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Magistrado Ponente: EMIRO GARCÍA ROSAS 

             
  Exp. Nº 2007-0249
 
Mediante oficio Nº 1101/07 del 12 de febrero de 2007, el Juzgado Primero de
Primera Instancia de Juicio del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de
Caracas, remitió a esta Sala el expediente contentivo de la demanda que por cobro de
prestaciones sociales y daño moral incoaran los abogados María Arrese-Igor, Olga Karina
Castro Quiñones, Simón Jurado-Blanco, Jorge Rubio, María Fernanda Reyes Ramos, Marta
Martín Briceño y Gabriel Cardozo Acosta, sin identificación en el expediente, actuando con
el carácter de apoderados judiciales del ciudadano MICHAEL STERLING LITTLE,
domiciliado en los Estados Unidos de América y titular del Pasaporte número 015193126,
contra la sociedad CHEVRONTEXACO GLOBAL TECHNOLOGY SERVICES
COMPANY, constituida conforme a las leyes del Estado de Delaware de los Estados
Unidos de América, cuya sucursal venezolana se encuentra domiciliada en la ciudad de
Maracaibo, Estado Zulia, inscrita en el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia, en fecha 28 de octubre de 1997, bajo el N° 52, Tomo 79-A,

cambiando su denominación social, según Acta de fecha 3


de octubre 2001, la cual se registró en el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia, en fecha 21 de noviembre de 2001, bajo el N° 52, Tomo 57-A.

Dicha remisión se efectuó a los fines de que esta Sala se pronuncie acerca de la
consulta de jurisdicción planteada de conformidad con el artículo 57 de la Ley de Derecho
Internacional Privado, en virtud de que el referido Tribunal declaró la falta de jurisdicción
del Poder Judicial venezolano frente al Juez Extranjero para conocer el caso de autos.

En fecha 13 de marzo de 2007 se dio cuenta en Sala y se designó ponente al


Magistrado Emiro García Rosas, a los fines de decidir la consulta.

El 20 de marzo de 2007, los abogados Juan Carlos Pró Rísquez y Eiryz Mata
Marcano, inscritos en el INPREABOGADO bajo los Nros. 41.184 y 76.888,
respectivamente, actuando con el carácter de apoderados judiciales de
CHEVRONTEXACO GLOBAL TECHNOLOGY SERVICES COMPANY,
presentaron escrito de “ratificación de declaratoria de falta de jurisdicción de los
Tribunales venezolanos” (Resaltado de la cita).

En fecha 11 de abril de 2007, los abogados Ricardo Henríquez La Roche, Ricardo


Henríquez Larrazábal, Jesús E. Guzmán y Aleyda Méndez de Guzmán, inscritos en el
INPREABOGADO bajo los Nros. 5.688, 64.816, 11.244 y 11.243, respectivamente,
actuando con el carácter de apoderados judiciales del demandante, presentaron escrito de
“Regulación de Jurisdicción”.

Realizado el estudio del expediente, pasa la Sala a decidir, previas las siguientes
consideraciones:

I
ANTECEDENTES
Mediante escrito presentado en fecha 5 de abril de 2004, ante la Unidad de
Recepción y Distribución de Documentos del Circuito Judicial del Trabajo del Área
Metropolitana de Caracas, los apoderados judiciales del ciudadano MICHAEL
STERLING LITTLE, interpusieron demanda por cobro de prestaciones sociales y daño
moral contra la sociedad mercantil “CHEVRON TEXACO GLOBAL SERVICIOS
TECONOLÓGICOS Co.” (sic).

Efectuada la distribución de la causa, le correspondió su conocimiento al Juzgado


Décimo Quinto de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Circuito
Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, el cual por auto del 6 de abril de
2004, se abstuvo de admitir la solicitud incoada por no llenar los requisitos establecidos en
el numeral 4 del artículo 123 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Mediante escrito presentado en fecha 5 de mayo de 2004, la parte acotra subsanó el


escrito presentado con anterioridad.

El 6 de mayo de 2004, la parte actora consignó diligencia de reforma de la solicitud


incoada, en la que expresó: “Reform[a] la demanda propuesta por [su] representado en el
sentido de expresar debidamente el nombre de la empresa demandada, el cual es:
CHEVRONTEXACO GLOBAL TECHNOLOGY SERVICES COMPANY”.

Mediante escrito de igual fecha, el abogado Ricardo Henríquez La Roche, ya


identificado, sustituyó poder reservándose su ejercicio en los abogados Ricardo Henríquez
Larrazábal, Alexander Galicia y Daniel Oquendo Reyes, inscritos en el INPREABOGADO
bajo los Nros. 64.816, 16.612 y 66.356, respectivamente.

Por auto del 10 de mayo de 2004, el prenombrado Juzgado admitió la demanda,


ordenó la notificación de la parte demandada y fijó la oportunidad para la realización de la
audiencia preliminar.

En fecha 20 de mayo de 2004, la parte actora, solicitó copias certificadas del


expediente, a los efectos del registro de la demanda e interrupción de la prescripción,
acordadas el 24 de ese mismo mes y año.

El 27 de mayo de 2004, el Alguacil consignó citación practicada a la demandada.

Por escrito de fecha 14 de junio de 2004, la parte actora reformó nuevamente la


demanda. En dicho escrito la mencionada representación argumentó, entre otras cosas, lo
siguiente:

Que el ciudadano MICHAEL STERLING LITTLE desde el año 1984, comenzó a


prestar servicios profesionales para la empresa CHEVRON USA, INC, en la ciudad de
New Orleáns, Lousiana, Estados Unidos de América, desempeñando los cargos de
“Abogado para la región oriental, División de Tierras”, y posteriormente el de “Asesor de
Derechos de Regalías” para la región oriental, permaneciendo en dicha ciudad hasta 1988.
Que entre los años 1989 a 1996, ejerció el cargo de “Asesor del Departamento
Legal y Negociaciones” de CHEVRON OVERSEAS PETROLEUM INC., en la ciudad de
San Ramón, California, Estados Unidos de América.

Que fue trasladado a Papua, Nueva Guinea (PNG), Australia, en el año de 1996 y
luego fue trasladado a Venezuela, Maracaibo, donde prestó servicios para la filial
CHEVRONTEXACO GLOBAL SERVICIOS TECNOLÓGICOS Co.; desempeñándose
como “Gerente Legal y Contratos”, desde el 16 de octubre de 1999 hasta el 26 de mayo de
2003, fecha en la que terminó su asignación en Venezuela y fue repatriado por CHEVRON
TEXACO a San Ramón, California, Estados Unidos de América, sede principal para
operaciones internacionales de la referida Empresa.

Que la fecha del último día de trabajo pagado fue el 26 de mayo de 2003, siendo
despedido –según lo expuesto- injustificadamente el 31 de diciembre de 2003 en los
Estados Unidos.

Que las empresas del “Grupo CHEVRON-TEXACO constituyen un Grupo


Económico de Producción de igual régimen legal”, de conformidad con lo previsto en el
artículo 21 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo.

Que dichas empresas “son solidariamente responsables frente a [su] representado,


para el pago de sus derechos laborales”.

Que las referidas empresas se rigen por una normativa interna para sus empleados
llamada “Fixed duration Assignament o simplemente el FDA que pretende aplicar
estipulaciones contractuales independientes de las leyes laborales de los países donde
presta servicios el trabajador, aun cuando esas leyes nacionales de los diferentes países,
sean más favorables al trabajador, que la normativa contenida en el FDA”.

Que la mencionada normativa indica que sólo los trabajadores venezolanos que
prestan servicios al “Grupo CHEVRON-TEXACO” deben regirse por las leyes laborales
venezolanas, excluyendo a los extranjeros que trabajen para dichas empresas.

Que el “GRUPO CHEVRON-TEXACO considera solamente a los venezolanos


como trabajadores en Venezuela, y a los expatriados como trabajadores de Estados
Unidos de América asignados temporalmente al extranjero y por eso trata de normalizar
los paquetes sin relacionarlos para nada como las leyes locales”(Resaltado de la cita).

Que a su representado no le han pagado ningún beneficio laboral previsto en la Ley


Orgánica del Trabajo venezolana, para lo que se fundamentó en el artículo 89 de la
Constitución.

 Que al momento en que su representado culminara la asignación en Venezuela (26


de mayo de 2003) fue repatriado, devengando la cantidad promedio mensual de diecisiete
mil trescientos ochenta y dos dólares con veinte centavos ($17.382,20), equivalente a la
cantidad de treinta y cuatro millones cuatrocientos cuarenta y un mil trescientos cuarenta y
cuatro bolívares con cuarenta y tres céntimos (Bs. 34.441.344,43).

Que su representado fue despedido injustificadamente de su puesto de trabajo y por


lo tanto tiene derecho a que le paguen las indemnizaciones previstas para el despido
injustificado, establecidas en la Ley laboral venezolana.

Que tiene derecho, a la antigüedad generada por el período de la relación de trabajo


que mantuvo con el Grupo CHEVRON-TEXACO.

Que la reclamación queda circunscrita al período laborado en Venezuela, “desde el


16 de octubre de 1999 hasta el 26 de mayo de 2003, ambos inclusive, o sea 3 años 7 meses
y 10 días”.

Que durante el tiempo de prestación de servicios en Venezuela, no disfrutó de sus


vacaciones, correspondientes a los períodos 1999-2000, 2000-2001, 2001-2002, ni del pago
correspondiente al bono vacacional de los citados períodos. Agregó, que igualmente, se le
adeuda el pago de las vacaciones fraccionadas y bono vacacional fraccionados.

Que el “GRUPO CHEVRON TEXACO” no fue firme con su oferta de traslado a


Venezuela, ya que su representado había impuesto como condición para trabajar en
Venezuela, que el referido Grupo colaborara con su esposa, en los trámites para ubicarla
laboralmente en la ciudad de Maracaibo, incumpliendo con dicha promesa, lo que le generó
gastos superiores a lo presupuestado.  
Que vio afectada su reputación en vista de acusaciones, amenazas, insultos graves y
difamación producidos por el entonces Director General del “Proyecto LL-652” (Carlos
Aguilera), a raíz de un incidente acaecido el 19 de mayo de 2001, con motivo de la
asignación de un taladro a la Compañía Shell para uso en operaciones dentro del Lago de
Maracaibo.

Que los daños morales causados por las falsas promesas y difamaciones los estima
en dos mil millones de bolívares (Bs. 2.000.000.000,00)

Que demanda a la empresa CHEVRONTEXACO GLOBAL TECHNOLOGY


SERVICES COMPANY el pago total de cuatro mil quinientos setenta y cuatro millones
seiscientos veintinueve mil cuatrocientos sesenta y nueve bolívares con veinte céntimos
(Bs. 4.574.629.469,20).

Por auto del 16 de junio de 2004, el Juzgado Décimo Quinto de Primera Instancia de
Sustanciación, Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo del Área
Metropolitana de Caracas, admitió el escrito de reforma de la demanda, ordenó la
notificación de la parte demandada y fijó la oportunidad para la realización de la audiencia
preliminar.

En fecha 7 de julio de 2004, fue practicada la notificación correspondiente.

El 3 de agosto de 2004, los apoderados judiciales de la sociedad mercantil


CHEVRONTEXACO GLOBAL TECHNOLOGY SERVICES COMPANY, opusieron
la falta de jurisdicción de los tribunales venezolanos para conocer de la presente causa, así
como la falta de caución para proceder en juicio y manifestaron lo siguiente:

Que la demanda fue intentada por un ciudadano de nacionalidad estadounidense;


domiciliado en Estados Unidos de América y reclama supuestos beneficios laborales
derivados de la terminación de un contrato de trabajo en los Estados Unidos de América.

Que el demandante prestó servicios en Venezuela de manera temporal, por un “…


período prácticamente insignificante si se le compara con la duración total de la relación
de trabajo que él mismo alega en su libelo de la demanda y subsiguientes reformas (de los
casi 19 años que duró la relación de trabajo, el ACTOR no llegó a prestar siquiera 4 años
de servicios en territorio venezolano)”.

Que el despido que origina las reclamaciones laborales contenidas en el libelo de la


demanda y subsiguientes reformas, se produjo mientras el actor prestaba servicios en los
Estados Unidos de América, para CHEVRONTEXACO OVERSEAS PETROLEUM
COMPANY, una compañía estadounidense, que no tiene domicilio ni intereses directos en
Venezuela y que, “no ha sido demandada en el presente juicio”.

Asimismo, manifestaron lo siguiente:

“(…) tomando en cuenta que en el caso que nos ocupa: (i) La relación
de trabajo comenzó y terminó en los Estados Unidos de América; (ii)
Las partes involucradas poseen la nacionalidad estadounidense; y (iii)
El ACTOR recibió el pago de todos y cada uno de los beneficios
previstos por la legislación del estado de California, en una cuenta de
nómina en un banco ubicado en los Estados Unidos de América;
resulta necesario concluir que estamos en presencia de (i) un asunto
patrimonial; (ii) en el que el demandado no tiene su domicilio
principal en Venezuela, sino en el estado de Delaware, Estados
Unidos de América; y (iii) se trata de una demanda sobre derechos
personales (vgr. Prestaciones sociales) cuya obligación deba
ejecutarse en el extranjero (vgr. En los Estados Unidos de América).
Todo lo anterior permite concluir que los tribunales venezolanos
carecen de jurisdicción para conocer del caso planteado por el
ACTOR.”
Agregaron, que el actor debe ser conminado a prestar caución suficiente para
garantizar las resultas del juicio a su representada en atención a lo establecido en el artículo
36 del Código Civil.

El Juzgado Décimo Sexto de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y


Ejecución del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas,  a quien le correspondió conocer
de la realización de la audiencia preliminar, ordenó en fecha 4 de agosto de 2004 la
remisión del expediente al Juzgado Décimo Quinto de Primera Instancia de Sustanciación,
Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de
Caracas, a los fines de que previamente se pronuncie sobre la falta de jurisdicción opuesta
por el demandado.
En fechas 9 y 10 de agosto de 2004, la parte actora rechazó los argumentos
presentados por la demandada al oponer la falta de jurisdicción y solicitó se desechara tal
pedimento.

Mediante decisión de fecha 19 de agosto de 2004, el Tribunal Décimo Quinto de


Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del
Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, afirmó la jurisdicción de los tribunales
venezolanos, en los siguientes términos:

“(…) no existiendo evidencias en autos de manifestación alguna de


voluntad de las partes, de someter sus diferencias a la jurisdicción de
otros tribunales distintos a los venezolanos, sino que por el contrario,
al existir la expresa aceptación de la parte accionada de la prestación
del servicio del ciudadano reclamante, por un espacio de tiempo en el
territorio venezolano (Maracaibo), y siendo que el hecho que suscitó
las relaciones entre el accionante y la sociedad mercantil demandada,
esto es, la supuesta prestación de servicios, que tuvo lugar – conforme
se afirma en el libelo- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia,
(Venezuela), de manera que el hecho originario que pudiera dar lugar
a eventuales obligaciones se ha producido en territorio nacional,
debiendo entenderse entonces que es al Derecho del Foro a las que
tales obligaciones se encontrarían vinculadas.(…)
…omissis…
En lo que atañe a la jurisdicción, como poder de administrar
justicia, la Ley de Derecho Internacional Privado, en su Capítulo IX,
artículos 39 al 42, prescribe los criterios atributivos de lamisca,
distinguiendo, los supuestos relativos a acciones patrimoniales, a
universalidades y en materia de estado civil y relaciones familiares.
Siendo así, tratándose en el presente caso de hechos y obligaciones
ejecutadas en el territorio de la República, pues es Venezuela y por
ende ante sus Tribunales, el lugar de conformidad con el numeral 2
del artículo 40 de la Ley de Derecho Internacional Privado, ante el
cual cabe el ejercicio de acciones de contenido patrimonial, como es
el caso, en consecuencia corresponde a los Tribunales venezolanos la
jurisdicción para conocer del presente juicio.
…omissis…
Por tales razones y por cuanto no se desprende de las actuaciones
que cursan en autos, alguna otra circunstancia que conlleve a este
Tribunal a declarar que no tienen la jurisdicción los tribunales
venezolanos a favor de uno extranjero, considera procedente declarar
que el poder judicial venezolano sí tiene jurisdicción para conocer y
decidir esta controversia. Así se declara.
DECISIÓN
Con fundamento a las anteriores consideraciones, este Juzgado
Décimo Quinto de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y
Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Area Metropolitana de Caracas, administrando justicia en
nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de
la Ley, declara que el PODER JUDICIAL VENEZOLANO SÍ
TIENE JURISDICCIÓN para conocer y decidir en el presente juicio
por cobro de prestaciones sociales y otros débitos laborales, incoado
por el ciudadano MICHAEL LITTLE contra CHEVRONTEXACO
GLOBAL TECHNOLOGY SERVICES COMPANY. En
consecuencia se ordena la continuación de la causa y por consiguiente
se fija las 11:00 a.m., el décimo día de despacho siguiente a la
presente fecha, para que tenga lugar la audiencia preliminar…” (sic).
En fecha 2 de septiembre de 2004, el Juzgado Vigésimo Primero de Primera
Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo del
Área Metropolitana de Caracas conoció del inicio de la audiencia preliminar.

Por decisión de fecha 16 de septiembre de 2004, el referido Juzgado, declaró


inadmisible la solicitud de caución al trabajador contratado en el extranjero, en los
siguientes términos:

“Visto el escrito de fecha 03 de agosto de 2004 presentado por los


abogados (…) en su condición de apoderados de la parte demandada
mediante el cual solicita `la aplicación de las normas de Derecho
Internacional Privado venezolano, en especial los artículo 39, 40, 41 y
42 de la LEY DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO que
establecen los criterios atributivos de la jurisdicción para el caso de
juicios intentados en contra de personas que estén domiciliadas fuera
del territorio venezolano(…)
…omissis…
En el escrito de solicitud de la parte demandada se hace alusión de
una serie de criterios jurídicos y de jurisprudencia de los años 1970 y
1973 donde a pesar de reconocer que estamos frente a un criterio
estrictamente civilista lo acogen para una materia especial como la
laboral, procediendo a declarar con lugar la cautio judicatum solvi,
sentencia del 26 de marzo de 1973, el Juzgado Segundo de Primera
Instancia del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Distrito
Federal y Estado Miranda, en forma no reiterada por lo cual no debe
ser un criterio acogido por nuestra jurisprudencia. Sin embargo
nuestra jurisprudencia ha avanzado y ha sostenido reiterada e
invariablemente la INADMISIBILIDAD de la exigencia de ésta
caución al trabajador contratado en el extranjero, cuando concluye su
contrato de trabajo en Venezuela porque el domicilio del trabajador
es el lugar donde presta sus servicios. Por lo demás el convenio 97 de
la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por nuestro
país, acuerda a los trabajadores extranjeros los mismos derechos que
a los venezolanos. Aunado a que nuestra novísima Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, contiene unos principios y unas disposiciones
para proceder a dictar medida cautelares contrarios a esta solicitud.
Por lo cual este juzgado considera que no debe prosperar la solicitud
de caución formulada por la demandada. ASÍ SE DECIDE”.
En auto de fecha 14 de octubre de 2004, el mencionado Juzgado reprogramó la
prolongación de la audiencia, desde el 27 de octubre de 2004 sucesivamente hasta el 21 de
diciembre de 2004, cuando se dio por concluida, ordenándose incorporar los escritos y
elementos de pruebas consignados por las partes.

El 13 de enero de 2005, los apoderados judiciales de la demandada, consignaron


escrito de contestación, en el que opusieron nuevamente la falta de jurisdicción de los
Tribunales venezolanos frente a los Tribunales de los Estados Unidos de América, con base
fundamentalmente en lo siguiente:

“Según se desprende del documento notariado promovido por el


propio ACTOR en su escrito de promoción de pruebas marcado con la
letra `A´, específicamente en su cláusula novena, las partes
convinieron expresamente someter cualesquiera diferencias que
pudieran suscitarse con ocasión de la ejecución o incumplimiento del
contrato, a la jurisdicción exclusiva de los tribunales del estado de
California, Estados Unidos de América, lo que lógicamente responde
a todos los elementos que vinculan a las partes con la referida
jurisdicción. En tal sentido, señala textualmente la precitada cláusula
contractual:
NOVENO: Las partes acuerdan que el presente contrato
se regirá por las leyes de California, Estados Unidos de
América, independientemente de lo que dispongan las
normas de conexión. Las partes se someten a la
jurisdicción exclusiva de California, Estados Unidos de
América, a los efectos de la solución de cualquier
disputa surgida con ocasión de la ejecución o el
incumplimiento del presente contrato”
(…) estamos en presencia de un contrato, presentado como
prueba por el propio ACTOR en el presente juicio, mediante el
cual las partes expresamente acordaron someter sus
controversias a la jurisdicción exclusiva de los tribunales del
estado de California, Estados Unidos de América. Ante tal
declaración expresa de la voluntad de las partes, y vista la
validez de las cláusulas contractuales que derogan la
jurisdicción de los tribunales venezolanos en casos como el que
nos ocupa, a tenor de la doctrina jurisprudencial de la SPA del
TSJ, solicitamos respetuosamente sea declarada la FALTA DE
JURISDICCIÓN de los órganos de justicia venezolanos, frente a
los tribunales del estado de California, Estados Unidos de
América”.
…omissis…
Para el supuesto negado de que este Juzgado (…) considere que
los tribunales venezolanos tienen jurisdicción para conocer de la
presente demanda, subsidiariamente (…) solicitamos
respetuosamente que, sobre la base de la doctrina del forum non
conveniens, la cual constituye un principio de derecho
generalmente aceptado, sea declinada la jurisdicción a favor de
los órganos de justicia de los Estados Unidos de América.
…omissis…
(…) vale observar que habiendo establecido que es relativo el
carácter de orden público de las disposiciones contenidas en la
LOT en el ámbito de las relaciones laborales nacionales,
debemos afirmar, como lo señala la doctrina nacional, que
dichas excepciones se deben presentar con mayor fuerza en el
ámbito de las relaciones laborales internacionales, es decir, en
aquellas que se relacionan con más de un ordenamiento jurídico
…omissis…
(…) destaquemos entonces que nos encontramos frente a una
relación jurídica en la que las partes, válidamente y en estricto
apego a las normas que regulan los contratos privados,
determinaron ab initio las reglas de derecho sobre las cuales
habría de desarrollarse la mencionada relación.
…omissis…
(…) sin perjuicio de la improcedencia de aplicar al ACTOR la
legislación laboral venezolana, resulta evidente que las
asignaciones que recibió el ACTOR durante su asignación
temporal en Venezuela no revisten carácter salarial y así
solicitamos sea declarado. (…)”  (Resaltado de la cita).
Por auto del 14 de enero de 2005, el mencionado Juzgado ordenó la remisión del
expediente a la Unidad de Recepción y distribución de Documentos del Circuito Judicial
Laboral del Área Metropolitana de Caracas a los fines de su distribución a los Juzgados de
Juicio del Trabajo de esa Circunscripción Judicial, de conformidad con el artículo 136 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, correspondiéndole el conocimiento al Tribunal Primero
de Primera Instancia de Juicio del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de
Caracas.

En fecha 3 de febrero de 2005, el Tribunal Primero de Primera Instancia de Juicio


del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas se pronunció sobre la
admisibilidad de las pruebas promovidas.

Por diligencia del 10 de febrero de 2005, los apoderados judiciales de la


demandada, solicitaron pronunciamiento sobre el “nuevo pedimento relacionado con la
FALTA DE JURISDICCIÓN de los Tribunales venezolanos para conocer de la presente
acción, formulado dicho pedimento sobre la base de nuevos hechos que actualmente
constan en el presente expediente”. Asimismo, solicitó nuevo pronunciamiento respecto de
la cautio judicatum solvi planteada en la contestación a la demanda y apeló de la negativa
del Tribunal a admitir las pruebas de informes requeridas por su mandante.

En fecha 11 de febrero de 2005, el referido Tribunal oyó en un solo efecto la


apelación de las pruebas promovidas.

Mediante escrito de fecha 14 de febrero de 2005, la parte actora apeló del auto
dictado por el mencionado Juzgado en el que se pronuncia sobre la negativa de admisión de
pruebas promovidas y comprendidas en los numerales segundo, cuarto y quinto.

Por auto de fecha 15 de febrero de 2005, el Tribunal Primero de Primera Instancia


de Juicio del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, negó la
apelación presentada por la parte actora, al considerar que no había sido interpuesta
tempestivamente.

En fechas 14 de febrero y 2 de marzo de 2005, la parte actora consignó escrito en el


que impugnó las pruebas documentales promovidas por la parte demandada que “no han
sido traducidas al idioma español”.
Mediante escrito de fecha 4 de marzo de 2005, la parte demandada solicitó librar las
correspondientes rogatorias; conceder el término extraordinario ultramarino para la
evacuación de pruebas, la suspensión de la audiencia de juicio y pronunciamiento sobre los
pedimentos contenidos como puntos previos en el escrito de contestación relacionadas con
la falta de caución para proceder en juicio y la falta de jurisdicción de los tribunales
laborales venezolanos para conocer de la acción planteada. Asimismo solicitó la
designación de intérprete público.

Por decisión de fecha 4 de marzo de 2005, el Juzgado Segundo Superior del Trabajo
del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, declaró parcialmente
con lugar el recurso de apelación interpuesto por el apoderado judicial de la parte
demandada, respecto de las pruebas promovidas por éste.

El 21 de marzo de 2005, la parte demandada insistió en el nuevo pedimento


relacionado con la falta de jurisdicción de los tribunales venezolanos para conocer de la
presente acción, con base en los nuevos hechos presentados.

Mediante diligencia de fecha 15 de abril de 2005, la parte actora rechazó los


argumentos relativos, tanto de la falta de jurisdicción de los tribunales venezolanos, como
de la caución presentados por la demandada, en virtud de que, “han sido ya resueltos en el
presente juicio, reafirmándose la jurisdicción laboral venezolana y desestimándose la
necesidad de caucionar por parte de nuestro representado”.

Efectuada la sustanciación, en fecha 17 de enero de 2007, tuvo lugar la audiencia de


juicio. Presentes las partes y luego de haber hecho uso, cada una de ellas, del derecho de
palabra, el Juez de la causa declaró en fecha 31 de enero de 2007, no tener jurisdicción para
conocer de la reclamación intentada por el ciudadano MICHAEL STERLING LITTLE.
El 7 de febrero de 2007, fue consignada la decisión, en los siguientes términos:

“…la demandada ha planteado la existencia de una cláusula de


elección de foro, mal denominada por ella `cláusula de domiciliación
contractual´, cuya validez acarrearía la derogatoria de la jurisdicción
que tienen nuestros Tribunales de conformidad con los criterios
atributivos transcritos y tomados en consideración por el Tribunal
Sustanciador. (…)
(…) es necesario transcribir la cláusula novena del contrato de
trabajo que riela a los folios 02 y 03 del Cuaderno de Recaudos I, el
cual fue producido por el accionante y de cuyo mérito pretende
valerse la accionada. (…)
Al tratarse de un instrumento producido por el accionante y
reconocido por su contraparte, el Tribunal debe considerar que esta
cláusula es expresión de la autonomía de la voluntad en la
reglamentación del litigio con elementos de extranjería y al no
haberse atacado el contrato conforme a los mecanismos que prevé el
ordenamiento jurídico de referencia (el nacional), debe considerarse
firme y auténtica tal manifestación.
…omissis…
Respecto a la materia laboral, se ha sostenido que el art. 10 LOT no
permite la derogatoria convencional de la jurisdicción, en virtud del
carácter territorial y de orden público de la legislación laboral. En
este aspecto, considera quien decide que la territorialidad del art. 10
LOT no puede extenderse al aspecto de la determinación de la
jurisdicción, pues esta norma es de carácter eminentemente sustantiva
y debe desplegar los efectos que el operador jurídico considere
pertinentes en el ámbito del Derecho aplicable al fondo y en atención
al caso concreto. Aun considerando que no basta la calificación
apriorística de una normativa como de orden público venezolano, sino
que es indispensable la afectación de principios esenciales del orden
público, habría que observar como posible impedimento a la eficacia
de la cláusula de elección de foro pactada por las partes, que la
derogatoria del litigio de marras afecte principios esenciales del
orden público venezolano, ello, conforme al mencionado art. 47 LDIP.
El mecanismo de control de esta última norma no consiste en
determinar si hay o ha habido una violación a los principios
esenciales del orden público (de esa manera actúa la institución
consagrada en el art. 8 LDIP), sino que del término `afecten´ debe
interpretarse interesen o representen principios esenciales del sistema.
Pero la imperatividad de las reglas contenidas en la Ley Orgánica del
Trabajo reclamará aplicación sólo en el ámbito sustantivo, sin que
ello permita concluir que la materia laboral en su totalidad debe estar
sustraída de la convención de las partes tendiente a decidir qué
órgano habrá de conocer sobre sus controversias, pues si los sujetos
procesales, como en el caso de autos, se encuentran contestes en que
el contrato habría nacido y venido a menos en el extranjero, que el
demandante allí tiene su domicilio y que la vinculación de la relación
es más fuerte con los órganos jurisdiccionales de otro país, tales
consideraciones resultan fundamentales para la obtención de una
justicia idónea, (…)
…omissis…
Siendo así, el Tribunal considera que el presente caso no encuadra
dentro de los supuestos de jurisdicción inderogable que protege el art.
47 de la Ley de Derecho Internacional Privado, debiendo validar lo
expresamente pactado por las partes en cuanto al órgano que deberá
conocer sus controversias. Por tales razones, se declara de oficio la
falta de jurisdicción de los Tribunales venezolanos para conocer de
esta acción, en aplicación del art. 57 de la Ley de Derecho
Internacional Privado, pues las partes eligieron un foro distinto y no
se ven afectados principios esenciales del orden público venezolano.
(…)
…omissis…
(…) los Tribunales venezolanos no tienen jurisdicción para conocer de
la demanda interpuesta por el ciudadano MICHAEL LITTLE contra
la sociedad mercantil denominada CHEVRON TEXACO GLOBAL
TECHNOLOGY SERVICES, COMPANY, (…) En consecuencia, se
ordena la remisión del presente expediente, en su totalidad, a la Sala
Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, a los fines
que decida sobre la consulta (…)”.
En fecha 8 de febrero de 2007, la parte actora apeló de la referida decisión, por
existir “cosa Juzgada sobre ese asunto”.

El 12 de febrero de 2007, el referido Juzgado ordenó la remisión del expediente a la


Sala Político-Administrativa de este Alto Tribunal, a los fines de la consulta prevista en el
artículo 57 de la Ley de Derecho Internacional Privado, el cual fue recibido en esta Sala en
fecha 8 de marzo de 2007. Asimismo, negó la apelación interpuesta por la parte actora “por
cuanto la causa se encuentra suspendida en virtud de la falta de jurisdicción planteada”.

II
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Corresponde a esta Sala pronunciarse sobre la consulta de jurisdicción sometida a su
conocimiento, para lo cual se observa lo siguiente:

Previo a efectuar el análisis respecto al asunto debatido, considera la Sala necesario


referirse al escrito consignado por los apoderados judiciales del demandado en fecha 20 de
marzo de 2007, y al escrito presentado por el actor en fecha 11 de abril de 2007, sin
expresar el fundamento legal de tal actuación, asunto sobre el cual conviene hacer las
siguientes precisiones:

            Conforme al primer aparte del artículo 19 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, la regla del Código de Procedimiento
Civil rigen de manera "supletoria" en   los procedimientos que cursen en este Máximo
Tribunal, lo que implica que es la referida ley el instrumento normativo que debe aplicarse,
preferentemente, en cada una de las actuaciones que lleva a cabo la Sala y sólo en caso de
que no medie una norma en particular que regule la situación que se trate, es que se acudirá
al mencionado código.

            Al respecto, el artículo 63 del referido Código establece que "La determinación
sobre la jurisdicción se dictará sin previa citación ni alegatos, ateniéndose la Corte
únicamente a lo que resulte de las actuaciones remitidas” (Resaltado de la Sala).

Así las cosas, debe la Sala precisar que como la norma aplicable prevé que debe
decidirse sin alegatos, sólo con las actuaciones remitidas, el escrito de alegatos de los
apoderados judiciales del demandado, no será valorado a los fines decisorios. Así se
declara. 

En segundo lugar, cabe destacar que los apoderados judiciales del demandado
opusieron como defensa previa, la falta de jurisdicción de los Tribunales venezolanos
respecto de los Tribunales de los Estados Unidos de América para conocer el presente
asunto y el 19 de agosto de 2004, el Tribunal Décimo Quinto de Primera Instancia de
Sustanciación, Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo del Área
Metropolitana de Caracas declaró que el Poder Judicial venezolano sí tenía jurisdicción
para conocer de la demanda interpuesta.

 En tal sentido, la decisión en la que el juez confirma la atribución que tiene el Poder
Judicial venezolano para conocer y decidir un caso en concreto es impugnable mediante el
ejercicio del recurso de regulación de jurisdicción, previsto en el artículo 57 de la Ley de
Derecho Internacional Privado, que dispone:
 “Artículo 57.- La falta de jurisdicción del Juez venezolano respecto
del Juez extranjero se declarará de oficio, o a solicitud de parte, en
cualquier estado o grado del proceso.
La solicitud de regulación de la jurisdicción suspende el
procedimiento hasta que haya sido dictada la decisión
correspondiente.
En caso de afirmarse la jurisdicción de los Tribunales venezolanos
la causa continuará su curso en el estado en que se encuentra al
dictarse la decisión, pero la decisión que la niegue deberá ser
consultada en la Corte Suprema de Justicia, Sala Político-
Administrativa, a cuyo efecto se le remitirán inmediatamente los autos
y si es confirmada se ordenará el archivo del expediente, quedando
extinguida la causa” (Negrillas de la Sala).
 
Como se expresó anteriormente, el Tribunal Décimo Quinto de Primera Instancia de
Sustanciación, Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo del Área
Metropolitana de Caracas, competente para resolver cuestiones que no tienen relación con
el mérito, pero que pueden afectar la validez del proceso, como la de autos, afirmó la
jurisdicción que tienen los Tribunales Venezolanos para conocer de la causa y no hubo,
según se desprende de las actas procesales, por parte de quien pudiera verse perjudicado
por la decisión en cuestión, solicitud de regulación de jurisdicción, de conformidad con lo
establecido en el artículo 57 ejusdem, quedando firme la referida decisión.

No obstante, los apoderados judiciales del demandado por diligencia del 10 de


febrero de 2005, solicitaron pronunciamiento sobre el “nuevo pedimento relacionado con
la FALTA DE JURISDICCIÓN de los Tribunales venezolanos para conocer de la presente
acción, formulado dicho pedimento sobre la base de nuevos hechos que actualmente
constan en el presente expediente”, referidos a la existencia de una cláusula contractual, en
la que se somete el conocimiento de cualquier controversia derivada de dicha relación
laboral, a los Tribunales de California de los Estados Unidos de América.

Visto lo anterior, debe esta Sala advertir la actuación irregular cometida por el
Juzgado Primero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo del Área Metropolitana de
Caracas, quien mediante decisión de fecha 7 de febrero de 2007 declaró procedente la falta
de jurisdicción, de la que deriva la consulta sometida al conocimiento de esta Sala. Es
evidente, que mal podía producirse un nuevo pronunciamiento que versara sobre el mismo
asunto ya decidido por el Tribunal Décimo Quinto de Primera Instancia de Sustanciación,
Mediación y Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de
Caracas, que afirmó la jurisdicción de los Tribunales venezolanos para conocer del asunto
debatido, siendo que en la oportunidad procesal correspondiente no se presentó el recurso
mediante el cual se impugnan este tipo de decisiones que deben ser resueltas por este
Máximo Tribunal.

Asimismo, debe esta Sala resaltar que no se trata de un hecho nuevo el que pretende
alegar el demandado para justificar el nuevo pedimento de falta de jurisdicción, ya que el
contrato de trabajo en el que se encuentra inserta la “cláusula de domiciliación” que
alegan, es anterior a la presentación de la demanda y conocido por el actor, ya que éste es
parte del mismo.

Por otra parte, ha señalado esta Sala, que la falta de jurisdicción es materia de orden
público y por ende es inderogable e irrenunciable por las partes, por cuanto constituye un
presupuesto procesal esencial de las decisiones judiciales, (cuya inobservancia
indefectiblemente acarrea la nulidad de lo actuado con posterioridad) que debe ser
declarado ya de oficio, o bien a solicitud de parte, como se indica en las diferentes hipótesis
contempladas en el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil.

De tal manera, que si bien la cuestión de jurisdicción es de estricto orden público y


presupuesto indispensable para que el Juez pueda pronunciarse sobre el asunto llevado a su
conocimiento, no existiendo límite para su denuncia, ya que ésta puede ser declarada en
cualquier estado o instancia del proceso; no obstante, deben promoverse todas las
denuncias de manera conjunta y acumulativamente en un mismo escrito, no pudiendo
admitirse ninguna otra cuestión que verse sobre el mismo asunto, con posterioridad a que la
decisión haya alcanzado el efecto de cosa juzgada, debiendo en consecuencia respetarse los
términos establecidos en ésta, siendo nula la decisión posterior que declaró sin lugar la falta
de jurisdicción.

En tal sentido, visto que la cuestión de jurisdicción planteada ya había sido resuelta
por el Tribunal Décimo Quinto de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y
Ejecución del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, el cual
afirmó en sentencia del 19 de agosto de 2004, la jurisdicción que tienen los Tribunales
Venezolanos para conocer de la demanda que por cobro de prestaciones sociales y daño
moral incoaran los apoderados judiciales del ciudadano MICHAEL STERLING
LITTLE, contra la sociedad CHEVRONTEXACO GLOBAL TECHNOLOGY
SERVICES COMPANY; y por cuanto no fue presentada solicitud de regulación de
jurisdicción, única forma de enervar esa sentencia que había alcanzado la autoridad de la
cosa juzgada, la remisión que ha hecho el a quo a esta Sala, carece de asidero jurídico, pues
tal fallo quedó, desde entonces, al no ser impugnado, definitivamente firme. Así se declara.

En relación a la actuación de los abogados, se advierte que en lo sucesivo deben


abstenerse de intentar recursos manifiestamente infundados.

Se ordena remitir las presentes actuaciones al Juzgado Primero de Primera Instancia


de Juicio del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, a los fines de que la causa siga su
curso.

III
DECISIÓN
En virtud de los razonamientos precedentemente expuestos, esta Sala Político-
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia, en nombre de la
República y por autoridad de la Ley, declara:

1.- Que la decisión dictada por el Juzgado Décimo Quinto de Primera Instancia de
Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, en
fecha 19 de agosto de 2004, es cosa juzgada. En consecuencia, está FIRME dicha
sentencia, según la cual el Poder Judicial Venezolano sí tiene jurisdicción para conocer del
presente caso.

2.- SE REVOCA la decisión dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia


de Juicio del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, de fecha 7 de febrero de 2007.

En consecuencia, de conformidad con el artículo 57 de la Ley de Derecho


Internacional Privado, se ordena devolver el expediente al Juzgado de Primera Instancia de
Juicio del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas, a los fines de que la causa continúe
su curso.

Publíquese, regístrese y comuníquese. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa


del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los ocho (08) días del mes de mayo del año
dos mil siete (2007). Años 197º de la Independencia y 148º de la Federación.
                
La Presidenta
EVELYN MARRERO ORTÍZ
La
Vicepresidenta 
YOLANDA
JAIMES GUERRERO
 
Los Magistrados,
LEVIS IGNACIO ZERPA                                             
HADEL MOSTAFÁ PAOLINI
 
EMIRO GARCÍA ROSAS
Ponente
 
La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN
En nueve (09) de mayo del año dos mil siete, se publicó y registró la anterior sentencia
bajo el Nº 00698.
 
La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN

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