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Publicación Mensual    Vol.

VI - Nº 61   Mayo de 2023

Medianera y Auxiliadora
de los Cristianos
Mateus S.

Rosa Mística
e dice que la rosa es la reina de las flores, y
lo es. Sin embargo, al contemplar ciertos cla-
veles, tulipanes, orquídeas, nos preguntamos:
“Oh, rosa, ¿qué fue hecho de ti?” Sin embargo, en
la rosa hay algo de finalizado, de perfectamente ar-
mónico, de una belleza constituida más de charme
que de pulchrum propiamente dicho, por donde ella
aparta todo el resto con naturalidad, con cordiali-
dad, con estima por aquello que está apartando.
Pero, por otro lado, ella es tan perfecta y de
tal manera es natural que sea la reina, que no lo
empuja lejos, sino que casi atrae alrededor de sí a
las otras flores y sonríe. ¡Esa es la rosa!
De tal manera es así, que Nuestra Señora es
João C. V. Villa

invocada como “Rosa Mística”. No tendría sentido


llamarle “Tulipán Místico”, “Clavel Místico” u
“Orquídea Mística”… Invocándola como “Rosa
Mística” está invocada como debe ser.

(Extraído de conferencia del 30/05/1987)

María Santísima – Iglesia de San


Agustín, Santiago de Chile
Publicación Mensual Vol. VI - Nº 61 Mayo de 2023
Sumario Vol. VI - No. 61   Mayo de 2023

Las materias extraídas de


exposiciones verbales del Dr. Plinio
— designadas como “conferencias” —
En la portada, son adaptadas al lenguaje escrito,
Dr. Plinio en 1982. sin revisión del autor
Medianera y Auxiliadora
Foto: Archivo Revista
de los Cristianos

Segunda página
2 Rosa Mística
Dr. Plinio Editorial
Revista Mensual de Cultura Católica 4 María Santísima Medianera
Director:
Piedad pliniana
Roberto Kasuo Takayanagi
5 Para pedir el socorro de los
Ángeles y Santos en las tentaciones
Consejo Consultivo:
Antonio Rodrigues Ferreira
Doña Lucilia
Jorge Eduardo G. Koury 6 Idea de patriotismo
muy acentuada
La sociedad analizada por Dr. Plinio
Redacción:
Traducida de la edición 9 Proceso de desarrollo de la
brasileña y editada en Revolución tendencial
Colombia por PRODENAL De Maria nunquam satis
con las debidas autorizaciones
de la Editora Retornarei Ltda. 16 Auxilium Christianorum en la vía
de San Pablo - Brasil gloriosa de los callejones sin salida
Reflexiones teológicas
*****
22 La búsqueda universal
PRODENAL de lo sublime
Carrera 13 No. 75-20 Apto. 203
Santoral
Tel (57 1) 312 0585
Bogotá - Colombia 26 Santos de Mayo
prodenal@gmail.com
Para obtener la versión digital de Hagiografía
números anteriores, ir a:
http://caballerosdelavirgen.org/articulo/ 28 Contemplar el mundo
revista-dr-plinio maravilloso de las almas
Luces de la Civilización Cristiana
Plinio Corrêa de Oliveira 32 Entusiasmo y alegría
San Pablo – Brasil por el alma guerrera
13/XII/1908 – = 3/X/1995 Última página
Pensador y escritor católico
36 Hija, Madre y Esposa de Dios

3
i t o r i a l
Ed
María Santísima Medianera
E s innegable que en la economía de la Redención del género humano la Virgen María ocupa un lu-
gar especial. Como afirma San Efrén, Dios quiso que, así como el género humano cayó por medio
de Eva, la primera mujer, por medio de María, la nueva mujer, la humanidad recibiera la gracia de
la salvación.
En los Evangelios, en toda la vida de Nuestro Señor Jesucristo, los hechos más importantes, aquellos
que más de cerca se relacionaban con la restauración de la humanidad, no se realizaron sin la intervención
de Nuestra Señora.
En las bodas de Caná, el milagro que determinó la fe de los Apóstoles, no fue hecho sin la intercesión
de María. Ahora bien, los Apóstoles fueron las primicias de la obra de Jesucristo y los fundamentos de la
evangelización de todo el mundo.
Más tarde, cuando se consumó, en la Cruz, la obra de la Redención, ahí estaba la “Mujer” a cuya guar-
da, en la persona de San Juan, Jesucristo confiaba todos los hombres.
Estos hechos llevaron a los Santos Padres y a los Doctores de la Iglesia a considerar en Nuestra Señora
la Maternidad Divina y las consecuencias que se derivan de esta prerrogativa. Si realmente María fue es-
pecialmente escogida por Dios para ser Madre de su Divino Hijo, si para este fin la Bondad Divina la pre-
paró con privilegios inefables, como el tan singular de la Inmaculada Concepción, era natural que el Altí-
simo reservara a la Virgen María una situación especial y profunda en la restauración del género humano.
Eco de todos los Santos Padres y del sentimiento común de los católicos, el Bienaventurado Grignion
de Montfort escribió: “Toda la Tierra está llena de su gloria [de María], especialmente entre los pueblos cris-
tianos, muchos de los cuales la toman por patrona y protectora en sus reinos, provincias, diócesis y ciudades;
muchas iglesias consagradas a Dios lo son en su nombre; ninguna iglesia sin un altar en su honra; ninguna na-
ción en que no haya un lugar con una de sus imágenes milagrosas, en el cual todos los males son curados y se
han obtenido todo tipo de bienes; tantas congregaciones y cofradías en su honra; tantas Órdenes religiosas con
su nombre y bajo su protección; tantos religiosos y monjas de todas as Congregaciones que publican sus elogios
y anuncian sus misericordias. No hay niño que no la alabe balbuceando el Ave-María; no hay pecador que, por
más endurecido que esté, no ponga en Ella una centella de confianza; no hay incluso un diablo en los infiernos
que, temiéndola, no la respete”.1
De hecho, no hay gracia concedida por la Misericordia de Dios que no lo sea a través de las manos de
María. En el Antiguo Testamento eran los merecimientos de Nuestra Señora que, previstos, movían a la
Bondad Divina a distribuir sus gracias a los patriarcas y a los fieles del pueblo elegido. Hoy, en el Cielo, es
Ella la dispensadora de los beneficios que nos vienen a este valle de lágrimas. Es precisamente en este he-
cho que se contiene la mediación de todas las gracias, consagrada por la Iglesia el 31 de mayo.
El dominio, pues, de la Mediación de María Santísima se extiende a todas las gracias conquistadas por
Jesucristo. De donde se desprende toda la importancia y necesidad moral de la devoción a la Virgen San-
tísima para cualquier fiel en el difícil camino al Paraíso. Si es verdad que la Virgen María, en los extremos
de su cariño maternal, intercede junto a su Divino Hijo por todos los hombres, no hay la menor duda de
que su protección se ejerce de modo, tanto más especial, cuanto más tierna sea la devoción que el fiel ali-
mente hacia la Virgen Santísima.
¿Qué nombre, entonces, merecería el cristiano que no tuviese con la Madre de Jesucristo acendrado
amor y filial ternura? ¿Sería verdadero católico quien no diese a María el culto a que tiene derecho por la
excelencia singular con que la distinguió la omnipotencia de la gracia de Dios?2

1) Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, n. 9.


2) “O Legionário” n. 350, 28/5/1939.

Declaración:  Conformándonos con los decretos del Sumo Pontífice Urbano VIII, del 13 de marzo de 1625 y
del 5 de junio de 1631, declaramos no querer anticipar el juicio de la Santa Iglesia en el empleo de palabras o en
la apreciación de los hechos edificantes publicados en esta revista. En nuestra intención, los títulos elogiosos no
tienen otro sentido sino el ordinario, y en todo nos sometemos, con filial amor, a las decisiones de la Santa Iglesia.

4
Piedad pliniana

GAP (CC3.0)
La Virgen con el Niño - Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona

Para pedir el socorro de los


Ángeles y Santos en las tentaciones
Á ngeles y Santos, todo el Cielo, venid en mi socorro en esta tentación y
expulsad al demonio que busca separarme de nuestra Madre y Reina,
María Santísima.
Santo Ángel del Señor, que precipitasteis en el infierno al demonio que aho-
ra me tienta, acudid en mi auxilio y expulsadlo lejos de mí. Decid a mi alma pala-
bras de repulsa altanera, de rechazo lleno de santa indignación, de intransigen-
cia completa contra todo lo que él me sugiere.
San Miguel, modelo perfecto de obediencia a Dios Nuestro Señor, venced
cuanto antes al poder de las tinieblas, aquí y en el mundo entero. Amén.

5
˜ Lucilia
Dona

Idea de patriotismo
muy acentuada
Además de ser una paulista
Archivo Revista

típica, Doña Lucilia también era


una brasileña en todo el sentido
de la palabra, y tenía una idea
del patriotismo muy acentuada.
No obstante, los dos polos de su
espíritu eran Portugal y Francia.
Doña Lucilia Sus antepasados eran originarios
en junio
de 1906 de una familia muy respetada
de Porto, y tenía una admiración
especialísima por Francia.

D oña Lucilia fue una paulista


característica; aunque muy
abierta, muy afectiva hacia
todos los otros Estados de Brasil, no
más flexibles, más armoniosas. Ella
no. Cierta vez mi madre le preguntó a
mi padre:
– ¿De quién sacó la niña ese
mana estaba muy recalcitrante, mi
madre sonreía y decía:
– ¡Ahí está la tía Memela!
Además de ser una paulista típica,
tenía exclusivismos. A propósito, se temperamento? mi madre era también una brasileña
casó con un pernambucano, y cuan- Él respondió: en todo el sentido de la palabra. Tenía
do ella notaba en mí o en mi herma- – A la tía Memela. una idea de patriotismo muy acentuada
na trazos del alma pernambucana, Mi madre preguntó quién era la y, por lo tanto, no era una persona que
muy combativa, le parecía gracioso. tía Memela. Se trataba de una tía de admitiese de buen grado que algún país
mi padre, famosa en Pernambuco estuviese por encima de Brasil.
Brasileña en el sentido por su fuerza de voluntad. Cuando A veces mi hermana y yo nos bur-
propio del término ella quería algo, tenía que ser hecho. lábamos de ella, afectuosamente.
La tía Memela incluso usaba una po- Hay algunos animales aquí en Brasil
Mi hermana, por ejemplo, tenía rra. Si alguien de hecho se resistía, le que son muy feos. En cierta ocasión
una forma de ser muy combativa: lo daba un porrazo a los esclavos y a los hicimos un viaje por el interior de
que quería, lo quería, y no cedía. Ge- hijos, pues ella era todavía del tiem- Brasil, en automóvil, y veíamos pasar
neralmente las niñas de São Paulo son po de la esclavitud. Cuando mi her- unos pájaros enormes llamados se-

6
riemas. ¡Son unos monstruos! Yo

Archivo Revista
vi aquella cantidad de seriemas
y le pregunté a mi madre:
– Mãezinha1, ¿qué son esos
animales?
Ella, sin percibir que a mí
me parecían horrorosos, dijo:
– Seriemas.
Y yo, para molestarla, dije:
– Ahí está lo que Brasil
produce… es la tierra de la
seriema.
A ella no le gustaba eso. Le El Dr. João Paulo,
parecía que Brasil debía ser trata- padre de Plinio
do con todo respeto.

Dos polos de su espíritu: – Ah, porque es


Portugal y Francia una familia muy
respetada en Porto.
No obstante, los dos polos de La conozco mucho.
su espíritu eran Portugal y Fran- Entonces mi ma-
cia. A ella le gustaba mucho con- dre les mandó salu-
tar que su familia era originaria de dos. Cosas de esas
Porto, cuáles habían sido los acon- a ella le gustaban.
tecimientos dramáticos que lleva- El otro polo –
Plinio y su hermana Rosée en
ron a su antepasado portugués a no es necesario París, en 1912
huir al Brasil, en qué condiciones decir que especia-
se dio la fuga, cómo se instaló en lísimamente– era la douce France. ferma. Los médicos en São Paulo le
São Paulo… dijeron que era necesario extraerle
A mi madre le complacía mucho Cirujano de fama mundial la vesícula biliar. Pero, hasta aquel
mostrar esa unión con Portugal. En y médico del Kaiser momento, no se hacía ese tipo de
cierta ocasión, ella conoció a un sa- operación en Brasil. Había un gran
cerdote que vino a preguntarle si era Pero, para que vean cómo era el médico alemán, el Dr. Bier, ciruja-
de tal familia de Porto. Ella dijo: patriotismo de Doña Lucilia, cuento no de fama mundial, que le había ex-
– Muy remotamente, sí. Uno de el siguiente episodio. traído la vesícula biliar a una seño-
mis antepasados desciende de esa fa- Cuando mi madre tenía un poco ra de la India. Fue el primer caso en
milia. más de treinta años, estuvo muy en- la Historia. Doña Lucilia sería el se-
gundo caso en someterse a ese ries-
go. Pero no habiendo otro remedio,
quiso disponerse a eso.
Fue a Europa y se sometió a la ci-
Leoadec (CC3.0)

rugía. El médico iba todos los días a


verla; le gustaba mucho conversar
con ella, y aunque mi madre no ha-
blaba alemán, conversaba con él en
francés.
El Dr. Bier era también médico
del Káiser Guillermo II. Cierto día,
él llegó al pie de su cama y, no sin
cierta ingenuidad asombrosa –como
médico, él tenía la obligación de evi-
tar cualquier cosa que contrariase a

7
˜ Lucilia
Dona
su paciente, pero creo que no perci-

Divulgación (CC3.0)
bió lo que estaba haciendo–, dijo:
– Señora, tengo que contarle una
cosa que la va a animar.
Mi madre preguntó amablemente:
– ¿Qué es, Doctor Bier?
– Estuve hoy temprano con el
Emperador para examinarlo, y lo
encontré con su Estado Mayor. Ud.
no sabe lo que tenían encima de la

Guillermo II y sus generales


Divulgación (CC3.0)

víos… y le contó a ella to- Al día siguiente él volvió a exami-


da la historia. Y mi madre narla y le dijo:
oyendo aquello con frial- – Señora Oliveira, tengo un reca-
dad. do del Káiser para Ud.
Él le preguntó: Mi madre pensó que él nunca más
– ¿Por qué Ud. está así? trataría de la cuestión, y preguntó:
– Es natural, Doctor. ¿Ud. – ¿Qué?
en qué está pensando? Ud. es- – El Káiser le mandó saludos y sus
tá hablando de cortar mi patria, simpatías, porque aprecia mucho a
someter una parte de ella a la suya; las señoras patriotas, tal como Ud.
El Dr. August Bier
¿Ud. piensa que yo estoy contenta se mostró.
de algo como eso? ¡Estoy indignadí- Creo que el Káiser percibió que
mesa y estaban analizando: era un sima y protesto! su médico había cometido un error y
mapa de Brasil, y estudiaban la posi- – ¿Pero su país tendría medios de quiso arreglarlo un poco de esa for-
bilidad del desembarco de un escua- oponerse a eso? ma. Es un modo amable de intentar
drón alemán para tomarse una por- – Mire, nosotros tenemos bosques contornear el problema. Pero ella no
ción del país, estableciendo una co- muy densos, y dentro de ellos, indios estaba para eso; hizo una fisionomía
lonia allá. con flechas envenenadas. Ellos hui- contrariada y dijo:
¡Es lo último que él debía decirle rán hacia el interior de las selvas, us- – Mire, dígale al Káiser que yo
a una persona recién operada! Pero tedes los persiguen y reciben una llu- no acepto sus saludos. Si va a visitar
creo que él consideraba un honor tan via de flechas envenenadas que vie- Brasil con intenciones amistosas, es-
grande para una región el hecho de nen de todos lados, ¡y bien que se lo tá muy bien. Con la intención de to-
ser colonizada por Alemania, que es merecerían! márselo… ¡no cederemos ni una pul-
la única explicación que encuentro… Él sacó un cuadernillo y tomó no- gada! v
ta:
Indignación y protesta – Le voy a contar esto al Káiser.
de Doña Lucilia Era un gran médico, realizó una (Extraído de conferencia del
excelente operación; ella lo estima- 16/9/1985)
Entonces, él le explicó que en el ba mucho, pero el Dr. Bier no se dio
Estado de Santa Catarina ya vivían cuenta de la situación psicológica de
muchos alemanes y, por lo tanto, po- su cliente. Un gran médico debe ser 1) En portugués, diminutivo afectuoso
dían enviar más. Por otro lado, Ale- un poco psicólogo, pero él no se dio de “mamá”, con el cual el Dr. Plinio
mania tenía tales tropas, tales na- cuenta. trataba a Doña Lucilia.

8
La Sociedad analizada por el Dr. Plinio

Proceso de desarrollo de
la Revolución tendencial
Los hombres son influenciables por la opinión y por los
ejemplos. Entre tanto, debido al desorden instaurado por el
pecado original, frecuentemente se hace necesario romper
con la opinión pública a fin de orientarse por aquello que,
en el orden de la gracia y de la Redención, la substituye.

P asemos a analizar estos mis-


mos principios 1 en relación a
la sociedad humana. Respec-
to a la fuerza de atracción de la opi-
nión pública, es posible establecer
una verdadera doctrina. Inicialmen-

Flávio Lourenço
te podríamos preguntarnos en qué
debería consistir la opinión pública
en el Paraíso terrenal, si Adán y Eva
no hubiesen pecado y su descenden-
cia allá hubiese continuado. ¿Habría
una opinión pública? ¿Cuál habría
sido su fuerza y su dinamismo?

¿Cómo sería la opinión


pública en el Paraíso terrenal?
Para responder esas preguntas, se
hacen necesarias algunas consideracio-
nes. Como punto de partida debemos
tener presente que en el Edén el hom-
bre no estaba sujeto al error. De donde
se concluye que todas las opiniones se-
rían iguales. Y esto porque si no fuesen
iguales serían diferentes y, por lo tanto,
necesariamente una debería estar equi-
vocada. Luego, en el Paraíso terrenal,
debería haber una uniformidad de pen-
samiento absoluta.

La procesión - Museo de los


9
Agustinos, Toulouse, Francia
La Sociedad analizada por el Dr. Plinio
Un análisis más profun- grupo –y que bien podría

Giuseppe Felici (CC3.0)


do nos muestra que esa llamar a todos los otros de
concepción es errónea. bandidos– , no tiene cora-
Una vez que cada hombre je de hacerlo y se calla. Es-
tiene una luz primordial 2 to, porque es terrible el pe-
diferente, y ve en la reali- so de la opinión pública.
dad algún aspecto de un Situaciones como es-
modo más completo que ta, son difíciles de enfren-
otros, sin ser necesario que tar porque el hombre está
se diga que el prójimo esté hecho de tal manera, que
equivocado, se puede afir- la opinión de sus semejan-
mar, que cada hombre es tes a su respecto, tiene un
más especialmente dota- peso enorme. Entre tan-
do para ver un determina- to, debido al desorden ins-
do aspecto de la Creación. taurado por el pecado ori-
Tres o cuatro artistas ginal, el hombre debe rom-
que, frente a un cuadro de per con la opinión públi-
un gran pintor, comenza- ca, a fin de orientarse por
sen a tejer consideracio- aquello que, en el orden
nes, si bien estén viendo el de la gracia y de la Reden-
mismo cuadro, cada cual, ción, sustituye a la opinión
con la sensibilidad artística pública: la Infalibilidad
que le es peculiar, observa Cardenal Merry del Val el 24 de junio de 1914 Pontificia. El magisterio de
en el lienzo un conjunto de los hombres en el Paraíso
aspectos que los otros no ven, y siente El magisterio de los hombres era dado por la opinión pública; hoy
lo que los otros no sienten. en día, como ésta perdió el carácter
Así, en una conversación que se
pasó a pertenecer a la Iglesia infalible que poseía, aquél pasó a per-
realizase antes del pecado original Con el pecado original, los hom- tenecer únicamente a la Iglesia.
no habría discusión, toda vez que na- bres se hicieron pasibles del error, si Entre tanto, frecuentemente en-
die estaría en error, pero cada uno bien que continuasen con la tenden- contramos una oposición entre la Igle-
opinaría para completar el pensa- cia a dejarse gobernar por la opinión sia y la opinión pública. Siempre que
miento del otro. La opinión pública pública. Esta, a su vez, también pasó esto sucede, debemos, evidentemente,
sobre un determinado asunto antes a ser pasible de errores, de manera permanecer fieles a la Esposa de Cris-
del pecado original, sería, por lo tan- que la situación del hombre se volvió to y contrarios a todos los que pien-
to, el conjunto de las impresiones de dolorosa: por un lado, permaneció sen de manera diferente. Esta ruptura
todos los hombres respecto a aquel con un deseo enorme de concordar con la opinión pública, para permane-
problema. En otras palabras, sería el con la opinión pública y, por otro, se cer fiel a la Infalibilidad Pontificia, es
máximo grado de verdad, a la que los sintió en la obligación de ejercer un uno de los esfuerzos más violentos que
seres humanos podrían llegar, con control sobre ella. el hombre necesita hacer, una vez que,
respecto a determinada cosa. Discordar de la opinión pública, es en todas las ocasiones, él tiende a in-
Es evidente que una opinión pú- una de las cosas más desagradables a molarse a la opinión general.
blica así concebida, debería consti- la que el hombre se somete. Supon-
tuirse, para los hombres, en una au- gamos un grupo de personas en la “Contagiabilidad humana”
toridad extraordinaria y en una no que cada uno se jacta de una inmo- Los hombres son contagiables por
menor satisfacción. Según este or- ralidad que practicó. En determina- las opiniones y por los ejemplos. De ahí
den de cosas, el hombre necesitaría do momento le preguntan a alguien podemos sacar un principio que llama-
dejarse ilustrar y guiar por la opinión del grupo: “¿qué hizo ayer por la no- ríamos de la “contagiabilidad huma-
pública, la cual, estaría dotada de che?” Si el joven responde que se fue na”, el cual es corolario del anterior.
una fuerza natural inmensa. El hom- a dormir, hay una especie de desapro- Imaginemos, a título de ejemplo,
bre, por su propia naturaleza, fue bación general. “Este aburrido se fue que viviésemos con el Cardenal Merry
hecho para pensar y actuar en fun- a dormir; ¡es un bobo!” Y el joven, del Val, Secretario de Estado de San
ción de una opinión pública. que era el único con la razón en aquel Pío X. Es evidente que esto ejercería

10
un gran efecto sobre toda la residencia el plano Revolución y Contra-Revo-

Samuel Holanda
en que viviésemos: un hombre de ese lución. Dos personas que conversan;
porte de alma, llena una casa. A la ho- si no tienen cuidado, se contagiarán
ra de la cena, ocuparía la cabecera; de mutuamente. Es imposible que dos
manera instintiva apagaríamos la ra- hombres se vean, sin que produzcan
dio que está dando el último noticie- uno sobre el otro una influencia, por
ro. Él comienza a conversar. Evidente- mínima que sea, lo que, de cierto mo-
mente nadie tendría coraje de pregun- do, representa un contagio.
tarle: “Eminencia, ¿supo del chiste del Como corolario de la afirmación
portugués y del turco?” anterior, podemos decir que un hom-
Él ni siquiera entendería una co- bre, colocado en un determinado am-
sa dicha en ese nivel; daría una tan biente, o ejerce una reacción constan-
gélida risa protocolaria, que ensegui- te para no dejarse influenciar, o inclu-
da se comprendería el error cometi- so contra su voluntad, se dejará con-
do, y se elevaría el nivel de la conver- taminar por él; la recíproca también
sación. A este contagio de dignidad es verdadera, o sea, el ambiente sufri-
que se produciría con la simple pre- rá una influencia de su parte.
sencia del Cardenal Merry del Val, Un ejemplo lo tendríamos en la ra-
podríamos llamarla de contagio en dio. ¿Quién habría de decirnos, antes
el plano tendencial. de su invención, que las ondas emiti-
También existe el contagio en el pla- das por la torre de la BBC de Londres,
no sofístico. Así, si viésemos en un li- El Santo Cura de Ars – Catedral llegarían hasta nosotros, y que se-
bro un determinado argumento, acaba- de Béziers, Francia ría posible escucharlas con solo apre-
ríamos por memorizarlo como si fuese tar un botón? Esta es una imagen de
materia aprendida en una clase. Pero cuanto una mariposa volando es dis- lo que sucede con el mundo de las al-
si un compañero, que ejerce sobre no- tinta de una muerta en un museo. Ad- mas. Toda alma, por más apagada y
sotros una cierta influencia, sustentase quiere otra vitalidad y otra capacidad modesta que sea, es en proporciones
aquella misma tesis, el argumento pa- de penetración. Es la contagiabilidad. mayores o menores, una como que to-
recería tomar vida y pasaríamos a en- De donde se deduce, que no hay rre de la BBC, con ondas más largas o
contrarlo interesante. Se hace tan dife- hecho en la vida social que no pro- más cortas, pero capaces de llegar has-
rente del argumento leído en el libro, duzca un efecto de opinión pública en ta muy lejos. La cuestión es detectarlas
Adrien Marquette (CC3.0)

Desfile de los Cadetes de Saint Cyr por la Avenida de los Campos Elíseos, París

11
La Sociedad analizada por el Dr. Plinio
Hombres-Clave por tendencial, que es verdaderamente cación divina es el Cura de Ars. Era
maravilloso. poco inteligente y de pobre personali-
vocación divina Cierta vez, San Francisco invitó a dad; pero solamente de verle predicar
Esto nos lleva a otro principio, el Fray León para predicar juntos un en el púlpito, de lejos, incluso sin con-
de los hombres-clave. Tenemos en sermón. Salieron del convento, fue- seguir oírle, muchos se convertían. El
la sociedad, algunos hombres en los ron a la ciudad, anduvieron por varias Cura de Ars, pertenece a esa categoría
cuales, esta función de irradiar es calles y regresaron. A la vuelta, Fray de hombres a quienes Dios les dio la
particularmente intensa. Esto suce- León le preguntó a San Francisco misión de hace de algún modo trans-
de en tres categorías de hombres que cuál era el sermón que habían ido a lúcido lo sobrenatural, de manera que
ejercen esa función por: predicar, el Santo respondió: el andar cerca de ellos, las personas sienten lo
1) vocación divina; por la calle fue el sermón que predi- que los Apóstoles sentían en el Tabor,
2) su estado; camos. Es precisamente la aplicación junto a Nuestro Señor.
3) capacidad personal. del principio arriba enunciado. Ver a
Entre los primeros, esto es, entre un franciscano como San Francisco, Por estado o por
los que ejercen esa función por vo- tan pobre, tan humilde, tan recogi- capacidad personal
cación divina, tenemos a título de do, tan suave, tan profundo, tan arro-
ejemplo, a San Francisco de Asís. bado, tan sobrenatural, es una predi- Junto a aquellos que, por voca-
Hay un hecho de su vida, que en el cación. El simple hecho de ver pasar ción divina, tienen esa misión, hay
terreno de la Contra-Revolución A por la calle, a un fraile, compenetra- otros que la poseen por su estado.
do de su vocación, ya Los hombres de una alta categoría
es una predicación. social, por ejemplo, deben ser perso-
Divulgación (CC3.0)

¿Por qué se hacen nas emblemáticas y que sepan irra-


desfiles para estimu- diar, emitir determinadas verdades
lar el patriotismo? A que conserven el cuerpo social.
primera vista podría Podemos citar el famoso caso del
parecer que un discur- Gran duque Nikolás Nikoláyevich
so sería más eficiente, 3
durante la Revolución comunis-
pero en realidad no ta. Era un hombre muy alto, de ros-
es eso lo que sucede. tro alargado, nariz larga, y con la ca-
Los tanques de gue- racterística de tener las extremidades
rra que pasan, la caba- de la cabeza, del mentón y de la nariz,
llería con sus clarines, terminados por una pequeña perilla
las legiones de infan- blanca. Era hercúleo, eslavo vigoroso,
tería redoblando tam- pareciendo salir de los bosques, pero
bores, todo esto atrae bien peinado y disciplinado.
enormemente. Cuan- En su época explotó la Revolu-
do, entonces, truenan ción comunista; el fantasmático, dé-
los cañones y comien- bil y tibio Nicolas II abdicó; las olas
za a sonar el himno de la Revolución estaban sin con-
del país, todos quedan trol por parte de San Petersburgo,
electrizados. de modo que estudiantes jóvenes
Se da el contagio de ambos sexos, borrachos, llevando
por el simple hecho banderas comunistas, clamaban por
de que el ejército pa- la muerte de la era del trabajo inte-
sa, del fraile que ca- lectual; obreros saqueaban por todas
mina, de la procesión partes. El Gran duque Nikoláyevich,
que canta; impresio- al tomar conocimiento de la situa-
nes de pocos minutos, ción, resolvió salir de su palacio para
pero que marcan el encontrarse con el Zar e hipotecar-
alma profundamente. le su solidaridad. Entró, con su ayu-
Otro ejemplo de dante de órdenes, en una enorme li-
Gran Duque Nikolás Nikoláyevich
hombre-clave por vo- musina, se sentó y, lleno de condeco-

12
raciones, con el quepis en la cabeza, Instituciones y

Pensiero (CC3.0)
mandó arrancar el auto. Lo inevita-
ble sucedió. A cierta altura los revo- naciones-clave
lucionarios pararon el vehículo y co- Estas consideracio-
menzaron a romper los vidrios, in- nes nos llevan a otro
tentando matar al Gran duque. És- principio: además de
te se levantó, y en toda su estatura, las personas-clave,
miró a los revolucionarios y les echó hay instituciones y na-
una reprimenda, intimándoles a que ciones-clave.
se retirasen. ¡Todos se alejaron, y el Hubo una isla en
automóvil llegó al palacio imperial! Oceanía en la que
El Gran duque era un hombre que fueron de misión po-
tenía por deber de estado reflejar la cos sacerdotes y una
majestad real, y sabía hacerlo. Como Congregación religio-
militar debía mantener la disciplina, y sa femenina. La su-
sabía simbolizarla; tanto es así, que él periora, al llegar a la
solo, dispersó una multitud furiosa. isla notó que la po-
En ese sentido es necesario de- blación nativa tenía
cir que cada hombre debe reflejar ex- ya un cierto grado de
ternamente su papel en la sociedad. desenvolvimiento; no
Aquello que los franceses llaman le eran, pues, completa-
physique du rôle, esto es, tener un físico mente bárbaros. En-
de acuerdo con el papel que se desem- tonces se planteó pa-
peña es algo que se debe exigir de ca- ra ella el problema
da hombre. Un magistrado no puede de qué hacer. Si fun-
tener un aire de payaso. Si lo tuviese, dase un orfanato po-
estaría traicionando su misión. Ade- dría bautizar a todos
más de conocer muy bien las leyes, de- los niños que en él en-
be ser un hombre que tenga la digni- trasen; si construyese
dad de un magistrado. Un militar no un hospital ganaría la
puede tener el aspecto de un dandi. El simpatía de la pobla-
sacerdote no puede tener el aspecto ción y así conseguiría algunas conver- en los puntos estratégicos. En lugar
de un laico, y nada peor que un laico siones. Entre tanto, después de ha- de procurar ver cuál es la obra-cla-
con aspecto de sacerdote. Cada papel cer varias conjeturas, resolvió fundar ve, realizan la primera idea agrada-
social precisa tener su aspecto propio, una escuela para la formación de pro- ble que les pasa por la mente.
y existe un aspecto para cada papel. fesoras primarias que enseñasen a la
Finalmente, hay personas que tie- población a leer y escribir. En poco El demonio siempre está
nen ese don de irradiación por capa- tiempo la escuela estaba repleta. Las rugiendo alrededor del hombre
cidad personal. Muchas veces, sola- alumnas del curso fueron bautizadas
mente por su silencio, por su mirada, en gran cantidad, y se hicieron profe- Después de haber analizado los
por una media palabra, por su simple soras primarias católicas. Toda la en- principios de las Revoluciones A y B
presencia, esos hombres crean una señanza básica de la isla cayó en las referentes al individuo y a la sociedad
serie de estados de espíritu. Otros tie- manos de esas religiosas, y en veinte humana, pasaremos a mostrar cómo
nen la misma cualidad en el terreno años la Religión Católica estaba sóli- fue el proceso de la Revolución ten-
de la lógica o del sofisma. Argumen- damente establecida. Esa escuela fue dencial a través de los siglos, desde la
tan tan bien que el adversario queda una institución-clave. Edad Media hasta nuestros días.
aplastado por la argumentación. Son Si aquella Congregación se hubie- ¿Como se desenvuelve una Re-
personas a quienes Dios les dio la ta- se dedicado a la fundación del or- volución tendencial en el plano A?
rea de guiar a los otros hacia el bien, fanato, habría hecho una obra muy Cuando consideramos los varios des-
dentro del propio orden natural. Y si buena, pero no la obra-clave. envolvimientos por los cuales pasó en
la persona tiene esa capacidad está Poquísimas son las personas que una determinada sociedad, a lo largo
obligada a ejercerla. tienen la preocupación de colocarse de los siglos, vemos que el proceso de

13
La Sociedad analizada por el Dr. Plinio
personas sean fieles, piadosas, reli-
Flávio Lourenço

giosas y vivan de acuerdo con la Ley


de Dios. ¿Cuál es uno de los prin-
cipales pasos para el inicio del de-
rrumbamiento?
En una aldea, por ejemplo, de una
sociedad enteramente católica, la vida
temporal se va ordenando y todo an-
da muy bien, porque todos siguen los
Mandamientos de la Ley de Dios. En
estas condiciones, los riesgos, la ten-
tación propia a este estado tan regu-
lar y normal de una sociedad es que,
habiendo llegado a ser tan buena, el
hombre se olvide del Cielo y tienda a
vivir solamente para la sociedad. Las
personas son, entonces, tentadas a
perder el espíritu de sacrificio y a vi-
vir, tan solamente, en función de una
patria terrena agradable. Es lo que nos
enseña San Agustín en una frase lapi-
daria: “Dios mío, Vos creasteis la Igle-
sia para llevar a las almas al Cielo, pe-
ro ella organiza tan bien la vida en la
Tierra que se tendría la impresión de
que solo para esto la creasteis”.
Imaginemos, pues, la pequeña al-
dea católica en un domingo por la
mañana, cuando todos visten sus tra-
jes de fiesta y la campana de la iglesia
repica alegremente. Van a Misa, co-
mulgan, el párroco hace un sermón,
se saludan y se dirigen para sus casas
donde les espera un abundante desa-
yuno. Algunos descansan, otros salen
a la calle. Llega el almuerzo, se mata
Encuentro de San Francisco con Santo Domingo, un pavo, se hace la siesta. Por la tarde
Monasterio de Santo Tomás, Ávila, España hay alguna inocente fiesta pública de
danzas regionales. A la noche, ben-
ese desarrollo es análogo al que se pa- un trabajo preliminar que lo hiciese dición con el Santísimo Sacramen-
sa en un alma humana, pero a cámara combustible. Debemos preguntarnos, to; en casa, conversaciones respecto a
lenta. En otras palabras, cuando estu- pues, ¿cómo se dio la combustibilidad los acontecimientos, y finalmente un
diamos la Revolución en el plano A, de la Civilización Cristiana? ¿Cuál profundo sueño reparador.
notamos que se realizó según los mis- fue la naturaleza de la inyección apli- Pequeña vida cotidiana, transcurri-
mos procesos psicológicos y lógicos a cada a los árboles del frondoso bos- da alegremente al son del repique de
través de los cuales un hombre decae. que, la Civilización Cristiana, para las campanas, al toque del órgano, al
Esto significa que la caída de la Civi- que se hiciesen combustibles? Res- olor de los pavos, con la risa de las jó-
lización Cristiana sucedió a través de pondiendo a esas preguntas, com- venes. ¡Cómo todo eso se vuelve deli-
los siglos, como un cuerpo único que prenderemos cómo es que se proce- cioso en el transcurso de una vida hu-
poco a poco se deteriora. sa el fenómeno de la Revolución A. mana llena de las bendiciones de Dios!
Anteriormente vimos, que para Imaginemos una civilización com- ¿Llena de las bendiciones de
incendiar un bosque era necesario pletamente católica, en la cual las Dios? ¡Eh! aquí la pregunta que se

14
plantea, porque todo eso abstrae del diendo hacia la vida mole, el rela- honrada; sin embargo, cuando un
hecho de que la Civilización Católi- jamiento, la pérdida del sentido del hombre se abandona al goce de una
ca, por más perfecta que sea, nunca sacrificio, de lo sobrenatural, inun- vida honrada, estamos en las víspe-
elimina el pecado original, por una dada de los bienes naturales de la ras del día en que comenzará a en-
parte, ni el demonio por otra, que Civilización Cristiana. San Francis- contrarla pesada y preferirá la vida
siempre está rugiendo alrededor del co por la caridad y Santo Domingo deshonrada. v
hombre. por la lógica re-irguieron en conjun- (Continúa en el próximo número)
Cuando aquellas situaciones se to la Edad Media.
consolidan, satanás pasa a no tentar Pero ya en esa época, tales Ór- (Extraído de conferencia de 1964)
más a las almas, a fin de adormecer- denes religiosas presentaban un co-
las y así conducirlas más fácilmente. mienzo de decadencia, y por mis-
teriosos designios de la Providen-
1) Ver Revista Dr. Plinio Nº 59
Dos grandes Contra- cia, no hubo una Orden nueva que
2) Expresión acuñada por el Dr. Plinio
Revoluciones hechas por restaurase la sociedad en su fervor
para indicar la aspiración existente en
primitivo. Entonces, los árboles co- el alma de cada persona para contem-
la Orden Benedictina menzaron a hacerse combustibles, plar a Dios de un modo propio.
En ápices de la Civilización como esto es, los fieles comenzaron a vol- 3) Nikolás Nikoláyevich (* 1856 -
ese, ¿de quién es la misión de man- verse hacia el goce de la vida. En +1929), fue Comandante Supremo
tener los ojos vueltos para el Cielo? sus comienzos, el goce de una vida del Ejercito Imperial Ruso.
Del clero en primer lugar y especial-
mente de las Órdenes religiosas, que

Archivo Revista
representan dentro de la Iglesia el
estado de perfección, y a quien cabe
inculcar la idea de oración, de reco-
gimiento y de mortificación.
La Historia de la Revolución y de
la Contra-Revolución en la Edad Me-
da, en el plano A, es la Historia de
las Órdenes religiosas. No hubo ma-
yor Contra-Revolución en la Histo-
ria que la de dos grandes hechas por
la Orden Benedictina. La primera de
ellas fue la organización de las misio-
nes, con la que se edificó la Edad Me-
dia; la segunda fue la gran reforma de
la Edad Media realizada por los be-
nedictinos de Cluny, elevando la so-
ciedad a un ápice de civilización.
Tuvimos, además, las reformas
de Santo Domingo y de San Fran-
cisco, las cuales se inter-penetran y
atestiguan, una vez más, el impor-
tante papel de las Órdenes religio-
sas. Así se realizó, el famoso sueño
del Papa Inocencio III, en el que vio
la Basílica de San Juan de Letrán –
que representaba toda la Iglesia Ca-
tólica– agrietada y siendo sustenta-
da, ora por Santo Domingo, ora por
San Francisco. Esta iglesia resque-
brajada era el comienzo de la Revo-
El Dr. Plinio en 1964
lución, La Cristiandad estaba ten-

15
De Maria nunquam satis

Auxilium Christianorum en
Samuel Moraes

la vía gloriosa de los


callejones sin salida
Al considerar la dolorida y gloriosa vía de los
callejones sin salida que tuvo que recorrer, el
Dr. Plinio se preguntaba: “Si Nuestra Señora me
diese a elegir entre esta vía u otra cualquiera,
¿cuál preferiría? Y su respuesta sería: “Madre
mía, si Vos me diereis fuerza, !elijo la avenida
de los callejones sin salida!” Avenida de lo
inexplicable, de la aparente catástrofe, de la
derrota, del arrasamiento, pero de la victoria
que se afirma. Porque toda situación difícil
tiene salida. A veces no vemos la solución, pero
Ella está dando una salida monumental.

H ay una pequeña imagen


de Nuestra Señora Auxi-
liadora que nos acompa-
ña desde hace mucho tiempo. Yo la
estaba esta imagen que yo mismo com-
pré e instalé, y que, con mis propias
manos, llevé después a la sede del Le-
gionario cuando tuvimos que entregar
dejaba en la sede de la Acción Ca- la Acción Católica al adversario, pa-
tólica de São Paulo​, mientras afilá- ra que la Reina, salida de su trono, lu-
bamos los instrumentos para lanzar chase dentro de la trinchera. Me acuer-
“En Defensa de la Acción Católica”. do, y con cuánta emoción, de que, en-
tregado el Legionario, esa imagen fue
Conducida a la Sede del llevada a nuestra sede de la Rua Mar-
“Legionario” para que luchase tim Francisco 669, donde ocupábamos
exclusivamente la planta baja y tenía-
dentro de la trinchera mos al fondo un oratorio pequeño, en
No puedo olvidarme del salón don- el cual la imagencita poseía su altar; allí
de la Acción Católica, a dos pasos de nosotros rezamos a Nuestra Señora de
mi oficina de abogacía en el mismo pre- modo ininterrumpido, hasta que la ho-
dio, tenía su sede. Allí, en una peana, ra de la reconquista comenzase.
Habiendo aumentado nuestro con- Esa disposición de alma me parece que nosotros pedimos. Ella me pare-
tingente, pasamos a ocupar una se- relucir mucho en esta imagen. Discre- ció al mismo tiempo muy regia, pero
de en el sexto piso de la Rua Vieira de tamente, ella es tan calma, tan señora muy simple. Y todo esto junto de tal
Carvalho; allá llevamos la imagen, y ob- de sí, está de tal manera pronta a to- manera que la expresión global de la
tuvimos un retablo que se encuentra mar actitud delante de cualquier cosa imagen me agradó enormemente.
hoy en la capilla de la Sede del Reino de modo enteramente proporciona-
de María1. En la sede de la Vieira de do, y tan desapegado de sí que me pa- Lirio nacido del lodo
Carvalho la imagen fue entronizada y reció el propio símbolo del equilibrio que florece en la noche,
delante de ella fueron rezadas innume- que es el corolario de la virtud de la
rables Misas, distribuidas Comuniones, templanza. Y por eso mismo con al- durante la tempestad
en un movimiento intenso de piedad go de virginal. Ella tiene cualquier co- ¿Por qué, hablando de la devoción
hasta que la reconquista dio otro paso. sa de puro, de virginal, que me encan- a Nuestra Señora Auxiliadora in ge-
Dejando dos pisos en un predio de tó, y al mismo tiempo algo de mater- nere, yo pasé, de repente, a las varias
departamentos, pasamos a un palace- no por donde parece estar mirando etapas de los actos de piedad realiza-
te de la Rua Pará. Para esta nueva se- hacia su Hijo, sonriendo y pronta pa- dos en función o en presencia de esta
de, nosotros mismos llevamos la ima- ra accionar el cetro de Reina decisivo, imagen y, de algún modo, a la historia
gen, a la noche, en un automóvil, re- según el pedido que se haga. de la TFP?
zando durante todo el tiempo del re- Ella es Auxilio de los cristianos ver- A fin de marcar que el sentido pro-
corrido, y la instalamos en su altar, daderamente y con esta simbología: fundo de todas nuestras derrotas era
el mismo que ella ocupaba en la Rua Nuestra Señora con la corona abierta un retroceso de la devoción a María
Vieira de Carvalho. Allí estuvo ella porque en presencia del rey nadie usa Santísima como hecho que se expresa-
hasta el momento en que pasó pa- corona cerrada. El Niño Jesús está de ba por todo Brasil, pero también que
ra la mayor de las sedes, hasta aho- corona abierta, ¡pero debería ser ce- nuestra reconquista era una recon-
ra, de nuestro Movimiento, la de la rrada! Él se encuentra en su brazo con quista de la devoción a Nuestra Seño-
Rua Maranhão. Allí ella es objeto de los bracitos abiertos, sonriendo. Se ve ra. Y tenemos la alegría de poder afir-
nuestra continua veneración. que María Santísima pidió y Él sonrió; mar que todo el terreno por nosotros
No es una gran obra de arte, sino los brazos abiertos son fruto de la ple- reconquistado por el Brasil, paso a pa-
una imagencita de yeso de esas fabri- garia de su Madre. Nuestra Señora es- so, fue reconquistado para Ella. ¡Re-
cadas en serie y que se encuentran tá mirando complacida para ver cómo conquistado para Ella es decir poco!
por todas partes, de un tipo religioso su pobre hijo, arrodillado allí, se en- ¡Fue reconquistado por Ella! Si a to-
llamado sulpiciano, que es bien co- canta observando a su Hijo por exce- do momento la Virgen María no nos
nocido y que no voy a describir aquí. lencia sonreír y abrir los brazos. Es el hubiese ayudado, no hubiésemos re-
auxilio. Aquella que nos consigue de currido a Ella; si no hubiésemos sen-
Algo de virginal y al Aquel que es el Autor, la fuente últi- tido su apoyo maternal, no habríamos
mismo tiempo materno ma de todas las gracias, todo aquello hecho cosa alguna. Cuando la TFP lle-

¿Por qué motivo juzgué que había

Archivo Revista
realizado un hallazgo encontrando es-
ta imagen? Me pareció de una expre-
sión fisiognómica, de una serenidad
interior que provenía de la templan-
za. La templanza es la virtud cardi-
nal por la cual se tiene por cada cosa
el grado de aprecio o de repudio que
es proporcional a todas las circunstan-
cias. Nunca se quiere una cosa exage-
radamente ni menos de lo que mere-
ce, y jamás se detesta algo exagerada-
mente ni menos de lo que merece. La
completa execración hacia las cosas
totalmente execrables forma parte de
Dr. Plinio durante una conferencia en 1985
la virtud de la templanza.

17
De Maria nunquam satis

ga a sus cimas y, por ejemplo, conside- Carta de un sacerdote jesuita


ra los bellos resultados que aquí en es- Me acuerdo que nuestro Grupo
ta noche fueron proclamados, ella de- estaba en uno de sus momentos más
bería decir que estos son los hechos crueles, en la lucha de “En Defen-
de Nuestra Señora en las regiones sa de la Acción Católica”. Yo ha-
rurales del Brasil. bía tenido una pequeña esperan-
¿Qué especie de hechos? za de que una editorial de Mon-
Sobre todo, y antes de na- tevideo, de gran expresión en
da, los realizados en nuestras aquel tiempo, publicase “En
propias almas. Es decir, que Defensa” en español. Ella me
haya una organización co- envió una carta, pidiendo au-
mo la TFP con un número torizacion a fin de traducir
de miembros absolutamente la obra al español, y yo ha-
Archivo Revista

hablando reducido, mas pro- bía concordado. Mas la edi-


porcionalmente enorme de torial me remitió otra misiva,
socios y cooperadores, y aho- diciendo que no se interesa-
ra en esta semana la nueva ba más por la publicación;
corriente de corresponsales era naturalmente la calumnia
con esta mentalidad, estas cos- que había llegado hasta allá.
tumbres, este estilo de piedad, Poco después recibo otra carta
con toda la borrasca que existe de Montevideo. La abro pen-
en torno de nosotros, esto es ver- sando: ¿Qué nuevo sinsabor se-
daderamente el lirio nacido del lo- rá esta? Era escrita con una letra
do que florece en la noche, durante temblorosa de alguno que parecía
la tempestad. Mas cuando se dice “li- ver poco y empuñaba mal la pluma.
rio nacido del lodo”, se recurre a una Se trataba de un viejo sacerdote je-
metáfora para afirmar que está suce- suita que yo no conocía, el cual decía
diendo algo de enteramente inverosí- en su carta, resumidamente, lo siguien-
mil, inexplicable como la flor de edel- te: “Por más que ustedes sean combati-
vais que brotó en el Desierto del Saha- ésta: ¿el culto de dulía sustituyendo dos, yo los aprecio mucho y por causa
ra. Fue, por tanto, la Madre de Miseri- al culto de latría?” de eso les doy aquello que puedo con-
cordia, la Medianera de todos las gra- Quedo con ganas de responder: ceder: mis oraciones, en primer lugar;
cias, que presentó nuestra oración a su “¡Qué burricie es esta?” Nuestra Seño- en segundo lugar, un consejo. Uds. va-
Divino Hijo y obtuvo que fuese aten- ra es el canal necesario, único, para lle- len lo que valen porque son muy devo-
dida. gar a Nuestro Señor Jesucristo. Y si no- tos de Nuestra Señora. Sean cada vez
sotros de tal manera aplaudimos y ve- más devotos y no hay bien que no les
Corredentora del neramos a la Santísima Virgen es por- sucederá; no disminuyan jamás en un
género humano que adoramos a Aquel a quien Ella grado que sea esta devoción, ¡porque
conduce. Ella es el camino por el cual de lo contrario todo el mal podrá venir
¿Cuál oración? Antes que nada la Él vino a nosotros. En Ella Jesucristo sobre ustedes!” Yo doblé la carta y pen-
oración por la cual nosotros le pedi- se encarnó para después redimir al gé- sé: “Este viejo moribundo regó con un
mos que nos dé la gracia de amarla nero humano; Ella es la Corredentora poco de consuelo el alma de aquel que
cada vez más, de ser de Ella, de con- del género humano. Cuando subió al está en plena lucha.”
fiar en Ella, de unirnos a Ella y que Cielo, Él dejó a su Madre para atenuar Quiero creer que la piadosa alma
Ella se una a nosotros. La gran y fun- un poco la tristeza y el inmenso vacío de este verdadero hijo de San Igna-
damental oración es que María nos que quedó en la Tierra Teniendo todo cio esté a los pies de su Fundador en
torne devotos de Ella. esto en vista, si nos agarráramos bien a el Cielo, gozando de la visión beatífi-
Veo a alguno que podría decir: Nuestra Señora, iremos hasta Él; si no ca y mirando a Nuestra Señora. Pido
“¿Pero entonces queda encaminada nos agarráramos a la Santísima Virgen a él que rece por todos nosotros, pa-
a un segundo plano la devoción su- con todas las fuerzas de nuestra alma, ra que sigamos ese consejo. Mas pa-
prema, el culto de latría a Nuestro ¿adónde iremos? ¡Para abajo! Y sabe- ra eso, mis amigos, es capital un pun-
Señor Jesucristo? ¿Qué revuelta es mos bien quién está abajo… to: no basta no decaer en la devoción

18
a Nuestra Señora; o se sube cada día María Grignion de Montfort tiene una das Iscariote… ¡Hasta él hubiese reci-
más, o se para, y aquello que para, de- expresión que parece exagerada, pero bido un auxilio de la Virgen!
cae. No tengamos miedo de exagerar está absolutamente dentro de la ver-
desde que seamos fieles a la Doctrina dad: él dice que, si hubiese en el mun- La bella avenida de los
Católica, en materia de culto a la San- do una sola madre que reuniese en su callejones sin salida
tísima Virgen, porque De Maria nun- corazón todas las formas y grados de
quam satis, dice San Bernardo: sobre ternura que todas las madres del mun- Pero nosotros tenemos una difi-
Nuestra Señora jamás hay lo que bas- do tendrían por un hijo único, y esa cultad de tener esto siempre presen-
te. Ella sabrá después premiar. madre tuviese un solo hijo para amar, te. ¿Por qué? Porque no lo vemos con
ella lo amaría menos de lo que Nues- los ojos del cuerpo, y en nuestra mi-
Si Judas hubiese procurado tra Señora ama a todos y cada uno de seria, muchas veces somos de aque-
a Nuestra Señora, Ella los hombres. De manera que Ella es llos que no creen porque no ven. No
de tal modo Madre de cada uno de no- dudamos, pero olvidamos. Nos senti-
lo recibiría con bondad sotros, nos quiere tanto, por más des- mos tan desorientados, que decimos:
Nuestra Señora Auxiliadora de los valido, descarriado, espiritualmen- “¿Pero será así realmente? Me pasó
Cristianos... ¿Para María Santísima te tambaleante que se sea, que si nos esto, aquello y aquello otro. Le pedí a
no es una gloria mayor ser Madre de volvemos hacia Ella, su primer movi- Ella y no fui socorrido; ¿por qué voy
Dios, además Corredentora del géne- miento es de amor y de auxilio. María a creer que ahora seré ayudado? Ma-
ro humano, concebida sin pecado ori- Santísima nos acompaña incluso an- dre de misericordia… conmigo a ve-
ginal? ¡Claro! ¿Por qué, entonces, tan- tes de volvernos hacia Ella, pues tiene ces sí y a veces no…”
ta insistencia en torno a esta invoca- conocimiento de lo que ocurre con to- En esas horas debemos decir: “Au-
ción de Nuestra Señora Auxiliadora? dos los hombres, en todos los lugares. xilium Christianorum, ¡ora pro nobis!”
Es comprensible. Como Ella es Ella me ve aquí hablando de Ella, y yo En los momentos en que no com-
Madre de Nuestro Señor Jesucristo y oso esperar que, por la intercesión de prendemos, no tenemos noción de
es nuestra Madre, está permanente- nuestros ángeles en el Cielo, Ella son- cómo será la salida del caso, de lo que
mente dispuesta a ayudarnos en to- ría. Ella conoce, por lo tanto, nuestras va a suceder, debemos repetir con in-
do aquello que necesitamos. San Luis necesidades, y por su intercesión tene- sistencia: “¡Auxilium Christianorum!
mos la gracia de volvernos hacia Ella.
Ella es quien le pide a Dios que ob-
Gabriel K.

Gabriel K.
tengamos esa gracia y Dios nos la con-
cede. Nosotros nos dirigimos a Ella y
la primera pregunta que Ella hace es:
“Hijo mío, ¿qué quieres?”
Ya vi una afirmación, que no era
de un gran teólogo, pero tengo la im-
presión de que es verdadera: si el pro-
pio Judas Iscariote, después de haber
vendido a Nuestro Señor y estar cami-
nando hacia el lugar maldito donde se
ahorcó, hubiese tenido un momento
de devoción hacia la Santísima Virgen
y le hubiese rezado, habría recibido un
apoyo. Si la hubiese procurado y le hu-
biese dicho: “Yo no soy digno de apro-
ximarme a Vos, de veros, ni de dirigir-
me a Vos, soy Judas, el inmundo… Pe-
ro Vos sois mi Madre, ¡tened pena de
mí!”, Ella habría recibido con bondad
al hombre cuyo nombre es sinónimo
de la torpeza más baja y más asque-
rosa, y que nadie debería pronunciar,
por así decir, sin gestos de repulsa: Ju-

19
De Maria nunquam satis

¡Auxilium Christianorum! ¡Auxilium Por lo tanto, a ese título muy espe- rum, ora pro nobis! ¡Auxilium Chris-
Christianorum!” Porque todo caso cial, debemos repetir siempre: “¡Au- tianorum, ora pro nobis!”
tiene salida. Nosotros a veces no ve- xilium Christianorum!” Somos tan
mos la solución, pero Ella está dan- pocos, tan perseguidos, tan aislados, La Batalla de Lepanto
do al asunto una salida monumental. muchas veces tan probados interior- Tenemos un ejemplo de eso en la
Cuando recuerdo la historia de mente, hay tanta cosa que pasa den- Batalla de Lepanto, tan relacionada
nuestras catástrofes, de nuestros nue- tro de nosotros mismos y en torno de con la fiesta de hoy, en la cual se dio es-
vos erguimientos, de nuestra dolori- nosotros, sentimos tanto adversario to: la escuadra católica estaba enorme-
da y gloriosa vía de los callejones sin que ruge, hay toda especie de distan- mente desproporcionada en relación
salida, volviéndome hacia atrás me cias, que necesitamos decir constan- con la escuadra mahometana. Eso ya
pregunto: “Si Ella me diese a esco- temente: “¡Auxilium Christianorum! era una cosa de no entender. ¿No se-
ger esta vía de los callejones sin sa- ¡Auxilium Christianorum! ¡Auxilium ría más comprensible que Nuestra Se-
lida u otra cualquiera de las que yo Christianorum!”, para que quede cla- ñora hubiese reunido una escuadra ca-
imaginara, ¿cuál preferiría?” Yo ha- ro que la victoria fue de Nuestra Se- tólica potente, magnífica, para aplastar
bría respondido: “Madre mía, si Vos ñora. Nuestra insuficiencia proclama a aquellos impíos seguidores de Maho-
me diereis fuerza, ¡escojo la aveni- ma? Sin embargo Ella no hizo eso. Era
da de los callejones sin salida!” Ave- una escuadra pequeña, tal vez casi se
nida de lo inexplicable, de la aparen- pudiese decir raquítica.
te catástrofe, de la derrota, del arra- Surge la escuadra musulmana que
samiento, pero de la victoria que se forma la media luna y va cercando a
afirma. ¡Cómo es bella la avenida los católicos. La batalla se inicia y
de los callejones sin salida! ¿Por hay varios reveses de los católicos.
qué? Porque es la avenida triun- En cierto momento, estos saltan
fal de Nuestra Señora. Ella abre en la nave capitana enemiga y

Gabriel K.
los callejones sin salida, trans- comienzan a atacar. Hay algu-
forma esa cosa monstruosa – nos éxitos, la escuadra mahome-
una avenida dividida en callejo- tana huye. Ellos mismos no com-
nes sin salida– y hace de eso una prenden bien por qué huían. Pe-
avenida. Se comprende la provi- ro en los anales encontrados de
dencia de María Santísima. ¡Es los propios mahometanos está
una verdadera maravilla! escrito: “La escuadra huyó por-
que una Dama terrible apareció
en el cielo y nos miraba con un
Rodrigo C. B.

aire de tal amenaza que…” ¿No


fue bueno que los católicos fue-
sen tan pocos, luchasen como
héroes de un modo más o me-
nos inútil, porque los otros eran
mucho más fuertes? Pero Ellos
no dejaron de confiar en Nues-
tra Señora. Y como resultado la
Batalla de Lepanto – Monasterio Virgen María se apareció y ahu-
de la Visitación, Jerusalén
yentó a los enemigos. No hay na-
da de más bello.
su victoria. ¿Cómo no podremos que-
dar entusiasmados con la idea de que “Hubo un hombre
Ella nos hizo tan pocos, para que Ella enviado por Dios, cuyo
fuese tan ampliamente glorificada?
¡Es evidente! Esta oración debe estar nombre era Juan”
en nuestros labios en todos los mo- Terminemos con un dato final.
San Pío V – Iglesia de Nuestra mentos: “¡Auxilium Christianorum, Desviemos nuestras miradas de
Señora del Rosario, Roma
ora pro nobis! ¡Auxilium Christiano- Lepanto y volvámoslas hacia los

20
Sepultura de Don Juan Queridos, recemos, por lo tanto:
Vicente Torres

de Austria – Monasterio “Auxilium Christianorum! Auxilium


del Escorial, España Christianorum! Auxilium Christia-
norum!” en todas las circunstan-
cias de nuestra vida. Y en la hora
de morir, cuando estemos en el úl-

Vicente Torres
esplendores del Vaticano. En una V dijo de él: “Fuit ho-
sala, un Papa santo –San Pío V– mo missus a Deo, cui no-
preside una reunión de cardena- men erat Ioannes!” Lo que el
les. Pero lo mejor de su atención Evangelio dice de San Juan Bau-
está puesto en aquella escuadra tista, él lo aplicó a Don Juan de
que, con una dificultad diplomáti- Austria: “Hubo un hombre enviado timo aliento y aún digamos “Auxilium
ca enorme, él consiguió reunir. El por Dios, cuyo nombre era Juan” Christianorum”, poco después el Cielo
grueso de la escuadra era de naves (Jn 1, 6). se abrirá para nosotros. v
españolas, pero Filipón2 tardó de- Pero, ¿quién obtuvo que la Reina (Extraído de conferencia del
masiado tiempo en mandarlas. Por del Cielo desde el cielo acortase las 23/5/1984)
otro lado, unos pocos navíos vene- inmensidades vacías y con su mirada
cianos, de la Serenísima Repúbli- ganase la batalla? El Rosario rezado 1) Situada en São Paulo, en la Rua Ma-
ca de Venecia, y algunos pequeños por San Pío V, que decía a Nuestra ranhão, 341, Barrio Higienópolis.
navíos de la Santa Sede. Todo junto Señora: “¡Auxilium Christianorum!” 2) Felipe II, Rey de España.
colocado bajo el comando de Don
Juan de Austria. Los navíos de la

Archivo Revista
Santa Sede estaban comandados
por el Príncipe de Colonna. La es-
cuadra va hacia aquellas regiones y
el Papa piensa, piensa… En cierto
momento se aparta de su sala don-
de se estaba realizando la reunión
de los cardenales y se pone junto
a la ventana, al tiempo que se veía
un pequeño un rosarito que caía de
sus manos. Él reza el rosario ente-
ro, vuelve y dice: “Una gran victo-
ria fue ganada por Don Juan: ¡la
escuadra cristiana venció!”
Don Juan de Austria combatió,
fue un gran guerrero, un héroe. En
su sepultura en el Escorial, que yo
tuve la alegría de visitar, está escrita
El Dr. Plinio en 1984
como epitafio una frase que San Pío

21
Reflexiones teológicas

La búsqueda universal
de lo sublime
Lo sublime verdadero existe sólo en Nuestro
Señor Jesucristo y en la religión católica.
Buscarlo en todo y amar las cosas en la
medida en que son sublimes es una flor
propia del espíritu católico, que encontraba
en los cruzados su realización. Hoy en día,
quienes no tienen ese ideal de cruzado no
tienen medios para mantenerse en estado de
gracia, excepto en situaciones muy raras.

E n la adolescencia, tal vez más


que en la infancia, al menos
desde cierto punto de vista,
hay un período en que el alma, espe-
na de Nuestro Señor
Jesucristo y en su Reli-
gión. Buscar lo sublime en todo
y amar las cosas en la medida en
cialmente la del niño, es impulsada que son sublimes es una flor del es-
por el entusiasmo de lo sublime y va a píritu católico, que encontraba su
buscarlo. Pero al no encontrar una jus- realización en los cruzados. De he-
tificación intelectual de lo sublime, ni cho, con el ideal de cruzado, la me-
alguien en su entorno que ame lo su- ta sublime fue confiada al hombre
blime, que hable de él, que lo busque, sublime para que recurriendo a ac-
surge una especie de bloqueo y de so- tividades y esfuerzos sublimes lo-
ledad que reduce al silencio esta sed gre realizarla.
de lo sublime que tiene el adolescen- Se dice que San Francisco de Asís
te. Reduciéndolo al silencio, termina era un verdadero entusiasta de la ca-
por extinguirlo. La persona entonces ballería y que, antes de fundar la Or-
se vuelve utilitaria, con un espíritu que den Franciscana, tuvo una duda si
se preocupa en los estilos de éxito de debía abrazar la vida monástica o
los hombres que no tienen sublimidad. ser caballero. Para sus novicios, re-
comendaba lecturas de vidas de los
Gabriel K.

San Francisco de Asís santos e historias de caballería.


tenía alma de cruzado En nuestros días se pretende pre-
sentar a San Francisco de Asís como
En verdad, lo verdaderamen- teniendo un delirio de amor por la
te sublime existe sólo en la perso- naturaleza, restando de la persona-

22
Debemos ser la

Flávio Lourenço
contraofensiva de lo sublime
De esto vivía la Edad Media: de la
paz de aquellos que no estaban desti-
nados a la sublimidad como actividad,
pero que buscaban importarla para re-
Defensa de Salerno contra gar su campo no sublime. Entonces la
el ataque de los moros
rosa sublime, el pan sublime, el traje
Catedral de Salerno, Italia
sublime, la canción sublime, la subli-
midad en todo. Propiamente, la Edad
Flávio Lourenço Media es esa omnipresencia de la su-
blimidad e, insisto de nuevo, incluso
en aquellos que no eran sublimes.
Leí una obra de un historiador de la
Edad Media que trataba de un aspec-
to curioso. Preguntaba, entre otras co-
sas, qué distracción podría haber en un
castillo para los lugareños que vivían a
su alrededor. En general, en una aldea
o villa, la iglesia estaba dentro del pa-
tio del castillo porque no querían que
fuera asaltada por los adversarios. Así
que lo mejor de las murallas era pro-
teger la iglesia. Pero en un período de
paz los portones estaban abiertos y la
gente iba a rezar a la capilla, en el pa-
tio del señor feudal. Y su distracción
era ver cómo trascurría la vida de los
lidad de este gran santo el habitantes del castillo, que comunica-
aspecto de caballero. ¡Pero, San ban cierta sublimidad a todo lo que
Francisco tenía alma cruzado! hacían. De hecho, el concepto de aris-
El espíritu de caballería genera- tocracia fue naciendo de ahí como un
ba el gusto por la sublimidad en to- perfume emana de una flor.
do. De ahí la presencia de lo sublime Esta búsqueda universal de lo subli-
en la Edad Media, incluso en aque- me nació en último análisis del espíri-
llos que fueron llamados a realizar tu católico llevado, en lo que tiene de
tareas no propiamente sublimes. Un apetencia por lo sublime, a su apogeo
panadero llamado Maestro Juan, por la Cruzada, en la que un ideal al-
por ejemplo, dueño de una muy bue- tísimo inducía al sacrificio de la vida.
na panadería, en su físico y en todo Nuestro Señor dijo que nadie puede
lo demás no tenía nada sublime ex- ser más amigo de otro que ofreciendo
cepto esto: la tendencia constante su vida por él (cf. Jn 15, 13). Entonces,
de darle al pan que hacía un sabor ante la sublimidad del Divino Reden-
espiritualmente más elevado y, por tor una persona, por amor a esta subli-
lo tanto, más delicioso. La búsqueda midad, ofrece su vida y ella misma se
del sabor perfecto estaba presente eleva a un grado sublime.
en una idea del pan sublime, y cons- El progreso de la espiritualidad
tituía el progreso del arte del pana- católica a lo largo de los siglos de-
dero. Era un hombre cuyo gusto de be conducir a este punto. Sin embar-
la vida estaba en contemplar la su- go, no puede no ser que el demonio
blimidad. quiera cortar el desarrollo de esta

Cristo Salvador - Iglesia de la Real


23
Concepción de Calatrava, Madrid
Reflexiones teológicas
William Hamilton (CC3.0)

María Antonieta siendo llevada a su ejecución, 16 de octubre de 1793


Museo de la Revolución Francesa, Vizille, Francia

espiritualidad. Por lo tanto, se hacía habían hecho, fue una buena prueba Es verdad que el espíritu de la ca-
necesario que la Revolución fuera la de que los grandiosos siglos de la Ca- ballería estaba muriendo, pero Nues-
contra cruzada, primero por lo ba- ballería habían pasado”. tra Señora no permitió que muriera
nal, después por lo vulgar, por lo vil Durante su agonía moral, que pro- por completo, y dispuso que renacie-
y, finalmente, por lo infame. Consi- bablemente sufrió despierta toda la ra en la parte católica de un continen-
derados bajo este punto de vista, los noche, la víspera de ser guillotinada, y te sin gran fuerza industrial, ni grandes
movimientos más avanzados de la desde temprano escuchando los tam- éxitos económicos, que vivía de admi-
Revolución tienden a la infamia, ya bores que sonaban en todas las in- rar e imitar a Norteamérica y Europa.
de una vez. Es la eliminación de to- mediaciones de París, convocando a Quien, hoy en día, no tiene este ideal
da cultura, de toda civilización, que aquellos malvados, sinvergüenzas, pa- de cruzado no tiene medios para mante-
son aún restos de la sublimidad que ra asistir y ver su ejecución, María An- nerse en estado de gracia, excepto en si-
hubo en determinado momento. Por tonieta todavía esperaba que un tal tuaciones muy raras. Por eso, en mi opi-
esta razón debemos ser la contrao- Caballero del Clavel –un anónimo que nión, este espíritu de Caballería debería
fensiva de lo sublime. Es este amor a le envió cartas a la prisión de la Con- haber modelado a toda la sociedad civil
la sublimidad lo que nos explica. ciergerie, y quien declaró que en cierto hasta el más mínimo detalle. Sin embar-
momento estaría a su paso para libe- go, se fue evaporando.
Matar a una princesa como rarla– se haría presente.
De hecho, hubo un avance sobre Apostolado de la sublimidad
María Antonieta sólo fue
el cortejo que la llevaba a la muer- Acabo de ver con tristeza, en una re-
posible porque el espíritu de te, y debió sentir allí que el Caballe- vista, varias fotografías de príncipes que
la Caballería había acabado ro del Clavel se estaba aproximan- en diferentes ocasiones aparecen ape-
do. Pero él no tuvo las agallas para nas con camiseta, y reinas o princesas,
Burke1 tiene un pasaje muy boni- correr el riesgo hasta el final, y hu- sus esposas, más o menos en la misma si-
to, que dice más o menos lo siguien- yó con el grupo de compañeros que tuación. Es de cortar el alma...
te: “Que haya sido posible matar a había reunido. Lo que parece confir- Por ejemplo, la Reina de Dina-
una princesa como María Antonieta, mar aún más a Burke... Hasta aque- marca es una persona que se presen-
sin que los cruzados de toda Europa llos que intentaron ser caballeros no ta bien, una princesa digna del cargo
se levantasen para evitar que esto su- llegaron al final y, puestos ante el pe- que ocupa. Pero, visitando su ciudad
cediera, o para castigar a los que lo ligro, no tuvieron coraje. natal en Francia, donde va todos los

24
años de vacaciones con su marido,

Maersk Line (CC3.0)


estaba vestida con una ropita cual-
quiera y tomando aspecto de una
profesora de piano, como se presen-
taban en mi tiempo de niño, que iban
de casa en casa para enseñar a las ni-
ñas, la mayoría de las cuales no tenía
talento para tocar este instrumento;
iban a mecanografiar el piano. Bue-
no, esa era la actitud de la reina, con
la que parecía estar contenta. O sea,
es lo sublime que se evapora.
Por otro lado, la sociedad civil, de-
cayendo mucho, crea una situación en
la que se hace difícil, si no imposible,
que la sociedad espiritual se manten-
ga incontaminada de esa “peste” an-
ti-sublime proveniente del orden tem- Reina Margarita II de Dinamarca en 1990
poral.
Así que, o la sociedad civil vive ficarse, sino para hacer este aposto- podrán dejar de hacer la guerra psico-
del encanto por lo sublime en todas lado de la sublimidad. lógica contrarrevolucionaria.
las materias, o ella misma se pudre. Se trata de una militancia católica En esto se encuentra el ideal ha-
Ahora, ese encanto encuentra su habitual, normal, estable, continua, cia el cual realmente tiende nues-
máxima expresión en la Caballería. debido al concepto de guerra psico- tra vida espiritual. La teoría de Don
Por eso, la vida del hombre en la lógica que añade a la Caballería algo Chautard de que la fecundidad de la
sociedad temporal se convierte en que es a manera de una mentalidad, vida interior es una condición para
un apostolado constante, con la ne- por la que se libra esta guerra a favor la fecundidad del apostolado sigue
cesidad de luchar, no sólo para santi- de lo sublime. siendo totalmente verdadera, pero
aquí adquiere una riqueza de conte-
Edad Media: nido o de clave especial.
Archivo Revista

punto de Esto eleva las cosas a niveles mu-


cho más altos que los de la Edad Me-
referencia para el dia, ni sé qué decir... Es el Reino de
Reino de María María para el cual la Edad Media
nos sirve de punto de referencia.
El verdadero católi- De hecho, todo lo que yo afir-
co debe ser, antes y por mo sobre la Santa Iglesia es una ex-
encima del guerrero que plosión de amor por su sublimidad.
lucha en la batalla con- Nunca me refiero a la Iglesia a no
vencional, el hombre ser en términos de sumo encanto por
que lucha en la guerra su sublimidad, por más dolorosas
psicológica contrarre- que puedan ser las circunstancias ac-
volucionaria, continua- tuales... Esto es tan connatural para
mente, sin fatiga, por- mí, que si yo perdiera ese amor, mo-
que tiene conciencia de riría. v
que, una vez establecido
el proceso de la Revolu- (Extraído de conferencia del
ción, el demonio nunca 9/9/1989)
más dejará de promover
la guerra psicológica re-
volucionaria. Por lo tan- 1) Edmund Burke (*1729 - †1797), filóso-
Dr. Plinio en septiembre de 1989
to, los católicos nunca fo, teórico político y orador irlandés.

25
S antoral 
1. San José Obrero.
–––––––––––––––––––––
San Sacerdote de Limoges, obispo

Gabriel K.
San Jeremías, profeta. Prenunció la y monje (+s. VIII). Fue obispo en Li-
destrucción de la Ciudad Santa y de- moges, Francia, pero al final de su vi-
portación del pueblo israelita, sufrien-da, volvió a la vida monacal.
do por esto graves persecuciones. 6. San Francisco de Montmorency-La-
2. San Atanasio, obispo y Doctor val,  obispo (+1708). Francés, primer
de la Iglesia (+373). Obispo de Quebec, Canadá. Durante 50
San José Nguyên Van Luu, mártir años ayudó a consolidar y aumentar la
(+1854). Agricultor y catequista viet- Iglesia, en toda América del Norte.
namita, se entregó en lugar del presbí- 7. V Domingo de Pascua.
tero Pedro Luu, y murió en la cárcel, Santa Domitila, mártir (+s. I/II).
en tiempos del emperador Tu-Dirc. Esposa del cónsul Flavio Clemente.
3. Santos Felipe y Santiago el Me- Acusada de renegar de los dioses pa-
nor, Apóstoles. ganos, es deportada a la isla de Pan-
San Estanislao Kazimierczyk,  dataria, donde padeció un largo mar-
(+1489). Canónigo regular en Kasi- tirio, muriendo sola y abandonada.
mierz, Polonia. Diligente ministro de 8. San Víctor, mártir (+c. 304). Sol-
la Palabra, maestro de vida espiritual dado de las tropas imperiales de origen San Estanislao Kazimierczyk
y asiduo en las Confesiones. mauritano. Rechazó sacrificar a los dio-
4. Santa Antonina de Nicea, virgen ses paganos y por esta razón, padeció di- 13. Nuestra Señora de Fátima.
y mártir (+s. III/IV). versos tormentos y muere decapitado. San Andrés Hubert Fournet, presbí-
9. San Isaías, Profeta. tero (+1834). Durante el periodo del
5. San Hilario de Arlés, obispo
San Pacomio, abad (+347/348). Re- Terror en Francia, era párroco en Le
(+449).
cibió el hábito monástico de manos del Puy-en-Velay, con valentía fortalecía los
anacoreta Palemón. Fundador de nu- fieles en la Fe. Restituida la paz, fundo
Helio G.K.

merosos cenobios en Tebaida, Egipto el Instituto de las Hijas de la Cruz.


y autor de una regla monástica que al- 14. VI Domingo de Pascua.
canzó mucha fama. San Matías, Apóstol.
10. Santa Solange (o Solangia), vir- Santa María Dominga Mazarello, 
gen y mártir (+c. siglo IX). Tenía 16 virgen (+1881). San Juan Bosco fun-
años de vida, cuando se sometió al do con ella el Instituto de las Hijas de
martirio para conservar su castidad, María Auxiliadora en Mornese, Italia.
en la ciudad de Bourges, Francia. 15. San Caleb, (o Elesbaán) mon-
11. San Ignacio de Laconi, religio- je (+c. 535). Rey de Etiopía. Comba-
so (+1781). Capuchino de Cerdeña, tió los enemigos de Cristo en su reino,
Italia. Recorría las plazas de la ciudad como una manera de desagraviar los
y las instalaciones del puerto, pidiendo mártires de Nagran. Más tarde envió
limosnas para socorrer a los pobres y a Jerusalén su diadema de rey y abra-
más necesitados, aliviando sus miserias. zó la vida monástica, cumpliendo una
12. Santos Nereo y Aquiles, márti- promesa hecha a Dios.
res (+s. III). 16. San Simón Stock, presbítero
San Pancracio, mártir (+s. IV). (+1265). Vivió como eremita en In-
Santo Domingo de la Calza- glaterra y después ingresó en la Orden
da,  presbítero (+1060/ 1109). Tomó Carmelita; fue elegido como sexto ge-
providencias muy útiles para la cons- neral de la orden y a quién la Virgen
trucción de puentes y caminos, hospe- entregó el escapulario carmelitano.
dajes y posadas para facilitar a los pe- 17. San Pascual Baylón, religioso
Santo Domingo de Calzada regrinos el Camino de Santiago. (+1592).

26
––––––––––––––––––––  * Mayo *   ––––
18. San Juan I, Papa y mártir (+526). 24. María Auxiliadora.

Flávio Lourenço
Beata Blandina del Sagrado Cora- San Vicente de Lerins, presbítero y
zón (María Magdalena Merten), vir- monje (+450). Religioso del monas-
gen (+1918). Religiosa ursulina alema- terio de Lerins, Francia. Ilustre en la
na, asoció con sabiduría la vida contem- doctrina y ejemplo de santidad de vida.
plativa a un excelente trabajo de forma- 25. San Beda el Venerable, presbí-
ción integral, para jóvenes cristianas. tero y Doctor de la Iglesia (+735).
19. San Crispín de Viterbo, religio- San Gregorio VII, Papa (+1085).
so (+1750). 26. San Felipe Neri, presbítero
20. San Bernardino de Siena, pres- (+1595).
bítero (+1444). Santa Mariana de Jesús Paredes, 
Beata María Crescencia Pérez, vir- virgen (+1645). Terciaria francisca-
gen (+1932). Religiosa argentina, na. Dedicó su vida a los indígenas y ne-
perteneciente a la Congregación “Hi-
Flávio Lourenço

jas de María del Santísimo del Huer-


to”; fallecida en Vallenar, Chile.
21. Domingo de la Ascensión del San Ignacio de Laconi
Señor.
San Cristóbal Magallanes, presbí- 29. Bienaventurada Virgen María,
tero y compañeros mártires (+1927). Madre de la Iglesia.
Ufanos de profesar la Fe en Cristo San Maximino de Tréveris, obis-
Rey, les fue cegada la vida por los fero- po (+c. 346). Intrépido defensor de la
ces enemigos de la Iglesia, en Méjico. Fe contra los arrianos. Acogió a San
22. Santa Rita de Casia, religiosa Atanasio de Alejandría en su diócesis
(+1457). y fue expulsado de esta por el propio
23. San Atón, obispo (+1153). Des- emperador.
pués de ejercer el cargo de abad en el 30. Santa Juana de Arco, virgen
convento benedictino de Vallombro- (+1431). La Doncella de Orleans, he-
sa, fue nombrado obispo de la sede roína nacional de Francia.
episcopal de Pistoya, Italia. San Fernando III, rey (+1252). Hi-
San Crispín de Viterbo jo de Alfonso IX y primo de San Luis
rey de Francia. Modelo de gobernan-
Flávio Lourenço

te. Inicia la construcción de varias ca-


gros, socorriéndolos en su pobreza en
tedrales. Fundador de la Universi-
la ciudad de Quito, Ecuador. Se con-
dad de Salamanca. Conquista Ubeda,
sideraba hija de la Compañía de Jesús.
Córdoba, Murcia, entre otras.
27. San Agustín de Canterbury,  San Lucas Kirby, presbítero y már-
obispo (+604/605). Monje Benedicti- tir (+1582). Siendo reina de Inglate-
no, enviado por el Papa San Gregorio rra Isabel I, lo sometieron a durísimos
Magno para trabajar por la conver- tormentos y fue condenado a la horca
sión del pueblo en Inglaterra. Primer en Tyburn, Londres.
obispo de Canterbury. 31. La Visitación de la Virgen María.
28. Domingo de Pentecostés. San Félix, religioso (+1787). Inten-
San Guillermo I el Santo, monje tó entrar infructuosamente a los capu-
(+812). Después de retirarse de la vi- chinos durante diez años; finalmente
da en la corte imperial, como Conde lo recibieron los de Nicosia, Italia. Lle-
de Tolosa, funda el monasterio de Ge- vó una vida religiosa con mucha ino-
San Félix
llone, cerca de Narbona, Francia. cencia de corazón y gran humildad.

27
Hagiografía

Contemplar el mundo
maravilloso de las almas
Comentando algunos aspectos de la vida de San Ampelio
el Herrero, el Dr. Plinio muestra la importancia de conocer
las almas para admirar en cada una aquello que es
recto, según Dios, lo qué sería ella si fuera enteramente
fiel, y el grado de fidelidad que dentro de ella existe
y la convierte en un reflejo especial del Creador.

E l día 14 de mayo se celebra la


memoria de San Ampelio el
Herrero. Tenemos para co-
mentar una ficha biográfica de este
da. Se dice que era originario de Egip-
to, herrero de profesión. Deseando la
perfección, buscó a los solitarios de La
Tebaida, proporcionándoles variados
va, donde llevó una vida de santifica-
ción y contemplación. San Ampelio es
el patrono de los herreros.
Bien entendido, afirmar que to-
Santo1. servicios, inclusive de su profesión. da su vida sea legendaria es una for-
Una vez, el demonio se convirtió en ma de decir... Si está canonizado por la
Con un hierro en brasa una joven impúdica y fue a tentarlo. Iglesia, se tiene la certeza de que exis-
expulsó al demonio El herrero, con un hierro al rojo vivo tió y de que, de hecho, fue santo. Mu-
en sus manos, avanzó hacia ella para chas veces, esas primeras canonizacio-
San Ampelio, el Herrero, siglo V. quemarla, espantándola para siempre. nes no se hacían regularmente. Había
La vida de San Ampelio, apodado Ya estando viejo, dejó la Tebaida y una inspiración del Espíritu Santo pa-
“el Herrero”, está envuelta en la leyen- fue hacia las inmediaciones de Géno- ra todos, que hacía que la voz del pue-
blo considerara a alguien como san-
to. Y entonces, era de hecho, un santo.
Bettylella (CC3.0)

Pero allí también estaba comprometi-


da la autoridad de la Iglesia, aunque
sin el proceso regular de canonización
que se hace hoy en día.

Aislamiento, silencio y
extraños visitantes
Podemos imaginar más o menos
lo que sería la vida de San Ampelio
como herrero ambulante en la Te-
baida del siglo V.
En este siglo, precisamente, la ins-
titución ermitaña estaba ganando su
San Ampelio - Iglesia de Santa María Magdalena, Bordighera, Italia
verdadero carácter, porque durante

28
los siglos anteriores, especialmente el

Luis C.R. Abreu


III y el IV, en los Imperios romanos
del Occidente y del Oriente, se per-

J.P.Ramos
seguía mucho a los católicos y su vi-
da era extremadamente difícil. Mu-
chos huían hacia el desierto para no
ser encarcelados o torturados. Allí
pasaban a veces una larga vida, has-
ta los noventa o más años, en la tran-
quilidad absoluta del yermo, rezando
a Dios y pidiendo por la Iglesia Cató-
lica, de tal manera perseguida.
Pero en esta tierra el Creador no
permite que la vida de nadie esté
exenta de grandes pruebas. E incluso
pruebas heroicas, sufridas por perso- Monasterio de la Luz en São Paulo.
nas que Dios ama más y que destina a En destaque, San Antonio de Sant’Ana Galvão
prestar un servicio especial a la Iglesia.
No debemos suponer que el úni- fácilmente los demonios buscan co- la propia religión católica. Los de-
co martirio que sufrían estos ermita- mo permanencia habitual, de donde monios se aparecen a veces a los er-
ños que iban a la Tebaida era el aisla- salen a producir infestaciones. Estos mitaños y fingen festines de Roma,
miento y el silencio, lo que constituía ermitaños estaban donde podían. A de Alejandría y otros lugares don-
un martirio. Uno puede imaginar en el veces eran lugares hermosos, a veces de ellos están. Los ermitaños sufren
hombre con instinto de sociabilidad y, feos o comunes. Estaban allí, por lo alucinaciones. Se da de todo.
por lo tanto, con la tendencia a comu- tanto, sufriendo todos los inconve-
nicarse, lo que representa el sufrimien- nientes del aislamiento, incluida una Deseo de ofrecer a Dios el
to de pasar cuarenta o cincuenta años cierta presencia preternatural, en el holocausto y la soledad
sin ver absolutamente a nadie, a no ser sentido malo de la palabra.
uno que otro visitante que aparecía de Pero eso no es nada. El hombre es- En el siglo V, el número de ermi-
vez en cuando, y que no se sabía bien tá de tal manera hecho para la lucha y taños era muy grande, ya no causado
quién era. A veces era un alma necesi- el dolor que cuando huye de ellas y se por el miedo a la persecución –que
tada que habiendo oído hablar de ese establece en el desierto, dentro de su terminó con Constantino y la inva-
ermitaño, emprendía un viaje arriesga- alma surgen los problemas… nacen sión de Roma por los bárbaros– sino
do para pedirle oraciones. Sin embar- la lucha y el dolor. Y vienen, enton- determinado por el miedo a perder-
go, muchas veces era algún bandido o ces, las pruebas interiores que a me- se en las ciudades y por la voluntad
criminal político que huía de la poli- nudo son más terribles que las prue- de ofrecer a Dios el holocausto de su
cía o de las autoridades; algún lunático, bas exteriores. soledad. Y hubo tantos en esa época,
maníaco o incluso algún poseso del de- ¿Y qué es una prueba interior? Un que se llegó a decir que el desierto
monio que corría por esas zonas. ermitaño va al yermo solitario; en los estaba hormigueando de ermitaños.
primeros tiempos experimenta una En todas las épocas de la civiliza-
El hombre es hecho para alegría, un consuelo, las gracias de ción cristiana hubo ermitaños en gran
la lucha y para el dolor Dios inundan su alma. Pero, poco a cantidad. El nuestro es el tiempo des-
poco van alejándose y él comienza a afortunado sin verdaderos ermitaños.
Hay que resaltar esta cosa curio- perder toda la primera unción, se sien- A menudo voy por la tarde a la igle-
sa y real. Los mismos yermos, luga- te aislado, triste, deprimido, abatido y sia de la Luz, rezando mis oraciones
res aislados, si no son muy bendeci- enfermo. De repente, las tentaciones en el camino de ida y vuelta. Y nunca
dos, a veces están especialmente in- comienzan a zumbar en el espíritu. Y dejo de recordar que, en las historias
festados de demonios. Por ejemplo, con las tentaciones, no pocas veces se de São Paulo, se dice haber sido el ba-
ciertos bajíos pantanosos poco pro- inician las infestaciones diabólicas. rrio de la Luz poblado por ermitaños,
fundos, o grutas muy profundas, lu- La peor de todas las tentaciones que vivían en las redondeces y contor-
gares donde nadie va, pantanos, zo- es la tentación contra la fe. Él es in- nos del río Tietê, lo cual hizo de él un
nas malolientes, etc., son lugares que vitado por el demonio a cuestionar lugar particularmente poético por la

29
Hagiografía
niebla que, en ciertas épocas del año, cidos y proporcionando servicios con recto, según Dios, lo que sería si fuera
había en aquella zona más húmeda, y su trabajo del hierro, o haciendo al- completamente fiel y el grado de fide-
por la enorme cantidad de garzas que guna pieza que necesitaban para que lidad que existe dentro de ella y que
volaban de un lado a otro y encanta- su vida material fuese más fácil, etc. la hace un reflejo especial del Crea-
ban a [San] Fray Galvão, cuando pasa- Probablemente sin hablar, recibien- dor. Saber también discernir en las al-
ba por ahí. ¡Qué diferente es el barrio do solo del ermitaño algún consejo, mas lo que es ruin, y a contrario sensu,
de la Luz hoy en día! si se lo pedía, para su propia vida es- seguir amando lo que es bueno.
piritual. Y luego seguiría adelante. Yo les garantizo que, si una per-
Conocedor de los esplendores Este es un verdadero Guide Bleu –la sona dedicara su vida solo al estudio
espirituales del desierto gran guía turística de Europa– de los y al conocimiento de las almas, ten-
esplendores espirituales del desier- dría una vida mucho más entretenida
Los ermitaños, tan numerosos en to. “Si quieres conocer a alguien que que si hiciera otras cosas. Ciertamen-
el siglo V, a veces eran servidos por tiene el don de profecía, vuélvete por te más que tomar un avión e ir a Nue-
caminantes callejeros que les lleva- allí y baja; en esa cueva hay un ancia- va Delhi, de allí a Shanghái, y lue-
ban cosas y hacían caridad con ellos. no que posee este don; Si deseas ver go a algún lugar de América del Sur,
Y San Ampelio llevaba una vida a alguien que es heroico en las peni- América del Norte o Suecia; entran-
curiosa, con esta forma única de tu- tencias, sube a la cima de esa colina do en aeropuertos, alojándose en ho-
rismo: el de las almas. Un hombre donde vive un joven que se flagela de teles, viendo monumentos y quedan-
que es herrero de profesión una manera admirable. Más adelan- do con el alma vacía. Los verdaderos
Luis Samuel

va gratuitamente a ayudar a te verás a un ermitaño que se levan- monumentos de este mundo son las
tal ermitaño; más adelante ta del suelo, cuando saluda a Nues- almas de los hombres. Y no hay nada
se encuentra a uno que hi- tra Señora al mediodía. Y al llegar la más hermoso, más interesante y más
zo tal milagro, y más allá a noche, verás a aquel otro que duerme atractivo que conocer las almas.
otro que se destaca por tal en la serenidad, mientras afuera aú-
virtud. Así, él va conocien- llan las fieras: es fulano, el gran ermi- Conocer hombres “sin alma”
do alma por alma, volviendo taño, cuyo sueño es edificante y trae Confieso que la poca experiencia
a recorrer itinerarios cono- paz a todos los que lo contemplan”. del contacto con las almas que me
han proporcionado los pocos viajes
Los verdaderos que he hecho, lo que más me inte-
monumentos de este resa es conocer las almas; incluso las
almas de hombres “sin alma”, por-
mundo son las almas que incluso éstas, a contrario sensu,
Probablemente San Ampe- son interesantes de conocer.
lio, con sus dones de herrero, Recuerdo que una vez viajé de Río
fue un visitante, un turista de la de Janeiro a París, al lado de un holan-
santidad a través de los desiertos. dés que venía de Indonesia e iba a ba-
Y era movido, con certeza, por jarse en Londres, y que no tenía alma.
el encanto y el entusiasmo que le Miré para él de reojo y pensé:
causaba el contacto con almas “Pero qué horrible. Esa es una larga
tan extraordinarias. línea cubierta de carne, ¡él no tiene
Si esta hipótesis –perfec- alma! ¡¿Qué es este hombre?!”
tamente plausible– es ver- Debe ser interesante conversar pa-
dadera, entonces sabemos ra conocer el alma de un hombre “sin
qué virtud podemos imitar alma”. Así que comenté con él a res-
de un santo del que solo te- pecto de cualquier cosa sobre la velo-
nemos generalidades en su cidad del avión, y hablamos en algunos
biografía. momentos del viaje. Pude observar el
Deberíamos pedirle que vacío de un hombre completamen-
nos obtenga una doble gra- te “sin alma” que se sentía bien en el
cia: el discernimiento para cuerpo, porque era evidente que tenía
percibir cómo son las almas, y una salud envidiable, y hacía de eso su
admirar en cada alma lo que es alegría, pero siempre estaba compri-

30 La Virgen Blanca (colección privada)


miendo un alma que persistía en vol- embargo, podemos formarnos una no- son, sino para observar qué efecto es-
ver y decirle que no estaba satisfecha. ción indirecta al ver la imagen de Nues- toy produciendo sobre ellos; si estoy
Así que había en él, además de mu- tra Señora de Fátima peregrina en su siendo considerado prestigioso, fino,
cha salud, horas de tanta tristeza, tanta Sede, cuando refleja algo del alma de inteligente; en fin, la “cabalgata de las
amargura y tanto vacío, que hice de eso la Santísima Virgen. De tal manera en- vanidades”, se baja un velo sobre las
para mí un tema de meditación y, pue- canta que atrae multitudes. En Vene- almas de los otros, pues sólo se mira
do asegurarles, de entretenimiento. zuela, cuarenta mil personas fueron a para sí y no se conoce a nadie.
Más aún, cuando converso con al- ver la imagen, ciertamente no por verla Es necesario amar a las almas des-
guna persona, con dos, o a veces con en su materialidad, sino para observar interesadamente, querer conocerlas
doscientas, me entretengo mirando una expresión de alma en una imagen. como reflejo de Dios, acabar con el
las almas. Siempre aprendo algo y sal- “yo, yo, yo”, con la idea fija de pensar
go con mejor capacidad de conocer mi Debemos amar a las en sí mismo. Y el tema de la medita-
alma, conociendo el alma de los otros. almas desinteresadamente ción de hoy es contemplar ese mara-
Así que aquí hay una invitación pa- villoso mundo de las almas, de lo cual
ra que todos comiencen a ser amato- y dejar el “yo, yo, yo” San Ampelio, el Herrero, fue muy
ris animarum, amantes de las almas, Si viéramos a Nuestra Señora en presumiblemente un modelo. v
de la categoría de gente que ama las persona, ¿cuál sería nuestra impresión
almas, disfrutando el conocerlas. y nuestro sentimiento? ¡Algo simple- (Extraído de conferencia del
mente incalculable! 14/5/1976)
Alegría de Nuestro Esto, ¿Nuestro Señor lo tenía en un
Señor cuando miraba a grado llevado a qué auge cuando mi- 1) Cf. ROHRBACHER, René-François.
raba a la Santísima Virgen? Y Nues- Vida dos santos. São Paulo: Editora das
la Santísima Virgen tra Señora también cuando lo miraba Américas, 1959. VIII, págs. 358 y 362.
¿Habría algo en la vida de Nues- a Él. Y cuando esas
tro Señor que fuese un ejemplo ade- miradas se encontra-

Arquivo Revista
cuado para esto? ban, Él decía: “¡Ma-
Esa es toda la vida del Redentor. dre mía!”, y Ella:
En todas las cosas que hacía, se pue- “¡Hijo mío!” ¡Qué
de ver un conocimiento perfecto de entraba allí de co-
las almas con las que Él trataba, y to- mercio de almas! Es
do ajustado a las condiciones y nece- la relación más no-
sidades de esas almas. ble, más alta y más
O sea, Él estaba continuamente con perfecta de toda la
su mente puesta en el Padre Eterno y historia. Fue esen-
en las almas con las que estaba tratan- cialmente una rela-
do, considerándolas, inmediatamente ción de almas.
y, a primera vista, como, por ejemplo, Entonces, traten
aquel joven rico. El Evangelio dice que de conocer las al-
Nuestro Señor lo miró y lo amó. Dicho mas y de interesar-
de otra manera, vio su alma y lo amó se por ellas.
por causa de su fidelidad. Cuando Je- ¿Hay algún obs-
sús trataba con los fariseos, era el alma táculo para esto?
de ellos lo que Él veía y conocía hasta el Sí. Es cuando esta-
fondo. Y así, con su sabiduría, su infini- mos tratando con
ta santidad, removía hasta el fondo los los otros y no pensa-
acontecimientos de los pueblos con los mos en sus almas, si-
que entraba en contacto. no en nosotros mis-
Podemos imaginar cuál era la ale- mos: nos volvemos
gría de Nuestro Señor cuando miraba a incapaces de cono-
Nuestra Señora y veía su alma perfectí- cerlos. Cuando uno
sima. No podemos tener idea del gau- analiza a los demás,
El Dr. Plinio en 1976
dio –alegría– que Él tenía con esto. Sin no para ver cómo

31
Luzes da Civilização Cristã

Entusiasmo y alegría
por el alma guerrera
Durante la Edad Media se entendía que, en la sociedad
temporal, la más alta carrera era la militar, exactamente
por el principio enunciado por Nuestro Señor: “Nadie tiene
mayor amor que aquel que da su vida por sus amigos.”
Por esa razón, las más bellas guerras de la Historia fueron
aquellas que tomaron todo su sentido en el ideal religioso.

L a nación alemana es tan militarista que el estilo


militar invadió la vida civil. Los estudiantes te-
nían varias asociaciones, muchas de ellas funda-
das hace siglos. Cada uno tenía un uniforme propio, lle-
Lo que el alma militar tiene de más bello
Vemos en una de las fotografías una ceremonia en la Cor-
te. El Emperador uniformado, de pie sobre el estrado junto a
vaban una espada para esgrima, que era el deporte pre- dos tronos con un dosel. De tal manera el modo de ser mili-
ferido por ellos. tar impregnó la vida alemana que hasta las señoras mayores

Inauguración del Reichstag en el Salón


Anton von Werner (CC3.0)

Blanco del Palacio de Berlín por Guillermo II


(25 de junio de 1888) – Museo Histórico Alemán

32
están tiesas y erguidas como un
dragón de caballería. La Empe-
ratriz, persona por cierto muy
afable y simpática, tiene un po-
co la postura de una “genera-
la”. Pero todo pasaba de un mo-
do medio militarizado en la cor-
te alemana, siempre impregnada
o
por la idea de que el valor supremo nç
ure
Lo
de la existencia humana es la lucha y, io
áv
Fl
por lo tanto, la guerra, la inmolación de
la vida o la destrucción de vidas. En la músi-
ca militar alemana las notas salen como si fuesen
batallones, arrasando en el aire a un enemigo imagi-
nario. Silencios perezosos se rasgan delante de ellos,
y van batiendo, provocando, combatiendo, de manera
que se tiene la impresión de que acaban tomando la
ciudadela. Es la descripción magnífica de un comba-
te o la musicalización de una parada. Cuando determi-
nados instrumentos tocan unas notas, se tiene la sensa-
Jesús indicando el camino a
ción de estar viendo pasar al soldado alemán; cascos que se los cruzados – Iglesia Sainte
mueven, estandartes… Es la antigua Alemania Imperial que Ségolene, Metz, Francia
pasa delante nuestro.
Por detrás del muy bonito aparato militar y de su sonori-
dad que, de modo tan natural interactúan, percibimos algo pia plenitud. Sobre todo, cuando se da totalmente a ries-
más bello: es el alma militar. Lo que ésta, a su vez, tiene de go de, después de la guerra, quedar lisiado, ciego, arras-
más bello es la decisión resultante de la profundidad del alma trándose como un inválido, a veces un pobre mendigo, o
humana de entregar la vida por un determinado ideal. No es morir en la flor de la edad, o caer prisionero, ser maltra-
entregar la vida dejándose matar, sino destruyendo algo que tado. Sea cual fuere el riesgo, él lo decidió y lo hará. Lo
no tiene derecho de existir, organizando contra un ilegítimo ejecuta y sufre, pero en ese sufrimiento, el hombre va su
agresor una fuerza metódica, implacable y dispuesta a todo. ideal y por así decir, se realiza con su ideal.
Esto, en el fondo, tiene el siguiente sentido: la vida
La vida humana no es el valor supremo humana no es el valor supremo. La comodidad, la pros-
Lo bonito, entonces, no es sólo esta resolución, sino, peridad, el confort, el propio placer noble y elevado de
por encima de ella, el idealismo. Si algo hiere al Dere- tener una cultura, una instrucción, familiaridad con al-
cho, la Ley, la Moral, no tiene la facultad de existir; y en tos pensamientos del espíritu, nada de eso constituye el
nombre de la Ley, del Derecho y de la Moral es preciso fin de la vida. Consiste en algo que es más alto que la vi-
tomar la iniciativa de luchar contra eso. da: el Derecho considerado en sí mismo, la Moral consi-
Se trata de una resolución tomada a la luz de un prin- derada en sí misma, el Bien considerado en sí mismo, en
cipio superior, determinando en el hombre una verdadera cuyo holocausto el hombre se inmola.
sublevación en el sentido etimológico de la palabra; un im-
pulso de toda la personalidad, una movilización completa. La más perfecta de las guerras de todos
No una movilización sin distancia psíquica, neurótica, de los tiempos fueron las Cruzadas
un tonto que toma un remedio cualquiera para quedar me-
dio alucinado y va como una bestia a meterse encima de la Mas, a su vez, ¿qué son el Derecho, el Bien, la Moral,
bayoneta de los otros, sino de un hombre enteramente lúci- considerados en sí mismos? La Doctrina Católica ense-
do, señor de sí mismo, que apela a su propia personalidad ña que sólo existe un Dios supremo, perfecto, santísimo,
y la coloca en lucha, y lo hace en una especie de acto de ho- Creador de todas las cosas, a cuya Ley todos deben obede-
locausto, que es el siguiente: “si debo morir, mi vida tiene cer. Él es el Bien, el Derecho. Dios premia al héroe y cas-
pleno sentido porque me realicé enteramente”. tiga al injusto agresor o al débil que no supo resistir a es-
El hombre se realiza completamente cuando se da a te último. Es decir, o esos principios se personifican en un
algo que vale completamente. Entonces llegó a su pro- Ser espiritual vivo, perfecto e infinito, o no tienen sentido.

33
Luzes da Civilização Cristã
Porque el Derecho en sí mismo… es lo que los latinos los demonios que se rebelaron en el Cielo y los precipi-
llaman flatus vocis, una palabra vaga, un sonido emitido te en el Infierno. ¡Qué acto supremamente majestuoso!
por la voz. La Moral en sí misma… ¿qué sentido tiene el Dios, antes del comienzo de todos los siglos, levantándose
vocablo “moral” si no hay un Dios que me premia y me en su indignación y dando la orden a San Miguel Arcán-
castiga, al cual tengo que amar porque Él es Él? E inclu- gel de expulsar a los demonios. Se puede imaginar cómo
so aunque no me premiara y no me castigara, yo lo debe- debió ser esta manifestación de cólera divina, del desagra-
ría amar porque Él es perfectísimo y digno de todo amor. do de Dios, de la repulsa, del rechazo, del asco, y después,
Esto da el último sentido de la inmolación, del sentido el castigo eterno, completo: “Contra ellos mi odio implaca-
militar. Por esa razón, la más bella y noble forma de gue- ble. Yo los cancelaré del lugar glorioso, de la perpetua y feliz
rra que se pueda imaginar es la guerra religiosa. permanencia en mi presencia, los arrojaré para siempre a un
La guerra de las guerras de todos los tiempos y la más dolor sin remedio ni disminución ni consolación, en el lugar
perfecta fue la de las Cruzadas para liberar el Santo Sepul- del fuego, de las inmundicias, del asco, de la blasfemia, la tor-
cro y las poblaciones de los católicos de Oriente próximo, que tura. Detestados por mí por toda la eternidad.”
estaban siendo oprimidos por los mahometanos. La Cruza- ¡Imaginen la majestad de esa sentencia! La belleza del
da contra los cátaros y albigenses, las guerras de religión de triunfo de San Miguel Arcángel y de todos los Ángeles fie-
la Liga Católica de Francia, las de los “Chouans”, de los car- les que, en el Cielo, resistieron la prueba y, por así decir,
listas, de los cristeros. Son las más bellas guerras de la His- desfilaron delante de Dios, recibiendo –ellos, los buenos
toria, porque toman todo su sentido en el ideal religioso. guerreros que arrojaron a los demonios para el infierno–
Ahora viene la más alta consideración que podemos hacer: el premio por la guerra santa, la primera de la Historia,
el alma de esos guerreros que murieron pensando en Dios. De que ellos habían trabado. ¡Qué resplandores en el Paraí-
un Roland, par de Carlomagno, que expira en Roncesvalles, so! ¡Qué “desfiles”, qué “marchas”! Si, como sabemos, los
entregando su alma al Creador. Esa alma que lo ama tanto es, Ángeles entonan un canto espiritual, ¿cómo habrán sido
ella misma, un reflejo de Él, se parece a Él, creada a su ima- sus cánticos durante la guerra contra los demonios, y có-
gen. Dios se ve en ella como en un espejo y ese heroísmo que mo podría ser el cántico de triunfo de los Ángeles fieles en
hay en ella es el reflejo de una virtud divina, un reflejo mucho el Cielo, mostrando a Dios los demonios derrotados? ¡Na-
más cercano que el león, el cual es un animal irracional. El hé- die puede tener una idea de la belleza de esto!
roe es un ser racional y, en su alma espiritual, el heroísmo ya Pero, con el favor de Nuestra Señora, vamos a tener
es un reflejo mucho más cercano de Dios, porque el alma se esta idea. Cuando sobre el mundo desolado, devasta-
parece mucho más al espíritu que a la materia. do, arruinado, casi todos los hombres muertos, toque la
trompeta del Juicio Final, los cuerpos comiencen a resuci-
La primera guerra santa de la Historia tar y el Verbo de Dios encarnado baje a la Tierra en pom-
¡Cuántas actitudes de Dios nos lo muestran como gue- pa y majestad, veremos al Creador dando también el fin a
rrero! Ordenando a San Miguel Arcángel que elimine a la gran batalla de la Creación. Va a llamar a todos los ele-
Flávio Lourenço

gidos que se unirán a Él en un desfile proce-


sional garboso y marcial. Y va a mandar al in-
fierno, al lugar de los derrotados, a los malos
que fueron aplastados en la lucha.

El alma guerrera, santísima


y perfectísima de Nuestro
Señor Jesucristo
Entonces tendremos el último cántico de
triunfo de la Creación que va a celebrar la
alegría y la majestad de la victoria de Dios.
Nuestra Señora brillará con todo su fulgor;
Ella, a quien las Sagradas Escrituras com-
paran textualmente con un ejército en orden
de batalla, y que sola aplastó todas las he-
rejías del mundo entero. Veremos a Nuestro
Victoria de San Miguel y sus Ángeles contra los demonios
Señor Jesucristo erguirse con aquella majes-
Iglesia de San Lorenzo de Morunys, España
tad que tiene el Santo Sudario, en el furor

34
acto de suprema identificación con los más nobles ideales,
Gabriel K.

por los cuales alguien se ofrece en un holocausto cruento.


He aquí el porqué de que la Iglesia haya canonizado hom-
bres de todos los estados de vida, desde príncipes hasta ba-
sureros, desde Papas hasta humildes sacristanes, de todas
las edades, etc., pero cuando ella habla de los mártires tie-
ne un temblor en la voz y un enlevo2 especial en los ojos. Na-
da más bello que ofrecer la propia vida. San Pablo ya dijo:
Cristo crucificado excede a todo (Co 1, 23 – 25).
Lo bonito es que Nuestro Señor acepta, más que nues-
tros actos, nuestros deseos. Si tuviéramos el deseo inten-
sísimo y cotidiano de vivir y morir en una guerra san-
ta, aunque no fuésemos capaces de luchar durante ella,
cuando muriésemos tendríamos la gloria del guerrero.
Pero para eso sería preciso que tengamos un espíritu tal
que, en cualquier momento en que la guerra santa explo-
te, entremos en ella como Nuestro Señor Jesucristo tomó
su Cruz: con entusiasmo, con alegría, besándola de sa-
tisfacción. v
(Extraído de conferencia del 12/1/1973)

1 y 2) Enlevo: no tiene equivalente en castellano. Alguien tiene


enlevo cuando está maravillado, extasiado, encantado por
algo sublime. Es un tipo de arrebatamiento.
Juicio Final – Museo Metropolitano
de Arte, Nueva York

J. P. Braido
de su indignación contra los malos y en el esplendor de
su amor a los buenos, y veremos la separación hecha. El
ejército de los buenos se quedará para siempre en el Cie-
lo y el de los malos para siempre en el Infierno. Será el
fin de la batalla y la victoria permanente de los buenos.
En ese momento tendremos refulgencias de Dios y ve-
remos aquello que podríamos llamar el Alma guerrera,
santísima y perfectísima de Nuestro Señor Jesucristo,
llamado por las Sagradas Escrituras el León de Judá, y
la de Nuestra Señora, la Reina de los ejércitos.
San Pablo decía que sólo sabía predicar a Jesucristo. Y
añadió después: a Jesucristo crucificado (1Co 2, 2), enten-
diendo que todas las cosas perfectísimas, santísimas e inson-
dablemente sabias que Nuestro Señor hizo en su vida, sien-
do todas ellas objeto de enlevo1 constante de los hombres, sin
embargo, como que se compendiaban en el acto en el que dio
su vida en la Cruz. Es decir, en el momento en que el hombre
se inmola por algo, da todo cuanto podría dar. El holocausto,
el sacrificio cruento contiene todo el resto. Es un ápice.
Por causa de esto, en la Edad Media se entendió que, en
la sociedad temporal, la más alta carrera era la militar; y la
clase social que seguía esa carrera era la más alta, o sea, la
nobleza. Exactamente por causa de ese principio enuncia-
Jesús cargando la Cruz – Basílica de
do por Nuestro Señor: Nadie puede amar más a su amigo
Nuestra Señora del Rosario, Guatemala
que dando la vida por él. (cf. Job 15, 13). Entonces, es aquel

35
Daiane Amaral
Coronación de
María Santísima
Universidad Nuestra
Señora del Lago,
Texas, EE.UU.

Hija, Madre y Esposa de Dios


L os tres títulos principales de Nuestra Señora se refieren a su relación con la Santísima Tri-
nidad: Hija del Padre Eterno, Madre del Verbo y Esposa del Espíritu Santo.
Se comprende que esos tres títulos sean recitados juntos debido a la unidad de la Santísima
Trinidad, y en este orden, por ser el que corresponde a las Personas Divinas.
También es muy adecuado rezar un Ave-María en alabanza de cada uno de esos atributos,
pues es el saludo a Nuestra Señora por excelencia.
El hecho de que María Santísima sea simultáneamente Hija, Madre y Esposa de Dios crea
en Ella una situación única, que es una relación individual con cada una de las Personas de la
Santísima Trinidad.
Un místico, en el estado más alto de la Mística, o incluso el Ángel más elevado jamás tendría con
cualquiera de las tres Personas la relación que la Santísima Virgen posee, porque aquellos establece-
rían un vínculo en el orden de la gracia, mientras que el de Nuestra Señora trasciende este orden.
(Extraído de conferencias del 29/10/1963 y 18/11/1976)

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