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Artículo estándar
J Vet Intern Med2018;32:172–180

Colangitis y colangiohepatitis en perros: un estudio descriptivo de

54 Casos Basados en Diagnóstico Histopatológico (2004–2014)
JL Harrison, BJ Turek, DC Brown, C. Bradley y J. Callahan Clark

Antecedentes:La colangitis en perros parece ser más común de lo que se pensaba, pero la comprensión de la enfermedad sigue siendo
incompleta.
Objetivo:Describir una población de perros con colangitis o colangiohepatitis. animales:
Cincuenta y cuatro perros propiedad de clientes con colangitis o colangiohepatitis.
Métodos:Los registros médicos de perros con colangitis o colangiohepatitis confirmados por histopatología entre enero de 2004 y diciembre de 2014
se identificaron mediante una búsqueda basada en computadora y se revisaron retrospectivamente.
Resultados:Los signos clínicos incluyeron vómitos (72,2 %), letargo (70,4 %) e inapetencia (64,8 %). La mayoría de los perros (49/50) tenían actividades
de enzimas hepáticas aumentadas, hiperbilirrubinemia (32/50) e hipercolesterolemia (24/43). Se observaron anomalías ultrasonográficas del sistema
hepatobiliar en el 84% de los casos. En la histopatología, 53 de 54 perros afectados tenían colangitis neutrofílica (CN) o colangiohepatitis, mientras que 1
perro tenía colangitis linfocítica. La mayoría de los casos (42/54) fueron crónicos. La evidencia de enfermedad biliar concurrente (46,2%) y obstrucción del
tracto biliar (42,6%) fue común. Diecisiete de 36 cultivos biliares y 11 de 25 cultivos hepáticos fueron positivos para crecimiento bacteriano;Escherichia coli
yEnterococcus spp.eran los más comunes. La mediana de supervivencia de los pacientes fue de 671 días (intervalo de confianza [IC] del 95 %: 114–1426).
En la regresión de Cox, los perros a los que no se les realizó una colecistectomía tenían un riesgo de muerte 2.1 mayor (PAG =0,037; IC del 95 %: 1,0–4,3)
en comparación con perros colecistectomizados. Los perros mayores de 13 años tenían un riesgo de muerte 5,0 mayor (PAG =0,001; IC del 95 %: 1,9–13,2)
en comparación con perros más jóvenes.
Conclusiones y significado clínico:La CN crónica o colangiohepatitis fue la más común. La colecistitis y la obstrucción del tracto biliar a
menudo ocurrieron junto con la colangitis. Los perros colecistectomizados tenían un menor riesgo de muerte; por lo tanto, la colecistectomía
puede mejorar el resultado del paciente.
Palabras clave:Biopsia; Cultura; Vesícula biliar; Hígado.

T La incidencia de colangitis en perros parece ser más

común de lo que se pensaba.1,2A diferencia de la
colangitis en gatos, los hallazgos clínicos, el diagnóstico y
Abreviaturas:
WSAVA Colangitis neutrofílica de la Asociación Mundial de
el tratamiento de la colangitis en perros no están bien CAROLINA DEL NORTE Veterinarios de Pequeños Animales

documentados.3–5La Asociación Mundial de Veterinarios LC colangitis linfocítica

de Pequeños Animales (WSAVA) estableció pautas para el Dakota del Sur desviación estándar
diagnóstico clínico e histológico de la enfermedad CBC hemograma completo
hepática canina y felina y clasificó la colangitis en 4 HCT hematocrito

grupos: colangitis neutrofílica (NC), colangitis linfocítica Rhode Island intervalo de referencia

(LC), colangitis destructiva y colangitis crónica asociada CI intervalo de confianza

con infestación por trematodos hepáticos.6En este

esquema de clasificación, el término colangitis se usa con
preferencia a colangiohepatitis porque la afectación del
Del Departamento de Estudios Clínicos, (Harrison, Brown, Callahan
Clark); y el Departamento de Patobiología, Escuela de Medicina
Veterinaria, Universidad de Pensilvania, Filadelfia, PA (Turek, Bradley).
Direcciones actuales: Antech Diagnostics, Irvine, CA (Turek);
Elanco, Indianápolis, IN (marrón); Tufts Veterinary Emergency
Treatment and Specialties, Walpole, MA (Callahan Clark).
Este trabajo se llevó a cabo en la Escuela de Medicina Veterinaria de
la Universidad de Pensilvania.
Este estudio no fue apoyado por una subvención.
Autor para correspondencia: JL Harrison, Facultad de Medicina Veterinaria de
la Universidad de Pensilvania, 3900 Delancey Street, PA 19104; correo electrónico:
jenn.harrisn@gmail.com.
Presentado el 9 de abril de 2017; Revisado el 10 de agosto de 2017; Aceptado el 11 de
octubre de 2017.
Derechos de autor©2017 Los Autores. Revista de Medicina Interna
Veterinaria publicada por Wiley Periodicals, Inc. en nombre del Colegio
Americano de Medicina Interna Veterinaria.
Este es un artículo de acceso abierto bajo los términos de Creative
Commons Attribution-NonCommercial License, que permite el uso, la
distribución y la reproducción en cualquier medio, siempre que se cite
correctamente el trabajo original y no se utilice con fines comerciales.
DOI: 10.1111/jvim.14866
el parénquima hepático no es una característica constante
y, si está presente, suele ser una extensión de la colangitis
primaria. También se ha descrito colecistitis neutrofílica,
asociada a infección bacteriana,6y puede ocurrir en
combinación con NC o como un proceso solitario.1,7–9
Recientemente, se han publicado informes que
caracterizan el tratamiento y el resultado de la colecistitis
neutrofílica.7,8,10Sin embargo, la patogenia y la relación
entre la CN y la colecistitis siguen sin estar claras.
Antes de la publicación de las pautas de WSAVA, existían
pocos informes de casos de colangitis en perros, incluida una
serie de casos que describía 4 perros con colangitis.8,11–13La
histopatología describió poblaciones mixtas de células
inflamatorias, con predominio de neutrófilos.8,11–13
Según las pautas de WSAVA, los hallazgos son más
consistentes con NC.6Escherichia coliyenterococo las especies
se aislaron más comúnmente de cultivos de bilis e hígado.8,11–
13Pocos informes de casos describen la colangitis destructiva
14–16en perros, pero hasta donde sabemos, no hay informes
que describan perros con LC o colangitis crónica (asociada a
trematodos).
Más recientemente, se han publicado estudios más amplios
que investigan colangitis, colecistitis y bactibilia en perros.
 Colangitis Canina/Colangiohepatitis
Un estudio retrospectivo reciente que evaluó a 27 perros con
colangitis bacteriana y NC encontró que estas enfermedades
ocurren con más frecuencia de lo que se pensaba.7Tanto la NC
como la colecistitis se observaron simultáneamente en la mayoría
de los casos, lo que sugiere un vínculo entre la colangitis
bacteriana y la enfermedad de la vesícula biliar. Una serie de
casos más pequeña informó la presencia de bactibilia y colecistitis
en perros con signos de enfermedad hepatobiliar inespecífica que
tenían lodo biliar inmóvil en el examen de ultrasonido.10Tanto los
casos manejados médicamente como los quirúrgicos tuvieron
buenos resultados.10En ambos informes, se identificaron
infecciones bacterianas resistentes.7,10Un tercer estudio de
citología y cultivo de bilis en gatos y perros con sospecha de
enfermedad hepatobiliar encontró que en el 30 % de los casos
caninos estaban involucrados agentes infecciosos.E. coli y
enterococolas especies fueron las más comunes, como en
informes anteriores.17Solo 4 de 6 perros tenían histopatología de
vesícula biliar que confirmaba un diagnóstico de colecistitis,
mientras que 3 perros tenían colangiohepatitis. Las
enfermedades concurrentes identificadas en perros con
inflamación o infección biliar incluyeron hepatopatías,
enfermedad pancreática y enfermedad inflamatoria intestinal.17
A pesar de estas adiciones recientes a la literatura, la
colangitis en perros sigue estando insuficientemente
caracterizada. Por lo tanto, el objetivo de nuestro estudio fue
describir una población de perros con colangitis o
colangiohepatitis confirmada por histopatología, en términos
de hallazgos clinicopatológicos, cultivo microbiano,
prevalencia de enfermedad concurrente y resultado general.
Los cambios histopatológicos se clasificaron de acuerdo con
las pautas de WSAVA y se observaron la gravedad y la
evidencia de obstrucción, infección o ambas.
Materiales y métodos
Se realizaron búsquedas en la base de datos del servicio de biopsias
quirúrgicas de la institución de los investigadores desde el 1 de enero de
2004 hasta el 31 de diciembre de 2014 en busca de perros con un
diagnóstico histopatológico de colangitis o colangiohepatitis. Cincuenta y
cuatro casos cumplieron los criterios de inclusión. Se excluyeron los casos
con historias clínicas incompletas. Todos los portaobjetos archivados
teñidos con hematoxilina y eosina fueron revisados por un patólogo
veterinario certificado por la junta y un residente de patología y se
clasificaron de acuerdo con las pautas de WSAVA.6La colangitis se definió
como un infiltrado inflamatorio confinado a la región portal del hígado con
infiltración en el epitelio del conducto biliar o dentro de la luz ductal. La
colangiohepatitis se diagnosticó en casos en los que la colangitis, como se
describió anteriormente, se extendía más allá de la placa limitante hacia la
región periportal adyacente. La gravedad de la inflamación se definió como
el número aproximado de capas de células inflamatorias dentro de la
región portal, entre el conducto biliar y la placa limitante: leve = 1-2,
moderada = 3-5 y grave >5. Para identificar la cronicidad se utilizaron
características que incluían la presencia y extensión de fibrosis o fibroplasia,
hiperplasia del conducto biliar y composición celular de la infiltración
inflamatoria. Se utilizó una tinción tricrómica de Masson para identificar la
presencia de tejido conectivo fibroso.18También se realizó un método de
tinción con ácido rubeánico para evaluar la acumulación de cobre
hepatocelular.
Se registraron los resultados de los cultivos de bilis o hígado o ambos
recogidos dentro de la misma hospitalización que la biopsia hepática. La
citología biliar no se realizó en la mayoría de los casos y por lo tanto no se
describió en esta población. Para los cultivos aerobios, las muestras de bilis
se sembraron directamente en agar sangre, agar MacConkey y
173
Agar columbia colistina-ácido nalidíxico y enriquecido en tioglicolato.a
El tejido hepático se maceró mediante una técnica aséptica antes de la
inoculación en caldo de tioglicolato. Los medios se incubaron a 37°C y se
evaluó el crecimiento a las 24 y 48 horas. Se realizaron subcultivos
posteriores según fue necesario para obtener cultivos puros para la
identificación y las pruebas de susceptibilidad realizadas utilizando paneles
apropiados con un sistema automatizado comercial.bEl cultivo anaeróbico
se realizó con el sistema anaeropackCde acuerdo con las pautas del
fabricante. El tejido y la bilis se incubaron en tioglicolato suplementado con
hemina y vitamina K.aLos cultivos se incubaron a 37°C durante 5 días y
subcultivo realizado en agar de alcohol feniletílico de sangre anaeróbica y
Brucella.aLa identificación se realizó con un kit comercialmente disponible.d
Las bacterias multirresistentes se denominaron así en base a la directriz
holandesa para prevenir la transmisión nosocomial de organismos
altamente resistentes.19TodosEstafilococoespecies exceptoStaphylococcus
pseudintermediusse consideraron posibles contaminantes.
Se revisaron las historias clínicas y se registraron la señalización, los signos
clínicos, los hallazgos del examen físico y las comorbilidades conocidas. Se
registraron los resultados del hemograma completo (CBC), el perfil bioquímico del
suero y los hallazgos del examen de ultrasonido abdominal en el momento de la
presentación inicial cuando estaban disponibles. Los hallazgos del examen de
ultrasonido abdominal se registraron si fueron realizados por, o bajo la
supervisión de, un radiólogo certificado por la junta en el momento de la
presentación inicial del paciente.
Se revisaron las historias clínicas y los informes quirúrgicos para documentar
la realización de la colecistectomía y la evidencia de colelitiasis, obstrucción biliar o
ambas. Se registraron los tratamientos utilizados, la duración de la
hospitalización, la supervivencia al alta y los tiempos de supervivencia global. La
fecha de la muerte se determinó a partir de una combinación de registros
médicos y comunicación telefónica del propietario.
Se calcularon estadísticas descriptivas para todos los perros. Para cada variable
continua, se realizó una prueba de asimetría y curtosis para evaluar la normalidad
de los datos. Se informaron la media y la desviación estándar (DE) para las
variables con distribución normal, mientras que la mediana y el rango se
informaron para los datos con distribución no normal. Los datos categóricos se
presentan como frecuencias y porcentajes. El tiempo medio de supervivencia se
determinó mediante el uso del método de límite de producto de Kaplan-Meier. Se
utilizó el modelo de riesgos proporcionales de Cox para determinar qué variables
estaban asociadas con el tiempo de supervivencia global. La suposición de riesgos
proporcionales se probó utilizando residuos de Schoenfeld. Se investigaron las
interacciones bidireccionales entre los efectos principales. Las variables con <10%
de datos faltantes se consideraron en el modelo multivariante sipag <0,20 en
análisis univariado. La ausencia de factores de confusión se basó en una variable
que cambiaba los coeficientes del modelo en <15 %. Las variables se mantuvieron
en el modelo en base a una estadística significativa enpag <0.05. Todos los análisis
se realizaron en Stata versión 13.mi
Resultados
Muestra de población y datos clínicos
Cincuenta y cuatro perros cumplieron los criterios de
inclusión especificados. La edad media en el momento de la
presentación fue de 9,72 años (DE 3,0) con una mediana de
peso de 10,8 kg (rango, 1,6-50,5 kg). La población incluía 31
hembras esterilizadas (57,4%), 18 machos castrados (33,3%), 3
hembras intactas (5,6%) y 2 machos intactos (3,7%). Las razas
más comunes incluyeron razas mixtas (10), cocker spaniel (5),
bichón frisé (4), labrador retriever (3), pomerania (3),
Dachshund miniatura (2), carlino (2), golden retriever (2), y
airedale terriers (2). La mediana de duración de los signos
clínicos fue de 3 días (rango, 0-56 días) y los signos de
presentación más comunes incluyen
174 Harrison et al.

vómitos (39/54, 72,2%), letargo (38/54, 70,4%), inapetencia Resultados del cultivo bacteriano
(35/54, 64,8%) y diarrea (17/54, 31,5%). Los hallazgos del
A la mayoría de los perros (45/54, 83,3 %) se les realizaron
examen físico en la presentación incluyeron aumento de
cultivos bacterianos, ya sea durante la cirugía (43/45, 95,6 %) o
la temperatura corporal (> 103°F, 16/54, 29,6 %),
mediante colecistocentesis percutánea guiada por ultrasonido
embotamiento mental (14/54, 25,9 %), ictericia (14/54,
(2/45, 4,4 %). Se realizaron cultivos de bilis en 36 de 45 ( 80,0 %)
25,9 %), dolor abdominal (12/54, 22,2 %), hepatomegalia
perros con 33 de 36 (91,7 %) con cultivos anaeróbicos y aeróbicos
(6/54, 11,1 % ), y ascitis (2/54, 3,7%).
y 3 de 36 (8,3 %) con cultivos aeróbicos solamente. Se realizaron
Se informó una amplia gama de enfermedades
cultivos hepáticos en 25 de 45 (55,6 %) perros, en los que se
concurrentes en el momento de la presentación, incluida la
obtuvieron cultivos tanto anaeróbicos como aeróbicos de todos
osteoartritis (6/54, 11,1 %), diabetes mellitus (5/54, 9,3 %),
menos 1 perro. La mayoría de los cultivos de bilis e hígado fueron
epilepsia idiopática (5/54, 9,3 %), enfermedad alérgica de la
negativos para el crecimiento bacteriano. A quince perros se les
piel ( 4/54, 7,4 %), pancreatitis (3/54, 5,6 %), hipotiroidismo
realizaron cultivos aeróbicos y anaeróbicos simultáneos de
(3/54, 5,6 %) y cálculos urinarios (3/54, 5,6 %).
hígado y vesícula biliar. De ellos, 11 de 15 (73,3%) tuvieron
resultados concordantes; en 4 casos, los resultados de los cultivos
Descubrimientos de laboratorio
de bilis y de hígado difirieron. En 3 casos, la bilis desarrolló una
La mayoría de los pacientes (49/50) tenían actividades de bacteria o bacterias adicionales que no se cultivaron del hígado.
enzimas hepáticas aumentadas, a menudo en combinación con En 1 caso, el cultivo de hígado fue negativo. En otro caso, el
hipercolesterolemia e hiperbilirrubinemia en la presentación cultivo de bilis fue negativo y el hígado crecióE. coli.Cuarenta y
(Tabla 1). No se observaron aumentos en las actividades de las dos de 45 perros (93,3 %) cultivados habían sido tratados con
enzimas hepáticas en 1 perro diagnosticado con NC aguda leve y antibióticos en algún momento antes o en el momento de la
hepatitis centrolobulillar de mínima a leve (consulte la recolección de la muestra (incluidos los antibióticos
histopatología a continuación). Se realizó un CBC en 48 de 54 perioperatorios), y 30 de 42 (71,4 %) fueron tratados con
pacientes en la presentación. La leucocitosis estuvo presente en antibióticos durante al menos 1 día. antes de la toma de
16 de 48 (33,3%) y se observaron neutrófilos en banda en 16 de muestras. Los antibióticos se iniciaron perioperatoriamente en 12
48 (33,3%). Se identificó anemia (hematocrito [HCT] <41 %) en 21 de 42 (28,6%) casos. De los 3 perros que no recibieron
de 48 (43,8 %) (mediana de HCT, 41,2 %; rango, 15–54 %; intervalo tratamiento antibiótico antes o durante la toma de muestras, a
de referencia [IR], 40,3–60,3 %). todos se les realizaron cultivos de hígado solamente y 2 fueron
positivos para crecimiento bacteriano mientras que el tercero fue
negativo.
Hallazgos de ultrasonido abdominal
Escherichiayenterococospp fueron los aislamientos más
Un radiólogo certificado por la junta o un residente bajo la comunes (Cuadro 3). De los cultivos de bilis, 5 de 36 (13,9
supervisión de un radiólogo certificado por la junta realizó un %) desarrollaron poblaciones bacterianas mixtas y 3 de 5
examen de ultrasonido abdominal completo en 43 de 54 (26,6 %) incluyeronenterococospp. yE. coli.De los cultivos
(79,6%) pacientes, mientras que un examen de ultrasonido de hígado, en 1 de 25 (4,0 %) crecieron múltiples especies
hepatobiliar focal se realizó en 2 de 54 (3,7%). ) pacientes en bacterianas, que incluían unaenterococospp. y
la presentación (Tabla 2). Las anomalías del hígado y la E. coli.
vesícula biliar estaban presentes en 38 de 45 (84,4 %) y se En tres perros que recibieron tratamiento antimicrobiano
observó ascitis en 21 de 43 (48,8 %) de los pacientes. Las de 1 a 4 días de duración se cultivaron bacterias
anomalías pancreáticas y gastrointestinales estuvieron multirresistentes, todosE. coli,con 1 aislado de un cultivo de
presentes en 16 de 43 (37,2%). hígado, 1 de un cultivo de bilis y el tercero de un cultivo de
hígado y bilis. Un solo resistente a la meticilina
Tabla 1.Actividad de las enzimas hepáticas séricas y
concentraciones totales de bilirrubina y colesterol. Tabla 2.Alteraciones ultrasonográficas hepatobiliares,
gastrointestinales y pancreáticas.
Referencia
Intervalo % arriba Anomalía # de perros y %
Parámetro (RHODE ISLAND) Mediana Rango Rhode Island
hígado hiperecoico 14/45 (31,1)
alternativa 16–91 U/L 596 25–3254 87.8 Hígado de ecogenicidad mixta 14/45 (31,1)
(n = 49) Agrandamiento del hígado 16/45 (35,6)
AST 23–65 U/L 162 38–1123 79.3 Aumento del sedimento de la vesícula 27/45 (60,0)
(n = 39) biliar Vesícula biliar distendida 24/45 (53,3)
MONTAÑA 20–155 U/L 1.506,6 59–8,103 97,9 Conductos biliares dilatados 24/45 (53,3)
(n = 48) Evidencia de inflamación pancreática 13/43 (30,2)
GGT 7–24 U/L 33 0–392 51.7 Evidencia de enteritisa 6/43 (14,0)
(n = 29) Engrosamiento de la pared 5/43 (11,6)
Tiflis 0,1–0,5 mg/dl 2.5 0,1–81 64.0 gástrica Íleo 4/43 (9.3)
(n = 50)
CHOL 128–317 mg/dL 339 114–1402 55,8 Resumen de los datos ecográficos hepatobiliares, gastrointestinales y
(n = 43) pancreáticos de 45 de 54 casos a los que se les realizaron ecografías
abdominales en el momento de la presentación.
Resumen de los datos bioquímicos disponibles en la presentación para los 54 aLa enteritis, según lo informado por el ecografista, se refiere predominantemente al
casos. engrosamiento de la pared del intestino delgado.
 Colangitis Canina/Colangiohepatitis 175

Tabla 3. Resultados del cultivo hepatobiliar.

Resultado de cultivo Hígado (n = 25) bilis (n = 36)

Negativo 14 19
Escherichia coli 6 10
Enterococcus faecium 3 4
enterococo faecalis 1 2
Enterococcus raffinosus 0 1
Enterococcus durans/hirae 1 0
Citrobacter freundii 0 2
Clostridium sordelli 0 1
Klebsiella pneumoniae 0 1
Proteus mirabilis 0 1
Staphylococcus pseudintermedius 1 1

Resumen de cultivos bacterianos en 45 de 54 casos.

S. pseudointermediose aisló del hígado, y ese perro solo Figura 1.Histopatología hepática: colangiohepatitis. Colangiohepatitis
había recibido antibióticos perioperatorios en el momento de neutrofílica severa con inflamación que se extiende desde la región
la toma de la biopsia y el cultivo. portal más allá de la placa limitante hacia el parénquima periportal.
Tinción de hematoxilina y eosina (H&E).

Histopatología hepática y vesicular

En la histopatología hepática se observó CN o
colangiohepatitis en la mayoría de los casos (53/54,
98,1%), con un solo caso de CP (1/54, 1,9%). La mayoría de
los casos se clasificaron como colangitis (45/54, 83,3 %) en
lugar de colangiohepatitis (9/54, 16,7 %; Fig. 1). La
gravedad de la inflamación varió y la mayoría se clasificó
como leve (23/54, 42,6 %), mientras que 20 de 54 (37,0 %)
fueron moderadas y 11 de 54 (20,4 %) fueron graves. La
mayoría de los casos tenían evidencia de cronicidad
(42/54, 77,8%; Fig. 2) con 12 de 54 (22,2%) casos
categorizados como agudos. La mayoría de los casos
tenían algún grado de fibrosis predominantemente portal
(46/54, 85,2 %) y 23 de 54 (42,6 %) tenían evidencia de
obstrucción biliar intrahepática en la histopatología con
fibrosis periductular concéntrica (Fig. 3). La extensión de
la fibrosis a menudo fue de leve a moderada (19/54 y
17/54, respectivamente). Seis casos tenían fibrosis severa,
Figura 2.Hígado Histopatología—Crónica Colangitis. Severo
La tinción con ácido rubeánico para cobre identificó
colangitis neutrofílica crónica. Tinción de hematoxilina y eosina (H&E).
acumulación hepatocelular de cobre en 3 casos. En estos
casos no se identificó inflamación hepatocelular asociada. No
se realizó la cuantificación de cobre por espectrometría de
masas. Las comorbilidades en estos casos incluyeron diabetes histopatología Veinticinco perros tenían enfermedad de la
mellitus en 2 perros y neoplasia en 2 perros (adenoma vesícula biliar, incluida colecistitis (8/25, 32,0 %), infartos
hepatocelular distante del sitio de la biopsia diagnosticado (6/25, 24,0 %), mucocele (2/25, 8,0 %) y neoplasia (carcinoma
como colangitis y sarcoma esplénico pobremente neuroendocrino; 1/25, 4,0 %). ). Los 8 perros restantes de 25
diferenciado). (32,0 %) tenían múltiples enfermedades, incluidos mucoceles
Se observó hiperplasia de los conductos biliares en 43 de e infartos de vesícula biliar concurrentes (4/8, 50,0 %),
54 (79,6%) casos. Los principales cambios en el parénquima colecistitis y enteritis (2/8, 25,0 %), infarto de vesícula biliar y
hepático se observaron como lipogranulomas, granulomas ruptura (1/8, 12,5 %). %), y colecistitis y rotura (1/8, 12,5%).
pigmentarios o ambos (19/54, 35,2%), tumefacción y Cinco perros tenían enfermedad gastrointestinal sola,
aclaramiento hepatocelular compatible con acumulación de incluida enteritis (2/5, 40,0 %), neoplasia gástrica (2/5, 40,0 %)
glucógeno (8/54, 14,8%), lipidosis hepática (8/54, 14,8%). %), y gastritis (1/5, 20,0 %).
hematopoyesis extramedular (7/54, 13,0 %), neoplasia (3/54,
5,6 %) e inflamación hepática concurrente (hepatitis
Intervención Médica y Quirúrgica
centrolobulillar; 1/54, 1,9 %).
Treinta y un perros (57,4 %) tenían biopsias de vesícula biliar La mayoría de los perros (47/54, 87,0 %) tenían biopsias de
simultáneas, biopsias gastrointestinales o ambas recolectadas hígado obtenidas por laparotomía, mientras que 5 de 54 (9,3
con enfermedad documentada en 30 de 31 (96,8 %) en %) tenían biopsias con aguja guiadas por ultrasonido
176
Fig. 3.Histopatología hepática: fibrosis grave. Colangitis neutrofílica
crónica moderada con fibrosis severa. Tinción de tricomas de Masson.
y el resto (2/54, 3,7%) tenía biopsias hepáticas recogidas
por laparoscopia. Los motivos para la biopsia o la cirugía
incluyeron sospecha de enfermedad hepática primaria
(14/54, 25,9 %), sospecha ultrasonográfica de obstrucción
biliar, ruptura o ambas (32/54, 59,3 %), preocupación por
neoplasia (5/54, 11,1 %) o una anomalía incidental
identificada durante la cirugía exploratoria (3/54, 5,6%). En
cinco de los 47 casos (10,6%) se realizó laparotomía y
biopsia hepática por motivos distintos a la enfermedad
hepatobiliar. Estos incluyeron hígados muy anormales en
casos con material extraño gastrointestinal (1), piometra
(1), masa duodenal pilórica con una masa hepática mal
definida (1) y 2 casos con masas esplénicas con sospecha
de metástasis hepática. Se notó una obstrucción biliar
durante la laparotomía en poco más de la mitad de los
casos (27/47, 57,4%) y 9 de 27 (33,3%) tuvieron
Figura 4.Histopatología hepática: colangitis neutrofílica grave.
Colangitis neutrofílica severa y colangiohepatitis focal con fibrosis
moderada. Obsérvese la fibrosis concéntrica periductal indicativa de
enfermedad biliar obstructiva. Tinción tricrómica de Masson.
Harrison et al.
colelitos obstructivos (Fig. 4). Un caso adicional tenía un
colelito no obstructivo.
Treinta de los 47 casos (63,8%) que se sometieron a
laparotomía tuvieron colecistectomía realizada, incluidos 21
de 27 (77,8%) casos de obstrucción del conducto biliar. El
resto de los casos obstruidos se sometieron a la colocación de
un stent biliar (4/6, 66,7 %), coledocolitotomía (1/6, 16,7 %) o
colocación de un stent colédoco después de la extracción de
un coledocolito (1/6, 16,7 %).
Se utilizó una variedad de antibióticos en diferentes dosis y
duraciones. Antes de la biopsia, la mediana de duración de la
administración de antibióticos fue de 1 día (rango, 0-49 días)
con 4 perros que recibieron antibióticos durante un tiempo
desconocido. La mayoría de los perros fueron tratados con≥1
de los siguientes antibióticos: metronidazol (34/54, 63,0%),
enrofloxacina (30/54, 55,6%), ampicilina (25/54, 46,3%),
Figura 5.Estimación de supervivencia de Kaplan-Meier para perros con colangitis.
El tiempo medio de supervivencia fue de 671 para los 54 perros incluidos en el
estudio. Cada marca a lo largo de la curva de supervivencia representa el último
punto en el que se sabía que un perro que se perdió durante el seguimiento
estaba vivo (es decir, censurado).
Figura 6.Curvas de supervivencia basadas en la regresión de riesgos proporcionales de
Cox. La edad del perro y el tratamiento quirúrgico con colecistectomía se asociaron
significativamente con la supervivencia. Los perros <13 años y los perros que se
sometieron a una colecistectomía tuvieron una mejor supervivencia en comparación con
los perros mayores o a los que no se les extirpó quirúrgicamente la vesícula biliar.
 Colangitis Canina/Colangiohepatitis
trihidrato de amoxicilina/clavulánico potásico (16/54, 29,7
%) y amoxicilina (6/54, 11,1 %). Otros antibióticos
administrados incluyeron doxiciclina, cefpodoxima
proxetilo, clindamicina, cefazolina, marbofloxacina,
cefoxitina, meropenem, amikacina, cloranfenicol,
cefotaxima y cefovecina.
La mitad de los casos fueron tratados con medicamentos
de soporte hepático (27/54, 50,0 %), incluidos ursodiol (22/54,
40,7 %), DenosylF(12/54, 22,2%), Denamaringramo(5/54,
9,3%), y Marính(4/54, 7,4 %) y la mayoría de los perros
recibieron algunos de estos productos en combinación. Los
tratamientos nutracéuticos adicionales incluyeron cardo
mariano, vitamina E y Hepatosupport.iSe iniciaron
medicamentos de soporte hepático antes de la biopsia en 14
de 27 (51,9 %) perros y el resto recibió medicamentos de
soporte hepático después de la biopsia. Solo 9 de 54 (16,7 %)
pacientes recibieron tratamiento con corticosteroides,
incluida prednisona (4/54, 7,4 %), dexametasona (4/54, 7,4 %)
o budesonida (1/54, 1,9 %).
Sobrevivencia promedio
Cuarenta y cuatro de 54 casos (81,5%) fueron dados de alta del
hospital. La mediana de tiempo hasta el alta fue de 4 días (rango,
1-10 días). Nueve de los 10 perros (90,0 %) que no sobrevivieron al
alta tuvieron complicaciones posoperatorias, mientras que el
perro restante fue sacrificado inmediatamente después de una
biopsia hepática con aguja debido a una hemorragia grave. De los
10 perros que no sobrevivieron al alta, 2 fueron llevados a cirugía
por enfermedades no relacionadas. Un perro tenía anemia
hemolítica inmunomediada y trombosis esplénica, mientras que
el otro tenía una masa pilórica y duodenal. Las complicaciones
posoperatorias variaron e incluyeron lesión renal aguda,
pancreatitis y neumonía. En 1 caso, el paciente fue
persistentemente mentalmente inapropiado y doloroso después
de la operación.
Al 1 de diciembre de 2015, 8 de 45 (17,8 %) pacientes seguían
vivos, mientras que 28 de 45 (62,2 %) habían muerto y 9 de 37 se
perdieron durante el seguimiento. La mediana de supervivencia
de los pacientes fue de 671 días (IC del 95 %: 114–1426; Fig. 5). El
modelo de riesgos proporcionales de Cox identificó 2 variables, la
edad y la realización de la colecistectomía que se asociaron
significativamente con el tiempo de supervivencia general.
Controlando por edad, los perros a los que no se les realizó una
colecistectomía tenían un riesgo de muerte 2.1 mayor (P =0,037;
IC del 95 %: 1,0–4,3) en comparación con los perros a los que se
les realizó una colecistectomía (Fig. 6). Además, al controlar la
colecistectomía, los perros≥13 años tenían un riesgo de muerte
5.0 mayor (PAG =0,001; IC del 95 %: 1,9–13,2) en comparación con
perros <13 años (Fig. 6).
Discusión
En esta población de perros con colangitis o colangiohepatitis
confirmada por biopsia, la mayoría tenía NC de acuerdo con las pautas de
WSAVA.6Un poco menos de la mitad (28/61) de los cultivos hepatobiliares
incluidos fueron positivos para el crecimiento bacteriano conE. coliy
enterococospp. cultivada con mayor frecuencia. La mayoría de los perros
tenían una enfermedad crónica identificada en la histopatología, así como
una enfermedad de la vesícula biliar concurrente. En general, la mediana de
supervivencia fue de 671 días. Supervivencia
177
se vio afectado negativamente por la falta de colecistectomía y la
edad> 13 años. Dado que la mayoría de los casos tenían NC y
enfermedad de la vesícula biliar asociada, a los perros con
sospecha de colangitis se les debe realizar un cultivo hepatobiliar
como parte de su evaluación diagnóstica. Además, nuestros
resultados proporcionan información pronóstica que puede
ayudar a orientar un tratamiento seguro y eficaz en casos
similares.
La colangitis en perros parece afectar en gran medida a perros
de mediana edad y tamaño mediano sin un claro predominio de
raza. Las mujeres pueden estar ligeramente sobrerrepresentadas
en comparación con los hombres, pero no se demostró
significación estadística en nuestro estudio ni en un estudio
anterior.7La duración de los signos clínicos fue variable, con un
rango de 0 a 56 días en nuestro estudio, lo que probablemente
refleja los diversos procesos de enfermedad concurrentes
encontrados en esta población. Se esperaría un inicio más agudo
en un perro con una infección bacteriana en comparación con un
proceso inflamatorio progresivo como la formación de un
mucocele, lo que puede explicar la mayor frecuencia de casos
agudos en el informe previo de perros con colangitis o colecistitis
bacteriana.7Como se informó anteriormente, los signos clínicos
de presentación más comunes incluyeron signos
gastrointestinales inespecíficos y letargo, mientras que las
anomalías más comunes en el examen físico fueron fiebre,
ictericia, embotamiento mental y dolor abdominal.7,8,11,12
La mayoría de los perros habían aumentado las actividades de las
enzimas hepáticas, identificándose con mayor frecuencia aumentos en
la actividad de la fosfatasa alcalina. La hiperbilirrubinemia estuvo
presente en el 64 % de los casos, que es ligeramente inferior al 77 %
notificado en un grupo de perros con enfermedad bacteriana del
tracto biliar.7Nuestros resultados reafirman que la presencia de
hiperbilirrubinemia en combinación con un leucograma inflamatorio,
fiebre o dolor abdominal aumenta la sospecha clínica de enfermedad
de la vía biliar. Al igual que en informes anteriores,7Las anormalidades
ultrasonográficas hepáticas y biliares fueron relativamente comunes
en nuestro estudio. La anormalidad más común encontrada fue un
aumento en el sedimento de la vesícula biliar, pero el sedimento no se
calificó retrospectivamente como en un informe anterior que encontró
que el lodo biliar inmóvil era tanto sensible como específico para la
bactibilia.10Se justifica una mayor investigación sobre la relevancia
clínica del aumento del sedimento de la vesícula biliar, idealmente de
manera prospectiva.
Varias enfermedades concurrentes estuvieron presentes en nuestra
población de estudio sin que ninguna enfermedad en particular
ocurriera con frecuencia. Previamente se ha demostrado una
asociación con hiperadrenocorticismo, hipotiroidismo y mucoceles
biliares.20En nuestro estudio no se identificó ningún vínculo entre el
hiperadrenocorticismo o el hipotiroidismo.
Se ha demostrado que la bilis es en gran medida estéril en perros sanos,
21pero en nuestro estudio, poco menos de la mitad de los cultivos de bilis e
hígado fueron positivos para el crecimiento bacteriano. Por lo tanto, según
nuestros datos, no está claro si la bactibilia es el principal desencadenante
de la NC en los perros. Aunque la mayoría de los casos de colangitis son
neutrofílicos, una proporción puede ser estéril, lo que enfatiza la necesidad
de cultivo para guiar el tratamiento. Las fuentes alternativas de incitación a
la colangitis pueden incluir enfermedades gastrointestinales o del tracto
biliar no infecciosas, como se observó en nuestra población de perros.
Desafortunadamente, la mayoría de los casos (42/45) estaban siendo
tratados con
178 Harrison et al.
antibióticos en el momento del cultivo bacteriano, lo que podría
haber dado lugar a un menor número de casos negativos para el
crecimiento bacteriano. Como alternativa, no se pueden descartar
resultados de cultivo falsos positivos dado que en la mayoría de
los casos no se realizó una citología biliar concurrente para
documentar una respuesta inflamatoria típica de una infección
clínicamente relevante.
En nuestro estudio no se identificó una mayor frecuencia
de cultivos de bilis positivos en comparación con los cultivos
de hígado.7,22Todos los cultivos de hígado se recolectaron
quirúrgicamente, lo que puede ser más sensible que los
cultivos de aspirados de hígado.22E. coli fue la especie
bacteriana más frecuentemente identificada en cultivos de
hígado y bilis conenterococoespecies (especialmente
Enterococcus faeciumyEnterococcus faecalis)visto con la
segunda frecuencia más alta, consistente con estudios
previos.7,8,10–13,22En general, los anaerobios solo se aislaron en
3 casos, todos los cuales se detectaron en la bilis. A diferencia
de los informes anteriores,Clostridiumsólo se identificó en un
único caso, yBacteroidesno estaba aislado.7,8,10,22El
aislamiento de bacterias gastrointestinales comunes respalda
el potencial de infección o translocación biliar ascendente.23
Enterococcus faeciumfue el predominanteenterococo
especies aisladas en nuestro estudio, en consonancia con una
serie previa de 2 casos.13Otro estudio reciente que evaluó
perros con colangitis bacteriana informóE. faecaliscomo el
más comúnenterococoespecies detectadas.7La prevalencia
ligeramente superior deE. faeciumes contrario al patrón
observado en las infecciones del tracto urinario en las que
E. faecalises lo más común,24y la relevancia clínica de esta
observación no está clara.enterococoespecies han mostrado una
mayor tasa de resistencia a los antimicrobianos. La mayor
incidencia deE. faeciumpuede surgir porque es una especie que
es especialmente conocida por su resistencia a los
antimicrobianos, pero esto no se apreció en nuestro estudio
actual.25Se identificaron comparativamente pocas bacterias
multirresistentes, todas las cuales fueronE. coli.7,8,10,13El número
relativamente menor de bacterias resistentes en comparación
con estudios anteriores puede deberse a las diferentes pautas
para la resistencia a los antimicrobianos seguidas por el
laboratorio de microbiología de la institución de estudio.19
La histopatología hepática identificó casi exclusivamente NC en
perros con solo 1 caso de LC. La mayoría de los informes previos
de colangitis en perros han descrito NC con descripciones raras
de colangitis destructiva, y no ha habido informes previos de LC
según las pautas actuales de WSAVA. Los cambios crónicos en la
histopatología fueron comunes (42/54) y el resto de los casos se
clasificaron como agudos. Este hallazgo difiere del único otro
estudio más grande sobre colangitis en perros que contiene
histopatología hepática y datos descriptivos de casos, que
informó una mayor incidencia de cambios histopatológicos
agudos (21/27).7La razón de esta diferencia no está clara, pero
puede reflejar los criterios de inclusión de casos con bactibilia en
lugar de un diagnóstico de colangitis. La gravedad de los cambios
histopatológicos también difirió entre nuestro estudio y el estudio
anterior, y nuestro estudio encontró que los cambios leves eran
los más comunes (23/54) seguidos de cambios moderados (17/54)
versus cambios moderados (14/26) seguidos de cambios leves
(23/54). 26/11) cambios en el estudio anterior.7El estudio anterior
no definió específicamente
directrices de gravedad, lo que dificulta la comparación
directa entre estudios.
La enfermedad de la vesícula biliar concurrente en nuestro estudio
y estudios previos sugiere la posibilidad de enfermedad de la vesícula
biliar como causa principal de colangitis intrahepática. En la mayoría
de los casos se realizaron biopsias de hígado debido a la preocupación
por enfermedades concurrentes, siendo la enfermedad de la vesícula
biliar la más común. La colecistitis estuvo presente en casi la mitad de
los casos en los que se realizaron biopsias de vesícula biliar. Los
infartos de vesícula biliar y los mucoceles también ocurrieron con
frecuencia con la colangitis. Debido a que la histopatología de la
vesícula biliar solo se realizó en perros que tenían colecistectomías, es
posible que la enfermedad colecística tuviera una prevalencia aún
mayor en nuestra población. Desafortunadamente, la naturaleza
retrospectiva de nuestro estudio dio como resultado una población de
muestra sesgada, lo que dificulta determinar la verdadera incidencia
de la enfermedad de la vesícula biliar concurrente. No está claro si la
colangitis intrahepática es un proceso patológico único (primario) o
principalmente una secuela, especialmente de la enfermedad de la
vesícula biliar en perros. Esta pregunta se abordaría mejor en un
estudio prospectivo.
Los perros con colangitis que se sometieron a colecistectomía
tuvieron un menor riesgo de muerte. Por lo tanto, realizar una
colecistectomía puede mejorar los resultados de los pacientes.
Estudios previos que evaluaron perros con enfermedad biliar que se
sometieron a colecistectomía informaron una mortalidad
perioperatoria que oscilaba entre 0 y 41 %.1,9,26–29Un estudio reciente
de 20 perros se centró en la colecistectomía laparoscópica por
enfermedad biliar no complicada y encontró una baja tasa de
complicaciones y ninguna muerte perioperatoria.29La cirugía biliar
complicada realizada debido a obstrucción del conducto biliar
extrahepático, inflamación biliar grave (colecistitis necrosante) o
ruptura del tracto biliar resultó en tasas de mortalidad perioperatoria
más altas que se correlacionaron con ciertos factores de riesgo,
incluida la hipotensión posoperatoria y las cirugías de derivación biliar
(21,7–41 %) en otros estudios.1,9,26–28Los pacientes que sobrevivieron
al postoperatorio inmediato tuvieron un excelente pronóstico.1,9,26–28
Por lo tanto, al determinar si un paciente debe someterse a una
colecistectomía, se deben considerar factores como la evidencia
de obstrucción biliar concurrente, así como la necesidad de
cirugía de derivación biliar al evaluar el riesgo general del
paciente. Debido a que el nuestro fue un estudio retrospectivo, el
sesgo puede haber seleccionado una población más saludable de
perros sometidos a colecistectomía, lo que en general llevó a la
percepción de un mejor resultado debido a la colecistectomía en
sí. Por lo tanto, se justifica la evaluación prospectiva de la
enfermedad hepatobiliar después de la colecistectomía.
Según nuestro estudio, la edad no parece ser un factor de riesgo
negativo para el resultado en pacientes con colangitis hasta la edad de
13 años. Esta información sería especialmente beneficiosa al
determinar el riesgo potencial para un paciente mayor antes de
considerar la colecistectomía. Antes de los 13 años, la edad en sí
misma no debería ser una contraindicación para la colecistectomía. Sin
embargo, también reconocemos la posibilidad de que la edad
avanzada en sí misma sea un factor de riesgo de muerte. Un estudio
retrospectivo que evaluó los factores de riesgo en perros sometidos a
cirugía biliar encontró que la edad es un factor de riesgo significativo
para la mortalidad perioperatoria, pero no se encontró una edad
particular para un mayor riesgo de muerte.
 Colangitis Canina/Colangiohepatitis
especificado.9Este riesgo no se ha demostrado consistentemente
en estudios previos.1,26–28
Nuestro estudio tuvo varias limitaciones, en gran
parte debido a su naturaleza retrospectiva. Este diseño
hizo que una parte de los casos se perdiera durante el
seguimiento, lo que impidió una evaluación completa
de los datos de supervivencia y limitó la evaluación de
la eficacia de diferentes tratamientos médicos. Debido
a que algunos casos fueron inicialmente evaluados en
un hospital de atención primaria o tenían exámenes de
ultrasonido realizados por radiólogos no certificados
por la junta, algunos conjuntos de datos estaban
incompletos, lo que limitó el análisis de datos
multivariados en varias variables. El diseño
retrospectivo también podría resultar en información
faltante, como una lista completa de condiciones
sistémicas concurrentes. Idealmente,
Nuestro estudio describió la colangitis o colangiohepatitis en
perros en términos de datos clinicopatológicos, hallazgos de
ultrasonido abdominal, cultivos bacterianos, hallazgos
quirúrgicos, histopatología y resultado general. La NC crónica o
colangiohepatitis es el tipo más común de colangitis en perros. El
aumento de las actividades de las enzimas hepáticas, así como las
anomalías ultrasonográficas biliares y hepáticas fueron
frecuentes. A pesar de los antibióticos previos en la mayoría de
los casos, casi la mitad de los cultivos adquiridos fueron positivos,
más frecuentemente paraE. coliyenterococospp. La enfermedad
de la vesícula biliar, específicamente la colecistitis y la obstrucción
del tracto biliar, ocurrieron a menudo junto con la colangitis. Los
perros con colangitis mayores de 13 años pueden tener un mayor
riesgo de muerte. Los perros con colangitis y enfermedad
colecística que se sometieron a colecistectomía tuvieron un
menor riesgo de muerte, por lo que la colecistectomía puede
mejorar el resultado del paciente. Se necesitan estudios
prospectivos para evaluar más a fondo si la colangitis
intrahepática canina es un proceso patológico primario o una
secuela de la enfermedad biliar ascendente.
notas al pie
aRemel, Lenexa, Kansas
bSistema MicroScan Walkaway 40s con paneles PC20 y NC31,
Brea, California
CMitsubishi Gas Chemical Company, Nueva York, NY
dKit de prueba RapID ANA II, Lenexa, KS
miStataCorp, College Station, Texas
FS-adenosilmetionina, Nutramax, Lancaster, SC
gramoS-adenosilmetionina y silibina, Nutramax, Lancaster, SC
hSilbin y vitamina E, Nutramax, Lancaster, SC
iRx Vitamins Inc., Elmsford, Nueva York
Expresiones de gratitud
Los autores agradecen a Stephen Cole de la Universidad de
Pensilvania por brindar asistencia con la interpretación de los
resultados del cultivo microbiano.
179
Declaración de conflicto de intereses:Los autores declaran no tener
conflicto de intereses.
Declaración antimicrobiana fuera de etiqueta:Los autores declaran no
usar antimicrobianos fuera de etiqueta.
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