P
linio Corrêa de Oliveira na-
ció en São Paulo, Brasil, el 13
de diciembre de 1908 y falle-
ció el 3 de octubre de 1995. Fue
Diputado Constituyente, catedráti-
co en la Pontificia Universidad
Católica de São Paulo y presidente
de la Acción Católica paulista. Líder
católico de proyección internacio-
nal, fundó en 1960 la Sociedad
R
oberto de Mattei, graduado Brasileña de Defensa de la Tradi-
en Ciencias Políticas por la ción, Familia y Propiedad (TFP) e
Universidad “La Sapienza” inspiró la fundación en numerosos
de Roma, es catedrático de Historia
de la Iglesia y del Cristianismo en
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. países de otras TFPs y entidades
afines, que integran hoy la más vasta
la Universidad Europea de esa ciu-
dad, donde preside el Curso de
Caminamos hacia la civilización católica red de asociaciones de inspiración
católica dedicadas a combatir el pro-
Graduación en Ciencias Históricas.
Es presidente de la Fundación Le-
que podrá nacer de los escombros ceso revolucionario que socava la
Civilización Cristiana.
panto y director de la revista “Radici
Cristiane”. En 2007 fue distinguido
del mundo moderno, De su amplísima obra intelectual
se destacan diecinueve libros, varias
por la Santa Sede con la Orden monografías, y miles de artículos de
Ecuestre de S. Gregorio Magno, por
como de los escombros del mundo romano prensa. En el curso del convulsio-
su fidelidad a la Iglesia y su actua- nado siglo que le tocó atravesar,
ción en defensa de la civilización
nació la civilización medieval” defendió brillantemente el Papado
cristiana. Entre sus más recientes y la Iglesia contra los totalitarismos
publicaciones se destacan: Pío IX nazifascista y comunista, así como
(2000, traducido al portugués e in- contra la infiltración de doctrinas
glés); La soberanía necesaria (2001, igualitarias y permisivistas surgidas
trad. al francés y al portugués); Gue- a lo largo del siglo, desde el ameri-
Roberto de Mattei
rra santa. Guerra justa (2002, trad. canismo hollywoodiano hasta la
al inglés y portugués); De Europa. teología de la liberación.
Entre raíces cristianas y sueños Heredero de la escuela contra-
postmodernos (2006); Finis Vitae, rrevolucionaria de pensadores como
(sobre la “muerte cerebral”, varios de Maistre, de Bonald, Donoso Cor-
autores bajo su coordinación - ed. tés, Plinio Corrêa de Oliveira es
inglesa 2006; ed. italiana 2007); La considerado a justo título una de las
dictadura del relativismo (2007, mayores personalidades católicas
trad. al croata, polaco y portugués); del siglo XX.
Turquía en Europa. ¿Beneficio o El libro de Roberto de Mattei es
catástrofe? (2009, trad. al inglés). la primera biografía exhaustiva de
este admirable hijo de la Iglesia.
Roberto de Mattei
ISBN: Nº 978-9972-2735-3-7
Proyecto editorial: Nº 31501200800426
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: Nº 2008-07238
5
DTC Dictionnaire de Théologie Catholique, Letouzey et Ané,
París, 1909-1972, 33 vol.
EB Encyclopaedia Britannica, H. Hemingway Benton
Publisher, Chicago, 1975, 30 vol.
EC Enciclopedia Cattolica, Sansoni, Florencia, 1949-1954,
12 vol.
ER Enciclopedia delle Religioni, Vallecchi, Florencia,
1970-1976, 6 vol.
GAF Umberto Antonio Padovani (comp.), Grande Antologia
Filosofica, Marzorati, Milán, 1954.
GER Gran Enciclopedia Rialp, Ediciones Rialp, Madrid
1971-1976, 24 vol.
HKG Handbuch der Kirchengeschichte, Herder, Friburgo,
1965-1973, 9 vol.; trad. it. Storia della Chiesa, Jaca
Book, Milán, 1975-1980, 13 vol.
IP Insegnamenti Pontifici, comp. por los monjes de
Solesmes, trad. it., Paoline, Alba, 1957-1965, 14 vol.
LTK Lexikon für Theologie und Kirche, Verlag Herder,
Friburgo, 1957-1965, 10 vol.
NDB Neue Deutsche Biographie, Duncker & Humblat,
Berlín, 1953 ss.
PG Patrologiae Cursus Completus, Series Graeca, comp. por
Jacques-Paul Migne, Migne, París, 1857-1866, 161 vol.
PL Patrologiae Cursus Completus, Series Latina, comp. por
Jacques-Paul Migne, Migne, París, 1844-1864, 221 vol.
TRE Theologische Realenzyklopädie, de Gruyter, Berlín-
Nueva York, 1977 ss.
6
25 de noviembre de 1996
Ilustrísimo Profesor,
Con coraje y gran visión, Plinio Corrêa de Oliveira logró defender la Igle-
sia y el papado contra los totalitarismos de este siglo y contra ciertas tenden-
cias que habrían querido destruir los valores cristianos.
su devmo.,
N. del E.- Cuando envió esta carta, Mons. Pittau ejercía el cargo de Rector de la Universidad Gregoriana
de Roma. Ordenado obispo en 1998, fue designado Arzobispo titular de Castro de Cerdeña y nombra-
do Secretario de la Congregación para la Educación Católica.
7
Prólogo a la edición peruana
9
El Cruzado del Siglo XX
10
Prefacio
de
S. Emcia. Cardenal
Alfons Maria Stickler S.D.B.*
(*) N. del E.- El Card. Alfons Maria Stickler, salesiano, nació en Neuenkirchen (Austria) en 1910. Su
particular vocación para el estudio de las ciencias jurídicas lo llevó a la enseñanza en el Pontificio
Ateneo Salesiano, del cual fue primeramente Decano de la Facultad de Derecho Canónico y luego
Rector desde 1958 a 1966. Poniendo al servicio de la Santa Sede sus notables dotes académicas, después
de haber dirigido el Pontificio Instituto de Altas Ciencias Latinas, fue nombrado Prefecto de la Bibliote-
ca Vaticana. En 1983 Juan Pablo II lo elevó a la dignidad episcopal y después, al crearlo Cardenal con el
título Diaconal de San Giorgio in Velabro, lo hizo Bibliotecario y Archivista de la Santa Romana Igle-
sia. Es autor de importantes estudios teológicos y canónicos traducidos a numerosas lenguas. Falleció el
12 de diciembre de 2007, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.
11
El Cruzado del Siglo XX
12
Prefacio
13
Introducción
“Queriéndolo o no, todos estamos
escribiendo nuestras biografías.
Y en el día del Juicio,
el libro será abierto y leído”
(*) N. del E.- El siglo XX (la primera edición de este libro es de 1996).
1
El presente estudio ha sido realizado con espíritu objetivo y científico, a través de una escrupulosa
verificación de documentos. Las principales fuentes editoriales que he consultado para el estudio de
la obra de Plinio Corrêa de Oliveira —además de los 19 libros por él publicados— son los más de
2500 artículos y ensayos aparecidos en el semanario “O Legionário” (1927-1947), en la revista men-
sual “Catolicismo” (1951-1995) y en el diario “Folha de S. Paulo” (1968-1993). Un primer panorama
de sus principales actividades es ofrecido por los libros Meio Século de Epopeia Anticomunista (Edi-
15
El Cruzado del Siglo XX
tora Vera Cruz, São Paulo 1980), Um Homem, uma Obra, uma Gesta - Homenagem das TFPs a
Plinio Corrêa de Oliveira (Edições Brasil de Amanhã, São Paulo, s.f.) y por la obra de João S. Clá
Dias, Dona Lucilia (Artpress, São Paulo 1995), dedicada a Lucilia Ribeiro dos Santos, madre de
nuestro biografiado. Merece asimismo ser mencionada, por la seriedad de la investigación, la tesis de
doctorado de Lizâneas de Souza Lima, Plinio Corrêa de Oliveira - Um cruzado do século XX (Uni-
versidad de São Paulo, Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas, 1984).
Son de gran importancia, naturalmente, los escritos inéditos que pueden consultarse, entre los cuales
figura el Autorretrato filosófico (“Catolicismo”, Nº 550, octubre 1996) así como los numerosos testi-
monios de aquellos que tuvieron la ocasión y el privilegio de conocer personalmente a Plinio Corrêa
de Oliveira.
Deseo asimismo agradecer vivamente a todos los que han contribuido a la publicación de este libro.
Entre ellos, por las preciosas indicaciones y sugerencias de que han sido pródigos, agradezco en particu-
lar a los Sres. Armando Alexandre dos Santos, Julio Loredo de Izcue, José Messias Lins Brandão, Juan
Miguel Montes Cousiño, Stefano Nitoglia, Fancisco Javier Tost Torres, José Antonio Ureta y Guido
Vignelli, Leo Daniele, Antonio Carlos de Azeredo, João Luis Vidigal y José Narciso Pinto Soares.
2
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Seriedade, in “Catolicismo”, N. 485 (mayo 1991).
3
“Las palabras mueven, los ejemplos arrastran” - ADOLFO TANQUEREY, Compendio di Teologia Ascetica
e Mistica, Desclée, Roma 1928, p. 27.
16
Introducción
Roberto de Mattei
17
Capítulo I
A la Belle Époque, período que abarca las últimas décadas del siglo XIX
hasta la Primera Guerra Mundial, se le puede aplicar con una cierta analogía
el dicho de Talleyrand: “Quien no vivió antes de 1789 no sabe lo que es la
dulzura de vivir” 1.
Es muy difícil para el hombre del siglo XX comprender el sentido y el
alcance de esta célebre frase. Nuestro siglo ha transcurrido bajo el signo de
una amargura de vivir que hoy tiene sus expresiones más llamativas en la
nueva enfermedad social de la “depresión” y en la espantosa propagación de
los suicidios, aún entre los más jóvenes. Para el hombre contemporáneo,
sumergido en el hedonismo e incapaz de experimentar auténticas alegrías
espirituales, la expresión “dulzura de vivir” tiene un significado puramente
material y se reduce a la amarga satisfacción que nace del consumo y del
goce de los bienes puramente sensuales.
1
La célebre frase de Talleyrand es mencionada, entre otros, por el historiador francés Guizot en sus
Mémoires (FRANÇOIS GUIZOT, Mémoires pour servir à l’histoire de mon temps, M. Lévy, Paris 1859-
1872 (8 vv.), vol. I, p. 6). Ya hacia el fin del siglo XVII, como recuerda Paul Hazard, “en Francia
reinan las buenas maneras, la cortesía, la cultura, la dulzura de vivir” (P. HAZARD, La crise de la
conscience européenne (1680-1715), Bouvin & C., Paris 1935, vol. I, p. 77).
19
El Cruzado del Siglo XX
2
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Ambientes, Costumes, Civilizações, in “Catolicismo”, n. 29 (mayo 1953).
20
«Cuando aún era muy joven...»
ballet Excelsior 3. Pero la Belle Époque fue también el estilo de vida aristo-
crático y ordenado, que en los albores del siglo XX aún reflejaba múltiples
facetas del modo de ser del Ancien Régime.
La Belle Époque era el sueño de la “construcción” de la civilización mo-
derna que abría el siglo; pero era también aquella sociedad aún
entrañadamente patriarcal, que emitía sus fulgores crepusculares en la mo-
narquía austrohúngara, heredera de las glorias del Sacro Imperio Romano.
La Europa positivista y la Europa católica y monárquica coexistían en los
albores del siglo: el continente europeo aún contaba con cuatro Imperios y
quince grandes Monarquías 4.
La intensidad luminosa de los cuadros de los impresionistas y las novelas
psicológicas de Paul Bourget reflejaban bien la atmósfera de aquellos años:
una sociedad cosmopolita cuyo principal atractivo era la conversación, arte
que requería garbo, amabilidad, diplomacia, y en el cual se reconocía el
verdadero savoir-vivre 5.
París, la Ciudad-Luz, es el símbolo de esta época, la capital reconoci-
da de un mundo ideal que dilata sus límites mas allá de Francia y hasta
de Europa. Adondequiera que se extienda el influjo de la civilización
europea, se reconoce a Francia el primado de la lengua, de la cultura, de
la moda.
Ente las “islas francesas” en el mundo, había una, a comienzos del siglo
XX, que brillaba particularmente entre todas: São Paulo, en el Brasil, una de
las ciudades que mejor supo integrar los valores de la tradición propia con
los de la cultura francesa. En otro trópico y en otro hemisferio, florecía en-
tonces aquello que la Belle Époque produjo de mejor: el buen gusto, el refina-
miento de maneras, la elegancia sin afectación. Teniendo por telón de fondo
los inmensos horizontes iluminados por la Cruz del Sur, un último destello
3
Excelsior es el nombre de la ingenua ópera alegórica de Luigi Menzotti (1835-1905), con música de
Romualdo Marenco (1841-1907), que entusiasmó plateas —y no solamente italianas— por más de
veinte años después del triunfo de la primera presentación en Milán en 1881. En ella, la abertura del
istmo de Suez, el túnel del Monte Cenit, la concordia de las naciones, eran celebradas por las piruetas
de las danzarinas como el auge de la ascensión y la apoteosis del Progreso.
4
Cfr. ROBERTO DE MATTEI, 1900-2000. Due sogni si succedono: la costruzione, la distruzione, Edizioni
Fiducia, Roma, 1990, pp. 11-15.
5
Duque de LÉVIS-MIREPOIX - Conde FÉLIX DE VOGÜE, La politesse. Son rôle, ses usages, Les Editions
de France, París, 1937, p. 1. Cfr. también VERENA VON DER HEYDEN-RYNSCH, Europäische Salons,
Artemis & Winkler Verlag, Munich, 1992, p. 227; y sobre el tema en general, CAMILLE PERNOT, La
politesse et sa philosophie, Presses Universitaires de France, París, 1996.
21
El Cruzado del Siglo XX
del Ancien Régime brillaba en corazones que, con simplicidad —virtud que
es madre de todas las demás— conservaban una fidelidad llena de saudades
hacia aquella Civilización Cristiana que había iluminado su país y el mundo.
La palabra saudade expresa algo más que una nostalgia. Es el recuerdo y
a la vez el deseo de un bien ausente; un sentimiento incomunicable y velado
de melancolía, típico del alma contemplativa e intuitiva del pueblo portu-
gués y del brasileño 6. Saudade, la de aquellos paulistas, de un Brasil cristia-
no y europeo, precisamente en el momento en que los Estados Unidos co-
menzaban a ejercer la seductora atracción de la “modernidad”. Saudade de
modos antiguos, fidelidad a principios lejanos, de los cuales Europa parecía
ofrecer un último, mortecino reflejo.
Visitando el Brasil en los años 30, Stefan Zweig quedó sorprendido por
esta tierra, que previó destinada a tornarse “uno de los factores más impor-
tantes del futuro desarrollo de nuestro mundo” 7.
Lo que ante todo impacta del Brasil, es la grandeza de las superficies y de
los horizontes. La extensión de este país, con sus 8.511.965 kilómetros cua-
drados, es de más de la mitad de América del Sur. Las grandes montañas
que descienden a pico sobre el mar, las florestas de vegetación lujuriante, el
tumultuoso río Amazonas que, con una cuenca de más de cinco millones de
kilómetros cuadrados, representa el más vasto sistema fluvial de la Tierra,
dan la imagen de un país en el cual todo sobreabunda: la naturaleza, las
luces, los colores; tanto como para hacer pensar, según la comparación de
Rocha Pita, en un verdadero “paraíso terrestre”.
6
Cfr. vocablo “Saudade”, in Grande Enciclopédia Portuguesa e Brasileira, Editorial Enciclopédia,
Lisboa-Río de Janeiro, 1945, vol. 28, pp. 809-810. La filóloga portuguesa CAROLINA MICHAELIS DE
VASCONCELOS (1851-1925) ha subrayado la plena equivalencia entre el término portugués “saudade” y
el alemán Sehnsucht (A Saudade portuguesa, Ed. Renascença Portuguesa, Porto, 1922).
7
STEFAN ZWEIG, Brasile. Terra dell’avvenire, trad. it. Sperling & Kupfer, Milán, 1949, p. 10; Cfr.
también ERNANI SILVA BRUNO, História e Tradições da Cidade de São Paulo, Livraria José Olympio
Editora, Río de Janeiro, 1954, 3 vol.; AFFONSO A. DE FREITAS, Tradições e reminiscências paulistanas,
Governo do Estado de São Paulo, São Paulo, 1978 (3ª ed.); LUIZ GONZAGA CABRAL S.J., Influência dos
Jesuítas na colonização do Brasil, in Jesuítas no Brasil, vol. III, Companhia Melhoramentos de S.
Paulo, São Paulo, 1925.
22
«Cuando aún era muy joven...»
“En ninguna otra región se muestra el cielo más sereno, ni madruga más
bella la aurora; el Sol en ningún otro hemisferio tiene los rayos más dorados,
ni los reflejos nocturnos tan brillantes; las estrellas son las más benignas y
se muestran siempre alegres; los horizontes, ya sea que el Sol nazca o se
sepulte, están siempre claros; las aguas, sea que se tomen en las fuentes por
los campos, o dentro de las poblaciones en los acueductos, son las más pu-
ras; es, en fin, el Brasil, terrenal paraíso descubierto” 8.
El vasto territorio brasileño aparece perpetuamente revestido de luz “como
un diamante centelleando en las sombras del Infinito. (...) Su refulgencia
abre en el silencio de los espacios una claridad inextinguible, dorada, ar-
diente, blanda o pálida. Todo es siempre luz. Descienden del Sol las lumino-
sas grandes ondas ofuscantes, que mantienen en la tierra la quietud profun-
da. La luz todo lo invade, todo lo absorbe” 9.
Esta luz, que difunde una claridad inextinguible y parece conservar la
tierra en una atmósfera de recogida quietud, reviste los grandes espacios
de una misteriosa dimensión espiritual. Casi se diría que la extensión lu-
minosa de los horizontes predispone el alma para una vocación magnáni-
ma y grande.
La fecha del nacimiento del Brasil es el 22 de abril de 1500, cuando en el
horizonte de la nueva tierra aparecieron las blancas velas de la flota portu-
guesa comandada por Pedro Álvares Cabral. El primer gesto de los descu-
bridores fue plantar la Cruz sobre la playa y hacer celebrar sobre la nueva
tierra el Sacrificio incruento del Calvario. El Brasil fue desde entonces la
Tierra de Santa Cruz 10. La constelación de la Cruz del Sur pareció sellar en
los cielos esta escena, que permanecerá impresa hasta la eternidad en el
alma brasileña. “La Cruz del Sur, emblema heráldico de la Patria, por su
8
SEBASTIÃO DA ROCHA PITA (1660-1738), História da América Portuguesa, in E. WERNECK, Antologia
Brasileira, Livraria Francisco Alves, Río de Janeiro, 1939, p. 210.
9
JOSÉ PEREIRA DA GRAÇA ARANHA (1868-1931), A esthetica da vida, Livraria Garnier, Río de Janeiro-
Paris 1921, p. 101.
10
“El Brasil nació cristiano. «Isla de la Vera-Cruz» le llamó su primer historiador, que fue también
uno de sus descubridores” (P. SERAFIM LEITE S. J., Páginas de História do Brasil, Companhia Editora
Nacional, São Paulo, 1937, p. 11). El cronista de la expedición, Pero Vaz de Caminha escribió al
Soberano: “No podemos saber si hay oro, plata, metales o hierro; no hemos visto. Pero la tierra por sí
es rica (...) Sin embargo el fruto mejor que se podrá sacar será, a nuestro ver, el traer a sus habitantes
la salvación de sus almas” (cit. in ROGER BASTIDE, Il Brasile, Garzanti, Milán, 1964, p. 13; texto de la
carta de Pero Vaz de Caminha in JAIME CORTESÃO, A expedição de Pedro Alvares Cabral, Livrarias
Ailland e Bertrand, Lisboa, 1922, pp. 233-256).
23
El Cruzado del Siglo XX
dulce luz recuerda para siempre, durante la noche, la perpetuidad del pacto
de alianza. Ella dice palabras de inmortal esperanza a la nación cristiana que
crece sobre la Tierra de Santa Cruz” 11. Desde entonces, observó un diplo-
mático italiano, “el perfume originario del cristianismo es difundido en cada
ángulo de la tierra brasileña, como si hubiera sido esparcido de una vez para
siempre” 12.
La Cruz, como recuerda el P. Serafim Leite, S. J. “era un símbolo y una
promesa. Pero no era todavía la semilla. Ésta vendría prolífica y abundante
casi medio siglo después, en 1549, con la institución del Gobierno General y
la llegada de los jesuitas” 13. En aquel año, seis misioneros de la Compañía
recién fundada por San Ignacio acompañaron al gobernador Tomé de Souza,
enviado por el Rey Juan III de Portugal para evangelizar la nueva tierra 14.
Ellos, observó Stefan Zweig, trajeron consigo “la cosa más preciosa que se
necesita para la existencia de un pueblo y de un país: una idea, y precisa-
mente la idea creadora del Brasil” 15.
Los jesuitas infundieron un alma en aquella tierra potencialmente riquí-
sima —no sólo en bienes materiales— pero hasta entonces adormecida.
“Esta tierra es nuestra empresa” 16, declaró el padre Manuel de Nóbrega 17,
11
YVES DE LA BRIÈRE, Le règne de Dieu sous la Croix du Sud, Desclée de Brouwer & C., Brujas-París,
1929, p. 20.
12
ROBERTO CANTALUPO, Brasile euro-americano, Istituto per gli Studi de Politica Internazionale, Milán,
1941, p. 89.
13
S. LEITE S.J., Páginas de História do Brasil, cit., pp.12-13. “Sin desconocer el concurso de los
demás, se puede emitir sin temor esta proposición exacta: la historia de la Compañía de Jesús en el
Brasil, en siglo XVI, es la propia historia de la formación de Brasil en sus elementos catequéticos,
morales, espirituales, educativos y en gran parte coloniales. La contribución de otros factores religio-
sos no modifica sensiblemente estos resultados” (p. 14).
14
El “Regimiento” del 17 de diciembre de 1548, en el cual el Rey de Portugal Juan III trazaba a su
Gobernador Tomé de Souza las reglas de gobierno a las que debería atenerse en Brasil, afirmaba: “La
razón principal que me ha llevado a mandar poblar la citada tierra del Brasil fue que la gente del país se
convirtiese a nuestra santa fe católica” (Regimento de Tomé de Souza, Biblioteca Nacional de Lisboa,
Arquivo da Marinha, liv. 1 de oficios, de 1597 a 1602). Cfr. también P. ARMANDO CARDOSO S.J., O ano
de 1549 na história do Brasil e da Companhia de Jesus, in “Verbum”, n. 6 (1949), pp. 368-392.
15
S. ZWEIG, Brasile. Terra dell’avvenire, cit., p. 35. Cfr. CARLOS SODRÉ LANNA, Gênese da civilização
cristã no Brasil, in “Catolicismo”, Nº 519, marzo de 1994, pp. 23-24; ID., A epopéia missionária na
formação da Cristandade luso-brasileira, in “Catolicismo”, Nº 533, mayo de 1995, pp. 22-23.
16
Cit. in ANTONIO DE QUEIROZ FILHO, A vida heróica de José de Anchieta, Edições Loyola, São Paulo,
1988, p. 43.
17
El P. Manuel da Nóbrega nació en Entre-Douro-e-Minho, Portugal, el 18 de octubre de 1517 y
murió en Río de Janeiro el 18 de octubre de 1570. Doctor en Derecho Canónico y Filosofía por la
Universidad de Coimbra, en 1544 ingresó en la Compañía de Jesús y en 1549 fue enviado por San
24
«Cuando aún era muy joven...»
quien junto con el padre José de Anchieta 18 puede ser considerado el funda-
dor del Brasil. Desde el Descubrimiento hasta nuestros días los misioneros
desarrollaron una “obra sin parangón en la historia” 19 de cristianización y,
al mismo tiempo, de civilización de las tierras brasileñas. Los jesuitas cate-
quizaron a los nativos, reuniéndolos en pueblos; abrieron las primeras es-
cuelas, construyeron colegios, iglesias, caminos, ciudades 20. Cuando los hu-
gonotes intentaron apoderarse de la nueva tierra, los padres Nóbrega y
Anchieta fueron los inspiradores de las operaciones militares contra los pro-
testantes franceses desembarcados en la bahía de Guanabara 21. En el cen-
tro del arco costero de la espléndida bahía reconquistada por los portugue-
ses 22 fue fundada una pequeña ciudad destinada a convertirse en la capital:
San Sebastián de Río de Janeiro, en la cual parecen confluir, en una síntesis
irrepetible, todas las bellezas naturales del Brasil: montañas, colinas, flo-
restas, islas, ensenadas 23. La Capital de la colonia portuguesa fue, al inicio,
Ignacio al Brasil, donde fue el primer superior de la misión de los jesuitas y posteriormente el primer
Provincial. Su misión se ejerció durante más de veinte años, hasta su muerte.
18
Nacido el 19 de marzo de 1534 en La Laguna (Canarias), el Beato José de Anchieta murió en
Reritiba (hoy Anchieta), Brasil, el 9 de junio de 1597. En 1551 entró en la Compañía de Jesús y dos
años después se embarcó hacia el Brasil con un grupo de misioneros que acompañaban al Gobernador
portugués Duarte da Costa. Ordenado sacerdote en 1566, participó en la fundación de São Paulo
(1554) y de Río de Janeiro (1567) y llegó a ser Provincial de Brasil en 1578, desarrollando un infati-
gable apostolado que le valió el título de “Apóstol del Nuevo Mundo”. Fue beatificado por Juan Pablo
II en 1980. Cfr. ALVARES DO AMARAL, O Padre José de Anchieta e a fundação de São Paulo, Conselho
Estadual de Cultura, São Paulo, 1971.
19
S. LEITE S. J., História da Companhia de Jesus no Brasil, Livraria Portugalia, Lisboa, 1938, vol. I.
20
Al lado de los jesuitas, desarrollaron su apostolado los benedictinos (desde 1582), los carmelitas
(desde 1584), los capuchinos (desde 1612) y otras órdenes religiosas. Los jesuitas, expulsados en
1760 por el Marqués de Pombal, volvieron al Brasil en 1842. Sobre los 40 mártires jesuitas de 1570,
cfr. MAURICIO GOMES DOS SANTOS S.J., Beatos Inácio de Azevedo e 39 companheiros mártires, in
“Didaskalia”, Nº 8 (1978), pp. 89-155; pp. 331-366 (traducción del estudio hecho por el departamen-
to histórico de la Congregación de los Santos).
21
Fue Consejero de los Padres Nóbrega y Anchieta un aristócrata italiano, Giuseppe Adorno, de la
familia de los Dogos de Génova, que había puesto su fortuna y su vida al servicio de su nueva patria
lusitana, después de haber sido obligado a abandonar su ciudad. Además de los Adorno, se traslada-
ron a Brasil en el siglo XVI los Acciaiuoli (Accioly), los Doria, los Fregoso y los Cavalcanti (Cavalcanti
d’Alburquerque).
22
C. SODRÉ LANNA, A expulsão dos franceses do Río de Janeiro, in “Catolicismo”, Nº 509, mayo de
1993, pp. 22- 24.
23
“Río de Janeiro, desde el punto de vista de su panorama, puede ser considerado una síntesis del
Brasil. Es el corazón del Brasil que allí continúa palpitando, a pesar de que la capital haya sido
transferida oficialmente a Brasilia. Hay allí una misteriosa síntesis del país, una invitación a un
futuro cargado de misteriosas promesas” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Meditando sobre as grande-
25
El Cruzado del Siglo XX
Salvador de Bahía, una de las “células genéticas” del Brasil 24 junto con
São Paulo, Río de Janeiro y las capitanías de Pernambuco y Marañón.
El inmenso territorio fue dividido en doce Capitanías hereditarias, de las
cuales derivaron los varios Estados que compondrían la Federación brasile-
ña 25. Los donatarios, provistos de amplias concesiones, eran escogidos por
el Rey de Portugal entre “las mejores personas: ex navegantes, combatien-
tes, personajes de la corte” 26. El Brasil continuó siendo parte integrante del
Reino de Portugal, incluso durante el período en el cual la Corona portugue-
sa estuvo unida a la española (1580-1640).
En la lucha contra los holandeses, que consiguieron establecerse efímera-
mente en Bahía (1624-1625) y más prolongadamente en Recife (1630-1654),
comenzó a formarse la conciencia nacional brasileña 27. Cuando Recife, últi-
mo bastión holandés, se rindió al ejército brasileño, ya existía un pueblo
unido. “Las guerras holandesas tuvieron la virtud de consolidar en un tipo,
hasta entonces desconocido, los elementos diversos de la colonización” 28.
26
«Cuando aún era muy joven...»
29
La caña de azúcar, producto ideal para un país que comienza su desarrollo, fue cultivada desde el fin
del siglo XVI en el norte y en el sur del Brasil. El centro del cultivo era el Estado de Pernambuco,
cuyo puerto de Recife llegó a ser en el siglo XVII el mayor emporio del azúcar de todo el mundo (P.
CALMON, Storia della Civiltà brasiliana, cit., p. 85). Cfr. también PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, No
Brasil-colônia, no Brasil imperial e na República brasileira: gênese, desenvolvimento e ocaso da
“Nobreza da Terra”, apéndice a Nobreza e elites tradicionais análogas nas alocuções de Pio XII ao
Patriciado e à Nobreza Romana, Livraria Civilização Editora, Porto, 1993, pp. 159-201.
30
GILBERTO FREYRE, Casa-Grande e Senzala, Editora José Olympio, São Paulo, 1946 (5ª ed.), vol. I, p. 24.
31
La conquista de las tierras tiene, por lo demás, un carácter guerrero. “Todo latifundio desbastado,
toda merced real «poblada», todo recinto construido, todo «fabricado», tiene como premisa necesaria
una difícil empresa militar. De norte a sur las fundaciones agrícolas y pastoriles se hacen con la
espada en la mano” (FRANCISCO JOSÉ OLIVEIRA VIANA, O Povo Brasileiro e a sua Evolução, Ministério
de Agricultura, Indústria e Comércio, Río de Janeiro, 1922, p. 19).
32
Sobre los Bandeirantes, cfr. la imponente História geral das Bandeiras Paulistas (São Paulo, 1924-
1950, 11 vols.) de AFFONSO DE TAUNAY, resumida in História das Bandeiras Paulistas, Edições
Melhoramentos, S. Paulo, 1951, 2 vol.; cfr. también J. CORTESÃO, Raposo Tavares e a formação
territorial do Brasil, Ministério de Educação e Cultura, Río de Janeiro, 1958; RICARDO ROMÁN BLAN-
CO, As bandeiras, Universidade de Brasília, Brasilia, 1966.
27
El Cruzado del Siglo XX
33
Don Pedro II (1825-1891) desposó en 1843 a la Princesa Teresa Cristina, hermana de Fernando II,
rey de las Dos Sicilias. Su hija mayor Isabel (1846-1921) desposó al Príncipe Gastón de Orleans,
Conde d’Eu, de quien tuvo tres hijos: Pedro de Alcántara, Luis y Antonio. Habiendo el primero
renunciado, en 1908, por sí y por su futura descendencia, a los derechos de sucesión, se tornó en
heredero del Trono de su hermano, D. Luis de Orleans y Braganza (1878-1920), casado con la Prince-
sa María Pía de Borbón-Sicilias (cfr. ARMANDO ALEXANDRE DOS SANTOS, A legitimidade Monárquica
no Brasil, Artpress, São Paulo, 1988). Sobre D. Pedro II, cfr. HEITOR LYRA, História de Dom Pedro II:
1825-1891, Editora Nacional, São Paulo, 1940. “Don Pedro fue un soberano magnánimo, generoso y
justo, un modelo de patriotismo y de cultura, de abnegación y de probidad, de tolerancia y de simpli-
cidad. Fue un sabio y un filántropo. Miembro del Institut de France y de las principales sociedades
científicas y literarias extranjeras, fue un protector de las artes, de las ciencias y de las letras. Prestó
ayuda material para la educación de muchos brasileños ilustres; este gran mecenas nunca les cerró la
bolsa” (S. RANGEL DE CASTRO, Quelques aspects de la civilisation brésilienne, Les Presses Universitaires
de France, París, s. f., pp. 29-30). Cfr. también LEOPOLDO B. XAVIER, Dom Pedro e a gratidão nacio-
nal, in “Catolicismo”, Nº 491, diciembre 1991.
34
Una primera ley de 1871, la llamada “ley del vientre libre”, concedía la libertad a los hijos nacidos
de madre esclava a partir de los 21 años de edad. En 1885 fue aprobada la “ley de los sexagenarios”
que emancipaba a los esclavos con más de 65 años. El 13 de mayo de 1888, bajo el Ministerio conser-
vador de João Alfredo Corrêa de Oliveira, la Princesa Isabel, Condesa d’Eu y Regente Imperial,
durante la ausencia de su padre, en viaje por Europa, sancionó la ley que abolía definitivamente la
esclavitud. En aquel momento Brasil tenía una población de 14 millones de habitantes con un poco
más de 700.000 esclavos; en realidad el fenómeno de la esclavitud estaba extinguiéndose espontánea-
mente. Sobre el acto de abolición de la esclavitud cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, À margem do 13 de
maio, in “O Legionário”, Nº 296, 15 de mayo de 1938. Cfr. también ROBERT CONRAD, Os últimos anos
da escravatura no Brasil, 1850-1888, Ed. Civilização Brasileira, Río de Janeiro, 1978 (2ª ed.); EMILIA
VIOTTI DA COSTA, A abolição, Global, São Paulo, 1982.
35
Cit. in S. RANGEL DE CASTRO, Quelques aspects de la civilisation brésilienne, cit., p. 29.
28
«Cuando aún era muy joven...»
29
El Cruzado del Siglo XX
41
ITALICUS, Dove vive un milione di Italiani. Lo stato di San Paolo in Brasile, in “L’Illustrazione
italiana”, Nº 34 (20 de agosto de 1911), pp. 177-200. La revista dedica un amplio reportaje al Estado
de São Paulo, en el cual la tercera parte de la población es italiana. La colectividad italiana en 1911
comprende cerca de un millón de personas, de las cuales seiscientos mil trabajan en las haciendas u
otras empresas agrícolas, ciento treinta mil habitan en la capital, los otros residen en los pueblos del
interior del Estado (p. 181).
42
Ibid.
43
BATISTA CEPELOS, O fundador de S. Paulo, in E. WERNECK, Antologia Brasileira, cit., p. 326.
44
S. ZWEIG, Brasile. Terra dell’avvenire, cit., pp. 227-228.
45
Ibid, p. 228.
46
E. SILVA BRUNO, História e Tradições da Cidade de São Paulo, cit., vol III, p. 1315.
30
«Cuando aún era muy joven...»
47
Esta inmigración de masas coincide con el fin de la esclavitud. La gran mayoría de los inmigrantes
italianos que llegaron al Brasil se radicó en São Paulo. Casi todos obreros de la naciente industria
paulista se concentraban sobre todo en el barrio del Brás, cuya calle principal era la Caetano Pinto. En
1881 había llegado al Brasil, a los veintisiete años, Francesco Matarazzo, acompañado por su esposa
Filomena y por dos hijos. En 1910 ya poseía el mayor complejo industrial de América del Sur, las
Industrias Reunidas F. Matarazzo. Cfr. VINCENZO GROSSI, Storia della colonizzazione europea nel
Brasile e della emigrazione italiana nello Stato di San Paolo, Società Editrice Dante Alighieri, Milán,
1914; ANGELO TRENTO, Là dov’è la raccolta del caffè. L’emigrazione italiana in Brasile, 1875-1940,
Antenore, Padua,1984; A presença italiana no Brasil, a cargo de ROVÍLIO COSTA e LUIS ALBERTO DE
BONI, ed. it. a cargo de A. TRENTO, Fondazione Giovanni Agnelli, Turín, 1991.
48
El Conde de Gobineau cuenta que en una conversación con el Emperador Napoleón III éste le
preguntó: “En suma, ¿qué le parecen los brasileños?”, y él respondió: “Pues bien, el brasileño es un
hombre que desea apasionadamente ir a vivir a París” (Carta a Mme. de Gobineau del 7 de junio de
1869, cit. in GEORGES RAEDERS, Le comte de Gobineau au Brésil, Nouvelles Editions Latines, París,
1934, p. 53). “Parece que casi no existen brasileños que no hablan francés”, observa a su vez, admi-
rada, INA VON BINZER, institutriz alemana de la familia Prado (Os Meus Romanos. Alegrias e Tristezas
de uma educadora alemã no Brasil, Editora Paz e Terra, São Paulo, 1991, p. 18).
49
Cfr. PAULO CURSINO DE MOURA, São Paulo de outrora, Editora Itatiaia Limitada, Belo Horizonte,
1980, p. 19.
31
El Cruzado del Siglo XX
daz que supo valorizar el café, un francés de modos más corteses, de con-
versación más agradable y de delicadeza de espíritu más aristocrática” 50.
Vandeano de origen y de temperamento, pero protestante y republicano,
Clemenceau ve reflejarse en el Brasil las paradojas de su propia alma y las
contradicciones de la Belle Époque: espíritu aristocrático y positivismo
ingenuo, confianza en los “inmortales principios” de la Revolución fran-
cesa y nostalgia de la civilización y de las maneras del Antiguo Régimen.
“En aquel ambiente —todo hecho de esplendores y de ceremonia, realza-
do por la noble y alegre nota francesa— permanecía vivo, en materia de
primera importancia como es la convivencia social, el viejo aroma de mora-
lidad cristiana que nos había legado Portugal, país con el cual el Brasil había
formado, no hacía mucho tiempo, un reino unido. Así, marcada por tales
características, la aristocracia paulistana armonizó algunos de sus elemen-
tos fundamentales típicos: fe, vida social y selección 51.
El año 1900 se había iniciado en São Paulo con un acontecimiento mun-
dano que sellaba la alianza entre las dos dinastías que simbolizaban la elite
económica y social de la ciudad al fin del siglo: el matrimonio entre la bella
Eglantina, hija del conde Antonio Álvares Penteado, y el joven Antonio
Prado Jr., hijo del Consejero Antonio Prado, alcalde en los diez años dora-
dos de São Paulo, entre 1898 y 1908.
Algunos años después, otro casamiento, menos mundano y más recogido,
unía dos antiguas familias del Brasil: el de João Paulo Corrêa de Oliveira y
Lucilia Ribeiro dos Santos, celebrado el 15 de julio de 1906 en la Capilla del
Seminario Episcopal de São Paulo por Mons. Francisco de Paula Rodrigues 52.
50
GEORGES CLEMENCEAU, Notes de Voyage dans l’Amérique du Sud, Utz, París, 1991 (1911), pp. 231-
232. En un libro del BARÓN D’ANTHOUARD, aparecido en el mismo año 1911, con el título Le progrès
brésilien. La participation de la France (Plon-Nourrit, París, 1911), el autor observa que “el Brasil
(...) se adhiere hasta el fondo de su ser al movimiento de las ideas en Francia” (ibid, p. 41). “El
brasileño muestra por la cultura francesa una poderosa atracción que nadie iguala; acompaña con la
más viva simpatía nuestro movimiento intelectual, lee y conoce todos nuestros autores; es también
sensible a nuestra producción artística. En fin, Francia es el país hacia el cual se dirigen todos sus
sueños, el país del bienestar y del placer, de la elegancia y del lujo, de las novedades y de los grandes
descubrimientos, de los sabios, de los artistas, de los filósofos” (ibid, p. 375).
51
J. S. CLA DIAS, Dona Lucilia (en adelante DL), 3 vol., Artpress, São Paulo, 1995, vol. I, p.85. Los
Ribeiro dos Santos son recordados entre las familias que se distinguían en las recepciones de la
aristocracia paulista. “Se respira un aire recogido de intimidad de familia en esas ceremonias en que,
sin embargo, ostentaban uniformes, grandes cruces, diamantes y joyas” (WANDERLEY PINHO, Salões e
Damas do Segundo Reinado, Librería Martins, São Paulo, 1942, 4ª ed., p. 112).
52
DL, vol. III, pp. 209-210. En el matrimonio estuvieron presentes entre otros, el Conde Antonio
32
«Cuando aún era muy joven...»
4. La bendición de la cuna
Alvares Penteado con su esposa Anna Paulina Lacerda; Manoel Antonio Duarte de Azevedo (1831-
1912), Presidente del Senado y del Instituto Histórico e Geográfico de São Paulo; el historiador Afonso
d’Escragnolle Taunay (1875-1958), futuro Presidente del Instituto Histórico e Geográfico e historia-
dor de las Bandeiras. Mons. Francisco de Paula Rodrigues, nacido el 3 de julio de 1847 y muerto el 21
de junio de 1915, fue una de las figuras destacadas de la vida religiosa paulista de la transición entre
los dos siglos. Canónigo de la Catedral de São Paulo (1874), Arcediano (1878), fue después Vicario
General de la Diócesis, a la que gobernó ad interin tras la muerte del Obispo Mons. José de Camargo
Barros (1906).
53
DL, vol. II, p. 67. La hermana de Plinio, Rosenda Corrêa de Oliveira, llamada Rosée, nacida el 6 de
julio de 1907 y fallecida en 1993, se casaría con un hacendado de Minas Gerais, Antonio Castro
Magalhães.
54
La iglesia de Santa Cecilia fue construida en 1884. En 1895 Mons. Joaquim Arcoverde, entonces
Obispo de São Paulo, había creado la parroquia de Santa Cecilia, nombrando como Vicario al Padre
Duarte Leopoldo e Silva, su futuro sucesor en el gobierno de la diócesis. En 1901 le sucedió el Padre
Benedito de Souza.
55
FERNANDO DE AZEVEDO, Canaviais e Engenhos na vida política do Brasil, in Obras Completas, 2a.
ed., vol. XI, Ed. Melhoramentos, São Paulo, s. f., p. 107.
56
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, João Alfredo Corrêa de Oliveira, in “Diário de São Paulo”, 21 de
diciembre de 1936, cit. in DL, vol. III, pp. 215-216. En este artículo el joven sobrino describe con
gran penetración psicológica la evolución intelectual del tío, desde la posición de liberalismo intran-
sigente a un catolicismo sincero y practicante.
33
El Cruzado del Siglo XX
57
JOÃO ALFREDO CORRÊA DE OLIVEIRA, O Barão de Goiana e sua Época Genealógica, in Minha Meninice
& outros ensaios, Editora Massangana, Recife, 1988, p. 56.
58
Los Cuatrocentones “son algo más que el noble, el «verdadero señor», el aristócrata, son los autores
y los censores del almanaque Gotha brasileño. Son los que detentan y los dispensadores de la
«brasilidad». Para ellos el mundo nació hace cuatrocientos años, cuando los primeros portugueses y
sus familias, de las cuales ellos descienden, desembarcaron en el Brasil. El cuatrocentón es amable,
gentil y orgulloso. Tiene un sentido aguzado de la casta y es inaccesible: ellos, que constituyen el 70
por ciento de la clase dirigente política del país, se defienden con todos los medios de la sociedad”
(CORRADO PIZZINELLI, Il Brasile nasce oggi, Eli, Milán, 1955, p. 284).
59
Sobre Gabriel José Rodrigues dos Santos (1816-1858), cfr. DL, vol. I, p. 45, vol. II, pp. 19-26. La
obra más completa sobre esta figura es de PAULO DO VALLE, Biographia do Dr. Gabriel José Rodrigues
dos Santos, publicada con sus Discursos Parlamentares, compilados por A. J. RIBAS (Tip. Paula
Brita, Río de Janeiro, 1863).
60
Veridiana Valeria Prado (1825-1910), hija del Barón de Iguape, Antonio, se casó con Martinho da
34
«Cuando aún era muy joven...»
Silva Prado (1811-1891) y tuvo cuatro hijos, destinados a desempeñar un papel influyente en la vida
brasileña: Antonio (1840-1929), Martinico (1843-1906), Caio (1853-1889) y Eduardo (1860-1901).
Verdadera y real “matriarca” de la familia, murió en 1910 a los 85 años de edad. Cfr. DARRELL E. LEVI,
A Família Prado, Cultura 70, São Paulo, 1977, p. 63. Los Prado, junto con los Penteado, “simboliza-
ron el surgimiento económico e industrial en São Paulo, durante la Primera República” (ibid., p. 104).
61
Sobre esta extraordinaria figura cfr. la biografía Dona Lucilia, cit., con prefacio del P. Antonio
Royo Marín O.P.
62
João Paulo Corrêa de Oliveira, nacido en 1874, murió en São Paulo el 27 de enero de 1961. Más que
por la figura del padre, al que estuvo ligado por una larga y afectuosa convivencia, la vida de Plinio
Corrêa de Oliveira fue iluminada especialmente por la vida de su madre, así como Da. Lucilia tuvo su
propio modelo en su padre, Antonio Ribeiro dos Santos.
63
DL, vol. I, p. 123.
35
El Cruzado del Siglo XX
“La virtud —escribe Mons. Trochu— pasa fácilmente del corazón de las
madres al corazón de los hijos” 64. “Criado por una madre cristiana, valerosa
y fuerte —escribe de su propia madre el P. Lacordaire—, la religión pasó de
su pecho al mío, como una leche virgen y sin amargura” 65. En términos
análogos, Plinio Corrêa de Oliveira recuerda haber debido a Da. Lucilia la
matriz espiritual que desde la infancia marcó su vida: “Mi madre me enseñó
a amar a Nuestro Señor Jesucristo, me enseñó a amar la Santa Iglesia Ca-
tólica” 66. “Yo recibí de ella, como algo que debe ser tomado profundamen-
te en serio, la Fe católica apostólica y romana, la devoción al Sagrado
Corazón de Jesús y a Nuestra Señora” 67.
En una época en la que León XIII había exhortado a colocar en el Sagrado
Corazón de Jesús “toda la esperanza, a pedirle y esperar de Él la salvación” 68,
la devoción que caracterizó la vida de Da. Lucilia fue la del Sagrado Corazón,
que es por excelencia la devoción de los Tiempos Modernos 69. Una iglesia
64
Cgo. FRANÇOIS TROCHU, Le Curé d’Ars, Librairie Catholique Emmanuel Vitte, Lyon-Paris, 1935, p.
13. Desde San Agustín, San Bernardo, San Luis Rey de Francia, hasta San Juan Bosco y Santa Teresa
del Niño Jesús, es altísimo el número de los santos que reconocieron en la virtud de las respectivas
madres la fuente de la propia virtud. En los orígenes de la santidad, como observa Mons. Delassus, se
encuentra con frecuencia una madre virtuosa (cfr. Mons. HENRI DELASSUS, Le problème de l’heure
présente (2 vol.), Desclée de Brouwer, Lille, 1904, vol. II, pp. 575-576).
65
P. BARON, La jeunesse de Lacordaire, Cerf, París, 1961, p. 39. Cfr. también GENEVIÈVE GARBOIS,
Vous êtes presque la seule consolation de l’Eglise, in JEAN DELUMEAU (dir.), La religion de ma mère.
Le rôle des femmes dans la transmission de la foi, Cerf, París, 1992, pp. 314-315.
66
Plinio Corrêa de Oliveira, Un uomo, un’ideale, un’epopea, in “Tradizione, Famiglia, Proprietà”,
Nº 3, 1995, p. 2.
67
DL, vol. III, p. 85. “Había un aspecto en mamá que yo apreciaba mucho: en todo momento, y hasta
el fondo del alma, ¡ella era una señora! Con relación a los hijos, mantenía una superioridad materna
que me hacía sentir cuánto yo procedería mal si transgrediese su autoridad, y cómo semejante acti-
tud de mi parte le causaría tristeza, por ser al mismo tiempo una brutalidad y una maldad. Señora,
ella lo era, pues hacía prevalecer el buen orden en todos los dominios de la vida. Su autoridad era
amena. A veces mamá castigaba un poco. Pero aún en su castigo, o en su reprensión, la suavidad era
tan saliente que confortaba a la persona. Con Rosée, el procedimiento era análogo, aunque más
delicado, por tratarse de una niña. La reprimenda, sin embargo, no excluía la benevolencia, y mamá
estaba siempre dispuesta a oír la justificación que sus hijos le quisiesen dar. Así, la bondad constituía
la esencia del señorío de ella. O sea, era una superioridad ejercida por amor al orden jerárquico de
las cosas, pero desinteresada y afectuosa con relación a aquel sobre quien se aplicaba” (ibid, vol. II,
pp. 16-17).
68
LEÓN XIII, Encíclica Annum Sacrum, del 25 de mayo de 1889, in Le Fonti della Vita Spirituale
(1964), vol. I, p. 198. La consagración del género humano al Sagrado Corazón, anunciada por León
XIII en su Encíclica, tuvo lugar el 11 de junio de 1890.
69
La devoción al Sagrado Corazón está expuesta en tres magistrales documentos pontificios: las
Encíclicas Annum Sacrum (1889) de León XIII; Miserentissimus Redemptor (1928) de Pío XI;
36
«Cuando aún era muy joven...»
Haurientis Aquas (1956) de Pío XII. Su gran apóstol en el siglo XIX fue el jesuita francés Henri
Ramière (1821-1884), que dirigió y difundió en todo el mundo la asociación “Apostolado de la Ora-
ción”. En Brasil, el gran propagador de la devoción al Sagrado Corazón fue el Padre Bartolomeo
Taddei, nacido en Italia el 7 de noviembre de 1837. Ordenado sacerdote el 19 de abril de 1862, el 13
de noviembre del mismo año entró en el noviciado de la Compañía de Jesús y fue destinado al nuevo
Colegio S. Luis Gonzaga en Itú, en Brasil. Allí fundó el “Apostolado de la Oración” y comenzó a
difundir la devoción al Sagrado Corazón, que fue el centro de su vida. A su muerte, el 3 de junio de
1913, el número de los Centros del “Apostolado de la Oración”, promovidos por él en todo el Brasil,
llegaba a 1.390, con cerca de 40.000 celadores y celadoras y 2.708.000 socios. Cfr. LUIGI ROUMANIE
s.s., Il P. Bartolemo Taddei della compagnia di Gesù, apostolo del S. Cuore in Brasile, Messaggero
del Sacro Cuore, Roma, 1924; ARISTIDE GREVE, Padre Bartolomeu Taddei, Editora Vozes, Petrópolis,
1938. Sobre la devoción al Sagrado Corazón cfr. la obra clásica de AUGUSTE HAMON, Histoire de la
dévotion au Sacré-Coeur, Beauchesne, París, 1923-1945, 5 vol., y la obra reciente de FRANCESCA
MARIETTI, Il Cuore di Gesù. Culto, devozione, spiritualità, Ancora, Milán, 1991.
70
La iglesia del Sagrado Corazón, ubicada en el barrio de los Campos Elíseos, había sido construida
entre 1881 y 1885, y confiada a los PP. salesianos. El Padre Gaetano Falcone fue durante largos años
el estimado Rector del Santuario. En esta iglesia, en la que al fondo de la nave lateral derecha se
destacaba una bella imagen dedicada a María Auxiliadora, se desenvolvió la devoción del joven
Plinio a Nuestra Señora Auxilium Christianorum de Lepanto y del Santísimo Rosario.
71
DL, vol. I, p. 214.
72
Ibid., vol. III, pp. 91-92. Da. Lucilia imploraba habitualmente la protección divina por medio de una
oración tomada del Salmo 90 y de una “Novena irresistible” al Sagrado Corazón de Jesús (ibid., pp. 90-91).
37
El Cruzado del Siglo XX
73
Ibid., vol. III, p. 155.
74
Entre sus cualidades se destacaba el continuo sentido de la oposición inconciliable entre el bien y el
mal, como recuerda su sobrino Adolpho Lindenberg: “Mantuvo esa polarización en alto grado: una
acción es óptima, otra es pésima. Me llamaba mucho la atención el fundamental horror que ella
siempre tuvo al pecado. Para mi óptica de niño o de jovencito, más que ésta o aquella virtud, en ella
sobresalía esta postura: la noción de un bien por el cual tenemos que entusiasmarnos y sacrificarnos,
y la noción del mal que es horroroso, que se odia y se desprecia” (DL, cit., vol. II, p. 173).
75
El Santo saboyano enseña en su célebre obra cómo un alma puede vivir en el mundo sin embeberse
del espíritu del mundo: “Dios —afirma— quiere que los cristianos, plantas vivas de la Iglesia, pro-
duzcan frutos de devoción cada uno según la propia condición y devoción” (SAN FRANCISCO DE SALES,
Filotea, parte I, cap. III).
38
«Cuando aún era muy joven...»
76
ROGER DUPUIS S. J., PAUL CELIER, Courtoisie chrétienne et dignité humaine, Mame, París, 1955, p. 182.
77
Profesor de cirugía en Kiel, Greifswald, Bonn y Berlín, August Bier (1861-1949) es conocido en la
historia de la medicina por haber introducido el uso de una técnica terapéutica especial (bierterapia),
concebida esencialmente para los procesos inflamatorios agudos y crónicos. Cfr. MARTIN MÜLLER,
sub voce in NDB, vol. II (1955), pp. 230-231. Doña Lucilia mantuvo con él una amigable correspon-
dencia hasta su muerte en 1949 (DL, cit., vol. II, pp. 31-32).
39
El Cruzado del Siglo XX
En los primeros días de julio la joven madre fue operada por el profesor
Bier, en Berlín. Su convalecencia comenzó en el balneario de Binz, en la
isla de Rügen, para continuar después en Wiesbaden y Colonia. Transcurrió
así el verano de 1912, en aquella Alemania floreciente de la preguerra, a la
cual el ex Canciller Príncipe de Bülow aplica los versos de Schiller: “La
alegría reinaba en las salas de Troya / antes que la alta roca cayese” 78.
Fue un verano frío y lluvioso, en el que nevó en París, mientras que la
“cuestión de Oriente”, junto con la guerra de los Balcanes, ocupaba las pri-
meras páginas de los periódicos. A comienzos de septiembre, mientras el
Kaiser visitaba oficialmente Suiza, en Viena se realizaba un gran Congreso
Eucarístico, con la presencia del Emperador Francisco José y de toda la
Corte. La Europa de entonces, dominada por las figuras de los emperadores
Francisco José y Guillermo II, estaba ligada por una compacta red de víncu-
los dinásticos. Generaciones de príncipes y de soberanos convergieron en
diciembre de 1912 en Munich, por ocasión de la muerte del nonagenario
Regente Luitpold de Baviera, conocido como “el patriarca de los reinantes”,
y posteriormente en Berlín, el 24 de mayo de 1913, para el fastuoso casa-
miento de la princesa Victoria Luisa de Hohenzollern, hija del Emperador
Guillermo II, con Ernesto Augusto de Brunschwig Lünenberg, Duque de
Cumberland.
Doña Lucilia y su familia pasaron aquel invierno en París, donde perma-
necieron hasta fines de marzo de 1913, hospedados en el Hotel Royal, en la
Avenida Friedland. De París se dirigieron a Génova, con la intención de se-
guir viaje a Roma para prestar homenaje al Papa San Pío X, pero la noticia de
una epidemia en la Ciudad Eterna alteró el programa. Tomaron el camino de
regreso, desembarcando en el puerto de Santos el 13 de abril de 1913.
El viaje a Europa fue memorable para el pequeño Plinio, que contaba
entonces cuatro años. La Catedral de Colonia, que desde hace siete siglos
guarda las reliquias de los Reyes Magos, con sus majestuosas torres en pun-
ta, fue su primer encuentro con las maravillas del arte gótico. Las márgenes
del Rhin sembradas de una constelación de castillos, los Alpes nevados, los
esplendores de Notre-Dame y de Versalles; la costa de Liguria, espectacular
mirador sobre las dulzuras del Mediterráneo, quedaron profundamente im-
presos en su alma. Él habría podido decir, de cada monumento de la Civili-
Príncipe BERNHARD VON BÜLOW, Memorie, vol. III, Guerra mondiale e catastrofe, tr. it. A Mondadori,
78
Milán, 1931, p. 121 (la cita corresponde a los dos primeros versos de la Casandra de Schiller).
40
«Cuando aún era muy joven...»
zación Cristiana que en aquella ocasión visitó con su familia, lo que más
tarde escribiera acerca de la Catedral de Colonia, aludiendo a “algo que se
expresa en ese monumento gótico. ¡Algo de misterioso, que pide toda mi
dedicación, pide todo mi entusiasmo, pide a mi alma que ella sea entera-
mente conforme a las maravillas de la Iglesia Católica! Es una escuela de
pensamiento, de voluntad y de sensibilidad. Es un modo de ser que de allí se
irradia, y para el cual siento que nací. Es algo mucho mayor que yo, muy
anterior a mí. Algo que viene de siglos en los cuales yo no era nada. Viene
de la mentalidad católica de hombres que me antecedieron y que también
tenían, en el fondo del alma, ese mismo deseo de lo inimaginable. Y ellos
hasta concibieron lo que yo no concebí e hicieron lo que yo no hice. Pero es
un deseo tan alto, tan universal, tan correspondiente a los anhelos profun-
dos de tantos y tantos hombres, que el monumento quedó para todo y siem-
pre: ¡la Catedral de Colonia!” 79.
Habrían de transcurrir casi cuarenta años hasta que Plinio volviese a Eu-
ropa. Pero las raíces del Viejo Continente ya estaban implantadas en su co-
razón, al aproximarse la Primera Guerra Mundial.
79
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O inimaginável e o sonhado, “Catolicismo”, Nº 543, marzo de 1996, p. 28.
80
Sobre Versalles: PIERRE RENOUVIN, Le traité de Versailles, Flammarion, París, 1969; MICHEL LAUNAY,
Versailles, une paix bâclée, Complexe, Bruselas, 1981; PIERRE MILZA, De Versailles à Berlin 1919-
1945, Armand Colin, París, 1996.
81
“Alemania está humillada y mutilada, pero subsiste. El Imperio Austrohúngaro está descuartizado,
y resta solamente la Austria germánica, que difícilmente subsiste por sí misma”. Cfr. PLINIO CORRÊA
DE OLIVEIRA, A conjuração dos Césares e do Synhedrio, in “O Legionário”, Nº 288, 20 de marzo de
1938.
41
El Cruzado del Siglo XX
cesa], que había quedado interrumpida” 82. Habiendo comenzado como una
guerra clásica, la Primera Guerra mundial terminó, según el historiador hún-
garo François Fejtö, como una guerra ideológica que tenía como objetivo el
desmembramiento de Austria-Hungría 83.
Los tratados de 1919-1920, que imponían o favorecían la transformación
de los regímenes monárquicos de Alemania y de Austria en repúblicas par-
lamentarias, instituían “más que una paz europea, una revolución europea” 84.
El mapa político europeo, trazado por el Congreso de Viena, fue rediseñado
según el nuevo criterio de la “autodeterminación de los pueblos”, enunciado
por el presidente Wilson. Sobre las ruinas del Imperio Austríaco, mientras
Alemania se encaminaba a convertirse en la única gran potencia de Europa
central, surgían nuevos Estados “multinacionales” como la República Checo-
eslovaca y el reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, más tarde Yugoslavia.
Plinio Corrêa de Oliveira intuyó cómo el fin del Imperio de los Habsburgos
sellaría el fin de la antigua civilización europea. A sus ojos Austria encarna-
ba la idea medieval del Sacro Imperio Romano, el programa de la Recon-
quista y de la Contrarreforma, que se oponían al mundo nacido de la Revo-
lución Francesa.
“El catolicismo —afirma León XIII con su soberana y decisiva autori-
dad— no se identifica con cualquier forma de gobierno, y puede existir y
82
FRANÇOIS FEJTÖ, Requiem pour un empire défunt. Histoire de la destruction de l’Autriche-Hongrie,
Lieu Commun, París, 1988, pp. 308-311. “El gran designio ofrecido por la elite política e intelectual
a los soldados de las trincheras era de extirpar de Europa el último vestigio del clericalismo y del
monarquismo” (p. 315). Sobre el papel de la masonería, cfr. ibid., pp. 337-349.
83
Sobre la Primera Guerra Mundial, ver LEO VALIANI, La dissoluzione dell’Austria-Ungheria, Il
Saggiatore, Milán, 1985; GIAN ENRICO RUSCONI, Il rischio 1914 – Come si decide la guerra, Il Mulino,
Bolonia, 1987; P. RENOUVIN, La prima guerra mondiale, Lucarini, Roma, 1989. Según FRANÇOIS FURET,
(Le passé d’une illusion, Robert Laffont, París, 1995, p. 73), 1917 es el año en que “la guerra toma su
connotación ideológica permanente”. La Revolución de febrero, que lleva a la abdicación del zar
Nicolás II, y después la de octubre, que señala el advenimiento de Lenin, suprimen el secular imperio
y allanan el camino para una nueva Rusia que rompe con las raíces de su pasado. En el mes de abril el
presidente Wilson envuelve a los Estados Unidos en la guerra proclamando la cruzada democrática
contra el autoritarismo. El 8 de enero de 1918 el mismo Wilson publica los “catorce puntos” que
prevén, entre otras cosas, la fundación de una Sociedad de las Naciones que garantice la paz mundial.
Cfr. F. FEJTÖ, Requiem pour un empire défunt, cit., pp. 306-313.
84
F. FURET, Le passé d’une illusion, cit., p. 74. Sobre el fin del imperio de los Habsburgos, cfr. ZIBNEK
A. B. ZEMAN, The Break of the Habsburg Empire 1914-1918, Oxford University Press, Londres-
Nueva York, 1961; EDWARD CRANKSHAW, The fall of the House of Habsburg, Longmans, Londres,
1963; ADAM WANDRUZKA, Das Haus Habsburg, Herder, Viena, 1983 (1978).
42
«Cuando aún era muy joven...»
85
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Terceiro acto, “O Legionário”, Nº 412, 6-10-1940.
43
El Cruzado del Siglo XX
86
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, “O Legionário” Nº 570, 11-7-1943. “En ese sentido
es preciso tener, especialmente, fuerza y prudencia. Fuerza para destruir dentro y fuera de Alemania
todo cuanto debe ser destruido. Prudencia, para no destruir lo que no debe ser destruido, para no
exacerbar lo que debe continuar vivo. Los errores de Versalles no deben repetirse más. Nunca, nunca
más, dentro del mundo germánico, debemos poner como polo central a Prusia y Berlín. Lo verdadero
consiste en transferir este polo a Viena. En esto, más que en cualesquiera medidas de otra naturale-
za, está el secreto de buena parte del problema” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O
Legionário”, Nº 632, 7-9-1944.
87
“Se intentó encontrar una fórmula cómoda para definir el período que precedió a la primera guerra
mundial, el tiempo en que crecimos. Creo ser lo más conciso posible diciendo: fue la edad de oro de
la seguridad; (...) Nadie creía en guerras, en revoluciones y subversiones. Todo acto radical y toda la
violencia parecía entonces imposible en la edad de la razón” (S. ZWEIG, Il mondo di ieri, tr. it.,
Mondadori, Milán, 1946, pp. 9, 10)
88
RENÉ RÉMOND, Introduction à l’histoire de notre temps, Seuil, París, 1974, vol. III, Le XX Siècle de
1914 à nos jours, p. 52. Cfr. también CARLO CURCIO, Europa, storia di un’idea, 2 vols., Valecchi,
Florencia, 1958, vol. II, pp. 789-880; JEAN GIUFFAN, Histoire de l’Europe au XX siècle, 1918-1945,
Editions Complexe, Bruselas, 1995.
89
Cfr. Apéndice I de la II parte de PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobility and Analogous Traditional Elites
in the Allocutions of Pius XII, Hamilton Press, York (Pensilvania), 1993, The United States: An Aristocratic
Nation Whithin a Democratic State, pp. 135-330. Cfr. también A. FREDERICK MARK, Manifest Destiny
44
«Cuando aún era muy joven...»
and Mission in American History, Alfred A. Knopf, Nueva York, 1963; ERNEST LEE TUVESON, Redeemer
Nation: The Idea of America Millennial Role, University of Chicago Press, Chicago, 1968. En la segun-
da parte del siglo XX, mientras el proceso revolucionario avanzaba, los Estados Unidos ejercieron un
papel semejante al de Europa en los siglos precedentes. Plinio Corrêa de Oliveira, recuerda un discípulo
suyo, “comparaba este papel al desempeñado por Austria en el siglo XIX”. Así como el imperio de los
Habsburgos representó el principal blanco de ataques de la internacional liberal de aquel tiempo, el
imperio americano terminó convirtiéndose en el villano de la internacional progresista, que ve en él el
símbolo del conservadurismo y del anticomunismo. En este nuevo contexto, el Dr. Plinio “pasó a apoyar
las actitudes anticomunistas de los EE. UU., así como las presiones ejercidas por algunas fuerzas inter-
nas del país sobre el Gobierno, para obtener una política firme contra el expansionismo chino-soviético.
Esta posición suya no implicaba, ni de lejos, la aceptación del american way of life como consentimiento
a la influencia liberalizante del americanismo. Implicaba la constatación objetiva de que los EE. UU.
son hoy una potencia sin la cual es imposible esperar que se pueda impedir el avance político-militar del
comunismo internacional” (JULIO LOREDO DE IZCUE, carta al autor).
90
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A dynamite de Christo, in “O Legionário”, Nº 321, 5-11-1938.
91
En los años veinte sus héroes son Charlie Chaplin, Buster Keaton, Douglas Fairbanks, Rodolfo
Valentino, Gloria Swanson, Mary Pickford.
45
El Cruzado del Siglo XX
92
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A dynamite de Christo, cit.
93
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O coração do sábio está onde há tristeza, “Catolicismo”, Nº 85, enero
1958, p.2.
94
J. DE AZEREDO SANTOS, Semana de arte moderno: precursora dos “hippies”, “Catolicismo”, Nº 256,
abril 1972, p. 7.
95
En 1925 Warchavchik publicó en el “Correio da Manhã” de Río de Janeiro el artículo Acerca da
Arquitetura moderna, en el que presentaba a Le Corbusier al público brasileño. Fue él quien constru-
yó la primera casa “modernista” de Brasil, en la calle Santa Cruz, en São Paulo.
96
La urbanización de São Paulo cambió bajo la administración de Fabio Prado (1935-1938), pero
sobre todo bajo Francisco Prestes Maia, alcalde de la ciudad de 1938 a 1945 y nuevamente de 1961 a
1965. Su filosofía urbanística fue expuesta en obras como São Paulo, metrópole do século XX (1942)
y O plano urbanístico da cidade de São Paulo (1945).
46
«Cuando aún era muy joven...»
una franja del Ancien Régime que sobrevivía y se oponía a las olas de la
modernidad.
47
El Cruzado del Siglo XX
48
«Cuando aún era muy joven...»
108
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Memórias, inéditas.
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Discurso no encerramento do ano de 1936, no Colégio Arquidiocesano
109
49
El Cruzado del Siglo XX
110
Ibid.
111
Sobre el padre jesuita LUIGI TAPARELLI D’AZEGLIO (1793-1862), autor del célebre Tratado Teórico
de Derecho Natural (La Civiltà Cattolica, Roma, 1949, 2 vol. - 1840-1843), en el cual las relaciones
entre derecho, moral y política son agudamente analizadas, cfr. ROBERT JACQUIN, Taparelli, Lethielleux,
París, 1943, y el vocablo de PIETRO PIRRI S.J., in EC, vol. XI (1953), cols. 1741-1745.
112
Don JEAN-BAPTISTE CHAUTARD, L’âme de tout apostolat, Office Français du Livre, París, 1947. “Es
imposible leer las admirables páginas de este libro, cuya unción recuerda a veces la «Imitación de
Cristo», sin percibir los tesoros de delicadeza que su gran alma guardaba” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA,
Almas delicadas sem fraqueza e fortes sem brutalidade, in “Catolicismo”, Nº 52, abril de 1955). Don
Jean-Baptiste Chautard nació en Briançon, Francia, el 12 de marzo de 1858. Fue religioso cistercien-
se de la estricta observancia, electo en 1897 Abad de la Trapa de Chambaraud, en Grenoble, y en 1899
Abad de Sept-Fons, en Moulins. En su largo gobierno fue obligado a ocuparse de los problemas
temporales relativos a su Orden, a la cual defendió contra la política antirreligiosa de su tiempo.
Perfecto modelo de la unión entre la vida contemplativa y activa trazada en El Alma de Todo Aposto-
lado, llegó a imponerse, con su personalidad, al ministro Clemenceau, convenciéndolo de mitigar su
actitud contra las órdenes contemplativas. Falleció en Sept-Fons el 29 de septiembre de 1935.
113
La “herejía de la acción”, entendida como una visión del mundo activista y naturalista que desco-
noce el papel decisivo de la gracia en la vida del hombre, era una de las características del “americanismo
católico” de fines del siglo XIX, condenado por León XIII en la Carta Testem Benevolentiae, del 22
de junio de 1899 (Acta Leonis XIII, vol. XI, Roma, 1900, pp. 5-20). Cfr. EMMANUELE CHIETTINI,
Americanismo, in EC, vol. I (1950), cols. 1054-1056; G. PIERREFEU, Américanisme, in DSp, vol I
(1937), cols. 475-488; H. DELASSUS, L’Américanisme et la conjuration anti-chrétienne, Desclée de
Brouwer, Lille, 1899; THOMAS MCAVOY, The Americanist Heresy in Roman Catholicism 1895-1900,
University of Notre Dame Press, Notre Dame, Indiana, 1963; ROBERT CROSS, The emergence of Libe-
ral Catholicism in America, Harvard University Press, Harvard, 1967; ORNELLA CONFESSORE,
L’americanismo cattolico in Italia, Studium, Roma, 1984.
114
J.B. CHAUTARD, L’âme de tout apostolat, cit., p. 14.
50
«Cuando aún era muy joven...»
115
“Illos quos Deus ad aliquid eligit, ita praeparat et disponit ut id ad quod eliguntur, inveniantur
idonei” – “A quienes Dios elige entre otros, así los prepara y dispone a fin de que resulten idóneos
para aquello para lo cual fueron elegidos” (STO. TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, III, 27, 4c). La
vocación es la forma especial en la cual Dios quiere que sus elegidos se desarrollen. Elegidos, es
decir, escogidos y por tanto preparados para ser idóneos en relación al fin al que Dios los destina
desde toda la eternidad.
116
S. PÍO X, Encíclica Il fermo proposito del 11 de junio de 1905, in IP, vol. IV, “Il Laicato” (1958),
p. 216.
117
Estas palabras de Plinio Corrêa de Oliveira aparecen, escritas de su propio puño y letra, como
epígrafe del libro Meio Século de Epopéia Anticomunista, cit.
51
Capítulo II
1
Bajo San Pío X, la vida religiosa en el Brasil tuvo un gran impulso. En su pontificado amplió las
arquidiócesis brasileñas de dos a siete, y creó cuatro Prelaturas nullius y tres Prefecturas apostólicas
(cfr. MANOEL ALVARENGA, O Episcopado Brasileiro, A. Campos, São Paulo, 1915, pp. 11, 94-95).
2
Monseñor Joaquim Arcoverde de Albuquerque Cavalcanti nació el 17 de enero de 1850 en Pernambuco
y fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1874. En 1890 fue nombrado Obispo de Goiás y recibió la
consagración en Roma. Fue obispo de São Paulo desde 1894 a 1897, sucediendo a Mons. Lino Deodato
de Carvalho, y después Arzobispo de Río de Janeiro hasta su muerte, el 18 de abril de 1930. “En este
príncipe de la Iglesia, primer cardenal brasileño y latinoamericano, a la sangre amerindia (Arcoverde) y
a la portuguesa de los Albuquerque se unía la sangre italiana, o más bien italianísima, en el valor cultural
de la palabra, de los Cavalcanti del siglo XVI” (GILBERTO FREYRE, Padroni e schiavi. La formazione
della famiglia brasiliana in regime di economia patriarcale, tr. it. Giulio Einaudi, Turín, 1965, p. XIII).
53
El Cruzado del Siglo XX
3
Mons. Sebastião Leme da Silveira Cintra nació en Espírito Santo do Pinhal, Estado de São Paulo, el
20 de enero de 1882. Después de completar sus estudios en Roma en el Colegio Pío Latinoamericano
y en la Universidad Gregoriana, fue ordenado sacerdote en la Ciudad Eterna el 28 de octubre de 1904.
Fue luego trasferido a São Paulo, como Coadjutor de la parroquia de Santa Cecilia, y nombrado
Director del Boletín Eclesiástico. Fue además figura de relieve de la Confederación Católica, organis-
mo destinado a coordinar todas las asociaciones de acción católica en el ámbito de la diócesis. El 4 de
enero de 1911 fue consagrado Obispo de Ortosia, en la misma Capilla del Colegio Latinoamericano
de Roma en el que había sido ordenado sacerdote, y fue destinado a la diócesis de Río de Janeiro,
como Obispo Auxiliar del Cardenal Arcoverde. Por indicación de éste último, en abril de 1916 fue
designado para la diócesis de Olinda (que dos años después se tornó Arquidiócesis de Olinda y Recife).
En 1921, debido a las graves condiciones de salud del Cardenal Arcoverde, fue nombrado arzobispo
coadjutor de Río de Janeiro, con derecho a sucesión. A la muerte del Cardenal Arcoverde, en abril de
1930, fue elevado a su vez a Arzobispo y Cardenal. Murió el 17 de octubre de 1942 en Río de Janeiro.
Una biografía no exhaustiva ha sido escrita por la Hna. MARIA REGINA DO SANTO ROSARIO O.C.D., O
Cardeal Leme (1882-1942), Librería José Olympio, Río de Janeiro, 1962.
4
Sobre Jackson de Figueiredo (1891-1928), cfr. FRANCISCO IGLESIAS, “Estudo sobre o pensamento
reacionário: Jackson de Figueiredo”, in Historia e Ideologia, Perspectiva, São Paulo, 1981, pp. 108-
158; CLÉA DE FIGUEIREDO FERNANDES, Jackson de Figueiredo, uma trajetória apaixonada, Editora
Forense Universitária, Río de Janeiro, s. d. (1987-1988); ANTONIO CARLOS VILLAÇA (O pensamento
católico no Brasil, Zahar Editores, Río de Janeiro, 1975) lo define como “un agitador ideológico” (p.
11) que “representó en Brasil el pensamiento de Joseph de Maistre” (p. 12). En el décimo aniversario
de su muerte, en el número 321 del “Legionário” (5 de noviembre de 1938), Plinio Corrêa de Oliveira
dedicó a la figura de Jackson de Figueiredo un artículo (“A Dynamite de Christo”) y una página
entera con escritos del P. Ascanio Brandão y de Alceu Amoroso Lima. Sobre el catolicismo ultramon-
tano en Brasil cfr. también RIOLANDO AZZI, O altar unido ao trono. Um projeto conservador, Edicio-
nes Paulinas, São Paulo, 1992; TIAGO ADÃO LARA, Tradicionalismo católico em Pernambuco, Edicio-
nes Massangana, Recife, 1988.
5
Don Vital María Gonçalves de Oliveira nació el 27 de noviembre de 1844 en Pedras de Fogo
(Pernambuco) y estudió en los seminarios de Olinda y de Saint-Sulpice, en París. El 16 de julio de
1863 ingresó en la orden de los Capuchinos con el nombre de fray Vital María de Pernambuco. El 2
de agosto del mismo año fue ordenado sacerdote en París, y en el mes de noviembre volvió al Brasil,
donde enseñó filosofía en el seminario de São Paulo. Por propuesta del Emperador D. Pedro II, el 17
de marzo de 1872 fue consagrado Obispo de Olinda en la Catedral de São Paulo. Violentamente
atacado por una campaña calumniosa promovida por las logias masónicas, en 1874 fue arrestado y
condenado por el gobierno regalista del vizconde de Río Branco. Después del indulto, que le fue
54
“El «Legionário» nació para luchar...”
concedido el año siguiente, se dirigió a Roma para esclarecer su propia conducta con Pío IX, ante
quien había sido calumniado fuertemente. Murió en París el 4 de julio de 1878, de una muerte miste-
riosa que hace suponer envenenamiento. En 1882 sus restos fueron trasladados al Brasil e inhumados
en la Basílica de la Peña, en Recife. El proceso para su beatificación, iniciado en 1953, fue reabierto
en 1995 después del nihil obstat de la Santa Sede. Cfr. ANTONIO MANOEL DOS REIS, O Bispo de Olinda
D. Frei Vital Maria Gonçalves de Oliveira perante a História, Typographia da Gazeta de Noticias,
Río de Janeiro, 1878; F. LOUIS DE GONZAGUE O.M.C., Une page de l’histoire du Brésil, Monseigneur
Vital, Librairie Saint-François, París, 1912; FR. FELIX DE OLIVOLA, Um grande brasileiro. D. Frei Vital
Maria Gonçalves de Oliveira, Bispo de Olinda, Imprensa Industrial, Recife, 1937 (3ª ed.); RAMOS DE
OLIVEIRA, O conflito Maçônico-Religioso de 1872, Editora Vozes, Petrópolis, 1952.
Plinio Corrêa de Oliveira dedicó a Don Vital una serie de cinco artículos en “O Legionário” entre
agosto y septiembre de 1944. “En la vida religiosa del pueblo brasileño, el nombre de Don Vital fue
como un gran rayo de luz. Él simboliza la fe intrépida, la bravura apostólica, la indestructible cohe-
rencia de la vida con la doctrina, de la acción con el pensamiento, al servicio de la Santa Iglesia
Católica” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O Legionário”, Nº 587, 7 de noviembre
de 1943).
6
A. M. Dos Reis, O Bispo de Olinda, cit., p. IV.
7
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Mais um anniversario, in “O Legionário”, Nº 373, 5 de noviembre de
1939.
8
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Dynamite de Christo, cit.
55
El Cruzado del Siglo XX
56
“El «Legionário» nació para luchar...”
11
Benito Aloisi Masella nació en Pontecorvo el 29 de junio de 1879, de noble familia que ya había
dado un cardenal a la Iglesia, y murió en Roma el 1 de octubre de 1970. Ordenado sacerdote en 1902,
después de haber frecuentado la Pontificia Academia Eclesiástica fue Secretario y Regente de Nun-
ciatura en Lisboa (1905-1908), Nuncio apostólico en Chile (1919-1926) y Brasil (1927-1946) hasta
su promoción al Cardenalato. Obispo Suburbicario de Palestrina, Cardenal en 1946, Prefecto de la S.
Congregación de los Sacramentos, Arcipreste de la Basílica Lateranense, Camarlengo de la Santa
Romana Iglesia en las sedes vacantes de los pontificados de Pío XII y de Juan XXIII. Participó
activamente en la preparación del Concilio y fue nombrado Legado pontificio para la coronación de
Nuestra Señora de Fátima en 1946.
12
Paulo Marcondes Pedrosa nació en São Bento do Sapucaí, en el Estado de São Paulo, el 6 de
noviembre de 1881, y murió en São Paulo el 29 de abril de 1962. Ordenado sacerdote en 1904, fue
coadjutor y después párroco hasta 1932 de la Iglesia de S. Cecilia, Monseñor y Camarero secreto el 21
de abril de 1920. El 27 de abril de 1932 ingresó en la Orden Benedictina en el monasterio de San
Benito, del cual llegó a ser Prior.
13
Sobre el P. Leonel Franca S.J. (1893-1948), considerado por muchos el “padre espiritual” de la
57
El Cruzado del Siglo XX
La Revolución de los años 30 fue para el Brasil lo que fuera para Europa
la Primera Guerra Mundial: un ruptura histórica entre dos épocas. Se cierra
el período de la llamada República Vieja 16 (1889-1930), y se abre la era de
Getulio Vargas.
Hasta entonces el poder había sido ejercido por el eje São Paulo-Minas
Gerais, esto es, por la alianza de los dos principales Estados productores del
Brasil 17. Este predominio era expresado por la fórmula “café con leche”
(Minas Gerais se dedicaba también a la ganadería lechera), según la cual los
representantes políticos de São Paulo y de Minas se alternaban en la Presi-
intelectualidad brasileña de este período, cfr. LUIZ GONZAGA DA SILVEIRA D’ELBOUX S.J., O Padre
Leonel Franca S. J., Livraria Agir Editora, Río de Janeiro, 1953, p. 173; HELIODORO PIRES, Leonel
Franca, apóstolo do Brasil moderno, in “Revista Eclesiastica Brasileira”, vol. 13 (1953), pp. 911-
921. Cfr. también A. C. VILLAÇA, O pensamento católico no Brasil, cit., pp. 123-133. El P. Franca,
cuyas obras completas están reunidas en quince volúmenes, es el autor de ensayos como A Igreja, a
Reforma e a Civilização (1922) y A crise do mundo moderno (1940) que constituyen originales re-
flexiones sobre la crisis de nuestro tiempo a la luz de la doctrina católica. Fundó y dirigió durante
ocho años la Universidad Católica de Río, la primera de ese nombre en Brasil. “Pedagogo, apologista,
maestro espiritual, vivió para la historia de la filosofía y para la filosofía de la historia” (A. C. VILLAÇA,
op. cit., p. 124).
14
“O Legionário”, Nº 70, 14 de diciembre de 1930.
15
En el Brasil, como en algunos países europeos, se suele asignar el calificativo de “doctor” a todos
los que han completado un curso superior, y tal título es de uso frecuente. Plinio Corrêa de Oliveira
inició su vida pública inmediatamente después de concluir sus estudios universitarios, antes de ser
diputado y profesor universitario. La designación con la que comenzó a ser conocido, “Doctor Plinio”,
quedó desde entonces incorporada a su nombre según las características costumbres brasileñas.
16
Sobre la “República Vieja”, cfr. JOSÉ MARIA BELLO, História da República: 1889-1954, Compañía
Editora Nacional, São Paulo, 1959, 4a. ed. Un ensayo interesante, pero generalmente subestimado, es
el de CHARLES MORAZÉ, Les trois âges du Brésil (A. Colin, París, 1954). Una de las críticas más
profundas a la República Vieja fue hecha por un monarquista, JOSÉ MARIA DOS SANTOS, inmediata-
mente después de la Revolución del año 30, en su obra A política geral do Brasil (J. Magalhães, São
Paulo, 1930). Otros dos estudios de carácter general que aportan importantes informaciones son los
de SERTÓRIO DE CASTRO, A República que a revolução destruiu (F. Bastos, Río de Janeiro, 1932) y de
DORMUND MARTINS, Da república à ditadura (Typ. São Benedicto, Río de Janeiro, 1931).
17
Desde 1906 cobra también importancia el estado de Río Grande do Sul, cuya economía no se
caracterizaba por un producto único, como en el caso de São Paulo y de Minas. Mucho más débiles
eran los otros 17 Estados de la Federación. Cfr. JOSEPH LOVE, Rio Grande do Sul and Brazilian
58
“El «Legionário» nació para luchar...”
Regionalism 1882-1930, University Press, Stanford, 1971; ID., A locomotiva - São Paulo na Federação
brasileira 1889-1937, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1982; JOHN D. WIRTH, O fiel de balança. Minas
Gerais na Federação brasileira 1889-1937, Paz e Terra, Río de Janeiro, 1982.
18
Nacido en 1883 en Río Grande do Sul, Getúlio Vargas fue diputado y ministro federal, y más tarde
Presidente (Gobernador) de su Estado natal (1918-1930). Conquistó el poder en 1930 y lo ejerció de
manera dictatorial hasta el 29 de octubre de 1945, cuando fue destituido por un golpe de Estado
incruento. En la posguerra Vargas continuó políticamente activo. Fue senador nacional, fundó en
1946 el Partido Laborista y en 1950 fue nuevamente elegido Presidente de la República. Depuesto por
un alzamiento militar en agosto de 1954, se suicidó. Su itinerario político, que culminó con la crea-
ción del Estado Novo (1937-1945) presenta muchas analogías con el de Juan Domingo Perón en
Argentina (1946-1955). Sobre Vargas, cfr. entre otros THOMAS E. SKIDMORE, Brasil: de Getúlio Vargas
a Castelo Branco (1930-1964), Paz e Terra, Río de Janeiro 1988; PAULO BRANDI, DORA FLAKSMAN,
vocablo Vargas, in DHBB, vol. IV, pp. 3436-3505.
19
A. TRENTO, Le origini dello Stato populista. Società e politica in Brasile 1920-1945, Franco Angeli,
Milán, 1986, pp. 106-107.
20
NELSON WERNECK SODRÉ, História da burguesia brasileira, Vozes, Petrópolis, 1983, p. 243.
59
El Cruzado del Siglo XX
21
A. TRENTO, Le origini dello Stato populista, cit., p. 121.
22
ROBERT J. HAVIGHURST - ROBERTO MOREIRA, Society and Education in Brazil, University of Pittsburgh
Press, Pittsburgh, 1919, p. 42.
23
La revolución del año 30 fue preparada por el llamado “tenientismo”, movimiento de los oficiales
subalternos del ejército (los tenientes) que entre los años veinte y 1934 protagonizaron agitaciones y
revueltas, culminando con el episodio de la rebelión de la columna Prestes (del nombre de su comandan-
te Luis Carlos Prestes). Compuesta por cerca de mil hombres, dicha columna recorrió hasta febrero de
1927, cuando se internó en Bolivia, más de 25.000 kms., llevando la guerrilla a varios Estados del Brasil.
24
GUSTAVO A. SOLIMEO, 1717-1967. Rainha e Padroeira do Brasil, in “Catolicismo”, Nº 202, octubre
de 1967; HAMILTON D’ÁVILA, Três episodios na história da Padroeira nacional, in “Catolicismo”, Nº
418, octubre de 1985, pp. 10-12. Cfr. también JÚLIO BRESTOLONI C.SS.R., A Senhora da Conceição
Aparecida, Editora Santuario, Aparecida-São Paulo, 1984.
25
Palabra de Su Eminencia, in “O Legionário”, Nº 89, 1º de noviembre de 1931.
60
“El «Legionário» nació para luchar...”
26
Sobre la revolución paulista cfr. entre otros: HÉLIO SILVA, 1932: a guerra paulista, Ed. Civilização
Brasilera, Río de Janeiro, 1976; STANLEY E. HILTON, A guerra civil brasileira, Nova Fronteira, Río de
Janeiro, 1982.
27
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Liga eleitoral católica, in “O Legionário”, Nº 111, 15 de enero de 1933.
“O el Catolicismo conseguirá vencer en las urnas y hacer progresar resueltamente el país en las vías
de la restauración religiosa, o el socialismo fanático se apoderará del Brasil para hacerlo víctima de
los numerosos Calles y Lenines que pululan en los bastidores de nuestra política, ansiosos de
«mejicanizar» y «sovietizar» la Tierra de Santa Cruz” (ibid).
28
El general Noël Edouard de Curières de Castelnau (1851-1944) fue uno de los comandantes del
ejército francés durante la Primera Guerra mundial, en la cual perdió tres hijos. Ex-diputado por
Aveyron de 1919 a 1924, a partir de 1925 se dedicó a la Federación Nacional Católica, de la que fue
presidente hasta su muerte, para promover una acción cívica “en el interés de la religión católica, de la
familia, de la sociedad y del patrimonio nacional”. Le fue negado el bastón de Mariscal, a causa de sus
convicciones de fervoroso católico. Cfr. el estudio reciente de YVES GRAS, Castelnau ou l’art de
commander, 1851-1944, Denoël, París, 1990.
29
Estatuto (1932) y programa (1933) de la LEC in OSCAR DE FIGUEIREDO LUSTOSA O.P., Igreja e
61
El Cruzado del Siglo XX
Política no Brasil. Do Partido católico à L.E.C. (1874-1945), Ediciones Loyola, São Paulo, 1983, pp.
101-126. Cfr. también MÓNICA KORNIS, D. FLAKSMAN, Liga Eleitoral Católica, in DHBB, vol. III, p.
1820.
30
La “Lista Única por São Paulo Unido” era el resultado de la coalición de todas las fuerzas políticas
o sociales de primer plano de la vida paulista de aquel tiempo. De estas fuerzas, dos eran de carácter
típicamente partidario; el Partido Democrático, que representaba sobre todo a la intelligentsia urbana
y algunos incipientes grupos de izquierda, y el más antiguo PRP (Partido Republicano Paulista),
conservador. Las corrientes de expresión social eran la Asociación Comercial, la Federación de los
Voluntarios, representativa de la generación que se había sublevado contra Vargas, y la Liga Eleitoral
Católica.
31
Plinio Corrêa de Oliveira obtuvo 24.714 votos, el 9,5 % del total. La suma de los votos era suficien-
te para elegir dos diputados y representaba el doble de los obtenidos por el jurista Alcântara Machado,
su antiguo profesor, colocado segundo. Entre otros elegidos por la Liga Electoral Católica figuraban
Andrade Furtado, por Ceará; Monseñor Arruda Câmara e Barreto Campelo, por Pernambuco; Lacerda
de Almeida por Paraná; Aldroaldo Mesquita da Costa por Río Grande do Sul.
32
Uma victoria mariana, in “O Legionário”, Nº 120, 7 de mayo de 1933.
62
“El «Legionário» nació para luchar...”
33
Cfr. M. KORNIS - D. FLAKSMAN, Liga Eleitoral Católica, cit.
34
“Si pudiésemos usar una comparación profana para dar una idea de la importancia de Anchieta en
nuestra historia— escribió entonces— diremos que él fue para el Brasil lo que Licurgo fue para
Esparta y Rómulo para Roma: o sea, uno de aquellos héroes fabulosos que se encuentran en los
orígenes de algunos grandes pueblos, de los cuales erigieron las murallas, construyeron los prime-
ros edificios y organizaron las primeras instituciones” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A nota da Sema-
na, in “O Século”, 7 de setiembre de 1932).
35
Cfr. “O Legionário”, Nº 145, 13 de mayo de 1934.
36
En un artículo para la revista “A Ordem”, Alceu Amoroso Lima saludaba el 30 de mayo 1934 como
“una fecha capital en la historia del catolicismo brasileño”, afirmando que después de la Constitución
masónica de 1823, de la positivista de 1891 y de la laicista de 1926, con la cuarta constitución brasi-
63
El Cruzado del Siglo XX
leña “triunfó plenamente el programa católico” (TRISTÃO DE ATHAYDE, O sentido de nossa victoria, in
“A Ordem” Nº 52, junio 1934, pp. 417, 421-422 [pp. 417-423]).
37
La nueva constitución, que substituía la de 1891 y la de 1926, entró en vigor el 15 de julio de 1934
(cfr. THEMISTOCLES BRANDÃO CAVALCANTI, Las constituciones de los Estados Unidos del Brasil, Insti-
tuto de Estudios Políticos, Madrid, 1958, pp. 379-533). Con 168 votos contra 37, los constituyentes
pusieron este preámbulo: “Nosotros, representantes del pueblo brasileño, poniendo nuestra confianza
en Dios, y reunidos en Asamblea Nacional Constituyente para organizar un régimen democrático que
asegure a la Nación la unidad, la libertad, la justicia, la prosperidad social y económica, decretamos y
promulgamos la siguiente Constitución...” (apud PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Deus e a Constituição,
in “O Legionário”, Nº 74, 8 de febrero de 1931).
38
“Jornal de Minas”, Belo Horizonte, 3 de julio de 1986. Sobre la influencia de la LEC, y en particular
sobre el artículo que ponía el Estado “bajo la protección de Dios”, cfr. también THALES DE AZEVEDO, A
religião civil brasileira. Um instrumento político, Editora Vozes, Petrópolis, 1981, pp. 79-87.
39
En 1946 estas dos instituciones confluyeron en la Universidad Católica de São Paulo, de la que fue
su Gran Canciller el Arzobispo Vasconcellos Motta y su Rector Mons. Paulo de Tarso Campos,
Obispo de Campinas. El año siguiente se dio la erección canónica, con el otorgamiento del título de
“Pontificia” (cfr. AAS, vol. 39, 1947, pp. 134 ss.).
64
“El «Legionário» nació para luchar...”
40
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O Vaticano e o Kremlin, in “O Legionário”, Nº 46, 10 de noviembre de
1929. Cfr. también A Igreja e o problema religioso na Rússia, in “O Legionário”, Nº 54, 16 de marzo
de 1930.
41
De LOUIS VEUILLOT (1813-1883), valeroso director del diario “L’Univers”, cfr. las Oeuvres Complètes,
Lethielleux, París, 1924-1940, (40 vol.). Cfr. también EUGÈNE E FRANÇOIS VEUILLOT, Veuillot,
Lethielleux, París 1902-1913, 4 vol.; EUGÈNE TAVERNER, Louis Veuillot, Plon, París 1913. “Él com-
prendió —escribió San Pío X a François Veuillot— que la fuerza de la sociedad está en el pleno y
completo reconocimiento de la realeza de Nuestro Señor Jesucristo y en la aceptación sin reservas de
la supremacía doctrinaria de la Iglesia” (Carta C’est avec, del 22 de octubre de 1913, in IP, vol. VI, La
pace interna delle nazioni (1959), p. 299).
42
Carlos Maximiano Pimenta de Laet (1847-1927) fue brillante periodista, profesor en el célebre
Colegio Pedro II y miembro de la Acadêmia Brasileira de Letras. Recibió de San Pío X el título de
Conde por los servicios prestados a la causa católica.
65
El Cruzado del Siglo XX
43
AAS, vol. 5 (1923), p. 49.
44
Ibid.
45
P. CORRÊA DE OLIVEIRA, Ofensiva?, in “O Legionário”, Nº 181, 29 de setiembre de 1935). “Y si para
este combate nos fuese permitido escoger un lema, lo enunciaríamos así: Hacia los católicos, cari-
dad y unidad; hacia los no católicos, caridad para obtener la unidad” (ibid.).
46
Además del Dr. Plinio, componían el grupo de redactores de “O Legionário”: Fernando Furquim de
Almeida, José Carlos Castilho de Andrade, José de Azeredo Santos, Adolpho Lindenberg, José Fer-
nando de Camargo, José Gonzaga de Arruda y Paulo Barros de Ulhôa Cintra (Meio Século de epopeia
anticomunista, cit., pp. 431-432).
47
Antonio de Castro Mayer nació en Campinas, en el estado de São Paulo, el 20 de junio de 1904. Se
graduó en teología en la Universidad Gregoriana de Roma (1924-1927), donde fue ordenado sacerdo-
te el 30 de octubre de 1927. Asistente General de la Acción Católica de São Paulo (1940), después
Vicario general de la Arquidiócesis (1942-1943), el 23 de mayo de 1948 fue consagrado Obispo y
nombrado Coadjutor con derecho a sucesión del Obispo de Campos. Gobernó como Obispo la dióce-
sis de Campos hasta 1981. Mons. de Castro Mayer rompió públicamente con Plinio Corrêa de Oliveira
y con la TFP en diciembre de 1982. El hecho pronto se hizo público (cfr. “Folha da Tarde”, 10 de abril
66
“El «Legionário» nació para luchar...”
de 1984; “Jornal do Brasil”, 20 de agosto de 1984), y se relaciona con la progresiva aproximación del
ex Obispo de Campos a las posiciones de Mons. Marcel Lefèbvre, culminando con la participación
del mismo Mons. de Castro Mayer en las consagraciones episcopales de Ecône del 30 de junio de
1988, que lo hicieron incurrir en excomunión latae sententiae. Murió en Campos el 25 de abril de
1991.
48
Mons. Geraldo de Proença Sigaud nació en Belo Horizonte el 26 de septiembre de 1909. Miembro
de la Congregación del Verbo Divino, estudió teología en Roma (1928-1932) donde fue ordenado
sacerdote el 12 de marzo de 1932. El 1 de mayo de 1947 fue consagrado Obispo Diocesano de
Jacarezinho (1947-1961); después fue Arzobispo metropolitano de Diamantina (1961-1980). La amistad
de Plinio Corrêa de Oliveira con Mons. Sigaud, que duró cerca de treinta años, se había iniciado en
1935 por ocasión de un retiro espiritual en el Seminario del Espíritu Santo. “Esta amistad —escribía
el Dr. Plinio en 1946— se ha prolongado por más de diez años en los cuales nos hemos encontrado
en todas las situaciones posibles: de dolor y de júbilo, de esperanza y de momentáneo desaliento, de
incertidumbre y de decisión. Juntos hemos recibido aplausos, juntos hemos recibido censuras; nues-
tros corazones han pulsado al unísono; frente a todos los acontecimientos de actualidad hemos pasa-
do a través de todo cuanto pueda unir o desunir hombres” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Padre Sigaud,
in “O Legionário”, Nº 711, 24 de marzo de 1946). El distanciamiento, que probablemente remonta a
mediados de los años sesenta, fue anunciado oficialmente por el mismo Obispo de Diamantina, el 2
de octubre de 1970 cuando, saliendo de una audiencia con el Presidente de la República Emilio
Garrastazu Médici, declaró que la TFP se había alejado de él por causa de su apoyo a la reforma
agraria promovida por el gobierno y a la reforma litúrgica de Pablo VI. La TFP respondió inmediata-
mente con un largo comunicado de prensa en el que subrayaba el contraste entre la coherencia de las
propias posiciones y las de Mons. Geraldo Sigaud, que se habían tornado vacilantes, reafirmando “la
entera corrección de sus actitudes frente a las leyes civiles y eclesiásticas” (Dom Geraldo Sigaud e a
TFP, in “Catolicismo”, Nº 239, noviembre de 1970). Cfr. también PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Dentro
e fora do Brasil..., in “Folha de S. Paulo”, 11 de octubre de 1970.
49
“Periodista profundo, vívido y brillante, él fue un polemista en toda la fuerza del término, y como
tal su nombre permanece escrito en nuestros anales con caracteres dorados. (...) Si algún día la
Historia del Brasil contemporáneo fuera escrita con total imparcialidad, su nombre figurará entre
los más beneméritos” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “O premio demasiadamente grande”, in “Folha
de S. Paulo”, 17 de julio de 1973). Se inició entonces una larga amistad y cooperación que duró casi
cuarenta años, hasta el día en que Plinio Corrêa de Oliveira, arrodillado junto al lecho de dolor del
amigo moribundo, en el Hospital Samaritano de São Paulo, recitó en su nombre la Consagración a
Nuestra Señora de San Luis María Grignion de Montfort. A José de Azeredo Santos se debieron, en
“O Legionário” y después en “Catolicismo”, artículos agudos sobre el maritainismo, sobre la política
de la “mano extendida”, sobre el arte moderno y sobre la gnosis.
67
El Cruzado del Siglo XX
gregados marianos como yo, que nos dedicamos de cuerpo y alma al perio-
dismo católico” 50. Bajo el impulso del dinámico Director, en 1936 el perió-
dico se transformó de quincenario de dos hojas en un semanario de ocho
páginas, y de simple boletín parroquial pasó a ser la más escuchada voz
católica del país.
Los temas tratados en el curso de 1936 fueron los más variados. La perse-
cución religiosa en Alemania, la Revolución en España, la poussée socialis-
ta en Francia, la crisis dinástica en Inglaterra, las elecciones presidenciales
en los Estados Unidos, el fracaso de la Sociedad de las Naciones, el intensi-
ficarse de la propaganda comunista en el mundo, constituyeron el objeto de
análisis y comentarios inspirados en la doctrina de la Iglesia, siempre pro-
fundos y esclarecedores. “Desintoxicar los lectores de los frutos de la pren-
sa neutra y darle información cívica realmente católica, fue nuestro cons-
tante intento” 51.
En enero de 1937, cuando fueron inauguradas sus nuevas prensas, “O
Legionário” había llegado a ser el más influyente semanario católico del
Brasil, con una tirada de 17.000 ejemplares.
50
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “Kamikaze”, in “Folha de S. Paulo”, 15 de febrero de 1969.
51
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “Um ano de luta e de vigília”, in “O Legionário”, Nº 225, 3 de enero de
1937.
52
F. FURET, Le passé d’une illusion, cit., p. 44.
68
“El «Legionário» nació para luchar...”
cer Reich y la Unión Soviética 53. “Lo que vuelve inevitable un análisis com-
parativo del fascismo y del comunismo —escribe por su parte Furet— no es
solamente la fecha de nacimiento y la entrada en escena simultánea y
meteórica de ambos en el plano histórico, sino también la recíproca depen-
dencia entre ambos” 54.
Esta íntima interdependencia, que hoy es un dato histórico prácticamente
aceptado por todos —pero que entonces estaba lejos de serlo—, fue intuida
por Plinio Corrêa de Oliveira, quien con absoluta fidelidad al modelo de
sociedad cristiano rehusó apoyar a cualquiera de los contendientes que ocu-
paban la escena.
En el comunismo él vio una concepción diametralmente opuesta a la católi-
ca, pero consideró al nazismo una alternativa igualmente peligrosa: “Es inne-
gable —escribió— que el comunismo es la antítesis del catolicismo. Pero el
nazismo, de su lado, constituye otra antítesis de la doctrina católica, mucho
más próxima del comunismo que cualquiera de ellos del catolicismo” 55.
El rechazo de la vida “burguesa” en nombre de una concepción místico-
heroica de la existencia, junto a la evocación de las tradiciones guerreras de
Alemania y de Europa, podían constituir, y de hecho constituyeron, un atrac-
tivo seductor para muchos jóvenes incapaces de discernir el aspecto tene-
broso de una ideología saturada de socialismo y de paganismo. Plinio Corrêa
de Oliveira comprendió que el mejor modo de poner a la juventud de su país
en guardia contra el seudo misticismo nazi era, además de denunciarle sus
errores, proponer una visión heroica y sobrenatural del catolicismo. Fue esa
bandera, opuesta por igual al nazismo y al comunismo, la que “O Legionário”
enarboló con gallardía en el Brasil.
53
ERNST NOLTE, Der europaeische Bürgerbrieg 1917-1945. Nationalsozialismus und Bolschevismus,
Propyläen Verlag, Berlín, 1987. Cfr. también STUART J. WOOLF (ed.), European Fascism, Weidenfeld
& Nicolson, Londres, 1968; GEORGE L. MOSSE, Masses and Man. Nationalist and Fascist Perceptions
of Reality, Howard Ferty Inc., Nueva York, 1980.
54
F. FURET, Le passé d’une illusion, cit., p. 33.
55
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, À margem da crise, in “O Legionário”, Nº 315, 25 de setiembre de 1938.
56
Tras la muerte del Presidente Hindenburg, el 2 de agosto de 1934, los poderes de Presidente del
69
El Cruzado del Siglo XX
Reich y de Canciller fueron unificados en las manos de Hitler. Se inició así la rápida transformación
de la sociedad en un sentido totalitario. Sobre este proceso, cfr. entre otros: KARL DIETRICH BRACHER,
Die deutsch Dictatun, Kiepenheuer und Witsch, Colonia, 1980 (1969); MARTIN BROSZAT, Der Staat
Hitlers, Deutscher Taschenbuch Verlag, Munich, 1981; HANS-ULRICH THAMER, Il terzo Reich. La
Germania dal 1933 al 1945, tr. it. Il Mulino, Boloña, 1993.
57
Los plenipotenciarios de Pío XI y de Hitler en las tratativas fueron respectivamente el Cardenal
Eugenio Pacelli, Secretario de Estado, y el Vice-Canciller del Reich, Franz von Papen. Sobre el
Concordato de 1933 y sobre las relaciones entre la Santa Sede y el nacional socialismo, cfr. MICHELE
MACCARRONE, Il Nazionalsocialismo e la Santa Sede, Studium, Roma, 1947; Friedrich Engel-Janosi,
Il Vaticano fra fascismo e nazismo, Le Monnier, Florencia, 1973; ANTHONY RHODES, The Vatican in
the Age of Dictators 1922-1945, Hodden and Stoughton, Londres, 1973; ROBERT GRAHAM, Il Vaticano
e il nazismo, Cinque Lune, Roma, 1975; GIACOMO MARTINA, Storia della Chiesa, vol. IV, L’età
contemporanea, Morcelliana, Brescia, 1995, pp. 129-218.
58
Cfr. “L’Osservatore Romano” del 27 de julio de 1933. “Sin duda se puede levantar la cuestión de si
la conclusión del Concordato con el Reich había efectivamente contribuido, como posteriormente fue
muchas veces afirmado, a la Machtbefestigung (consolidación del poder) nazi, una vez conquistado el
poder. Lo cierto es que el Concordato, que fuera suscrito por Pacelli no sin preocupación, proporciona
al gobierno de la Iglesia una base jurídicamente incontestable y, al mismo tiempo, la posibilidad
efectiva de, en el período posterior, enrostrar continuamente al régimen de Alemania los arbitrios y
las violaciones al derecho de gentes” (BUKHART SCHNEIDER, Pio XII. Pace, opera della giustizia, tr. it.
Edizioni Paoline, Roma, 1984, p. 24).
59
H.-U. THAMER, Il terzo Reich, cit., p. 550. Con sus dos panfletos A los oscurantistas de nuestro
tiempo (1935) y Peregrinos protestantes de Roma (1937), Rosenberg declaró abiertamente la incom-
patibilidad entre nacional socialismo y cristianismo.
70
“El «Legionário» nació para luchar...”
71
El Cruzado del Siglo XX
Mons. Clemens von Galen 64, Obispo de Münster. Ambos intervinieron des-
de sus sedes episcopales para defender la concepción cristiana de la persona
humana y los derechos soberanos de Dios sobre la sociedad y sobre las fa-
milias. “Yo levanto mi voz —afirmó Mons. von Galen en su sermón del 13
de julio de 1941, en la Iglesia de San Lamberto, en Münster— y en mi cali-
dad de hombre alemán, de ciudadano honrado, de ministro de la religión
católica, de Obispo católico, yo grito: ¡exigimos justicia! Si este grito no
fuere oído, no será más posible restaurar el dominio de la justicia soberana.
¡Así, nuestro pueblo alemán y nuestra patria, pese al heroísmo de nuestros
soldados que alcanzan victorias gloriosas, irán a la ruina a causa de nuestra
corrupción interna!” 65.
La actitud y el tono de estos prelados alemanes fueron admirados por
Plinio Corrêa de Oliveira, que, como ellos, pertenecía a las indómitas filas
de los defensores de la fe. Entre 1929 y 1947 fueron publicados en “O
Legionário” nada menos que 2.936 artículos contra el nazismo y el fascis-
mo, de los cuales 447 son de Plinio Corrêa de Oliveira. Es importante subra-
yar que gran parte de estos escritos aparecieron no solamente antes de la
guerra, sino también antes de la Encíclica Mit brennender Sorge, cuando
todavía se acumulaban muchos equívocos sobre el nazismo. En la persecu-
ción antirreligiosa hitleriana, el Dr. Plinio no veía apenas un aspecto acci-
dental y extrínseco de la política del Tercer Reich, sino la lógica consecuen-
cia de una visión del mundo que era la antítesis de la concepción católica.
“La realidad es que la política antirreligiosa del Tercer Reich es una ca-
racterística esencial de éste, un rasgo fundamental de su contenido ideoló-
gico o, mejor aún, el sentido profundo y la propia razón de ser del nazis-
mo” 66.
64
Clemens August Conde von Galen nació el 16 de marzo de 1873 en el castillo de Dinkloge, de una
antigua familia católica de Oldenburg. Sacerdote en 1904, fue destinado a Berlín, y después como
párroco de S. Lambert en la Diócesis de Münster, de la cual fue designado Obispo en 1933. Desde
entonces hasta 1945, condujo desde el púlpito una lucha implacable contra el nazismo, lo que le valió el
apelativo de “león de Münster”. Nombrado Cardenal en el Consistorio del 18 de febrero de 1946, falle-
ció inmediatamente después de su regreso de Roma, el 22 de marzo del mismo año. La diócesis de
Münster introdujo su causa de beatificación. Cfr. Clemens August Graf von Galen. Un vescovo
indesiderabile. Le grandi prediche di sfida al nazismo, ROSARIO F. ESPOSITO (ed.), Ediciones Messaggero,
Padua, 1985; Aa. Vv., Il leone di Münster e Hitler. Clemens August Cardinale von Galen, dir. por MONS.
REINHARD LETTMANN y MONS. HEINRICH MUSSINGHOFF, Herder, Roma-Friburgo-Viena, 1996.
65
Cit. in Clemens August Graf von Galen. Un vescovo indesiderabile..., cit., pp. 123-124.
66
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Falsificação, in “O Legionário”, Nº 397, 21 de abril de 1940.
72
“El «Legionário» nació para luchar...”
67
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Genealogia de monstros, in “O Legionário”, Nº 302, 29 de junio de
1938. Él agrega: “En el elemento genéricamente germánico, el protestantismo inoculó, además del
virus del liberalismo, otro veneno: las ideologías de la fuerza. Estas teorías —por lo demás muy
emparentadas con la concepción democrática de la sistemática victoria de las mayorías— han
engendrado toda la ideología militarista y brutal de la política internacional de Federico II y de
muchos Hohenzollern, y más tarde han creado el imperio de Bismarck, la pasión militarista alema-
na, las escuelas filosóficas germánicas del siglo XIX y, por fin, como producto arquetípico de la
filosofía nietzscheana, el hitlerismo” (ibid.). Sobre las raíces culturales del nacional socialismo,
cfr. EDMOND VERMEIL, Les doctrinaires de la Révolution allemande, Nouvelles Editions Latines,
París, 1948; PETER VIERECK, Metapolitics. The roots of the Nazi mind, Capricorn Books, Nueva
York, 1961 (1941); G. L. M OSSE, The crisis of German ideology, Grasset & Dunlap, Nueva York,
1964; NICHOLAS GOODRICK-CLARKE, The occult roots of Nazism, The Aquarian Press, Wellingborough,
1985; LUCIANO PELLICANI, La società dei giusti. Parabola storica dello gnosticismo rivoluzionario,
Etaslibri, Milán, 1995, pp. 371-387.
68
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Uma velha ambição dos Judeus, in “O Legionário”, Nº 308, 7 de agosto
de 1938.
73
El Cruzado del Siglo XX
rio, es para con los judíos de una crueldad brutal e inútil” 69. “Sería preciso
que en Alemania surgiese un nuevo San Bernardo, que invocase para el
pueblo de Israel aquella misericordia que ni su gran Víctima le negó” 70.
69
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 232, 21 de febrero de 1937.
70
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 215, 25 de octubre de 1936. En
otros artículos él muestra cómo la persecución antisemita de Hitler contribuyó, de manera indirecta
pero poderosa, a la realización del sueño sionista. “Lo que los jefes del sionismo no obtuvieron, lo
obtuvo Hitler con su campaña antisemítica: pobló Tel-Aviv, la nueva ciudad hebraica de la Palesti-
na, hoy dotada de innumerables mejoras y de gran confort. La «patria nacional» de los judíos, la ha
llenado el Sr. Hitler” (ID., 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 599, 3 de enero de 1944).
71
Sobre la guerra civil española cfr. LÉON DE PONCINS, Histoire secrète de la Révolution espagnole, G.
Beauchesne, París, 1938; JOSÉ M. SÁNCHEZ, The Spanish civil war as a Religious tragedy, University
of Notre Dame Press, Notre Dame (Indiana), 1987; MARIO TEDESCHI (ed.), Chiesa Cattolica e guerra
civile in Spagna, Guida, Nápoles, 1989; JAVIER TUSELL - GENOVEVA GARCÍA QUEIPO DE LLANO, El
catolicismo mundial y la guerra de España, BAC, Madrid, 1992.
72
PÍO XI, Alocución a los refugiados españoles del 14 de septiembre de 1936, in IP, vol. V (1958), La
pace internazionale, cit., p. 223.
73
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Reflexões em torno da Revolução Hespanhola, in “O Legionário”, Nº
224, 27 de diciembre de 1936.
74
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, À margem dos factos, in “O Legionário”, Nº 187, 22 de diciembre de 1935.
74
“El «Legionário» nació para luchar...”
75
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A liberdade da Igreja no dia de amanhã, in “O Legionário”, Nº 549, 14
de febrero de 1943.
76
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Comunismo, in “O Legionário”, Nº 552, 7 de marzo de 1943.
77
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Pela grandeza e liberdade da Ação Católica, in “O Legionário”, Nº
331, 13 de enero de 1939.
78
Plinio Salgado (1895-1975), después de haberse dejado fascinar en su juventud por el materialismo
histórico y por el modelo de Bismarck, en los años 20 participó en la “revolución estética” del moder-
nismo, haciéndose un nombre como novelista y literato de tendencia nacionalista. Elegido diputado
por el Estado de São Paulo en 1928, apoyó en 1930 la candidatura de Julio Prestes contra Getulio
Vargas. Después de difundir un Manifesto de la Legión Revolucionaria (1931), a comienzos de 1932
fundó la Sociedad de Estudios Politicos (SEP) y en octubre del mismo año el “movimento integralista”
brasileño (AIB) del que fue “jefe nacional” hasta su disolución por disposición de Vargas, el 2 de
75
El Cruzado del Siglo XX
diciembre de 1937. Exiliado en Portugal desde 1939 hasta 1945, a su regreso al Brasil volvió a la vida
política, sin alcanzar nunca el papel de primer plano que habría ambicionado. Cfr. la palabra “Salgado”
en PAULO BRANDI - LEDA SOARES, in DHBB, vol. IV, pp. 3051-3061. Sobre el “integralismo” cfr.
además HELGIO TRINDADE, Integralismo. O fascismo brasileiro na década de 30, Difel, São Paulo,
1979, 2a. ed.; ID., La tentative Fasciste au Brésil dans les années trente, Éditions de la Maison des
Sciences de l’Homme, París, 1988; ID., “Integralismo”, in DHBB, vol. II, pp. 1621-1628.
79
H. TRINDADE, Integralismo, cit., p. 1624.
80
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, E porque não o Catolicismo?, in “O Legionário”, Nº 189, 19 de enero
de 1936; ID., À margem de uma critica, in “O Legionário”, Nº 153, 2 de setiembre de 1934. “Al
contrario del Estado liberal, el integralista «afirma el espíritu». Sin embargo, no osa romper de una
buena vez con el peor de los preconceptos liberales: el agnosticismo oficial” (ibid.). Cfr. también
Três rumos..., in “O Legionário”, Nº 157, 28 de octubre de 1934; Extremismos, in “O Legionário”, Nº
160, 9 de diciembre de 1934.
81
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Na expectativa, in “O Legionário”, Nº 206, 23 de agosto de 1936.
82
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, E porque não o Catolicismo?, cit.
83
PÍO XI, Encíclica Non abbiamo bisogno del 29 de junio de 1931 in I. GIORDANI, Le encicliche sociali
dei Papi, cit., pp. 353-374. Cfr. también PIETRO SCOPPOLA, La Chiesa e il fascismo. Documenti e
interpretazioni, Laterza, Bari, 1971, pp. 264-270; GIANNI VANNONI, Massoneria, Fascismo e Chiesa
cattolica, Laterza, Roma-Bari, 1979.
84
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Mussolini, in “O Legionário”, Nº 241, 25 de abril de 1937; Mussolini e
o nazismo, in “O Legionário”, Nº 296, 15 de mayo de 1938.
76
“El «Legionário» nació para luchar...”
doctrina” 85; y en ese distanciamiento radica “uno de sus grandes méritos” 86,
como sucedió con la firma del Tratado de Letrán 87.
Desde 1937 él observó con creciente preocupación la progresiva
radicalización del fascismo en su tendencia totalitaria y su deslizamiento
hacia el nazismo 88, hasta entonces obstado por la presencia de la Monarquía
y, sobre todo, por la del Papado. Las críticas del Dr. Plinio provocaron una
cierta reacción entre los católicos de origen italiano residentes en el Brasil,
que pretendieron ver en esos artículos un ataque a su país 89. A estos objetantes
él respondió:
“El «Legionário» estará siempre al lado del Papa. Por eso mismo nunca
estará contra Italia. Porque la causa de la Italia auténtica, de la Italia del
Dante, de San Francisco de Asís y de Santo Tomás, nunca podrá ser diso-
ciada de la causa del Papado” 90.
No es fácil comprender hoy todo el alcance de la independencia intelec-
tual de Plinio Corrêa de Oliveira, frente al conformismo de aquellos que
Jean-Louis Loubet del Bayle definiera como “los anticonformistas de los
años 30” 91, en momentos en que la intelligentsia europea se dejaba imantar
por la estrella roja del Kremlim o por el “fascismo inmenso y rojo” cantado
85
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Mussolini, cit. La distinción de Plinio Corrêa de Oliveira entre doctrina
y práctica del fascismo parece tener cierta analogía con la hecha por el historiador Renzo De Felice
entre “fascismo régimen” y “fascismo movimiento”. “El fascismo régimen ha hecho la Conciliación,
pero el fascismo movimiento ha sido anticlerical, ha estado en clara oposición a los valores más
profundos del cristianismo” (R. DE FELICE, Intervista sul fascismo, a cargo de MICHAEL A. LEDEEN,
Laterza, Roma-Bari, 1975, p. 104). Del mismo De Felice, cfr. la monumental biografía de Mussolini,
especialmente los volúmenes dedicados a Il Mussolini, Duce (Einaudi, Turín, 1974-1976).
86
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Mussolini, cit.
87
Sobre el Tratado de Letrán cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Fides Intrepida, in “O Legionário”, Nº
50, 12 de enero de 1930; Date a Césare, Nº 52, 9 de febrero de 1930; No X.º aniversario do tratado de
Latrão, in “O Legionário” Nº 335, 12 de febrero de 1939. “El fascismo fue un pésimo régimen. El
Tratado de Letrán produjo resultados inestimables para la Iglesia y para Italia” (PLINIO CORRÊA DE
OLIVEIRA, A Questão romana, in “O Legionário”, Nº 603, 27 de febrero de 1944).
88
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Italia em via de ser nazificada?, in “O Legionário”, Nº 306, 24 de
julio de 1938; Para onde caminha o fascismo?, in “O Legionário”, Nº 308, 7 de agosto de 1938;
Ainda o fascismo, Nº 330, 8 de enero de 1939.
89
El 27 de enero de 1939 murió en São Paulo el Conde Rodolfo Crespi, que quiso ser sepultado con la
camisa negra y que dejó 500.000 cruzeiros a Mussolini.
90
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O exemplo dos russos brancos, in “O Legionário”, Nº 322, 22 de enero
de 1939.
91
JEAN-LOUIS LOUBET DEL BAYLE, Les non-conformistes des années ‘30, Editions du Seuil, París, 1969.
Cfr. también R. RÉMOND, Les catholiques dans la France des années 30, Editions Cana, París, 1979.
77
El Cruzado del Siglo XX
por Roberto Brasillach 92. En la izquierda, celebraban los fastos del huma-
nismo soviético los franceses Romain Rolland, Louis Aragon, André
Malraux, André Gide, los alemanes Heinrich Mann y Bertolt Brecht, los
ingleses Aldous Huxley y E. M. Forster 93. Se alinearon con el fascismo y el
nazismo otros conocidos intelectuales como Giovanni Gentile, Ezra Pound,
Pierre Drieu-La Rochelle, Carl Schmitt, Martin Heidegger.
92
BERNARD GEORGE, Brasillach, Editions Universitaires, París, 1968, pp. 99-100.
93
Cfr. F. FURET, Le passé d’une illusion, cit., pp. 185-356.
94
Cfr. GORDON BROOK-SHEPHERD, Anschluss, the rape of Austria, Macmillan & Co., Londres, 1963;
ANDREAS HILLGRUBER, La distruzione dell’Europa, tr. it. Il Mulino, Bolonia, 1991, pp. 133-152. Fue
decisivo en el Anschluss el papel del Embajador en Vienna Franz von Papen (1879-1969) que ya en
1933 había allanado el camino del poder a Hitler con sus presiones sobre Hindenburg. Von Papen, que
se proclamaba católico, fue definido por Plinio Corrêa de Oliveira como “el mayor traidor de la Iglesia
en nuestros días” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O Legionário”, Nº 516, 2 de agosto
de 1942). Una confirmación histórica de esta afirmación nos es suministrada por RICHARD W. ROLFS, The
Sorcerer’s Apprentice: the life of Franz von Papen, Lanham, Londres-Nueva York, 1996.
95
“Austria, pobre Austria eternamente escarnecida —anota el 20 de marzo de 1938 en su diario el
conde FRIEDRICH RECK-MALLENCZEWEN— cuyo único error fue sin duda el de oponerse al espíritu de la
Gran Prusia, conservando hasta el fin el recuerdo del antiguo Sacro Imperio Romano-Germánico” (Il
tempo dell’odio e della vergogna, tr. it. Rusconi, Milán, 1970, p. 66).
96
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A conjuração dos Césares e do synhedrio, in “O Legionário”, Nº 288,
20 de marzo de 1938. Así expresó el Dr. Plinio su admiración por la Emperatriz Zita de Austria
(1892-1989), esposa del último Emperador, Carlos: “Ella supo hacer por la causa de la monarquía
en Europa, a la cual está absolutamente dedicada por un puro idealismo y no por vulgar interés,
mucho más que los innumerables soberanos, ex soberanos y pretendientes del mundo entero. Ella es,
78
“El «Legionário» nació para luchar...”
en este siglo de materialismo grosero, una figura enérgica e idealista, que merece el mayor respeto
de todos los observadores” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O destino trágico de duas grandes dinastias,
in “O Legionário”, Nº 247, 6 de junio de 1937). Sobre Zita, cfr. G. BROOK SHEPHERD, The last Empress,
Harper Collins Publishers, Londres, 1991.
97
M. MACCARRONE, Il Nazionalsocialismo e la Santa Sede, cit., pp. 211-212.
98
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O verdadeiro sentido do vôo de Chamberlain, in “O Legionário”, Nº
314, 18 de setiembre de 1938.
99
Sobre la conferencia de Munich y sobre el “appeasement”, cfr. MARTIN GILBERT, The roots of
Appeasement, Weidenfeld and Nicolson, Londres, 1966; CHARLES LOCH MOWAT, Britain between the
wars, 1918-1940, Methuen & Co. Ltd., Londres, 1976; TELFORD TAYLOR, Munich, the price of peace,
Hodder and Stoughton, Londres, 1979; ROBERT ROTSCHILD, Les chemins de Munich. Une nuit de sept
ans: 1932-1939, Perrin, París, 1988; R. A. C. PARKER, Chamberlain and Appeasement, St. Martin’s
Press, Nueva York, 1993.
100
“En materia de humillación, Francia e Inglaterra no podían ir más lejos. Han bebido el cáliz
hasta la última gota. Y cuando se les anunció que con la ingestión de algunas gotas más tal vez
conseguirían la paz, lloraron de alegría” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Os frutos ideológicos da paz,
in “O Legionário”, Nº 316, 2 de octubre de 1938).
79
El Cruzado del Siglo XX
Son conocidas las palabras con las que, al día siguiente de los acuerdos de
Munich, Churchill, jefe de la oposición conservadora en los Comunes,
apostrofó a Chamberlain: “Debíais elegir entre la vergüenza y la guerra:
escogisteis la vergüenza y tendréis la guerra”.
En un lúcido artículo de los años 70, sobre la “détente”, Plinio Corrêa de
Oliveira recordará así el acontecimiento:
“Munich no fue sólo un gran episodio de la historia de este siglo. Es un
acontecimiento símbolo en la historia de todos los tiempos: todas las veces
que hubiere, en cualquier tiempo y en cualquier lugar, un enfrentamiento
diplomático entre belicistas delirantes y pacifistas delirantes, la ventaja
sonreirá a los primeros y la frustración a los segundos. Y si hay un hombre
lúcido, censurará los Chamberlain y los Daladier del futuro con las pala-
bras de Churchill: «Debíais elegir entre la vergüenza y la guerra. Escogis-
teis la vergüenza y tendréis la guerra»” 101.
Menos de seis meses después, el 15 de marzo de 1939, violando los acuer-
dos establecidos, Hitler invadió Checoeslovaquia e incorporó al Reich los
territorios de Bohemia y Moravia, para los cuales instituyó un “protectora-
do”. Así, también la república Checoeslovaca, una de las creaciones de la
paz de Versalles de 1918, desaparecía del mapa de Europa. El mes anterior
había muerto Pío XI, ya gravemente enfermo. El 2 de marzo de 1939, el
Cardenal Camilo Caccia Dominioni anunciaba, desde el balcón central de la
Basílica de San Pedro, la elección del nuevo Papa, el Cardenal Eugenio
Pacelli, con el nombre de Pío XII 102.
Aquel año se había abierto con una sorprendente previsión de Plinio Corrêa
de Oliveira, aparecida en el primer número de “O Legionário” de ese año:
“Efectivamente —escribía— mientras se van delimitando todos los campos
de batalla, se va desarrollando un proceso cada vez más claro: el de la
101
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Churchill, o avestruz e a América do Sul, in “Folha de S. Paulo”, 31 de
enero de 1971.
102
Sobre Pío XII (1876-1958) en relación con los acontecimientos aquí tratados, cfr. Card. DOMENICO
TARDINI, Pio XII, Tipografia Poliglotta Vaticana, Ciudad del Vaticano, 1960; B. SCHNEIDER, Pio XII.
Pace, opera della giustizia, cit.; A. RHODES, The Vatican in the age of dictators, cit.; J. CHÉLINI,
L’Eglise sous Pie XII, cit.; G. MARTINA, Storia della Chiesa, vol. IV, L’età contemporanea, cit., pp.
219-247; GIORGIO ANGELOZZI GARIBOLDI, Pio XII, Hitler e Mussolini. Il Vaticano fra le dittature, Mursia,
Milán, 1995. El Cardenal Eugenio Pacelli había sido Nuncio en Alemania (1917-1929) y después
Secretario de Estado (1930-1939) antes de ascender al trono pontificio.
80
“El «Legionário» nació para luchar...”
103
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Entre o passado e o futuro, in “O Legionário”, Nº 329, 4 de enero de
1939. “El nazismo —reiteraba el 8 de mayo de 1938— puede ser equiparado desde el punto de vista
internacional, casi al comunismo. Y aún así, este «casi» es muy problemático” (ID., Legitima defesa,
in “O Legionário”, Nº 295, 8 de mayo de 1938).
104
J. GUIFFAN, Histoire de l’Europe, cit., p. 195.
105
A. HILLGRUBER, La distruzione dell’Europa, cit., p. 257. El pacto de “no-agresión” tenía una vali-
dez de diez años y obligaba a las partes a desistir de todo ataque “recíproco”. Se le había agregado un
“protocolo secreto” que dejaba el camino libre a Hitler para atacar a Polonia, entregando a la URSS el
control de los tres países bálticos —Estonia, Letonia y Lituania—, de Finlandia, de Polonia y de
Besarabia. Cfr. WALTHER HOFER, Die Entfessung des Zweiten Weltkrieges. S. Fischer, Frankfurt a.
Main, 1964, pp. 73-118; GERHARD L. WEINBERG, Germany and the Soviet Union, 1939-1941, Brill,
Leiden, 1972; ARTURO PEREGALLI, Il Patto Hitler-Stalin e la spartizione della Polonia, Erre Emme
Edizioni, Roma, 1989; JUAN GONZALO LARRAIN CAMPBELL, 1939: o Pacto Ribbentrop-Molotov confirmou
as denúncias do “Legionário”, in “Catolicismo”, Nº 532, abril 1995, pp. 22-24.
106
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Unidade nacional, in “O Legionário”, Nº 219, 22 de noviembre de 1936.
81
El Cruzado del Siglo XX
82
“El «Legionário» nació para luchar...”
manas a París y del armisticio entre Hitler y Pétain 111, Mussolini entró en la
guerra del lado del Reich. En Inglaterra, mientras tanto, el 10 de mayo de
1940 Chamberlain había presentado la dimisión y había sido sustituido como
Primer Ministro por Winston Churchill. El nuevo jefe del gobierno prome-
tió al pueblo británico “lágrimas, sacrificios, sangre y sudor” hasta la victo-
ria final, declarando en la Casa del Almirantazgo:
“Yo diría a la Casa, como lo he dicho a todos cuantos se han unido a este
Gobierno: «No tengo otra cosa que ofrecer sino sangre, sacrificios, lágrimas
y sudor». Me preguntáis: ¿cuál es nuestra política? Respondo: es la guerra
librada por mar, tierra y aire, con todo nuestro poder y con toda la fuerza que
Dios puede darnos; trabar la guerra contra una monstruosa tiranía, nunca
sobrepujada en el oscuro y lamentable catálogo del crimen humano. Esta es
nuestra política. Preguntáis: ¿cuál es nuestro objetivo? –Puedo responder en
una sola palabra: es la victoria, victoria a toda costa, victoria a despecho de
todo terror, victoria, por más largo y duro que pueda ser el camino; porque
sin victoria no hay supervivencia” 112.
Plinio Corrêa de Oliveira siempre admiró en la figura de Churchill, aun-
que fuese protestante, la fuerza de carácter y firmeza de convicciones, cuan-
do el rasgo común a los hombres políticos católicos de aquel tiempo parecía
ser la disponibilidad para “transigir” y colaborar con el adversario 113.
A fines de junio de 1940, Churchill, después de haber rechazado todas las
propuestas de paz, enfrentó la “batalla de Inglaterra” desencadenada por el
Führer para doblegar al pueblo inglés. Ya en el mes de octubre, la tenacidad
de la resistencia británica obligaba a Hitler a renunciar a su proyecto 114. La
esperanza germánica de concluir la “guerra-relámpago” se desvanecía con
la misma celeridad con que se había iniciado. Europa se encontraba, sin
embargo, bajo la bota del Führer que anunciaba la creación de su “nuevo
orden” milenario. El mapa geográfico europeo de 1941 parecía confirmar
111
“No comprendemos cómo se pueda desear el Reinado de Cristo en Francia, apoyando al mismo
tiempo con desvelos de hermano a los que en Alemania injurian, vilipendian y persiguen a Nuestro
Señor Jesucristo. No se puede ser al mismo tiempo amigo de San Pedro y de Herodes” (PLINIO CORRÊA
DE OLIVEIRA, As máscaras cairam, in “O Legionário”, Nº 504, 10 de mayo de 1942).
112
Cit. in M. GILBERT, Finest hour. Winston S. Churchill, 1939-1941, Heinemann, Londres, 1983, p. 333.
113
Cfr. por ejemplo PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Quisling, Mosley & C., in “O Legionário”, Nº 396 (14
de abril de 1940) en el que critica el “gran consorcio internacional Quisling, Mosley, Degrelle,
Seyss-Inquart & Co.”.
114
“Durante la guerra —afirmará Pío XII— el pueblo inglés ha soportado más de lo que era soporta-
83
El Cruzado del Siglo XX
ble a las posibilidades humanas” (PÍO XII, Alocución al nuevo Ministro de Gran Bretaña del 30 de
junio de 1947, in DR, vol. IX, p. 137).
115
J. CHÉLINI, L’Église sous Pie XII, cit., pp. 121-122.
116
Cfr. G. ANGELOZZI GARIBOLDI, Pio XII, Hitler e Mussolini, cit., pp. 193-194. En el momento en que
Italia entró en la guerra, se había hablado de un exilio voluntario de Pío XII a un país neutral, para
salvaguardar la independencia de su misión de Jefe de la Iglesia. El Arzobispo de Nueva York, Mons.
Francis Joseph Spellman, había propuesto que el Papa buscase refugio en un país de América Latina
y, según Giorgio Angelozzi Gariboldi, “se había pronunciado el nombre del Brasil” (ibid., p. 113).
117
G. ANGELOZZI GARIBOLDI, op. cit., pp. 148-149; A. RHODES, The Vatican in the age of dictators, cit.,
pp. 337-352.
118
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Com quem está o Papa?, in “O Legionário”, Nº 589, 21 de noviembre
de 1943. Cfr. también ID., Pastor Angelicus, in “O Legionário”, Nº 568, 27 de junio de 1943. “Nuestra
posición entre los dos campos opuestos —afirma Pío XII en el Radiomensaje de Navidad del 24 de
diciembre de 1947— es ajena de toda consideración de orden temporal. Estar con Cristo o contra
Cristo: esta es toda la cuestión” (Pío XII, in DR, vol. IX, p. 394).
119
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Com quem está o Papa?, cit. Cfr. también ID., 7 dias em revista, in “O
Legionário”, Nº 541, 20 de diciembre de 1942.
84
“El «Legionário» nació para luchar...”
120
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O bombardeio de Roma, Nº 572, 25 de julio de 1943; ID., 7 dias em
Revista, in “O Legionário”, Nº 597, 16 de enero de 1944. Por ocasión de la Navidad de 1944, publicó
varios artículos comentando el Mensaje de Pío XII (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A mensagem de
Natal, in “O Legionário”, Nº 647 (31 de diciembre de 1944), Nº 648 (7 de enero de 1945), Nº 649 (14
de enero de 1945) y Nº 651 (28 de enero de 1945).
121
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O Legionário”, Nº 595, 1 de enero de 1944.
122
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Anti Komintern!, in “O Legionário”, Nº 363, 27 de agosto de 1939.
123
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 453, 18 de mayo de 1941.
85
El Cruzado del Siglo XX
124
El Brasil fue el único país latinoamericano (con excepción de México, pero éste se comprometió
solamente en operaciones aéreas) que participó directamente en el conflicto, por medio de un contin-
gente de 20 a 25.000 hombres agregados al Quinto Ejército norteamericano, en Italia.
125
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Guerra!, in “O Legionário”, Nº 520, 30 de agosto de 1942.
126
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Civilização Cristã, in “O Legionário”, Nº 546, 24 de enero de 1943.
127
J. GUIFFAN, Histoire de l’Europe, cit., p. 217.
86
“El «Legionário» nació para luchar...”
128
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 519, 23 de agosto de 1942.
129
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O santo do diabo, in “O Legionário”, Nº 601, 13 de febrero de 1944.
130
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O discurso de Churchill in “O Legionário”, Nº 617, 4 de junio de 1944.
87
El Cruzado del Siglo XX
131
Cuando el General Guderian avisó a Hitler de los amenazadores preparativos soviéticos sobre el
río Vístula, el Führer rechazó terminantemente la propuesta de suspender la contraofensiva (BASIL H.
LIDDELL HART, Storia militare della seconda guerra mondiale, tr. it. Mondadori, Milán, 1996, p. 997).
132
Ibid., pp. 927-935.
133
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 625, 30 de julio de 1944.
88
“El «Legionário» nació para luchar...”
entero», quiso que en el mes de María se quebrase una de las puntas: murió
el nazismo. Ahora debemos pedirle que quiebre la otra punta y aplaste el
comunismo” 134.
El antifascismo de Plinio Corrêa de Oliveira no tenía nada que ver con el de
los progresistas, que se fue consolidando tras los pasos de los Ejércitos de
Liberación 135. Frente al derrocamiento del nazismo, ya dirigía su mirada hacia
el adversario siguiente, cuyo enorme potencial de amenaza sobre el Occidente
advertía con toda claridad. La lucha contra el comunismo, iniciada en los años
30, constituiría desde este momento la nota dominante de su apostolado.
Mientras las tropas soviéticas avanzaban hacia Berlín, escribía: “Derri-
bado el odioso flagelo nazista, el objetivo consiste en extinguir el comunis-
mo, y a ese objetivo se debe sacrificar todo, absolutamente todo lo que lógi-
ca y lícitamente se pueda sacrificar” 136.
“La lucha contra el comunismo —escribe el 10 de marzo de 1946— debe
ser más dura, más clara, más irreductible que nunca” 137. “El socialismo de
hoy —agrega algunos meses después— como el nazismo de ayer, como an-
tes de ayer el liberalismo, ostenta mil caras: con una sonríe a la Iglesia, la
amenaza con otra y hace discursos contra ella con otra más. Contra este
nuevo socialismo, como otrora contra el liberalismo, la actitud de los cató-
licos en el mundo entero, pero sobre todo en Europa, sólo puede ser una:
combate decidido, franco, inflexible, intrépido. El socialismo no es un ani-
mal salvaje susceptible de ser domado y domesticado. Es un monstruo apo-
calíptico, que reúne la falsedad del zorro a la violencia del tigre. No nos
olvidemos de esto, porque de lo contrario, los hechos terminarán por ense-
ñárnoslo de modo muy doloroso...” 138.
134
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Regina Pacis, in “O Legionário”, Nº 666, 13 de mayo de 1945.
135
Sobre la continuidad entre fascismo y antifascismo progresista, cfr. AUGUSTO DEL NOCE, Fascismo
e antifascismo. Errori della cultura, Leonardo, Milán, 1995. “El resultado de la unidad antifascista,
en los términos en que es propuesta hoy —escribía Del Noce en 1971— no puede ser sino un fascis-
mo al revés, un fascismo disociado de la causa nacional. Nos encontraríamos delante de la consuma-
ción del fascismo, como disolución total” (ibid., p. 98).
136
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A grande missão, in “O Legionário”, Nº 652, 4 de febrero de 1945.
137
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O discurso do Sr. Winston Churchill, in “O Legionário”, Nº 709, 10 de
marzo de 1946.
138
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A falsa alternativa, in “O Legionário”, Nº 723, 16 de junio de 1946.
89
El Cruzado del Siglo XX
139
La verdadera paz, según PÍO XII, no es el resultado de un puro equilibrio de fuerzas, sino “en su
último y más profundo significado, una acción moral y jurídica” (Radiomensaje al mundo del 24 de
diciembre de 1943, in IP, La pace internazionale, cit., p. 398), la cual sólo se puede obtener “con los
principios y de las normas dictadas por Cristo y puestas en práctica con sincera piedad” (Encíclica
Summi maeroris, del 19 de julio de 1950, in IP, La pace internazionale, cit., p. 542).
140
PÍO XII, Alocución al Sacro Colegio Cardenalicio del 24 de diciembre de 1946, in IP, La pace
internazionale, cit., p. 463.
141
Sobre el fracaso de la ONU, especialmente en lo que se refiere a la impotencia para enfrentar los
crímenes de guerra y los genocidios modernos, cfr. YVES TERNON in L’État criminel. Les Génocides
au XX siècle (Seuil, París, 1995), que ofrece un cuadro impresionante de los grandes exterminios de
masa de nuestro siglo, desde el genocidio de los judíos al de los armenios, del exterminio de los
camboyanos al de los pueblos dominados por los soviéticos.
90
“El «Legionário» nació para luchar...”
142
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 76, 16 de marzo de 1947. “La
ONU ignoró pura y simplemente la existencia del Papado. Repudió, pues, la única columna sobre la
cual se puede organizar normalmente el Derecho internacional. Y fracasará como la Liga de las
Naciones, por la misma razón por la cual esta fracasó” (ID., Um ano em revista. A consolidação das
instituções democráticas. A paz no mundo, in “O Legionário”, Nº 752, 5 de enero de 1947. Sobre la
ONU cfr. también ID., A comédia da O.N.U., in “O Legionário”, Nº 704, 3 de febrero de 1946.
143
Cfr. FELICE DASSETTO - ALBERT BASTENIER, Europa: nuova frontiera dell’Islam?, Edizioni Lavoro,
Roma, 1988. Sobre la naturaleza ideológica del islamismo cfr. STEFANO NITOGLIA, Islam. Anatomia di
una setta, Effedieffe, Milán, 1994.
144
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Neopaganismo, in “O Legionário”, Nº 574, 8 de agosto de 1943.
91
El Cruzado del Siglo XX
“El «Legionário» nació para luchar” 150. Desde 1933 hasta 1947, la voz
valiente y con frecuencia solitaria de “O Legionário”, dirigido por Plinio
Corrêa de Oliveira, levantó bien alta la bandera de la Iglesia y de la Civiliza-
145
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Questão Libanesa, in “O Legionário”, Nº 591, 5 de diciembre de
1943. “En los días de hoy, con hombres, armas y dinero, todo se hace. Dinero y hombres, el mundo
musulmán los posee cuantos quiere. Obtener armas, no será difícil... y, con esto, se tornará una
potencia inmensa en todo el Oriente, activa, aguerrida, consciente de las propias tradiciones, enemi-
ga de Occidente, tan armada cuanto él, que dentro de algún tiempo podrá ser tan absolutamente
influyente cuanto el mundo amarillo” (ibid.).
146
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O Legionário”, Nº 604, 5 de marzo de 1944.
147
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O Legionário”, Nº 635, 8 de octubre de 1944.
148
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O Legionário”, Nº 728, 21 de julio de 1946.
149
Plinio CORRÊA DE OLIVEIRA, “Mahome renasce”, in “O Legionário”, Nº 775, 15 de junio de
1947. Sobre el problema islámico cfr. también JUAN GONZALO LARRAIN CAMPBELL, “Uma coisa é ter
vista, outra é visão”, in “Catolicismo”, Nº 478, octubre 1990, pp. 11-12; ID., Vinte milhões de
Maometanos invadem a Europa, in “Catolicismo”, Nº 524, agosto 1994, pp. 20-22.
150
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 365 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 595, 11 de enero de 1944.
92
“El «Legionário» nació para luchar...”
151
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 17 anos, in “O Legionário”, Nº 616, 28 de mayo de 1944.
93
El Cruzado del Siglo XX
152
Cit. in DL, cit., vol. II, p. 181.
94
Capítulo III
1
Sobre el padre Nikolaus Albert Joseph von Diesbach (1732-1798) y sobre las Amicizie, cfr. CANDIDO
BONA I.M.C., Le “Amicizie”, società segrete e rinascita religiosa (1770-1830), Deputazione Subalpina
di Storia Patria, Turín, 1962; R. DE MATTEI, Idealità e dottrine delle “Amicizie”, Biblioteca Romana,
Roma, 1980.
2
Acerca del P. Pío Brunone Lanteri (1759-1830), declarado Venerable en 1967, además de las obras
citadas en la nota precedente, cfr. R. DE MATTEI, Introduzione a Direttorio e altri scritti del venerabile
P. B. Lanteri, Cantagalli, Siena, 1975; PAOLO CALLIARI O. M. V., Servire la Chiesa - Il venerabile Pio
Brunone Lanteri (1759-1830), Lanteriana-Krinon, Caltanisetta, 1989. MONS. FRANCISCO OLGIATI indi-
caba en Pío Brunone Lanteri “uno de los símbolos más elocuentes del apostolado in genere y de la
Acción Católica in specie” (Prefacio a ICILIO FELICI, Una bandiera mal ripiegata - Pio Brunone Lanteri,
fondatore dei Padri Oblati di Maria Vergine, precursore dell’Azione Cattolica, Tip. Alzani, Pignerol,
1950, p. 6). El Prof. Fernando Furquim de Almeida dedicó una importante serie de artículos en
“Catolicismo”a las Amicizie de los PP. Diesbach y Lanteri.
3
Para un cuadro del apostolado seglar en el último siglo, cfr. SILVIO TRAMONTIN, Un secolo di storia
della Chiesa. Da Leone XIII al Concilio Vaticano II, Studium, Roma, 1980, vol. II, pp. 1-54.
95
El Cruzado del Siglo XX
96
En defensa de la Acción Católica
10
PÍO XI, Encíclica Quas Primas del 11 de diciembre de 1925, en IP vol. VI, La Pace interna delle
nazioni, cit., pp. 330-351.
11
Ibid., p. 339.
12
LEÓN XIII, encíclica Annum Sacrum del 25 de mayo de 1899, en IP, Vol. I, Le fonti della vita
spirituale, cit., p. 191.
13
PÍO XI, Encíclica Quas Primas, cit., p. 343.
14
Ibid., pp. 343-344.
15
Ibid., p. 349.
97
El Cruzado del Siglo XX
16
Jacques Maritain nació en París en 1882 y murió en Tolosa en 1973. Discípulo del filósofo Henri
Bergson, se convirtió al catolicismo en 1906 junto con su mujer Raïssa, judía de origen ruso. Después
de haber estado próximo de la Action Française, se separó de Maurras, proponiéndose a sí mismo
como el nuevo maître à penser del mundo católico. Tras haber pasado el período de la II Guerra
Mundial en los Estados Unidos, fue nombrado embajador de Francia ante la Santa Sede (1944-1948),
para después retornar a América como Profesor en la Universidad de Princeton. Fue a Maritain que
Paulo VI encomendó el “mensaje a los intelectuales” en la clausura del Concilio Vaticano II.
17
JACQUES MARITAIN, Humanisme intégral. Problèmes temporels et spirituels d’une nouvelle chrétienté,
Aubier-Montaigne, París, 1936, actualmente in JACQUES Y RAÏSSA MARITAIN, Oeuvres Complètes,
Editions Universitaires, Friburgo, 1984, Vol. VI, pp. 293-642. Esta obra es la recopilación de una
serie de conferencias proferidas en agosto de 1934 en la Universidad de Santander. LOUIS SALLERON,
en la “Revue Hebdomadaire” del 22 agosto de 1936, (Après l’Humanisme intégral? M. Jacques
Maritain, Marxiste chrétien, in “L’Ordre Français”, Nº 176, diciembre de 1973, pp. 11-24), denun-
ciaba lúcidamente la dialéctica de Maritain como “puramente marxista” (ibid., p. 21). Entre los nume-
rosos artículos de PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA acerca de Maritain, cfr. Maritain e o dogma de sua
infalibilidade, in “O Legionário”, Nº 190, 28 de noviembre de 1943. Para un análisis crítico del
pensamiento del filósofo francés, cfr. además JULIO MEINVIELLE, De Lamennais a Maritain, Ed. Theoria,
Buenos Aires, 1967 (1945); LEOPOLDO PALACIOS, El mito de la nueva cristiandad, Speiro, Madrid,
1952; RAFAEL GAMBRA CIUDAD, Maritain y Teilhard de Chardin, Speiro, Madrid, 1969; y los impor-
tantes artículos en “La Civiltà Cattolica” del P. ANTONIO MESSINEO S. J., Evoluzione storica e messaggio
cristiano, Nº 102 (1951) pp. 253-263; Laicismo político e dottrina cattolica, Nº 103 (1952), pp. 18-
28; L’uomo e lo Stato, Nº 105 (1954), pp. 663-669; y Umanesimo integrale, Nº 107 (1956), pp. 449-
463, traducidos bajo el título O humanismo integral en los números 75 a 77 de “Catolicismo” (marzo,
abril y mayo de 1957).
18
J. MARITAIN, Humanisme integral, cit., pp. 437-526.
19
Id., p. 442.
20
Id., p. 495.
21
Id., pp. 552-554.
98
En defensa de la Acción Católica
22
A. C. VILLAÇA, O pensamento católico no Brasil, cit., p. 14.
23
AIDAN NICHOLS, Yves Congar, Cassel Publishers Ltd., Londres 1989, trad. it. por Edizione Paoline,
Cinisello Balsamo, 1991, p. 12. El dominico Yves Congar (1904-1995), discípulo del padre Marie-
Dominique Chenu, fue uno de los exponentes de punta de la “Nouvelle Theologie”. Definido como
“padre e inspirador del [Concilio] Vaticano II” (Bruno Forte, “Avvenire”, 23 de junio de 1996), fue
condecorado con la púrpura cardenalicia por Juan Pablo II, en noviembre de 1994. Cfr. MARIE-
DOMINIQUE CHENU, Une école de théologie. Le Saulchoir, Editions du Cerf, París, 1985 (1a. ed. Tournai,
1937).
24
Sobre el modernismo, cfr. CORNELIO FABRO, vocablo Modernismo, in EC, Vol. VIII (1952), cols.
1187-1196; RAMÓN GARCÍA DE HARO, Historia teológica del modernismo, Universidad de Navarra,
Pamplona, 1972; y entre las obras favorables a dicho movimiento, ver EMILE POULAT, Histoire, dogme
et critique dans la crise moderniste, Casterman, París, 1962; BERNARD M. G. REARDON, Roman Catholic
Modernism, Stanford University Press, Londres, 1970; THOMAS LESLIE LOOME, Liberal Catholicism,
Reform Catholicism, Modernism - A contribution to a New Orientation on Modernist Research, Matthias
Grünewald Verlag, Mainz, 1979, GABRIEL DALY O.S.A., Trascendence and Immanence - A study in
Catholic Modernism and Integrism, Clarendon Press, Oxford, 1980.
99
El Cruzado del Siglo XX
3. El “movimiento litúrgico”
25
Sobre don Próspero Guéranger (1805-1875), restaurador de la vida monástica en Francia, cfr. D.
PAUL DELATTE O.S.B., Dom Guéranger, Abbé de Solesmes, Plon-Nourrit, París, 1989, 2 vols. (2a. ed.)
y recientemente CUTHBERT JOHNSON O.S.B., Prosper Guéranger (1805-1875): a liturgical theologian,
Pontificio Ateneo S. Anselmo, Roma, 1984. Cfr. también F. FURQUIM DE ALMEIDA, D. Guéranger, um
douto na Lei Divina, in “Catolicismo”, Nº 66, junio de 1956, y los vocablos de B. HEURTEBIZE en
DTC, vol. VI (1920), cols. 1894-1898, y de JACQUES HOURLIER en DSp, vol. VI (1967), cols. 1097-
1106.
26
Acerca del “movimiento litúrgico”, cfr. OLIVIER ROUSSEAU, Histoire du mouvement liturgique, Ed.
du Cerf, París, 1994; DIDIER BONNETERRE, Le Mouvement liturgique, Ed. Fideliter, Escurolles, 1980;
B. NEUNHEUSET, Movimento Liturgico, en Nuovo Dizionario de Liturgia, a cargo de D. Sartore - A. M.
TRIACCA, Ediciones Paulinas, Roma, 1984. Ver además Liturgia: temi e autori - Saggi di studio sul
movimento litúrgico, a cargo de FRANCO BROVELLI, Ediciones Litúrgicas, Roma, 1990. Textos como
Das Christliche Kultmysterium (1932) de D. ODO CASEL; Vom Geist der Liturgie (1918), Liturgische
Bildung (1923), Die Sinne und die religiöse Erkenntis (1950), de ROMANO GUARDINI; Liturgie und
Personlichkeit (1933) de DIETRICH VON HILDEBRAND, constituyeron las obras de referencia del movi-
miento.
27
En el congreso de las asociaciones católicas inaugurado en Malinas en 1909 por el cardenal Mercier,
D. Lambert Beaudin (1873-1960), benedictino de Monte César, había sido el primero en sostener una
visión horizontalista y “comunitaria” de la liturgia (B. FISCHER, Das “Mechelner Ereignis” vom
23.9.1909, en Liturgisches Jahrbuch, 9 [1959], pp. 203-219). Él fue también uno de los principales
pioneros del “movimiento ecuménico”.
28
En la abadía de Maria Laach, se reencontraron unidos el abad J. Herwegen y sus monjes K. Mohlberg
y O. Casel, con el joven sacerdote italo-alemán Romano Guardini y los profesores J. Dölger y A.
Baumstark. Con el impulso de todos ellos, en 1918 comenzaron a editarse las tres colecciones Ecclesia
Orans, Liturgiegeschichliche Quellen y Liturgiegeschichliche Forschungen.
29
ERWIN ISERLOH, Il Movimento liturgico, en HKG, tr. it. vol. X/1, Milán, 1980, p. 237.
100
En defensa de la Acción Católica
idea de una “concelebración” del sacerdote con el pueblo 30; sostenían que se
debía “participar” activamente de la Misa, dialogando con el sacerdote, con
exclusión de cualquier otra forma de legítima asistencia al Santo Sacrificio,
tal como la meditación, el Rosario u otras oraciones privadas; propugnaban la
reducción del altar a una mesa; consideraban como formas extra-litúrgicas de
piedad, la comunión extra Missam, las visitas al Santísimo Sacramento, la
adoración perpetua; manifestaban poca consideración por las devociones al
Sagrado Corazón, a Nuestra Señora, a los Santos y, en general, por la espiri-
tualidad ignaciana y por la doctrina moral de San Alfonso María de Ligorio.
Se trataba, en una palabra, de una “reinterpretación” de la doctrina y de la
estructura de la Iglesia, con el objeto de adaptarlas al mundo moderno.
El padre José Ariovaldo da Silva, que ha trazado una documentada histo-
ria del movimiento litúrgico en Brasil, fija la fecha de su nacimiento oficial
en 1933 31. En aquel año, un monje benedictino llegado de Alemania, don
Martin Michler 32, encargado de impartir un curso de liturgia en el Instituto
Católico de Estudios Superiores, despertó con sus clases el entusiasmo de
algunos estudiantes brasileños 33. Se formó entonces, dentro de la Acción
Universitaria Católica (AUC), un Centro de Liturgia, cuyos trabajos se inau-
guraron con un retiro predicado por el sacerdote benedictino a dieciséis jó-
venes, en una hacienda del interior del Estado de Río de Janeiro. Fue allí que
el 11 de julio de 1933 se celebró la primera Misa dialogada y versus populum
en el Brasil 34. Desde entonces don Michler comenzó a dialogar semanal-
30
Tal principio, condenado por el Concilio de Trento (Sesión 23, cap. 4, en DENZ.-H, Nº 1757), fue
nuevamente proscrito por Pío XII (Encíclica Mediator Dei, in AAS, vol. 39, p. 556).
31
JOSÉ ARIOVALDO DA SILVA O.F.M., O movimento litúrgico no Brasil, Editora Vozes, Petrópolis,
1983. Cfr. también MONS. CLEMENTE ISNARD O.S.B., Reminiscências para a História do Movimento
Litúrgico no Brasil, apéndice en B. BOTTE O.S.B., O movimento litúrgico - Testemunho e recordações,
Ediciones Paulinas, São Paulo, 1978, pp. 208-209.
32
Don Martín Michler (1901-1969) fue benedictino en Neusheim, en Maria Laach y en San Anselmo
de Roma, recibiendo la influencia, además de Romano Guardini, de D. Beaudin y de Odo Casel. Cfr.
C. ISNARD O.S.B., O papel de Dom Martinho Michler no Movimento Católico Brasileiro, in “A Ordem”,
Nº 36, diciembre 1946, pp. 535-545.
33
Alceu Amoroso Lima, quien reconoció deber mucho a la influencia de Michler (A. AMOROSO LIMA,
Memórias Improvisadas, Ed. Vozes, Petrópolis, 1973, p. 205), vio en él “una gran luz para todos”
(ID., Hitler e Guardini, in “A Ordem”, Nº 36, diciembre 1946, p. 550). A esta influencia no se sustrajo
otro intelectual católico brasileño, Gustavo Corção, que en su obra autobiográfica A descoberta do
Outro (1944), según el P. Da Silva “deja transparecer la nítida influencia de las ideas vitalistas de Don
Martín Michler” (J. ARIOVALDO DA SILVA O.F.M., O Movimento litúrgico no Brasil, cit., p. 48; cfr.
también A. C. VILLAÇA, O pensamento católico no Brasil, cit., pp. 144-145).
34
J. ARIOVALDO DA SILVA O.F.M., O Movimento Litúrgico no Brasil, cit., pp. 41-42; MONS. C. ISNARD
101
El Cruzado del Siglo XX
O.S.B. (O papel..., cit., pp. 535-539). Así recuerda Mons. Isnard este episodio: “En la sala principal él
preparó un altar para la celebración de la misa. Pero, para gran sorpresa nuestra, en vez de recostar la
mesa en la pared, la colocó en el centro de la sala y dispuso un semicírculo de sillas, diciendo que iba
a celebrar de frente hacia nosotros. ¡Fue la primera misa celebrada de frente hacia el pueblo en Bra-
sil!” (Reminiscências..., cit., p. 218). “Don Martín hizo todo eso con naturalidad, pero en aquel mo-
mento él consumaba una revolución dentro de nosotros, quebraba un tabú, y nos obligaba a seguirlo
en otros pasos que nos haría dar” (ibid.).
35
J. A. DA SILVA, O.F.M., O Movimento litúrgico no Brasil, cit., p. 43.
36
Cfr. “A Ordem”, XVI, enero de 1936, pp. 5-11.
37
MÓNICA KORNIS - DORA FLAKSMAN, Ação Católica Brasileira (ACB), in DHBB, vol. I, p. 11.
38
Alceu de Amoroso Lima, conocido bajo el seudónimo de Tristão de Athayde, nació en Río de
Janeiro el 11 de diciembre de 1893 y falleció en Petrópolis el 9 de agosto de 1983. En su formación
intelectual desempeñaron un rol profundo el evolucionismo de Silvio Romero, el idealismo de Benedetto
Croce y el vitalismo de Henri Bergson, a cuyas clases en París asistió en 1913. En 1928 se convirtió al
catolicismo, bajo la influencia del pensador católico Jackson de Figueiredo, y a la muerte de éste le
sucede como director del Centro Dom Vital y de la revista “A Ordem”, dando inicio a una nueva fase
de su vida, que lo presenta sucesivamente como estrecho colaborador del cardenal Leme, secretario
general de la Liga Electoral Católica (1932), y primer presidente de la Acción Católica Brasileña
(1935-1945). Bajo la influencia de Maritain, sin embargo, inició una revisión de sus principios filosó-
ficos y políticos, que lo llevó a retornar a sus concepciones liberales anteriores a su conversión. En
esta perspectiva ideológica promovió la organización del Partido Demócrata Cristiano (PDC), del
cual redactó el manifiesto programático, participando en 1949 del así llamado “Movimiento de Mon-
tevideo”, que tenía el objetivo de organizar la Democracia Cristiana en toda América Latina. Saludó
102
En defensa de la Acción Católica
con entusiasmo el Concilio Vaticano II, recibiendo la influencia de las nuevas tendencias del progre-
sismo católico. Para un análisis del confuso y contradictorio itinerario intelectual de Amoroso Lima,
cfr. CUNHA ALVARENGA (José de Azeredo Santos), História das variações do Sr. Tristão de Athayde, in
“Catolicismo”, Nº 43, julio de 1954.
39
Eran requisitos esenciales para los militantes de la A. C., definidos en sus estatutos, llevar “vida
ejemplar”, observar la “práctica de los sacramentos” y adherirse a los “programas de la ACB y de la
respectiva organización”.
40
P. A. MAIA S.J., História das Congregações Marianas, cit., p. 61.
41
Ibid., p. 93.
42
En este período, tal como Plinio Corrêa de Oliveira en São Paulo, “Athayde es considerado el gran
103
El Cruzado del Siglo XX
líder del pensamiento católico brasileño, el coordinador de las fuerzas espirituales de la Nación. Él es
aclamado como un hombre cuya calma, prudente y fructífera actividad resultó en la espléndida victo-
ria de las reivindicaciones católicas en la Asamblea Nacional Constituyente” (Hna. MARIA ANCILLA
O’NEILL, M.A., Tristão de Athayde and the Catholic social movement in Brazil, The Catholic University
of America Press, Washington, 1939, p. 118). Plinio conoció a Alceu de Amoroso Lima en 1930,
según lo recuerda el mismo Amoroso Lima en el Legionário (Cfr. TRISTÃO DE ATHAYDE, Belo exemplo,
in “O Legionário”, Nº 97, 8 de mayo de 1932).
43
Cfr. JOSÉ PERDOMO GARCÍA, El Maritenismo en Hispanoamérica, in “Estudios Americanos”, Sevilla,
Nº 11, 1951, pp. 567-592; A. AMOROSO LIMA, Maritain et l’Amérique Latine, in “Revue Thomiste”,
vol. 48, 1948, pp. 12-17; EDUARDO SERAFIM DE OLIVEIRA, A influência de Maritain no Pensamento de
Alceu Amoroso Lima, in “A Ordem”, Nº 78. “Es sobre todo a través de Amoroso Lima —observa
Villaça— que Maritain viene ejerciendo una influencia profunda y decisiva en la renovación cultural
del catolicismo brasileño” (O pensamento católico no Brasil, cit., p. 15).
44
MARIETA DE MORAIS FERREIRA - LEDA SOARES, Lima, Alceu Amoroso, in DHBB, vol. III, p. 1831.
45
A. C. VILLAÇA, O pensamento católico no Brasil, cit., p. 10.
46
Amoroso Lima intentó después presentar al fundador del Centro Dom Vital, Jackson de Figueiredo,
a quien sucediera en la dirección, como un “revolucionario inconsciente”. “Para las nuevas genera-
ciones, si llamamos a Jackson revolucionario estaremos más próximos de la verdad que dándole el
calificativo de reaccionario del que él tanto se enorgullecía” (TRISTÃO DE ATHAYDE, Foi à 25 anos, in
“Diário de Belo Horizonte”, 29 de noviembre-1 de diciembre de 1953). En realidad, como observa
José de Azeredo Santos en “Catolicismo”, Jackson representaba “un fardo incómodo para aquellos
que abandonaron su bandera a mitad del camino y que cambiaron a Don Vital y Veuillot por el infeliz
D. La Cerda y por Maritain” (Jackson, um fardo incômodo, “Catolicismo”, Nº 37, enero de 1954, p.
4). El padre Villaça, que definió a Amoroso Lima como “entrañadamente liberal”, observa que “si
Jackson marcó a fondo el alma de Alceu, no le cambió la tendencia liberal, que permaneció intacta”
(O pensamento católico no Brasil, cit., p. 13).
104
En defensa de la Acción Católica
5. El apogeo de “O Legionário”
47
J. ARIOVALDO DA SILVA, O.F.M., O Movimento litúrgico no Brasil, p. 28.
48
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O Concílio, in “O Legionário”, 2 de julio de 1939, p. 2; J. ARIOVALDO
DA SILVA, O.F.M., O Movimento Litúrgico no Brasil, cit., p. 28.
49
“Es con corazón de Obispo y con toda mi alma —afirmaba Mons. Duarte— que vengo a traeros hoy
mi bendición, no sólo por la inauguración de las máquinas de nuestro periódico sino sobre todo por
vuestra dedicación y vuestro espíritu de fe” (“O Legionário”, Nº 295, 8 de mayo de 1938).
105
El Cruzado del Siglo XX
50
(N. del E.) Aplicación del calificativo de Chevalier sans peur et sans reproche - “Caballero sin
temor y sin reproche”, dado al célebre Condestable de Francia Pierre de Terrail, señor de Bayard
(1476-1524).
51
Citado en “O Legionário”, Nº 248, del 15 de mayo 1938. Una bendición especial de Pío XII,
igualmente significativa, fue transmitida al año siguiente al doctor Plinio por el Cardenal Leme, que
se hallaba en Roma para la entronización del nuevo Pontífice. He aquí el texto de la carta, datada del
5 de abril de 1939:
“Mi querido Dr. Plinio. De corazón le agradezco el cariñoso telegrama que me envió a Bahía. Le
transmito con satisfacción la especial bendición que el Santo Padre concedió a nuestro intrépido
“Legionário” y a su benemérito director, verdadero hombre de prensa católica, redactores, benefacto-
res y lectores” (cit. en “O Legionário”, Nº 346, 30 de abril de 1939).
52
El padre Réginald Garrigou-Lagrange nació en Auch, cerca de Tarbes, en 1877 y falleció en Roma
en 1964. Discípulo de los dominicos PP. Cormier, Gardeil y Arintero, fue uno de los mayores teólo-
gos del siglo XX. Cfr. la vastísima bibliografía en “Angelicum”, Nº 42, 1965, pp. 200-272. Ver
también INNOCENZO COLOSIO O.P., Il P. Maestro Réginald Garrigou-Lagrange - Ricordi personali di
un discepolo, en “Rivista di Ascetica e Mistica”, Nº 9, 1964, pp. 226-240; BENOÎT LAVAUD, Garrigou-
Lagrange, in DSp, vol. VI, 1967, cols. 128-134.
53
Cfr. “O Legionário”, Nºs. 309 (14 de agosto 1938) y 310 (21 de agosto 1938).
106
En defensa de la Acción Católica
107
El Cruzado del Siglo XX
por la misma naturaleza de las cosas, establecida por la Providencia. Es el dístico que se encuentra
en el blasón de armas del Excmo. y Rvmo. Sr. Arzobispo Metropolitano: «para que todos sean uno».
(...) La unión entre católicos es la yuxtaposición tranquila de elementos heterogéneos. Ella es la
coordinación pacífica de personas unidas por la comunión de ideas, por la comunión de vida, por la
identidad de acción. ¿Qué ideas? ¿Qué vida? ¿Qué acción? Ideas, sólo las de la Iglesia. Vida, la vida
sobrenatural de la gracia. Acción, la Acción Católica” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Ut omnes unum
sint, in “O Legionário”, Nº 392, 17 de marzo 1940).
57
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Burocrácia, in “O Legionário”, Nº 310, 21 de agosto de 1938; ID.,
Sociologitis, in “O Legionário” Nº 311, 28 de agosto de 1938. ¡Los simples títulos de estos artículos
ya dicen mucho!
108
En defensa de la Acción Católica
que tan íntimamente se insertaron en la vida nacional, y más que todo las
normas del Santo Evangelio, jamás harán de nuestras ansias de grandeza
un pretexto para jacobinismos estrechos, para racismos insanos, para
imperialismos criminales. Si algún día el Brasil fuere grande, lo será para
bien del mundo entero. «Sean entre vosotros los que gobiernan como los
que obedecen», dice el Redentor. El Brasil no será grande por la conquista,
sino por la Fe; no será rico por el dinero tanto cuanto por la generosidad.
Realmente, si supiéremos ser fieles a la Roma de los Papas, podrá nuestra
ciudad ser una nueva Jerusalén, de belleza perfecta, honra, gloria y alegría
del mundo entero” 58.
Entre tanto, Plinio Corrêa de Oliveira quiso llevar su obra hasta las últi-
mas consecuencias. Decidió, así, escribir un libro en defensa de la Acción
Católica, ofreciendo un preciso diagnóstico de los males que la afligían.
Estos males no eran ignorados por el Nuncio Apostólico en Brasil, Mons.
Benito Aloisi Masella, quien desde hacía tiempo seguía y apreciaba la actua-
ción de Plinio Corrêa de Oliveira, aunque no lo conociera personalmente. Le
envió como emisario de su confianza al jesuita italiano P. César Dainese 59, a
la sazón rector del colegio Loyola de Belo Horizonte, quien preparó el camino
para un encuentro con el Nuncio. El coloquio tuvo lugar poco tiempo después
en Río de Janeiro. El Nuncio era un hombre de sesenta años, de actitud reser-
vada y de perfecto porte diplomático. Escuchó en silencio la exposición del
presidente de la Acción Católica paulista, lo estimuló tácitamente y encargó al
P. Dainese mantener relaciones con él. Poco después el P. Antonio de Castro
Mayer fue promovido a Vicario General de la Arquidiócesis de São Paulo. La
intervención de la Nunciatura era evidente y constituía un incentivo para el
proyecto del doctor Plinio, quien se abocó al estudio de documentos para con-
cluir lo antes posible la redacción de su obra.
Monseñor de Castro Mayer recordó más tarde haber acompañado toda la
elaboración del libro y los esfuerzos del autor para que su obra fuese perfec-
58
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Saludo a las autoridades civiles y militares, in “O Legionário”, Nº 525,
7 de setiembre de 1942.
59
César Dainese, nacido en Luvigliano (Padua) en 1894, ingresó a la Compañía de Jesús en Brasil en
1912, iniciando su noviciado en Villa Mariana (São Paulo). Después de haber estudiado filosofía en
Roma y teología en el Heythrop College de Inglaterra, fue ordenado sacerdote en 1927 y en 1930
regresó al Brasil, donde ocupó el cargo de Rector del Colegio Anchieta en Nueva Friburgo, Río de
Janeiro, en 1934-1935 y nuevamente en 1940-1945, del Colegio Antonio Vieira en Salvador, Bahía,
del cual fue Provincial (1953-1957), y del Colegio San Ignacio en Río (1963-1964). Murió en 1986.
109
El Cruzado del Siglo XX
tamente objetiva 60. Era necesaria, sin embargo, la autorización del Arzobis-
po de São Paulo. Éste, teniendo en manos el esbozo del volumen, se mostra-
ba perplejo frente a la firmeza de posiciones del líder paulista. Ante las va-
cilaciones de Mons. José Gaspar, Plinio Corrêa de Oliveira, utilizando como
canal al P. Dainese, recurrió al Nuncio explicando las dificultades que el
libro encontraba en su camino y pidiéndole un prefacio, a fin de superar el
impasse. Mons. Aloisi Masella, después de haber leído atentamente la obra
y comprendido su alcance, consintió de buen grado, recomendando al Arzo-
bispo de São Paulo no postergar más la publicación. Mons. José Gaspar
envió así el texto al P. de Castro Mayer, su vicario, para que concediese
finalmente, en su nombre, el esperado imprimatur.
En junio de 1943, con el prefacio del Nuncio Benito Aloisi Masella y con
el imprimatur de la arquidiócesis de São Paulo, salió a luz En Defensa de la
Acción Católica 61, firmado por Plinio Corrêa de Oliveira en su calidad de
presidente de la Junta Arquidiocesana de la Acción Católica de São Paulo.
El libro, dividido en cinco partes, constituía la primera refutación de con-
junto de los errores progresistas que medraban al interior de la Acción Cató-
lica en Brasil y se reflejaban en la sociedad civil.
La obra no constituía un tratado destinado a ofrecer una idea general de la
Acción Católica. “Antes bien —escribía el autor en la Introducción— es
una obra hecha para decir lo que la Acción Católica no es, lo que ella no
debe ser, lo que ella no debe hacer” 62.
1) El primer problema de fondo que el autor enfrentaba era el de la “natu-
raleza” de la Acción Católica. “En materia de Acción Católica —había es-
crito en “O Legionário”— no hay un problema más importante que el de la
naturaleza jurídica de esa organización” 63. Las nuevas tesis atribuían a Pío
60
Mons. de Castro Mayer recuerda, por ejemplo, que la obra de Plinio Corrêa de Oliveira fue leída de
inmediato por el Prior del Monasterio de San Benito, don Pablo Pedrosa, y del citado padre César
Dainese S.J., director de la Confederación Nacional de las Congregaciones Marianas (MONS. ANTONIO
DE CASTRO MAYER, obispo de Campos, Vinte anos depois..., in “Catolicismo”, Nº 150, julio de 1963).
61
Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Em defesa da Ação Católica, Editora Ave María, São Paulo, 1943.
62
Ibid., p. 14.
63
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Rumos da Ação Católica sob o Pontificado de Pio XII, “O Legionário”,
n. 510, 21 de junio 1942.
110
En defensa de la Acción Católica
111
El Cruzado del Siglo XX
65
Ibid., p. 49.
66
Ibid., p. 52.
67
Ibid., pp. 63-64.
68
Ibid., p. 64.
112
En defensa de la Acción Católica
3) El tercer punto, abordado sobre todo en las partes restantes del volu-
men, se refería a las desviaciones de la Acción Católica relativas a la litur-
gia, a la espiritualidad y a los métodos de apostolado y de acción.
Sin entrar en el problema de la “Misa dialogada”, que extrapolaba del
tema de su libro, Plinio Corrêa de Oliveira señalaba las doctrinas que defor-
maban la enseñanza tradicional de la Iglesia.
Desde el punto de vista de la vida interior, el liturgicismo que se difundía
parecía comportar una “ascética nueva” vinculada a una específica “gracia
de estado” propia de la Acción Católica. La liturgia, según las nuevas tesis,
ejercería sobre los fieles una acción mecánica o mágica tal, que volvería
superfluo todo esfuerzo de colaboración entre el hombre y Dios 69. Las prác-
ticas de las devociones más comunes 70, así como todo esfuerzo de voluntad,
desde el examen de conciencia a la participación en los Ejercicios espiritua-
les de San Ignacio, eran sistemáticamente desalentadas, porque se las consi-
deraba inútiles y superadas. El origen de estos errores, según el doctor Plinio,
se encontraba en el espíritu de independencia y de búsqueda del placer, que
quiere liberar al hombre del peso de los sacrificios impuestos por el trabajo
de santificación. “Eliminada la lucha espiritual, la vida del cristiano les
aparece como una serie ininterrumpida de placeres y consolaciones” 71.
Plinio Corrêa de Oliveira recuerda la frase de León XIII según la cual “la
perfección de la virtud cristiana está en la generosa disposición del alma que
busca las cosas arduas y difíciles” 72, así como las palabras de Pío XI en la
Carta Magna Equidem, del 2 de agosto de 1924:
“El deseo desenfrenado de placeres, enervando las fuerzas del alma y
corrompiendo las buenas costumbres, destruye poco a poco la conciencia
del deber. De hecho, son siempre más numerosos los que, hoy en día, atraí-
dos por los placeres del mundo, nada abominan más vivamente, ni evitan
69
Ibid., p. 94.
70
“Estas devociones —observa el cardenal Palazzini— ofrecen preciosas ventajas (indulgencias, etc.)
y gracias particulares de orden espiritual y también material. Todas producen efectos morales y socia-
les del más alto interés. Es en la práctica de estas devociones, tan neciamente despreciadas o descui-
dadas por los espíritus mediocres o ciegos, que pequeños y grandes, niños y adultos, doctos e ignoran-
tes, han aprendido y aprenderán a elevar sus almas por encima de las vulgaridades y de las torpezas de
este mundo” (PEDRO CARD. PALAZZINI, vocablo Devozione en EC, vol. VI, 1950, col. 1514).
71
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Em defesa da Ação Católica, cit., p. 97.
72
LEÓN XIII, Encíclica Auspicato concessum, del 17 de septiembre de 1882.
113
El Cruzado del Siglo XX
con mayor atención, que los sufrimientos que se presentan o las aflicciones
voluntarias del alma o del cuerpo, y que se comportan habitualmente, según
las palabras del Apóstol, como enemigos de la Cruz de Cristo. Ahora bien,
nadie puede alcanzar la bienaventuranza eterna si no renuncia a sí mismo,
no carga su cruz y no sigue a Jesucristo” 73.
Asociado al espíritu de oración, observa Plinio Corrêa de Oliveira, está el
espíritu de apostolado: pero éste parte de nuestro prójimo para extenderse
después, por círculos concéntricos, a los que están más alejados.
“No vacilamos en afirmar que antes de todo debe desearse la santifica-
ción y la perseverancia de aquellos que son buenos; en segundo lugar, la
santificación de los católicos alejados de la práctica religiosa; por fin, y en
último lugar, la conversión de los que no son católicos” 74.
El líder católico paulista subrayaba además la importancia del “modo” de
apostolado. En un momento en que la política de la “mano extendida” co-
menzaba a penetrar los ambientes católicos, él reiteraba el carácter heroico
y sobrenatural del apostolado católico.
“Cabe aclarar que, si tanto el lenguaje apostólico impregnado de amor y
de suavidad como el que infunde temor y vibra de santa energía, son igualmente
justos y deben uno y otro ser utilizados en cualquier época, es cierto que en
determinadas épocas conviene acentuar más la nota austera y en otras la nota
suave, sin jamás llevar esta preocupación al extremo —que constituiría un
desequilibrio— de tocar sólo una nota y abandonar la otra. ¿En qué caso se
encuentra nuestra época? Los oídos del hombre contemporáneo están evi-
dentemente hartos de la dulzura exagerada, del sentimentalismo acomodati-
cio, del espíritu frívolo de las generaciones anteriores. Los mayores movi-
mientos de masas, en nuestra época, no han sido obtenidos por el espejismo
de los ideales fáciles. Al contrario, es en nombre de los principios más radica-
les, haciendo un llamado a la dedicación más absoluta, apuntando a las veredas
ásperas y escarpadas del heroísmo, que los principales jefes políticos han entu-
siasmado las masas hasta hacerlas delirar. La grandeza de nuestra época ra-
dica precisamente en esta sed de lo absoluto y de heroísmo. ¿Porqué no sa-
ciar esta loable avidez con la predicación ufana de la Verdad absoluta, y de la
moral sobrenaturalmente heroica que es la de Nuestro Señor Jesucristo?” 75.
73
Apud PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Em defesa da Ação Católica, cit., pp. 102-103.
74
Ibid., pp. 184-185.
75
Ibid., p. 238.
114
En defensa de la Acción Católica
Con la expresión “herejía blanca”, él designó más tarde una actitud senti-
mental que se manifestaba sobre todo en un cierto tipo de piedad dulzona y
disfrazada de “caridad” hacia el prójimo:
“Dígase la verdad con caridad, dése a la caridad un medio de unirse a la
verdad, y no se sirva de la caridad como pretexto para cualquier disminu-
ción o deformación de la realidad, ni para obtener aplausos, ni para huir de
las críticas, ni para buscar inútilmente contentar todas las opiniones. De lo
contrario, por la caridad llegaríamos al error, y no a la verdad” 76.
“Otro error —añadía— consiste en ocultar y en disminuir sistemáticamente
lo que hay de mal en las herejías, a fin de dar al hereje la idea de que es
pequeña la distancia que lo separa de la Iglesia. ¡Con esto se olvida de que se
oculta a los fieles la malicia de la herejía, y se abaten las barreras que lo
separan de la apostasía! Es lo que sucederá con el empleo en amplia escala,
o exclusivo, de tal método” 77.
En el mismo sentido aludía a quienes, calificándose de “espiritualistas,
cristianos o católicos libres”, se afanan en buscar el “terreno común” con
los que yerran. “¿Buscar descender al terreno común? Se corre el riesgo de
empantanarse en la ambigüedad, de favorecer al que busca pescar en aguas
turbias. No hagamos de la perpetua retirada estratégica, del uso invariable
de términos ambiguos, y del hábito constante de ocultar nuestra Fe, una
regla de conducta que, en último análisis, redundaría en el triunfo del res-
peto humano” 78.
Al terminar la larga enumeración de puntos concernientes a desvíos de
doctrina y de mentalidad en los ambientes de la Acción Católica, Plinio
Corrêa de Oliveira concluía:
“Todos estos desvíos se relacionan, próxima o remotamente, con los
siguientes principios: una negación de los efectos del pecado original;
en consecuencia, una concepción de la gracia como factor exclusivo de
la vida espiritual; y una tendencia a prescindir de la autoridad, en la
esperanza de que el orden resulte de la libre, vital y espontánea conju-
gación de las inteligencias y de las voluntades. La doctrina del manda-
to, sostenida, por lo demás, por autores europeos de los cuales muchos
son dignos de consideración a varios títulos, ha encontrado un terreno
76
Ibid., p. 230.
77
Ibid., p. 196.
78
Ibid., p. 213.
115
El Cruzado del Siglo XX
8. Un “gesto de kamikaze”
79
Ibid., p. 337.
80
MONS. GERALDO DE PROENÇA SIGAUD, A Encíclica “Mediator Dei” e um pouco de história da Igreja
no Brasil, in “O Legionário”, Nº 803, 28 de diciembre de 1947.
81
MONS. G. DE PROENCA SIGAUD, Um livro que foi uma graça para o Brasil, in “Catolicismo”, Nº 150,
junio de 1963.
116
En defensa de la Acción Católica
82
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Kamikaze, in “Folha de S. Paulo”, 15 de febrero de 1969.
83
MONS. C. ISNARD, Reminiscências, cit., p. 221.
84
Monseñor Carlos Carmelo de Vasconcelos Motta nació el 16 de julio de 1890 en la ciudad de Bom
Jesus do Amparo (Minas Gerais). Ordenado sacerdote el 29 de junio de 1918, fue consagrado obispo
de Diamantina el 20 de octubre de 1932. El 19 de diciembre de 1935 fue elevado a la arquidiócesis de
San Luis de Maranhão, que gobernó hasta el 18 de agosto de 1944, cuando fue llamado a substituir a
Mons. José Gaspar de Afonseca e Silva como arzobispo de São Paulo. Gobernó la arquidiócesis hasta
1964, cuando fue repentinamente transferido a Aparecida, tras la revolución del 31 de marzo de ese
año. En febrero de 1946 fue elevado a la púrpura cardenalicia por Pío XII con el título de San Pancracio.
Murió en Aparecida del Norte el 18 de setiembre de 1982.
85
El informante del nuevo Arzobispo fue, según consta, el benedictino D. Paulo Marcondes Pedrosa,
a quien ya hemos mencionado como fundador de la Congregación Mariana de Santa Cecilia y de “O
Legionário” (MONS. C. ISNARD, O.S.B., Reminiscências, cit., p. 223).
86
“¡Hágase un armisticio total y absoluto en los campos contendores! Esta orientación queremos
darla, no en carácter definitivo, sino apenas de emergencia, mientras ciertos asuntos de actualidad no
fueren juzgados por la Comisión Episcopal de la Acción Católica” (cfr. “Revista Eclesiástica Brasileira”,
Nº 4, diciembre de 1944). Cfr. también Armisticio, “O Legionário”, Nº 641, 19 de noviembre de 1944.
117
El Cruzado del Siglo XX
87
Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Padre Sigaud, in “O Legionário”, Nº 711, 24 de marzo de 1946.
88
“O Legionário”, Nº 804, 29 de febrero de 1948.
89
Mons. Hélder Câmara había participado activamente de la Acción Integralista Brasileña (AIB),
movimiento de inspiración fascista dirigido por Plinio Salgado. En 1937 pasó a formar parte del
consejo supremo de la AIB, compuesto de 12 miembros. Cuando en 1946 el Arzobispo de Río de
Janeiro, Mons. Jaime de Barros Câmara, quiso hacerlo su obispo auxiliar, encontró dificultades en la
Santa Sede a causa de la precedente actividad política del P. Hélder como “integralista”. El Papa le
negó la nominación, que llegó solamente seis años después. En ese lapso de tiempo Hélder Câmara
maduró su pasaje del integralismo al progresismo.
118
En defensa de la Acción Católica
90
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Igreja ante a escalada da ameaça comunista - Apelo aos Bispos
Silenciosos, Editora Vera Cruz, São Paulo, 1976, pp. 48-49.
91
Los ocho compañeros del doctor Plinio eran: José de Azeredo Santos, Paulo Barros de Ulhôa Cin-
tra, José Fernando de Camargo, José Carlos Castilho de Andrade, Fernando Furquim de Almeida,
José Gonzaga de Arruda, Adolpho Lindenberg, José Benedicto Pacheco Salles.
92
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Pío XII, in “O Legionário”, Nº 533, 19 de marzo de 1943.
93
“La muerte segó tres luchadores de nuestras filas tan escasas de miembros. El primero fue el
delicado, el intrépido, el noble hijo de Nuestra Señora, nuestro inolvidable José Gustavo de Souza
Queiroz. Me acuerdo también con respeto y añoranza de la personalidad ardorosa, pero al mismo
119
El Cruzado del Siglo XX
lico. Uno de sus principales blancos continuó siendo Jacques Maritain, objeto
de sabias críticas escritas por el mismo Plinio Corrêa de Oliveira 94 o por vale-
rosos polemistas como el padre Arlindo Vieira 95 y José de Azeredo Santos 96.
En este período de aislamiento e incomprensión, uno de los grandes ami-
gos del grupo fue el padre Walter Mariaux 97, jesuita alemán de mucho relie-
ve, a quien el doctor Plinio describe en estos términos: “Rubio, muy alto,
tiempo silenciosa y suave, de una militante de la JOC (Juventud Obrera Católica), Da. Angélica
Ruiz. Y la personalidad batalladora y tan distinguida de un jefe de familia ejemplar, de ese cirujano
eximio que todo Santos admiró, de ese profesor universitario relevante, de ese padre de los pobres
que fue Antonio Ablas hijo” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nasce a TFP, in “Folha de São Paulo”, 22 de
febrero de 1969). Sobre José Gustavo de Souza Queiroz, cfr. ID., “Bem-aventurados os puros, porque
verão a Deus”, in “O Legionário”, Nº 710, 17 de marzo de 1946.
94
El 6 de febrero de 1944 Plinio Corrêa de Oliveira publicó y comentó en “O Legionário” el texto
integral de la Carta enviada por Maritain al cotidiano brasileño “O Diário” para responder a las críticas
del padre Arlindo Vieira, aparecidas el 31 de octubre de 1943 en el mismo “O Legionário” (Cfr. Os
“direitos humanos” e o Legionário, “O Legionário”, Núms. 600 y 601, del 6 y 13 de febrero de 1944).
Cfr. también ID., Desfazendo explorações maritainistas, “Catolicismo”, Nº 42, junio de 1954, pp. 5-6;
ID., A comunidade dos Estados segundo as normas de Pio XII, in “Catolicismo”, Nº 43, julio de 1954;
ID., Tolerar o mal em vista de um bem superior e mais vasto, “Catolicismo”, Nº 44, agosto de 1954.
95
En Río de Janeiro “la principal figura contra Maritain fue el culto e intrépido jesuita Arlindo Vieira”
(PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Igreja ante a escalada da ameaça comunista, cit., p. 45). El padre Arlindo
Vieira S. J. nació en Capão Bonito, en el Estado de São Paulo, el 19 de julio de 1897. Habiendo ingresa-
do en la Compañía de Jesús, completó sus estudios en Europa, en Roma y en Paray-le-Monial, antes de
regresar al Brasil donde se dedicó a la enseñanza y más tarde a las misiones populares, viajando por los
lugares más pobres y abandonados del inmenso país. Celebró su última misa en Diego Vasconcelos, en
la fiesta del patrono de la ciudad, en 1963. Después de haber distribuido la Comunión se desmayó sobre
el altar, donde expiró produciendo una gran emoción en los presentes y dejando una fama de santidad
que continúa rodeando su memoria. “Sus semanas eucarísticas van a ser una renovación espiritual de las
parroquias. Los Vicarios disputan su presencia. No pocos obispos del interior de Minas Gerais, de São
Paulo, del Estado de Río de Janeiro recurren a sus buenos servicios. Sabe cautivar el corazón del pueblo
con su bondad. Su elocuencia arrebata. Parece que su palabra trae un verdadero mensaje sobrenatural”
(A. MAIA S.J., Crónica dos Jesuítas do Brasil centro-leste, Ediciones Loyola, São Paulo, p. 212). Sobre
el padre Vieira, cfr. FRANCISCO LEME LOPES S.J., A mensagem espiritual do P. Arlindo Vieira S. J.,
constante evocação, “Verbum”, Nº 27, 1970, pp. 403-419.
96
En septiembre de 1950 la revista franciscana “Vozes” de Petrópolis publicó un artículo de José de
Azeredo Santos, O rolo compressor totalitário e a responsabilidade dos católicos [“La aplanadora
totalitaria y la responsabilidad de los católicos”], en el que se criticaban las doctrinas de Maritain defen-
didas por Tristão de Athayde. En su número de diciembre, la “Revista Eclesiástica Brasileira” reprodujo
el artículo, explicando en nota que se trataba de cuestiones importantes y oportunas, examinadas con
agudeza y buen sentido. Pero en el mes de marzo siguiente, fue obligada a publicar una nota del cardenal
Vasconcelos Motta que no escondía su reprobación por el artículo de Azeredo Santos.
97
El padre Walter Mariaux, nacido en Ülzen, Alemania, el 21 de diciembre de 1894, ingresó en 1913 en
la Compañía de Jesús y en 1926 fue ordenado sacerdote, comenzando a desarrollar su apostolado junto
a las Congregaciones Marianas de Colonia (1929) y Münster (1933). A comienzos de 1935 fue transfe-
120
En defensa de la Acción Católica
rido a Roma, al Secretariado Central de las Congregaciones Marianas. Su lucha abierta contra el nacio-
nal socialismo hizo imposible su retorno a Alemania. Así, en 1940 el P. Mariaux fue destinado a desa-
rrollar el apostolado mariano en el Brasil, donde en ese mismo año conoció y se vinculó al grupo de “O
Legionário”. Volvió a Alemania en 1949. Estuvo primero en Hannover y después en Munich, donde
desde 1953 dirigió el Paulus-Kreis, la célebre congregación Maior Latina y el Secretariado nacional de
las Congregaciones Marianas. La revista “Die Sendung” fue la expresión de su apostolado seglar. Falle-
ció en Munich el 30 de abril de 1963. El padre Mariaux publicó, bajo el seudónimo Testis Fidelis, El
cristianismo en el Tercer Reich, (La Verdad, Buenos Aires 1941), documentado e implacable análisis
del anticristianismo nacional socialista. Sobre el padre Mariaux cfr. WALTER FINCKE, P. Dr. Walter
Mariaux S.J., in “Sendung”, Nº 16 (1963), pp. 97-108; MAX VON GUMPPENBERG S.J., Ein Leben im
Dienste der Kongregation, in “Korrispondenz”, Nº 13 (1963), pp. 177-181; HÉJA GYULA S.J., Father
Walter Mariaux S.J., (1894-1963), in “Acies Ordinata”, Núms. 31-32 (1962-1963), pp. 390-395.
98
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Em Itaici, in “O Legionário”, Nº 609, 9 de abril de 1944.
99
El canónigo José Luiz Villac ingresó al seminario en 1950. El doctor Plinio fue su padrino de
ordenación sacerdotal. Durante diez años fue director del Seminario de Jacarezinho y después del de
Campos. Transfiriéndose a São Paulo, prestó sus servicios apostólicos a la TFP y pudo asistir al Dr.
Plinio Corrêa de Oliveira en los días de su última enfermedad y muerte.
(N. del E.- En el año 2007, con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, el Canónigo Villac fue
nombrado Monseñor adscrito a la diócesis de Jacarezinho, recibiendo una felicitación personal del
Papa Benedicto XVI).
100
Mons. de Proença Sigaud fue consagrado obispo el 1º de mayo de 1947 por el Nuncio Apostólico.
En esta ocasión el doctor Plinio lo comparó a grandes figuras del episcopado brasileño, tales como
121
El Cruzado del Siglo XX
Don Vital y Mons. Duarte, “modelos de intrepidez y firmeza, de combatividad y santa audacia”.
“Todo se puede esperar de él en materia de verdadera e indomable grandeza de alma” (PLINIO
CORRÊA DE OLIVEIRA, Dominus conservet eum, in “O Legionário”, Nº 768, 27 de abril de 1947).
101
Al fallecer Mons. Pereira de Albuquerque, en enero de 1949, Mons. de Castro Mayer pasó a ser
obispo de esta importante diócesis del Estado de Río de Janeiro.
102
P. CORRÊA DE OLIVEIRA, Nasce a TFP, cit.
103
PÍO XII, Encíclica Mediator Dei, del 20 de noviembre de 1947, AAS, vol. 39 (1947), pp. 521-595.
Cfr. J. FROGER, L’encyclique Mediator Dei, in “La Pensée Catholique”, Nº 7 (1949), pp. 55-76.
104
PÍO XII, Encíclica Mystici Corporis, del 29 de junio de 1943, AAS, vol. 35 (1943), pp. 193-248.
Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “Mystici Corporis Christi”, in “O Legionário”, Nº 585, 24 de octu-
bre de 1943; P. JOSÉ FERNANDES VELOSO, O ‘liturgismo’ condenado pelo Santo Padre Pío XII, in “O
Legionário”, Nº 612, 30 de abril de 1944; P. ASCANIO BRANDÃO, Falsos Profetas, in “O Legionário”,
Nº 616, 28 de mayo de 1944.
105
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Notas e comentários à Encíclica “Mediator Dei”, in “O Legionário”,
122
En defensa de la Acción Católica
Al año siguiente, en la Constitución Bis Saeculari Die 106, Pío XII formula-
ba una definición de “Acción Católica” que presentaba una evidente analogía
con la ya expuesta por el doctor Plinio. Desde 1947, contra la tendencia a
nivelar las formas de apostolado reduciéndolas únicamente a la Acción Cató-
lica, el Pontífice había advertido que, en el “magnífico movimiento mundial
de apostolado seglar (...) es necesario prevenir el error, que algunos, impulsa-
dos de buen celo, pueden tener, de querer uniformar las actividades, en pro de
las almas y someterlas todas a una forma común” 107. Este modo de actuar,
insistía el Pontífice, es del todo ajeno al espíritu de la Iglesia que favorece una
“fecunda multiplicidad del apostolado católico, manifestado en diversas obras
y organizaciones, que trabajan todas intensamente bajo la guía y protección de
la Cabeza Suprema de la Iglesia”.
En ningún texto de Pío XII se puede leer que la Acción Católica sea una
“participación” en el apostolado jerárquico 108. “Este apostolado permane-
Nº 803, 28 de diciembre de 1947. “La publicación de la Encíclica «Mediator Dei» constituye así,
para todos nosotros, un motivo de santo y vibrante júbilo” (ID., Fe, união e disciplina, in “O
Legionário”, Nº 800, 7 de diciembre de 1947). El Nº 803 fue el último número de “O Legionário” bajo
la dirección de Plinio Corrêa de Oliveira. Es probable que la publicación de este comentario acerca de
la Mediator Dei haya sido la gota que hizo desbordar el vaso, determinando la destitución del doctor
Plinio y de su equipo.
106
PÍO XII, Constitución Apostólica Bis Saeculari, del 27 de septiembre de 1948. Cfr. LUDGER BRIEN
S. J., La constitution “Bis Saeculari”, texte et commentaire, Sécretariat National des Congrégations
Mariales, Montreal 1961, 4a. ed.; MONS. ANTONIO DE CASTRO MAYER, A Constituição Apostólica “Bis
Saeculari Die” - Repercussões jurídicas - Esclarecimentos doutrinários (conferencia pronunciada en
Piracicaba el 9 de diciembre de 1948), en Las Congregaciones Marianas, Documentos Pontificios,
Zaragoza, 1953; cfr. también Fr. Juan Bautista M. FERRE, O.C., Catolicismo o capillismo, Emamevica,
Madrid, 1957; ID., La Acción Católica, piedra de escándalo, Emamevica, Madrid 1958; ARTURO
ALONSO LOBO O.P., Qué es y qué no es la Acción Católica, Impr. de Aldecoa, Madrid, 1950; ID.,
Laicología y Acción Católica, Studium, Madrid-Buenos Aires, 1955; FR. CYRILLUS PAPALI O.C.D., De
apostolatu laicorum, Teresianum, Roma, 1962, 2a. ed.
107
PÍO XII, Radiomensaje al Congreso de las Congregaciones Marianas de Barcelona, del 7 de diciembre de
1947. “Es necesario prevenir el error, que algunos, impulsados de buen celo, pueden tener, de querer uniformar
las actividades, en pro de las almas y someterlas todas a una forma común, con miopía de concepción del todo
ajena a las tradiciones y al suave espíritu de la Iglesia, heredera de la doctrina de San Pablo : «Unos tienen
un don, y otros, otro: pero todos el mismo Espíritu» (1 Cor 12,4). Y, como en los ejércitos de la tierra, diver-
sas armas y cuerpos aseguran con su diferencia la armónica cooperación común que lleva a la victoria, del
mismo modo, junto a otras formas de celo, por importantes y aun principales que sean, la Iglesia desea y alienta
la existencia de organizaciones de apostolado seglar, (...) que prosperen y se desarrollen en sus formas y
métodos, siendo dentro del ejército de Cristo una bella muestra de la fecunda multiplicidad del apostolado
católico, manifestado en diversas obras y organizaciones, que trabajan todas intensamente bajo la guía y
protección de la Cabeza Suprema de la Iglesia” (Ibid.; cfr IP., vol IV, Il Laicato, cit., p. 488).
108
J.-G. DUBUC, Les relations entre Hiérarchie et laïcat, cit., p. 56.
123
El Cruzado del Siglo XX
109
PÍO XII, Discurso al II Congreso mundial para el apostolado de los laicos, 5 de octubre de 1957, in
DR, vol. XIX, p. 461.
110
PÍO XII, Alocución a los dirigentes de la Acción Católica Italiana, 3 de mayo de 1951, in IP, vol.
IV, Il laicato, cit., p. 879; Cfr. también PÍO XII, Alocución al Congreso mundial del apostolado de los
laicos, 14 de octubre de 1951, in IP, vol. IV, Il laicato, cit., pp. 913 ss.
111
PÍO XII, Alocución a los Cardenales y Obispos para la canonización de Pío X, 31 de mayo de 1954,
in IP, vol. IV, Il Laicato, cit., pp. 972 ss.
124
En defensa de la Acción Católica
112
PÍO XII, Alocución a los Cardenales y Obispos, 2 de noviembre de 1954, in IP, vol. IV, Il Laicato,
cit., pp. 982 ss.
113
He aquí el texto de la carta enviada a Plinio Corrêa de Oliveira por la Secretaría de Estado, el 26 de
febrero de 1949:
“Preclaro Señor:
“Llevado por tu dedicación y piedad filial ofreciste al Santo Padre el libro «En Defensa de la
Acción Católica», en cuyo trabajo revelaste celoso cuidado y asidua diligencia. Su Santidad se rego-
cija contigo porque explicaste y defendiste con penetración y claridad la Acción Católica, de la cual
posees un conocimiento completo y a la cual tienes en gran aprecio, de tal modo que se hizo claro para
todos cuán oportuno es estudiar y promover tal forma auxiliar del apostolado jerárquico.
“El Augusto Pontífice de todo corazón hace votos para que de este tu trabajo resulten ricos y
sazonados frutos, y recojas no pequeñas ni pocas consolaciones. Y como prenda de que así sea, te
concede la Bendición Apostólica. Entre tanto, con la debida consideración, me declaro tu devotísimo,
J.B. Montini”.
El libro también había recibido la aprobación de veintiún Prelados brasileños: seis Arzobispos y
quince Obispos (cfr. Em defesa da Ação Católica - “Aprovações e encômios de autoridades eclesiás-
ticas”, São Paulo, 1983).
114
YVES CONGAR, Jalons pour une théologie du Laïcat, Cerf, París, 1953.
115
KARL RAHNER S.J., L’apostolat des laïcs, in “Nouvelle Revue Théologique”, Vol. 78-1 (1956), pp.
3-32.
125
El Cruzado del Siglo XX
116
“Cada vez que una persona está en la posesión legítima y habitual de cualquier parte de un poder
litúrgico o jurídico que sobrepasa el derecho fundamental de cada bautizado, esta persona ya no es laica
en el sentido propio del término, y no pertenece más al simple «pueblo de Dios». (...) En el sentido
estrictamente teológico, una mujer puede perfectamente pertenecer al «clero», incluso si la extensión
del poder que ella recibe fuere más limitado que en el caso del hombre” (K. RAHNER, op. cit. pp. 5-6).
117
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Cruzada do Século XX, in “Catolicismo”, Nº 1, enero de 1951.
126
En defensa de la Acción Católica
íntimo de sus almas como en sus acciones, y las sociedades en sus institu-
ciones, leyes, costumbres, manifestaciones culturales y artísticas” 118.
Entre 1951 y 1959, con ensayos de amplio espectro temático en “Catolicis-
mo”, Plinio Corrêa de Oliveira lanzó las bases doctrinales de la que sería su
obra maestra: Revolución y Contra-Revolución. Su visión de la realeza social
de Cristo es la antítesis de la maritainiana, que se abría camino en aquellos
años, y a la que el pensador brasileño continuó haciendo objeto de numerosas
críticas. La contribución intelectual del doctor Plinio, además de los editoria-
les, se expresaba de manera original también en una sección titulada Ambien-
tes, Costumbres, Civilizaciones, en la cual, a través del análisis de cuadros,
fotografías, dibujos, modas, colocaba en foco los valores de la civilización cris-
tiana y el proceso de disolución que los afectaba, iluminando aspectos hasta
entonces poco o nada considerados por los escritores contra-revolucionarios 119.
“Catolicismo”, entre tanto, comenzó a extender su batalla contra el pro-
gresismo católico mucho más allá de los límites de la diócesis de Campos.
La nueva revista se distinguía de “O Legionário” en un punto fundamental:
este último era tan sólo un periódico; la nueva publicación se encaminaba a
convertirse en el órgano de un movimiento.
Plinio Corrêa de Oliveira y sus colaboradores habían comenzado a viajar
por diversos países de Sudamérica y Europa para tomar contacto con am-
bientes católicos y anticomunistas de todo el mundo. Se puede imaginar la
emoción con la cual el doctor Plinio fue por primera vez a Roma, en el
verano de 1950, con ocasión del Jubileo. En la Ciudad Eterna, revió al padre
Castro e Costa, su antiguo profesor del colegio San Luis; fue acogido con
afecto por Mons. Benito Aloisi Masella, que había sido elevado a Cardenal;
frecuentó la mejor aristocracia romana; y fue recibido finalmente por el Santo
Padre y por Mons. Juan Bautista Montini, sustituto de la Secretaría de Esta-
do. En el curso de la audiencia Mons. Montini, volviéndose hacia él y hacia
Mons. Castro Mayer que lo acompañaba le dijo: “Profesor, quiero que sepa
que la carta que le escribí no fue un mero documento de cortesía. Cada uno
de sus términos fue pesado atentamente. Tengo el placer de declararlo aquí,
en presencia de Mons. Mayer” 120.
118
Ibid.
119
En 1982 fue publicada en São Paulo (Ed. Artpress Papéis e Artes Gráficas) una colección completa
de los Ambientes, Costumbres, Civilizaciones, conteniendo 185 artículos.
120
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “...E sobre ti está edificada a Igreja”, in “Catolicismo”, Nº 151, julio de 1963.
127
El Cruzado del Siglo XX
121
DL, Vol. II. p. 52.
122
Para tener un cuadro de sus ideas políticas, cfr. OTTO DE HABSBOURG-LORRAINE, L’idée impériale.
Histoire et avenir d’un ordre supranationale, con prefacio de PIERRE CHAUNU, Presses Universitaires
de Nancy, Nancy, 1989. Al Archiduque Otto, que en su obra critica “la vieja alianza del trono y del
altar” (p. 218) y niega la existencia de una amenaza islámica sobre Europa (pp. 207-209), le son
substancialmente ajenas las ideas de “Cristiandad” y de “Revolución”, propias de la visión contra-
revolucionaria.
123
Don Pedro Enrique de Orleans y Braganza (1908-1981), casado con la princesa María Isabel de
Baviera, tuvo doce hijos. El primogénito, Don Luis, nacido el 6 de junio de 1938, es el actual Jefe de
la Casa Imperial del Brasil y el legítimo heredero dinástico de los derechos a la Corona; en orden a la
sucesión le siguen el príncipe imperial Don Bertrand, nacido en 1941, y el príncipe Don Antonio,
nacido en 1950. Este último es casado con la princesa Cristina de Ligne, de la cual tuvo cuatro hijos,
que están a su vez en la línea de sucesión al trono de Brasil: Don Pedro Luis (1983), Don Rafael
(1986), Doña Amelia (1984) y Doña María Gabriela (1989) (Cfr. A. A. DOS SANTOS, Quem é quem na
Família Imperial, in Parlamentarismo sim!, Artpress, São Paulo, 1992, p. 259). “En el panorama
sombrío y amenazador en que se encuentra el País —escribe Armando Alexandre dos Santos— (...),
Don Luis no representa solamente las saudades de un pasado remoto y glorioso, al cual los historiado-
res serios hoy son unánimes en hacer justicia. Don Luis es también depositario de las esperanzas de
días mejores que aún pueden venir” (A Legitimidade monárquica no Brasil, cit., p. 38).
124
Cfr. MONS. ANTONIO DE CASTRO MAYER, Carta Pastoral sobre Problemas do Apostolado Moderno,
128
En defensa de la Acción Católica
contendo um catecismo de verdades oportunas que se opõem a erros contemporâneos, Boa Imprensa
Ltda., Campos, 1953.
125
Cfr. MARIA HELMA SIMÕES PAES, A década de 60, Editora Atica, São Paulo, 1993, 2a. ed., p. 31.
Sobre Juscelino Kubitschek (1902-1976), presidente entre 1956 y 1961, cfr. el vocablo por S. PANTOJA-
D. FLAKSMAN in DHBB, Vol. II, pp. 1698-1717. Cfr. también JUSCELINO KUBITSCHEK, Meu caminho
para Brasília: cinqüenta anos em cinco, Bloch Editores, Río de Janeiro, 1978; EDGAR CARONE, A
quarta República, Difel, São Paulo, 1980. Brasilia, la nueva capital, iniciada en 1955, fue inaugurada
por Kubitschek y por su vicepresidente João Goulart, el 21 de abril de 1960. Al lado de ellos estaba
Mons. Hélder Câmara, quien la exaltó como el “sueño realizado” (J. KUBITSCHEK, Por qué construí
Brasília, Bloch Editores, Río de Janeiro, 1975, pp. 284-285).
126
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Primeiro marco do ressurgimento contra-revolucionário, in “Catoli-
cismo”, Nº 86, febrero de 1958.
127
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O anti-comunismo e o Reino de Maria, in “Catolicismo”, Nº 62, febre-
ro de 1956, pp. 1-2; ID., Covadonga, monumento de uma epopéia negativista?, in “Catolicismo”, Nº
66, junio de 1956, pp. 1-2.
129
El Cruzado del Siglo XX
128
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Apparuit benignitas et humanitas salvatoris nostri Dei, in “Catolicis-
mo”, Nº 60, diciembre de 1955.
129
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A grande experiência de 10 anos de luta, in “O Legionário”, Nº 666, 13
de mayo de 1945, después in “Catolicismo”, Nº 173, mayo de 1965.
130
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Cruzada do Século XX, cit.
130
Capítulo IV
Revolución y Contra-Revolución
“Si la Revolución es el desorden,
la Contra-Revolución
es la restauración del Orden.
Y por Orden entendemos la paz de Cristo
en el Reino de Cristo.
O sea la Civilización Cristiana, austera y jerárquica,
fundamentalmente sacral,
antiigualitaria y antiliberal”.
1. “Doctor de la Contra-Revolución”
1
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolução e Contra-Revolução, Boa Imprensa Ltda., Campos, 1959. La
obra tuvo cinco ediciones en Brasil y numerosas en el mundo hispánico, en Francia, Estados Unidos,
Canadá, Italia, Alemania, Polonia, Rumania y Bielorrusia. Fue igualmente difundida en Australia,
Sudáfrica y Filipinas.
(*) N. del E. – En el año 2005 fue publicada la 1ª edición peruana de Revolución y Contra-Revolución
(Tradición y Acción por un Perú Mayor, Lima, 187 pgs.) como homenaje de sus discípulos peruanos
al ilustre autor, al cumplirse 10 años de su fallecimiento.
2
Cfr. entre otras obras JEAN BAECHLER, Les phénomènes révolutionaires, Presses Universitaires de
France, París, 1970; KARL GRIEWANK, Der neuzeitliche Revolutionsbegriff. Entsehung und Entwichung,
131
El Cruzado del Siglo XX
bra llave para entender nuestra época” 3 y “el análisis de la idea de revolu-
ción es el primer problema de la filosofía” 4. Guerra y revoluciones, obser-
vaba por su lado Hannah Arendt, son las constantes que “han determinado la
fisonomía del siglo veinte” 5. Pero, mientras las guerras constituyen uno de
los fenómenos más antiguos del pasado, “las revoluciones en sentido propio
no existían antes de la edad moderna y son el más reciente de todos los
grandes fenómenos políticos” 6.
Es con el iluminismo que el término “revolución” cambia de significado
y pasa a expresar un fenómeno ocurrido en determinada época, destinado a
condicionar en profundidad el curso de la Historia. Voltaire habla con fre-
cuencia de una “révolution des esprits”, una revolución de las mentes, de la
cual los filósofos, los llamados iluministas, estaban lanzando las semillas.
“Ella —escribe en 1769— ya está en curso desde hace 15 años; y en otros 15
años, después de una mañana tan bella, vendrá el mediodía” 7. De hecho,
este concepto de una verdadera y propia regeneración o palingenesia de la
sociedad asumió su significado moderno en virtud de lo sucedido en Francia
entre 1789 y 1795 8.
La Revolución, para Plinio Corrêa de Oliveira, no indica la subversión de
cualquier orden constituido, ni la Contra-Revolución constituye una genéri-
Europäsche Verlagsnstalt, Frankfurt am Main, 1969; ROMAN SCHNUR, Revolution und Weltzbürgerkrieg,
Duncker u. Hambolt, Berlín, 1983; CARLO MONGARDINI Y MARÍA LUISA MANISCALCO, L’Europa moder-
na e l’idea de Rivoluzione, Bulzoni, Roma, 1990; CHARLES TILLY, European Revolutions 1492-1992,
Blackwell, Oxford, 1993.
3
A. DEL NOCE, Lezioni sul marxismo, Giuffré, Milán, 1972, p. 8.
4
A. DEL NOCE, Tramonto o eclissi dei valori tradizionali, Rusconi, Milán, 1971, p. 156.
5
HANNAH ARENDT, On Revolution, Faber & Faber, Londres, 1963, p. 1.
6
Ibid., p. 1.
7
FRANÇOIS AROUET DE VOLTAIRE, carta del 2 de marzo de 1769, in Oeuvres, Société Literaire
Typographique, Kehl, 1785-1789, Vol. XLVI, p. 274.
8
Sobre la Revolución Francesa, además de la clásica síntesis de PIERRE GAXOTTE, La Révolution
Française (Complexe, Bruselas, 1988), cfr. las reediciones de los estudios de AUGUSTIN COCHIN (1876-
1916), La Révolution et la libre pensée, Copernic, París, 1976 (1924), y Les Sociétés de pensée et la
démocratie moderne, Copernic, París, 1978 (1925), que influenciaron la “revisión” histórica de FRANÇOIS
FURET, Penser la Révolution Française, Gallimard, París, 1988; F. FURET - MONA OZOUF (eds.),
Dictionnaire critique de la Révolution Française, Flammarion, París, 1988. Sobre los orígenes cultu-
rales: ERNST CASSIRER, Die Philosophie der Aufklärung, Mohr, Tubingen, 1932; P. HAZARD, La crise
de la conscience européene, cit.; ID., La pensée européene au XVIII siècle, de Montesquieu a Lessing,
3 vols., Boivin, París, 1946; DANIEL MORNET, Les origines intelectuelles de la Révolution, Colin,
París, 1933; BERNARD GROETHUYSEN, Philosophie de la Révolution Française, Gallimard, París, 1956.
Sobre el aspecto religioso, cfr. la importante obra de JEAN DE VIGUERIE, Christianisme et Révolution,
Nouvelles Éditions Latines, París, 1986.
132
Revolución y Contra-Revolución
9
Falta una exposición orgánica y profundizada del pensamiento de la Contra-Revolución católica;
tratan del asunto, con heterogeneidad de posiciones: FERNAND BALDENSPERGER, Le mouvement des
idées dans l’émigration française (1789-1815), Plon, París, 1925, 2 vol.; DOMINIQUE BAGGE, Les idées
politiques en France sous la Restauration, P.U.F., París, 1952; JEAN-JACQUES OECHSLIN, Le mouvement
ultra-royaliste sous la Restauration: son ideólogie et son action politique (1814-1830), Libraire générale
de Droit et de Jurisprudence, París, 1960; JACQUES GODECHOT, La Contre-Révolution, doctrine et action
(1789-1804), P.U.F., París, 1961; R. RÉMOND, Les droites en France, Aubier Montaigne, París, 1982;
STÉPHANE RIALS, Révolution et Contre-Révolution au XIX siècle, Albatros, París, 1987; E. POULAT,
Antireligion et Contre-Révolution, in ID., L’antimaçonnisme catholique, Berg International, París,
1994. Tiene además gran utilidad la serie de artículos escritos por el Prof. F. FURQUIM DE ALMEIDA en
“Catolicismo”, sección Os católicos franceses no século XIX, desde el Nº 1 (enero de 1951) hasta el
Nº 80 (agosto de 1957).
10
Los escritos del Conde JOSEPH DE MAISTRE (1753-1821) fueron recogidos en las Oeuvres complètes,
conteniendo sus obras póstumas y toda su correspondencia inédita (Vitte y Perroussell, Lyon, 1884-
1886, 14 vols.; ed. ne varietur, ibidem, 1924-1928). A pesar de la abundancia de la bibliografía sobre
el autor, falta un estudio exhaustivo sobre De Maistre. Para una introducción, cfr. la compilación
Joseph De Maistre tra illuminismo e restaurazione, LUIGI MARINO (ed.), Centro Studi Piamontesi,
Turín, 1975, y DOMENICO FISICHELLA, Il pensiero político di De Maistre, Latera, Roma-Bari, 1993.
11
Del Padre PIERRE JOSEPH PICOT DE CLORIVIÈRE (1735-1820), cfr. los Études sur la Révolution, in
Pierre de Clorivière, contemporain et juge de la Révolution, con introducción de RENÉ BAZIN, J. de
Gigord, París, 1926. Cfr. también el amplio vocablo de PIERRE MONIER-VINARD S.J., Clorivière, in
DSp, Vol. II (1953), cols. 974-979. El P. de Clorivière fue el último jesuita que pronunció sus votos
en Francia antes de la supresión de la Compañía de Jesús, y sería su restaurador después de 1814. Ha
sido introducida su causa de beatificación.
12
P. DE CLORIVIÈRE, Études sur la Révolution, cit., p. 115.
13
Sobre el Vizconde LUIS-AMBROIS DE BONALD (1754-1830), cuyas Oeuvres Complètes fueron publi-
cadas por Migne en tres volúmenes (París, 1859), cfr. la clásica obra de H. MOULINIÉ, De Bonald. La
133
El Cruzado del Siglo XX
Cortés 14, Karl Ludwig von Haller 15, el Cardenal Edouard Pie 16, el obispo Mons.
Charles Freppel 17 y, al inicio del siglo XX, Mons. Henri Delassus 18, valeroso
apologista que fue tenido en particular consideración por Plinio Corrêa de
Oliveira. Es necesario no olvidar, junto a estos autores, la enseñanza de los
Papas, sobre todo del Beato Pío IX y de San Pío X, cuya Carta Notre Charge
Apostolique, de 1910, que resume todo su pensamiento, puede ser definida,
según el benedictino D. Besse, “la Contra-Revolución en acto” 19.
vie, la carrière politique, la doctrine, F. Alcan, París, 1916; cfr. también MARY HALL QUINLAN, The
historical thought of the Vicomte de Bonald, Catholic University of America Press, Washington,
1953; ROBERT SPAEMANN, Der Ursprung der Soziologie aus dem Geist der Restauration. Studien über
L.G.A. de Bonald, Kõsel, Munich, 1959; C. CONSTANTIN, in DTC, vol. II, 1 (1910), cols. 958-961.
14
Sobre Juan Donoso Cortés, Marqués de Valdegamas (1809-1853), véase el estudio introductorio
que CARLOS VALVERDE añadió a su edición de las Obras Completas, BAC, Madrid, 1970, vol. I, pp. 1-
166 (con amplia bibliografía). La carta que Donoso Cortés dirigió al Cardenal Fornari el 19 de junio
de 1852 puede ser considerada uno de los más lúcidos manifiestos de la Contra-Revolución católica
del siglo XIX. El texto original está en J. DONOSO CORTÉS, Obras Completas, cit., vol. II, pp. 746-762.
15
KARL LUDWIG VON HALLER (1768-1854) es autor de Restauration der Staat-Wessenschaft, oder Thorie
des natürlich geselligen Zustands; der Chimãredes Kustlich-bürgerlichen entgegensetzt, Steiner,
Winterthur, 1816-1843, 6 vol. Cfr. más recientemente La Restaurazione della Scienza política, de
MARIO SANCIPRIANO, Utet, Turín, 1963-1976, 3 vol. Sobre Haller, véase también MICHEL DE PREUX,
Charles Louis de Haller. Un légitimiste suisse, A la Carte, Sierre, 1996.
16
Sobre el Card. EDOUARD-LOUIS PIE (1815-1880), cfr. Les Oeuvres de Monseigneur l’Évêque de
Poitiers (10 ediciones, siendo la última de ellas de J. Ledars, París, 1890-94, 10 vol.). Cfr. también
Mons. LOUIS BAUNARD, Histoire du Cardinal Pie, Évêque de Poitiers, Oudin, Poussielgue, 1886, 2
vols., y los estudios de ETIENNE CATTA, La doctrine politique et sociale du Cardinal Pie, Nouvelles
Editions Latines, París, 1959, y de THÉOTIME DE SAINT-JUST, La royauté sociale de Notre-Seigneur
Jésus Christ, d’aprés le Cardinal Pie, Ed. Sainte Jeanne d’Arc, Chiré-en-Montreuil, 1988.
17
Mons. CHARLES FREPPEL (1827-1891) fue consultor del Concilio Vaticano I, en el que sostuvo la
infalibilidad pontificia, y desde 1869 Obispo de Angers, donde fundó en 1875 la Universidad Católi-
ca. Cfr. sus Oeuvres polémiques, in 10 vol. (Palme, París, 1874-1878) y La Révolution Française,
Trident, París, 1987 (1889).
18
Mons. HENRI DELASSUS (1836-1921), ordenado sacerdote en 1862, ejerció el ministerio en la ciudad
de Lille, donde desde 1874 fue propietario, director y principal redactor de la Semana religiosa de la
diócesis de Cambrai, que al crearse la diócesis de Lille tomó el nombre de esta última, y lo proyectó
como “uno de los baluartes de la lucha contra el liberalismo, el modernismo y todas las formas de
conspiración mundial anticristiana” (E. POULAT, Intégrisme et Catholicisme intégral, Casterman,
Tournai, 1969, pp. 258-259). Formó parte del Sodalitium Pianum y San Pío X lo elevó a Prelado
Doméstico en 1904, a Protonotario Apostólico en 1911 y al cargo de decano del capítulo de la Cate-
dral de Lille en 1914, reconociendo, por ocasión de su jubileo sacerdotal, el celo con que defendió la
doctrina católica (Actes de Pie X, Maison de la Bonne Presse, París, 1936, t. VII, p. 238). Sus princi-
pales obras son Il problema dell’ora presente, cit., después reformulado en La conjuration
antichrétienne: le temple maçonnique voulant s’élever sur les ruines de l’Église catholique, Desclée,
París, 1910, 3 vol., con una carta-prefacio del Cardenal Merry del Val.
19
Don JEAN MARTIAL BESSE, L’Église et les libertés, Nouvelle Libraire Nationale, París, 1913, p. 53.
134
Revolución y Contra-Revolución
20
Cfr. PIETER VERECK, Conservatism, in EB, vol. 27 (1986), pp. 476-484; ID., Conservatism from John
Adams to Churchill, Greenwood Press, Westport, 1978; Conservatism in Europe, 1770-1945, Thames
and Hudson, Londres, 1977; RUSSELL KIRK, The conservative mind; from Burke to Elliot, Regnery
Gateway, Washington D.C., 1986 (1953).
21
El nacimiento oficial del conservadorismo internacional se remonta a la publicación en 1790 de la
obra de EDMUND BURKE (1729-1797) Reflections on the Revolution in France. Sobre Burke, la literatura
es vastísima. Nos limitamos a señalar las obras de ALFRED COBBAN, Edmund Burke and the revolt against
the Eighteen Century, Allen and Unwin, Londres, 1978 (reimpresión de la edición de 1929), y The
Debate on the French Revolution (1789-1800), Adam and Charles Black, Londres, 1960, 2ª ed., y re-
cientemente CRAWFORD B. MACPHERSON, Burke, Oxford University Press, Nueva York, 1980; MICHAEL
FREEMAN, Edmund Burke and the critique of political redicalism, Basil Blackwell, Oxford, 1980.
22
Sobre LOUIS VEUILLOT, cfr. nota 41 del cap. II, y entre las obras, L’illusion libérale, in Oeuvres, cit.,
vol. 10, pp. 315-361.
23
SAN ANTONIO MARÍA CLARET (1807-1870). Fundador de la Congregación Misioneros Hijos del Co-
razón Inmaculado de María, Arzobispo de Santiago de Cuba (1849-1857), confesor de la Reina Isabel
II en Madrid, y más tarde uno de los protagonistas del Concilio Vaticano I, en el cual defendió la
infalibilidad pontificia. Fue beatificado por Pío XI en 1934 y canonizado por Pío XII el 7 de mayo de
1950. Cfr. Escritos autobiográficos y espirituales, BAC, Madrid, 1959, y el vocablo de JOSÉ MARÍA
VIÑAS, in BSS, vol. II, (1962), cols. 205-210.
24
Sobre el Cardenal Henry Edward Manning (1808-1892), cfr. DAVID NEWSOME, The convert Cardinals:
John Henry Newman and Henry Edward Manning, Murray, Londres, 1993.
25
Sobre el Padre oratoriano Frederick William Faber (1814-1863), cfr. RONALD CHAPMAN, Father
Faber, Burns and Oates, Londres, 1961.
26
Gabriel García Moreno (1821-1875), durante su mandato presidencial concluyó un concordato con
la Santa Sede (1863) que es considerado el modelo de los concordatos católicos del siglo XIX, y
consagró la República del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús (1873). “Su existencia fue una con-
tinua batalla contra las fuerzas políticas adversas tendientes a la descristianización, y por eso fue
objeto de un odio profundo por parte de los enemigos que lo hicieron asesinar a la entrada de la
Catedral de Quito” (SILVIO FURLANI, sub voce, in DTC, Vol. V, 1950, col. 1936). Cfr. también P.
ALPHONSE BERTHE, García Moreno, Président de l’Équateur, vengeur et martyre du droit chrétien,
Téqui, París, 1926, 2 vols.
135
El Cruzado del Siglo XX
27
Sobre la Cristiandad medieval y la idea de Cristiandad en general, cfr. BERNARD LANDRY, L’idée de
chrétienté chez les scholastiques du XIII siècle, París, 1929; ALOIS DEMPF, Sacrum Imperium, Oldenburg,
Munich-Berlín, 1929; CHRISTOPHER DAWSON, The making of Europe: an introduction to the history of
European unity, Sheed & Ward, Londres, 1932; JEAN RUPP, L’idée de chrétienté dans la pensée
Pontificale des origines à Innocent III, Les Presses Modernes, París, 1939; RAOUL MANSELLI, La
“cristianitas” medievale de fronte all’eresia, in VITTORE BRANCA, Conceto, storia, miti e immagini
del medioevo, Sansoni, Florencia, 1973, pp. 91-133; LUIGI PROSDOCIMI, Cristianità medievale e unità
giuridica auropea, in Aa. Vv., Storia d’Itália. Dalla civiltà latina alla nostra Repubblica, De Agostini,
Novara, 1980, vol. IV, pp. 288-312, con amplia bibliografía. Para una visión de conjunto de la civi-
lización medieval, cfr. también HILLAIRE BELLOC, Europe and the Faith, con una introducción de
DOUGLAS WOODRUF, Burns & Oates, Londres, 1962 (1920); RAFAELLO MORGHEN, Medioevo cristiano,
Laterza, Bari, 1962; GIORGIO FALCO, La santa romana repubblica. Profilo storico del Medioevo,
Ricciardi, Milán-Nápoles, 1968; LEOPOLD GENICOT, Le Moyen Age, Casterman, Tournai, 1978 (3ª ed.).
28
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O crime de Hitler, in “O Legionário”, Nº 547, 31 de enero de 1943; cfr.
también Civilização cristã, in “O Legionário”, Nº 546, 24 de enero de 1943.
136
Revolución y Contra-Revolución
vida sobrenatural, que hace de cada fiel un hijo adoptivo de Cristo. “El con-
cepto de Cristiandad es una proyección, en el campo natural, de aquella
gran realidad sobrenatural que es el Cuerpo Místico de Nuestro Señor Je-
sucristo” 29.
San Pío X, en la Encíclica Il fermo propósito del 11 de junio de 1905,
había reafirmado que “la civilización del mundo es la Civilización Cristia-
na, tanto más verdadera, más durable, más fecunda en frutos preciosos, cuanto
más puramente cristiana” 30. Y en la Carta Notre Charge Apostolique del 25
de agosto de 1910, recordaba:
“No se debe inventar la civilización, ni se debe construir la nueva socie-
dad en las nubes. Ella ha existido y existe: es la Civilización Cristiana, es la
sociedad católica. No se trata sino de instaurarla y restaurarla incesantemen-
te en sus fundamentos naturales y divinos, contra los ataques siempre
renacientes de la malsana utopía, de la rebelión y de la impiedad: Omnia
instaurare in Christo (Ef. I, 10)” 31.
La Civilización Cristina, enseña a su vez León XIII, tuvo su concreta
expresión histórica en la Cristiandad Medieval.
“Hubo un tiempo en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados.
En esa época la influencia de la sabiduría cristiana y su virtud divina pene-
traban las leyes, las instituciones, las costumbres de los pueblos, todas las
categorías y todas las relaciones de la sociedad civil. Entonces la Religión
instituida por Jesucristo, sólidamente establecida en el grado de dignidad
que le es debido, era floreciente en todas partes gracias al favor de los prín-
cipes y a la protección legítima de los magistrados. Entonces el Sacerdocio
y el Imperio estaban ligados entre sí por una feliz concordia y por la permuta
amistosa de buenos oficios. Organizada así, la sociedad civil dio frutos su-
periores a toda expectativa, cuya memoria subsiste y subsistirá, consignada
como está en innumerables documentos que ningún artificio de los adversa-
rios podrá corromper u oscurecer” 32.
“Esta luminosa realidad —comenta Plinio Corrêa de Oliveira— hecha de
un orden y perfección antes sobrenatural y celestial que natural y terreno, que
se llamó Civilización Cristiana, es producto de la cultura cristiana, que a su
29
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Cristandade, in “O Legionário”, Nº 732, 18 de agosto de 1946.
30
S. PÍO X, Encíclica Il fermo proposito, in AAS, vol. 37 (1905), p. 745.
31
S. PÍO X, Carta Notre Charge Apostolique, del 25 de agosto de 1910, cit., p. 612.
32
LEÓN XIII, Encíclica Immortale Dei, del 1 de noviembre de 1885, in AAS, vol. XVIII (1885), p. 169.
137
El Cruzado del Siglo XX
vez es hija de la Iglesia Católica” 33. La Cristiandad medieval fue, por lo tanto,
la sociedad humana que en el curso de la Historia realizó el ideal católico con
mayor perfección. Si Maritain escribió que “existe una sola Iglesia; pueden
existir civilizaciones cristianas, cristiandades diversas” 34, el pensador brasi-
leño, al contrario, afirma con vigor que la Cristiandad “no ha sido un orden
cualquiera, posible como serían posibles muchos otros órdenes. Fue la rea-
lización, en las circunstancias inherentes a los tiempos y lugares, del único
orden verdadero entre los hombres, o sea la civilización cristiana” 35.
El origen del término “Edad Media” y del respectivo concepto 36 se rela-
ciona con una visión historiográfica que pretendía caracterizar todo un milenio
de Historia occidental como una larga “noche”, un tenebroso paréntesis en-
tre la “luz” del mundo pagano y el “renacimiento” de la Edad Moderna. Tal
concepción, ya presente en Petrarca 37 y en el humanismo italiano, será adop-
tada por los iluministas en el siglo XVIII. De esa manera, como observa
Eugenio Garin, “el contraste entre la época oscura y el renacimiento
iluminante alimentaría una polémica de casi cuatro siglos, desde el siglo
XIV al XVIII, vinculando de manera ideal el Humanismo al Iluminismo” 38.
La “leyenda negra” sobre la Edad Media, que la historiografía marxista
quiso revivir, se ha derrumbado definitivamente, y hoy ningún historiador
serio aceptaría considerar el Medioevo como un paréntesis de tenebrosa bar-
33
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Cruzada do Século XX, cit.
34
J. MARITAIN, Humanisme intégral, cit., p. 442.
35
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, 1ª ed. peruana, Tradición y Acción
por un Perú Mayor, Lima, 2005, p. 62.
36
G. L. BURR, How the Middle Ages got their name, in “American Historical Review”, vol. 18 (1911-
1912), pp. 710 ss.; ETIENNE GILSON, Notes sur une frontière contestée, in “Archives d’histoire doctrinale
et literaire du Moyen Age”, vol. 25 (1958), p. 65; LUDOVICO GATTO, Viaggio intorno al concetto di
Medioevo, Bulzoni, Roma, 1977; PIETRO ZERBI, Il medioevo nella storiografia degli ultimi vent’anni,
Vita e Pensiero, Milán, 1985.
37
Francisco Petrarca fue el primero en cavar un surco entre la edad “antigua”, romana, y la edad
“nueva” que sucedía a la Edad Media (cfr. Epistolae de rebus familiaribus, VI, 2; XX, 8 etc.,). WALLACE
K. FERGUSON, in Il Rinascimento nella critica storica (tr. it. Il Mulino, Bolonia, 1968, pp. 20-23), lo
considera “el primer formulador de aquel concepto de los «tiempos oscuros», que estaba destinado a
dominar durante siglos la interpretación de la Edad Media y a proveer el fondo negro sobre el cual se
haría brillar la luz del Renacimiento” (p. 21); cfr. también THEODOR F. MOMMSEN, Petrarch’s conception
of the “Dark Ages”, in Medieval and Renaissance Studies, bajo la dirección de E. F. RICE JR., Cornell
University Press, Nueva York, 1959, pp. 226-242; EUGENIO GARIN, Rinascite e Revoluzioni. Movimenti
culturali dal XIV al XVIII secolo, Laterza, Bari, 1976, pp. 4-47.
38
E. GARIN, Rinascite e rivoluzioni, cit., p. 15.
138
Revolución y Contra-Revolución
39
MARCO TANGHERONI, La «leggenda nera» sul Medioevo, in “Cristianità”, Nº 34-35, febrero-marzo
de 1978, pp. 6-9; RÉGINE PERNOUD, Lumière du Moyen Age, Grasset, París, 1944; ID., Pour en finir
avec le Moyen Age, Seuil, París, 1977; RAYMOND DELATOUCHE, La chrétienté médievale, Téqui, París,
1989; JACQUES HEERS, Le Moyen Age, une imposture. Vérités et légendes, Perrin, París, 1993.
40
BENEDICTO XV, Encíclica Pacem Dei munus del 23 de mayo de 1920, in AAS, vol. 12 (1920), p.
216.
41
“Nosotros —afirmó por su parte JUAN PABLO II— somos aún los herederos de largos siglos en los
cuales se formó en Europa una Civilización inspirada por el cristianismo. (...) En la Edad Media, con
cierta cohesión del continente entero, Europa construye una Civilización luminosa de la cual perma-
necen muchos testimonios” (Discurso a la CEE, en Bruselas, 21 de mayo de 1985, in “L’Osservatore
Romano”, 22 de mayo de 1985).
42
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A grande experiência de 10 anos de luta, cit.
139
El Cruzado del Siglo XX
43
LEÓN XIII, Encíclica Immortale Dei, in IP, La pace interna delle nazioni, cit.
44
PÍO XII, Dicurso Nel contemplare del 12 de octubre de 1952, in DR, vol. XIV, p. 359.
45
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 31-32
140
Revolución y Contra-Revolución
46
“En nuestros días —afirmó Juan Pablo II en Santo Domingo, el 12 de octubre de 1992— se percibe
una crisis cultural de proporciones insospechables. Por cierto el sustrato cultural de hoy presenta un
buen número de valores positivos, muchos de ellos fruto de la evangelización; pero al mismo tiempo
eliminó valores religiosos fundamentales e introdujo concepciones engañosas, que no son aceptables
desde el punto de vista cristiano” (JUAN PABLO II, Discurso Nueva evangelización, Promoción huma-
na, Cultura cristiana. Jesucristo ayer, hoy y siempre del 12 de octubre de 1992, in suppl. de
“L’Osservatore Romano” Nº 238, 14 de octubre de 1992, IV, pp. 21-22).
47
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 37.
141
El Cruzado del Siglo XX
Las etapas históricas de este proceso multisecular son las tres grandes revo-
luciones de la Historia de Occidente: el protestantismo, la Revolución France-
sa y el comunismo. Plinio Corrêa de Oliveira resume así este proceso:
“La Seudo-Reforma fue una primera revolución. Ella implantó el espíritu
de duda, el liberalismo religioso y el igualitarismo eclesiástico, en medida
variable según las diversas sectas a que dio origen 48.
“Le siguió la Revolución Francesa, que fue el triunfo del igualitarismo
en dos campos. En el campo religioso, bajo la forma del ateísmo,
especiosamente rotulado de laicismo. Y en la esfera política, por la falsa
máxima de que toda desigualdad es una injusticia, toda autoridad un peli-
gro, y la libertad el bien supremo 49.
3) El comunismo es la transposición de estas máximas al campo social y
económico” 50.
Los orígenes de este proceso, para Plinio Corrêa de Oliveira, se remontan
al siglo XIV, cuando se inicia en la Europa cristiana una transformación de
mentalidades que en el curso del siglo XV se vuelve cada vez más nítida.
“El apetito de los placeres terrenos se va transformando en ansia. Las
diversiones se van volviendo más frecuentes y más suntuosas. Los hombres
se preocupan cada vez más con ellas. En los trajes, en las maneras, en el
48
Para el estudio del protestantismo, continúa siendo fundamental la crítica de JAIME BALMES, El
protestantismo comparado con el catolicismo, BAC, Madrid, 1967, 2 vol. (1842-1844). El desarrollo
del protestantismo puede ser seguido sobre todo en las sectas inglesas del siglo XVII y en el movi-
miento que desembocó en la Revolución Inglesa. Para Plinio Corrêa de Oliveira, la Revolución ingle-
sa del siglo XVII ocupa un lugar saliente en la trágica historia de la crisis de Occidente: “En ese
sentido, con las variantes que siempre existen cuando la historia parece repetirse, Carlos I es verda-
deramente una prefigura de Luis XVI, Cromwell un precursor de Robespierre o Saint-Just, y la Revo-
lución inglesa una «avant-première» de la Revolución Francesa” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Figu-
ras que encarnam concepções de vida, in “Catolicismo”, Nº 77, Mayo de 1957). Sobre las sectas
protestantes in genere, cfr. R. DE MATTEI, Alta ruet Babylon. L’Europa settaria del cinquecento, IPL,
Milán, 1997. Entre los más lúcidos críticos de la Revolución Francesa, no faltan autores protestantes.
Cfr. Aa. Vv., Révolution et Christianisme. Une appréciation chrétienne de la Révolution française,
L’Age d’Homme, Lausana, 1992 y especialmente JEAN-MARC BERTHOUD, La Révolution française et
les révolutions, pp. 114-163.
49
Para un panorama de la Revolución Francesa, vista en su esencia y en sus verdaderas causas, a la luz
del pensamiento de Plinio Corrêa de Oliveira, cfr. Despreocupados... rumo à Guilhotina. A
autodemolição do Ancien Régime, Ed. Brasil de Amanhã, São Paulo, 1993.
50
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 31-32.
142
Revolución y Contra-Revolución
51
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 40-41.
52
PAUL BOURGET, Le démon du midi, Libraire Plon, París, 1914, vol. II, p. 375.
143
El Cruzado del Siglo XX
53
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 50-51
54
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 31.
55
H.-D. NOBLE, Passions, in DTC, Vol. XI, 2 (1932), cols. 2211-2241; AIMÉ SOLIGNAC, Passions et vie
spirituelle, in DSp, vol. XII, I (1984), cols. 339-357. Las pasiones pueden ser entendidas en sentido
144
Revolución y Contra-Revolución
metafísico (cfr. S. TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, I-IIae, q. 23 art. 2-4) y en un sentido psico-
lógico. Noble define la pasión como “un acto único del apetito sensitivo, que comprende esencial-
mente una tendencia afectiva y una reacción psicológica” (col. 2215). Cfr. también GÉRARD BLAIS,
Petit traité practique des passions humaines, Editions Paulines, Sherbrooke (Canadá), 1976; ANTOINE
EYMIEU, Le gouvernement de soi-même. Essai de psychologie practique, Perrin, París, 1910. Indagan-
do sobre las relaciones entre ideas, sentimientos y actos, Eymieu establece algunas grandes leyes
psicológicas, de las cuales la primera es que la idea lleva al acto del cual es la representación. El
segundo principio es que la acción suscita el sentimiento del cual ella debería ser la expresión normal.
El tercero es que la pasión se aguza hasta el máximo, y emplea para los propios fines las fuerzas
psicológicas humanas.
56
“Las tendencias [desordenadas] producen crisis morales, doctrinas erróneas y después revolucio-
nes. Unas y otras, a su vez, exacerban las tendencias. Estas últimas llevan en seguida, por un movi-
miento análogo, a nuevas crisis, nuevos errores, nuevas revoluciones. Es lo que explica que nos
encontremos hoy en tal paroxismo de impiedad y de inmoralidad, así como en tal abismo de desórde-
nes y discordias”. Y sobre la marcha de exceso en exceso de ese proceso, explica a continuación el
doctor Plinio: “las pasiones desordenadas, yendo en un crescendo análogo al que produce la acele-
ración en la ley de la gravedad, y alimentándose de sus propias obras, acarrean consecuencias que,
a su vez, se desarrollan según una intensidad proporcional” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución
y Contra-Revolución, cit., pp. 53-54).
57
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 67
58
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 52
145
El Cruzado del Siglo XX
59
La primera condenación a la masonería remonta a la constitución In eminenti de Clemente XII, del
24 de abril de 1738. La excomunión fue confirmada y renovada por Benedicto XIV (Constitución
Providas, del 18 de mayo de 1751) y por Pío VII con la constitución Ecclesiam a Jesu Christo, del 13
de setiembre de 1821. León XII ratificó y confirmó los decretos precedentes con la Constitución
Apostólica Quo graviora, del 13 de mayo de 1825; en el mismo sentido se expresaron Pío VIII, con la
Encíclica Traditi del del 21 de mayo de 1829, Gregorio XVI con la Encíclica Mirari Vos del 15 de
agosto de 1832, Pío IX con la Encíclica Qui pluribus del 9 de noviembre de 1846 y numerosas otras
intervenciones. El último gran documento de los Pontífices relativo a la masonería es la Encíclica
Humanum Genus de León XIII, del 20 de abril de 1884 (in AAS, vol. XVI [1906], pp. 417-433).
Desde entonces los Papas incluyeron la condenación en los cánones 684, 2335 y 2336 del Código de
Derecho Canónico vigente de 1917 a 1983. En el nuevo Código de Derecho Canónico que entró en
vigencia el 29 de noviembre de 1983, la masonería no es mencionada expresamente como en el
Código anterior. Pero la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, en documento del 26 de
noviembre de 1983, reiteró que “continúa inalterado el juicio negativo de la Iglesia en lo que respecta
a las asociaciones masónicas, una vez que sus principios siempre fueron considerados inconciliables
con la doctrina de la Iglesia, y por lo tanto permanece prohibido inscribirse en ellas. Los fieles que
pertenecen a las asociaciones masónicas están en pecado grave y no pueden recibir la Santa Comu-
nión” (“L’Osservatore Romano”, 27 de noviembre de 1983).
146
Revolución y Contra-Revolución
60
LEÓN XII, Encíclica Humanum genus, cit.
61
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Igreja e o judaísmo, in “A Ordem”, Nº 11, enero de 1931, pp. 44-52.
62
AUGUSTIN BARRUEL S.J. (1741-1820), Mémoires pour servir à l’histoire du jacobinisme, Fauche,
Londres, 1797-1798 (4 vol.), Hamburgo, 1798-1799 (5 vol.). Las Mémoires de Barruel fueron publi-
cadas nuevamente en 1974 por la Diffusion de la Pensée Française, Chiré-en-Montreuil, con intro-
ducción de Christian Lagrave.
63
Jacques CRÉTINEAU-JOLY (1803-1875), historiador de la Vandea y de la Compañía de Jesús, utilizan-
do material documental de la Santa Sede delineó, en su obra L’Église Romaine en face de la Révolution
(Plon, París, 1859, 2 vol.), el cuadro de la lucha entre la Iglesia Católica y la Revolución en el período
que va desde el pontificado de Pío VI hasta el comienzo del de Pío IX. La obra fue reeditada por
Cercle de la Renaissance Française (París, 1976, 2 vol.).
64
NICOLAS DESCHAMPS S.J. (1797-1872), Les Sociétés Secrètes et la Société ou pholosophie de l’histoire
contemporaine, Fr. Séguin Aîné, Aviñón, 1854, 2 vol., después Oudin, París, 1882, enriquecida por
un tercer volumen de documentos y de una Introduction sur l’action del sociétés secrètes, au XIX
siècle, de CLAUDE JANNET.
65
ERNEST JOUIN (1884-1932), párroco de la iglesia de San Agustín en París, lanzó en 1912 la “Revue
Internationale des Sociétés Secrètes” la célebre RISS (publicada hasta 1939) que por la seriedad de la
documentación y por la competencia de sus colaboradores, constituyó un instrumento de estudio de
gran valor. Cfr. JOSEPH SAUVÊTRE, Un bon serviteur de l’Église, Mgr. Jouin (1884-1932), Casterman,
París, 1936.
66
LÉON DE PONCINS (1897-1975), Les forces secrètes de la Révolution, Bossard, París, 1928; con
EMMANUEL MALYNSKI, La guerre occulte, Beauchesne, París, 1936; La Franc-maçonnerie d’après les
documents secrets, Diffusion de la Pensée Française, Chiré-en-Montreuil, 1972; Christianisme et
franc-maçonnerie, Diffusion de la Pensée Française, Chiré-en-Montreuil, 1975.
147
El Cruzado del Siglo XX
67
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 59-60. A la masonería y a las
fuerzas secretas está dedicada una sección entera de la obra Despreocupados... rumo à guilhotina,
cit., pp. 265-317.
68
FERNANDO GONZALO ELIZONDO, El deber cristiano de la militancia contrarrevolucionaria, in “Ver-
bo”, Nº 317-318, septiembre-octubre de 1993, p. 840 (pp. 825-840).
148
Revolución y Contra-Revolución
ción utópica del «anarquismo» marxista, según la cual una humanidad evo-
lucionada, que viviera en una sociedad sin clases ni gobierno, podría gozar
del orden perfecto y de la más entera libertad, sin que de ésta se originase
desigualdad alguna. Como se ve, es el ideal simultáneamente más liberal y
más igualitario que se pueda imaginar.
“En efecto, la utopía anárquica del marxismo consiste en un estado de
cosas en el cual la personalidad humana habría alcanzado un alto grado de
progreso, de tal manera que le sería posible desarrollarse libremente en
una sociedad sin Estado ni gobierno” 69.
La Revolución está destruyendo en el hombre contemporáneo la noción
de pecado, la distinción entre el bien y el mal e, ipso facto, negando la Re-
dención de Nuestro Señor Jesucristo, que sin el pecado se torna incompren-
sible y pierde cualquier relación lógica con la Historia y la vida 70.
Poniendo toda su confianza en el individuo, como sucedió en la fase libe-
ral, o en las colectividades, como sucedió en la fase socialista, la Revolu-
ción idolatra al hombre, confiando en su posibilidad de “auto-redención”
mediante una radical transformación social.
La meta anárquica de la Revolución termina por confundirse con la utopía
de una República universal, en la cual todas las legítimas diferencias entre
los pueblos, las familias, las clases sociales, se disolverían en una amalgama
confusa y efervescente:
“Un mundo en cuyo seno las patrias unificadas en una República Univer-
sal no sean sino denominaciones geográficas, un mundo sin desigualdades
sociales ni económicas, dirigido por la ciencia y por la técnica, por la pro-
paganda y por la psicología, para realizar, sin lo sobrenatural, la felicidad
definitiva del hombre: he aquí la utopía hacia la cual la Revolución nos va
encaminando” 71.
69
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 73-74. “En esa sociedad
—que, a pesar de no tener gobierno, viviría en pleno orden— la producción económica estaría orga-
nizada y muy desarrollada, y la distinción entre trabajo intelectual y manual estaría superada. Un
proceso selectivo aún no determinado llevaría a la dirección de la economía a los más capaces, sin
que de ahí se derivase la formación de clases. Estos serían los únicos e insignificantes residuos de
desigualdad. Pero, como esa sociedad comunista anárquica no es el término final de la Historia,
parece legítimo suponer que tales residuos serían abolidos en una ulterior evolución” (ibid., ID.).
70
Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 81-83.
71
Ibid., p. 83. Las premisas “religiosas” de esta utopía fueron bien descritas por THOMAS MOLNAR en
su obra Utopia. The perennial heresy, Sheed and Ward, Nueva York, 1967.
149
El Cruzado del Siglo XX
72
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 71.
73
El “actus essendi”, demasiado luminoso para la inteligencia creada, no puede constituir terreno
propio de la especulación filosófica del hombre, que tiene como primer objeto del conocimiento
precisamente las “esencias”. El primado del “actus essendi” sobre la esencia es ciertamente un dato
innegable del tomismo. Pero cuando la afirmación de este primado conduce a una exageración polé-
mica contra el pretendido “esencialismo” de la Escolástica, corre el riesgo de desviarse hacia una
postura de cuño existencialista (Cfr. C. FABRO C.P.S., Introduzione a San Tommaso, Ares, Milán,
1983, pp. 100-103).
150
Revolución y Contra-Revolución
74
SANTO TOMÁS DE AQUINO, De ente et essentia, cap. II.
75
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, I, q. 11, a. 1.
76
Cfr. SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa contra gentiles, II, 45; Summa Theologica, I, q. 47, a. 2.
77
Ibid., Summa Theologica, I, q. 50, a. 4.
78
Ibid., I, q. 96, a. 3-4.
79
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 70.
80
León XIII puede ser considerado el promotor del renacimiento del tomismo en los Tiempos Moder-
nos, con la Encíclica Aeterni Patris del 4 de agosto de 1879, en la que declaró a Santo Tomás el único
maestro oficial de las escuelas católicas en todos los niveles. Sobre este importante documento, cfr.
AA. VV., Le ragioni del tomismo. Dopo il centenario dell’Enciclica “Aeterni Patris”, Ed. Ares, Milán,
1979.
81
JUAN PABLO II, Il Centenario dell’“Aeterni Patris”, Discurso pronunciado en el Angelicum el 18 de
noviembre de 1979, in L’Osservatore Romano, 19-20 de noviembre de 1979.
151
El Cruzado del Siglo XX
para los católicos. A diferencia de muchos neotomistas del siglo XX, pre-
ocupados en colocar un puente entre la philosophia perennis y el pensa-
miento moderno 82, el pensador brasileño resaltó siempre la incompatibili-
dad entre la filosofía del ser y la orientación de la filosofía “moderna”, de
Descartes 83 a Kant, del existencialismo al nihilismo contemporáneo, viendo
en ella el itinerario progresivo de la inteligencia humana rumbo al suicidio
metafísico.
La Summa Theologica, que según Pío XII resume “el universo espiritual
del mayor genio del medioevo” 84, es para Pío XI “el cielo visto desde la
tierra” 85. Al lado de Santo Tomás, cuya Summa conoció y comentó amplia-
mente, Plinio Corrêa de Oliveira colocaba a San Buenaventura 86, cuya filo-
sofía ha sido definida con propiedad “la más medieval de las filosofías de la
Edad Media” 87. El pensador brasileño se propuso retomar el hilo de pensa-
miento que tuvo sus pilares en aquellos dos grandes Doctores de la Iglesia,
colocados por Sixto V en el mismo plano en cuanto a la santidad de doctrina
y a la autoridad de magisterio: “Hi enim sunt duae olivae et duo caldeara
(Apoc. 11, 4)” 88.
82
Cfr. por ejemplo ANTONIN DALMACE SERTILLANGES O.P., Saint Thomas d’Aquin, 4a. ed., Alcan, París,
1925. Un caso extremo de desvío del tomismo, mediante la adopción del “a priori” de Kant y del
existencialismo de Heidegger, es el del jesuita KARL RAHNER (Geist im Welt, 1ª. ed., Rauch, Innsbruck,
1939), lúcidamente denunciado por el padre estigmatino CORNELIO FABRO en La svolta antropologica
de Karl Rahner, Rusconi, Milán, 1974. Del P. Fabro, “Catolicismo” publicó en 1963 un artículo
traducido del “Osservatore Romano”, en el cual el autor subrayaba la imposibilidad de establecer un
puente entre la verdadera filosofía cristiana, que jamás podrá renegar de la noción de trascendencia
divina, y las escuelas filosóficas modernas fundadas sobre el “principio de la inmanencia” (C. FABRO
C.P.S., Filosofia moderna e pensamento cristão, in “Catolicismo”, Nº 151, julio de 1963).
83
Sobre el abandono de la metafísica en el pensamiento moderno, cfr. C. FABRO C.P.S., Introduzione
all’ateismo moderno, Studium, Roma, 1969, 2 vol.; TOMAS TYN O.P., Metafisica della sostanza.
Participazione e analogia entis, Ed. Studio Domenicano, Boloña, 1991, pp. 243-384.
84
PÍO XII, Discurso del 25 de setiembre de 1949, in DR, vol. XI, p. 217.
85
PÍO XI, Alocución en el Angelicum del 12 de diciembre de 1924, in Xenia Thomistica, Roma, 1925,
vol. III, P. 600.
86
Sobre este aspecto de la filosofía de San Buenaventura, cfr. J. M. BISSEN O.F.M., L’exemplarisme
divin selon Saint Bonaventure, Vrin, París, 1929; EFREM BETTONI O.F.M., San Bonaventura di
Bagnoregio, Biblioteca Francescana, Milán, 1973; FRANCESCO CORVINO, Bonaventura di Bagnoregio,
francescano e pensatore, Dedalo, Bari, 1980; E. GILSON, La philosophie de Saint Bonaventure, Vrin,
París, 1953.
87
Ver JACQUES GUY BOUGEROL O.F.M., en la conclusión del Congreso bonaventuriano de Roma, 26 de
setiembre de 1974, cit. in LEONARDO PIAZZA, Mediazione simbolica in San Bonaventura, Ediciones
L.I.E.F., Vicenza, 1978, p. 65.
88
SIXTO V, Bula Triumphantis Jerusalem.
152
Revolución y Contra-Revolución
89
“La Sabiduría es ordenar y juzgar” - SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, I, q. 1, a. 6, c.; q.
79, a. 10, ad 3.
90
“La Sabiduría está difusa en todas las cosas” - SAN BUENAVENTURA, Hexaëmeron, col. 2, Nº 21 (V,
340 a).
91
“Dispusiste todas las cosas con medida, número y peso”- Sap. XI, 21.
92
EDGAR DE BRUYNE, L’Esthétique du Moyen Age, Editions de l‘Institut Supérieur de Philosophie,
Lovaina, 1947, p. 11. Cfr. también ID., Études d’esthétique médiévale, De Tempel, Brujas, 1946, 3
vol. “Bajo cualquier aspecto que se la considere, en realidad no existe sino una única visión medieval
del mundo, aunque ésta se exprese ya sea en obras de arte, sea en conceptos filosóficos: aquella que
San Agustín esbozara magistralmente en su De Trinitate, y que retoma directamente las palabras del
libro de la Sabiduría (XI, 21): omnia in mensura, et numero, et pondere disposuisti” (E. GILSON,
L’esprit de la philosophie médiévale, Vrin, París, 1932, p. 105).
93
MIGUEL BECCAR VARELA, carta al autor.
94
JOHAN HUIZINGA, Autunno de Medioevo, tr. it. Rizzoli, Milán, 1995, p. 283. “El hombre medieval
efectivamente vivía en un mundo poblado de significados, remisiones, segundos sentidos, manifesta-
ciones de Dios en las cosas, en una naturaleza que hablaba continuamente un lenguaje heráldico (...)
porque era señal de una verdad superior. (...) En la visión simbólica, la naturaleza, hasta en sus aspec-
tos más temibles, pasó a ser el alfabeto con el cual el Creador nos habla del orden del mundo, de los
bienes sobrenaturales, de los pasos a dar para orientarnos en el mundo en orden a conquistar los
premios celestiales. (...) El Cristianismo primitivo preparó el camino para la traducción simbólica de
153
El Cruzado del Siglo XX
significado: “nihil vacuum neque sine signo apud Deum” 95, y todo lo que
existe está hecho de manera a despertar el pensamiento y el recuerdo de
Dios. “En toda criatura existe el esplendor de la causa ejemplar divina (...).
Así, cada ser es una vía que conduce al ejemplar, es un vestigio de la sabidu-
ría de Dios” 96.
San Buenaventura nos propone un itinerario del alma hacia Dios “a través
de los signos” del mundo sensible que, bajo características siempre diferen-
tes y desiguales, nos dirigen un único llamado divino. La verdad de las cosas
consiste en representar la verdad suprema, la causa ejemplar. Es esta seme-
janza entre las criaturas y el Creador que nos permite elevarnos desde las
cosas hasta Dios 97. “El intelecto humano fue creado para ascender gradual-
mente —como los peldaños de una escalera— hasta el sumo Principio que
es Dios” 98.
Entre las clásicas “pruebas” tomistas de la existencia de Dios, Plinio Corrêa
de Oliveira apreció sobre todo la “cuarta vía” 99, pero entendiéndola como
un método de formación y un proceso psicológico que plasma el alma hu-
mana, más que como un abstracto silogismo filosófico.
“La belleza de Dios se refleja en el conjunto jerárquico y armónico de
todos esos seres, de tal manera que no hay, en cierto sentido, mejor modo de
conocer la belleza infinita e increada de Dios que analizando la belleza finita
y creada del universo, considerado, no tanto en cada ser, sino en el conjunto
de todos ellos. Dios se refleja, además, en una obra maestra más alta y más
los principios de la fe” (UMBERTO ECO, Arte e bellezza nell’estetica medievale, Bompiani, Milán,
1978, pp. 68-69). Un fresco del cosmos simbólico medieval fue trazado por MARIE-MADELEINE DAVY
en Initiation à la symbolique romane, Flammarion, París, 1977.
95
SAN IRENEO, Adversus haereses, libri V, 1. IV, c. 2.
96
SAN BUENAVENTURA, Hexaëmeron, col. 12, Nº 14-15.
97
Esta semejanza, como observa Etienne Gilson, no implica en una participación de las cosas en la
esencia de Dios. “La real semejanza que existe entre el Creador y las criaturas es una semejanza de
expresión. Las cosas están a Dios como los signos a los significados que expresan; ellas constituyen,
pues, una especie de lenguaje, y el universo entero no es sino un libro en el que se lee por todas partes
la Trinidad” (E. GILSON, La philosophie au Moyen Age, Payot, París, 1952, p. 442).
98
SAN BUENAVENTURA, Breviloquium, p. 2, c. 12 (V, 230 a).
99
Quarta via sumitur ex gradibus qui in rebus invenientur. De todas las pruebas tomistas, como
observa Gilson, la cuarta es la que suscitó el mayor número de interpretaciones diferentes (E. GILSON,
Le thomisme, Vrin, París, 1972, p. 82). Cfr. C. FABRO C.P.S., Sviluppo, significato e valore della IV
via, in “Doctor Communis”, Nº 7 (1954), pp. 71-109; ID., Il fondamento matafisico della quarta via,
in “Doctor Communis”, Nº 18 (1965), pp. 49-70, después fundidos en L’uomo e il rischio di Dio,
Studium, Roma, 1967, pp. 226-271.
154
Revolución y Contra-Revolución
100
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O Escapulário, a Profissão e a Consagração interior, informe al 3er.
Congreso Nacional de la Orden Tercera Carmelitana (São Paulo, 14 a 16 de noviembre de 1958), in
“Mensageiro do Carmelo”, edición especial de 1959.
101
Cfr. LEO J. ELDERS, La metafisica dell’essere di san Tomaso d’Aquino in una prospettiva storica, tr.
it., Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano, 1995, vol. I, p. 167. Sobre el “pulchrum” en
Santo Tomás, cfr. Summa Theologica, I, q. 5, a. 4; I, q. 39, a. 8; I-IIae., q. 27, a. 1 ad 3.
102
“Lo bello en el orden creado es el esplendor de todos los trascendentales reunidos: del ser, de lo
uno, de lo verdadero y del bien; o, más particularmente, es el fulgor de una armoniosa unidad de
proporción en la integridad de las partes (splendor, proportio, integritas, cfr. I, q. 39, a. 8)” (R. GARRIGOU-
LAGRANGE O.P., Perfections divines, Beauchesne, París, 1936, p. 299).
103
FRANÇOIS JOSEPH THONNARD A. A., Précis de Philosophie, Desclée, Tournai, 1966, p. 1227.
155
El Cruzado del Siglo XX
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “Sêde prudentes como as serpentes e simples como as pombas”, in
105
156
Revolución y Contra-Revolución
106
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Indumentária, Hierarquia e Igualitarismo, in “Catolicismo”, Nº 133,
enero de 1962; cfr. también O hábito e o monge, in “Catolicismo”, Nº 62, febrero de 1956.
107
PÍO XII, Discurso di Gran Cuore del 8 de noviembre de 1957, in DR, vol. XIX, p. 578.
108
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Dignidade e distinção para grandes e pequenos, in “Catolicismo”, Nº
33, setiembre de 1953.
109
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O espirito cristão e o esprito pagão manifestados pela arquitetura, in
“Catolicismo”, Nº 7, julio de 1951.
110
Cfr. ERWIN PANOFSKY, Gothic architecture and Scholasticism, Archabbey Press, Latrabe, 1951.
157
El Cruzado del Siglo XX
nías del jazz; todo esto es la excitación desordenada, propia de una socie-
dad que sólo podrá encontrar la verdadera paz cuando haya reencontrado
al verdadero Dios” 111.
A la par de los trajes, también el lenguaje, los gestos, los ritos, son ele-
mentos que tienen gran importancia cultural y pedagógica para el bien co-
mún de los pueblos 112. Es una “liturgia” social natural que se expresa en el
orden y en el fasto.
En el firmamento de la Iglesia se concilian armónicamente extremos apa-
rentemente contradictorios como la vocación solitaria del monje, inspirada a
una total renuncia del mundo, y el esplendor de las ceremonias pontificias que
expresaban, antiguamente, el mayor fasto del cual el mundo fuese capaz.
“No, entre uno y otro orden de valores no existe contradicción, sino en la
mente de los igualitarios, siervos de la Revolución. Por el contrario, la Igle-
sia se muestra santa, precisamente porque con igual perfección, con la mis-
ma genialidad sobrenatural, sabe organizar y estimular la práctica de las
virtudes que resplandecen en la vida obscura de un monje, y las que reful-
gen en el ceremonial sublime del Papado. Es más. Una cosa se equilibra
con la otra. Casi podríamos decir que un extremo (en el sentido bueno de la
palabra) compensa el otro y con él se concilia. El fondo doctrinario en el
cual estos dos santos extremos se encuentran y se armonizan es muy claro.
“Dios Nuestro Señor nos dio las criaturas, a fin de que éstas nos sirvan
para llegar hasta Él. Así, es preciso que la cultura y el arte, inspiradas por
la Fe, pongan en evidencia todas las bellezas de la creación irracional y los
esplendores de talento y de virtud del alma humana. Es lo que se llama
cultura y civilización cristianas. Con esto, los hombres se forman en la ver-
dad y en la belleza, en el amor a lo sublime, a la jerarquía y al orden que en
el universo reflejan la perfección de Aquel que lo hizo. Y así las criaturas
sirven, de hecho, para nuestra salvación y gloria divina. Pero por otro lado,
ellas son contingentes, pasajeras; sólo Dios es absoluto y eterno. Cabe re-
cordarlo. Y por esto es bueno alejarse de los seres creados, para en el des-
111
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Tranquilidade da ordem, excitação na desordem, in “Catolicismo”, Nº
110, febrero de 1960.
112
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Têm os símbolos, a pompa e a riqueza uma função na vida humana?,
in “Catolicismo”, Nº 82, octubre de 1957. Cfr. también, sobre el tema del ceremonial del poder pon-
tificio, los dos estudios “As cerimonias de posse de Eisenhower à luz da doutrina católica” y “Por
que o nosso mundo pobre e igualitário se empolgou com o fausto e a majestade da coroação?”, en
“Catolicismo”, Nº 27 (marzo de 1953), y Nº 31 (julio de 1953).
158
Revolución y Contra-Revolución
precio de todos ellos pensar sólo en el Señor. Del primer modo, consideran-
do todo lo que las criaturas son, se sube hasta Dios; y del otro modo, se
llega hasta Él considerando lo que ellas no son. La Iglesia invita a sus hijos
a ir por una y otra vía simultáneamente, por el espectáculo sublime de sus
pompas, y por la consideración de las admirables renuncias que sólo Ella
sabe inspirar y hacer realizar efectivamente” 113.
113
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Pobreza e fausto: extremos harmônicos no firmamento da Igreja, in
“Catolicismo”, Nº 96, diciembre de 1958.
114
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 90.
115
Ibid., p. 89.
159
El Cruzado del Siglo XX
116
S. PÍO X, Encíclica Jucunda Sane, del 12 de mayo de 1904, in AAS, vol. XXXVI, p. 524.
117
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 95. El autor distingue entre los
contra-revolucionarios “actuales”, que poseen una visión de la lucha entre el Orden y la Revolución en
toda su amplitud, y los contra-revolucionarios “potenciales”, que captan solamente algunos aspectos
particulares del combate. Estos deben ser conquistados para la Contra-Revolución integral.
160
Revolución y Contra-Revolución
118
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 112. En la misma línea, ver R.
DE MATTEI, La vita interiore, fondamento della Contro-Rivoluzione, in “Lepanto”, Nº 132-133, julio-
agosto de 1993.
119
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 120-21.
120
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 122.
161
El Cruzado del Siglo XX
pureza, es claro que esto se realizará sobre todo por una acción profunda
en los corazones. Ahora bien, esta acción es obra propia de la Iglesia, que
enseña la doctrina católica y la hace amar y practicar. La Iglesia es, pues,
la propia alma de la Contra-Revolución” 121.
La exaltación de la Iglesia es el ideal de la Contra-Revolución.
“Si la Revolución es lo contrario de la Iglesia, es imposible odiar la Re-
volución (considerada en su globalidad, y no en algún aspecto aislado) y
combatirla, sin ipso facto tener por ideal la exaltación de la Iglesia” 122.
La Iglesia es, pues, una fuerza fundamentalmente contra-revolucionaria,
pero no se identifica con la Contra-Revolución: su verdadera fuerza está en
ser el Cuerpo Místico de Nuestro Señor Jesucristo.
No obstante, el ámbito de la Contra-Revolución excede, de algún modo,
al eclesiástico, porque comporta una reorganización de toda la sociedad tem-
poral desde sus fundamentos. Esta restauración social es inspirada por la
doctrina de la Iglesia, pero por otro lado, envuelve un sinnúmero de aspec-
tos concretos y prácticos que pertenecen propiamente al orden civil.
“Y a este título la Contra-Revolución trasborda el ámbito eclesiástico,
aunque continúa siempre profundamente ligada a la Iglesia en lo que se
refiere al Magisterio y a su poder indirecto” 123.
La obra de Plinio Corrêa de Oliveira concluye con un homenaje de filial
devoción y de obediencia ilimitada al “dulce Cristo en la tierra”, columna y
fundamento infalible de la verdad, Su Santidad Juan XXIII 124, y con una
consagración filial de la obra a la Virgen:
“La primera, la grande, la eterna revolucionaria, inspiradora y fautora
suprema de esta Revolución, como de las que la precedieron y le sucedieren,
es la Serpiente, cuya cabeza fue aplastada por la Virgen Inmaculada. María
es, pues, la Patrona de todos los que luchan contra la Revolución.
“La mediación universal y omnipotente de la Madre de Dios es la mayor
razón de esperanza de los contra-revolucionarios. Y en Fátima Ella ya les
dio la certeza de la victoria, cuando anunció que, incluso después de un
121
Ibid., p. 123.
122
Ibid., ID.
123
Ibid., ID.
124
En la edición italiana de 1972, y en las sucesivas, la conclusión fue mantenida en los mismos
términos, substituyendo el nombre de Juan XXIII por el del Pontífice entonces reinante, Paulo VI.
162
Revolución y Contra-Revolución
125
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., pp. 171-172.
126
De MARCEL DE CORTE (1905-1944), cfr. Philosophie des moeurs contemporaines, Éditions
Universitaires, Bruselas, 1944; L’homme contre lui-même, Nouvelles Editions Latines, París, 1962.
Sobre De Corte cfr. MIGUEL AYUSO TORRES, DANILO CASTELLANO, JUAN VALLET DE GOYTISOLO, In
memoriam Marcel De Corte, in “Verbo”, Nºs. 327-328 (1994), pp. 761-794.
127
JEAN OUSSET (1914-1994), Pour qu’il règne, Dominique M. Morin, París, 1986. La obra de Ousset,
publicada en 1957, tuvo numerosas ediciones en Francia y diversas traducciones. El movimiento La
Cité Catholique, fundado por Ousset en 1947, se transformó en 1963 en el Office International des
Oeuvres de Formation Civique et d’Action Culturelle selon le Droit Naturel et Chrétien. Tuvo su
mayor desarrollo intelectual en España, alrededor de la revista “Verbo” dirigida por Juan Vallet de
Goytisolo (Cfr. ESTANISLAO CANTERO, A los treinta años, in “Verbo”, Nºs. 301-302, enero-febrero de
1992, pp. 7-16).
128
Sobre AUGUSTO DEL NOCE (1910-1989), autor, además de las obras ya citadas, de L’epoca della
secolarizzazione (Giuffré, Milán, 1970, e Il suicidio della Revoluzione (Rusconi, Milán, 1979), cfr.
ROCCO BUTTIGLIONE, Augusto Del Noce. Biografia di un pensiero, Piemme, Casale Monferrato, 1991;
R. DE MATTEI, Augusto Del Noce y el suicidio de la Revolución, in “Verbo”, Nºs. 337-338 (1995), pp.
871-886.
129
Del Conde GONZAGUE DE REYNOLD (1880-1970), cfr. sobre todo L’Europe tragique, Spes, París,
1934; La formation de l’Europe, Plon, París, 1944-1952, 10 vol.
130
De FRANCISCO ELÍAS DE TEJADA (1917-1978), cfr. La monarquía tradicional, Rialp, Madrid, 1954, y
sobre esta figura cfr. el reciente estudio de M. AYUSO TORRES, La filosofía jurídica y política de Elías
de Tejada, Fundación Francisco Elías de Tejada, Madrid, 1994.
163
El Cruzado del Siglo XX
131
Charles Maurras (1869-1952), fundador del periódico y del movimiento “Action Française”, ejer-
ció gran influencia sobre varias generaciones de intelectuales franceses. Un amplio cuadro de su obra
se lee en EUGEN WEBER, L’Action Française, Stock, París, 1964. Cfr. también ROGER HAVARD DE LA
MONTAGNE, Histoire de l’Action Française, Amiot-Dumont, París, 1950; COLETTE CAPITAN PETER,
Charles Maurras et l’idéologie d’Action Française, Seuil, Paris, 1972; VICTOR NGUYEN, Aux origines
de l’Action Française. Intelligence et politique a l’aube du XXe. siècle, Fayard, París, 1991.
132
Dicho “viraje” fue bien descrito por RAFAEL GAMBRA CIUDAD, en La monarquía social y represen-
tativa en el pensamiento tradicional, Rialp, Madrid, 1964, pp. 21-31 y en la voz “Tradicionalismo”,
in GER, vol. XXII (1975), pp. 671-673. Gambra distingue entre un tradicionalismo de derechas,
católico y contra-revolucionario, y un tradicionalismo de izquierda que, influenciado por Comte,
llega, a través de Taine y Renan, a la Action Française. Cfr. también R. DE MATTEI, Augustin Cochin
e la storiografia contro-rivoluzionaria, in Storia e Politica, vol. 4 (1973), pp. 570-585.
133
LOUIS DIMIER, Les maîtres de la contre-révolution au XIX siècle, Nouvelle Librairie Nationale,
París, 1907, pp. 115-135 (Balzac), pp. 161-184 (Sainte-Beuve), pp. 187-208 (Taine), pp. 209-230
(Renan), pp. 279-303 (Proudhon).
164
Revolución y Contra-Revolución
134
ÉDOUARD LE ROY (1870-1954), seguidor de Bergson, fue el filósofo que intentó conferir una base
doctrinal al modernismo. Muchas obras del P. Garrigou-Lagrange fueron escritas precisamente para
refutar su fundamental agnosticismo.
135
A. COCHIN, Abstraction révolutionnaire et réalisme catholique, Desclée de Brouwer, París-Lille,
1960, pp. 54-55. “El método de la Action Française —observa Stéphanie Rials— no ignora la tras-
cendencia, pero la trata de forma utilitarista a través de la interpretación positivista. La humanidad de
Comte se vuelve la nación de Maurras. La trascendencia se dobla ante la dimensión horizontal, la
inmanencia es idolatrada, la Providencia es negada” (Révolution et Contre-Révolution au XIX siécle,
cit., pp. 48-49).
136
Del P. GEORGES DE PASCAL (1840-1918), véanse entre otros libros Enseignement social, vues socia-
les d’un homme de tradition, Rondelet, París, 1899; Révolution et Contre-Révolution, le centenaire
de 1789 et les conservateurs catholiques, avec une lettre de M. le Marquis de La Tour du Pin, Impr.
de Saudaux, París, 1911; Les Religions laïques, Nouvelle Librairie Nationale, París, 1913.
137
JEAN-MARTIAL BESSE (1861-1920), historiador y erudito benedictino, ocupó en 1909 la cátedra de
Syllabus en el Institut d’Action Française. De él, además de L’Église et les libertés, cit., cfr. Église et
Monarchie, Jouve, París, 1910; Le catholicisme libéral, Desclée, París, 1911; Les Religions laïques,
Nouvelle Librairie Nationale, París, 1913.
138
Este aspecto fue notado por Jean Madiran: “A la generación de católicos formados católicamente,
que llegaron a la Action Française por fuerza de un «compromiso para la acción», le sucedió una
generación de formación maurrasiana que ya no era sensible a lo que podía haber de chocante, y en
cualquier caso de inaceptable para un cristiano, en el pensamiento de Maurras” (J. MADIRAN,
L’intégrisme, histoire d’une histoire, Nouvelles Editions Latines, París, 1964, p. 97).
139
El 2 de enero de 1914 la Congregación del Index juzgó que cinco libros de Maurras (Chemin du
Paradis, Anthinea, Les amants de Venise, Trois idèes politiques y L’Avenir de l’intelligence), así
como la revista “L’Action Française” por él dirigida, merecían condenación. San Pío X reputó opor-
tuno postergar la promulgación del decreto, pero la excomunión fue lanzada más tarde por Pío XI, en
1926. En 1939, después de haber sido firmada, por parte del consejo directivo de la Action Française,
una declaración de sumisión, las sanciones relativas al periódico fueron levantadas por Pío XII (cfr.
Decreto del Santo Oficio del 10 de julio de 1939; respuesta de la Sagrada Penitenciaría del 24 de julio
del mismo año) pero continuó en vigencia la condenación de los escritos de Maurras indicados por el
Index. Cfr. también LUCIEN THOMAS, L’Action Française devant l’Église. De Pie X a Pie XII, Nouvelles
165
El Cruzado del Siglo XX
Éditions Latines, París, 1965; MICHAEL SUTTON, Nationalism, positivism and Catholicism. The politics
of Maurras and French catholics, Cambridge University Press, Londres, 1982. OSCAR L. ARNAL,
Ambivalent Alliance. The Catholic Church and the Action Française. 1899-1939, University of
Pittsburgh Press, Pittsburgh, 1985; ANDRÉ LADOUZE, Dominicains français et Action Française, Les
Editions Ouvrières, París, 1989.
140
Cuando la excomunión a la Action Française fue revocada por Pío XII, el Dr. Plinio puso fin a la
polémica con estas palabras: “No hay mal peor que la pretensión de ser más católico que el Papa.
Roma habló: la causa está juzgada. Que nadie se entregue a entusiasmos incondicionales o a rigor
desproporcionado” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Action Française, in “O Legionário”, Nº 359, 30 de
julio de 1939. Cfr. también ID., A Action Française e a Liga das Nações, in “O Legionário”, Nº 276,
26 de diciembre de 1937; ID. Action Française, in “O Legionário”, Nº 349, 21 de mayo de 1938.
141
Cfr. por ejemplo el número especial de la revista “Itinéraires” dedicado a Maurras (Nº 22, abril de
1968), con artículos de Jean Madiran, Henri Charlier, Jean Ousset, Pierre Gaxotte, Roger Joseph, V.
A. Berto, Henri Rambaud, Gustave Thibon, Jean-Baptiste Morvan, Jacques Vier, Louis Salleron,
Georges Lafly, Marcel De Corte.
142
Una descripción de esta mentalidad se encuentra en el folleto La mano che estingue, la voce che
adormenta, publicado por el Ufficio Tradizione, Famiglia, Proprietà, Roma, 1996.
166
Revolución y Contra-Revolución
143
Para un análisis de este itinerario, cfr. R. DE MATTEI, Il centro che si portò a sinistra, Fiducia,
Roma, 1994, y el manifiesto del Centro Cultural Lepanto, Prodi il Kerensky italiano?, in “Il Tempo”
e “Il Giornale”, 14 de mayo de 1996. Cfr. también GIOVANNI CANTONI, La lezione italiana, Cristianità,
Piacenza, 1980.
144
La primera traducción italiana de la obra, por las ediciones Dell’Albero, remonta a 1969. La segun-
da, con un ensayo introductorio de G. CANTONI, “L’Italia tra «Rivoluzione e Contro-Rivoluzione»”,
apareció en 1972, publicada por las Ediciones “Cristianitá”. La tercera, con un postfacio de PLINIO
CORRÊA DE OLIVEIRA, titulado “Revolución y Contra-Revolución veinte años después”, en 1977. “En
esta obra —escribía Giovanni Cantoni en su introducción— se encuentran todos los elementos que
nos permiten definirla como la expresión, en forma de tesis, del pensamiento contra-revolucionario
en la era de la Revolución cultural” (Introducción, cit., p. 49). De G. CANTONI, cfr. también Plinio
Corrêa de Oliveira al servizio di un capítolo della dottrina sociale della Chiesa: il commento del
Magistero alla “parábola dei talenti”, in “Cristianità”, Nº 235, noviembre de 1994.
167
El Cruzado del Siglo XX
(*) N. del E.: Entre las nuevas ediciones de Revolución y Contra-Revolución publicadas en todo el mundo
desde 1995, cuando la redacción del presente libro estaba concluida, tres de ellas aparecieron en Italia,
una a cargo de la ya citada editora Cristianità (Piacenza, 1995), la siguiente a cargo del Ufficio
Tradizione, Famiglia, Proprietà (Roma, 1999) y la tercera por cuenta de Alleanza Cattolica (Ed. Sugarco,
Milán, 2009). Actualmente la obra suma 44 ediciones en 16 países, en 9 lenguas (portugués, español,
italiano, francés, inglés, alemán, polaco, rumano, bielorruso), totalizando más de 148.850 ejemplares.
145
El Centro Cultural Lepanto, fundado en Roma en el año 1982 por el autor de estas páginas, se
afirmó en Italia y en Europa por sus intervenciones doctrinales acerca de temas como el nuevo Con-
cordato (1985), el Tratado de Maastricht (1992), el peligro islámico (1993), la legalización del “ma-
trimonio” de homosexuales (1994), y la denuncia de la colaboración entre católicos y neo-comunistas
en Italia.
146
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobleza y élites tradicionales análogas..., cit. El libro fue traducido al
italiano, español, inglés y francés, y recibió el aplauso de varias personalidades, entre las cuales
cuatro cardenales: Mario Luigi Ciappi, Silvio Oddi, Alfons Maria Stickler y Bernardino Echeverría; y
dos conocidos teólogos, los Padres Raimondo Spiazzi y Victorino Rodríguez.
(**) N. del E.: En octubre de 2008 fue publicada la primera edición alemana de dicha obra.
147
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Rivoluzione e Contro-Rivoluzione vent’anni dopo, en Rivoluzione e
Contro-Rivoluzione, cit., pp. 59-74. Cfr. también la edición especial de “Catolicismo”, Nº 500 (1992),
con una actualización a la III Parte hecha por el propio Prof. Corrêa de Oliveira.
168
Revolución y Contra-Revolución
148
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobleza y élites tradicionales análogas, cit., p. 138.
169
El Cruzado del Siglo XX
149
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobleza y élites tradicionales análogas, cit., p. 154.
170
Revolución y Contra-Revolución
150
P. ANASTASIO GUTIÉRREZ C.M.F., carta al Sr. Juan Miguel Montes Cousiño, director del Ufficio
Tradizione Famiglia Proprietà de Roma, 8 de setiembre de 1993.
171
Capítulo V
1
El comienzo de la actuación pública de la TFP remonta al 25 de julio de 1963, cuando la asociación
asumió oficialmente la gestión de todas las actividades hasta entonces ejercidas por el Prof. Plinio
Corrêa de Oliveira a título personal, y por sus colaboradores del grupo de “Catolicismo”. El Presiden-
te de la TFP brasileña fue, hasta su muerte, Plinio Corrêa de Oliveira; vicepresidente, también hasta
fallecer, el Prof. Fernando Furquim de Almeida (1913-1981).
2
En orden cronológico, fueron fundadas TFPs, asociaciones afines u oficinas de representación en
Argentina, Chile, Uruguay (1967), Perú (1970), Colombia, Venezuela, España (1971), Ecuador (1973),
Bolivia, Francia, Portugal, Estados Unidos (1974), Canadá (1975), Italia (1976), Sudáfrica (1980),
Alemania, Australia (1982), Costa Rica (1983), Nueva Zelandia (1985), Filipinas (1986), Paraguay
(1987), Gran Bretaña (1991), India (1992), Polonia (1995).
(*) N. del E. - Con posterioridad al fallecimiento de Plinio Corrêa de Oliveira, inspiradas en su
pensamiento y acción se han fundado o están en vías de constitución nuevas TFPs y asociaciones
afines en Austria, Croacia, Irlanda, Lituania y otros países.
173
El Cruzado del Siglo XX
ción del mundo, la cual a su vez refleja los fundamentos de la doctrina social
de la Iglesia 3.
La verdadera tradición, escribe el pensador brasileño, presupone dos prin-
cipios:
“a) que todo orden de cosas auténtico y vivo contiene en sí un impulso
continuo rumbo al mejoramiento y a la perfección;
“b) que, por eso, el verdadero progreso no es destruir, sino sumar; no es
romper, sino continuar hacia lo alto.
“En resumen, la tradición es la suma del pasado a un presente que le sea
afín. El día de hoy no debe ser la negación del de ayer, sino su armónica
continuación” 4.
Tradición, del latín tradere, no significa por lo tanto un mero apego al pasa-
do, sino la transmisión, de una generación a la otra, de un patrimonio de valo-
res 5. “La tradición que nosotros representamos es la Tradición católica, es
una tradición llena de vida. Una vida natural y sobrenatural ardiente” 6. Aque-
llo que está vivo tiene necesidad, para desarrollarse, de un ambiente propicio.
El ambiente natural para la transmisión y desarrollo de los valores es la fami-
lia, que, como enseña la Iglesia, es “la célula fundamental, el elemento cons-
titutivo de la comunidad del Estado” 7. Pero la familia, para sobrevivir y desa-
3
En sus líneas esenciales —como afirma Pío XII— “fueron y aún son las mismas la familia y la
propiedad, como base de manutención personal; después, como factores complementarios de seguri-
dad, las asociaciones locales y las uniones profesionales, y finalmente el Estado” (PÍO XII, Radiomensaje
de Navidad del 24 de diciembre de 1955, in DR, vol. XVII, pp. 437-438).
4
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, TFP - Tradição, in “Folha de S. Paulo”, 12 de marzo de 1969. Cfr.
también ID., Nobleza y élites tradicionales análogas en las alocuciones de Pío XII al Patriciado y a la
Nobleza romana, Editorial Fernando III El Santo, Madrid, 1993, pag. 74-75.
5
Pío XII enseñó que no existe verdadero progreso fuera de la tradición. “La propia palabra, desde un
punto de vista etimológico, es sinónimo de camino y avance. Sinonimia, no identidad. Mientras, en
realidad, el progreso indica tan sólo el hecho de caminar hacia delante, paso a paso, buscando con la
mirada un incierto porvenir, la tradición significa también un caminar hacia delante, pero un caminar
continuo que se desarrolla al mismo tiempo tranquilo y vivaz, según las leyes de la vida. (...) Como lo
indica su nombre, la tradición es un don que pasa de generación en generación, la antorcha que, a cada
relevo, el corredor pone en manos de otro sin que la carrera se detenga o disminuya su velocidad.
Tradición y progreso se completan mutuamente con tanta armonía que, así como la tradición sin el
progreso se contradice a sí misma, así también el progreso sin la tradición sería una empresa temera-
ria, un salto en la oscuridad” (Alocución al Patriciado y a la Nobleza romana del 19 de enero de 1944,
in Nobleza y élites tradicionales análogas..., cit. pp. 263-264).
6
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Discurso del 3 de enero de 1992, in “Catolicismo”, Nº 494, febrero de
1992.
7
PÍO XII, Alocución a los padres de familia franceses del 18 de setiembre de 1951, in DR, vol. XIII, p. 242.
174
Tradición, Familia, Propiedad
8
PÍO XI, Encíclica Quadragesimo anno del 15 de mayo de 1931, in AAS, vol. 23 (1931), pp. 190-216.
Cfr. DENZ.-H, Nº 3728.
9
MAX DELESPESSE, Tradition, Famille, Propriété. Jésus et la triple contestation, Fleurus-Novalis,
París, 1972, pp. 7-8.
10
IGOR CHAFAREVIC, Il socialismo como fenomeno storico mondiale, tr. it. La Casa de Matriona, Milán,
1980, p. 267.
11
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobleza y élites tradicionales análogas, cit., p. 131.
175
El Cruzado del Siglo XX
12
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Obstáculo à corrida para o caos, in “Catolicismo”, Nº 517, enero de
1994. Según enseña la Historia, señala Plinio Corrêa de Oliveira, “parece que las grandes conversio-
nes se dan la mayoría de las veces por un lance de alma fulminante, provocado por la gracia a
propósito de cualquier hecho interno o externo” (Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 108).
13
Ef., 4, 21-24.
14
Don J.B.CHAUTARD, L’âme de tout apostolat, cit., pp. 52-56.
15
La palabra “éremo” se debe a Fábio Vidigal Xavier da Silveira, dirigente de la TFP brasileña,
176
Tradición, Familia, Propiedad
fallecido en 1971. Algunos años antes de su muerte, visitando el célebre Eremo delle Carceri, en
Asís, él se había entusiasmado con el espíritu sobrenatural que lo impregnaba y había aplicado el uso
de esta palabra, en el lenguaje familiar, a la sede en que trabajaba.
177
El Cruzado del Siglo XX
16
El propio Plinio Corrêa de Oliveira así definió el papel de los corresponsales-esclarecedores: “Nues-
tros corresponsales poseen la misión de luchar en esta gran batalla de la opinión pública, con su
ejemplo, su conducta, con todo aquello que trasluce su modo de ser católico. Y es esto lo que un
verdadero contra-revolucionario debe hacer y decir, avanzando contra la ola de perdición que viene
destrozando el mundo entero. Nosotros estamos haciendo eso. Debemos dar siempre el buen ejem-
plo, repetir la buena palabra, saber proclamar alto nuestros ideales y levantar alto nuestro estandar-
te” (Encuentro con los Corresponsales del 7 de septiembre de 1989).
17
Cfr. M. KORNIS - D. FLAKSMAN, Conferência Nacional dos Bispos do Brasil (CNBB), in DHBB, vol.
II, pp. 884-889. “Monseñor Juan B. Montini, Secretario de Estado del Vaticano y futuro Papa Paulo
VI, ejerció una gran influencia sobre el Papa Pío XII para que la organización fuese aprobada” (ibid.,
p. 884).
18
SERGIO BERNAL, La Iglesia del Brasil y el compromiso social, Pontificia Universidad Gregoriana,
Roma, 1986, p. 46.
19
Un alto dignatario de la CNBB, el Cardenal Aloisio Loscheider, la habría definido sin más como el
vocero oficioso del Vicario de Cristo (cfr. “O Povo”, Fortaleza, 16 de febrero de 1981).
20
Mons. Câmara “pronto pasó a detentar un poder de hecho, si no de derecho, muy superior al del
178
Tradición, Familia, Propiedad
novación religiosa de los años 30. Fue en este período que se manifestó el
“viraje hacia la izquierda” del episcopado brasileño, gracias también a la obra
del nuevo nuncio pontificio Armando Lombardi (1954-1966), que además de
haber favorecido el nombramiento de obispos progresistas, colaboró con Mons.
Câmara en la formulación de las declaraciones sociales más “avanzadas” 21.
En mayo de 1956, la Conferencia de los Obispos del Nordeste, organiza-
da por Mons. Câmara en Campina Grande (Paraíba) y en presencia del pro-
pio presidente de la República, J. Kubitschek, quien clausuró los trabajos,
denunció las “terribles injusticias” del país, anunciando que los obispos se
habrían puesto “del lado de los oprimidos, para cooperar con ellos en un
trabajo de promoción y de redención” 22. La cuestión de la “justicia social” y
de la “Reforma Agraria” estaba destinada a convertirse en el caballo de ba-
talla de la CNBB, sobre todo a partir de 1958, en el nuevo pontificado de
Juan XXIII.
Después de la constitución de la CNBB, dos sucesos de alcance continen-
tal tuvieron gran influencia sobre la acción de la jerarquía brasileña: la crea-
ción, en 1955, por iniciativa de Mons. Câmara, del CELAM (Consejo
Episcopal Latinoamericano) y la Revolución cubana de 1959 23.
Cardenal de Río, Mons. Jaime Câmara, primera personalidad, por su cargo, en la Iglesia nacional”
(RICHARD MARIN, D. Hélder Câmara. Les puissants et les pauvres, Les Éditions de l’Atelier, París, 1995,
p. 83). “En el caleidoscopio nacional, Mons. Hélder Câmara es un portaestandarte (...). Él resume en su
persona toda la evolución de una Iglesia en ruptura con el orden social tradicional” (CHARLES ANTOINE,
L’Église et le pouvoir au Brésil. Naissance du militarisme, Desclée de Brouwer, París, 1971, p. 77).
21
“Convencido de la necesidad de una renovación de la Iglesia en el país, que podría hacerse efectiva a
través de la CNBB, Mons. Lombardi mantuvo encuentros semanales con Mons. Hélder y asistió a varios
encuentros de la CNBB donde apoyó las declaraciones sociales más avanzadas” (M. KORNIS - D. FLAKSMAN,
Conferência Nacional dos Bispos do Brasil (CNBB), cit., p. 885). “Gran amigo de D. Hélder Câmara,
con quien almorzaba una vez por semana, sólido aliado de los que desarrollaban las nuevas estrategias
del catolicismo brasileño, [Mons. Lombardi] presidió, durante su nunciatura, la creación de 48 diócesis,
11 Arzobispados y 16 Prelaturas. Durante esos 10 años fueron nombrados 109 Obispos y 24 Arzobis-
pos, que conforman hoy la mayoría en el episcopado del país” (MÁRCIO MOREIRA ALVES, A Igreja e a
política no Brasil, Editora Brasiliense, São Paulo, 1979, p. 80). Márcio Moreira Alves observa que los
nombramientos de los obispos conservadores son todos anteriores a 1955, fecha del comienzo de la
nunciatura de Mons. Lombardi; desde entonces, con la sola excepción de Mons. José Angelo Neto,
nombrado en 1960, todos los Obispos del Brasil son de línea claramente progresista (ibid.).
22
R. MARIN, op. cit., p. 84. Desde las primeras reuniones, realizadas en Belém do Pará (1953) y
Aparecida (1954), la CNBB colocó sobre la mesa el problema de la “Reforma Agraria”.
23
Cfr. JOSÉ OSCAR BEOZZO, A Igreja no Brasil, in A Igreja Latino-Americana às vésperas do Concílio,
Ediciones Paulinas, São Paulo, 1993, pp. 46-77. Cfr. también A Igreja nas bases em tempo de transição
(1974-1985), PAULO JOSÉ KRISCHKE y SCOTT MAINWARING (eds.), L & PM Editores, Porto Alegre,
179
El Cruzado del Siglo XX
1986; C. ANTOINE, L’épiscopat brésilien dans les décennies du développement, in “Études”, Nº 1-2,
junio-julio de 1986, pp. 15-26; J. O. BEOZZO, A Igreja do Brasil. De João XXII a João Paulo II, de
Medellín a Santo Domingo, Vozes, Petrópolis, 1994; J. F. REGIS DE MORAIS, Os Bispos e a política no
Brasil, Cortez Editora, São Paulo, 1982; THOMAS C. BRUNEAU, The Church in Brasil, University of
Texas Press, Austin, 1982.
24
PIERRE VAYSSIÈRE, Les révolutions d’Amérique Latine, Seuil, París, 1996, p. 263.
25
La primera formulación sistemática fue hecha en 1971 por el teólogo peruano GUSTAVO GUTIÉRREZ
(Teologia della Liberazione, tr. it., Queriniana, Brescia, 1972). Nacido en 1928 y graduado por la Uni-
versidad de Lovaina, el P. Gutiérrez fue durante muchos años profesor de la Universidad de Michigan,
ejerciendo, como observa Pierre Vayssière (op. cit., p. 358) una notable influencia en el mundo univer-
sitario norteamericano. Entre los teólogos que echaron las bases de la “teología de la liberación” recor-
damos a los jesuitas Jon Sobrino y Juan Luis Segundo, el franciscano Genesio (a.) “Leonardo” Boff y
Mons. Hélder Câmara, quien “aun cuando no fuera un teólogo de profesión dio, con la palabra y la
acción, una enorme contribución al desarrollo de la teología de la liberación” (BATTISTA MONDIN, I
teologi della liberazione, Borla, Milán, 1977, p. 36). Además de Mons. Câmara, apoyaron el desarrollo
ideológico y la organización del movimiento obispos como Leonidas Proaño en Ecuador, Oscar Rome-
ro en El Salvador, Sergio Méndez Arceo y Samuel Ruiz en México, Carlos Zambrano Camader en
Colombia. Sobre la “teología de la liberación” ver también ARMANDO BANDERA O.P., La Iglesia ante el
proceso de liberación, BAC, Madrid, 1975; P. MIGUEL PORADOWSKI, El marxismo en la teología, Speiro,
Madrid, 1976; MONS. ALFONSO LÓPEZ TRUJILLO, De Medellín a Puebla, Editorial Católica, Madrid, 1980.
26
Cfr. B. MONDIN, I teologi della liberazione, cit. p. 31. “Es en el encuentro del CELAM en Medellín
que la teología de la liberación adquiere su derecho de ciudadanía” (R. VIDALES, Acquisizioni e compiti
della teologia latino-americana, in “Concilium”, Nº 4, 1974, p. 154.
27
JOSÉ FRANCISCO GÓMEZ, El intelectual orgánico según Gramsci y el teólogo de la liberación en
América Latina, in “Cristianismo y Sociedad”, México, Nº 91, 1987, pp. 102-104.
28
ÁLVARO DELGADO, Le clergé en révolte, in “La Nouvelle Revue Internationale”, Nº 4, abril de 1973,
pp. 70-71 (pp. 65-75).
180
Tradición, Familia, Propiedad
29
P. VAYSSIÈRE, Les révolutions d’Amérique Latine, cit., p. 127, 124.
30
MICHAEL SIEVERNICH, Théologie de la Libération, in DSp, vol. XV (1991), p. 501.
31
La JUC y la JEC, que constituían las dos ramas estudiantiles de la Acción Católica Brasileña (ACB),
fueron reconocidas por la Jerarquía eclesiástica en 1950 y se disolvieron de hecho con el fin de la
ACB en 1966.
32
Cfr. HAROLDO LIMA - ALDO ARANTES, História da Ação Popular da JUC ao PC do B, Editora Alfa-
Omega, São Paulo, 1984, y el término Ação Popular (AP) por M. KORNIS y D. FLAKSMAN, in DHBB,
vol. I, pp. 16-17. El primer coordinador nacional de la nueva organización fue Herbert José de Souza
y su principal ideólogo el sacerdote jesuita P. Henrique de Lima Vaz. El Documento de Base de enero
de 1963 afirmaba: “La Acción Popular opta por una política de preparación revolucionaria, que con-
siste en la movilización del pueblo, sobre la base de desarrollo de sus niveles de conciencia y organi-
zación del capitalismo (nacional e internacional) y del feudalismo” (cit. en P. J. KRISCHKE, A Igreja e
as crises políticas no Brasil, Vozes, Petrópolis, 1979, p. 85). “Sería difícil diferenciar un pronuncia-
miento así de las orientaciones oficiales de los partidos marxistas. La diferencia significativa, empe-
ro, es que partía de sectores que tenían acceso al pueblo a través de la vasta red eclesiástica de parro-
quias, escuelas, instituciones de asistencia social, etc.” (ibid.).
33
Cfr. ALOIZIO AUGUSTO BARBOSA TORRES, Acção Popular, Capítulo deplorável na história do Brasil
Católico, in “Catolicismo”, Nº 183, marzo de 1966.
34
H. LIMA - A. ARANTES, op. cit., p. 37.
181
El Cruzado del Siglo XX
35
Fray OSCAR DE FIGUEIREDO LUSTOSA O.P., Presencia de la Iglesia en la sociedad brasileña, in Ma-
nual de Historia de la Iglesia, de QUINTÍN ALDEA y EDUARDO CÁRDENAS, Editorial Herder, Barcelona,
1987, vol. X, pp. 1334-1335. “Entre ambos grupos se coloca el grueso de la tropa cristiana (Obispos,
Sacerdotes y laicos), conservadores y liberales, y en las más diversas oportunidades oscilarán, sea
aprobando las tesis reaccionarias, sea apoyando ciertas reivindicaciones progresistas” (ibid., p. 1335).
36
A comienzos de los años 60, el porcentaje de tierras pertenecientes al poder público era aún más
elevado.
182
Tradición, Familia, Propiedad
37
Cfr. GILENO DE CARLI, Historia da Reforma agrária, Gráfica Brasileira, Brasilia, 1985.
38
Cfr. VV.AA. Reforma Agrária, questão de Consciência, Editora Vera Cruz, São Paulo, 1960. Esta
obra tuvo numerosas ediciones en Brasil, Argentina (1963), España (1969) y Colombia (1971), con
un total de cerca de cuarenta mil ejemplares. A su publicación en Brasil le siguió la de un programa
positivo de política agraria, obra de los mismos autores, la Declaración de Morro Alto, con dos
ediciones en portugués.
39
JOSÉ LUIS GONZALES BALADO, Câmara, l’évêque rouge?, Ed. Paulinas, Quebec, 1978, p. 53.
40
Sobre João Goulart (1919-1976), cfr. el vocablo de MARIETA DE MORAIS FERREIRA - CÉSAR BENJAMIM
183
El Cruzado del Siglo XX
in DHBB, vol II, pp. 1504-1521. En su mensaje al Congreso en marzo de 1962, Goulart reclamaba
reformas en el sistema bancario, en la administración pública, en los impuestos, y “la gran aspiración
brasileña, la reforma agraria”, que él describía como una “idea-fuerza irresistible” (Mensaje al Con-
greso Nacional, Río de Janeiro, 1962, pp. XI-XII). “La Reforma Agraria no podrá jamás ser posterga-
da (...) otras reformas son también imperiosas” (“Folha de S. Paulo”, 2 de mayo de 1962). “La preocu-
pación de él era la reforma agraria. Vivía con eso en la cabeza. Era, realmente, su idea fija”, recuerda
su viuda, María Teresa Goulart (“Manchete”, 1º de abril de 1978).
41
El 30 de abril la Comisión Central de la CNBB dio a conocer un documento al respecto (cfr. “La
Documentation Catholique” Nº 1403, julio de 1963, cols. 899-906).
42
El 19 de marzo de 1964 una gran “Marcha de la Familia con Dios por la libertad” reunió 500.000
personas en São Paulo. Once días después el ejército intervino. Goulart fue obligado a abandonar el
Brasil, mientras otra manifestación multitudinaria en Río, el 2 de abril, reunía un millón de personas
en apoyo al nuevo régimen.
43
THOMAS NIEHAUS - BRADY TYSON, The Catholic Right in contemporary Brazil: the case of the Society
for the Defense of Tradition, Family and Property, in LYLE BROWN - WILLIAM COOPER, Religion in Latin
American Life and Literature, Markham Press Fund, Waco, Texas, 1980, p. 399. También según
GEORGES-ANDRÉ FIECHTER, la TFP “tuvo un papel importante en la movilización popular contra Goulart
en 1964” (Le régime modernisateur du Brésil, 1964-1972. Étude sur les interactions político-
économiques dans un régime militaire contemporain, A. W. Sijthoff, Leiden, 1972, p. 175). Cfr. tam-
bién EMANUEL DE KADT, Catholic Radicals in Brazil, Oxford University Press, Londres, 1970, p. 98.
44
M. MOREIRA ALVES, O Cristo do Povo, Ed. Sabiá, Río de Janeiro, 1968, p. 271.
184
Tradición, Familia, Propiedad
Agnelo Rossi. Este último sustituyó a Mons. Vasconcellos Motta como ar-
zobispo de São Paulo.
El “golpe” que llevó a los militares al poder bajo la égida del Mariscal
Castelo Branco es conocido en Brasil como la “Revolución del 64” 45. Ésta
reprimió a las organizaciones comunistas, pero no supo articular un progra-
ma de positiva reconquista psicológica y cultural. Mientras en los ambientes
moderados se difundía la ilusión de que el peligro comunista estaba defini-
tivamente apartado, los exponentes de la izquierda se infiltraban en los am-
bientes de enseñanza universitaria y secundaria y en los medios de comuni-
cación social.
El 30 de noviembre 1964 el Mariscal Castelo Branco firmó un Estatuto
de la Tierra, con el mismo estilo y espíritu de la “Reforma Agraria” de
Goulart. Pero la aplicación del documento, desde su promulgación hasta
el Primer Plan Nacional de Reforma Agraria (PNRA) aprobado por el go-
bierno Sarney en octubre de 1985, fue lenta y progresiva y, a lo largo de
veinte años, encontró siempre en Plinio Corrêa de Oliveira un riguroso e
infatigable opositor.
Cuando, en febrero de 1980, la Asamblea General de la CNBB, reunida
en Itaicí, lanzó un documento titulado Iglesia y problemas de la tierra
(IPT) a favor de la Reforma Agraria, Plinio Corrêa de Oliveira respondió
con su libro Soy católico: ¿puedo estar contra la Reforma Agraria?, mos-
trando el contraste entre el Magisterio de la Iglesia y el documento de la
Conferencia Episcopal, y denunciando la clara posición socialista y mar-
xista de este último 46.
45
Entre 1964 y 1984 se sucedieron en la Presidencia de la República del Brasil los generales Humberto
Castelo Branco (1964-1967), Arthur da Costa e Silva (1967-1969), Emilio Garrastazu Médici (1969-
1974), Ernesto Geisel (1974-1979), João Baptista Figueiredo (1979-1984). La base ideológica del
régimen implantado en 1964 fue la doctrina de la “seguridad nacional”, elaborada por la Escuela
Superior de Guerra, conocida como “Sorbona”. Dicha doctrina planteaba un concepto de guerra glo-
bal a ser librada en varios frentes (económico, político, psicológico), para garantizar el papel de Brasil
como “potencia”. Cfr. T. E. SKIDMORE, The Politics of Military Rule in Brazil 1964-1985, Oxford
University Press, Nueva York, 1988.
46
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA - CARLOS PATRICIO DEL CAMPO, Sou católico: posso ser contra a Reforma
Agrária?, Editora Vera Cruz, São Paulo, 1981. Carlos Patricio del Campo García-Huidobro, nacido
en Santiago de Chile y diplomado en ingeniería agraria, se especializó después en Berkeley; docente
de Agronomía en la Universidad Católica de Chile, colaboró desde 1972 con el sector financiero y
administrativo de la TFP brasileña. De este libro, difundido entre las élites intelectuales de Brasil y
sobre todo entre los propietarios rurales, se publicaron cuatro ediciones, con un total de 29.000 ejem-
plares. En este período la TFP difundió dos números especiales de “Catolicismo” (Nº 402, de junio de
185
El Cruzado del Siglo XX
186
Tradición, Familia, Propiedad
52
Los Papas León XIII en la Encíclica Rerum Novarum, del 15 de mayo de 1891; Pío XI en la
Encíclica Quadragesimo Anno del 15 de mayo de 1931; Juan XXIII en la Encíclica Mater et Magistra
del 15 de mayo de 1961; y Juan Pablo II en la Encíclica Centesimus Annus del 1º de mayo de 1991,
enseñan con autoridad que la propiedad constituye un derecho natural e inalienable del hombre. Santo
Tomás de Aquino afirma que “es lícito” y hasta “necesario a la vida humana poseer bienes propios”,
y que la propiedad privada constituye un desarrollo del derecho natural debido a la razón humana
(Summa Theologica, IIa-IIae, q. 66, a. 2, resp. e ad 2).
53
PÍO XII, Radiomensaje del 1º de setiembre de 1944, in DR, vol. VI, p. 275.
54
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Liberdade, trabalho ou propriedade?, in “Folha de S. Paulo”, 2 de
octubre de 1968; Propriedade privada, in “Folha de S. Paulo”, 30 de mayo de 1971; Papas e
propriedade privada, in “Folha de S. Paulo”, 6 de junio de 1971. El pensador brasileño nunca ignoró
la “función social” de la propiedad privada: “La libre iniciativa y la propiedad individual son
insustituibles para incrementar la producción. Y en esto consiste su principal función social. El hom-
bre se empeña lo más posible en trabajar, desde que sepa que puede acumular, en provecho propio,
el fruto de su labor, y transmitirlo a los hijos. Si falta ese estímulo, si todo su trabajo —descontado el
sueldo— revierte para la colectividad, él se transforma en funcionario público. De ahí que la
subproducción, y por lo tanto el hambre, sea el mal inseparable de los regímenes comunistas” (ID.,
Função social, in “O Jornal”, 30 de setiembre de 1972).
55
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A causa do comunismo, in “O Jornal”, 5 de febrero de 1936.
187
El Cruzado del Siglo XX
56
Joseph Comblin nació en 1932 en Bruselas. Tras completar sus estudios eclesiásticos en Lovaina y
Malinas, donde fue ordenado Sacerdote en 1947, se trasladó en 1958 a América Latina, donde enseñó
Teología y Pastoral en diversos institutos y universidades. Entre sus obras más conocidas figura
Théologie de la Révolution (Éditions Universitaires, París, 1970), en la que define al hombre como un
“animal revolucionario”.
57
“Catolicismo”, Nº 211, julio de 1968.
58
C. ANTOINE, L’Église et le pouvoir au Brésil, cit., p. 144. “La ocasión inmediata del desencadena-
miento de las operaciones fue la publicación de un estudio reservado elaborado por el teólogo belga P.
Joseph Comblin, a pedido de D. Hélder (...) Lanzada oficialmente el 10 de julio, la campaña llegó
defintivamente a su término el 12 de setiembre siguiente. Durante ese período, los militantes de la
188
Tradición, Familia, Propiedad
TFP recogieron 1.600.000 firmas en las calles de 158 ciudades del país” (ibid., pp. 144-145). Según
Márcio Moreira Alves, “la mayor campaña que ellos (los miembros de la TFP) emprendieron, contra
Mons. Hélder Câmara y sus amigos, obtuvo según sus organizadores 1.600.368 firmas, entre las
cuales las de diecinueve Arzobispos y Obispos, de numerosos ministros, de decenas de diputados y
otros políticos” (A Igreja e a política no Brasil, cit., p. 230). “El Brasil se volvió el centro de la
actividad de los medios reaccionarios de la Iglesia latinoamericana”, anota, alarmado, el ultra-progre-
sista ÁLVARO DELGADO (Le Clergé en révolte, cit., p. 72).
59
RENÉ LAURENTIN, L’Amérique Latine à l’heure de l’enfantement, Seuil, París, 1970, p.132.
60
SEBASTIÃO ANTONIO FERRARINI, A imprensa e o Arcebispo vermelho (1964-1984), Ediciones Paulinas,
São Paulo, 1992, p. 63. En una entrevista concedida a la periodista italiana Oriana Fallaci, Mons.
Câmara se declaraba “de acuerdo con el análisis de la sociedad capitalista” hecho por Marx, y expre-
saba su anhelo de “una sociedad rehecha desde el comienzo sobre bases socialistas y sin derrama-
miento de sangre” (O. FALLACI, Intervista con la Storia, Biblioteca Universale Rizzoli, Milán, 1980,
4a. ed., pp. 577-583).
61
Entre los obispos que en aquella ocasión se distanciaron de la TFP, el público brasileño notó con
cierto asombro a Mons. Vicente Scherer y al entonces Cardenal de Salvador de Bahía, Mons. Eugenio
Sales (cfr. “Catolicismo”, Nºs. 212-214, agosto-octubre de 1968).
189
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Tradición, Familia, Propiedad
Hacia fines de los años ’70 la atmósfera política en Brasil cambió profun-
damente como consecuencia de la gradual liberalización del régimen, la lla-
mada “Apertura Política” 67. Dicho proceso se inició bajo el gobierno del
presidente Ernesto Geisel y llegó a su fin en el del general João Batista
Figueiredo. En esta fase, la izquierda católica renovó su tentativa de con-
quistar la sociedad bajo el liderazgo de nuevas figuras, entre las cuales el
cardenal-arzobispo de São Paulo, Mons. Paulo Evaristo Arns 68 y el carde-
nal-arzobispo de Fortaleza, Mons. Aloísio Lorscheider 69.
Paulo” en Roma, informaba en un artículo que: “era posible econtrar, sobre las mesas de trabajo del
Vaticano, algunos ejemplares del libro de Plinio Corrêa de Oliveira” (“O Estado de S. Paulo”, 8 de
Abril de 1977).
67
El presidente Geisel revocó el Acto Institucional Nº 5 (AI-5), por él mismo promulgado, que garanti-
zaba a los militares el control del Parlamento, abolió la pena de muerte y la censura de la radio y la
televisión, y permitió el retorno de algunos exiliados políticos. Un lúcido análisis de los factores que
influenciaron en el proceso de Apertura Política fue presentado por Plinio Corrêa de Oliveira en Soy
católico: ¿puedo ser contrario a la Reforma Agraria?, cit., pp. 47-55. El presidente Figueiredo promul-
gó sucesivamente la amnistía por los crímenes políticos y una ley sobre la reorganización de los
Partidos.
68
El Cardenal Paulo Evaristo Arns, franciscano, fue nombrado por Paulo VI Arzobispo de São Paulo
el 22 de octubre de 1970 y Cardenal el 2 de febrero de 1973. En mayo de ese mismo año vendió el
palacio episcopal de São Paulo, pasando a residir en una casa común en el barrio de Sumaré. Desde el
comienzo de su episcopado hizo de la “reforma agraria” y de la campaña sobre los derechos humanos
su bandera. Consideró “inevitable” la legalización del Partido Comunista brasileño y favoreció la
creación del Partido de los Trabajadores (PT) que reunía los exponentes del sindicalismo de izquierda.
Nunca dejó de apoyar a los teólogos más progresistas de Brasil y de América Latina. Después de la
publicación, el 30 de octubre de 1975, de la Declaración de Itaicí, documento episcopal de tono
aberrantemente filo-comunista, la TFP hizo publicar en la prensa el mensaje No se engañe, Eminencia,
en el cual el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira así se dirigía al Arzobispo de São Paulo: “No se en-
gañe, sin embargo, Eminencia. Nuestro pueblo sigue llenando las iglesias y frecuentando los Sacra-
mentos”; pero “Actitudes como la de los firmantes del documento de Itaicí van abriendo un foso cada
vez mayor, no entre la Religión y el pueblo, sino entre el Episcopado paulista y el pueblo. La Jerar-
quía Eclesiástica, en la propia medida en que se omite en el combate a la subversión comunista, se va
aislando en el contexto nacional” (in “Catolicismo”, Nº 299-300, noviembre-diciembre de 1975).
69
Mons. Aloisio Lorscheider, franciscano, fue Secretario General (1968-1971) y después Presidente
(1971-1979) de la CNBB. Nombrado por Paulo VI Arzobispo de Fortaleza (1973) y Cardenal (1976),
191
El Cruzado del Siglo XX
192
Tradición, Familia, Propiedad
73
A. LÓPEZ TRUJILLO, La Teología de la Liberación: datos para su historia, in “Sillar”, Nº 117, enero-
marzo de 1985, p 33.
74
JAVIER URCELAY-ALONSO, Sandinismo en Nicaragua: ¿una revolución liberadora?, in “Verbo”, Nº
256-260, octubre-diciembre de 1987, pp. 1171-1192. Cfr. también P. VAYSSIÈRE, Nicaragua. Les
contradictions du sandinisme, Presses du CNRS, París, 1988.
193
El Cruzado del Siglo XX
75
Cfr. “Catolicismo”, Nº 355, julio-agosto de 1980.
76
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA - GUSTAVO Y LUIZ SOLIMEO, As CEBs... das quais muito se fala, pouco se
conhece. A TFP as descreve como são, Ed. Vera Cruz, São Paulo, 1982. De esta obra fueron publica-
das seis ediciones totalizando 72.000 ejemplares, a las que se sumó una ulterior versión popular
ilustrada, en forma de revista de historietas, con 180.000 ejemplares. Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA,
Suspeita estapafúrdia e juizo temerário, in “Folha de S. Paulo”, 30 de setiembre de 1982. Cfr. tam-
bién ANTONIO AUGUSTO BORELLI MACHADO, Le comunità ecclesiali in Brasile: una crociata senza
croce, in “Cristianità”, Nº 92, diciembre de 1982.
77
Plinio Corrêa de Oliveira insiste en el hecho de que el Estado moderno, sobre todo en el Brasil, más
allá de sus poderes tradicionales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) es dominado por otros dos pode-
res, tan “informales” cuanto influyentes: los medios de comunicación social y el Episcopado. “En un
libro reciente afirmé que en Brasil no existen solamente los tres Poderes, Ejecutivo, Legislativo y
194
Tradición, Familia, Propiedad
Plinio Corrêa de Oliveira definió la actuación de las CEBs como una “cru-
zada sin cruz” 78.
“Esencialmente las CEBs constituyen una cruzada política (...) que no
excluye el pasaje de la lucha cívica legal para el campo de la violencia,
siempre que no haya otro medio para implantar las reformas que tiene en
mira” 79.
El historiador español Ricardo de la Cierva, en su libro Jesuitas, Iglesia y
Marxismo, así describe los aspectos principales del estudio de la TFP: “La
llave ideológica de las Comunidades de Base es casi siempre la teología de
la liberación. (...) Aunque sus promotores las consideran un conjunto de
puntos aislados, los estudiosos de la TFP demuestran que se trata en reali-
dad de una red perfectamente coordinada que toma impulso desde el ala
izquierdista de la Conferencia Episcopal. (...) Una de las llaves de las Co-
munidades de base consiste en la tendencia cismática a formar una nueva
Iglesia en oposición a la Iglesia institucional” 80.
El historiador español se sorprende también por el apoyo dado por la Igle-
sia institucional en Brasil a las mismas comunidades contestatarias: “La
Conferencia de los Obispos de Brasil es la más numerosa del mundo. (...)
Está compuesta de una «mayoría silenciosa» dominada generalmente por
una minoría izquierdista y liberacionista que no supera los 60 obispos, pero
que arrastra con frecuencia a los «centristas» a favor de sus decisiones. (...)
Es este mismo sector izquierdista del episcopado brasileño el que controla
al movimiento de las Comunidades de Base, que ha introducido en la socie-
dad brasileña una forma absolutamente nueva de hacer política, hasta el
punto en que el conjunto de las Comunidades se convirtió en una «potencia
electoral emergente»” 81.
Judicial, sino otros dos, hoy en día sensiblemente más influyentes frente a la opinión pública: El 4º
Poder es la Publicidad, cuya base de prestigio es más la credulidad de los ingenuos que la adhesión
de los lectores verdaderamente cultos. El 5º Poder es la CNBB, la cual —salvadas las raras y honro-
sas excepciones— pesa mucho más por su influencia sobre los crédulos que sobre los verdaderos
hombres de fe” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prevenindo para tonificar, in “Folha de S. Paulo”, 5 de
julio de 1983; cfr. ID., Ditatorialismo publicitário centrista, in “Folha de S. Paulo”, 10 de agosto de
1983.
78
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, As metas das CEBs, in “As CEBs...”, cit., p. 86.
79
Ibid., p. 88.
80
RICARDO DE LA CIERVA, Jesuitas, Iglesia y Marxismo, 1965-1985 - La Teología de la liberación
desenmascarada, Plaza & Janés Editores, Madrid, 1986, pp. 116-118.
81
Ibid., pp. 118-119.
195
El Cruzado del Siglo XX
82
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Libertatis Nuntius del 6 de agosto
de 1984, in AAS, vol. 76, 1984, pp. 890-899; DENZ.-H, Nº 4730-4741.
83
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Libertatis Conscientia del 22 de
marzo de 1986, in AAS, vol. 79 (1986), pp. 554-559; DENZ.-H, Núms. 4750-4776. Esta instrucción
fue precedida de una notificación de la misma Congregación para la Doctrina de la Fe (AAS, vol. 77
(1985), pp. 756-762), en que fue condenado el libro del teólogo L. BOFF, O.F.M., Igreja, Carisma e
Poder (Vozes, Petrópolis, 1981).
84
Cit. in Expoente da Teologia da liberação confessa o fracasso das comunidades eclesiais de base,
in “Catolicismo”, Nº 505, enero de 1993.
196
Tradición, Familia, Propiedad
las TFPs entonces existentes en trece países dirigían a las naciones occiden-
tales un Mensaje de Plinio Corrêa de Oliveira, titulado El socialismo
autogestionario frente al comunismo: ¿barrera o cabeza de puente? 85. El
pensador brasileño, examinando el programa de Mitterrand a la luz de Revo-
lución y Contra-Revolución, mostraba cómo entre la Revolución Francesa y
el socialismo autogestionario existía “toda una genealogía de revolucio-
nes: 1848, 1871 y la Sorbona-1968” 86.
El autor del Mensaje demostraba que el programa autogestionario tenía
por objeto disgregar la sociedad en corpúsculos autónomos, a través de una
transformación no sólo de las empresas industriales, comerciales, rurales,
sino también de la familia, de la escuela, de toda la vida social, perturbando
a fondo la vida privada de cada individuo.
Los temas de fondo tratados por Plinio Corrêa de Oliveira no tenían, evi-
dentemente, alcance restringido a Francia 87. La meta de ese gran lance era
abrir los ojos a la opinión pública internacional. El Mensaje concluía con un
magnífico texto de San Pío X, augurando a Francia que volverá a resplande-
cer como la hija primogénita de la Iglesia.
Es difícil medir, por su amplitud, los efectos de esta histórica denuncia
difundida en todo el mundo. Lo cierto es que desde entonces el programa de
Mitterrand sufrió un rápido deterioro de popularidad, y el presidente francés
fue obligado a renunciar, por lo menos en parte, a las reformas que consta-
ban en su proyecto original.
Entre el neosocialismo de Mitterrand y la Perestroika lanzada por
Gorbachov 88, en 1985, existe una continuidad histórica e ideológica. En
ambos casos se asiste a una tentativa del marxismo de desvincularse del
85
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O socialismo autogestionário em vista do comunismo: barreira ou
cabeça-de-ponte? El mensaje, inicialmente publicado el 9 de diciembre de 1981 en el “Washington
Post” y el “Frankfurter Allgemeine Zeitung”, fue sucesivamente estampado en nada menos que 187
periódicos y revistas de 54 países, en 14 idiomas, con un total de 34.767.900 ejemplares. Cfr. también
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Autogestion socialiste: les têtes tombent à l’entreprise, à la maison, à
l’école, Tradition, Famille, Propriété, París, 1983.
86
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Autogestão, dedo e fuxico, in “Folha de S. Paulo”, 11 de diciembre de 1981.
87
Otro hombre símbolo del socialismo fue, en la España de comienzos de los años 80, Felipe Gonzá-
lez. La TFP española hizo oír su voz de alerta por medio del libro España, anestesiada sin percibirlo,
amordazada sin quererlo, extraviada sin saberlo. La obra del PSOE, Editorial Fernando III el Santo,
Madrid, 1988.
88
Sobre la “liberalización” de la Glasnost (1985) y de la Perestroika (1986) —tal vez la mayor
maniobra propagandística de la historia del comunismo— cfr. las observaciones y críticas de FRANÇOISE
197
El Cruzado del Siglo XX
THOM, Le moment Gorbatchev, Hachette, París, 1989; MARIO FURLAN, I volti di Gorbaciov, Greco
Editori, Milán, 1990; HUBERT BASSOT, Du nouveau à l’Est? Niet, Pierre Téqui, París, 1993; HANS
HUYN, Tromperie sur les étiquettes, Documentation Chrétienne, Lausana, 1993.
89
Una delegación compuesta de once miembros de diversas TFPs encabezada por el Dr. Caio Vidigal
Xavier da Silveira, director del Bureau-TFP de París, hizo entrega personalmente del monumental
conjunto de firmas al Presidente lituano Vytautas Landsbergis, en Vilna, el 4 de diciembre de 1990.
90
“La fuerza del comunismo reside en su capacidad ilimitada de destrucción y su flaqueza en la
incapacidad de construir y de crear (...). Si el comunismo puede ser definido como un movimiento
198
Tradición, Familia, Propiedad
que en su primera fase destruye todo, excepto a sí mismo, y en la segunda fase paraliza la sociedad,
creo que en su tercera fase comenzará su autodemolición” (CARLOS FRANQUI, From Paralysis to Self-
destruction, in Debates on the future of Communism, bajo la dirección de VLADIMIR TISMANEANU y
JUDITH SHAPIRO, Macmillan, Londres, 1991, p. 19).
91
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Comunismo e anticomunismo na orla da última década deste milénio,
publicado en la “Folha de S. Paulo” del 14 de febrero de 1990, después en el “Corriere della Sera” de
Milán, el 7 de marzo de 1990, y en otros 50 grandes diarios del mundo libre entre febrero y marzo de
1990. En ese mismo mes el Dr. Plinio se indagaba: “Pregunto, en efecto: Gorbachev, más la perestroika,
más el desplomamiento de la «Cortina de Hierro», más la visita del jefe ruso a Juan Pablo II, y más
el encuentro Gorbachev-Bush en las gloriosas aguas de Malta, donde otrora se reflejaban las naves
de los Cruzados, ¿todo esto no constituye una colosal maniobra para envolver al mundo entero en las
redes de una política convergencialista y autogestionaria, que deje a todos los pueblos a dos pasos
del comunismo?” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Um comentário atual, uma antiga previsão, in “Folha
de S. Paulo”, 9 de febrero de 1992).
92
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, entrevista al “Diario Las Américas”, 14 de mayo de 1992. “Gorbachev
—afirmó en otra entrevista— no fue el liquidador del régimen comunista, sino quien lo libró de ese
absceso que era el estalinismo” (entrevista al diario “Expreso” de Guayaquil, Ecuador, 31 de mayo
de 1992).
199
El Cruzado del Siglo XX
I. Expresan preocupación
* por la enigmática indiferencia, debilidad y hasta complicidad de cier-
tas esferas políticas, intelectuales, eclesiásticas, publicitarias y económicas
del Continente en relación al fracasado régimen comunista vigente en la
antigua «Perla de las Antillas» y a su viejo inspirador y jefe Fidel Castro;
* por la incoherente política de «dos pesos y dos medidas» de varios
organismos y gobiernos de la región en relación a los regímenes de Haití y
de Cuba: actuaron con el máximo rigor diplomático contra el primero, mien-
tras vienen haciendo desde hace décadas concesiones liberales y hasta li-
sonjeras al segundo;
* por la hábil metamorfosis obrada, después de la caída del Muro de
Berlín, por numerosos personajes de la extrema izquierda: sin renegar su
pasado y sus metas igualitarias, y simplemente cambiando de etiqueta y
métodos de acción, consiguieron importantes posiciones políticas;
* por la utilización del poder político por parte de estos personajes con el
fin de promover una auténtica revolución cultural, que anestesia las sanas
reacciones de la opinión pública, mientras por otro lado golpea radical-
mente los principios fundamentales de la Civilización Cristiana;
* por el potencial destructivo y detonante del caos socio-económico que
muestran poseer, en América Latina, los grupos de terroristas y guerrille-
ros apoyados en conexiones internacionales;
* por la duración de la crisis que, en el plano espiritual, pero con inevita-
bles reflejos en el orden temporal, golpea a la Santa Iglesia Católica Apos-
200
Tradición, Familia, Propiedad
II. Deploran
* la arrogancia con que movimientos homosexuales reivindican, en di-
versos países americanos, seudo-«derechos», tan radicalmente contrarios
a las leyes de Dios y al orden natural;
* las inconcebibles presiones de algunos organismos internacionales y
de sectores sociales de varias naciones del Continente a favor del aborto y
del control de la natalidad (cfr. Conferencia de El Cairo), del divorcio, del
concubinato, de la eutanasia y de otras medidas que llevan a la extinción de
la familia;
* los experimentos de manipulación genética que utilizan embriones
humanos, desconociendo elementales principios religiosos y éticos;
* el aumento del tráfico y del consumo de drogas, y las tentativas de
despenalizar tal consumo;
* la deletérea contribución de importantes medios de comunicación so-
cial para difundir anti-valores, que corroen la Civilización Cristiana hasta
sus fundamentos.
201
El Cruzado del Siglo XX
IV. Piden
* a los ilustres participantes de la Cumbre de Miami tratar a fondo, sin
temor de polémicas y debates fecundos, estos y otros asuntos delicados y
urgentes de la realidad latinoamericana;
* a los líderes de la Cumbre de Miami que presenten soluciones concre-
tas a los mencionados problemas, en armonía con las tradiciones cristianas
del Continente, interpretando así las legítimas aspiraciones de la opinión
pública de las tres Américas;
* a los referidos participantes de la Cumbre de Miami que adopten, con
la indispensable urgencia, medidas políticas, económicas y publicitarias
propias a hacer viable la inmediata normalización de la situación del pue-
blo cubano.
202
Tradición, Familia, Propiedad
93
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, As Américas rumo ao 3º milênio: convicções, apreensões e esperanças
das TFPs do Continente, in “Catolicismo”, Nº 528, diciembre de 1994.
203
El Cruzado del Siglo XX
94
Hasta los últimos días de su vida pronunciaba cuatro conferencias semanales para el conjunto de los
miembros de la TFP residentes en São Paulo, además de tener con grupos de ellos innumerables
encuentros y reuniones de formación y de estudio. El total de las conferencias hechas por el Dr. Plinio
a los miembros de las TFPs sobrepasa las veinte mil.
95
Gál. 2, 20.
204
Tradición, Familia, Propiedad
había puesto de algún modo bajo su cuidado; nunca perdía ocasión de dar un
buen consejo, tener un gesto de atención o una palabra de estímulo” 96.
El manifiesto de las TFPs recuerda cómo Plinio Corrêa de Oliveira fue
favorecido por la Providencia con un don particular: el discernimiento de
los espíritus. El Obispo capuchino Don Vital Maria Gonçalves de Oliveira 97,
la figura del clero brasileño más admirada por Plinio Corrêa de Oliveira,
afirmaba poseer una forma especial de penetración psicológica, heredada
de su madre, por la cual discernía las intenciones buenas o malas de las
personas. Análogamente, el doctor Plinio era capaz de penetrar la psicolo-
gía y la mentalidad de una persona, conversando con ella o simplemente
examinando su fotografía. Tal capacidad nacía de dones naturales, pero
también de una especial luz sobrenatural. Y esto no debe extrañar a nadie:
la Iglesia nos enseña, en efecto, que las facultades naturales del hombre
son elevadas y perfeccionadas por las virtudes y por los dones del Espíritu
Santo, necesarios —dice León XIII— al “hombre justo que vive de la vida
de la gracia” 98.
96
Um homem de Fé, pensamento, luta e ação, in “Catolicismo” Nº 539-540, noviembre-diciembre de
1995.
97
Sobre la figura de Don Vital, cfr. la nota 5 del cap. II.
98
LEÓN XIII, Encíclica Divinum illud munus, del 9 de mayo de 1897, in IP, Le fonti della vita spirituale,
cit., p. 51.
99
Ni Plinio Corrêa de Oliveira ni su obra incurrieron jamás en ninguna censura eclesiástica oficial. No
puede ser considerada como tal una nota crítica de la Conferencia Episcopal brasileña publicada el 19
de abril de 1985, bajo el ropaje de un comunicado de prensa y no de un decreto eclesiástico. Cfr. la
respuesta de la TFP publicada en la “Folha de S. Paulo” y otros diarios el 24 de abril de 1985; cfr.
también G. Y L. SOLIMEO, Analyse par la TFP brésilienne d’une prise de position de la CNBB sur la
«TFP et sa famille d’âmes»”, Société Française pour la Défense de la Tradition, Famille et Propriété,
París, 1989.
100
El Cardenal ucraniano Josef Slipyj fue huésped de la TFP en São Paulo, el 26 de septiembre de
1968. El Dr. Plinio Corrêa de Oliveira ofreció, en aquella ocasión, una recepción en su honor con la
participación de miembros eminentes del Clero, de las Fuerzas Armadas y de la sociedad paulista (cfr.
“Catolicismo”, Nº 215, noviembre de 1968).
205
El Cruzado del Siglo XX
101
II Tim. 3, 10-13.
102
Sobre la supresión de la Compañía de Jesús por Clemente XIV (breve Dominus ac Redemptor del
22 de julio de 1773), cfr. PAUL DUDON S.J., De la suppression de la Compagnie de Jésus (1758-1773),
in “Revue des questions historiques”, vol. 132, 1938, pp. 75-107. La “verdadera causa” de esta supre-
sión, escribía en 1827 Henri de Bonald, “fue el odio contra el poder religioso y monárquico, los cuales
encontraban sólido apoyo en aquella Orden educadora de la juventud” (H. DE BONALD, Risposta a
nuove offese contra una celebre Compagnia, tr. it., Tip. Galeati, Ímola, 1827, p. 52).
103
Sobre este pretendido culto “indebido” en las relaciones con el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira, cfr. la
obra publicada por la TFP en su defensa: A. A. BORELLI MACHADO Y OTROS, Refutação da TFP a uma
investida frustra, Sociedade Brasileira de Defesa da Tradição, Família e Propriedade, São Paulo,
1984, vol. I, pp. 155-229, y los dos comunicados de prensa, A TFP afirma sua posição doutrinária e
interpela opositor (“Folha de S. Paulo”, 17 de agosto de 1984) y Voltando as costas a uma controvérsia-
realejo (“Folha de S. Paulo” 28 de agosto de 1984).
206
Tradición, Familia, Propiedad
104
Durante el mes de febrero de 1976, en cuatro emisiones consecutivas del programa Escucha Chile,
Radio Moscú atacó a la TFP chilena a propósito del libro La Iglesia del Silencio en Chile, que ésta
acababa de publicar. El 20 de noviembre de 1984, el diario “Izvestia”, órgano oficial del gobierno
soviético, manifestó su total solidaridad con la ofensiva publicitaria de que fueron blanco en Vene-
zuela la Asociación Civil Resistencia, hermanada a las TFPs, y el Bureau de Representación de las
TFPs en Caracas.
105
El Profesor Massimo Introvigne levanta una hipótesis que define como “inquietante”, o si se quiere
“maliciosa”: “En los últimos años, particularmente en Francia, pero también en otros países, diversas
publicaciones «lefebvristas» y «sedevacantistas» promovieron campañas contra las «sectas» con to-
nalidades particularmente violentas. Si se tratara solamente, o principalmente, de la defensa de la
doctrina católica tradicional, no habría razones para asombro. Pero, de hecho, esa literatura hace
suyos los argumentos del movimiento anti-sectas laicista, y ataca de buen grado realidades del mundo
católico como la TFP y el Opus Dei. Por eso, surge la legítima sospecha de que el movimiento anti-
sectas se sirva de ciertos grupos «lefebvristas» y «sedevacantistas» como tropas de vanguardia, como
zapadores, para ser lanzados en la liza como primera carga con arma blanca; y para, naturalmente, ser
sacrificados en el momento oportuno, una vez que, adoptando los criterios usuales del movimiento
anti-sectas, estos grupos podrán ser fácilmente, a su vez, descalificados como «sectas» cuando, si, y
en la medida en que fuera necesario” (M. INTROVIGNE, Sette e diritto di persecuzione: le ragioni di una
controversia, in G. CANTONI - M. INTROVIGNE, Libertà Religiosa, Sette e Diritto di persecuzione, Ed.
Cristianità, Piacenza, 1996, p. 106).
106
El estudio fue publicado en “Catolicismo”, Nº 409 (enero de 1985), con el título “Lavagem cere-
bral” — Um mito ao serviço da nova “Inquisição terapéutica”. Cfr. también DAVID G. BROMLEY, The
Brainwashing, Deprogramming Controversy: Sociological, Psychological, Legal and Historical
Perspectives, The Edwin Mellen Press, Nueva York-Toronto, 1983. En mayo de 1987 la American
Psychological Association, por su parte, declaró “no científica” la teoría del “lavado de cerebro”
aplicada a movimientos religiosos (cfr. M. INTROVIGNE, L’Opus Dei e il movimento anti-sette, in
“Cristianità”, Nº 229, mayo de 1994).
107
El término fue acuñado por el mismo Dr. Plinio para indicar las calumnias públicas orquestadas
que se difundían contra la TFP.
207
El Cruzado del Siglo XX
108
La carta de Mons. Antonio de Castro Mayer fue publicada en el Nº 294 (junio de 1975) de “Cato-
licismo”. Por su parte la TFP reaccionó con el documento A TFP em legítima defesa, publicada en los
diarios, y en el número especial 294 (junio de 1975) de la misma revista.
109
Se trataba de un libelo anónimo, tan calumnioso cuanto superficial y desprovisto de aquella lógica
característica de la inteligencia francesa, al cual la TFP respondió con el libro en dos volúmenes
Imbroglio, Détraction, Délire. Remarques sur un rapport concernant les TFP, Association Française
pour la Défense de la Tradition, de la Famille, de la Propriété, París, 1979. A pesar de esta documen-
tada respuesta, el libelo, más conocido como “Rapport Joyeux” (nombre de quien constó haber sido
su autor), continuó siendo citado y difundido en publicaciones semiclandestinas contra la TFP.
110
Esta persecución llevó a la suspensión de actividades, por medio de un decreto gubernamental del
13 de noviembre de 1984, de la Asociación Civil Resistencia, entidad autónoma pero vinculada a las
TFPs de 14 países. En 1985, para defenderse de otros ataques, la TFP publicó una obra del propio
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Guerreiros da Virgem — A réplica da autenticidade. A TFP sem segredos,
Editora Vera Cruz, São Paulo, 1985, y el libro de A. SINKE GUIMARÃES, Servitudo ex Caritate, Artpress,
São Paulo, 1985.
111
La TFP respondió con un artículo titulado Usando o mesmo realejo, mais uma vez investe contra a
TFP o tabloide “Zero Hora”. A TFP se defende, publicado en “Correio do Povo”, Porto Alegre, 19 de
febrero de 1993.
112
SANTIAGO CANALS COMA, ¿Renace la persecución religiosa en España? Historia de un secuestro,
208
Tradición, Familia, Propiedad
Editorial Ramiro el Monje, Zaragoza, 1996. “Ante Dios —testimonia el mismo secuestrado—, afir-
mo solemnemente que nunca escuché una palabra o presencié un gesto del Prof. Plinio Corrêa de
Oliveira que no me acercase a Dios Nuestro Señor, a la Virgen Santísima y al Romano Pontífice. En
fin, a la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana, nuestra Madre amadísima, cuya cabeza invisible
es Nuestro Señor Jesucristo” (ibid., p. 17).
113
Vehemente desmentido del Padre Royo Marín a la indigna campaña de calumnias contra TFP-
Covadonga, in “La Vanguardia”, Barcelona, 27 de julio de 1995. El padre Antonio Royo Marín O.P.,
Predicador General de la Orden Dominicana, es autor de 26 obras de teología y doctrina católica. Su
defensa de la Iglesia y del Papado fue recompensada con la medalla “Pro Ecclesia et Pontifice” que
le otorgó el Papa Juan Pablo II.
(*) N. del E.- El P. Royo Marín falleció el 17 de abril de 2005.
114
Cfr. el importante estudio de los hermanos GUSTAVO A. y LUIZ S. SOLIMEO, La nouvelle inquisition
athée et psychiatrique. Elle taxe de secte ceux q’elle veut détruire, Société Française pour la Défense
de la Tradition, Famille et Propriété, París, 1991, y la igualmente clara contribución sobre la materia
de BENOÎT BEMELMANS, Le Rapport Guyard à la lumière de la doctrine catholique et du droit français,
Société Française pour la Défense de la Tradition, Famille et Propriété, París, 1996. Esta obra consti-
tuye una lúcida demolición del “Rapport” sobre las sectas en Francia, divulgado por la Asamblea
Nacional en diciembre de 1995.
115
Cfr. prefacio a esta obra.
209
El Cruzado del Siglo XX
116
Texto in B. BEMELMANS, Le Rapport Guyard, cit., pp. 17-18.
117
LUIGI OLDANI, Culto, in EC, vol. IV (1950), col. 1040 (cols. 1040-1044).
118
La legitimidad y utilidad del culto a los Santos fue definida por el Concilio de Trento en su sesión
XXV (DENZ.-H, Núms. 1821-1824). Cfr. también P. SEJOURNÉ, Saints (culte des), in DTC, vol. XIV,
1939, cols. 870-978; JUSTO COLLANTES S.J., La fede della Chiesa cattolica, Libreria Editrice Vaticana,
Ciudad del Vaticano, 1993, pp. 577-590.
210
Tradición, Familia, Propiedad
para que la honra redunde al Señor, que ha dicho «Quien acoge a vosotros, a
Mí me acoge» (Mt. 10,40)” 119. “Toda genuina prueba de amor tributada a los
Santos —se lee en la Lumen Gentium— por su naturaleza tiende al propio
Jesucristo y termina en Él, «corona de todos los Santos», y a través de Él a
Dios, que en sus Santos es reconocido como admirable y es glorificado” 120.
Este culto privado no es otra cosa que la manifestación de devoción que
brota espontáneamente del corazón de los fieles antes que la Iglesia se pro-
nuncie oficialmente. Tales expresiones de devoción, autorizadas por la Igle-
sia, no nacen de repente, al día siguiente de la muerte. La “fama de santidad”
suele rodear el futuro santo cuando aún está vivo: así ocurrió con casi todos
los grandes Santos en el seno de la Iglesia; así ocurre hoy con personas aún
no canonizadas, como el Padre Pío, alrededor de quien se creó, cuando toda-
vía vivía, una atmósfera de entusiasmada veneración, que inducía algunos a
hablar de “fanatismo” 121 (*).
Para limitarnos a un ejemplo más, basta recordar el estrepitoso entusias-
mo que cercó a Don Bosco en su viaje a París de 1883. El Bienaventurado
Don Miguel Rua S.D.B., su sucesor, hizo esta explícita declaración en el
Proceso de beatificación:
“Si iba a las iglesias para hacer algún sermón, era tanto el gentío que
acudía, que lo debían acompañar tres o cuatro para abrirle el paso y llegar al
púlpito; y a veces se debió poner guardias en las puertas, para alejar el peli-
gro de alguna desgracia causada por la enorme concurrencia. Si era recono-
cido por las calles y por las plazas, era circundado por muchedumbres in-
mensas, que en pleno día se postraban para implorar su bendición. En su
habitación, desde las horas más tempranas, era una continua concurrencia
de gente, que se consideraba afortunada de ver a un santo” 122.
119
JUAN XV, Encíclica Cum conventus esset, del 3 de febrero de 993, a los Obispos y Abades de
Francia y de Alemania para la canonización del obispo Ulrico de Augusta, in DENZ.-H, Nº 675.
120
Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, del 21 de noviembre de 1964, in
DENZ.-H, Nº 4170.
121
En particular, fueron tildados de fanáticos por su “culto” y denunciados a la Autoridad eclesiástica
por superstición y desobediencia, los “grupos del Padre Pío” aún activos y numerosos. Esto no impi-
dió que, el 20 de marzo de 1983, se abriese, a pedido del Episcopado polaco, la causa de beatificación
del capuchino de Pietrelcina. Cfr. RINO CAMMILERI, Storia di Padre Pio, Piemme, Casale Monferrato,
1993, pp. 169-182.
(*) N. del E.- El Padre Pío fue beatificado por Juan Pablo II en 1999 y canonizado el 16 de junio de 2002.
122
JUAN BAUTISTA LEMOYNE, Vita di San Giovanni Bosco, Società Editrice Internazionale, Turín, 1977, p.
528. Cfr. también FRANCESCO TORNIELLO, Don Bosco nella storia della cultura popolare, SEI, Turín, 1987.
211
El Cruzado del Siglo XX
123
Cfr. “O Estado de S. Paulo”, 22 de agosto de 1979.
124
DL, vol. III, p. 187.
125
Da. Lucilia murió un día antes de completar 92 años, el 21 de abril de 1968. “Con los ojos bien
abiertos, perfectamente conciente del solemne momento que se aproximaba, se incorporó un poco,
hizo una gran señal de la Cruz y, con entera paz de alma y confianza en la misericordia divina,
adormeció en el Señor” (DL, vol. III, p. 201).
126
“En mi pequeña vía no hay lugar sino para las cosas comunes. Es necesario que lo que yo hago,
también lo puedan hacer las pequeñas almas” (SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, Gli scritti, Postulazione
Generale dei Carmelitani Scalzi, Roma, 1979, Nº 227, pp. 216-217). Sobre la “pequeña vía”, cfr.
ANDRÉ COMBES, Introduction à la spiritualité de S. Thérèse de l’Enfant Jésus. Études de théologie et
histoire de la spiritualité, Vrin, París, 1948.
212
Tradición, Familia, Propiedad
Que nadie extrañe, pues, la comparación entre Lucilia Ribeiro dos Santos
y la carmelita de Lisieux. Sin la publicación de la Historia de un alma nadie
habría imaginado qué cumbres de santidad y de amor de Dios había alcanza-
do una monja, muerta a los 24 años, en el curso de una vida común de con-
vento. En el caso de doña Lucilia no fue un libro lo que nos reveló los es-
plendores de su alma, sino la propia vida de su hijo, como un espejo que
reflejó y desarrolló sus virtudes.
Después de su muerte, en el seno de la TFP algunos pensaron en recurrir
a la intercesión de doña Lucilia y, de manera espontánea y misteriosa, em-
pezó a florecer un culto privado junto a su tumba 127.
Evidentemente, pedir la intercesión de una persona no significa procla-
mar oficialmente su santidad. Entre tanto, un gran teólogo y maestro espiri-
tual contemporáneo como el P. Royo Marín, después de haber estudiado
127
La TFP brasileña fue acusada de haber querido promover un culto indebido a la madre de su
fundador a través de la recitación de algunas letanías a ella dirigidas (para una refutación exhaustiva
de estas acusaciones, cfr. G. A. SOLIMEO, Um comentário anti-TFP. Estudo acerca de um parecer
concernente a uma Ladainha. Apéndice a Refutação da TFP a uma investida frustra, cit., pp. 391-
463). En efecto, durante algún tiempo circuló entre algunos cooperadores de la asociación una letanía
con invocaciones a Da. Lucilia compuesta por dos adolescentes a fines de 1977. La letanía fue prohi-
bida por el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira tan pronto llegó a su conocimiento, incluso a causa de
impropiedades de lenguaje y singularidades de expresión claramente debidas a la joven edad y a la
inexperiencia de los autores. El P. Victorino Rodríguez y Rodríguez O.P., después de haberla exami-
nado, comentó: “Varias invocaciones son un poco ingenuas, otras muy extravagantes o técnicas y aún
otras un tanto ambiguas, de donde surge el malentendido. Por todos estos motivos me pareció oportu-
no que el Prof. Plinio la hubiese prohibido. No obstante ello, me parece exagerado calificar algunas
invocaciones como heterodoxas o blasfemas, sin poner atención en la relatividad del lenguaje em-
pleado en ellas” (Refutação da TFP a uma investida frustra, cit., p. 395). Por otro lado, si la asocia-
ción hubiese querido promover y organizar tal culto, lo habría hecho de manera completamente dis-
tinta de la que le fue atribuida. Y por fin, ¿qué pensar de una joven monja que hubiera invocado y
hecho invocar por sus propias hermanas de hábito a su propio director espiritual, enseguida después
de su muerte, con una serie de letanías en las que, llamándolo de “San Claudio”, lo definía como
“espejo de todas las virtudes”, “imagen viva de la perfección”, “torrente de las perfecciones divinas”,
“campo del Paraíso de la Iglesia”, “lirio plantado en tierra virgen”, “santuario de las gracias”, “cuya
lengua fue el órgano del Espíritu Santo”, “sol de perfección”, “semilla del Evangelio”, “voz de los
Apóstoles”, “antorcha del mundo”, “escudo de la fe católica”? Estas letanías son las que Santa Mar-
garita María Alacocque compuso e hizo recitar en su convento, dedicadas a su director espiritual, el P.
Claudio de la Colombière, fallecido hacía poco. La monja llegó a ser una gran Santa y también su
padre espiritual sería canonizado por la Iglesia, pero sólo muchos años después de la redacción de las
letanías. Los censores del Tribunal que examinaron las causas de beatificación de los dos Santos no
juzgaron que este hecho pudiese perjudicar su canonización, demostrando así cuál es la sabiduría de
la Iglesia, sabiduría de la que tantas veces no se revisten algunos de sus hijos, animados más por un
celo amargo que por verdadera caridad y amor al bien.
213
El Cruzado del Siglo XX
128
DL, vol. I, p. 9. “La indagación concreta es ésta: ¿Da. Lucilia fue una verdadera santa, en toda la
amplitud del término? O, en otros términos, ¿sus virtudes cristianas alcanzaron el grado heroico indis-
pensable para ser reconocida por la Iglesia por medio de una beatificación y canonización? Exami-
nando los datos rigurosamente históricos ofrecidos en gran abundancia por la biografía que presenta-
mos —concluye el P. Royo Marín— oso responder con un sí rotundo y sin la mínima duda” (ibid.,
vol. I, p. II).
129
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A réplica da autenticidade, cit., pp. 132-133.
214
Tradición, Familia, Propiedad
130
A. SINKE GUIMARÃES, Servitudo ex caritate, cit., p. 266.
131
Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto Apostolicam Actuositatem sobre el apostolado de los
laicos, del 18 de noviembre de 1965, Nº 19.
132
A. GUTIÉRREZ C.M.F., término Institutos de perfección cristiana, in DIP, vol. V, 1988, col. 85 (cols.
75-106).
133
En el libro Refutação da TFP a uma investida frustra, cit., se lee que: “la TFP puede ser considera-
da como una confraternitas laicalis, esto es, una asociación de católicos, con finalidades religiosas,
que no fue erigida ni es gobernada por la autoridad eclesiástica y cuyos miembros la dirigen por lo
tanto libremente, según los propios estatutos sociales” (vol. I, pp. 319-320). Cfr. también COMISSÃO DE
ESTUDOS DA TFP, A TFP: uma vocação, TFP e famílias, TFP e famílias na crise espiritual e temporal
do século XX, Artpress, São Paulo, 1986, vol. I, pp. 271-272: A. SINKE GUIMARÃES, Servitudo ex
caritate, cit., pp. 157-160. “Así —comentó el propio Dr. Plinio— la TFP se define perfectamente
como una asociación cívica ante las leyes civiles y como una confraternitas laicalis frente a las leyes
eclesiásticas, al menos mientras estudios más profundizados del nuevo Código de Derecho Canónico
no sugieran una terminología más adecuada” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A réplica da autenticidade,
cit., p. 219). Acerca de la naturaleza de la TFP frente al Derecho Canónico, cfr. también G. A. SOLIMEO
215
El Cruzado del Siglo XX
- L. S. SOLIMEO, Analyse par la TFP brésilienne d’une prise de position de la CNBB sur la “TFP et sa
famille d’âmes”, cit.
134
A. SINKE GUIMARÃES, Servitudo ex caritate, cit., pp. 159-160.
135
SAN PÍO X, Carta Apostólica Notre Charge Apostolique, cit.
136
Cfr. PÍO XII, Discurso del 5 de octubre de 1957 al Congreso Mundial del Apostolado de los Laicos,
in DR, vol. XIX, pp. 459-460.
137
Cfr. J. COLLANTES S.J., La Fede della Chiesa Cattolica, cit., p. 320.
138
Cfr. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución Lumen Gentium, Nº 31.
139
JUAN PABLO II, Discurso a los Obispos norteamericanos del 2 de julio de 1993, in “L’Osservatore
Romano”, 4 de julio de 1993.
140
Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución Lumen Gentium, Nº 31b.
216
Tradición, Familia, Propiedad
141
Lc. 20, 25; Mc. 12, 17; Mt. 22, 21.
142
PÍO XI, Carta Ex officiosis litteris del 10 de noviembre de 1933, in IP Il laicato, cit., p. 532.
143
PÍO XI, Carta Vos Argentinae Episcopos del 4 de diciembre de 1930, in IP, Il laicato, cit., p. 320.
144
P. G. RAMBALDI S.J., Sacerdozio gerarchico e sacerdozio non gerarchico, in “Civiltà Cattolica”,
vol. 102, 1951, Nº II, pp. 354-355 (pp. 345-357).
217
El Cruzado del Siglo XX
145
DANIEL RAFFARD DE BRIENNE, L’Action Catholique, Renaissance Catholique, París, 1991, p. 8.
146
Sobre el Barón Gaston de Renty (1611-1649), que fue varias veces superior de la Compañía del
Santísimo Sacramento y propugnador del reflorecimiento católico en Francia del siglo XVII, cfr. la
célebre biografia del P. JEAN BAPTISTE SAINT-JURE, S.J., La vie de monsieur de Renty, ou le modèle
d’un parfait chrétien, Le Petit, París, 1651, y recientemente YVES CHIRON, Gaston de Renty. Une
figure spirituelle du XVII siècle, Éditions Résiac, Montsûrs, 1985; RAYMOND TRIBOULET, Gaston de
Renty, 1611-1649, Beauchesne, París, 1991; ID., vocablo in DSp, vol. XIII (1987), cols. 363-369.
147
Cfr. Código de Derecho Canónico, can. 588, §1.
148
Cfr. Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto sobre la renovación de la vida religiosa Perfectae
caritatis, Nº 10.
149
JUAN PABLO II, Exortación apostólica Vita Consecrata, del 25 de marzo de 1996, supl. de
“L’Osservatore Romano”, 26 de marzo de 1996.
150
PÍO XII, Encíclica Sacra Virginitas, del 25 de marzo de 1954, in DR, vol. XVI, p. 373 (pp. 371-
378).
218
Tradición, Familia, Propiedad
que realiza un estado de vida superior al matrimonio, teniendo por fin misio-
nes tales como obras de caridad, de enseñanza o de apostolado 151.
También Juan Pablo II ha resaltado con frecuencia la importancia de la
continencia y de la castidad en la vida cristiana. El cristiano coherente con el
Evangelio “debe insistir en los altos ideales, aunque vayan contra la opinión
corriente”. “Jesucristo (...) ha dicho que la vía de la continencia, de la que Él
mismo dio testimonio con su vida, no sólo existe y es posible, sino que es
particularmente válida e importante para el Reino de los Cielos. Y así debe
ser, desde el momento en que el mismo Jesucristo la eligió para sí” 152.
La vocación específica de la TFP, de laicos que actúan a favor de la
“consecratio mundi”, puede suscitar perplejidad por su novedad y especifi-
cidad dentro de la Iglesia. Por otra parte, “San Antonio Abad no tuvo proba-
blemente muchos precursores, cuando partió hacia el desierto”, escribe el P.
Henry, subrayando el hecho de que el Espíritu Santo puede suscitar algo
“enteramente inédito en la Iglesia” 153. En efecto, según los teólogos, no exis-
ten obras de misericordia para cuya ejecución no pueda instituirse una orden
religiosa 154. Por eso, la Iglesia alberga en su seno maternal una maravillosa
variedad de órdenes, congregaciones y familias religiosas también secula-
res, cada una de las cuales, respondiendo a las varias exigencias de los tiem-
pos y de las almas, ha puesto a la luz aspectos diversos de la radicalidad
evangélica y de la vida de la Iglesia 155. Todas ellas se remiten al “carisma”
del propio fundador 156.
“Hayan sido canonizados o no —comenta el padre Olphé-Galliard— los
fundadores son los portadores de un carisma que los habilita a suscitar una
familia espiritual destinada a perpetuar la savia de su propia santidad. La
151
Para conservar la virtud de la castidad, la TFP recomienda extrema vigilancia. Desaconseja en
particular a sus jóvenes frecuentar playas, piscinas mixtas, discotecas, lugares de disipación y de
promiscuidad que ponen en riesgo evidente la pureza. Esta vigilancia, expresión del genuino espíritu
católico, constituye uno de los puntos que más irritan al así llamado “movimiento anti-sectas”, ideo-
lógicamente dependiente del pansexualismo freudiano.
152
JUAN PABLO II, Audiencia del 31 de marzo de 1982, in Insegnamenti, cit., vol. I (1982), p. 1047.
153
A. M. HENRY, O.P., Obéissance commune et obéissance religieuse, suppl. a “La vie spirituelle”, 15
de setiembre de 1953, b. 26, VI (1953), p. 258.
154
PAUL PHILIPPE, Les fins de la vie religieuse selon Saint Thomas d’Aquin, Fraternité de la Très-
Sainte-Vierge Marie, Atenas, 1962, p. 88.
155
PÍO XII, en su alocución al I Congreso Mundial para el Apostolado de los Laicos del 14 de octubre
de 1951 (in DR, vol. XII, pp. 291-301), insiste sobre esta amplia libertad que la Iglesia deja a los fieles
de escoger el camino que ellos consideren más conveniente.
156
La expresión “carisma de los fundadores” entró en el lenguaje del Magisterio oficial con la Evangelica
219
El Cruzado del Siglo XX
Testificatio Nº 11 (1971). Este documento indica los dones de la naturaleza y de la gracia concedidos al
fundador de una familia espiritual para realizar la propia misión. Sobre los “fundadores” cfr. JUAN MA-
RÍA LOZANO C.M.F., El fundador y su familia religiosa. Inspiración y carisma, Publicaciones Claretianas,
Madrid, 1970; FABIO CIARDI, I fondatori, uomini dello spirito. Per una teologia del carisma del fondatore,
Città Nuova, Roma, 1982; ID., In ascolto dello spirito. Ermeneutica del carisma dei fondatori, Città
Nuova, Roma, 1996; A. SINKE GUIMARÃES, Servitudo ex caritate, cit., pp. 184-210; ELIO GAMBARI, S.M.M.-
J.M.LOZANO, C.M.F.- GIANCARLO ROCCA, S.S.P., vocablo Fondatore, in DIP, vol. IV, (1977), cols. 96-
101; MICHEL OLPHÉ-GALLIARD, S.J., vocablo Fondatore, ibid., cols. 102-108; G. DAMIZIA, sub voce, in
EC, vol. 5 (1950), pp. 1474-1475; J. F. GILMONT, Paternité et médiation du fondateur d’Ordre, in “Revue
d’Ascétique et de Mystique”, vol. 40 (1964), p. 416 (pp. 393-426); FRANCISCO JUBERÍAS, C.M.F., La
paternidad de los fundadores, in “Vida Religiosa”, vol. 32 (1972), pp. 317-327.
157
M. OLPHÉ-GALLIARD, S.J., vocablo Fondatore, cit., col. 102.
158
Ibid., col. 103.
159
Ibid.
160
Ef. 3, 5.
161
S. BERNARDO DE CLARAVAL, Laude novae militiae, in FRANCO CARDINI, I poveri cavalieri di Cristo,
Cerchio, Rímini, 1994, p. 132.
162
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Estilo, in “Folha de S. Paulo”, 24 de setiembre de 1969.
220
Capítulo VI
1
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A perfeita alegria, in “Folha de S. Paulo”, 12 de julio de 1970.
221
El Cruzado del Siglo XX
2
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 154.
3
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Razões e contra-razões em torno de um tema efervescente, in “Catolicis-
mo”, Nº 71, noviembre de 1956; ID., Indulgentes para com o erro, severos para com a Igreja, in
“Catolicismo”, Nº 72, diciembre de 1956; ID., Não trabalha pela concôrdia senão quem luta contra o
erro, in “Catolicismo”, Nº 73, enero de 1957; CUNHA ALVARENGA (= JOSÉ DE AZEREDO SANTOS),
Inflitrações comunistas em ambientes católicos, in “Catolicismo”, Nº 61, enero de 1956. De esta
misma línea son tres artículos sobre el modernismo, publicados en los Núms. 81, 82 y 83 (set.-oct.-
nov de 1957) bajo los títulos O cinquentenário da Pascendi, Por orgulho repelem toda sujeição y
Revivem nos modernistas o espírito e os métodos do Jansenismo.
222
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
223
El Cruzado del Siglo XX
rebrotaba en el campo dogmático, bíblico y social, emergió, diez años después, en muchos de los “votos
ante-preparatorios” del Concilio, enviados por los Obispos a Roma (cfr. Acta et Documenta Concilio
Oecumenico Vaticano II Apparando, Series I (Antepraeparatoria), Appendix Voluminis II, Pars I, Typis
Polyglottis Vaticanis, 1961, pp. 218-219). Thomas M. Loome así comenta: “Teilhard de Chardin, Congar
y De Lubac están entre aquellos considerados dignos de las atenciones del Concilio. Y de un Obispo
oímos una propuesta más seca: Doctrina J. Maritain damnetur” (Liberal catholicism, cit., p. 25).
10
Carta de D. Giovanni Calabria al Cardenal Schuster, del 21 de noviembre de 1948, in L’epistolario
Card. Schuster-Don Calabria (1945-1954), bajo la dirección de ANGEL MAJO y LUIGI PIOVAN, NED,
Milán, 1989, p. 30.
11
Carta del Cardenal Schuster a D. Juan Calabria, del 20 de julio de 1951, in op. cit., p. 93. Cuando en
1953 una imagen de Nuestra Señora lloró en Siracusa, el Cardenal comentó: “También la Santísima
Virgen llora sobre los males de la Iglesia y sobre el castigo que le está reservado al mundo” (carta del
Cardenal Schuster a D. Juan Calabria, del 6 de octubre de 1953, in op. cit., p. 160).
12
DANIELE MENOZZI, La Chiesa cattolica e la secolarizzazione, Einaudi, Turín, 1993, p. 174.
224
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
13
SILVIO TRAMONTIN, Un secolo di storia della Chiesa, Studium, Roma, 1989, vol. II, p. 259. Mons.
Hubert Jedin, a su vez, define como “sorprendente” el nombramiento de Mons. Montini, el 1º de
noviembre de 1954, para Arzobispo de Milán, como sucesor del Cardenal Schuster (Il Concilio Vati-
cano II, in HKG, tr. it., vol. X, 1, p. 123).
14
H. JEDIN, Il Concilio Vaticano II, cit., p. 108.
15
J. B. MONTINI, Discorsi e scritti sul Concilio (1959-1963), comp. A. RIMOLDI, Quaderni dell’Istituto
Paolo VI, Brescia-Roma, 1983, p. 25.
16
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Na perspectiva do próximo Concílio, in “Catolicismo”, Nº 133, enero
de 1962.
225
El Cruzado del Siglo XX
17
Ibid.
18
Ibid.
19
Ibid.
20
Mons. VINCENZO CARBONE, Schemi e discussioni sull’ateismo e sul marxismo nel Concilio Vaticano II.
Documentazione, in “Rivista di Storia della Chiesa in Italia”, vol. XLIV (1990), pp. 11-12 (pp. 10-68).
226
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
21
Acta et Documenta Concilio Oecumenico Vaticano II apparando, Series II, vol. II, pars III, Tipografia
Poliglotta Vaticana, Roma, 1968, pp. 774-776.
22
Acta et Documenta Concilio Oecumenico Vaticano II apparando, Series I, vol. II, pars VII, Tipografia
Poliglotta Vaticana, Roma, 1961, pp. 181-182.
227
El Cruzado del Siglo XX
23
Ibid., pp. 184-185.
24
Ibid., p. 182. “Según mi modesta opinión —escribía aún Mons. Sigaud— la Iglesia debería organi-
zar, a nivel mundial, una lucha sistemática contra la Revolución. Ignoro si esto ya está previsto. La
propia Revoución procede exactamente de este modo. Un ejemplo de este trabajo organizado y siste-
mático es el surgimiento mundial, simultáneo y uniforme de las «democracias cristianas» en muchas
naciones, poco después de la Gran Guerra. Este fermento penetra en todos los terrenos. Se hacen
congresos, es creada una internacional, y por todas partes se levanta el slogan: «¡hagamos nosotros
mismos la Revolución, antes que otros la hagan!» Es la Revolución hecha con el consenso de los
católicos. Según mi humilde opinión, si el Concilio quiere producir frutos saludables, antes de todo
debe meditar en la condición de la Iglesia de hoy, la cual, a semejanza de Cristo, vive su Viernes
Santo, entregada indefensa a sus enemigos, como decía Pío XII en su discurso a los jóvenes italianos.
Es preciso considerar la guerra de muerte que está siendo hecha a la Iglesia en todos los campos; es
preciso identificar al enemigo, discernir su estrategia y su táctica de lucha, meditar sobre su lógica, su
psicología y su dinámica, con el fin de identificar con certeza las batallas particulares de esta guerra,
organizar la contraofensiva y dirigirla con seguridad” (ibid.).
25
Sobre el Concilio Vaticano II, la obra de conjunto más reciente y completa es la Storia del Concilio
Vaticano II, dirigida por GIUSEPPE ALBERIGO, Peeters-Il Mulino, Boloña, 1995. Hasta el momento sólo
han sido publicados dos volúmenes. Entre la abundante bibliografía, cfr. también RENÉ LAURENTIN,
L’enjeu du Concile, Seuil, París, 1962-1966, 4 vol.; ANTOINE WENGER A.A., Vatican II, Éditions du
Centurion, París, 1963, 4 vol.; GIOVANNI CAPRILE S.J., Il Concilio Vaticano II, Civiltà Cattolica, Roma,
1965-1969, 5 vol.; GIANFRANCO SVIDERCOSCHI, Storia del Concilio, Ancora, Milán, 1967; HENRI FESQUET,
Diario del Concilio, Mursia, Milán, 1967; RALPH M. WILTGEN S.V.D., Le Rhin se jette dans le Tibre:
le Concile inconnu, Éditions du Cèdre, París, 1976; La Chiesa del Vaticano II (1958-1978), in Storia
della Chiesa, iniciada por AUGUSTE FLICHE y VICTOR MARTIN, y luego dirigida por JEAN-BAPTISTE
DUROSELLE y E. JARRY, Ed. San Paolo, Cinisello Balsamo, 1994, vol. XXV/1, con amplia bibliografía
sobre fuentes y estudios.
228
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
26
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O Concílio e o igualitarismo moderno, in “Catolicismo”, Nº 142, octu-
bre de 1962, p. 7.
27
E. WENGER, Vatican II, cit., vol. I, p. 39.
28
Ibid., p. 38.
229
El Cruzado del Siglo XX
29
Documentation Catholique, 4 de noviembre de 1962, col. 1380.
30
JUAN XXIII, discursos del 11 de setiembre de 1960 y del 28 de junio de 1961.
31
CHRISTOPHER BUTLER O.S.B., L’aggiornamento del Concilio Vaticano II, in La Teologia dopo il
Vaticano II, John M. MILLER CSC, ed., Morcelliana, Brescia, 1967, p. 3 (pp. 3-16). Según D. Butler,
“aggiornamiento” significa también, etimológicamente, “modernización”: “La Iglesia debía moder-
nizarse” (ibid.).
32
Fueron a Roma, entre otros, el Prof. Fernando Furquim de Almeida, el joven príncipe Don Bertrand
de Orleans y Braganza, Luiz Nazareno de Assumpção Filho, Paulo Corrêa de Brito Filho, Fabio
Vidigal Xavier da Silveira, Sergio Antonio Brotero Lefebvre. Este último había viajado anticipada-
mente por barco llevando consigo veinte baúles de propaganda católica, incluyendo ejemplares en
diversas lenguas de Revolución y Contra-Revolución, del Dr. Plinio, y Problemas del apostolado
moderno, de Mons. Castro Mayer.
33
DL, vol. III, p. 117.
230
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
34
Al lado de las actividades de los Padres Conciliares había las de los especialistas: los oficiales o
“peritos”, que asistían a las congregaciones generales, sin derecho a voto, y los asesores particulares,
invitados por algunos Obispos en calidad de consejeros. Entre estos últimos figuraban teólogos como
los Padres Chenu, Congar, Daniélou, De Lubac, Häring, Küng, Rahner, Ratzinger, Schillebeeckx,
que ejercieron gran influencia. Cfr. J. F. KOBLER, Were theologians the engineers of Vatican II?, in
“Gregorianum”, vol. LXX, 1989, pp. 233-250.
35
“La realidad del Concilio —según el Cardenal Siri— es ésta: hubo una lucha entre Horacios y
Curiacios. Aquéllos eran tres contra tres; en el Concilio, cuatro contra cuatro. Del lado de allá: Frings,
Liénart, Suenens, Lercaro. Del lado de acá: Ottaviani, Ruffini, Browne y yo” (BENNY LAI, Il Papa non
eletto. Giuseppe Siri, Cardinale di Santa Romana Chiesa, Laterza, Roma-Bari, 1993, p. 233). Sobre
los orígenes de la que el P. Wiltgen denomina “la Alianza mundial” (Le Rhin se jette dans le Tibre,
cit., p. 128), cfr. también Mons. HÉLDER CÂMARA, Les conversations d’un évêque, cit., pp. 152-153.
36
R. AUBERT. Organizzazione e funzionamento dell’assemblea, in La Chiesa del Vaticano II, cit., p.
177.
37
“Este hombre —recuerda el Cardenal Suenens— desempeñó un papel fundamental en los bastido-
res, aún cuando nunca haya tomado la palabra en las sesiones conciliares” (LÉON J. SUENENS, Ricordi
e speranze, Ed. Paulinas, Cinisello Balsamo, 1993, p. 220).
231
El Cruzado del Siglo XX
Antonio Piolante y Mons. Dino Staffa. Estos se reunían los martes por la
tarde en la Curia Generalicia de los Agustinos para examinar, con la ayuda
de teólogos, los esquemas esporádicamente presentados en la Asamblea.
Más tarde, el 22 de octubre de 1963, en un instituto religioso situado en la
Via del Santo Uffizio, tuvo lugar la primera reunión del grupo que asumiría
el nombre de Coetus Internationalis Patrum 38.
Los Obispos partícipes del encuentro, cerca de treinta, decidieron reunir-
se con regularidad. Mons. Geraldo de Proença Sigaud fue nombrado secre-
tario del grupo, recibiendo, a su vez, asistencia del eficiente secretariado
puesto a disposición por los miembros de la TFP presentes en Roma.
Plinio Corrêa de Oliveira, que después de su regreso a São Paulo acompa-
ñaba dia a día el desarrollo de la Asamblea, intuyó la profundidad de la
transformación en curso, que no sólo podía ser leída en las entrelíneas del
lenguaje teológico, sino que se expresaba también en gestos significativos,
destinados a tener un profundo impacto popular. El Concilio se definió como
pastoral y no dogmático, pero en el siglo de la “herejía de la acción” la
praxis puede tener un alcance revolucionario mayor que las ideas.
Juan XXIII falleció tras cuatro años de Pontificado, el 3 de junio de 1963.
Transcurridos solamente dieciocho días, el 21 de junio, fue elegido Papa el
Cardenal Juan Bautista Montini, Arzobispo de Milán, quien tomó el nombre
de Paulo VI. En su primer radiomensaje aseguró que la parte primordial de
su Pontificado estaría dedicada a la continuación del Concilio Ecuménico
Vaticano II.
Aunque preocupado por el previsible desarrollo de los acontecimientos,
Plinio Corrêa de Oliveira quiso manifestar, en “Catolicismo”, “nuestra in-
condicional adhesión, nuestro ilimitado amor, nuestra plena obediencia, no
sólo a la Cátedra Apostólica, sino también a las augustas Personas de su
Ocupante de ayer y de su Ocupante de hoy”, no sin recordar que este último
era el mismo Prelado que en 1949 le había enviado un cortés elogio en nom-
bre de Pío XII 39.
38
Sobre el Coetus Internationalis: R. M. WILTGEN, Le Rhin se jette dans le Tibre, cit., pp. 147-148; R.
LAURENTIN, Bilan de la troisième session, in L’enjeu du Concile, cit., vol. III, p. 291; R. AUBERT,
Organizzazione e funzionamento dell’assemblea, cit., pp. 177-179; V. A. BERTO, Notre-Dame de
Joie. Correspondence de l’abbé Berto, prêtre. 1900-1968, Éditions du Cèdre, París, 1974, pp. 290-
295; ID., Pour la Sainte Église Romaine. Textes et documents, Éditions du Cèdre, París, 1976.
39
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “...E sobre ti está edificada a Igreja”, in “Catolicismo”, Nº 151, julio
de 1963.
232
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
233
El Cruzado del Siglo XX
42
Pocos días después el secretario del Partido Comunista italiano, Palmiro Togliatti, en plena campa-
ña electoral, propuso oficialmente la colaboración entre católicos y comunistas, afirmando que la
“utopía religiosa” puede servir como fermento revolucionario en el camino hacia el socialismo (cfr.
“Rinascita”, 30 de marzo de 1963). En Italia, en las elecciones del 29 de abril de 1963, el PCI aumentó
su votación en un millón de votos, provenientes sobre todo de ambientes católicos seducidos por el
“diálogo” entre la Santa Sede y el régimen soviético.
43
Texto in AAS, vol. 55 (1963), pp. 257-304
44
Sobre ROGER GARAUDY (De l’anathème au dialogue, Plon, París, 1965), cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA,
Garaudy esboça nova aproximação y A manobra Garaudy, in “Folha de S. Paulo”, 8 y 15 de marzo
de 1970. Sobre FRANCO RODANO (Questione democristiana e compromesso storico, Editori Riuniti,
Roma, 1977), cfr. A. DEL NOCE, Il cattolico comunista, Rusconi, Milán, 1981. Cfr. también GIANFRANCO
MORRA, Marxismo e religione, Rusconi, Milán, 1976.
45
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A liberdade da Igreja no Estado comunista, in “Catolicismo”, Nº 152,
mayo-agosto de 1963; ibid., Nº 161, mayo de 1964; después, con el título Acordo com o regime
comunista: para a Igreja, esperança ou auto-demolição?, Editora Vera Cruz, São Paulo, 1974.
234
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
46
El estudio fue violentamente atacado en Polonia por el movimiento alegadamente “católico-comu-
nista” Pax, en sus publicaciones “Kierunki” (Nº 8 del 3 de enero de 1964) y “Zycie i Mysl” (Nº 1-2 de
1964). También la revista “Wiez” de Varsovia se alineó con Pax. En Francia, el conocido periódico
católico de París “L’Homme Nouveau” (5 de marzo de 1964) defendió la obra del Dr. Plinio, que a su
vez fue atacada por la publicación progresista “Témoignage Chrétien” (Nº 1035 de 1964). Sobre la
“anomalía” polaca, o sea, sobre aquel singular modelo histórico de convivencia entre la Iglesia Cató-
lica y el Estado comunista en Polonia, cfr. GIOVANNI BARBERINI, Stato socialista e Chiesa Cattolica in
Polonia, CSEO, Bolonia, 1983; NORBERT A. ZMIJEWSKY, The Catholic-marxist ideological dialogue in
Poland 1945-1980, Darmouth Publishing Cº, Aldershot, Inglaterra, 1991.
47
PÍO XII, Radiomensaje La solennità della Pentecoste, del 1º de junio de 1941, in AAS, vol. 33
(1941), p. 197.
235
El Cruzado del Siglo XX
48
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A liberdade da Igreja no Estado comunista, in “Catolicismo”, Nº 161,
mayo de 1964. La exactitud de esta tesis fue demostrada por los últimos y dramáticos sucesos en
Rusia y en los países ex miembros del Pacto de Varsovia, en los cuales varias décadas de dominio
comunista produjeron tantos y tales daños en las facultades del hombre que aún no han podido recu-
perarse de ellos.
49
Ibid.
50
C. F. SVIDERCOSCHI, Storia del Concilio, cit., pp. 164-165. Dos días después de publicado este
documento, el 23 de noviembre, Mons. Willebrands, hablando por el Secretariado para la unión entre
los cristianos durante una conferencia de prensa, defendió a los observadores rusos, que a su juicio
habían “manifestado un espíritu sinceramente religioso y ecuménico”, y lamentó el comunicado de
los obispos ucranianos. Meses después, el 9 de febrero del año siguiente, el Cardenal Slipyi fue
libertado de manera imprevista y llegó a Roma; lo mismo sucedió, en los primeros meses de 1965,
con el Arzobispo de Praga, Mons. Josef Beran.
236
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
51
R. M. WILTGEN, S.V.D., Council News Service, cit., vol. I, p. 79. Cfr. el texto de esta petición in
“Catolicismo”, Nº 157, enero de 1964.
52
El P. Wiltgen informaba que “poco antes de la entrega de las peticiones, el artículo de 16 páginas
titulado «La libertad de la Iglesia en el Estado comunista», escrito por el Profesor Plinio Corrêa de
Oliveira, un laico católico profesor universitario en Brasil, fue distribuido a cada Padre conciliar. En
el artículo son dadas pruebas doctrinarias para demostrar que es contrario a los principios católicos
admitir que la Iglesia pueda existir y gozar de la indispensable libertad en un Estado comunista”
(Council News Service, cit., vol. I, p. 79).
53
Cf. el texto del histórico documento en “Catolicismo”, Nº 159, marzo de 1964.
54
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, À margem de três documentos providenciais, in “Catolicismo”, Nº 159,
marzo de 1964.
237
El Cruzado del Siglo XX
55
AAS, vol. LVI, 1964, Nº 10, pp. 651-654.
56
A. RICCARDI, Il Vaticano e Mosca, cit., p. 269.
57
Acta Synodalia sacrosancti concilii oecumenici Vaticani II, Typis Poliglottis Vaticanis, 1978, vol.
III, pars V, p. 510.
58
Acta Synodalia, cit., vol. III, pars V, p. 378.
59
Paulo VI anunció dos decisiones que provocaron conmoción: la institución de un Sínodo de los
Obispos que ofrecería al Papa, a intervalos regulares, la contribución “de su consejo y de su colabora-
ción”, y la aceptación de la invitación para visitar la ONU, con ocasión del XX aniversario de su
fundación (R. AUBERT, Il Concilio, cit., p. 323).
238
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
60
Acta Synodalia, cit. (1977), vol. IV, pars II, p. 451.
61
G. F. SVIDERCOSCHI, Storia del Concilio, cit., pp. 595-596.
62
Acta Synodalia, cit., vol. IV, pars I, p. 555.
63
Acta Synodalia, cit., vol. IV, pars I, pp. 371-372. Ver también PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Lúcida
e relevante intervenção do Bispo diocesano no Concílio, in “Catolicismo”, Nº 179, noviembre de
1965, p. 8.
64
Acta Synodalia, cit., vol. IV, pars II, p. 480.
239
El Cruzado del Siglo XX
65
Acta Synodalia, cit., vol. IV, pars II, pp. 669-670.
66
Sobre todo el episodio cfr. A. WENGER, Vatican II. Chronique de la quatrième session, cit., pp. 147-
173; R. WILTGEN, Le Rhin se jette dans le Tibre, cit., pp. 272-278; V. CARBONE, Schemi e discussioni,
cit., pp. 45-68. El texto de la petición in Acta Synodalia, cit., vol. IV, pars II, pp. 898-900. Cfr.
también P. LEVILLAIN, La mécanique politique de Vatican II, cit., pp. 343-360.
67
El texto de la propuesta se encuentra en el estudio Il comunismo e il Concilio Vatiano II, de Mons.
LUIGI CARLI, en la obra de D. GIOVANNI SCANTAMBURLO, Perché il Concilio non ha condannato il
comunismo? Storia di un discusso atteggiamento, Ed. L’Appennino, Roma, 1967, pp. 177-240. Cfr.
también G. F. SVIDERCOSCHI, Storia del Concilio, cit., pp. 604-605.
240
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
bajo. La solicitación había sido suscrita por nada menos que 454 Prelados de
86 países, quienes quedaron estupefactos cuando, el sábado 13 de noviem-
bre, recibieron en el Aula el nuevo texto sin ninguna referencia a su pedido.
El mismo día, Mons. Carli dirigió a la Presidencia del Concilio una carta de
protesta, denunciando la arbitrariedad de la comisión, que había ignorado
un documento de tan grande alcance. Pese a las protestas, el 15 de noviem-
bre Mons. Garrone afirmó que el “modo de proceder” de la comisión con-
cordaba con el “fin pastoral” del Concilio, con la “voluntad expresa” de
Juan XXIII y de Paulo VI, y con el tenor de las discusiones que sobre este
tema tuvieron lugar en el Aula 68. Mons. Carli confirmó su recurso, al mismo
tiempo que el escándalo estallaba por la prensa 69.
El 3 de diciembre, el Coetus Internationalis Patrum dirigió un último
llamado a los Padres conciliares para que votasen contra el esquema en su
conjunto, visto que no era más posible obtener enmiendas parciales. De he-
cho, 131 Padres votaron contra la sección sobre el ateísmo, mientras 75
voces se pronunciaron contra la Constitución pastoral Gaudium et Spes so-
bre la Iglesia en el mundo contemporáneo. Esta Constitución —invirtiendo
completamente la posición del Syllabus, como observó el Card.
Ratzinger 70—, quiso ser una definición completamente nueva de las rela-
ciones entre la Iglesia y el mundo.
68
Ibid., p. 607.
69
La controversia llegó a la mesa de Paulo VI, quien juzgó que no era el caso de intervenir con su peso
para sanar la grave irregularidad. El 26 de noviembre, en el escritorio del Papa, en el tercer piso del
Palacio Apostólico, se reunieron los Cardenales Tisserant y Cicognani, y los Monseñores Garrone,
Felici y Dell’Acqua. Antes de comenzar la reunión el Cardenal Tisserant había entregado al Papa una
carta en la que se afirmaba, entre otras cosas: “Los anatemas jamás convirtieron a nadie y, si fueron
útiles en el tiempo del Concilio de Trento, cuando los príncipes podían obligar a sus súbditos a pasar-
se al protestantismo, ya no sirven hoy, cuando cada uno tiene el sentido de su independencia. Como
Vuestra Santidad ya lo dijo, una condenación conciliar al comunismo sería considerada por la mayo-
ría como una jugada de carácter político, cosa que traería inmenso daño a la autoridad del Concilio y
de la propia Iglesia” (cit. in V. CARBONE, Schemi e discussioni, cit., p. 58).
70
El Cardenal Ratzinger define la Gaudium et Spes como “una revisión del Syllabus de Pío IX, una
especie de anti-Syllabus (...) en la medida en que representa una tentativa de reconciliación oficial de
la Iglesia con el mundo tal como éste evolucionó después de 1789” (Les principes de la Théologie
catholique, Téqui, París, 1982, pp. 425-427). “Esta constitución —comenta por su parte Mons. Jedin—
fue saludada con entusiasmo, pero su historia posterior ya demostró que, entonces, su significado y su
importancia fueron ampliamente sobreestimados, y que no se había comprendido cuán profundamen-
te aquel «mundo», que se deseaba ganar para Cristo, había penetrado en la Iglesia” (Il Concilio Vati-
cano II, cit., p. 151).
241
El Cruzado del Siglo XX
242
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
76
En un primer momento Mons. Lefebvre pareció negar haber firmado estos documentos (“Itinéraires”,
abril de 1977, pp. 224, 231). Su firma consta, sin embargo, en el Acta Synodalia, cit., vol. IV, pars VII,
pp. 809 y 823. Monseñor Carbone, responsable por el archivo histórico del Vaticano II, verificó que
la firma auténtica consta en los originales (D. MENOZZI, La Chiesa cattolica e la secolarizzazione, cit.,
p. 224). El significado de la firma fue destacado por la revista “Sedes Sapientiae”, Nº 131 (invierno de
1991) y por el P. GEORGES DE NANTES, Situation tragique de l’Église, in “La Contre-Réforme catholique
au XXe. Siècle”, Nº 266, julio de 1990, y Nºs 280, 281 y 282, de febrero-marzo, abril y mayo de 1992.
77
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Comunismo y anticomunismo en el umbral de la última década de este
milenio, cit.
243
El Cruzado del Siglo XX
244
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
245
El Cruzado del Siglo XX
83
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A política de distensão do Vaticano com os governos comunistas. Para
a TFP: omitir-se? ou resistir?, in “Catolicismo”, Nº 280, abril de 1974. Fue publicado también en 36
periódicos brasileños y después reproducido en 73 órganos de prensa, entre periódicos y revistas, de
once países, sin recibir la mínima objeción acerca de su ortodoxia y de su corrección católica.
84
D. GREGORIO MANISE O.S.B., voz “Obbedienza”, in DTM, p. 1115.
246
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
dad eclesiástica 85, probó bien esta tesis, remitiéndose a citas de Santos, Doc-
tores de la Iglesia e ilustres teólogos y canonistas, quienes demuestran que,
en caso de “peligro inminente para la fe” 86 (Santo Tomás de Aquino) o de
“agresión a las almas” 87 (San Roberto Bellarmino) en el campo doctrinario,
es legítimo, por parte de los fieles, el derecho a la resistencia aun pública a la
autoridad eclesiástica.
De ahí la licitud de una actitud de “resistencia”: “una resistencia que no
es separación, no es rebelión, no es acrimonia, no es irreverencia. Al con-
trario es fidelidad, es unión, es amor, es sumisión” 88. Refiriéndose a la ac-
titud de San Pablo que resistió “cara a cara” a San Pedro 89, Plinio Corrêa de
Oliveira escribía: “En el sentido en el cual San Pablo resistió, nuestro esta-
do es un acto de resistencia” 90. A esta declaración de resistencia adhirieron
públicamente todas las Sociedades de Defensa de la Tradición, Familia y
Propiedad y entidades afines entonces existentes en las Américas y Europa.
Veinte años después del Concilio, la Instrucción sobre algunos aspectos
de la “teología de la liberación” de la Sagrada Congregación para la Doc-
trina de la Fe 91, que definía el marxismo como la “vergüenza de nuestro
tiempo”, pareció dar razón a la actitud de “resistencia” a la Ostpolitik por
parte de la TFP y de los católicos anticomunistas de todo el mundo 92.
85
ARNALDO XAVIER DA SILVEIRA, La nouvelle messe de Paul VI: qu’en penser?, Diffusion de la Pensée
Française, Chiré-en-Montreuil, 1975, pp. 319-334.
86
Según Santo Tomás de Aquino existe el derecho de resistir públicamente, en determinadas circuns-
tancias, a una decisión del Romano Pontífice. Afirma a ese respecto el Doctor Angélico: “existiendo
un peligro próximo para la fe, los Prelados deben ser reprendidos, hasta públicamente, por parte de
sus súbditos. Así San Pablo, que era súbdito de San Pedro, lo reprendió públicamente, en razón de un
peligro inminente de escándalo en materia de fe. Y, como dice el comentario de San Agustín, «el
mismo San Pedro dio el ejemplo a los que gobiernan, a fin de que éstos, apartándose alguna vez del
buen camino, no rehúsen como indebida una corrección venida también de sus súbditos» (Gál. 2, 14)”
(Summa Theologica, II-II, 33, 4, 2).
87
Otro gran teólogo, el Cardenal jesuita San Roberto Bellarmino, campeón de los derechos del Papa-
do en la lucha contra el protestantismo, afirma: “así como es lícito resistir al Pontífice que agrede el
cuerpo, de la misma forma es lícito resistir a aquel que agrede las almas, o que perturba el orden civil
o, sobre todo, aquel que intentase destruir la Iglesia. Digo que es lícito resistirle dejando de hacer
aquello que ordena e impidiendo la ejecución de su voluntad: pero no es lícito juzgarlo, punirlo y
deponerlo, porque esos actos son propios de un superior” (De Romano Pontefice, II, 29).
88
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A política de distensão do Vaticano..., cit.
89
Gál. 2, 11.
90
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A política de distensão do Vaticano..., cit.
91
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Libertatis nuntius, cit.
92
La declaración fue saludada por Plinio Corrêa de Oliveira como “el chorro de agua fresca y bien-
247
El Cruzado del Siglo XX
hechora lanzada por una manguera de bombero”. “Para quien se afligía delante de ese espectáculo,
por ahora trágico, pero que en breve puede tranformarse en apocalíptico —comentó el pensador
brasileño—, ver que un órgano como la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe afirma,
negro sobre blanco, la incompatibilidad de la doctrina católica con el marxismo es algo análogo a
que alguien, dentro de un incendio, sienta llegar hasta él, inopinadmente, el chorro de agua fresca de
una manguera de bomberos.
“Y a mí que, como Presidente del Consejo Nacional de la TFP, fui el primer signatario de la
Declaración de Resistencia a la Ostpolitik vaticana, me incumbe el deber de justicia de manifestar
aquí la alegría, la gratitud y sobre todo la esperanza que siento, dentro del incendio, con la llegada
de ese alivio.
“Bien sé que hermanos en la Fe extrínsecos a los cuadros de la TFP, sobre todo fuera de Brasil,
se abstienen de exteriorizar análogos sentimientos, sobre todo porque juzgan que una sola manguera
es insuficiente para apagar todo un incendio.
“También juzgo que una sola manguera no apaga el incendio. Pero esto no impide saludarla como
un beneficio. Tanto más que no tengo prueba de que quedaremos sólo con esa manguera. ¿No fue
inesperada la «Instrucción» del Cardenal Ratzinger? ¿Un paso inesperado no invita a esperar otros, en
la misma línea, también más o menos inesperados?” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Un primo ostacolo
agli errori diffusi dalla “Teologia della liberazione”, in “Cristianità”, Nº 117, enero de 1985).
93
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Baldeação ideológica inadvertida e Diálogo, in “Catolicismo”, Nº 178-
179, octubre-noviembre de 1965, y también Editora Vera Cruz, São Paulo, 1974 (5a. ed.).
248
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
94
SILVIO VITALE, prefacio a PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Trasbordo ideologico inavertito e dialogo,
Edizione de l’Alfiere, Nápoles, 1970, pp. 6-7, tr. it. de Baldeação ideológica..., cit.
95
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Contra Gentes, III, 71.
96
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Baldeação ideológica..., cit., p. 116.
249
El Cruzado del Siglo XX
97
Ibid., pp. 85-86.
250
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
98
Ibid., p. 87. “No comprendo —escribía diez años más tarde el pensador brasileño, por ocasión de la
visita de Juan Pablo II al templo luterano de Roma— cómo hombres de la Iglesia contemporánea,
incluso de los más cultos, doctos o ilustres, mitifiquen la figura de Lutero, el herético, en el empeño
de favorecer una aproximación ecuménica, de inmediato con el protestantismo, e indirectamente con
todas las religiones, escuelas filosóficas, etc. ¿No disciernen ellos el peligro que a todos nos acecha,
en el fin de ese camino, o sea, la formación en escala mundial de un siniestro supermercado de
religiones, filosofías y sistemas de todo orden, en el que la verdad y el error se presentarán fraccio-
nados, mezclados y puestos en tumulto? Ausente del mundo sólo quedaría —si hasta allá se pudiese
llegar— la verdad total, es decir, la Fe católica, apostólica, romana, sin tacha ni mácula” (PLINIO
CORRÊA DE OLIVEIRA, Lutero pensa que é divino!, in “Catolicismo”, Nº 398, febrero de 1984).
99
Mons. Marcel Lefebvre nació en Turcoing (Lille) el 29 de noviembre de 1905 y falleció en Martigny
el 25 de marzo de 1991. Alumno del Seminario Francés de Roma, fue ordenado sacerdote el 21 de
setiembre de 1929 por Mons. Liénart, Obispo de Lille. En 1930 ingresó a la Congregación del Espíritu
Santo, desarrollando apostolado misionero, sobre todo en el África. Fue consagrado obispo el 18 de
setiembre de 1947, nombrado Delegado Apostólico para el África francófona y, el 14 de setiembre de
1955, Arzobispo de Dakar. Dejó ese cargo en 1962, asumiendo el título de Arzobispo de Tulle. De
1962 a 1968 fue Superior de su Congregación. Constituyó, en 1970, la Fraternidad San Pío X en
Friburgo, Suiza, con la aprobación de Mons. Charrière, ordinario del lugar. En 1974 se inició el conten-
cioso con la Santa Sede, que debía llevarlo a la suspensión a divinis, a consecuencia de las ordenaciones
sacerdotales de 1976, y a la excomunión latae sententiae, después de la consagración de cuatro obis-
pos, el 30 de junio de 1988 (cfr. Il Regno-documenti, Nº 600, 1º de setiembre de 1988, pp. 477-488).
100
Mons. Marcel Lefèbvre, después de haberse distinguido entre los exponentes del ala conservadora
durante el Concilio, había firmado las Actas de la histórica Asamblea, y en sus cartas dirigidas a los
miembros de la Congregación del Espíritu Santo, de la que era Superior General, manifestó una
251
El Cruzado del Siglo XX
evaluación moderadamente positiva sobre las reformas conciliares. En estos documentos, Mons.
Lefèbvre no sólo recordaba la oportunidad de la renovación litúrgica deseada por el Vaticano II, sino
que exhortaba, aunque expresando reservas, a tomar los que consideraba elementos positivos del
Concilio, afirmando que éste había recibido gracias particulares “para suscitar en la Iglesia reformas
y ajustes, que no tienen otro fin que el de conducir a una más perfecta santificación y hacer revivir de
nuevo el más puro espíritu evangélico” (Mons. M. LEFÈBVRE, Lettres pastorales et écrits, Fideliter,
Escurolles, 1989, p. 217). Expresó sus críticas sucesivamente en las obras Un évéque parle. Écrits et
allocutions. 1963-1975, Dominique Martin Morin, París, 1975; J’accuse le Concile, Ed. Saint-Gabriel,
Martigny, 1976; Lettre ouverte aux catholiques perplexes, Albin Michel, París, 1985; Ils l’ont
découronné, Editions Fideliter, Escurolles, 1987. “Es difícil —observa Daniel Menozzi— explicar
las razones de este cambio de posición con base en la documentación disponible hasta el momento”
(D. MENOZZI, La Chiesa cattolica e la secolarizzazione, cit., p. 202).
101
La bibliografía sobre este tema es vasta. Véase especialmente: VITTORIO MESSORI en coloquio con el
Cardenal Joseph Ratzinger, Rapporto sulla fede, Ed. Paulinas, Milán, 1985; ROMANO AMERIO, Iota
unum. Studio delle variazioni della Chiesa cattolica nel secolo XX, Ricardo Ricciardi Editor, Milán-
Nápoles, 1985; Mons. RUDOLF GRABER, Athanasius und die Kirche unserer Zeit, Editorial Joseph Kral,
Abensber, 1973; Cfr. también DIETRICH VON HILDEBRAND, Das Trojanische Pferd in der Stadt Gottes, J.
Habbel, Ratisbona, 1969; ID., Der verwüstete Weinberg, J. Habbel, Ratisbona, 1973; P. GEORGES DE
NANTES, Liber Accusationis, Editions de la Contre-Réforme Catholique, St. Parres-les-Vaudes, entregado
a la Santa Sede el 10 de abril de 1973, tr. it., Arti Grafiche Pedanesi, Roma, 1973; P. CORNELIO FABRO
C.P.S., L’avventura della teologia progressista, Rusconi Ed., Milán, 1974; BERNARDO MONSEGÚ C.P.,
Posconcilio, Studium, Madrid, 1975-1977, 3 vol.; WIEGAND SIEBEL, Katholisch oder konziliar - Die
Krise der Kirche heute, A. Langen-G. Müller, Munich-Viena, 1978; CARD. GIUSEPPE SIRI, Getsemani
— Riflessioni sul Movimento Teologico contemporaneo, Fraternità della Santissima Vergine, Roma,
1980; GEORGE MAY, Der Glauben in der nachkonziliaren Kirche, Mediatrix Verlag, Viena, 1983.
102
H. JEDIN, Kirchengeschichte und Kirchenkrise, in “Aachener Kirchenzeitung”, 29 de diciembre de
1968 y 5 de enero de 1969.
252
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
103
H. JEDIN, Storia della mia vita, cit., pp. 326-327
104
PAULO VI, Discurso al Seminario Lombardo en Roma, 7 de diciembre de 1968, in Insegnamenti di
Paolo VI, tipografia Poliglotta Vaticana, Roma, 1968, vol. VI, pp. 1188-1189. A la mayoría de los
católicos, escribía el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, le gustaría saber “qué es este humo, cuáles
son los rótulos ideológicos y los instrumentos humanos que sirven a Satanás como «sprays» de tal
humo; en qué consiste la demolición, y cómo explicar que esta demolición sea, extrañamente, una
autodemolición” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Clareza, in “Folha de S. Paulo”, 16 de agosto de 1978).
105
PAULO VI, Alocución en el 9º aniversario de su coronación, 29 de junio de 1972, in Insegnamenti,
vol. X, pp. 707-708.
106
Ibid.
107
Card. HENRI DE LUBAC S.J., Discurso al Congreso Internacional de Teología, Toronto, agosto de
1967, cit. in B. MONSEGÚ, Posconcilio, cit., vol. III, p. 371.
253
El Cruzado del Siglo XX
“Lo que sucedió entonces, hace más de 1600 años (la crisis arriana) se
repite hoy, pero con dos o tres diferencias. Hoy Alejandría es toda la Iglesia,
sacudida desde sus cimientos”. “¿Porqué se hace tan poco para consolidar
las columnas de la Iglesia, por donde se evitaría el derrumbe? Si alguien aún
considera que los acontecimientos que se desarrollaron en la Iglesia son
secundarios, o que se trate de dificultades transitorias, significa que es irre-
cuperable. Pero la responsabilidad de los jefes de la Iglesia será aún mayor
si ellos no se ocupan de estos problemas, o si creen remediar el mal con
pequeños remiendos. No: aquí se trata del todo; aquí se trata de la Iglesia;
aquí se trata de una especie de revolución copernicana estallada en el seno
mismo de la Iglesia, de una revolución gigantesca en la Iglesia” 108.
El Padre estigmatino Cornelio Fabro, consultor de la Congregación para
la Doctrina de la Fe:
“Así la Iglesia (...) en lo que se refiere a la decisión de los Pastores, se ha
deslizado hacia una situación de falta de guía que, sea en el campo de la
doctrina como en el de la disciplina, camina hacia una creciente desintegra-
ción. (...) Las terribles palabras del Evangelio —«Vosotros errabais como
ovejas sin pastor»— deben aplicarse en gran medida a la presente situación
de la Iglesia” 109.
Dice el Padre pasionista Enrico Zoffoli, miembro de la Pontificia Acade-
mia Santo Tomás de Aquino:
“Hoy la Iglesia está empeñada en superar tal vez la más grave de todas las
crisis: la tempestad desencadenada por el modernismo, después de casi un
siglo aún arrecia (...) La desorientación de los fieles es universal, angustiante,
y la lamentación de ellos llega al colmo cuando éstos oyen discursos y reci-
ben consejos de aquellos hombres de la Iglesia, asisten a algunos de sus
ritos, y notan una actitud de tal modo extraña e indecorosa, que podría lle-
varles a pensar que el Cristianismo sea una enorme impostura. Por estas y
otras cosas, ¿no son tentados hasta de ateísmo?”. “Las consecuencias son
desastrosas. (...) No hay verdad que, bajo algún aspecto, no haya sido falsea-
da. Algunas son negadas, otras calladas, otras ridiculizadas, otras adaptadas
de modo irreconocible” 110.
108
Mons. R. GRABER, Athanasius und die Kirche unserer Zeit, cit., tr. it. Sant’Atanasio e la Chiesa del
nostro tempo, Civiltà, Brescia, 1974, pp. 28-29.
109
C. FABRO C.P.S., L’avventura della teologia progressista, cit., pp. 288-289.
110
ENRICO ZOFFOLI C.P., Chiesa ed uomini di Chiesa, Il Segno, Udine, 1994, pp. 46-48, 35.
254
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
111
Cit. in PILAR URBANO, Josemaría Escrivá, Romano, Leonardo, Milán, 1996, pp. 442-443.
112
Durante el cónclave de agosto de 1978, Plinio Corrêa de Oliveira, describiendo el mito de
“Wyszinsky, el Cunctator” que contemporizando con el comunismo habría salvado la causa de la
Iglesia, pronosticó la eventualidad de la elección del Primado de Polonia al trono de San Pedro (PLINIO
CORRÊA DE OLIVEIRA, O Cunctator, um maximalista?, in “Folha de S. Paulo”, 24 de agosto de 1978).
El cónclave eligió al Cardenal Albino Luciani, Patriarca de Venecia, pero un mes después se reunió
nuevamente y eligió al trono Pontificio al Arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, con el nombre de
Juan Pablo II.
113
JUAN PABLO II, Discurso del 6 de febrero de 1981, in “L’Osservatore Romano”, 7 de febrero de
1981.
255
El Cruzado del Siglo XX
“Es indiscutible que los últimos veinte años han sido decididamente des-
favorables para la Iglesia católica. Los resultados que se han seguido del
Concilio parecen cruelmente opuestos a las expectativas de todos, comen-
zando por Juan XXIII y Paulo VI. Los cristianos están nuevamente en mino-
ría, más que en cualquier época desde el fin de la Antigüedad. Los Papas y
los Padres conciliares esperaban que se establecería una nueva unidad cató-
lica y, por el contrario, se caminó hacia una disensión que —para usar las
palabras de Paulo VI— ha parecido pasar de la autocrítica a la
autodestrucción. Se esperaba un nuevo entusiasmo y, por el contrario, se ha
terminado demasiado frecuentemente en el cansancio y en el desaliento. Se
esperaba un salto hacia adelante y, por el contrario, se está frente a un proce-
so progresivo de decadencia que se ha venido desarrollando en larga medida
bajo el signo de la evocación de un presunto «espíritu del Concilio» y de ese
modo lo ha desacreditado. (...) La Iglesia del post Concilio es un gran asti-
llero; pero es un astillero donde se han perdido los planos y cada uno conti-
núa fabricando según su gusto” 114. “Mi diagnóstico es que se trata de una
auténtica crisis que debe ser tratada y curada” 115.
La descripción de la crisis trazada por el Card. Ratzinger pronto se con-
virtió en un dato adquirido. Veinte años después de la clausura del Concilio,
“La Civiltà Cattolica” que, sobre todo por obra del P. Caprile, había acom-
pañado paso a paso el evento con entusiasmo, escribe:
“Es innegable que en los veinte años post conciliares hubo, ante todo,
una crisis de la fe: toda la revelación cristiana, en sus dogmas fundamenta-
les —existencia y cognoscibilidad de Dios, Trinidad, Encarnación, Reden-
ción, Resurrección de Jesús, vida eterna, Iglesia, Eucaristía— fue puesta en
cuestión o se intentó reinterpretarla según categorías filosóficas y científi-
114
Cardenal J. RATZINGER, Rapporto sulla fede, cit., pp. 27-28. “Me parece que una cosa se volvió
enteramente clara en esta última década: una interpretación del Concilio que entienda sus textos dog-
máticos solamente como preludio a un espíritu conciliar que aún no alcanzó su madurez, que conside-
re el conjunto como una mera introducción a la Gaudium et Spes, y este texto, a su vez, como punto de
partida para una prolongación rectilínea en dirección a una fusión cada vez mayor con aquello que se
llama progreso; tal interpretación no solamente está en contradicción con la intención y la voluntad de
los Padres Conciliares, sino que el curso de los acontecimientos la llevó al absurdo. En donde el
espíritu del Concilio acaba desvirtuado contra su texto y se reduce a una vaga destilación de una
evolución que emanaría de la Constitución pastoral, se convierte en un espectro y lleva al vacío. Las
devastaciones ocasionadas por tal mentalidad son tan evidentes que no pueden ser negadas seriamen-
te” (Card. J. RATZINGER, Les principes de la Théologie catholique, Téqui, París, 1982, p. 436).
115
Card. J. RATZINGER, Rapporto sulla fede, cit., p. 33.
256
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
257
El Cruzado del Siglo XX
“La historia narra los innumerables dramas que la Iglesia sufrió en los
veinte siglos de su existencia. Oposiciones que germinaron fuera de Ella, y
desde fuera tentaron destruirla. Tumores formados dentro de Ella, por Ella
extirpados, y que, ya entonces de fuera hacia dentro, intentan destruirla con
ferocidad.
“Sin embargo, ¿cuándo vio la Historia, antes de nuestros días, una tenta-
tiva de demolición de la Iglesia, no hecha por un adversario, sino calificada
de «autodemolición» 121 en altísimo pronunciamiento de repercusión mun-
dial?” 122.
Para describir la crisis de la Iglesia Plinio Corrêa de Oliveira utiliza el
término “autodemolición” empleado por Paulo VI, a quien, en el mismo
libro en el cual expresa sus reservas hacia el Concilio, el pensador brasileño
dirige “un homenaje de filial devoción y de obediencia ilimitada”, en la
convicción de que “ubi Ecclesia ibi Christus, ubi Petrus ibi Ecclesia” 123.
Cada una de sus tesis —incluso la precedente, tan severa, sobre el Conci-
lio— es sometida sin restricciones, “al juicio del Vicario de Jesucristo, dis-
puestos a renunciar de inmediato a cualquiera de ellas, desde que se distan-
cie, aunque sea levemente, de la enseñanza de la Santa Iglesia, nuestra
Madre, Arca de la Salvación y Puerta del Cielo” 124.
El juicio histórico del pensador brasileño sobre el Concilio Vaticano II
coincide, como hemos visto, con el de muchos protagonistas religiosos de
nuestro tiempo. Empero, a través de las categorías intelectuales de Revolu-
ción y Contra-Revolución, él propone una llave de interpretación de la crisis
de la Iglesia dentro del proceso revolucionario que ha estudiado y descrito.
Tal juicio nace de un profundo amor al Papado y a la Iglesia, y por su cohe-
rencia se muestra bien diferente de las posiciones a veces contradictorias o
excéntricas de muchos exponentes o grupos “tradicionalistas”. El Magiste-
rio Pontificio, el Derecho Canónico de la Iglesia y las normas perennes de la
Religión católica constituyeron los inmutables puntos de referencia de Plinio
Corrêa de Oliveira y de todos los que en él se inspiran 125.
121
PABLO VI, Discurso del 7 de diciembre de 1968, cit., p. 1188.
122
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 152.
123
Ibid., p. 172.
124
Ibid.
125
Ante la situación de confusión y desorientación en que está sumergida actualmente la Iglesia, la
TFP norteamericana resumió así su posición: “1. Declaran su perplejidad frente a algunas reformas y
hechos sucedidos en la Iglesia desde el pontificado de Juan XXIII; 2. Esta perplejidad se caracteriza
258
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
259
El Cruzado del Siglo XX
260
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
134
Cfr. por ejemplo O direito de saber, in “Folha de S. Paulo”, 25 de enero de 1970 y “Catolicismo”,
Nº 230 (febrero de 1970), en que informaba al público brasileño sobre las primeras manifestaciones
de resistencia al Novus Ordo. Por su parte Mons. Castro Mayer publicaba una Carta Pastoral sobre o
Santo Sacrifício da Missa (cfr. “Catolicismo”, Nº 227, noviembre de 1969). En 1971 apareció un
amplio y documentado artículo de GREGORIO VIVANCO LOPES, Sobre a nova Missa: repercussões que o
público brasileiro ainda não conhece, in “Catolicismo”, Nº 242, febrero de 1971.
135
El citado estudio de Arnaldo Xavier da Silveira analiza cuidadosamente el Novus Ordo, bajo la óptica
de un conjunto de cuestiones teológicas, canónicas y morales centradas en el problema de la autoridad.
El libro fue editado en São Paulo en 1970 y tuvo una difusión restringida. Más tarde fue reeditado en
francés (op. cit.), junto con tres diferentes estudios ya antes publicados en portugués: Considerações
sobre o Ordo Missae de Paulo VI, São Paulo, junio de 1970; Modificações introduzidas no Ordo de
1969, São Paulo, agosto de 1970; A infalibilidade das leis eclesiásticas, São Paulo, enero de 1971. Sobre
esta obra afirmó el profesor Corrêa de Oliveira: “En su libro, Arnaldo Xavier da Silveira afirma expre-
samente su fidelidad inquebrantable a la doctrina y disciplina de la Iglesia. Y si levanta ciertos proble-
mas de Teología o de Derecho Canónico, lo hace declarando de antemano que acata en toda la medida
preceptuada por el Derecho Canónico lo que la propia Iglesia decida. Precisamente ésta es la posición
de la TFP. Tenemos, pues, la conciencia enteramente tranquila en lo que respecta a nuestra perfecta
unión con la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Sobre o decreto
anti-TFP de D. Isnard, in “Folha de S. Paulo”, 27 de mayo de 1973); Cfr. A política de distensão do
Vaticano com os regimes comunistas. Para a TFP: omitir-se? Ou resistir?, cit.
136
“Una vez definida la posición de las TFPs como asociaciones, es preciso observar, en cuanto a sus
miembros y simpatizantes, que, como católicos (...), sufren personalmente la repercusión de los pro-
blemas específicamente religiosos que han convulsionado a la Iglesia después del Concilio Vaticano
II. Es inevitable que, como simples católicos, ellos cambien entre sí opiniones sobre esas cuestiones.
Concretamente, ese intercambio de opiniones jamás dio lugar a disensiones. Al contrario, de él ha
salido un consenso firme y madurado acerca de los principales temas referentes al misterioso proceso
de autodemolición por el cual atraviesa la Iglesia, y sobre la humareda de Satanás que penetró en ella.
(...) El consenso, enteramente personal, de los miembros y simpatizantes de la TFP en ciertas materias
extrañas a la esfera cívica, no constituye el pensamiento oficial de la TFP. Pero da lugar a un consenso
extraoficial en la TFP”. Cfr. Imbroglio, détraction, délire — Remarques sur un rapport concernant
les TFP, cit., pp. 176 y 177.
261
El Cruzado del Siglo XX
“Roma —había escrito al inicio del siglo uno de los jefes del modernis-
mo— no puede ser destruida en un solo día, sino que es necesario convertir-
la en polvo y cenizas de modo gradual e inofensivo; entonces nosotros ten-
dremos una nueva religión y un nuevo decálogo” 138. ¿Cómo no ver en todo
lo que sucedió posteriormente un intento de hacer realidad esta siniestra
“profecía”?
Plinio Corrêa de Oliveira advirtió desde joven este proceso de disolución
interna de la Iglesia, lo sufrió profundamente, y empleó todas sus fuerzas
137
El Padre dominico ROGER-THOMAS CALMEL, en artículo publicado en “Itinéraires” en noviembre de
1971, tratando del problema de la asistencia a la Nueva Misa, afirmaba que “las condiciones de
obligación legal fueron anuladas”, pero subsiste, al contrario, la obligación grave de confesar abierta-
mente la fe en la Misa católica (L’assistance à la Messe suivie de l’apologie pour le Canon Romain,
in “Itinéraires”, Nº 157, noviembre de 1971, p. 6). Cfr. también A Missa Nova: um caso de consciência,
compilado sob a responsabilidade dos padres tradicionalistas da Diocese de Campos, Artpress, São
Paulo, 1982.
(*) N. del E. - En el Motu Proprio Summorum Pontificum del 7 de julio de 2007, el Papa Benedicto XVI
confirmó la licitud de la celebración de la Misa en latín según el rito tradicional, y dispone medidas
para facilitar su celebración que amplían considerablemente las ya establecidas por su predecesor
Juan Pablo II en la Carta Apostólica Ecclesia Dei, del 2 de julio de 1988.
138
GEORGE TYRREL, Letres à Henri Brémond, Aubier, París, 1971, p. 287.
262
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia
139
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A guerra e o Corpo Místico, in “O Legionário”, Nº 610, 16 de abril de
1944.
140
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA A perfeita alegría, in “Folha de S. Paulo”, 12 de julio de 1970.
263
El Cruzado del Siglo XX
Iglesia este momento que es trágico como trágica fue la Pasión, este mo-
mento crucial de la historia, en el cual toda una humanidad está optando
por Cristo o contra Cristo?” 141. A la Iglesia él había dedicado su vida 142, y
hacia Ella acudió con la generosidad de la Verónica.
“En el Velo —escribió— la representación de la Faz divina fue hecha
como en un cuadro. En la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, ella
es hecha como en un espejo.
“En sus instituciones, en su doctrina, en sus leyes, en su unidad, en su
universalidad, en su insuperable catolicidad, la Iglesia es un verdadero es-
pejo en el cual se refleja nuestro Divino Salvador. Más aún, Ella es el pro-
pio Cuerpo Místico de Cristo.
“¡Y nosotros, todos nosotros, tenemos la gracia de pertenecer a la Igle-
sia, de ser piedras vivas de la Iglesia!
“¡Cómo debemos agradecer este favor! No olvidemos, sin embargo, que
«noblesse oblige». Pertenecer a la Iglesia es cosa muy alta y muy ardua.
Debemos pensar como la Iglesia piensa, sentir como la Iglesia siente, ac-
tuar como la Iglesia quiere que procedamos en todas las circunstancias de
nuestra vida. Esto supone un sentido católico real, una pureza de costum-
bres auténtica y completa, una piedad profunda y sincera. En otros térmi-
nos, supone el sacrificio de una existencia entera.
¿Y cuál es el premio? «Christianus alter Christus». Yo seré de modo exi-
mio una reproducción del propio Cristo. La semejanza de Cristo se impri-
mirá, viva y sagrada, en mi propia alma” 143.
141
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Via Sacra, in “Catolicismo”, Nº 3, marzo 1951, VIII Estación.
142
En la noche del 1º de febrero de 1975, durante una reunión con socios de la entidad que fundó,
Plinio Corrêa de Oliveira se ofreció heroicamente a Nuestra Señora para sufrir por la TFP, en orden al
servicio de la Santa Iglesia. Tan sólo 36 horas después sufrió un grave accidente automovilístico, en
las proximidades de Jundiaí, a 70 km. de São Paulo. Las graves consecuencias de este accidente
perduraron hasta el fin de su vida. Fueron veinte años de cruces soportadas con ánimo resuelto y
varonil.
143
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Via Sacra, cit., VI Estación.
264
Capítulo VII
265
El Cruzado del Siglo XX
2
JUAN PABLO II, Encíclica Redemptor Hominis del 4 de marzo de 1979, Nº 17.
3
JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium Vitae del 25 de marzo de 1995, Nº 17. Este juicio reitera el ya
pronunciado por el Pontífice el 14 de agosto de 1993 en Denver, por ocasión de la VIII Jornada
Mundial de la Juventud (AAS, vol. 86, 1994, p. 419).
4
Los primeros en demoler este mito son hoy sus propios autores. Cfr. por ejemplo el libro del cono-
cido historiador marxista inglés ERIC HOBSBAWM, The Age of the Extremes. The Short Twentieth Century.
1914-1991, Penguin, Londres, 1994.
5
R. DE MATTEI, 1900-2000. Due sogni si sucedono, cit., pp. 11-28. Sobre la nueva “teoría del caos”,
cfr. también JEAN-LUC MÉLENCHON, À la conquête du chaos, Denoël, París, 1991; JAMES GLEICK, Chaos,
Heinemann, Londres, 1989.
6
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Os dedos do caos e os dedos de Deus, cit.
266
Rumbo al Reino de María
7
Card. J. RATZINGER, San Bonaventura. La teologia della storia, tr. it. Nardini, Florencia, 1991, p. 23.
8
J. DONOSO CORTÉS, Estudios sobre la Historia, in Obras, cit., vol. II, p. 234. “Prorsus divina
Providentia regna —escribió San Agustín— constituuntur humana” – “Sin duda los reinos humanos
son establecidos por la divina Providencia” (SAN AGUSTÍN, De Civitate Dei, Libro V, cap. I, Nº 1).
9
Sobre la teología de la Historia cristiana, permanece siempre válido el gran panorama trazado por
Mons. JACQUES-BÉNIGNE BOSSUET, Discours sur l’histoire universelle, Flammarion, París, 1966 (1681);
Cfr. también C. FABRO C.P.S., La storiografia nel pensiero cristiano, in GAF, vol. V, 1954, pp. 311-
340; R. T. CALMEL O.P., Théologie de l’histoire, Dominique Martin Morin, París, 1984 (1966).
267
El Cruzado del Siglo XX
10
LEÓN XIII, Carta Saepenumero considerantes, del 18 de agosto de 1883.
11
SAN AGUSTÍN, De Civitate Dei, libro XIV, cap. 28. Sobre la concepción agustiniana de las “dos
ciudades”, cfr. Mons. ANTONIO ROMEO, L’antitesi delle due Città spirituali de sant’Agostino, in Sanctus
Augustinus Vitae Spiritualis Magister, Analecta Augustiniana, Roma, 1959, vol. I, pp. 113-146; MICHELE
F. SCIACCA, Interpretazione del concetto de storia in S. Agostino, Ed. Agostiniane, Tolentino, 1960.
12
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Um remédio que agravará o mal, in “O Legionário”, Nº 491, 8 de
febrero de 1942.
13
SAN IGNACIO DE LOYOLA, Ejercicios espirituales, Nºs. 136-138.
14
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 3º Acto?, in “O Legionário”, Nº 419, 22 de setiembre de 1940.
15
S. LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, Traité de la vraie dévotion à la Sainte Vierge (1712), in
Oeuvres complètes, Seuil, París, 1966, pp. 481-671. Esta obra, compuesta en 1712, permaneció ma-
nuscrita y, como previera su mismo autor, sepultada “en el silencio de un cofre” por más de un siglo.
268
Rumbo al Reino de María
Encontrada casualmente en 1842, tuvo una fulgurante difusión, con más de 300 ediciones en una
treintena de lenguas.
16
S. LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen,
Centro de Espiritualidad Montfortiana, Lima, Perú, 1997, p. 43.
17
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Volta à torre de Babel?, in “Folha de S. Paulo”, 12 de agosto de 1980.
18
PÍO XII, Radiomensaje Bendito seja o Senhor, del 13 de mayo de 1946, in DR, vol. VIII, p. 89.
19
SAN AGUSTÍN, De Civitate Dei, libro XXII, cap. I, Nº 2.
20
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 171.
269
El Cruzado del Siglo XX
21
Entre las numerosas biografías de San Luis María Grignion de Montfort, las más antiguas continúan
siendo las mejores. Cfr. en particular la de P.-J. PICOT DE CLORIVIÈRE, La vie de M. Louis-Marie Grignion
de Montfort, París-St. Malo-Rennes, 1785. Las obras principales del Santo son: El Amor de la Sabidu-
ría Eterna (1703-1704), las Cartas (1694-1716), los Cánticos (1700-1716), el Tratado de la Verda-
dera Devoción a la Santísima Virgen María y El Secreto de María (1712), El Secreto Admirable del
Santísimo Rosario (1712), la Súplica Ardiente para obtener Misioneros (1713), la Carta Circular a
los Amigos de la Cruz (1714), las Reglas de las Hijas de la Sabiduría. Consideran a Montfort como su
fundador o inspirador las Hijas de la Sabiduría, los Misioneros de la Compañía de María, los Herma-
nos de la Instrucción Cristiana de San Gabriel. El 8 de junio de 1981 los Superiores generales de estas
familias religiosas dirigieron un llamado a Juan Pablo II a fin de que San Luis Grignion sea declarado
Doctor de la Iglesia, “en consideración por su gran santidad, por la eminencia de su doctrina y por la
notable influencia que sigue ejerciendo en la Iglesia universal” (Carta personal al Santo Padre).
22
MARCO TANGHERONI, Introduzione a S. Luigi Maria Grignion di Montfort, Il segretto ammirabile del
Santo Rosario, tr. it. Ed. Cantagalli, Siena, 1975, pp. 7-8.
23
P. HAZARD, La crise de la conscience européene, cit.
24
PÍO XII, Homilía para la canonización de San Luis María Grignion de Montfort, 21 de julio de 1947,
in DR, vol. IX, pp. 177-183.
25
Ibid., p. 178.
26
Ibid., p. 182.
270
Rumbo al Reino de María
271
El Cruzado del Siglo XX
31
Ibid., p. 393.
32
R. GARRIGOU-LAGRANGE O.P., Vita Spirituale, Città Nova, Roma, 1965, p. 254.
33
JOSEPH DE FINANCE, S.J., Consécration, in DSp, vol. II, 2 (1953), col. 1583 (cols. 1576-1583); cfr. también
JEAN WEEGER - ANDRÉ DERVILLE, Esclave (spiritualité de l’), in DSp, vol. IV, 1 (1960), cols. 1067-1080; H.
M. GEBHARD, La dévotion du Saint Esclavage du point de vue dogmatique, J. Poncet, Lyon, 1967.
34
Juan Pablo II, N’ayez pas peur!, conversación con ANDRÉ FROSSARD, Ed. Robert Laffont, París,
1982, pp. 184-185. El P. ERNESTO MURA, in Il corpo mistico di Cristo (Ed. Paulinas, Alba, 1949, vol.
II, pp. 131-133, 167-173) recuerda la influencia del Tratado sobre San Pío X y sobre su Encíclica Ad
diem illum, del 2 de febrero de 1904.
35
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Grignion de Montfort, in “O Legionário”, Nº 376, 26 de noviembre de
1939.
272
Rumbo al Reino de María
273
El Cruzado del Siglo XX
San Luis María —agrega— es actual, como actualísimo sería hoy el pro-
feta Elías, en el sentido de ser el hombre más adaptado y adecuado para
nuestros tiempos.
“Adaptado, en el sentido de ser «apto» para hacerle bien. Adecuado,
también, en el sentido de disponer de los medios adecuados para corregir-
lo. Y, por lo tanto, modernísimo. Pues ser moderno, en efecto, no es necesa-
riamente parecerse con los tiempos, y muchas veces hasta es precisamente
lo contrario. Pero, para un apóstol, ser moderno significa estar en condi-
ciones de hacer el bien en el siglo en que se vive...” 40.
de 1955 y el artículo de CUNHA ALVARENGA (JOSÉ DE AZEREDO SANTOS), Servo de Maria, Amigo da
Cruz e apóstolo da Contra-Revolução, in “Catolicismo”, Nº 64, abril de 1956.
40
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Doutor, Profeta e Apóstolo na crise contemporânea, cit.
41
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prólogo a la edición argentina de Revolución y Contra-Revolución, cit.,
p. 22-23.
42
Ibid., p. 24. La Mediación Universal de María, aún no definida oficialmente como dogma, fue reitera-
da en las Encíclicas Octobri Mense, de León XIII (1891), Ad diem illum de San Pío X (1904), y Mystici
Corporis de Pío XII (1943). Cfr. C. COLLANTES S.J., La Fede nella Chiesa cattolica, cit., pp. 327-332.
274
Rumbo al Reino de María
43
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prólogo a la edición argentina de Revolución y Contra-Revolución, cit.,
p. 26-27.
44
Ibid., p. 28.
45
P. G. M. ROSCHINI O.S.M., Maria Santissima nella storia della salvezza, Tipografia Editrice Pisani,
Isola del Liri, 1969, vol. II, p. 486. Según otro conocido mariólogo, “el imperio de María se extiende,
aún cuando sea en el orden subordinado, tanto cuanto se extiende el reino del propio Cristo, de quien
San Pablo dice que delante de él deben doblar la rodilla por reverencia todas las criaturas: las que se
encuentran en el Cielo, las que se encuentran en los abismos, y las que se encuentran sobre la tierra
(Filip. 2, 10). Así es con respecto a María: por ser Reina del mundo, ella es Reina del Cielo, de la
tierra, del purgatorio, y además de eso hace sentir su poder real sobre los condenados en el infierno”
(DON EMILIO CAMPANA, Maria nel dogma cattolico, Marietti, Turín, 1936, p. 937). Sobre la Realeza de
María cfr. THÉODORE KOHLER, Royauté de Marie, in DSp, vol. XIII (1988), cols. 1098-1103; P. G. M.
ROSCHINI O.S.M., Maria Santissima, cit., vol. II, pp. 345-516; TOMASSO M. BARTOLOMEI O.S.M.,
Giustificazione dei titoli o fundamenti dommatici della Regalità di Maria, in “Ephemerides
Mariologicae”, vol. XV (1965), pp. 49-82.
46
PÍO XII, Encíclica Ad coeli Reginam del 11 de octubre de 1954, in AAS, vol. 46, 1954, pp. 625-640.
47
PÍO XII, Radiomensaje Bendito seja o Senhor, cit., pp. 87-88.
48
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prólogo a la edición argentina de Revolución y Contra-Revolución,
cit., p. 29.
275
El Cruzado del Siglo XX
49
Ibid.
50
Ibid.
51
S. LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, Tratado de la Veradera Devoción..., cit., Nº 1.
52
“La unión entre la Inmaculada y el Espíritu Santo es tan inefable y perfecta —escribe san Maximilano
María Kolbe— que el Espíritu Santo actúa únicamente a través de la Inmaculada. En consecuencia,
Ella es la Medianera de todas las gracias del Espíritu Santo” (carta a Fray Salesio Micolajczyk, del 28
de julio de 1935). El Santo polaco llega a declarar que la Inmaculada es de cierta forma la encarnación
del Espíritu Santo (cfr. H. M. MANTEAU-BONAMY O.P., Lo Spirito Santo e l’Immacolata, tr. it., LEMI,
Roma, 1977, p. 61).
276
Rumbo al Reino de María
vuestro reino, Espíritu del Padre y del Hijo, continúa actualmente y se ter-
minará por un diluvio de fuego, de amor y de justicia” 53.
San Luis María es un profeta que anuncia el advenimiento del Reino de
María, pidiendo al Señor un diluvio de fuego del puro amor que purificará la
humanidad y será encendido “de modo tan dulce y vehemente que todas las
naciones, los turcos, los idólatras, los mismos judíos se abrasarán en él y se
convertirán” 54.
¿Cuándo vendrá este tiempo feliz “en que la divina María sea reconocida
Señora y Soberana en los corazones, para someterlos plenamente al imperio
de su grande y único Jesús? (...) Este tiempo —escribe Montfort— no llega-
rá más que cuando se conozca y practique la devoción que yo enseño: «Ut
adveniat regnum tuum, adveniat regnum Mariae»: Venga a nosotros el rei-
nado de María para que venga, Señor, tu reinado” 55.
San Luis María afirma que el Reino de María será una época de floreci-
miento de la Iglesia nunca antes conocido en la historia. Llega a afirmar que,
para instaurar esta época, “el Altísimo con su Santísima Madre han de for-
mar grandes santos que superarán en santidad a la mayoría de los otros san-
tos, cuanto los cedros del Líbano exceden a los arbustos” 56.
El modo en que se realizará esta unión especial de María con las almas de
sus apóstoles será la práctica de la “verdadera devoción”, cuyo secreto San
Luis María revela y profundiza en el Tratado. La realeza de Nuestra Señora,
explica, se deberá realizar en primer lugar en el interior de las almas; de allí se
reflejará en la vida religiosa y civil de los pueblos considerados como un todo.
“El Reino de María —concluye Plinio Corrêa de Oliveira— será, pues,
una época en que la unión de las almas con Nuestra Señora alcanzará una
intensidad sin precedentes en la Historia (excepción hecha, claro está, de
casos individuales). ¿Cuál es la forma de esta unión en cierto sentido
53
S. LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, Súplica Ardiente para obtener Misioneros, Nº 16.
54
Ibid., Nº 17.
55
S. LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, Tratado de la Verdadera Devoción, cit., Nº 217.
56
Ibid., Nº 47. Sobre los “Apóstoles de los últimos tiempos”, cfr. A. LHOUNEAU, La Vierge Marie et les
apôtres des derniers temps d’après le B. Louis-Marie de Montfort, Mame, Tours, 1919; H. FREHEN,
Le second avènement de Jésus-Christ et la «méthode» de saint Louis-Marie de Montfort, in
“Documentation Montfortaine”, vol. 7 (1962), Nº 3; STEFANO DE FIORES S.M.M., La «missione» nell
itinerario spirituale e apostolico de S. Luigi Maria di Montfort, in AA. VV., La missione monfortiana
ieri ed oggi, Actas del 2do. Congreso intermonfortiano (1984), Centro Intermonfortiano di
Documentazione, Roma, 1985.
277
El Cruzado del Siglo XX
57
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prólogo a la edición argentina de Revolución y Contra-Revolución, cit.,
p. 33.
58
Sobre la relación entre la consagración a la Ssma. Virgen de San Luis María Grignion de Montfort
y la de San Maximiliano Kolbe, cfr. P. ANTONIO DI MONDA O.F.M. Conv., La consacrazione a Maria,
Milizia dell’Immacolata, Nápoles, 1968.
59
STEFANO DE FIORES S.M.M., Maria nella teologia contemporanea, Centro “Madre della Chiesa”,
Roma, 1987, p. 314-315. Cfr. también A. RIVERA, Boletín Bibliográfico de la consagración a la
Virgen, in “Ephemerides Mariologicae”, vol. 34, 1984, pp. 125-133.
60
“Una consagración propiamente dicha —objeta, por ejemplo, el teólogo progresista Juan Alfaro—
no se hace sino a una Persona divina, porque la consagración es un acto de latría, cuyo término final
sólo puede ser Dios” (J. ALFARO, Il cristocentrismo della consacrazione a Maria nella congregazione
mariana, Stella Matutina, Roma, 1962, p. 21),
278
Rumbo al Reino de María
61
S. LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, Tratado de la Verdadera Devoción, cit., Nº 61.
62
Ibid., Nº 62.
63
R. GARRIGOU-LAGRANGE, Vita Spirituale, cit., p. 254.
64
La doctrina de la Iglesia sobre la esclavitud está expresada en la frase de San Pablo: “Ya no existe
diferencia entre el judío y el griego, el esclavo y el hombre libre, el hombre y la mujer: sois uno en
Jescucristo” (Gál. 3, 28). “La casa de cada hombre es una ciudad —agrega San Juan Crisóstomo— y,
en ella, hay una jerarquía: el marido tiene poder sobre la mujer, la mujer sobre los esclavos, los
esclavos sobre sus esposas, los hombres y las mujeres sobre sus propios hijos” (in Epistula ad Ephesios,
cit. in PAUL ALLARD, Les esclaves chrétiens depuis les premiers temps de l’Église jusqu’à la fin de la
domination romaine en Occident, Didier et C., París, 1876, p. 279.
65
Sobre la esclavitud y la moral cristiana: Card. PIETRO PALAZZINI, vocablo “Schiavitù”, in EC, vol.
XI, 1953, col. 58; VIKTOR CATHREIN S.J., Moralphilosophie, Herder, Friburgo, 1899 (2 vol), vol. II,
pp. 435-448.
66
EDWARD H. SCHILLEBEECKX, Maria Madre della Redenzione, tr. it., Ed. Paulinas, Catania, 1965, p.
142.
67
A. PIETRO FRUTAZ, Servus Servorum Dei, in EC, vol. XI (1953), cols. 420-422. San Gregorio Magno
fue el primer Papa en hacer uso de este título (cfr. PAOLO DIACONO, Vita S. Gregorii, in PL, vol. 75, p.
87).
68
S. LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, Tratado de la Verdadera Devoción, cit., Nº 135; también
Imitación de Cristo, libro III, cap. X.
279
El Cruzado del Siglo XX
escribía San Agustín 69, mientras San Juan Crisóstomo afirmaba: “Si Aquel
que estaba en la forma de Dios se ha aniquilado a sí mismo, tomando la
forma de esclavo para salvar los esclavos, ¿qué hay de sorprendente si yo,
que soy solamente un esclavo, me hago esclavo de mis compañeros de es-
clavitud?” 70.
Plinio Corrêa de Oliveira, en una serie de artículos para el gran público
aparecidos en la “Folha de S. Paulo”, trató del problema con su habitual
claridad, reconduciendo los términos de “esclavitud” y de “libertad” a su
auténtico significado 71:
“Del hombre cumplidor de sus obligaciones se decía antiguamente que
era «esclavo del deber». De hecho, era un hombre situado en el ápice de su
libertad, que entendía por un acto todo personal los caminos que debía
recorrer, decidía con fuerza viril recorrerlos, y vencía el asalto de las pa-
siones desordenadas que intentaban cegarlo, debilitarle la voluntad y ce-
rrarle así el camino libremente escogido. El hombre que, obtenida esta su-
prema victoria, proseguía con paso firme en la dirección debida, era libre.
“«Esclavo» era, al contrario, quien se dejaba arrastrar por las pasiones
desarregladas, en una dirección que su razón no aprobaba, ni su voluntad
prefería. Estos auténticos vencidos eran llamados «esclavos del vicio». Se
habían «liberado» por esclavitud al vicio del sano imperio de la razón. (...)
“Hoy, todo se invirtió. Como tipo de hombre «libre» se considera al hippy
de flor en mano, que deambula a tontas y locas, o al hippy que, de bomba en
mano, siembra el terror a su antojo. Al contrario, se considera como mania-
tado, como un hombre no libre, a quien vive en la obediencia a las leyes de
Dios y de los hombres.
“En la perspectiva actual, es «libre» el hombre que la ley autoriza a
comprar las drogas que quiere, a usarlas como le parece, y en fin... a vol-
69
P. ALLARD, Les esclaves chrétiens..., cit., p. 242.
70
S. JUAN CRISÓSTOMO, De mutatione nominum, Homilía II, I, 1 cit. in P. ALLARD pp. 242-243. Según
el P. Garrigou-Lagrange, “si hay en el mundo esclavos del respeto humano, de la ambición, del dinero
y de otras pasiones aún más vergonzosas, felizmente existen también esclavos de la palabra dada, de
la conciencia y del deber. La santa esclavitud pertenece a esta última clase. Tenemos aquí una metá-
fora viva que se contrapone a la esclavitud del pecado” (R. GARRIGOU-LAGRANGE O.P., La Mère du
Sauveur et notre vie intérieure, Editions du Cerf, París, 1975, apéndice IV).
71
La enseñanza de Plinio Corrêa de Oliveira refleja la de León XIII en la Encíclica Libertas del 20 de
junio de 1888 (in IP, vol. VI, La pace interna delle nazioni, cit., pp. 143-176) y anticipa las de Juan
Pablo II en la Encíclica Veritatis Splendor del 6 de agosto de 1993.
280
Rumbo al Reino de María
72
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Obedecer para ser livre, in “Foha de S. Paulo”, 20 de setiembre de 1980.
281
El Cruzado del Siglo XX
73
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, ibid. “Llamando a todos los hombres a las cumbres de la «esclavitud de
amor», San Luis María Grignion de Montfort lo hace en términos tan prudentes, que dejan libre campo
para importantes matices. Su «esclavitud de amor», tan llena de significado especial para las personas
ligadas por voto al estado religioso, puede igualmente ser practicada por Sacerdotes seculares y por
laicos. Pues, al contrario de los votos religiosos, que obligan durante cierto tiempo o durante la vida
entera, el «esclavo de amor» puede dejar a cualquier momento esa elevadísima condición, sin ipso
facto cometer pecado. Y, en cuanto el religioso que desobedece su regla incurre en pecado, el laico
«esclavo de amor» no comete pecado ninguno por el simple hecho de contravenir de algún modo la
generosidad total del don que hizo. Esto puesto, el laico se mantiene en esta condición de esclavo por un
acto libre implícita o explícitamente repetido cada día. O mejor, a cada instante” (ibid.).
74
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prólogo a la edición argentina de Revolución y Contra-Revolución., cit.,
p. 33-34.
282
Rumbo al Reino de María
¿En qué sentido y de qué modo la consagración a María tiene como fruto
la Civilización Cristiana? Consagrar es, por definición, subordinar el hom-
bre y la sociedad a Dios 75. La expresión “Reino de María” expresa aquel
ideal de sacralización del orden temporal a través de la mediación de María,
que no es sino la Civilización Cristiana, siempre apuntada como meta por
los Pontífices. La Civilización Cristiana, que se somete enteramente a Dios
y reconoce la suprema realeza de Jesucristo y de María, es, en este sentido,
“sacral” y jerárquicamente ordenada.
El Reino de María será una civilización sacral porque estará fundamental-
mente ordenada a Dios; la ley que regulará las relaciones con Dios y entre
los hombres será la de la dependencia, que encontrará su más alta expresión
en la “esclavitud de amor” a la Santísima Virgen.
La mediación humana de la esclavitud mariana presenta analogías con las
relaciones feudales de la Edad Media: en efecto, éstas expresaban un concep-
to cristiano de dependencia que no excluía, sino que más bien valorizaba la
libertad y la responsabilidad de los súbditos. La sociedad feudal era una socie-
dad de hombres libres, fundada sobre una relación bilateral de fidelidad recí-
proca 76. Por cierto la esclavitud es inmoral, si se la considera como total suje-
ción de un hombre a otro, en el sentido de negarle los derechos naturales
inalienables; empero, depender de otro hombre no es inmoral si estos dere-
chos son reconocidos, y si esa dependencia fuera escogida libremente, como
sucede en las órdenes religiosas y como ocurrió en la Cristiandad medieval 77.
“Lo que la Edad Media sentía y expresaba era que cada hombre tenía un
superior. Este superior era su señor, su soberano, que a su vez tenía un se-
ñor, un soberano. Así, la sociedad ofrecía a la vista aquello que Augustin
Thierry ha definido magníficamente como «una gran cadena de deberes»” 78.
75
SAN AGUSTÍN, De Civitate Dei, lib. 10, c. 6; cfr. vocablo “Consacrare”, de S. DE FIORES S.M.M., in
Nuovo Dizionario di Mariologia, S. DE FIORES - SALVATORE MEO (eds.), Paoline, Milán, 1985, pp.
394-417, y J. DE FINANCE, Consécration, cit.
76
Cfr. FRANÇOIS-LOUIS GANSHOF, Qu’est-ce que la féodalité?, Tallandier, París, 1982; ROBERT
BOUTRUCHE, Seigneurie et féodalité, Aubier, París, 1968 (1959); JOSEPH CALMETTE, La société féodale,
Colin, París, 1947, 6ª ed.; MARC BLOCH, La société féodale, Albin, París, 1989.
77
Cfr. P. ALLARD, Les origines du servage en France, J. Gabalda, París, 1913, 2ª ed.; CHARLES VERLINDEN,
L’esclavage dans l’Europe médiévale, De Tempel, Brujas, 1955 - Gante 1977, 2 vols.; FRANCESCO
MICHELINI, Schiavitù, religioni antiche e cristianesimo primitivo, Lacaita, Manduria, 1963.
78
BERTRAND DE JOUVENEL, De la souveraineté, Genin, París, 1955, p. 218.
283
El Cruzado del Siglo XX
79
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 91.
284
Rumbo al Reino de María
80
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A sociedade cristã e orgânica e a sociedade mecânica e pagã, in
“Catolicismo”, Nº 11, noviembre de 1951. Sobre este punto cfr. también ID., A réplica da autenticidade,
cit., pp. 233-237.
81
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A grande experiência de 10 anos de luta, cit.
82
PÉRICLES CAPANEMA, Fátima e Paray-le-Monial: uma visão de conjunto, in “Catolicismo”, Nº 522,
junio de 1994. Fue San Juan Eudes, en 1643, el primero en establecer, entre sus religiosos, la fiesta
litúrgica del Corazón de María, que tres siglos después (en 1944) Pío XII extendió a toda la Iglesia. El
mismo Pío XII, adhiriendo a las súplicas del Episcopado portugués, el 31 de octubre de 1942 consa-
gró solemnemente la Iglesia y todo el género humano al Corazón Inmaculado de María.
285
El Cruzado del Siglo XX
286
Rumbo al Reino de María
86
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nolite timere pusillus grex, in “Catolicismo”, Nº 13, enero de 1952.
87
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Hodie in terra canunt angeli, laetantur archangeli, hodie exultant justi,
in “Catolicismo”, Nº 84, diciembre de 1957.
88
Memórias e cartas da Irmã Lúcia, con Introducción y notas del P. ANTONIO MARÍA MARTINS S.J.,
Guimarães, Porto, 1976, pp. 218-219.
287
El Cruzado del Siglo XX
tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin mi Inma-
culado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se con-
vertirá, y será concedido al mundo un período de paz” 89.
La referencia a Fátima caracterizó casi todas las intervenciones públicas
de Plinio Corrêa de Oliveira. En su introducción al libro del Dr. Antonio
Augusto Borelli Machado, presentó a Fátima “como el acontecimiento más
importante del siglo XX”.
“El Imperio Romano de Occidente concluyó con un cataclismo ilumina-
do y analizado por el genio de un gran Doctor, que fue San Agustín. El
ocaso de la Edad Media fue previsto por otro gran profeta, San Vicente
Ferrer. La Revolución Francesa, que marca el fin de la Edad Moderna, fue
prevista por otro gran profeta y al mismo tiempo gran Doctor, San Luis
María Grignion de Montfort. La Edad Contemporánea, que parece a punto
de clausurarse con una nueva crisis, tiene un privilegio mayor: fue Nuestra
Señora quien vino a hablar a los hombres.
“San Agustín no pudo sino explicar a la posteridad las causas de la trage-
dia que presenciaba. San Vicente Ferrer y San Luis María Grignion de Montfort
procuraron en vano desviar la tempestad: los hombres no quisieron escu-
charlos. Nuestra Señora al mismo tiempo explica los motivos de la crisis e
indica su remedio, profetizando la catástrofe en caso de que los hombres no
la oigan.
“Bajo todos los puntos de vista, por la naturaleza del contenido como por
la dignidad de quien las hizo, las revelaciones de Fátima superan todo cuanto
la Providencia ha dicho a los hombres en la inminencia de las grandes
borrascas de la historia.
“Por todo esto, se puede afirmar categóricamente y sin el menor temor
de ser contradichos, que las apariciones de Nuestra Señora y del Ángel de
la Paz en Fátima constituyen el acontecimiento más importante y más
entusiasmante del siglo XX” 90.
89
Ibid.
90
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, prefacio a ANTONIO A. BORELLI MACHADO, As aparições e a mensagem
de Fátima, conforme os manuscritos da irmã Lúcia, Companhia Editora do Minho, Barcelos, 1994.
La primera versión de este estudio fue publicada en “Catolicismo”, Nº 197 (mayo de 1967), en oca-
sión del cincuentenario de las apariciones. El trabajo fue enteramente revisto y ampliado con base en
los manuscritos de la Hermana Lucía, publicados en 1973, y reeditado en “Catolicismo”, Nº 295, julio
de 1975. La obra tuvo desde entonces una difusión de cientos de miles de ejemplares en las principa-
les lenguas (N. del E.: más de 4,5 millones hasta 2008).
288
Rumbo al Reino de María
91
Ni Juan Pablo II consideró oportuno dar a conocer la última parte del Mensaje de Fátima, que de
esa manera figura, en la época de la “sociedad transparente”, como el secreto más celosamente
guardado de nuestros tiempos. “Un secreto es un secreto. Y, en sana lógica, nadie puede sacar
deducciones de su contenido, ya que no lo conoce. Entre tanto, no es fuera de propósito hacer aquí
una conjetura. La parte aún no divulgada del secreto probablemente contiene pormenores
asustadores sobre el modo por el cual se cumplirán los castigos anunciados en Fátima. Pues sólo
así se explica por qué puede parecer duro publicarlo. Si él contuviera perspectivas distensivas,
todo lleva a creer que ya estaría publicado” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, prefacio a A. A. BORELLI
MACHADO, As Aparições e a mensagem..., cit., p. 16. (N. del E. – El llamado “Tercer secreto” de
Fátima fue finalmente revelado por la Santa Sede en junio del año 2000. Tal como el “Primer
secreto” [la visión del infierno], consiste en una representación visual, con varios cuadros o esce-
nas, la última de las cuales es un panorama de devastación que incluye la muerte de un Papa asesi-
nado. Lo cual corrobora la conjetura aquí reproducida del Dr. Plinio, como las de otros calificados
estudiosos del tema).
(*) N. del E. – La Hermana Lucía falleció el 13 de febrero de 2005, a casi 98 años de edad.
289
El Cruzado del Siglo XX
en São Paulo 92. En el mes de agosto del mismo año se inició la divulga-
ción de la versión actualizada de la obra del Ing. Antonio Augusto Borelli
Machado, Las apariciones y el mensaje de Fátima según los manuscri-
tos de la Hermana Lucía 93.
El persistente silencio mantenido por las autoridades eclesiásticas sobre el
“tercer secreto” lo ha cercado de un halo de misterio de contornos apocalípticos.
La opinión pública en general considera que el tercer secreto se refiere a una
guerra nuclear, acompañada de catástrofes naturales. La mayor parte de los
estudiosos del mensaje de Fátima, sin embargo, no es de esta opinión.
“Fatimólogos” como el claretiano español Joaquín María Alonso 94, el fran-
cés Michel de la Sainte Trinité 95 y el mismo Dr. Antonio Augusto Borelli
Machado 96 consideran que la parte esencial del tercer secreto, más que una
catástrofe material, se refiere a un castigo espiritual, constituído por la crisis
interna de la Iglesia. “Antes que esta crisis se hiciera notoria —escribe
Borelli— se comprende que un espíritu piadoso se sintiera horrorizado fren-
te a tal hipótesis. Pero, a partir del momento en que la crisis se volvió públi-
ca, no hay razón para retroceder frente a este pronóstico” 97.
Entre los que sostienen esta hipótesis está el Cardenal Silvio Oddi, ex
Prefecto de la Sagrada Congregación para el Clero.
“No me asombraría —afirma— si el tercer secreto aludiese a tiempos oscu-
ros para la Iglesia: graves extravíos, apostasías inquietantes que se verifica-
rían dentro del catolicismo. Si consideramos la grave crisis vivida desde el
Concilio, las señales de la confirmación de esta profecía no parecen faltar” 98.
El motivo de la decisión de no publicar el tercer secreto, según palabras
que el mismo Cardenal atribuye a la Hermana Lucía, es que “podría ser mal
92
Cfr. el texto in Um homem, uma obra, uma gesta, cit., pp. 201-202.
93
La obra tuvo cartas de aprobación de cerca de cuarenta Obispos, entre los cuales Mons. Philip M.
Hannan, Arzobispo de Nueva Orleans, el Cardenal Bernardino Echeverría Ruiz O.F.M., Arzobispo
de Guayaquil, el Cardenal Silvio Oddi, Mons. Germán Villa Gaviria, Arzobispo de Barranquilla.
94
Entre las varias obras del P. Alonso, fallecido en 1981, cfr. JOAQUÍN M. ALONSO C.M.F., La verdad
sobre el Secreto de Fátima, Centro Mariano, Madrid, 1976.
95
Hno. MICHEL DE LA SAINTE-TRINITÉ, Toute la vérité sur Fátima, Ed. Renaissance Catholique - Contre-
Réforme Catholique, Saint Parres-les-Vaudes, 1984-1985, 3 vv., resumidos por el Hno. FRANÇOIS DE
MARIE DES ANGES, Fátima. Joie intime, évènement mondial, ed. la Contre-Réforme Catholique, Saint
Parres-les-Vaudes, 1991. Cfr. sobre todo el volumen III, Le Troisième Secret (1985).
96
A. A. BORELLI MACHADO, As Aparições e a Mensagem..., cit., pp. 71-77.
97
Ibid., p. 76.
98
Card. SILVIO ODDI, entrevista a “Il Sabato” del 17 de marzo de 1990, p. 9.
290
Rumbo al Reino de María
99
Card. S. ODDI., entrevista a “30 Giorni”, Nº 11, noviembre de 1990, p. 69.
100
“30 Giorni”, Nº 4, abril de 1991, p. 57; cfr. también Fátima, una profezia ancora incompiuta, in
“Lepanto”, Nºs. 108-109-110, marzo-abril-mayo de 1991.
101
Cfr. por ejemplo JEAN SÉGUY, Millénarisme, in Catholicisme, vol. IX (1982), cols. 158-165; ID., Sur
l’apocalyptique catholique, in Archives de Sciences Sociales des Religions, Nº 41 (1978), pp. 165-172.
291
El Cruzado del Siglo XX
(*) N. del E. – Expresión francesa que significa gresca, refriega, trifulca, etc., aplicada en el caso
referido para significar un desorden universal.
102
Sobre el milenarismo cfr. los vocablos de H. LESÊTRE, in DB, vol. IV (1908), cols. 1090-1097;
GUSTAVE BARDY, in DTC, vol. X (1929), cols. 1700-1763; ANTONIO PIOLANTI, in EC, vol. VIII (1952),
cols. 1008-1011; MAURILIO ADRIANI, in ER, vol. IV (1972), cols. 383-387. Cfr. también TED DANIELS,
Millenarism: an International Bibliography, Garland, Nueva York-Londres, 1992; Il Millenarismo.
Testi dei secoli I-II, CARLO NARDI comp., Ed. Nardini, Fiesole, 1995.
103
“Vi descender del cielo a un ángel que tenía la llave del abismo y una gran cadena en su mano. Y
prendió al dragón, la antigua serpiente, que es el demonio, y Satanás, y le encadenó por mil años; y le
metió en el abismo, y le encerró, y puso sello sobre él, para que no seduzca más a las naciones hasta
que se cumplan los mil años, después de los cuales debe ser soltado por un poco de tiempo. (...)”
(Apoc. 20, 1-5).
104
S. IRENEO, Adversus Haereses, V, 32-35, in PG, vol. VII, cols. 1210-1221.
105
S. JUSTINO, Dialoghi con Trifone, 80-81, in PG, vol. VI, cols. 664-669.
106
TERTULIANO, Adversus haereses, 5, 32, 1.
107
LACTANCIO, De Divinis Institutionibus, VII, 24, in PL, vol. VI, col. 808.
108
SAN AGUSTÍN, De Civitate Dei, Libro XX, cap. 7, in PL, vol. XLI, cols. 667-668.
109
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica, III, q. 77, art. 1, ad 4.
110
E. B. ALLO, O.P., Saint Jean, L’Apocalypse, J. Gabalda et C., París, 1933, 3a. ed., p. 323.
292
Rumbo al Reino de María
111
AAS, vol. 36 (1944), p. 212; DENZ.-H, Nº 3839. “El decreto afirma, pues, que el milenarismo (o
quiliasmo), aun cuando mitigado o espiritual, según el cual Cristo retornaría visiblemente a la tierra
para reinar en ella, antes del juicio universal, precedido o no de la resurrección de cierto número de
justos, es una doctrina que no puede ser enseñada sin imprudencia en lo que respecta a la fe” (G.
GILLEMAN S.J., Condamnation du millénarisme mitigé, in “Nouvelle Revue Théologique”, t. 67, mayo-
junio de 1945, p. 240).
112
MONS. A. ROMEO, Apocalisse, in EC, vol. I (1948), cols. 1600-1614.
113
SAN AGUSTÍN, De Civitate Dei, libro XX, cap. 11.
114
Mt. 24, 21-22.
115
JOSEF PIEPER, Sulla fine del tempo, tr. it. Morcelliana, Brescia, 1959, p. 113. Al término de la Historia
se presenta, según el P. Pieper, la imagen de un “seudo orden mantenido con el uso de la fuerza” (ibid.,
p. 121). El estado mundial del Anticristo será un estado totalitario en sentido extremo (ibid., p. 123).
293
El Cruzado del Siglo XX
116
A. ROMEO, Anticristo, in EC, vol. 1 (1948), col. 1433 (cols. 1433-1441). Cfr. también A. ARRIGHINI,
L’anticristo, la venuta e il regno del vicario de Satana, Fratelli Melita, Milán, 1988. Para una reciente
meditación sobre el tema, cfr. Card. GIACOMO BIFFI, Attenti all’Anticristo! L’ammonimiento profetico
di V. S. Solovëv, Ed. Piemme, Casale Monferrato, 1991.
117
J. CHAINE, Parousie, in DTC, vol. XI (1932), cols. 2043-2054; A. ROMEO, Parusia, in EC, vol. IX
(1952), cols. 875-882.
118
Mt. 24,30.
119
SAN BERNARDO DE CLARAVAL, In Adventu Domine sermones VII, in PL, vol. 183, cols. 35-36.
120
Card. LOUIS BILLOT S.J., La Parousie, Beauchesne, París, 1920, p. 10.
121
Sobre JOAQUÍN DE FLORA (1130-1202) y el joaquinismo la bibliografía es abundante. Cfr. los nume-
rosos estudios dedicados por Mons. GIOVANNI DI NÁPOLI al abad calabrés: La teologia trinitaria di
Gioacchino da Fiore, in “Divinitas” Nº 3, octubre de 1976; ID., L’ecclesiologia di Gioacchino da
Fiore, in “Doctor Communis”, Nº 3, setiembre-diciembre de 1979; ID., Teologia e storia in Gioacchino,
in Storia e messagio in Gioacchino da Fiore, Actas del Congreso Internacional de Estudios Joaquinitas
(19-23 de setiembre de 1979), Centro di Studi Gioachimiti, S. Giovanni in Fiore, 1980, pp. 71-150.
Cfr. también MARJORIE REEVES - BEATRICE HIRSCH-REICH, The figure of Joachim of Fiore, Clarendon
Press, Oxford, 1972; DELMO C. WEST - SANDRA ZIMDARS-SWARTZ, Joachim of Fiore: a Study in
Perception and History, Indiana University Press, Bloomington, 1983; BERNARD MCGINN, L’abate
calabrese Gioacchino da Fiore nella storia del pensiero occidentale, tr. it. Marietti, Génova, 1990.
294
Rumbo al Reino de María
iniciada con Adán, una era del Hijo que tiene en Cristo su cumplimiento, y
una tercera era, del Espíritu Santo, anunciada por San Benito. Lo que en él o
en su “posteridad” 122 es heterodoxo, no es la división trinitaria de la Histo-
ria, ni la espera de una “edad nueva”, sino la negación, si realmente la hubo,
de la unidad divina de las Tres Personas, de la perennidad del Evangelio de
Cristo y de la misión salvadora de la Iglesia en la “tercera era”. Según algu-
nos estudiosos, de Joaquín de Flora provendría un proceso de inmanentización
de la escatología cristiana dirigido a animar la utopía moderna de una auto-
redención del hombre 123.
Lo cierto es que en el siglo XIV surge una “apocalíptica” que representa
la antítesis de la teología de la Historia cristiana. El milenarismo moderno
se desarrolla con el ala izquierda de la Revolución protestante, a partir de
Thomas Müntzer y de los anabaptistas, y propone una revolución terrena
que pretende instaurar el Reino de Dios en el orden puramente temporal. La
idea humanista de “Renacimiento” 124, al igual que la protestante de
“Reformatio” 125, expresan la expectativa escatológica de una era nueva ca-
racterizada por el fin de la Iglesia Católica y del Papado, frecuentemente
identificado con el Anticristo. Se trata, más que de un milenarismo, de un
“mesianismo” que caracteriza a las sectas del ambiente anglosajón y germá-
nico, aflora en los orígenes de la filosofía moderna, y desemboca en la Re-
122
Es necesario distinguir entre Joaquín de Flora y su “posteridad”, de la cual fueron trazados itinera-
rios filosóficos y literarios que llegan hasta nuestros días. El P. de Lubac, que se aplicó a estudiar las
huellas del joaquinismo en el curso de los siglos, afirma que “la historia de la posteridad espiritual de
Joaquín es también, y en la mayor parte, la historia de traiciones a su pensamiento” (HENRI DE LUBAC
S.J., La posterité spirituelle de Joachim de Flore, Lethielleux, París, 1978 (2 vols.), vol. I, p. 67. Cfr.
también MARJORIE REEVES-WARWICK GOULD, Joachim of Fiore and the Myth of Eternal Evangel in the
Nineteenth Century, Clarendon Press, Oxford, 1987.
123
Así por ejemplo, ERIC VOEGELIN, The new Science of Politics. An Introduction, The University of
Chicago Press, Chicago, 1987 (1952); ID., Les religions politiques, tr. fr., Éditions du Cerf, París, 1994.
124
Cfr. HARRY LEVIN, The Myth of the Golden Age in the Renaissance, Faber & Faber, Londres, 1969;
GUSTAVO COSTA, La leggenda dei secoli d’oro nella letteratura italiana, Laterza, Bari, 1972.
125
Sobre la apocalíptica protestante, sobre todo entre las sectas inglesas del siglo XVII, cfr. BERNARD
S. CAPP, Fifth Monarchy Men: a Study in Seventeenth Century English Millenarism, Bowman and
Littlefield, Totowa, 1972; ERIC RUSSEL CHAMBERLIN, Anti-Christ and the Millennium, Saturday Review
Press, Nueva York, 1975; WILLIAM B. BALL, A Great Expectation: Escathological Thought in English
Protestantism, E. J. Brill, Leiden, 1975; PAUL CHRISTIANSON, Reformers in Babylon: English Apocalyptic
Visions from the Reformation to the Eve of the Civil War, University of Toronto Press, Toronto, 1978;
CATHERINE FIRTH, The Apocalyptic Tradition in Reformation Britain 1530-1645, Oxford University
Press, Nueva York, 1979; ROBIN BRUCE BARNES, Prophecy and Gnosis: Apocalypticism in the Wake of
the Lutheran Reformation, Stanford University Press, Stanford, 1988.
295
El Cruzado del Siglo XX
volución Francesa 126. El mito del progreso típico del siglo pasado, el de la
sociedad sin clases marxista, el nacional socialista del Tercer Reich y el
ecológico de los “verdes” 127 convergen en este filón de mesianismo laico,
idea que presupone la negación del pecado original y de la misión de la
Iglesia, y la “auto-redención” de la humanidad en la Historia y a través de la
Historia 128.
La oposición no podría ser más clara: la escatología cristiana quiere sa-
cralizar la sociedad y la historia, ordenándolas a Dios; el mesianismo laico
quiere una implícita divinización del hombre y de las estructuras sociales
para realizar el “Reino de Dios” sobre la tierra, en su absoluta perfección 129.
Nada tiene de común con el milenarismo la idea de una era histórica en la
cual el catolicismo alcance su plenitud, para hacer realidad el lema y el an-
helo de San Pablo y de los grandes Pontífices de este siglo: “Instaurare
omnia in Christo” 130.
126
CFR. RENZO DE FELICE, Note e ricerche su i «Illuminati» e il misticismo rivoluzionario (1789-1800),
Storia e Letteratura, Roma, 1960; CLARKE GARRETT, Respectable Folly Millenarians ant the French
Revolution in France and England, John Hopkins University Press, Londres, 1975: D. MENOZZI,
Millenarismo e rivoluzione francese, in Critica Storica, vol. 14, 1977, pp. 70-82.
127
Cfr. ROMOLO GOBBI, Figli dell’Apocalisse, Rizzoli, Milán, 1993, pp. 264-281.
128
Sobre la utopía moderna cfr. WALTER NIGG, Das ewige Reich, Artemis, Zurich, 1954; E. GILSON,
Les metamorphoses de la Cité de Dieu, Vrin, París, 1952: T. MOLNAR, L’utopie: éternelle hérésie, cit.;
BRONISLAW BACKZO, Lumières de l’utopie, Payot, París, 1978. Cfr. también ALEXANDER CIORANESCU,
L’avenir du passé. Utopie et littérature, Gallimard, París, 1972.
129
Cfr. P. REGINALD GRÉGOIRE, Rapporti tra apocalittica medievale e messianismi laici odierni, in
Storia e mesaggio in Gioacchino da Fiore, cit., pp. 225-244. El mesianismo laico, observa el P.
Grégoire, “crea un sentimiento de satisfacción, de admiración por el hombre capaz de crear su propia
felicidad en el interior de la misma humanidad. El Absoluto pierde todo significado. Es el apogeo del
naturalismo” (ibid., p. 237). Este naturalismo encontraría su expresión no sólo en el ateísmo político
marxista y nazi, mas también en algunas formas de “teología de la liberación” que buscan la realiza-
ción puramente histórica del Reino de Dios. Sobre el milenarismo post-medieval, cfr. también el
término Chiliasmus IV, de RICHARD BAUCKHAM in TRE, vol. 7 (1981), pp. 737-745.
130
Ef. 1, 10.
296
Rumbo al Reino de María
131
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Cruzada do Século XX, cit.
132
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A utopia e a mensagem, in “Folha de S. Paulo”, 19 de julio de 1980.
133
J. RATZINGER, San Bonaventura. La teologia della storia, cit., p. 25.
134
S. BUENAVENTURA, Collationes in Hexaëmeron, seu Illuminationes Ecclesiae, in S. Bonaventurae
opera omnia, Collegium S. Bonaventurae, Quaracchi 1883-1902, vol. V, pp. 372-454, tr. esp.
Hexameron, BAC, Madrid, 1972. Estas conferencias fueron pronunciadas en París ante un numeroso
auditorio de frailes, entre la Pascua y Pentecostés de 1273. Alois Dempf considera esta obra “la
mayor y última filosofía de la historia de la Edad Media” (A. DEMPF, Sacrum Imperium, cit., p. 311).
El Cardenal Ratzinger admite una fuerte influencia de Joaquín de Flora sobre San Buenaventura (San
297
El Cruzado del Siglo XX
En esta obra San Buenaventura procura hacer algo semejante a lo que San
Agustín había hecho en la Ciudad de Dios: “hacer comprensible el presente
y el futuro de la Iglesia a partir de su pasado” 135.
La gloria de la “séptima edad”, de la que habla el Doctor Seráfico en el
Hexaëmeron, se refiere a un triunfo temporal de la Iglesia situado en el mundo
y en la historia 136. “La teología de la Historia de Buenaventura culmina en la
esperanza de una era, dentro de la Historia, de descanso sabático dado por
Dios. (...) No es aquella paz en la eternidad de Dios que nunca más tendrá
fin y que seguirá a la ruina de este mundo; es una paz que Dios instituirá
sobre esta misma tierra, espectadora de tanta sangre y lágrimas, como si
quisiese aún mostrar, por lo menos en el momento del fin cómo habría podi-
do o debido ser en realidad según sus designios” 137.
Las afirmaciones del Cardenal Ratzinger relativas a la teología de la His-
toria de San Buenaventura pueden igualmente ser bien entendidas a la luz
del pensamiento de Santo Tomás. En efecto, si el hombre, como enseña el
Doctor Angélico, es por su naturaleza un ser social 138, evidentemente es
llamado no sólo a su santificación personal, sino a la santificación de la
sociedad; y si la historia humana no alcanzase este auge de perfección so-
cial, con esto quedaría perjudicada la gloria de Dios que es el fin último de
la creación.
Este fundamento teológico y filosófico está implícito en la perspectiva
escatológica de muchos santos del siglo XX.
“¡Una gran época está por venir!” anuncia el beato Luis Orione: “Tendre-
mos novos coelos et novam terram. La sociedad restaurada en Cristo reapa-
recerá más joven, más brillante, reaparecerá reanimada, renovada y guiada
por la Iglesia. El catolicismo, pleno de divina verdad, de caridad, de juven-
tud, de fuerza sobrenatural, se levantará en el mundo y se pondrá a la cabeza
Bonaventura. La teologia della storia, cit., pp. 207-214), viendo en el primero “el precursor de una
nueva comprensión de la historia, que hoy nos parece ser tan obviamente la comprensión cristiana,
que resulta difícil creer que no haya sido así en algún momento” (ibid., p. 211).
135
J. RATZINGER, San Bonaventura. La teologia della storia, cit., p. 43.
136
Ibid., pp. 23-24. Cfr. también MIGUEL BECCAR VARELA, São Boaventura, Doutor para o Reino de
Maria, in “Catolicismo”, Nº 536, agosto 1995.
137
J. RATZINGER, San Bonaventura. La teologia della storia, cit., pp. 121, 302.
138
SANTO TOMÁS DE AQUINO, De Regimine Principum, I, 1. la tesis de Santo Tomás fue retomada por
León XIII en la Encíclica Libertas y por Pío XI en la Quadragesimo Anno. CFR. JOSEPHUS GOENAGA,
S.J., Philosophia socialis, C.I.S.I.C., Roma, 1964, pp. 39-40.
298
Rumbo al Reino de María
139
SAN LUIS ORIONE, carta del 3 de julio de 1936, in Lettere, 3a. ed. ampliada, Postulazione, vol. II,
Roma, 1969, pp. 369-370. Sobre San Luis Orione (1872-1940), fundador de la Pequeña Obra de la
Divina Providencia, cfr. CARLO STERPI, Lo spirito de Don Orione, Libreria Emiliana Editrice, Venecia,
1941; GIORGIO PAPASOGLI, Vita di Don Orione, con prefacio de S. Emcia. el CARD. GIUSEPPE SIRI,
Gribaudi, Turín, 1974.
140
S. MAXIMILANO KOLBE O.F.M. Conv. (1894-1941), La difesa della Chiesa sotto il vessillo
dell’Immacolata: la fondazione della milizia dell’Immacolata e i suoi primi sviluppi, in “Miles
Inmaculatae”, julio-setiembre de 1939, actualmente in Gli scritti di Massimiliano Kolbe, tr. it. Ed.
Città di Vita, Florencia, 1975-1978, vol. III, p. 555. Sobre el santo polaco cfr. también ANTONIO
RICCIARDI O.F.M. Conv., Padre Massimiliano Kolbe, Postulatione Generale, Roma, 1960; MARÍA
WINOWSKA, Le secret de Maximilien Kolbe, Ed. Saint Paul, París-Friburgo, 1971; La mariologia di S.
Massimiliano Kolbe, Actas del Congreso Internacional de Roma (8-12 de octubre de 1984), a cargo
de F. S. PANCHERI, Miscellanea Francescana, Roma, 1985.
141
S. M. KOLBE O.F.M. Conv., Carta al Padre Floriano Koziura del 30 de mayo de 1931, in Gli
Scritti..., cit., vol. I, p. 550.
142
S. M. KOLBE O.F.M. Conv., La Regina della Polonia, in “Rycerz”, Mayo de 1925, actualmente en
Gli Scritti..., cit., vol. III, p. 209.
143
S. M. KOLBE O.F.M. Conv., Calendario del “Rycerz” para el año 1925, actualmente en Gli Scritti...,
cit., vol. III, p. 189.
144
PÍO XII, Encíclica Ad Coeli Reginam, cit.
299
El Cruzado del Siglo XX
145
PÍO XII, Discurso del 1º de noviembre de 1954, in DR, vol. XVI, p. 238.
146
PÍO XII, Radiomensaje del 17 de setiembre de 1958 al Congreso Mariano de Lourdes, in DR, vol.
XX, p. 365.
147
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prólogo a la edición argentina de Revolución y Contra-Revolución,
cit., p. 31.
148
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Fátima numa visão de conjunto, prefacio a A. A. BORELLI MACHADO,
cit., pp. 16-17.
300
Rumbo al Reino de María
“Si el criterio más seguro para verificar si alguien es profeta es «la reali-
zación de su profecía», es decir «el veredicto de la Historia» (W. Vogels),
hoy es necesario decir que la Historia avanza en el sentido previsto por
Montfort” 149.
Cuando el siglo XX llega a su término, las palabras con que Plinio Corrêa
de Oliveira, en uno de sus más célebres artículos, resumía su visión del
futuro, iluminan con una luz trágica, pero cargada de esperanza sobrenatu-
ral, el giro histórico del Tercer Milenio:
“La guerra, la muerte y el pecado se están presentando para devastar
nuevamente el mundo, esta vez en proporciones mayores que nunca. En
1513, el talento incomparable de Durero los representó bajo la forma de un
caballero que parte para la guerra, revestido de armadura completa, y acom-
pañado de la muerte y del pecado, este último personificado por un unicor-
nio. Europa, entonces ya sumergida en las agitaciones que precedieron la
Seudo-Reforma, se encaminaba para la era trágica de las guerras religio-
sas, políticas y sociales que el protestantismo desencadenó.
“La próxima guerra, sin ser explícita y directamente una guerra de Reli-
gión, afectará de tal manera los sagrados intereses de la Iglesia que un
verdadero católico no puede dejar de ver en ella, principalmente, el aspecto
religioso. Y la mortandad que se desencadenará será, por cierto, incompa-
rablemente más devastadora que la de los siglos anteriores.
¿Quién vencerá? ¿La Iglesia?
No son rosadas las nubes que tenemos delante de nosotros. Pero una
certeza invencible nos anima, de que no sólo la Iglesia —como es obvio
dada la promesa divina— no desaparecerá, sino que obtendrá en nuestros
días un triunfo mayor que el de Lepanto.(...)
“¿Cómo? ¿Cuándo? El futuro a Dios pertenece. Muchas causas de tris-
teza y aprensión se colocan delante de nuestros ojos, incluso al mirar hacia
algunos hermanos en la fe. Al calor de la lucha, es posible y hasta probable
149
S. DE FIORES S.M.M., Le Saint-Esprit et Marie dans les derniers temps selon Grignion de Montfort,
in “Études Mariales” (1986), número monográfico dedicado a Marie et la fin des temps, vol. III,
Approche historico-théologique, p. 156 (pp. 133-171). “Montfort se demuestra hombre abierto a los
grandes horizontes de la historia de la salvación y vuelto hacia el futuro. Sobre las bases —desigual-
mente sólidas— de las revelaciones privadas, de la Biblia y de su carisma teológico-profético perso-
nal, él ve los últimos tiempos como «reino del Espíritu del Padre y del Hijo» y —por primera vez en
la tradición católica— sitúa la devoción mariana en la perspectiva de la segunda venida de Jesucristo”
(ibid., p. 160).
301
El Cruzado del Siglo XX
que tengamos terribles defecciones. Pero es bien cierto que el Espíritu San-
to continúa suscitando en la Iglesia admirables e indomables energías espi-
rituales de Fe, pureza, obediencia y dedicación que en el momento oportu-
no cubrirán de gloria, una vez más, el nombre cristiano.
“El siglo XX será, no sólo el siglo de la gran lucha, sino sobre todo el
siglo del inmenso triunfo” 150.
150
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O século da guerra, da morte e do pecado, in “Catolicismo”, Nº 2,
febrero de 1951.
302
Conclusión
“Tengo certeza de que los principios
a los cuales consagré mi vida
son hoy más actuales que nunca
e indican el camino que el mundo seguirá
en los próximos siglos.
Los escépticos podrán sonreír.
Pero la sonrisa de los escépticos
jamás consiguió detener
la marcha victoriosa
de los hombres de Fe”.
Plinio Corrêa de Oliveira falleció en São Paulo, Brasil, casi a los 87 años
de edad, el 3 de octubre 1995, fiesta, según el antiguo calendario, de una
santa particularmente querida por él: Santa Teresita del Niño Jesús.
“La vida de la Iglesia y la vida espiritual de cada fiel —escribió Plinio
Corrêa de Oliveira, refiriéndose a Santa Teresita— son una lucha incesante.
A veces Dios da a su Esposa días de una grandeza espléndida, visible, pal-
pable. Él da a las almas momentos de consolación interior o exterior admi-
rables. Pero la verdadera gloria de la Iglesia y del fiel resulta del sufri-
miento y de la lucha. Lucha árida, sin belleza sensible, ni poesía definible.
Lucha en que se avanza a veces en la noche del anonimato, en el lodazal del
desinterés o de la incomprensión, bajo las tempestades y el bombardeo des-
encadenado por las fuerzas conjugadas del demonio, del mundo y de la
carne. Pero lucha que llena de admiración los Ángeles del Cielo y atrae las
bendiciones de Dios” 1.
Esta noción corresponde a aquello que San Luis María Grignion de
Montfort pedía a la Virgen, al concluir El secreto de María:
“Por mi parte, no quiero en la tierra sino lo que Vos tuvisteis: creer pura-
mente, sin nada gozar o ver; sufrir alegremente, sin consolación de criatu-
1
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A verdadeira gloria só nasce da dor, in “Catolicismo”, Nº 78, junio de
1957.
303
El Cruzado del Siglo XX
2
SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, El Secreto de María, Nº 69.
3
Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 101.
4
Card. BERNARDINO ECHEVERRÍA RUIZ O.F.M., Plinio Corrêa de Oliveira, apóstolo insigne, polemista
fogoso e intrépido, in “Catolicismo”, Nº 542, febrero de 1996.
5
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Passio Christi, conforta me, in “O Legionário”, Nº 637, 22 de octubre
de 1944.
304
Conclusión
ción, como escribía a su madre en 1930, de que “de aquel a quien Dios da la
Fe, Él mismo exige la Esperanza” 6. Síntesis suprema de estas dos virtudes
cristianas es la confianza, que Santo Tomás define con profundidad como
“spes roborata” — “esperanza fortalecida por una sólida convicción” 7.
La diferencia entre esperanza y confianza, comenta a su vez el padre
Thomas de Saint-Laurent, no es de naturaleza, sino sólo de grado y de inten-
sidad. “Los albores inciertos de la aurora como el esplendor del sol de me-
diodía, forman parte de la misma jornada... Así también la confianza y la
esperanza pertenecen a la misma virtud: una no es sino el pleno florecimien-
to de la otra” 8.
La confianza en la victoria final de la Contra-Revolución católica y en la
venida del Reino del Inmaculado Corazón de María fue la virtud que Plinio
Corrêa de Oliveira más profundamente infundió en sus numerosos discípu-
los esparcidos por el mundo, incluso fuera de las filas de las TFPs. Nutrió
esta confianza en la fuente de Fátima y también en una devoción mariana
que le fue especialmente querida: la de Nuestra Señora del Buen Consejo de
Genazzano. De ella recibió en 1967, por ocasión de una grave enfermedad y
de una aflictiva probación espiritual, una gran gracia interior: la certeza so-
brenatural que no moriría sin haber cumplido la misión que la Divina Provi-
dencia le confió 9. Él cumplió esta misión y realizó plenamente su vocación.
Al concluir este estudio, como historiador y como católico, me juzgo en
condiciones de afirmar con tranquila certeza que a pocos hombres en la
Historia de la Iglesia convienen como a Plinio Corrêa de Oliveira las pala-
bras de San Pablo, tantas veces aplicadas a los grandes defensores de la fe:
“Bonum certamen certavi”, “combatí el buen combate, acabé mi carrera,
guardé la fe” 10.
El cortejo que, enarbolando los grandes estandartes de la TFP el 5 de
octubre 1995, acompañó a Plinio Corrêa de Oliveira con recogida solemni-
dad hasta la última morada, atravesó una São Paulo bien diferente de aquella
en la que él vio la luz. Tal vez ninguna ciudad en el mundo haya sufrido en
6
DL, vol. II, p. 107.
7
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, II-IIae, q. 129, art. 6 ad 3.
8
RAYMOND DE THOMAS DE SAINT-LAURENT, Il Libro della Fiducia, tr. it., Pedanesi, Roma, 1991. Plinio
Corrêa de Oliveira amó y difundió particularmente esta inspirada obra.
9
Cfr. declaración del propio Plinio Corrêa de Oliveira del 10 de mayo de 1985, publicada en la revista
“Madre del Buon Consiglio”, Periódico del Santuario de Genazzano, Nº 7-8, julio-agosto de 1985.
10
2 Tim. 4, 7.
305
El Cruzado del Siglo XX
este período las devastaciones urbanísticas y arquitectónicas por las que pasó
São Paulo y ninguna, en esta radical transformación, reflejó mejor el itinera-
rio nihilista del siglo XX, desde la Belle Époque al caos turbulento que pre-
cede el viraje del milenio.
En el transcurso de una época en que, como en su ciudad natal, todo había
cambiado como un torbellino, arrasando valores e instituciones, Plinio Corrêa
de Oliveira permaneció inconmovible en los principios a los que adhirió,
coherentemente fiel a aquel ideal de civilización cristiana en el que veía no
solamente el pasado, sino también el irreversible futuro de la historia si los
hombres correspondiesen a la Gracia Divina.
“Estoy seguro —escribió— de que los principios a los cuales consagré
mi vida son hoy más actuales que nunca e indican el camino que el mundo
seguirá en los próximos siglos. Los escépticos podrán sonreír. Pero la son-
risa de los escépticos jamás logró detener la marcha victoriosa de los hom-
bres de Fe” 11.
En esta coherencia simple y absoluta está todo el heroísmo y la grandeza
de Plinio Corrêa de Oliveira. Su testamento espiritual, que reproducimos
como conclusión de nuestra obra, explica, mejor que cualquier otra palabra,
el secreto de esta grandeza.
“En nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo y de
la Bienaventurada Virgen María, mi Madre y Señora, yo, Plinio Corrêa de
Oliveira, declaro: que he vivido y espero morir en la Santa Fe Católica,
Apostólica y Romana, a la cual adhiero con todas las fibras de mi alma.
“No encuentro palabras suficientes para agradecer a Nuestra Señora el
favor de haber vivido desde mis primeros días y de morir, como espero, en
la Santa Iglesia, a la cual dediqué, dedico y espero dedicar hasta mi último
aliento, absolutamente todo mi amor. De tal suerte que las personas, insti-
tuciones y doctrinas que amé durante la vida, y que actualmente amo, las
amo porque fueron o son conformes a la Santa Iglesia, y en la medida en
que fueron o son conformes a la Santa Iglesia. Igualmente, jamás combatí
instituciones, personas o doctrinas sino porque y en la medida en que eran
opuestas a la Santa Iglesia.
“Agradezco de la misma forma a Nuestra Señora —sin que me sea posi-
ble encontrar palabras suficientes para hacerlo— por la gracia de haber
11
PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Autorretrato filosófico, cit.
306
Conclusión
307
Índice
309
El Cruzado del Siglo XX
310
18. El juicio de un eminente teólogo contemporáneo
sobre Revolución y Contra-Revolución ........................................ 170
Capítulo V
Tradición, Familia, Propiedad ........................................................ 173
1. Un bloque coherente e inseparable... ............................................. 173
2. Nuevos métodos de apostolado ..................................................... 175
3. La evolución del clero brasileño hacia la izquierda
y el surgimiento de la CNBB ........................................................ 178
4. “Reforma agraria”: cuestión de conciencia ................................... 182
5. La denuncia de la infiltración comunista en el clero ..................... 188
6. Frente a la amenaza comunista contra la Iglesia ........................... 189
7. Una concepción tribal y comunista de las misiones ...................... 191
8. Una denuncia del carácter revolucionario de las Comunidades
Eclesiales de Base ......................................................................... 194
9. La TFP en el mundo: el desarrollo de la epopeya anticomunista .. 196
10. 1994: el mundo en una visión de conjunto .................................. 200
11. Plinio Corrêa de Oliveira como “Padre” y “Fundador”............... 204
12. Entre incomprensiones y calumnias... ......................................... 205
13. Culto lícito e ilícito según la Iglesia ............................................ 210
14. Una vocación específica: la “consecratio mundi” ....................... 214
Capítulo VI
Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia ............................................ 221
1. “Credo in unam sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam”. 221
2. El Jubileo del Año Santo de 1950: ¿triunfo o crisis incipiente? .... 222
3. El anuncio del Concilio Vaticano II .............................................. 224
4. ¿El Concilio habría condenado el comunismo? ............................. 225
5. El Concilio del “Aggiornamento” ................................................. 228
6. La libertad de la Iglesia en el Estado comunista ........................... 233
7. El silencio sobre el comunismo: ¿un Concilio malogrado? .......... 238
8. Un nuevo tenor de relaciones entre la Iglesia y el mundo ............. 240
9. La “Resistencia” a la Ostpolitik vaticana ...................................... 243
10. La denuncia del “diálogo” modernista ........................................ 248
11. Verdadero y falso ecumenismo ................................................... 249
12. Estalla la crisis postconciliar ....................................................... 251
13. Antiguo y nuevo Ordo Missae ..................................................... 259
14. Pasión de Cristo, Pasión de la Iglesia .......................................... 262
311
El Cruzado del Siglo XX
Capítulo VII
Rumbo al Reino de María ................................................................ 265
1. El caos del fin de milenio .............................................................. 265
2. La teología de la historia de Plinio Corrêa de Oliveira ................. 267
3. San Luis María Grignion de Montfort y el Tratado
de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen ......................... 270
4. La devoción mariana y el apostolado contra-revolucionario ......... 274
5. El Reino de María en la perspectiva montfortiana ........................ 276
6. Servitudo ex caritate: obedecer para ser libre ................................ 278
7. Los frutos de la consagración: una nueva Edad Media?................ 283
8. “De Fátima nunquam satis” ........................................................... 286
9. El “tercer secreto” de Fátima ......................................................... 289
10. Interpretación del Apocalipsis y milenarismo ............................. 291
11. Visión del futuro de Papas y Santos ............................................ 296
12. Rumbo al siglo del inmenso triunfo ............................................. 300
Conclusión ........................................................................................... 303
312
ESTA OBRA SE TERMINÓ DE IMPRIMIR
EL DÍA 22 DE NOVIEMBRE DE 2009,
Arriba: una delegación de las TFPs al pie de los muros del Kremlin, sobre los cuales
aún ondea la bandera comunista, en 1990, por ocasión de la entrega al presidente
Gorbachev de cinco millones de firmas en apoyo a la independencia de Lituania.
Abajo: la TFP norteamericana, gran protagonista de la marcha anual contra el aborto
en Washington.
Foto superior: Santa Misa en sufragio
por el alma de Plinio Corrêa de Oliveira,
celebrada en Roma por el Cardenal Alfons
Stickler S.D.B. Izquierda: Vista parcial
del cortejo que acompañó sus despojos
mortales al cementerio de la Consolação
en São Paulo, el 5 de octubre de 1995.
Arriba: imagen de Nuestra Señora del
Buen Consejo de Genazzano, a la cual el
Dr. Plinio tributó una especial devoción.