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La Madera
La Madera
madera: naturaleza, estructura y propiedades. Clasificación y uso. Apeo, desaviado y desecado de
la madera.
La madera es un material natural, no artificial o sintético, procedente de fuentes renovables (a diferencia
de petróleo, carbón o gas natural), con una importante función ecológica como sumidero de carbón en
estado sólido polimérico (celulosa, hemicelulosas y lignina, fundamentalmente).
Material compuesto natural: matriz de lignina (alta resistencia
compresiva) con fibras de celulosa (elasticidad más reparto de
cargas) más hemicelulosas (agente aglomerante).
Material anisótropo y ortótropo, cuyas propiedades
(resistencia, módulo de Young, conductividad, etc.) varían en
función de la dirección considerada.
Se estudian tres ejes diferenciados aunque a efectos
normativos (resistencias y propiedades de dimensionado), las 3
dimensiones básicas se reducen a 2.
La resistencia característica en la dirección paralela a la fibra es
siempre muy superior a la resistencia perpendicular (20‐200x).
Grandes variaciones entre especies e incluso dentro de la misma especie (procedencias y selvicultura).
Las operaciones de apeo, saca, secado y despiece serán fundamentales, como lo será que las trozas
estén libres de nudos y defectos.
Su estructura viene condicionada por la existencia de anillos de
crecimiento que, a su vez, determinan comportamientos estéticos y
funcionales discretos en los elementos producidos con madera.
Los anillos de crecimiento corresponden a los vasos conductores
de xilema según disminuyen de sección al empeorar las
condiciones del entorno.
La madera tiene un comportamiento higroscópico con
importantes variaciones volumétricas por hidratación. No así
por dilatación térmica.
Los productos de madera presentan un buen comportamiento aislante, tanto del frío y calor (λmed = 0,12
W∙m‐1∙k‐1), como a la electricidad, siendo aislantes en estado seco.
El Ce de la madera (0,4‐0,7 kcal∙kg‐1∙°C‐1) es bajo, lo que hace que no sea
necesaria mucha energía para llegar a los 150°C, temperatura a la que
empiezan a desprenderse gases inflamables y aparecen las llamas.
Hay que considerar la capacidad de la madera de formar carbón
superficial lo que, unido a su baja conductividad térmica, ralentiza la
progresión de las llamas hacia el interior el perfil.
Su escasa dilatación térmica no acelera el colapso de estructuras
compuestas por desencuentros.
Material naturalmente polar, lo que hace que sea fácil su impregnación,
tratamiento o recubrimiento con otros productos polares como tintas,
barnices, fungicidas o ignifugantes.
La densidad de la madera suele estar entre los 500 y los 800
kg/m3 en nuestras latitudes. Sin embargo, podemos encontrar
maderas de muy baja densidad (150 kg/m3 Ochroma
pyramidale, 300 kg/m3 Cecropia adenopus) o muy alta (1300
kg/m3 Schinopsis balansae, 1200 kg/m3 Diospyros ebenum).
Estructura macroscópica de la madera.
El grano. Tiene que ver con el tamaño de los vasos conductores en las
frondosas y las traqueidas en coníferas. Puede ser basto, grueso, medio y
fino. Tiene una importante función en la determinación de la habilidad de
teñirse de la madera.
La fibra. Conjunto de células dispuestas en la dirección axial del árbol. Su
disposición definirálos distintos tipos de fibra: recta, ondulada, revirada y
entrelazada. Rechazo mecánico, deseo ornamental.
Radios medulares. Estructuras de comunicación entre las regiones
periféricas del tronco y la médula. Intercambio de nutrientes. Suelen ser
más blandos que el resto de la madera.
El veteado. Variaciones de los elementos constitutivos de la madera en
forma, distribución y composición química. Importancia relativa en
comportamiento mecánico, más importante en c. Estético.
El color y el olor de la madera. Se deben fundamentalmente a la
acumulación de compuestos aromáticos cuya función suele ser insecticida,
bacteriostática y fungicida. En general las coníferas son más aromáticas.
Principales especies autóctonas o naturalizadas y propiedades estéticas características.
Propiedades mecánicas de la madera.
El comportamiento mecánico de la madera se define de acuerdo a dos direcciones
preferentes de las acciones respecto a la alineación principal de las fibras.
Las resistencias o módulos más representativos en las estructuras de madera
son la resistencia a tracción, compresión, módulo de elasticidad (esfuerzo
flector), esfuerzo torsor y esfuerzo cortante.
Valores muy bajos comparados con las ofrecidas por materiales como el aluminio, del orden de 200 MPa, o el
acero (300‐1000 MPa), lo que explica la necesidad de mayores escuadrías en elementos portantes.
Resistencia a flexión muy elevada, sobre todo comparada con su peso específico (resistencia específica a
flexión), alcanzando valores de ente 14 y 30 MPa (soportar fuertes vientos y las flexiones asociadas).
Resistencia 1,3 veces superiores a la del acero y 10 veces a los del hormigón si se asocian al peso de las
estructuras (R. específica).
Escasa resistencia a esfuerzos cortantes, que suelen darse de forma combinada con esfuerzos flectores en
elementos apoyados, son relativamente bajos, del orden de 1,7‐3 Mpa.
Diseño de herrajes, basas y apoyos que contribuyan a mejorar dicho comportamiento.
Por último, indicar que el módulo elástico (E), aunque distinto en función de la dirección considerada, es muy
elevado y suele estar comprendido entre 7 y 12 GPa.
Otras propiedades de interés en la madera.
La hendibilidad: propiedad de la madera de romperse a lo largo de las
fibras por separación de estas por esfuerzos compresivos o tracción
transversal. Es una cualidad indeseable ya que dificulta el clavado o
atornillado, salvo para la obtención de leña.
La dureza: relacionada con la hendibilidad. Dureza Brinell, Vickers o
Shore.
Es la resistencia de la madera a ser rayada o penetrada (marcada o trabajada). Fuertemente relacionada con
la densidad y será una cualidad deseable en ciertos productos finales e indeseable en los procesos de
mecanizado o labra.
Una de las posibles clasificaciones de las maderas hace referencia a la dureza. Maderas duras y blandas. Esta
clasificación asocia maderas duras a frondosas y blandas a coníferas, cuando hay frondosas muy blandas
(chopo,sauce, fresno) y coníferas muy duras (cedro, pinus uncinata, abeto Douglas).
La tendencia al alabeo, curvado o abarquillado da idea de la facilidad con la que una pieza de madera se
deforma por variaciones en su contenido de humedad.
Los cambios dimensionales son distintos en las tres direcciones básicas antes indicadas y su diferencia
depende de las especies tratadas y, en menor medida, de su procedencia y selvicultura.
Las maderas se clasifican en muy nerviosas, nerviosas, moderadamente nerviosas y poco nerviosas.
Una última clasificación de las maderas puede responder a su grado de humedad. Así tendremos maderas
verdes (30‐35%), maderas desecadas (10‐12%) y maderas secas.
Normalmente, la humedad de referencia de la madera es del 12% y es la que se emplea en la definición de
características y propiedades tecnológicas.
Clasificación de las maderas o productos madereros en base a su grado de transformación o presentación.
Madera natural, aserrada o de sierra. Su única transformación ha sido el
descortezado, secado, despiece y, en ocasiones, algún tratamiento de
estabilización biológica, UV o térmica.
Tableros de partículas. La madera es sometida a disgregación mecánica
para, a continuación ser clasificada, comprimida y aglutinada, con o sin
adición de aglomerantes. Incluye la madera aglomerada, tableros OSB,
LVL, etc.
En interiores, los adhesivos empleados en los aglomerados deberán
cumplir con las emisiones de formaldehido límite establecidas en la
normativa europea (E1 ‐ 3,5 mg/m²h).
Tableros de fibras. La madera, después de triturada es sometida a un
proceso de digestión en “pulpers” para separar la fibra celulósica. A
continuación se aditivan y comprimen hasta ciertas densidades.
Tableros contrachapados. Formado por la superposición de chapas naturales
de entre 2‐5 mm procedentes de desenrollo o de corte a la plana.
Las chapas se disponen de forma alterna respecto a la dirección de las fibras
para conseguir un comportamiento más isotrópico y compensar tensiones.
Su escaso espesor permite someter a cada chapa a un curvado de forma que
la pieza terminada puede adquirir formas imposibles de obtener con madera
de sierra.
Permite un tratado de las chapas más eficiente para mejorar su comportamiento frente a ataques biológicos,
fuego, hidratación, etc.
Madera laminada. Como la madera contrachapada se configura mediante
la unión de elementos de menores dimensiones. En este caso, sin
embargo, no se alterna la dirección de las fibras y su espesor es superior.
Se emplean en estructuras de madera de amplias luces y formas difíciles.
Madera microlaminada (LVL). Compuesta por láminas de distintas
dimensiones y espesor constante a caballo entre la madera contrachapada,
de la que coge el espesor y la laminada, de la que hereda la direccionalidad
de la estructura.
Tableros OSB. Están formados por trozos de madera de medianas dimensiones
y geometría más o menos planar encolados y prensados juntos formando un
tablero de partículas.
Contenedores, divisiones de espacios interiores o, incluso, elementos
portantes como tabiquería y forjados ligeros o vigas mixtas de madera
contrachapada y OSB.
4 clases de exposición posibles.
_ OSB‐1. Uso interior, básicamente mobiliario.
_ OSB‐2. Estructural en ambientes secos.
_ OSB‐3. Estructural en ambientes relativamente húmedos. El más frecuente.
_ OSB‐4. Estructural de altas prestaciones en ambientes relativamente húmedos.
Las medidas más habituales son 4’x 8’ y los espesores entre 10 y 40 mm (15 mm).
Tableros alistonados (SWP). Se obtienen por el ensamble de tablas, tablillas o
listones de madera que se unen entre sí por encolado, machiembrado o por un
revestimiento de chapa encolada.
Se denominan también por sus siglas en inglés SWP (Solid Wood Panel) y pueden
ser monocapa o multicapa.
Sus prestaciones mecánicas suelen ser superiores a las de la madera maciza.
Se determinan tres categorías coincidentes con las clases de servicio definidas en
el CTE:
SWP/1, Cubierto y cerrado, HR>65% infrecuente;
SWP/2, cubierto y abierto, excepcionalmente HR>85%;
SWP/3, abierto y a la intemperie, HR > SWP/2.
Las aplicaciones de este tipo de tableros son como cerramiento de forjados, cubiertas y muros o como
encimeras o mobiliario, normalmente utilizando listones de cromatismo contrastado.
Parallam o viga de tiras de madera (PSL‐PArallel Strand Lumber). Se encolan trozos de
madera con una importante componente axial en moldes prismáticos para su uso como
pilares o pies derechos.
El fraguado de las porciones de madera de entre 10 y 65 mm se hace en
molde a presión mecánica y por inducción por microondas.
Se adicionan resinas termoestables que, junto con el tratamiento térmico de
la lignina provoca una adhesión íntima de dichas partículas.
Elementos estructurales especialmente resistentes a esfuerzos compresivos.
El Tablex. Tablero de fibras de alta densidad.
Suelen estar compuestos por fibras de resinosas y no es necesario aportar
colas ya que la presión y temperatura polimeriza la lignina convirtiendo dicho
polímero en la matriz que aglutina el resto de fibras de celulosa.
Tableros rechapados. El alma puede ser de un tipo de madera o derivado
de la madera (aglomerado, MDF, contrachapado), mientras que las caras,
o al menos la cara vista, es cubierta con una chapa normalmente de
madera de calidad de escaso espesor (0,6‐0,8 mm).
Los tableros chapados permiten optimizar recursos de escasa disponibilidad
o elevada sensibilidad ambiental (maderas de especies raras).
Madera sintética o madera Greendeck. Fabricada a partir de residuos de
madera y plásticos seleccionados. Las más frecuentes combinan plásticos
entre los que destaca el PVC en proporciones cercanas al 50%.
Suelen ser compuestos aditivados para su uso en exteriores de forma que
soporte la exposición a los UV, ambientes salinos y exposiciones clase 3.
La madera termotratada. Se somete la madera a un tratamiento térmico
con temperaturas comprendidas entre los 180‐200 en atmósfera inerte o
con bajo contenido en O2.
Se produce una reticulación de los polímeros de celulosa y lignina,
estabilizando sus dimensiones y reduciendo su higroscopicidad. Previene
en gran medida los ataques bióticos y la fotooxidación.
Como desventaja indicar que la madera se oscurece y
disminuye su densidad y propiedades mecánicas.
Uno de sus principales usos es el de revestimientos y pavimentos
de exteriores.
La madera acetilada. Se consigue mediante un tratamiento con ácido
acético de la madera de forma que los grupos OH se transforman en
grupos acetilo (C=O‐CH3) lo que incrementa su humedad de equilibrio
higroscópico, minimizando sus variaciones volumétricas.
Inmuniza la madera frente a ataques fúngicos y no modifica sus
prestaciones mecánicas, ni su color original.
Se emplea en revestimientos y pavimentos y, en este caso,
también en mobiliario urbano.
La madera furfurilada. Se trata de madera tratada con alcohol furfurílico. Incrementa la densidad y
resistencia de la madera y su dureza, resistencia y límite elástico. Disminuye sin embargo su tenacidad.
Máxima resistencia a ataques fúngicos. Además de los
usos de las anteriores se suele dedicar al tratamiento
de cubiertas de yates.
Como inconveniente indicar que suele oscurecer la
madera tratada.
La madera envejecida. Consiste en estabilizar la madera con fines
tecnológicos o estéticos mediante ataques ácidos en autoclave
(formol y ac acético) o mediante procesos de electrólisis.
La carbonización superficial. Empleado sobre todo en maderas
que van a estar enterradas o en contacto directo con el suelo.
La capa carbonizada esteriliza el volumen afectado y libera
sustancias de destilación que protegen una profundidad
superior. Puede ir acompañada o no de un barnizado de
soporte.
El corcho: naturaleza, propiedades, tipos comerciales de corcho.
Compuesto por capas de floema suberificado. Alto interés en
aplicaciones de altas necesidades aislantes (térmicas, eléctricas y
acústicas), de impermeabilidad, fricción y elasticidad.
Sin tratamientos adicionales el corcho es un material
virtualmente inatacable y capaz de resistir el paso del fuego.
Tiene carácter autoextinguible y, en corcho no aglomerado, no
desprende vapores tóxicos en la combustión (CO).
Los tipos comerciales de corcho son básicamente dos:
El corcho de pana natural se emplea exclusivamente para la
industria enológica
El aglomerado se obtiene del triturado de los recortes o
rechazos de la industria taponera. Se emplean en panelados o
recubrimientos estéticos y funcionales de paramentos, solados
y techos.
Corcho negro o aglomerado expandido de corcho. Material ecológico que no se deforma con facilidad,
100% natural y 100% reciclable, su resistencia a las variaciones atmosféricas le proporciona un ciclo de
vida ilimitado. Otra de las características del corcho es que es impermeable y transpirable.
Despiezo de la madera. Hechura y labra de la madera. Tratamientos.
Despiezo de la madera. Consiste en dividir los troncos primero y las trozas
después en piezas más pequeñas, normalmente tablas y tablones
Estereotomía de la madera. Arte y técnica de cortar, partir o
aprovechar piedras, madera u otros cuerpos sólidos para su aplicación
en la construcción y en la industria.
Se llama troza o rollizo al tronco del árbol una vez limpio de
ramas y raíces y preparado para serrar.
A una troza se le pueden efectuar dos tipos de despiece: tangencial y
radial.
El radial genera piezas de mayor estabilidad dimensional en el
secado, sin embargo suele generar más residuo (subproducto).
El tangencial es preferible por sus veteados más atractivos.
Principales tipos de despiece en elementos de madera:
Método de pieza enteriza: Hilos perpendiculares entre sí obteniendo un elemento
unitario de grandes dimensiones y excepcional comportamiento mecánico.
Empleado en pilares o pie derecho. Los costeros se aprovechan para elementos
pequeños como tablas, virotillos (pendolón pequeño), etc.
Despiece en hilos paralelos. Se emplea en maderas de baja calidad. El material
obtenido se suele clasificar, ya que las tablas centrales serán de mejor calidad.
También generamos costeros.
Despiece en cortes paralelos. Se obtiene un tablón de igual ancho al del tronco o
rollizo de superior calidad y perpendiculares a éste, se cortan tablas paralelas.
Genera dos costeros y cuatro semicosteros.
Despiece en cortes radiales. Es el mejor método para evitar alabeos y
abarquillamientos.
La necesidad de obtener piezas hexahédricas, provoca importantes pérdidas de
material.
Despiece Cantibay. Empleado en maderas exóticas con mínimo desperdicio.
Además permite eliminar el corazón o médula cuando se encuentra deteriorada (árboles
sobremaduros).
Despiece holandés. Se corta el rollizo en cuartos y luego cada uno de forma radial paralela.
Alta variabilidad en el tamaño de las tablas y gran desaprovechamiento. Buen
comportamiento mecánico.
Despiece por hilos encontrados. De una cruz central con tablones enfrentados dos a dos se
genera una geometría de corte similar a las espigas de ciertos entablados de solados.
Genera una tablas muy equilibradas.
Además de los indicados, se puede someter la troza descortezada a
un proceso de desenrollo que puede ser rotativo (chapa continua)
o mediante guillotina o a la plana (chapas discontinuas).
Las tablas o tableros obtenidos de las técnicas de despiece pueden
dejarse tal cual, denominándose madera en bruto o se pueden
cepillar en sus cuatro caras (madera cepillada o labrada).
Las dimensiones en las tablas o tableros tienen una denominación específica.
Las piezas de madera reciben los siguientes nombres en función de sus
dimensiones:
Tablones. Anchura entre 10‐30 y espesor entre 3‐12. Longitud
variable.
Tablas. Sección rectangular. Similar anchura, pero menor espesor (<3 cm).
Tablillas. Anchura en torno a 8 cm y espesor cerca de 1,5 cm.
Vigas/pilares. De sección cuadrada y rectangular 15‐25 x 25‐35 cm.
Viguetas. De forma similar a las vigas pero sección inferior 8‐14
cm y longitud de 3 a 5 m.
Listones. Espesor de 3,5‐5 cm y anchura 4,5‐6,5 y longitud
máxima de 8 m.
Chapas. De inferior espesor (0,2‐0,5 cm) y empleados en
elementos vistos. Madera de alta calidad.
Regruesos. Formados por maderas de peor calidad y de 0,4‐1 cm
de espesor. Suelen emplearse para enchapar partes no vistas.
Defectos y alteraciones más frecuentes de la madera, causas y agentes destructores.
Los defectos de la madera pueden deberse a ataques bióticos, accidentes
atmosféricos, fricciones entre ramas, sombreo parcial, etc.
Principales defectos y alteraciones de la madera:
Fibra torcida o revirada. Cuando las fibras no crecen de forma axial y
paralela al eje del árbol sino con una cierta componente helicoidal.
Madera curvada o de vuelta. El fuste de origen no es recto. Dependiendo
del grado de curvatura se podrá mecanizar e incluso destinar a madera de
desenrollo.
Excentricidad de corazón. Aparecen momentos flectores inherentes a la
pieza que pueden ser utilizados como elemento pretensado.
Irregularidad de los anillos de crecimiento. Suele dar lugar a madera
poco elástica que se fractura con facilidad.
Entrecorteza. Por soldadura de ramas gemelas o dobles pies o
por ataques bióticos o agentes atmosféricos curados.
Nudos. Por inserción de ramas. Anisotropía estructural poco apreciada en el sur
de Europa y muy deseada en el norte. Pueden ser saltadizos y desprenderse.
Fendas. Grietas más o menos profundas en sentido longitudinal (según la fibra).
Limitaciones similares a las de las inclusiones de corteza aunque, en este caso, al
seguir la dirección de la fibra se puede aprovechar gran parte de la pieza.
Acebolladuras. Grietas o fendas circulares siguiendo los anillos de crecimiento.
Inutilizan la madera como material estructural aunque sigue pudiendo ser
utilizada para desenrollo
Patas de gallina. Son fendas que, pariendo del corazón llegan a la albura e
incluso a la superficie.
Ataques bióticos de la madera: los ataques fúngicos y los insectos xilófagos.
Hongos xiláfagos u hongos de pudrición. Afectan a las capacidades
mecánicas de la madera al alimentarse de las fibras de celulosa o de lignina.
Pueden presentar micelio visible (hifas) o carecer de él.
Son especialmente dañinos en maderas de escaso espesor (tarimas) en
entornos de elevada integral térmica y HR y baja radiación solar.
Se distingue la pudrición blanca (ataca la lignina en frondosas), parda (destruye la celulosa en coníferas) y la cúbic
la más dañina y que aparece en los entornos más húmedos, oscuros y templados (sótanos).
Hongos cromógenos o del azulado. A diferencia de los anteriores,
normalmente no afectan a las propiedades mecánicas de la madera
aunque sí a las estéticas.
Afectan generalmente a la albura a bajas temperaturas.
Los insectos xilófagos más importantes son los siguientes:
Isopteros o termitas, cuyo ataque se centra en la albura y de las que en
España encontramos tres especies distintas:
Kalotermes, que ataca a madera muy seca o en descomposición;
Cryptotermes que devora madera seca (muebles) dejando las
piezas totalmente huecas;
Reticulitermes, que viven en contacto con la tierra y, para atacar
muebles o estructuras de madera tienen que construir galerías.
Coleópteros, entre los que encontramos a la carcoma y al reloj de la
muerte.
Anóbidos, los cerambícidos y los líctidos
El tamaño de las galerías oscila entre los 0,8 mm de los líctidos
a los hasta 10 mm de los cerambícidos.
El control de todas las infestaciones por termitas y carcoma es
muy eficiente usando sales de boro con ácido bórico (Borax).
El control de la carcoma está mostrando una gran eficiencia mediante el uso de trampas de feromonas. Tambié
está experimentando con lucha biológica con pequeños himenopteros parásitos.
Tratamientos naturales de la madera.
Uso de sustancias que reúnan las siguientes cualidades:
• Que sean suficientemente activas para impedir la vida y desarrollo de insectos y
microorganismos exteriores e interiores.
• Que su composición química no disminuya notablemente las prestaciones mecánicas
de los productos sobre los que se aplican.
• En maderas para usos interiores. Que no desprenda vapores orgánicos que puedan
comprometer el confort o salud de los ocupantes.
• Que no enmascare la apariencia de la madera, cuando ese no haya sido el criterio
de elección.
• Que presenten una reología adecuada a las condiciones de aplicación.
Los protectores empleados en productos de madera podrán ser estabilizadores biológicos
(biocidas), protectores UV, hidrofugantes o ignifugantes.
Dentro de los principales protectores biológicos de la madera podemos citar:
• La creosota, aceite viscoso y cáustico procedente de la destilación de madera (sólo para
exteriores),
• El tetraborato de sodio con ácido bórico (de baja toxicidad)
• El siliconado intersticial de alto vacío en autoclave (inócuo).
Otros tratamientos biológicos ampliamente utilizados son la impregnación con sulfato de cobre, cloruro
de cinc (autoclave), azufre derretido a 140°C, resinas naturales y cal viva o apagada (también efecto
protector frente al fuego).
La protección de la madera frente a la hidratación recurre a su saturación con ácidos grasos vegetales
(nuez, linaza) mezclados con ac acético y trementina como disolvente.
Otros posibles hidrofugados son los obtenidos mediante saturación del grano con parafinas naturales
(ceras) o el establecimiento de una capa de barniz natural en superficie (goma laca, resinado y colofonia
en trementina).
Los tratamientos descritos se podrán aplicar de forma superficial, profunda o muy profunda.
Herrajes, accesorios y complementos. Tipos. Aplicación y montaje en el diseño de
muebles y elementos de construcción.
Elementos o soluciones constructivas que permiten unir dos o más elementos de
forma permanente –fija‐ o semipermanente –desmontable‐ y que pueden facilitar,
permitir o bloquear el movimiento relativo de unos elementos respecto de otros.
Los herrajes son metálicos, fundamentalmente materiales ferrosos aunque también
pueden ser de otros metales (Al, Cu)
Los accesorios y complementos pueden tener otra naturaleza (pétrea, polimérica).
Clasificación de los herrajes en base a su uso estructural o no.
Se puede distinguir entre herrajes de construcción o estructurales y herrajes de
mobiliario que, a su vez podrán ser funcionales o decorativos.
En el caso de los herrajes aplicados a mobiliario, éstos se suelen denominar
guarniciones.
El artesano que aplica los herrajes a las obras de carpintería suele ser el carpintero o
ebanista, mientras que a los profesionales de los herrajes estructurales se les denomina
herreros.
Dentro de los funcionales encontramos los sistemas de fijación,
articulación, desplazamiento relativo, maniobra y protección.
En los herrajes decorativos encontramos molduras, injertos, apliques y demás, aunque en la mayoría de los
casos, los accesorios decorativos suelen cumplir una función protectora del objeto, el usuario o ambos.