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La región de La Guajira sufre una extensa historia de sequía que ha causado escasez de alimentos y agua. Esto ha resultado en altas tasas de desnutrición y mortalidad infantil. La llegada de COVID-19 y la caída del turismo han empeorado aún más la situación. Las comunidades wayuu dependen del gobierno para garantizar el acceso al agua y los alimentos durante la pandemia.
La región de La Guajira sufre una extensa historia de sequía que ha causado escasez de alimentos y agua. Esto ha resultado en altas tasas de desnutrición y mortalidad infantil. La llegada de COVID-19 y la caída del turismo han empeorado aún más la situación. Las comunidades wayuu dependen del gobierno para garantizar el acceso al agua y los alimentos durante la pandemia.
La región de La Guajira sufre una extensa historia de sequía que ha causado escasez de alimentos y agua. Esto ha resultado en altas tasas de desnutrición y mortalidad infantil. La llegada de COVID-19 y la caída del turismo han empeorado aún más la situación. Las comunidades wayuu dependen del gobierno para garantizar el acceso al agua y los alimentos durante la pandemia.
La guajira, un departamento ubicado al extremo norte del país, en la frontera con
Venezuela y zona de concentración de las comunidades Wayuu, ha tenido una extensa historia de sequía, falta de agua y con ello, una constante falta de alimento, puesto que, con la falta del preciado líquido, no hay forma de cultivar o cuidar del ganado. Esta constante falta de agua y alimento da paso a la constante muerte de niños por desnutrición, presentando índices alarmantes de 20 de cada 100.000 niños, frente a 2 de cada 100.000 a nivel nacional. La situación empeora con factores cómo la llegada del COVID 19 (“A’leeyajawa”, cómo le han nombrado los habitantes wayuu) a la región, presentándose su primer caso el 31 de marzo del 2020 y cuyas medidas de desinfección son imposibles de realizar, ya que el lavado de manos constante y por más de 20 segundos es imposible en una región donde escasea a tales extremos el agua. Otro de los factores que empeora las situaciones de las comunidades y que esta estrechamente ligada al tema del COVID 19, es la caída drástica del turismo, debido a las medidas tomadas a lo largo del territorio nacional y el autocuidado tomado por la población, incluyendo abstenerse de salir a paseos o viajes. Otro factor que se suma a las preocupaciones de los Wayuu es el conflicto con el gobierno de Venezuela, que por ser territorios fronterizos era una fuente de comercio y de trabajo para los habitantes de dichas comunidades, afectando a la obtención de agua y alimentos y empeorando las condiciones de vida. Las comunidades han levantado constantemente su voz de protesta, bloqueando las vías de acceso y las vías férreas de la mina del cerrejón, para que el gobierno garantice el apoyo, el acceso a agua y alimentos, para poderse quedar en sus rancherías y entrar en cuarentena con garantías, ya que “los jagüeyes están secos y no llueve en 5 meses”, explicaba la lideresa de la región. Por parte del gobierno y las instituciones de riesgo se empezaron a tomar medidas para mitigar la falta de agua en la región, con ayuda de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos, Minvivienda y Minambiente, se distribuyeron cerca de 40 carrotanques de agua y la habilitación de la represa El cercado para ayudar en la región, pero la situación sigue siendo critica y estas ayudas solo mitigarían la situación en el sector sur de la región. CONSECUENCIAS DE LA PROBLEMÁTICA:
Como lo habíamos mencionado antes, la principal consecuencia de la constante
sequía en la región es la muerte de miles de niños al año por desnutrición, alcanzando índices alarmantes en 2020 con 20 de cada 100.000 niños y de cada 100.000 niños en 2019, según UNICEF. Pero no es el único problema ligado a la desnutrición, manifestó Ana Mercedes Cepeda, nutricionista del PMA, puesto que una mala nutrición en la fase de gestación o en los primeros años de crecimiento puede tener efectos negativos e irreversibles en el desarrollo del cerebro, el crecimiento físico y aparición de enfermedades crónicas, significando esto que las secuelas se pueden llevar para toda la vida. Por otro lado, El instituto Colombiano Agropecuario ha reportado que la fuerte sequía ha causado la muerte de aproximadamente 20.000 cabezas de ganado en la región. Sin contar con la constante muerte de fauna de la región, la cual muere de deshidratación o calor extremo al no haber humedales o pozos donde poder descansar o refrescarse, y los pocos que quedan, son secados por la población y los nómadas de la región, que extraen el agua para su subsistencia. Afortunadamente una consecuencia de dicha problemática es que varias entidades a nivel mundial cómo la ONU, UNICEF, el PMA, entre otros, han puesto el ojo sobre el territorio y no lo han dejado abandonado, lo que ha hecho la crisis un poco más llevadera, gracias a planes de alimentación a las comunidades y apoyo con medicinas. El gobierno colombiano también ha hecho su parte en diferentes etapas de la historia del territorio, por ejemplo en el 2015, el presidente Juan Manuel Santos viajó al territorio guajiro y organizó, junto con la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo del Desastre (UNGRD), el ejercito nacional, la defensa civil, la cruz roja y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) llevaron alimentos para los diferentes corregimientos, se inició un proyecto para la conservación y reparación de varios jagüeyes y pozos, se llevó ganado con el fin de mejorar la cepa del ganado local y empezaron la perforación de un pozo profundo, que llevaría agua a las comunidades wayuu del sector. Lamentablemente, desde 2017 se ha vuelto a ver un abandono parcial por parte del gobierno, el apoyo ya no es el mismo de antes y a esto se suma el elefante blanco de la represa “El Cercado”. Los problemas han empeorado debido al cambio climático, el cual vuelve cada vez mas extrema la supervivencia en el departamento y se ha visto un aumento en las necesidades de los wayuu. ¿QUÉ DICEN LAS FUENTES OFICIALES?:
Se ha visto un abandono constante por parte de los medios al tema de la sequía,
normalmente se prefiere hablar del producto interno bruto que proporciona el cerrejón, el apartado turístico, mostrando la cara “amable” del territorio y evitando en lo posible hablar del tema “sequía” o las necesidades de las comunidades wayuu. Lo común en los noticieros, periódicos y revistas es ver noticias relacionadas al territorio guajiro, solo cuando estas afectan al sector sur del departamento, de lo contrario, la zona norte es invisible al ojo de la gente del común. Aunque no siempre fue así, ya que en el 2014 y 2015, periódicos como el espectador mantenían al tanto sobre la constante situación de las comunidades del extremo norte, ayudando esto a que se reconociera el problema y se ejerciera presión en el gobierno para apoyar la región. En un artículo publicado por la revista semana en el 2014 llamado “Abandono de la Guajira, “una vergüenza para el país”, se dan a conocer diferentes problemáticas que afectaban al departamento de la Guajira y entre ellos se hace una pequeña mención a la problemática del agua y la desnutrición, presentándolo como un problema en crecimiento y llamando a las entidades del gobierno y de riesgo para que atiendan la problemática, cosa que actualmente no es muy común de ver. La guajira hoy se presenta cómo una zona en crisis, donde las organizaciones mundiales han tomado el liderato informativo y nos presentan una región donde la gente y los animales se están muriendo, donde los pozos se secan y no crece nada y que tiene índices alarmantes de mortalidad infantil. Nuestra realidad ha cambiado desde que empezó la pandemia, es por eso que en la actualidad la Guajira y en especial, las comunidades wayuu se han visto afectados de peor forma por dicha pandemia, ya que, al mezclarse con la sequía, da lugar a mayor cantidad de muertes y más atención por parte del estado, así se ve reflejado en artículos cómo ““Sentimos que se nos juntaron todos los problemas”, el grito wayuu por el agua ante la pandemia” de El Espectador. Y aunque últimamente se ha visibilizado un poco más la problemática en este sector del país, no es mas que un efecto de la pandemia, ya que las noticias se ven atraídas hacia ese punto en particular, no directamente hacia la problemática del agua, lo cual da a pensar que, en condiciones normales, el problema seguiría siendo invisible a los ojos del estado y de los medios. CAUSAS DE LA PROBLEMÁTICA:
En primer lugar, tenemos casusas ambientales, el departamento de la Guajira, y
en especial su sector norte están marcadas como zona en los mapas del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), por ser una de las zonas donde menos llueve en todo el país, teniendo un promedio de 50 días de lluvia al año. Esto afecta como principal factor, ya que, sin lluvia, ni los jagüeyes ni los pozos se llenan y así la comunidad no tiene reservas para soportar las largas temporadas de sequía. En segundo lugar, tenemos la falta de acompañamiento del estado, que si bien hizo aportes considerables en el pasado, aun tiene mucho que hacer en estos territorios olvidados, con la construcción de un sistema de acueducto, sistemas de extracción para pozos profundos, sistemas de purificación y desalinización de agua, pozos de y tanques de almacenaje y el mejoramiento de vías para el ingreso de carrotanques hasta la zona norte del departamento; proyectos que no se han completado y se han dejado abandonados. A esto le sumamos la construcción del proyecto estratégico multipropósito Río ranchería, una ambiciosa apuesta para abastecer de agua a nueve municipios del departamento y llevar agua a más de 354.000 habitantes, también serviría como sistema de riego en cerca de 18.536 hectáreas y el funcionamiento de una hidroeléctrica que llevaría energía a cerca de 3.000 hogares. Y a pesar que esa obra costó 650.209 millones de pesos, actualmente no cumple ninguno de esos propósitos. En tercer lugar, tenemos la mina del cerrejón, la cual consume cerca de 17 a 30 millones de litros de agua diario, lo cual debería corresponder prioritariamente a los habitantes del departamento y el mal manejo sanitario que le dan las propias comunidades a los jagüeyes y pozos de almacenaje, que en palabras de algunos habitantes y ancianos de las comunidades, han sido descuidados, con desechos y basuras, “se pueden ver bolsas de basura arrumbadas en las calles y hasta colgando de las ramas de los árboles, como si fueran árboles de navidad, de días y hasta semanas” o comentan ver gallinazos y cerdos bañándose en los jagüeyes, teniendo que usar luego esa misma agua para lavar o bañarse. Por último, el cierre de las fronteras y tratos con el Venezuela, ha afectado directamente a los habitantes de distintos corregimientos que antiguamente pasaban la frontera con el fin de trabajar y comerciar para traer agua a sus casas diariamente y que ahora no pueden debido a la guardia del vecino país, la cual les impide pasar la frontera. LOS DERECHOS HUMANOS Y LA GUAJIRA:
La corte constitucional constató una vulneración injustificada y desproporcionada a
los derechos fundamentales de niños y niñas del territorio guajiro, así como a las comunidades wayuu, bajo el derecho fundamental al agua potable, a la alimentación e incluso a la vida, tomando en cuenta los índices de mortalidad infantil. Además, constató que las vulneraciones a dichos derechos se dan por múltiples causas, dentro de las cuales destacan fallas estructurales del gobierno nacional, del departamento de la Guajira, de los municipios demandados y de algunas autoridades tradicionales wayuu. Dando a entender que el departamento de la Guajira es un departamento olvidado, atacado constantemente por la corrupción y el incumplimiento de promesas realizadas por los dirigentes políticos de la nación en sus temporadas de campaña, y el incumplimiento en la entrega de obras, afectando directamente al bienestar de la población, la fauna y la flora de la región. De igual manera, se hace un llamado a entidades tanto nacionales, como internacionales para realizar seguimiento a esta población en riesgo, así como crear planes de choque, que ataquen y terminen definitivamente la problemática en cuestión, prestar especial atención a niños y niñas del territorio wayuu y que estos sean tratados como población prioritaria a la hora de recibir ayuda. Por ultimo se hace un llamado, debido a la situación mundial respecto a la pandemia, a que el pueblo guajiro sea prioridad en procesos de ayuda solidaria para garantizar la sobrevivencia frente a los protocolos de aislamiento y cuarentena, así como prioridad en procesos de vacunación y control de la enfermedad.
CONCLUSIÓN:
El pueblo de la Guajira, en especial su zona norte ha tenido que vivir en un
desierto, abandonado, invisible ante los ojos del estado y ante aquellos que se dejan cegar por sus privilegios, han sido, durante años, las principales victimas de la negligencia del gobierno, de las promesas no cumplidas, de ser vistos solo cuando estamos en época de elecciones, una tierra que es explotada constantemente, pero que al momento de necesitar ayuda, no existe, un lugar de muerte, de tristeza, de hambre y de sed. La Guajira necesita ayuda, las comunidades Wayuu necesitan ayuda, necesitan ser reconocidos y mas ahora, en tiempos de pandemia, necesitan la ayuda del gobierno, de las entidades de protección civil, necesita que se hagan valer sus derechos y que la gente deje de morir. BIBLIOGRAFÍA:
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[En línea]. 22-oct.-2014. [citado 03-may.-2021]. Disponible en internet: https://www.nodoka.co/es/noticias/colombia-la-sequia-afecta-a-miles-de-personas- en-la-guajira#:~:text=La%20prolongada%20sequ%C3%ADa%20en%20el,de %20los%20medios%20de%20vida INFOBAE. Fuerte temporada de sequía en la Guajira afectó los reservorios de agua de los Wayuu. [En línea]. 10-mar.-2021. [citado 03-may.-2021]. Disponible en internet: https://www.infobae.com/america/colombia/2021/03/10/fuerte-temporada- de-sequia-en-la-guajira-afecto-los-reservorios-de-agua-de-los-wayuu/ MEJIA, Eliana. Entregan 280 mil sobres purificadores de agua en La Guajira. [En línea]. 14-abr.-2021. [citado 03-may.-2021]. Disponible en internet: https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/la-guajira-entregan-sobres- purificadores-de-agua-580961 MONSALVE, María. “Hay una relación entre nutrición y cambio climático”. [En línea]. 18-ene.-2017. [citado 03-may.-2021]. Disponible en internet: https://www.elespectador.com/ambiente/hay-una-relacion-entre-nutricion-y- cambio-climatico-article-675361/ PLATA, Carolina. Con un s.m.s. se atiende el SOS de los niños de La Guajira. [En línea]. 22-abr.-2019. [citado 03-may.-2021]. Disponible en internet: https://www.unicef.org/colombia/comunicados-prensa/con-un-sms-se-atiende-el- sos-de-los-ninos-de-la-guajira#:~:text=Bogot%C3%A1%2C%2022%20de%20abril %20de,100.000%20menores%20de%205%20a%C3%B1os. QUINTERO, Daniela. “Sentimos que se nos juntaron todos los problemas”, el grito wayuu por el agua ante la pandemia. [En línea]. 08-abr.-2020. [citado 03-may.- 2021]. Disponible en internet: https://www.elespectador.com/coronavirus/sentimos- que-se-nos-juntaron-todos-los-problemas-el-grito-wayuu-por-el-agua-ante-la- pandemia-articulo-913748/ RINCON, Diana. La Guajira pagó $650.000 millones por una represa que no le da agua. [En línea]. 15-dic.-2017. [citado 03-may.-2021]. Disponible en internet: https://www.eltiempo.com/justicia/servicios/la-guajira-pago-650-000-millones-de- pesos-por-una-represa-que-no-le-da-agua-162286