sin referencia alguna a la plaga y sólo en el año eco-
nómico de 1893-1894, aparece una partida de 17.000 ptas. destinadas a
combatir la plaga.
Las medidas técnicas tomadas en primer lugar se basaron en la pre-
vención de la plaga, ensayaron con gran cantidad de abonos, siendo estos
ineficaces, la poda era más útil en tanto se destruía la cepa de huevos
del insecto. Otros tratamientos, insecticidas, se basaban en mezclar de
distintos productos químicos, que eran aplicados dos veces al año sobre
el tronco central de la vid, se utilizó una mezcla de aceite de hulla, nafta-
leno, agua y cal viva pero sus resultados no fueron satisfactorios, en otras
ocasiones los tratamientos producían daños en las vides, y solo los que
utilizaban sulfuro de carbono o sulfocarbonato de potasio tenían buenos
resultados aunque no rentables, debido a su elevado coste. Del mismo
modo también se empieza a utilizar la técnica para controlar otras plagas
de la vid como por ejemplo para el oídio donde se utilizaba, sulfato de
azufre y en el caso del mildiu se aplicaba sulfato de cobre, agua y cal.18
Como vemos la llegada de estas plagas significó la introducción de
innovaciones en los intentos de control de las mismas, y de una actividad
legislativa en materia de prevención, control y erradicación de plagas del
campo; siendo la primera la realizada en 1874 a través de una Real Or-
den que prohibía la importación de cepas y sarmientos, y la creación de
una Comisión Permanente de Defensa contra la Filoxera que dispuso la
inversión en estudios sobre métodos de control de la plaga. En 1878 se
celebró el Congreso Filoxérico de Madrid, en el que se proyectó la futura
Ley de la Filoxera que sería promulgada en 30 de julio de ese mismo año;
esta ley planteaba la creación de una Comisión Central de Defensa contra
la Filoxera y de Comisiones Provinciales, del mismo modo se prohibía la
entrada de cepas y sarmientos extranjeros al igual que el traslado de los
mismos entre comarcas infectadas y sanas y ordenaba el arranque y que-
ma de las cepas infectadas y de las existentes en un radio de 20 metros.19
Esta ley fue muy criticada al considerarse negativa para los intereses
de los productores por sus medidas económicas restrictivas teniéndose
que adaptar dos artículos a propuesta del ministro de Fomento, en 1883,
que contemplaba la ampliación de los plazos para la recaudación de los
llamados impuestos antifiloxéricos. Considerada insuficiente se promul-

18
MOLLEVÍ BORTOLÓ, Gemman. SERRANO GINÉ, David. «�����������������������������
El Impacto de la Filoxera en
Andalucía Según la Diplomacia Francesa». Cuadernos Geográficos núm. 40 (2007-1) p. 144.
19
Actas de las Sesiones celebradas por el Congreso Filoxérico reunido en Madrid el 31 de
mayo de 1878. Madrid, 1878.

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gó una nueva ley en 1885 que presta mayor atención a cuestiones econó-
micas y alienta a la replantación de vides.
Estas medidas en Jaén fueron infructuosas y se optó por el abandono
progresivo del cultivo de la vid, principalmente al gasto de la eliminación
de las vides se debía sumar los gastos de arado y mantenimiento de los
nuevos viñedos, por lo que el cultivo no resultaba rentable siendo nece-
saria una reorientación de la producción agraria de Jaén; se abogó por el
reemplazo y el cultivo del olivo, en gran medida por la alta demanda del
aceite industrial que había en ese momento.
Otra de las plagas más destructivas para el campo giennense fue la
langosta, este insecto emigra en grandes oleadas devorando todas las cose-
chas a su paso, provocando con ello hambrunas y problemas económicos
en las zonas devastadas. Las sucesivas plagas asolaron la provincia de Jaén
durante todo el siglo XIX, destacando en 1836-37, 1846-48, 1870-1872
o 1880-1885, los problemas para combatir estas plagas se prolongaron
hasta la plaga de 1900-1902 cuando los medios tecnológicos pudieron
limitar el poder devastador de este insecto. Se darán algunos casos hasta
los años 20 y 30 del siglo XX pues existen partidas dentro del presupues-
to de Diputación como el del año 1923-24 con 25.000 ptas. dedicadas a
combatir la langosta.
Por su parte el olivar no irá adquiriendo importancia hasta finales del
siglo XIX, con la crisis de la vid en la provincia de Jaén. Las enfermedades
del olivar determinarán la creación por parte de la Diputación Provincial
del Instituto de Oleicultura y Elaiotecnia en 1909, desde este momento
el valor económico y productivo del olivar aumenta y con ello la investi-
gación y prevención contra las plagas como las que afectaron en los años
de 1940 a 1944 y que sirvieron de prueba al nuevo Instituto olivarero
(1941), también creado por la Diputación Provincial, que potenció la lu-
cha contra las plagas y enfermedades que pudieran dañar tan importante
sector para la economía giennense.
La explotaciones ganaderas, por su parte, sufrieron en 1870 una pro-
funda crisis por la perdida de muchas dehesas de pasto, fruto de la rotura-
ción promovida tras las desamortizaciones, las cabezas de ovejas merinas
y churras descendieron, aunque en ocasiones las perdidas de cabezas de
ganado no eran por cuestiones económicas y si por enfermedades, como
ocurrió en Mancha Real y Torres en 186420 donde se produjo un brote de
viruela ovina.

20
Archivo de Diputación de Jaén. «El alcalde de Mancha real comunica la enfermedad de la
viruela que padece el ganado lanar…». 1864. Sig. 2284/71.

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Adversidades climatológicas
Las consecuencias de la crisis agraria en Europa21 de finales del siglo
XIX también se hicieron visibles en toda Andalucía y en la provincia de
Jaén, donde vino precedida por un periodo de catástrofes meteorológi-
cas continuas. La abundante información, que se obtiene en los archivos
sobre las partidas presupuestarias en temas de catástrofes atmosféricas,
nos proporciona una gran cantidad de datos empíricos sobre periodos
variables de inundaciones y sequías; que condicionaron el desarrollo eco-
nómico y la vida de los habitantes de la provincia a lo largo de nuestra
historia.
Sin entrar en evaluar los datos meteorológicos disponibles, y basán-
donos en los presupuestos destinados a cubrir este tipo de desastre, por
parte de la Diputación Provincial de Jaén, podemos decir que en los últi-
mos doscientos años se han producido graves periodos de sequía, alterna-
dos con ocasionales inundaciones, heladas, pedrisco y fuertes tormentas.
Mientras que los periodos de sequía se traducen en la destrucción del
ecosistema y en problemas de abastecimiento de agua, las inundaciones
y las lluvias torrenciales son los causantes de daños económicos y, en
ocasiones, humanos.
Las inundaciones que azotaron, han creado graves daños, principal-
mente, en las zonas de Sierra Mágina y la Sierra de Segura, según se reco-
gen en distintos expedientes, las localidades de estas zonas se han visto
expuestas en muchas ocasiones cortes de carreteras, caminos y puentes,
inundaciones de calles zonas bajas de edificios, así como innumerables
desalojos y numerosos daños en hogares y vehículos. A los daños en in-
fraestructuras debemos de sumar el fuerte impacto que estos desastre
crean sobre la producción agrícola. 
En los años previos y durante la década de 1860 fueron extraordina-
rios por el número de inundaciones que asolaron muchos municipios de
sierra, como en el caso de Beas de Segura que sufrirá graves inundaciones
tanto en 1858, cuando se vieron obligados a pedir fondos para la repa-
ración de los daños producidos por una inundación, que afectaron a las

21
La caída de los costes de transporte y el crecimiento de la productividad en la agricultura del
Nuevo Mundo produjo grandes caídas en los precios agrarios europeos. En España cayeron de una
forma brutal en la década de 1880 suponiendo la bajada de los salarios de todos los trabajadores en-
tre un 20% y 30%. SUDRIÀ, Carles y TIRADO Daniel (eds.): Peseta y Protección. Comercio exterior,
Moneda y Crecimiento Económico en la España de la Restauración, Barcelona, �����������������������
Edicions Universitat
​​���������������������
de Barcelona, �������������������
2001. pp.100-118.
​​�����������������

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entradas y salidas de la población22 y en el verano de 1863 cuando varias
tormentas torrenciales causaron numerosos daños a nivel provincial.
«Varios pueblos de esta provincia se han quedado reducidos á la más
estrema (sic) miseria á consecuencia de los estragos de una tormen-
ta. Los pueblos que han sufrido los efectos de este siniestro, han sido
Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo, Ginabe (sic) Beas, Iznatoraz y
Torreperogil; a la campiña de Uveda (sic) tambien (sic) han llegado los
daños, y parece que otros pueblos habrán sufrido en parte. El primer
síntoma atmosférico que se observó fué (sic) un huracán furioso, cuyo
embate desgarraron las encinas, y los pinos y olivos: después entre cua-
tro y cinco de la tarde, sobrevino una oscuridad tan absoluta, que ape-
nas se veían las gentes. El estampido del trueno, en fin, y una copiosa
lluvia acompañada de gruesas piedras, algunas hasta de ocho onzas,
puso el colmo al espanto del vecino y el á la destrucción más completa
de los campos y de los edificios.
La circunstancia de ser festivo el día 28 de junio favoreció la salida de
los vecinos á visitar su hacienda; así es que la nube sorprendió en el
campo á gran número de personas; casi todas regresaron al amparo de
sus casas aporreadas y con los brazos y piernas lastimados, aunque por
fortuna no hubo que lamentar mayores desgracias.
La nube duro unos doce minutos; pero este brevísimo tiempo fué (sic)
bastante para causar una completa ruina. Las mieses desaparecieron:
los olivos quedaron trasformados en agotadas cambroneras: las viñas
ciegas, las hortalizas arrastradas por la corriente de las aguas, los edifi-
cios arruinados y los barbechos desaparecidos.
El río Beas, que atraviesa la villa del mismo nombre, se desbordo á con-
secuencia de la extraordinaria lluvia, se llevo, según nos aseguran, un
barrio del pueblo, no causando mayores males por una circunstancia
especial que no ha esplicado (sic).»23
Parece ser que pocas veces se había conocido una tormenta tan im-
ponente y catastrófica, tal es el caso que a causa de la misma se dispa-
raran la demanda de ayudas por los daños causados.24 Las tormentas de
1863 se repitieron en otros años como en 1871, 1872 y 1876 afectando
a las localidades de Jimena y Garcíez, aunque otras lluvias con desastroso

22
Archivo de Diputación de Jaén. Expediente relativo a la exposición del Ayuntamiento de
Beas de Segura, sobre las inundaciones producidas… . 1858. Sig. 2723/181.
23
Desconocido. «Escriben de Jaén con fecha 9 del corriente». La Discusión. Año VII. núm.
2.317 del 14 de julio de 1863. Correo de Provincias. p. 2.
24
Archivo de Diputación de Jaén. Ayudas por calamidades publicas: Inundaciones y Pedrisco.
1863. Sig. 2300/1. 2760/91. 2299/1 y 2805/19.

las adversidades de la provincia de jaén: plagas y calamidades, su respuesta 811


resultados para el campo giennense se produjeron entre 1886 y 1889.25
Como vemos las lluvias torrenciales suelen producirse en áreas concretas,
y tienen un alcance territorial reducido si lo comparamos con las fuertes
sequías que sufre la Península Ibérica. Por norma general suelen interca-
larse periodos de fuertes precipitaciones con periodos fuertes de sequía,
como tuvieron lugar en los años de 1859, 1863 y 1865.
Los años más difíciles fueron en 1867 y 1868, la dura y prolongada
sequía que padeció la provincia se acentuó en estos últimos años, agra-
vando una situación que ya se perfilaba sumamente perjudicial para el
campesinado giennense debido a que junto a las pérdidas económicas
directas debemos de señalar otro efecto de las sequías, de difícil valora-
ción, pero de gran repercusión, esto es, los desequilibrios sociales. En
Jaén el proletariado estaba formado en su totalidad por los jornaleros
y braceros que, ante la escasez de faenas agrícolas por las cosechas, la
subida de precios, el paro, la miseria y el hambre, crearon un caldo de
cultivo para fomentar las alteraciones violentas del orden público. Para
frenar cualquier conato de violencia los estamentos sociales y políticos
del país tomaron una serie de medidas. En primer lugar la Iglesia, a través
de limosnas y ayudas, intentaron sofocar el hambre de los jornaleros que
deambulaban por las calles, seguidamente los Ayuntamientos tomarán
medidas para socorrer a los jornaleros,26 realizando fuertes inversiones
públicas para emplearlos. A pesar de ello los hurtos y la violencia tiñeron
varias localidades jiennense, siendo muy comunes los robos en locales y
casas. Por su parte la acción de la Diputación de Jaén se centraba en la
ayuda económica a jornaleros y braceros sin recursos así como la condo-
nación y/o reducción de la contribución de los ayuntamientos afectados
al repartimiento provincial.
Otro efecto ambiental vinculado a la sequía es la pérdida de lagunas
y humedales que trajo consigo en múltiples ocasiones en la proliferación
de incendios forestales localizados en los montes, en 1859 la provincia de
Jaén contaba con 401.659 has.27 que poco a poco fueron reduciéndose,

25
LÓPEZ CORDERO, Juan Antonio y APONTE MARÍN, Ángel. Un Terror Sobre Jaén : Las
Plagas de Langosta: Siglos XVI-XX. Jaén : Ayuntamiento de Jaén, Concejalía de Cultura y Turismo,
1993. p. 37.
26
Ejemplo de ello fueron la toma de medidas, en 1835, por varios ayuntamientos giennenses
como Martos, Sabiote, Alcaudete, Alcalá la Real, Santiago de Calatrava y Arjona, para evitar desór-
denes por parte de los braceros y agricultores que se encontraban en condiciones lamentables fruto
de la perdida de trabajo por las plagas. Archivo de Diputación de Jaén. 1835. Sig. 2318/10 -2318/11
– 2318/13 – 2318/14 – 2318/16 – 2318/3.
27
GARRIDO GONZÁLEZ, Luis (coord): La nueva historia Contemporánea de la provincia de Jaén
(1808- 1950). Jaén: Instituto de Estudios Giennenses. 1994. p. 289.

812 francisco miguel aránega castilla / josé antonio serrano garcía


por distintos motivos, en ocasiones por incendios naturales y otros por
incendios provocados a favor de la actividad ganadera y agrícola.
Un ejemplo de incendio provocado es el que sucedió en agosto de
1823 en Villardompardo, fruto al parecer de la quema de rastrojos y que
afecto a cultivos cercanos.28
«En la tarde del dia (sic) de ayer 21 del corriente fue presentado un fue-
go tan atroz en el término de Torredongimeno (sic) y a las inmediacio-
nes del de este pueblo por la parte del poniente que habiendo consu-
mido todas las rastrojeras (sic) y pastos que la vista alcanza se introdujo
en la mata olivar de esta villa, y a beneficio del aire prendio (sic) en ella
por varios sitios y redujo a cenizas un crecido numero de olivos (sic)
y tostado otra y se cree que entre unos y otros compondrán el numero
(sic) de 600, sin que se pudiera evitar (sic) este daño, sin embargo de la
vigilancia (sic) y pronto socorro de gente, no quedando persona mayor
ni menor que a toque de la campana no acudiese a trabajar para cortar
el fuego: V.S no puede figurarse cual sería el conflicto de este vecinda-
rio, que en medio de estar ardiendo sus olibares (sic) por varios puntos
se lebanto (sic) otra manga de fuego que tomando cuerpo en el sitio de
Baldeespejar (sic) de este término se dirigía rápidamente a los Egidos
(sic) de esta villa que a la presente se hallan ocupados de mieses: aquí
fue el apuro y la congoja general, pero sin embargo animada la gen-
te por su propio bien y las invitaciones de mi persona y corporación
municipal […] se logro sofocar aquel bolcan (sic) que pronosticaba la
ruina de este pueblo. Todos sus vecinos han cumplido con su deber,
pero con particularidad un pobre anciano y achacoso llamado Alonso
de la Cruz, el cual sin temor a la muerte se introdujo en las llamas y
sin más utensilios que sus pies y una rama de oliba (sic) en las manos,
dando con ella golpes al fuego hizo más para apagarlo que la parte del
pueblo que se hallaba por aquel punto […].»
En otras ocasiones los incendios eran visto como un medio para sacar
beneficio, muchos ayuntamientos solicitaban el poder explotar los produc-
tos quemados, maderas de pino. En 1872 el Ayuntamiento de Segura de la
Sierra solicito la utilización de la madera producida en un incendio.29
«Por el Sr. Presidente se hizo presente a la Corporación, que habiendo
sufrido la Dehesa Carnicera de este caudal de propios un incendio de
bastante importancia y haber quedado gran porción de pinos madera-
bles en estado de aprobechamiento (sic) sin perjudicar las fincas por-
que de lo contrario se perderían los pinos, quedando estos reducidos

28
Archivo de Diputación de Jaén. 1823. Sig. 2864/26.
29
Archivo de Diputación de Jaén. 1872. Sig. 2776/42.

las adversidades de la provincia de jaén: plagas y calamidades, su respuesta 813


a leñas muertas y rodantes que pudieran servir de combustible para
muchos incendios, se acordó: recurrir con certificación de este acuerdo
a la Excma. Diputación Provincial, para que […] acuerde el aprovecha-
miento que se pretende a la brevedad posible, en atención a lo adelan-
tado del tiempo y el estado en que los pinos se encuentran.»
Aunque vemos que algunos pueden sacar beneficios de una calami-
dad, como es un incendio, los agricultores tenían en el fuego a un gran
enemigo que podía condenar sus tierras ya que en pocas horas se podía
destruir sus cosechas. Los ganaderos también se veía afectados con los
incendios al perder sus zonas de pastoreo, al quedar arrasaba esas zonas
en las que se alimentaban a sus ganados. Si bien en muchos casos se utili-
zaban estos incendios controlados para ampliar las zonas de pastoreo.

Epidemias y enfermedades
Pero no sólo el campo giennense sufrió el azote de plagas y catástro-
fes climáticas, la sociedad se vio afectada también por epidemias que en
casos como el cólera o la gripe española supusieron una verdadera catás-
trofe demográfica. La intensidad con la que afectaban a la población varió
en forma y tiempo, las medidas de higiene y control sanitario tomadas a
finales del siglo XIX consiguieron erradicar las epidemias de cólera que en
tres oleadas sacudieron España, así mismo otras nuevas se fueron surgien-
do en determinadas épocas, como la viruela y cólera durante el siglo XIX
dieron paso a la sarna, tiña, sarampión, gripe o tifus durante el siglo XX.
A continuación trataremos las más importantes por su intensidad y
por las medidas tomadas por la Diputación de Jaén para erradicarlas.
La viruela humana, es también considerada una calamidad que azotó
con virulencia la provincia de Jaén en varias ocasiones, de 1882 rescata-
mos una noticia de prensa.
«Ha tomado tal incremento en Linares la epidemia de viruelas, que
según dice un periódico de aquella ciudad, han ocurrido en dos días
cincuenta defunciones. El ayuntamiento ha adoptado varias disposi-
ciones de carácter sanitario. Sin embargo, no ha llegado al extremo del
alcalde del cercano pueblo de Arquillos, que al saber que existía en
aquella localidad un forastero enfermo de viruelas, ordenó que saliera
inmediatamente de ella «á morir en otra parte» ¡Valiente alcalde!»30

30
Desconocido. Sin titulo. El Liberal. Año IV. núm. 1.219 del 6 de noviembre de 1882. Las
Provincias. p. 1.

814 francisco miguel aránega castilla / josé antonio serrano garcía


No todas las medidas fueron igual a las tomadas en Arquillos, más
bien al contrario, años, antes en 1858, fueron varias las medidas adop-
tadas para la lucha contra la enfermedad, una de las más aplaudidas fue
la de vacunación,31 ya que al no haber ninguna medida de tratamiento
especial lo único que se podía hacer era la prevención, aún así se pro-
dujeron infecciones en Jódar durante 1860.32 Tal vez los casos más co-
nocidos fueron los producidos entre 1894 y 1897 que afectaron a los
hospicios y hospitales de Jaén,33 en 1897 la viruela era la enfermedad con
mayor grado de mortalidad en la provincia34 con 86 muertes; el número
de muertes se redujo en menos de dos años y en 1899 la enfermedad se
dio por erradicada.
En otro caso, una de las epidemias más mortíferas durante la Edad
Media, la peste negra, hizo su aparición en la provincia de Jaén en 1899.
Parece ser que procedente de Brasil la peste negra llegó a Portugal, de aquí
apareció en la capital giennense de la mano de un grupo de portugueses
infectados, las medidas tomadas con rapidez parece que imposibilitaron
el contagio.35
Con el paso del tiempo se irán produciendo mejoras sanitarias lo que
facilitó el descenso de la mortalidad epidémica, en gran medida promovi-
dos por los avances médicos pero tampoco debemos de olvidar las actua-
ciones e inversiones llevadas a cabo por Ayuntamientos y la Diputación
en cuestiones de pavimentación de calles, mejora e instalación de servi-
cios como la recogida de basuras, limpieza y alcantarillado de mataderos
o mercados de abastos, entre otros. Aunque continuaron siendo deficien-
tes, en muchos casos, el tratamiento que se le daba al agua potable, fuen-
tes y pozos principalmente, que sufrían la contaminación por filtraciones
de otras aguas residuales, por lo que era normal la aparición de brotes de

31
Archivo de Diputación de Jaén. El gobernador de la provincia traslada real orden relativa a
la extensión de la viruela y medidas de vacunación. 1858. Sig. 2723/113.
32
Archivo de Diputación de Jaén. Subvención al ayuntamiento de Jódar para combatir la epide-
mia de viruela. 1860. Sig. 2270/49.
33
Archivo de Diputación de Jaén. Comunicación relativas a la aparición de viruela en los hos-
picios. 1894. Sig. 2245/116 – 2245/72 – 2300/25 – 2301/183 – 2301/69.
34
GARRIDO GONZÁLEZ, Luis (coord). Op.cit., p. 469. También podemos consultar el nú-
mero de enfermos, de viruela, expuesto por el decano del Hospital de San Juan de Dios de Jaén en
Archivo de Diputación de Jaén. 1897. Sig. 2334/100.
35
Archivo de Diputación de Jaén. Adopción de medidas preventivas ante la posible propa-
gación de la peste bubónica declarada en Portugal. 1899. Sig. 2352/2. Y 2352/87 el decano del
hospital de San Juan de Dios comunica la necesidad de ropa para los enfermos de peste procedentes
de Portugal.

las adversidades de la provincia de jaén: plagas y calamidades, su respuesta 815


diarreas, enteritis y fiebres tifoideas,36 que llegaban al organismo por el
consumo de agua contaminada y alimentos en mal estado.
Una de las epidemias que mayores temores producía, por el consumo
de aguas contaminadas, fue el cólera morbo asiático, aunque conocida
desde tiempos antiguos, no adquirió caracteres espectaculares hasta su
expansión en el siglo XIX; durante este siglo se han producido varios bro-
tes en nuestro país, de 1833 a 1834, de 1854 a 1855, de 1860 a 1865 y
el ultimo de 1885 a 1887. El primer brote llegó a España, en 1833, desde
Portugal, procedente previamente de Rusia, comenzando su expansión
por Galicia y Andalucía; en la provincia de Jaén hizo su acto de presencia
en el mes de mayo, aunque su mayor incidencia coincidió con los me-
ses estivales, fueron 44 municipios37 los afectados, en ellos se detectaron
27.724 personas afectadas y 13.423 fallecidas.38 Tales datos obligaron a
que el Ayuntamiento de Jaén improvisara un hospital específico para colé-
ricos, donde en el mes de julio tenían ingresados a más de 300 enfermos,
todos ellos terminales.39 En el mes de agosto comenzaron a reducirse el
número de enfermos, comenzando actos religiosos de acción de gracias,
se celebraron solemnes Te Deum en los principales municipios.
La segunda oleada, 1854 a 1855, golpeó de una forma más dura a
la sociedad del momento, siendo conocidos estos años como «los años
del cólera», tiene a la ciudad de Valencia como la fuente de entrada a la
península. La epidemia llega a la provincia de Jaén en 1854 cuando co-
mienza desarrollarse indicios de la misma en Linares, Bailen y Martos.40
Pronto el miedo se hizo presente entre la población jiennense, existía
un temor atroz al aislamiento en las poblaciones infectadas, a través de
los cordones sanitarios, por ello que muchos pueblos negasen los casos
de contagio, desatendiendo la legislación sanitaria vigente y cuarentena,
ante el temor a ser marcados y aislados por las autoridades.
La epidemia llega a la ciudad de Jaén en el mes de abril de 1855,
en donde muere ese mismo mes Mateo López y Martín de Vílchez, Di-
putados provinciales de Andújar y Huelma, el resto de sus compañeros

36
Como las ocurridas en la cárcel de La Carolina, en 1868 y Jódar, en 1869. Archivo de Dipu-
tación de Jaén. 1868 y 1869. Sig. 2754/25 y 2725/20.
37
B.O.P.J. de junio y julio de 1955. En ellos se recogen los 44 municipios afectados por cólera.
Fuensanta, Huelma, Martos, Jamilena, Villanueva del Arzobispo, Alcalá la Real, Alcaudete, Beas, etc.
38
HEREDIA RUFIÁN, Antonio y QUESADA RAMOS, Antonio. «El cólera morbo asiático en
Alcalá la Real». Pasaje a la Ciencia, 2011, núm. 14 p. 30.
39
GARRIDO GONZÁLEZ, Luis (coord). Op.cit., p. 53.
40
B.O.P.J. extraordinario, del 17 de febrero y 10 de agosto de 1854.

816 francisco miguel aránega castilla / josé antonio serrano garcía


huyen de la capital, quedando tan sólo tres, en ese momento se encon-
traba trabajando sobre la presentación de los quintos por parte de los
comisionados municipales. Peligrando el quórum necesario para poder
tratar el asunto Manuel Monedero, Presidente de la Diputación de enero
a octubre de 1855, denuncia la situación el 20 de abril, cuatro días más
tarde, el Ministro de la Gobernación, Francisco de Santa Cruz, ordena al
Presidente provincial con la Real Orden de 24 de abril a animar el celo
patriótico de los diputados provinciales con objetivo de que asista a las
sesiones y le invita a:
[…]reunir la Diputación en un punto de la provincia exento de la epi-
demia sujetando a la revisión y aprobación de dicho cuerpo provincial
los acuerdos que en materia de quintas y cualesquiera otros asuntos
hubieren tomado y tomaren los Diputados que con VS se hallan fun-
cionando en la actualidad.41
Varios fueron los diputados que caen enfermos o se excusan para no
tener que acudir a la ciudad de Jaén como Antonio Vizcaíno, de Segura
de la Sierra, Vicente María Molino, de Baeza o Luis de la Mota Hidalgo,
de Úbeda. Aunque hay que destacar el fallecimiento en el mes de agosto
de Pedro Alcántara García Zúñiga, de Villacarrillo, una nueva víctima del
cólera. La necesidad de cubrir los tres puestos de los diputados fallecidos
no alentó al resto de sus compañeros a reunirse hasta varios meses des-
pués.42
En 1860 la epidemia cólera produjo pocos estragos, localizando los
focos de infección en Úbeda, Bailén y Linares, en esta última ciudad y
siguiendo el patrón que comentamos anteriormente se cantó el Te-Deum
en acción de gracias por la desaparición del cólera.43 Del mismo modo la
ultima gran epidemia de cólera que azotó la provincia de Jaén, 1884-1885,
se constata en primer lugar la mejora de la higiene la cual ya no era tan
sumamente deplorable y deficiente; del mismo modo se empiezan a notar
los avances médicos del fin de siglo en temas epidemiológicos. Las mani-
festaciones de la epidemia fueron irregulares en tierras jiennenses, además
causó menos afectados, 5.039 personas, de los que fallecieron 2.599.

41
Archivo de Diputación de Jaén. 1855. Sig. �������������
2723/47.
42
CHAMOCHO CANTUDO, Miguel Ángel. La Diputación Provincial de Jaén en el primer Estado
constitucional: Historia política y jurídica de la Diputación Provincial de Jaén (1813-1868): Entre el modelo
liberal-constitucional y el modelo moderado-isabelino. Jaén: Instituto de Estudios Giennenses, 2004, pp.
508-516.
43
Desconocido. Sin titulo. La Iberia. Año VII. núm. 1882 del 8 de septiembre de 1860. Pro-
vincias. p. 3.

las adversidades de la provincia de jaén: plagas y calamidades, su respuesta 817


El cólera asolo la provincia de Jaén sin respetar clase social alguna,
aunque como siempre fueron las clases populares las más se resintieron
de la misma, las clases acomodadas huyeron en búsqueda lejos de los
espacios urbanos cargados de suciedad y en donde la epidemia se cebó
con los débiles.

Conclusión
A través de la Diputación de Jaén se canalizaban, como representante
del gobierno central, todas las ayudas para combatir los problemas oca-
sionados de las plagas, sobre todo la filoxera, y epidemias como el cólera,
como eran las juntas de sanidad pública. Por otra parte en algunos casos
como las plagas de langosta la Diputación gestionaba prácticamente a
partir de sus propios recursos la lucha contra los problemas, teniendo que
recurrir al presupuesto asignado para calamidades o imprevistos.
En definitiva desde su creación, la Diputación Provincial de Jaén, se
ha convertido en una institución que no sólo ha vertebrado la provincia y
ha servido de nexo con el poder central, sino que también ha sido un ele-
mento importante para solucionar muchos de los problemas que han ido
surgiendo a lo largo del tiempo y que han afectado de una u otra manera
a la sociedad giennense.
Sin bien la respuesta no ha sido igual siempre y ha dependido de
factores como los problemas políticos, la inexperiencia de la administra-
ción para enfrentarse a problemas nuevos o la falta de presupuesto, que
supuesto sin duda uno de los grandes problemas a la hora de combatir
efectos como las plagas o enfermedades. Aún así no podemos menospre-
ciar el papel de la Diputación Provincial a lo largo del siglo XIX y XX en
la lucha contra las adversidades y su compromiso con el bienestar de sus
ciudadanos muy por encima de los propios obstáculos y las adversidades
que azotaron esta provincia.

Presupuesto de la Diputación Provincial de Jaén


destinado al capítulo de Calamidades
A partir de 1868 aparece en el Presupuesto de la Diputación Pro-
vincial un capítulo dedicado a «Calamidades», dicho presupuesto servía
para hacer frente por medio del gobierno provincial a cualquier problema
socioeconómico. La asignación fue variando según las posibilidades de

818 francisco miguel aránega castilla / josé antonio serrano garcía


ingreso de cada año, salvo en 1874-75 donde no hay constancia en los
archivos de Diputación, todos los años presentan una partida.
En los años siguientes, concretamente en 1886-87, aparece un nuevo
apartado dentro de este capítulo donde se especifica una cierta cantidad
dedicada a paliar cualquier adversidad relacionada con la salud pública o
higiene, como la lucha contra los brotes de cólera, viruela o tifus.
En los años sucesivos el capítulo de Calamidades va perdiendo atri-
buciones y su asignación queda reducida hasta las 1.500 ptas. en los años
20, finalmente en 1930, y completando un proceso que había provocado
que el presupuesto de calamidades se vaya distribuyendo en otras áreas
que se especializan en problemas concretos como agricultura y ganadería,
pesca y montes, junta de higiene y sanidad etc el capítulo de calamidades
desaparece del Presupuesto general de la Diputación Provincial de Jaén.

1868-1900

1901-193044

44
A partir de 1901 el presupuesto de la Diputación Provincial de Jaén pasa de año económico
(1899-1900) al año natural (1901), salvo el periodo de 1920 a 1925 que vuelve a retomar el año
económico. Finalmente en 1927 se recupera el año natural, utilizado hasta nuestros días.

las adversidades de la provincia de jaén: plagas y calamidades, su respuesta 819


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las adversidades de la provincia de jaén: plagas y calamidades, su respuesta 821

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