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ANEDGG
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
1) Las consonantes iniciales tienden a conservarse salvo en la F- inicial, que se convertirá
en una H-.
2) Las consonantes finales van a tender a desaparecer por lenición salvo -r, -l, y -s.
3) En las consonantes en posición media:
- Si es doble se va a conservar en una. Ej.: pp > p
- Las sordas van a ser sonoras y las sonoras van a desaparecer.
P - B / T - D / K - G || Ø
1. CONSONANTES INICIALES
1. 1. A PRINCIPIO DE PALABRA
b) La -F inicial se va aspirar en -H. Ej.: FABULARE > hablar; FARTUM > harto. Hay
una excepción donde no aspira y se mantiene: cuando hay un diptongo. Ej.: FŎRTEM
> fuerte; FŎNTE > fuente.
e) La G- va a dar -Y o -IE. GĔLUM > YELO > hielo; GYPSUM > yeso; GĔMMA >
yema
- Si tenemos una vocal anterior [A, E, O] átona, la palatalización va a tender a
desaparecer. Ej.: GERMANU > hermano; GELARE > helar.
- Si tenemos una vocal posterior [I, U] átona o tónica, va a tender a velarizarse.
Ej.: JUDEX > juez; JŎCUM > *FUECUM > juego.
f) CONS. + R: Las consonantes iniciales agrupadas con -r- tienden a conservarse. Ej.:
PRATUM > prado; DRACONEM > dragón. Hay casos de metátesis: CREPARE >
crebar >quebrar.
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g) CONS. + L: Tienden a conservarse (BLĬTU > bledo) salvo si la cons. que precede a
la -l es -P, -C, -F. En estos últimos casos se va a palatalizar (-ll): PLANTAM > llanta;
CLAMARE > llamar; FLAMMA > llama.
h) /G/ + L: Tiende a eliminarse el primer sonido. GLIRONE > lirón; GLATTIRE > latir.
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
normalmente va a ser una -e o una -i. SPECULUM > espejo; SPIRITUM > espítiru;
SCAMNU > escaño.
c) LA S SORDA se va a sonorizar
LA S SONORA va a desaparecer o se va a mantener.
CONSONANTES AGRUPADAS
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- LL: caballum > caballo
- RR: carrum > carro
- NN > Ñ > cannam > caña
EXCEPCIONES
- TRANSFORMACIÓN DE LA 2º CONSONANTE
- LUMBUM > lummum > lumo > lomo
- PALUMBUM > palummum > palomo
- DOMNUM > donnum > dueño
- AUTUMNUM > autunnum > otoño
c) SC + e/i > S + Ç
- MISCERE > mesçer > mecer
- PISCEM > pisçe > pez
- Tenemos el sonido S + C + E/I: A partir de ahí, vamos a ver la transformación
de la segunda consonante, que se va a ensordecer en ç. En español, esta ç se va
a asimilar en la consonante anterior. En el siglo XV, esta s se va a palatalizar
en z.
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- Si la vocal es una -o, -e, -i, la wau desaparece.
- ALIQUOD > algo
m) N + YOD > Ñ
- ARACNEA > aracnia > araña
1º Fase
- Van a tender a perderse excepto -s, -l, -r.
2º Fase
- Se pierden; las vocales átonas finales también caen.
- Sólo las consonantes -d, -n y -r pueden aparecer a final de la palabra.
- Alrededor del siglo XII-XIII, se da la apócope extrema (mucho > much).
- A partir del siglo XIV- XV la moda va a pasar y se van a recuperar las vocales finales
siempre y cuando su sonido anterior sea -p, -b, -ch, -k. Más tarde, las palabras podrán
terminar en -d, -n,-l, -r, -s y -z.
Como estos tres sonidos se parecen tanto, a partir de ahora –siglos XV y XVI– se va a
producir una disimilación:
- Africada predorsodental z/ç [ts] → Ɵ. Se va a hacer interdental.
-
- Fricativa apicoalveolar /ss/ [s] → S
-
- Fricativa prepalatal /x/ (j o g+e/i) [⟆] → 𝒳 (México, Texas) Se va a retrasar en el
punto de articulación.
-
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La distinción entre /Ɵ/ y /s/ no la tenemos en América. Antes de este resultado final, la
fricativa apicoalveolar se va a hacer predorsal, de tal manera que estos dos sonidos se van a
fusionar antes de pasar a /Ɵ/ y /s/, convirtiéndose en el mismo; ese es el inicio del seseo.
La interdentalización se produce en el siglo XVI en el norte de Castilla, de ahí que sea una
de las razones por la que la influencia del euskera sea una influencia para este reajuste. Esta
interdentalización, pata entonces, no llegó a Andalucía, que se había mantenido en la fase
previa del seseo. La interdentalización es posterior a la fusión de estos dos sonidos.
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
En el siglo XVIII va a aparecer el ceceo, posterior al seseo. Que tiene una connotación
negativa. Aunque no esté estudiado, podemos escuchar a algún hispanoamericano cecear.
APICŬLAM > apicula > abicula > abicla > abilla > abija > abeja
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La a átona final se ha mantenido por ser la vocal más resistente. Esto también ocurre
con la inicial.
- La consonante oclusiva bilabial sorda, en posición intervocálica, sonoriza en la
consonante b por el proceso de lenición.
- Se produce la síncopa de la u breve postónica.
- El grupo C’L, por acción de la yod 2º, va a pasar a J. La oclusión de la c, después de
sonorizada en g, se afloja en una fricación (y), que palataliza la l: C’L > g’l > yl > įḻ >
ḻ. La ḻ (ll) del español primitivo toma en el castellano antiguo el zumbido de ž, escrita
j.
CASĔUM > ca-se-o > ca-seo > casjo > caiso > ceiso > ceeso > ceso > queso
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- La vocal a suele mantenerse por ser la vocal por excelencia. Exceptuando con la yod
4º.
- La u átona final cambia de timbre a una o cerrada, que en español dará o.
- Todo grupo vocálico que hace hiato en latín clásico se convierte en diptongo en latín
vulgar. La e breve átona que formaba hiato, en el latín vulgar comienza a escribirse
como una i breve por el influjo de la yod.
- Por acción de la yod 4º, el grupo S+Y, altera su orden por metátesis.
- Cuando la yod se pone en contacto con la vocal a tónica, esta a inflexiona en una e.
- En un proceso intermedio, la yod se asimila a la palatal, dando ee. Como estas dos
vocales son el mismo sonido, se asimilan en una sola: e.
- En este caso, /k/ + e no se va a palatalizar porque ese es un proceso que debería haber
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convierte en prepalatal fricativa sorda (ts) y, más tarde, se vuelve africada
predorsodental (ç), sonorizándose. Finalmente, a partir de los siglos XV y XVI, por
influencia del euskera –o bien, por un reajuste–, se va a hacer interdental sorda (Ɵ).
Se mantiene la grafía ‘c’ pero no el sonido.
COGNATU > cognato > cognado > coinado > coñado > cuñado.
- La u breve átona cambia su timbre a u abierta, que se confunde con la o cerrada. Esta
o cerrada da en español la vocal -o.
- La a tónica se mantiene por ser la vocal por excelencia y la más abierta.
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- La o larga cambia su timbre a una o cerrada, que en español dará la vocal o.
- La oclusiva interdental sorda (t) sonoriza en ‘d’ por el proceso de lenición.
- El grupo consonántico GN se ve influenciado por la yod 2º y cambia a Ñ.
- La o cerrada se ve influenciada por la yod, es por eso que cambia su timbre, dando en
español la vocal u.
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La u breve átona cambia su timbre a u abierta, que se confunde con la o cerrada. Esta
o cerrada da en español la vocal -o.
- La oclusiva interdental sorda (t) sonoriza en ‘d’ por el proceso de lenición.
- La oclusiva velar sorda (c - /k/) sonoriza en ‘g’ por el proceso de lenición.
- La i cae por síncopa al ser la vocal pretónica más cercana a la tónica.
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No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- Las líquidas finales tienden a mantenerse.
- La oclusiva interdental sorda (t) sonoriza en ‘d’ por el proceso de lenición.
- La i breve átona cae por síncopa porque es la segunda vocal pretónica.
- En el grupo consonántico labial + dental, la labial se asimila a la dental, quedando una
geminada (dd). Este grupo se acaba simplificando en ‘d’.
FACIAT > facia > fagia > faiga > haiga > hega > haga
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diptongará en -ue.
- Por regla general, la F inicial ante diptongo permanece en lugar de aspirarse.
FOLIĀTILE > foliadile (> foljadile > folladile) > fojadile > hojadile > ojadle > ojaldre >
hojaldre
- La a tónica se mantiene como regla general.
- La o breve átona inicial cambia su timbre a una o cerrada, que en español da la vocal
o.
- La oclusiva dental sorda en posición intervocálica sonoriza en d debido al proceso de
lenición.
- El grupo LI, por influencia de la yod 2º, se palatalizó (ḻ) en el latín vulgar y persistió
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proceso de lenición.
- La i breve átona cae por síncopa por ser la vocal protónica más cercana a la vocal
tónica.
- Se produce una simplificación de geminadas (ll>l) a modo de excepción. El sonido
resultante es más pronunciable que el anterior.
HĔRBAM > herba > erba > ierba > ierva > hierba
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
HĔRĬ > ieri > ieir > ier > yer > ayer
- La h va a desaparecer en la escritura, por ser un sonido mudo.
- La e breve tónica cambia su timbre a una e abierta, que es español va a diptongar en
ie.
- Se produce una metátesis por influencia de la yod 4º.
- La segunda yod se pierde por ir contigua a un sonido palatal.
- La primera yod, al estar en posición inicial y seguirle un sonido palatal, palataliza en
‘y’.
- Se produce una prótesis, se añade la vocal a inicial para que el sonido se pronuncie
mejor.
HŌLŎRŌGĬŬM > horologio > orologio > orologjo > orolojo > rolojo > roloje > reloje >
reloj.
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La u breve final va a cambiar su timbre en una o cerrada, que en español dará una o.
- La h se va a dejar de escribir por ser muda. A partir del siglo XVI, muchas palabras
que originariamente llevaban h van a volver a utilizarla.
- La o larga tónica cambia su timbre a una o cerrada, que en español dará la vocal o.
- El grupo GY, por acción de la yod 3º, va a palatalizar en J.
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- Se produce la pérdida de la o inicial por el proceso de la aféresis.
- La o breve final, por influencia de extranjerismos, puede reducirse a una e.
- La o breve inicial va a pasar a e por disimilación, debido a que en la siguiente sílaba
hay una o acentuada.
- La e átona final caerá por apócope.
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INTĔGRUM > integro > intero > entero (palabra patrimonial)
> integru > íntegro (cultismo)
○ Tenemos una nasal más otra (/n/ + /t/), cada una de las cuales van a tender a
mantenerse en sílabas distintas.
○ La secuencia de oclusiva sonora /g/ + r, da dos opciones: o su mantenimiento o la
desaparición de la oclusiva sonora. Su comportamiento se asimila al intervocálico y,
por eso, cae por lenición.
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- La líquida lateral final (l), por acción de la yod 2º (forma espejo), va a palatalizar en
una ll. La e resultante del diptongo, al ir entre dos sonidos muy palatales, se pierde.
- Metátesis de LM > ML
- Se produce una disimilación de la líquida lateral en una líquida vibrante (l>r).
- Se produce una epéntesis de la b, por ser un sonido impronunciable.
PEDEM > pede > pee (el grupo ee diptonga en ie) > pie
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La oclusiva dental sonora, cuando se encuentra en posición intervocálica, tiende a
desaparecer por el proceso de lenición.
- El grupo vocálico -ee-, por disimilación, diptongará en ie.
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No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
perderse//también puede ser porque a la yod sigue a una vocal palatal, por lo tanto o
se asimila o cae.
- La e breve final cae por apócope extremo, una tendencia comenzada en Francia entre
el siglo XI y el XII.
PĬGNŎRAM > pignora > pegnora > pejnora > p(é)nora > penra > pendra > prenda.
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
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PRAEVIDĒRE > prievidere > previdere > previere > prevere > prever
- La e larga tónica, cambia su timbre a una e cerrada, que en español dará la vocal -e.
- Las consonantes iniciales agrupadas con r (cons- + -r) tienden a conservarse.
- El diptongo ae en latín clásico, se confundirá en latín vulgar con una e abierta, dando
en español el diptongo ie. Sin embargo, al encontrarse en la sílaba átona inicial, este
diptongo monoptongará en la vocal e.
- La consonante oclusiva dental sonora, al encontrarse en posición intervocálica, caerá
por el proceso de lenición.
- Por analogía con el verbo VIDĒRE –donde el diptongo ie se encontraría en la sílaba
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- Como k/g + u (wau) va seguido de la vocal a, el sonido se mantiene pero con grafía
distinta.
- El hiato ai se convierte en diptongo en el latín vulgar. Este diptongo, posteriormente,
monoptongará en ‘e’.
QUINDECIM > quindeci > quindece > quindce > quind’ce > quince
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La I breve átona final cambia su timbre a una i abierta, que se confundirá con la e
cerrada, que dará la vocal e en español.
- Se produce la síncopa de la e breve átona.
- La oclusiva velar sorda, al ir seguida de una vocal palatal (i), se palataliza. En latín
vulgar se hizo prepalatal fricativa sorda (ts) y, más tarde, se vuelve africada
predorsodental (ç), sonorizándose. Finalmente, a partir de los siglos XV y XVI, por
influencia del euskera –o bien, por un reajuste–, se va a hacer interdental sorda (Ɵ).
- En el grupo consonántico d’Ɵ (dental y gutural), la primera desaparece.
- Como k/g + u (wau) va seguido de la vocal i (o/e), la wau desaparece. En español, la
grafía se mantiene, pero no su sonido; la u aparece por cuestiones ortográficas.
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REGINAM > regína > reína > reina
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La a final átona se suele mantener por ser la vocal más abierta.
- La i larga cambia su timbre a una -i abierta (ī>į), que en posición tónica va a tender a
mantenerse.
- La e larga cambia su timbre a e cerrada (ē>ẹ), que en posición inicial átona tiende a
mantenerse.
- Las consonantes iniciales tienden a mantenerse excepto algunas excepciones.
- La consonante oclusiva velar sonora se convierte en fricativa al estar en posición
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- La a en posición tónica se mantiene.
- La e larga átona en posición inicial cambia su timbre ya en el latín vulgar (ē>ẹ). Esta
da en español una -e.
- La oclusiva velar sorda en posición intervocálica se sonoriza por el proceso de
lenición y pasa a -g.
- Se produce una apócope de la e átona final que, a partir del siglo XII, se generaliza
debido a la apócope extrema por influencia de francés .
SUMMARIU > summario > sommario > somario > somairo > someiro > someero > somero
> sumario
- La u breve átona final cambia su timbre a u abierta, que se confunde con la o cerrada.
Esta o cerrada da en español la vocal -o.
- La u breve átona inicial cambia su timbre a una u abierta, que se confundirá con la o
cerrada en el latín vulgar y que dará en español la vocal -o.
- Se produce una simplificación de geminadas (mm>m).
- Por acción de la yod 4º, el grupo RI va a sufrir una metátesis en IR.
- La a, por influencia de la yod 4º, va a inflexionar en e.
- Más tarde, la I se asimila a la E (EE) y se simplifica. (MATERIA > Madeira >
madeera > madera)
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No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La consonante oclusiva dental sonora, al ser intervocálica, desaparece por el proceso
de lenición.
- La larga tónica cambia su timbre a una i cerrada, que en español dará la vocal i.
- La oclusiva bilabial sorda, al estar en posición intervocálica, sonorizará en ‘b’ por el
proceso de lenición.
- La consonante inicial se mantiene por estar a principio de palabra
-
ŪNDĔCIM ( en latín ŭndĕce) > undeci > ondece > ondce > on’ce > once
> undécimo
- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La i átona postónica cambia su timbre a una e cerrada, que dará en español la vocal e.
- Se produce síncopa de la e átona postónica.
- En el latín vulgar cambió la cantidad vocálica de la u, pasándola a breve. La u breve
tónica cambia su timbre a una o cerrada (ọ), que en español dará la vocal o.
- La oclusiva velar sorda, al ir seguida de una vocal palatal (i), se palataliza. En latín
vulgar se hizo prepalatal fricativa sorda (ts) y, más tarde, se vuelve africada
predorsodental (ç), sonorizándose. Finalmente, a partir de los siglos XV y XVI, por
influencia del euskera –o bien, por un reajuste–, se va a hacer interdental sorda (Ɵ).
- En el grupo consonántico d’Ɵ (dental y gutural), la primera desaparece.
VARĬŎLAM > varíola > varióla > vairola > veirola > veerola > verola > veruola > veruela >
viruela
(CEREOLA > ciruela)
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- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- Dos vocales unidas en latín clásico que no forman diptongo (au, ae, oe) tienden a
diptongar por la tendencia antihiática del latín vulgar. En los diptongos se acentúa
siempre la segunda vocal, por eso la vocal tónica va a dejar de ser la i para ser la vocal
o breve.
- La v, que es una u semiconsonántica, se fricativizó y, al hacerlo, como se confundía
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con la b fricativa –la que está entre vocales–, como su sonido era muy similar,
adquiere el sonido pero sigue manteniendo la etimología latina.
- Por acción de la yod 4º, el grupo RI va a sufrir una metátesis en IR.
- La a, por influencia de la yod 4º, va a inflexionar en e.
- La o breve tónica va a cambiar su timbre a una o abierta. Esta o abierta diptongará en
uo y, más tarde, a partir del siglo XI, pasará a ue en español.
- La e átona inicial va a ver cambiado su timbre a i por influencia de una wau romance
en la siguiente sílaba.
VERĔCŪNDIAM > verecundia > verecunza > verecuenza > vereguenza > vergüenza.
○ La consonante inicial es simple. El sonido en latin e ‘v’ era labiodental sordo. Ese
sonido se confundía con la oclusiva bilabial nosora‘b’. Se mantiene en ‘v’ por el
interés de conservar la ortografía etimológica.
○ Las líquidas no suelen tener modificaciones, por eso la ‘r’ se mantiene.
○ El sonido velar sordo [k] de la consonante simple ‘c’, en interior de palabra y en
posición intervocálica, sonoriza en su homólogo velar sonoro /g/.
○ La secuencia consonante + dental + yod provoca la conservación de la consonante y
la palatalización del sonido dental + yod, que luego se va a hacer fricativa [ts]; la
fricativización + yod va a dar el sonido [Ɵ].
○ La -m final cae, porque las consonantes finales caen.
-
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VĪGINTI > viginte > viinte > veinte
- La i breve átona cambia su timbre a una i abierta, que se confundirá en latín vulgar
con la e cerrada, dando en español la vocal e.
- En los grupos consonánticos cuya primera consonante es continua (en este caso, -n),
lo general es que la continua permanezca como final de sílaba y la consonante
siguiente no se altere.
- La oclusiva velar sonora, por el proceso de lenición, tiende a fricativizar o
desaparecer cuando se encuentra en posición intervocálica. En este caso, va a
desaparecer.
- El grupo -ii-, por disimilación, diptongará en -ei-.
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ANDAR < andare
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palataliza, convirtiéndose en la africada sonora ‘ç’. Al ser la yod 1º, no hace
inflexionar ninguna vocal, por eso la e breve tónica diptonga en ie por no verse
afectada por la yod.
- La i breve en pos. intermedia y átona cae por síncopa.
- A partir del siglo XVI las africadas sonoras (ç) se debilitan y se convierten en
fricativas sonoras (ᶎ). A finales del siglo XVI, pierden la sonorización y se confunden
con las sordas (ş). A partir de la mitad del siglo XVI, esta fricativa dental sorda, se
convierte en interdental (Ө).
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- Las consonantes finales tienden a desaparecer excepto -n o -s. Las consonantes
-m/-s/-l finales desaparecen por apócope, un proceso que se produjo desde edades
muy tempranas y se generalizó, sobre todo, en el latín vulgar.
- La u larga tónica cambia su timbre a una u cerrada, que en español se mantendrá
como u.
- La oclusiva dental sorda (t) sonoriza en su correspondiente sonora (d) por el proceso
de lenición al ser intervocálica.
- Por acción de la yod 4º, el grupo ULT va a pasar a UCH debido de la vocalización de
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la l por efecto de la yod. Se produce la palatalización de la t en ch ([t⟆]), africada
prepalatal sorda. Finalmente se produce la pérdida de la yod.
- Epéntesis de la b.
- La i breve átona, cambió su timbre a una e cerrada, que en español daría la vocal e.
- Se produce la síncopa de la i átona postónica.
- Debido a esta síncopa, el grupo consonántico resultante M’N sufre una disimilación
de la segunda consonante convirtiéndose en r. Como el grupo consonántico MR era
impronunciable, se introduce una consonante epentética para reforzar y facilitar la
pronunciación.
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