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El caso Vincent Lambert

Muerte digna: en Argentina la ley permite


acceder a una “eutanasia pasiva”
Dos expertos, uno legal y otro médico, cuentan cómo
cambió el tratamiento de pacientes desde la sanción de
la ley

El caso del francés Vincent Lambert, en coma desde hace 11 años, reabrió en el mundo el
debate por la muerte digna. En nuestro país, está contemplada por ley desde mayo de
2012, a partir del caso de Camila López, quien estuvo más de dos años en la sala de
cuidados paliativos de un hospital, internada en estado vegetativo.
¿Qué cambio con esta norma? "Hoy hay personas que respiran, que les late el corazón...
Están vivas. Pero la ley permite que a esas personas se les extraigan los órganos para
trasplantárselos a otras personas. ¿Por qué? Porque su cerebro ya no da más señales, hay
muerte cerebral", grafica Marcos Córdoba, titular de Derecho Civil de la Universidad de
Buenos Aires (UBA). "Hasta hace unos años a nadie se le hubiera ocurrido sacarle los
órganos a gente que le latía el corazón”.
"En la Argentina existe el término técnico ortotanasia, que es lo que se conoce como la
eutanasia pasiva; es decir, no sostener a un paciente a una prolongación de su vida
médicamente inútil", explica Córdoba. "En otras palabras es algo así como 'no te mato,
pero te dejo morir, sin acelerar nada'", grafica el letrado, que subraya que "en la Argentina
no existe la eutanasia activa o directa”.
Córdoba se refiere a no someter al paciente a la extensión de un estado de vida
innecesario. "Por más que se le hagan tratamientos al paciente, por más medicación y
cirugías, ya no habrá ningún tipo de mejorías. Es en estos casos cuando se aplica la Ley
26.742 de Muerte Digna".
¿Para qué sirve la muerte digna? "Para proteger al individuo de perder sus valores
mínimos de dignidad, pero también está relacionada para que el individuo, en caso de
muerte, sea útil para la sociedad, para otro, a través de la ley 27.447 de Donación de
Órganos".
La muerte digna, u ortotanasia, tiene una relación o vínculo directo con la autonomía de la
voluntad del paciente. "El mismo paciente, en estado de lucidez, pero sabiendo que posee
una enfermedad terminal e irreversible, puede decidir ordenar al médico que lo deje de
atender, hasta que deje de alimentarlo e hidratarlo”.
Agrega el especialista que además está la figura de "directivas anticipadas", que es cuando
se deja por escrito y ante escribano y dos testigos, que uno prescinde de cualquier tipo de
tratamiento invasivo, conocido como encarnizamiento médico. Córdoba afirma que
también está lo que se conoce como 'voluntad informada', que es cuando el médico le
tiene que detallar al paciente los pasos del tratamiento a seguir con los probables
resultados, y es allí cuando el paciente puede pedir no ser sometido a tratamientos
inadecuados y pedir la muerte digna".
"Pero hay muchos casos en que los enfermos no están lúcidos ni en condiciones de dar
directivas, entonces la ley dice quiénes de su entorno pueden dar esa autorización que
habría brindado el enfermo si estuviera consciente", expresa Córdoba, que es decano de
la Universidad Abierta Interamericana (UAI). "Cónyuges después de tres años de
convivencia; si no hay cónyuge, la orden la pueden dar hijos mayores de edad; sino,
nietos, hermanos y parientes afines".
En conclusión, para Córdoba la Ley de Muerte Digna se basa en dos aspectos clave: "que el
tratamiento médico que se efectúe no tenga posibilidad de recuperación, o que produzca
un sufrimiento desmesurado en un paciente que, en todo su derecho, puede rechazar".
Para Jorge Duraume, especialista en medicina paliativa del Sanatorio Güemes, la ley es
fundamental para que "el paciente pueda poseer toda la información para que pueda
discernir, junto a su familia, cómo quiere llevar adelante su enfermedad", dice Usal, quien
cree que la ley debió llamarse Ley del Derecho del Paciente.
Para el especialista del Güemes es "esencial cómo comunica el médico las instancias del
tratamiento a seguir, ya que el paciente terminal se va a someter, o no, a lo que le
propongamos. Por eso debemos tener mucho cuidado cómo lo hacemos, ya que estamos
hablando de radioterapias, cirugías, quimioterapias, tratamientos endovenosos,
mutilaciones...".
"El 95 por ciento de los pacientes que yo atiendo posiblemente no se recuperen y muchos
se van a morir. Si yo no les comunico a ellos y a los familiares cómo les voy a brindar
calidad de vida, es complicado generar confianza", describe el jefe de cuidados paliativos,
que enfatiza en la comunicación con los familiares del enfermo.
"No sólo son cuestiones farmacológicas, hay que tener en cuenta temas espirituales o
pensar en algún familiar que vive en otra parte del mundo que podría venir a despedirlo".
Dureaume apunta a la cuestión humana, a la necesidad del paciente terminal a despedirse
con la mochila liviana. "Resolver viejos conflictos o peleas familiares es muy importante
para irse en paz, algo que vemos todo el tiempo".
Que el paciente tenga todas las cartas sobre la mesa "es lo más importante de la ley, ya
que cuenta con lo que se llama 'directivas anticipadas', que le permitirá al paciente
escribir cómo quiere el final de su vida, dónde quiere que sea, con quién. Hoy por hoy se
puede tomar esa decisión y esa decisión debe ser respetada", remarca Dureaume, que
agrega que "el escrito puede cambiarse, en caso de que el paciente advierta un alivio o el
surgimiento de una medicación nueva".
Dureaume concluye que ponerle la oreja a un paciente crítico es tan importante como
saber medicarlo. "Es muy terapéutico eso, más allá de que en los consultorios haya poco
tiempo, o que las obras sociales te pongan veinte pacientes por hora... El médico tiene
que sobreponerse a todo eso y brindar su tiempo y ser sensible".
Fuente
Firpo, J. (2019). El caso Vincent Lambert. Muerte digna: en Argentina la ley permite acceder a una
“eutanasia pasiva”. Publicado en Clarín.com. Cita Online:
https://www.clarin.com/sociedad/muerte-digna-argentina-ley-permite-acceder-eutanasia-
pasiva_0_GfAXIMldS.html

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