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Filosofía presocrática

La filosofía presocrática se refiere a la filosofía griega antigua anterior a Sócrates.


Los filósofos presocráticos se interesaban sobre todo por la cosmología, el principio Historia de
y la sustancia del universo, pero las investigaciones de estos primeros filósofos la filosofía
abarcaban tanto el funcionamiento del mundo natural como la sociedad humana, la
ética y la religión. Buscaban explicaciones basadas en la ley natural y no en la
acción de los dioses. Sus trabajos y escritos se han perdido casi por completo. El
conocimiento de sus puntos de vista procede de los testimonios, es decir, de las
discusiones de autores posteriores sobre la obra de los presocráticos. La filosofía Occidental
encontró un terreno fértil en el mundo griego antiguo debido a los estrechos Antigua
vínculos con las civilizaciones vecinas y al surgimiento de entidades civiles
Medieval
autónomas, las polis.
Renacentista
La filosofía presocrática comenzó en el siglo VI a.C. con los tres miembros de la Moderna
escuela de Mileto: Tales, Anaximandro y Anaxímenes. Todos ellos atribuyeron el
Contemporánea
arché (palabra que podía tener el significado de "origen", "sustancia" o "principio")
del mundo a, respectivamente, el agua, el Ápeiron (lo ilimitado) y el aire gobernado Oriental
por el nous (mente o inteligencia). Otros tres filósofos presocráticos procedían de Persa
ciudades jónicas cercanas: Jenófanes, Heráclito y Pitágoras. Jenófanes es conocido Islámica
por su crítica al antropomorfismo de los dioses. Heráclito, que era notoriamente
India
difícil de entender, es conocido por su máxima sobre la impermanencia, Panta rei, y
por atribuir al fuego ser el arche del mundo. Pitágoras creó un culto que defendía China
que el universo estaba formado por números. La escuela eleática (Parménides de Japonesa
Elea, Zenón de Elea y Meliso de Samos) le siguió en el siglo V a.C. Parménides Coreana
afirmaba que sólo existe una cosa y que nada puede cambiar. Zenón y Meliso
Budista
defendieron principalmente la opinión de Parménides. Anaxágoras y Empédocles
ofrecieron un relato pluralista de cómo se creó el universo. Leucipo y Demócrito
son conocidos por su atomismo, y su opinión de que sólo existen el vacío y la materia. Los sofistas
promovieron el pensamiento crítico y el relativismo filosófico.

El impacto de los presocráticos ha sido enorme. Los presocráticos inventaron algunos de los conceptos
centrales de la civilización occidental, como el naturalismo y el racionalismo, y prepararon el camino para
el método científico.

Índice
Delimitación histórica de la filosofía presocrática
El comienzo de la filosofía en Grecia
El comienzo absoluto del pensamiento occidental: ciencia y filosofía
El paso del mito al logos: el origen cosmogónico y religioso de la filosofía
Las condiciones sociales del origen del pensamiento racional
Los últimos presocráticos
Determinaciones internas de la filosofía presocrática
Los doxógrafos y las escuelas filosóficas
Las agrupaciones de autores en la crítica moderna
Fuentes antiguas de las citas y anécdotas de los presocráticos
Cómo citaban los antiguos, características literarias y gramaticales
Aspectos históricos de la transmisión de citas y anécdotas
Valoración de fuentes por autores
Platón – S. IV a. C.
Aristóteles – S. IV a. C.
Teofrasto – finales del S. IV a. C.
Los Doxógrafos[60]​
Compilaciones modernas de las citas de los presocráticos
Fragmente der Vorsokratiker de Hermann Diels
The Presocratic Philosophers de Kirk, Raven y Schofield
Los filósofos presocráticos de Eggers Lan
Cronología 640 a. C. — 370 a. C.)
Estudios críticos
Ediciones de los fragmentos
Traducciones
Véase también
Notas y referencias
Enlaces externos

Delimitación histórica de la filosofía presocrática


La precisión acerca de los límites de este período de la historia de la filosofía es problemática, tanto en lo
que se refiere a su comienzo como a su final, y encontramos en los tratadistas soluciones diferentes.

El comienzo de la filosofía en Grecia

Aristóteles expone en su Metafísica que Tales de Mileto fue el iniciador de un tipo de filosofía que concibió
que el principio de todos los entes era de índole material.1 ​A partir de esta consideración la tradición entera
de la historiografía ha dado por sentado que Tales fue el primer filósofo, y aún William Keith Chambers
Guthrie2 ​ se apoya en esta autoridad para empezar sus consideraciones sobre la historia de la filosofía
griega comenzando por los filósofos milesios. Sin embargo, el origen de este tipo de indagación ha sido
explicado de diferentes maneras por la filología y la filosofía contemporánea.

El comienzo absoluto del pensamiento occidental: ciencia y filosofía

John Burnet expresa la opinión común de principios del siglo XX3 ​ al decir que en los pensadores jonios,
el logos se libera, de golpe, de las concepciones míticas imperantes. Esto se debería sobre todo a una
excepcional cualidad de inteligencia y espíritu de observación del hombre griego. A partir de esta
discontinuidad radical que supone el advenimiento del logos, la ciencia occidental no ha tenido más que
seguir la vía marcada por los filósofos jonios.4 ​Esta manera de entender el inicio del pensamiento filosófico
encuentra eco en Bruno Snell, aun cuando este sigue una perspectiva más histórica.5 ​
Después de las importantes obras de Cornford: De la Religión a la Filosofía (1912) y Principium
sapientiae (obra póstuma, 1952) este tipo de visiones han dejado lugar a explicaciones más matizadas. Para
Cornford, el comienzo de la filosofía sigue en estrecha relación con el comienzo de la ciencia. Por eso
también observó la influencia de la astrología y la aritmética babilónicas y la geometría egipcia en la
formación de la mentalidad filosófica, si bien esta mentalidad transforma el afán práctico que estas
disciplinas tenían en sus culturas de origen (la astrología babilónica estaba al servicio de la religión oficial, y
la geometría egipcia estaba destinada a medir campos de cultivo concretos) en un afán puramente teórico.
Ello se da en virtud del descubrimiento, propio de los griegos, de la forma, independiente de la materia.6
El primero que vinculó el inicio de la ciencia (la matemática) con intereses exclusivamente especulativos (o
sea, con intereses ajenos al placer o a lo necesario) fue Aristóteles, en Metafísica I, 981b13ss.

Podemos considerar que Guthrie se sitúa en esta perspectiva de la relación filosofía – ciencia cuando
considera la relación entre mito y logos. Al hombre pre-filosófico no le fue difícil considerar a la naturaleza
y a sí mismo a merced de fuerzas superiores arbitrarias: una típica concepción politeísta o pandemonista tal
y como se presenta en los poemas homéricos. Los fenómenos atmosféricos como la lluvia y el viento, o
netamente humanos como la enfermedad, la muerte o los impulsos psicológicos, tienen una explicación en
fuerzas personales, que se interesan por los asuntos humanos, e incluso guardan ciertos lazos
consanguíneos con estos. Frente a esta concepción, la filosofía inicia cuando el hombre comenzó a indagar
por un orden subyacente al caos de los acontecimientos, orden producido por fuerzas impersonales. La
familia divina se transforma en una "necesidad" despersonalizada. El nacimiento de la filosofía está
vinculado con el abandono de la explicación mitológica para los problemas del origen del universo, y la fe
religiosa es sustituida por la fe científica con sus triunfos y limitaciones.7 ​

La relación del nacimiento de la ciencia con el despliegue de la filosofía presocrática también ha sido puesta
de relieve por Eggers Lan, el cual nota, siguiendo a Szabó, que la primera demostración deductiva de la
historia de la ciencia pertenece a Parménides. Todos los filósofos presocráticos han hecho aportes a la
ciencia, sea a las matemáticas o a la ciencia natural.8 ​ Aun así, Eggers Lan distingue en este período la
filosofía de la ciencia: ambas tienen pretensiones de ser un estudio de validez universal, solo que la filosofía
es el estudio del universo como totalidad ordenada, y la ciencia prescinde de tal referencia al mundo.9 ​

El paso del mito al logos: el origen cosmogónico y religioso de la filosofía

La primera reacción moderna ante la opinión común sobre el "milagro griego" del origen absoluto de la
razón fue la de F. M Cornford10 ​ que vincula el inicio de la filosofía con distintas manifestaciones de la
poesía religiosa. Debemos notar que esta tendencia de los tratadistas también tiene su antecedente en
Aristóteles: en Metafísica I, 983b29, dice que también los primeros "teologizantes" (se refiere con este
término a los "autores de cosmogonías", como entiende García Yebra)11 ​ opinaron "acerca de la
naturaleza".

Según Cornford, la "física" milesia nada tiene que ver con la ciencia y la observación directa de la realidad.
Estas elaboraciones continúan las respuestas míticas tanto en su material conceptual como en sus esquemas
explicativos, traslada a representaciones laicizadas el esquema cosmogónico realizado por el pensamiento
mítico–ritual. Si el mundo homérico presenta una distribución, entre los crónidas, de diversos lotes y
honores (Il. XV, 189-194), el mundo de los naturalistas jonios presenta una división de jurisdicciones entre
los poderes contrarios. El pensamiento de Anaximandro guarda una estrecha dependencia con la poesía de
Hesíodo: no hay gran diferencia entre concebir el origen de todo a partir del Caos (Teog. 116) o de una
naturaleza indeterminada (12 B 1, A 9, A 13, A 14). A partir de este origen indiferenciado, la cosmogonía
hesiódica hace nacer parejas divinas, que interactuando terminan por formar la estirpe de los dioses
olímpicos, en los que se fundamenta el orden del mundo; para la cosmología jonia estos contrarios no son
ya divinidades personales, como Urano y Gea, sino naturalezas como lo cálido y lo frío, lo húmedo y lo
seco, que en su interacción dan forma al cosmos cíclico.12 ​
Las repercusiones de la concepción de Cornford fueron tan importantes que la quinta edición de fragmentos
de Diels (1935) fue modificada por Kranz para adaptarla en este sentido; este helenista amplió el apéndice
que incluía fragmentos de poesía y prosa cosmológica y astrológica y los ubicó al principio de la colección.
Kirk y Raven le dedican todo un capítulo de su obra crítica13 ​ a los "precursores de la cosmogonía
filosófica", como las cosmogonías órficas, la cosmogonía de Hesíodo y las cosmogonías "mixtas" como la
de Ferécides.

La edición de fragmentos de los presocráticos de Gredos, aun cuando inicia también por Tales, lo hace a
pesar de los reparos del director de la edición: este expresa que no comienza por Anaximandro, primer
autor del que disponemos de citas textuales, sólo para no romper con la tradición,14 ​ y que él no tendría
inconvenientes en comenzar la historia de la filosofía con Homero, si se le encomendara la tarea de
confeccionar una historia temática de la filosofía por textos, donde se incluyeran temas filosóficos, como los
del significado de la muerte, el sentido de la vida, etc.15 ​

Los que se niegan a considerar las producciones cosmogónicas como antecedentes de la filosofía, como
Jaeger, Guthrie y Eggers Lan, esgrimen en su contra la inautenticidad de tales escritos: Son obras
conservadas en fragmentos, en citas de autores posteriores, excepto la Teogonía hesiódica que se ha
conservado íntegra. En este sentido comparten la precaria forma de transmisión de la filosofía presocrática.
Pero cuando se ha evaluado la influencia recíproca entre poemas y prosa de contenido cosmogónico y la
filosofía presocrática, los cosmólogos se han mostrado siempre en deuda con los filósofos. Así, se ha visto
que Epiménides está influido por Anaxímenes,16 ​ y la teogonía rapsódica de Orfeo está en deuda con
Ferécides, Heráclito, Parménides y Empédocles.17 ​ Por ello se ha podido determinar que las cosmogonías
órficas no son anteriores al siglo VI a. C.,18 ​ incluso algunas son posteriores a Sócrates, y pertenecen
frecuentemente a la era cristiana.15 ​

De cualquier manera, la mayoría de los especialistas, aun los que consideran las cosmologías como
antecedente, distinguen éstas de la filosofía propiamente dicha. Kirk y Raven consideran que tanto los
poemas homéricos como la teogonía hesiódica son muestras de un estado particular de racionalización.
Sobre todo la Teogonía de Hesíodo con su afán sistematizador de la genealogía de los dioses.19 ​ Sin
embargo, el paso del "mito" al "logos" es un cambio radical que incluye no solo una des-personificación de
las fuerzas de la naturaleza, sino un cambio político, social y religioso que involucra una apertura mental
que tiende a relativizar el valor de la tradición.20 ​

Las condiciones sociales del origen del pensamiento racional

Para explicar la transformación que presentan las concepciones filosóficas respecto de las míticas, algunos
especialistas dirigieron la mirada a sus condiciones de posibilidad, y observan que estas son de índole social
y económica. P. M. Schul21 ​ piensa que debe haber ejercido una gran influencia, en la orientación del
pensamiento hacia la práctica, la creación de la moneda, el calendario, la escritura alfabética, el rol de la
navegación y el comercio. B. Farrington, por su parte, enlaza el origen de la racionalidad griega (y el
incremento de la riqueza material) con el progreso técnico de las ciudades jonias, gracias a la libertad que
estas tenían respecto de una ortodoxia mantenida por una casta sacerdotal, como en Egipto o Babilonia.22 ​
G. Thompson, en cambio, ve en la apertura de mercados en los cuales el objeto se transforma en mercancía,
y así pasa de tener un valor de uso a un valor de cambio, el factor que hace comprensible el advenimiento
de la razón: puesto que esto significa que el objeto se despoja de su diversidad cualitativa y pasa a tener una
significación abstracta.23 ​

Jean-Pierre Vernant retoma estas consideraciones sobre las condiciones sociales que hicieron posible el
advenimiento del pensamiento filosófico, y las reformula. En líneas generales, acepta la idea del paso del
mito al "logos", pero enfatiza la conexión de los mitos cosmogónicos con los ritos orientales de soberanía, y
ve que la filosofía jónica es una transposición de los elementos de estos mitos. La aparición de la polis
como forma de ordenamiento social le hace perder significación a este rito y el mito asociado pierde
inteligibilidad, y el pensamiento naturalista de los milesios no es más que un reflejo de este nuevo orden, al
independizar los elementos atmosféricos de la figura del soberano.24 ​ Por otra parte, acentúa la
significación del pensamiento que surge en Magna Grecia para la comprensión del nacimiento de la
filosofía como forma de racionalidad y del filósofo como tipo humano. Si a la filosofía precede el mito
como forma de pensamiento, el filósofo es precedido por el augur y por el poeta inspirado. La filosofía
mantiene ciertos caracteres de saber revelado, lo que se ve claramente en el proemio del poema de
Parménides.25 ​ Sin embargo, entre las formas del "chamanismo" griego y el filósofo hay un abismo, y es
que mientras que el augur está en posesión de un saber secreto, el filósofo se propone divulgar su saber a
un cuerpo de discípulos (Pitágoras); esta transformación de la figura del sabio es hermana de una mutación
en el plano social, que consiste en la pérdida del poder político excluyente de los gene nobiliarios, la
disposición al servicio de la comunidad de los ritos pertenecientes a los clanes sacerdotales, la publicación
de los decretos de justicia, antes reservados para los Eupátridas; la aparición de la moneda, acuñada y con
un valor garantizado por el Estado. El paso del uso del plural "τὰ ὄντα" (ta onta, los entes) en los jonios al
singular "τὸ (ἐ)ὄν" (to [e]on, el ente) en Parménides es un signo más de la búsqueda de unidad, estabilidad
y permanencia que puede verse en la incipiente organización de la ciudad griega, con la reforma de
Clístenes, por ejemplo. En definitiva, Vernant considera que la filosofía es resultado del advenimiento de la
polis.26 ​

Los últimos presocráticos

En general los tratadistas están de acuerdo en poner fin al período presocrático una vez que se desarrolla y
difunde el pensamiento platónico. El término "presocrático" parece haberse extendido a partir de la edición
de Diels y Kranz, Fragmente der Vorsokratiker.27 ​El mismo Kranz, en el prólogo, explica que
"presocrático" no indica "antes de Sócrates", sino "antes de los socráticos" (sobre todo Platón y su escuela),
y de hecho, incluyen en la obra a pensadores posteriores a Sócrates, como Diógenes de Apolonia o
Demócrito. Por ello Guthrie entiende que la palabra "presocrático" significa "no socrático", y que este
significado se determina por el contenido del pensamiento más que por la cronología.28 ​La selección de
pensadores de la edición de fragmentos de la editorial Gredos sigue un criterio semejante. Eggers Lan dice
no temer quedar atrapado en los esquemas de manuales, que disciernen, en la historia de la filosofía griega,
una primera parte cosmológica (la de los presocráticos) de otra antropológica (representada por la sofística y
Sócrates). Aun cuando Heráclito o los pitagóricos parecen estar interesados en temas éticos, la diferencia
con la sofística es notable, cuando esta concibe al hombre como medida de todas las cosas, o con la
afirmación socrática acerca del reconocimiento de la ignorancia del hombre. Este quiebre de la cosmología
tradicional y el enfoque puesto en el hombre y su puesto en la sociedad sería el límite que distingue ambas
fases de la historia del pensamiento.29 ​

Determinaciones internas de la filosofía presocrática


Sea como sea que se entienda el inicio o el fin del período histórico considerado, nos encontramos allí con
un grupo de pensadores que dista mucho de ser homogéneo en sus intereses especulativos, en sus métodos
e incluso en sus formas expresivas. Sin embargo muchos autores antiguos y modernos han ensayado
diversas maneras de agruparlos, y de entender la estructura y la evolución de esta época de la historia de la
filosofía.

Los doxógrafos y las escuelas filosóficas


Teofrasto, en su obra Opiniones de los físicos, había desarrollado una clasificación de filósofos por
escuelas. Diversos doxógrafos (de doxa, "opinión"), los escritores de "sucesiones", continuaron y
sistematizaron esta tendencia, sobre todo Soción de Alejandría. Relacionaban a los filósofos con sus
supuestos maestros y discípulos. De estas sucesiones se nutrió el cronógrafo Apolodoro de Atenas para
confeccionar sus Crónicas.30 ​ Generalmente bastaba saber que un filósofo era conciudadano de otro más
joven para que los doxógrafos y otros autores tardíos supusieran que el primero había sido maestro del
segundo.31 ​ Así es como se fueron "inventando" filiaciones intelectuales dispuestas en escuelas, cuyo
máximo divulgador fue Diógenes Laercio, y que siguieron como verdaderas los Padres de la Iglesia.

Las escuelas distinguidas por estas tradiciones fueron la Escuela de Mileto, compuesta por Tales,
Anaximandro y Anaxímenes; la Escuela eleática, con Jenófanes como fundador y Parménides, Zenón y
Meliso como sucesores; y la Escuela atomista, con Leucipo y Demócrito.

La Escuela Pitagórica, en cambio, parece tener más probabilidades de haber sido real, puesto que era no
solo una asociación con fines filosóficos, sino también religiosos, y hay una apreciable cantidad de
testimonios anteriores a Teofrasto que nos detallan su actividad. Sin embargo presenta problemas
particulares de datación, así como para precisar su unidad doctrinal.32 ​ Además de Pitágoras,
semilegendario fundador de la escuela, podemos contar en ella a Alcmeón. Los neoplatónicos, como
Jámblico, tendían a considerar a Parménides y su escuela dentro del pitagorismo, conformando la más
general Escuela itálica.33 ​

Las agrupaciones de autores en la crítica moderna

Los filólogos modernos han tendido a rechazar la división escolar doxográfica. El análisis de las doctrinas
presocráticas por separado muchas veces ha refutado las suposiciones de influencias entre autores. La
edición de Diels prescinde, en la medida de lo posible, de la división escolar.34 ​

Jaeger, sin embargo, en su obra La teología de los primeros filósofos griegos, considera en un solo capítulo
(II, La teología de los naturalistas milesios) a la escuela milesia. Kirk, Raven y Schofield modifican la vieja
distinción entre escuela milesia y escuela itálica, modificando la nomenclatura geográfica pero concibiendo
cierta unidad de orientación: por un lado presentan a los pensadores jonios, caracterizándolos como
monistas materialistas: cada autor concebía un principio material (el agua o el aire, por ejemplo) como
génesis de la pluralidad de las cosas que se presentan ante los ojos. Los autores indican que la inclusión de
Jenófanes y de Heráclito en los capítulos dedicados a la filosofía jonia es meramente pragmática, puesto
que estos superan de alguna manera los intereses naturalistas.35 ​ Los jonios están divididos históricamente
en pre-parmenídeos (los ya mencionados, precedidos por la escuela de Mileto) y post-parmenídeos
(Anaxágoras, Meliso, los atomistas). Estos últimos siguieron la tendencia naturalista de los primeros, pero
respondiendo a la especulación de Parménides, que desarticuló aquellas concepciones físicas.36 ​ La
filosofía en el occidente griego, o sea, en el sur de Italia, se sitúa históricamente entre ambos. Sus
representantes tuvieron intereses no naturalistas, sino especulativos, aunque sobre este punto tampoco hay
una uniformidad total.37 ​Allí los autores ubican tanto a Pitágoras como a los representantes de la escuela
eleática (excepto Meliso) y a Empédocles.

Fuentes antiguas de las citas y anécdotas de los presocráticos


No nos ha llegado ninguna obra completa de los llamados filósofos presocráticos. Hoy contamos solo con
fragmentos que nos han sido trasmitidos como citas más o menos precisas de pensadores y recopiladores
posteriores. Los detalles de este tipo de transmisión, y sobre todo la valoración de las fuentes, deben ser
tenidos en cuenta en un estudio completo y una interpretación aproximada del pensamiento de estos
filósofos arcaicos, incluso para determinar ciertos rasgos biográficos importantes, como sus cronologías.

Cómo citaban los antiguos, características literarias y gramaticales

La primera dificultad que presenta el estudio de los filósofos presocráticos es la dificultad de precisar cuán
fidedigno ha sido el autor que lo cita o comenta. Sucede que algunas obras con intenciones más o menos
literarias (como en el caso de la Historia de Heródoto, o los diálogos platónicos) incorporan a su relato
alusiones muchas veces vagas sobre doctrinas anteriores, la mayoría de las veces citas de memoria (siempre
falible) o meras paráfrasis, puesto que subordinan la citación precisa a la composición de sus obras.

En cambio, con Aristóteles comienza una tradición de tratadistas en prosa que hace desaparecer parte de las
dificultades mencionadas, aunque aparecen otras nuevas. Hay que tener en cuenta que, cuando un
expositor griego o latino ha escrito sobre un pensador anterior, no ha contado con los signos que en los
idiomas modernos nos ayudan a distinguir lo que se expone con lo que se cita, esto es, sobre todo, las
comillas dobles (""). Se han valido, en cambio, de construcciones gramaticales diversas, que dependen
siempre de 'verba dicendi':

verbo de decir + conjunción + oración de cita con verbo en indicativo u optativo.38 ​ Esta
construcción equivale a nuestro discurso directo: "dijo: viví en Éfeso", donde la conjunción
vale por nuestros dos puntos (:). Esta construcción es, lamentablemente para la recolección
de citas, poco frecuente en latín y griego.

verbo de decir + oración de cita con sujeto en acusativo y verbo en infinitivo.39 ​ Sin
equivalentes en la mayoría de los idiomas modernos, similar a una poco usada forma
española de discurso indirecto, ej: "dijo residir en Éfeso". Esta construcción es la preferida
para citar, por ejemplo por Aristóteles.

verbo de decir + adverbio, o punto alto (equivalente a nuestros dos puntos), + texto de cita.
Esta forma de citar es la más parecida a la de los idiomas modernos y quizás la más
precisa. Pero es frecuente solo en autores tardíos como Diógenes Laercio.

En cualquier caso, no se puede tener total seguridad de la exactitud de la cita a partir solo de la
consideración de la forma elegida para citar.40 ​En cambio, citas que tienen por objeto reproducir opiniones
de autores que escribieron en verso -Jenófanes, Parménides, Empédocles-son mucho más fiables: la forma
métrica nos permite discernir el texto auténtico de una glosa.41 ​

Aspectos históricos de la transmisión de citas y anécdotas

Las primeras noticias sobre pensadores presocráticos nos llegan por Aristófanes, Heródoto y por escritos
hipocráticos, pero estos escritores del siglo V a. C. nos trasmiten esporádicamente datos muy escasos.42
Recién en el siglo IV a. C. tenemos noticias y referencias amplias y detalladas sobre algunas figuras. Las
citas y testimonios siguen apareciendo en diversos escritos de la antigüedad tardía, en recopilaciones e
historias que a veces también se han perdido, aunque contaron con ellas algunos autores de nuestra era,
tanto paganos como cristianos. Incluso se han encontrado citas, perdidas hasta entonces, en autores del
siglo XII y XIII. Lo importante a tener en cuenta es que no es la antigüedad de una cita lo que la hace más
o menos fidedigna,43 ​ sino la naturaleza de la obra donde aparece, su estilo, la intención del autor, su
acceso a otras fuentes, y otros detalles.
Además de haber tenido en cuenta las vicisitudes histórico-literarias de cada citador, la filología moderna ha
hecho estudios pormenorizados sobre el valor que cada autor tiene como trasmisor, a partir de inspecciones
realizadas sobre sus citas de obras que sí nos han llegado –las obras de Homero, por ejemplo–.

Valoración de fuentes por autores

Platón – S. IV a. C.

Según Kirk y Raven, Platón es extremadamente descuidado en citas de todo tipo,44 ​ su actitud no es
objetiva, sino humorística o irónica. En cuanto a sus comentarios, son parciales o exagerados y no juicios
históricos moderados.45 ​

Eggers Lan y Juliá consideran que Platón cita de memoria –una memoria falible, hecho constatable a partir
de sus distorsionadas citas de Homero– incluso por una cuestión de principio. Siguiendo a Cherniss,46
indican que en Fedro 274c hay una justificación del uso de la memoria por sobre el de las fuentes escritas.
Lo importante no sería saber quién dijo tal cosa, o de dónde era, o cuándo lo dijo, sino si era verdad o
no.47 ​ Por lo demás, al relatar anécdotas de pensadores anteriores no tiene la pretensión de transmitir
hechos históricos precisos, sino más bien de componer una situación propicia para sus diálogos, aun
incurriendo en anacronismos.48 ​

Aristóteles – S. IV a. C.

El valor de Aristóteles, para Kirk y Raven, no reside en la cantidad de sus citas directas sino en el "carácter
de recapitulador y crítico de los pensadores anteriores".49 ​Aristóteles realiza, de hecho, un examen de las
opiniones de los filósofos en el primer libro de la Metafísica.

Estos comentaristas siguen, como también lo hacen Eggers Lan y Juliá, a Cherniss50 ​ en la valoración de
Aristóteles como citador: este está ocupado en construir su propio sistema filosófico, en general selecciona
solo citas que le interesan para tal fin, sin respetar órdenes cronológicos, e incluso llega a distorsionar los
temas tratados o exponerlos mezclados con sus reflexiones sobre las implicaciones de tal doctrina en su
sistema. Esta actitud nace de su concepción histórica: piensa que los pensamientos anteriores a él son un
titubeante avance hacia la verdad contenida en su propia doctrina.51 ​

Teofrasto – finales del S. IV a. C.

La principal fuente para el conocimiento de los filósofos presocráticos es la obra de Teofrasto Opiniones
físicas u Opiniones de los físicos.52 ​Tradicionalmente se considera esta obra como el esfuerzo de Teofrasto
por colaborar en la actividad enciclopédica de la escuela peripatética, actividad que incluía una historia de
la filosofía encomendada a él.53 ​ Hay dudas al respecto: por una parte, sobre la mencionada "actividad
enciclopédica" de la escuela, por otra, al carácter histórico de la obra de Teofrasto. Eggers Lan no cree que
Teofrasto sea una excepción entre los pensadores antiguos, y ve en dicha obra un ensayo más sistemático
que histórico, sobre todo en la forma expositiva: un diálogo en donde preguntas de cuño peripatético eran
respondidas por los pensadores anteriores a la escuela, preguntas que quizás nunca se hubieran formulado
ellos mismos.54 ​

Sea como sea, parece probable que Teofrasto haya podido contar con las obras originales de la mayoría de
los presocráticos, al redactar su obra. Y aunque la objetividad del escrito ha sido cuestionada, otros
estudiosos han comparado los lugares donde Teofrasto cita el Timeo platónico, y la conclusión ha sido que
procede con gran exactitud,55 ​ a pesar de que unas pocas veces tiñe la exposición con las opiniones
aristotélicas vertidas, por ejemplo, en el de Caelo.56 ​

Allanadas o no las dificultades sobre la objetividad o la dependencia del escrito respecto del pensamiento
aristotélico, los investigadores han tenido que enfrentarse a otro tipo de problemas, que pueden ser incluso
mayores que los consignados hasta ahora: sucede que las physikôn doxôn tampoco se nos ha conservado.
Las consideraciones anteriores están basadas en una reconstrucción del último libro de la obra de Teofrasto,
titulado de las Sensaciones, realizada por Hermann Diels57 ​ a partir de citas de Simplicio en su comentario
al de Caelo de Aristóteles. Simplicio tampoco tuvo la obra original en sus manos, sino un resumen de un tal
Aecio, hecho a partir de otro manual intermedio, llamado por Diels Vetusta Placita, datado en el S. I a.
C.58 ​

Aun con estas dificultades, las physikôn doxôn siguen siendo consideradas de primera magnitud como
fuente de citas de presocráticos, puesto que fue, para la antigüedad tardía, la gran autoridad a la hora de
extraer opiniones de antiguos pensadores.59 ​A partir de la obra de Diels de 1879, Doxographi Graeci, se
comenzó a llamar "doxógrafos" a los trasmisores de citas dependientes de la obra de Teofrasto. De ellos
provienen la mayoría de los fragmentos considerados auténticos de los presocráticos.

Los Doxógrafos60 ​
Los Vetusta Placita: fue
una compilación
originada en la escuela
posidonia durante el S.
I a. C. En el S. II d. C.,
Aecio –nombre que nos
es trasmitido por una
referencia de
Teodoreto- resumió
dicha obra. Ni los
Vetusta Placita ni el
resumen de Aecio se
han conservado. Solo
conocemos restos de la
obra de Aecio en las
citas de la Antología de Esquema de dependencias de las fuentes doxográficas más relevantes.
Estobeo y del Epítome
de las opiniones físicas
del Pseudo-Plutarco. A partir de la comparación pormenorizada de estas fuentes, el texto de
Aecio ha sido reconstruido, también por Diels.61 ​ Del Epítome del Pseudo-Plutarco
dependen las citas de Aquiles Tacio y de Cirilo. En cambio, Varrón y Cicerón pudieron
contar directamente con los Vetusta Placita. Se puede determinar que estas compilaciones
y resúmenes fueron compuestos imitando la disposición del texto de Teofrasto physikôn
doxôn: presentaban secciones determinadas por un tema, y en un apartado las opiniones
de varios pensadores sobre el mismo.62 ​

Las sucesiones filosóficas: Soción de Alejandría escribió hacia el 200 a. C. una obra,
primera de muchas en su género, donde agrupaba a los pensadores por escuelas (es quizá
el autor de la tradicional distinción, presente en su obra por primera vez, de las escuelas
jónica e itálica) y relacionaba a los diversos autores con sus maestros y discípulos. De
estos escritos dependen algunos testimonios trasmitidos por Eusebio de Cesarea, Ireneo,
Arnobio, Teodoreto y San Agustín
Cronógrafos: Eratóstenes había escrito una cronología con fechas de artistas y escritores
varios, y a mediados del S. II a. C., Apolodoro de Alejandría vino a llenar ciertos vacíos de
su obra. Lamentablemente lo hizo a partir de principios poco convincentes, tales como
considerar que la madurez de un filósofo le llegaba a los cuarenta años, y hacía coincidir
esta fecha con la de algún importante evento histórico. Informado de la obra de Soción y su
división en escuelas, incluyó sucesiones en su obra, pero consideró arbitrariamente que
siempre el maestro era cuarenta años mayor que su supuesto discípulo. No se conserva la
obra de Apolodoro sino en citas de autores posteriores, como Diógenes Laercio y Simplicio.
Plutarco (S. II d. C.) incorporó abundantes citas a sus Moralia (Obras morales y de
costumbres).
Sexto Empírico (S. II d. C.): su adscripción a la escuela escéptica lo llevó a citar un número
importante de opiniones antiguas sobre los sentidos y el conocimiento.
Clemente de Alejandría (S. II d. C.): en su Protréptico y en sus Stromateis introdujo una
cantidad apreciable de citas de poetas y filósofos antiguos.

Hipólito (S. III d. C.) y su Refutación de todas las herejías: Acusa este escrito el uso de dos
fuentes doxográficas interesadas sobre todo en datos biográficos, y que por ello agrupaban
las opiniones de los filósofos griegos por pensadores y no por temas. Una de ellas es un
compendio de poco valor (fue usado por Hipólito para extraer opiniones de Tales, Pitágoras,
Empédocles, Heráclito, Parménides, Meliso y Demócrito). La otra fuente es más fidedigna
incluso que Aecio; de ella extrajo sentencias de Anaximandro, Anaxímenes, Anaxágoras,
Arquelao y Jenófanes.

Diógenes Laercio (S. III d. C.) y su Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más
ilustres: Interesado más en biografías presentaba también juntas todas las opiniones de
cada filósofo, sumadas a anécdotas procedentes de biógrafos helenísticos, de muy dudosa
veracidad. Contiene, de cualquier manera, citas valiosas de Apolodoro. Su obra contiene un
compendio de poco valor, y una exposición detallada, procedente de una fuente menos
discutible.

Las misceláneas del Pseudo-Plutarco: utiliza una fuente independiente de Aecio. Se basa
en los primeros libros de la obra de Teofrasto, de contenido cosmogónico.

Simplicio: a pesar de ser un autor tardío (S. VI d. C.), es una de las más importantes fuentes
para el conocimiento de citas directas de presocráticos. En sus comentarios a los libros De
Caelo y Física de Aristóteles, incluyó citas de autores antiguos, más extensas de lo
necesario, puesto que según él, algunas obras se habían vuelto difíciles de hallar.
Otros autores que citan anécdotas o textos de presocráticos: Filodemo, Marco Aurelio,
Orígenes, Ateneo de Náucratis, Numenio de Apamea, Plotino, Porfirio, y más.

Compilaciones modernas de las citas de los presocráticos

Fragmente der Vorsokratiker de Hermann Diels

En 1903, Hermann Diels, que ya había escrito la importante obra Doxographi Graeci,63 ​ publica la no
menos trascendente compilación Fragmente der Vorsokratiker.

Allí se encuentran editados los testimonios biográficos, las interpretaciones antiguas, las citas directas
auténticas y las citas de imitaciones de más de cuatrocientos autores, entre los cuales no solo se hallan
filósofos presocráticos en sentido literal, sino también poetas antiguos y sofistas y otros escritores
posteriores a Sócrates cuyas obras no se han conservado completas.

La intención del autor fue hacer un manual con todo el material


disponible para el estudio del comienzo de la filosofía griega.64 ​Y a tal
punto lo logró, que actualmente todos los estudios sobre los
presocráticos utilizan, para citar los fragmentos, el orden de su edición.
Cada autor ocupa un capítulo numerado. A su vez, cada capítulo (no
en todos se respeta esta estructura) está dividido en: A. Testimonios
acerca de su vida y su doctrina; B. Fragmentos considerados textuales
y auténticos del autor; y C. Imitaciones.

Para citar un fragmento original, se utiliza el número del autor y la letra


B, más el número del fragmento. Por ejemplo, 28 B 7 es el fragmento
séptimo de las citas textuales de Parménides, trasmitida por Platón,
Sofista 258d.
El filólogo alemán Hermann Diels
(1848-1922). Para citar un testimonio sobre la vida de un autor, se utiliza el número
de este y la letra A con el número del fragmento: por ejemplo, 22 A 1
corresponde a la primera cita de testimonios sobre Heráclito, que
pertenece a las Vidas de los filósofos ilustres de Diógenes Laercio, libro IX.

Usualmente se utiliza, encabezando la cita, una indicación sobre la edición (Diels y Kranz = DK), ej. DK
22 A 1 o DK 28 B 7.

Luego de la corrección y reedición de Walther Kranz, el orden de los autores de la edición es cronológico.
La selección está dividida en

A. Principios, donde se encuentran citas de

I. Poetas cosmólogos tempranos

1. Orfeo, 2. Museo y 3. Epiménides;

II. Poetas astrólogos del siglo sexto

4. Hesíodo, 5. Foco y 6. Cleostrato

III. Prosa cosmológica y gnómica temprana:

7. Ferécides de Siros, 8. Teágenes, 9. Acusilao y 10. Los Siete sabios de Grecia

B. Los fragmentos de filósofos del siglo sexto y quinto y sucesores directos, donde constan los siguientes
autores:

11. Tales, 12. Anaximandro, 13. Anaxímenes, 14. Pitágoras,


15 – 20. Pitagóricos antiguos, 21. Jenófanes, 22. Heráclito, 23. Epicarmo,
24. Alcmeón, 25 – 27. Icos, Paros y Aminias, 28. Parménides, 29. Zenón,
30. Meliso, 31. Empédocles, 32 – 58. Autores menores y escuela pitagórica,
59.Anaxágoras, 60 – 67. Autores menores, 68. Demócrito, 69 – 78. Autores menores de
Abdera;

C. Antigua Sofística, donde podemos destacar las citas de


80. Protágoras y 82. Gorgias

The Presocratic Philosophers de Kirk, Raven y Schofield

En 1957, la Cambridge University Press publica un estudio crítico con una selección de textos de
presocráticos, con el título The Presocratic Philosophers. La obra es un esfuerzo conjunto de Geoffrey
Stephen Kirk, que comenta la tradición jonia, los atomistas y Diógenes de Apolonia; y John E. Raven, que
redacta los estudios sobre la tradición itálica, Anaxágoras y Arquelao. En la segunda edición, de 1983, se
une a la tarea Malcolm Schofield actualizando la bibliografía y redactando nuevamente los capítulos sobre
los eléatas y los pitagóricos, y retocando otras secciones.65 ​

La obra no pretende ser, como la de Diels, un compendio de todos los autores arcaicos, sino una historia
crítica. Tampoco contiene todos los fragmentos referidos a los autores tratados sino solo una selección, en
griego y con traducción al inglés, seguida de amplios comentarios.

Luego de un capítulo inicial (I) sobre los precursores de la cosmogonía filosófica, donde se ocupan en
caracterizar la visión ingenua que los griegos tenían del cosmos, las cosmogonías órficas y "mixtas", pasan
a considerar a los presocráticos propiamente dichos, en tres secciones. La primera, dedicada a los
pensadores jonios, contiene estudios sobre (II) Tales, (III) Anaximandro, (IV) Anaxímenes, (V) Jenófanes y
(VI) Heráclito. La segunda trata sobre la filosofía en el occidente griego, con (VII) Pitágoras, (VIII)
Parménides, (IX) Zenón, (X) Empédocles y (XI) Filolao y el pitagorismo del siglo V. Una tercera sección
dedicada a la "Respuesta jonia" considera los pensamientos de (XII) Anaxágoras, (XIII) Arquelao, (XIV)
Meliso, (XV) Los atomistas y (XVI) Diógenes de Apolonia.

Esta obra cobra gran importancia para el mundo de habla hispánica a partir de la publicación de una
traducción española (de Jesús García Fernández) por parte de la Editorial Gredos, en 1970. Hasta 1978,
cuando aparece la edición de Eggers Lan, fue la única obra que contenía un número elevado de
traducciones al español (por supuesto indirectas, a partir de las traducciones inglesas) de fragmentos de los
presocráticos en su conjunto.

Los filósofos presocráticos de Eggers Lan

La misma Editorial Gredos publica en 1978 la primera edición de textos en español (traducidos
directamente del griego) de los presocráticos, encargada a Conrado Eggers Lan, en tres tomos de su
colección Biblioteca Clásica Gredos (n.º 12, 13 y 14).

El editor explícitamente se expresa en contra de incluir poetas, aunque sean cosmólogos, junto con filósofos
presocráticos propiamente dichos66 ​ y excluyen a otros pensadores consignados en la edición de Diels
(Epicarmo, Hipón, Arquelao, Eurito, Arquitas, Critias, Protágoras) por carecer para ellos de importancia
para la historia de la filosofía.67 ​ La lista de autores tratados es, después de quitar la sección sobre los
"Inicios" cosmogónicos y los autores mencionados, idéntica en orden a la edición de Diels.
Eggers Lan no distingue radicalmente los fragmentos que proceden de testimonios biográficos y
comentarios (DK A) de las citas textuales (DK B), y los presentan mezclados y seleccionados según el
arreglo interpretativo de cada capítulo, en los que abundan títulos y secciones orientativas. Sin embargo, al
final del tratamiento de cada autor, presentan seguidas todas las citas textuales consideradas auténticas, y las
apócrifas, en el orden de la edición DK.

Cronología 640 a. C. — 370 a. C.)

Estudios críticos
Barnes, Jonathan: Los presocráticos. Madrid, Cátedra, 1992. ISBN 84-376-1029-X
Cherniss, Harold F.: Aristotle's Criticism of Presocratic Philosophy. Nueva York, Octagon
Books, 1983. ISBN 0-88254-836-0
Guthrie, W.K.C., Historia de la Filosofía Griega:
Vol. I: Los primeros presocráticos y los pitagóricos, Editorial Gredos: Madrid, 1999 [1.ª
edición, 3ª reimpresión]. ISBN 84-249-0949-6.
Vol. II: La tradición presocrática desde Parménides a Demócrito, Editorial Gredos,
Madrid, 1994 [1.ª edición, 3ª reimpresión]. ISBN 84-249-1032-X.
Vol. III: Siglo V. Ilustración, Editorial Gredos: Madrid, 1994 [1.ª edición, 2ª reimpresión].
ISBN 84-249-1268-3.
G. S. Kirk, J. E. Raven y M. Schofield. The Presocratic Philosophers. A Critical History with a
Selection of Text. S.L., Cambridge University Press, 1957, 1983. (Tr. española Los filósofos
presocráticos. Historia crítica con selección de textos. Traducción de Jesús García
Fernández, Madrid, Editorial Gredos, 1970, 2ª edic. 1987 (Biblioteca Hispánica de Filosofía,
63). ISBN 84-249-1249-7)
Jean-Pierre Vernant: Mythe et pensée chez les grecs. Zetein, 1973. (Trad. esp. Mito y
pensamiento en la Grecia antigua. Trad. J. D. López Bonillo. Barcelona, Ariel, 2007 (1.ª ed.
5º reimpr.) ISBN 978-84-344-9702-4)

Ediciones de los fragmentos


Diels, Hermann (1958). Doxographi Graeci (3ª edición). Berlín: Walter de Gruyer.

Diels, Hermann; Kranz, Walther (1960-1961). Die Fragmente der Vorsokratiker. 3


volúmenes, reimpr. 2004-2006 (6ª edición). Berlín: Weidmann.

Christian Vassallo (2021), The Presocratics at Herculaneum: A Study of Early Greek


Philosophy in the Epicurean Tradition, Studia Praesocratica 11, Berlin-Boston: De Gruyter.
https://www.degruyter.com/document/doi/10.1515/9783110727661/html

Traducciones
Eggers Lan, Conrado; Juliá, Victoria E. (1978). Los filósofos presocráticos 1 (1ª edición).
Madrid: Gredos. ISBN 84-249-3511-X.
Cordero, Nestor Luis; Olivieri, F. J.; La Croce, Ernesto; Eggers Lan, Conrado (1979). Los
filósofos presocráticos 2 (1ª edición). Madrid: Gredos. ISBN 84-249-3532-2.
Poratti, A.; Eggers Lan, Conrado; Santa Cruz de Prunes, María Isabel; Cordero, Nestor Luis
(1980). Los filósofos presocráticos 3 (1ª edición). Madrid: Gredos. ISBN 84-249-3542-X.

Véase también
Historia de la filosofía occidental
Monistas
Pluralistas

Notas y referencias
10. F. M. Cornford, From religion to philosophy.
1. Aristóteles, Metafísica, A, 983b20
A Study in the origins of greek
2. W. C. K. Guthrie, Historia de la filosofía philosophical thought, Londres, 1912
griega, I, pp. 51 -52.
11. García Yebra. Metafísica de Aristóteles, p.
3. Vernant, Mito y pensamiento en la Grecia 22
antigua, VII, p. 334
12. F. M. Cornford, Principium Sapientiae. The
4. J. Burnet, Early greek philosophy, Londres, origin of Greek philosophical thought. V.
1920 Vernant, Los orígenes del pensamiento
5. Snell, Die Entdeckung des Geistes. griego, p. 82-85 y Mito y pensamiento en la
Studien zur Entstehung des euroäischen Grecia antigua, p. 338
Denkens bei den Griechen, Hamburgo, 13. Kirk, Raven y Schofield. Los filósofos
1955. V. Vernant, op. cit., VII, p. 334. presocráticos. Cap. 1, p. 24 – 117
6. Guthrie, op. cit. p. 46 14. Eggers Lan, Los filósofos presocráticos, I,
7. Guthrie, op. cit. p. 37-40 p. 10
8. Eggers Lan, op. cit. p. 17-19 15. Eggers Lan, op. cit. p. 11
9. Eggers Lan, op cit. p. 22-23 16. Kern. De Orphei Epimenidis Pherecydis
theogoniis
17. Rohde. Psyche. App. A, "The Great Orphic 39. Berenguer Amenós, Gramática Griega, 344
Theogony" y 345
18. Jaeger, La teología de los primeros 40. Eggers Lan y Juliá, Los filósofos
filósofos griegos, cap. IV, p. 61. Guthrie, presocráticos p. 26
Historia de la filosofía griega, I, p. 49 41. Eggers Lan y Juliá, Los filósofos
19. O. Gigon. Der Ursprung, cap. I. y F. M. presocráticos p. 27-28
Cornford, Princ. Sap. Cap. II 42. Eggers Lan y Juliá, Los filósofos
20. Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos, p. 24
presocráticos, p. 116 43. Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos
21. P. M. Schul, Essai sur la formation de la presocráticos, p. 15
pensée grecque. Introduction historique de 44. Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos
la philosophie platonicienne, París, 1949. presocráticos p. 15
p. 151–175
45. Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos
22. B. Farrington, Ciencia y filosofía en la presocráticos p. 18
antigüedad, Ed. Ariel, Barcelona 1974, p.
46. H. F. Cherniss, "The History of Ideas and
30. Ancient Greek Philosophy", en: Estudios
23. G. Thompson, Studies in ancient Greek de Historia de la Filosofía en homenaje al
society, vol II, The first philosophers, Profesor Rodolfo Mondolfo Tucumán, 1957,
Londres, 1955. pp. 93-144
24. Vernant, Mito y pensamiento en la Grecia 47. Eggers Lan y Juliá, Los filósofos
antigua, p.334 -340 presocráticos p. 24 y 30-31
25. No obstante, Gálvez, R., " 'Y una diosa me 48. Eggers Lan y Juliá, Los folósofos
recibió' al volver en mi camino por el relato presocráticos p. 25
de Parménides", Nova Tellus 29-2, 2011, p.
49. Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos
29, rebate esta última afirmación.
presocráticos p. 16.
26. Vernant, op. cit. pp. 341 – 364
50. H. F. Cherniss, Aristotle's Criticism of
27. De cualquier manera, el término Presocratic Philosophy, 1935
"presocrático", había sido usado 51. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 18.
anteriormente, como en Plato and the Other
Eggers Lan y Juliá, op. cit. p. 28-30
Companions of Sokrates (1865) de George
Grote. 52. El nombre en griego es physikôn doxôn, la
forma de la palabra "physikôn", un genitivo
28. Guthrie, Historia de la filosofía griega, II, p.
plural, puede ser traducida como
353
modificador indirecto con carácter posesivo
29. Eggers Lan, Los filósofos presocráticos, I, ("opiniones de los físicos") o como adjetivo
p. 12ss que modifica al sustantivo de manera
30. Kirk, G. S., Raven, J. E. y Schofield, M., Los directa ("opiniones físicas").
filósofos presocráticos, p. 20. 53. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 18 - 19
31. Kirk, Raven y Schofield, op. cit., p. 155; 54. Eggers Lan, op. cit. p. 33-36.
Eggers Lan y Juliá, Los filósofos
55. Kahn, Anaximander, p. 21; G. M. Stratton,
presocráticos. pp. 59-60.
Theophrastus and the Greek Physiological
32. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 313; Psychology before Aristotle, Londres-
Eggers Lan y Juliá, op. cit. p. 145ss Nueva York, 1917.
33. Jámblico, de Vita Pythagorica liber, XXXVI 56. J. B. McDiarmid, "Plato in Theophrastus de
267 Sensibus", Phronesis 4, 1949, pp. 59-70
34. DK, prefacio a la 1ª ed. 57. H. Diels. Doxographi Graeci, 1879, reed.
35. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 118 1958, p. 473 – 527.
36. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 492 58. Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos
37. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 311-312 presocráticos. p. 21, Eggers Lan y Juliá,
Los filósofos presocráticos p. 27
38. Berenguer Amenós, Gramática Griega, 346
59. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 19
60. Para esta sección se ha usado la nota 62. Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 19-21.
introductoria: Las fuentes de la filosofía 63. Esta obra es un hito imprescindible para
presocrática de la obra de Kirk, Raven y cualquier estudio sobre la valoración de
Schofield, los filósofos presocráticos, pp. fuentes de los presocráticos.
15 – 23 y la segunda parte de la
64. H. Diels, Die Fragmente der Vorsokratiker,
introducción general, El problema de los
Prefacio a la primera edición de 1903.
escritos de filósofos presocráticos, de la
edición de Gredos de los presocráticos a 65. Kirk, Raven y Schofield, op. cit., Prefacios a
cargo de Eggers Lan, pp. 23 – 38, teniendo la 1ª y 2ª edición.
a la vista además la obra de Diels 66. Eggers Lan, op. cit. p. 9
Doxographi Graeci, 3º ed. 1958 67. Eggers Lan, op. cit. p. 12
61. H. Diels, Doxographi Graeci p. 267 – 444.

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Filosofía presocrática.

Algunos fragmentos (http://www.filosofia.org/cur/pre/pre02.htm) en texto bilingüe griego -


español, con introducción, biografías y otras indicaciones en español, en el sitio (http://www.
filosofia.org/) Filosofía.
DIELS, Hermann Alexander: Fragmentos de los presocráticos (Die Fragmente der
Vorsokratiker). La primera edición se hizo en 1903 en Berlín, y fue dirigida por el propio
Diels. A partir de la 5ª, sustituiría a Diels Walther Kranz.
Textos (http://www.archive.org/stream/diefragmenteder00krangoog#page/n7/mode/2up)
griegos, y algunos latinos, con introducción y comentarios en alemán: 1.ª ed., de 1903,
en facsímil electrónico en el Internet Archive.
Texto (http://remacle.org/bloodwolf/philosophes/thales/table.htm) de la 2ª ed., de 1906,
en su mayoría en griego, con algunas traducciones al francés y con índice electrónico
en ese idioma, en el sitio (http://remacle.org/) de Philippe Remacle.
Philippe Remacle (1944 - 2011): helenista y latinista belga de expresión francesa.

FREEMAN, Kathleen: Ancilla to the Pre-Socratic Philosophers (Sierva de los filósofos


presocráticos), 1948: traducción inglesa de la mayor parte de los fragmentos conservados.
Textos (https://www.sacred-texts.com/cla/app/index.htm) en el sitio (https://www.sacred-t
exts.com) del Internet Sacred Text Archive.
Kathleen Freeman (1897 - 1959): clasicista estadounidense, y autora de novelas de
detectives (con el seudónimo "Mary Fitt").

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