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Publicación Mensual    Vol.

V - Nº 54   Octubre de 2022

Hace 25 años, un
holocausto victorioso
mapio.net
Imagen
elocuente
de Dios
E
ntre las razones por las cuales el oro y la pla-
ta son considerados metales nobles están el de ser
incorruptibles y simbolizar, por su color, cierta
súper excelencia de las cualidades del alma. Esa incor-
ruptibilidad es una imagen de una propiedad del es-
píritu. Por lo tanto, la nobleza de esos metales es-
tá en el hecho de presentar una cualidad que les da
apariencia de pertenecer a una categoría superior.
Eso que se dice del oro y de la plata se puede
decir de otras creaturas, en la medida en que
alcancen una sublimidad que hace de ellas
una imagen particularmente cercana, ex-
presiva de Dios. Hay una nobleza inheren-
te al jatobá, el cual vive doscientos, tres-
cientos años, es grande, fuerte, espléndi-
do, cuya madera no puede ser quebra-
da; hay una fuerza dentro de esa lon-
gevidad y de esa riqueza que es algo de
sublime en el género, y una imagen
elocuente de aquello que Dios es. En
esto el jatobá es noble en relación a
un simple arbusto.

(Extraído de conferencia del 31/07/1961)


Publicación Mensual Vol. V - Nº 54 Octubre de 2022
Sumario Vol. V - No. 54   Octubre de 2022

Las materias extraídas de


exposiciones verbales del Dr. Plinio
— designadas como “conferencias” —
En la portada, son adaptadas al lenguaje escrito,
Dr. Plinio. sin revisión del autor
Hace 25 años, un
holocausto victorioso Foto: Archivo Revista

Editorial
Dr. Plinio 4 ¡Un holocausto que compró
la realización de las promesas!
Revista Mensual de Cultura Católica
La sociedad analizada por Dr. Plinio
Director: 7 Originalidad del orden Medieval
Roberto Kasuo Takayanagi

Doña Lucilia
Consejo Consultivo:
Antonio Rodrigues Ferreira
16 Divagando y reflexionando
Jorge Eduardo G. Koury
Gesta Marial de un Varón católico
Redacción: 18 La Revolución tendencial se
Traducida de la edición
difunde como el lodo - II
brasileña y editada en
Colombia por PRODENAL Eco fidelísimo de la Iglesia
con las debidas autorizaciones
de la Editora Retornarei Ltda.
23 Perfecciones que nacen del dolor
de San Pablo - Brasil

***** Santoral

PRODENAL
26 Santos de Octubre
Carrera 13 No. 75-20 Apto. 203
Tel (57 1) 312 0585
Hagiografía
Bogotá - Colombia
prodenal@gmail.com 28 Víctima expiatoria
Para obtener la versión digital de
números anteriores, ir a:
http://caballerosdelavirgen.org/articulo/ Luces de la Civilización Cristiana
revista-dr-plinio
32 Geometría y asimetrías armónicas

Plinio Corrêa de Oliveira


San Pablo – Brasil Última página
13/XII/1908 – = 3/X/1995 36 María Santísima es en todo lo
Pensador y escritor católico
opuesto de la Revolución

3
i t o r i a l
Ed
¡Un holocausto que compró la
realización de las promesas!
L eyendo la autobiografía de Santa Teresita del Niño Jesús, me pareció que yo sería mucho más
útil a la Causa Católica si me ofreciese como víctima expiatoria, a ejemplo de ella. Ofrecer un
sacrificio inmediato que, en cuanto tal, fuera de utilidad también inmediata para la Iglesia y por
efecto del cual, en pocos años, la Contra-Revolución sería señora del terreno. Yo descansaría en el
Cementerio de la Consolación1, quizá totalmente ignorado por las generaciones siguientes, pero so-
bre mi sepultura habría brotado el árbol grandioso del Reino de María y de la Civilización Cristiana.
En esa perspectiva, me preguntaba si eso no sería más valioso que todo el esfuerzo que estaba ha-
ciendo ¿No sería mejor silenciar completamente las voces interiores que me hablaban de grandes lu-
chas por Dios, por Nuestra Señora, por la Iglesia, no prestar atención a ellas, ofrecerme y caminar ha-
cia la muerte?
Me pareció que, dudando entre los dos caminos, debería preferir el más desagradable. Ahora, yo ad-
miraba profundamente la vía de Santa Teresita, pero me horrorizaba seguirla. Toda mi manera de ser
se oponía a eso, sobre todo porque implicaba renunciar a las voces interiores en las que encontraba mi
gádido, mi amparo, mi consolación. Bastaba colocarme en la perspectiva de víctima expiatoria, que to-
do se marchitaba… Y pensaba: “Bien, tú debes recorrer el camino de Santa Teresita. Si tienes valor,
ofrécete como víctima expiatoria y vamos a ver lo que sucede”.
Por otro lado, el apelo de las voces interiores se hacía aún más apremiante, atrayente y suave. De ahí
concluí: “Pues no escojo eso. Quiero el peor camino, el más triste, el más horroroso, empero, el más fe-
cundo; prefiero este”.
Resolví entonces entrar por una vía, enseñada por Santa Teresita, de nunca pedir y nunca negar nada a
Dios Nuestro Señor, aceptar todo lo que sucediera, sin ni siquiera hacer el pedido divino: “Padre, si es po-
sible, apártese de mí este cáliz…” (Mt 26, 39). No se trataba de “si es posible”, el cáliz no se apartaría; yo
lo bebería entero enseguida se presentase, y consumiría así mi sacrificio.
Esa resolución me producía un efecto tan prodigiosamente antinatural
que era un verdadero tormento. Sin embargo, dejé de pedir a Nuestro
Señor y a Nuestra Señora cualquier cosa que fuera para mí, a no ser la
santidad.
Cierta vez, estaba yo en la iglesia de Santa Cecilia cuando el
coro parroquial entonó un cántico en latín que, en determinado
momento, decía esta frase: “Sanctifica nos in veritate”. Sin enten-
der bien el latín, pensé: “¡Ese es mi único pedido! ¡Que Nues-
tra Señora me santifique de verdad! Que yo sea un santo en el
sentido propio de la palabra, lo demás no me importa”.
Arquivo Revista

Poco tiempo después, fui a una exposición de obras católi-


cas y encontré “El Libro de la Confianza”. Cuál no fue mi sor-
presa al depararme con las palabras iniciales2 y descubrir en
ellas una especie de justificación teórica a una vía que, aunque
no fuese contraria a la de Santa Teresita, bajo cierto ángulo le
era simétricamente opuesta.
Mantuve mi posición de no pedir ni rehusar nada, pero sur-
Dr. Plinio durante la acción de gió en el horizonte una luz que me llevaba a esperar que algún día
gracias, de una misa en la iglesia
de Santa Cecilia, el 13 de
Nuestra Señora me haría adoptar otro camino.
diciembre de 1992 Y así caminé por valles y montes hasta el momento en que tuve la
crisis de diabetes, con serio peligro de muerte. Estaba dispuesto a mo-

4
Arquivo Revista
Divulgação

Cuerpo de Santa Teresito de Niño Jesús, recién fallecida,


expuesto en el Carmelo de Lisieux. A la derecha, estampa de
Mater Boni Consilii, recibida por el Dr. Plinio como regalo

rir cuando recibí la gracia de Genazzano3, la cual como que me de-


cía: “¡Sigue las voces interiores!” Esa gracia infundió en mí la con-
fianza de que la Santísima Virgen maternalmente me llevaría a cum-
plir mi misión.
Siempre tuve como meta aquello que mi vocación me indicaba, o sea, la plena realización de las pro-
mesas que Nuestra Señora dio a conocer en Fátima: el castigo restaurador y el Reino de María.
Sin embargo, el hecho de esperar esos acontecimientos con deseos vehementísimos no impedía la
valoración de esta consideración: Dios continúa Señor de todas las cosas y puede ser que Él quiera so-
meterme a la prueba de pasar la vida entera a la espera de algo que yo no vea realizarse.
¿Cómo se comportaría mi alma delante de esa decepción? Porque morir sin ver realizada la gran es-
peranza de la vida constituye evidentemente una decepción ¿No habría en eso un desmentido a la fe?
En efecto, por diversas disposiciones interiores muy razonables que producían en mi alma efectos de
los más animadores y convenientes a la santificación, yo esperaba el advenimiento de los acontecimien-
tos previstos en Fátima. De manera que todo cuanto me llevaba a Dios me conducía a esas promesas y
todo en ellas me llevaba a Dios.
Se puede calcular la dureza extrema de la prueba de llegar al fin de la vida y que Dios me diga: “¡No
verás la realización de las promesas!” Cuántos trabajos perdidos, cuántos esfuerzos inutilizados, cuán-
tos dolores sufridos en vano, cuántas esperanzas anuladas… Todo lanzado al suelo, como un lacayo que
tiene por misión junto al rey de cargar un jarro precioso y que, de repente, tropieza, cae y el jarro se
deshace en pedazos; o el proprio lacayo se golpea y muere. En mi caso, ese “jarro precioso” era la con-
servación entre los hombres de la esperanza en las promesas de Nuestra Señora.
Ante esa perplejidad, tomé la siguiente deliberación: si Dios, por una razón que ignoro, me somete a
la monumental frustración de morir sin que mis ojos, exhaustos por la extensión de la caminada de mi
vida, vean el amanecer de las promesas, debo reconocer que Él quiso probarme y que mi muerte se pa-
recerá con la del Divino Redentor, el cual, desde lo alto de la Cruz, profirió aquel grito terrible: “Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me abandonaste?” (Mc 15, 34).
A los pies de la Cruz, Jesús veía a su Madre que lloraba, pero tanto Él cuanto Ella se mantuvieron
perfectamente obedientes al Padre Eterno: “Dios lo quiso, Dios lo hizo. Aunque todo lo sucedido pue-
da ser contrario a lo que esperábamos, bendito sea Dios”. Por lo tanto, bendito sea también el momen-
to en que a mi respecto Dios decidió: “¡Este hombre va a sufrir el tormento del revés!”.
Porque del hecho de morir sin ver las promesas realizadas, de esa decepción aceptada con integri-
dad de amor y de obediencia, puede resultar, para después de mi muerte, el comienzo del cumplimien-
to de las promesas.
Por lo tanto, si yo muriera sin ver implantado el Reino de María, moriré delante de ese ideal como
San Francisco Javier delante de China. La gracia le convidaba a conquistarla para la Fe Católica y Dios
le impuso esta frustración: morir en una isla de camino a China, mirándola y rezando por ella. Pues
bien, si fuera de la voluntad de Dios, moriré anteviendo el Reino de María y rezando por él ¡Así habré
salvado mi alma!
Es posible que la fidelidad a la vocación nos pida el sacrificio de tener la impresión de que toda nues-
tra vida fue en vano y que la Providencia no atendió a nuestras ansias. ¿No será que, para entrar en el

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Arquivo Revista

De izquierda a derecha: el 15 de octubre de 1988, en


Saint-Laurent-sur-Sèvre, Francia, Dr. Plinio besa una imagen esculpida
por San Luis María Grignion de Montfort; el 13 de mayo de 1973, durante
la ceremonia de consagración de su Obra a Nuestra Señora; recibiendo el
sacramento de la Unción de los Enfermos, el 2 de septiembre de 1995

Reino de María, tendremos que pasar por probaciones como esa, que nos
impondrán, además, una larga separación?
Estoy convencido de que en las grandes pruebas de nuestras vidas Nues-
tra Señora intervendrá como Madre de un modo incomparable, dando, por ejemplo, la posibilidad de
comunicarnos, inclusive a distancia, en todo momento. Para tales ocasiones, sugiero esta oración:
“Madre mía, dadme la gracia de nunca sentirme lejos de Vos. Porque si es verdad que muchos están
lejos, Vos, Señora, estáis siempre cerca. Convencedme de que estáis al alcance, no de manos que se ex-
tienden, sino de manos que se juntan para rezar seriamente.
“Hacedme comprender esta verdad: si nunca se oyó decir que
Cuando, en la eternidad,
el Dr. Plinio entendió que su misión
alguno que haya recurrido a vuestra protección y reclamado
estaría cumplida, una sonrisa floreció vuestro socorro fuese desamparado, no seré yo el primero
en su cuerpo ya inerte. en no ser escuchado. Así pues, regia Señora, haced que
siempre me vuelva a Vos con confianza. Así sea”.
La Providencia podrá disponer que mis hijos espiri-
Samuel Moraes

tuales se sientan lejos de mí, como tantos religiosos se


sintieron lejos de sus fundadores, y tengan que pasar
por esa sensación de abandono. La Santísima Virgen,
sin embargo, nos da esta garantía: Ella estará presente
o, por lo menos, les hará sentir mi presencia. De mane-
ra que tengan la seguridad que, en la hora decisiva, estaré
junto al lecho de cada uno, dándoles la mano.4

1) Necrópolis de la ciudad de São Paulo, localizada en el barrio de la Consolación.


2) “Voz de Cristo, voz misteriosa de la gracia que resonáis en el silencio de los corazones, vos murmuráis en el
fondo de nuestras consciencias palabras de dulzura e de paz” (SAINT-LAURENT, Thomas, de “O Livro da
Confiança”, São Paulo, Editora Retornarei, 2019, p. 13.)
3) Estando convaleciente de la crisis de diabetes que le acometió en el año de 1967, el Dr. Plinio recibió de re-
galo una estampa del milagroso fresco de la Madre del Buen Consejo venerado en la ciudad de Genazzano,
Italia. Al mirar atentamente la imagen, él recibió una insigne gracia mística por la cual, sin que hubiese al-
guna modificación en los trazos de la fisonomía, Nuestra Señora como que le sonrió, infundiéndole una pro-
funda confianza en su auxilio maternal.
4) Cfr. Conferencias del 31/5/1989, 9/10/1991, 23/1/1994 y 16/7/1994

Declaración:  Conformándonos con los decretos del Sumo Pontífice Urbano VIII, del 13 de marzo de 1625 y
del 5 de junio de 1631, declaramos no querer anticipar el juicio de la Santa Iglesia en el empleo de palabras o en
la apreciación de los hechos edificantes publicados en esta revista. En nuestra intención, los títulos elogiosos no
tienen otro sentido sino el ordinario, y en todo nos sometemos, con filial amor, a las decisiones de la Santa Iglesia.

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La sociedad analizada por el Dr. Plinio
xorge (CC3.0)

Originalidad del
orden Medieval
Castillo de
Saumur, Francia

Analizando la sociedad medieval, notamos que se encuentra


mucho más en orden que la moderna, a pesar de no ser siempre
tranquila. Cada clase, cuando es herida o pisada, reacciona; y
el rey lo sabe. Donde todo el mundo se defiende, se apretuja,
acaba habiendo lugar para todos. Es el carácter contractual de
la sociedad medieval lo que explica su propia organización.

R especto a las leyes de la Edad


Media, veníamos tratando
del papel de las costumbres,
su definición de cómo se constituían
clase social se discutía respecto a la
autenticidad o del verdadero sentido
de una costumbre, el rey intervenía
para definir la cuestión.
par lo que ellos llamaban malas cos-
tumbres. San Luis IX, rey de Fran-
cia, fue un insigne extirpador de ma-
las costumbres.
y de su legitimidad. A veces también, a pedido de las Pero más allá de esas leyes no es-
clases interesadas, las costumbres critas, que eran las costumbres, en la
Una costumbre solamente eran expuestas por escrito por la Edad Media, también había leyes es-
tenía valor si era conforme a propia clase y el rey las confirmaba. critas. Se trata de saber cómo eran.
Y la última tarea importante del mo- Había leyes del rey y otras de los se-
la justicia y al orden natural narca respecto a la costumbre no era ñores feudales.
Ya hablé sobre la posición del rey la confirmación de esta, sino la extir-
frente a la costumbre y demostré có- pación de las malas costumbres. Ejemplo de la dispensa
mo el monarca, o en ciertos casos el Efectivamente, una costumbre só- de una costumbre
señor feudal, tenía la misión de con- lo podía tener valor en la medida en
firmar las costumbres, cuando había que fuese conforme con la justicia y El monarca, como supremo juez
alguna duda al respecto; o sea, cuan- el orden natural: de lo contrario era del reino —en un sentido de la palabra
do en una determinada categoría o nula. La obligación del rey era extir- “juez” mucho más amplio de lo que se

7
La sociedad analizada por el Dr. Plinio
usa hoy en día—, que aprecia la equi- fico. Por ejemplo, todos los años, las de la costumbre antigua a un hecho
dad de todas las situaciones, de todas familias alrededor de un determina- nuevo y diferente, el rey podía inter-
las leyes, tenía el poder de dispensar de do castillo, en el aniversario del se- venir para constituir un privilegio.
la costumbre a determinadas personas ñor de aquél castillo, debían ofrecer-
en ciertos casos excepcionales. le tres rosas, cinco panes y cuatro pe- Los privilegios: un modo
Por ejemplo: en un determinado ces, o cualquier otra cosa por el esti- de restablecer la justicia
lugar, hay una costumbre, pero allí se lo, como un homenaje.
destaca por sus servicios a la patria, Supongamos que una de las fami- Noten bien que la palabra privi-
por la elevación de su cultura, por su lias del lugar, obligada a esto por la legio tuvo después un sentido odio-
grandeza financiera, por su poder y costumbre, adquiriese una ilustración so por causa de la demagogia de los
por el esplendor de su tradición, una mucho mayor que la de la familia a la revolucionarios. Comenzaron a se-
determinada familia. Y en esta fami- cual se tributaba este homenaje. El ñalar el privilegio como una cosa
lia florece, en cierto momento, un mi- rey tenía el derecho de, por medio de gratuitamente dada por el rey a una
nistro de Estado o un general. La fa- un privilegio, dispensar a aquella fa- persona que no lo merecía. No exis-
milia adquiere una tal ilustración que milia de aquella costumbre. No por- te nada más estúpido que eso. Es lo
para ella pasa a ser vergonzoso conti- que fuese a constituir una situación contrario. El privilegio es una forma
nuar obedeciendo esa costumbre. odiosa, inmerecida para aquella fami- de restablecer la justicia. Como la
Esto porque el honor tenía un lia, sino por el contrario, para resta- ley es ciega, siendo una regla gene-
sentido más importante que el dine- blecer la equidad dañada. ral que comporta una serie de situa-
ro, situación que después se trasfor- La costumbre no había tomado en ciones excepcionales, el rey, en su al-
mó singularmente. Había una serie consideración una nueva situación to arbitrio, en sus elevados designios
de costumbres que obligaban jurídi- que se impuso después. Para com- de equidad y sabiduría, puede aco-
camente a actos de carácter honorí- pensar la inequidad de la aplicación modar la ley a las situaciones concre-
tas, constituyendo privilegios.
Esta es una de las más altas atribu-
R.M.N. / R.-G. Ojéda (CC3.0)

ciones del rey. Privilegios a favor de


iglesias, por ejemplo. En cierto lugar
existe la costumbre de pagar la balsa
o el peaje de un camino que conduce
a una iglesia, a favor de un determi-
nado señor feudal. Pero en esa iglesia
se opera un milagro insigne; se con-
vierte en un lugar de romería.
¿Es justo que todos los rome-
ros continúen pagando este impues-
to? No, a causa del milagro que hu-
bo allí y de la delegación popular. El
rey constituye un privilegio a favor
de aquella iglesia, en base a la cos-
tumbre. Acto de justicia, de equidad,
y nunca de inequidad.

Imprecisiones y errores
cometidos por tratadistas
de Derecho medieval
Además de los privilegios del rey,
existían en el derecho francés, los
établissements nouveaux (los nuevos
establecimientos). Establecimien-
El cultivo del campo. Las Muy Ricas Horas del Duque de Berry
tos porque eran decretos del monar-
Colección del Museo Condé, Castillo de Chantilly, Francia
ca que valían para todo el reino, los

8
cuales promulgaba apoyándose en

Divulgação (CC3.0)
los altos barones y señores feudales.
En general son correctos, muy bo-
nitos y en los cuales el rey declara, por
ejemplo, que “oídos sus fieles vasa-
llos, el Duque de Bretaña, el Duque
de Anjou, etc., reunidos en su corte,
en tal día, resolvió en unión con ellos
estatuir el decreto que sigue”. Y allí
iban las disposiciones del decreto.
¿El rey necesitaba, para medidas
de esa naturaleza, de la aprobación
de los señores feudales? Los trata-
distas del Derecho Medieval suelen
afirmar que el monarca no lo nece-
sitaba, y como prueba del hecho dan
que los reyes publicaban un decreto
en cuya promulgación no constaban
los señores y grandes nobles.
Y ellos deducen de ahí que el rey
puede promulgar decretos sin autori-
zación de los grandes nobles. En mi El Rey Luis XIV junto a su Consejo – Palacio de Versalles, Francia
opinión, no comprendieron que hay
diferencia de situaciones. Existían al- Por lo tanto, en las leyes del rey he- cia instituyendo una paz de diez años
gunas medidas que eran de interés chas para el bien general del reino, en el reino a favor de tres categorías
colectivo del reino y que quedaban deberíamos distinguir las que están sociales: las iglesias, los comerciantes
en el ámbito exclusivo del rey; enton- dentro del ámbito de la autoridad del y los agricultores, a fin de que, en las
ces, el monarca podía decretarlas sin rey y aquellas que están en el ámbi- guerras privadas, fuesen respetadas.
autorización de los señores feudales. to de la autoridad de los señores feu- En el antiguo Derecho medieval,
Pero otras veces había determinadas dales. Cuando conviene que legislen esas leyes escritas del rey eran extre-
medidas que estaban en el ámbito del juntos en un determinado sentido, mamente raras. Con el tiempo, se hi-
propio señor feudal, y era una venta- entonces el rey implora la autoridad cieron más frecuentes. En el fin de
ja para el reino que todos los señores de los señores para legislar con él. la Edad Media, los monarcas legisla-
feudales legislasen juntos. ban mucho a respecto de innumera-
Entonces el rey con todos los seño- Limitaciones del poder bles materias.
res feudales, decretaba un determina- legislativo del rey La ley del rey no podía destruir
do acto legislativo. Tengo la impresión la autoridad de los señores feudales,
de que, si los tratadistas del Derecho Cuando se trataba de una cues- ni disminuirla; no podía suprimir las
medieval conociesen un poco de De- tión en la que el monarca no tenía el costumbres o modificarlas, a no ser
recho Canónico, evitarían muchas im- encargo de legislar con los otros, en- en los casos que ya mencioné: los
precisiones y errores en este punto. tonces él actuaba sólo. En Francia, el contrarios a la moral, al orden públi-
En la Iglesia, también existe es- acto más antiguo que se conoce de co, a la dignidad de los particulares o
to. Hay decretos que el Papa estable- établissements nouveaux es de 1144, a la de la doctrina católica.
ce sólo, pero existen otros que están por el cual el rey Luis VII ordenó la Además de esto, el poder legislati-
dentro de las atribuciones de un obis- expulsión del reino de Francia de to- vo del rey tenía las siguientes limita-
po; El papa normalmente podía legis- dos los judíos relapsos. ciones: para que una ley del monarca
lar al respecto de aquello, pero no lo Entendían como judío relapso el fuese válida era necesario, antes de
hace. Los obispos se reúnen, hacen que había abrazado la religión cató- todo, que fuese para el bien general.
los decretos relativos a sus diócesis, en lica sólo por fraude, para tener algu- En segundo lugar, que fuese razona-
conjunto, y después el papa aprueba na ventaja, y después la abandonaba. ble. En tercer lugar, que no atentase
aquellas decisiones y manda ponerlas Más tarde, en el año 1150, hay un contra los derechos de Dios, ni con-
en práctica. Es una situación parecida. decreto promulgado para toda Fran- tra las buenas costumbres. En cuarto

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La sociedad analizada por el Dr. Plinio
en cada país, con instituciones religio-
sas en cantidad incontable, feudos
colocados dentro del propio ám-
Divulgação (CC3.0)

bito temporal de la Iglesia. Ella


misma legislaba sobre una se-
rie de materias en las cuales
hoy el Estado legisla: el ma-
trimonio, el registro civil, la
sucesión testamentaria.

Jean Du Tillet (CC3.0)


Todos esos asuntos ca-
bían bajo la alzada de De-
recho Canónico, y la capa-
cidad para legislar sobre
ellos pertenecía a la propia
Iglesia, representada ora
por la Santa Sede, ora por
los obispos. De manera que
era otra categoría enorme de
personas que quedaba fuera del
ámbito de la ley del Estado.
Tenemos, por fin, el Derecho Ro-
mano. Por su prestigio, se hizo cos-
Luis VII y algunos de sus decretos tumbre aplicarlo en ciertos lugares
Archivo Nacional de Francia del sur de Francia. Como la costum-
bre hacía la ley, el Derecho Roma-
no, en esos lugares servía de ley.
lugar, que no violara los derechos de justicia y a la doctrina católica y de- En la Edad Media no se compren-
nadie. Y, en quinto lugar, que el rey ben abarcar, cuando se trata del rey, día que el Derecho Romano estuvie-
pidiese el consejo de los otros. los intereses generales del reino; se en vigor en algunos lugares. El Im-
Esos cinco elementos eran indis- cuando se refiere a los señores feu- perio Romano estaba muerto y se-
pensables para que una ley del mo- dales, a los intereses del feudo. Jun- pultado hacía mil años. Lo que se en-
narca entrase en vigor con el consen- to a las leyes escritas del rey y las del contraba en vigor únicamente era la
so de todos. Esto levanta el problema feudo se colocan las costumbres, pa- costumbre de resolver en ciertos lu-
del derecho de resistencia a la ley, que ra completar el edificio legislativo de gares las cuestiones según el Derecho
existía en la Edad Media. Es una cosa un país medieval. Romano, como siendo una ley aplica-
muy curiosa y que asombra hasta a los ble a los intereses de diversas regio-
propios liberales de nuestros días. El Derecho Canónico y nes. Entonces vamos a resumir: las
Evidentemente, el rey tenía una el Derecho Romano elaboradas por los propios particula-
autoridad mucho mayor en las tie- res, las costumbres; y las hechas por
rras en las que era directamente se- Además de esto había dos catego- el Estado, leyes escritas o établisse-
ñor feudal. Para estas tierras los éta- rías de leyes sobre las que voy a ha- ments. Estas son de dos especies: las
blissements nouveaux son extrema- blar muy sumariamente para com- del rey y las de los señores feudales.
mente numerosos. El rey tenía allí la pletar el cuadro que estoy presen- En los établissements del rey se
plenitud de la autoridad, y entonces tando. Son las leyes decurrentes de pueden considerar una tercera cate-
legislaba copiosamente. la aplicación del Derecho Canónico: goría. Los établissements que tienen
Lo que se puede decir del monar- O es el mismo Derecho Canónico, o como fin el bien general del reino, en
ca, también se afirma de los señores es el Derecho Romano. los que el monarca legisla sin necesi-
feudales. El señor feudal tiene, análo- Ya vimos que todo cuanto dice res- dad del concurso de los otros seño-
gamente al rey, los mismos derechos pecto a la Iglesia es regulado por el res. Y los établissements en los que el
de hacer leyes dentro de su feudo. Derecho Canónico. La Iglesia era ex- rey sí necesita de este concurso, por-
Así, hemos definido: las leyes es- tremamente floreciente en aquel tiem- que la materia legislativa interesa a
critas necesitan ser conformes a la po, con decenas de millares de clérigos todo el reino, pero está en el ámbito

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de cada señor feudal. En tercer lugar, para grupos pequeños, y que era he- cartas forales a favor de las ciudades
están los établissements del rey en las cha por autoridades también peque- a las cuales dan autonomía. Esa au-
tierras en las cuales solo él es el señor ñas. Vemos entonces los varios hilos tonomía es contractual. La ciudad
directo. Y por fin tenemos los établis- legislativos, cuyo conjunto formaba el recibe del rey tal cosa y le suminis-
sements de los señores feudales. tejido legislativo de una nación. tra tanto; se obliga a hacer algo y tie-
ne también derecho a tal privilegio
Cómo se constituían El crimen de felonía al cual el monarca se obliga.
las asociaciones La idea de la resistencia contra la ¿Cuál es el resultado? El rey, los va-
injusticia está claramente colocada sallos, las ciudades, todo el mundo tie-
Creo que esto nos conduce natural- dentro del Derecho y de la sociedad ne sus armas, sus tropas y sus medios de
mente al estudio de la vida dentro del medieval, de la siguiente forma: toda hacer ejecutar el contrato frente al otro
feudo y de la autoridad que el señor la sociedad medieval es construida a la contratante. ¿Cuál es la lógica tremen-
feudal ejercía sobre sus súbditos, para manera de un conjunto de contratos y da de los contratos? En todo contrato,
que comprendamos bien la ley feudal. es por medio de un contrato que el rey por su naturaleza, estableciendo dere-
En la Edad Media el principio aso- desmiembra de su patrimonio, de su chos y deberes, violadas las obligacio-
ciativo era extraordinariamente enér- corona, una tierra para entregársela a nes de una parte, la otra parte también
gico, de manera que, cada dos por tres, alguien. Ese contrato estipula las obli- está exenta de sus deberes.
se hacían asociaciones, y todas eran gaciones y los derechos del monarca y Por lo tanto, no hay crimen que
llamadas universidades. Es decir, no las obligaciones y los derechos del va- la moralidad medieval haya censura-
eran solo una universidad de estudios sallo. El vasallo noble, provisto de ese do con más energía que el de la felo-
como se dice hoy, un conjunto de fa- contrato, desmiembra nuevos feudos nía. La felonía era la actitud del no-
cultades superiores, sino que toda cor- de su propio contrato, y el sub-vasallo ble que habiendo recibido de su rey
poración, toda asociación, toda perso- divide otras tierras de otro contrato. tierras, honores y ventajas, en la ho-
na jurídica era una universidad. ¿Có- Así, por medio de una cadena de con- ra del cumplimiento del deber no se
mo se formaban esas universidades? tratos, cada uno de ellos constituyen- presenta. Era, por excelencia, el cri-
Hoy en día se crea una sociedad do un eslabón, se llega a englobar toda men del vasallo. Las historias medie-
labrando y registrando un acta. En la jerarquía feudal. vales están llenas de casos de reyes
aquel tiempo se formaba por un acto Lo mismo hace el rey con las ciu- que mandan destituir, degradar y des-
del rey o del señor feudal, declarando dades. El monarca y los señores feu- pués matar a los vasallos por felonía.
que aquella persona jurídica estaba dales, frecuentemente constituyen El pueblo asiste aliviado a esas ejecu-
constituida. Como, según el
Derecho medieval, las fun-

Elisardojm (CC3.0)
ciones del Estado pueden
dividirse y deben ser dele-
gadas a los particulares, to-
da vez que el monarca o un
señor constituía una univer-
sidad, delegaba una parte
de los poderes políticos que
poseía al propio organismo
llamado universidad.
De manera que las corpo-
raciones o universidades de
profesionales hacían leyes
para sus propios miembros.
Así, gran parte de la mate-
ria de la legislación del tra-
bajo, que hoy es hecha por
el Estado, en aquel tiempo
era realizada por los particu-
lares. Tenemos aquí otra for-
Universidad de Coímbra fundada en el siglo XIII
ma de leyes muy restringida,

11
La sociedad analizada por el Dr. Plinio
ciones; un hidalgo felón fue castigado Más aún, si el Estado hace una ley análisis, hay más agitación, pero cada
y el honor público fue desagraviado. injusta, contraria al Derecho Natu- uno sabe hacer respetar sus derechos.
Son igualmente numerosas, en ral y contra la cual yo quiero resistir,
la Edad Media, los casos de nobles tengo el derecho de desobediencia Una de las características
que, juzgando que el rey los está formal en oposición al Estado. Esto más originales de la
queriendo oprimirlos, resisten a ma- es Doctrina Católica.
no armada. Nadie considera eso fe- De hecho, puede haber abusos. organización medieval
lonía, sino una cosa perfectamente ¿Pero no es mucho mayor un abu- Analizando la sociedad medieval,
natural. Porque había un contrato y so proveniente de un Estado que no notamos que ella se encuentra mucho
la otra parte lo violó, él se defiende. tiene ese control por parte de sus más en orden que la moderna, a pesar
súbditos? Veamos cómo se desarro- de no estar siempre tranquila, “peina-
El verdadero concepto llan las cosas en un Estado donde
de orden ese carácter contractual de la auto-

R.M.N. / R.-G. Ojéda (CC3.0)


ridad no existe, por ejemplo, de los
Cuando nos colocamos delante Tiempos Modernos. Eso es todavía
de esa perspectiva, eso parece me- más característico en un Estado to-
dio aterrador. Imaginar corporacio- talitario de la Era Contemporánea.
nes, municipios, feudos, que pueden Un Rey de los Tiempos Modernos
resistir al Rey a mano armada... En- legisla; los nobles, el clero, la burgue-
tonces viene inmediatamente esta sía, no tienen más que hacer sino in-
objeción: pero eso lleva al caos, por- clinarse delante de él. Hay verdade-
que si cada uno, cuando tiene dere- ramente un orden espléndido dentro
cho, puede resistir a mano armada, del reino, si entendemos por orden el
mañana resiste cuando no tiene de- hecho de que no existen turbulencias
recho o imagina que lo tiene. Y si ca- materiales. Nadie se levanta. En ese
da uno es juez de su propia situación, sentido se podría decir que donde hay
nos precipitamos dentro del caos. más orden en una ciudad es en el ce-
El fondo de cuadro de ese argu- menterio, porque nadie se mueve, na-
mento realmente es muy pesado en die hace desorden. Y si al cementerio
la época actual. Dar a cada indus- no entrara ningún vivo, sería un ver-
trial o comerciante la facultad de re- dadero campo de paz.
sistir al Estado a mano armada… De Si se entiende por orden esa inercia
hecho, ellos hacen algo mejor: com- absoluta de las cosas, un Estado como
pran. Imaginen a cada hacendado, al- ese está en orden. Pero el orden es la
calde o gobernador resistiendo al Es- disposición de las cosas según su natu-
tado a mano armada: El Estado se raleza y su fin. Si el Estado puede to-
deshace. De hecho, esa posición, le- do y nadie le resiste, él tuerce todas las
gítima en principio, está llena de peli- cosas. De ahí surge una sociedad con-
gros. Porque siempre que un hombre torcida, como fue la existente en Fran-
está en el caso de juzgar sus propios cia antes de la Revolución.
derechos, puede practicar un abuso. La nobleza sin una función defi-
¿Esto quiere decir que dicho prin- nida, sin razón de ser dentro del Es-
cipio es falso? Yo contesto eso. Su- tado, el clero degradado por la ac-
pongamos un país donde haya pe- ción del Rey, la plebe completamente
na de muerte. Soy condenado injus- en vías de deshacerse y de atomizar-
tamente a muerte. Si llega la Poli- se por causa del monarca. El “orden”
cía corriendo atrás de mí para coger- es absoluto: nadie se levantó, nadie se
me, yo también puedo resistir a ma- rebeló. Comparen eso con la aparen-
no armada. Eso no es ningún absur- te turbulencia medieval. Por algo sin El cultivo del campo: Octubre Las
do, porque estoy siendo condenado importancia, el señor feudal se levan- Muy Ricas Horas del Duque de
Berry. Colección del Museo Condé,
injustamente. Es una cuestión de le- ta, y el Rey tiene que enfrentar su ca-
Castillo de Chantilly, Francia
gítima defensa. ballería y ambos discuten. En último

12
da”. Aunque sea una sociedad muy El carácter contractual de la socie- organización medieval tiene riesgos,
“despeinada”, posee el movimiento dad medieval explica eso. No se tra- pero su inexistencia crea riesgos aún
propio de un cuerpo sano. Cada clase, ta del Derecho Romano exclusivo del mayores. Esa organización contrac-
cuando es herida o pisada, reacciona; Estado sobre todos los ciudadanos, si- tual no ha sido bastante notada por
el Rey sabe eso. Como resultado, hay no de una cosa constituida toda ella de los comentadores de asuntos medie-
luchas materiales, algunas bien gran- lazos contractuales, en que cada uno vales. Sin embargo, a mi modo de ver,
des. Luchas judiciales enormes, pro- se puede mover como bien entiende. es una de las características más origi-
cesos que a veces duran cien años pa- Es muy interesante recordar un pen- nales de la organización medieval.
ra cerrar un caso, pero como todo el samiento de Pío XII, que en algunos de He aquí una cosa característi-
mundo se defiende, se apretuja, acaba sus documentos dice una cosa curiosa: ca en este punto: durante la Revolu-
habiendo lugar para todos. la Iglesia Católica es Maestra de todas ción Francesa, el gobierno de París co-
las naciones, no solo porque enseña la menzó a alterar la organización jurídi-
verdadera doctrina, sino también por- ca de Francia, contrariando lo que es-
que ella misma está tan bien organiza- taba establecido en un contrato por el
da que todo aquel que quiera organi- cual Bretaña había resuelto incorpo-
zarse bien debe fijar sus ojos en ella pa- rarse como feudo a la corona francesa.
ra saber cómo se organiza. ¿Qué hace la nobleza de Bretaña? Se
Ahora bien, dentro de la Iglesia reúne y manda una amenaza: “Si uste-
Católica, con todo su orden, vemos des continúan por ese camino, procla-
la misma cosa. Encontramos deter- mamos la independencia de Bretaña.
minados derechos, los cuales son de Porque nosotros teníamos un contrato
tal manera radicales y eminentes, que y ustedes lo violaron.”
son definidos por el Papa, y el mismo La Francia del Ancien Régime2
Pontífice no los puede cambiar. Por era una suma de contratos así. Por
ejemplo, los obispos y los siete Sa- eso, muerto el Rey, toda la Francia
cramentos dentro de la Iglesia son de fiel se levantó. Tres cuartos de los
institución divina. La institución de la departamentos franceses se levanta-
infalibilidad del Papa es divina. ron en armas porque los contratos
Nadie puede cambiar esas cosas. habían sido violados. Francia estaba
Son fundamentales, y a favor de las deshecha. Era necesario comenzar a
cuales todo el mundo tiene el derecho hacer todo de nuevo.
de reaccionar. Un Papa nunca come- Se ve muy bien cómo esa noción
terá el error de querer suprimir la con- contractual era orgánica. Cuando lee-
dición episcopal dentro de la Iglesia, mos el “Contrato Social” de Rousseau,
porque el Papa es infalible, pero pue- nos damos cuenta de la tontería exis-
de suceder que un alto prelado cual- tente en todo aquello, pero nos que-
quiera quiera oprimir a un prelado de damos con una noción confusa de que
categoría inferior, dándole órdenes allí existe cierto grado de verdad. En un
que él no tiene el derecho de dar. punto cualquiera zumba una verdad,
¿Cuál es la defensa que tiene un en medio de todos esos errores.
prelado en esas condiciones? Es res- Ese zumbido aparece transforma-
ponder simplemente: “No, no y no. do en cántico en este punto que es-
Yo tengo el derecho divino de gober- tamos considerando. Aquí la verdad
nar este lugar, por debajo del Papa. no zumba, sino que canta.
Respeto mucho su autoridad, pero
tenga la amabilidad de permitirme Los súbditos del señor feudal
que no dé atención a lo que Ud. está Dicho esto, consideremos el feu-
diciendo.” Es decir, hay una especie do. ¿Cuál es su naturaleza y organi-
de fundamento dentro de eso. zación? ¿Qué derechos tiene un se-
Su símil se encuentra en la organi- ñor feudal sobre sus súbditos y cómo
zación medieval. Reconozco que ese hace sus leyes? Los súbditos de un
carácter contractual existente en la señor feudal son de tres categorías

13
La sociedad analizada por el Dr. Plinio
diferentes: los vasallos nobles; los constituyen feudos más pequeños y ba mucho, había una furia ambula-
que podríamos llamar, hasta cierto señores feudales menores. toria inexplicable. Se encuentran ex-
punto, arrendatarios, los cuales reci- A veces no es un castillo, porque no tranjeros, por ejemplo, lombardos,
ben determinadas tierras; y la pobla- defiende una posición tan importante, por Europa entera. Cualquier feudo
ción de los hombres libres. sino una casa en la cual va incrustada al cual se va hay uno, dos, cinco lom-
¿Qué son los vasallos nobles? To- una torre donde todos se defienden en bardos. Eran hombres que vivían va-
memos en consideración un feudo caso de una agresión sumaria. gando, unos vagos. ¿Cuál es la posi-
que tenga más o menos el formato Esos vasallos nobles están obliga- ción de ellos en el feudo? La de súb-
de una mesa. El señor feudal tiene su dos a auxiliar a su señor feudal en el ditos extranjeros dentro del país.
capital colocada en el centro. Como gobierno y en la defensa de la caste- Ellos tienen derecho a vivir allá, pe-
suele suceder en las turbulencias me- llanía. ro están obligados a obedecer mien-
dievales, en todo el borde de la me- Existen también los vasallos plebe- tras estén ahí. Entran y salen cuan-
sa hay enemigos que procuran en- yos, de dos categorías: el plebeyo pro- do quieren.
trar. Por el mismo proceso por el cual piamente dicho y el siervo. El vasallo Sobre las tres categorías de súb-
el Rey le enfeudó aquellas tierras pa- plebeyo tiene tierras que recibió del ditos, el señor feudal tiene un dere-
ra que las defendiese, él acaba consti- Rey por un contrato, pero no partici- cho genéricamente llamado de justi-
tuyendo a lo largo del borde señores pa del gobierno del feudo. Tiene de- cia, administración y policía. Él hace
feudales, los cuales hacen sus castillos recho a residir en el feudo, donde go- muy pocas leyes. Cada uno vive se-
que defienden las fronteras. za de la condición que un ciudadano gún el Derecho Natural y la Ley Na-
De tal manera que él tiene el nú- tiene en el país en el cual nació. tural, y la costumbre regula todo en-
cleo del feudo, y la parte exterior es- Al mismo tiempo, hay una po- tre ellos. El señor feudal mantiene la
tá constituida de castillos de seño- blación de hombres libres, fluctuan- justicia en esos lugares, precisamen-
res feudales. Pero esos otros señores te, muy frecuente en la Edad Me- te como el Rey en el reino.
feudales tienen en sus feudos ciertas dia. Es una paradoja: en la Edad Policía: cuando alguien viola un
posiciones que necesitan defender Media, cuando las vías de comuni- mandamiento de la Ley de Dios, una
mejor. Entonces, dentro de su feudo cación eran pésimas, pero se viaja- costumbre, el señor feudal lo manda
Amos Cassioli (CC3.0)

Batalla de Legnano – Palazzo Pitti, Florencia, Italia

14
a prender, a colocar en dos, con lino y oro en sus

Archivo Revista
la prisión o a aplicar las casas, quienes afirma-
puniciones del caso, a ban: “Nosotros le paga-
propósito, muy pintores- mos al señor feudal tan-
cas, porque generalmen- to por año y él contrata
te afectan la dignidad: la tropas mercenarias para
picota, huevos podridos, venir a batallar; ninguno
rechiflas del pueblo, una de nosotros combate.”
cabeza de cerdo coloca- Al señor le parecía
da encima de la cabeza, más interesante contra-
etc. Los crímenes contra tar bandidos en las mon-
el honor son castigados tañas de Suiza, que lle-
con penas infamantes. gaban hambrientos a lu-
El señor feudal tiene char, que alistar a bur-
además la administra- gueses pacifistas para
ción y para eso, de he- el combate. Así, todo el
cho, da órdenes. ¿Esas mundo se entendía bien
órdenes pueden ser lla- y, prácticamente, por
madas de leyes? Es ne- una cuantía de dinero, el
cesario distinguir: en los servicio militar quedaba
feudos pequeños esto ni abolido.
siquiera está escrito. Co- Había, además, movi-
rre de viva voz: “Llegó el lización general, cuando
día de reparar los muros el apuro era muy grande
del castillo. ¡Vengan!” y no tenía carácter feu-
En los feudos grandes dal. Cuando el Rey o el
ya toma el carácter de señor feudal necesitaba
órdenes generales, que refuerzos ante una inva-
pueden ser llamadas le- sión maciza o algo seme-
yes. Y reciben el aspec- jante, él decretaba que
to de leyes estatales en El Dr. Plinio con traje de profesor universitario, todo el mundo debía lle-
a inicios de la década de 1940
el ámbito de una fede- gar con las armas que
ración. pudiera.
nobles debían guarnecer el castillo Entonces se formaban aquellos
Servicio militar del señor principal, para auxiliar en grandes ejércitos donde, a falta de
Por fin, está también la cuestión la defensa normal contra cualquier otras armas, algunos iban a comba-
del servicio militar. La costumbre es- sorpresa. tir con utensilios de cocina. Cuando
tablecía el servicio militar para el no- Al mismo tiempo, existía el servi- llegaba el momento de la gran inter-
ble y el plebeyo, y también existía la cio militar plebeyo, que era subsidia- penetración de las tropas, olla con-
movilización general. El noble esta- rio. Solo se pedía cuando los nobles tra olla valía, así como valía espada
ba obligado al servicio militar en tres no eran suficientes para garantizar la contra espada. Era el único vestigio
modalidades: la cabalgata era la pri- integridad del feudo, y así mismo era de la antigua movilización romana, a
mera de ellas. Cuando se trataba de muy limitado. propósito, de Derecho Natural.
hacer una incursión en tierras de un El plebeyo solo iba a batallar en
noble vecino, el señor feudal llama- determinados días del año, y solo te- (Extraído de conferencia
ba a sus nobles y decía: “Hagamos nía la obligación de llegar hasta cier- del 1954)
una cabalgata en tal lugar.” Tam- ta distancia. Fuera de ese límite, él
bién existía una campaña en gran es- dejaba las armas y volvía. Era tam-
tilo, en la cual se demoraba bastan- bién estrictamente contractual ese 1) Ver Revista Dr. Plinio, No. 53, p. 9-15.
te tiempo invadiendo otro lugar. Y la servicio. En algunos feudos los seño- 2) Del francés: Antiguo Régimen. Siste-
tercera modalidad era la guarda. En res feudales llegaron a hacer contra- ma social y político en vigor en Fran-
tiempo de paz, los señores vasallos tos con campesinos ricos, bien nutri- cia entre los siglos XVI y XVIII.

15
˜ Lucilia
Dona

Divagando y reflexionando
Impresionantemente lógica y previdente, pero sin un tipo de
raciocinio rígido, Doña Lucilia tenía también un espíritu propenso a
la divagación, al pasear por temas muy altos. Ella reflexionaba mucho
sobre la vida en función de Dios y los designios de la Providencia.

S i me pidieran definir el espíri-


tu de la Iglesia del Corazón de
Jesús, tan del agrado de Doña
Lucilia, yo no sabría expresarlo en
Pasear del espíritu por
temas muy altos
Aquella innegable seriedad del am-
afabilidad y, cosa curiosa, un nexo con
el cariño, por el cual convida al recogi-
miento, como quien dice: “Preste aten-
ción y vea cuánto cariño hay en mí”.
palabras. biente tiene cierto contrapeso con la Ahora bien, hay mil modalida-
des de cariño que no invitan al reco-
gimiento. Existen otras que pueden
instar a formas expansivas de ale-
gría. ¿Esa iglesia es alegre? Según el
sentido corriente de la palabra, no,
pero hay una gran alegría serena, de
ta
vis

paz, que toca la fina punta del alma.


Re
ivo

Además de esa seriedad y alegría


ch
Ar

serena, hay allí una distensión a to-


rrentes.
Goethe1 decía que el frío del Norte
obligaba al individuo a prever mucho
el día de mañana, y en esa previsión
perdía algunas de las horas más pre-
ciosas de la existencia, porque los me-
jores momentos de la vida son aque-
llos en que la persona está despreocu-
pada y puede divagar con el espíritu.
Mi madre era eminentemen-
te “divagadora” con el espíritu. No
obstante, ella era una señora muy ló-
gica y previdente; incluso impresio-
nantemente previdente, pero de una
manera que no era la de un racioci-
nio rígido.
Si comparamos las dos fotos de
Doña Lucilia tomadas en París, no-
tamos, en la en que está de pie, có-
mo su mirada está aplicada a una co-
sa menos precisa, un poquito vaga.
Es propiamente una divagación.

16
Archivo Revista
La divagación es el pasear del es- ría en su naturaleza divagar sobre ese
píritu por temas muy altos, un poco acontecimiento, considerando sus va-
difíciles de alcanzar, sin mucho mé- rios aspectos y después reflexionar y
todo, de acuerdo con las apetencias sacar las conclusiones con respecto al
del alma y la atracción o rechazo que actuar divino y a la existencia humana.
el asunto va causando a medida que Por ejemplo, la visita que ella hi-
es recorrido. Propiamente, la diva- zo con su madre a la Princesa Isabel,
gación podría ser comparada con el en París. Mi madre me contó esa visi-
movimiento de las nubes en el cielo. ta con una serie de pormenores, por-
Cuando el pensamiento camina por que ella tenía un espíritu muy minu-
los temas como las nubes en el fir- cioso. Sin embargo, todos los porme-
mamento, se hace una divagación. nores que ella citaba conducían a un
Por lo tanto, la propia mirada de conjunto determinado de reflexiones.
quien está haciendo una divagación Por ejemplo: cómo las condicio-
no se detiene fijamente en una cosa nes de la criatura humana varían y có-
determinada, sino que está pasean- mo la Princesa Isabel, de una posición
do en lo indefinido. tan alta en Brasil, acabó siendo colo-
cada por la Revolución republicana en
Reflexiones sobre la vida una situación menos elevada en Euro-
en función de los designios pa. Pero, por otro lado, cómo en Euro-
pa ella recibió una herencia de una pa-
de la Providencia riente del Conde d’Eu y de repente se
En la otra foto no hay nada de di- volvió rica, pasando a poseer en París
vagación. Es de una persona que sa- una base y una especie de proyección
có sus conclusiones y está pensando mayores de las que ella tendría sim-
en un plan para ejecutar, con la segu- plemente en cuanto Princesa Imperial
ridad de quien va a pasar a la acción. de Brasil. Por lo tanto, también cómo
Por eso, ella está con la mirada fija en son los altos y bajos de la vida huma-
un punto determinado, y la actitud del na y cómo Dios exige del hombre una
cuerpo es de quien va a partir de ahí confianza y una sumisión grandes a to-
para una resolución, una deliberación do cuanto Él quiera. También, cómo la
y una acción. La divagación no tiene Princesa estaba tomando eso. Y al fi-
eso, ella no parte para una resolución, nal venía una evaluación de la Prince-
ni siquiera va una conclusión definida, sa en cuanto persona y como católica.
sino que queda como una nube sujeta Ahí estaba establecida una diva-
a que un viento la toque y se explaye. gación que llegaba a algunas con-
Podríamos preguntarnos: ¿Cuál clusiones. Era un proceso entero de
de las dos posiciones es más noble, la pensamiento.
divagación o la reflexión? Doña Lucilia estará, con certeza,
En sí, la divagación dispone para haciendo divagaciones o reflexiones
la reflexión. Ella vuela sobre deter- de esa naturaleza en el Cielo. Por-
minados aspectos de un tema y pre- que en el Paraíso se divaga y se re-
para las premisas. Después las pre- flexiona también, en presencia de la
misas dan origen a la conclusión. De perfección infinita de Dios, relacio-
manera que el modo de ser de la di- nando todo con Él. v
vagación es más elevado y noble que
el de la reflexión propiamente dicha. (Extraído de conferencias del
Por todo cuanto conocí de Doña 5/4/1988 y 17/6/1992)
Lucilia, ella reflexionaba mucho sobre
la vida en función de Dios, de los de-
signios de la Providencia. Entonces, al 1) Johann Wolfang von Goethe (*1749 -
suceder una cosa determinada, esta- †1832). Estadista y escritor alemán.

17
Gesta Marial de un Varón católico

La Revolución
tendencial se difunde
como el lodo - II
Cuando aún era joven, el Dr. Plinio se
percató de las primeras manifestaciones
del “pacinismo” y de inmediato encontró
en él el hedor de la Revolución con la
farándula inmunda a la que quería llegar:
acabar con las naciones, constituir una sola
religión, un solo modo de vivir, un solo
gobierno universal. “¡Oh, qué inmundicia,
qué infamia, qué maldad! ¡Lodo, fuera! ¡Te
expulsaré del santuario donde entraste!”

¡C uántos años hace que co-


Flávio Lourenço

nozco la fisonomía del “pa-


cinismo”1! Cuando yo era
joven, me di cuenta de sus primeras
manifestaciones, todavía demasiado
débiles para un mundo que no esta-
ba preparado para recibirlo.

Mi primer encuentro
con el “pacinismo”
La Primera Guerra Mundial, con
sus horrores, impresionó más al orbe
que la Segunda, porque fue una sor-
presa para el mundo de la Belle Épo-
que2 , de los cafés-concierto, de la gra-
cia frívola, encantado por las delicias
Baile en el Palacio - Museo Carmen Thyssen, Málaga, España
fofas de un mundo hermoso. Cuan-

18
acabar con todas las guerras, así que Tiré el libro a un lado y pensé: “¿Qué
lo leí desinteresadamente, creyendo pasa con los cruzados? ¿Y Carlomag-
que era sentimentalismo azucarado; no, el incomparable? En un mundo
salté las páginas, pero con cierta cu- donde ya no hay yelmos, ni lanzas,
riosidad por ver en qué terminaba. ni caballería, ni cosas épicas, ni hé-
Me di cuenta de cuál era el sentido roes, este mundo es peor que la gue-
del romance: que todos los hombres rra. Acabe con él”. Hasta donde pue-
se amen unos a otros. El personaje do recordar, fue mi primer encuentro
llamaba a eso de cristianismo. Aho- con el “pacinismo”. Inmediatamente
ra, es verdadero cristianismo cuan- olí el hedor de la Revolución en él.
Flávio Lourenço

do se aman por amor a Dios. Pero si


se aman en términos de que ningún El lodo no argumenta,
hombre jamás peleará con otro hom- sino que insinúa, ablanda,
bre... Sentí una especie de náusea co-
mo si me estuvieran ofreciendo un deteriora, pudre
dulce hecho de azúcar podrida, y me Tiempo después —ya había ingre-
subió un grito de indignación al alma. sado al Movimiento Católico— co-
mencé a leer libros antimodernistas
que, sin duda, ya envejecieron, porque

Da
nil
oI
.

I. Sagrado Corazón Rey – Iglesia


nilo
Da de San Carlos Borromeo,
Amberes, Bélgica

do estalló repentinamente la Primera

UNDERWOOD & UNDERWOOD (CC3.0)


Guerra, el choque y las llamas lo con-
quistaron todo, y la gente quedó ho-
rrorizada. Después de la guerra, hubo
una ofensiva “pacinista”.
Recuerdo una novela que leí, lla-
mada “Guerra a la Guerra”. Era una
novela corta, una bobada, que narraba
el caso de una señora que había per-
dido a su marido e hijos en la guerra
y decidió, por la desgracia de la sole-
dad en la que se encontraba, declarar
la guerra a todas las guerras. Entonces
ella habría inaugurado un movimiento
internacional contra la guerra.
Todavía no me había formado mis
ideas, nunca se me pasó por la ca-
Escuadrón de ejecución de la Primera Guerra Mundial
beza una tontería tan grande como

19
Gesta Marial de un Varón católico

los males que denunciaban fueron su- ros, ¿dónde estáis?” En 1945, cuando entrar por los portales, por las cerra-
perados por la avalancha de lodo, que pasaron estas cosas, yo ya era un hom- duras, penetrar hasta en el corazón
se ha vuelto corriente en nuestros días. bre grande, recuerdo que el lodo me de los sacerdotes, y he aquí que co-
Leyendo esas obras tuve una cierta asustó, porque pensé: “Estoy hecho mienzan a abrir las puertas para que
idea global de la farándula inmunda a para pelear otro tipo de combate, para entre el lodo, y me dicen: “¿No eres
la que se pretende llegar: acabar con enfrentar, con la visera levantada, a un tú también lodo? ¿No vas a mezclar-
las naciones, las peculiaridades regio- luchador que viene contra mí monta- te con el lodo?” Odié el lodo aún
nales, las lenguas, para constituir una do en su corcel, con su lanza en ristre. más y reflexioné: “Imaginé que el lo-
sola lengua, una sola nación, una so- ¡¿Pero esto?! Así llego prácticamente do provenía de los pantanos, pero no
la raza, una sola religión, una sola for- a la mitad de mi vida —no sé si dura- del interior del santuario. ¡Oh, qué
ma de vida, un solo gobierno univer- rá el doble de treinta y siete años, pero inmundicia, qué infamia, qué mal-
sal. Esta masificación pretende trans- no durará el triple— cuando soñaba dad! ¡Lodo, fuera! ¡Te expulsaré del
formar todo no en un lodo medicinal, con legiones de caballería para com- santuario donde entraste!”
sino en uno venenoso, abyecto. batir, dispuestas a enfrentarlas solo
Leí esos libros y pensé: “Para el si es necesario, ufano incluso si fuese Dos libros escritos para
mundo de hoy esto todavía no cal- postrado en tierra, y comprendiendo y denunciar y combatir el lodo
za. Por ahora no me molesta este te- amando el camino que Nuestra Seño-
ma, ya no pienso más en esta porque- ra me dio a andar. De pronto veo las Escribí En defensa de la Acción Ca-
ría”. Después, cuando terminó la Se- legiones de caballería desmoronarse, tólica. ¿Por qué hago la relación en-
gunda Guerra Mundial y se instauró y es el lodo que me envuelve por to- tre este libro y el lodo? Porque la tác-
lo que se llamaba paz —esa caricatura dos lados, es la confusión, el bajo sofis- tica de los que se infiltraron en Ac-
que era todo menos paz, porque si al- ma. El lodo no discute, insinúa, ablan- ción Católica fue la del lodo, es de-
go no nos dio el lodo fue paz— y vi las da, deteriora, pudre. Eso es lo que no- cir, no pelear con el adversario, nun-
sonrisas cómplices y optimistas de los to por todos lados. ¡Ay, qué horror!” ca pelear con nadie; los que nos com-
jefes de Estado, entendí: “El lodo es- Pero si solo fuera eso... ¡Si tan so- baten a los católicos solo lo hacen por
tá volviendo”. Y un suspiro salió de lo lo pudiera retirarme al santuario y error, si tenemos cuidado de compla-
más profundo de mi alma: “Caballe- orar! Pero, desde dentro del santua- cerlos y dejarnos complacer por ellos,
rio —que yo concebía, debía de repente descubriremos que hay un
concebir y sigo concibien- error entre nosotros y que ellos tie-
Arquivo Revista

do como una fortaleza—, nen parte de la razón, nosotros tene-


veía que el lodo comenzaba mos otra. El lodo es agua mezclada
a fluir entre las piedras, pe- con tierra, mezcla que envilece tan-
netrar por los vitrales rotos, to el agua como la tierra; así también

Moterocolombia (CC3.0)

Dr. Plinio en 1973

20
to profundo: la guerra padas y las alabardas mariales” ¡Qué
Rodrigo C. B.

contra el lodo. maravilla!


Se siente crecer el gladio a medi-
Descripción de da que sube el humo del lodo, y hay
un varón-gladio momentos en que se asombra de su
propia estatura y se da cuenta que
Por mi experiencia se ha convertido en una lanza. Es-
me di cuenta de dos co- ta es la descripción de un varón-gla-
sas: el lodo tiene las de- dio, que se juzga así con derecho a
licias suaves y sucias de representar, como todos los varones
ser lodo, pero hay un en las mismas condiciones, la verda-
deleite lindo y fuerte de dera civilización del amor. Porque el
ser un gladio, una ale- auténtico católico niega el nombre
gría vigorosa y dura de de amor cristiano a aquello que ama
estirar la punta y cor- promiscuamente la verdad y el error,
tar el aire con su filo, en el bien y el mal, lo bello y lo horrible:
erguirse como un cho- esto no es amor, sino ambigüedad y
rro de metal al que na- prostitución. El verdadero católico
da resiste y que, volca- ama la verdad, el bien y la belleza, y
do hacia uno y otro la- por eso no puede dejar de ser espada
do, resuelve las situa- viva contra el error, el mal y lo atroz.
ciones. Hay una satis-
facción del alma en es-

Gabriel K.
Jorge Castriota Skanderbeg to similar a la salud del
Plaza Albania, Roma, Italia cuerpo. El hombre sa-
no comprueba dentro
la mezcla que envilece hasta la here- de sí mismo que todo funciona bien y
jía cuando se mezcla con la verdade- se da cuenta de que su organismo es-
ra Iglesia, esta es la mezcla que re- tá en orden. El hombre que se entrega
presenta el lodo, ante la cual todas las a la combatividad se siente coherente,
herejías se vuelven arcaicas porque seguro y fuerte, se siente a sí mismo y
aparece algo peor: es la síntesis po- dice: “Así me quiso Dios. ¡Alabada sea
drida de todas las religiones, más re- mi Madre, María Santísima, cuyo Co-
pugnante que la propia irreligión. razón se compara a un ejército en or-
En cuanto más me rodeaba el lo- den de batalla, y cuyos pies aplastan
do por todos lados y sentía su acción, para siempre a la serpiente infernal!”
yo comenzaba a reunir a los prime- ¡Qué hermoso sería componer
ros caballeros y les preguntaba: una Letanía de la combatividad de
— ¿Traéis espadas'? – siempre en Nuestra Señora! En el oficio de la
el sentido figurado de la palabra. Santísima Virgen María se dice:
— “Sí”, respondieron. — Mos- “Vos sois la Virgen floreciente, el ve-
tradlas. lo de Gedeón, divino portal cerrado,
Pero vi que estos “gladios” esta- el panal del fuerte Sansón”. ¡Cómo
ban sucios de lodo y había que lim- me encanta! Pero qué hermoso sería
piarlos. En esas condiciones, para decir: “Ya estabais prefigurada en el
separar los terrenos, poniendo la tie- odio irreductible de Judit cuando le
rra de un lado y el agua del otro — cortó la cabeza a Holofernes”. Y to-
haciendo que esta separación acaba- mando todas las prefiguras de Nues-
se con el lodo—, escribí el libro Re- tra Señora, en cuanto un ejército en
volución y Contrarrevolución. Quien orden de batalla, componer una le-
examina esta obra desde este punto tanía y un canto para un desfile, que Judit - Basílica de San
Carlos, Roma, Italia
de vista, la interpreta por su aspec- se podría llamar “el desfile de las es-

21
Gesta Marial de un Varón católico

que no usa su espada para fines in-


Flávio Lourenço

justos, sabe contemporizar y per-


donar cuando es el caso; maldito el
hombre que no la utiliza cuando es
necesario. Son palabras del Divino
Espíritu Santo.
Algún partidario del lodo objetará:
— Es verdad, Dr. Plinio —el lodo
tiene esas entonaciones de voz medio
sentidas y roncando amenazas—, pero
usted no toma en consideración que
este es el Antiguo Testamento y noso-
tros estamos en el Nuevo Testamento.
Respondo:
— Tú, lodo, te mientes a ti mis-
mo, no eres sino mentira, yo te co-
nozco. Entre el Antiguo y el Nuevo
Testamento no puede haber colisión,
porque Dios no se miente a sí mis-
mo. No sirve de nada decirle esto al
lodo; él mira con una cara silencio-
sa, como quien dice: “¡Vea cómo yo
soy dulce!” Y con eso busca fomen-
Cristo del Apocalipsis - Catedral de Bourges, Francia tar la indignación de todos contra
nosotros, él que es la paz, la paz de
A menudo se dice: “¡Odiad el error capaz de agradar, dulce, afable, em- las mentiras.
y amad al que yerra!” Cómo esto es briagadora. Pero Nuestro Señor tam- No puedo dejar de mencionar el
cierto, pero puede malinterpretarse. bién dijo que el castigo estaba prepa- trecho del Apocalipsis que alude a
¿Qué es el amor? ¿Es querer no gol- rado para Jerusalén. Nuestro Señor viniendo en un mag-
pear a alguien? Si amar es desear no nífico corcel blanco, al final de los
herir a alguien, ni moral ni físicamen- Catedral en alabanza tiempos, con una espada en la boca
te, entonces hay que entender que es- de Cristo Gladífero para castigar al mundo: Cristo gla-
ta frase es engañosa. Sabemos que dífero (cf. Ap 19, 11-15). ¡Oh! En el
uno de los mejores símiles del amor de Así, recordando el esplendor del Reino de María nosotros tendremos
Dios es el amor de los padres a sus hi- amor paternal, me viene a la mente una catedral a Cristo gladífero. v
jos. Y esto va tan lejos que Nuestro Se- la Escritura: “El padre que ahorra a
ñor Jesucristo —en uno de esos auges a su hijo la vara, odia a su hijo” (Prov (Extraído de conferencia del
de ternura de los que sólo era capaz su 13, 24). Alguien dirá: 17/7/1982)
Divino Corazón—, antes de ser aban- — Doctor Plinio, una cosa es tener
donado por los Apóstoles, en una ago- vara de padre, que al azotar sabe que
nía insondable que comenzaría su Pa- no produce una herida profunda; otra 1) Neologismo creado por el Dr. Plinio
sión y luego daría en su muerte terri- cosa es ese gladio del que usted habla, para resaltar la falacia del “pacifis-
blemente triste, dijo: “Jerusalén, Jeru- en el que hay nostalgia de las cruza- mo”, indicando que la imposición de
salén, que matas a los profetas y a los das y de todas las formas de resistencia una falsa paz pretende ocultar cínica-
que te son enviados, ¡cuántas veces animadas por el espíritu religioso. En mente sus verdaderos objetivos revo-
quise juntar a tus hijos como la gallina una palabra, hay fanatismo.” lucionarios. Palabra que añade “paci”
a “cinismo”: “pacinismo”.
junta a sus pollitos debajo de las alas, y Yo afirmo: “¡Lodo, fuera! Porque
2) Del francés: Bella Época, Periodo
no quisiste!” (Mt 23, 37) ¡Un hombre hay una frase de la Escritura, que es
comprendido entre 1871 y 1914, du-
que se compara con una madre y, más el código del amor, que dice: “Mal- rante el cual Europa experimentó
aún, con una gallina, para mostrar la dito el hombre que ahorra a su espa- profundas transformaciones cultura-
forma de su ternura! No puede llevar- da el derramar sangre” (Jer 48, 10). les, dentro de un clima de alegría y
se más lejos la misericordia menuda, Es decir, bienaventurado el hombre esplendor social.

22
Eco Fidelísimo de la Iglesia

Perfecciones que
nacen del dolor
Partiendo del análisis de la tauromaquia, el
Dr. Plinio hace comentarios sobre la virtud de
la audacia, cuyo brillo continuo sólo es posible
cuando el hombre vive a la sombra del sacrificio,
J.P. Castro

porque desde el momento en que el Hombre-


Dios entregó su espíritu en lo alto del Calvario,
un aroma sacrificial embalsamó todo el
universo. De la Cruz nació todo lo que ha habido
de sublime y bello en la humanidad, y de ella
surgirán los esplendores del Reino de María.

P
ara pensar en el Reino de frentar el riesgo, no es un verdadero ne la euforia de su propia posición. Es
María, debemos imaginar al- torero. No hay nada de la alegría ho- una alegría sui generis que da el ries-
mas bajo la influencia cons- llywoodiana ni nada que se le parez- go, el gozo del heroísmo de quien sa-
tante del Espíritu Santo —de quien ca. Basta decir que es la alegría del be que va a ganar. El toro cae, el tore-
Nuestra Señora es Esposa— y, por riesgo, mientras que la hollywoodiana ro se quita el sombrero y saluda al pú-
lo tanto, buscando continuamen- es burguesa, no gusta del riesgo. blico que lo aplaude de pie.
te el ápice de todas las cosas, inclu- Se trata de una auténtica alegría, El resto es el triunfo, pero ya no es
so en las más modestas. De esta im- que resulta de esta circunstancia: el momento crucial, en el que el toro
postación resultará una acumulación el torero espera al toro que avanza avanza sobre él y en que él conservó el
de perfecciones insondables, porque contra él, en ese pase —para mí es el dominio completo de sí mismo, consi-
cualquier pequeño acto de la vida más bello de todos en el que está con guió el néctar de su propia perfección
humana puede contener un grado de la espada en alto, listo para clavarla y ganó. El aplauso popular, al contra-
perfección del que no se tiene idea. en un punto preciso del animal. rio de lo que se piensa, no es el néc-
Un ejemplo que se me ocurre al azar El buen torero espera al toro en la tar, sino su complemento. El auge es
es la tauromaquia, que acaba siendo tranquila posesión de sus facultades, el momento en que, en presencia de
una obra maestra del espíritu español. considerando todas las posibilidades Dios, el torero tuvo ese desempeño.
que tiene de matarlo, dependiendo de Para el espíritu de Hollywood, el
En la tauromaquia, una agilidad y una destreza que siente auge es el momento en que está sien-
la alegría del riesgo poseer. Es consciente de que para esto do aplaudido. De modo que, si con-
necesita hacer un acto de firme volun- siguiera los aplausos a través de un
Cuando nos fijamos en el torero tad y cierta ascesis, para no perder la fraude, sería lo mismo que ganarlos
español, notamos el siguiente estado cabeza y dar el golpe certero. Pero el a través de la auténtica posesión de
de espíritu: al realizar la corrida, hay torero siente que es dueño de esta as- cualidades. Bueno, ¡eso no es así! El
que imaginarlo alegre y en riesgo con cesis y de esta fuerza de voluntad. Por fraude nunca da a la persona una ver-
cierta euforia. Si no hay euforia al en- esta razón, comprende el riesgo y tie- dadera alegría.

23
Eco Fidelísimo de la Iglesia

Se podría objetar: “No, lo que bus- llegado mi hora”. Lo que tal vez el to- El relucir continuo de la audacia
caba eran los aplausos”. rero no haga explícitamente, por falta equilibrada, audacia de acero y elasti-
Él no apuntó a los aplausos y sí, en de formación religiosa, pero constitu- cidad, la audacia que sabe tener osa-
el momento del peligro supremo y des- ye el presupuesto racional de su acto. días proporcionadas al peligro, porque
provisto de cualquier otro recurso que Vemos, pues, un alto sentido reli- sabe que tiene recursos proporciona-
no fuera la espada y el brazo, supo pre- gioso que va más allá del instinto de dos con éste, de la audacia casi teme-
decir que era capaz de esto y lo hizo. conservación, aliado a una combina- raria, cuya sublimidad consiste en, sin
ción de cualidades opuestas —aun- jamás ser imprudente, atrevidamente
Audacia: el pulchrum que no contradictorias— de las que parecerse con la imprudencia, este es
del espíritu español el torero toma una hermosa síntesis: el pulchrum del espíritu español.
se presenta duro como el acero, pe-
Entran en eso varios factores psi- ro flexible como un elástico. Como ¿Cómo imaginar el pulchrum
cológicos. El torero aplica mucha resultado, cuando el toro llega, sin el del Reino de María?
fuerza en ese momento, pero llena de menor temor, tamiza el peligro y di-
flexibilidad y resultante de una mus- ce: “Peligro, ¡qué hermoso eres! ¡Qué Ahora, de manera análoga, hay un
culatura muy elástica. También entra delicioso eres! “ cierto pulchrum que marcará el Rei-
la calma ante el peligro de muerte, Aquí aparece un aspecto sobre el no de María. Es una virtud magnífica,
que le hace decir: “Si muero, moriré que quiero llamar la atención, porque diametralmente opuesta a la “herejía
realizado y mi vida tendrá sentido”. es el punto clave de la mentalidad es- blanca”1 que, vista a través del prisma
Existe la idea de que el torero se su- pañola. Ya sea cuando el español es religioso, podría alcanzar extremos
merge en una especie de estética de muy diplomático y tiene maneras y da de perfección aún ignorados.
la muerte, y que si esta llega la ten- volteretas para lograr un determinado Siendo una virtud, esta forma de
drá hermosa, que no es en absoluto la objetivo; ya sea cuando está muy ver- pulchrum debe existir en Nuestra Se-
muerte en la Unidad de Cuidados In- sado en la doctrina y lanza con seguri- ñora de una manera inimaginable.
tensivos, no tiene nada en común con dad una tesis que es difícil de justificar La Santísima Virgen debe poseer,
eso. Morirá en este gozo, por así decir, y que nadie imaginó, similar a un sal- en medio del firmamento de sus vir-
realizándose. Y aún más, pensando to certero sobre el abismo o a un vue- tudes, una nota dominante que está
que su logro está en extender a Dios lo audaz en el cielo de la ortodoxia; para las otras excelencias de Ella co-
un brazo por encima de la muerte, di- ya sea cuando es orador y se expone a mo la audacia lo es para España.
ciendo: “Señor, llévame, porque ha lances oratorios arrojadísimos; en to- El Reino de María se caracteri-
do, el riesgo es su entorno y la elegan- zará por esta nota altísima, fabulo-
cia en el riesgo, nacida de la aparente sísima, de Nuestra Señora. Se trata,
Samuel Holanda

contradicción entre elasticidad y fuer- por tanto, de conocer esa virtud en


za, lo expresa por completo. Ella, para saber cómo será el Reino
de María.
Para llegar a ese
punto, un recurso in-
teresante es recordar
que la Revolución,
con todos sus horro-
res, tiene algo así:
hay un cierto horror
que supera en baje-
za los demás y cons-
tituye el aspecto por
el que más atrae, por
el que su mordida
ella se ejerce más. Y
ahí está la causa de
su victoria. Si enten-
demos este aspec-
to en la Revolución,

24
J. P. Braido
habremos dado un paso importante pa- mos lo que buscamos. Y el Reino de
ra saber decir, por antítesis, cómo eso se María lo tendrá en su totalidad.
verifica en Nuestra Señora, porque la
Revolución es lo opuesto a Ella. La belleza suprema se
Imagino que el revolucionario origina en la Cruz
perfecto se realiza más fácilmente —
es una facilidad de imaginación, no Vamos de una vez al fondo del pro-
quiere decir que históricamente ha- blema. Desde que Nuestro Señor Jesu-
ya sido así— por un arquetipo de la cristo se inmoló por nosotros y murió
Revolución Francesa. Yo lo conci- en la Cruz, una nota de sacrificio pre-
bo como un individuo exuberante domina en la vida de hoy, dando mayor
de vitalidad y sensualidad, pero en el nobleza hasta a la sonrisa. Este aroma
cual el pecado del espíritu transbor- sacrificial que embalsamó todo el Uni-
dó el pecado de la carne. Lo que más verso desde el momento en que el Re-
odia no es al rey o al noble, sino más dentor dijo “Consummatum est” y en-
bien una cierta visualización del no- tregó su espíritu, lo marcó inclusive a
ble como trascendente, puro, piado- Él. También en las pinturas y esculturas
so, combativo, limpio, ornado, digno en que Nuestro Señor es representado
en todas sus maneras, agilísimo en su triunfalmente, aparece con los estigmas
espíritu y como si viviera en un mun- y el costado abierto; corrió la Sangre,
do empírico, que sería el mundo ac- hubo tragedia. Y el esplendor de la glo-
tual, aunque visto a través de un vi- ria sólo se explica por la tragedia.
drio de color especial llamado no- Por lo tanto, en el centro de todo es-
bleza, que eleva y repone al hombre tá presente una nota de sacrificio, supe-
en una atmósfera paradisíaca, en la rior a todos los horrores de la Revolu-
que está listo para, en cualquier mo- ción. Y aquí vemos la belleza de todo
mento, saltar al abismo del riesgo. lo que dije. Esa belleza es un misterio,
El revolucionario odia esta mani- en el que hay una seriedad, gravedad y
festación y esta forma de ser hasta el participación en Dios incomparables.
último punto. Y cuando ve que esto Mis palabras son incomprensibles sin
es así, quiere burlarse, no con una le- este amor a la Cruz y este perfume de
ve ofensa, sino con una injuria pesa- sacrificio. La vida de cada uno de noso-
da, que desfigura, tira al suelo, ensu- tros es un holocausto, del que debemos
cia, ultraja y después liquida. ser víctimas. Para que haya todo lo que
Ahora imaginemos lo contrario de he comentado, es necesario aceptar ese
esto, brillando en el alma más elegida holocausto, no hay remedio. La jaculatoria “Sanguis Christi,
que hubo entre las meras criaturas, Sin embargo, el hombre huye de es- inebria me” expresa precisamente es-
que fue la de Nuestra Señora, y ex- ta nota de sacrificio tanto cuanto pue- to. La ebriedad de la Sangre de Cris-
presado de una manera inimaginable. de, por no querer vivir a su sombra. to hace contemplar la belleza del do-
Entonces podremos comprender cuál Ahora, pensemos un poco en el papel lor presente en todas las cosas.  v
será la felicidad del Reino de María, y que la Cruz tiene en la espiritualidad
también la felicidad del Cielo. de San Luis María Grignion de Mont- (Extraído de las conferencias del
Hay aquí una intensidad del ser fort, hasta el punto de haber escrito la 14 y 19/2/1986)
que nos deja medio estupefactos. En Carta Circular a los amigos de la Cruz, y
el fondo, nuestra felicidad es bus- comprenderemos cómo debemos ser.
car las cosas que tienen esta intensi- Es decir, el sufrimiento no desfi- 1) Expresión metafórica creada por el
dad, no el pequeño placer, la chaco- gura, no afea, no atrasa; al contrario, Dr. Plinio para designar la mentali-
dad sentimental que se manifiesta en
ta, el letargo en una hamaca junto al de él viene todo lo que es verdadera-
la piedad, la cultura, el arte, etc. Las
mar. En última instancia, es algo que mente bello y ordenado en la huma- personas afectadas por ella se vuelven
recuerda a Dios, al Ser Absoluto, a nidad. Y tratar de ver esas gotas de flojas, mediocres y poco propensas a
quien buscamos miserablemente ex- la Sangre de Cristo hace parte de la la fortaleza, así como a todo lo que
traviados y afligidos cuando no sabe- piedad católica más genuina. signifique esplendor.

25
S antoral 
1. Santa Teresita del Niño Je-
sús,  virgen y Doctora de la Iglesia
–––––––––––––––––––––
10. Santo Tomás de Villanueva, 
obispo (+1555). Religioso Agustino,
(+1897). Ver página 28. obispo de Valencia, España.
San Daniel Comboni, obispo (+1881).
2. Domingo XXVII del Tiempo Or-
Primer obispo católico de África Cen-
dinario.
Santos Ángeles de la Guarda. tral. Fundador del Instituto Misioneros

Samuel Holanda
Combonianos del Corazón de Jesús.
3. Bienaventurados Andrés de Murió en Jartum, Sudán.
Soveral, Ambrosio Francisco Fe-
rro, presbíteros, y compañeros,  11. San Pedro Le Tuy, presbíte-
mártires (+1645). ro y mártir (+1833). Decapitado en
San Maximiano, obispo (+c 410). tiempos del emperador Minh Mang,
Obispo de Bagai, actual Argelia. Fue en Hanoi, Vietnam.
torturado muchas veces por herejes, San Evaristo 12. Nuestra Señora Aparecida,  pa-
en una de ellas fue lanzado desde una trona de Brasil.
torre, sobrevivió milagrosamente y si- Beato Román Sitko, presbítero y
guió luchando por la Fe. gen María de la Misericordia, en Cra-
mártir (+1942). Rector del seminario
covia, Polonia. Por encargo de Dios,
4. San Francisco de Asís. Religio- de Tarnów, Polonia. Murió en el cam-
trabajó incansablemente anunciando
so (+1226). Fundador de la Orden po de concentración de Auschwitz.
el misterio de la Divina Misericordia.
Franciscana y las Clarisas. 13. Beata Alejandrina María da Cos-
San Petronio, obispo (+c. 450). Re- 6. San Bruno, presbítero y eremita
ta  (+1955). A los 14 años, por defender
nunció a sus privilegios del Imperio Ro- (+1101). Fundador de los Cartujos. su castidad el agresor la dejó cuadriplé-
mano para ser ordenado sacerdote. Fue Santa María Francisca de las Cinco jica y así vivió hasta su muerte. Se ofre-
nombrado obispo de Boloña, Italia. Llagas de Nuestro Señor Jesucristo,  ció como víctima, por la conversión de
virgen (+1791). Terciaria Franciscana. los pecadores. Animaba al Papa Pío XII
5. San Benito, llamado el Negro, 
Viviendo en Nápoles, Italia, se destacó a llevar a cabo la Consagración al Inma-
religioso del convento de Santa María
de Palermo, Italia (+1589). por su paciencia en las tribulaciones y culado Corazón de María.
Santa María Faustina Kowals- adversidades, en la práctica de las pe-
nitencias, el amor a Dios y las almas. 14. San Calixto I, Papa y mártir
ka,  virgen (+1938). Religiosa de las (+222).
Hermanas de la Bienaventurada Vir- 7. Nuestra Señora del Santísimo Santo Domingo Loricato, presbíte-
Rosario. ro (+1060). Religioso de la Orden de
San Marcos, Papa (+336). Institu-
Gabriel K.

los camaldulenses y discípulo de San


yó el Palio en su corto pontificado; hi- Pedro Damián. Murió siendo Abad
zo el primer calendario de fiestas reli- del Monasterio de la Santísima Trini-
giosas y mandó construir las basílicas dad, en Italia Central.
de San Marcos, en Venecia y de Santa
15. Santa Teresa de Jesús, virgen y
Balbina, en Roma.
Doctora de la Iglesia (+1582).
8. San Félix, obispo (+s IV). San Santa Tecla, abadesa (+c. 790). Fue
Ambrosio de Milán lo ordenó obispo. enviada desde Inglaterra a Alema-
Fue el primer obispo de la diócesis de nia, para ayudar a San Bonifacio en la
Como, Italia. evangelización de los pueblos locales.
9. Domingo XXVIII del Tiempo 16. XXIX Domingo del Tiempo Or-
Ordinario. dinario.
San Dionisio de París, obispo, y Santa Eduviges (1243). Modelo
compañeros, mártires (+s. III). cristiano de esposa y madre.
Santos Juan de Brébeuf, Isaac
San Juan Leonardi, presbítero Santa Margarita María Alacoque, 
Jogues y compañeros
(+1609). religiosa (+1690). Religiosa de la Vi-

26
–––––––––––––––––   * Octubre *   ––––
sitación, favorecida por las aparicio- religiosa, la devoción a Jesús Eucaristía y 27. San Evaristo, Papa (+108). En
nes del Sagrado Corazón de Jesús en a su Madre, la Virgen María. los tiempos del emperador Trajano,
1673, en el sitio donde hoy se encuen- 21. Santa Laura de Santa Catali- fue elegido como cuarto sucesor de
tra la Basílica del Sagrado Corazón de na de Siena Montoya Upegui, virgen San Pedro en el gobierno de la Iglesia.
Jesús en Paray-le- Monial, Francia. (+1949). Fundadora de la Congrega- 28. San Simón y San Judas Tadeo, 
17. San Ignacio de Antioquía, obis- ción de las Hermanas Misioneras de Apóstoles.
po y mártir (+107). Es uno de los Pa- María Inmaculada y Santa Catalina San Germán, abad (+s. XI). Insigne
dres Apostólicos de la Iglesia. de Siena, en Dabeiba, Colombia. por su amor a la soledad. Fundó y diri-
San Oseas, Profeta del Antiguo gió el priorato de Talloires, Francia.
22. San Marcos, obispo (+s. II).
Testamento. Ante la infidelidad del Primer obispo procedente de los gen- 29. San Narciso, obispo (+c. 222).
pueblo de Israel, anunció a Dios co- tiles en ocupar la sede episcopal de Próximo a cumplir los 100 años de vida,
mo el esposo siempre fiel y de infinita Jerusalén. fue electo Obispo de Jerusalén. Se des-
misericordia. tacó por la paciencia y la fe, en su acti-
San Juan Pablo II, Papa (+2005).
18. San Lucas, Evangelista. Canonizado por S.S. Francisco, el año vidad pastoral. Falleció a los 116 años.
2014. 30. XXXI Domingo del Tiempo Or-
23. XXX Domingo del Tiempo Or- dinario.
Beato Aleixo Zaryckyj, presbítero y
Flávio Lourenço

dinario.
San Juan de Capistrano, presbí- mártir (+1963). En un régimen de go-
tero (+1456). Religioso franciscano, bierno hostil a Dios, es deportado a un
llamado el apóstol de Bohemia. campo de concentración en Dolinka,
Beato Arnaldo (Jules-Nicolás Kazajstán-Eslovaquia y allí murió.
Réche), religioso (+1890). Pertene- 31. San Alfonso Rodríguez, religioso
cía a la Congregación de las Escue- (+1617). Español. Fue recibido, en ca-
las Cristianas (Hermanos de la Salle). lidad de hermano lego, en la Compañía
Gran devoto de la Pasión de Cristo y de Jesús, después de haber perdido a sus
ejemplo de docilidad al Espíritu Santo.tres hijos. Durante 32 años, se desempe-
24. San Antonio María Claret,  ñó como portero del Colegio Santo Sión
obispo (+1870). de los jesuitas, en Mallorca. Canonizado
San Fromundo, obispo (+s. VII). por el papa León XIII en 1888.
Ejerció su ministerio pastoral en Cou-
San Petronio tances, Francia. Fundó el monasterio

Pessani - Gallieni (CC3.0)


de monjas de Ham, en la región de Pi-
cardía, Francia.
19. Santos Juan de Brébeuf, Isaac
Jogues, presbíteros, y compañeros  25. San Antonio de Santa Ana Gal-
mártires (+1642-1649) vão, presbítero (+1822). Primer santo
San Pablo de la Cruz, presbítero canonizado del Brasil.
(+1775). Fundador de la Congrega- Beato Tadeo Machar, obispo
ción de la Pasión (Pasionistas). (+1492). Noble irlandés, obispo de
Beato Tomás Hélye, presbítero Cork y Cloyne. Por la hostilidad de los
(+1595). De la diócesis de Coutances poderosos, sale de su patria rumbo a
en Normandía, Francia. De día, ejercía Roma y en el trayecto fallece, en Bor-
a plenitud su ministerio sacerdotal y de go, San Antonio, Italia.
noche, hacía penitencia y oración. 26. Beata Celina Chludzinska Bor-
20. Beato Tiago de Strepa, obispo zecka,  religiosa (+1913). Fundado-
(+1409). Religioso franciscano, Prior del ra, en Roma, de la Congregación de
convento de Lviv, Ucrania. Siendo obispo las Hermanas de la Resurrección de
San Daniel Comboni
de la diócesis de Halicz, promovió la vida Nuestro Señor Jesucristo.

27
Hagiografía

Víctima

Office de Lisieux (CC3.0)


expiatoria
Santa Teresita era singularmente
hermosa, de trazos regulares, aspecto
luminoso y semblante vasto, firme y
resuelto; su fisonomía permite mostrar
cualidades que parecen opuestas, al
menos según la mentalidad liberal, como
la bondad y la firmeza, la distinción y la
sencillez, el dominio perfecto y absoluto
de sí y la naturalidad más atractiva.

S anta Teresita del Niño Jesús es,


por así decirlo, una Santa de
nuestros días. Celebraremos en
poco tiempo el cincuentenario de su
mente hermosa, de trazos regulares,
aspecto luminoso y semblante vasto,
firme y resuelto; su fisonomía permi-
te mostrar cualidades que parecen
demasiado sensible, nunca una au-
téntica y genuina santa, una luz bri-
llante en el firmamento espiritual de
la Iglesia del Dios Verdadero. Cier-
muerte, y muchas de las personas que opuestas —al menos según la men- ta iconografía, sin cambiar los rasgos
por ventura aún se encuentran entre talidad liberal— como la bondad y la de la Santa, alteró, no obstante, su fi-
nosotros, son absolutamente contem- firmeza, la distinción y la sencillez, el sonomía.
poráneas de la joven carmelita que dominio perfecto y absoluto de sí y Lo mismo ocurre con su biografía.
expiró a la edad de veinticuatro años. la naturalidad más atractiva. Según alguna literatura sentimen-
Si no tuviéramos fotos de la “San- tal religiosa, sin manipular propia-
Trataron de ocultar el ta Rosa del Carmelo”, ¿qué idea ten- mente los datos biográficos de San-
sentido profundo, admirable dríamos de ella? La que nos presen- ta Teresita, dicha literatura encon-
tan muchas de sus imágenes: dulce, tró formas de interpretar de mane-
y heroico de su existencia de una dulzura sentimental y casi ro- ra tan unilateral y superficial ciertos
Afortunadamente, la fotografía mántica; buena, de una bondad pu- episodios de su vida, que llegó a des-
ya estaba inventada en sus días, por ramente humana y sin el menor so- figurar de alguna manera su signifi-
lo que conservamos el auténtico re- plo de sobrenatural; en fin, una jo- cado. Las deformaciones iconográfi-
trato de la gran Santita: singular- ven de buenas inclinaciones, aunque cas y biográficas se hicieron todas en

28
sufrimientos, las virtudes, las expia-
Office de Lisieux (CC3.0)

Office de Lisieux (CC3.0)


ciones de los hombres pecadores se-
rían totalmente incapaces de apla-
car la cólera divina. El Santo Sacrifi-
cio del Hombre-Dios sería suficien-
te para hacerlo. Además, una simple
gota de la preciosa Sangre bastaría
para redimir a toda la humanidad.
Sin embargo, por designios in-
sondables de la Divina Providen-
cia, la Redención no se obró en el
momento en que vertió la prime-
ra Sangre del Redentor, sino só-
lo cuando expiró por nosotros en la
Cruz, después de un diluvio de tor-
mentos. Por un carácter igualmente
misterioso, Dios no se contenta con
Santa Teresita, el sacrificio súper abundantemente
…en 1881, a la edad de 8 años
en 1876, a la edad de 3 años eficaz del Redentor. La humanidad
está redimida, y en sí misma, la obra
una misma dirección: ocultar el sen- Por supuesto que no se trata de un de la Redención se ha completado;
tido profundo, admirable y heroico tesoro en riquezas materiales. Es un pero para salvar a los pecadores, pa-
de la existencia de la inmortal Santa. tesoro moral y espiritual, como la na- ra expiar sus pecados actuales, pa-
En el cincuentenario de su muer- turaleza moral de las faltas que deben ra que las almas descarriadas pue-
te alguien que le debe mucho y qui- ser rescatadas. Se compone, antes que dan aprovecharse del Sacrificio del
zás excesivamente, procurará pagar- nada y esencialmente, de los méritos Hombre-Dios, es necesario que no-
le con respetuoso amor parte de esta infinitamente preciosos de Nuestro sotros también alcancemos méritos.
deuda, haciendo un comentario doc- Señor Jesucristo, que, en el momento
trinal de su vida. de la Santa Muerte del Salvador, fue- Papel de la gracia divina
ron aceptados por Dios y produjeron El tesoro de la Iglesia está compues-
El tesoro de la Iglesia la Redención de la humanidad. Los to, por tanto, de dos parcelas. Una, in-
El pecado original cometido por
Adán y los pecados posteriormente

Office de Lisieux (CC3.0)


Office de Lisieux (CC3.0)

practicados por la humanidad son


ofensas a Dios. Para rescatar esas
ofensas y aplacar la ira divina era
necesario que la humanidad expia-
ra, y esta expiación era como el pa-
go de un precio que compensaría la
falta cometida. Hay en esto, en cier-
to modo, una restitución. Por el pe-
cado, el hombre se apropió de ma-
nera indebida de placeres, ventajas
y deleites a los que no tenía dere-
cho. Para reparar la justicia, era ne-
cesario abandonar, inmolar y sacri-
ficar todo esto. El sacrificio repara-
dor toma, así, el aspecto de un precio
de rescate por el cual se repara la fal-
ta cometida. Para redimir estos pe-
cados, la Santa Iglesia dispone de un s ... en 1888, a la edad de 15 años
… en 1886, a la edad de 13 año
tesoro. Veamos de qué naturaleza es.

29
Hagiografía
finitamente preciosa, súper abundan- de las cuales es perfecta e inmutable,
temente eficaz: es la de los méritos de la de Dios, y la otra, cambiante e im-
Nuestro Señor Jesucristo. Otra pe- perfecta, la de los hombres. Cuan-
queñísima e insignificante: es la to más deficiente es la parte hu-
de los méritos de los hombres, mana del tesoro de la Iglesia,
adquiridos a lo largo de la vi- tanto menos abundantes se-
da multisecular de la Igle- rán las gracias. Cuanto me-
sia. La pequeña parte só- nos abundantes sean las
lo es válida en unión con gracias, tanto menos nu-
la parte infinita. Pero merosas serán las al-
—misterio de Dios— mas que se salven. De
aunque perfectamen- donde se deduce que
te prescindible en sí un elemento capital
Office de Lisieux (CC3.0)

misma, esta parte es para que las almas se


indispensable porque salven es que el teso-
Dios lo quiso: “Quien ro de la Iglesia siem-
te creó sin ti, no te pre esté lleno de los
salvará sin ti”, di- méritos producidos
ce San Agustín. Dios por los hombres. Los
nos creó sin nuestra grandes pecadores
cooperación, pero pa- son hijos enfermos pa-
ra salvarnos Él quie- ra cuya curación los te-
re nuestra cooperación. soros de la Iglesia se dan
Cooperación de apostola- pródigamente. Los gran-
do, sí, pero también en ora- des santos son los hijos sa-
ción y sacrificio. Sin los mé- nos y actuantes que repo-
ritos de los hombres, el tesoro nen, a cada instante, en ese
de la Iglesia no estará completo tesoro riquezas nuevas que sus-
y la humanidad no disfrutará ple- tituyen las que se emplean con los
namente de los frutos de la salvación. pecadores.
Visto el tema desde otro ángulo, Todo esto nos permite estable-
debemos recordar el papel de la gra- cer una correlación: para los gran-
cia para la salvación. Ningún hombre Ahora bien, como sin virtud nadie des pecadores, grandes gastos en el
es capaz del más mínimo acto de vir- agrada a Dios o es salvado, siendo la tesoro de la Iglesia. O estos grandes
tud cristiana sin ser llamado a esto por gracia necesaria para la virtud, es fá- gastos son suplidos por nuevas ofer-
la gracia de Dios, y ayudado por ella. cil darse cuenta de que ella es nece- tas de generosidad de Dios y de las
En otras palabras, la primera idea, saria para la salvación. almas santas, o las gracias son cada
el primer impulso, toda la realización Todos los hombres reciben suficien- vez menos abundantes, y el número
del acto de virtud sobrenatural se ha- tes gracias para salvarse. Esto tam- de pecadores aumenta.
ce con la ayuda de la gracia. Esto de bién es una verdad de fe. Pero, de he-
tal manera que nadie podría practi- cho, por la maldad humana, que es in- Jamás hacer su
car el más mínimo acto de virtud cris- mensa, muy pocos serían los hombres propia voluntad
tiana, ni siquiera pronunciar con pie- que se salvarían sólo con la gracia sufi-
dad los Santísimos Nombres de Jesús ciente. Es necesario que la gracia sea De ello se deduce que nada más
y María, sin la ayuda sobrenatural de abundante para vencer la maldad del necesario para la expansión de la
la gracia. Todo esto es verdad de Fe, y abuso del libre albedrío humano. La Iglesia
quien lo negara sería hereje. Nuestra abundancia de esta gracia, ¿cómo ob- que enriquecer, siempre y cada vez
voluntad coopera con la gracia, y sin tenerla de Dios, justamente enojado más, su tesoro sobrenatural con nue-
su ayuda no hay virtud posible; pero, por los pecados de los hombres? Evi- vos méritos. Evidentemente, se pue-
por sí sola, sin la gracia, ella es abso- dentemente con el tesoro de la Iglesia. den adquirir méritos practicando la
lutamente incapaz de practicar la vir- Sin embargo, como hemos visto, es- virtud en todas partes. Pero hay al-
tud sobrenatural. te tesoro consta de dos parcelas, una mas en el jardín de la Iglesia que

30
Dios destina especialmente para es- voluntad de Dios, ella

Archivo Revista
te propósito. Son las que él llama a la no pidió sufrimien-
vida contemplativa, en conventos so- tos, ni los rehusó. Que
litarios, donde almas de elección es- Dios hiciese de ella lo
tán especialmente dedicadas a amar a que entendiese. Nun-
Dios y a expiar por los hombres. Estas ca pidió a Dios o a sus
almas valientemente le piden a Dios superioras que aparta-
que les mande todas las pruebas que ran de ella cualquier
quiera, siempre y cuando se salven dolor, cualquier mor-
numerosos pecadores. Dios las flage- tificación. La sumisión
la sin cesar, de un modo o de otro, co- plena era su camino.
giendo de ellas la flor de la piedad y Y, en materia de vida
del sufrimiento, para que estos méri- espiritual, la sumisión
tos salven nuevas almas. Consagrar- plena es equivalente a
se a la vocación de víctima expiatoria la plena santificación.
por los pecadores: ¡no hay nada más Su método se carac-
admirable! Y esto mucho más cuan- teriza por otra nota im-
to son muchos los que trabajan, mu- portante. Santa Teresi-
chos los que rezan; pero ¿quién tiene ta no practicó grandes
el coraje para expiar? mortificaciones físicas.
Este es el sentido más profundo Ella simplemente se li-
de la vocación de los trapenses, de mitaba a las prescrip-
las franciscanas, dominicas y carme- ciones de su Regla. Pe-
litas entre las cuales floreció la suave ro se esmeró en otro ti-
y heroica Teresita. po de mortificación: El Dr. Plinio en la década de 1940
Su método fue especial. Practi- hacer mil pequeños sa-
cando la conformidad plena con la crificios a toda hora, a cada instan- interior, amor árido, pero admira-
te. Nunca hacer su vo- blemente ardiente, de la voluntad di-
luntad propia. Nunca rigida por la fe, firme y heroicamen-
Office de Lisieux (CC3.0)

buscar comodidades o te adherida a Dios en la atonía invo-


aquello que es desea- luntaria e irremediable de la sensibi-
ble. Siempre realizar lidad. Amor árido y eficaz es sinóni-
lo contrario de lo que mo, en una vida de piedad, de amor
pedían los sentidos. Y perfecto.
cada uno de estos pe- Gran camino, camino simple. ¿No
queños sacrificios era es simple hacer pequeños sacrifi-
una pequeña moneda cios? ¿No es más simple no tener vi-
en el tesoro de la Igle- siones que tenerlas? ¿No es más sen-
sia. Moneda pequeña, cillo aceptar los sacrificios que pe-
sí, pero oro de ley: el dirlos?
valor de cada peque- Camino simple, camino para to-
ño acto consistía en el dos. La misión de Santa Teresita fue
amor de Dios con que mostrarnos un camino en el que to-
era hecho. dos podíamos transitar. Espero que
¡Y qué amor tan ella nos ayude a recorrer este cami-
meritorio! Santa Tere- no real que conducirá a los altares
sita no tenía visiones, no sólo a una u otra alma, sino a le-
ni siquiera los movi- giones enteras.  v
mientos sensibles y na-
turales que hacen tan
amena a veces la pie- Extraído de O legionário, No. 790,
dad. Absoluta aridez 28/9/1947

31
Luces de la Civilización Cristiana
Jardines del Palacio

Geometría y
de Versalles
ToucanWings (CC3.0)

asimetrías
armónicas
En el jardín francés hay un arte altamente geométrico en el conjunto,
no obstante, lleno de asimetrías armónicas y encantadoras en las
minucias, lo que genera una belleza expurgada de socialismo.
¿Cómo será el equilibrio de las osadías y de las inimaginables
serenidades de la arquitectura del Reino de María?

M
e gusta mucho el jardín francés, pero tengo al- Un arte que llevó casi hasta el delirio la exploración de
gunas reservas. En mi primera visita a Versa- las pequeñas perspectivas, pero alcanzó triunfos, es el ja-
lles, siendo ya adulto, algunos de los que me ponés. Un jardincito que tiene un puentecito, abajo tie-
acompañaban comenzaron a elogiar el palacio, diciendo ne que hacer crecer sólo una florecita, por donde pasa un
que había superado a la Sainte-Chapelle. Me pasé todo río que casi no se mueve, sino que es más bien un espejo.
el tiempo discutiendo con ellos. Aquello pide que se pare y se vea. El jardín japonés no es
como el francés, que se mira y… es enteramente lo con-
El principio de la pluralidad de perspectiva trario. Está hecho de rinconcitos y de sorpresitas, que es
Yo sostengo, naturalmente un poco en la sordina, que una cosa diferente, y esto es, a mi ver, uno de los elemen-
las grandes perspectivas tienden al socialismo. tos más exitosos del punto de vista de la refutación del Re-
En ese sentido, el Escorial causa un poco de desola- nacimiento: es el principio de la pluralidad de perspecti-
ción, no tiene el calor de la vida; hay algo de absolutismo. va. Debe haber también grandes perspectivas, sin embar-
Champs-Élysées, por ejemplo, tiene una sola súper go, es la Iglesia Católica la que indica verdaderamente co-
perspectiva y el resto no significa nada. En la construc- mo es una perspectiva grandiosa, pero orgánica.
ción medieval, al contrario, una cosita tiene su perspec-
tiva, lo que es la imagen de la sociedad orgánica, sobre Geometría como elemento de
todo compuesta de sociedades pequeñas. Eso es así por- belleza en el jardín francés
que en la arquitectura medieval hay una figura del uni-
verso constituido sobre todo por hombres que valen por Si vamos hasta el final del principio que acabo de dar,
sí, por Dios, y de los cuales cada uno tiene su perspecti- llegamos a la exclusión de la geometría dentro del arte,
va individual. Es decir, hay una enseñanza muy grande, y esto me parece una exageración. Sería necesario saber
lúcida y luminosa dentro de eso, que no debemos perder entender cuál es la razón de ser del jardín francés, de
de vista. la geometría como elemento de belleza expurgado de so-

32
cialismo. Yo estoy hablando de la geometría de los todos Para aquellas personas aquello fue hecho al contrario
geométricos. El socialismo es geométrico. del arte griego. Este fue elaborado por un especulador
Me refiero a la geometría de los conjuntos. ¿Por qué que, sentado, inventó una fórmula, y ni siquiera un poco
un conjunto no puede tener una gran geometría? Cla- por un pueblo como el francés. El arte del palacio de Ver-
ro que puede. Yo formulo la pregunta con una objeción. salles parece brotado del suelo.
Tomemos, por ejemplo, la carroza de gala de los Habs- No es para cualquier pueblo que el arte griego queda-
burgo. Toda pintada, una cosa fabulosa. Imaginemos esa ría bien. Versalles queda bien para el francés, porque es-
carroza andando en una ciudad pequeña medieval con te es un bibelot que da vida y compensación al palacio.
aquellas callejuelas, no queda bien. Al contrario, imagi- Sin el francés, todo aquello quedaría sin gracia.
nemos la carroza desfilando en una avenida de Versalles. Imaginemos, por ejemplo, una serie de Grandes de
Allí tendríamos mucho tiempo para verla venir y para España saliendo de Versalles con un paso que sigue cier-
estudiar todas las mil bellezas que tiene. Vean como la ta cadencia, vestidos de negro. No tendría gracia. Aque-
geometría exige un décor geométrico. llo es hecho para la sonrisa francesa, para que una puer-
Entonces, yo me preguntaría si no podríamos pensar ta de aquellas esté abierta y se oiga un clavecín tocando
al revés: un arte con un conjunto nada geométrico y lleno adentro, un minué en la Galería de los Espejos; es hecho
de pequeñas perspectivas con geometría propia; o tam- para un pueblo que vive en guirlandas. La definición de
bién un arte altamente geométrico en el conjunto y den- guirlandas es: un grupo de franceses.
tro lleno de asimetrías armónicas y encantadoras. El orden perfecto entre los hombres se expresa a partir de
El espíritu francés, hasta cierto punto, constituyó esta la persona y no de las grandes construcciones, lo que es per-
síntesis: el jardín es geométrico en todo, pero el francés sonal se expresa mucho más de lo que es colectivo, sin duda.
introdujo formas curvas que el griego no admitía – ya es En efecto, en Versalles está presente un concepto de
un elemento de progreso – y un juego de colores que no bien común diferente del concepto no expresado, pero
son simétricos, y ese colorido quiebra la monotonía. medio implícito en los tratadistas de Derecho Natural de
Nace aquí un problema delicado: si un colorista ge- aquel tiempo, según el cual el bien común se refiere más
nial pintase la fachada de Versalles, ¿no saldría ganan- a un todo abstracto, no concebido en función de los indi-
do en belleza? Entonces, nos preguntamos si en aque- viduos, sino al conjunto de los individuos.
llo se expresa enteramente el espíritu francés o si no hay
una especie de inmolación al paganismo clásico. ¿Es un El equilibrio y la truculencia
clásico que está matando a los católicos? ¿Podríamos en el Reino de María
imaginar un clásico resucitado por los católicos? El jar-
dín de Versalles declara a favor de eso. Sería muy interesante que pensáramos cual es el perfil
moral del hombre que adhirió a todo eso, lo que daría un
Un ornamento de Versalles: las personas poco el perfil moral de las personas en el Reino de María.
que vivían allí

Gabriel K.
Para que resolvamos la cuestión de-
bemos considerar a las personas que
tenían a Versalles por marco. Es decir,
las literas, las marquesas, las reveren-
cias, los bibelots, las alfombras, la músi-
ca, los cristales… ¡Imaginen si de Ver-
salles salieran griegas con aquellas ca-
ras de las cariátides! Yo pregunto si las
personas vestidas con ropas coloridas,
éclatantes sin ser aberrantes, no consti-
tuirían un ornamento que daría vida a
la corte. Notamos eso, por ejemplo, en
descripciones como ésta: “Monseigneur
le duc d’Orléans apareció con traje azul
claro y alamares plateados…”
El jardín de Versalles, por lo tan-
Palacio de San Lorenzo del Escorial, España
to, no debería ser menos geométrico.

33
Luces de la Civilización Cristiana
Por ejemplo, yo tengo una teoría que casi no oso esbo- Tengo la impresión de que alguna cosa así sería el ma-
zar, que es la de la armonía entre el equilibrio y la trucu- yor equilibrio que se podría imaginar, porque envuelve,
lencia en el Reino de María. Primero es necesario consi- dentro de ese conjunto, los equilibrios más osados, las
derar que la palabra truculencia es empleada en un sen- osadías en apariencia menos equilibradas.
tido tan peyorativo que necesito definirla antes.
Tomemos como ejemplo la Catedral de San Basilio, en Necesidad de varones con abertura
Rusia. No se puede negar que aquello es una cosa trucu- de alma para el infinito
lenta. ¿En qué sentido? Ella se llevó a sí misma hasta las
últimas consecuencias de sí misma, con una osadía en la En esa línea, una vez que el error y el mal fueron tan
cual ella no negó nada, porque no rompió con nada de lo grandes, o el verum, el bonum y el pulchrum se vuelven a
que ella no debería romper. Ella tomó algo y lo llevó a la erguir incomparablemente mayores, o falta algo en esa
última osadía de sí misma, a la última radicalidad. No es simetría.
una exacerbación desequilibrada. Se bajó más profundo de lo que era alto el punto
Tengo la impresión de que el Reino de María, por ser la adonde se había subido y, por lo tanto, o se sube más al-
última época de la Historia y porque debe recapitular to- to de donde se había bajado o no se hizo nada. Debe ser
das las perfecciones anteriores —no a la manera de suma, el más alto grado, de modo que humille al mal por lo me-
sino con cualquier cosa de nuevo—, necesitará tener en nos en la proporción en que él humilló al bien.
ese sentido una firmeza súper osada y súper equilibrada. El resultado es la abertura para el infinito, el epílogo
Entonces, se podría preguntar, en la línea del verum, del grandioso de la Historia de la Iglesia. Entonces, dos mil
bonum y del pulchrum, cuál es esa luz especial del Reino de años de santos, doctores, mártires, de confesores; tam-
María, hecha de inimaginables serenidades y burbujeos a bién de abandonos, de traiciones, celadas, todo llega a
la manera de un géiser. En otras palabras, constituida de un determinado momento en que Nuestra Señora inter-
continuadores fabulosos y de espíritu de aventura como na- viene y construye el Reino de Ella. Esto sólo se desata si
die lo tuvo nunca; de simetría de perspectivas individuales hubiere varones que sean y piensen así.
bien calculadas y de conjuntos fabulosos, pero donde todos Tengo la impresión de que, a partir del momento en
los extremos de las líneas son de una riqueza tal que el indi- que esto se dé, muchas cosas se arreglan, porque hay
viduo, si no mira a otro extremo, se desmaya. muchas almas que gimen y hasta se encuentran en crisis
Nuestras almas necesitaban ser dilatadas para eso a porque no se les dio aún esa figura entera. Toda criatura
fin de que encuentren completamente su expresión. gime y espera esa manifestación.

Reparación hecha a Luis XIV por el Doge de Génova


Claude-Guy Hallé (CC3.0)

Francesco María Lercari Imperiale, el 15 de mayo


de 1685 – Colección del Palacio de Versalles

34
Сергей Коровкин 89161230044 (CC3.0)
Catedral de San
Basilio, Rusia

El espíritu católico está exhausto La Iglesia Católica está exhausta de flaquezas, de


condescendencias cómplices, de dilaciones y contempo-
de ser presentado como débil rizaciones sin sentido, de indecisiones y vacilaciones que
Por esa razón, me parece que algo debería venir, ma- no conducen a nada. En nosotros burbujea una voluntad
nifestarse de manera que se abran las puertas de la era exuberante de ser, de hacer, de contestar, de destruir y de
de la perfección, pero de aquella perfección absoluta con implantar, ¡pero ya! ¡Es una urgencia de quien se mue-
una nota de fuerza. El espíritu católico está exhausto de re de sed, pero de una sed que no se limita a un vaso de
ser presentado como débil. Él tiene una nostalgia de otro agua, quiere beber un río, un mar! Ésta es nuestra cruz
mundo de su propia fuerza. Él gime encarcelado en as- diurna y nocturna. v
pectos de debilidad, él está nostálgico de las últimas con-
secuencias de sí mismo; es como la empuñadura de la es-
pada que tiene nostalgia de la punta del florete. (Extraída de conferencia del 2/10/1974)

35
João C. V. Villa
Nuestra Señora del Carmen
Museo del Carmen Alto,
Quito, Ecuador

María Santísima es en todo lo


opuesto de la Revolución
L a Revolución tiene como mentor al demonio, y por eso ella es lo que hay de más vil en la Tierra; es un
movimiento que se arrastra —como la serpiente diabólica— en medio de los vicios y pecados humanos,
en medio de aquello que existe de sórdido, feo, torcido y abyecto en este valle de lágrimas..
Nuestra Señora es Aquella que aterroriza a ese adversario peligroso e infame, porque Ella es en todo lo
opuesto de la Revolución. María Santísima es la Virgen Madre del Salvador, con todo cuanto es digno, be-
llo, noble y santo reunido para adornarla. ¡Ella posee grados de esplendor, de pureza y de perfecciones ini-
maginables! Es lo contrario de la maldita serpiente, cuya cabeza Ella continuamente aplasta bajo sus pies.
(Extraído de conferencia de 31/01/1989)

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